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TOWARDS COMMON EATING HABITS IN CHILDREN AND TEENAGERS ABSTRACT A study was made about the eating habits of 104 children (12 and 18 years old), in dif- ferent primary and secondary schools in the urban area of Alicante and the rural area of Murcia. The study took place during the months of March, April and May, taking into consideration there was not exam periods. None of the children studied suffered from an illness which may had influenced their eating habits. For the purpose of the study a weekly survey in which the children wrote their daily food intake was used. Only the surveys with full data were included in the study. Low intake of fish, fruits and vegetables among the subjects was detected. It was also remarkable the low intake of carbohydrates, an increase in the intake of proteins and a decrease in the energy intake recommendable for their age. A change in the eating habits was common for both of the studied groups (rural and urban), becoming equal as an effect of cultural homogeneity, whose extends involves children and teenagers. Despite the fact that weekly surveys are not useful for eva- luating the exact quantity of food intake, such as added fat, its use is recommended for detecting deviations more accurately rather than 24 hour sur- veys. RESUMEN S e han estudiado los hábitos de alimentación de 104 niños de 12 años y adolescentes de 18 años, entre colegios e institutos de un entor- no urbano de la provincia de Alicante, y un entor- no rural de la provincia de Murcia. El período de tiempo en que se realizó el estu- dio oscila entre marzo, abril y mayo. Ninguno de los niños manifestaba patología que influyera en los hábitos de alimentación, ni se encontraban en el período de exámenes. Para este estudio se utilizó el carnet alimentario (Moreiras O.1990, Rizo M.1990) que es una encuesta abierta de siete días donde el niño y el adolescente anotan cada uno de los alimentos que ingieren de forma diaria, aclarando cualquier duda posible del día anterior por medio de los observa- dores. Se seleccionaron sólo los que tenía cumpli- mentados todos los parámetros de los carnet. La totalidad de los datos de cada individuo se introdujeron en una base de datos del programa informático “SPSS” versión 11.5. Y por último, la utilización del programa “Alimentación y Salud” (Mataix.1995.Versión 0698.046) donde se ha valo- rado la ingesta de los alimentos y se ha obtenido una relación de ingesta de alimentos ricos en pro- teínas, grasas e hidratos de carbono. Como resultados del estudio destacar el bajo consumo de pescado, frutas y verduras; dentro de los grupos de alimentos, se destaca el bajo consu- mo de los alimentos ricos en hidratos de carbono (patata, pan blanco, fruta...), el aumento de alimen- tos ricos en proteínas (Moreiras O.1989,Rizo M.2001) y la disminución de energía recomenda- ble para su edad. Las modificaciones de los hábitos alimentarios fueron comunes a las dos poblaciones rural y urbana, igualándose éstos entre ambas poblaciones como efecto de la uniformidad cultu- ral, efectos extensibles a los niños y adolescentes. Y por último, a pesar de que los carnet alimenta- rios de una semana no valoran las cantidades de los alimentos, como las ingesta de grasas añadidas, pueden servir para detectar desviaciones poblacio- nales con una mayor exactitud que los estudios de 24 horas (Hetzler AA.1993,Jhonson RK.1991). Cultura de los Cuidados • 49 2. º Semestre 2003 • Año VII - N.° 14 HOMOGENIZACIÓN DE LA CULTURA ALIMENTARIA ENTRE NIÑOS Y ADOLESCENTES Reig MF*, Rizo MM**, Alarcón N*, Cortes E*** * Diplomados en Nutrición Humana y Dietética ** Profesora Enfermería. Universidad de Alicante *** Profesor departamento pediatría. Universidad Miguel Hernández

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TOWARDS COMMON EATING HABITS INCHILDREN AND TEENAGERS

ABSTRACT

Astudy was made about the eating habits of104 children (12 and 18 years old), in dif-ferent primary and secondary schools in

the urban area of Alicante and the rural area ofMurcia.

The study took place during the months ofMarch, April and May, taking into considerationthere was not exam periods. None of the childrenstudied suffered from an illness which may hadinfluenced their eating habits.

For the purpose of the study a weekly survey inwhich the children wrote their daily food intakewas used. Only the surveys with full data wereincluded in the study.

