huellas nº84

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Abril-Junio Año 2012 Nº 84 Hoja Informativa sobre la Espiritualidad de Santa Mª Rosa Molas Hace pocos días escuché una idea que me llegó muy hondo, y con la que inicio esta breve reflexión. La diferencia entre un santo (y aquel que se empeña en serlo, en ser como el santo, Jesucristo) y alguien que no lo es, está en el modo de buscar y hacer la volun- tad de Dios. Sabemos que es importante esa voluntad; podemos buscarla denoda- damente, obsesivamente, con buenos de- seos, incluso hacerla. El santo no es sólo un rastreador incansable del querer de Dios. AMA ESE QUERER, lo necesita para vivir en plenitud. Su hambre y su sed le po- nen en movimiento cada día, sin descanso: ‘Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Ti, Dios mío. Tiene sed de Dios, del Dios vivo’ (Sal. 41, 2-3) . Una voluntad, la de Dios, que tiene una conexión social inmediata: ‘He venido para que tengan vida y vida abundante’ (Jn. 10,10). Una voluntad que enamora y em- barga la vida toda en su seguimiento: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’ (Jn. 14, 6). Una voluntad que se identifica con los más pobres: ‘Lo que hicisteis a uno de és- tos, a mí me lo hicisteis’ (Mt. 25, 40) Una voluntad que lleva hasta el extre- mo su compromiso: “En verdad, en verdad os digo:si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere,da mucho fruto. (Jn. 12,24). No tenemos alternativa: perder la vida, hambrientos de justicia, eternos buscado- res y amantes del querer de un Dios que no se reserva nada con tal de dar vida a otros. Ése es el camino. No tenemos alternativa: dejarnos ena- morar por el Dios de todo consuelo y apos- tar por su proyecto la vida entera (con la inseguridad de la intemperie y de dejarnos cuestionar eternamente) o vivir renquean- tes, cansinos, cumpliendo la periferia de su querer (ritos, programas,...) ¿Cómo es nuestro deseo profundo? ¿Tenemos hambre y sed como Mª Rosa Molas? No deseo más que el pobre sea servido y Dios loado. Es todo. Aquí está la dicha. Maribel Sánchez Tú que fuiste elegida por el Señor para ser instrumento de consolación en su obra redentora, ruega a Dios con la fuerza de tu amor y tu fideli- dad, para que nosotros vivamos tam- bién como fieles hijos suyos, buscando en todo y sobre todo el bien de nues- tros hermanos. Intercede por nosotros, peregrinos en el tiempo, para que las realidades temporales no nos aparten de nuestro destino eterno, antes bien, sepamos descubrir en todas ellas la huella de nuestro Dios y podamos vivirlas con pureza de corazón. HH. Ntra Sra. de la Consolación María Rosa Molas, 2 43590 JESÚS-TORTOSA (Tarragona) Donativos 2012: María Jesús Valera Martínez; Fina Muñoz Sánchez; María Sánchez Martínez; Josefina Puerta Jiménes; Rosario Puerta Campoy; Lola Sánchez Martínez; Ana Mª Álvarez; María García; Veli Travieso, Villablino (León); Teresa Tondo Noria, Barcelona; Fa- milia Aparicio Espada, Villacañas (Toledo); Juan y Conchita Vallverdú , Reus; Ma- ría Segura Ribera, Fontanars; María Cin- ta Guimerá, Arnes; Familia Ros Nebot, Burriana; Pilar Pérez, Ponferrada; Pepita Ballester, Ontinent; Trinidad Osorio, Villa- blino (León); Pepita Ballester, de Ontinent; Familia Avila Borrell en acción de gracias; María Tena. Si desea ayudarnos a difundir HUELLAS, envíe a nuestra redacción la dirección de personas a quienes pueda interesar recibirlas: HH. Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15 18193 - MONACHIL (GRANADA) [email protected] - www.consolacion.org Dirección y redacción: Maribel Sánchez Colaboran: Maquetación: Mª José Condomina Secciones: Antonia Munuera Alemán Dorys Contreras Sonia González Porteros Imprenta: (GRANADA) LA DIFERENCIA: HACER O AMAR

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Hoja Informativa Huellas Nº 84

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Page 1: Huellas Nº84

Abril-Junio Año 2012

Nº 84

Hoja Informativa sobre la Espiritualidad de Santa Mª Rosa Molas

Hace pocos días escuché una idea que me llegó muy hondo, y con la que inicio esta breve reflexión.

