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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly (región de Orenburgo, Rusia) Environmental impact of copper mining and metallurgy during the Bronze Age at Kargaly (Orenburg region, Russia) Juan Manuel Vicent García (*) M.ª Isabel Martínez Navarrete (*) José Antonio López Sáez (**) Ignacio de Zavala Morencos (***) RESUMEN Kargaly (región de Orenburgo, Rusia) es una región cuprífera explotada entre los milenios IV y II cal BC y los siglos XVIII y XX d.C. El objetivo del artículo es es- tudiar comparativamente el impacto de estos episodios mineros en la distribución de los recursos forestales de la región, para aproximar la escala de las operaciones minero-metalúrgicas prehistóricas. Para ello se analizan con métodos estadísticos inferenciales y multivariantes dos secuencias paleopalinológicas procedentes de depó- sitos naturales de la región y se comparan con un mues- treo regional de la lluvia polínica reciente apoyado por un modelo analítico del paisaje actual y con los datos antracológicos procedentes del asentamiento del Bronce Final Gorny 1. Los análisis confirman la gran escala del impacto de la minería prehistórica en la cubierta forestal desde sus inicios, pero también los efectos de las prácti- cas pastoriles en las fases posteriores al final de la mis- ma. Estos resultados permiten descartar el cambio cli- mático como principal explicación de la variabilidad diacrónica en el registro palinológico, y confirman la viabilidad del enfoque propuesto como medio de inte- grar las disciplinas paleoambientales en la Arqueología del Paisaje. ABSTRACT Kargaly (Orenburg, Russia) is a copper-producing region in which two main phases of mining activity have taken place: the 4 th -2 nd millennia BC and the 18 th -20 th centuries AD. This article is a comparative study on the impact of those mining episodes in the distribution of the forest resources in the region, aimed to estimate the scale of prehistoric mining and metallurgical works. For that purpose two paleopalinological sequences obtained from natural deposits located in Kargaly are analysed by infer- ential Statistics and Multivariate Methods. The results are compared both with a regional sampling of recent pollen rain supported by an analytical model of the pres- ent day landscape, and with the anthracological data coming from the Late Bronze Age settlement of Gorny 1. Analysis confirm the large scale of the prehistoric mining impact on the forest cover from the beginnings, as well as the strong effect of husbandry once mining works ended. These results allow us to dismiss a climatic change as main explanation for the detected diachronic variability in the palinological record. They also prove the viability of the proposed approach as a means of integrating the paleoenvironmental disciplines in Landscape Archaeo- logy. Palabras clave: Eurasia; Prehistoria reciente; Holoceno; Combustible; Paleoecología; Carbono 14; Arqueología cuantitativa; Arqueología del Paisaje. Key words: Eurasia; Late Prehistory; Holocene; Fuel; Palaeocology; Radiocarbon; Quantitative Archaeology; Landscape Archaeology. TRABAJOS DE PREHISTORIA 67, N.º 2, julio-diciembre 2010, pp. 511-544, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2010.10054 (*) Grupo Prehistoria social y económica, Instituto de His- toria, Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC. C/ Alba- sanz 26-28. 28037 Madrid. Correos electrónicos: [email protected], [email protected] (**) Grupo Arqueobiología, Instituto de Historia, Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC. C/ Albasanz 26-28. 28037 Madrid. Correo electrónico: [email protected] (***) Dpto. de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Foto- grametría. Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola. Universidad Politécnica. Ciudad Universitaria s/n. 28040 Ma- drid. Correo electrónico: [email protected] Recibido: 30-IX-2010; aceptado: 18-X-2010.

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia delcobre durante la Edad del Bronce en Kargaly (región deOrenburgo, Rusia)

Environmental impact of copper mining and metallurgy during the Bronze Age at Kargaly(Orenburg region, Russia)

Juan Manuel Vicent García (*)M.ª Isabel Martínez Navarrete (*)José Antonio López Sáez (**)Ignacio de Zavala Morencos (***)

RESUMEN

Kargaly (región de Orenburgo, Rusia) es una regióncuprífera explotada entre los milenios IV y II cal BC ylos siglos XVIII y XX d.C. El objetivo del artículo es es-tudiar comparativamente el impacto de estos episodiosmineros en la distribución de los recursos forestales dela región, para aproximar la escala de las operacionesminero-metalúrgicas prehistóricas. Para ello se analizancon métodos estadísticos inferenciales y multivariantesdos secuencias paleopalinológicas procedentes de depó-sitos naturales de la región y se comparan con un mues-treo regional de la lluvia polínica reciente apoyado porun modelo analítico del paisaje actual y con los datosantracológicos procedentes del asentamiento del BronceFinal Gorny 1. Los análisis confirman la gran escala delimpacto de la minería prehistórica en la cubierta forestaldesde sus inicios, pero también los efectos de las prácti-cas pastoriles en las fases posteriores al final de la mis-ma. Estos resultados permiten descartar el cambio cli-mático como principal explicación de la variabilidaddiacrónica en el registro palinológico, y confirman laviabilidad del enfoque propuesto como medio de inte-

grar las disciplinas paleoambientales en la Arqueologíadel Paisaje.

ABSTRACT

Kargaly (Orenburg, Russia) is a copper-producingregion in which two main phases of mining activity havetaken place: the 4th-2nd millennia BC and the 18th-20th

centuries AD. This article is a comparative study on theimpact of those mining episodes in the distribution of theforest resources in the region, aimed to estimate the scaleof prehistoric mining and metallurgical works. For thatpurpose two paleopalinological sequences obtained fromnatural deposits located in Kargaly are analysed by infer-ential Statistics and Multivariate Methods. The resultsare compared both with a regional sampling of recentpollen rain supported by an analytical model of the pres-ent day landscape, and with the anthracological datacoming from the Late Bronze Age settlement of Gorny 1.Analysis confirm the large scale of the prehistoric miningimpact on the forest cover from the beginnings, as well asthe strong effect of husbandry once mining works ended.These results allow us to dismiss a climatic change asmain explanation for the detected diachronic variabilityin the palinological record. They also prove the viabilityof the proposed approach as a means of integrating thepaleoenvironmental disciplines in Landscape Archaeo-logy.

Palabras clave: Eurasia; Prehistoria reciente; Holoceno;Combustible; Paleoecología; Carbono 14; Arqueologíacuantitativa; Arqueología del Paisaje.

Key words: Eurasia; Late Prehistory; Holocene; Fuel;Palaeocology; Radiocarbon; Quantitative Archaeology;Landscape Archaeology.

TRABAJOS DE PREHISTORIA

67, N.º 2, julio-diciembre 2010, pp. 511-544, ISSN: 0082-5638doi: 10.3989/tp.2010.10054

(*) Grupo Prehistoria social y económica, Instituto de His-toria, Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC. C/ Alba-sanz 26-28. 28037 Madrid. Correos electrónicos:[email protected], [email protected]

(**) Grupo Arqueobiología, Instituto de Historia, Centro deCiencias Humanas y Sociales, CSIC. C/ Albasanz 26-28. 28037Madrid. Correo electrónico: [email protected]

(***) Dpto. de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Foto-grametría. Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola.Universidad Politécnica. Ciudad Universitaria s/n. 28040 Ma-drid. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 30-IX-2010; aceptado: 18-X-2010.

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1. INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas la investigación sobreminería y metalurgia prehistóricas, que veníaorientándose casi en exclusiva hacia la tecnolo-gía, ha considerado de modo creciente los aspec-tos contextuales, sociales, culturales y medioam-bientales (Knapp 1998: 8-9; Stöllner 2003). Estatendencia, al integrar esas actividades en la com-prensión de las sociedades prehistóricas, estáaportando una dimensión social e histórica a latecnología. El impacto medioambiental de la mi-nería, la metalurgia y el trabajo del metal, encambio, ha recibido menor y desigual atención.La polución por elementos pesados (Mighall yChambers 1993; Grattan et al. 2007; Jouf-froy-Bapicot et al. 2007; Breitenlechner et al.2010) y los datos históricos, etnográficos y botá-nicos (Healy 1978: 148-152; Horne 1982a,b; Mi-ller 1984; Montero Ruiz 1994: 303-304) se hanconsiderado más que la estimación directa de labiomasa consumida (Agapov et al. 1989; Engel yFrey 1999).

Nuestra contribución se encuadra en los estu-dios paleoambientales interesados por las basesenergéticas de la producción metalúrgica y el im-pacto de la minería y la metalurgia sobre el medioambiente. El caso escogido es Kargaly (Vicent etal. 2000; Chernykh et al. 1999; Rovira 1999,2003, 2004, 2005; Rovira y Happ 2004;Díaz-del-Río et al. 2006; Vicent et al. 2006) (1),un complejo minero metalúrgico excepcional enla estepa euroasiática (Popova 2007: 97) (Fig. 1),investigado por un equipo dirigido por E.N.Chernyj (2), especialista internacional en las pri-meras culturas metalúrgicas euroasiáticas(Chernykh 1992; Thornton 2009: 28; Renfrew2009: xvi). La metodología desarrollada en Kar-galy se reconoce como uno de los contados pro-gramas multidisciplinares emprendidos en Rusia(Korobov 2004), destacándose sus aspectos ar-queobiológicos y medioambientales (Kristianseny Larsson 2005: 173, 384, 421-2; Kristiansen2007: 153; Kohl 2007: 174; Popova 2007: 97).Otra singularidad es la publicación completa y

puntual de sus resultados (Chernyj 2002a, b, c, d,2004, 2005, 2007). Además Kargaly es una de laspocas minas explotadas en las estepas euroasiáti-cas durante la Prehistoria reciente con una escalasustancial de producción (Chernykh 1994: 62-63;Peterson 2009: 194) a diferencia de la de los aflo-ramientos, dispersos por la región.

Kargaly es un criadero de cobre extendido porunos 1500 km2 (Fig. 1A) del que se extrajeronminerales durante la Edad del Bronce y la prime-ra industrialización rusa. Entre un momento yotro sólo fue frecuentado por pastores nómadasque, en cualquier caso, aparentemente no aprove-charon sus yacimientos. El área de estudio ocupa500 km2. Allí se documentan once grandes mine-ralizaciones con evidencias de explotación mine-ra (Fig. 1B) (Chernyj 2002a). Se han localizadotres grandes asentamientos superpuestos a las zo-nas mineras, correspondientes a la fase prehistóri-ca: Miasnikovski, Ordynski y Gorny 1 de cuyasexcavaciones (3-3,5 % de sus aproximadamente 4ha, Chernyj 2002b: 18) procede la mayoría de lainformación arqueológica publicada. Además, selocalizaron tres probables poblados situados en

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(1) La participación española ha sido financiada por losproyectos PS95-0031 (1996-1999), PB98-0653 (1999-2002) yBHA2003-08575 (2003-2006) dirigidos por M.ªI. Martínez Na-varrete y por las becas de estancias cortas del convenio bilateralCSIC- Academia Rusa de Ciencias.

(2) En las trasliteraciones del ruso al español seguimos aPresa (ed.) 1997.

Fig. 1. A: Localización en Eurasia y en la estepa euroa-siática del coto minero de cobre de Kargaly (Orenburgo,Rusia). B: Distritos mineros de Kargaly y yacimientos dela Edad del Bronce. El área de estudio está recuadrada (se-gún Chernykh 2002; 90, fig. 2 modificada).

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zonas bajas: Gorny 2 y 3 y Novenki. Finalmentese han excavado cuatro cementerios de kurganeso túmulos funerarios de la Edad del Bronce en lasvegas de los ríos Usolka y Kargalka (Chernyj2005) (Fig. 1B).

Según Chernyj (2002a: 137), la explotaciónminera de Kargaly se inicia durante la culturaYamno-Poltavka o Pit grave de la Edad del Bron-ce Antiguo. Tiene un carácter esporádico y se lle-va a cabo mediante zanjas. La máxima intensidadde la explotación prehistórica se produce duranteel final de la Edad del Bronce, en el marco de lacomunidad Srubnaya clásica o Timber grave(Chernyj 2002d: 125, 2002c: 95).

Los problemas que plantea la interpretaciónhistórica de su registro arqueológico no puedenabordarse desde los datos proporcionados por elregistro arqueológico convencional. Esto atañe,en especial, a la escala de la actividad minera y/ometalúrgica al final de la Edad del Bronce, cuan-do el coto minero habría alcanzado su máximonivel de actividad. La escala de distribución delos productos metálicos de la minería de Kargaly(Chernyj 2007: 96, Fig. 6.3) parece discrepar delmuy limitado desarrollo de la diferenciación so-cial que revela el registro arqueológico local. Elalcance de las exportaciones de cobre evoca ope-raciones mineras a gran escala en el coto. Talesoperaciones deberían ir acompañadas de una in-tensa actividad metalúrgica, que permitiera la cir-culación a larga distancia de los cobres kargalita-nos. Finalmente, esta metalurgia extractivaintensiva sugiere un grado elevado de divisióndel trabajo y especialización técnica. Normal-mente ello remite a un grado avanzado de dife-renciación y complejidad social, ausente del re-gistro arqueológico local que conocemos(Rolland et al. e.p.).

Los asentamientos excavados en Kargaly nose distinguen sustancialmente de los estándaresde la comunidad cultural Srubnaya: escasos indi-cios de diferenciación social en hábitats y ente-rramientos. Por su parte, los indicadores de la es-cala de la producción son ambiguos. En el centrodel coto hay, al menos, tres hábitats asociadoscon explotaciones mineras: Gorny, Ordynski,Miasnikovski. La excavación en la de Gorny harevelado obras mineras de importantes dimensio-nes y talleres metalúrgicos. Sin embargo es impo-sible cartografiar con precisión y coordenar en eltiempo la extensión total de las operaciones mi-neras en el conjunto del coto ni su grado de inten-

sidad. Esta evidencia directa sólo indica las con-diciones locales, sin que sea posible hacer gene-ralizaciones en relación con los problemas rese-ñados al principio.

El Proyecto Kargaly su propuso abordar estosproblemas desde la Arqueología del Paisaje, ex-plorando las relaciones entre recursos forestales yescala de la actividad minero-metalúrgica en losdos sentidos mencionados: como indicadores delimpacto de las actividades productivas en el pai-saje y de la capacidad de producción metalúrgicalocal, atendiendo al nexo entre disponibilidad deenergía y rendimiento energético del proceso me-talúrgico. Los experimentos metalúrgicos de S.Rovira (1999; Horne 1982a) facilitan los paráme-tros para modelizar el rendimiento energético delproceso metalúrgico local.

En las condiciones de relativa escasez de re-cursos forestales de la estepa arbolada (formacióna la que corresponde el paisaje de Kargaly), losbosques y sus variaciones a lo largo del tiempopueden ser utilizados como proxy de las variacio-nes correlativas en la escala de la actividad mine-ro-metalúrgica local (Vicent et al. 2000; Vicent etal. 2006). Un escenario de cambios significativosen la distribución de las masas forestales entre lasfases previas al Bronce Final y la de su máximaexpansión o fase Srubnaya podría atribuirse, bajociertas condiciones, a un alto impacto antrópicoen el entorno. Ese escenario sería un indicadorfiable de una escala intensiva de la producciónminero-metalúrgica. A la inversa, la ausencia detales cambios confirmaría la baja intensidad dedicha actividad, remitiendo a un consumo soste-nible de recursos energéticos, cuyos umbralespueden ser modelizados.

El objetivo del presente trabajo es utilizar losdatos paleoambientales producidos por la explo-ración arqueológica del complejo de Kargalycomo base empírica para una aproximación deeste tipo a la historia forestal de la región.