Low intake of fish, fruits and vegetablesamong the subjects was detected. It was alsoremarkable the low intake of carbohydrates, anincrease in the intake of proteins and a decreasein the energy intake recommendable for their age.A change in the eating habits was common for bothof the studied groups (rural and urban), becomingequal as an effect of cultural homogeneity, whoseextends involves children and teenagers. Despitethe fact that weekly surveys are not useful for eva-luating the exact quantity of food intake, such asadded fat, its use is recommended for detectingdeviations more accurately rather than 24 hour sur-veys.

RESUMEN

Se han estudiado los hábitos de alimentaciónde 104 niños de 12 años y adolescentes de 18años, entre colegios e institutos de un entor-

no urbano de la provincia de Alicante, y un entor-no rural de la provincia de Murcia.

El período de tiempo en que se realizó el estu-dio oscila entre marzo, abril y mayo. Ninguno delos niños manifestaba patología que influyera enlos hábitos de alimentación, ni se encontraban en elperíodo de exámenes.

Para este estudio se utilizó el carnet alimentario(Moreiras O.1990, Rizo M.1990) que es unaencuesta abierta de siete días donde el niño y eladolescente anotan cada uno de los alimentos queingieren de forma diaria, aclarando cualquier dudaposible del día anterior por medio de los observa-dores. Se seleccionaron sólo los que tenía cumpli-mentados todos los parámetros de los carnet.

La totalidad de los datos de cada individuo seintrodujeron en una base de datos del programainformático “SPSS” versión 11.5. Y por último, lautilización del programa “Alimentación y Salud”(Mataix.1995.Versión 0698.046) donde se ha valo-rado la ingesta de los alimentos y se ha obtenidouna relación de ingesta de alimentos ricos en pro-teínas, grasas e hidratos de carbono.

Como resultados del estudio destacar el bajoconsumo de pescado, frutas y verduras; dentro delos grupos de alimentos, se destaca el bajo consu-mo de los alimentos ricos en hidratos de carbono(patata, pan blanco, fruta...), el aumento de alimen-tos ricos en proteínas (Moreiras O.1989,RizoM.2001) y la disminución de energía recomenda-ble para su edad. Las modificaciones de los hábitosalimentarios fueron comunes a las dos poblacionesrural y urbana, igualándose éstos entre ambaspoblaciones como efecto de la uniformidad cultu-ral, efectos extensibles a los niños y adolescentes.Y por último, a pesar de que los carnet alimenta-rios de una semana no valoran las cantidades de losalimentos, como las ingesta de grasas añadidas,pueden servir para detectar desviaciones poblacio-nales con una mayor exactitud que los estudios de24 horas (Hetzler AA.1993,Jhonson RK.1991).

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2.º Semestre 2003 • Año VII - N.° 14

HOMOGENIZACIÓN DE LA CULTURA ALIMENTARIA ENTRE NIÑOS Y ADOLESCENTESReig MF*, Rizo MM**, Alarcón N*, Cortes E*** * Diplomados en Nutrición Humana y Dietética** Profesora Enfermería. Universidad de Alicante

*** Profesor departamento pediatría. Universidad Miguel Hernández

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INTRODUCCIÓN La mejora en la salud y en la esperanza de vida

que se ha dado en el último siglo en los países másindustrializados se inició antes de la aparición demuchos de los avances médicos con los que secuenta actualmente, dato que indica que dichamejora en la salud fue debida principalmente a unamejora en las condiciones de vida. En la últimadécada se ha puesto de manifiesto el hecho de queen muchas enfermedades no infecciosas intervie-nen también factores ambientales y que estasenfermedades pueden ser potencialmente preveni-das mediante cambios en las condiciones y/o hábi-tos de vida. De todos los factores ambientales quepueden influir en el estado de salud, la dieta esquizá el más importante, y esto explica que en lasúltimas décadas se haya despertado una preocupa-ción creciente por la nutrición y los hábitos ali-mentarios de la población (Tojo R 2001). La ali-mentación no es sólo una respuesta fisiológica sinomás o menos forma parte de los hábitos tradiciona-les modulados: moda, religión, prestigio...(Castells M. 1995).

