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Brezo Blanco

Nieves HidalgoBrezo Blanco

149

Los McDurney y McFersson estn enfrentados desde hace dcadas. Desde que sus bisabuelos provocaron un choque que acab con la vida de uno de ellos.

Al regresar de una aldea en la que ha estado ayudando a sanar a los enfermos, la patrulla de Josleen hace prisionero a un hombre, creyndole culpable de un robo de caballos perpetrado a su clan. Atrada por l, averigua asombrada que se trata de un McFersson y, temiendo las represalias, le deja escapar para evitar posteriores complicaciones o incluso una guerra.

Meses ms tarde, Josleen parte de Durney Tower hacia la fortaleza de Ian McCallister, con quien su madre se ha casado en segundas nupcias. Pero jams llegar all.

La patrulla dispuesta a robar el ganado de su hermano Wain, est liderada por el mismo guerrero al que ella dej escapar. Y ese hombre, aunque ella lo ignora, no es otro que el laird Kyle McFersson, jefe del clan enemigo. Un guerrero sobre el que corren las historias ms terrorficas.

La primera intencin de Kyle es pedir rescate por la joven, pero luego la idea de dejarla marchar se le hace imposible.

Sin embargo, Wain McDurney no est dispuesto a dejar a su hermana en manos del rival al que desea matar hace mucho tiempo.

Josleen tendr que tomar una penosa decisin: regresar con los suyos o permanecer al lado de las personas a las que acaba queriendo y del hombre que, an enemigo de su clan, consigue ganar poco a poco su corazn.

Y para angustia de la joven, Stone Tower se ver rodeada por huestes enemigas, al mando de su hermano, decidido a no dejar piedra sobre piedra.

Libro de acceso libre, publicado en la web de la autora. Est pendiente por revisin, segn ella misma, y puede conseguirse aqu:

http://nieveshidalgo.blogspot.com/

Capitulo 1

La neblina cubra la vereda del ro y haca un fro espantoso. A pesar de todo, Josleen McDurney no quiso quedarse a pasar la noche en la aldea y prefiri que emprendieran el camino de regreso a Durney Tower.

Mir con ojo crtico los preparativos de los hombres que la acompaaron en el viaje y, mentalmente, les agradeci la ayuda prestada. La aldea de Dorland se haba visto atacada por una epidemia y Josleen no dud en intentar prestar toda la ayuda posible. De eso, haca ya un mes pero, afortunadamente, la epidemia haba remitido.

No era la esposa del jefe del clan McDurney, pero era su hermana y dado que su cuada, Sheena, sufra un fuerte resfriado cuando se enteraron de los problemas, fue ella quien tom en sus manos llevar ayuda a los campesinos.

No lo lamentaba. Su deber era cuidar de quienes pertenecan al clan y lo mismo que su hermano, les procuraba alimentos, justicia y venganza cuando sta era necesaria, ella ayudaba en otros quehaceres.

A pesar de todo, regresaba con el mal sabor de boca de no haber podido hacer ms por los enfermos. Seis de ellos murieron a causa de las fiebres y en sus odos retumbaban an los lamentos de aquella mujer que perdiera a su beb.

Un poco de vino?

Josleen se medio volvi y mir al guerrero que le tenda un pellejo. Bebi un poco y se lo devolvi.

Deberas descansar, se te ve agotada.

Ella accedi. Les quedaba un largo camino y era cierto que sus fuerzas flaqueaban, despus de tantos das y noches sin apenas reposar. Se arrebuj en la piel que la cubra, se recost sobre la manta, encogi las rodillas pegndolas al mentn y dej que l la cubriese con otra manta de gruesa lana. An as, tirit sin poder contenerse. La bruma se le meta en los huesos.

Daremos una batida para ver que todo est bien le inform. Aufert y Will se quedarn haciendo guardia en el campamento.

Josleen no le escuch. Apenas cerrar los ojos, se qued dormida.

El guerrero la mir desde la altura. Con un gruido de disconformidad busc una manta ms y la ech sobre ella. Inconscientemente, Josleen agradeci el gratificante aumento de calor y gimi. l se alej, habl algo en voz baja con dos de sus compaeros y montaron a caballo para dar una batida por los alrededores. No haban visto a nadie desde que salieran de Dorland, pero no deban olvidar que estaban muy prximos a las tierras de los McFersson, sus enemigos declarados desde haca dcadas. Desde que Colman McFersson mat en una pelea al bisabuelo de la muchacha, Ian McDurney. Y no era cuestin de caer en manos de aquellos desgraciados mientras dorman. Porque no era la primera vez que los McFersson atravesaban la lnea divisoria para robarles el ganado. Claro que ellos hacan otro tanto cuando la ocasin les era propicia.

Los dos hombres que quedaron de guardia se acomodaron cerca de la joven, dispuestos a protegerla contra cualquier eventualidad. Ella era la hermana bien amada de Wain McDurney, el jefe del clan, y sus cabezas peligraban si le suceda algo.

Capitulo 2

Ajeno a la presencia de enemigos tan cerca de sus tierras, Kyle se ape del caballo, un inmejorable semental negro. Se haba alejado de todo y de todos y dej que el animal decidiera la ruta, sin preocuparse de nada que no fuera escapar de sus fantasmas personales.

Ahora, sin ser consciente de ello, se encontraba a mucha distancia de Stone Tower. Saba que no era prudente salir sin una escolta, pero necesitaba unos momentos de paz. Demasiadas preocupaciones, demasiadas responsabilidades cean en torno a l un grillete que, en ocasiones, le ahogaba.

Desde que su padre muriera y se hiciera cargo del clan haban llovido sobre sus espaldas un sin fin de problemas. La educacin de sus hermanos, la viudedad de su madre, cada vez ms melanclica y apartada. Sobre todo, aquella criatura que le perteneca y de la que se senta incapaz de hacerse cargo. Era su hijo, s. Lo haba engendrado y lo quera, aunque no am a la mujer que le alumbr. Aquello fu recproco, de todos modos. Muriel nunca lo am a l. Accedi al matrimonio porque la obligaron. Kyle siempre supo, desde el primer momento, que ella lo detestaba y que solamente las amenazas de su padre para conseguir la alianza con el clan McFersson la obligaron a dar su consentimiento.

Y ahora, cmo explicar a una criatura de cinco aos todo aquello? Cmo decirle que su madre muri profiriendo gritos contra su hijo y su esposo? Cmo por amor de Dios! hacerle entender que les maldijo antes de exhalar su ltimo aliento?