Existen dos series de datos que proporcionaninformación sobre la evolución de la cubierta fo-restal de Kargaly: palinológicos y antracológicos.La palinología arqueológica permite una aproxi-mación a la descripción de las cubiertas vegetalesy su evolución en el tiempo. El supuesto metodo-lógico es que la proporción de polen de un taxónen una muestra de lluvia polínica es una funciónde la superficie efectiva ocupada por dicho taxónen un radio en torno al punto de obtención, defi-nido por la movilidad del polen, la productividad

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polínica del taxón y otros factores (Hicks y Birks1996; Broström et al. 1998; Broström et al. 2005;Bennett y Hicks 2005). Diseñar un modelo deesta relación funcional entre la distribución efec-tiva de la vegetación y su representación en losespectros polínicos es el objetivo de enfoques,desarrollados durante las últimas décadas. Desta-ca el del Best Modern Analogue (BMA) que utili-za la vegetación actual y su representación pali-nológica como base para crear modelos de lavegetación en el pasado (Overpeck et al. 1985;Guiot 1990; Tarasov et al. 2007).

Salvando las limitaciones que se indicarán,asumimos que el número de palinomorfos perte-necientes a especies recogidas en un espectro po-línico obtenido en un punto concreto representa,en alguna medida, la distribución de la vegeta-ción en el entorno espacial y temporal de dichopunto. Por lo tanto, la comparación de la compo-sición cualitativa y cuantitativa de distintos es-pectros distribuidos en el tiempo y en el espaciodeben permitir una descripción de la distribucióngeneral de la vegetación y sus cambios en eltiempo. Como esta representación está mediatiza-da por factores dependientes de la propia natura-leza del polen y de variables contextuales, tafonó-micas, topográficas, etc., la evidencia polínica nopuede traducirse directamente a términos biogeo-gráficos. La productividad del polen varía segúnla especie y su dispersión depende también de lascondiciones ambientales locales. Estos factoresdistorsionan la variación que depende de factoresbiogeográficos (número y cercanía de plantasemisoras al punto de muestreo). Pero, en la medi-da en que la mayoría de dichos factores puedencontrolarse, comparar las distribuciones de polendebería permitir identificar cambios de tendenciasignificativos en la biogeografía de los recursosforestales.

Por último, la interpretación del cambio dia-crónico plantea además otras cuestiones. Los pa-leoambientalistas suelen atribuir a cambios cli-máticos las modificaciones a largo plazo en ladistribución de la vegetación. Esta explicaciónpuede considerarse la “hipótesis nula” de cual-quier argumentación sobre el particular. En esteesquema argumental, la “hipótesis alternativa”(es decir, la que queda verificada al descartar la“hipótesis nula”) sería otra de carácter histórico:los cambios en la distribución de la vegetacióndependen de la acción social sobre el entorno. Enlos procesos reales ambos planos causales están

entrelazados de forma compleja. Los procesos decambio climático globales se manifiestan de for-mas específicas en los contextos locales, y trans-curren normalmente en ciclos de larga duración.Por su parte los impactos sociales sobre el mediopueden manifestarse a distintas escalas (local, re-gional, etc.) y planos temporales dependiendo desu carácter coyuntural (sucesos concretos, comoun episodio de explotación minera) o estructural(cambios en la tecnología y/o el modo de produc-ción).

En este trabajo adoptaremos la “hipótesis al-ternativa” de que los cambios observables en elregistro paleoambiental de Kargaly se explicanúnicamente por el impacto social sobre el medioen un sentido puramente heurístico, que deberáser contrastado en el futuro mediante al análisisde todos los datos disponibles, y no sólo, comoharemos aquí, de los relativos a las especies arbó-reas. En cualquier caso no hay evidencias regio-nales sobre episodios de cambio climático entreel IV milenio cal. B.C. y la actualidad que puedaninvalidar nuestras hipótesis interpretativas a esca-la local.

El enfoque que se propone se basa en el análi-sis comparativo, apoyado por el uso de métodoscuantitativos, de la amplia serie de espectros polí-nicos recientes y fósiles recuperados en un árearepresentativa del conjunto del territorio de Kar-galy con objeto de determinar si hubo cambiossignificativos en la distribución de los recursosforestales entre el período de la minería prehistó-rica (IV-II milenio cal. B.C.) y la actualidad. Losdatos antracológicos procedentes de la excava-ción del asentamiento de la Edad del BronceGorny 1, se utilizarán como referencia comparati-va para la interpretación de los resultados de esteanálisis.

En este contexto, las hipótesis centrales de lainvestigación son: (1) el desarrollo de la ocupa-ción del territorio de Kargaly durante el Edad delBronce y las actividades minero-metalúrgicas conella asociadas modificaron la distribución de lasespecies arbóreas locales. Ello puede observarsecomparando los espectros polínicos fósiles ante-riores y posteriores a dicha ocupación. (2) Estoscambios pueden ser interpretados en términosbiogeográficos mediante la comparación contro-lada de los espectros polínicos fósiles y unamuestra de la lluvia polínica reciente asesoradapor un modelo analítico del paisaje, de acuerdocon la filosofía del enfoque BMA.

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2. MATERIALES Y MÉTODOS

En el marco del proyecto Kargaly se recupera-ron 166 espectros polínicos, procedentes de son-deos en 2 depósitos naturales y 3 depósitos ar-queológicos (López-Sáez et al. 2002: 160; Lópezet al. 2003: 77). Además se obtuvieron 76 mues-tras en el nivel superficial del suelo distribuidasen tres series, que representan la lluvia polínicareciente (Vicent et al. 2000).

El tratamiento y preparación de las muestrasfue el mismo para todas las series. Para este tra-bajo se han seleccionado dos series paleopalino-lógicas de los depósitos naturales y la totalidad delas muestras de la lluvia polínica. Se excluyen lasseries procedentes de depósitos arqueológicospara minimizar en lo posible los sesgos antró-picos.

Las series paleopalinológicas fueron fechadasmediante dataciones de C14 sobre paleosuelo yconcentraciones de polen. Ofrecen sendas se-cuencias continuas desde el IV milenio cal B.C.hasta la actualidad (véanse secciones 3.2 y 3.3 deeste artículo).

Las muestras de la lluvia polínica serán la re-ferencia comparativa para la interpretación bio-geográfica del registro paleopalinológico. Paraello sus emplazamientos fueron seleccionados si-guiendo un modelo de muestreo orientado a obte-ner una caracterización palinológica del área detrabajo. Los criterios de muestreo se describen enla sección 3.4.

En la sección 3.5 estas tres series de datos sediscuten según criterios arqueológicos para esta-blecer una periodización que paralelice su conte-nido paleoambiental con las etapas históricas delcomplejo de Kargaly. Esta periodización será elcriterio básico de organización de la informa-ción palinológica. Nuestros intereses son muyconcretos y relativos a las plantas leñosas sus-ceptibles de ser usadas como combustible. Poresta razón se han seleccionado sólo los mor-fotipos palinológicos correspondientes a dichasespecies (inventario en la sección 3.1). Ello limi-tará igualmente los objetivos del trabajo concer-nientes a la caracterización general del clima yla vegetación.

Paralelamente a la investigación palinológi-ca se hizo otra sobre el paisaje actual de Kar-galy, destinada a elaborar un modelo analíticodel mismo que apoyara la interpretación bio-geográfica de la variabilidad palinológica. Con

este fin se realizó un programa de teledetecciónespacial, así como inventarios florísticos y des-cripciones normalizadas del territorio. Esta par-te de la investigación y sus resultados en cuantoa la caracterización de la distribución actual delos recursos forestales, se describen en la sec-ción 4.

El conjunto de datos será objeto de un análi-sis comparativo, según las hipótesis de trabajo.La asunción metodológica básica es que los es-pectros polínicos son distribuciones de probabi-lidad. Es decir, la frecuencia de los distintos pa-linomorfos representados en él son estimacionesde la probabilidad de que un grano de polen es-cogido al azar en un punto del territorio perte-nezca a una especie productora determinada.Desde este punto de vista los problemas plantea-dos por el análisis comparativo de muestras depolen se abordan como problemas de análisis es-tadístico. Esta perspectiva puede dar lugar a di-ferentes marcos analíticos. El que se ha adopta-do consiste en asimilar los diferentes morfotipospolínicos identificados en las muestras (taxones)con variables aleatorias independientes, cuyosvalores en las distintas muestras pueden sercomparados asumiendo las determinaciones delmodelo lineal general. Cada una de las hipótesisde trabajo se aborda desde una estrategia de aná-lisis consistente con este supuesto. La compa-ración diacrónica se llevará a cabo como unproblema de estadística inferencial, tratando deestablecer si hay o no diferencias estadística-mente significativas entre las proporciones depolen de los distintos taxones en las fases de lasecuencia (sección 5.1). El análisis de la repre-sentación palinológica de la distribución actualde los recursos forestales explorará las correla-ciones lineales entre taxones (sección 5.4). Fi-nalmente este análisis exploratorio se generali-zará, en la forma de un Análisis de ComponentesPrincipales incluyendo las muestras paleopa-linológicas, para aproximar una interpretaciónbiogeográfica positiva de la variabilidad diacró-nica observada (sección 5.4).

Por último, para contrastar la representaciónpalinológica de los recursos forestales con datosarqueológicos sustantivos sobre sus pautas de usoefectivas, hasta donde nos son conocidas, los re-sultados del análisis se confrontarán con los datosantracológicos procedentes de la excavación delpoblado de la Edad del Bronce Gorny 1 (sec-ción 5.5).

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3. EL REGISTRO PALINOLÓGICO DEKARGALY

3.1. Los datos palinológicos

La tabla de datos consta de las secuencias trin-chera minera de Gorny y turbera de Novenki (enadelante TR y TUN) obtenidas en depósitos natu-rales (22 y 17 muestras) y las 76 muestras de lalluvia polínica reciente como grupo de control.

Los datos palinológicos se organizaron en“grupos ecológicos” basados en el análisis espacialdel inventario florístico. El grupo “árboles y arbus-tos de la ripisilva local” (en adelante grupo A)contiene las especies actuales de la cubierta fores-tal. Nos servirá como referencia para el análisis.

Muchos palinomorfos sólo pueden ser identi-ficados a nivel de familia o género. La tabla 1compara las identificaciones palinológica y botá-nica de las especies del inventario. La interpreta-ción se resiente por esta limitación metodológica.Por ejemplo, en Kargaly, el género Populus cuen-ta con dos especies: P. tremula, distribuida por loscursos estacionales de agua, y P. nigra, asociada ala ripisilva fluvial. A su vez, el palinomorfo Acerpuede corresponder a la especie A. platanoides,especie autóctona, pero también a A. negundo,cuya introducción se asocia con la colonizaciónrusa de la región durante el siglo XVIII d.C.Otros problemas derivan de la agrupación taxo-nómica de múltiples especies. Así el morfotipoPrunus recoge una cierta variedad de rosáceas le-ñosas y Rosaceae las de tipo herbáceo. Compar-ten un patrón de distribución bastante coherente:zonas áridas, preferentemente colonizando lasáreas mineras abandonadas. Sin embargo, algunaespecie incluida, como Sorbus aucuparia, tienepreferencia por los bosques galería. No obstante,en general, la mayor parte de las especies agrupa-das bajo un mismo identificador palinológicomantienen patrones coherentes de distribución.Ello sucede con Salix, Ulmus o Alnus (6, 3 y 2 es-pecies respectivamente), todas ellas asociadas ala ripisilva fluvial aunque algunas especies (p. ej,de Salix), pueden encontrarse también en los ba-rrancos de deshielo.

Los inventarios florísticos detallados de cada“unidad de muestreo” (el área de 250 m de radioen torno al punto de extracción de cada muestra)permiten detectar las anomalías producidas por lasimplificación taxonómica. Pero no pueden evitaruna cierta incertidumbre en el tratamiento esta-

dístico que, en lo que podamos, señalaremos yvaloraremos en el análisis.

Por último, respecto al inventario de taxones,advertimos que, en los análisis detallados, se haprescindido de Lonicera, Ribes y Viburnum porsu escaso valor como recurso energético. Sí sehan incluido en la variable agregada “Total deArbóreas”, por su valor como indicador.

Los datos palinológicos primarios consistenen recuentos de las frecuencias con las que cada

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516 Juan Manuel Vicent, M.ª Isabel Martínez, José Antonio López e Ignacio de Zavala

Morfotipo polínico Posibles especies correspondientes

Acer Acer platanoidesAlnus Alnus glutinosa

Alnus incanaBetula Betula pendulaFraxinus Fraxinus excelsiorLonicera Lonicera xylosteum

Lonicera tataricaPopulus Populus nigra

Populus tremulaPrunus t Amygdalus nana

Cotoneaster melanocarpaCrataegus sanguineaMalus sylvestrisPadus aviumPadus racemosaRosa cinnamomeaRosa majalisRubus chamaemorusRubus idaeusRubus saxatilisSpiraea crenataSpiraea capillata

Quercus robur t Quercus roburRhamnus t Rhamnus catharticaRibes rubrum t Ribes nigrumSalix Salix acutifolia

Salix albaSalix capreaSalix pentandraSalix viminalis

Sambucus nigra t Sambucus nigraTilia Tilia cordataUlmus Ulmus laevis

Ulmus glabraViburnum Viburnum opulus

Tab. 1. Correspondencia entre las identificacionespalinológica y botánica de las especies del inventariorealizado en el área de trabajo de Kargaly (región deOrenburgo, Rusia) combinadas con la bibliografía(Riabinina 1998). Se han excluido las Rosaceae por lagran variedad de especies con las que están representadasy su enorme amplitud ecológica en la misma.

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taxón se identifica en una muestra. Su compara-ción directa carece de significado, prima facie, alestar mediatizada por los factores aludidos y eltamaño de la muestra. Cada estrategia de análisisrequerirá una elaboración específica de los datos.En el análisis diacrónico usaremos la concentra-ción polínica expresada en granos de polen porunidad de masa de sedimento. Se calcula aña-diendo un número controlado de esporas de Lyco-podium durante la preparación de las muestras(Stockmarr 1971).

En la comparación de muestras paleopalinoló-gicas y de control se usarán directamente las fre-cuencias relativas de los taxones, calculando susporcentajes sobre la suma base total de palino-morfos identificados en la muestra. De esta sumabase se excluyen, como es habitual, los hidro-hi-grófitos y los microfósiles no polínicos, pero tam-bién los palinomorfos del grupo “arbóreas alócto-nas” (B). Se busca analizar la variación de lasespecies arbóreas locales en relación con su pro-pio entorno comparando sus proporciones. La in-clusión de pólenes exóticos, a veces muy frecuen-tes, distorsionaría mucho el modelo. Por ejemplo,en las muestras de Kargaly el polen del grupo B,compuesto en más de un 90 % por el morfotipoPinus sylvestris, representa un promedio del20,14 % de la suma base, alcanzando en algunamuestra el 86,02 %. Actualmente no hay conífe-ras en Kargaly. Su fuerte presencia y rango de va-riación en las muestras se explica por la ubicui-dad del polen de Pinus (Moore et al. 1991) y porlos pinares localizados en un radio no menor de200 km en torno al coto (Riabinina 1998: 4-6;Chibiliov 1999). El más importante, Buzuluk,ocupa casi 60000 ha (Riabinina 1998: 4; Kreme-netski et al. 1999) y está situado a 202 km al oes-te de Kargaly. La difusión anemófila del polen dePinus explica su amplio rango de variación en lasmuestras de la lluvia polínica reciente, determina-da por la exposición al viento del punto de mues-treo. Ello no excluye variaciones diacrónicas,quizá significativas en términos de la secuenciaclimática regional, que deben discutirse apartedel problema que nos ocupa, y en relación con es-tudios en curso de los factores geográficos.

