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  • 5/25/2018 Inomata Takeshi Plazas y Teatros

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    PLAZAS, PERFORMANCES Y ESPECTADORES.TEATROS POLTICOS EN EL CLSICO MAYA

    Takeshi Inomata

    2006. Plazas, Performers, and Spectators. Political Theaters of the Classic Maya. CurrentAnthropology. Vol.47, N 5. Pp. 805-842.

    Traduccin de Marisa Kergarabat para uso interno de la Ctedra de Fundamentos dePrehistoria, Departamento de Antropologa, Facultad de Filosofa y Letras, UBA..

    Resumen

    Las performances teatrales no slo comunican ideas preexistentes sino que tambin definen cmo los participantes

    experimentan la realidad poltica. Por lo tanto, los eventos teatrales constituyen un proceso crtico de integracin yconflicto en un amplio rango de sociedades, y tienen un efecto significativo sobre el mantenimiento ytransformacin de las unidades polticas centralizadas premodernas. El estudio de estas performances permite a losarquelogos explorar las interrelaciones entre los factores polticos, sociales y culturales, y provee de un enfoquesobre la accin y el significado, diferente de aquel que ve el registro material como un texto. El anlisis de lasplazas de la sociedad Maya Clsica (250-900 AD) sugiere que las performances de los gobernadores, grabada enlos monumentos de piedra, involucraron una gran audiencia, y que la disponibilidad de espacios teatrales para eldespliegue de espectculos masivos era una prioridad en el diseo de las ciudades Maya. Tales eventos dabanrealidad fsica a la comunidad Maya y contrarrestaban la tendencia centrfuga de los sectores de no elite de lapoblacin.

    De qu manera las grandes sociedades del pasado lograron el grado de cohesindemandado por los valores morales y culturales sostenidos colectivamente? Anderson (1991:6)

    plante que todas las comunidades de mayor tamao que las aldeas primitivas en donde elcontacto se da cara a cara (y tal vez incluso en estas) son imaginadas en el sentido de que losindividuos nunca conocern o tendrn contacto con la totalidad de los otros miembros de lacomunidad, pero, de todas maneras sostienen la imagen de estar en comunin con los mismos(ver Canuto and Yaeger 2000). Sin embargo, hay una brecha amplia entre las aldeas

    primitivas y los modernos estados-nacin para los cuales Anderson desarroll su concepto.

    Mientras que pone el nfasis en el papel de la escritura para la creacin de las comunidadesimaginadas, muchas grandes comunidades emergieron en el pasado sin el beneficio de laescritura. Ms all de la discusin de conceptos sobre una comunidad natural o verdadera,necesitamos reconocer que la identidad y la sociabilidad humanas estn enraizadas en nuestras

    percepciones sensoriales sobre la presencia y accin de otros. Muchas comunidades pasadasfueron probablemente no totalmente imaginadas sino que los grupos estaban en algn punto

    basados en la interaccin directa entre los individuos. Adems, ninguna organizacin puedeexistir sin smbolos que le den forma concreta, sensible, a la identidad de los grupos (Kertzer1988:15). Los valores, tradiciones e identidades de una comunidad no son entidadesatemporales y trascendentales, sino que estn ancladas en imgenes y actos tangibles que losindividuos pueden sentir directamente.

    La relacin entre los aspectos tangibles e imaginados de una sociedad es particularmenterelevante cuando examinamos las entidades polticas del mundo premoderno. La forma en que

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    la gente en el pasado experiment la presencia de tales organizaciones polticas no siempre fueigual a la nuestra. Mientras que la nocin de Estado hoy est incorporada en la conciencia

    poltica de numerosos individuos, muchos estados tempranos pudieron no tener los recursos ymecanismos como para asegurar su presencia constante en las mentes y en las vidas diarias desus poblaciones. Foucault (1977 [1975]:187) not que en la Europa premoderna, previo al

    desarrollo de las tecnologas de disciplinamiento, el poder del Estado era tal como se lo vea. Dela misma manera, antes del surgimiento del nacionalismo moderno, las identidades de losindividuos, como miembros de un estado, eran a menudo ms dbiles que sus identidades comomiembros de grupos sociales ms pequeos como los grupos de parentesco y la comunidad local(Anderson 1991). Entonces en ciertos contextos histricos, las percepciones y experiencias delas poblaciones sobre las autoridades y sobre la unidad nacional, fueron altamente desiguales,acentuadas algunas veces en contextos temporales y espaciales especficos de propagandismoestatal, como en las ceremonias o durante los proyectos de construccin, pero diluidas o inclusoinexistentes en las rutinas de la vida diaria. En aquellos casos lo que los individuos reconocierony pensaron de forma conciente, pudieron haber sido las imgenes tangibles del cuerpo delgobernante, las edificaciones estatales y los actos colectivos, pero no probablemente la nocin

    abstracta de estado.Estas consideraciones llaman la atencin sobre las implicancias y consecuencias

    polticas de las performances teatrales en eventos pblicos, en los cuales los individuos sienteny presencian, son testigos, de la existencia y participacin corporal de otros miembros, y dondelos valores morales y culturales de la comunidad son objetivados y corporizados. En particular,yo planteo que en cualquier contexto histrico el desarrollo de grandes unidades polticascentralizadas no habra sido posible sin el despliegue de eventos pblicos.

    Figura 1. Ubicacin de los centros mencionados en el texto dentro del rea Maya.

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    La sociedad Maya Clsica (250-900 AD), en la cual los gobernantes y elites, fomentabany participaban activamente en rituales y festivales pblicos, es un campo frtil para el estudio dela interseccin entre las performances teatrales y la poltica (Figura 1). A travs del anlisis delos contextos espaciales de performance pblica en los centros Maya, examino cmo los eventos

    pblicos facilitaron y condicionaron la integracin y la formacin de la identidad de las

    comunidades, y cmo establecieron el escenario para la imposicin y negociacin de relacionesasimtricas de poder.

    Teatro, Comunidad, y Poder

    La Teora de la Performance

    Los desarrollos recientes en la teora de la performance, los estudios teatrales y anlisisdramatrgicos proveyeron la base terica para este estudio. El concepto de performance usado

    por los cientficos sociales tiene una amplia variedad de significados. En un extremo de estecontinuum est la definicin de un acto prescripto en un teatro moderno. Schechner (1977:75;1988:6-16; 1994) distingue al teatro de otros tipos de performances como los rituales, deportes y

    juegos a partir de que este requiere de la presencia fsica de una audiencia que lo observe yevale, poniendo nfasis en el entretenimiento. Beeman (1993:379) subraya la realidadsimblica del teatro, en la cual los actores (performers) representan ellos mismos papelesseparados de sus vidas fuera de la performance. En el otro extremo del continuum hay unadefinicin ms amplia de performance como una actuacin de aquello a lo que se refiere(Pearson and Shanks 2001). Desde esta perspectiva el nfasis est puesto sobre lo que los sereshumanos hacen en oposicin a los pensamientos y estructuras abstractas. Una formulacinterica explcita de esta perspectiva se encuentra en el concepto de pronunciacin performativa

    (performative utterance) de la teora del dilogo-acto (speech-act). Ciertas pronunciaciones nodescriben simplemente relaciones sociales sino que las efectan (Austin 1962). Goffman(1959:22; 1967) tambin propone una definicin amplia de performance todas las actividadesde un individuo que ocurren durante un perodo marcado por su presencia continua ante un

    conjunto particular de observadores y que tiene algn efecto sobre los observadores. l hahecho nfasis sobre la teatralidad presente incluso en las actividades diarias y ha examinado lascualidades expresivas y comunicativas de las mismas, a travs de las cuales la gente proyectadiferentes identidades e imgenes bajo diferentes circunstancias.

    El presente estudio se construye sobre estas diversas miradas tericas. Sin embargo, elpropsito de mi investigacin requiere de una definicin de performance ms estrecha que lasde Austin y Goffman, pero lo suficientemente amplia como para incluir varias actividades que

    tienen lugar fuera de los teatros formales (ver MacAloon 1984a:6). Siguiendo a Hymes(1975:13-19), defino performance como actos creativos, realizados y logrados, que soninterpretables, transmitibles y repetibles dentro de un dominio de inteligibilidad cultural. Lo quelo distingue son las cualidades que son concientemente reconocidas por los actores (performers)y por la audiencia. Yo estoy particularmente interesado con esta teatralidad, o sea, con lacualidad de los actos comunicativos que requieren la presencia de una audiencia actuando comoobservadores y evaluadores (Beeman 1993:383-84). La teatralidad es definida en trminos delas respuestas emocionales incluyendo tanto positivas como negativas que la performance

    produce en los participantes y en su realidad simblica, con un sistema semitico diferente delos actos rutinarios inconcientes (Fischer-Lichte 1992:139-40; 1995; Pavis 1998 [1980]:395).Adems la teatralidad implica el uso de imgenes materiales dinmicas como medio de

    expresin y comunicacin en las cuales el cuerpo humano tiene un papel central (Grimes 1987;Read 1993:10). En este sentido, la teatralidad est presente en muchos contextos externos al

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    teatro formal moderno. Aunque muchos de los eventos que yo discuto pueden ser llamadosrituales. A menudo uso el trmino performance teatral para hacer mi enfoque terico explcito(Ver Moore y Myerhoff 1977).