Por eso, cuando el pequeo Malcom preguntaba acerca de su mam, Kyle escapaba. Hua como un cobarde y sala de Stone Tower, acompaado slo por un pellejo de whisky. Muchas veces, se emborrach hasta perder la conciencia. Ms tarde, al recobrar el sentido, buscaba de nuevo las fuerzas para regresar.

Se dej caer de rodillas a la orilla del ro. La densa neblina cubra el bosque y atravesaba sus ropas. Pero el fro no le importaba. Gate hasta el agua. Necesitaba despejarse, volver a ser l mismo. Llevaba todo un da fuera y era hora de regresar. Valiente jefe del clan estaba hecho!

Se moj la cara, el cuello y el pecho. El agua lanz punzadas de fro a su cuerpo, pero le despej un poco. Se medio sent, an ligeramente aturdido. Y tirit. Maldijo entre dientes su propia estupidez, porque alguien le haba robado mientras yaca completamente ebrio. Su capa de piel desapareci a manos de aquel o aquellos asaltantes que, eso s, como muestra de buena voluntad, le haban dejado otra rada que apenas le abrigaba. No perdi el caballo porque con seguridad no lo vieron. De otro modo, hubiera tenido que regresar a pie y maldita la gracia que le haca tener que dar explicaciones a su llegada!

Crey escuchar una ramita troncharse a su espalda. Se volvi con rapidez, pero no lo suficientemente gil como para poder evitar que la empuadura de una espada le golpeara sobre la ceja.

Kyle se derrumb sin un quejido.

El que lo dejara fuera de combate se agach a su lado y le dio la vuelta. Tena la ceja partida y la sangre manaba profusamente cubrindole el rostro.

Quien ser?

Barry Moretland se aup sobre su montura con un rictus de hasto en la cara.

Sea quien sea es nuestro prisionero dijo. Por su capa, debe ser un pordiosero.

Es posible que pertenezca al grupo que nos rob varios caballos hace dos meses opin otro.

No tiene tartn que lo identifique, Barry se aventur un tercero, pero mira su complexin. Ms parece un guerrero. Y su caballo es un animal excelente.

Moretland ech otro vistazo al sujeto al que acababan de apresar. Ciertamente, no pareca haber sufrido necesidades en toda su vida. De anchos hombros, brazos y piernas fuertes, bien poda tratarse de un hombre de guerra.

Seguro que el caballo es robado dijo. Ya nos lo dir cuando le interroguemos. Volvamos al campamento.

Tiraron al prisionero sobre el animal y emprendieron la marcha. Hacia el bosque. Hacia los dominios de los McDurney. Un lugar al que, de haber podido evitarlo, Kyle jams habra ido.

Capitulo 3

Josleen dormit a ratos. Despert aterida, se envolvi en las mantas y fue a sentarse ms cerca de la hoguera. Rog para que amaneciera cuanto antes y pudieran reemprender camino. Lament su terquedad al no querer quedarse aquella noche en la aldea.

Los cascos la alertaron y pusieron en guardia a los dos hombres que la protegan. Pero eran los suyos que regresaban. Y al parecer, con carga adicional.

Descabalgaron y apearon a un sujeto que pareca desmayado.

Josleen se incorpor y se acerc, pero la orden de su medio primo, Barry, la detuvo:

Aljate de l.

Ella le mir, reticente, pero acab por aproximarse.

Parece muerto, de modo que difcilmente puede atacarme, verdad?

Apenas pudo echarle un vistazo cuando Barry orden que atasen a aquel tipo. Le alzaron por los brazos, le arrastraron hasta un tronco y le sujetaron brazos y tobillos con cuerda. La cabeza, que caa sobre el pecho, slo permiti a Josleen apreciar un cabello rubio y un cuerpo musculoso.

Est malherido? pregunt.

Tanto da que est muerto! repuso Moretland. Le encontramos junto al ro, y seguramente es uno de los ladrones de ganado que se protegen bajo las faldas de los McFersson.

El prisionero dej escapar un quejido y abri los ojos.

Barry se le acerc, le agarr por el pelo y ech su cabeza hacia atrs. Josleen dej escapar una exclamacin al ver la sangre.

A qu clan perteneces? le interrog.

Kyle, luchando an contra las brumas de la inconsciencia, slo vio una cara borrosa. La cabeza le dola, igual que la ceja. Y la sangre le tapaba la visin de un ojo. En la penumbra, se desdibujaban los colores de sus tartanes y crey distinguir un fondo negro surcado de rayas amarillas. Equivocadamente, pens que se encontraba ante hombres del clan Dayland.

McDuy dijo con voz algo pastosa.

McDuy? Los asquerosos McDuy? pregunt alguien Por Dios! Y an se atreve a decirlo!

Kyle sacudi la cabeza para despejarse y les mir con ms atencin. Acaso los Dayland no tenan una alianza con los McDuy? Entonces, por qu?

Josleen apret ms las mantas a su cuello. No estaba de acuerdo en que los hombres se comportaran a veces como bestias. Regres junto al fuego y se acuclill, sacando un brazo y acercndolo a las brasas. Se tumb tan cerca del fuego como pudo y se desentendi de ellos. Que resolvieran el problema como quisieran!

Kyle fij la mirada en la mujer. Y la respiracin se le detuvo. A la luz de la fogata, descubri un fondo rojo sangre con rayas amarillas y negras. Apret los dientes para no soltar una maldicin. Su estupidez acababa de llegar al cnit. Porque quienes le haban capturado no eran de los Dayland. Eran los condenados McDurney, que Satans se llevara a los infiernos! Sus peores enemigos! Y l, como un idiota, acababa de declarar que perteneca a un clan enemigo. En bonito lo acababa de meterse.

Descansa si puedes, piojo le dijo Barry. Maana necesitars de todas tus fuerzas.

Ninguno se percat del repentino brillo de alarma que asom a sus ojos, y sus secuestradores se acostaron sin hacerle ms caso. Slo uno de ellos se qued de guardia.

Josleen era incapaz de dormir y, desde su posicin, segua con la mirada fija en el prisionero. Se pregunt quin sera y qu haca en las tierras de su hermano.

Barry llam muy bajito. Ests dormido?

Hummm?

No tiene aspecto de ladrn de caballos.

Barry se dio la vuelta, quedando de espaldas a ella.

Maana lo sabremos. Durmete de una vez.