3.2. Turbera de Novenki (TUN)

La secuencia TUN se obtuvo en un depósitohigroturboso localizado en el centro de la cuenca

de recepción del río Usolka. A unos 100 m al nor-te se había identificado en superficie el contornode una vivienda semiexcavada. Un sondeo ar-queológico de 3 � 4 m abierto en su borde descu-brió un muro de piedra de hasta 2,5 m de anchoque protegía la fosa de fundación. El nivel freáti-co impidió profundizar más de 0,35 m. Los mate-riales recuperados, atribuidos a la cultura Srubna-ya (Edad del Bronce Final), no desentonan con lamorfología de la vivienda si bien el uso de piedracomo material de construcción es infrecuente(Chernyj et al. 2002: 71-74). Es claro que TUNqueda dentro del área de influencia del pobladopero ninguna evidencia sugiere que se viera afec-tado directamente por él. Podemos suponer, portanto, que su formación no fue de origen antrópi-co. Tampoco la cuenca de recepción del Usolkaregistra actividad minera ni en la Prehistoria ni enépoca reciente.

La columna de sedimentos en TUN se tomómediante una sonda rusa. Se llegó hasta una pro-fundidad de 80 cm, muestreando cada 5 cm. Sólose pudo fechar esta muestra a 80 cm (AA100074270 BP � 103) (López et al. 2003). Un primeranálisis de la secuencia polínica refiere su forma-ción a una tasa constante de deposición en un me-dio acuático, salvo un episodio anómalo que afec-ta a las muestras centrales. Los valores de laconcentración polínica de cada muestra (Fig. 2A)son bastante estables a lo largo de la secuencia,variando dentro de un mismo orden de magnitud,lo que permite interpretar que también eran esta-bles las condiciones de formación del depósitoque determinan la concentración polínica (formade aporte del polen, mecanismo de deposición ynaturaleza del sedimento). Sin embargo los valo-res de concentración de las muestras TUN_45,TUN_50 y TUN_55 son de un orden de magnitudentre tres y diez veces superior al resto. Este he-cho sugiere que uno o varios de los determinantescitados sufrieron una alteración significativa de laque resultó una mayor aportación de polen al se-dimento. Es muy significativo el hecho de que lasesporas de Glomus, un indicador de procesos ero-sivos (López Sáez et al. 1998; López Sáez et al.2000), aumenten su peso relativo a partir de lamuestra TUN_50 (Fig. 2B). Esta asociación su-giere que la perturbación que afecta a las mues-tras centrales de la secuencia se relaciona con unepisodio erosivo. Posiblemente, en su fase inicial,favorece el arrastre de sedimentos ricos en polen,sustituyendo temporalmente el mecanismo aéreo/

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acuático de aporte de polen, típico del conjuntodel depósito. Como la distribución de Glomus essimilar en el resto de la secuencia (salvo lasmuestras TUN_30 y TUN_25), deducimos quelas condiciones de formación de la última fase deldepósito fueron diferentes a las de la primera yaportaron sedimentos de arrastre.

Faltan datos directos para fechar este episodioerosivo y para valorar su alcance local o regional.Pero, correlacionando la posición relativa de lasmuestras afectadas (la parte central de la secuen-cia), la regularidad asumida para la formación deldepósito y la fecha absoluta obtenida en su base(TUN_80) es razonable datar el episodio a me-diados del II milenio cal BC. Tomando 3000 calBC como punto central del intervalo de 2� de la

fecha y dividiéndolo por las 17 muestras de TUNla tasa sería de 291 años cal/5 cm. El razonamien-to sólo tiene un valor indicativo. Nunca hay unacorrelación perfecta entre tiempo y profundidad,máxime cuando, como en este caso, el espesordel sedimento correspondiente al episodio erosi-vo superaría el de los formados en el régimennormal de sedimentación de la turbera. Siendo re-gular la distancia entre muestras, es muy posibleque las tres en cuestión, extraídas en un segmentode unos 15 cm de la columna, representen un pe-ríodo muy corto de tiempo. De ser así, quizás lasextremas, TUN_45 y TUN_55, incluyan sedi-mentos procedentes del episodio erosivo y otros,previos o posteriores, propios del régimen normalde sedimentación de la turbera. Esto explicaría lagradación observable en los gráficos de concen-tración.

No obstante, la fecha de mediados del II mile-nio cal BC para las muestras afectadas resultaplausible, entre otras cosas, porque coincide conla época de ocupación del poblado de Novenki.

En ausencia de indicadores de perturbacionesclimáticas regionales, la causa más plausible de laperturbación observada en TUN es la intensa an-tropización del entorno del poblado. La consi-guiente pérdida de la vegetación local habríaafectado al depósito del modo descrito. La turbe-ra, por su posición central en la cuenca, sería re-ceptora neta de los sedimentos movilizados por laerosión antrópica. El aumento del área de capta-ción de polen explicaría la gran concentraciónobservada.

3.3. Trinchera minera de Gorny (TR)

La segunda secuencia procede de una trinche-ra de prospección minera a unos 5,5 km linealesal norte de TUN (Chernyj 2002c). Se sitúa, próxi-ma al borde septentrional de la colina Gorny 1, a12 m de donde se asienta un poblado de la Edaddel Bronce. Se reconocía en superficie como unadepresión oval (43-46 m por 18-21 m) cubiertapor vegetación más densa que la del entorno. Seexcavaron dos sondeos transversales. En el pri-mero, abierto en 1997 en el borde occidental, unaconstrucción rusa del siglo XVIII había destruidolos 0,90-1,10 m superiores del depósito que seexcavó hasta los 3 m. La segunda cata se abrió en1998 a 18 m al este de la primera. De cada sondeose extrajeron sendas secuencias palinológicas.

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Fig. 2. Turbera de Novenki (TUN) (Kargaly, región deOrenburgo, Rusia). En cada muestra de la secuencia, A:valores de la concentración polínica. B: valores de con-centración de las esporas de Glomus.

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El sondeo “Casa Rusa” consta de 19 muestrasobtenidas cada 5 ó 10 cm desde la base de laconstrucción hasta los 2,5 m de profundidad. Lossedimentos de las muestras inferior (CSIC-1258)y a 15 cm de la superficie (inicio chernozem)(CSIC-1257) se emplearon en su totalidad para ladatación (Chernyj 2002c: 136). El tratamiento dela secuencia no incluyó la concentración de polen(López-Sáez et al. 2002: 160). Dada su importan-cia en nuestra argumentación, no usaremos losdatos publicados.

La cata TR, ya mencionada, conservaba ínte-gro el depósito de techo a base (Chernyj 2002b).En su perfil occidental se tomaron 26 muestrascada 5 ó 10 cm, desde la superficie hasta los 2,50m, donde terminaba la colmatación con contenidoorgánico de la trinchera. A partir de concentracio-nes de polen extraídas de 12 de ellas (3) se obtu-vieron 16 fechas AMS (4 dobles) (Chernyj y

Martínez Navarrete 2004, 2005) (Tab. 2; Fig. 3).Por debajo se fecharon 5 muestras del sedimentocontenido en unas madrigueras practicadas en losderrumbes arcillosos de las paredes y en las pare-des mismas. La A-10262 data la apertura de estasección antes del 4050-3350 cal BC, durante lafase Yamnaya (Edad del Bronce Antiguo) (Cher-nyj 2002b: 132-137). Pese a la docena de metrosque separan TR del área de intensa ocupaciónSrubnaya apenas se recuperaron una treintena depiezas y sólo en el paquete superior. A su vez, elcotejo de las dataciones obtenidas en TR con lasprocedentes del poblado demuestra que la es-tructura estaba abierta y en colmatación gradual,mientras la colina era usada por los mineros ymetalúrgicos de las fases posteriores de la Edaddel Bronce.

Los excavadores distinguieron cuatro paque-tes estratigráficos. Los inferiores muy arcillosos,con escaso contenido orgánico, proceden del des-plome y descomposición del material geológicoen el que se abrió la estructura. Los superiores,

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 519

MUESTRACota

m.s.n.m.ID_C14

C14 años

BP

C14 años

BPD.s.

Límites a 2� intervalo (cal

BC/AD) Material

inferior superior

TR_1 203,20 *AA50193 3725 3725 65 –2340 –1930 paleosueloTR_3 203,40 AA58663 7907 7907 82 –7050 –6600 polen c.TR_5 203,60 AA58664 9110 9110 140 –8750 –7800 polen c.TR_7 203,80 AA58665 4380 4380 61 –3330 –2890 polen c.TR_9 204,00 AA58666 3734 3734 54 –2300 –1960 polen c.

TR_11a 204,20 AA58668 3417 3417 38 –1880 –1610 polen c.TR_11b 204,20 AA58667 3391 3391 38 –1870 –1530 polen c.TR_13a 204,40 AA58670 3264 3264 38 –1630 –1440 polen c.TR_13b 204,40 AA58669 2980 2980 38 –1380 –1050 polen c.TR_15 204,60 *AA50194 3120 3120 150 –1750 –900 paleosueloTR_17 204,80 AA58674 2756 2756 37 –1000 –820 polen c.TR_19a 205,00 AA58671 2221,00 2221,00 52 –400 –160 polen c.TR_19b 205,00 AA58672 1999,00 1999,00 36 –100 80 polen c.TR_21a 205,20 AA58675 1547,00 1547,00 73 350 650 polen c.TR_21b 205,20 AA58676 1174,00 1174,00 47 710 990 polen c.TR_23 205,40 AA58677 1366,00 1366,00 37 600 770 polen c.

CR_11 206,25 *CSIC1257 2474 2474 61 –770 –410 paleosueloCR_0_1 205,10 *CSIC1258 3889 3889 38 –2480 –2230 paleosuelo

TUN_80 210,20 A10007 4270 4270 103 –3350 –2550 paleosuelo

Tab. 2. Dataciones C14 convencional (CSIC, *AA) y AMS (AA) de las secuencias paleopalinológicas en depósitosnaturales estudiadas en el coto minero-metalúrgico de Kargaly (región de Orenburgo, Rusia). Secciones central (TR) y oc-cidental (Casa Rusa, CR) de la trinchera minera del poblado Gorny 1 y turbera de Novenki (TUN) (véase Fig. 3). AA #NSF-Arizona AMS Laboratory; *AA # Radiocarbon Laboratory Tucson Arizona; CSIC # Instituto Química-FísicaRocasolano, CSIC, Madrid. D.s.: Desviación estándar; Polen c.: polen concentrado y palinodebris.

(3) La muestra a 203,30 cm de la superficie no conteníamateria orgánica suficiente para la datación. Otra era estéril.

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básicamente constituidos por chernozem, el suelovegetal propio de la estepa, se formaron in situ.La TR_15, a 1,30 m de profundidad, marca latransición entre los dos regímenes de formacióndel depósito. Su datación (AA50194 3120 � 120)incluye en su intervalo de calibración a 1�(1610-1130 cal BC) las fechas más recientes delpoblado. Asumimos que el cambio de régimensedimentario se conecta con el abandono de laocupación Srubnaya de la colina. La figura 3 su-giere que, durante el primero, los depósitos seformaron en períodos breves: los intervalos decalibración se agrupan de forma anárquica en unmismo “escalón” temporal. Después el proceso esregular y gradual: los grupos de fechas se suce-den a lo largo de una pendiente.

La sucesión de dataciones del primer tramo esaberrante: tres dataciones, claramente previas a lafecha probable de apertura de la trinchera marca-

da por las madrigueras, se superponen a unadatación coherente con esta última. A su vez, ladatación por encima de la última de ellas equivaleprácticamente a la citada en último lugar. De todoello cabe deducir que, entre 2340 y 1930 cal BC(intervalo a 2� de AA50193 TR_2 que incluye elde AA50666 TR_9), la sedimentación natural sevio interrumpida por derrumbes que arrastraronal fondo de la trinchera paquetes del paleosuelosuperficial, formados entre 8600 y 2910 cal BC.Consiguientemente descartamos del análisis lasmuestras T_3 a T_8 presuntamente implicadas enel episodio.

Atendiendo a estas consideraciones, distingui-mos en la secuencia TR cuatro segmentos, cohe-rentes con la asignación estratigráfica de los ex-cavadores (Chernyj 2002b) (Fig. 3) (4):

(1) Paquete V1 previo a la ocupación Srubna-ya. Sus fechas quedan dentro del intervalo2340-1930 cal BC (calibración a 2� de la data-ción AA50193). Se excluyen las muestras involu-cradas en el proceso de inversión descrito, inclu-yendo las dos muestras de base (bloque 0).

(2) Paquete V2, contemporáneo de la ocupa-ción Srubnaya e inmediatamente posterior a lamisma. Sus dataciones indican un período no an-terior a 1880 cal BC (límite inferior del intervaloa 2� de la datación AA58668), ni posterior a 900cal BC (límite superior del intervalo a 2� deAA50194).

(3) Paquetes B1 y B2, período de formaciónde chernozem. Se inicia después de la última fe-cha citada. Se desarrolla sin interrupción aparentehasta aproximadamente 1000 cal AC.

(4) Paquete A, período reciente: las tresmuestras más superficiales.

Si consideramos las variaciones en la concen-tración polínica (Fig. 4A) y la proporción de Glo-mus (Fig. 4B) observamos algunas analogías conel depósito TUN. Tres grupos de muestras tienenvalores muy altos de concentración polínica: lasmuestras excluidas del bloque (0), el conjunto demuestras del bloque (2) y las dos últimas mues-tras del (4). Siempre los valores altos de concen-tración coinciden con cantidades apreciables deGlomus. Como en el caso de TUN, es plausibleque correspondieran a tres procesos erosivos lo-cales de una cierta intensidad que implicarían la

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Fig. 3. Secciones central (TR) y occidental (Casa Rusa,CR) de la trinchera minera del poblado Gorny 1 (Kargaly,región de Orenburgo, Rusia). Muestras fechadas por C14convencional (CSIC, *AA) y AMS (AA). Intervalos de ca-libración a 2� en orden cronológico creciente. Los gruposestratigráficos aparecen recuadrados. AA # NSF-ArizonaAMS Laboratory; *AA # Radiocarbon Laboratory Tuc-son Arizona; CSIC # Instituto Química-Física Rocasola-no, CSIC, Madrid.

(4) Se presenta aquí la trasliteración rusa: a, ,, B = A, B, Vpara facilitar la consulta bibliográfica.

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denudación de los suelos vegetales ricos en con-tenido orgánico y su deposición en la depresiónde la trinchera. Nos interesa especialmente el se-gundo de ellos porque, a tenor de las datacionesAMS de las muestras TR_11, TR_13 y TR_15, esestrictamente contemporáneo de la ocupaciónSrubnaya de la colina.

Tras la estabilización de las pendientes, se ini-cia la formación de suelo vegetal dentro de la es-tructura. Continúa hasta la intervención antrópicamasiva representada por la minería de época rusay la agricultura soviética que vuelven a reavivarla erosión. Ello explicaría las altas concentracio-nes de polen (y Glomus) de las dos muestras su-periores.

