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Actas de las iv jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2014

La evolución del poblamiento humano prehistórico en los territorios de

montaña cantábricos: el interfluvio Esla-Cea (León)

Luis Coya Aláez1 ([email protected]), Oscar Fuente Fernández1, Aitor Hevia Carrillo1 ([email protected]), M. Amalio Valles Fernán-dez1 ([email protected]), María de Andrés Herrero2 (mdeandres@

neanderthal.de), David Álvarez-Alonso1

1 Dep. Prehistoria y Arqueología. UNED/C.A. Asturias. Avda. Jardín Botánico 1345 (Calle interior), 33203 Gijón.

2 Instituto de Arqueología Prehistórica. Universidad de Colonia (Alemania); Neanderthal Museum.

RESUMEN En este trabajo se presenta los primeros resultados de un proyecto de in-vestigación cuyo objetivo es estudiar la evolución del poblamiento huma-no y su relación con el medio natural y el paisaje en una comarca de la montaña leonesa, que se sitúa concretamente en el interfl uvio Esla-Alto Cea. Además, se pretende analizar la conexión y relación entre distintos ámbitos territoriales, conectados por zonas de tránsito natural, a lo lar-go de un territorio de media y alta montaña. Este territorio presenta una variedad fi siográfi ca relativamente amplia, que posibilita la existencia de distintos ecosistemas y hábitats que resultan altamente aptos para el po-blamiento humano a lo largo de las distintas etapas de la Prehistoria. Esta circunstancia viene avalada por la presencia de yacimientos que abarcan desde el Paleolítico inferior a la Edad del Hierro, pasando por los distintos periodos que marcan el paso de las sociedades cazadoras-recolectoras a las sociedades productoras-metalúrgicas.

Palabras clave: Edad del Hierro, Mesolítico, Paleolítico, Prospección ar-queológica.

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ABSTRACTThis paper shows the fi rst results of a research project focused on the evo-lution of the human settlement and its relationship with the environment and the landscape in a region of the mountains of León, which is exactly situated in the Esla-Alto Cea watershed. Another aim is to analyse the con-nection and relationship between diff erent territories, connected by nat-ural crossing areas, across a medium-high mountain territory. This area has a wide physiographic variety, that allows the existence of diff erent ecosystems and habitats which are highly suitable for the human settle-ment along the diff erent stages of the Prehistory. This fact is supported by the presence of archaeological sites ranging from Lower Palaeolithic to Iron Age, including diff erent periods which mark the transition from hunter-gatherer societies to metallurgic societies.

Key words: Iron Age, Mesolithic, Palaeolithic, Archaeological survey.

1. INTRODUCCIÓN

En este trabajo se presenta un primer avance del proyecto de

investigación arqueológica en un territorio de montaña, el interfl u-vio Esla-alto Cea (León). El obje-tivo principal de este estudio es el análisis del poblamiento humano desde el Paleolítico hasta la Edad del Hierro, analizando las distintas características de este poblamiento y las distintas estrategias de adap-tación de las diferentes comunida-des humanas a lo largo del tiempo, en relación con un mismo ámbito geográfi co. Los condicionantes del medio físico en las adaptaciones humanas (su poblamiento y sub-sistencia), así como el impacto de estas ocupaciones en dicho medio y en la confi guración de paisajes an-trópicos ya durante la Prehistoria reciente, son algunas de las cuestio-nes que se plantean en nuestro pro-yecto a medio y largo plazo.

Por otra parte, este territorio se localiza en una región de paso natural entre la zona norte de la cordillera cantábrica y el valle del Duero, situándose como una zona de paso entre los territorios de montaña a uno y otro lado de la cordillera por lo que esta cuestión resulta ser un valor añadido, a la hora de efectuar un análisis diacró-nico y espacial.

Este proyecto nace en 2014, con la vocación de desarrollar a medio y largo plazo un programa de inves-tigación que contempla varias fases de trabajo de campo, principalmen-te prospecciones. Hasta la fecha, el proyecto se encuentra en una fase previa, de documentación y aná-lisis del territorio, necesaria para desarrollar las herramientas meto-dológicas necesarias para realizar el trabajo de campo. De este modo, la implementación de un GIS para llevar a cabo el análisis territorial es uno de los elementos fundamen-

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tales y que se encuentra en fase de desarrollo. Este trabajo que se ha presentado en las IV jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero, celebradas en Segovia en noviembre de 2014, constituye un primer avance y una presentación del proyecto de investigación y su propósito.