    Lo relevante de estos desarrollos tericos en relacin a la performance puede situarsedentro de una tendencia ms amplia en arqueologa y en otras ciencias sociales que, inspiradas

    por la teora de la prctica y la teora de la agencia, llaman la atencin a lo que la gente hace(Bourdieu 1997 [1972]; Giddens 1984). Esta visin es acompaada por una conceptualizacinde los procesos polticos como indisolublemente ligados a los as llamados dominios culturalesde la sociedad. Al demostrar, que incluso el gusto por ciertos tipos de arte est muy vinculado alas relaciones asimtricas de poder, Bourdieu (1984 [1979]) ha criticado las conceptualizacionesestrechas que ven las prcticas culturales como actos no polticos que operan en sistemasantiestticos cerrados (ver tambin Inomata 2001b). Tambin rompi con otro extremo terico,el tratamiento del arte, el teatro, y otros dominios culturales estrictamente en trminos de laexpresin o imposicin de ideologas dominantes. Puso nfasis sobre estos dominios en relacinal capital cultural, o al conocimiento culturalmente valorado, que puede ser convertido encapital simblico y poder poltico.

    De la misma manera, el concepto de hegemona de Gramsci ha llevado a los cientficossociales y humanistas a examinar todos los procesos polticos relacionados. Sobre la base de lasideas de Gramsci, Williams (1977) ha notado que la hegemona es un proceso de dominacin ysubordinacin en el cual las fuerzas polticas, sociales y culturales estn entrelazadas. Por lotanto, el concepto de hegemona como el cuerpo total de prcticas y expectativas sobre latotalidad de los seres vivos, es ms amplio que el de ideologa. Tales desarrollos tericos

    proveen de una inspiracin para el estudio arqueolgico de la performance, que atraviesa losdominios polticos, sociales y culturales.

    El estudio arqueolgico de la performance tiene el potencial de ir ms all de losenfoques inspirados en la teora de la prctica. Un punto central en relacin a esto es cmocomprendemos la inmediatez de la presencia material y de la accin fsica. Si bien ha sidoimportante la influencia de la teora de la prctica, sta no ha elaborado suficientemente lamanera en que la materialidad del espacio, en el cual se sitan las prcticas de la personas, da

    poder y constrie a los agentes (Munn 1992; Smith 2003:15 ver tambin Hall 1966). Tampocoaborda por completo la presencia corporal de la audiencia que percibe y afecta la prctica de losactores. El estudio de la performance nos apremia a examinar detalles especficos y procesos decorporizacin de los actos, los contextos materiales y espaciales, as como las interaccionesentre actores y observadores (Inomata and Cohen 2006). Dirigir la atencin sobre lamaterialidad del espacio y del cuerpo tambin provee de una veta para el compromisoarqueolgico con el pensamiento poltico.

    En la interseccin entre la cultura y la poltica est la generacin, negociacin y

    disputa de significados. El foco sobre la performance provee una perspectiva diferente deaquella que ve el registro arqueolgico como un texto (ver Hodder 1986). La nocin designificado basada en la perspectiva del texto asume la prioridad y preexistencia de reglas,

    pensamientos e ideas generativas, por sobre las acciones corporales, percepciones sensitivas yexperiencias (ver Geertz 1973; Lvi-Strauss 1963). Estos presupuestos no estn desligados de la

    prctica acadmica focalizada en la reflexin intelectual separada de los intereses prcticos delmundo (Bourdieu 2000 [1997]:51; Stahl 2002:29). El estudio de la performance explora ladualidad antes que la dicotoma del pensamiento y la accin, sin privilegiar a ninguno de losdos (Ver Meskell y Joice 2003). En otras palabras, la performance no slo transmitesignificados preexistentes, sino que tambin crea nuevos significados y transforma losexistentes. Esta acta sobre el mundo cmo este es experimentado por los participantes,

    produciendo cambios sociales (Bell 1992; 1997:72-83; 1998; Schechner:626-32; Tambiah

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    1979). La performance da forma a las identidades de los participantes y defines sus relacionessociales (Palmer y Jankowiak 1996; Turner 1957, 1972).

    De esto se deriva que la performance crea y comunica significados de manera distinta aun texto. Aunque una performance usualmente tiene significados convencionales compartidos

    por la mayora de la sociedad, tales actos son multivocales a un nivel profundo, representando

    diferentes significados para diferentes personas y en diferentes situaciones (Turner 1967:50). Laambigedad y diversidad de los significados de la performance, no significa que lacomunicacin no sea efectiva. Ver es creer. La performance corporal puede algunas veces tenermayor poder persuasivo que la comunicacin verbal (Rappaport 1999; Robbins 2001).

    Necesitamos explorar el poder persuasivo, creativo y transformativo de la performance, y a lavez reconocer la fluidez, ambigedad, e indeterminacin de sus significados.

    Estas consideraciones tienen importantes implicancias metodolgicas para losarquelogos. Debido a la multivocalidad inherente de la performance, y a la visin optimista de

    poder recuperar significados del pasado, esto puede resultar en la imposicin de las narrativasinternas del propio investigador. Wuthnow (1987:332-44) ha sugerido lo que el llama el enfoquedramatrgico en ciencias sociales, que al centrarse en la dimensiones observables de las

    acciones, pronunciaciones e interacciones humanas, cambia la atencin de los investigadores dela bsqueda de significados subjetivos o semnticos a preguntas ms productivas sobre lascondiciones bajo las cuales los actos simblicos son significativos. Esta observacin es

    particularmente verdadera para la arqueologa (ver Barrett 1994). En lugar de presuponersignificados persistentes, los arquelogos necesitan prestar ms atencin a los procesosdinmicos en que los significados son creados y entran en disputa a travs de la performance.

    Espectculos de Unidad y Divisin

    La performance puede tener lugar a diferentes escalas, desde un acto solitario como losde un individuo frente las deidades, ancestros o seres naturales que se presentan comoaudiencia, hasta espectculos masivos que involucran a cientos de personas. Todos los eventosteatrales, de diferentes tamaos, tienen importantes implicancias polticas. Incluso las prcticasdiarias a una pequea escala pueden estar altamente politizadas, reflejando y recreandorelaciones de poder de la sociedad mayor (Bourdieu 1977 [1972]). Por lo tanto necesitamosexplorar distintas operaciones y funciones de los eventos teatrales a diferentes escalas sin caeren categorizaciones mecanicistas. Al mismo tiempo, las implicaciones de las diferentes escalasno deben ser subestimadas. Este trabajo se focaliza en las performances a gran escala, las queimplican un nmero sustancial de participantes, como las ceremonias pblicas, festivales yeventos en la corte. Los llamados espectculos y eventos pblicos por MacAloon

    (1984b:243-46) y Handelman (1990) respectivamente.Los eventos pblicos renen fsicamente a numerosos individuos y les permiten sentir lapresencias de los otros y compartir la experiencia. En otras palabras, las grandes performancespblicas sientan las bases de una comunidad que excede el rango de interacciones diarias cara acara de sus miembros (Da Matta 1984; Handelman 190:116-35; Singer 1959, 1972; Turner1986:24). Ellas presentan momentos de una comunidad real. Adems, los actores(performers), en los eventos pblicos tpicamente dramatizan los valores morales y estticos deuna comunidad (Singer 1959). La performance teatral no es simplemente una re-actuacin detradiciones atemporales de una comunidad sino que objetiva y corporiza nociones abstractas(Bailey 1996:13; Connerton 1989; Hobsbawm y Ranger 1983; Rockefeller 1999:123). Estoquiere decir que los espectculos provean a las comunidades premodernas, que no posean

    escritura u otros medios para la comunicacin, de una oportunidad de crear identidades

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    compartidas y valores comunes, e incluso, a veces, los medios para trascender los lmitestnicos y lingsticos (Futrell 1997; Handelman 1990).