3.4. La lluvia polínica reciente

Las muestras se seleccionaron para caracteri-zar las unidades de paisaje en las que se inscri-ben. Se diseñaron dos áreas de muestreo, sobrelas que se definieron sendas retículas cuadradasde 500 m de paso (Vicent et al. 2000: 55-57)(Fig. 5):

Gorny: 11 � 4 km en dirección E-O, centradoen esta colina. Incluye todo el barranco Mijai-lovski y corta transversalmente el valle del ríoUsolka.

Novenki: 5,5 � 4 km en torno al poblado de laEdad del Bronce. Comprende la mayoría de lacuenca de recepción del Usolka y sus bordes sep-tentrionales.

De modo independiente y aleatorio se selec-cionaron 36 y 19 “unidades de muestreo” (UM)en las áreas de Gorny y Novenki, respectivamen-te (fracción muestral del 10 %), a partir de lospuntos definidos por círculos de 250 m de radioinscritos, en las retículas. Los centros geométri-cos de las UM localizan las “muestras aleatorias”(serie MA). Sus perímetros delimitan los inventa-rios florísticos y las descripciones de la “verdadterreno”.

La localización concreta del muestreo privile-gió emplazamientos con suelos estables vegetalesno removidos recientemente. Ello exigió a vecesdesplazar el punto definido por el modelo demuestreo, determinado por GPS. Se mantuvo lalocalización de las muestras de los emplazamien-tos situados más de 30 m en el interior de áreas decultivo designados por el modelo.

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 521

Fig. 4. Trinchera minera de Gorny (TR) (Kargaly, re-gión de Orenburgo, Rusia). En cada muestra de la se-cuencia A: valores de la concentración polínica (granosde polen por gramo de sedimento). B: valores de concen-tración de las esporas de Glomus (esporas por gramo desedimento).

Fig. 5. Distribución de las clases forestales y modelos demuestreo de la lluvia polínica reciente en Kargaly (regiónde Orenburgo, Rusia). TR: Trinchera minera de Gorny;TUN Turbera de Novenki.

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Se añadieron 9 “muestras opcionales” (serieMO) de lugares de especial interés botánico y 12alineadas en un transecto y espaciadas 100 m (se-rie T1). Este transecto desde el yacimiento Gornyatraviesa el barranco Mijailovski en direcciónnoroeste. Realizado en la campaña de 1997 inves-tigaba la viabilidad del enfoque. El resto delmuestreo se hizo en 1998.

Hemos utilizado las 76 muestras de las tres se-ries sin establecer distinciones entre ellas

3.5. Periodización de las secuencias

Las diferencias en la naturaleza y formaciónde las secuencias plantea problemas a su análisisconjunto. Carecemos de información de la mismacalidad para su sincronización. La secuencia deTUN no cuenta con la serie de dataciones dispo-nible para la de TR. En cambio, la cercanía de losdos depósitos a poblados ocupados durante lafase Srubnaya de la Edad del Bronce y el impactode tales ocupaciones sobre la formación de los se-dimentos establecen un cierto nexo, entre ambasseries que puede tener sentido analítico (esa faseen Gorny dura unos 400 años, Chernyj 2002d:125). Dividimos las dos secuencias en torno a lospaquetes sedimentarios producidos por los proce-sos erosivos de origen antrópico en tres segmen-tos: anterior, contemporáneo y posterior a lasocupaciones de la Edad del Bronce. Por sus ca-racterísticas bien diferenciadas se añade una fasereciente, representada por los niveles más super-ficiales. Así la periodización establecida a partirde la serie TR ordena las muestras de la serieTUN.

Este esquema nos permite estructurar la infor-mación palinológica según un modelo temporalcoherente. No es tan detallado como para fijar lasfechas efectivas de inicio y fin de cada segmento,ni sus duraciones. Pero sí puede ser relacionadocon un modelo teórico de transformación del pai-saje regional: la ocupación de asentamientos du-rante el Bronce Final coincide con la máxima ex-pansión de la minería prehistórica.

Hipotéticamente, los bloques de muestras pre-vios a la fase Srubnaya representan el sustrato depaisaje sobre el que actúa el impacto antrópicoatribuible a aquella. Según los datos aportadospor las dos series, esta Fase 1 tiene su límite infe-rior en el intervalo 3350-2550 cal BC (base deTUN AA10007) y su final en el intervalo2300-1960 cal BC (TR_9 AA58666).

La Fase 2 de ocupación de los asentamientosde Novenki y Gorny 1 se identifica en las secuen-cias con el episodio erosivo detectable en su zonacentral.

La fecha más antigua de la ocupación Srubna-ya de Gorny 1 es OxA5649 (Chernyj 2002d: 126,Tab. 7.1), con un intervalo a 2� de 1950-1600 calBC, compatible con las primeras dataciones de laFase 2 de TR, procedentes de la muestra TR_11(AA58667 y AA58668). El límite superior es másproblemático: la fecha más reciente es BM3147,con un intervalo a 2� de 1440-1260. La ocupa-ción Srubnaya en la colina Gorny se iniciaría porlo tanto entre los siglos XIX y XVII cal BC y ce-saría entre los siglos XV y XIII cal BC.

La fecha más reciente del paquete sedimenta-rio relacionado con dicha ocupación es una de lasde la muestra TR_13, AA58669, con un intervalode 2� de 1380-1050 BC (descartando la dataciónAA50194 3120 BP � 150 por su gran desviacióntípica). El final de este paquete estratigráfico se-ría, por lo tanto, algo posterior al final del pobla-do Gorny 1. Este desfase entre ambos fenómenostiene sentido. El episodio erosivo debió continuarhasta la estabilización de las pendientes y/o la re-cuperación de la vegetación natural tras el aban-dono de los asentamientos y el fin de la mineríaprehistórica.

Sólo disponemos de criterios arqueológicospara aproximar la cronología de la Fase 2 dela serie TUN al correlacionarla con la ocupa-ción del poblado Novenki (sección 3.2). Desco-nociendo la duración efectiva de la ocupación delpoblado sería imprudente atribuir unos límitescronológicos concretos al episodio en la serieTUN. Pero arqueológicamente sabemos que elpoblado fue ocupado con la intensidad que ates-tiguan las construcciones permanentes de pie-dra, durante la fase Srubnaya clásica. Esta, enGorny 1, corresponde al intervalo 1900-1300 calBC, resultante de la combinación de las 17 fechasdel poblado (Chernyj y Martínez Navarrete 2005:Fig. 9). Es razonable asumir, entonces, que la po-sición estructural de la Fase 2 en TUN equivale ala de su homónima en la serie TR, aunque los in-tervalos cronológicos concretos no coincidan ensu totalidad.

El contenido palinológico de las muestrasasignadas a esta fase representaría un proceso deintervención antrópica intensa en el entorno delos depósitos, pero es imposible su reconstruc-ción precisa. Las inconsistencias internas de la

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serie de dataciones de TR, atribuidas al arrastre ymezcla de paleosuelos del entorno, exigen incluirestas consideraciones tafonómicas en el análisis.

La Fase 3 representa el período subsiguienteal abandono de los asentamientos Srubnaya y finde las operaciones mineras prehistóricas en la re-gión. En la serie TR comienza la formación insitu de chernozem, lo cual le da un carácter fuer-temente contrastante con la fase anterior. En laserie TUN se recupera el régimen de sedimenta-ción previo a la perturbación de la Fase 2. Ahorabien, los valores altos constantes de Glomus (sec-ciones 3.2 y 3.3) indican que el depósito recibeaportes de sedimento superficial de un entorno enel que siguen activos procesos de erosión.

La fecha más antigua para esta fase (TR_17AA58674), con un intervalo de 2� de 1000-820cal BC, es compatible con la datación más tardíade la fase anterior. La posición estratigráfica de lafecha más reciente (TR_23 AA58677), con un in-tervalo 600-770 cal AC, es coherente con su valory descarta AA58676. Este período de casi dos mi-lenios tiene una cierta coherencia desde el puntode vista histórico. Tras la fase Srubnaya, no seconstatan asentamientos permanentes pero sí unkurgan sármata equidistante unos 3 km de ambosdepósitos (Chernyj et al. 2002: 74-75). Lo queconocemos para la estepa del Ural es una ocupa-ción por poblaciones nómadas durante la Edaddel Hierro y en tiempos históricos. Las considera-bles diferencias culturales entre ellas no afecta-rían su interacción con el medio hasta su anexiónal imperio ruso a mediados del siglo XVIII d.C.,inicio de la fase moderna de la minería de Kar-galy. Los arqueólogos rusos les atribuyen unasbases económicas netamente pastoriles. Su ac-ción sobre el entorno sería, por lo tanto, similardurante toda la Fase 3, sin excluir cambios en laescala de la incidencia, según la intensidad delpastoreo en cada período histórico. En un análisismás detallado, esas diferencias podrían dar cuen-ta de la variabilidad interna de los espectros polí-nicos asignados a esta fase sin afectar sus líneasgenerales.

Cabe suponer, pues, que la Fase 3 concluyeracon la reanudación de las operaciones mineras enel coto de Kargaly, en torno a 1750 d.C. La mine-ría de época rusa se desarrolla en la zona entreesta fecha y los primeros años del siglo XX. Suelevada intensidad ha configurado el paisaje ac-tual. La colina Gorny fue parte del distrito minerode Mijailovski. La conservación del poblado

Gorny 1 atestigua que la meseta superior no fueperforada. En cambio, su pertenencia al mismo serefleja en la construcción rusa sobre la trinchera yen el incremento espectacular de la concentraciónpolínica y de los valores de Glomus en las dosmuestras mas superficiales de la serie TR. Re-fuerzan la interpretación propuesta para estas va-riables tanto esos contenidos como, a la inversa,que en la serie TUN, no se observe este efecto,como corresponde a un área al margen de las ope-raciones mineras. La concentración polínica de lamuestra más superficial (TUN_0) apenas superala de las anteriores, y el nivel de Glomus es simi-lar. El fondo de la cuenca de recepción del Usolkadebió de ser una buena reserva de pastos de vera-no, y como tal usada con intensidad durante laFase 3. Este uso continúa en la actualidad, aun-que la construcción de un embalse en época so-viética inundó una gran parte. Al responder almismo régimen de formación y a un grado simi-lar (aunque de intensidad creciente) de impactoantrópico local, las muestras superficiales no seindividualizan en la serie.

El final de la Fase 3 puede fijarse en la segun-da mitad del siglo XVIII d.C. Pero las muestrasclaramente asignables en TUN y TR a esta faseson insuficientes para el análisis estadístico. Lacaracterización del paisaje mediante el mues-treo de la lluvia polínica reciente completa labase empírica exigida por nuestro modelo experi-mental.

El paisaje actual de Kargaly está configuradopor dos etapas sucesivas: la minería rusa del co-bre (1750-c. 1900 d.C.) y la agricultura planifica-da soviética (c. 1950-1991 d.C.). Especialmentela segunda ha afectado significativamente la con-servación del suelo vegetal. Las muestras repre-sentan toda la Fase 4, sin que sea posible distin-guir si contienen sedimentos del período ruso, delsoviético o una mezcla de ambos.

4. LOS BOSQUES DE KARGALY

Gran parte del esfuerzo durante el desarrollodel proyecto Kargaly se dedicó a describir en de-talle los elementos geográficos y bióticos del pai-saje regional y a obtener también datos cuantitati-vos sobre las distribución de estos mismoselementos, susceptibles de permitir la modeliza-ción factorial del paisaje (Vicent et al. 2000). Lametodología se articuló en torno a un programa

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 523

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de teledetección espacial, combinado con un re-conocimiento directo del terreno y un inventarioflorístico (D’Antoni y Spanner 1993; Vicent et al.2006; López-Sáez 2002).

El objetivo del programa de teledetección fuela cartografía temática del territorio de Kargalypara establecer la distribución de las cubiertas,ocupaciones y usos del suelo en el área de estu-dio. Los datos radiométricos básicos combinantres imágenes: una Landsat 5 TM de septiembrede 1994, que representa el estado de la “verdadterreno” documentado en el trabajo de campo, ydos imágenes Aster TERRA de junio de 2002 yjulio de 2004. La resolución espacial de 30 m delos datos TM se mejoró fusionando esa imagencon la Aster TERRA de julio de 2002 (15 m deresolución). El resultado de la fusión se sometió auna clasificación supervisada a partir de las ob-servaciones de campo. Su objetivo era informarla “verdad terreno” mediante inventarios florísti-cos, descripciones normalizadas del terreno, foto-grafías, etc., realizados durante las campañas de1995, 1997 y 1998.

El programa de teledetección permitió separarlas cubiertas forestales y caracterizar de formageneral las variaciones en su composición y den-sidad (D’Antoni y Spanner 1993; Vicent et al.2000; Vicent et al. 2006). La figura 5 presentauna versión simplificada de esta cartografía. Laestepa arbolada de Kargaly es representativa de laque constituye el borde septentrional de la GranEstepa Euroasiática. La topografía local es de co-linas suaves y barrancos organizados en torno alvalle del río Usolka al Este y una dorsal que sepa-ra las cuencas del Volga y el Ural al Oeste. Las al-titudes oscilan entre los 350 m.s.n.m. de esta últi-ma y los 150 m.s.n.m. en el punto más bajo delterritorio. El paisaje está dominado casi por com-pleto por la estepa, una formación de herbáceasrelativamente compleja. Las reducidas extensio-nes boscosas se alinean, en general, siguiendo loscursos de agua. El del Usolka, poco caudaloso,que recorre el área de estudio en dirección norte,es el único permanente. En sus márgenes existeun estrecho bosque ripario, muy antropizado, consauces, chopos y, más raros, alisos, fresnos, ol-mos y arces. Fuera de esto, la superficie arboladase distribuye en pequeños bosques galería si-guiendo los barrancos por los que circula el aguadel deshielo o, en sus cabeceras, sobre la diviso-ria de aguas. Ocasionalmente, algunos alcanzanla ladera de un interfluvio. Hoy en día están casi

íntegramente constituidos por abedul (Betulapendula) y, en sus bordes exteriores o colonizan-do zonas incendiadas, álamo temblón (Populustremula). En la zona más húmeda hay sauces (Sa-lix sp.) y, rara vez, tilos (Tilia sp.) y serbales (Sor-bus aucuparia).

El roble (Quercus robur) es muy escaso. Secircunscribe a unas decenas de ejemplares situa-dos en el área de Novenki, en el interior de unbosque mayoritariamente compuesto por abedu-les y álamos temblones, asentado sobre la laderaque marca el límite noroccidental de la cuenca derecepción del Usolka (ver Fig. 5). Fuera de elloshay formaciones arbustivas, con predominio dealgunas Rosaceae y espino cerval (Rhamnus cat-hartica). Suelen colonizar las zonas alteradas porla minería reciente.

En resumen: las asociaciones de especies le-ñosas que ocupan unidades de paisaje bien defini-das son:

(1) Ripisilva fluvial siguiendo las orillas delrío Usolka.

(2) Bosques galería, a lo largo de los caucesde los barrancos y en sus cabeceras.

(3) Matorral espinoso en las áreas mineras si-tuadas en laderas e interfluvios de los barrancos.

Las dos primeras por su extensión y densidadpueden ser identificadas en las imágenes de saté-lite. La ligera diferencia en sus características es-pectrales permitió separarlas en dos clases en elproceso de clasificación (Fig. 5). La tercera aso-ciación y los ejemplares aislados sólo pudieronser identificados en los inventarios y descripcio-nes de la “verdad terreno”, por lo que no se inclu-yen en la figura.

