josÉ con el alimento para sus hermanos · alimento espiritual para el alma de los seres humanos. y...

JOSÉ CONEL ALIMENTO

PARA SUSHERMANOSSábado, 8 de agosto de 1998

(Tercera actividad)San Nicolás de los Garza, N.L., México

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel yexactadeesteMensaje,talcomofuepredicado;por lotanto, cualquier error en este escrito es estrictamenteerrordeaudición,transcripcióne impresión,ynodebeinterpretarsecomoerroresdelMensaje. El texto contenido en esta conferencia puede serverificadoconlasgrabacionesdelaudioodelvideo. Este folleto debe ser usado solamente parapropósitospersonalesdeestudiohastaqueseapublicadoformalmente.

NOTA AL LECTOR

Notas

Dr. William Soto Santiago34

Que Dios les bendiga y les guarde, y muchas gracias por vuestra amable atención. Que Dios les bendiga y les guarde; y hasta la noche, Dios mediante. “JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS”.

JOSÉ CON EL ALIMENTOPARA SUS HERMANOS

Dr. William Soto SantiagoSábado, 8 de agosto de 1998

(Tercera actividad)San Nicolás de los Garza, N. L., México

Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes aquí en El Mirador, en Monterrey…

(¿Monterrey es aquí?) San Nicolás, Nuevo León. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente, de este Día Postrero, y así ver a JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS en este Día Postrero. Para lo cual quiero leer en Génesis, capítulo 42, verso 1 en adelante, dice: “Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos. Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.


Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre. Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán. Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra. Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos. José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido”. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Esta historia de José nos muestra algo muy importante del Programa Divino que se estaría llevando a cabo en la Obra de Cristo. Y por cuanto la Venida del Señor, la Venida de Cristo, tanto Su Primera Venida como Su Segunda Venida, fue reflejada en los profetas del Antiguo Testamento…; y por eso en la vida de ellos hubo eventos los cuales ellos no pudieron comprender plenamente; pero Dios estaba con ellos y estaba reflejando al Mesías, tanto en Su Primera Venida como en Su Segunda Venida; y las cosas que sucedieron en las vidas de ellos hablan acerca de la Venida del Mesías y las cosas que sucederían en la Venida del Mesías, tanto en Su Primera Venida como en Su Segunda Venida.

José con el Alimento pArA sus hermAnos 33

no habrá limitaciones, pues estaremos transformados; y si no lo hay, por la Palabra creadora aparecerá. Como cuando no hubo alimento para alimentar aquellas miles de personas en dos ocasiones9. Jesús dijo: “No tienen necesidad de irse a comprar alimento ellos. Dadles vosotros de comer”; y Cristo multiplicó aquellos panecitos y aquellos pececitos. Así también sucederá en este tiempo final: que si no hay, o si solo queda un poquito, será multiplicado. Así que habrá entonces abundancia de alimento físico como hay abundancia de alimento espiritual; porque nuestro José es el Príncipe de Prosperidad. Habrá prosperidad siempre, tanto espiritual como física para todos los hijos e hijas de Dios. “JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS”. Bueno, ya vimos unas cuantas cositas aquí, aunque habíamos ya terminado; pero siempre, si nos quedamos aquí, si me quedo aquí con ustedes, siempre van a seguir fluyendo de parte de Dios; y tengo que hacer una de dos cosas: o dárselas a ustedes o quedarme callado y decirles: Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, y buen provecho del alimento espiritual de la Palabra de Dios que nos da nuestro José, nuestro amado Señor Jesucristo; y también le dará al pueblo hebreo. Que Dios les bendiga y les guarde, y nos veremos en la noche, Dios mediante, para los que estarán allá en la actividad de la noche.

9 Cinco mil: San Mateo 14:13-21, San Marcos 6:30-44, San Lucas 9:10-17, San Juan 6:1-14. Cuatro mil: San Mateo 15:32-39, San Marcos 8:1-10


segunda edad; y los de la tercera comieron comida francesa también y también comida húngara; y muchos también, los de la cuarta edad, comieron comida irlandesa y comida escocesa; y muchos también, los de la quinta edad, comieron comida alemana; y los de la sexta edad comieron comida inglesa; y los de la séptima comieron comida norteamericana. Pero la comida latinoamericana y caribeña tiene un toque muy especial; y esa es la comida que no comieron los alemanes en el tiempo de Lutero, ni los ingleses en el tiempo de Wesley; así que ellos quieren un plato nuevo. Y les podemos poner algunos chiles por el lado, para que sepan y experimenten lo que se siente comiendo con chile. Algunos solamente experimentan el fuego del pique, pero hay otra cosa que se experimenta, y es que el apetito se multiplica; y cuando termina de comer, mira a ver si le pusieron más; y si no, le dicen: “¡Estaba sabrosa, estaba rica la comida!”, y le traen más. Y eso es lo que sucederá cuando prueben la comida que les daremos. Les ofreceremos una comida de bienvenida, y todos los días les tendremos comida de bienvenida y comida con sabor latinoamericano y caribeño. Así que ellos, al terminar, podrán decir: “¿Quedó algo por ahí en la olla?”. Y podremos decirles: “No, en la olla, todavía no se va a sacar lo del fondo de la olla, porque hemos preparado suficiente comida para todos ustedes y para nosotros también, porque hay abundancia de comida”. Si hay abundancia de comida espiritual, alimento espiritual para el alma, también habrá suficiente abundancia, o sea, habrá abundancia de comida física para ofrecerles a ellos también. Y aunque sean días de apretura,


