intro explorador alemania

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2 M ás de dos décadas han pasado desde la reu- nificación alemana. El mundo ha cambia- do. El fin de la Guerra Fría dio lugar a la expansión de un capitalismo salvaje en un escenario cada vez más multipolar. El surgimiento de nuevos actores de peso y la relativa pérdida de he- gemonía de Estados Unidos, en un contexto de crisis económica y financiera mundial, son la expresión de un nuevo orden. También Alemania ha cambiado. No es la misma que en 1989 veía caer el Muro de Berlín, pe- ro tampoco es la que, casi cincuenta años antes, había hecho padecer y había sufrido ella misma los crímenes del Tercer Reich. Aunque algo de ella sigue vivo: su po- tencia y su ambición. Sin embargo, esta nueva Alema- nia todavía lucha por definir su identidad, en una ten- sión permanente entre aquel pasado y su futuro. Dos guerras mundiales, de las cuales salió derro- tada, aniquilaron moral y económicamente al país. La reunificación, sellada en octubre de 1990, con la anexión de los territorios del Este, implicó también un enorme esfuerzo económico. Sin embargo, hoy Alemania es la cuarta potencia mundial, la primera de Europa y uno de los principales exportadores del mundo. ¿Debería sorprender acaso la fortaleza de es- te ex gran Imperio? El peso de la culpa Con el fin de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles, a través de la “cláusula de culpabilidad”, señalaba a Alemania como la principal responsable. Las condiciones que se le impusieron la dejaron eco- nómica, territorial, militar y moralmente desgastada. Ese era el objetivo de los aliados: debilitar al poderoso imperio alemán. Pero Alemania se levantó. Y, tal co- mo explica la historiadora Margaret MacMillan (1), fueron estas duras condiciones las que dieron lugar al resentimiento alemán, que sentaría las bases para el surgimiento y expansión del nazismo. La Segunda Guerra, por su parte, dejaría a Euro- pa devastada y a Alemania con una deuda moral im- pagable sobre sus espaldas. Su nombre quedaría por siempre asociado a los crímenes del nazismo. El es- tigma de la culpa y las obligaciones para con sus ve- cinos la llevaron a relegar sus intereses nacionales y a adoptar una política exterior más pasiva, que le ha impedido durante muy largo tiempo asumir cual- quier tipo de liderazgo. Pero poco después del fin de la Guerra, gracias al Plan Marshall de ayuda a la Europa de la poscrisis, Alemania se recuperó y alcanzó una situación econó- mica incluso más favorable que la de muchos de sus vecinos. Fue lo que se denominó el “milagro alemán”, período en el cual el país mostraría una vez más una sorprendente capacidad de resiliencia. La clave del éxito A lo largo de la década de 1990, Alemania debió en- frentarse a un doble desafío: la reunificación con Ale- mania Oriental y el establecimiento de la Unión Mo- netaria Europea. Los altos costos de la integración de los territorios del Este –colapsados tras adoptar un tipo de cambio sobrevaluado, el marco occidental– provocaron altos déficits e incremento de la deuda. A eso se sumó, poco después, el establecimiento de la Unión Monetaria, que se tradujo en un período de ta- sas de interés reales relativamente altas, acompaña- das por baja inflación y lento crecimiento (2). Esa situación condujo al estancamiento en el que se encontraba la economía alemana a comienzos del siglo XXI. Las reformas de la denominada Agenda 2010 –flexibilización de la economía y desmantela- miento del Estado de Bienestar–, implementadas por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2003, se propusieron reencauzar la situación del país. Si bien lograron incrementar la competitividad y sen- taron las bases para el modelo exportador actual, tuvie- INTRODUCCIÓN Reunificada hace casi veinticinco años, Alemania ocupa hoy un lugar central en la escena internacional que le había sido vedado durante décadas. En el marco de una Europa en crisis –de la cual es en parte responsable– esta potencia ya no disimula sus ambiciones. Edición Luciana Rabinovich Diseño de colección Javier Vera Ocampo Diagramación Ariana Jenik Edición fotográfica Luciana Rabinovich Investigación estadística Juan Martín Bustos Corrección Alfredo Cortés LE MONDE DIPLOMATIQUE Director José Natanson Redacción Carlos Alfieri (editor) Pablo Stancanelli (editor) Creusa Muñoz Luciana Rabinovich Luciana Garbarino Secretaria Patricia Orfila [email protected] Producción y circulación Norberto Natale Publicidad Maia Sona [email protected] www.eldiplo.org Los nuevos caminos de Alemania STAFF 2 EXPLORADOR SEGUNDA SERIE Redacción, administración, publicidad y suscripciones: Paraguay 1535 (C1061ABC) Tel.: 4872-1440 / 4872-1330 Le Monde diplomatique / Explorador es una publicación de Capital Intelectual S.A. Queda prohibida la reproducción de todos los artículos, en cual- quier formato o soporte, salvo acuerdo previo con Capital Intelectual S.A. © Le Monde diplomatique Impresión: Forma Color Impresores S.R.L., Camarones 1768, C.P. 1416ECH Ciudad de Buenos Aires Distribución en Cap. Fed. y Gran Buenos Aires: Vaccaro Hnos. Representantes editoriales S.A. Entre Ríos 919, 1º piso Tel.: 4305-3854 C.A.B.A., Argentina Distribución interior y exterior: D.I.S.A. Distribuidora Interplazas S.A. Pte. Luis Sáenz Peña 1836 Tel.: 4305-3160 Argentina Le Monde diplomatique (París) Fundador: Hubert Beuve-Méry Presidente del directorio y Director de la Redacción: Serge Halimi Director Adjunto: Alain Gresh Jefe de Redacción: Pierre Rimbert 1-3 rue Stephen-Pichon, 70013 París Tel.: (331) 53949621 Fax: (331) 53949626 [email protected] www.monde-diplomatique.fr por Luciana Rabinovich