En la actualidad, la mayoría del territorio estáconfigurado por estrategias de explotación agro-pecuaria extensiva, típicas de la agricultura sovié-tica. El área de estudio se reparte entre dos em-presas agrícolas, correspondientes al antiguoSovjoz de Uranbash y al antiguo Koljoz de Ko-missarovo. Grandes parcelas sembradas con ce-reales, en rotación con maíz, girasol y, en menormedida, alforfón, entre otros cultivos, ocupan el63 % del territorio. En torno a un tercio de lasparcelas está en barbecho. Era una agricultura debajo rendimiento y alto riesgo de fracaso, basadaen una mecanización a gran escala. Su efecto ma-sivo sobre la distribución de los bosques galería,ocupando vaguadas que anteriormente debieronalbergarlos, queda atestiguado por los que toda-vía subsisten y por los ejemplares aislados de

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abedul o sauce. Las concentraciones de obras mi-neras limitaban la expansión de los cultivos me-canizados. A veces, los abedules colonizan lospozos. Pero en ningún caso este bosque secunda-rio puede haber compensado la pérdida de super-ficie forestal.

Un 32 % del área de estudio está ocupada porpastizales empleados en una ganadería extensivapredominantemente bovina. Esta actividad me-diatiza la vegetación natural de estepa. En las zo-nas más húmedas, donde la formación de herbá-ceas lo permite, se siega la estepa para producirheno. Esta práctica, sin duda, ha contribuido a ladelimitación de las áreas boscosas. Se puede de-cir que los bosques de Kargaly se distribuyen enlos intersticios de un paisaje agrario socialista. Elbosque mismo es objeto de explotación. Los diá-metros de la mayoría de los pies de abedul son in-feriores a 50 cm, denotando un ciclo regular detala. Los procesos de recolonización, tras los fre-cuentes incendios, pueden haber favorecido aciertas especies.

4.1. La lluvia polínica reciente y el paisajeactual

La cubierta forestal se compone de contadasespecies de árboles y arbustos. La serie de mues-tras de la lluvia polínica reciente, cuyo entor-no conocemos gracias a la cartografía forestal ylas descripciones e inventarios de la vegetación,

informa sobre el modo como el registro palinoló-gico representa la distribución efectiva de lasespecies forestales en el área de trabajo.

En la tabla 3 aparecen los principales paráme-tros de la distribución en la serie de las proporcio-nes de los palinomorfos del grupo (A), en ordendecreciente de sus promedios. Cabe interpretarestos parámetros como una estimación de la pro-babilidad de que un palinomorfo extraído al azarde una muestra obtenida en un punto del terri-torio, escogido también al azar, pertenezca a untaxón o grupo dados. En este sentido puedenaproximarnos al peso relativo de cada uno en elregistro polínico producido por el paisaje actual.

La distribución de la variable “Total de Arbó-reas” (Fig. 6) expresa por lo tanto la variabilidaddel balance entre estas y el resto de los palino-morfos, fundamentalmente herbáceos. La distri-bución tiene un acusado sesgo: el 50 % de lasmuestras tienen menos de un 10,82 % de arbó-reas, y el 75 % menos de 14,89 %. Como puedeverse en la figura 7 las muestras que superaneste valor se han obtenido en formaciones fores-tales o en un área muy próxima. Esta estructurarefleja el carácter estepario del área de trabajo, yla marginalidad de las reducidas superficies fo-restales.

Los valores recogidos en la tabla 3 demues-tran la gran variabilidad local entre emplazamien-tos en la representación de cada taxón. El hechode que ninguno aparezca en todas las muestras y

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 525

Mínimo Máximo MediaDesviación

típica

Total Arbóreas ,41 71,62 13,6766 12,47522Betula ,00 62,16 4,9845 8,82697Populus ,00 12,43 2,6933 2,35382Quercus ,00 13,99 1,6964 2,12515Rosaceae ,00 13,17 1,3342 2,38413Alnus ,00 6,34 ,7070 ,92342Prunus t. ,00 13,17 ,6341 2,03439Salix ,00 7,93 ,5061 1,21440Ulmus ,00 2,44 ,2490 ,46430Tilia ,00 10,73 ,2445 1,28023Acer ,00 2,22 ,1995 ,45267Fraxinus ,00 2,93 ,1494 ,38906Rhamnus ,00 2,65 ,0792 ,36406Sambucus ,00 1,83 ,0673 ,27010N=76

Tab. 3. Estadísticos descriptivos de los taxones polínicos del grupo (A) (% sobre la suma base), en la Fase 4, en ordendecreciente de sus promedios (Kargaly, región de Orenburgo, Rusia).

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los valores máximos ocasionalmente altos, enparticular de Betula, Populus, Quercus y Prunust., indican que la proximidad a los retazos foresta-les, e incluso a ejemplares singulares, es un factormuy determinante en la representación palinoló-gica, y que estas especies no dispersan a nivel re-gional. Este carácter fuertemente local de la re-presentación palinológica de las leñosas noimpide que pueda modelizarse en parte, medianteherramientas de análisis SIG. El agregado de da-

tos en su conjunto puede relacionarse con algu-nos factores que explican condiciones generalesdel paisaje que permiten construir agrupacionessignificativas de muestras.

La distribución de los palinomorfos es cohe-rente en primera instancia, con las observacionessobre “la verdad terreno”. En la matriz de correla-ciones entre los taxones (Tab. 4) estos se asociana tenor de los tres tipos principales de formacio-nes forestales del área. Los taxones que las com-ponen según los inventarios florísticos muestrancorrelaciones significativas entre sí y no con elresto. Este criterio permite elaborar un inventariode las especies asociadas:

(1) Ripisilva fluvial: Acer, Alnus, Fraxinus,Salix, Ulmus.

(2) Bosques galería: Betula, Populus, Sambu-cus, Tilia.

(3) Matorral espinoso: Prunus t., Rosaceae,Rhamnus.

Sólo Quercus carece de correlación signifi-cativa, reflejando la excepcionalidad de su dis-tribución actual, circunscrita a unas decenas deejemplares en el área de Novenki, en un bosquecompuesto, en su mayoría, por abedules y álamostemblones. La muestra MO_7 obtenida en su in-terior contiene un 13,99 % de polen de Quercus.No obstante, el polen de esta especie sólo falta en13 muestras de las 76 del grupo de control(17,1 %), aunque su porcentaje es en general muybajo. Esta extensa distribución no es explicablepor la difusión directa a partir del relicto, un he-cho que se valorará más adelante.

El conjunto de factores que determinan la dis-persión del polen (movilidad y productividad po-línicas) y la posición de los emplazamientosmuestreados (orientación de los vientos dominan-tes, obstáculos naturales para la difusión del po-len...) explican que los coeficientes sean en gene-ral bajos.

Las ambigüedades taxonómicas, por su parte,dan cuenta de algunas anomalías: la correlaciónsignificativa entre Tilia y Rosaceae se explica porla presencia de Sorbus aucuparia, clasificada eneste último grupo, en algunos bosques galería.

Pese a estas limitaciones, la estructura de lamatriz de correlaciones describe bien cómo lasdiferentes especies se asocian en el territorio.Este resultado fundamentará el análisis compara-tivo de los datos paleopalinológicos y la lluviapolínica reciente.

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Fig. 6. Lluvia polínica reciente: distribución de la varia-ble “Total de Arbóreas” (% sobre la suma base) (Kargaly,región de Orenburgo, Rusia). Media = 13,68; Desviacióntípica = 12,475; N = 76.

Fig. 7. Distribución espacial de la variable “Total deArbóreas” (% sobre la suma base) en la lluvia polínica re-ciente (Kargaly, región de Orenburgo, Rusia).

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5. ANÁLISIS DE LOS DATOSPALEOPALINOLÓGICOS

Todas las especies identificadas en la lluviapolínica reciente y los inventarios florísticos es-tán en las muestras paleopalinológicas. Cambianlas proporciones. Es decir, la composición por es-pecies del bosque no habría variado con el tiem-po, pero sí su estructura cuantitativa.

La estructura de los datos disponibles se re-siente al corresponder las dos secuencias a em-plazamientos singulares. Los espectros polínicosrepresentan la distribución de la vegetación a unaescala local, cuyo ámbito no es determinable demodo efectivo por depender de factores geográfi-cos. Las secuencias, por lo tanto, informan sobrepuntos concretos del territorio a lo largo del tiem-po. Las muestras de la lluvia polínica reciente,por el contrario, describen palinológicamente lavariación de la vegetación en el conjunto del te-rritorio. Si comparamos unos datos y otros inter-pretamos esos cambios en términos de morfolo-gía del paisaje en relación con las condicionesespecíficas de localización de cada muestra.

La estrategia de análisis tiene dos etapas:

(1) análisis diacrónico de las variaciones en laconcentración de polen de las secuencias. Se tratade establecer si hay cambios significativos entrelos distintos episodios de formación del depósito.No se compararán los valores concretos de con-centración para cada muestra, sino los agregadosde muestras correspondientes a las distintas fases.

(2) análisis comparativo de las muestras pa-leopalinológicas con las de la lluvia polínica re-ciente. Se busca fijar los mejores análogos actua-les de las primeras a partir de las muestras delgrupo de control, cuyos entornos conocemos.

La similitud se establecerá a partir del análisiscuantitativo de las distribuciones de las frecuen-cias relativas respecto a la suma base de los taxo-nes indicadores de las cubiertas forestales.

5.1. Análisis diacrónico

La concentración de polen, expresada en nú-mero de granos por gramo de sedimento, permiteevaluar independientemente las variaciones abso-lutas de cada taxón en las fases de la misma se-cuencia. Ello requiere que las condiciones tafonó-micas sean estables. El supuesto se cumple enrelación con las condiciones que dependen de la

posición de las muestras, pero no necesariamenterespecto a los mecanismos de formación del de-pósito. En TR y TUN las perturbaciones en esosmecanismos afectan especialmente a la Fase 2 deocupación Srubnaya. Ello nos obliga a limitar lacomparación a ciertas fases que se especificaránen cada caso.

Las posibles estrategias de análisis cuantitati-vo están muy limitadas por el escaso número demuestras de cada fase de las secuencias y por ladificultad de asumir algunos supuestos básicos delos modelos estadísticos, como la normalidad delas distribuciones. Por ello utilizaremos, en gene-ral, técnicas de análisis no paramétrico, aplica-bles con series pequeñas de datos y/o datos paralos que no pueda asumirse normalidad.

El objetivo de la comparación es, como sedijo, determinar si hay cambios significativos en-tre las fases. La interpretación de los valores deconcentración en términos de distribución efecti-va de la vegetación es más problemática. Carece-mos de datos sobre la productividad de polen decada especie, su movilidad específica y la formay dimensiones de la cuenca de captación del de-pósito. Pero podemos asumir que la relación entrecantidad de polen y número de ejemplares pro-ductores de polen de una especie determinada esuna función que, sea o no lineal, es idéntica paratodas las fases estudiadas. Consideramos, enton-ces, que cambios significativos en la concentra-ción indican cambios en la distribución de la es-pecie o especies productoras. Consecuentemente,la concomitancia en las variaciones de distintostaxones define distintos estados de la cubierta ar-bórea en el entorno del depósito.

5.2. Turbera de Novenki (TUN)

El depósito higroturboso de Novenki ocupa elfondo del valle principal del río Usolka, en elpunto en el que la convergencia de varios cursosestacionales de agua determina el nacimiento delrío. En la actualidad un embalse anega en parte lazona. La vegetación en el entorno inmediato sereduce a una formación de sauces de porte arbus-tivo, rodeados de pastos intensivamente explota-dos por la ganadería local. Esta área húmeda esuna buena reserva de pasto de verano en un entor-no sumamente árido. Como se ve en la figura 5,las formaciones boscosas están en los bordes dela cuenca a más de 750 m del punto de muestreo.

T. P., 67, N.º 2, julio-diciembre 2010, pp. 511-544, ISSN: 0082-5638doi: 10.3989/tp.2010.10054

528 Juan Manuel Vicent, M.ª Isabel Martínez, José Antonio López e Ignacio de Zavala

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El mecanismo normal de formación del sedi-mento en un depósito higroturboso es la capta-ción de polen a través de un interfaz de agua enreposo. Este mecanismo se vio alterado por elepisodio erosivo que da lugar al paquete estrati-gráfico de la Fase 2. Hemos asumido que las altasconcentraciones de polen provienen del arrastrede sedimentos provocado por la denudación delos suelos en el entorno del punto de muestreo.Ello exige reducir la comparación a las muestrasanteriores y posteriores a este episodio, que he-mos delimitado a partir del rango de variación dela concentración total y de la presencia de Glo-mus. La coyuntura de cambio Fase 1 / Fase 3debe reflejar el impacto de la ocupación Srubna-

ya del área, mientras que la de la Fase 3 / Fase 4registrará las transformaciones recientes. Faltan-do por completo los indicios de minería, ambascoyunturas se remiten al impacto de los cambiosen las prácticas agropastoriles.

La figura 8A representa la distribución por fa-ses de la concentración de la variable “Total deArbóreas”, una vez excluida la Fase 2. La figu-ra 8B muestra la variación por fases de la mediade la concentración de los principales taxones.Considerando en conjunto las tres fases analiza-das el efecto de la clasificación es significativosegún el test de Kruskal-Wallis, análogo no para-métrico del análisis de la varianza (Tab. 5), tantoen lo que se refiere a la variable agregada “Totalde Arbóreas” como a los principales taxones, conexcepción de Ulmus, Prunus, Acer, Fraxinus yRosaceae. La variable “Concentración total” nopresenta diferencias significativas, lo que ratificala pertinencia de la hipótesis de selección de fa-ses, mientras que la variable “Total de Arbóreas”sí. En resumen, las diferencias absolutas en losrangos de variación por fases de la cantidad depolen de arbóreas y los principales taxones in-cluidos en este grupo son demasiado grandes paradeberse al azar. Podemos concluir que los datosde cada grupo provienen de diferentes distribu-ciones. Trasladando esto al contexto empírico quenos ocupa concluimos que la secuencia muestra

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 529

Fig. 8. Secuencia de la Turbera de Novenki (TUN) (Kar-galy, región de Orenburgo, Rusia). A: distribución por fa-ses de la concentración de la variable “Total de Arbó-reas”, excluida la Fase 2 (granos de polen por gramo desedimento) B: variación por fases de la media de la con-centración de los taxones mayoritarios.

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Concentración total 0,817 2 0,665Total arbóreas 0,029 2 0,007Acer 1,907 2 0,385Alnus 6,164 2 0,046Betula 10,029 2 0,007Fraxinus 5,084 2 0,079Populus 8,069 2 0,018Prunus t. 5,084 2 0,079Quercus 7,789 2 0,02Rhamnus 6,177 2 0,046Rosaceae 0,352 2 0,839Salix 11,339 2 0,003Sambucus 9,478 2 0,009Tilia 6,24 2 0,044

Tab. 5. Turbera de Novenki (TUN) (Kargaly, región deOrenburgo, Rusia): resultados de la aplicación de laprueba de Kruskal-Wallis a la distribución de la variable“Total de Arbóreas” (% sobre la suma base) en las Fases1, 3 y 4. Gl: grados de libertad; Sig; asintót.: significaciónasintótica.

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cambios significativos en la densidad y composi-ción de la cobertura arbórea en el entorno deTUN.