Capitulo 4

Despert al escuchar un grito apagado. Un plido sol que apenas calentaba le hizo guios entre las nubes. Se estir, notando los msculos doloridos. Y un nuevo quejido la despej del todo. Se sent y busc su daga, de la que nunca se separaba, creyendo que les atacaban. Pero lo que vio la hizo levantarse de un salto.

Uno de sus hombres golpeaba al prisionero mientras el resto observaba, formando un corro a su alrededor.

Qu estis haciendo? se aproxim, luchando por deshacerse de las mantas.

Aprtate de aqu le dijo Barry.

La cabeza del cautivo caa sobre su pecho y batallaba por inhalar aire.

No podis golpear a un hombre indefenso! les recrimin.

Le estamos interrogando. Ve a refrescarte al ro y no te metas en lo que no te llaman.

Un nuevo golpe en el estmago oblig al rehn a soltar el aire de los pulmones, junto con un nuevo lamento.

Donde estn esos caballos? pregunt Barry.

El otro movi la cabeza. No supieron si para decir que no lo saba o para negarse a responder. Su silencio le hizo ganarse otro golpe directo a las costillas.

Parad de una vez! Josleen intent abrirse paso.

Barry la hizo a un lado bruscamente. Resbal sobre le hierba cubierta de roco y a punto estuvo de caer de bruces. Y mont en el caballo de la clera. Nunca fu muy paciente, su hermano, Wain, se hartaba de recriminrselo con frecuencia. Y en ese momento demostr que, en efecto, no lo era. Se le cuadr, con los brazos en jarras.

Si no le dejas en paz, contar todo esto punto por punto.

Fu una amenaza muy clara. Wain tena un genio de mil diablos, pero nunca se rebaj a humillar a un enemigo vencido y supieron que se estaba refiriendo a l. La miraron con la duda reflejada en los ojos. La cicatriz que atravesaba el mentn de Barry se torn ms plida. Pero la decisin en el rostro de su prima disminuy sus ganas de pelea. S, aquella arpa era muy capaz de contar a Wain lo que estaban haciendo. Y l no tena ganas de reprimendas, aunque dejarle sin autoridad delante del grupo le revolvi la bilis.

De todos modos dijo ste acabar en la torre. Ya podr interrogarle a placer y entonces, pens, no usara los puos, sino el ltigo para arrancar la piel a aquel bastardo. Dira dnde haban escondido los caballos, tarde o temprano.

Se desentendi del prisionero y dio orden de levantar el campamento. Una vez recogido, soltaron al reo y le ataron las manos a la espalda. Le ayudaron a montar y poco despus partan.

Kyle, ladendose precariamente sobre su caballo, recobr la conciencia algo despus. Tena un dolor sordo en el estmago y las costillas y los brazos atados a la espalda le procuraban una molestia aadida. Relampaguearon sus ojos al reconocer la vereda por la que transcurran, a orillas del ro. Saba muy bien hacia dnde se dirigan. A tierras enemigas. Y acabara en una mazmorra de Durney Tower.

Eso no le haca la menor gracia. Porque los McDurney pediran un altsimo rescate por l, en cuanto averiguasen su identidad. Y maldito si estaba dispuesto a pagar nada a aquel atajo de hijos de perra!

Inspir con cuidado para evitar las punzadas de dolor, pero se le escap un quejido. Josleen gui a su caballo para acercrsele, pero la montura de su primo se puso entre ambos.

No te acerques a l le orden de nuevo.

Oh, djame en paz, Barry! le espet ella Est atado, por todos los cielos! Acaso crees que se me puede echar encima y retorcerme el cuello?

Te lo tendras merecido.

Josleen le sac la lengua cuando l avanz para ponerse al frente del grupo. Con gesto brusco, ech hacia atrs los cabellos que el helado viento, insistentemente, le echaba a la cara. Di un vistazo al prisionero, se qued paralizada unos segundos y luego se alej de l, haciendo caso a la advertencia de Barry.

Pero Kyle no pudo quitarle los ojos de encima a aquella muchacha, durante el resto del trayecto.

Aunque no supo el motivo.

Haba conocido muchas mujeres en su vida. Algunas de ellas, verdaderamente hermosas. Y aqulla no lo era especialmente, aunque en un primer vistazo, su cabello como fuego mezclado con oro, su rostro de saliente pmulos y sus grandes ojos, podran haberle provocado esa ilusin. Era bonita, s. Pero nada ms. Sin embargo, haba algo en su porte orgulloso y en su modo de moverse que atraa su mirada una y otra vez. Era pura seduccin.

Josleen cabalgaba erguida, sin atreverse a mirar de nuevo al prisionero. Con una vez haba sido suficiente para que su corazn latiera desbocado. Por Dios, era como una estatua dorada! Su cabello largo y oro, su piel tostada Y sus ojos! Josleen nunca haba visto nada igual. mbar lquido. Grandes y vivaces, orlados de pestaas espesas ligeramente ms oscuras. La nariz recta, el mentn denotando autoridad. Su boca... Parpade, recordndola y se puso ms tiesa sobre la silla.

Un ladrn de caballos? se pregunt a s misma. Barry deba de estar loco!

Kyle olvid a la hembra cuando su caballo pis un desnivel y una punzada le atraves. Prest atencin al terreno por el que cabalgaban antes de acabar con la crisma rota por culpa de ella.

Josleen luchaba por olvidar que l cabalgaba detrs, aunque tena la sensacin de que la vigilaba. Acab por medio volverse, instigada por la repentina necesidad de comprobar si realmente l tena los ojos dorados. Y recibi una mirada desdeosa que la hizo regresar a su posicin de inmediato, como una jovencita pillada en falta. Realmente eran dorados! Fuego y hielo. Pasin y desdn al mismo tiempo.

Kyle no volvi a fijarse en ella ni una sola vez durante las horas siguientes. Se lo propuso y lo consigui. Aunque fue muy consciente de su proximidad. Una mujer del clan McDurney. Por toda la corte del infierno! Slo le haca falta en esos momentos, sentirse atrado por una zorra del clan enemigo! Tena cosas ms importantes en las que pensar. Por ejemplo, el modo de escapar.

Capitulo 5

Barry orden descabalgar un par de horas ms tarde para dar un descanso a caballos y jinetes. Josleen salt a tierra antes incluso de que alguien la ayudara, deseosa de un momento de intimidad y harta de saltar en la silla.

Kyle, apeado de forma ruda, cay de rodillas y solt una nueva maldicin.