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    Ms de dos dcadas han pasado desde la reu-nificacin alemana. El mundo ha cambia-do. El fin de la Guerra Fra dio lugar a la expansin de un capitalismo salvaje en un

    escenario cada vez ms multipolar. El surgimiento de nuevos actores de peso y la relativa prdida de he-gemona de Estados Unidos, en un contexto de crisis econmica y financiera mundial, son la expresin de un nuevo orden. Tambin Alemania ha cambiado. No es la misma que en 1989 vea caer el Muro de Berln, pe-ro tampoco es la que, casi cincuenta aos antes, haba hecho padecer y haba sufrido ella misma los crmenes del Tercer Reich. Aunque algo de ella sigue vivo: su po-tencia y su ambicin. Sin embargo, esta nueva Alema-nia todava lucha por definir su identidad, en una ten-sin permanente entre aquel pasado y su futuro.

    Dos guerras mundiales, de las cuales sali derro-tada, aniquilaron moral y econmicamente al pas. La reunificacin, sellada en octubre de 1990, con la anexin de los territorios del Este, implic tambin un enorme esfuerzo econmico. Sin embargo, hoy Alemania es la cuarta potencia mundial, la primera de Europa y uno de los principales exportadores del mundo. Debera sorprender acaso la fortaleza de es-te ex gran Imperio?

    El peso de la culpaCon el fin de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles, a travs de la clusula de culpabilidad, sealaba a Alemania como la principal responsable. Las condiciones que se le impusieron la dejaron eco-nmica, territorial, militar y moralmente desgastada. Ese era el objetivo de los aliados: debilitar al poderoso imperio alemn. Pero Alemania se levant. Y, tal co-mo explica la historiadora Margaret MacMillan (1), fueron estas duras condiciones las que dieron lugar al resentimiento alemn, que sentara las bases para el surgimiento y expansin del nazismo.

    La Segunda Guerra, por su parte, dejara a Euro-pa devastada y a Alemania con una deuda moral im-pagable sobre sus espaldas. Su nombre quedara por siempre asociado a los crmenes del nazismo. El es-tigma de la culpa y las obligaciones para con sus ve-cinos la llevaron a relegar sus intereses nacionales y a adoptar una poltica exterior ms pasiva, que le ha impedido durante muy largo tiempo asumir cual-quier tipo de liderazgo.