La comparación de las fases pre- y post-Srub-naya (1 y 3 respectivamente) expresa loscambios producidos en el entorno entre la etapaanterior a la ocupación Srubnaya y la fase poste-rior a su final, como consecuencia de la intensaantropización del área que suponemos durante laFase 2. Destaca la drástica disminución del vo-lumen total de polen arbóreo. El promedio depolen de arbóreas locales por gramo de sedimen-to en la fase pre-Srubnaya es casi el doble queen la fase post-Srubnaya (concretamente 1.7 ve-ces mayor). Una parte importante de esta dismi-nución se debe a Betula. Su promedio es el 47 %de la media del total de arbóreas en la Fase 1 y el39,45 % en la Fase 3, pero pasa de ser el 27 %del total de palinomorfos al 12 %. Su curva esprácticamente paralela a la del total de arbóreas(Fig. 8B). El estadístico U de Mann-Whitney(Tab. 6A) muestra que las diferencias entre lostaxones mayoritarios son significativas con laexcepción de Populus.

Los cambios entre las fases 3 y 4 son tambiénnotables, aunque algo menos acusados: la dife-rencia para la variable “Total de Arbóreas”, cuyamedia es 1.3 veces más pequeña que la de la faseanterior, es significativa, según el mismo test(Tab. 6B) La situación de los taxones mayorita-rios, individualmente considerados, es algo dife-rente a la que observamos en la anterior coyuntu-ra: la diferencia es significativa en Populus perono en Quercus ni Alnus. Betula sigue explicandola mayoría de la variación entre fases: su valorcontinúa representando una proporción similardel promedio del total de arbóreas (35 %) que enla fase anterior pero pasa a ser sólo el 8,4 % deltotal de palinomorfos.

En conclusión, el depósito TUN muestra unproceso de disminución significativa e irregularde la concentración agregada de polen arbóreo alo largo de las fases de la secuencia. Este procesose debe en gran parte al retroceso del peso delabedul, y afecta de forma diferente al resto de lostaxones. Una valoración general de los datos debeincidir en dos aspectos:

(1) la secuencia muestra una pérdida constan-te de la importancia de los taxones arbóreos enlas dos coyunturas analizadas, es decir, las causasdel retroceso de las arbóreas son eficientes a lolargo de todo el proceso histórico.

(2) la tasa de cambio parece mayor en los ta-xones claramente riparios (Betula, Alnus) que enlos menos dependientes de los cursos de agua(Quercus, posiblemente Populus).

Este último hecho, refleja posiblemente doscomponentes espaciales en el registro: uno local (lamayor parte del polen del primer grupo) y otro su-pralocal (el polen de taxones de dudosa implanta-ción local, como Quercus). A partir de esta hipóte-sis, interpretamos la diferente tasa de cambio entreestos dos grupos a resultas de factores que actúande forma más intensa en el entorno local que en elconjunto del territorio. Sabemos que no se vinculancon la explotación cuprífera prehistórica.

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A

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(bilateral)

Concentración total 14 35 –0,183 0,855Total arbóreas 0 21 –2,739 0,006Acer 12 33 –0,548 0,584Alnus 3 24 –2,191 0,028Betula 0 21 –2,739 0,006Fraxinus 8 23 –1,278 0,201Populus 4 25 –2,008 0,045Prunus t. 6 27 –1,643 0,1Quercus 3 24 –2,191 0,028Rhamnus 3 24 –2,196 0,028Rosaceae 12,5 33,5 –0,581 0,562Salix 0 21 –2,745 0,006Sambucus 0 21 –2,745 0,006Tilia 6 27 –1,643 0,1Ulmus 8 29 –1,281 0,2

B

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Mann-

Whitney

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WilcoxonZ

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asintót.

(bilateral)

Concentración total 5 26 –1,033 0,302Total arbóreas 3 9 –1,549 0,121Acer 7 13 –0,516 0,606Alnus 7 28 –0,516 0,606Betula 3 9 –1,549 0,121Fraxinus 3 9 –1,549 0,121Populus 2 8 –1,807 0,071Prunus t. 5 11 –1,033 0,302Quercus 4 10 –1,291 0,197Rhamnus 7 28 –0,519 0,604Rosaceae 8 29 –0,354 0,724Salix 0 6 –2,334 0,02Sambucus 5 11 –1,037 0,3Tilia 4 10 –1,291 0,197Ulmus 8 14 –0,259 0,795

Tab. 6. Turbera de Novenki (TUN) (Kargaly, región deOrenburgo, Rusia): resultados de la aplicación de laprueba del estadístico U de Mann-Whitney a ladistribución de la variable “Total de Arbóreas” y lostaxones mayoritarios (% sobre la suma base). A: Fases 1 y3. B: Fases 3 y 4. Sig. asintót.: significación asintótica.

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5.3. Trinchera minera de Gorny (TR)

La colina Gorny es el final de un interfluvio yse eleva unos 50 m sobre el valle principal. El en-torno es estepario con pequeñas colonias de abe-dules y algunas formaciones arbustivas. Desde latrinchera se ve el barranco Mijailovski al N y elvalle principal del río Usolka al E.

El análisis de la concentración polínica en TRplantea problemas específicos por la heterogenei-dad del proceso de formación de los sedimentos.Alternan episodios de formación natural de suelocon procesos erosivos. Esta estructura impideusar todas las secciones cronoestratigráficas enuna comparación cruzada. El rango de variación

en la concentración de arbóreas en las Fases 2 y 4es muy superior al de las Fases 1 y 3 (Fig. 9A).Las descartamos al resultar de episodios de col-matación de la trinchera con depósitos erosivos.Limitaremos la comparación a las Fases 1 y 3 enlo que se refiere a la valoración de la concentra-ción de polen.

El análisis de la coyuntura Fase 1 / Fase 3 re-vela importantes diferencias con la secuencia an-terior. Los valores de concentración de TR semueven en rangos similares a los de TUN y sonestadísticamente equivalentes en ambas fases, sindiferencias significativas en la distribución de lavariable total de arbóreas entre ellas (Fig. 9B yTab. 7). En cambio, la composición por taxoneses totalmente diferente a la observada en TUN.Faltan Populus y Alnus en la Fase 1, así como va-rios taxones minoritarios que sí aparecen en laFase 3: Acer, Ulmus, Fraxinus y Sambucus. La je-rarquización de los demás taxones es completa-mente distinta. Sobresale Quercus con un prome-dio del 78 % de la media del total de arbóreas enla Fase 1 y del 54 % en la 3. Sin embargo el pri-mer valor sólo representa el 17 % del promediodel total de palinomorfos y el segundo el 12 %.Pese a estas diferencias en el peso relativo, las va-riaciones absolutas de Quercus agregadas por fa-ses no son estadísticamente significativas, segúnel test de Mann-Whitney (Tab. 7). Es decir, deacuerdo con la hipótesis de trabajo, la densidadde robles en el entorno del depósito es estadísti-

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 531

Fig. 9. Secuencia de la Trinchera minera de Gorny (TR)(Kargaly, región de Orenburgo, Rusia). A: Distribuciónpor fases de la concentración de la variable “Total deArbóreas” (granos de polen por gramo de sedimento).B: variación por fases de la media de la concentración delos taxones mayoritarios.

U de

Mann-

Whitney

W de

WilcoxonZ

Sig.

asintót.

(bilateral)

Concentración total 7 17 –1,529 0,126Total arbóreas 6 16 –1,698 0,089Alnus 0 10 –2,766 0,006Betula 6 16 –1,698 0,089Populus 4 14 –2,176 0,03Prunus t. 8,5 18,5 –1,36 0,174Quercus 12 22 –0,679 0,497Rhamnus 16 52 0 1Salix 16 52 0 1Tilia 8,5 18,5 –1,285 0,199Ulmus 14 24 –0,707 0,48

Tab. 7. Trinchera minera de Gorny (TR) (Kargaly, regiónde Orenburgo, Rusia): resultados de la aplicación de laprueba del estadístico U de Mann-Whitney a ladistribución de la variable “Total de Arbóreas” y lostaxones mayoritarios (% sobre la suma base) en las Fases1 y 3.

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camente equivalente en las fases pre-Srubnaya ypost-Srubnaya, consideradas en conjunto.

El comportamiento de Betula y Salix, los otrostaxones mayoritarios presentes en ambas fases,varía mucho. La cantidad de Salix permanece casiconstante, mientras el aumento de Betula es sig-nificativo en la fase post-Srubnaya. Su valor es2.41 veces mayor que en la pre-Srubnaya. Los re-sultados del test de Mann-Withney corroboran es-tas observaciones.

En resumen, el resultado de comparar las fasespre y post-Srubnaya en TR es bastante inespera-do, habida cuenta de que el depósito está en elcentro de un área de intensa actividad minera du-rante la fase Srubnaya, y fue el escenario de unaocupación permanente durante dicha fase. Segúnlos niveles de concentración de polen de Quercusesta especie estaba muy presente en el entorno in-mediato del depósito sin que la actividad minera,ni la ocupación humana directa supusieran un re-troceso significativo en la cantidad de ejemplares.En cambio, el resto de los cambios observadosentre las Fases 1 y 3 sí sugieren modificacionesen el paisaje en un radio algo más amplio. Desta-can dos hechos: (1) el aumento de la diversidadde especies entre la Fase 1 y la 3 y (2) el signifi-cativo incremento de Betula. Tomados en conjun-to sugieren una expansión de la cubierta forestalen el paisaje que rodea la colina Gorny. La identi-ficación de Alnus en la Fase 3 indica la formacióndel bosque de ribera en la margen del río Usolka:las preferencias de esta especie descartan su pre-sencia sobre la colina. Populus no puede usarseen apoyo de esa idea, ya que ignoramos si el po-len fosilizado corresponde a Populus nigra, clara-mente ripario, o a P. tremula, cuya distribuciónactual es casi general en el territorio, aunquemuestre una cierta vinculación con los cursos es-tacionales de agua. Otros taxones riparios, comoUlmus, Acer, Fraxinus y Sambucus, refuerzan laimpresión de que durante la Fase 3 se estableceuna formación riparia, ausente o muy simplifica-da en la Fase 1. En efecto, la cantidad constantede polen de Salix, otro componente de la ripisilvafluvial que difícilmente pudo establecerse en elentorno árido de la colina Gorny, sugiere que, du-rante la Fase 1, el bosque de ribera del Usolka sereducía a los sauces de porte arbustivo que, aúnhoy, forman su vegetación característica en lostramos donde falta la ripisilva. La recuperaciónde Betula puede tener dos lecturas: se debe a unacolonización local de la colina Gorny, al estilo de

la existente en la actualidad, ligada al abandonode las propias obras mineras, o bien es el resulta-do de la recuperación de los bosques galería en elbarranco de Mijailovski, y, en general, en el pai-saje del distrito Gorny.

Esta lectura implica la idea de que el polen delos taxones higrófilos procede de una cuenca decaptación supralocal, que incluye un sector delrío Usolka y parte del barranco de Mijailovski, entanto que el de Quercus procede del entorno in-mediato del depósito. Si se acepta esta hipótesisdebe concluirse que la Fase 1 no representa unpaisaje previo a la minería, sino uno minero con-solidado, anterior a la ocupación Srubnaya de lacolina. Ello concuerda con la formación del depó-sito en una estructura minera abandonada. Si elpolen del depósito TR representa este escenario,cabe suponer, aunque nos falta un término decomparación ante quem, que la actividad mineradurante la Fase 1 (entre 3350-2550 y 2300-1960cal BC) había producido una pérdida sustancialde la masa forestal en los barrancos y en la riberadel Usolka.

En suma, los datos de TR nos permiten eva-luar el impacto de las operaciones mineras de laEdad del Bronce en un sentido inverso al que sesupondría en principio:

(1) la fase pre-Srubnaya no representa el pai-saje natural previo al impacto de la mineríaprehistórica, sino un paisaje minero ya consolida-do, definido por la ausencia, o extrema reducciónde los elementos forestales.

(2) En la fase post-Srubnaya se refleja la res-tauración de los elementos de paisaje menciona-dos tras el fin del período.

La permanencia del roble en la propia colinaGorny durante toda la secuencia no contradice laintuición general sobre la excelencia de esta espe-cie como combustible y material de construcción.Las prácticas de explotación sostenible no sondesconocidas (Engel y Frey 1996: 38). Quizás losmineros de la Edad del Bronce reservaran una po-blación de robles en la colina como combustibleinvernal, mediante una poda controlada. Lamen-tablemente, carecemos de bases para contrastaresta o cualquier otra hipótesis al respecto. La es-casez de carbones de roble identificados en el po-blado Gorny 1 (Uzquiano 2002) sorprende frentea la masiva presencia de polen de la especie en latrinchera. Su proporción se aproxima bastante ala distribución actual del roble en el distrito. De-terminar si el aprovisionamiento de leña en el pa-

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sado reflejaba la dispersión de las especies en eseterritorio requeriría otra investigación. Hay múlti-ples factores que definen las prácticas de recolec-ción y tala de madera (Horne 1982b: 205-209;Engel y Frey 1996; Henry et al. 2009) y nuestrabase empírica es insuficiente para evaluarlas.

5.4. Análisis comparativo: datospaleopalinológicos y lluvia polínicareciente

El análisis de la concentración de polen en TRy TUN ha definido los cambios en las cantidadesabsolutas de los taxones en cada depósito. Perono permite compararlas entre si, ni con los de lalluvia polínica reciente. Tampoco podemos inter-pretar el contenido palinológico de las fases entérminos de la morfología del paisaje forestal.Nos faltan datos fundamentales como la producti-vidad y movilidad de polen de cada especie, entreotros. Las discontinuidades en los procesos deformación de los depósitos impiden incluir en elanálisis muestras tan relevantes como las de laocupación Srubnaya. La comparación de las fre-cuencias relativas de polen en cada muestra pue-de subsanar algunas de estas limitaciones. Perde-mos la información cuantitativa directa sobre elvolumen real de ejemplares emisores de polen eintroducimos distorsiones dado que el porcentajede cada taxón depende de los del resto. A cambioganamos un marco de comparación generalizadasobre la composición proporcional por especiesde las muestras que, bien manejado en conexióncon un modelo del paisaje, nos aproxima a las ti-pologías de los entornos representados en lasmismas, de acuerdo con el citado enfoque del“análogo óptimo actual” (BMA).

Se ensaya ahora esta estrategia a partir de unAnálisis de Componentes Principales (ACP). Latabla de datos 8 incluye todas las muestras paleo-palinológicas y de lluvia polínica reciente. Cadamuestra está representada por el porcentaje conrespecto a la suma base de todos los taxones quecomponen el grupo ecológico A, con las excep-ciones que se indicaron en la sección 3.1. Estatécnica explora la similitud estructural entre lasmuestras paleopalinológicas y sus potencialesanálogos actuales.

El efecto de las variaciones en el balance ar-bóreas / herbáceas se incluye deliberadamente enla tabla por entender que el peso proporcional de

las arbóreas es un dato fundamental en la caracte-rización del perfil polínico de las muestras. ElACP reduce las 13 variables consideradas a 4 va-riables independientes que son combinaciones li-neales de las originales. Cada componente princi-pal (CP) es una variable teórica que da cuenta deuna parte de la covarianza entre las variables ini-ciales e identifica un factor subyacente que expli-ca la variabilidad concomitante de los datos. Eneste estudio estos factores subyacentes debieranser de índole biogeográfica. Pero, al haber intro-ducido en el problema las muestras paleopalino-lógicas, no sería prudente adelantar una interpre-tación biogeográfica de los factores cuandoignoramos hasta que punto los determinantes bio-geográficos que definen el paisaje actual puedenser extrapolados al pasado. Sólo podemos inter-pretar los resultados del experimento en términosclasificatorios. Asumimos que la distancia entrelas muestras del grupo de control y las paleopali-nológicas denota la analogía de las asociacionesde las especies leñosas en el conjunto de muestrasanalizado sin atribuirla un significado causal.

