la felicidad. ideas fundamentales para ser felices. parte 1

FRANCISCO JOVER FERNÁNDEZ. LA FELICIDAD. Ideas fundamentales para ser felices. PARTE 1

INTRODUCCIÓN

Nuestro consultor, Francisco Jover Fernández, tuvo la suerte de poder asistir becado al II Encuentro de la Felicidad en la UIMP de Santander la pasada semana los días 10, 11 y 12 de Septiembre. En el mismo pudo pasar unos días inolvidables. No solo por lo idílico del entorno ni por la calidad de los ponentes, sino también por el trato de todo el personal del Instituto De La Felicidad. Según nuestro miembro de IusAde ha sido enriquecedor el poder escuchar, compartir y dar opinión sobre felicidad, psicología y salud en este encuentro con ponentes de renombre a nivel nacional.

Ofrecemos en tres fascículos diferentes las 20 horas de jornadas a puerta abierta a modo de dietario. Y de paso posicionarnos en IusAde como “aprendices de la vida”. Pues bien, ¡hablemos de felicidad!

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DÍA 1: 10 SEPTIEMBRE 2012

Introducción: La influencia de la felicidad en la salud

“El pasado condiciona / atrapa (nos decía Quino, autor de Mafalda)”. Ante la rigidez de los hechos y visicitudes hemos de actuar con ligereza, hay que seguir adelante, disfrutar y relacionarse socialmente. “No hay que ir atado por la vida” (como falsas relaciones de pareja que son solamente adictas a la seguridad que les produce el tener a alguien). Aprenderás en la vida que “un buen amigo vale más que una carrera (libro de Miguel Delibes <Cinco horas con Mario>)”. Y hazte un favor, créeme si afirmo que la amistad y la tecnología con móviles de última generación están reñidos. Hay que volver a valorar un simple abrazo, un caricia... ponerse una camiseta que diga “TÓcaME. Soy táctil” .

Sartre ya decía que el infierno está en nosotros, pues bien, se equivocaba: no está en nosotros

sino entre nosotros. Es fundamental para ser feliz a largo plazo el poder compartir el momento: yo + tú = nosotros (somos el reflejo que ven en nosotros los demás, somos con quienes compartimos nuestra vida). Esto parece en un principio que es desinteresado, pero nada más lejos de la realidad, al compartir afianzamos ese hecho y retroalimentamos esa percepción liviana de <felicidad>. De ahí a que, la felicidad es más si se comparte.

El título introductorio puede remitirnos a cómo la felicidad influye en la velocidad de curación de enfermedades, de cicatrización de heridas o de mejora del sistema inmune en general. Pero tras acabar de leer este artículo que pretende condensar unas jornadas de casi 20 horas de ponencias, huelga decir que también ocurre en sentido contrario: la salud influye en la felicidad (y viceversa). “Una persona feliz se siente y está más sana, y ésta se siente y es más feliz”. Podríamos para ejemplificar esta afirmación recurrir a la historia clínica del placebo y cómo es el propio poder de la mente del enfermo quien sana.

Fórmula de la felicidad:

Podemos afirmar que la felicidad es como el vuelo de una mariposa que se te escapa. <Es el bienestar psicológico humano que se basa en una conquista cotidiana, una actitud y un gusto por compartir>. La salud sería un bien imperecedero y a la vez pasajero. La felicidad no es pues un regalo, sino una actitud de conquista, un imperativo / mandato vital.

Las reglas para ser felices son:

1. Reírse: “un día sin risa es un día perdido” decía C. Chaplin. Hay que reír con, de y para uno mismo. Hay que aprender a reducir el malestar como empresa en la vida.