2. MARCO GEOGRÁFICO Y GEOLÓGICO

El ámbito de estudio comprende los términos municipales de Prioro, Valderrueda, Prado de la Guzpe-ña y Cistierna, pertenecientes a la provincia de León, que a su vez se encuentran situados en plena ver-tiente meridional de la Cordillera Cantábrica. Esta región está forma-da por una depresión de contacto, definida por relieves abruptos, con grandes macizos calizos en los que la erosión y el modelado kárstico han abierto valles, por lo general estrechos y profundos, como los formados por los ríos Esla y Cea, que sirven a su vez para delimitar el área de estudio.

Tanto el Cea como el Esla, en su cuenca más alta, hacen su recorrido a través de los relieves montañosos pertenecientes a los materiales de edades más antiguas de la cordille-ra Cantábrica, a los que cortan per-pendicularmente.

Desde el punto de vista morfoes-tructural, la región cantábrica se puede dividir en dos grandes uni-dades: la Cordillera Cantábrico-As-túrica y los Montes Vasco-Cantábri-cos. La primera, a su vez se divide en la Cordillera Cantábrica y los

Montes Galaico-Leoneses. Nuestro ámbito de estudio se localiza en la vertiente meridional de la Cordille-ra Cantábrica, en su sector central, una zona definida por la aparición de materiales devónicos y cámbri-cos que presenta relieves abruptos, con grandes macizos calizos fuer-temente plegados durante la Oro-genia Alpina, en los que la erosión y el modelado kárstico han abierto valles, por lo general, estrechos y profundos como los formados por los ríos Porma, Esla y Cea (Martín Serrano, 1994).

A su vez, geológicamente per-tenece a la Zona Cantábrica, parte más externa del Macizo Ibérico en el NO de la Península Ibérica y re-sultado de la Orogenia Varisca (Pé-rez Estaún, et al 2004). Su límite oc-cidental es el Antiforme del Narcea, que lo separa de la Zona Asturoc-cidental-Leonesa. Al N está limita-da por la costa cantábrica y al E y S por la cobertera mesozoico-terciaria de la Cuenca Cantábrica. El O está asociado a la tectónica varisca. Los otros límites son debidos a la tectó-nica alpina (Bastida (coord.), 2004). La evolución de la mayor parte de la Zona Cantábrica tuvo lugar en condiciones diagenéticas y tan sólo algunas áreas sufrieron metamor-fismo de grado bajo o muy bajo.

Tras la Orogenia Alpina se for-ma la Cordillera Pirenaica, de la que la Cordillera Cantábrica es par-te. En esta se distinguen tres domi-nios: El oriental o Vasco-cantábrico, el central o Macizo Asturiano, y el occidental en la franja oriental de Galicia y occidente de Asturias. El Macizo Asturiano está mayorita-

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riamente formado por materiales Paleozoicos y Precámbricos de las Zonas Cantábrica y Asturocciden-tal-Leonesa del Macizo Ibérico, que fueron nuevamente deformados durante el ciclo alpino.

La zona de estudio se encuentra comprendida en el dominio central, donde el profundo cabalgamiento de los mantos produjo un levanta-miento del basamento paleozoico, asentado sobre una delgada capa mesozoica. De este modo, los ras-gos del relieve son el resultado del plegamiento y las fallas don-de posteriormente se instaló la red fluvial cuaternaria, produciendo una erosión diferencial en función de la litología, que caracteriza los rasgos de carácter local (Alonso et al., 2007), junto con otras huellas, sobre todo de periglaciarismo, de-jadas por la acción glaciar durante el Pleistoceno y parte del Holoceno (Jiménez y Farias, 2005).

Esta parte de la cordillera está flanqueada al N por la costa can-tábrica y al S por la cuenca sinoro-génica de antepaís del Duero, que contiene un potente relleno de sedi-mentos terciarios. En este frente sur el cabalgamiento de la cordillera no se observa en superficie, produc-to de un pliegue de propagación de falla en la parte superior de la rampa, excepto en una zona del río Cea, muy fosilizado por el Terciario (Alonso et al., 1994).