La diferencia entre un santo (y aquel que se empeña en serlo, en ser como el santo, Jesucristo) y alguien que no lo es, está en el modo de buscar y hacer la volun-tad de Dios. Sabemos que es importante esa voluntad; podemos buscarla denoda-damente, obsesivamente, con buenos de-seos, incluso hacerla. El santo no es sólo un rastreador incansable del querer de Dios. AMA ESE QUERER, lo necesita para vivir en plenitud. Su hambre y su sed le po-nen en movimiento cada día, sin descanso: ‘Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Ti, Dios mío. Tiene sed de Dios, del Dios vivo’ (Sal. 41, 2-3) .

Una voluntad, la de Dios, que tiene una conexión social inmediata: ‘He venido para que tengan vida y vida abundante’ (Jn. 10,10). Una voluntad que enamora y em-barga la vida toda en su seguimiento: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’ (Jn. 14, 6). Una voluntad que se identifica con los más pobres: ‘Lo que hicisteis a uno de és-tos, a mí me lo hicisteis’ (Mt. 25, 40)

Una voluntad que lleva hasta el extre-mo su compromiso: “En verdad, en verdad os digo:si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere,da mucho fruto. (Jn. 12,24).

No tenemos alternativa: perder la vida, hambrientos de justicia, eternos buscado-res y amantes del querer de un Dios que no se reserva nada con tal de dar vida a otros. Ése es el camino.

No tenemos alternativa: dejarnos ena-morar por el Dios de todo consuelo y apos-tar por su proyecto la vida entera (con la inseguridad de la intemperie y de dejarnos cuestionar eternamente) o vivir renquean-tes, cansinos, cumpliendo la periferia de su querer (ritos, programas,...)

¿Cómo es nuestro deseo profundo?

¿Tenemos hambre y sed como Mª Rosa Molas? No deseo más que el pobre sea servido y Dios loado.

Es todo. Aquí está la dicha.

Maribel Sánchez

Tú que fuiste elegida por el Señor para ser instrumento de consolación en su obra redentora, ruega a Dios con la fuerza de tu amor y tu fideli-dad, para que nosotros vivamos tam-bién como fieles hijos suyos, buscando en todo y sobre todo el bien de nues-tros hermanos.

Intercede por nosotros, peregrinos

en el tiempo, para que las realidades temporales no nos aparten de nuestro destino eterno, antes bien, sepamos descubrir en todas ellas la huella de nuestro Dios y podamos vivirlas con pureza de corazón.

HH. Ntra Sra. de la ConsolaciónMaría Rosa Molas, 243590 JESÚS-TORTOSA (Tarragona)Donativos 2012:

María Jesús Valera Martínez; Fina Muñoz Sánchez; María Sánchez Martínez; Josefina Puerta Jiménes; Rosario Puerta Campoy; Lola Sánchez Martínez; Ana Mª Álvarez; María García; Veli Travieso, Villablino (León); Teresa Tondo Noria, Barcelona; Fa-milia Aparicio Espada, Villacañas (Toledo); Juan y Conchita Vallverdú , Reus; Ma-ría Segura Ribera, Fontanars; María Cin-ta Guimerá, Arnes; Familia Ros Nebot, Burriana; Pilar Pérez, Ponferrada; Pepita Ballester, Ontinent; Trinidad Osorio, Villa-blino (León); Pepita Ballester, de Ontinent; Familia Avila Borrell en acción de gracias; María Tena.

Si desea ayudarnos a difundir HUELLAS, envíe a nuestra redacción la dirección de personas a quienes pueda interesar recibirlas:

HH. Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15 18193 - MONACHIL (GRANADA) [email protected] - www.consolacion.org

Dirección y redacción: Maribel SánchezColaboran: Maquetación: Mª José Condomina Secciones: Antonia Munuera Alemán Dorys Contreras Sonia González Porteros Imprenta: (GRANADA)

LA DIFERENCIA: HACER O AMAR

Page 2: Huellas Nº84

Aún guardo en mi retina, como un faro, la imagen de un niño hambriento, intentando obtener algo de alimento del pecho de su madre. El hambre ajena, siempre injusta, contagia hambre de justicia a quien con-templa. ¡Qué tristeza que esta escena, repetida en los medios de comunicación, llegue a narcotizar nuestras conciencias! Abro este apartado de noticias con esta imagen, como queriendo rasgar nuestros esquemas y despertar nuestra hambre de justicia.

