historia revolucion cubana

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  • Breve Historia de la Revolucin Cubana

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    Arnaldo Silva Len (*)

    Breve Historia

    de la

    Revolucin Cubana (**)

    [*] Editorial de Ciencias Sociales, 2003. Instituto Cubano del Libro. Ciudad de La Habana .

    [**] ARNALDO SILVA LEN (1938) naci en Santa Mara del Rosario, Ciudad de La Habana. Es licenciado en Ciencias Polticas y doctor en Ciencias Filosficas. Se desempea en la actualidad como profesor titular de Historia de Cuba en la Universidad de La Habana; posee, adems, la categora honorfica de Profesor Consultante. Ha publicado los libros: El costo de produccin en la industria azucarera, Cuba y el mercado internacional azucarero, as como Cuba y su historia, este ltimo en coautora con los doctores Francisca Lpez y Oscar Loyola. Es miembro del Consejo Cientfico del Instituto de Historia de Cuba, secretario del Tribunal Permanente de Historia de la Comisin Nacional de Grados Cientficos y miembro del Secretariado Permanente de la Unin Nacional de Historiadores de Cuba. Posee, entre otras condecoraciones, la de Combatiente de la Lucha Clandestina y la Orden "Frank Pas".

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    Creacin del archivo PDF

    Juventudes Comunistas en Len

    http://www.jcleon.tk http://elinsolente.wordpress.com

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    NDICE

    Palabras Introductorias___________________________________________________Pg. 4 I. Revolucin Cubana: Proyecto Social y Plasmacin Histrica (1959-1960) _________Pg. 6 II. Nacimiento y Desarrollo del Socialismo (1961-1975)_________________________Pg. 23 III. Renovacin y Rectificacin en el Socialismo Cubano (1975-1990)______________Pg. 39 IV. Perodo Especial _____________________________________________________Pg. 65 Bibliografa ____________________________________________________________Pg. 91

    Che Guevara y Fidel Castro

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    Palabras Introductorias

    Breve historia de la Revolucin Cubana no tiene pretensiones eruditas ni est concebido para un crculo reducido de especialistas en el tema; por el contrario, su intencin es dar a conocer al mayor nmero posible de personas uno de los acontecimientos ms relevantes del siglo XX: La Revolucin Cubana.

    No se trata de un libro de texto aunque pudiera satisfacer esos fines, sino de una obra de divulgacin popular; pero pensada y escrita con el rigor que el oficio exige. Se ha evitado abrumar al lector con hechos, cifras y nombres; se ha acudido solo a aquellos que resultan indispensables. Sin embargo, la obra contiene muchos juicios y valoraciones que permiten a sus estudiosos familiarizarse no solo con lo ocurrido sino tambin con causas y consecuencias.

    Revolucionarios cubanos entrando en La Habana (1959)

    El libro aun con las limitaciones de su brevedadse propone el tratamiento de un conjunto de tesis que son su razn de ser, tales como: La Revolucin Cubana es el resultado de una necesidad histrica, de honda raz nacional y popular, con independencia de la influencia de un conjunto de factores externos que aceleraron y matizaron el proceso mismo de la Revolucin. El pueblo ha sido y es el poder real de la Revolucin, su sujeto principal, lo cual ha formado parte esencial del pensamiento poltico de su mximo dirigente: Fidel Castro, quien, en su discurso del 8 de enero de 1959, durante su entrada triunfal a La Habana, seal: "Pero quin gan la guerra? El pueblo. El pueblo gan la guerra. Esta guerra no la gan nadie ms que el pueblo. Y lo digo por si alguien cree que la gan l, o por si alguna tropa cree que la gan ella. Y por tanto, antes que nada, el pueblo". [1]

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    En Cuba, los objetivos de la liberacin nacional y social estaban estrechamente unidos desde mucho antes del primero de enero de 1959. Socialismo e independencia nacional eran inseparables; as lo percibieron ya, desde las dcadas del 20 y del 30, hombres de la talla de Julio Antonio Mella, Rubn Martnez Villena y Antonio Guiteras. La Revolucin Cubana ha confirmado esta tesis y corroborado que, sin socialismo, Cuba perdera su independencia nacional. La confrontacin CubaEstados Unidos ha estado provocada por la pretensin norteamericana de mantener a Cuba bajo su dominio neocolonial. El conflicto no naci con el triunfo de la Revolucin, solo se agudiz cuando el pueblo de Cuba logr romper las cadenas que lo ataban al imperialismo yanqui y decidir su propio destino socialista. La obra gigantesca de la Revolucin ha sido, ante todo, de carcter moral, al haber rendido culto a la dignidad plena del hombre como lo so Mart. El papel del liderazgo revolucionario ha sido, en todo momento, decisivo, en particular el de Fidel. El pueblo en fecha muy temprana hizo suyo aquel sentimiento de Camilo Cienfuegos, cuando al ser nombrado Comandante del Ejrcito Rebelde le expres a Fidel: "Ms fcil me ser dejar de respirar, que dejar de ser fiel a su confianza [...]. [2] Esperamos que la crtica se encargue de mejorar esta modesta obra, cuya autora, en rigor, corresponde a muchas personas que me han enseado a conocer y amar esta Revolucin; pero en particular a una: FIDEL. El autor ---------------------------------------------------------------- [1] Adolfo Snchez Rebolledo: "Fidel Castro: la Revolucin Cubana 1953-1962", Compilacin de documentos y discursos de 1953 a 1962, Ediciones ERA, S.A., Mxico, 1972, p. 141. [2] Ral Castro Ruz: Seleccin de discursos y artculos 1976-1986, Editora Poltica, La Habana, 1988, t. 2, p. 100.

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    I. Revolucin Cubana: proyecto social y plasmacin histrica (1959-1960)

    Toma del poder poltico Revolucin en marcha Mviles de la transicin al socialismo Diferendo Cuba-Estados Unidos

    Una pregunta resulta frecuente, an hoy, entre los estudiosos de la Revolucin Cubana, sobre todo en el exterior: por qu el proceso revolucionario que se libr contra la dictadura de Fulgencio Batista en la dcada del 50, condujo al socialismo? El derrocamiento de la dictadura de Batista, en la madrugada del 1 de enero de 1959, no signific como anhelaban el imperialismo norteamericano y las clases dominantes en Cuba un retorno al 9 de marzo de 1952. Por el contrario, entra el comienzo del fin de 60 aos de dominacin imperialista y de explotacin capitalista.

    Izda.: el dictador Fulgencio Batista (1953). Dcha.: Batista se dirige a sus tropas (1953).

    La historia del capitalismo en nuestro pas haba demostrado fehacientemente, en la dcada del 50, que la promocin del desarrollo econmico y social orientado a satisfacer las necesidades del pueblo no poda ocurrir en el contexto de dicho sistema. Esa historia demostraba, adems, que el enfrentamiento con el imperialismo era un elemento explicativo fundamental de todo el quehacer poltico, econmico y social de la vida republicana. Y fue as, porque los Estados Unidos no son meramente el enemigo externo del pas. La dominacin imperialista en

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    Cuba configur toda la estructura econmica, poltica y social del capitalismo dependiente. Esta fue parte constitutiva del sistema de dominacin y explotacin, ms que un agente actuante slo del exterior. Desde mucho antes de 1959, los objetivos de la liberacin nacional y social se haban entrelazado en Cuba, de tal manera, que el logro de uno era imposible sin el otro. La dbil burguesa cubana como la historia lo demostr fue incapaz de liderar, ni siquiera sumarse a un movimiento de carcter antiimperialista; luego, el sujeto social de ambas revoluciones era el mismo: la clase obrera, la inmensa mayora de la pequea burguesa urbana y rural, y la intelectualidad progresista y revolucionaria de nuestra nacin. Sin el socialismo no habra sido posible la conquista de la plena independencia nacional. La necesidad del socialismo en Cuba estuvo determinada por factores socioeconmicos que hicieron imperioso el cambio social. Pero ello no debe conducirnos a una interpretacin teleolgica. La necesidad histrica requiere la posibilidad de realizacin. Posibilidad y necesidad histrica son dos categoras en la accin de los hombres, pero no se identifican. En el archipilago antillano se dio un conjunto de hechos que hicieron posible el socialismo y otros que lo convirtieron en necesario. La unin de ambos provoc el estallido revolucionario del cual brot el socialismo, pletrico de autoctona y cubanidad. La poltica es el arte de hacer posible lo necesario y este fue uno de los mritos mayores de Fidel Castro: encontrar los medios y los caminos de la posibilidad de lo que en los aos 50 era ya una necesidad. Jos Mart dijo: "En la naturaleza como en los pueblos, todo lo necesario se crea a su hora oportuna, de lo mismo que se le opone y contradice". [3] En este sentido como genialmente seal Mart es legtimo afirmar que la necesidad del socialismo surgi de lo mismo que se le opuso y contradijo: el imperialismo norteamericano. Una totalidad de factores posibilit lo necesario: la correlacin de fuerzas existente a fines de la dcada del 50, la poltica agresiva y torpe de los Estados Unidos hacia nuestro pas, la actitud solidaria e inteligente de la Unin Sovitica, el liderazgo y su ideologa revolucionaria.

    1. Toma del Poder Poltico. Destruidas las maniobras golpistas promovidas por el imperialismo, que pretendieron impedir el triunfo de la Revolucin, ocurri la entrada triunfal del Ejrcito Rebelde en pueblos y ciudades, apoyada por las milicias del Movimiento 26 de Julio y dems fuerzas revolucionarias que haban combatido a la tirana. En su mensaje al pueblo, el 1 de enero de 1959, Fidel Castro expresaba: "Al parecer se ha producido un golpe de estado en la capital. Las condiciones en que ese golpe se produjo son ignoradas por el Ejrcito Rebelde. El pueblo debe estar muy alerta y atender slo las instrucciones de la Comandancia General. La dictadura se ha derrumbado como consecuencia de las derrotas sufridas en las ltimas semanas; pero eso no quiere decir que sea ya el triunfo de la Revolucin". [4] Era necesario distinguir desde un primer momento que derrocamiento de la dictadura y triunfo de la Revolucin no eran cosas idnticas. Este ltimo entraaba un conjunto de transformaciones econmicas, polticas y sociales, imposibles de llevar a cabo si el poder poltico de la nacin no se encontraba en manos del pueblo. Luego, su garanta constitua un objetivo estratgico fundamental. Por ello, en el mensaje de Fidel ya mencionado, se manifestaba: "Escamotearle al pueblo la victoria, no, porque slo servira para prolongar la guerra hasta que el pueblo obtenga la victoria total! Despus de siete aos de lucha la victoria democrtica del pueblo tiene que ser absoluta para que nunca ms se vuelva a producir en nuestra Patria un 10 de marzo. Nadie se deje confundir ni engaar. Estar alerta es la palabra de orden". [5]