Y ahora, en este reflejo de la vida del Mesías en José, el cual fue el hombre, el profeta en el cual hubo un reflejo más perfecto de la Venida del Mesías, nos dice la historia bíblica cómo fue la venida de José por medio de Raquel, la esposa de Jacob; cómo sus hermanos, al ver que tenía sueños y los interpretaba… Y esos sueños, vean ustedes, eran a favor de él, los cuales Dios le daba para que él pudiera ir viendo el Programa que Dios tenía con él, y pudiera moverse de acuerdo a ese Programa, creyendo esos sueños y sabiendo que Dios lo iba a encaminar para cumplir esos sueños en su vida, los cuales eran sueños proféticos; y que esos sueños proféticos que se cumplirían en él, también estaban reflejando la Venida del Mesías y las cosas que Dios haría en la Venida del Mesías. Por lo tanto, la vida de José es un reflejo perfecto de la Venida del Señor, de la Venida de Cristo, de la Venida del Mesías, tanto Su Primera Venida como Su Segunda Venida. Y aquí, vean ustedes, para poder José ser el que tendría el alimento para sus hermanos, tuvo que pasar por etapas difíciles: fue aborrecido por sus hermanos… sus hermanos no tenían sueños como él y no eran profetas. El que recibió el ministerio de profeta (que estaba en estos profetas como Abraham, Isaac y Jacob) y la Bendición de la Primogenitura que estaba en ellos, ¿la recibiría quién? José, el hijo de Jacob; y ya tenía el ministerio en él, de profeta, y por eso podía tener esos sueños y conocer la interpretación de esos sueños, y ver por medio de esos sueños la trayectoria que tendría la vida de José, y ver que Dios estaría con él hasta llegar al trono, y ver a sus hermanos inclinados delante de él, sin sus hermanos saber


que él era el Mesías, o… Sí, el Mesías, porque el Mesías es el hombre ungido. El Ungido de Dios con el Espíritu de Dios era José en ese tiempo en medio de los gentiles. Y ahora, vean ustedes, José como el hombre ungido, el Mesías para aquel tiempo, estaba en el trono, como segundo en el trono, como segundo en el reino del faraón, con el sello del faraón, llevando a cabo los negocios del faraón, los negocios del reino, y teniendo el alimento para el pueblo, para que no pereciera el pueblo (lo almacenó en esos siete años de abundancia); y cuando vino la escasez, hubo alimento en Egipto para el pueblo. ¿Y lo tenía almacenado quién? José, el cual había recibido el cambio de nombre; y teniendo ese cambio de nombre ya en él, estuvo llevando a cabo la obra de almacenar el alimento para el pueblo. Y ahora, todo eso representa a Cristo, el cual murió, resucitó y ascendió al Cielo, y recibió un cambio de nombre; y ha estado almacenando alimento espiritual para el pueblo, tanto para el pueblo hebreo como para todo ser humano que vive en este planeta Tierra y todo ser humano que vivirá en el Reino Milenial. Habrá alimento espiritual almacenado para los que vivirán en el Reino Milenial, alimento espiritual para el alma de los seres humanos. Y ahora, José fue vendido porque sus hermanos le odiaron porque era profeta; y así también Cristo fue odiado por Sus hermanos los hebreos y por los líderes religiosos (en su mayoría) allá en medio del pueblo hebreo; y fue vendido por treinta piezas de plata, como José fue vendido también por piezas de plata, porque sus hermanos le odiaron. Y vean, en todo eso se estaba reflejando Cristo y Su trayectoria, tanto en Su Primera Venida y después en


para llegar al Reino Milenial sin ver muerte nuestro cuerpo físico. Ahora, si alguno se va antes por alguna causa, accidente, enfermedad, o que Dios lo llame en alguna otra forma, pues regresará en la resurrección de los muertos en Cristo como testigo de la resurrección. Ahora, ¿a cuántos les gustaría ser testigo resucitando en un cuerpo eterno? Pues a ninguno de ustedes, porque todos quieren ser transformados y no morir para ser resucitados en un cuerpo eterno; pero algunos se han ido, y regresarán en el cuerpo nuevo como testigos de la resurrección. No hay ningún problema; si alguno se va antes, él regresará. Lo importante es que esté comiendo ese alimento espiritual en este tiempo final, para que regrese como testigo de la resurrección. No queremos que ninguno se vaya; pero si alguno se va, pues allá deles saludos a los siete ángeles mensajeros de las siete edades y a los grupos que están con ellos, y que ya todo aquí está siendo preparado en esta etapa de la introducción al Reino Milenial, y que pronto serán ellos resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos los recibiremos y seremos transformados. Y que ya sabemos que van a comer cuando estén en el nuevo cuerpo, y están invitados ya de antemano por nosotros para que coman con nosotros. No queremos que se vayan a comer para otro continente, sino que se queden con nosotros en el continente nuestro, comiendo las comidas típicas latinoamericanas y caribeñas. Muchos de ellos ya comieron mucha comida allá hebrea, los que vivieron en esa etapa de los apóstoles; otros comieron ya mucha comida allá de Asia Menor; otros comieron ya mucha comida francesa, los de la