    El rol central de la performance teatral en la constitucin de una comunidad poltica,implica que es una arena crtica para la negociacin de significado y poder (Comaroff yComaroff 1991; Dietler 2001). Un aspecto de este proceso es el uso de la performance teatral

    por y para los dominantes como un medio de transmitir sus puntos de vista, historia, idealesculturales, sistema de valores y orden social (Baines y Yoffe 1998:235; Demarest 1992; DeMarrais, Castillo y Earle 1996; Lucero 2003). Otro aspecto importante es el efecto de la

    performance pblica que define la realidad poltica. Bloch (1974:59-60) ha sugerido que eldiscurso formal del ritual no permite la desviacin, dejando slo la alternativa de participar en ly seguir el protocolo o rechazarlo por completo. Las consecuencias de confrontacin o castigo,en el caso de la segunda opcin fuerza a la mayora de los individuos a optar por la primera. Yasea que los participantes resientan o no tales eventos, la participacin define ciertos aspectos delas relaciones sociales entre las partes involucradas. La performance teatral por lo tanto, no esun ritual vaco detrs del cual trabajan los mecanismos reales de poder. Es el proceso polticoreal (Bell 1992:197-223; Kertzer 1988:77-101).

    Sin embargo, los eventos teatrales generalmente son ambiguos. La multivocalidadinherente de los signos teatrales hace difcil -sino imposible- la propagacin de las ideologasdominantes. La performance teatral no homogeneiza la emocin e identidad de los participantes(Evans Pritchard 1974:207-8). La ambigedad de los significados y la incertidumbre de losefectos son, de hecho, aspectos crticos de los rituales y de otros eventos pblicos (Fernndez1972; Kertzer 1988:57-76; MacAloon 1984a:9). Como Bell (1992:221-22) seala, los rituales yotros eventos teatrales toleran cierto grado de resistencia interna y de falta de inters entre los

    participantes mientras cumplan con el requisito de participar. Los eventos pblicos se vuelvenefectivos porque despliegan un sentido de comunidad sin pasar por encima la autonoma de losindividuos. En consecuencia la solidaridad de una comunidad es producida por gente actuandoen conjunto y no por gente pensando en conjunto (Durkheim 1965 [1915]; Kertzer 1988:76).

    Scott (1990:2-19, 67-90) pone el nfasis en los esquemas ocultos bajo la conformidadsuperficial. Plantea que mientras la trascripcin pblica actuada en escenarios pblicos es larepresentacin de la forma en que las elites quieren ser vistas, tanto las elites como las no elitestienen sus propias transcripciones ocultas, puestas en juego fuera del escenario, se trata deformas que divergen y hasta contradicen a las pblicas. Adems, los eventos teatrales puedenser peligrosos en tiempos en que el orden establecido es desafiado y subvertido (Van Gennep1960). En particular, los carnavales y otros eventos pblicos similares son ocasiones en lascuales las poblaciones expresan abiertamente las diferencias y resentimientos respecto del poder(Bakhtin 1968 [1965]; Kertzer 1988:144-50; Scott 1990:72-75). El sistema de valores culturalesy estticos de tales eventos tambin constrie a los dominantes, limitando su poder (Bloch 1986;

    Inomata y Houston 2001a). La paradoja de la performance teatral es que incluso en aquellosdiseados para servir a los dominantes, simultneamente dan poder a los que se intentasubyugar a travs de elevacin emocional, afirmacin de identidades sociales y renovacin delas afinidades de la comunidad (Fernndez 1972).

    Geertz (1980:123-35) va ms all y afirma que la performance pblica en el teatro estatalde la Bali histrica era el inters principal del estado. Desde este punto de vista, la elaboradadramatizacin de los temas culturales a travs de ceremonias reales no era una herramienta paralos propsitos polticos del estado, sino, que el estado serva a la realizacin de este dramacultural. Esta interpretacin de Geertz ha sido criticada por los especialistas en Bali (Lansing1991). Tericamente, este punto de vista, que difiere del mo, porque da la primaca a lossignificados culturales que dictan las acciones de las personas. Adems, llama a una potica o

    tica del poder, en oposicin a la nocin Weberiana de la mecnica del poder (ver Smith 2000;Reese-Taylor y Koontz 2001). Aunque, probablemente deberamos dejar de lado el argumento

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    ms extremo de Geertz, es til explorar las condiciones histricas de los eventos teatrales queestimularon la centralizacin y estratificacin poltica.

    Tanto las pequeas sociedades igualitarias, como las grandes sociedades jerrquicas,estn activamente comprometidas con los eventos pblicos. La preparacin de un espectculo,

    junto con la construccin de un espacio teatral, puede haber promovido el desarrollo de una

    organizacin jerrquica al requerir de organizadores dramatrgicos y logsticos. Clark (2004;Hill y Clark 2001) presenta informacin fascinante, que indica que las extensas plazas delFormativo Mesoamericano fueron construidas en momentos crticos de transformacin social,desde pequeas aldeas a comunidades centralizadas de mayor envergadura. Los espectculos agran escala con espacios arquitectnicos asociados, en lugar de haber sido creados despus, ycomo resultado del establecimiento de autoridades polticas centralizadas, pueden haber

    precedido y facilitado estos cambios polticos (Barret 1994:27-32; Bradley 1984:73-74). Esms, los eventos pblicos pueden haber creado condiciones en las cuales la emergencia defiguras centrales, bajo la forma de protagonistas dramticos, fuera tolerada o incluso deseada ydemandada por una audiencia. Tales individuos pudieron tener el potencial de volverse lderes

    polticos. En relacin a esto, muchos gobernantes, de estas organizaciones polticas pasadas,

    parecen haber compartido ciertas cualidades con los especialistas en el ritual de sociedades nojerrquicas y con actores o msicos de hoy (ver Schechner 1994:623). El estudio arqueolgicodel desarrollo de estas grandes unidades centralizadas dirige nuestra atencin no slo a losmanejos polticos de un pequeo grupo de aggrandizers sino a las motivaciones y roles de laaudiencia o las masas (Pauketat 2000).

    Estos diversos puntos de vista sobre la performance teatral no son incompatibles. Encualquier sociedad, el potencial de la performance para la unificacin e imposicin ideolgica,coexiste con la persistencia de la multivocalidad y con la posibilidad de la subversin al poder atravs de actos teatrales, como lo hace el uso del teatro por el estado con las demandas

    populares de grandes demostraciones que a su vez facilitan la emergencia del estado.Necesitamos examinar las intersecciones entre estas fuerzas divergentes y las dinmicaspolticas que ellas crean.

    La Creacin de lo Extraordinario

    El estudio de estos eventos extraordinarios no necesariamente corre en contra delreciente nfasis de los estudios arqueolgicos, en la vida domstica y en las rutinas diarias; sinoque se complementan. Por un lado, la performance pblica est imbuida en las relacionessociales, experiencias y actividades econmicas de la vida diaria. Por otro lado, la memoria de

    los eventos pasados y la anticipacin de los futuros, modelan las percepciones y experiencias dela vida diaria. Adems, los espectculos masivos afectan las rutinas diarias, econmica yfsicamente, porque estos requieren de un largo perodo de preparacin dramatrgica y logstica,incluyendo los ensayos, construccin de escenarios y adquisicin de alimentos y regalos, paraser consumidos y distribuidos durante los eventos. Por ejemplo, los documentos coloniales nosdicen que los Maya invirtieron un trabajo sustancial en la cra de pavos a lo largo del ao, paraconsumir en raras ocasiones festivas (Cogolludo 1971 [1654]:243-295), y sus ancestros del

    perodo Clsico ciertamente invirtieron muchos das en la preparacin de eventos pblicos.En relacin a esto, hay cierta analoga entre la percepcin del espacio y la percepcin del

    tiempo en muchas sociedades. Como lo not Eliade (1957), en las sociedades premodernas losaspectos espaciales del mundo no fueron experimentados de forma uniformemente neutral, sino

    que estos fueron marcados con monumentos y espacios sagrados cargados de significadosnicos y condensados. Lo mismo se aplica al aspecto temporal. El pasaje del tiempo no era visto

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    como algo montono y homogneo sino como puntuado por experiencias de alto contenidoemocional. Incluso en las sociedades modernas, tanto los ritos de pasaje asociados con losindividuos como las bodas y los funerales, como los eventos calendricos como el Ao Nuevo ola Navidad, estructuran las percepciones de las personas sobre el tiempo y la vida. Entonces, ascomo no podemos acceder a los eventos pblicos sin hacer referencia a sus bases en la vida

    diaria, tampoco podemos entender lo ordinario sin considerar su relacin dialctica con loextraordinario.Esta consideracin de lo ordinario y lo extraordinario nos lleva a la relacin entre lo que

    generalmente se llaman las esferas pblicas y privadas. Debera ser claro que, al focalizarse enlos eventos a gran escala no busco privilegiar lo pblico y lo extraordinario, por sobre loprivado y lo ordinario. Es ms, numerosos arquelogos estn cuestionando la distincinentre lo pblico y lo privado sin hacer una revisin crtica (Inomata et al. 2002; Robin 2003).Esto no significa, sin embargo, que debamos abandonar el concepto de lo privado. El trabajo deHabermas (1991) es significativo en este sentido. El demuestra que lo que nosotros llamamos laesfera pblica se ha desarrollado y transformado bajo condiciones sociales especficas en elmundo occidental moderno. En lugar de abandonar el concepto de lo pblico o presuponer su

    universalidad, necesitamos analizar como la esfera pblica es constituida en cada contextohistrico. Para este propsito, la esfera pblica debe ser definida de una manera heurstica,como un campo de interaccin social que potencialmente implica un nmero sustancial deindividuos y moldea los procesos polticos a gran escala.