Estrujando su pecho una y otra vez,y llorando tu estéril intento,

te he conocido,con el rostro del hambre,

y el deseo, en los ojos, perdido.No me sirvió la sonrisa fácil

para ver tus dientes podridos... a fuerza de no comer, desnudo de ropa y de abrigo.

Apretando, lamiendo la sequedad del pecho de tu madre.

Ella: con la mirada culpable,baja, penosa de quien no sabe.No entendí por qué te dejaron;

no entendí la injusticia ni el “pero”no entendí la excusa,

ni el desinterés, ni el poco aprecio.

¿Es que quizás también su corazón se quedó seco?

¿o es que tal vez yo no puedo juzgar con mi criterio?

El misterio del hambre –yo lo he visto- va más allá de la falta de alimento

Tal vez llegará el día en que los mayoresno hagamos heredar a los pequeños

tanto desencanto, apatía y desaliento.

Hoy entiendo la revolución de las Palabras del Maestro:

‘Dejad que esos niños se acerquen a mí,de los que son como ellos es el Reino’

CAMPAÑA DE MISIONES CONSOLA-CIÓN 2012: ESCUELA CONSOLACIÓN EL VALLE-ECUADOR Desde su llegada a El Valle, en el año 1987, las Hermanas tra-bajaron en la promoción y desarrollo de los habitantes de los caseríos. Crearon guarderías para los niños que quedaban en ellos cuando los padres salían al tra-bajo. Ante la dificultad de que estos niños continuaran después sus estudios, pensa-ron construir una escuela. En el año 2001 empezó este proyecto. Gracias al apoyo incondicional de la ONGD DELWENDE y a la ayuda de algunas personas y orga-nismos se empezó a construir la escue-la en el año 2002, que ha ido creciendo. La campaña Misiones consolación 2012, con el lema Educando construimos futuro, quiere agradecer estos 25 años de pre-sencia de la Consolación en El Valle y co-laborar para construir las aulas que faltan y que son necesarias para que los alum-nos, como exige la ley de educación, pue-dan completar su formación hasta el 10º año. Ayúdanos, continuamos educando...Su formación está en nuestras manos.

ENTREGA TU DONATIVO MEDIANTE UN GIRO POSTAL O UN INGRESO A: Banes-to Misiones Consolación 0030 2050 73 0873079273 o a cualquier Comunidad de las Hnas de Ntra Sra de la Consolación GRACIAS

• Motivacióninicial:En nuestro caminar, cuando nos encontramos insatisfechos con lo que ha-cemos y vivimos, decidimos buscar un “algo más” sin saber muchas veces “qué”. Jesús, de una manera muy particular, nos hace nuevamente una llama-da a la felicidad presentándonos “la insatisfacción”. Nos invita a no quedarnos tranquilos, a vivir en una búsqueda constante sintiendo “hambre y sed de jus-ticia y santidad…”

• PalabradeDios:“Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán saciados”“Sed santos como vuestro Padre celestial es santo…” “Si alguno tiene sed que venga a mí y beba” (Jn. 7, 37).

• ComentarioalaPalabradeDios:En tiempos de Jesús, se consideraba justo a aquél que se esforzaba since-ramente por “cumplir la voluntad de Dios” manifestada en sus preceptos; de ahí que justicia en el lenguaje bíblico es sinónimo de santidad. Tener hambre y sed de Dios consiste es una actitud de búsqueda continua de llenarse de Dios para, desde El, entregar ese amor a los demás, buscando siempre la “perfección” en cumplir cada día, su santa voluntad. Quien llega a conocer a Dios, siente cada día el deseo de conocerlo cada vez más. Su hambre, nunca se sacia…

• DesdelaexperienciadeSantaMªRosaMolas:Para la Madre, que había experimentado fuertemente el Amor de Dios, era imposible quedarse tranquila: “quien llegue a probar cuan dulce es Dios, no puede sin gran violencia dejar de caminar en su presencia”. Su espíritu, lleno de fuerza interior, la impulsaba a caminar por caminos de justicia y santidad, tratando en todo momento de cumplir la voluntad de Dios, caminar en su pre-sencia, luchar por los más débiles y desposeídos, a salir de sí misma para ayudar a levantar del polvo al desvalido, a mostrar el ROSTRO CONSOLA-DOR DE DIOS…

• Pistasparalaoraciónpersonal:Ante la presencia del Señor, trata de vaciarte de ti mismo, de tus anhelos de grandeza y perfección. Solo déjate amar por Él, pídele intensamente que transforme tu vida, te haga sentir su amor para caminar siempre en su pre-sencia y vivir en su voluntad.