alma, el alimento de la Palabra de Dios. Y ahora, ¿cuál es el siervo fiel y prudente que estará en la Edad de la Piedra Angular dando el alimento espiritual para el alma de los hijos de Dios, el cual estará presente en la Venida de su Señor, en el cumplimiento de Su Venida? Cristo dice8: “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo…”. ¿Cómo le halle haciendo? Dándole el alimento, la ración correspondiente a ese tiempo. ¿Dónde? En la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá”. Por lo tanto será un administrador de los bienes de su Señor en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; y pasará a heredar esa bendición en el Reino Milenial; y continuará dando el alimento espiritual. Ese Alimento que él da es el Alimento que será dado para todo ser humano durante el Reino Milenial también; porque ese es el Mensaje del Evangelio del Reino, es el Mensaje Eterno para ser predicado a todo pueblo, lengua y nación, en el cumplimiento de JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS. Y en este Día Postrero lo veremos en medio de Su Casa, la Casa de Dios, dándonos ese alimento espiritual. Y todos los escogidos lo reconocerán y recibirán ese alimento espiritual, sin el cual no podemos continuar viviendo por toda la eternidad; ni siquiera podremos seguir viviendo 8 San Mateo 24:46


Su Segunda Venida; y también se estaba reflejando la trayectoria de Cristo al ascender al Cielo y estar en el Trono de Intercesión, allá intercediendo, allá en el Cielo. Ahora, vean cómo fue vendido José. Y ellos se quedaron con el dinero de la venta de José, pero perdieron por una temporada un profeta, el cual era hermano de ellos. Así el pueblo hebreo, al rechazar a Cristo y pedir Su muerte en la Cruz del Calvario, al ser vendido por treinta piezas de plata por Judas Iscariote, ahora encontramos que pasó a los gentiles en Su Obra, en Espíritu Santo; y el pueblo hebreo ha estado sufriendo las consecuencias de haber rechazado a su hermano José. Encontramos que fue vendido José por veinte piezas de plata. Dice Génesis, capítulo 37, verso 28: “Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto (o sea, los ismaelitas, madianitas, lo llevaron a Egipto y allá después lo revendieron1)”. Ahora, vean cómo Jesús también fue vendido por piezas de plata, treinta piezas de plata; y ahora, ha pasado a estar entre los gentiles en Espíritu Santo, y en el Trono del Padre en el Cielo haciendo intercesión con Su propia Sangre, en donde Su cuerpo glorificado se encuentra. Y ahora, para el Día Postrero el pueblo hebreo sentirá esa hambre espiritual, la cual ya está sintiendo: está sintiendo el hambre espiritual por la Venida del Mesías; y ellos están buscando y esperando la Venida del Mesías. Y miren, en sus revistas podemos ver que publican: “Preparándonos” o “Preparémonos para la llegada del Mashíaj” (del Mesías, que es “Mashíaj”), o sea, el Mesías 1 Génesis 37:36


para Israel, que es el Rey de Israel, que se sentará en el Trono de David. Y se está preparando el pueblo hebreo en la actualidad, muchos grupos religiosos están preparándose para la Venida del Mesías, y anuncian que se están preparando y también anuncian: “Bienvenido el Mesías”. En pancartas y cruzacalles y cosas así, en algunas temporadas en Israel, se encuentran estas exclamaciones del pueblo hebreo por la llegada del Mesías. Y ahora, esto es porque ya están sintiendo el hambre espiritual de la Palabra de Dios revelada para el tiempo final que les dé a conocer la Venida del Mesías; porque ellos están esperando la Venida del Mesías, y no saben que lo despreciaron, lo rechazaron dos mil años atrás. Pero el pueblo hebreo como nación y la religión hebrea del judaísmo no ha reconocido la Primera Venida de Cristo, que es la Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo dos mil años atrás. Y ahora, nos dice Deuteronomio, capítulo 8, verso 3… Cuando Dios llevó al pueblo hebreo por el desierto, tuvo un propósito. Capítulo 8, verso 1 en adelante, de Deuteronomio, dice: “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían


mar y las fuentes de las aguas”. Enseña a adorar y ordena a los seres humanos que adoren a Dios en este tiempo final. Esto se reflejó también en los mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, pero se cumple en toda Su plenitud en el Ángel del Señor Jesucristo; aunque se cumplió parcialmente en, por ejemplo, el quinto ángel mensajero de la quinta edad de la Iglesia gentil. Ahora, con JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS, tenemos la dieta más perfecta espiritual para el alma de todo ser humano, de gentiles y de hebreos también. Hay una buena dieta en la Casa de Dios. Y ahora, ¿quién es el siervo fiel y prudente, al cual su Señor puso sobre Su Casa para que les dé el alimento a tiempo, la ración a tiempo, del alimento espiritual de la Palabra de Dios prometida para la edad en que cada grupo de escogidos de Dios vivió? Bueno, para la primera edad el siervo fiel y prudente fue ¿quién? ¿San quién? San Pablo; para la segunda edad fue Ireneo, para la tercera edad fue Martín, para la cuarta fue Colombo, para la quinta fue Lutero, para la sexta Wesley y para la séptima el reverendo William Branham; pero en ninguna de esas edades se cumplió plenamente la Venida del Señor, sino parcialmente, o sea, en la porción correspondiente a cada edad, en la Venida de Cristo en Espíritu Santo manifestado en cada ángel mensajero. Pero para el Día Postrero, la Venida de Cristo, el Ángel del Pacto, a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, cumplirá Su Venida conforme a como Él ha prometido. Es la Venida del Ángel que era diferente a los demás, el cual en el Día Postrero viene en carne humana en Su Ángel Mensajero para darnos el alimento espiritual para nuestra