Apenas ataron los caballos, la muchacha desapareci unos momentos tras unos arbustos. Los guerreros, sin ella a la vista, vaciaron sus vejigas all mismo. Al regresar, dndoles tiempo suficiente para cubrir sus necesidades, tom una marmita y se acerc al ro para llenarla de agua. Busc luego un pao limpio en su bolsa de viaje y se dirigi hacia el cautivo. Pensar en acercrsele haca que su estmago brincase, pero le era imposible arrinconar la necesidad de acudir en su auxilio.

Barry, insistente y fastidioso, volvi a interponerse.

Ella, estuvo a punto de estrellar la marmita contra su cabeza.

Eres agobiante, Barry le dijo. Slo quiero limpiarle la herida de la ceja. Acaso quieres hacerlo t?

Moretland gru algo entre dientes escuchando la repentina risa de sus compaeros. Acab por hacerse a un lado.

Kyle estaba recostado contra un rbol. Le dola todo el cuerpo y necesitaba un momento de intimidad, pero aquellos mal nacidos ni siquiera repararon en eso. En otras circunstancias, hubiera agradecido los cuidados de aquella joven, pero en ese momento solamente deseaba que desapareciera.

Josleen vio su adusto semblante, capaz sin duda de atemorizar a cualquiera. Y contra todo pronstico, sonri. Su ceo se alis y dos hoyuelos asomaron a sus mejillas.

Tranquilo. Yo no soy tan bestia como ellos.

Kyle no dijo una palabra. Pero resping cuando le pas el pao sobre la herida. Y hasta hizo un movimiento desptico para ahuyentarla. No consigui nada. Ella estaba decidida a atenderle y resta el corte con manos hbiles.

Tienes un buen tajo coment. No deberas haberse enfrentado a ellos.

Me atacaron por la espalda repuso l. Claro que, as es como actan siempre los McDurney, no es verdad?

Josleen se tens por la puya y por sus ojos azules atraves un relmpago de indignacin.

Eres muy poco agradecido. Otros, seguramente, te hubieran atravesado con una espada.

Imagino que an puede suceder solt.

Botarate! la irritacin solt la lengua de ella. No te confundas. No somos como los McFersson, que atacan sin previo aviso y asesinan.

Barry se acerc al escuchar el insulto. Su oscura mirada se clav en su prisionero y ste le devolvi otra desapasionada.

Qu sucede?

Tiene una nefasta opinin de nuestro clan.

Empeorar cuando le tengamos atado a una argolla. De todas maneras, podemos alimentar un poco ms su inquina sonri torcidamente.

Josleen no comprendi a qu se refera hasta que vio que le arrebataba la rada capa. Qu pretenda Barry? El aire cortaba la piel y bajo la prenda, l no vesta ms que una camisa y el kilt, abrigo del todo insuficiente para la baja temperatura que exista.

Kyle no opuso resistencia alguna, sabiendo que era del todo intil. Pero no pudo remediar un ramalazo de fro al sentir sus ropas atravesadas por una rfaga helada.

Josleen no poda apartar su mirada. Si bajo la capa ya se adivinaba un cuerpo fuerte y musculoso, ahora no haba lugar para la imaginacin. Un sbito deseo de alargar la mano y tocar la piel que se vislumbraba bajo el cuello de la camisa, la paraliz.

Unos minutos y recordar el paradero de nuestros caballos dijo Barry.

Josleen no poda creer que su medio primo estuviera haciendo gala de tanta crueldad.

Deberas pensarlo mejor le advirti, porque tal vez no llegue vivo.

l, se encogi de hombros, desentendindose y alejndose para procurarse algo de comida. Y Josleen no tuvo ms opcin que apartarse tambin. Era evidente que no iban a hacer caso a sus splicas. Pero ya les pasara las cuentas cuando llegaran a casa.

Si Kyle supona que iban a darle algo de comida o agua, se equivoc lamentablemente. Ni siquiera se acercaron a l durante el breve descanso. Y la joven, al parecer harta de batallar con el que comandaba el grupo, tampoco volvi a acercarse.

A la hora de partir, simplemente le obligaron a montar de nuevo, pero no le devolvieron la capa.

Capitulo 6

Pararon para revisar una herradura suelta de uno de los caballos.

Para entonces, Kyle no senta ya los brazos. Su cuerpo era un tmpano de hielo y estaba convencido de que queran matarle de fro. Adems, haca rato que comenzara a lloviznar y estaba empapado.

Desfallecido y entumecido, cay al suelo cuando alguien le hizo desmontar bastante tiempo despus. No pudo ni moverse. Tiritaba de manera incontrolada y era incapaz de articular ni un lamento. Lo arrastraron lejos del grupo y all lo dejaron.

Josleen ech un rpido vistazo a sus hombres y le enfureci que ninguno pareciera interesado en el prisionero. Tanto les daba si viva o mora. As que tom un par de mantas y se acerc a l, sin intenciones de preparar aquella noche algo de cena, lo que haba estado haciendo desde que iniciaran el viaje.

Qu ests haciendo? quiso saber su primo. Prepara algo de comer, estamos hambrientos.

Prepralo t mismo! le contest. Cubri el tembloroso cuerpo del prisionero con las mantas.

Vamos, Josleen. Un poco de fro le ayudar a recordar.

El fro va a matarlo!

No es asunto tuyo. Yo estoy al mando y s lo que hago.

De verdad? Y eso es todo cuanto sabes hacer? Dejar que se congele? observ que Kyle segua tiritando bajo las mantas Si no ests de acuerdo conmigo, puedes decrselo a mi hermano cuando lo tengas delante.

Moretland fij sus ojos en ella. Le hubiese gustado golpearla, apretar su cuello La odiaba. Lo mismo que odiaba a su hermano Wain y a todos los malditos McDurney. Slo llevaba una parte de su sangre. Su madre haba sido una criada en la casa de Rob McDurney, hermano menor del jefe del clan haca aos. Su aventura con l no pas de ser eso, una aventura. Y naci l. Pero no llevaba el apellido McDurney. Wain era el heredero y l, aunque dos aos mayor, nada ms que un segundn, el bastardo que ni siquiera lleg a ser reconocido por la repentina muerte en una emboscada del hombre que le engendr. Creci y viv a la sombra de Wain. Y aunque gozaba de cierta posicin, quera ms. Quera lo que le corresponda.

Se alej hacia la fogata que ya haban preparado sus compaeros y se acomod para cenar un poco de pan y queso baado con whisky.