2. Tener un proyecto de vida que quieras, una “utopía” que quieras hacer viable. Existen las personas de la realidad y las de la posibilidad, quienes dicen “esto es así y podría ser diferente”. Esta será nuestra meta o satisfacción vital. Para no auto-engañarse o auto-ilusionarse te recomiendo que respondas valorando del 0 a 10 dos preguntas personales para el momento actual (sin posibilidad de modificar nada en el

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futuro): ¿Cómo te sientes en tu vida diaria? Y, ¿cómo de privilegiado de hace sentir (tu vida)?

3. ¡Ojo! No caigas en el síndrome del samaritano (ayudar en exceso) y marca tu propio proyecto de vida.

4. Actualización: desempeñar las tareas para realizar dicho proyecto y así disponer de una sensación de progreso social. Hay que dirigir nuestra propia vida, pasar a la acción.

5. Esperar sorpresas cada día. Hay que tener una actitud que promueva el asombro ante lo bello, el contacto con la naturaleza o la propia, a veces necesaria, soledad humana.

6. Pocas emociones negativas o si no es posible relativizar los hechos: “no vivas para que tu experiencia de vida se note sino... para que se falte”. “No te tomes demasiado en serio la vida, al fin y al cabo no vas a salir vivo de esta ”. Es el “poder disfrutar de una excelente memoria selectiva” dijo uno de los supervivientes del vuelo panameño que se estrelló y tras el cual rodaron el film Viven. Al fin y al cabo, la felicidad es una decisión / sensación personal de percibir lo que acontece a nuestro alrededor. Dicho mecanismo es ilusorio e ilusionante a la vez. No siempre es suficiente con racionalizar los pensamientos. Como diría el cineasta I. Bergman “la felicidad es tener buena salud y muy mala memoria”. O dicho llanamente por un pesimista histórico como Freud: “para ser feliz o se hace uno el idiota o lo es”.

7. Saborear las experiencias y dejarlas fluir. Hay que saber “dejar el pesimismo para tiempos mejores, y el optimismo, para los peores ”. Hay que rebajar tensiones en lo cotidiano, pero sin llegar a ser una ostra (el 99% del tiempo están relajadas y abiertas a la corriente). Este sería un símil para recordar que una cosa es dejar fluir las experiencias y otra dejarse fluir por ellas o por los convencionalismos sociales.

La felicidad es una ciencia, una ciencia descriptiva no prescriptiva. No hay fórmulas para la felicidad universales, lo que a uno le hace feliz puede convertir en desgraciado a otro individuo. “No puedo darte la formula del éxito, pero si la del fracaso: Trata de complacer a todos”. Está consensuado que vivir la propia vida y no una llena de convencionalismos es común denominador a toda vida plena, porque pasan por quererse y aceptarse (aprender a valorarse) a uno mismo.

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Optimismo, ¿bueno para tí?

Elaine Fox nos desvela en su libro <Una mente feliz> el poder del positivismo y cómo el nagativismo condiciona nuestras opciones futuras. Dice que nos convencemos de lo que sentimos, nos gusta algo y encontramos razones para defenderlo. No es al revés. Primero sentimos y después reflexionamos, el cerebro es primero emoción que razón. Son esas emociones las que nos conectan. En su libro relaciona la estimulación, la percepción y la toma de acciones como condicionantes de diferentes respuestas por parte del córtex frontal y la amígdala con el positivismo. Enunciando que el positivismo se entrena haciendo. De todos es sabido que el estrés es necesario de forma mesurada y contenida para desarrollar tareas de cierta importancia/ riesgo o para asegurarse la supervivencia ante situaciones peligrosas (distrés), por lo que no siempre encierra un significado negativo.

Se ha demostrado científicamente cierta plasticidad de la masa cerebral en personas adultas o no, definiendo una región llamada “mente lluviosa” (traducciones literales de los términos anglosajones) donde se producen las sensaciones de una forma más aguda/ extrema y cómo esta área es mayor a otra llamada “mente soleada”. Esta área soleada es la región que se ocupa de analizar positivamente los acontecimientos y como ya hemos mencionado, “viene (dada) de serie” en un tamaño inferior a la otra región del córtex que percibe a los hechos como causantes de potenciales conflictos estresores para el individuo.