    Al mismo tiempo, necesitamos prestar atencin a la crtica de Habermas de que estanocin de la esfera pblica, en diferentes momentos, es altamente idealizada y sus distincionescategricas sobre-enfatizadas (Calhoun 1992). Habermas plantea que, en la Sociedad Feudal dela Europa Medieval, el poder del rey era apenas representado frente a la gente, su representacincareca de publicidad, y la esfera pblica, como mbito social de debate, no exista. La teora dela performance, sin embargo indica que tales representaciones pblicas no son actos en una soladireccin. Sino, que involucraban negociaciones polticas entre la autoridad central y aquellosque los vean y perciban, aunque estas negociaciones no tomaran formas discursivas explcitas.Estos procesos, por lo tanto no son tan diferentes de aquellos de las esferas pblicas modernasque Habermas describe.

    Debo agregar que la naturaleza pblica de la negociacin poltica a travs de laperformance, no est limitada a las grandes organizaciones polticas centralizadas del mundopremoderno. Las pequeas comunidades, en las que las interacciones diarias cara a cara sonposibles, se ven envueltas en eventos teatrales colectivos que crean arenas polticas importantes.Incluso en las sociedades modernas, las performances pblicas como las inauguraciones y losdiscursos de los presidentes continan teniendo significancia poltica. La importancia de losespectculos masivos en las sociedades premodernas, est enraizada en la significancia poltica

    de la performance en general, la que puede tener lugar a diferentes escalas y en diferentescontextos sociales. Necesitamos explorar los procesos pblicos de negociacin poltica en variosmomentos histricos para exponer lo que tienen en comn y sus diferencias.

    Los Espacios Teatrales en los Centros Maya Clsicos

    Las Performances Pblicas en las Plazas

    La sociedad Clsica Maya estaba integrada por numerosas unidades polticas autnomaso semi-autnomas, cada una centrada en un gobernante divino. La importancia de la

    performance teatral es evidente en los monumentos de piedra y en otros soportes artsticos.Estos a menudo muestran grabados de gobernantes y otros miembros de la elite participando de

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    performances, lo que indica que la elite dominante no slo fomentaba los eventos teatrales sinotambin, protagonista. Muchas estelas muestran a los gobernantes en elaboradas vestiduras,como tocados de plumas, mscaras, pectorales de jade, y cuentas de molusco, a menudorepresentando al Dios Maz o a alguna otra deidad (fig. 2) (Houston y Stuart 1996). Algunos delos textos acompaantes cuentan que ellos estn realizando (performing) danzas rituales (Grube

    1992). Tokovinine (2003) identifica la palabra chanil, que puede ser literalmente traducidacomo algo que se est viendo (something being watched), en monumentos que exhibenescenas de danza. El significado y uso de este trmino sugiere que los eventos como las danzasreales fueron performances pblicas conducidas frente a una audiencia. Otros monumentosmuestran a las elites en el juego de pelota, que era tanto un ritual como un evento atltico,ligado al sacrificio humano y al mito de creacin. Muchos eventos pblicos probablemente,involucraron numerosos actores (performers), msicos y bailarines, como lo indican los muralesde Bonampak (Miller 1986). Aunque estas representaciones iconogrficas proveen deinformacin de mucho valor, muestran slo a los actores y permanecen virtualmente en silenciosobre el rol de las audiencias y sobre el emplazamiento espacial de los eventos. Adems, talesinterpretaciones pictricas deben ser vistas como nociones idealizadas de las performances y

    como la forma en que las representaciones eran recordadas, antes que como un registro nosesgado de los eventos pasados (Bergmann 1999; Joice 1992).

    Hay mayores probabilidades de que, las performances teatrales en la sociedad MayaClsica, hayan tenido lugar en varios contextos espaciales, incluyendo pequeos complejosresidenciales y lugares sagrados fuera de los centros como cuevas. Aunque, probablemente lamayora de los espectculos masivos que involucraban grandes audiencias tuvieron lugar en las

    plazas grandes espacios abiertos rodeados por templos y otros edificios con carga simblicaque marcaban el centro de cada ciudad Maya.

    Figura 2. Estela H de Copn, que muestra al gobernador Waxaklajuun Ubaah Kawiil en elaborados atavos

    ceremoniales. Detrs de la misma se encuentra la escalera que define la esquina este de la Gran Plaza.

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    El uso de las plazas para este propsito y la participacin de numerosos espectadoresdurante el perodo Maya Colonial, estn bien documentados en fuentes histricas (BarreraVsquez 1965; Ciudad Real 1976:314-71; Estrada Monroy 1979:168-74; Tozzer 1941:94, 152,158-59; ver Inomata 2006; Low 2000:108-9). Actividades similares en plazas durante el perodoClsico han sido sugeridas por muchos Mayanistas (Andrews 1975:37; Fash 1998; Jones 1969;

    Looper 2001; Lucero 2003; Ringle y Bay 2001).Una lnea de evidencia ms significativa es la presencia de numerosas estelas en lasplazas. Es probable que los monumentos conmemorativos de las ceremonias pblicas, fueranerigidos en los mismos espacios donde los eventos tuvieron lugar, y ayudaban a la gente arecordar y re-experimentar su grandeza y excitacin (Grube 1992). Para desarrollar esteargumento, debo presentar diferentes hiptesis competitivas, en particular la presentada porBassie-Sweet (1991) sobre que muchos monumentos de piedra representan ritualesdesarrollados en lugares ms exclusivos, como las cuevas. Los elaborados tocados,[backracks]y los pesados ornamentos de jade que muestran las estelas, sin embargo, parecen muy grandes y

    pesados para introducirlos en las cuevas, que a menudo requieren de escalar y agazaparse paraatravesar pasajes angostos. De hecho, la mayora de las pinturas encontradas en cuevas

    muestran figuras con vestimentas simples (Stone 1995:31-54). Aunque Bassie-Sweet sealaacertadamente que, algunas estelas presentan smbolos de cuevas y montaas, tambin es

    posible que la performance fuera conducida sobre o ante las pirmides y templos que seencuentran frente a las plazas, que simblicamente representan montaas y cuevas sagradas(Schele y Mathews 1998:43; Stone 1995:241).

    Los eventos de la corte realizados en cuartos del palacio y representados a travs depinturas en las cermicas muestran a los gobernantes y otros miembros de la elite usandovestidos relativamente simples, con pequeos tocados o gorros (Reents-Budet 2001). En otras

    palabras, los atavos mostrados en las estelas, con enormes tocados y [backracks] hechos debrillantes plumas de colores, son ms extravagantes que los usados en lugares arquitectnicosexclusivos, y parecen haber sido diseados especficamente para tener una alta visibilidad en losespectculos masivos. Se encuentra evidencia ms directa en Chichn Itz, Uxmal, y otroscentros del norte, donde plataformas pequeas y bajas fueron ubicadas en grandes plazas. Alnotar la asociacin de los tronos con stas plataformas, Ringle y Bey (2001:277) plantearon quelos gobernantes usaban estas estructuras para visualizar las grandes audiencias que llenaban las

    plazas (ver tambin Kowalski 1987).Los murales de Bonampak apoyan esta perspectiva. Muestra escenas grabadas de

    cautivos y elaboradas danzas ubicadas en una amplia escalera, que Miller (1986:115; Schele yMiller 1986:218) ha identificado convincentemente como uno de los lados de la plaza de estecentro. Esta ubicacin espacial es un efectivo escenario teatral, que realza la visualidad de losactores (performers). Aunque los murales no muestran la audiencia, la plaza es ms que apta

    para ser llenada por numerosos espectadores. Tambin es sugestivo el uso de grandespalanquines para llevar a los gobernantes y otros miembros de la elite, como est representadoen dinteles de Tikal, y en algunos graffiti (Fig. 3) (Chase y Chase 2001b, fig. 4.12; Harrison1999:133, 153, figs. 77, 94; Trik y Kampen 1983, figs. 71, 72, 73). En Ciudad Real (1976:327)registr literas similares usadas en eventos pblicos en el perodo Maya colonial. Algunos de los

    palanquines del perodo Clsico fueron decorados con enormes estatuas de deidades y jaguaresque aparecen como torres detrs del gobernante. Tales representaciones ostentosas tienensentido slo en trminos de uso en espectculos masivos en espacios abiertos.