Los dientes de Kyle castaeaban. Lo intentaba, pero era imposible frenar los temblores. Ella, deseaba poder hacer algo ms por l. Se acerc al bullicioso grupo, tom pan, queso y un pellejo de whisky y regres a su lado bajo la atenta y malhumorada mirada de Barry.

Kyle acept el whisky. El ambarino lquido cay en su estmago vaco como una piedra, pero al menos le calent un poco. Tentado estuvo de despreciar la comida, pero no era cuestin de comportarse como un mezquino, de modo que dej que ella le fuera dando los alimentos. La mir con gratitud y hasta estuvo en un tris de agradecrselo verbalmente. Sin embargo, cuando Josleen estir una manta cerca de l, dispuesta a pasar la noche, todo su cuerpo se tens. El suave aroma a lavanda que desprenda su cabello le estaba causando desazn. Llevaba demasiado tiempo sin estar con una mujer y aqulla, no poda negarlo, resultaba cada vez ms atractiva. El dorado de sus ojos se torn glacial. Tanto, que ella alej su manta un poco.

Slo trato de ser amable le dijo. Y ms valdra que dijeses a esos dnde estn los caballos. Mucho me temo que Barry tiene pensado arrancarte la piel de la espalda a latigazos. Los nimos estn bastante alterados despus de este ltimo robo.

No tengo que ver con eso respondi entre un castaeteo de dientes.

Podra creerte. Pero ellos, no. Adems, te han pillado en nuestras tierras.

Kyle maldijo mentalmente. Qu demonios iban a haberle pescado en sus dominios! Conoca perfectamente la delimitacin de su territorio y el de los jodidos McDurney. No haba traspasado la frontera, por Dios! O s? Pudo haber estado tan ebrio que no se fij dnde se encontraba? No, condenacin! Ellos debieron de ser quienes cruzaron los lmites, atacndole por la espalda! Jur que si consegua escapar, se vengara de los McDurney de una forma u otra.

Capitulo 7

El silencio reinaba en el campamento.

Todos dorman a excepcin de Will, al que le toc la primera guardia. Atento a cualquier cosa que se moviera, se encontraba algo alejado, sobre una pequea ladera desde la que se poda vigilar el terreno circundante.

Josleen, sin embargo, se despertaba a cada momento, consciente de la proximidad del guerrero. El prisionero acab por dejarse vencer por un sueo inquieto y temblaba de cuando en cuando. Habra deseado acercarse a l y reconfortarle. Le observ, apoyada en un codo, la barbilla sobre los nudillos.

No comprenda la extraa y perturbadora fascinacin que le provocaba aquel hombre. Estaba convencida de que no era un simple ladrn de caballos. Nadie con un cuerpo como el suyo poda ser un vulgar bandido. Pero qu haca en sus tierras? Poda tratarse de algn espa de los McFersson? Qu buscaba?

Ech un rpido vistazo al grupo y aproxim su manta a l. Ojal ninguno se percatara, porque de otro modo, podra tener una buena reprimenda al llegar a Durney Tower. Porque seguro que el deslenguado de Barry le ira con el cuento, tergiversando las cosas.

Kyle se movi. La manta se lade lo suficiente para permitirla ver su pecho. Josleen clav su mirada en aquella demostracin de fortaleza y le cost trabajo respirar.

Dios, como deseaba tocarlo!, pens, ahogando una risita nerviosa. Se estara volviendo loca? O es que, de repente, le alertaban sus necesidades? Su madre la educ para que no reprimiera sus sentimientos. Le cont la magia que poda envolver una caricia. Y la instruy en las diferencias que existan entre el cuerpo de un hombre y el de una mujer. Era una mujer sabia y, tal vez, adelantada a su tiempo. A su lado aprendi todo: a cocinar, a curar las heridas, a cuidar de los enfermos Y a vislumbrar cmo poda ser la relacin con su futuro esposo.

Pero nunca le dijo que pudiera sentirse atrada repentinamente por un desconocido. Y era justamente eso lo que le estaba pasando. Debera preguntarle en cuanto la viera de nuevo.

Vag su mirada por aquel rostro virilmente atractivo. Su cuerpo era un canto al poder. Estpidamente, imagin qu sentira si l la besara.

Kyle se movi de nuevo y la manta se lade, descubriendo su costado y una larga y musculosa pierna. Se fij en el ancho cinturn que sujetaba su kilt: una torre. Frunci el ceo. Le result vagamente familiar. Pero se olvid de eso de inmediato y sus ojos se aferraron a la piel desnuda. Se humedeci los labios.

Sin ser consciente de su descaro, alarg la mano para tocarlo.

Kyle se debata en sueos. Los ojos de Muriel, la muchacha con la que hubo de casarse apenas cumplir los veinte aos, le observaban. Ella le gritaba, dicindole que le odiaba. l alargaba su mano para sentirla, pero cada vez estaba ms lejos. Nunca volvi a tocarla despus de aquella horrible y desagradable noche de bodas. Pero haba dejado en ella su semilla y le haba dado un hijo, Malcom, al que ella odi tanto como a l mismo

Sin embargo, Muriel le estaba tocando ahora y l vibraba bajo aquella delicada caricia. No la amaba, nunca llegaron a intimar lo suficiente. Pero la necesitaba. Arda bajo el tacto suave de su mano. Su bajo vientre cobraba vida

Se debati en su alucinacin. Las manos de Muriel eran clidas, suaves. Gimi, encendido como una hoguera, deseando que el tibio contacto continuara, su cuerpo pidiendo ya compensacin

Josleen se mordi los labios al sentir bajo sus dedos su sedosa piel. Acalorada por su propia desfachatez, le acarici. l suspir y ella se detuvo, el corazn latindole en la garganta.

Lo que estaba haciendo no era correcto, se dijo. Pero su mano, con vida propia, baj por su costado hasta el muslo.

Kyle, afiebrado, susurr un nombre:

Muriel...

Josleen resping. Pero no movi un msculo. Entonces se dio cuenta de que l estaba ardiendo. Al retirar la mano, toc la hebilla del cinturn. Una torre trabajada sobre metal. Y se qued as, pensativa, con su mano sobre el estmago de aquel guerrero. No poda respirar apenas y un temblor repentino alert al durmiente.