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    La dictadura de Fulgencio Batista haba desaparecido en circunstancias diferentes a la de Gerardo Machado, 25 aos antes. El movimiento revolucionario, en la dcada del 50, se haba desarrollado en dismiles condiciones nacionales e internacionales. El ejrcito de la nacin, al servicio del imperialismo y las clases dominantes nativas, a diferencia de lo ocurrido durante la Revolucin del 30, estaba destruido militar y moralmente. Uno nuevo haba surgido del seno del pueblo: el Ejrcito Rebelde, capaz de sustituir al anterior y garantizar el poder poltico en manos de las masas populares, como poder real de la Revolucin triunfante. La burguesa cubana y el imperialismo haban perdido toda capacidad para promover alternativas propias e independientes; por ello, de forma oportunista, algunos sectores de las clases dominantes se haban distanciado del gobierno y acercado al Movimiento 26 de Julio, al Ejrcito Rebelde y a Fidel Castro, cuando su triunfo les pareci inmediato e inevitable. Reinaba en ellos, adems, la confusin. No alcanzaban a comprender el verdadero alcance poltico de lo que se gestaba. Jugaron su carta a la Revolucin, en la conviccin de que, ms temprano que tarde, se regresara a la misma Cuba anterior al 10 de marzo de 1952. Los partidos polticos de la burguesa se haban desacreditado al punto de su virtual extincin. El 1 de enero de 1959, muy poca o ninguna resistencia podan hacer a la Revolucin las clases dominantes del pas. Los instrumentos fundamentales de su sistema poltico, estaban destruidos unos, y sumamente deteriorados otros. Por ello las maniobras golpistas de ltima hora fracasaron. Los traidores y procnsules norteamericanos actuaron; pero sin xito. La entrada de Fidel Castro a Santiago de Cuba y de los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara a la capital, ms la huelga general revolucionaria decretada por la Comandancia del Ejrcito Rebelde, desmantelaron los planes de los Estados Unidos, dirigidos a evitar el triunfo de una genuina revolucin. El 5 de enero de 1959 comenzaba a funcionar el gobierno provisional revolucionario. Tres das ms tarde, haca su entrada triunfal en la capital, al frente de la Columna No. 1 "Jos Mart", el Comandante en Jefe y lder indiscutible de la Revolucin: Fidel Castro. En su mensaje al pueblo, aquel 8 de enero, desde el campamento de Columbia (hoy Ciudad Libertad) sealaba dos elementos de trascendental importancia. El primero acerca del papel del pueblo en la Revolucin y, el segundo, sobre los sacrificios que le deparaban al mismo para llevar adelante la obra revolucionaria.

    Llegada de los rebeldes cubanos a La Habana (1 de enero de 1959)

    Con respecto al papel del pueblo aluda:

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    "Cuando yo oigo hablar de columnas, cuando oigo hablar de frente de combate, cuando oigo hablar de tropas, ms o menos numerosas, yo siempre pienso: he aqu nuestra ms firme columna, nuestra mejor tropa, la nica tropa que es capaz de ganar sola la guerra. Esa tropa es el pueblo! Ms que el pueblo no puede ningn ejrcito. Si a m me preguntaran qu tropa prefiero mandar, yo dira: prefiero mandar al pueblo. Porque el pueblo es invencible. Y el pueblo fue quien gan la guerra". [6] Con relacin a los sacrificios apuntaba: "Creo que ste es un momento decisivo de nuestra historia: la tirana ha sido derrocada; la alegra es inmensa y, sin embargo, queda mucho por hacer todava. No nos engaemos creyendo que en lo adelante todo ser fcil, quizs en lo adelante todo sea ms difcil". [7] Las caractersticas del primer gobierno provisional revolucionario dejaban traslucir las diferencias ideolgicas que haban conformado la oposicin a la dictadura, las cuales, en un primer momento, no las pudo ignorar el poder real de la Revolucin. De este modo, se constituy un gobierno con tres tendencias: una conservadora; otra reformista, y la tercera, revolucionaria. Ello dio lugar a un conjunto de contradicciones en el propio seno del gobierno, as como entre ste y el poder real de la Revolucin, representado por el Ejrcito Rebelde y sus reconocidos jefes: Fidel, Ral, el Che, Camilo y otros. Como presidente de la Repblica se design al magistrado doctor Manuel Urrutia Lle y como primer ministro, al abogado Jos Mir Cardona, ambos de tendencia conservadora. Entre los ministros de corte reformista se encontraban figuras como: Roberto Agramonte, ministro de Relaciones Exteriores; Manuel Ray, ministro de Obras Pblicas; Rufo Lpez Fresquet, ministro de Hacienda; y Felipe Pazos, presidente del Banco Nacional. El grupo revolucionario lo integraban hombres como: Armando Hart, ministro de Educacin; Augusto Martnez Snchez, ministro de Defensa; Ral Cepero Bonilla, ministro de Comercio; Osvaldo Dortics, ministro de Leyes Revolucionarias: Luis Buch, ministro de la Presidencia; Faustino Prez, ministro de Recuperacin de Bienes Malversados; Julio Camacho Aguilera, ministro de Transporte; Enrique Oltuski, ministro de Comunicaciones, y otros.

    Manuel Urrutia y Fidel Castro

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    El poder real de la Revolucin encontr, en no pocas ocasiones, un obstculo para la adopcin de un conjunto de medidas revolucionarias impostergables, pues constituan reclamos fundamentales de las masas populares, y se inscriban, adems, entre los objetivos del Programa del Moncada, enarbolados en La historia me absolver. El 5 de enero se disolvi formalmente el Congreso de la Repblica y sus funciones pasaron al Consejo de Ministros. El 13 de enero, Fidel anunciaba la cancelacin del convenio con los Estados Unidos mediante el cual se mantena en Cuba una misin militar de ese pas, asesora del ejrcito cubano. Ese mismo da se renov el Tribunal de Cuentas, despojndolo de infinidad de funcionarios corruptos, quienes al amparo de la dictadura se haban enriquecido a costa del tesoro pblico. El 14 de enero se publicaba en la Gaceta Oficial reformas constitucionales que supriman la inamovilidad de los funcionarios judiciales y fiscales, lo cual permiti llevar a cabo una amplia depuracin de los tribunales de justicia y la fiscala; se aprobaron tambin la pena de muerte para los que haban cometido crmenes de guerra durante la tirana y la confiscacin de los bienes mal habidos, a favor del Estado cubano. En el propio mes de enero se modificaba la Ley de Gobiernos Provinciales y Municipales, y se proceda a la sustitucin de todos los gobernadores provinciales, as como alcaldes municipales. El 13 de enero se dictaba una nueva Ley Orgnica de las Fuerzas Armadas, que permiti la total reorganizacin de estas y de todos los cuerpos represivos que durante la tirana haban cometido infinidad de crmenes y torturas. Algunas de las medidas mencionadas concitaron la oposicin, en unos casos, y la incomprensin, en otros, de las tendencias conservadoras y reformistas dentro del gobierno. La primera crisis se present a mediados de febrero de 1959, con la renuncia del primer ministro, Jos Mir Cardona, cuya funcin fue asumida por el Comandante en Jefe del Ejrcito Rebelde, Fidel Castro. Con la entrada de Fidel al gobierno se fortaleca la tendencia revolucionaria en su seno; se debilitaban el ala conservadora y el ala reformista, y las contradicciones entre el poder real y el formal aunque no se resolvan totalmentecomenzaban un proceso acelerado de disipacin, lo que facilitaba el avance de la Revolucin. Aun en medio de las complejas circunstancias prevalecientes, el poder poltico estaba en manos de una alianza de las masas populares, cuyo papel dominante corresponda a los intereses de la clase obrera y los campesinos trabajadores, representados por el Ejrcito Rebelde y su direccin revolucionaria. Sin embargo, el poder econmico estaba an en manos del imperialismo y las clases dominantes del pas. Luego exista una contradiccin por resolver: el poder econmico en manos de una clase y el poltico en las de otras.

    2. Revolucin en marcha Las primeras medidas econmicas y sociales que adopta la Revolucin durante 1959, excepto la Primera Ley de Reforma Agraria, tienen un efecto distributivo de alto beneficio popular; pero no alteran, en lo esencial, ni las relaciones de propiedad, ni siquiera las de distribucin de la riqueza. Sin embargo, ni al imperialismo ni a la oligarqua nacional les simpatizaban. Les parecan demasiado similares a las tornadas durante el gobierno de Grau-Guiteras en 1934 y experimentaban temor. No se sentan dueos de la situacin. Algunas medidas levantaban las sospechas, incluso de los ms reformistas. Un ejemplo de ello ocurri con la creacin de un sector estatal de la economa, mediante la recuperacin de bienes malversados por los funcionarios de la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958). Algunos ministros reformistas eran partidarios de transferir dichos bienes mediante subasta pblica al capital nacional y no al Estado. La idea de una estatizacin de la propiedad les infunda pnico, pues, para ellos, era comunismo.

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    Las medidas adoptadas tendan a lograr una mejor distribucin de la riqueza a favor de las clases explotadas. No eran, en un principio, de carcter socialista, ni siquiera antiimperialista en el sentido estricto de la palabra. Los acontecimientos posteriores demostraron que no se trataba de un populismo demaggico para captar un respaldo popular sino el comienzo de tina revolucin verdadera, de hondo contenido nacional y social. Dichas medidas despertaron las simpatas del pueblo hacia la Revolucin, reforzaron la credibilidad en su programa, sus promesas, as como la confianza en su lder, Fidel Castro. El 3 de marzo de 1959, se intervena la Compaa Cubana de Telfonos. El 6 del propio mes se dictaba una ley, mediante la cual se rebajaban en un 50 % los alquileres, lo que encontr un gran respaldo popular. El 21 de abril se declaraba el uso pblico de las playas. El 20 de agosto se rebajaban las tarifas elctricas, medida de alto beneficio popular. A la vez, se crearon miles de empleos, que elevaron el poder adquisitivo de la poblacin, y en el sector educacional, miles de plazas y de aulas. Un gran plan de obras pblicas se puso en marcha para dar empleos a miles de desocupados que haba en el pas. [8] Sin embargo, la medida ms radical de esta etapa fue la Primera Ley de Reforma Agraria, dictada el 17 de mayo de 1959. A diferencia de las anteriores, esta ley s alteraba la estructura de la propiedad y de las clases existentes en el pas. La reforma agraria haba representado uno de los reclamos de mayor alcance econmico, poltico y social de toda nuestra vida republicana. A tal punto constituy una gran demanda popular, que aun los sectores conservadores de nuestra sociedad haciendo uso de la demagogia solan incluir en sus discursos polticos el problema de la reforma agraria. Pero no todos los que hablaban de ella la entendan de igual modo. Para algunos, esta solo deba limitarse a un simple reparto de tierras ociosas en estado jurdico de precariedad o pertenecientes al Estado; pero sin uso productivo.