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    Figura 3. Grafito encontrado en Tikal, muestran a un gobernante siendo llevado en una gran litera con una estatua(Trik y Kampen 1983, fig. 72).

    Dadas estas lneas de evidencia, es altamente probable que una porcin sustancial de lasestelas presenten ceremonias pblicas llevadas a cabo en plazas y en otros espacios abiertos antela presencia de grandes audiencias, aunque no niego la posibilidad de que algunos rituales hayantenido lugar en espacios ms exclusivos. En relacin a esto, debemos sealar que algunos de losdinteles de Yaxchilan y paneles de Palenque, parecen representar actos realizados en espaciossemi-cerrados, aunque otros refieren a eventos pblicos comparables a los mostrados en lasestelas. En otras palabras, no hay una correlacin entre las ubicaciones espaciales en las que losvarios tipos de arte fueron vistos y la de los actos mostrados en estas piezas de arte. Las estelasse encuentran en las plazas abiertas y son vistas por muchos visitantes de las performances

    pblicas que involucran amplias audiencias, as como tambin las representaciones quemuestran fueron realizadas en esos mismos lugares, mientras que los dinteles y paneles que

    adornan los edificios de elite y pueden ser vistas por un limitado nmero de individuos de altoestatus, estn relacionados con rituales a los que asisten principalmente miembros de la corte yson realizados en espacios exclusivos (ver Snchez 1997). Las pinturas en las cermicas

    pudieron ser vistas slo por unos pocos individuos al mismo tiempo, sobre todo en residenciasde elite y en edificios administrativos. Muchos de ellos describen actividades que tuvieron lugaren la corte, aunque tambin hay representaciones en las cermicas que muestran eventos

    pblicos. Si bien estas correlaciones no son exclusivas, si hay una tendencia general en lasestelas y en otros soportes artsticos que llevaban a los espectadores a recordar, re-experimentary re-imaginar los actos descritos en estos espacios que puede que se tratara de los mismos ocomparables a aquellos donde tuvieron lugar los eventos originales.

    Estas observaciones no significan que las plazas fueran usadas solamente para eventosteatrales pblicos. Varios autores han propuesto que algunas plazas fueron usadas comomercados (Becker 2003:265-66; Jones 1996:86-87; Smith 1982:107). Aunque es difcil obtener

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    evidencia directa de los mercados, este uso de las plazas no es incompatible con su funcinprimaria como espacios teatrales. An en las ceremonias pblicas, las plazas deben haber sidousadas de varias formas. Tales eventos parecen haber implicado la construccin de andamios yde otras estructuras temporales, y el uso de estandartes, tronos movibles y palanquines, queafectaron el movimiento de los participantes y sus percepciones del espacio teatral (Houston

    1998:339; Suhler y Freidel 2000; Taube 1988).As mismo el emplazamiento de estelas en lasplazas probablemente limit el potencial flujo fsico de los cuerpos y resalt los significados deciertos lugares, enfatizando la memoria de eventos especficos. Los Maya, en algunos casos,sacaban las viejas estelas, en un intento por alterar o reconstruir los efectos de los monumentosen la construccin fsica y perceptiva de los espacios teatrales.

    La Capacidad de las Plazas

    El anlisis de las plazas como espacios teatrales es un paso efectivo hacia el estudio de loseventos pblicos por parte de los arquelogos, los cuales no pueden observar directamente las

    performances pasadas. Una forma de testear la idea del uso de las plazas como espacios teatrales

    es analizando sus capacidades potenciales. Moore (1996:147) hace clculos estimativos sobre elespacio disponible para los participantes individuales, que van desde 0.46 a 21.6 m/persona. Elnmero menor implica un rea pequea con poco espacio para el movimiento, mientras que elnmero ms alto dejara un espacio amplio alrededor de cada persona o un amplio escenarioabierto para al performance.

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    Figura 4. Tikal

    El clculo de 21.6 m/persona, tomado de informacin sobre aldeas Yanomam, probablementees muy alto para aplicar a la situacin ms urbana de las tierra bajas Maya. En todas partes del

    mundo, los habitantes de las ciudades tienen que tolerar espacios ms pequeos que aquellosque viven en mbitos rurales. En este artculo, tomo el clculo de 0.46, 1, y 3.6 m/persona.Moore no encontr una correlacin consistente entre el tamao de las plazas y la poblacinestimada de los asentamientos para sus anlisis de la informacin andina, y sospecha que esto sedebe a que existen diferentes formas de utilizar las plazas para las performances teatrales. Por lotanto, las densidades deben ser tomadas slo como valores tentativos para propsitosheursticas.

    A modo de ejemplo examino las plazas de tres centros de diferentes tamaos: Tikal, unode los mayores centros Maya (Fig. 4), Copn, un centro de tamao medio en la periferia surestedel rea Maya (Fig. 5), y Aguateca (Fig. 6), un centro relativamente pequeo. Tikal tiene unahistoria de ocupacin y de construccin monumental que comienza en el perodo Preclsico, y

    ostenta numerosas plazas conectadas por amplios caminos. Culbert et al. (1990:16) estim quela poblacin del Clsico Tardo, en un rea de120 km definida por las tierras hmedasestacionales y por las tierras trabajadas, era de 62.000. Junto con la Plaza Oeste y con la PlazaEste, la Gran Plaza probablemente form el ncleo ceremonial central de Tikal (Fig. 7). LasPlazas asociadas con el Templo IV, el Templo VI y el complejo de las pirmides gemelas,tambin tenan la capacidad de albergar una cantidad sustancial de personas.

    Figura 5. Copn

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    La ocupacin temprana de Copn tambin se remonta al perodo Preclsico, pero lasconstrucciones ms importantes del centro ceremonial comenzaron durante el Clsico temprano.De acuerdo con Webster y Freter (1990:52), la poblacin del Clsico Tardo de Copn era dealrededor de 22.000. El espacio teatral pblico de principal importancia consisti en el amplioespacio plano y continuo de la Gran Plaza, la Plaza Este y la Plaza de la Escalera con los

    Jeroglifos (fig. 8). Freidel, Schele y Parker (1993:463) sealan que las esculturas de piedra conrepresentaciones del Dios Maz danzando, fueron recuperadas de una gran plataforma al este dela Gran Plaza, y sugieren que la plataforma fue posiblemente un lugar de preparacin, prctica oejecucin de danzas.

    La mayora de las construcciones en Aguateca datan del perodo Clsico Tardo, previo aun ataque enemigo que result en el incendio y rpido abandono del rea central de residenciade la elite. Aunque el anlisis de la informacin de los asentamientos del rea perifrica deAguateca todava est en progreso, 8.000 probablemente puede ser una estimacin generosasobre su poblacin del Clsico Tardo. La mayora de los monumentos que muestran las

    performances de los gobernantes se encuentran en la amplia Plaza Principal. Un camino cortocomunica este espacio altamente pblico con un componente ms restringido del Grupo del

    Palacio, un probable palacio real (Inomata 1997).

    Figura 6. Aguateca

    La tabla 1 indica que estas plazas tenan una capacidad sustancial. Adems sus trazadosmuestran fcil acceso desde afuera, implicando un nfasis en la inclusin de un gran nmero departicipantes. En particular, asumiendo 1m/persona, la Plaza Principal de Aguateca era losuficientemente grande como para acomodar a ms gente que la que formaba la poblacinentera del asentamiento. Utilizando esta estimacin para el espacio disponible por persona, elespacio combinado de la plaza ceremonial de Copn tambin pudo contener a ms de la

    poblacin entera, pero este no hubiera sido un espacio teatral efectivo porque los edificioshubieran obstruido la visual entre las partes. La Gran Plaza y la Plaza Media constituan unmejor espacio teatral, pero reunir a la poblacin entera en este lugar hubiera requerido de muchoapiamiento. En Tikal, si los participantes eran apiados, la poblacin entera pudo haber cabidotanto en el complejo central, en el rea frente al Templo IV, o en el rea frente al Templo VI.