La articulación original creada por la flexión monoclinal se locali-za muy próxima a la actual, siendo responsable de la divisoria de aguas entre el Cantábrico y la cuenca del Duero. El río Esla nace en el puerto

de Tarna, a 1600 m. de altitud y el río Cea a 1300 m. al norte de Prio-ro. Ambos ríos, en su cuenca más alta, se sitúan al sur de esta bisagra, haciendo su recorrido a través de los relieves paleozoicos a los que cortan perpendicularmente, y que están constituidos principalmente por litologías siliciclásticas y piza-rras blandas del Silúrico, Devónico y Carbonífero, que alojan las cabe-ceras de los ríos, menos resistentes a la erosión que los materiales ca-lizos, cuarcitas silúricas, areniscas devónicas y conglomerados carbo-níferos, que forman los cordales y cumbres (Cascos, 1990).

En la vertiente norte lo más sig-nificativo es el gran núcleo de ca-lizas grises de montaña bordeado con cordones e intrusiones de cuar-citas, areniscas y lutitas que se ha-cen especialmente densas y nuclea-res en la cabecera del Cea. En esta zona los ríos realizan una acción principalmente erosiva sobre los mencionados materiales paleozoi-cos y mesozoicos.

La vertiente meridional de esta zona del macizo se extiende por el Nordeste de la provincia de León, en la comarca de Boñar-Cistierna. Aquí, el accidentado muro de la montaña obstaculiza el acceso des-de las llanuras leonesas, en un te-rritorio donde el contacto entre lla-nura y montaña aparece mediante una línea de fractura de orientación oeste-este. En esta línea es donde el poblamiento es más frecuente.

En las cuencas de ambos ríos se localiza una gran superficie de li-mos y arcillas en combinación con conglomerados carbonatados (Cea)


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o silíceos (Esla) y capas aisladas de fango, con formaciones solapadas de terrazas entre ambas cuencas y en distintos periodos geológicos.

El Esla, a partir de la falla de Cis-tierna, y el Cea, a partir de Puente Almuhey, cortan una estrecha ban-da cretácica, penetrando después en el Terciario continental. Los se-dimentos terciarios se encuentran recubiertos de potentes depósitos de rañas que destacan por su colo-ración rojiza (Leguey y Rodríguez, 1970). La acción predominante de ambos ríos en esta banda terciaria es de arrastre, lo que se constata con los materiales recuperados en los aluviones y terrazas correspon-dientes.

Tanto la geomorfología como la litología de esta región, condi-cionan un tipo determinado de paisajes y suelos, que determinan las características del poblamiento humano, y del aprovechamiento de recursos a partir del mismo, rasgo fundamental para analizar el pobla-miento en este sector de la montaña cantábrica.

3. MARCO DE ESTUDIO

La zona donde se desarrolla este proyecto bordea la parte Sur, Sures-te y Este del macizo de Peñacorada, el cual constituye un auténtico mo-jón natural visible desde muchos kilómetros. El hallazgo de los con-juntos líticos de la zona de Cistier-na, marca el inicio conocido de pre-sencia humana en la región alta del interfluvio, abarcando hasta el final de la Edad de Hierro y la ocupación romana de este territorio. Entre am-

bos periodos, se han documentado diversas evidencias de ocupaciones prehistóricas, mostrando una am-plia secuencia de ocupación huma-na en este territorio.

Sin embargo, las investigacio-nes que se han realizado hasta la fecha en este sector son escasas, y prácticamente nulas las actuaciones arqueológicas, salvo las referidas a la catalogación de yacimientos, algunas de ellas fechadas en la dé-cada de los setenta del siglo pasa-do. Partiendo de esta catalogación arqueológica actual presentamos a continuación los principales yaci-mientos conocidos y registrados en el ámbito de estudio.