En España, disfrutamos de una esperanza devida relativamente alta en comparación con otrospaíses. Esto se interpreta de modo que puede serdebido, al menos en parte, a la existencia de unperfil dietético particularmente saludable (Marti-Henneberg 1995). Sin embargo, la población espa-ñola ha cambiado sus hábitos de conducta en lasúltimas décadas, adquiriendo hábitos alimentariosy nutricionales que han sustituido a ciertas caracte-rísticas culturales propias (Castell M 1995, Martí-Henneberg C 1987, Moreiras o 1990, Serra L1993, Rizo MM 2001, Rodríguez F 1996, Sabate F1984). Dichas modificaciones no tanto en cuanto aconsumo energético total, sino en cuanto a porcen-tajes de proteína de origen animal (BarrabrigaA.1998, Rizo M.1990, Rizo M.2001, Rizo M.2002). Han controlado que se esta disminuyendo laingesta de los hidratos de carbono de cadena larga,de proteínas vegetales, de pescado y de fibra ali-mentaria. Así, en las décadas de los 60 a los 90, elconsumo de carne de cerdo en España se ha multi-plicado por tres, mientras que el aceite de oliva seconsume la mitad (Barrabriga A 1998, Rizo MM1988, Rizo MM 2002).

Estas variaciones han podido ser las causas deestos cambios en la alimentación, así según

Contreras (Contreras J.1993), pueden aplicarse lasmismas que las descritas por Brewster y Jacobson(Brewster L 1978) para EEUU: nuevas tecnologíasde conservación, aumento de poder adquisitivo,programas gubernamentales de subvención, traba-jo de los dos miembros de la pareja, final del “babyboom” con un aumento de la edad media de lapoblación, recomendaciones sanitarias, restauran-tes de comida rápida y grandes campañas publici-tarias. Sobre estas causas ahonda Gracia (GraciaM.1996) que indica que los cambios de los hábitosde alimentación pueden estar producidos por lasvariaciones en la transmisión oral madre a hija,mediante los medios de comunicación con susmensajes que conforman el triángulo salud, estéti-ca y gastronomía.

Si además se tiene en cuenta que en España,cerca de la mitad de la población muere por enfer-medades cardiovasculares, y que lesiones ateros-cleróticas en adulto son el estado final de lesionesque se iniciaron en la infancia (Alonso de ArmiñoV. 1991), se hace necesaria una actuación sobre losniños y las familias, desde la escuela y centros desalud principalmente, que sea coherente y en unalínea uniforme (Maldonado P 1996). En el presen-te estudio se persigue verificar las similitudes odiferencias entre los hábitos de alimentación deniños y adolescentes en una población urbana yrural; adquiriendo los máximos conocimientossobre los hábitos actuales de alimentación en ado-lescentes con la implantación de la “comida rápi-da”.

MATERIAL Y MÉTODOPoblación de estudio:

Se han estudiado los hábitos de alimentación de104 niños y adolescentes, entre ellos niños y ado-lescentes de colegios e institutos de un entornourbano de la provincia de Alicante (Villena), y unentorno rural de la provincia de Murcia (Llano deBrujas). En los niños de edades de 12 a 13 años seutilizó uno de los colegios del entorno urbano y elúnico colegio existente en el entorno rural; y en losadolescentes de 14 a 18 años se realizó en los ins-titutos del entorno urbano y en el instituto delentorno rural, con la diferencia de que se escogiódos clases en este último para comparar en igual-dad de condiciones por la selección del total de dosclases en otro entorno (tabla 1).

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El período de tiempo en que se realizó el estu-dio oscila entre marzo, abril y mayo. Ninguno delos niños manifestaba patología que influyera enlos hábitos de alimentación y los adolescentes nose encontraban en el período de exámenes.

El estudio se efectuó en una población urbanade la provincia de Alicante de 32.282 habitantes yen una población rural de la Región de Murcia con4.632 habitantes.

Metodología empleada Se seleccionaron los centros con el permiso

pertinente, impartiendo un taller donde se lesexplicó unas pequeñas nociones básicas de nutri-ción y cómo se rellenaba el carnet alimentario. Losconocimientos de nutrición fueron valoradosmediante el método “Plenufar”, con preguntascomo “¿sabes lo que son las pastas, los cereales...?”.

Se valoraron de las nociones de nutrición sobrela conducta alimentaria de la anorexia y bulimianerviosa tanto en niños y adolescentes. Para estavaloración se utilizó un test sobre la posible consi-deración como alumnos de riesgo sobre el tema encuestión. Se diseñó un test con algunas preguntasque se dirigen a pacientes con anorexia o bulimianerviosa por adaptarlo al público al que se refería(Alarcón N 2001).

