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LA FUERZA DE UN SUEÑO DE ENRIQUE

Y TERESA NOS PUSO EN CAMINO

HACIA NUEVAS METAS…

el 16 de julio de 2015 nos reunimos en el Aeropuerto todos

los peregrinos con una misma meta, con un mismo espíritu,

con una INVITACIÓN ESPECIAL…

Cada lugar que fui visitando, fue cincelando en mi

corazón una palabra, una frase que al paso de los días se

convirtió en un mensaje.

BARCELONA. El momento de conocernos, de disfrutar el

calor y la belleza de esta ciudad. Descubrir esa alma

gemela que junto a nuestro Padre logró construir un

edificio simbolizando el Castillo Interior que Teresa en sus

escritos nos invita a “entrar en lo más profundo, donde se

encuentran verdades…”. Poder ver y visitar otras obras del

Gaudí, la Casa de Batllo, un invitación a adentrarse al

interior del mar y las famosas fuentes de Montjuic con sus

chorros de agua acompañados de colores y música…

todo ello una invitación de personas que tuvieron que

tener una vida interior muy profunda, un amor a la

naturaleza, un sentido especia de observar y escuchar

para luego plasmar en tan bellas obras de arte.

TORTOSA. Un momento interior para contactar con nuestro

Padre. Lo iniciamos en el Colegio de Tortosa, donde a

cada uno nos dieron nuestra mochila del peregrino para

iniciar el camino con “la fuerza de un sueño que nos hizo

familia” y que “nos puso en camino hacia nuevas

metas”… fue una invitación a dejarme tocar por Dios a

seguir soñando, a creer que “Quien a Dios tiene, nada le

falta”

VINEBRE. Lugar fundante; reconocer como el paisaje, la

familia van forjando a un niño, a un adolescente en un

hombre que se compromete con su historia, que construye

sueños por el fuerte amor a Jesús y a una amiga que

empieza a conocer: Teresa de Jesús

ERMITA DE MIG CAMI. Escenario de su catequesis. Lugar

donde la tradición dice que llueven estrellas del manto de

la Virgen. Me encanto ver que nuestro Padre fue amante

de las excursiones, de largas caminatas. Y experimentar

que el que busca, encuentra “esa estrella” que María

tiene para cada uno y que nos guiará hacia Jesús.

MONTSERRAT. María consejera, abrazo que arropa sueños,

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pista de despegue para hacerlos realidad.

NOVICIADO “EL JESUS”, hoy “CENTRO SAN ENRIQUE DE

OSSÓ”… momento en donde hay que descalzarse. Ahí

estaba nuestro Padre esperándonos. Momento de

oración, de intimidad, de encuentro, de simplemente

“estar”

SANTI ESPIRITU. Sentir en carne propia la necesidad de

hacer silencio profundo ante la tumba donde descanso un

hombre, a quien amo y admiro desde niña, el cual sello su

vida con la entrega total de sus sueños y proyectos. Donde

él me enseña a dar “un SI al AMIGO”, sabiendo en “quien

ponemos nuestra confianza”

Y de ahí volamos toda la familia de Enrique de Ossó, en el

“AVE” al reencuentro con la Santa del corazón de Enrique.

En mi pensamiento resonaba una frase “soy un apóstol

llamado a dar luz”…

Llegar a ÁVILA fue una experiencia increíble, un sueño

hecho realidad, un lugar de fiesta, de hermandad, de

Compañía. Una cosa es la experiencia de leer a la Santa y

otra la experiencia de vivirla, de caminar por las calles que

ella recorrió, de entender cómo fue tejiendo sus sueños en

ese ir y venir por esa calles que yo estaba pisando. Un

llamado a vivir con los 5 sentido abiertos… y tener la

osadía de creer que “el amor de contentar a Dios y la fe

hacen posible lo que por razón natural no lo es”.

Al caminar por las murallas, en silencio… sola… mirando…,

observando…, escuchando el viento y a las piedras, oigo

la invitación a subir más para poder mirar mejor, a disfrutar

de la soledad para dejarme tocar por Dios, porque es ahí

“donde Él me va a comunicar sus secretos”

Y finalmente llegamos a ALBA DE TORMES… ¡un éxtasis!...

estar junto a Teresa, en el mismo lugar donde estuvo

Enrique, donde, como nos contaban “golpeaba la urna,

donde están los restos de Teresa, y le decía: Teresa

despierta, sal que te necesito”… y después del recorrido

por esta ciudad emblemática, la comida con todos los

peregrinos, tuvimos la Eucaristía donde el Sacerdote nos

recordó palabras de nuestro Padre: Ser reglas vivas donde

tome cuerpo el Evangelio; Trabajar y actuar en la

Compañía y el mundo entero con el corazón de Jesús y de

Teresa y finalmente conocer a Teresa de Jesús, leyéndola,

estudiándola… adueñarnos de su mensaje. A ser expertos

en el humanismo teresiano y en el arte de la oración

teresiana y ser así útiles a la humanidad…, a nuestro siglo

XXI.

Al terminar la Eucaristía las Hnas. Carmelitas

hicieron algunos regalos a la Compañía. Yo

me imaginaba a Jesús, Teresa y a nuestro

Padre, sonriendo al vernos ahí, junto con

ellas en este momento de gratitud.

Después tuvimos la oportunidad de

inclinarnos en el mismo lugar donde él

platicaba con “la Santa de su corazón” fue

una sensación muy fuerte de un llamamiento

a la intimidad, al silencio, a ser agradecida,

a dejarme tocar, a “creer que todo es

posible, para los que aman”

Regresamos a Ávila, donde continuamos la

fiesta: concierto, obras de teatro, recorrido

por las calles. Oración en la catedral, donde

Teresa paso lagos tiempos orando, donde

tuvo experiencias fuertes y así poco a poco,

llegamos al momento de la despedida,

compartiendo una “Tarta” donde nosotros

éramos ese pastel delicioso para celebrar

juntos el cumpleaños de Teresa.

De ahí partimos nuevamente a Madrid, para

visitar Toledo, el Escorial, Segovia… mi

corazón estaba tan inflamado ante tanta

experiencia vivida que solo podía repetir:

“Gracias Jesús de Teresa, Gracias Teresa de

Jesús, Gracias Padre Enrique… ¡ahora es

“tiempo de caminar”

Todo por Jesús