De aquí se extrae como conclusión que tenemos por naturaleza cierta predisposición a asimilar los hechos como no positivos o negativos, y cómo es posible moldear mediante acciones la forma de percibir los acontecimientos generando que la “mente soleada” “gane terreno a la “mente lluviosa”.

Otro estudio basado en acciones automáticas ante la necesidad de reacciones rápidas a estímulos subliminales definió cómo ante un hecho identificado como negativo, hechos posteriores que habían sido anteriormente señalados como positivos eran ahora marcados como negativos/neutros. Es decir, la percepción de un hecho negativo influye en las posteriores percepciones y propicia reacciones equivocadas. Obviamente esto acaba influyendo en la salud. Si dominamos estos pensamientos irracionales aumentaremos pues nuestra capacidad de desarrollo y por tanto de nuestra felicidad.

T. Edison definía el positivismo como una actitud de persistencia/ paciencia hasta lograr la meta con su célebre frase: “No me equivoque mil veces para hacer una bombilla, descubrí mil maneras de como no hacer una bombilla”. Hay que ser tolerantes pues a la frustración y ser positivos.

Rememorando a Shakespeare: <es deber de todo hombre recomendar la paciencia a aquellos que se tuercen bajo el peso de la angustia>.

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Es positivo aquel que considera que tiene una parte de control sobre su destino, pese a verse influido por el entorno y los genes. Es aquel que sabe que a la larga las cosas saldrán bien. Es según Spinoza o Nietsche “la alegría de vivir, decir sí a la vida”, siendo la sonrisa la metáfora vitalista de la celebración de la misma vida.

Los pesimistas viven menos años, lo cual es positivo porque acortan su sufrimiento. ¿No crees? Wichestein afirmaba que “el mundo de los felices es diferente al de los infelices” y debe serlo sólo viéndoles las caras. Dicho de otro modo, las personas positivas tienen una esperanza de vida media 10 años superior a quienes no practican esta actitud ante la vida. ¿Motivos? Padecen menor probabilidad de infarto de miocardio o enfermedades coronarias (El cáncer aumenta un 23% en individuos hostiles pero, no hay afirmaciones en lo relativo a ser feliz pues no hay ningún estudio que extraiga conclusiones firmes tras un análisis de la covarianza).

A pesar de las ventajas de “celebrar la vida”, siempre hay un consenso social de estigmatizar exteriorizar esta actitud de cara a la galería. Frases como “No vayas tan feliz por la vida” o “con la que está cayendo” hace que nos olvidemos que sonreír es un gesto natural, y se dan casos de personas que creen haber perdido dicha capacidad para sonreír. Pues bien, vacúnate contra el desaliento y los posibles ataques. Sonríe a la vida. Sonreír no cuesta nada y da más luz que la electricidad. Dicen que “un vasco cuando está triste canta y cuando no... también”.

Hay estudios de esto último relativos a cómo sustancias corporales como el SNP´s o la serotonina incluyen en nuestra felicidad y por tanto, en cómo interaccionamos con el entorno. Esos mismos estudios afirmaban que de 847 sujetos, 147 estuvieron clínicamente deprimidos debido a eventos estresantes, enfermedades, pérdidas traumáticas por muerte de relaciones sociales o la falta de estas mismas. Y la mayoría pueden / han podido salir de este estado depresivo (entendido como falto de alegría por vivir).