3.1. YACIMIENTO PALEOLÍTICO DE VIDANES

El yacimiento de Vidanes está situa-do a 820 m de altitud en una terraza del Esla a la entrada de esta locali-dad. Se trata de un conjunto lítico de centenares de piezas con caracterís-ticas tecnotipológicas que invitan a una adscripción provisional dentro del Musteriense (Gutiérrez, 2001). En las cercanías se halla el yacimien-to de Reguero Seco, una tumba des-cubierta en el acondicionamiento de la carretera, con cuentas de variscita en su ajuar, atribuida al Calcolítico (Blanco y Pérez, 2005).

3.2. ENTORNO DEL PUERTO DEL PANDO

En un camino que sale de lo alto del puerto del Pando, a unos 1500 m de altitud, y en un lugar de paso estra-tégico que conduce a los valles de

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Riaño, se documentaron varias pie-zas de sílex, que en la Carta Arqueo-lógica (1985) aparecen atribuidas al Paleolítico superior. Su situación en un lugar de paso entre vertientes, podría indicar un uso continuado a lo largo de la Prehistoria, existiendo además varias cuevas en la zona.

3.3. EL CORÓN DE VILLACARTEL Y EL CASTRO DE LA MUELA

Ambos yacimientos están situados en el municipio de Prioro, en un ca-mino que conduce de la localidad del mismo nombre al lugar de Men-tal. El Corón está en una pequeña colina, a 1220 m de altitud, que se halla justo en el camino que baja del castro de la Canalina y se muestra muy devastado por actividad pe-cuaria. Este yacimmiento tiene una superfi cie de 2 hectáreas y se carac-

teriza por su forma elíptica. En este enclave se han hallado evidencias de cerámica que han sido atribuídas a la Edad de Hierro.

Continuando por este camino a Mental, se encuentra una peque-ña meseta o espolón bordeada de fuertes escarpes. Este lugar, situa-do a 1390 m de altitud, posee una inclinación descendente hacia el noreste, con visión directa al castro de la Canalina y al Corón de Villa-cartel y un dominio total sobre el valle del río Mental. En la acrópo-lis de su cima se atisban estructuras y se aprecia un foso en la mitad de la superfi cie. Este yacimiento ha sido atribuído a la Edad de Hierro si bien es posible que hubiese una ocupación anterior (Marín, 2011). En el Castillón, un monte que se si-túa enfrente aparecieron restos de una espada de bronce.

Figura 1. Yacimiento de Vidanes y su industria lítica (modifi cado de Gutiérrez, 2001).


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3.4. CASTRO DE LA CANALINA

El castro de la Canalina se encuen-tra en la localidad de Morgovejo, a unos 1380 metros de altitud. El acceso al yacimiento se realiza por un camino que parte de la carretera comarcal al puerto del Pando y que nos conduce, directamente, a una llanura de 6 hectáreas situada en un gran espolón escarpado. Se trata de un lugar estratégico, abierto a dos valles y rodeado de riscos y desfi -laderos, que además, forman mu-rallas naturales en el interior. Una parte del yacimiento ha sido devas-tado debido a la actividad pecuaria. Un lugareño encontró una serie de materiiales que fueron estudiados por el profesor José Manuel Luengo y que estarían atribuídos al Bronce Final y a la Edad de Hierro (Luen-go, 1940; Marín, 2011; Peralta, 2003).

Entre los hallazgos documentados destaca una moneda íbera dibujada que ha sido interpretada por Luen-go como una posible evidencia de relaciones comerciales en el entorno.

3.5. CASTROS DEL ENCINAR Y LOS SERRONES

Estos castros están situados a un kilómetro de la localidad de Ro-bledo de la Guzpeña, a 1270 m de altitud, en una de las estribaciones más altas de las que forman las pri-meras montañas por el sur del ma-cizo de Peñacorada. Toda esta zona meridional de la montaña cuenta con colinas con visibilidad entre sí. Hay diversas estructuras circulares y abundantes restos de ímbrices y cerámica en superfi cie. La carta arqueológica de 2005 lo adscribe a la Edad de Hierro, extensible a la

Figura 2. Castro de La Muela.

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Edad de Bronce, por paralelismo con poblados del entorno en los que hay continuidad residencial entre ambas épocas (Marín, 2011).