Kyle despert, pero no se movi. Tard un poco en darse cuenta de que haba estado soando con su esposa, pero que no era ella, desde luego, quin le haba acariciado. Sus msculos se tensaron, adivinando ya lo que suceda. Apret los puos. El placer se mezcl con la irritacin. Nunca se haban aprovechado de l de modo tan mezquino, mientras deliraba. Por amor de Dios! Aquella maldita muchacha le haba estaba toqueteando con todo el descaro del mundo.... Y l estaba excitado!

Apret los prpados y ralentiz su respiracin. Los dedos femeninos ya no se movan, varados sobre su vientre. Luego, la escuch suspirar, y volvi a cubrirlo. Los insistentes y humillantes latidos bajo su kilt le enfurecieron. Era una nueva clase de tortura para que hablara, dicindoles lo que queran or? Le excitaba adrede para dejarlo despus deseoso de ms, para rendirlo, cuando no lo hicieron ni los golpes ni el fro?

Tard en mirarla. Ella pareca dormida.

Era bonita, s, pens. Su joven rostro mostraba tranquilidad y su boca se frunca en un gesto casi infantil que le hizo desear besarla. Si hubiese estado libre de las ligaduras...

De repente, Josleen abri los ojos y se incorpor. Le mir y resping al verse observada. Su cara, arrobada, adquiri el color de los melocotones maduros. Pero se repuso de inmediato. l no se haba dado cuenta de sus caricias, de manera que no deba preocuparse. Era otra cosa la que la despert sbitamente, con el corazn en la garganta. La torre! Se acerc, quedando casi pegada a l, sentada sobre sus talones. Ech la ropa a un lado y pas los dedos por la hebilla. Y sus grandes ojos volaron, llenos de estupor, hacia los dorados pozos dorados que la miraban fijamente.

Quien eres? balbuce en un susurro que apenas escuch Kyle.

Un McDuy.

Josleen movi la cabeza con fuerza. Su melena chispe bajo los rayos lunares.

No. No lo eres. Los McDuy son gente miserable. No guerreros. Y t eres un guerrero.

Si t lo dices

Por qu llevas este cinturn?

La verdad haba estallado en su cabeza como un fogonazo. Pero necesitaba una confirmacin porque No poda ser! Por todos los infiernos!

Capitulo 8

Eres un McFersson le dijo.

Kyle guard silencio. Se daba cuenta de que ella estaba atemorizada y un brillo diablico atraves su mirada. Se dijo que muy bien podra sacar partido de su descubrimiento.

Y qu si lo fuera, mujer?

Pero Cmo?

Esto traer la guerra. Lo sabes.

Ella se irgui. Los McFersson eran sus enemigos, pero haca aos que exista algo as como un acuerdo tcito entre los dos clanes. Los robos de ganado y el saqueo de algunas aldeas continuaban, era verdad. Pero haca mucho tiempo que no se haban enfrentado con las armas. Sin embargo, si aquel hombre era realmente un McFersson, y no le caba duda ahora que haba recordado el escudo de armas del otro clan, iban a surgir problemas. Y podra significar reanudar las belicosidades! La miseria para los campesinos, la muerte para muchos guerreros, el dolor por la prdida de muchos seres queridos para las mujeres McDurney. Saba que el jefe McFersson aprovechara aquella oportunidad y atacara con la excusa del agravio a uno de sus hombres.

Eres de verdad un McFersson?

S.

Se tambale ligeramente.

Y si te dejo ir? pregunt, resuelta.

Kyle parpade. Achic la mirada y su voz son muy ronca.

Podras librar a los de tu clan de una muerte segura, muchacha.

No habr guerra? Olvidars este incidente? Debes prometrmelo le exigi.

Kyle pareci pensarlo durante un instante. Qu haba sucedido a fin de cuentas? Una ceja partida que sanara en un par de das, unos cuantos golpes y, eso s, un buen resfriado. Nada lo suficientemente importante como para emprender una guerra que a ninguno beneficiaba. Aunque la amenaza haba surtido efecto.

Claro que, tambin hubo algo agradable: el tacto de su mano. Asinti.

Prometido.

Y no les hars nada a ellos cuando te suelte seal a los que dorman.

Estoy desarmado.

Josleen se tranquiliz. Le hizo volverse de espaldas, sac su daga y la acerc a las cuerdas. Pero se detuvo repentinamente.

Lo has pensado mejor? pinch Kyle.

Ella no contest, pero comenz a desatar los nudos. Si encontraban cortada la soga, todos sabran que ella le haba ayudado a huir.

Kyle contuvo un grito de alegra al verse liberado. Se la enfrent. Y retrocedi un poco al ver la daga con que le apuntaba, sus ojos empaados de precaucin.

Kyle sonri. A pesar de todo se estaba divirtiendo. Y a ella se le sec la garganta. Era tan atractivo.

Kyle se levant cuidando de no hacer ruido. Tena que marcharse ahora que an poda, pero algo pareca retenerle junto a ella. Adems, le molestaba pensar que tal vez recibiera un castigo, si suponan que le haba ayudado.

Debera golpearte le dijo.

Josleen elev un poco su daga.

Ni te atrevas!

Y si suponen que t me has liberado?

No cort la cuerda.

Pero l tena razn. Barry, sin duda, sospechara de ella. Cmo iba a explicarles? Qu excusa podra dar ms tarde a Wain? Suspir y guard la daga.

No me golpees muy fuerte le rog.

Kyle sinti un mazazo en el pecho ante su pasividad. Nunca hasta entonces haba golpeado a una mujer y ahora las circunstancias le obligaban a hacerlo. Y ella se pona en sus manos sin temor alguno! Podra retorcer su delgado cuello, sin que sus compaeros se enterasen de nada. Y todo por evitar una guerra. Pona en riesgo su propia vida para evitar muertes. Hasta ese momento, no conoci a una mujer tan valiente, capaz de sacrificarse por los dems hasta tal punto.

Se inclin un poco hacia ella. Su mano derecha la atrap por la nuca y ella le mir con los ojos muy abiertos, acaso dudando de hacer lo correcto. l podra estrangularla si quera. Pero el contacto de aquellos largos dedos en su nuca, enredndose en su cabello, provoc un estremecimiento. No importaba demasiado, de todos modos. Una vida a cambio de muchas. Cualquier cosa antes que ver a su pueblo sumido en las penurias de una guerra.

Confo en t musit, cerrando los ojos.

Y sus palabras desarmaron a Kyle por completo. Si por algn instante hubiera pensado hacerle dao, la afirmacin habra evaporado el rencor. Pero cmo lastimarla?