    Izda.: firma de la Ley de Reforma Agraria. Dcha.: los campesinos son dueos al fin de sus tierras.

    La Revolucin triunfante el 1 de enero de 1959 no poda contentarse con ello; se requera una transformacin del agro cubano que, por un lado, proscribiera el latifundio y, por otro, otorgara en propiedad la tierra a quien la trabajase. El latifundio era uno de los principales males de la agricultura: su abolicin constitua una necesidad

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    imperiosa para el desarrollo econmico y social. El ms grande latifundista de la nacin eran las compaas azucareras norteamericanas. No era posible realizar en Cuba una reforma agraria verdadera sin afectar los intereses de las compaas imperialistas. Ni era tampoco posible llevar a fondo el combate contra el dominio imperialista en Cuba sin afectar las enormes extensiones de tierra incluidas en los latifundios yanquis. Por eso en la primera fase de la Revolucin Cubana el contenido agrario y el contenido antiimperialista venan obligatoriamente vinculados. [9] La Primera Ley de Reforma Agraria fij el mximo de tierra a poseer en 30 cab (402 ha) a toda persona natural o jurdica. Este lmite poda extenderse hasta 100 cab. en aquellos casos en los cuales el rendimiento agrcola de algunos productos seleccionados estuviese por encima del promedio nacional. Por otro lado, la ley otorg el derecho de propiedad sobre la tierra a quien la trabajase. De este modo, se proscriban el arrendamiento, la aparcera y la precariedad sobre la tierra lo cual permiti convertir en dueos legtimos de sus tierras a ms de 100 000 familias campesinas. La ley permiti transferir a propiedad del Estado el 40 % de las tierras cultivables, las cuales fueron convertidas en granjas estatales. La ley cre el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), al cual se le otorgaron las facultades requeridas para su aplicacin. Pero la Reforma Agraria en Cuba no se limit a la proscripcin del latifundio y el reparto de la tierra al que la trabajase; adems, mediante otras leyes y decretos complementarios, otorg al campesino crditos y muchas otras facilidades para la explotacin de la tierra y la comercializacin de lo producido, lo cual contribuy a la elevacin de su nivel de vida. La ley no tena un carcter socialista, pues permita, de hecho, la existencia de una burguesa agraria, pero s era, en las condiciones concretas de Cuba, profundamente antiimperialista y revolucionaria. A partir de su promulgacin, el enfrentamiento al imperialismo y a la reaccin interna se hizo inevitable. En un memorando de Harry Turkel, director de la Oficina de Asuntos Econmicos Regionales del Departamento de Estado, este deca: "Durante los 6 primeros meses del rgimen de Castro, nosotros le hemos estado dando la oportunidad para que tenga xito y que en ese tiempo trabaje para fortalecer a las fuerzas moderadas a su alrededor, con la esperanza de que los izquierdistas extremos fueran desacreditados o echados a un lado. Con la firma de la Ley de Reforma Agraria, parece estar claro que nuestra esperanza original ha sido en vano, que el gobierno de Castro no vale la pena salvarlo". [10] La revolucin agraria puesta en marcha agudiz las contradicciones en el seno del gobierno. En junio de 1959 eran sustituidos algunos ministros reformistas y reemplazados por figuras revolucionarias. Pero la oposicin al desarrollo del proceso revolucionario continuaba. El 16 de julio, Fidel Castro haca pblica su renuncia al cargo de Primer Ministro, como consecuencia de las discrepancias surgidas con el presidente Manuel Urrutia, causadas por la actitud contrarrevolucionaria asumida por este. Al da siguiente, el Comandante en Jefe compareca ante la televisin para explicar al pueblo, en detalles, la causa de su dimisin. Este se lanz a la calle pidiendo, por un lado, la remocin de Urrutia y, por otro, el retorno de Fidel a sus funciones de gobierno. El 18, Urrutia anunciaba su renuncia y designaban en su lugar al doctor Osvaldo Dortics Torrado, hasta ese momento ministro de Leyes Revolucionarias. El 26 de julio, en el acto con motivo del asalto al cuartel Moncada, Fidel, ante el reclamo popular, se reincorporaba a las funciones de primer ministro. La salida de Urrutia asestaba un rudo golpe a los planes imperialistas y de la reaccin interna, los cuales animaban la esperanza de frenar el proceso revolucionario, utilizando para ello a la derecha reformista conservadora dentro del propio gobierno. Pero la salida de Urrutia no resolva totalmente la crisis, pues an quedaban en puestos clave figuras moderadas, como Felipe Pazos, Rufo Lpez Fresquet, Manuel Rav y otras.

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    Una nueva crisis se desatara en octubre de 1959, con la dimisin al cargo de jefe militar de la provincia de Camagey del comandante Hubert Matos, hombre profundamente anticomunista y ambicioso, vinculado a importantes sectores de la oligarqua nacional, quienes lo utilizaban en sus planes contra la Revolucin. En su carta de renuncia a Fidel, lo emplazaba a definirse ideolgicamente a favor o en contra del comunismo, en momentos en que no era lo ms sensato por razones tcticas de muy diversa naturaleza. Su dejacin del cargo estuvo acompaada de la de otros dirigentes de la propia provincia, incondicionales de l en su mayora. El arma del anticomunismo se esgrima. Se trataba, en los hechos, de una peligrosa sedicin, en medio de la compleja situacin que viva el proceso revolucionario. El 21 de octubre de 1959 lo arrestaban y posteriormente lo sancionaban. Su salida puede considerarse como el hecho que marc el fin de la reaccin en el interior del gobierno, pues apenas unos das ms tarde sustituan al resto de los ministros reformistas, con lo cual quedaban frustrados los planes de emplear esa fuerza para frenar la Revolucin. Otro acontecimiento importante ocurrido en 1959 es la creacin, en octubre de ese ao, de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR). De este modo, la defensa de la patria quedaba no slo en manos del Ejrcito Rebelde sino tambin en las del propio pueblo armado. Era un acontecimiento militar y poltico de enorme trascendencia. El ao 1959 conclua con un saldo altamente positivo para la Revolucin. El ao 1960 fue decisivo para el proceso revolucionario. Su radicalizacin responda a factores internos y externos. El 4 de febrero llegaba a Cuba el vice primer ministro de la Unin Sovitica, Anastas Mikoyan, y al da siguiente quedaba inaugurada la Exposicin Sovitica de Logros de la Ciencia y la Tcnica. El da 13 se firmaba el primer convenio comercial cubano-sovitico, mediante el cual, entre otros intercambios, el pas de los soviets comprara azcar a Cuba y le vendera petrleo.

    De izda. a dcha.: Anastas Mikoyan y Fidel Castro.

    La visita del estadista sovitico y el convenio firmado causaron profundo malestar a los Estados Unidos y a la reaccin interna. Cmo concebir un acto semejante de soberana e independencia por parte de un pas que

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    hasta apenas un ao antes haba sido una neo colonia yanqui, y el anticomunismo, una especie de ideologa oficial? Un hecho de esta naturaleza demostraba la existencia en Cuba de una verdadera revolucin, dispuesta a desafiar al imperialismo en todos los terrenos. Para que no cupiese la menor duda, el 8 de mayo de 1960 se restablecan las relaciones diplomticas con la Unin Sovitica, y el 23 de julio de ese ao se firmaban convenios comerciales con China y Checoslovaquia. Todo ello como era de esperarse agudiz las contradicciones con los Estados Unidos. El 29 de junio intervenan las refineras de petrleo propiedad de las firmas Esso, Texaco y Shell, por su negativa a refinar el petrleo sovitico llegado a Cuba mediante el convenio firmado. El 5 de julio, el Presidente norteamericano anunciaba la supresin de la cuota azucarera cubana en el mercado yanqui y, das ms tarde, la administracin estadounidense decretaba el embargo petrolero. El 10 de julio, el gobierno de Cuba haca pblico el ofrecimiento sovitico de comprar todo el azcar dejado de adquirir por los Estados Unidos y suministrar el petrleo que el pas necesitase. En medio de esta confrontacin con los Estados Unidos y la actitud de la burguesa cubana, sumisa al imperialismo y hostil a la Revolucin, solo quedaban dos alternativas: la rendicin, o la Revolucin hasta sus ltimas consecuencias. La respuesta no se hara esperar. El 6 de agosto de 1960, el gobierno cubano dictaba la ley mediante la cual se nacionalizaban 36 centrales azucareros norteamericanos, las compaas de telfonos y electricidad de propiedad yanqui, y las refineras de petrleo. Se hacan realidad las palabras de Fidel ante las amenazas de supresin de la cuota azucarera, cuando expres que nos quitaran la cuota libra por libra y les quitaramos los centrales uno por uno. El 17 de septiembre se nacionalizaba la banca norteamericana. El 13 de octubre se dictaba la Ley 890, mediante la cual se nacionalizaban 383 grandes empresas nacionales. El 24 de octubre se transfirieron al Estado cubano las 164 empresas norteamericanas que an quedaban en el pas. El Programa del Moncada se haba cumplido en lo esencial y la Revolucin Cubana, en medio de pica lucha antiimperialista, pasaba a la etapa socialista. [11] Ahora bien, en las condiciones de un pas como Cuba, poda la Revolucin concretarse al simple objetivo de la liberacin nacional, manteniendo el rgimen capitalista de explotacin, o deba avanzar tambin hacia la definitiva liberacin social? "[...] Nuestra liberacin nacional y social estaban indisolublemente unidas, avanzar era una necesidad histrica, detenerse una cobarda y una traicin que nos habra llevado de nuevo a ser una colonia yanqui y esclavos de los explotadores". [12] El conjunto de transformaciones llevadas a cabo resolva el sistema de contradicciones que la Revolucin haba heredado de la sociedad capitalista. Con estas medidas el poder econmico y el poltico se integraban en manos de las mismas clases sociales, que la haban hecho. Se iniciaba, a partir de ese momento, la construccin de una nueva sociedad. Las transformaciones econmicas estuvieron acompaadas de importantes cambios polticos. La depuracin de los elementos conservadores y reformistas en el seno del Consejo de Ministros y en otras instancias de gobierno, as como del poder judicial y el Tribunal de Cuentas, la creacin de las MNR y otras medidas adoptadas a partir del triunfo de la Revolucin, seran continuadas durante 1960, con vista al fortalecimiento poltico e ideolgico. Un proceso de unidad v formacin de nuevas organizaciones revolucionarias ocurrira, en medio de una gran creatividad singularidad. El 28 de enero de 1960 se cre la Asociacin de Jvenes Rebeldes (AJR), y el 21 de octubre de ese ao el resto de

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    las organizaciones juveniles existentes se integraba a ella. El 23 de agosto de 1960 se llevaba a cabo la unificacin en una sola la Federacin de Mujeres Cubanas (FMC) de todas las agrupaciones femeninas que existan. El 28 de septiembre se fundaban los Comits de Defensa de la Revolucin (CDR), la ms masiva de todas, pues militan en ella los revolucionarios mayores de 14 anos con independencia de sexo, edad, profesin u ocupacin laboral. En septiembre de ese ao se fundaba el Bur de Coordinacin de Actividades Revolucionarias, en un primer paso con vista a la integracin futura del Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marro y el Partido Socialista Popular (PSP) en una sola organizacin poltica.