3.6. CASTRO DEL ARROYO DEL MOLINO

El castro, de unas 2 hectáreas de ex-tensión, se encuentra a 250 metros del pueblo actualmente abandona-do de Quintana de la Peña, a unos 1050 m de altitud, en una de las co-linas que lo rodean. Se trata de uno más de los pequeños recintos pobla-cionales que bordeaban por el sur y el sureste el macizo de Peñacorada. En la fi cha de la Carta Arqueológica de 1996 se atribuye su primera ocu-pación a la Edad de Hierro.

3.7. CUEVA DEL CORRAL DE LA CABAÑA

Este yacimiento está situado a unos 1160 m de altitud, en el camino de Mental, justo entre el castro de la Muela y el arroyo de Mental. Se tra-ta de una cavidad de tipo tubular de unos noventa metros de longi-tud, en la ladera de un afl oramiento calizo, con una sala interior de posi-ble uso habitacional con sedimento orgánico. Lugar estratégico sobre el valle, a 300 metros sobre el arroyo y con abundancia de cuarcitas en el entorno. La fi cha arqueológica indica testimonios de los lugareños sobre la aparición de una espada o cuchillo y cerámica, desconocién-dose su ubicación actual (2005). La fi cha arqueológica no concreta cro-nología.

Figura 3. Castro de La Canalina.


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4. DISCUSIÓN: DEL PALEOLÍTICO A LA EDAD DEL HIERRO

El Paleolítico antiguo en el interfl u-vio Esla-Alto Cea únicamente ha sido documentado en la zona suroeste del área de estudio, concretamente en las terrazas del Esla, destacando el yaci-miento de Vidanes. La proximidad al río hace que estos yacimientos del Paleolítico antiguo sean los que se encuentran más hacia el sur y a unas cotas más bajas, contrastando con la ocupación más importante que ha sido puesta en relación con el Paleo-lítico superior, que se encuentra en el entorno del puerto de Pando, a unos 1500 m de altitud y en el extre-mo opuesto del área de estudio. Sin duda, esta localización responde a la existencia de unas poblaciones con una mayor movilidad y a las buenas condiciones de habitabilidad del en-torno de este puerto de montaña por la existencia de numerosas cuevas en la zona.

La aparición de las sociedades productoras se ve refl ejada en el ya-cimiento de Reguero Seco, una tum-ba con ajuar cercana al yacimiento de

Vidanes, por lo que con los datos ac-tuales no podemos inferir cuestiones relativas a la ocupación del territorio de estos grupos humanos.

Mientras que observábamos que los yacimientos paleolíticos del área de estudio están situados en las in-mediaciones de los grandes ríos de la zona, como el Esla; los yacimientos asociados a la Edad del Bronce y la Edad del Hierro están más alejados de sus cauces, localizándose en ple-no interfl uvio y en zonas que poseen un amplio control sobre el territorio, situándose en cotas que oscilan entre los 1050 m del castro del Arroyo del Molino y los 1390 m del Corón de Villacartel y el Castro de la Muela, en zonas.

Los escasos yacimientos paleolíti-cos documentados en el área de estu-dio no permiten realizar valoraciones sobre las estrategias de asentamiento y ocupación del territorio de los ca-zadores-recolectores. Por ello, uno de los principales objetivos de nues-tro proyecto de investigación será realizar una prospección intensiva del territorio, fi ltrando previamente las potenciales áreas de ocupación durante el Paleolítico mediante GIS.

Figura 4. Disposición de los principales yacimientos en el área de estudio.

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Este trabajo de filtrado de datos y de selección de potenciales áreas de ocupación por parte de los grupos humanos, se realizará también para localizar yacimientos asociados a las sociedades productoras.

Las características de este terri-torio, situado en una zona de paso y con numerosos recursos bióticos y abióticos que hacen que esta zona sea apta para la ocupación de los grupos humanos prehistóricos hacen pensar que el escaso número de yacimien-tos que existen actualmente estaría relacionado con la falta de actividad de prospección e investiagación ar-queológica en este entorno. Un claro ejemplo de esto sería que, pese a que en el interfluvio Esla-Alto Cea existen un elevado número de cuevas, tan sólo en una han sido documentadas evidencias de la ocupación humana por parte de los grupos prehistóricos.

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