en mi Trono”. Y todos nos sentaremos en el Reino Milenial en tronos para reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad. Y tendremos un alimento espiritual: el alimento espiritual de la revelación de la Segunda Venida de Cristo; eso es el Mensaje del Evangelio del Reino, para los gentiles y para los hebreos en este Día Postrero. Ahora, vean ustedes cómo en Apocalipsis, capítulo 14, luego de aparecer los 144.000 hebreos y ser sellados y seguir al Cordero por dondequiera que va, dice el verso 6 en adelante: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Este Ángel es el mismo Ángel del Señor Jesucristo a través del cual estará Cristo en Espíritu Santo manifestado, hablando por medio de Su Ángel el Evangelio Eterno, el Evangelio del Reino, para todo ser humano que vive en el planeta Tierra. Y por medio de ese Mensaje es anunciado el juicio divino, pues dice: “… y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado…”. En ese Mensaje es revelado el juicio divino que viene sobre la Tierra; es predicado el día de venganza del Dios nuestro, por este Ángel con el Mensaje Eterno de Dios para todo ser humano. Y dice: “… y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el


conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”. Y Jesús citando estas palabras, dice en San Mateo, capítulo 4, y San Lucas, capítulo 4, verso 4 (y San Mateo, capítulo 4, verso 4): “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Ahora, para escuchar lo que sale de la boca de Dios, tenemos que encontrar la boca de Dios hablando en el tiempo que a la persona le toca vivir. La boca de Dios siempre han sido los profetas de Dios; en ellos Dios ha colocado Su Palabra, como nos dice aquí en Apocalipsis, capítulo 19. Vamos a ver… vamos a leer Deuteronomio 18, verso 15 en adelante (después leemos en Apocalipsis): “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…”. ¿A quién dice Dios que el pueblo escuche? Al profeta que Dios levanta, porque él viene con un Mensaje de Dios, él es la boca de Dios, y Dios ha colocado Su Palabra en su boca. Sigue diciendo: “… conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb (o sea, en el monte Sinaí) el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”. ¿Dónde Dios coloca Sus palabras, las cuales el pueblo escuchará? Las coloca en la boca, en el corazón del


profeta que Él envía; y por medio de ese profeta es que Dios habla, porque coloca Su Palabra en la boca y corazón de ese profeta. Por eso Moisés dice: “… a él oiréis”. “Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”. En el libro de los Hechos, capítulo 3, verso 22 al 23, citando San Pedro este pasaje dice: “Y cualquiera que no oyere lo que él hablare en mi nombre, Dios le desarraigará del pueblo”. Y en cada profeta se ha cumplido parcialmente esta profecía, y en Jesús se cumplió en toda su plenitud; y en cada ángel mensajero - en los apóstoles y en cada ángel mensajero se ha cumplido esta profecía parcialmente; y en el Día Postrero se cumplirá en toda su plenitud, en la manifestación del Ángel de Jehová en Su Ángel Mensajero en este tiempo final. Y ahí encontraremos la Palabra de Dios correspondiente al Día Postrero, que es el alimento espiritual para el alma de todo ser humano, de gentiles y de hebreos también. Y por eso es que nos dice Dios por medio del profeta Amós, en el capítulo 8, verso 11 en adelante, que Dios, que Él enviará hambre sobre la Tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Jehová. Y ahora no es hambre física ni sed física, sino hambre y sed espiritual, de oír la Palabra de Dios, la Voz de Dios, que es el alimento espiritual para el alma del ser humano; porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, de la boca de Jehová, o sea, del profeta mensajero de Dios para el tiempo en que se requiere ese alimento espiritual, para la edad y dispensación en que la persona esté viviendo. ¿Dónde encontrarán esa Palabra que alimenta el alma,


siendo revelado a Su Iglesia; y así siendo revelado el misterio de Su Segunda Venida; y así siendo revelado el misterio de Su Venida, manifestado Él en Su Ángel Mensajero en este tiempo final. Pero Su Ángel no es el Señor Jesucristo; él solamente es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, a través del cual Cristo estará manifestado dándonos el Alimento del alma, de la Palabra de Dios para todos nosotros entre los gentiles y después para los hebreos en este Día Postrero. Hemos visto a JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS, el cual es tipo y figura de nuestro José, de nuestro Señor Jesucristo, con el alimento espiritual para Sus hermanos de entre los gentiles, que es Su Iglesia, y para Sus hermanos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos que lo recibirán, los cuales comerán ese alimento espiritual; y después también todo el pueblo hebreo comerá ese alimento espiritual. “Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”6. Y durante el Reino Milenial no habrá otro alimento espiritual, sino ese mismo alimento espiritual siendo dado a todos los seres humanos que vivirán durante el Reino Milenial, con el cual será llena la Tierra de todo el conocimiento de la gloria de Dios. Y en aquel Día “Jehová será rey sobre toda la tierra”7. Y Jehová para ese Día es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, nuestro amado Señor Jesucristo sentándose en el Trono de David; y con Él, el Vencedor sentándose, porque “al que venciere, yo le daré que se siente conmigo 6 Habacuc 2:14, Isaías 11:97 Zacarías 14:9