    3. Mviles de la transicin al socialismo ste constituye uno de los problemas que mayor inters ha despertado entre los estudiosos del proceso revolucionario cubano, desde el triunfo mismo de la Revolucin hasta nuestros das, tanto en nuestro pas como en el exterior. En este ltimo ha estimulado una gran atencin, lo cual explica la profusin historiogrfica sobre el tema. Se trata de los mviles de la transicin al socialismo de la Revolucin, de su carcter autctono o forneo, de la combinacin de factores que hicieron posible el milagro de la revolucin socialista en una de las naciones que pareca ser uno de los eslabones ms atados a la cadena del imperialismo en Amrica Latina. El debate en torno a la Revolucin iniciada en la dcada del 50 y a la alianza de factores que posibilitaron su conversin al socialismo, ha estado asociado, desde sus orgenes, a tres grandes problemas: uno, los efectos de la poltica de los Estados Unidos hacia Cuba; el segundo, la ideologa del liderazgo revolucionario, ms exactamente, la de Fidel Castro y su influencia sobre los acontecimientos que tuvieron lugar; y, tercero, la Revolucin como necesidad histrica o como casualidad. En el justo medio de la polmica han estado las races nacionales o forneas del socialismo cubano; el cuestionamiento de unos y la conviccin de otros de que el socialismo en Cuba era una necesidad histrica que responda fundamentalmente a imperativos internos, sin negar con ello la influencia de los externos, y la certeza de algunos, as como la incertidumbre de muchos de que una modernizacin o remozamiento del capitalismo dependiente cubano poda garantizar la independencia nacional y el desarrollo econmico y social del pas. Para no pocos estudiosos de la Revolucin Cubana, sobre todo en el exterior, su evolucin al socialismo estuvo determinada por factores externos, ajenos por completo a un requerimiento de orden nacional. Para los sostenedores de esta tesis, fue la poltica agresiva e intolerante de los Estados Unidos hacia Cuba, despus del triunfo revolucionarlo, el elemento desencadenante del conjunto de acontecimientos que, de manera incontrolable, ocurrieron y propiciaron el advenimiento del socialismo. cuando lo esperado era una supuesta revolucin democrtica y nacionalista que reacomodara los diferentes intereses de clase, diera un mayor espacio econmico y poltico a la burguesa cubana, mejorara insustancialmente el nivel de vida de la poblacin, y todo ello, por supuesto, sin afectar la dominacin imperialista ni la explotacin capitalista. Segn esta proposicin, la inflexibilidad de los Estados Unidos y su acoso a la Revolucin obligaron al liderazgo revolucionario a encaminar sus pasos hacia la Unin Sovitica y el bloque comunista en busca de un amigo poderoso que le permitiera enfrentar a un enemigo igualmente poderoso. En estas circunstancias la poltica amistosa, solidaria e inteligente de los soviticos encamin el proceso hacia lo inevitable: la adhesin de la Revolucin al campo socialista y la adopcin del socialismo y el marxismo-leninismo como precios a tributar por la ayuda y el resguardo recibidos." [13] De modo que con una poltica ms tolerante, flexible y sensata el curso de los acontecimientos hubiera sido otro. Segn los sostenedores de esta tesis, Cuba es socialista gracias a los Estados Unidos y no a pesar de ellos. Por supuesto que en eso no deja de haber granos de verdad, pero no por las razones que ellos exponen, sino por

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    causas ms profundas y de mayor alcance, que nos obligaran a remitimos a ese gran momento de inflexin de nuestra historia que es 1898 y el cual obviamente escapa a los objetivos de este libro. La poltica de los Estados Unidos hacia Cuba, enmarcada desde el perodo 1959 en lo adelante, ha sido cuestionada por algunos, quienes ven en el error de esa poltica, desde mucho antes de esa fecha, las causas fundamentales de los acontecimientos cubanos posteriores a 1959. El mayor reproche lo hacen al intento obsesivo del imperialismo de cerrar toda puerta de entrada al nacionalismo reformista; a negarse a convivir con l; a no otorgarle a la burguesa cubana no azucarera un mayor y ms decoroso espacio en la economa y en la poltica; a no tolerar reformas que mejoraran la situacin del pueblo, sin que ello pusiese en peligro sus grandes intereses en Cuba, y con la conviccin de que algo semejante hubiera evitado la radicalizacin de la protesta social y nos hubiera resguardado del comunismo. El segundo mvil es el liderazgo revolucionario y su ideologa. Para algunos analistas, la evolucin al socialismo de la Revolucin fue una mera determinacin ideolgica del liderazgo; para no pocos, una decisin de Fidel Castro. Ninguna revolucin es obra exclusiva de los factores objetivos; a ellos deben sumarse los de orden subjetivo. El liderazgo revolucionario y su ideologa desempearon, en el caso cubano, un papel protagnico de indudable relevancia pero ellos, por s solos, no pueden explicar el curso de los acontecimientos ocurridos.

    Nacionalizacin de petroleras

    La formacin marxista de Fidel Castro y del ncleo fundamental de hombres que lo acompaaron desde los das del 26 de julio de 1953, cuando el asalto al cuartel Moncada, es un elemento esencial para entender el proceso revolucionario cubano; pero esta no sera la nica causa de la transformacin al socialismo de la Revolucin. Sin negar el papel de las personalidades en la historia, ni el de las ideologas, sabemos que el carcter de una revolucin no se determina slo por la formacin ideolgica de sus dirigentes. Una proposicin de esta naturaleza sita las causas del socialismo cubano en el mbito interno, pero limitndolo errneamente a un problema de liderazgo e ideologa, prescindiendo o subestimando los componentes objetivos de naturaleza socio-econmica. Afirmar como lo han hecho algunos-- que el rumbo socialista de la Revolucin lo impusieron la voluntad poltica y la ideologa de sus principales lderes, sin tener en cuenta en qu medida ello reflejaba una necesidad histrica impostergable, es confundir la esencia con las apariencias. [14] "Los hombres no hacen ni pueden hacer la historia a su capricho. Tales pareceran los acontecimientos de Cuba si prescindimos de la interpretacin cientfica. Pero el curso revolucionario de las sociedades humanas tampoco es

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    independiente de la accin del hombre; se estanca, se retrasa o avanza en la medida en que las clases revolucionarias y sus dirigentes se ajustan a las leyes que rigen sus destinos". [15] El tercero es el de la necesidad histrica del socialismo. El asunto cobra hoy mucha vigencia. En el exterior, no pocos desengavetan viejas tesis acerca de la remodelacin del capitalismo cubano de la dcada del 50; exageran sus bondades y nos dibujan la sociedad soada por ellos, no la que realmente existi. Los proyectos nacionalistas, de tono reformista, de la burguesa cubana y sus idelogos, los frustr todos el imperialismo, reacio a toda convivencia con ellos. Los malogr, por primera vez, cuando en enero de 1934, liquid por la fuerza al gobierno nacionalista de Grau-Guiteras; lo repiti contra el propio Grau, despus de su triunfo electoral en 1944, cuando ya en la posguerra detuvo por completo cierta nfula nacionalista de algunos de sus seguidores y, por ltimo, los tronch definitivamente con el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, al evitar as el triunfo del nacionalismo ortodoxo. Luego, la burguesa cubana tuvo en el imperialismo norteamericano su peor adversario. La presencia imperialista en Cuba form parte del sistema de dominacin y explotacin. No puede entenderse nicamente como un factor externo, como componente solamente de la dominacin fornea, sino tambin de la explotacin capitalista de que eran vctimas la clase obrera y el resto de las masas populares. Por esa razn la revolucin contra el dominio extranjero era, a su vez, parte de la revolucin contra la explotacin del hombre por el hombre, es decir, de la revolucin socialista. Una totalidad de factores hizo posible el socialismo en Cuba. Unos determinaron su necesidad histrica; otos, su posibilidad. La combinacin de todos ellos dio a luz lo que muchos crean un imposible, debido al dominio y podero de los Estados Unidos. La necesidad del socialismo estuvo determinada por un conjunto de factores socioeconmicos y polticos, que a lo largo de varios decenios haban ido agudizando, por un lado, las contradicciones entre el imperialismo y la nacin cubana, y, por otro, las existentes entre las clases explotadoras y el pueblo explotado. Sin embargo, estas circunstancias, aunque necesarias, no eran suficientes. Esas mismas realidades se presentaban y presentan hoy en muchas naciones del mundo y la revolucin socialista no se produce. Una combinacin de factores posibilit lo necesario, entre ellos: -1. La correlacin de fuerzas favorable al socialismo en el mundo en ese entonces. Sobre todo la que exista entre la Unin Sovitica y los Estados Unidos. "Yo pienso que si hubiramos liquidado a Batista en 1953, el imperialismo nos hubiera aplastado, porque entre 1953 y 1959 se produjo en el mundo un cambio de la correlacin de fuerzas muy importante. Y el estado sovitico era relativamente dbil en esa poca. Y hay que ver que a nosotros nos ayud decisivamente el estado sovitico, que en 1953, no lo habra podido hacer..." [16] 2. La poltica hegemnica, agresiva e intolerante de los Estados Unidos contribuy a forjar en el pueblo una conciencia antiimperialista que no exista. Contribuy a acelerar y matizar el proceso; fue, a despecho de los imperialistas, una forja de conciencia revolucionaria y de patriotismo. "bamos cumpliendo nuestro programa poco a poco. Todas estas agresiones aceleraron el proceso revolucionario, Fueron la causa? No, sera un error. Yo no pretendo que las agresiones son la causa del socialismo en Cuba. Eso es falso. En Cuba, bamos a construir el socialismo lo ms ordenadamente posible, en un perodo razonable de tiempo, con la menor cantidad de trauma y de problemas; pero las agresiones del imperialismo aceleraron el proceso revolucionario". [17]

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    3. La actitud solidaria e inteligente de la Unin Sovitica nos permiti enfrentar las agresiones imperialistas, por un lado, y, por otro, contribuy a combatir los prejuicios anticomunistas que la propaganda burguesa haba formado en la conciencia del pueblo. 4. El liderazgo revolucionario y su ideologa marxista-leninista, en particular el papel desempeado por Fidel Castro. En el artculo publicado por el Che "Cuba: Excepcin histrica o vanguardia en la lucha anticolonialista?", este plantea con respecto a Fidel y su papel en la Revolucin Cubana: "[...] Analicemos pues los factores de este pretendido excepcionalismo. El primero, quizs, el ms importante, el ms original, es esa fuerza telrica llamada Fidel Castro Ruz [...] Fidel Castro hizo ms que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolucin cubana". [18] Sin los factores antes mencionados, el socialismo no hubiera sido posible en Cuba por muy necesario que fuera; pero sin su necesidad, no hubiera podido ocurrir, por mucho que lo hubieran deseado el liderazgo revolucionario y la Unin Sovitica, y por muy agresiva que hubiera sido la poltica de los Estados Unidos hacia Cuba.