• Oraciónfinal: Señor Jesús, danos un corazón humilde. Enséñanos a amarte cada día

más y más; a desear ardientemente estar siempre en tu presencia, viviendo con nuestros pensamientos, palabras y obras tu santa voluntad. Que María, nuestra Madre, nos ayude a permanecer fieles a ti. ¡Amén!

Page 3: Huellas Nº84

Cuando escucho la palabra ‘justicia’, otras palabras aparecen en mi mente: res-peto de los derechos humanos, igualdad, justa distribución de los recursos, organis-mos que hacen respetar las leyes… Sin embargo cuando pienso en la justicia que promueven las bienaventuranzas, el sig-nificado cambia. Tener hambre y sed de justicia es tener hambre y sed de cumplir la voluntad de Dios en nuestra vida, dejar que su proyecto de vida se haga realidad en la humanidad, en la gente que nos en-contramos día a día. Tener hambre y sed son necesidades primarias, por lo tanto cumplir la voluntad de Dios tiene que serlo también.

Hoy me pregunto y os pregunto ¿qué es justo y qué no?, ¿vivimos nuestras rela-ciones desde este valor de justicia, desde esa necesidad de vivir según la voluntad de Dios?, ¿o nos resulta más fácil justifi-car nuestras actuaciones?

Nos descalzamos para entrar en la tierra sagrada de una gran mujer, Mª Rosa Mo-las, en su vida, en sus gestos, en su ser…escuchamos latir una vida entregada a cumplir siempre la voluntad de Dios. Nos asomamos a la ventana de su historia y la vemos: mujer de salud física débil, pero con una gran energía cuando tiene que defender las necesidades de los pobres y de quienes son tratados de manera injus-ta. No le pesa el miedo, la inseguridad, el ‘que dirán’, pues tiene claro que con Dios todo lo puede y por ello dirige, amonesta, ruega, exige o defiende.

En cuántas ocasiones Mª Rosa animaba a las hermanas a “echar a buena parte las obras de los otros”. No sé a vosotros, pero a mí me tiemblan las entrañas al mirar la realidad y descubrirme en muchas ocasiones lejos de la vida de la Madre. En un mundo donde parece que uno sólo vale por lo que hace, nos interesa ser los mejores y buscar el mínimo detalle para desprestigiar lo que hacen los otros.

Miles de avances logrados y conquistas realizadas a lo largo de nuestra historia y sin embargo ¡qué lejos estamos de “conquistar” el Reino de Dios! Pero no nos engañemos, los obstáculos para que podamos vivir en plenitud dependen de actitudes más profundas, del valor que damos a la persona y de cómo conside-ramos al otro. Mª Rosa Molas “manifestó la caridad perfecta con las hermanas y con el prójimo, y hasta con los mismos enemigos”, “era la primera en saludar a las hermanas que más la habían mortifica-do”. La madre no pensaría en tomarse la justicia por su mano, en si alguien merece o no un servicio, sino en entregarse hasta el fin para cumplir así la voluntad de Dios.

Pero, ¿cuál es esa voluntad? La pro-pia experiencia me hace ver que para cada uno de nosotros es distinta porque Dios nos ama de forma individual, somos únicos ante sus ojos. Su voluntad sobre mí es diferente de la de mi hermano, pero en todos tiene un mismo resultado: dilatar su Reino y ser feliz, porque al amar a Dios con todo el corazón la existencia se llena de felicidad. Y desde ahí, mi relación de filiación me lleva a la fraternidad. Vivir con hambre y sed de justicia hacia Dios y hacia los hombres y mujeres de mi tiem-po, se traduce en caridad, en entrega, en amor desinteresado… para que los demás puedan también ser saciados como la muchedumbre a la que Jesús dio su pan, o la samaritana que se acercó al pozo de Jacob, pensando que era Jesús el que tenía sed. ¿Cuál es hoy tu sed? Atrévete a ponerle nombre, a buscar, a dejarte sorprender, a “destapar la vida de Dios” en tu vida y vivir desde los pequeños detalles con aquellos que comparten contigo el día a día.