    Pero, en realidad, la mayora de los eventos teatrales probablemente requirieron de ampliosescenarios para los actores (performers), lo que hubiera hecho menos factible la reunin de la

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    poblacin entera. Estas observaciones indican que, mientras las plazas principales de los centrosms pequeos pudieron ser capaces de contener a la totalidad de la poblacin (ver tambinHouston et al. 2003:234; Looper 2001:128), los eventos pblicos con la presencia simultnea dela comunidad entera se volvera cada vez ms difcil con el incremento del tamao del centro.Esta tendencia puede ser reflejada en las disposiciones de los centros de varios tamaos.

    Pequeos centros como Aguateca tienden a tener una plaza grande, donde se encuentran lamayor parte de los monumentos de piedra, como foco de los rituales de la comunidad. El centromediano de Copn todava mantiene este foco en una plaza continua. Centros grandes comoTikal tienden a tener mltiples plazas grandes y sus monumentos de piedra estn ms dispersos.

    Adems de los espectculos masivos, en el Maya Clsico se realizaron performancesms exclusivas. Los espacios ms pequeos del Patio Este de Copn y el Grupo del Palacio deAguateca eran los sitios ms probables para acontecimientos teatrales. Con sus amplios espaciosabiertos circundantes, su funcin como complejos teatrales son insinuados por la Estructura10L-25 de Copn y la Estructura M7-33 de Aguateca. Estas estructuras bajas parecen haberservido como escenarios abiertos sin techos o paredes y probablemente fueron usados paradanzas rituales (Fash et al. 1992; Inomata et al. 2001). Las capacidades estimadas para estas

    plazas (basado en el clculo de 3.6 m2/persona) abarcaran del 5.6 a 11.4 % de las poblacionestotales, lo que se correspondera, aproximadamente, con los sectores de elite de la sociedad.Adems, la arquitectura y los objetos excavados sugieren que el Grupo del Palacio de Aguatecaera el complejo residencial ms importante de la familia real de este centro. Y deberamos notarque las performances en el Grupo del Palacio de Aguateca eran probablemente visibles no slo

    para la audiencia que estara ocupando la plaza del complejo, sino tambin para espectadoresubicados en las calzadas (Inomata 2001a). Los eventos teatrales en estos espacios restringidos

    parecen haber conservado cierto nivel de inclusividad.

    Figura 7. La Gran Plaza de Tikal vista desde la estructura 5D-71 de la Acrpolis Central.

    Espacios Teatrales y planeamiento de la Ciudad

    Las secuencias de construccin proyectadas en estos centros hablan de las estrategias de

    diseo de los espacios rituales comunales de los centros Mayas.

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    En Tikal, la disposicin final de la ciudad fue resultado de su crecimiento a lo largo delos siglos. Durante los perodos Preclsico y Clsico Temprano, la Gran Plaza, junto con lasPlazas Este y Oeste adyacentes, eran probablemente el foco primario de espectculos comunalesen Tikal, aunque el complejo Mundo Perdido tambin parece haber proporcionado un espacioteatral importante. La Gran Plaza fue localizada entre la Acrpolis Norte, el espacio funerario

    ms importante para los gobernantes desde el Preclsico, y la Acrpolis Central, el principalcomplejo residencial para la familia real (Coe 1990; Harrison 1970). Claramente, esta plaza eraun lugar con carga simblica, y con conexiones directas con el pasado y el presente dinstico.Durante el Clsico Temprano y el perodo Clsico Tardo, las estelas fueron colocadas en lneasdelante de la Acrpolis Norte de cara al sur, dejando un espacio amplio en la parte del sur delrea. Este patrn puede implicar que el empleo de la plaza como un espacio teatral permanecirelativamente constante, con los ejecutantes (performers) ocupando la parte norte y la audiencia

    principalmente la del sur. La Estructura 5D-119, una habitacin elevada construida sobre eltecho de la Estructura 5D-120 (Harrison 1970:27), fue equipada con un trono que mira hacia elTemplo I y a la Gran Plaza (fig. 9). Es probable que el gobernante u otros miembros de la eliteocuparan este lugar, ventajoso para ver los eventos teatrales (ver Valds 2001 por un trono

    comparable en Uaxactun).

    Figura 8. La Plaza Media y La Gran Plaza de Copn vistas desde la Cancha de Pelota

    El primer piso de la Gran Plaza, junto con los de las Plazas Oeste y Este, fue hecho

    durante el perodo Preclsico Tardo. Aunque hay pruebas que sugieren que algunos edificiosfueron construidos sobre pisos Preclsicos, la disposicin exacta y extensin de las plazastempranas no es clara (Coe 1990:167; Jones 1996:79). Coe (1990:173, 195) sospecha quedurante el perodo Preclsico Tardo, la Gran Plaza presentaba una superficie ms amplia quelas versiones posteriores. Durante el perodo Clsico Temprano, los edificios Preclsicos en laGran Plaza fueron demolidos y enterrados bajo un nuevo piso. Las Estructuras 5D-1-2da y 5D-2-2da fueron erigidas en los extremos este y oeste de la plaza, interrumpiendo las conexionescon las Plazas Este y Oeste. Adems, la construccin de las Estructuras 5D-29, 30, 31, 32, 33, y34 irrumpieron sobre la terraza de la Acrpolis Norte (Coe 1990:587-617, 832-38). Durante el

    perodo Clsico Tardo, el gobernante, Jasaw Chan K'awiil, orden la construccin de losTemplos I y II sobre los restos demolidos de las Estructuras 5D-1-2da y 5D- 2-2da, reduciendoel acceso y la visibilidad entre la Gran Plaza y las plazas adyacentes (Coe 1990; Harrison1999:142). La Gran Plaza fue entonces transformada en un espacio teatral ms exclusivo.

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    Adems, la poblacin de Tikal creca rpidamente durante este perodo (Culbert et al.1990:108).

    Figura 9. Trono de la Estructura 5D-119 de la Acrpolis Central, frente a la Gran Plaza

    Como el complejo central se volvi menos adecuado para los eventos comunales, elgobernante siguiente, Yik'in Chan K'awiil, encarg la construccin de Templos IV y VI, conespacios abiertos asociados considerablemente ms grandes que la Gran Plaza (Harrison1999:153-62; Martin y Grube 2000:49). El templo IV midi 64 m de altura, y el gobernante queestuviera de pie sobre la escalera de este edificio debi haber sido visible desde un rea amplia.

    Esta tendencia de aumentar el espacio teatral tambin puede ser vista en el complejo de laspirmides gemelas. Durante el perodo Clsico Tardo, la dinasta de Tikal construy uncomplejo ceremonial con un par de pirmides al final de cada k'atun (perodo de 20 aos). Paralos Maya que con entusiasmo sostuvieron varios calendarios rituales, las ceremonias al trminode cada k'atun, que ocurran slo unas veces en la vida de un individuo, eran de particularimportancia. Muchas estelas de varios centros Mayas conmemoran estos acontecimientos. EnTikal, cada nuevo complejo de pirmides gemelas construido era probablemente el escenario

    principal de la ceremonia del trmino de un k'atun, en la cual los residentes de toda lacomunidad participaron (Jones 1969). Cada vez se construa un complejo de pirmides gemelasde mayor tamao que los anteriores, el ltimo y ms grande de todos fue el Complejo de lasPirmides Gemelas Q y R, encargado por Yax Nuun Ayiin II durante finales del octavo siglo(Harrison 1999:167-73).