    4. Diferendo Cuba-Estados Unidos Si se quiere conocer hasta qu punto los Estados Unidos trataron de impedir el triunfo de la Revolucin Cubana y todos sus manejos posteriores para citar su desarrollo, bastara la lectura de los libros escritos por sus dos ltimos embajadores en Cuba: El cuarto piso, de Earl Smith, publicado en 1962, y Cuba, Castro y los Estados Unidos, de Phillip Bonsall, editado en 1971. En ellos quedan evidenciados toda la poltica de intromisin norteamericana en los asuntos internos de Cuba y el afn obsesivo de destruir, a toda costa, la Revolucin desde sus primeros momentos. La presencia en el primer gobierno provisional revolucionario de prominentes figuras de la burguesa cubana, por un lado, y el apoyo popular mayoritario a la Revolucin y a su lder Fidel Castro, por otro, creaban desconcierto en los crculos polticos estadounidenses. Muchos interrogantes haba: Qu ideologa inspiraba a Fidel Castro y al Ejrcito Rebelde? Se trataba de simples soadores utpicos, nacionalistas, como tantos otros, que una vez en el poder se corrompan y vendan al mejor postor, o se trataba de verdaderos revolucionarios? Las primeras medidas tomadas por la Revolucin y el rpido proceso de radicalizacin, comenzaron a despejar dudas. Al poder haba llegado una revolucin autntica, y se haca necesario evitarla por dos razones: una, la afectacin directa a los intereses norteamericanos en la nacin cubana y, dos, su ejemplo para el resto de Amrica Latina. En lo adelante se desatara, hasta nuestros das, una guerra en todos los terrenos. [19] El 7 de enero de 1959, el Departamento de Estado, a nombre de la administracin norteamericana, reconoca al gobierno revolucionario de Cuba. Decide la sustitucin del embajador Earl Smith, sumamente comprometido con la dictadura de Fulgencio Batista, por Phillip Bonsall. [20] El nuevo embajador llegaba a Cuba creyndose un nuevo Summer Welles. Traa en cartera por iniciativa propia o del Departamento de Estado, ello no ha sido suficientemente aclarado un conjunto de reformas tendentes a mejorar las relaciones entre ambos pases. [21] El plan de Bonsall se avena, en parte, a los proyectos reformistas de la burguesa cubana, algunos de cuyos representantes e idelogos formaban parte del gobierno provisional. Para sorpresa del nuevo embajador, su llegada al pas no estuvo acompaada de la pleitesa y lisonjeras oficiales, con que se reciba anteriormente a los representantes diplomticos norteamericanos. Pronto Bonsall se quejara de ello, pero infructuosamente. En la nueva Cuba ya no mandaban los embajadores yanquis. Pero ocurra que mientras el nuevo embajador simulaba el deseo de mejorar las relaciones, el gobierno de los Estados Unidos daba acogida y proteccin a los ms celebres criminales y ladrones del tesoro pblico de la dictadura recin derrocada. Con la complicidad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Bur Federal de

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    Investigaciones (FBI) se fundaba, en fecha tan temprana, como el 28 de enero de 1959, la primera organizacin contrarrevolucionaria en territorio norteamericano: La Rosa Blanca, cuyo jefe era el recalcitrante batistiano Rafael Daz-Balart. A ello se sumaban las campaas contra los juicios seguidos a los criminales de guerra y torturadores de miles de hijos del pueblo, muchos de los cuales fueron sancionados a la pena mxima. La prensa estadounidense presentaba la justicia revolucionaria como venganza, como un bao de sangre. Esa misma prensa haba silenciado los miles de asesinatos cometidos durante siete aos de tirana. Paralelamente, se lanzaba otra campaa: la llamada filtracin comunista en el gobierno. Se trataba de confundir y dividir al pueblo, vctima an de la venenosa propaganda que los Estados Unidos mismos le haban inoculado durante aos. Aun antes de dictarse la Primera Ley de Reforma Agraria, los Estados Unidos llevaron a cabo numerosas acciones contra Cuba, las cuales, en lugar de mejorar las relaciones, las empeoraban. El 15 de enero de 1959, un grupo de congresistas de ese pas, ante la pena de muerte aplicada a algunos criminales de guerra, solicitaron al Departamento de Estado su intervencin en el asunto, sugiriendo, incluso, la posibilidad de enviar tropas al archipilago antillano o la rebaja de la cuota azucarera. El 2 de febrero de 1959 arrestaban en Cuba, a bordo de una avioneta, al ciudadano norteamericano Allen Robert Mayer, quien vena con el objetivo confeso de asesinar a Fidel Castro. El 30 de marzo de ese ao, el general Maxwell Taylor, jefe de Estado Mayor del ejrcito norteamericano, declaraba que la Revolucin Cubana podra ser el comienzo de una serie de convulsiones, en Amrica Latina, que dara oportunidad a los comunistas para tomar posiciones. Despus de dictada la Primera Ley de Reforma Agraria, la situacin, como se esperaba, empeor. Las agresiones de todo tipo se recrudecieron. Los planes reformistas de Bonsall se veran frustrados, no solo por la posicin del gobierno revolucionario de llevar adelante las transformaciones econmicas, polticas y sociales que dieran al traste con la dominacin imperialista y la explotacin capitalista, sine adems. porque los propios Estados Unidos cerraban todo espacio a cualquier proyecto reformista que luciera menos dependiente el pas y le diera ms espacio y protagonismo a la burguesa cubana. Por aquella poca no haba un criterio unnime en loes crculos polticos y gobernantes de los Estados 1 'nulos respecto a la conveniencia de atacar abiertamente a la Revolucin Cubana. Phillip Bonsall cuenta en su libro que, en abril de 1959, se haba efectuado en El Salvador una reunin de embajadores norteamericanos de los pases del Caribe y Centroamrica, a la que haba asistido Roy Rubboton, subsecretario de estado para Amrica Latina y el Caribe. En dicha unin se haba suscitado una gran discusin, en la que algunos embajadores acusaban a la Revolucin de comunista y exigan acciones enrgicas similares a las adoptadas un lustro antes en Guatemala. Bonsall sostuvo el criterio de que cualquier poltica que se siguiera deba marchar pareja con la opinin pblica cubana. que en aquellos momentos segua mayoritariamente a Castro". [22] Como resultado del encuentro, se public una nota oficial, donde, entre otras cuestiones, se planteaba la necesidad de luchar contra el comunismo internacional y se hacan recomendaciones de cmo la Organizacin de Estados Americanos (OEA) poda ayudar a restaurar una atmsfera ms tranquila en el rea del Caribe, en abierta alusin a Cuba. [23] Los funcionarios y polticos realistas que recomendaban prudencia y sensatez, en la conviccin de que de ese modo se podra detener la radicalizacin del proceso revolucionario, eran minora; y su protagonismo en el diseo de la poltica que se deba seguir hacia Cuba, cada vez menor, cuando no totalmente nulo. Las campaas de difamacin, los planes de sabotaje y atentados a lderes revolucionarios, en particular a Fidel Castro, se iran incrementando paulatinamente. Los grupos subversivos aumentaban, nutrindose de ex batistianos, antiguos explotadores y desertores de las filas revolucionarias, que, segn el decir popular, queran revolucin, pero no tanta.

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    En los Estados Unidos representaban un grupo cada vez mayor los funcionarios, congresistas y altos militares que exigan sancionar a Cuba por la implantacin de la Ley de Reforma Agraria. Ya desde entonces, se presentaba lo que ocurra en nuestra nacin como una amenaza a la seguridad nacional estadounidense, y de esta forma trataban de justificar ante la opinin pblica del pas y de Amrica Latina cualquier tipo de agresin al archipilago. Durante octubre de 1959 se incrementaron las violaciones del espacio areo cubano por aviones que, desde territorio norteamericano, efectuaban sabotajes en centros econmicos, y llegaron al extremo, el 1 de octubre, de ametrallar la ciudad de La Habana, lo que provoc 2 muertos y 50 heridos. El 4 de marzo de 1960, explotaba en el puerto de la Habana el barco francs La Coubre, que traa un cargamento de armas procedentes de Blgica. Se trataba de un evidente sabotaje, perpetrado por los servicios de Inteligencia de los Estados Unidos, empeados en evitar que el pas adquiriera los medios necesarios para su defensa, ante la negativa norteamericana de vendrselos, con el pretexto de que Cuba amenazaba la seguridad de otras naciones del continente. El trgico hecho ocasion la muerte de 60 personas y ms de 200 heridos. Fue en el acto de despedida de duelo por las vctimas del criminal sabotaje, cuando Fidel lanz la consigna de: "Patria o muerte!" Durante 1960, como ya apreciamos anteriormente, el proceso revolucionario se radicaliz. Las agresiones norteamericanas eran, a la vez, resultado de dicho proceso y causa de su aceleracin y matizacin. El imperialismo se mova en todos los terrenos para destruir la Revolucin. En 1960, comenz a utilizar con fuerza los mecanismos diplomticos, involucrando para ello, cada vez ms, a la OEA. De esta manera, se trataba de presentar el caso cubano como una fuente de litigio con todos los pases del rea y no slo con los Estados Unidos. Durante febrero y marzo de 1960, el presidente Eisenhower viaj por varias naciones latinoamericanas para promover la democracia, la receptividad a las inversiones y la creacin de un frente comn contra la injerencia comunista en el continente. Un objetivo fundamental para los Estados Unidos consista en lograr una resolucin de condena al gobierno cubano, por permitir la penetracin del comunismo internacional y favorecer su extensin al resto de los pases del rea. El 2 de agosto de 1960, comenzaba, en San Jos de Costa Rica, la VII Reunin de Consulta de Cancilleres de la OEA. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Herter, en abierta alusin a la ayuda de la Unin Sovitica a Cuba, expres en su discurso: "[...] no slo todo rgimen comunista establecido en cualquiera de las repblicas americanas constituye una intervencin extranjera en Amrica [...] sino que, adems, un rgimen semejante se convertir, automticamente, por su propia naturaleza, en una base de operaciones para la propagacin de las ideas comunistas, de infiltracin, subversin e interferencia en los asuntos internos de toda Amrica Latina, destinada en ltima instancia, al derrocamiento por la fuerza de todos los gobiernos del hemisferio". [24] La resolucin aprobada, de carcter muy general, condenaba la penetracin comunista en el continente, consideraba incompatible con el Sistema Interamericano toda forma de totalitarismo y, adems, censuraba enfticamente la intervencin o amenaza de ello, de una potencia extra continental en los asuntos de las repblicas americanas. El texto de la declaracin final llevaba implcita una advertencia a Cuba de atenerse a la disciplina del Sistema Interamericano y a la Carta de la OEA, con lo cual quedaban las puertas abiertas a una sancin posterior. El pueblo cubano y su gobierno revolucionario respondieron la Declaracin de Costa Rica, el 2 de septiembre de 1960, con un masivo acto en la Plaza de la Revolucin y la aprobacin de la Primera Declaracin de La Habana. Este documento no slo rechazaba el planteamiento de Costa Rica, sino que, adems, defenda el derecho de los pueblos del continente a su plena independencia nacional, condenaba la larga cadena de intervenciones y