de su incredulidad, y regresen a Dios’”. Y ellos se arrepentirán, y conocerán la historia de lo que fue la Primera Venida de Cristo y cómo lo rechazaron; y llorarán, como lloraron los hermanos de José frente a José. Y ahora, este encuentro, vean, dice: “Sucede antes de comenzar la gran tribulación”; este encuentro: en el cumplimiento de lo que fue mostrado cuando Jacob se encontró con el Ángel de Jehová, y cuando los hermanos de José se encontraron con José en Egipto, y luego él se reveló a ellos. Hemos visto lo que está prometido para el pueblo hebreo para este Día Postrero, y también lo que está prometido para la Iglesia de Jesucristo para este Día Postrero. Para el Israel espiritual, nuestro José, Jesucristo, el Ángel del Pacto, en Su manifestación final por medio de Su Ángel Mensajero tiene el Alimento para Sus hermanos; no el alimento físico (el cual la gente come, y con todo y eso vuelven a tener hambre, y siguen comiendo; y luego al final siempre se mueren). Es el alimento espiritual de la Palabra de Dios, la Palabra de vida eterna, la Palabra creadora de Dios, la Palabra que nos alimenta en el alma y nos da vida; pues Cristo dijo: “Mis palabras son espíritu y son vida”4, y “el que oye mi Palabra, tiene vida eterna”5. Ahora podemos ver que ese alimento que Él tiene para Sus hermanos hebreos y para Sus hermanos gentiles (que son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo) es un alimento espiritual: el alimento espiritual de Su Palabra, Su Mensaje, el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo 4 San Juan 6:635 San Juan 5:24


ese alimento espiritual? En la boca del profeta mensajero de esa edad y de esa dispensación. Y ahora ya la Voz de Dios ha estado en la boca de Sus profetas del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento, y en Sus siete ángeles mensajeros de la Iglesia de Jesucristo durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Y ahora hay hambre sobre la Tierra, entre los gentiles y también en medio del pueblo hebreo. ¿Y dónde encontraremos ese Alimento para el alma, para los hermanos de nuestro José, de nuestro Señor Jesucristo, tanto los hermanos de entre los gentiles como los hermanos hebreos? Lo encontraremos en una edad: la Edad de la Piedra Angular; y en una dispensación: la Dispensación del Reino; y en ese mensajero de esa edad y de esa dispensación, que es el Ángel del Señor Jesucristo. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. (Amós, capítulo 3, verso 7). Por lo tanto, todo lo que Dios estará haciendo y quiere que Su pueblo sepa, lo podemos obtener por medio de la boca de Dios, que es el Ángel de Jesucristo para el Día Postrero, o sea, para el séptimo milenio y para la séptima dispensación. Ahí es donde estará el Alimento para los hermanos de nuestro José espiritual; y para los hermanos del José literal, hijo de Jacob, o sea, para el pueblo hebreo. Ahí estará el alimento espiritual para el alma de ellos: en la boca de Cristo, la boca de Dios para el Día Postrero, que es el Ángel del Señor Jesucristo; porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. Y ahora Cristo prometió darnos a conocer todas estas


cosas que deben suceder pronto; pero “no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”; por lo tanto, Cristo tiene que tener un profeta mensajero aquí en la Tierra en el Día Postrero, para revelar las cosas que han de suceder luego de las que ya han sucedido en las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, envía Su Ángel Mensajero a Juan el apóstol, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; porque ese es el Ángel que viene con la revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder o han de suceder pronto; y se las reveló a Juan en estas visiones simbólicas, las cuales tienen un significado. Este Ángel es un profeta, pues Juan quiso adorarlo en dos ocasiones y el Ángel le dice2: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de los profetas. Adora a Dios”. Si es un consiervo, y Dios llama a los profetas siervos, y es un consiervo, es otro profeta, un colega de los profetas. Juan también, siendo apóstol, también era profeta, y por eso tenemos las profecías de Juan el apóstol; y tenemos este libro profético del Apocalipsis, que fue revelado a Juan en esta forma simbólica por el Ángel del Señor Jesucristo. Y ahora, Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 4, con esa Voz de Trompeta… veamos lo que Él dice… Juan nos dice cómo sucedió todo, dice capítulo 4, verso 1: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, 2 Apocalipsis 19:10, 22:9


¿Cómo viene el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo? Viene como el Mensajero a Israel, porque Él es el Mensajero a Israel. “¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia. Ahora fíjese bien: ‘Y tenía en su mano un librito abierto…’”. Ahora podemos ver aquí que la Venida del Ángel Fuerte, del Ángel que desciende del Cielo, el cual es Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, viene para los hebreos en el Día Postrero; pero por cuanto la Iglesia de Jesucristo todavía está aquí en la Tierra, aunque ya se han terminado las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, entonces Él viene por Su Iglesia, que es el Israel celestial, que tiene que ser atendido primero, para los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos; y para eso, los escogidos del Día Postrero, que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, tienen que ser llamados y juntados en este tiempo final. Y ahora, el llamado a los hebreos, vean, y este cumplimiento de estos 144.000 agarrándose bien del Ángel de Jehová manifestado, donde estarán los ministerios de Moisés y Elías, donde estará Moisés y Elías (o sea, en el velo de carne donde estarán esos ministerios de Moisés y Elías y el de Jesús, en donde estará el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero), vean ustedes: “143. Eso sucede justamente antes de comenzar la tribulación. ¡Cuán hermoso! Estos dos profetas predicarán como Juan el Bautista, y les dirán: ‘El Reino de los Cielos está a la mano. ¡ISRAEL, ARREPIÉNTANSE!’. ¿Arrepiéntanse de qué? ‘Arrepiéntanse de sus pecados y


Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 14, verso 1, encontramos ya esa cantidad de hebreos llamados, juntados y sellados en sus frentes. Veamos lo que dice el capítulo 14 de Apocalipsis: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”. Ahora vean, ¿quiénes son esos? Los 144.000, que se agarrarán bien del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, o sea, de Cristo, en Su Venida y manifestación por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero. Y en la Venida del Ángel en el Día Postrero, que es la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, Él viene para Israel; pero por cuanto la Iglesia de Jesucristo está a apunto de ser raptada y las edades ya han terminado, su tiempo ha terminado, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo en la página 57 del libro de Los Sellos: “‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza (está citando Apocalipsis 10)…’. 17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo (o sea, este Ángel Fuerte que desciende del Cielo), porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando: ‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’. 18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel”.


hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Esta Voz es la Voz de Cristo, esta Voz de Trompeta hablando desde el Cielo. Es la misma Voz que San Juan escuchó en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, donde dice: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. ¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Él es antes que Abraham y Él es antes que Noé, antes que Enoc, antes que Matusalén y antes que Adán también; y Él es el que habla con esta Gran Voz de Trompeta en el Día del Señor, o sea, en el Día Postrero, que es el séptimo milenio. Y ahora, Cristo con esta Voz como de trompeta —no es una trompeta literal sino una Voz como de trompeta, que habla con urgencia las cosas que deben suceder pronto— nos dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, o sea, después de las que ya han ocurrido durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y se han cumplido así las profecías correspondientes a las siete desde la Iglesia gentil; y las cosas que sucedieron ahí, en esas siete etapas, están escritas en símbolos en el libro del Apocalipsis. Pero ahora van a ser dadas a conocer cosas que van a suceder después de las siete edades de la Iglesia gentil; para lo cual Juan es llamado a subir más arriba: subir donde estará Cristo en el Día Postrero hablando con esa Gran Voz de Trompeta. Por lo tanto, tenemos que subir a la edad donde Él esté


hablando, y esa es la Edad de la Piedra Angular, donde Él estará hablando por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto. Y por eso en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 en adelante, las cosas son dadas a conocer por medio del Ángel del Señor Jesucristo, donde Cristo en Espíritu Santo estará manifestado en este Día Postrero hablándole a Su Iglesia, con esta Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, todas estas cosas que deben suceder pronto, en el tiempo final o Día Postrero o séptimo milenio. Dice así capítulo 22, verso 6, de Apocalipsis: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. ¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Es la primera ocasión en que Cristo envía un profeta dispensacional a Su Iglesia, y lo envía dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; pues cuando envía un profeta, él viene con un Mensaje de Dios. Es la Voz de Dios hablando en el Día Postrero, como habló en otras edades por medio de profetas; y, por cuanto la Palabra revelada viene al mensajero, y es revelada al pueblo por medio del mensajero, del profeta que corresponde a ese tiempo, ahora viene este Ángel Mensajero dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y Cristo reconfirma en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, que Él ha enviado Su Ángel y dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.


los 144.000, los ganadores de dinero que han sido tan deshonestos con las finanzas; pero cuando ellos por fin ven la cosa verdadera y la posibilidad de agarrarse de ello, allí estarán Moisés y Elías”. O sea que donde esté el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que le apareció a Jacob, del cual él se agarró; donde esté ese Ángel, ahí estarán los Dos Olivos: Moisés y Elías; ahí estarán los misterios de Moisés y Elías manifestados en el Día Postrero. “¡Amén! Ellos también lucharán con Dios hasta que los 144.000 de las doce tribus de Israel sean llamados y sacados fuera”. Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en adelante, nos muestra el Ángel que sube de donde nace el sol, que viene con el Sello del Dios vivo, para llamar y juntar 144.000 hebreos y sellarlos con el Sello del Dios vivo en sus frentes. Ese Ángel es el Ángel del Señor Jesucristo, en donde estará el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto manifestado, llamando y juntando 144.000 hebreos y sellándolos; como también fue mostrado en Ezequiel, capítulo 9, donde el Ángel que venía, el Varón que venía con el tintero en su cintura, vino para llamar, juntar y sellar en sus frentes los que estaban clamando y estaban sirviendo a Dios, los cuales fueron sellados; y ahora, aquello es tipo y figura de lo que Él estará haciendo en este tiempo final. Él también ha estado llamando y sellando de edad en edad, en la manifestación que Él ha tenido de edad en edad; ha estado llamando y sellando con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo, a millones de personas. Y ahora, en este tiempo, también estará llamando y juntando y sellando a los escogidos de entre los gentiles primeramente y después a los escogidos del pueblo hebreo.


UN SOLO DIOS manifestando Sus poderosos oficios y títulos triples”. Aquí podemos ver algo muy importante que estará sucediendo con el pueblo hebreo. Dice: “46. La gente sabía que Él era profeta. Ellos conocían la señal del Mesías, la cual solamente podía manifestarse a través de un profeta. Juan 1:44-51”. Y ahora podemos ver lo que estará sucediendo con el pueblo hebreo, lo cual también fue reflejado en el tiempo en que Jacob se encontró con el Ángel de Jehová. Y eso, vean ustedes, en la página 359 del libro de Los Sellos, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo: “[141]. … entonces Jacob echó mano a algo que era real. Hubo un Ángel que bajó del Cielo, y Jacob mantuvo sus brazos alrededor del Ángel, y allí se mantuvo. Este Ángel le dijo: ‘Tengo que irme, ya está amaneciendo’. Hermano: ¡El Día está por aparecer, está por llegar!”. ¿Y qué día está por aparecer?, ¿qué día está por llegar en el tiempo de nuestro hermano Branham? El Día Milenial; porque “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”3; y el Día Milenial es el séptimo milenio. Y aquí él dice: “Hermanos: ¡Está por aparecer, está por llegar!”. Y también el día dispensacional séptimo, que es la séptima dispensación; y también el Día Eterno, que está representado en el día octavo, en el día domingo, que representa la Edad de la Piedra Angular, la Edad Eterna de la Iglesia de Cristo. “142. Pero Jacob dijo: ‘¡No te voy a dejar ir si no me bendices! No puedes partir, yo me voy a quedar contigo. Yo quiero que venga un cambio a mi situación’. Esos son 3 2 Pedro 3:8, Salmos 90:4