Le quit la daga de entre los dedos. Fulminante como un rayo, la necesidad de saborearla le atraves. Su boca atrap la de Josleen. Ella resping ante el tibio contacto, pero antes de poder reaccionar, estaba en pie y pegada al cuerpo de aquel guerrero, respondiendo a la caricia.

Ambos respiraban aceleradamente al separarse. Kyle la mir, fascinado. Quin era aquella bruja que le enardeca slo con mirarla? En otro momento, aquella muchacha hubiera conocido el modo en que un McFersson Pero no era lugar ni hora para escarceos amorosos. Apret los dientes, pidi perdn mentalmente a Josleen y su puo se estrell sin demasiada fuerza contra su mentn. Ella ni solt un quejido, simplemente se desmay.

Kyle la retuvo en sus brazos durante un momento. Le aturda la sensacin de plenitud que le embargaba sintiendo su cuerpo junto al suyo. Lament profundamente haber tenido que golpearla, pero era eso o arriesgarla a un castigo. La deposit sobre el suelo con mucho cuidado, sintindose el ser ms ruin de la tierra por haber tenido que daarla. Volvi a besar aquella boca afrutada, caliente y sedosa.

Perdname, princesa susurr sobre sus labios.

Despus, ech sus errticos deseos al infierno, se incorpor, corri agazapado hasta su caballo y mont sobre l. El semental, bien entrenado, no hizo ruido. Pero el grupo escuch, inevitablemente, su galope.

Cuando los McDurney se dieron cuenta de que el prisionero escapaba, la preocupante inmovilidad de Josleen detuvo la persecucin. Kyle aprovech su ventaja, poniendo distancia entre ellos y dirigindose hacia sus tierras.

Capitulo 9

Era el antiguo culto a los rboles.

En tiempos remotos, los celtas adoraron al roble y fundaron su religin en el culto a la naturaleza. Ahora, el rito pagano haba cambiado y no era un roble sino un poste adornado con multitud de cintas de colores, alrededor del cual la chiquillera danzaba hasta hermosear el sencillo palo de madera. Pero para el pueblo, aquel inspido poste segua representando al roble. Se deca de las mujeres nacidas bajo su sino, en el mes de Agosto, como Josleen, eran slidas aunque sensibles, que slo permitan ser amadas por aquel que les brindara un cario sincero, intranquilas y apasionadas y capaces de demostrar su enojo con creces incluso cuando no le diera motivo para ello.

Josleen sonri ante el bullicio de los nios y apur a los que iban a acompaarla en su viaje a la aldea de Mawbry para despus llegar hasta la casa de su madre. Le hubiera gustado quedarse hasta la noche, disfrutando de la fiesta, pero haba que partir.

Seis guerreros armados hasta los dientes la rodearon y juntos se encaminaron hacia los caballos.

Podras esperar un poco, Josleen.

Josleen se volvi ante el ruego y sonri al sujeto. Se acerc para besarle en la mejilla. Se separ un poco y le mir con afecto.

Quiero estar a medio camino antes de que caiga la noche, Wain.

l asinti. La estrech entre sus brazos y ella ri, gozosa, aunque su fuerza casi le fractur una costilla.

Mndame recado por un emisario tan pronto llegues. De acuerdo? Y quiero tener buenas noticias.

Ellos pueden regresar, hermano seal al grupo.

Prefiero que se queden contigo y con nuestra madre.

Ella tiene un buen contingente de guerreros.

An as.

De acuerdo. Pero luego no me eches en cara que les has necesitado.

Wain acompa a su hermana hasta la montura, la agarr por la cintura y la coloc sobre la silla. Josleen le sonri, aunque aquellas muestras de proteccin la irritaban a veces. Era una mujer hecha y derecha y no necesitaba continuos cuidados. Pero Wain segua pensando que era poco menos que una criatura. Y saba que l siempre estara all, procurando su bienestar, como procuraba la prosperidad a todo el clan. Era el jefe. Todos confiaban en l.

Ten cuidado pidi l.

Deja de preocuparte. Tengo que ir, lo sabes.

Le cost convencerlo de que aquel viaje era necesario. Helen, la hija mayor del hombre que despos a su madre en segundas nupcias, se lo pidi como un favor. Pasara mejor los dos ltimos meses que faltaban hasta el parto teniendo a su lado a alguien de su misma edad. Adems, podra ayudar a su madre en el parto. Wain haba accedido slo por el amor que profesaba a Alien, su madre, ahora una McCallister.

Wain acarici el lomo del caballo.

Espero que, en esta ocasin, no te encuentres con otro ladrn, hermanita.

El sonrojo cubri sus mejillas. Instintivamente, se pas los nudillos por la barbilla. An recordaba la parrafada de Wain cuando se enter de lo acontecido, culpndola directamente a ella por haberse puesto en peligro durmiendo tan cerca del prisionero. El condenado Barry insisti en que, de no haber sido por eso, hubieran evitado que el McDuy escapara.

Si yo no lo hubiera tocado pens Josleen. Recordaba tan vvidamente el tacto de sus msculos Le recorri un extrao cosquilleo. Haba intentado olvidarlo durante aquellos meses, pero fue imposible. Su beso la marc a fuego. Y la mantena despierta muchas noches, hasta irritarla. Sin embargo, l haba cumplido su promesa y ninguna aldea fue atacada, ni haba llegado un ejrcito en son de guerra a las puertas de Durney Tower.

Acept la broma y se inclin para tirar a su hermano de una oreja.

Te traer uno a mi regreso brome.

Y yo te calentar el trasero.

Josleen le tir un beso con los labios y se medio volvi en la montura al escuchar la llamada de una mujer.

Se acerc una joven muy bonita, a quien Wain enlaz de la cintura en cuanto la tuvo a su alcance.

Te echaremos de menos.

Y yo a vosotros, Sheena. Pero Helen me necesita ahora.

Es mucho tiempo se quej la otra.

Wain te mantendr ocupada, no lo dudes. Ni siquiera te acordars de m.

Sheena se puso roja como la grana y agach la cabeza para apoyarla en el pecho de su esposo.

Eres terrible se quej a media voz.

Wain se uni a la risa divertida de su hermana y abraz ms fuerte a su mujer. Haca tres aos que se casaran y era el hombre ms feliz del mundo. Sheena era sumisa, todo lo contrario a su hermana, que pecaba de terca, irritable y, la mayora de las veces, sarcstica hasta lo desesperante. Sheena era dulce; Josleen, mandona. Una pelirroja y la otra rubiarojiza. La primera vergonzosa, la segunda descarada. Slo tenan en comn unos hermosos ojos azules y profundos que quitaban el aliento a cualquier hombre.