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    agresiones de los Estados Unidos en el continente, defenda el derecho de Cuba a establecer con la Unin Sovitica, o cualquier otro pas, las relaciones que estimase convenientes y censuraba, tambin, la explotacin del hombre por el hombre. Durante la etapa transcurrida de 1959 a 1960, la Revolucin haba puesto fin al dominio imperialista en lo fundamental, a la explotacin capitalista en que ste estaba sustentado. Se haba fortalecido el sistema poltico de la sociedad y elevado la conciencia revolucionaria, as como la cultura poltica del pueblo. Un conjunto de factores haba contribuido a esto ltimo: la obra impresionante de la Revolucin; la agresividad de los Estados Unidos; la solidaridad de la la Unin Sovitica y otros pases socialistas, y el magisterio poltico de Fidel Castro, as como su extraordinaria personalidad, que haba sabido inculcar en el pueblo una fe absoluta en la justeza de la obra que defenda y una confianza plena en su victoria. De este modo, la Revolucin entraba en su etapa socialista, victoriosa ante todas las agresiones e intentos de derrocarla, con un pueblo unido, organizado, y una vanguardia firme. -------------------------------------------------- [3] Jos Mart: Obras completas, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963, t. IV, pp. 252-253. [4] Academia de las FAR: "La revolucin cubana 1953-1980", en Seleccin de lecturas, La Habana, 1983, t. 1, segunda parte, p. 243. (Lo subrayado en la cita es del autor.) [5] Ibid, p. 244. [6] Adolfo Snchez Rebolledo: "Fidel Castro: La Revolucin Cubana 1953-1962", en Compilacin de documentos y discursos 1953-1962, Editorial Era, S.A., Mxico, 1972, p. 141. Ibid, p. 139. [7] Ibid, p. 139. [8] Para una mayor informacin, ver Fidel Castro Ruz: Informe Central al I Congreso del Partido Comunista de Cuba, Editado por el Departamento de Orientacin Revolucionaria del Comit del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 1975. [9] Carlos Rafael Rodrguez: "Cuatro aos de reforma agraria", en Letra con filo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 191{3, t. 11, pp. 212-213. [10] Departament of State, REA Files: lof 61 D 248, Cuba 1959. Confidential. [11] Fidel Castro Ruz: Informe Central al 1 Congreso del Partido Comunista de Cuba, ed. cit., p. 44. [12] Ibid, p. 35. [13] ste es un punto de vista muy difundido y puede encontrarse las siguientes obras: Castrismo: teora y prctica, de Theodore Drapper; Cuba: intento de crtica constructiva, de Ren Dumont; Cuba, Castro y los Estados Unidos, de Phillip Bonsall; Cuba y la bsqueda de la libertad, de Hugh Thomas; Fidel Castro: de la reforma al marxismo-leninismo, de Lorees Wilkerson; Dialctica de la Revolucin Cubana, de Carmelo Mesa Lago.

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    [14] Este punto de vista puede hallarse en obras como: Historia de Cuba, de Carlos Mrquez Sterling; Cuba: geopoltica y pensamiento econmico, de Jos Alvarez Daz; Los das iguales, de Eduardo Surez Rivas. [15] Fidel Castro Ruz: "Discurso en el acto por el XX aniversario del asalto al cuartel Monada", tomado de Historia de la Revolucin Cubana, Editora Poltica, La Habana, 1980, p. 266. [16] Fidel Castro Ruz: Moncada: la accin, Editora Poltica, La Habana, 1981, p. 15. [17] Fidel Castro Ruz: Fidel y la religin, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1985, p. 241. [18] Ernesto Guevara: Obras escogidas, Casa de las Amricas, la Habana, 1970, pp. 404-405. [19] Para conocer en detalles estos pormenores pueden consultarse los libros: El despliegue de un conflicto: la poltica norteamericana hacia Cuba 1959-1961, de Ana Julia Faya y Pedro Pablo Rodrguez, y Cuba: La guerra secreta de la CIA, de Fabin Escalante Font. [20] Phillip Bonsall era un hombre calificado de moderado en los crculos polticos norteamericanos. Conoca bien a Cuba, pues en 1926 haba estado en el pas como estudiante de la Cuban Thelephone Company. En 1938-1939 haba sido vicecnsul y tercer secretario de la embajada y posteriormente haba desempeado tareas relacionadas con Cuba, como funcionario del Departamento de Estado. Se le consideraba un diplomtico de carrera, altamente competente. [21] Phillip Bonsall: Cuba, Castro and the United States. University of Pittsburgh Press, 1971, pp. 41-42. [22] Ibid, p.47. [23] Ver Ibid, p. 163. [24] Toms Diez Acosta: La guerra encubierta, Editora Poltica. La Habana, 1997, p. 172.

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    II. Nacimiento y desarrollo del socialismo (1961-1975)

    Primeros pasos del socialismo cubano. El desarrollo econmico y social. Partido nico y democracia en el socialismo cubano. Bsqueda de un modelo cubano de socialismo Diferendo Cuba-Estados Unidos en accin

    La Revolucin inicia su etapa socialista con un impetuoso apoyo de masas. Por el camino haban quedado los oportunistas de todo tipo, quienes arribaron a sus filas sin imaginar ni remotamente lo que se gestaba. A este respaldo masivo se una una gran solidaridad internacional, a pesar de las campaas difamatorias del imperialismo contra ella. Las masas se haban organizado en un formidable sistema de organizaciones, expresin de la unidad del pueblo y de su elevada conciencia revolucionaria. El gobierno haba sido depurado a todos sus niveles de los elementos conservadores y reformistas. Sin embargo, el inicio del socialismo en Cuba presentaba una particularidad que lo distingua de las experiencias de los socialismos europeos y asiticos: al frente no se encontraba un partido marxista-leninista. Este aporte que estudiaremos ms adelante, va a constituir una de las ms ricas contribuciones de la Revolucin Cubana a la teora y la prctica del socialismo. El enfrentamiento ideolgico muy fuerte en esos aos no haba dado los resultados que los enemigos esperaban. Las tesis de un capitalismo remozado como alternativa; de los dos imperialismos los Estados Unidos y la Unin Sovitica; de la inviabilidad del Estado como propietario; de la Revolucin traicionada y otras, fueron a corto plazo derrotadas. La Revolucin Cubana transit al socialismo cuando el sistema capitalista agot todas sus posibilidades de subsistencia. Las simples reformas por las que abogaban la burguesa cubana no azucarera y algunos sectores empresariales en los Estados Unidos no podan dar solucin a los problemas del desarrollo econmico y social del pas, y menos an garantizar la independencia nacional. La nica posibilidad de supervivencia de la Revolucin y la del logro de sus objetivos programticos radicaban en la superacin de los marcos democrtico-burgueses. La Revolucin exiga profundizacin. Haba destruido la vieja sociedad capitalista, necesitaba construir una nueva. Contaba para ello, en 1961, con todos los instrumentos del poder poltico y la parte fundamental de la economa industrial, agrcola y financiera de la nacin. La primera etapa haba transcurrido de modo acelerado, en un proceso nico. El poder poltico problema fundamental de toda revolucin haba sido resuelto desde los primeros momentos, a favor de las grandes masas.

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    Primeros pasos del socialismo cubano. El desarrollo econmico y social Los primeros intentos de una estrategia de desarrollo econmico v social por una va socialista, no estuvieron exentos de errores. Era lgico que as fuese. La inexperiencia, por un lado, el bloqueo econmico, por otro, y la necesidad de una insercin de las relaciones econmicas internacionales con los pases socialistas, planteaban un conjunto de problemas nuevos no fciles de prever y resolver. Los esfuerzos por cambiar la estructura productiva del pas poniendo en un primer plano el cese de la mono produccin azucarera, crearon errneamente un sentimiento anticaa, que llev a subestimar la importancia de producir azcar. Evidentemente no se trataba de disminuir la produccin del dulce, sino del incremento de otras producciones, al punto de que aun fabricndose ms azcar, no se dependiese de sta para el desarrollo de la economa. Pero para algunos, combatir el monocultivo signific eliminar la caa. La rpida rectificacin no fue bice para que la industria azucarera se afectara en los primeros aos de la Revolucin. La primera estrategia trazada fue industrialista a corto plazo y estuvo basada en tres puntos: a) Industrializacin acelerada, a partir de la industria pesada. b) Diversificacin agrcola. c) Sustitucin de importaciones por productos nacionales.

    Plantas extractoras de petrleo

    Esta estrategia va a estar influida por varias razones: 1. En aquellos primeros aos, an no se haba alcanzado una efectiva insercin en la economa de los pases socialistas, por lo cual se pensaba ms en trminos de autarqua que de integracin econmica al campo socialista. 2. Por motivos de seguridad nacional, ante un posible bloqueo militar, la idea de una economa que se autoabasteciera pareca lo ms racional. 3. A las consideraciones anteriores se una el hecho de que tanto el pensamiento econmico latinoamericano de corte desarrollista como el proveniente de los pases socialistas, tributaban un conjunto de ideas que justificaban el industrialismo como estrategia que era preciso seguir. Las ambiciosas metas planteadas no se alcanzaron a corto plazo, y pronto se hizo evidente la necesidad de

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    corregir el rumbo. Las causas: 1. Carencia de recursos financieros para ejecutar los planes trazados. 2. Pretensin de simultanear muchas y complejas tareas. 3. Subestimacin de la agricultura, en particular de la industria azucarera, como fuente de acumulacin fundamental de desarrollo econmico perspectivo. A fines de 1963, se toma conciencia de la necesidad de cambios en la estrategia planteada, y se transita --de este modo-- a una concepcin agrcola-azucarera. De manera que, entre 1964 y 1975, sta ser la estrategia que prevalecer, a partir de las consideraciones siguientes: 1. Las grandes reservas de tierra de que dispone el pas y la posibilidad de elevar los rendimientos. 2. Los coeficientes de insumo importables en la agricultura eran menores que en la industria. 3. Las inversiones en la agricultura maduran a ms corto plazo. 4 .La agricultura era una va ms efectiva y rpida de sustitucin de importaciones.