Para este estudio se utilizó el carnet alimentario(Moreiras O.1990, Rizo M.1990) durante siete díasabierta donde el niño y el adolescente anotan cadauno de los alimentos que ingieren de forma diaria,aclarando cualquier duda posible del día anteriorpor medio de los observadores. Los dos observa-dores han hecho el trabajo de campo juntos con losmismos criterios de evaluación.

Se seleccionaron sólo los que tenía cumplimen-tados todos los parámetros de los carnets alimenta-rios.

La totalidad de los datos de cada individuo seintrodujeron en una base de datos del programainformático “SPSS” Versión 11.5, y se obtuvo elestudio estadístico. Las variables que se utilizarona la hora de la comparación son la edad, el ambien-te rural o urbano, peso, altura, IMC, número decomidas y los distintos alimentos como: lácteos,huevos, jamón serrano, jamón de york, carne, pes-cado, pan, legumbres, patata, arroz, pasta, dulces,

bollería, chocolate, embutido, fruta, verdura,zumos, refrescos, aceites vegetales, mantequillas,cereales y frutos secos. También se aplicó este pro-grama estadístico para tratar los resultados de lacalidad de las distintas comidas (tabla 4) y paravisualizar con quién y donde comen los individuos(tabla 5).

Los estadísticos utilizados han sido la media, ladesviación estándar(SD) y la comparación entrelos grupos mediante el test para muestras no para-métricas de Mann-Whitney, considerándo diferen-cias significativas para una p<0.05.

Por último, los datos obtenidos por el trata-miento estadístico fueron introducidos en el pro-grama “Alimentación y Salud” (Mataix. versión0698.046), donde se ha valorado la ingesta de losalimentos y se ha obtenido una relación de ingestade alimentos ricos en proteínas, grasas e hidratosde carbono.

RESULTADOS Lo primero que se realizó una comparación por

edades, y segundo una comparación por entornos.En la exposición de los resultados se considerómuy interesante resaltar la misma línea con que secontrastaron los datos a la hora de su valoración.

En los hábitos de alimentación de los niños de12 años se observó la existencia de una alimenta-ción inadecuada, donde se puede manejar la posi-

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bilidad de que se buscara la comodidad y la rapi-dez de los padres en contraposición de unas buenascostumbres para los niños en crecimiento. Seobserva que los desayunos rápidos con la ingestade un solo lácteo o derivado e inclusive un zumoen ocasiones combinados con galletas o cereales;los almuerzos con bocadillos; las meriendas y lasmeriendas-cenas con bocadillos; las cenas concombinación de platos; y las colaciones con un lác-teo sumado en ocasiones a galletas o cereales(tabla 4). Estas comidas se realizaron como normageneral en casa con las siguientes compañías comopreferencia: la familia al completo (padre, madre yhermanos), la madre, sólo, el padre y los hermanos(tabla 5). En las comidas fuera de casa las prefe-rencias de compañías son: amigos, familiares(tíos/as) y abuelos, claro está, en lugares como elcolegio, parques, casa de familiares y casa de losabuelos (tabla 5).

Las costumbres alimentarias de los niños estu-diados en el entorno rural parecen ser más adecua-das por diversos motivos: 1) la relación de macro-nutrientes, solo se altera por una mayor ingesta dealimentos ricos en proteínas, un 20 % cuando lanormalidad en la ingesta es de 10-15 % (tabla 3),cuestión que es propia de la mejora económica deun país desarrollado (Medina FX 1996). 2) Lasrecomendaciones de hidratos de carbono en partepor el mayor consumo de patata y de pan, todoenglobado en un marco de comidas en casa dondese justificaría el consumo de patata en comidas deolla y de desayunos recomendados por los padres,que les indicarían las mejores actuaciones; y 3) lascomidas se han distribuido en 4 sesiones al día. Seaprecia también la sin justificación aparente elmayor consumo de refrescos. También se destacala ingesta de colesterol en su alimentación es ele-vada. Y por último, la relación de peso y alturadará un IMC de P90, o sea, que estos niños supe-ran la normalidad.

La alimentación de los niños en el entorno urba-no se podría observar como valoración de mayorcomodidad y rapidez en las comidas, ligado a unefecto de socialización más potenciado, con elmayor consumo de comida rápida tipo pizzas, ham-burguesas y otras (3), que provoca un aumento enel consumo de grasas saturadas (tabla 3). Por últi-mo, hay que resaltar la mayor presencia de indivi-

duos del sexo femenino, a pesar de que en el entor-no rural también impera el mismo sexo (tabla 1).