    A pesar de estos esfuerzos, Tikal parece haber alcanzando un punto donde lacongregacin de la poblacin entera en un espacio era fsicamente difcil. El problema puedehaber sido mitigado por el empleo de calzadas como escenarios teatrales adicionales. Harrison(1999:158, 160) sospecha que Yik'in Chan K'awiil fue el responsable de la construccin de lasCalzadas Maler, Maudslay y Mendez que conectaron los Templos IV y VI con otras reas,mientras que Jones (1996:83) sugiere que las primeras versiones de las Calzadas Maler yMendez fueran construidas un siglo o ms de un siglo antes. La Calzada Mendez midi 50-80 mde ancho, la Calzada Tozzer 50-80 m, la Calzada Maler 20 m, y la Calzada Maudslay 30-50 m.Algunos segmentos de estas calzadas eran tan grandes como las plazas de los centros ms

    pequeos, y su ancho exceda las necesidades prcticas de transporte diario (cf. Chase y Chase2001a). Estas amplias calles eran probablemente escenarios para la procesin de las elites, que

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    pueden haber sido vistas por grandes audiencias que ocupaban los espacios a los costados de lasmismas (ver Reese-Taylor2002; Ringle 1999). Los dinteles de los Templos I y IV representan agobernantes sentados sobre elaboradas literas, sugiriendo que los mismos eran llevados a lolargo de las calzadas antes de que ocuparan los escenarios principales delante de los templos. Elempleo de calzadas como escenarios para espectculos masivos es comparable a los carnavales

    y desfiles festivos en las grandes ciudades modernas.En Copn, la Gran Plaza y la Plaza Media fueron construidas al principio del sigloquinto, lo que puede corresponder con el establecimiento de una dinasta por K'inich Yax K'uk'Mo' (Traxler 2004). Una cantidad sustancial de relleno fue colocada para crear la plaza, lo quesugiere Cheek (1983b:344) es que su construccin implic una parte significativa de lacomunidad. La plaza parece haber tenido desde el comienzo las mismas dimensiones ydisposicin de la etapa posterior, con su extremo norte marcado por la Estructura 10L-2 y su

    parte sur ocupada por una cancha de pelota. Una diferencia notable es que el rea sur de lacancha de pelota era originalmente un patio rodeado por plataformas, y Cheek (1983b:342-45)

    propone que esta rea era para el empleo residencial y privado mientras que la seccin del norteeran para actividades pblicas y comunales. Al final del Temprano Clsico, los Copanecos

    gradualmente levantaron los pisos de la plaza, cubriendo algunas plataformas y creando unespacio abierto que luego sera el Patio de la Escalera de los Jeroglfos. Al principio del TardoClsico se construy el piso de la Plaza Este (Cheek 1983a). Esta secuencia puede reflejar unesfuerzo para ampliar el espacio de plaza a medida que la poblacin de Copn creca. Aunquedurante los siglos los Copanecos construyeron pirmides cada vez ms altas del lado sur,

    parezcan haber conservado deliberadamente los espacios de plaza. La configuracin de la GranPlaza de Copn como un espacio teatral puede haber sido alterado durante el octavo siglo por eldecimotercero gobernante, Waxaklajuun Ub'aah K'awiil, que erigi una serie de estelas en laseccin central (fig. 2). Esta disposicin de los monumentos puede implicar un empleo algodiferente del espacio de la Gran Plaza de Tikal. Fash (1998:240) sugiere que las escaleras querodean la Gran Plaza de Copn pueden haber sido asientos para el pblico. Si es as, en muchoseventos pblicos los ejecutantes (performers) pueden haber ocupado la parte central de la plazamientras los espectadores se sentaron o estuvieron parados alrededor de esta. La Estructura 10L-4, localizada en el centro de un espacio abierto, probablemente sirvi como lugar central deestas performances.

    En Aguateca, la Plaza Principal fue construida en el momento de la fundacin del centroalrededor del 700 AD. Mientras que las estelas de los gobernantes tempranos fueron colocadas

    principalmente delante de la Estructura L8-5 en la esquina Este de la plaza, el ltimogobernante, Tahn Te ' K'inich, erigi sus monumentos delante de las Estructuras L8-6 y L8-7,localizadas en la esquina sudeste, as como en el medio de la plaza. Esto puede reflejar uncambio en los principales escenarios teatrales con la construccin o renovacin de estos

    edificios. Antes del abandono final, Tahn Te ' K'inich estaba en proceso de construir un grantemplo sobre el borde occidental (Inomata et al. 2004). As, teniendo suficiente espacio de laplaza, el gobernante de Aguateca no tuvo que ampliarlo, pero al parecer, el empleo de esteespacio cambi en el tiempo.

    Estos anlisis muestran que la configuracin de los espacios teatrales en trmino de losmovimientos y ubicacin de los ejecutantes y espectadores variaron de un centro a otro. Enalgunos casos, an el empleo de la misma plaza cambi el tiempo con la construccin deedificios y monumentos. Esta observacin indica la flexibilidad inherente a las plazas comoespacios teatrales. La implicancia ms importante de la historia de estas plazas es que elasegurar un espacio suficiente, para los eventos pblicos, era una preocupacin primaria en eldiseo de las ciudades Maya.

    Esto quiere decir que las plazas se planearon para contener un gran nmero deindividuos y que tales reuniones eran sumamente importantes para la sociedad Maya. Las plazas

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    y calzadas no eran espacios secundarios definidos luego de la colocacin de los templopirmide, sino espacios sociales de importancia central (Ringle y Bey 2001:278).

    La Poltica de la performance en la Sociedad Maya Clsica

    Aunque algunas ciudades Mayas tuvieron grandes poblaciones, una parte significativa delos residentes estaba dispersa sobre amplias reas. El patrn de asentamiento disperso

    probablemente promovi una tendencia hacia la separacin de las poblaciones respecto de lasautoridades centrales (Demarest 1992). Econmicamente, los sectores rurales de no elite

    parecen haber sido independientes de las autoridades centrales para la adquisicin de muchosartculos econmicos, con la posible excepcin de materiales exticos como la obsidiana y delsuministro de agua en temporada seca desde los depsitos centrales en ciertas reas (Bishop,Rands, y Holley 1982; Fry 1979; Rice 1987; ver tambin Lucero 1999; Scarborough y Gallopin1991). La tendencia centrfuga de las poblaciones Mayas pudo verse reforzada por la altamovilidad de los agricultores, que podan cambiar sus residencias - y posiblemente susafiliaciones polticas - relativamente fcil, como lo hicieron sus descendientes durante el

    perodo colonial (Inomata 2004; ver tambin Farris 1984:72-79; Restall 1997:174). No es claroque tan importantes eran los lazos con una dinasta especfica para la identidad de losagricultores individuales en comparacin con sus conexiones a los grupos familiares y gruposlocales ms pequeos.

    Planteo que los elementos crticos que mantuvieron esta precaria integracin de lascomunidades mayas, fueron los eventos teatrales masivos, patrocinados y organizados por laelite. Los espectculos masivos, en los cuales una gran parte de la comunidad se reuni y trabajen forma conjunta, crearon la oportunidad para que los individuos presenciaran y sintieran laexistencia corporal y la participacin de otros miembros. Tales reuniones no slo facilitaron el

    intercambio de bienes, la comunicacin de informacin, y el encuentro de pareja, sino quetambin crearon momentos de verdadera comunidad. Los eventos teatrales en gran escaladaban realidad fsica a la comunidad y ayudaban a convertir identidades comunales inestablesen formas tangibles, a travs del empleo de actos y objetos simblicos. En otras palabras, losque se reunan para estos espectculos crearon una comunidad. Las comunidades mayas clsicasno eran algo totalmente imaginado. La comunidad real del Maya Clsico era, sin embargo,slo temporal. La cohesin continua de una comunidad probablemente requiere de la repeticinconstante de esta reunin fsica de sus miembros.

    Como queda evidenciado en los murales de Bonampak y en varias pinturas sobrecermica, algunos espectculos implicaron a numerosos miembros de la elite como ejecutantes,

    pero el fuerte nfasis puesto sobre los gobernantes como lo muestran las estelas indica que,

    simblicamente y a menudo fsicamente, en el centro de las reuniones pblicas estaba el cuerpodel soberano. Los gobernantes eran al mismo tiempo los patrocinadores, organizadores, yprotagonistas de muchos de los grandes eventos teatrales. La visibilidad del gobernante y deotros miembros de la elite fue altamente conservada an en reuniones polticas y diplomticasde pequea escala llevadas a cabo en los complejos reales y en los espacios asociados a lasresidencias de la elite (Inomata 2001a; Inomata et al. 2002). Un trmino Maya para gobernante,ajaw, literalmente puede ser traducido como l que grita (Houston y Stuart 1996:295),implicando que el origen de la autoridad Maya estaba asociado con la performance verbal eneventos teatrales. Conceptos similares parecen haber sido compartidos por otras sociedadesMesoamericanas. Una palabra azteca para gobernante, por ejemplo, era tlatoani, uno quehabla, y en muchas representaciones Mesoamericanas aparecen rollos de discurso haciendo

    referencia a actos de pronunciacin o discurso. La posicin central de los gobernantes en loseventos comunales, sugiere que las identidades de la comunidad Maya giraban alrededor de las

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    imgenes de los lderes polticos supremos. Los espectculos masivos eran probablemente lasocasiones en las cuales la gente senta su vnculo con los gobernantes de forma ms fuerte. Lasgrandes reuniones tambin dieron a la lite una oportunidad de imponer sus ideologas y valoresculturales sobre el resto de sociedad a travs de la performance. En los eventos pblicos, losgobernantes a menudo acentuaban su naturaleza divina a travs de la personificacin de

    deidades, y se glorificaban a s mismos a travs de la celebracin de victorias en la guerra y dela performance de los juegos de pelota que simulaban batallas (Freidel y Schele 1988a; Houstony Stuart 1996; Inomata y Triadan 2003; Looper 2003; Schele y Miller 1986). Los complejosteatrales emplazados en templos y plazas eran tambin los lugares de descanso de losantepasados reales, que recordaban constantemente a los participantes la continuidad dinstica.