A partir de las ecuaciones que definen los CPsse calculan las “puntuaciones factoriales” paracada caso. Ello da lugar a una nueva tabla de da-tos en la que cada muestra queda definida en rela-ción con los nuevos ejes de variabilidad. Un pro-blema de ACP tiene numerosas soluciones, dadoque cabe intentar mejorar la solución inicial me-diante diversas técnicas matemáticas. Estas técni-cas permiten modificar la posición de los ejes de

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 533

Inicial Extracción

Acer 1,000 ,658Alnus 1,000 ,611Betula 1,000 ,589Fraxinus 1,000 ,804Populus 1,000 ,704Prunus t. 1,000 ,841Quercus 1,000 ,844Rhamnus 1,000 ,621Rosaceae 1,000 ,825Salix 1,000 ,769Sambucus 1,000 ,802Ulmus 1,000 ,737Tilia 1,000 ,668

Tab. 8. Análisis de Componentes Principales de lasmuestras paleopalinológicas y de la lluvia polínicareciente: comunalidades (Kargaly, región de Orenburgo,Rusia).

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combinación de las variables resultantes de la so-lución inicial, para aumentar la varianza explica-da por el modelo, aumentar la independencia en-tre los CPs o clarificar la relación entre los CPs yel conjunto inicial de variables. Hemos optadopor aplicar una “rotación Varimax” a partir de lasolución original, porque la solución rotada escompatible con la inicial y con una interpreta-ción basada en la “verdad terreno”. Al comparar

las tablas 10 A y B se puede observar que la se-gunda replica la estructura de la primera, perocon valores más próximos al límite de su tenden-cia (1, –1 o 0). Los componentes extraídos expli-can un 72,875 % de la varianza de los datos(Tab. 9). La solución rotada redistribuye estavarianza explicada entre los cuatro factores, demodo que su potencia explicativa queda másequilibrada que en la solución inicial.

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534 Juan Manuel Vicent, M.ª Isabel Martínez, José Antonio López e Ignacio de Zavala

Compo-

nente

Autovalores inicialesSumas de las saturaciones al

cuadrado de la extracción

Suma de las saturaciones al

cuadrado de la rotación

Total% de la

varianza

%

acumu-

lado

Total% de la

varianza

%

acumu-

lado

Total% de la

varianza

%

acumu-

lado

1 4,910 37,773 37,773 4,910 37,773 37,773 3,177 24,439 24,4392 1,978 15,218 52,991 1,978 15,218 52,991 2,893 22,255 46,6943 1,380 10,616 63,606 1,380 10,616 63,606 1,959 15,070 61,7644 1,205 9,268 72,875 1,205 9,268 72,875 1,444 11,110 72,8755 ,655 5,035 77,9106 ,595 4,575 82,4857 ,522 4,018 86,5038 ,471 3,621 90,1249 ,415 3,189 93,313

10 ,302 2,323 95,63611 ,244 1,874 97,51012 ,180 1,386 98,89613 ,144 1,104 100,000

Tab. 9. Análisis de Componentes Principales de las muestras paleopalinológicas y de la lluvia polínica reciente (Kargaly,región de Orenburgo, Rusia): varianza explicada por el modelo.

AComponente

BComponente

1 2 3 4 1 2 3 4

Acer ,548 ,033 ,270 –,533 Acer ,781 –,008 ,182 –,123Alnus ,722 –,186 ,197 –,128 Alnus ,701 ,276 –,051 ,203Betula ,735 ,019 –,154 ,155 Betula ,382 ,643 ,038 ,167Fraxinus ,846 –,133 ,134 –,231 Fraxinus ,812 ,366 –,001 ,104Populus ,603 ,002 –,583 ,006 Populus ,212 ,772 –,098 –,233Prunus t. ,085 ,864 ,295 –,016 Prunus t. ,005 –,023 ,915 ,055Quercus ,279 –,164 ,530 ,677 Quercus ,060 ,078 –,023 ,913Rhamnus ,384 ,490 ,451 ,175 Rhamnus ,249 ,096 ,617 ,412Rosaceae –,030 ,870 –,179 –,185 Rosaceae –,164 ,142 ,792 –,388Salix ,862 –,087 ,095 ,093 Salix ,622 ,530 ,018 ,318Sambucus ,756 ,275 –,359 ,161 Sambucus ,265 ,824 ,230 ,010Ulmus ,739 –,241 ,153 –,331 Ulmus ,820 ,231 –,104 ,036Tilia ,612 ,112 –,348 ,400 Tilia ,068 ,790 ,051 ,190

Tab. 10. Análisis de Componentes Principales de las muestras paleopalinológicas y de la lluvia polínica reciente(Kargaly, región de Orenburgo, Rusia). A: matriz de componentes (solución inicial). B: matriz de componentes rotados.Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. La rotación ha convergido en 6 iteraciones.

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La primera etapa del análisis consiste en inter-pretar el significado de los CPs a partir de la eva-luación de la coherencia entre sus valores de co-rrelación con las variables originales. Cada unode los CPs describe una de las asociaciones bási-cas de especies arbóreas del paisaje de Kargaly.Cada CP presenta los valores más altos de corre-lación con grupos de taxones coherentes con estahipótesis. A la vez, los taxones repetidos en va-rias asociaciones se correlacionan de modo signi-ficativo con varios CPs.

El componente 1 (CP-1) explica un 24,439 %de la varianza total de la tabla. Presenta los valo-res de correlación más altos (> 0,7) con el conjun-to de taxones de la ripisilva: Acer, Alnus, Fraxi-nus y Ulmus. Es decir, CP-1 explica más del50 % de su varianza. Los valores del grupo sonmuy bajos o negativos en el resto de los CPs. Elloconfirma que el significado de CP-1 está vincula-do a la formación forestal fluvial de la que sonexclusivos. El valor algo inferior (0,622) de Salixsignifica que no aparece sólo en esta formación.Lo atestigua su valor relativamente alto en CP-2.En Betula y Populus, con coeficientes < 0,5, estatendencia se acentúa: sus valores son más altos enCP-2 y sus correlaciones con CP-1 son a un nivelpoco significativo. En Populus este efecto puededeberse a su ambivalencia taxonómica: P. nigrase asocia a la ripisilva fluvial y P. tremula a losbosques galería. Los valores de correlación delresto de taxones son casi nulos. En suma, el CP-1representa el factor que determina la distribuciónde la ripisilva fluvial.

El componente 2 (CP-2) explica un 22,255 %de la varianza. Sus valores de correlación mayo-res de 0,5 son, por orden decreciente: Sambucus,Tilia, Populus, Betula y Salix. Este conjunto detaxones describe la asociación de los bosques ga-lería de los barrancos.

El componente 3 (CP-3) explica un 15,070 %de la varianza total. Sólo presenta coeficien-tes > 0,5 para Prunus t., Rosaceae y Rhamnuscatharticus, taxones que caracterizan las forma-ciones arbustivas de las zonas áridas y, en espe-cial, las mineras. El resto de los taxones muestrancoeficientes muy bajos.

El componente 4 (CP-4) explica un 11,110 %de la varianza. Tiene una correlación muy fuertecon Quercus y valores poco significativos con losdemás taxones, salvo Rhamnus y, en menor medi-da, Salix. Pensemos que las correlaciones con Po-pulus y el grupo Rosaceae son negativas. Cabe

decir que la proporción de polen de roble es por simisma un factor independiente del comporta-miento del resto de los grupos de taxones.

En conclusión, los cuatro componentes “mi-den” el peso de grupos de taxones sintetizadospor los componentes que describen la tipologíade formaciones forestales existentes en el área deestudio. La representación de los casos (las mues-tras individuales), en el espacio de cuatro dimen-siones definido por los CPs, fija el grado de ana-logía de las muestras paleopalinológicas con lasde la lluvia polínica actual respecto a los ejes devariabilidad definidos por dichas dimensiones.Esta analogía puede interpretarse, hasta ciertopunto y con las precauciones avanzadas, en tér-minos fitosociológicos, dado que las proporcio-nes de polen dependen de la distribución efectivade la vegetación. Cabe usar, entonces, las mues-tras de la lluvia polínica reciente, cuyos entornosconocemos, para aproximar el tipo de entorno re-presentado por las muestras antiguas. Es enormela cantidad de información que puede obtenersede un enfoque de este tipo, en especial si se com-bina con el uso analítico de un modelo del paisa-je. Como su desarrollo excede los límites de estetrabajo, nos limitaremos a señalar algunos aspec-tos relevantes de las conclusiones obtenidas alanalizar las secuencias paleopalinológicas.

Las figuras 10 y 11A muestran la distribuciónde las muestras de cada serie paleopalinológicajunto con las del grupo de control en los espaciosbidimensionales definidos por las combinacionesbivariables del CP-1 con el resto. Los mapas de lafigura 12 representan la distribución espacial delos valores de las muestras de la fase reciente (in-cluyendo las superficiales de TR y TUN) en cadauno de los CP.

El primer comentario es que, considerando latotalidad de las combinaciones bivariables de losCPs, ninguna muestra del grupo de control puedeverse como un análogo absoluto de los conjuntospaleopalinológicos. Sí hay análogos parciales enalguna de las combinaciones y en relación conCPs aislados. La serie TUN siempre se diferenciaclaramente del grupo de control y de TR, aunquelos valores de algunas muestras recientes son si-milares para CP-1, CP-2 y CP-3. En especial essignificativa la posición de TUN en la figura 10A(relación entre la composición de las dos princi-pales formaciones riparias). La mayoría de lasmuestras del grupo de control se agrupan en tornoal valor 0 de los dos componentes, como corres-

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ponde a que la mayoría tienen valores muy bajosde arbóreas. Las muestras tomadas dentro de for-maciones forestales se ven muy bien: las aso-ciadas al bosque ripario fluvial en el cuadrantesuperior izquierdo y las relacionadas con bosquesgalería de barrancos en el inferior derecho

(Fig. 12: CP1 y CP2 respectivamente). La mayo-ría de las muestras de TUN están en el cuadrantesuperior derecho. Ello significa que tiene valoreselevados en todos los taxones de ambos grupos.Tal combinación no aparece en ninguna muestrareciente y podría describirse como un bosque flu-

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Fig. 10. Análisis de Componentes Principales en lasmuestras de cada serie paleopalinológica y del grupo decontrol (Kargaly, región de Orenburgo, Rusia). A: Pun-tuaciones factoriales, Componentes 1 (ordenadas) y 2(abscisas). B: Puntuaciones factoriales, Componentes 1(ordenadas) y 4 (abscisas).

Fig. 11. Análisis de Componentes Principales. A: Pun-tuaciones factoriales, Componentes 1 (ordenadas) y 4(abscisas) en las muestras de cada serie paleopalinológicay del grupo de control (Kargaly, región de Orenburgo,Rusia). B: Correlación entre el porcentaje de Quercus (or-denadas) y el Componente Principal 4 (CP4) (abscisas).

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vial (formado por Alnus, Ulmus, Acer, Salix y po-siblemente Populus nigra) con una cantidad deBetula típica de los bosques galería actuales.

En la misma figura 10A, todas las muestras deTR se agrupan con el grueso de las muestras decontrol en torno al valor 0 de ambos ejes. Es de-cir, las muestras de TR son indistinguibles delperfil dominante de las recientes en el peso de lostaxones riparios. Su perfil es “estepario”, con ni-veles muy bajos de todas las arbóreas citadas has-ta ahora.

La segregación de las muestras de TUN, res-pecto al grupo de control, desaparece y la integra-ción de TR se mantiene, en la figura 10B, en laque interviene el CP-3. Esto muestra el bajo nivelde representación de los taxones asociados conlas áreas mineras (Fig. 12: CP3). Son varias lasinterpretaciones del ligero desplazamiento de al-gunas muestras paleopalinológicas sobre el ejedel CP-3. El serbal (Sorbus aucuparia), reconoci-do en algunos bosques galería, puede quedar re-

gistrado en el grupo Rosaceae. Ello explicaría elvalor significativo del grupo en algunas muestrasde TUN. También algunas muestras de TR pue-den estar influidas por las áreas mineras próxi-mas. Ello confirmaría la existencia en la fase másantigua de un paisaje minero consolidado. Pordesgracia no tenemos datos suficientes para decirsobre estas hipótesis.

El CP-4 discrimina bien el conjunto de lasmuestras paleopalinológicas de ambas series delgrupo de control (Fig. 11A). Por ello, la interpre-tación del significado biogeográfico de este com-ponente es de gran importancia. Sólo MO_7 yMA_23 del grupo de control presentan un valorpositivo para este CP y por razones distintas.MO_7, obtenida en el interior del único relicto deQuercus en el área de estudio, contiene un13,99 % de polen de este taxón. En MA_23, laproporción de polen de Quercus es baja (0,88 %).Su elevado valor para el CP-4 se debe a ser el má-ximo absoluto en toda la tabla de Rhamnus cat-

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 537

Fig. 12. Distribución espacial de los valores de las puntuaciones factoriales de las muestras palinológicas de la fase re-ciente (incluyendo las superficiales de la Trinchera minera de Gorny y la Turbera de Novenki) en cada uno de los Compo-nentes Principales (CP) (Kargaly, región de Orenburgo, Rusia).

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harticus, el espino cerval (2,65 %), además de te-ner cantidades importantes de Prunus t. yRosaceae. La muestra procede de las proximida-des de una zona minera. En la figura 11A es laúnica muestra reciente a la derecha del eje de or-denadas, aunque muy separada de las muestraspaleopalinológicas. En cambio MO_7, incluidaen la nube de puntos formada por éstas, sí consti-tuye un análogo de las muestras antiguas.

La proporción de polen de Quercus explica el83 % de la varianza de CP-4, con el que guardauna alta correlación lineal (Fig. 11B). Puede de-cirse que este taxón distingue decisivamente lasmuestras del grupo de control de las paleopalino-lógicas. En cuanto a la interpretación de este he-cho en términos biogeográficos, pensamos que laespecie debió estar más generalizada en el pasa-do, dado que hoy se reduce a un pequeño relictoen el distrito de Novenki (Fig. 12: CP2). En la co-lina Gorny, el análisis de la secuencia establecióque hubo una población local de robles hasta lafase reciente. En TUN, en cambio, parece másplausible atribuir las altas concentraciones deQuercus a la dispersión a más larga distancia, loque no contradice que formara parte del paisajedel distrito de Novenki en mayor medida que enla actualidad.

Como se ve en la figura 12: CP4, la distribu-ción actual del polen de Quercus no puede expli-carse sólo por la dispersión a partir del relicto deNovenki. La desaparición del roble en la regiónse produce durante la fase reciente debido al am-plio impacto de la minería rusa, la agricultura so-viética o la acción acumulada de ambas. Este he-cho trascendental determina que, salvo unaexcepción, no haya muestras del grupo de controlasociadas con claridad a las paleopalinológicasen los cuatro CPs. Es decir, el paisaje actual noproporciona ningún análogo óptimo para las fasesde las dos secuencias analizadas, aunque sí análo-gos parciales, como MO_7.

En conclusión, el análisis comparativo explo-ratorio de las similitudes entre las series paleopa-linológicas y el grupo de control no ha localizadoanálogos óptimos en el paisaje actual. Las dife-rencias entre las muestras antiguas y recientespermiten identificar un elemento del paisaje fo-restal, el roble, cuyo peso notable en el pasado nose constata en la actualidad.