Los adolescentes no plasman unas costumbresen la alimentación excesivamente deformadascomo popularmente se comenta (tabla 2), aunquecabe la posibilidad de que estén afectados por laglobalización y la publicidad (Castells M 1995)puesto que ambos grupos se aprecia una tendenciaa la baja de los alimentos ricos en hidratos de car-bono, 43-47 % siendo los valores recomendados50-55 %, un exceso de alimentos ricos en proteí-nas, 25 % siendo los valores recomendados 10-15%, y unos porcentajes normales de grasas totales(30-35 %), aunque con porcentajes de ácidos gra-sos saturados demasiados elevados (tabla 3) por laingesta de comidas rápidas. Este tipo de comidaspodría indicar una socialización por imitaciónentre sus iguales. En general, predominan lascomidas en casa con la familia o sólo (1:1), hechorelevante que se compagina comidas fuera de casacon amigos (tabla 5) y que justificó el menor con-sumo de patata e inmediatamente el menor consu-mo de los alimentos ricos en hidratos de carbonoen la dieta. Porque el adolescente no cocina hervi-dos o platos de olla para comer sólo o con amigos.

Referente a los hábitos de alimentación de losadolescentes, en el entorno rural cabe destacar elaumento de comidas en casa con la familia, en oca-siones con los amigos y limitando las salidas acomer (tabla 5). Las comidas rápidas se suele apre-ciar en el individuo sólo o acompañado por ami-gos, en casa propia o en casa de estos. El consumode hidratos de carbono es proporcionado por unamayor ingesta de patata y dulces aunque en el casode los dulces son hidratos de carbono simples queson peligrosos en exceso (las recomendaciones sonun máximo de un 10% del 50-55% de la totalidadde la ingesta de hidratos de carbono); el consumode grasas está aumentado por la mayor ingesta demantequillas y frutos secos, el exceso de grasassaturadas esta conseguido por la mantequilla; ycomo bebidas los zumos son seleccionados conmás asiduidad.

En los hábitos de alimentación del entornourbano, se observa como predominan menos lascostumbres propias de la zona porque las comidasen casa se hacen con la familia o sólo (1:1), a partede que el efecto de socialización es mayor por las

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comidas con amigos (tabla 5). El porcentaje de ali-mentos ricos en proteínas es mayor en parte por elconsumo mayor de jamón serrano, 25 % cuando lanormalidad se establece entorno a 10-15 %, el por-centaje de hidratos de carbono y grasas se veráaumentado con la ingesta de bollería. La ingesta decolesterol es elevada, el mayor consumo de jamónserrano y grasas aumentará este valor. Y por últi-mo, se supone que las costumbres menos arraiga-das se le sumaría una mayor edad, dieciocho añosexactamente, que podría valorarse como conse-cuencia de una disminución de comidas de olla pormenor uso de patatas y una mayor utilización decomidas rápidas.

Referente a la alimentación de los niños y losadolescentes, los niños manifiestan un mejor cum-plimiento de las recomendaciones de macronu-trientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas)(tabla 3), siendo los padres responsables de estaselección de alimentos, aunque su desayuno ymerienda-cena no son adecuados hacen mayornúmero de comidas en su casa. Los adolescentesreflejarían una mayor calidad en la alimentaciónen cuanto al números de comidas si no fuera porlas que en casa de amigos o fuera tipo, todas ellastipo comidas rápidas.

Se destaca una trasgresión de los hábitos de ali-mentación de los adolescentes porque realizan unamejor calidad en las comidas (tabla 4), alterandoeste equilibrio los fines de semana. Dónde se comeparece que está menos claro que en los niños de 12años (tabla 5).