    La memoria social sobre la historia dinstica y las tradiciones, no era una entidad eterna,sino un proceso de constante reiteracin y recreacin a travs de la performance, que a su vezdaba espacio para su transformacin y para la invencin de nuevas tradiciones. Las referenciasal pasado dinstico y a las prerrogativas reales hechas en los eventos teatrales, nohomogeneizaban las percepciones y emociones de los participantes, sino que proporcionabannociones objetivadas sobre las cuales ellos podan reflexionar y actuar. Durante el perodo

    Clsico el nmero de dinastas aument a medida que surgan nuevos jefes en los centrosmenores. Los lderes polticos emergentes eran aquellos que aprovechaban esta flexibilidad enel sistema para inventar nuevas tradiciones que legitimaban su poder poltico a travs de lareclamacin de sancin divina. Estas observaciones destacan la naturaleza de la hegemona, queno es una estructura esttica o dada, sino un proceso que requiere de accin y atencinconstantes. No est limitado a instituciones polticas, pero implica interrelaciones entre lo

    poltico, lo social, y lo cultural como algo experimentado e interpretado por todos losinvolucrados (Williams 1977).

    De esto se deriva que los eventos teatrales no eran instrumentos polticos usados en unanica direccin por los grupos dominantes. Los gobernantes y la nobleza estaban fuertementeunidos por los valores culturales y estticos de la teatralidad a la que tanto las elites, como lossectores de no elites suscriban por igual (Inomata y Houston 2001a; ver1986 Bloch:177). Losgobernantes y cortesanos tenan no slo el derecho de conducir el sacrificio ritual humano, sinola obligacin de realizar [perform] el desangrado acompaado de intenso dolor y el riesgo deinfeccin. Si ellos perdan en la batalla, ellos eran los sacrificados. En este sentido, losgobernantes emergentes de los centros menores no pueden ser vistos puramente como lacreacin de individuos que se auto-engrandecen. Las poblaciones crecientes de talesestablecimientos pueden haber deseado la presencia de figuras que tomaran el escenario centralen eventos comunales. Adems, las demandas de espectculos por elites y no elites puedenhaber sido las fuerzas conductoras para cambios polticos no previstos por los participantes. Losgrandes eventos teatrales requeran la planificacin cuidadosa y la organizacin logstica. Como

    la poblacin de los centros creci considerablemente durante el perodo Clsico, la organizacinde eventos teatrales cada vez ms grandes puede haber incitado cambios en las organizacionesadministrativas con el establecimiento de administradores y oficiales especializados.

    Adems, la representacin de relaciones polticas y valores a travs de la performanceestaba en peligro constante de fallar. La performance teatral como una interaccin entre

    participantes implica un proceso de evaluacin por parte de los espectadores. El sentido y laaceptabilidad de la performance son construidos y negociados a travs de las interacciones entrelos participantes que comparten ciertos conocimientos y expectativas, pero al mismo tiemposostienen puntos de vista divergentes o an contrarios. Los eventos teatrales eran por lo tanto,ocasiones peligrosas para los actores. Una performance pobre en el teatro poltico puede habersignificado la prdida del poder y del estatus. El fuerte nfasis sobre la performance y la

    visibilidad de los gobernantes implicaba que ellos estaban bajo constante escrutinio.

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    Los efectos polticos de los eventos teatrales tambin fueron condicionados por laspropiedades fsicas de las organizaciones polticas, en particular sus escalas demogrfica yespacial. Esto es as porque la importancia social de la performance est arraigada en las

    posibilidades fsicas de interaccin directa y en la co-presencia corporal. En este sentido,centros polticos del Clsico Tardo Maya como Tikal, Calakmul, y Caracol pueden haber

    estado alcanzando un tamao en el cual la integracin poltica a travs de la performancepblica ya no era sostenible. Para evitar malentendidos debera reiterar que los eventos pblicosteatrales son polticamente significativos en las sociedades de cualquier tamao, pero susefectos no son los mismos en contextos sociales diferentes. Aunque Tikal y otros grandescentros Mayas invirtieron esfuerzos considerables para asegurar espacios teatrales paraespectculos masivos, la reunin de la comunidad entera el contacto cara a cara entre las elitesy los sectores de no elites se haca cada vez ms difcil. Estos grandes centros pueden haberestado movindose hacia el establecimiento de un sistema burocrtico de naturaleza msimpersonal (Houston et al. 2003:234). Es sugestivo que los complejos reales de estos grandescentros tenan el acceso cada vez ms restringido y sus habitantes estaban cada vez ms aisladosdel exterior que en los ms centros pequeos. El curso posterior de la historia en el rea Maya

    nos dice, sin embargo, que la sociedad Maya nunca cruz completamente este umbral.

    Conclusin

    Las grandes plazas de los centros del Maya Clsico fueron diseadas para contener unnmero grande de individuos. Las plazas de los centros de pequeo a mediano tamao, en

    particular, probablemente sostuvieron a la mayora de los miembros de la comunidad durante lasocasiones ceremoniales. Aunque el alojamiento de la poblacin entera en una plaza se hicieracada vez ms difcil en los centros grandes a medida que la poblacin creci, sus residentestodava hacan un esfuerzo significativo para asegurar espacios para los espectculos masivos,

    creando plazas fuera de las reas principales y construyendo amplias calzadas. Junto con lasprominentes representaciones de los gobernantes sobre los monumentos de piedra colocados enlas plazas, estos datos indican que el Maya Clsico acentu fuertemente la performance teatral yla visibilidad de los gobernantes. Los eventos teatrales probablemente mantuvieron unida lacomunidad Maya alrededor de los gobernantes y dems miembros de la realeza, compensandouna tendencia hacia la fragmentacin. La elite puede haber aprovechado estas oportunidades

    para avanzar en sus agendas polticas, pero ellos estaban al mismo tiempo bajo la evaluacinconstante de los espectadores. La presencia de plazas de diferentes tamaos en un mismo centro,sugiere que los eventos teatrales tambin dividan a la comunidad, separando a los que podan

    participar en la performances exclusivas de los menos privilegiados.Estas observaciones nos recuerdan que la sociabilidad humana es arraigada en las

    percepciones sensoriales de otros. La performance pblica es polticamente significativa encualquier sociedad precisamente porque este aspecto fundamental del contrato social es llevadoa cabo en los eventos teatrales. Incluso los efectos sociales de los espectculos son evidentes enorganizaciones centralizadas premodernas, en las cuales las constantes interacciones cara a caraentre los miembros ya no son posibles, y los medios escritos y otras tecnologas decomunicacin no estaban extensamente disponibles. En la sociedad Clsica Maya, y

    posiblemente en varios otros regimenes antiguos, los eventos pblicos dieron realidad fsica a lacomunidad imaginada en la medida en que los participantes atestiguaban la presencia corporalde otros y compartan sus experiencias. La importancia poltica de la performance pblica endiversos contextos histricos tambin se deriva del proceso por el cual se objetivan las nocionesabstractas de valores culturales y morales, a travs de actos corporales y smbolos materiales.

    Tales nociones no necesariamente representan significados homogneamente compartidos pordiferentes individuos y grupos, pero s proporcionan puntos comunes y tangibles de referencia

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    para la reflexin y la negociacin. En otras palabras, los eventos teatrales son el escenario parala creacin y la imposicin de relaciones de poder e ideologas asociadas, as como tambin deresistencia y subversin a ellos. En lugar de asumir la existencia de significados subjetivoscolectivamente sostenidos en la performance, tenemos que tratar de ver como la performance sevuelve significativa en trminos de procesos polticos, en los cuales su multivocalidad inherente

    y la realidad fsica ineludible de los cuerpos humanos, espacios y objetos, la condicionan yafectan la realidad social de la forma en que esta es percibida y representada por losparticipantes.

    Agradecimientos

    Agradezco a Lorenzo Coben, Stephen Houston, Michael Smith, y Daniela Triadan por estimularla discusin sobre este tema. Marshall Becker, Patricia McAnany, y Julia Sanchez, as como alos revisores annimos, que hicieron interesantes comentarios de sobre las primeras versionesdel manuscrito.

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