    Pero poco despus del fin de la Guerra, gracias al Plan Marshall de ayuda a la Europa de la poscrisis, Alemania se recuper y alcanz una situacin econ-mica incluso ms favorable que la de muchos de sus vecinos. Fue lo que se denomin el milagro alemn, perodo en el cual el pas mostrara una vez ms una sorprendente capacidad de resiliencia.

    La clave del xito A lo largo de la dcada de 1990, Alemania debi en-frentarse a un doble desafo: la reunificacin con Ale-mania Oriental y el establecimiento de la Unin Mo-netaria Europea. Los altos costos de la integracin de los territorios del Este colapsados tras adoptar un tipo de cambio sobrevaluado, el marco occidental provocaron altos dficits e incremento de la deuda. A eso se sum, poco despus, el establecimiento de la Unin Monetaria, que se tradujo en un perodo de ta-sas de inters reales relativamente altas, acompaa-das por baja inflacin y lento crecimiento (2).

    Esa situacin condujo al estancamiento en el que se encontraba la economa alemana a comienzos del siglo XXI. Las reformas de la denominada Agenda 2010 flexibilizacin de la economa y desmantela-miento del Estado de Bienestar, implementadas por el canciller socialdemcrata Gerhard Schrder en 2003, se propusieron reencauzar la situacin del pas. Si bien lograron incrementar la competitividad y sen-taron las bases para el modelo exportador actual, tuvie-

    INTRODUCCIN

    Reunificada hace casi veinticinco aos, Alemania ocupa hoy un lugar central en la escena internacional que le haba sido vedado durante dcadas. En el marco de una Europa en crisis de la cual es en parte responsable esta potencia ya no disimula sus ambiciones.

    Edicin Luciana Rabinovich

    Diseo de coleccinJavier Vera Ocampo

    Diagramacin Ariana Jenik

    Edicin fotogrfica Luciana Rabinovich

    Investigacin estadstica Juan Martn Bustos

    Correccin Alfredo Corts

    LE MONDE DIPLOMATIQUE

    Di rec torJos Natanson

    Re dac cinCarlos Alfieri (editor)

    Pablo Stancanelli (editor)Creusa Muoz

    Luciana RabinovichLuciana Garbarino

    Se cre ta ria

    Pa tri cia Or fi la

    se cre ta ria@el di plo.org

    Produccin y circulacin

    Norberto Natale

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    Los nuevos caminos de Alemania

    STAFF2 EXPLORADOR

    SEGUNDA SERIE

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    Tel.: 4872-1440 / 4872-1330Le Monde diplomatique /

    Explorador es una publicacin de Capital Intelectual S.A. Queda prohibida la reproduccin de

    todos los artculos, en cual-quier formato o soporte, salvo

    acuerdo previo con Capital Intelectual S.A.

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    y Gran Buenos Aires: Vaccaro Hnos. Representantes editoriales S.A. Entre Ros 919,

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    Le Monde diplomatique (Pars)Fundador: Hubert Beuve-Mry

    Presidente del directorio y Director de la Redaccin:

    Serge HalimiDirector Adjunto: Alain Gresh

    Jefe de Redaccin: Pierre Rimbert

    1-3 rue Stephen-Pichon, 70013 Pars

    Tel.: (331) 53949621Fax: (331) 53949626

    [email protected]