    Refinera de azcar en Matanzas.

    La nueva estrategia, adems de estas indudables debla enfrentar nuevos retos y dificultades, no siempre resueltas satisfactoriamente. Pero aun as, arroj resultados positivos y permiti crear las bases para un futuro desarrollo industrial. Uno de los objetivos fundamentales fue la meta de producir 10.000.000 de toneladas de azcar en 1970, propsito que no fue cumplido al producirse solamente 8 500 000 t. Las razones que llevaron a este incumplimiento escapan a los objetivos de esta breve obra de divulgacin histrica. Entre 1961 y 1975, ocurre un desarrollo econmico y social apreciable, sobre todo si tenemos en cuenta el conjunto de factores adversos. "Entre 1961 y 1965 el producto social global aument solamente a un ritmo del 1,9 % al ao. Entre 1966 y 1970, este ritmo de crecimiento se elev al 3,9 % al ao. [...] Entre 1971 y 1975, alcanz ya un promedio verdaderamente impresionante de ms del 10 % de crecimiento anual". [25] En octubre de 1963, ante la actividad contrarrevolucionaria asumida por la burguesa agraria, que virtualmente mantena sus tierras ociosas, creando con ello grandes problemas al pas para abastecer de productos agropecuarios a la poblacin, y ofreca su colaboracin a la contrarrevolucin en sus planes por desestabilizar la economa, se dict la segunda Ley de Reforma Agraria, mediante la cual se redujo a un mximo de 5 cab (67 ha) la

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    tierra que poda poseer una persona. El resto fue nacionalizado a favor del Estado, que en lo adelante dispondra del 70 % de la tierra cultivable. Al concluir este proceso, solo quedaban, en calidad de propiedad privada, las pequeas fincas campesinas trabajadas por sus dueos, y una parte del transporte de pasajeros y de carga, que continu funcionando como propiedad personal de quienes lo explotaban directamente. Si bien el desarrollo econmico no pudo estar entre las prioridades de la Revolucin en los primeros altos porque las necesidades de la defensa frente a las agresiones imperialistas ocuparon un primer lugar, los logros parecen desmentir esta afirmacin. Veamos algunas cifras de crecimiento hasta 1975, en el orden estrictamente econmico. La produccin de nquel se duplic; la refinacin de petrleo se elev de 3,6 millones de tm, en 1958, a 5,9 millones, en 1975; la generacin de electricidad creci de 2.550 millones de kw/h, a 6.500 millones; la produccin mecnica se triplic; la produccin de acero se elev de 24.000 tm a 240.000; la de fertilizantes creci de 199.000 t, en 1958, a 1.000.000 en 1975; la elaboracin de herbicidas, de 120 tm, en 1958, a 2 900; la de tejidos se duplic; la de calzado se triplic: la de cemento se elev de 743.000 tm a 2.000.000; la de pastas alimenticias, de un estimado de 10.000 tm a 50.000; la captura de pescado se increment seis veces; la superficie cultivada, en 1975, es dos veces la de 1958; el nmero de tractores creci de 9.000, en 1958, a 54.000 en 1975; el rea de riego creci de 160.000 ha a 580.000; la produccin de huevos sextuplic la de 1958; la flota mercante creci en 9 veces. En el quinquenio 1966-1970, Cuba concentr sus esfuerzos en la zafra de los 10.000.000 de toneladas de azcar. Sin embargo, la meta no fue alcanzada. Aunque como sealamos antes las causas de este revs escapan a los objetivos esenciales de esta obra, destacaremos brevemente algunas: el retraso en las inversiones industriales, problemas con la siembra, corte y tiro de la caa, y otros inconvenientes objetivos, a los que se unieron dificultades de ndole subjetiva. A los avances en el orden econmico hay que sumar los de carcter social. Notables fueron los logros en la educacin y la cultura. Cuatro cifras reflejan el estado deplorable de la educacin en 1958 --1.000.000 de analfabetos absolutos (23,6 % de la poblacin mayor de 10 aos); ms de 1.000.000 de semi-analfabetos; 600.000 nios sin escuela y 10.000 maestros sin empleo. Desde los primeros instantes del triunfo de la Revolucin, comenzaron a tomarse medidas tendentes a eliminar esta situacin. Sesenta y nueve cuarteles de la tirana fueron convertidos en escuelas y creadas 10.000 aulas, y ya en septiembre de 1959, haba tres veces ms maestros rurales que en 1958; el 2 de diciembre de 1959 se dictaba la Primera Reforma Integral de la Enseanza. En 1961, se llevaba a cabo la Campaa de Alfabetizacin: una verdadera proeza. En un solo ao fue alfabetizado casi 1.000.000 de adultos, lo cual requiri un gran ejrcito de alfabetizadores (100.000), salidos de las filas de todo el pueblo, en particular de los jvenes y adolescentes, que por miles llevaron el pan de la enseanza a los parajes ms recnditos del pas, donde se concentraba precisamente, el mayor nmero de personas que era imprescindible alfabetizar. Inmediatamente despus se inici la educacin de adultos, y se crearon las facultades obrero-campesinas, que abriran las puertas de las universidades los trabajadores. El 6 de junio de 1961, se dictaba la Ley de Nacionalizacin de la Enseanza, que proscriba la actividad privada, con afn de lucro, en la educacin, la cual se declaraba derecho del pueblo.

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    El 22 de noviembre de 1961 Cuba se declar Territorio Libre de Analfabetismo

    De 811.345 matriculados en el sistema educacional en 1958, en 1975 la cifra se haba elevado a 3.051.060 alumnos. En dicho perodo, la educacin primaria se multiplic por 2,7 veces; la de nivel medio por 6,1; la universitaria por 5,5. En 1975, el ndice de escolarizacin de nios aptos entre 6 y 12 aos, era del ciento por ciento. El nmero de becarios era de 600.000, entre internos y semi-internos. En la educacin superior, de 15.000 estudiantes en 1958, en 1975 se llegaba a 83.000. De menos de 30.000 graduados, de sexto grado en 1958, la cifra aumentaba a cerca de 190.000 en 1975. En ese ao el pas invirti en el sector educacional 874.000.000 de pesos, once veces ms que en 1958. La revolucin educacional abra nuevos horizontes a la cultura. Antes de la Revolucin, la intelectualidad se encontraba bajo un gran desamparo oficial. Miles de talentos se perdan en todos los mbitos. Las grandes figuras lograron sobreponerse a aquel medio y triunfar gracias a su genialidad y tesn personal. Salvo casos o momentos excepcionales, el Estado brind muy poco apoyo y proteccin al desarrollo de la cultura nacional. En 1961 se fund el Consejo Nacional de Cultura (CNC) institucin encargada de administrar los recursos del Estado, en aras de la promocin cultural y de aplicar la poltica de la Revolucin en tan importante esfera. Se fund la Escuela Nacional de Arte (AENA), y se estructur una amplia red de escuelas de arte en toda la nacin. Se cre un amplio movimiento de aficionados que en 1975 contaba con 18.000 grupos. Se crearon escuelas de ballet, el Conjunto de Danza Nacional de Cuba, el Ballet Nacional de Cuba, cuya fundacin impuls una actividad que tanta gloria dado y da a Cuba y que, en 1958, haba tenido que recesar por la falta de fondos, los cuales el gobierno de Batista haba negado. En 1958 exista slo un grupo de teatro dramtico; en 1975 existan 13. Se constituy el Teatro Lrico Nacional, y se formaron grupos en otras provincias del pas. Las instalaciones teatrales pasaron de 14, en 1958, a 65, en 1975. En 1960, se instituyeron la Orquesta Sinfnica Nacional y el Coro Nacional. En 1961, se fund la Unin Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y, un ao ms tarde, la Brigada "Hermanos Saz" de artistas y escritores jvenes. En 1975 se dispona de 117 bibliotecas y 29 museos. En 1962 se cre la Editorial Nacional de Cuba y, en 1967, el Instituto Cubano del Libro. En 195 el pas produjo slo un aproximado de 1.000.000 ejemplares de libros; en 1967, 8.000.000 y, en 1975, 35.000.000. El cine nacional era inexistente antes de la Revolucin. El 24 de marzo de 1959 se fundaba el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematogrfica (ICAIC), que propici la creacin de un cine nacional con numerosas pelculas y cortometrajes de reconocido prestigio internacional. Otros logros en este terreno fue el haber posibilitado que

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    millones de cubanos pudieran disfrutar de tan amena recreacin con la fundacin de cientos de salas en todo el pas mediante el cine mvil. Otra esfera en la que la Revolucin pudo alcanzar grandes xitos es la de la salud pblica. Antes de 1959 el presupuesto destinado a ese sector era de 20.000.000 de pesos. El 61 % de los recursos humanos y materiales asignados a la salud se concentraban en la capital con el 22 % de la poblacin. En enero de 1960, se cre el servicio mdico rural que estableca la obligatoriedad de los nuevos mdicos graduados, de prestar servicios, hasta dos aos, en las comunidades rurales.

    La sanidad en Cuba

    En 1958 exista un solo hospital rural en el territorio nacional. En 1975 ya haba 56 y 118 dispensarios. De 161 casas de socorros, en estado crtico, en 1975 se contaba con 396 policlnicas. De los 6.000 mdicos de que se dispona antes de la Revolucin, 3.000 abandonaron el pas, como resultado de la poltica de los Estados Unidos de estimular por todos los medios el xodo de estos profesionales, por el dao que ello ocasionaba a la Revolucin. En 1975, el nmero de mdicos era ya de 10.000. El gasto de salud pblica, que al triunfo de la Revolucin era de 20.000.000 de pesos, se elev, en 1975, a 400.000.000, es decir, veinte veces ms. En este lapso fueron erradicadas numerosas enfermedades, y la esperanza de vida creci, de 41 aos en 1958, a 70 en 1975. Otra de las esferas en la que el pas alcanz, con prontitud, un desarrollo impresionante es el deporte. Antes de 1959, la actividad deportiva era insignificante, nicamente en el bisbol y el boxeo surgieron figuras de renombre internacional. Baste sealar que, antes de 1959, Cuba haba obtenido 6 medallas olmpicas; y en las Olimpiadas de Munich, en 1972, logr 22 y ocup el lugar 14 entre todos los pases participantes. Tambin recibi una profunda transformacin la seguridad social. En poco tiempo fue erradicado virtualmente el desempleo, se elevaron los salarios y se dot al trabajador de una adecuada proteccin ante cualquier enfermedad, as como se les asegur, adems, una decorosa pensin a los jubilados. En otro orden de cosas, la Revolucin haba erradicado la discriminacin por motivos de raza, sexo o creencias religiosas. En pocos aos y en medio del bloqueo econmico de los Estados Unidos al pas y de numerosas agresiones de todo tipo, la Revolucin haba conformado una obra con una incidencia muy favorable, no slo en el nivel de vida de la poblacin sino tambin en su modo de vida.