¿Cómo ser feliz? Hablábamos al comienzo de la necesidad de relativizar los hechos, ahora mencionaremos la meditación como vía para reducir/afrontar el estrés, el miedo y las influencias negativas a las que nos sometemos a diario. Para empezar distinguir relajación de meditación, la primera requiere movimientos físicos para llegar a un estado de serenidad / paz interior. La meditación puede ser tan simple como “poner la mente en blanco” o aplicar la TRE (terapia racional emotiva) cuestionándonos si realmente le estamos dando al importancia que merece y modificar la forma de percibir los hechos. De ahí la necesidad de disponer de mecanismos “censores” de pensamientos / memoria (memoria selectiva) para centrarse en valorar lo positivo que ha ocurrido en el día a día, los detalles, los momentos de “pausa” del día, etc. Sería bueno realizar el ejercicio de redactar una carta de agradecimiento por cada momento del día, dedicársela a alguien y en un futuro aprender a disfrutar más de esos pequeños placeres. La felicidad no es ausencia de sufrimiento sino valorar lo que se tiene en cada momento. “No es más feliz quien más tiene sino quien más disfruta de lo poco que tiene (y menos necesita)” a pesar de que quienes pregonan esta frase suelen no predicar con el ejemplo.

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Protectores de la felicidad: “mucho trato, poco plato y mucha suela de zapato”

1. Hablar: Todos lloramos y reímos por los mismos motivos, es bueno “conversar un vino” como dicen los argentinos par poder transmitir sentimientos y ser consciente de ellos.

2. ¡Ojo! Hay quien no sabe guardar silencio, es tan importante saber escuchar como saber conversar. Hemos de usar el silencio para escuchar el eco de los demás y no para preparar qué diremos.

3. Sentido del humor y apoyo social: hay que crear conexiones afectivas provechosas. Somos frágiles y limitados. Riámonos de nosotros mismos y seamos mejores.

4. Resiliencia (capacidad de adaptación ante el cambio: flexibilidad y resistencia) y esperanza. Hay veces que hechos traumáticos provocan una respuesta de fortaleza como el caso de la periodista de prensa escrita y radio Irene Villa, quien pese a que a los 12 años sufrió un grave atentado terrorista (perdió las dos piernas y tres dedos de una mano) siguió hasta lograr su sueño dentro del periodismo.

5. Sentido de control interno. “Mi vida es mi reino”. Ser feliz es percibirse a uno sin miedo, estando tranquilo. Para ello hay mecanismo de locus de control interno y externo. Bryant y Veroff (1984) sugieren en la definición de bienestar hedónico que la experiencia percibida puede dividirse en 2 fuentes: una que procede del propio sujeto y otra focalizada en el exterior ("orientación hacia sí mismo versus orientación hacia el mundo"). Aquellas variables que influyen más sobre el afecto negativo tienden a estar más relacionadas con variables internas (como el estrés percibido); mientras que el afecto positivo lo hace con elementos externos como el apoyo social. Las personas llevan a cabo sus juicios propios bienestar valorando la diferencia entre las aspiraciones y los logros alcanzados podría considerarse como control interno. Mientras que la confrontación entre lo que uno tiene y lo que poseen los demás, es una comparación social con una focalización externa.

6. Salud: hay que cuidarse (ejercicio físico) y mimarse (revisiones de cáncer de próstata en el hombre y de pecho en la mujer).

7. Pensamiento positivo: hay que quererse (autoestima). Hay que aceptarse.8. Hacer la afición / el trabajo importante para ti siendo humilde. 9. Ética, valores y principios. Hay que actuar con congruencia interna.

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Aprendizaje sobre felicidad

Albert Figueras en su libro <Pequeñas grandes cosas. Tu placebo personal> nos explica que el gran secreto es que la felicidad atrae la felicidad (recomendable leer el libro El Secreto). De ahí la importancia de buscar amistades no tóxicas que sólo cuenten sus penas o tengan comportamiento neurótico pues... también se contagia.

Las emociones se contagian.

En Framingham se experimentó cómo la convivencia contagiaba la obesidad de una persona a otra. En el momento en que una persona gana peso, un amigo próximo a ella tiende a ganar peso también. Este interesante estudio incluye un análisis detallado de una enorme red social compuesta por 12,067 personas monitoreadas muy de cerca durante 32 años (desde el 71 hasta el 2003). De este estudio podemos extraer que el pensamiento y percepción de la realidad son moldeables por la comunidad entorno a la cual el individuo se desarrolla.