Un examen más detallado de los resultadosdel ACP podría matizar las analogías parcialesreconocibles.

5.5. Polen y carbones

Como se indicó, los datos paleopalinológicosse contrastaron con muestras de carbón de hoga-res domésticos y fuegos metalúrgicos. Se obtu-vieron en las tres fases de ocupación del pobladoGorny 1 durante la excavación de 1994. Los da-tos antracológicos son insuficientes para sacarconclusiones cuantitativas. No obstante la infor-mación que aportan es muy importante para ladiscusión de los recursos energéticos. La muestraidentifica de modo directo las especies leñosasusadas durante la Edad del Bronce, en tareas desubsistencia y metalúrgicas. Su contenido repre-senta las pautas de aprovisionamiento asociadascon ellas y, por lo tanto, está sesgado por prefe-rencias que dependen de factores económicos yculturales, y no sólo de la disponibilidad de di-chas especies. Por ello, estos datos no son útilescomo fuente de información directa sobre la dis-tribución de los recursos forestales. En cambio, lacomparación entre el inventario antracológico ylas distribuciones de polen de las fases de la Edaddel Bronce de la serie TR ilustra sobre las propiaspautas de explotación energética de dichos recur-sos, ofreciendo una perspectiva sobre los meca-nismos de la acción antrópica sobre el paisaje.Esta comparación puede aclarar otros aspectosrelevantes del propio registro palinológico, comola distorsión causada por la sobrerrepresentaciónde la vegetación local del punto de muestreo.

La tabla 11 A presenta el total de muestrasidentificadas, en las tres fases de ocupación deGorny 1 (Uzquiano 2002). La tabla 11 B recogeel porcentaje promedio de cada taxón para cadafase de TR, calculado con respecto a la suma delos taxones incluidos en el inventario antracológi-co. Todas las alusiones a datos palinológicos enesta sección se referirán a esta suma base.

Sólo 7 de las 14 clases de palinomorfos identi-ficadas dentro del grupo A, fueron utilizadascomo combustible. El grado de precisión taxonó-mica de las identificaciones antracológicas plan-tea algunos problemas para la comparación. Elgénero Populus se distribuye en el grupo antraco-lógico Populus tremula y en el Populus / Salix.Ninguno de los dos tiene un equivalente palinoló-gico ya que, como sabemos, las dos especies lo-cales de Populus están agregadas en el inventariopalinológico. Es decir, no se pueden comparar di-rectamente las dos series de datos relativas a Po-pulus y Salix.

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El resto de los taxones han sido identificados anivel de especie y corresponden a todas las aso-ciaciones definidas: la ripisilva fluvial (Alnus, Sa-lix y, posiblemente Populus nigra), los bosquesgalería (Betula, P. tremula) y el matorral espinoso(Rhamnus, Prunus t.). La proporción de Quercuses llamativamente inferior a su peso en el registropalinológico de la Fase 2 lo que se valorará másabajo. La ausencia de Ulmus, Fraxinus y Acer,confirma los datos palinológicos de las Fases 1 y2 de TR.

La presencia de todas las formaciones y la in-clusión de elementos de desigual calidad comocombustible sin una preferencia clara por los máseficientes (Quercus) sugiere unas prácticas deaprovisionamiento oportunistas y poco selectivas,desarrolladas sobre un territorio que incluía la ri-pisilva fluvial y los bosques galería de los barran-cos. Por desgracia, la agregación Populus / Saliximpide calcular el peso proporcional de cada do-minio ecológico en el conjunto.

La estructura general de las dos series tieneanalogías: Betula es el taxón más probable, si notenemos en cuenta Quercus; el valor palinológicode Salix se aproxima al del agregado antracológi-co Populus / Salix; Alnus incana es el taxón de laripisilva fluvial más destacado tras Salix; los va-lores de Rhamnus y Prunus t. son muy margina-les. Estas analogías permiten resaltar el valor delas discrepancias que afectan a Populus tremula yQuercus.

Populus tremula representa, como mínimo, el26,38 % de los carbones identificados. Por suparte, la suma de todos los palinomorfos del gé-nero Populus en la Fase 2 promedia el 0,89 %con respecto a la suma de los taxones representa-dos en el inventario antracológico. Teniendo encuenta que este taxón está ausente en la Fase 1 y

pasa a tener valores de 6,05 % en la Fase 3 y7,21 % en la Fase 4, podemos concluir que susnumerosos carbones en la Fase 2 sólo pueden ex-plicarse asumiendo el aprovisionamiento de leñasobre un territorio cuyo radio excedía al de lacuenca de captación de polen. No es posible re-construir positivamente estas dimensiones, peroresulta ilustrativo que Populus sólo falte en 3 delas 76 muestras de lluvia polínica reciente, y quesu promedio en esta serie sea el 26,77 %. De ellopodemos deducir que la productividad y capaci-dad de dispersión del polen de las especies inclui-das en este género son relativamente elevadas. Siesto es así, cabría suponer que conseguir maderade Populus requirió un desplazamiento conside-rable para los habitantes del poblado Gorny 1.

La situación de Quercus es exactamente inver-sa. Destacan sus elevados valores en el registropalinológico (73,20 % del total del inventario)frente a su escasez en la muestra antracológica(1 % de los restos identificados). El primer valorse aproxima bastante al de la muestra MO_7(71 %) obtenida en el interior del relicto de ro-bles. Ello refuerza la asunción previa de que en elentorno inmediato de la trinchera minera deGorny hubo ejemplares de roble durante la Edaddel Bronce. La escasez de carbones de roble plan-tea que o bien la especie se desestimó intencio-nalmente como combustible o bien su representa-ción en el registro palinológico no corresponde asu disponibilidad efectiva cuando funcionaba elpoblado. La primera opción no parece razonable,puesto que la madera de roble tiene unas caracte-rísticas idóneas para ese uso. Descartamos la se-gunda con referencia al entorno inmediato delpunto de muestreo, máxime valorando la conti-nuidad a niveles parecidos en la sobrerrepresenta-ción del roble durante todas las fases. Para sol-

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Impacto medioambiental de la minería y la metalurgia del cobre durante la Edad del Bronce en Kargaly 539

A Muestras % B TR_1 TR_2 TR_3 TR_4

Betula pendula 176,00 34,65 Betula 13,88 11,21 16,27 16,09Populus tremula 134,00 26,38 Populus 0,00 0,89 6,05 7,21Populus-Salix 105,00 20,67 Salix 5,42 6,59 4,69 8,58Alnus incana 84,00 16,54 Alnus 0,00 1,85 6,70 3,15Quercus 5,00 0,98 Quercus 78,90 73,20 60,68 61,61Rhamnus t. catharticus 3,00 0,60 Rhamnus t. 0,90 1,45 1,16 0,00Prunus sp. 1,00 0,20 Prunus t. 0,90 4,80 4,45 3,36TOTAL 508.00 Betula 13,88 11,21 16,27 16,09

Tab. 11. A: Muestras antracológicas identificadas, en las tres fases de ocupación del poblado Gorny (Uzquiano 2002).B: Porcentaje promedio de cada taxón para cada fase de la Trinchera minera (TR), respecto a la suma de los taxonesincluidos en el inventario antracológico (Kargaly, región de Orenburgo, Rusia).

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ventar esta paradoja aparente se puede aplicar elmismo argumento que en el caso de Populus. Laproporción de Quercus en la serie antracológicano corresponde a su disponibilidad en el área decaptación de polen de TR, sino en el conjunto delterritorio sobre el que los habitantes del pobladose abastecían de madera. De ser correcto este ra-zonamiento debemos concluir que el roble eramuy escaso en el distrito minero de Gorny, a ex-cepción de en la propia colina, lo cual matiza lasconclusiones obtenidas en la sección anterior.

En suma, los datos antracológicos nos acercana las pautas de aprovechamiento de recursos fo-restales y su disponibilidad en el entorno del po-blado Gorny 1. Las conclusiones corroboran lasobtenidas en el análisis palinológico de la secuen-cia TR: el entorno de Gorny estaba muy defores-tado ya desde la Fase 1. Ello determinó un apro-visionamiento de combustible en un territorioextenso y según pautas poco selectivas.

La comparación entre las series de carbón ypolen confirma, por otra parte, el peso de los fac-tores locales en la representación palinológica dela distribución de la vegetación y la dificultad deestablecer generalizaciones basadas en el análisisde series aisladas de datos.

6. CONCLUSIONES

El presente trabajo tiene un carácter experi-mental, y por lo tanto las conclusiones que cabeextraer de él en el plano de la historia de los re-cursos forestales de Kargaly son forzosamenteprovisionales en tanto no se realice un análisisque incluya todos los grupos ecológicos del in-ventario palinológico. No obstante el realizado,con todas las limitaciones que se han ido señalan-do, pone de manifiesto hechos empíricos que, in-dependientemente de su interpretación, puedenconsiderarse evidencias sustantivas a tener encuenta en las ulteriores investigaciones. Algunosde estos resultados ponen en cuestión las hipóte-sis de trabajo que habíamos mantenido al plantearel trabajo. Por eso, y al margen de ellos, conside-ramos posible extraer algunas conclusiones de or-den metodológico en el campo de la aplicación delas disciplinas paleoambientales a la Arqueologíadel Paisaje. En esta recapitulación final enume-raremos brevemente estos dos grupos de conclu-siones.

Desde el punto de vista histórico lo más im-portante es haber distinguido claramente dos tra-yectorias diferentes en la historia del paisaje deKargaly. La primera está en relación directa conlas obras minero-metalúrgicas en el área deGorny. La segunda se conecta con las actividadespastoriles en la zona de Novenki. En ambas losresultados son consecuencia de la comparaciónentre las fases más antiguas (1 y 2) y la posterioral final de la Edad del Bronce (3), y modificansustancialmente las hipótesis de trabajo.

Lo más inesperado ha sido constatar el gradode deforestación de la primera de las áreas en lafase más antigua. Esto significa que la actividadminera tuvo una escala apreciable desde el co-mienzo de la Edad del Bronce (fase Yamnaya) enel IV milenio cal BC, y que esta escala se mantu-vo durante el Bronce Medio y Final, ya en el IImilenio cal BC. De esta forma, el impacto antró-pico de la fase de máxima intensidad minera, du-rante el Bronce Final (fase Srubnaya) no se cons-tata por la pérdida de cubierta forestal entre lasFases 1 y 2, sino por la expansión de la mismadurante la Fase 3.

Por el contrario, el área de Novenki presentauna trayectoria inversa: un máximo de coberturaforestal durante la Fase 1, seguida de un bruscodescenso coincidiendo con la ocupación del po-blado Novenki durante la Fase 2, y un sostenidodeclive hasta la actualidad. Dada la ausencia deminería en el área, y sus características biogeo-gráficas, esta trayectoria puede ponerse en rela-ción con el uso continuo de la misma como pasti-zal desde el II milenio cal BC hasta el presente.

El propio hecho de que las trayectorias de dosemplazamientos tan cercanos sean inversas apoyala idea de que los cambios observables no debenser atribuidos en primer término a alteracionesclimáticas.

Un resultado especialmente significativo es laidentificación de una cantidad importante de ro-bles en el paisaje regional durante toda la secuen-cia, con carácter local en Gorny y supralocal enNovenki. El dato de que las muestras de lluviapolínica reciente conserven una significativa re-presentación de este taxón, inexplicable a partirdel único relicto localizado, indica que su extin-ción es muy moderna y posiblemente se explicapor el impacto de la minería de época modernay/o la colonización agrícola posterior. Debe seña-larse que el peso de Quercus no se puede estable-cer por su abundancia relativa en la secuencia

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TR, sino por su elevada proporción en TUN, unemplazamiento en el que es improbable una im-plantación local por razones biogeográficas. Encualquier caso, la posible existencia de Quercusdebe tenerse en cuenta en la evaluación de las ba-ses energéticas de la metalurgia de Kargaly.

Este resultado nos conduce a una importanteconclusión metodológica: el dispositivo de com-paración controlada que se ha establecido en eldiseño de la investigación distingue los compo-nentes local y supralocal de la variabilidad repre-sentada en los espectros polínicos. Generalizandoeste resultado tenemos que no cabría tal discrimi-nación analizando una sola secuencia, incluso siel análisis incluyera varias secuencias paleopali-nológicas pero careciera del apoyo de datos sobrela variabilidad de la lluvia polínica reciente apo-yados por un modelo analítico del paisaje actual ydatos arqueológicos complementarios, como eneste caso han sido los antracológicos. Por otraparte, un enfoque comparativo complejo, como elque se propone aquí, sólo es viable aplicando mo-delos estadísticos. La modelización probabilísticade las hipótesis y los datos permite establecer cri-terios de certeza en la comparación. La estadísti-ca palinológica es un campo abierto y de extraor-dinaria complejidad. Las alternativas que hemosadoptado requerirán de un desarrollo crítico en elfuturo. En cualquier caso, esperamos haber con-tribuido a demostrar su viabilidad y fecundidad.

Para terminar, hay que subrayar que el trata-miento arqueológico de las muestras paleopalino-lógicas, prestando especial atención a los proce-sos de formación de los depósitos y al apoyo decronologías absolutas, es un elemento fundamen-tal en un enfoque histórico y paisajístico de la pa-linología arqueológica.

AGRADECIMIENTOS

A Salvador Rovira Llorens, a quien dedica-mos esta contribución como homenaje personal yen reconocimiento a todo lo que nuestra investi-gación debe a la suya.

A E.N. Chernyj, E.E. Antipina, L.I. Avilova,T.B. Bartseba, S.A. Bykov, A.A. Karpujin, S.V.Kuzminyj, E.Yu. Lebedeva, V.Yu. Lunkov, L.B.Orlovskaia y D.V. Valkov (Laboratorio de méto-dos científico-naturales, Instituto de Arqueología,Academia Rusa de Ciencias, Moscú) gracias acuyo apoyo científico y personal hemos formado

parte del proyecto Kargaly. Muy especialmenterecordamos la ayuda permanente de Tamara O.Teneishvili y los riesgos que con tanta generosi-dad asumió para hacerla efectiva. Pilar LópezGarcía (CSIC), Ángel Rodríguez Alcalde (CSIC)y Paloma Uzquiano (UNED) participaron en elarranque de la investigación.

La dirección del Instituto de Arqueología deMoscú y la Subdirección, mas tarde Vicepresi-dencia, de Relaciones Internacionales del CSICapoyaron la política de intercambio científico. ElExcmo. y Mgfco. Rector de la Universidad Poli-técnica de Madrid, D. S. de la Plaza Pérez autori-zó la participación de I. de Zavala Morencos en elproyecto.

A Héctor D’Antoni, inspirador del programacombinado de teledetección espacial y palinolo-gía, por compartir con nosotros su amplia con-cepción de los estudios paleoambientales.

A Isabel del Bosque González y Carlos Fer-nández Freire (Unidad de Sistemas de Informa-ción Geográfica, CCHS-CSIC, Madrid) por sucontribución a la realización final del programade teledetección espacial.

A Antonio Uriarte González (Laboratorio deI+D de Arqueología: Laboratorio de arqueologíadel paisaje y teledetección, CCHS-CSIC, Ma-drid) por su apoyo constante en muchas de las fa-ses del trabajo y, muy especialmente, por sus de-cisivas sugerencias sobre el análisis estadístico.

A Enrique Capdevila Montes por su ayuda enla preparación de la documentación gráfica.

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