En general, se plantea un déficit de verduras, defrutas, pan y pescados puesto que se consumióaproximadamente _ parte de lo que se consume decarnes; y excesos de productos de bollería de cho-colate, de zumos y carnes (tabla 2). Respecto a lavaloración general de la calidad de las comidas,destacar que en la población urbana (comparaciónentre niños y adolescentes) los hábitos de alimen-tación son más heterogéneos que en la poblaciónrural. Por otro lado, se da mayor homogeneidadentre los adolescentes como comparación de losniños por un lado y los adolescentes por otro.Respecto a donde y con quién comen, las diferen-cias generales existen con “donde comen”, ya quelos adolescentes reflejan mayores diferencias dealimentación que los niños y la misma situación en

el entorno rural con respecto al entorno urbano.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONESEn primer lugar, en relación con el método uti-

lizado para registrar los hábitos de alimentación, lacumplimentación de los carnets alimentarios direc-tamente por los encuestados, se ha mostrado efi-caz, aunque puede tener errores en cuando a la can-tidad de alimentos, no así en cuanto a las veces quelos ingieren, válido por tanto para estudios semi-cuantitativos y cualitativos de los hábitos alimen-tarios (plenufar). También cabe destacar el error decuantificación de aceite o grasas añadidas en lascomidas, puesto que es un ingrediente no visible,que es únicamente valorable por la que cocine yque puede esta relacionado directamente con losresultados de déficit de energía en la dieta.

El número de comidas indica que en todos loscasos del entorno rural prácticamente se realizaronlas tradicionales comidas como: desayuno, almuer-zo, merienda y cena (alrededor de 27 comidassemanales), a diferencia de la población urbana(alrededor de 25-26 comidas semanales) en la quese merienda-cena y por lo tanto la pérdida de unacomida, la cena (tabla 4).

Referente a la comparación de los niños y losadolescentes en cuanto a la norma de frutas y ver-duras, son porcentajes encontrados en el análisis dedatos de Krebs-Smith y cols se refiere a 3.140niños y adolescentes de edades entre 2 y 18 años,en los que el aporte de frutas y de vegetales eramuy bajo en relación con las recomendaciones. Un56% de los varones y un 63% de las muchachasentre 12 y 18 años tomaban menos de una porciónde fruta por día y en cuanto a los vegetales los por-centajes de menos de una vez por día eran del 8.6y 13.2%, respectivamente. El bajo consumo de fru-tas y verduras, como fuente esencial de fibras yvitaminas, y factor diferencial de forma primordialde la “dieta mediterránea” y de sus ventajas (FiolC.1996, Fischler.1996, Maldonado P.1991). En laevolución del consumo de la alimentación delministerio de agricultura, pesca y alimentacióndestaca una disminución de la ingesta de los hidra-tos de carbono, entorno a un 8-13% en niños y 11-15% en adolescentes; y un aumento en las proteí-nas, 12-13% en niños y 10-11% en adolescentessegún la recomendaciones de la O.M.S. El aumen-

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to de la ingesta de hidratos de carbono de cadenalarga significaría las veces que los niños y adoles-centes toman una comida de “cuchara” o “comidacaliente”. (Barrabriga A 1998).

Referente a la comparación de los adolescen-tes, las muchachas adolescentes sólo consumíandiariamente un 80% de la cantidad de energía reco-mendable para su edad (Barrabriga A 1998).

Las modificaciones de los hábitos alimentariosfueron comunes a las dos poblaciones, rural yurbana, igualándose éstos entre ambas poblacionescomo efecto de la uniformidad cultural, efectosextensibles a los niños y adolescentes.

En los niños fue latente la búsqueda de rapidezy comodidad en su alimentación para los padrescon los desayunos rápidos y las meriendas-cenas.Característica potenciada por el entorno urbano, aligual que la descompensación de los macronutrien-tes. Se ha encontrado en ambos entornos una simi-litud de dónde y con quién comen.

En los adolescentes se destaca una mayor cali-dad en las comidas entre semana, cuestión que esmodificada los fines de semana por la ingesta decomidas rápidas en casa de amigos.

Se muestra un consumo bajo de pescado, frutasy verduras, lo que puede presentar problemas desalud a medio y largo plazo, factor diferencial deforma primordial de la “dieta mediterránea” y desus ventajas (Fiol C. 1996, Fischler. 1996,Maldonado P. 1991). La disminución de la ingestade alimentos ricos en hidratos de carbono de cade-na larga y el aumento de alimentos ricos en prote-ínas es una realidad hoy en día (Moreiras O. 1989,Rizo M. 2001).

Y por último, a pesar de que los carnets ali-mentarios de una semana puede tener de valora-ción de las cantidades de los alimentos como lasingesta de grasas añadidas, pueden servir paradetectar desviaciones poblacionales con una mayorexactitud que los estudios de 24 horas (HetzlerAA. 1993, Jhonson RK. 1991).

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