Hay que saber valorar lo nuevo, lo cambiante, lo que realmente por pequeño que sea, te hace feliz. Ya de pequeños nos contaban por las noches el cuento de <El rey Midas> y cómo todo lo que tocaba lo convertía en oro. De cómo este rey era extremadamente feliz hasta que tuvo que dejar de abrazar a su hija por convertirla en una reluciente estatua de dicho metal. Aprendió a valorar lo que realmente quería cuando lo había perdido. En tiempos modernos esto me recuerda a la paradoja de Sterling (1974), quien afirmaba que después de un determinado nivel de renta/riqueza, la felicidad /bienestar no sólo no aumenta sino que disminuye.

La fisiología se puede definir como el conjunto de órganos de los sentidos o como la ventana que te conecta al mundo. Ahora bien, tenemos un problema cuando nos crean un estímulo irreal. Como el ejemplo de un anuncio de coches que rezaba “no pienses en un elefante rosa”. En mi propia casuística, citando a J.O. Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia (entorno), y si no la salvo a ella no me salvo a mí" (siendo mi circunstancia mis genes y mi entorno) primaría salud a dinero y amor en ese orden. ¿Cuál sería el tuyo?

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Platón hablaba del mito de la caverna y cómo son las percepciones distorsionadas lo que inhiben acciones por miedo (esto refuerza las conexiones de los neurotransmisores relacionados). Un símil sería reflejarnos en los espejos de la Puerta a las nubes (Cloud Gate) colocada en el Millennium Park de Chicago, bautizada como “la alubia”. La escultura de acero pulido retuerce y distorsiona el entorno urbano circundante y desorienta a los visitantes, que pierden toda sensación de la escala. Estos neurotransmisores de los que hablábamos influyen sobre el individuo de forma aleatoria pero segura, al igual que en los mecanismos del miedo se hace uso y refuerzo de unos concretos, para cuando se afronta un problema también. Lo cual puede que no facilite abordar los problemas pero si estar predispuesto a intentarlo. Hay que mencionar que estudios de prestigio arrojan cifras que determinan que las mujeres disponen de mayor cantidad de neuronas espejo (por lo tanto tienen mejores habilidades empáticas) que les facilitan atender/comprender conflictos sociales.

Definíamos la felicidad como quien va al gimnasio y entrena, una actitud vital militante. Ahora hay que saber que estar triste es al igual que estar feliz, un estado natural si es temporal. La felicidad permanente no existe pues siempre estamos en entornos cambiantes. De ahí la necesidad de meditar internamente este artículo y no recurrir a medicinas adictivas o a falsos remedios (todo remedio que no cure es un falso bien temporal). La sociedad no ve con buenos ojos estar bajo de ánimos, pues corres el riesgo de que te traten como depresivo y te aparten o te creen una cierta dependencia de atención (ambos en caso extremo). Hay que pasar a valorar en lo cotidiano, de la cantidad de buenos momentos a la calidad de los mismos. Dejando siempre presente la posibilidad/ capacidad para sorprenderse tal y como hacen los niños. Un estudio con niños de diferentes nacionalidades ha demostrado cómo niños con un menor acceso a bienes y servicios tenían un grado de percepción de su nivel de felicidad más alto que otros que disfrutaban de loe mejores avances tecnológicos y de ocio. ¿Por qué? Porque habían perdido su capacidad para sorprenderse, para descubrir y redescubrir cosas nuevas. Los niños que necesitaban menos y lo disfrutaban más interactuaban más y mejor con su entorno social. Recordemos que “no somos islas” y sí somos seres gregarios, Maslow ya publicaba su teoría de las necesidades donde el construir dentro de una comunidad era el máximo nivel de realización personal del individuo.