Sonia González Hermana de la Consolación

EL POBRE QUE NOS CUESTIONA MIRO HACIA ATRÁS Y NO PUEDO DEJAR DE AGRADECER:

Empecé siendo alumna del colegio con cuatro años y con sesenta y uno sigo en mi colegio de siempre, ahora con la bonanza de estar prejubila-da, lo que te da un cierto placer y una visión serena para retroceder en el tiempo y manifestar lo que he vivido y siento.

Tuve el privilegio, como otras compañeras, de estudiar magisterio en el mismo centro. El mismo año en que acabé, en Octubre, empecé a trabajar en el colegio como maestra. ¡Es así que aún no he salido de mi colegio!

El conocer a las madres a una edad temprana, la infancia, seguir mi adolescencia, juventud y en la adultez ha marcado en mi vida un algo que yo siento como un privilegio de la Madre Molas, de Santa María Rosa Molas, mujer que con el tiempo ha hecho que la sienta cercana y protectora. Ella me ha llevado a mis religiosas, las suyas, y mis religiosas me han acercado a la Madre.

Año tras año, el carisma de Consolación ha ido formando y moldeando muchos aspectos de mi vida. Entre ellas me he sentido a gusto, querida y comprendida; es también por eso que digo que son parte de mi familia porque con ellas he llorado y he reído y porque tengo la gran suerte que mi familia comparte conmigo el cariño que les tengo.

Han sido muchas las vivencias y experiencias compartidas día a día, codo con codo entre las ma-dres... Tanto a nivel profesional como personal. Me han dado oportunidades para desarrollar valores cristianos y humanos compartidos con tantas com-pañeras/os, religiosas y seglares, que a lo largo de los años hace que nos sintamos familia Consola-ción. Tenemos el estilo de la Madre Molas, un es-tilo sencillo, familiar, acogedor, trabajador, que se fragua y se construye gracias a nuestras religiosas que lo viven y te lo transmiten.

Recuerdo con gratitud a compañeras y compa-ñeros de los que he recibido cercanía, experiencia, juventud... que me han sabido perdonar y com-prender y a tantas familias que buscan en nuestros colegios lo mejor para sus hijos, como un día lo hicieron mis padres para mí y yo para mis hijos. Esos padres que nos conceden el gran privilegio de entrar en sus familias por aquello que más quie-

ren, sus hijos; ¡También de ellos he aprendido! Gente que te recuerda que eres Consolación no solo en el colegio, también en la calle.

A lo largo de los años en el colegio he vivido cambios, tanto académicos como sociales pero siempre dirigidos con entereza, acierto, rigor, serenidad, moderación, rasgos propios que han caracterizado y caracterizan a nuestras religio-sas y así hacer eco a uno de los legados de Santa María Rosa Molas: “Estar a la altura de la sana Ilustración de la época”.

Pues si, he vivido y experimentado el em-peño sano en formar al profesorado y también a los padres sin escatimar medios para nuestra tarea docente dándonos amplias oportunidades para estar a la altura de cada época en la que nos ha tocado vivir.

Es así, como nuestras comunidades edu-cativas transmiten valores universales que no caducan y además enseñanza de calidad.

También he conocido la faceta más huma-na de las religiosas, mujeres con corazón de madre. Las he visto mirar con ternura, escu-char, acariciar, acercarse al otro, al que busca, al que sufre, con discreción... sin hacer ruido, las he visto trabajar y entregarse en grandes proyectos cargados de humanidad. Las he visto y las he sentido Consolación.

SIGAMOS QUERIENDO A NUESTRAS HERMANAS, SEAMOS APOYO PARA ELLAS, ELLAS LO SON NUESTRO.

Gracias Santa María Rosa por conocer tu obra. Gracias Señor por haberlas conocido.

Fina Esteve

Page 4: Huellas Nº84

Cuando alguien nos presenta el resumen bien hecho de un libro, despierta en nosotros el deseo de leer ese libro. Algo así sucede con las bienaventuranzas, ellas son el resu-men perfecto de los Evangelios, la descrip-ción más nítida, la fotografía más exacta del mismo Jesús. ¡Qué buen resumen nos hizo Jesús! ¡Por algo es el Maestro! Él ha provocado en nosotros el deseo de conocer y de profundizar el Evangelio.