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    Partido nico y democracia en el socialismo cubano El sistema poltico del socialismo cubano se form en un proceso complejo, donde primaron la creatividad, la originalidad y la autoctona. Ya hacia finales de 1960, la Revolucin se haba dotado de un grupo de organizaciones incompletas an y de un conjunto de principios inacabados tambin, que permitieron afrontar con xito la construccin del socialismo. Es cierto que se trataba de una institucionalizacin carente an de rganos representativos, pero que funcionaba a plenitud, en medio de circunstancias que no apremiaban los cambios que vendran en aos posteriores. Dentro de la formacin del sistema poltico cubano, uno de los problemas ms originales ha sido y es la del partido nico y, por ello, cmo combinar democracia y unipartidismo. Segn una lgica de pensamiento que identifica democracia burguesa con democracia en general, esta es imposible sin pluripartidismo. De ah que, en nuestro pas, al existir un solo partido, no haya democracia. La democracia de que hablan nuestros adversarios polticos se asienta en intereses de clase burgueses, para que se ejerza en una sociedad capitalista en beneficio de sectores y clases minoritarios dentro de la poblacin, con independencia de que esa democracia pueda extender algunos beneficios polticos y sociales a una parte del pueblo, de acuerdo con un conjunto de circunstancias coyunturales la mayor parte de las veces que por razones de espacio no es posible tratar aqu. La que se ha ejercido en Cuba, desde el triunfo mismo de la Revolucin, ha estado en funcin de intereses de clases diferentes. Es por el pueblo y para el pueblo, y sus resultados solo aconsejan su perfeccin no su relevo. En las naciones capitalistas, la democracia y su ejercicio suelen circunscribirse nicamente a los procesos electorales donde se debe elegir a un candidato u otro. La plenitud de estos procesos sirve para medir una mayor o menor democracia. La que se ejerce en Cuba no se constrie al acto electoral, sino que est presente en todos los procesos sociales que transcurren a nivel micro social: comunidad, colectivo laboral o estudiantil, en el marco organizacional y otros.

    Fidel Castro deposita su voto

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    La existencia de un solo partido en nuestro archipilago responde a razones histricas muy concretas del proceso revolucionario cubano. La unidad de las fuerzas revolucionarias que combatieron a la tirana de Fulgencio Batista para dar lugar al actual Partido Comunista de Cuba, fue un acto consciente, voluntario, sin apremio del liderazgo revolucionario, a partir del principio de que en la unin est la fuerza. Pretender dividirnos ahora, para defender cada uno por separado los mismos objetivos sera, a todas luces, una insensatez que nos debilitara frente a un enemigo cada vez ms agresivo y prepotente. De mayor torpeza e ingenuidad sera otorgar la categora de partido poltico a los grupsculos contrarrevolucionarios que operan en Cuba, bajo el auspicio ideolgico y financiero de los Estados Unidos, para de este modo convocar a unas elecciones "libres" que supuestamente nos devolveran el capitalismo; ese capitalismo que de manera tan minuciosa la Ley Helms-Burton se ha encargado de esclarecer cmo tendra que ser para los cubanos. Si bien dentro del perodo histrico que analizamos los procesos electorales estuvieron limitados a procesos micro sociales de tipo organizacional, pues no existan rganos representativos electos mediante el voto popular, ello no signific una ausencia de democracia en la sociedad cubana de esos aos La participacin de la poblacin en la toma de importantes decisiones, mediante la consulta a los trabajadores. a los estudiantes y al pueblo, en general, ha sido una prctica de la Revolucin desde sus primeros momentos. Uno de los actos ms democrticos fue entregarle a este las armas para la defensa de su Revolucin, adjudicarle la propiedad de los medios de produccin nacionalizados y convertir a miles de hombres y mujeres sencillos en administradores de esos bienes. Lo anterior no quiere decir que, durante ese perodo, la democracia en Cuba haya estado exenta de insuficiencias que reclamaban su perfeccionamiento. La centralizacin excesiva de funciones asumidas por el Estado, el burocratismo y el verticalismo en la direccin, entre otros, eran males que era preciso corregir. El ejercicio de la democracia en Cuba, adems de responder a peculiaridades nacionales y momentos situacionales, no ha podido desconocer las presiones externas, en particular, las agresiones de los Estados Unidos. La existencia de un solo partido no ha sido un obstculo para la prctica de una democracia altamente participativa y representativa, aun con las imperfecciones sealadas. La formacin del actual Partido Comunista de Cuba presenta un conjunto de particularidades que han dado lugar a muy diferentes interpretaciones entre los estudiosos del proceso revolucionario cubano en el exterior, no pocas dirigidas a ver en los acontecimientos en nuestra nacin caribea un ments a la tesis leninista sobre la necesidad de un partido comunista para construir el socialismo. La Revolucin Cubana es la confirmacin de dicha tesis, salvo que lo hace de un modo original, diferente a las experiencias de los socialismos europeo y asitico que le antecedieron. "Este Partido es fruto de la Revolucin misma. La Revolucin trajo al mundo al Partido y, ahora el Partido lleva adelante la Revolucin. El Partido es su vehculo por excelencia y la garanta de su continuidad histrica". [26] A diferencia de las experiencias anteriores en que el partido haba hecho la Revolucin, en nuestro pas los hechos haban transcurrido de modo contrario. La Revolucin haba hecho al partido. Por qu haba ocurrido esto en Cuba? "...sta fue y tuvo que ser obra de nuevos comunistas, sencillamente, porque no eran conocidos como tales y no tuvieron que padecer en el seno de nuestra sociedad, infestada de prejuicios y controles policacos imperialistas, el terrible aislamiento y la exclusin que padecan los abnegados combatientes revolucionarios de nuestro primer Partido Comunista. Si bien ste no era el pensamiento generalizado de todos los que iniciaron el camino de la lucha armada en nuestro pas, s lo era de sus principales dirigentes". [27] Otra particularidad que presenta la formacin del partido, consiste en que l es el resultado de la integracin de tres organizaciones: el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el

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    Partido Socialista Popular (PSI'). De ellas slo una era marxista-leninista. Ni el 26 de Julio ni el directorio eran socialistas, aunque entre sus principales dirigentes poda contarse con hombres afines a estas ideas. Al triunfo de la Revolucin, las tres organizaciones entre las que haban existido divergencias y convergencias mantuvieron su independencia. Las discrepancias en cuanto a estrategia tctica entre ellas para derrocar a la tirana no fue bice para que primaran la comprensin y la colaboracin hasta llegar a una sola. Los contactos entre ellas se fueron haciendo cada vez ms estrechos en la medida en que la Revolucin avanzaba, y la unidad se tornaba un arma fundamental de la Revolucin. De este modo, ya en septiembre de 1961 se acord crear el Bur de Coordinacin de Actividades Revolucionarias a todos los niveles de direccin, lo cual permiti un trabajo ms coherente y sistemtico entre las tres organizaciones e ir creando las condiciones para su integracin. El 24 de junio de 1961, se efectuaba un pleno del PSP, donde se acordaba disolver dicha organizacin, como paso previo a su integracin a la nueva agrupacin poltica que se creara, la cual llevara el nombre de Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI). Pasos similares dio el resto, y as se consumaba una unidad imprescindible para llevar adelante la Revolucin y construir el socialismo. El 26 de julio de 1961, Fidel haca pblico lo acontecido y anunciaba la futura creacin del Partido Unido de la Revolucin Socialista de Cuba (PURSC). Luego de un corto perodo de existencia y de errores de sectarismo, rpidamente corregidos, qued constituido el PURSC, y las ORI se disolvieron. El 3 de octubre de 1965, en el mismo acto donde Fidel daba lectura a la carta de despedida del Che, se acordaba denominar en lo adelante al PURSC, Partido Comunista de Cuba, y se creaba su primer Comit Central con Fidel y Ral, como primer y segundo secretarios, respectivamente. "El Partido lo resume todo. En l se sintetizan los sueos de todos los revolucionarios a lo largo de nuestra historia: en l se concretan las ideas, los principios y la fuerza de la Revolucin; en l desaparecen nuestros individualismos y aprendemos a pensar en trminos de colectividad; l es nuestra conciencia vigilante [...] en l nos sumamos todos y entre todos hacemos de cada uno de nosotros un soldado espartano de la ms justa de las causas y de todos juntos un gigante invencible". [28]

    Bsqueda de un modelo cubano de socialismo Gran parte de la dcada del 60 es testigo, en Cuba, de la polmica en torno a dos sistemas de direccin de la economa: el basado en el clculo econmico; y el otro, en el sistema presupuestario de financiamiento. En el centro de dicho debate va a estar el entonces ministro de Industrias, el comandante Ernesto Che Guevara, creador de este ltimo. El primero de estos sistemas haba sido tomado de la experiencia sovitica y de otros pases socialistas europeos. Las diferencias fundamentales entre ambos giraban en torno a: 1. El papel de la ley del valor en el socialismo. 2. Las funciones y espacios econmicos entre el mercado y la planificacin. 3. La ganancia o el costo de produccin para medir la eficiencia de la economa. 4. La mayor o menor autonoma empresarial y si deban existir o no relaciones mercantiles entre las empresas estatales. 5. El papel de los estmulos materiales y morales.

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    Es conveniente sealar que, en la concepcin del Che, las funciones de la ley del valor y el papel del mercado se vean seriamente restringidos; que el indicador ms adecuado para medir la eficiencia econmica era el costo de produccin, a diferencia de los que sostenan que, en el clculo econmico, deba ser la ganancia; que el estmulo moral se consideraba el arma fundamental de movilizacin de las masas, contrario al otro sistema, que crea en el estmulo material para ello. El Che era un defensor a ultranza de la necesidad de crear, junto a una economa desarrollada, el hombre nuevo: "Para construir el comunismo, simultneamente con la base material, hay que hacer al hombre nuevo." [29] El papel prevaleciente de la conciencia, de la moral, para construir la sociedad nueva, es otro de sus principios. "De all que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilizacin de las masas. Ese instrumento debe ser de ndole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilizacin del estmulo material, sobre todo de naturaleza social". [30]

    Ernesto Che Guevara pronunciando una conferencia (agosto de 1961)

    El temor que el Che senta por el uso desmedido del estmulo material y las palancas del capitalismo para construir el socialismo, queda recogido en estas palabras suyas: "Se corre el riesgo de que los rboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas del capitalismo (la mercanca como clula econmica, la rentabilidad, el inters material individual como palanca, etctera), se puede llegar a un callejn sin salida. Y se arriba all tras de recorrer una larga distancia e