    por Luciana Rabinovich

  • SUMARIO

    Luciana Rabinovich

    INTRODUCCIN2 | Los nuevos caminos de Alemania

    2. LUCES Y SOMBRAS DEL MODELO Alemania hacia adentro

    3. UNA NUEVA HEGEMONA Alemania hacia afuera

    4. ARTE DE VANGUARDIA Lo vivido, lo pensado, lo imaginado

    5. LA NUEVA ALEMANIA Lo que vendr

    Bernard Umbrecht

    Philippe Dubois

    Osvaldo Gallone

    71 | Fausto y la crisis del capitalismo

    75 | El Dr. Mabuse y la locura del poder

    78 | La mquina narrativa de Gnter Grass

    Till Van Treeck

    Olivier Cyran

    Gnther Maihold

    Ccile Marin y

    Philippe Rekacewicz

    25 | El xito germano desmitificado

    29 | Un paraso para el empresariado

    35 | La Alemania de Angela Merkel

    40 | Revisionismo en Europa del Este

    Henri Mnudier

    Perry Anderson

    Philippe Leymarie

    Wolf Grabendorff

    P. Rekacewicz, C. Marin

    y E. Bournay

    45 | Berln defiende sus intereses

    51 | La amenaza de un imperialismo teutn

    57 | Error de clculo en Afganistn 63 | Amrica Latina en la mira

    66 | En busca de una estrategia poltica

    1. UNA HISTORIA QUE OBSESIONA Lo pasado

    Christian Gerlach

    Alejandro Teitelbaum

    Bernard Umbrecht

    Ignacio Ramonet

    7 | El eterno peso del pasado

    11 | Gran capital y Tercer Reich

    15 | Detrs del Muro

    20 | El da que cambi el mundo

    Andrs H. Reggiani82 | Una nacin duea de su destino

    ALEMANIAHistoria de una ambicin

    LE MONDE DIPLOMATIQUE | EXPLORADOR 3

    ron un efecto social negativo. El xito se obtuvo a costa de un aumento de las desigualdades, desregulacin del mercado laboral, reduccin de salarios, deterioro del sistema de previsin social, todo lo cual llev a debilitar la demanda interna a la vez que fren el crecimiento.

    Los pilares del nuevo modelo se basaron entonces en la gran capacidad exportadora del pas, beneficia-da por un aumento en la competitividad que obedece a la entrada en vigor de un euro fuerte, pero tambin a la implementacin de polticas salariales restrictivas. Sin embargo, este nuevo milagro alemn, que llev al pas a la cabeza de los exportadores mundiales (s-lo superado por China en 2010), se basa en realidad en un sistema vulnerable, que desequilibra al resto de la eurozona, de la cual, paradjicamente, depende para seguir creciendo. Si bien, tal como seala Andrs Reg-giani (3), Alemania parece querer salvarse de Europa, en vez de hacerlo con ella, puede acaso salir victorio-sa sin sus vecinos? Pareciera ms bien que las huelgas griegas, el desempleo espaol y la competitividad ale-mana estn indisolublemente ligados.

    Un nuevo lugarCabe preguntarse entonces cul es el rol de Alemania en el nuevo orden internacional. En qu medida el pasado sigue presente y condiciona los mrgenes de su poltica exterior? Hoy, casi veinticinco aos des-pus de la reunificacin de su territorio y con los fan-tasmas del pasado alejados de la poblacin ms joven, que empieza a ocupar lugares en la dirigencia polti-ca, Alemania ha vuelto a pensar por s misma y privi-legiar sus intereses. Con un recobrado nacionalismo en materia de poltica internacional, Alemania ya no disimula sus ambiciones.

    Sin embargo frente a la crisis del euro ha debido adoptar un rol de gendarme-responsable econmico que hasta el momento no haba querido asumir. Las duras condiciones de austeridad impuestas a sus veci-nos y su reticencia a coordinar esfuerzos al inicio de la crisis terminaron agravando la situacin y despertan-do un fuerte rechazo en los pases ms afectados, que no ven con buenos ojos las polticas dictadas por Ange-la Merkel. La hegemona alemana aparece as parad-jicamente como necesaria, por un lado, y amenazante, por el otro, despertando incertidumbres y reavivando viejos temores. Ahora bien, es indudable que en la era de la globalizacin la hegemona se define en trminos econmicos, y en ello Alemania lleva la delantera. Co-mo potencia econmica, se encuentra ante una encru-cijada: de Alemania depende, en buena parte, la evo-lucin de la crisis europea; pero de la evolucin de la crisis tambin depender su futuro. g

    1. Margaret MacMillan, Paris 1919. Six months that changed the world, Random House, Nueva York, 2002.2. Michael Dauderstdt, Alemania y la crisis: victorias prricas, Nueva Sociedad, Buenos Aires, julio-agosto de 2013.3. Andrs Reggiani, Las razones de Alemania, Le Monde diplomatique, edicin Cono Sur, noviembre de 2012.

    Le Monde diplomatique, edicin Cono Sur

    LE MONDE DIPLOMATIQUE | EXPLORADOR 3