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La medida de la felicidad: impulsando nuevas ideas

Carmelo Vázquez, de la unidad de Psiquiatría de la Complutense de Madrid invita a elegir una canción personal que te produzca al escucharla un éxtasis instantáneo en su libro <Optimismo inteligente>. Ya se dijo “la música amansa a las fieras” y está probado que si es “tú” música disminuye la respuesta fisiológica a situaciones de dolor / estrés.

Carmelo aboga porque podemos controlar al menos el 50% de nuestra felicidad desarrollando nuestras habilidades laterales (habilidades personales e interpersonales) si buscamos lo intangible: las emociones positivas que provocan los recuerdos, la satisfacción vital de estar en el camino, etc.

Darwin hablaba de cómo el ser humano “esconde” expresar sus emociones como síntoma de una evolución del pensamiento. Estudios recientes abogan por exteriorizar en medida estas emociones contenidas, de ahí que haya encuestas de bienestar que midan el incremento de la desigualdad social en países como Bután y aún así, se perciba un incremento de la satisfacción / bienestar personal. Países como este se preocupan por la sensibilidad de sus ciudadanos para disfrutar de las relaciones humanas, enamorarse... y lo hacen cuantitativa y cualitativamente.

Las esferas de bienestar:

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La esfera de bienestar personal incluye las emociones/ sensaciones y satisfacciones físicas. La esfera socio-afectiva y familiar tiene que ver con cómo nos sentimos de desarrollados personalmente y la seguridad que percibimos de que se mantenga esta situación (en términos de justicia social, respeto de los valores y seguridad ciudadana). Obviamente es en la esfera ocupaciones donde salen a la luz nuestras fortalezas, competencias, funcionamiento bajo presión y libertades (entendido desde el punto de vista de que para vivir hay que trabajar, uno no se mantiene del aire). En está última es donde un individuo interacciona la mayor parte del tiempo con el entorno.

Culturalmente, en Europa se entiende que las emociones positivas son aquellas que nos proporcionan disfrute y relax. En cambio en Estados Unidos son las que proveen de vitalidad, energía, entusiasmo y alegría, lejos de un estado de “distendido” de relax. Ciertamente, es en América del Norte donde dinero y felicidad son conceptos bastante entrelazados.

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Salud, dinero, amor.

Antes te hacía una pregunta reflexiva, que ordenaras jerárquicamente los 3 conceptos de la pregunta: ¿salud, dinero o amor? Pues bien, plasmando las palabras de Marcos de Quintos “primero integridad y dignidad, y luego todos lo demás”. La respuesta correcta a esta pregunta dependerá siempre del marco de referencia del individuo, de si te falta una de los 3 esferas. Lo evidente es la necesidad de ser coherente con los principios y ética personales. Siendo una obligación ética no perder la esperanza y tener sentido del humor un optimismo íntegro.

Material: recorta.com/d2e2fc

Dice la mentalidad colonialista de W. Allen que“el dinero no da la felicidad, pero la compra hecha”, o que “el dinero no da la felicidad, pero tenerlo se le parece”. Si no dispones de dinero no pasa nada, estudios demuestran cómo hay una curva en forma de valle donde gráficamente muestra que hay un punto de inflexión en la felicidad de un individuo entre los 50-53 años y que entre entre los 26-34 los niveles de bienestar percibido son muy similares (a pesar de la temida crisis de los 30).

Por otro lado enunciaremos que la felicidad se contagia, luego la felicidad da dinero porque la “gente” quiere compartirla contigo. Además, no hace falta comer tantos turrones ¿no?

Otro estudio demuestra que cada problema mental es equiparable a cuatro físicos. Poca gente responde de poder elegir, que preferiría una depresión /anedonía (incapacidad para el placer) a una diabetes aguda. En conclusión: el auténtico estado de felicidad no depende de nuestro poder adquisitivo sino de nuestra persona. Pasamos por la vida de ser niños felices a adultos medio-felices (algunos comportándose todavía como niños). Hay pensar como cuando uno es un niño y juega en “el jardín de las horas lentas”. ¿Qué conservas del niño aquel que fuiste? A.M. Matute afirma que “el adulto es lo que queda del proyecto de niño”.