Y ahora, por medio del Mensaje que nos da el Ángel del Señor Jesucristo obtenemos el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; y por medio de Su Ángel Mensajero nos habla con esa Gran Voz de Trompeta y nos abre las Escrituras, las profecías correspondientes a este tiempo final. Ese Mensaje de Jesucristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová por medio de Su Ángel Mensajero, es el alimento espiritual para los hermanos de nuestro José, que es Cristo, tanto Sus hermanos gentiles como Sus hermanos hebreos. José, nuestro José, Cristo, en este tiempo final tiene el alimento espiritual para el alma de todos Sus hermanos, tanto del pueblo hebreo como de entre los gentiles. Él tiene el alimento espiritual para el alma de todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo, Él tiene el alimento espiritual para el alma de la Iglesia del Señor Jesucristo. Él, nuestro José, Jesucristo, el Ángel del Pacto viniendo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero, tiene el Alimento para Sus hermanos. Eso es representado en José teniendo el alimento para sus hermanos, que lo habían vendido; pero él los amaba y sabía que él tenía que pasar por un camino, una trayectoria llena de obstáculos, de problemas y de luchas para llegar a obtener el alimento para sus hermanos, para que no perecieran sus hermanos en el juicio divino que vendría para aquel tiempo sobre Egipto y los demás países cercanos, donde vendría una escasez de agua y vendría entonces un problema para la agricultura, en donde la tierra no produciría para alimentar a la gente y vendría una hambruna para la Tierra.


Pero antes de esos siete años de hambruna sobre la Tierra, vendrían siete años de abundancia; y en esos siete años de abundancia José estaría recogiendo trigo en abundancia, alimento en abundancia, y almacenándolo; para cuando llegaran los siete años de escasez estuviera almacenado todo ese alimento, para que no pereciera Egipto y los países o ciudades cercanas, y no pereciera Jacob y sus hijos y los hijos de sus hijos, y pudieran continuar viviendo; así, ¿siendo alimentados con qué? Con el alimento que José tenía para su padre y sus hermanos y para el pueblo egipcio. Y ahora, para los gentiles, vean ustedes cómo Dios ha estado dando alimento espiritual para el alma a través de los diferentes ángeles mensajeros, para vida eterna para todos los que han comido ese alimento espiritual; y en este Día Postrero podemos ver que Cristo desde el Cielo, desde el Trono del Padre, ha estado enviando ese alimento espiritual. Y para el Día Postrero habrá hambre sobre la Tierra; y ya ha comenzado, pero se apretará cada día más y más; pero Él tendrá alimento espiritual en abundancia para Su Iglesia, que son Sus hermanos (los miembros de Su Iglesia), y también para el pueblo hebreo, que son Sus hermanos por causa de la nacionalidad de Jesús terrenal al nacer en Belén de Judea. Y ahora, en este tiempo final es que estará almacenado todo el alimento espiritual, y nuestro José estará dando alimento espiritual en este tiempo de hambruna espiritual que hay sobre el planeta Tierra y sus habitantes; y estará así como estaba José: con un nombre nuevo. José tenía como nombre en Egipto, entre los gentiles, Zafnat-panea; ese fue el nombre nuevo que le dio el rey,


de Dios, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, desearon ver y escuchar. Ellos desearon ver la Segunda Venida de Cristo y escucharlo a Él hablando, dando a conocer todas estas cosas que estarán sucediendo en este tiempo final. Y por medio de Su Ángel Mensajero lo veremos a Él, a nuestro José, a Cristo, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y con ese Mensaje (siendo el alimento espiritual para el alma, porque “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”), alimentando nuestras almas con esa Palabra que sale de la boca de Cristo, del Ángel Mensajero de Jesucristo en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. La Edad de la Piedra Angular es el lugar donde está el alimento espiritual del Día Postrero, representado en el maná escondido que estaba en el lugar santísimo del templo literal que construyó Moisés y del que construyó el rey Salomón. Y para el pueblo hebreo pronto se cumplirá el encuentro de los hermanos de José con José; y esto sucederá, vamos a ver cuándo…, es para este Día Postrero, para este tiempo final. Pero veamos aquí lo que nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo: en el mensaje de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil nos habla algo aquí, vamos a ver. Página 14 dice, del libro de Las Edades: “45. Era tiempo para que Dios (el Mesías) volviera a llevar Su Novia, y entonces presentarse (hacerse conocer) a Israel. Así que vemos a Dios viniendo nuevamente para tomar una relación humana con el hombre como el Hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores, y como el Novio de la Novia gentil. No son dos Dioses, sino simplemente