Hoy nos detenemos en la cuarta bienaven-turanza de Mateo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados” Para comprenderla, sabo-rearla… vivirla, necesitamos adentrarnos en el Evangelio.

¡Hambre! ¡Sed!… pasar un día y otro día y otro día, sin nada que llevarse a la boca, o como mucho un pedazo de pan duro o un poco de arroz blanco o maíz cocido, o las sobras encontradas en la basura… el campo seco y el sol abrasando la tierra… caminar kilómetros y kilómetros y más kilómetros para una pobre lata de agua… trabajar de sol a sol y aún así, no hay pan para toda la familia…

La persona en estas circunstancias sólo siente hambre y sed, el hambre y la sed la polarizan. Jesús sabe lo que es tener hambre y sed, después de 40 días en el desierto “sin-tió hambre” y en la cruz exclamará “tengo sed”. Él sabe la fuerza que ejerce el hambre y la sed sobre la persona humana y las va a utilizar como el marco de la justicia. Él es un hombre “polarizado”, pero no por el pan y el agua, sino por la justicia.

Con esta bienaventuranza el Maestro nos invita a ser discípulos polarizados por su jus-ticia, una justicia muchas veces diferente de la justicia humana y por eso, muchas veces difícil de comprender y aceptar. ¡Polarizados por la justicia de Jesús! ¡Qué bello programa para apasionarnos en el camino de identifi-cación con el Maestro!

La Justicia del Maestro:Colmar de bienes a los hambrientos y des-

pedir a los ricos con las manos vacías.Derribar de sus tronos a los poderosos y

enaltecer a los humildes. Restituir la digni-dad de hijo muy amado al hermano que ha malgastado la herencia del padre haciendo fiesta por todo lo alto.

Pagar el salario digno para todos, aunque algunos trabajadores fueron contratados más tarde. Acoger al forastero e emigrante, visi-tar al que está en prisión, vestir al desnudo, alimentar al hambriento, dar de beber al que tiene sed, asistir al enfermo.

Atender a las víctimas del camino sin ro-

deos, sin prejuicios, sin distinción… aunque ello comporte no cumplir la norma.

Levantar del suelo y de la humillación a la mujer “acusada”, nadie está libre de culpas.

Entregar también el manto cuando se te pide solo la túnica y ofrecer la “otra” meji-lla aquel que te ha abofeteado.

Amar a los enemigos y orar por aquellos que te persiguen y quieren toda clase de males contra ti.

Consolar a los “lázaros” llagados a las puertas de ricos vestidos de púrpura y lino.

Dar “visión” a los ciegos, “voz” a los mudos, “música” a los sordos, “vida” a los muertos, “esperanza” a los que ya se doblan.

Multiplicar el pan compartiendo los “cinco panes y dos peces”.

Perdonar de corazón a cada uno de los hermanos compadeciéndose de ellos porque primero se han compadecido de nosotros.

Revelar a los pequeños los misterios del Reino mientras que queda oculto a los sa-bios e inteligentes.

Reconciliarse con el hermano antes de ir a llevar la ofrenda al altar.

Hacer rendir los “talentos” para que pro-duzcan 20, 30… o 60, pues todo el que tiene, se le dará y le sobrará, al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará.

Ser “señor” del “sábado” porque el sába-do es para el hombre y no el hombre para el sábado.

Salir a las encrucijadas de los caminos e invitar al “banquete” a cojos, ciegos, sor-dos, mudos… los marginados de la sociedad.

Mantener el secreto entre las “manos”, que una no sepa el bien que hace la otra.

Continuemos “desmigando” el Evangelio para ir descubriendo la justicia de la que Jesús tuvo hambre y sed, de la que sus discí-pulos debemos tener hambre y sed.

Dejémonos “polarizar”, buscar sólo el Reino de Dios y su justicia. El Reino y la justicia siempre van de la mano, uno sin el otro no existe. Mª Rosa Molas comprendió muy bien esta inseparable conexión: El Reino y la justicia, así nos lo resume ella: “Sólo deseo que el pobre sea servido y Dios loado”. Su vida fue así, con hambre y sed de la justicia del Maestro. ¿Saciada? Sí, porque así vivió.

Antonia Munuera AlemánHermana de Ntra. Sra. de la Consolación

BIENAVENTURADOS,... PORQUE ELLOS SERÁN SACIADOS