El intento de medir la felicidad no es nada simple, ya que la vida de las personas, no siempre es triste o feliz, depende de cada momento y muchos factores temporales. El Indice Pemberton (1981) refleja el promedio de felicidad que tiene una determinada sociedad en relación a los recursos naturales que consume. Muestra que los altos niveles de consumos de recursos no supone necesariamente altos niveles de bienestar. Luego “el PIB no es el destino sino la felicidad”.

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Lista de países mas “felices” de la tierra (2008):

Lugar País Indice de

felicidad

1 Vanuatu, una de las "islas felices de Oceanía" 68.2

2 Colombia 67.23 Costa Rica 66.0

4 República Dominicana 64.5

5 Panamá 63.56 Cuba 61.97 Honduras 61.88 Guatemala 61.79 El Salvador 61.71

0San Vicente y las

Granadinas 61.4

Luego aparecen España (87) y Estados Unidos (150).

Estudios de Kahneman & Kruger (2006) arrojan el índice neto del grado de placer – displacer que sugería Freud como el “primer principio del suceder psíquico”: a mayor carga, mayor tensión, el organismo experimenta mayor displacer y a mayor descarga, menor tensión, experimenta mayor placer. Este principio no se limita sólo a las necesidades primarias (hambre, sed, etc.); sino también se aplica en el manejo de las emociones: frustraciones, expectativas, deseos y realizaciones. Sus resultados promueven para medir de forma racional cuánto somos de felices: el afecto diario y el redactar un diario de actividad (describiendo los sucesos como positivos o negativos) de las 24 horas pasadas. Se demuestra en el estudio la existencia de un patrón cultural similar entre lo latino y Australia; frente a una Europa del norte con Alemania (y Japón en el otro lado del mundo) con mayores tasas de suicidio.

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El papel de la felicidad en nuestro estado de salud:

Sólo el 2% de la psiquiatría se puede explicar genéticamente. O dicho de otro modo, “la carga está ahí pero no la expresión”. Es obvio que la influencia del entorno está presente y es necesario aprender a cambiar la forma de afrontar los hechos y aprender a percibir los sesgos (prejuicios) cognitivos.

Como mencionábamos antes, estudios de décadas de investigación con experimentos de elección o tareas con juegos muestran cómo los sesgos que son una ventaja adaptativa ante la necesidad de reaccionar rápidamente pueden conducirnos a errores graves en alguna ocasión. Los sesgos son una desviación a la hora de procesar lo percibido, distorsionando con juicio inexacto y/o una interpretación ilógica / irracional la información disponible; que afecta a nuestra interacción social y a la toma de decisiones.

Hay que saber invertir en salud, o lo que es lo mismo, invertir en un “buen estado de ánimo”. El optimismo es una especie de airbag existencial que nos protege ante situaciones traumáticas y/o repentinas de cambio.

Hay que ser consciente en cada momento, para ser feliz no hay que caer en el optimismo ilusorio e irracional como forma de vida. No seas un prófugo de la realidad y busca tu propia felicidad. La gente se casa porque no cree que vaya a divorciarse, a pesar de bajar la estadística de divorcios por la crisis el dato sigue aumentando. Hay que llegar agotado a la noche y cuando estés al final de tu experiencia vital saber que valió la pena.

R. Dawkins en <El gen egoísta> explica la teoría sobre la difusión cultural, siendo el <mem> la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro, o de una generación a la siguiente. Esta tesis demuestra que mientras los cromosomas son unidades naturales independientes de nuestras acciones, por mecanismos de imitación y transmisión la cultura pasa entre individuos y por tanto la fecundidad (algunas ideas son especialmente efectivas), longevidad (persisten durante mucho tiempo) y fidelidad en la replicación (conservadurismo tradicional).

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