Y así, siendo alimentados con ese Maná escondido, escaparemos del juicio divino que ha de venir sobre la Tierra, porque seremos transformados y llevados a la Casa de nuestro Padre celestial en el Cielo, seremos arrebatados al Cielo para ir así a la Cena de las Bodas del Cordero. Y cuando ya estemos transformados, entonces es que nosotros veremos a nuestro Señor Jesucristo en Su cuerpo glorificado, y estaremos con Él en la Cena de las Bodas del Cordero. Mientras, estaremos viendo a Cristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, manifestado en Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero; y así estaremos escuchando la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, y siendo alimentados en este tiempo final, en el cumplimiento del tipo y figura de JOSÉ CON EL ALIMENTO PARA SUS HERMANOS. Los primeros que comieron el alimento, que después y del cual comieron los hermanos de José, ¿quiénes comieron primero de ese alimento? José, su familia, el rey y toda la gente del reino, y el pueblo egipcio; y después vino a comer el pueblo hebreo. Así también de entre los gentiles: los escogidos de Dios comen primeramente de ese alimento espiritual para el alma, y luego comerá el pueblo hebreo; de ese alimento espiritual, de la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ese es el Alimento para el alma para este tiempo final: es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Venida del Señor; ese misterio que todos los seres humanos, y principalmente los creyentes en la Palabra


el faraón. Y ahora el Rey del universo, Dios, le ha dado un nombre nuevo al Señor Jesucristo. Cristo dice, en el capítulo 3, verso 12, hablando del Vencedor dice: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios (y nunca más saldrá fuera) y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Y ahora podemos ver que Cristo en el Día Postrero estará proveyendo el alimento espiritual para el alma de los seres humanos, y estará en la manifestación final como estuvo manifestado en cada ángel mensajero; y allí… vean ustedes, estuvo manifestado por medio de cada ángel mensajero, y ahora en el Día Postrero estará manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, y ahí estará un nombre nuevo manifestado. Por medio de la revelación de ese nombre, en el cumplimiento de las promesas del Día Postrero, estará la presencia de Dios llevando a cabo el cumplimiento de las promesas divinas correspondientes a este tiempo final. Y la Palabra prometida para este tiempo final será la manifestación del Nombre Eterno de Dios. Ahí, en la manifestación del Nombre Eterno de Dios, estará el cumplimiento de las promesas, de las profecías, de la Palabra profética correspondiente a este tiempo final. Y estará dándole el alimento espiritual primeramente a Su Iglesia en este tiempo final, donde ya las siete edades o etapas de la Iglesia gentil han terminado; pero Cristo tiene almacenado alimento espiritual en el Lugar Santísimo, así como ordenó a Moisés y a Aarón guardar alimento, maná, en una vasija de oro y colocarla el lugar santísimo; y cuando cesó el alimento físico del maná, cuando ya no caía más…


Después de los 40 años de travesía por el desierto, ya cuando entraron y comenzaron a comer del fruto de la tierra que Dios les daba por heredad, dejó de caer el maná del Cielo; pero quedó un maná escondido en el lugar santísimo, en una urna de oro, dentro del arca del pacto. Y ahora Cristo dice que “al que venciere, yo le daré a comer del Maná escondido”. Cuando ya no cae Maná para y durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, porque ya cayó el que iba a caer, ahora solamente queda el Maná escondido en el Lugar Santísimo, que corresponde a la Edad de la Piedra Angular. Ese es el alimento espiritual de la revelación de Jesucristo como Rey de reyes y Señor de señores, y León de la tribu de Judá; es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como Hijo del Hombre e Hijo de David; es la revelación del Séptimo Sello y de la Trompeta Séptima, porque la Trompeta Séptima y el Séptimo Sello son la Venida del Señor; y para los gentiles, el Séptimo Sello es la Venida del Señor, y para los hebreos, la Séptima Trompeta es la Venida del Señor. Para los gentiles primeramente se cumple el Séptimo Sello; y la revelación del Séptimo Sello es el alimento espiritual para todos los hijos e hijas de Dios, para los hermanos de nuestro amado Señor Jesucristo, los cuales son los hijos e hijas de Dios, primogénitos de Dios, escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y luego para el pueblo hebreo la Séptima Trompeta es la Venida del Señor; y la revelación de la Venida del Señor es el alimento espiritual para el pueblo hebreo. Y ese alimento espiritual, en el Día Postrero Cristo en Su Ángel Mensajero lo tendrá para darlo a gentiles y a hebreos, para alimentar nuestras almas; y así para que no


perezcamos en este Día Postrero, en el juicio divino que Dios derramará sobre la raza humana. Primero cae el juicio divino espiritual y después cae el juicio divino físico sobre la raza humana. Y ahora, para no recibir los juicios divinos, dice el mismo Jesús en San Lucas, capítulo 21, verso 34 al 36, de la siguiente manera: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”. Para estar en pie delante del Hijo del Hombre en Su Venida y manifestación a través de carne humana en Su Ángel Mensajero dándonos a conocer estas cosas, recibimos la Voz de Cristo a través de Su Ángel Mensajero, obtenemos la revelación del Día Postrero, y nos colocamos en pie delante del Hijo del Hombre, Jesucristo, en Su manifestación final, escuchando Su Voz por medio de Su Ángel Mensajero y caminando en el camino divino, conforme a la voluntad de Dios, guardando Sus mandamientos y sirviéndole con toda nuestra alma, con todo nuestro ser, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas en la expresión de nuestro amor hacia Él. Y así caminamos en este Día Postrero siendo alimen-tados con el alimento espiritual para el alma, que es el Alimento de la revelación de la Segunda Venida de Cristo y todo lo que conlleva Su Venida para este tiempo final.

josÉ con el alimento para sus hermanos · alimento espiritual para el alma de los seres humanos. y...

Documents