Os enviar noticias apenas llegue prometi de nuevo Josleen.

Si necesitas algo, hzmelo saber. Besa a mam. Y dale un puetazo a McCallister de mi parte brome Wain, alzando la voz, cuando ya el grupo se alejaba a la salida de la fortificacin.

Sheena se apret contra l y alz la cabeza para recibir un beso. Suspir y le mir con los ojos velados.

Te deseo le confes.

Wain McDurney estall en carcajadas.

Creo que Josleen te est mal enseando, mujer.

Me gustara tener su carcter. Josleen no se amilana ante nada, hace lo que quiere y...

Y se gana una zurra de cuando en cuando cort.

Hablando de eso. No me gust que la reprendieras cuando regresaron de Dorland. Qu culpa tuvo ella de que ese sujeto escapara?

Ya oste a Barry.

Barry es propenso a la clera. A veces pienso que naci ya colrico.

Wain guard silencio. Al diablo con su medio primo! Tena cosas ms importantes de las que ocuparse, por ejemplo, hacerle el amor a su mujer de inmediato. Llevndola apretada contra su costado, se acercaron al palo adornado para la fiesta de May Day, que celebraba la llegada de la primavera.

Acodado en una de las murallas, la turbia mirada de Moretland les sigui.

Algn da... dijo entre dientes. Algn da, Wain.

Capitulo 10

James agarr un muslo de ave de una de las fuentes que los sirvientes retiraban ya y le dio un mordisco mientras intentaba, a la vez, ponerse la capa.

Por los infiernos, James! bram una voz desde la entrada del saln.

Ya voy, maldita sea! gru el muchacho Ya voy!

Sali a escape, refunfuando sobre la estpida necesidad de tener que ir justo ahora de batida. A su hermano, el jefe del clan, se le haba metido entre ceja y ceja tomar prestado parte del ganado que los McDurney tenan cerca de la ciudad de Mawbry, unas veinte millas fuera del territorio McFersson. Dio otro mordisco y tir el hueso a un lado. Poco falt para que acertase a uno de los sirvientes que pasaba en esos momentos.

Lo siento! se disculp al tiempo que se escabulla.

Afuera, diez hombres montados a caballo aguardaban. Le import un comino la mirada de reprobacin de nueve de ellos. Pero la del ltimo, le provoc desazn. Mont de un salto y mir a su hermano mayor.

Kyle dej una imprecacin a medias.

Es la ltima vez que te espero, James.

Ni siquiera me has dejado acabar la comida.

Si hubieras llegado a la mesa cuando todos lo hicimos, en lugar de estar detrs o bajo las faldas de alguna muchacha, habras tenido tiempo suficiente.

James se encogi de hombros. Y sonri como un diablo al ver su ceo fruncido.

Por qu ests siempre de tan mal humor, Kyle? La vida es hermosa.

Unos ojos dorados relampaguearon, pero se aplacaron de inmediato. Era imposible luchar contra James. El chico apenas acababa de cumplir los veinte aos y era tan revoltoso o ms que el pequeo Duncan, quien an no haba cumplido los catorce. Le venca siempre con sus sonrisas. De los tres, era sin duda el que tena mejor talante. Por eso se ganaba a las mujeres.

Vmonos!

Casi a las puertas del castillo, tuvieron que detenerse. Montado en un caballo de color canela y fuertes patas, Duncan les cortaba el paso. Kyle suspir, se acod en el cuello de su montura y mir a su hermano pequeo.

Y ahora qu pasa?

Voy con vosotros.

Ya te dije que no, Duncan.

Pues yo insisto.

Kyle buf. Por los cuernos de! Es que siempre habra de estar peleando con sus hermanos? A su espalda, las risitas de sus guerreros le irritaron an ms. Hizo avanzar al caballo y se irgui sobre la silla, acercndose al muchacho. Su voz son tranquila. Demasiado tranquila. No era buena seal para quienes le conocan de verdad.

Hijo, quita tu trasero de mi camino o juro por todo lo sagrado que te lo despellejo con una vara.

Apenas lo dijo, Duncan palideci. De inmediato, el camino les qued expedito.

De veras le zurraras con una vara, Kyle? pregunt James, divertido, mientras avanzaban.

Y a ti, si me incordias demasiado, hermano.

Por Dios, qu genio! se alej. Le grit a distancia No eres buena compaa, Kyle! Lo sabes? Preferira viajar con un marrano antes que a tu lado!

Se escap alguna carcajada y l sonri. Las bromas de James eran siempre bien recibidas por los hombres y ms an cuando el centro de aquellas bromas era l. Se fue hacia l, para que el joven no se sintiera orgulloso de su triunfo y James se alej, tomando distancias.

Capitulo 11

Avistaron la pequea aldea despus de rebasar la colina.

De algunas chimeneas, sala humo. Haba una quietud que tranquilizaba el espritu en aquel buclico paisaje. Apenas haba diez cabaas. Y el ganado pastaba al cuidado de dos hombres, un poco alejados del pueblo.

Atardeca ya, pero los montes no se resignaban a dejar de obsequiar a los viajeros con el malva de las flores de sus laderas. Era un momento propicio para atacar y hacerse con unas cuantas reses. Adems, haba luz suficiente para que supieran quien les atacaba. Siempre fue as entre los ellos y los McDurney, desde los tiempos de sus abuelos. Sin esconderse. Cara a cara, luciendo los colores de sus tartanes y lanzando al viento su grito de guerra. Llevaban tanto tiempo robndose ganado unos a otros, que era casi una tradicin.

Kyle estaba a punto de orden bajar la colina cuando avistaron al grupo que se acercaba a la aldea. Se replegaron tras unos arbustos y vigilaron. Varios hombres y una mujer, en el centro, claramente protegida por los guerreros. No le importaba quienes eran. El ganado, s.

Se aup sobre su montura, pero la distancia no le permiti distinguir si iban armados, ni sus colores. Podan ser hombres de guerra y si comenzaban una pelea, alguno saldra herido, era inevitable. Kyle no deseaba arriesgar en esos momentos la integridad de ninguno de sus hombres. Mucho menos la de su hermano James. Los viajeros parecan ir de paso y seguramente pernoctaran en la aldea, lo que dilataba sus intenciones. Pero una noche bajo las estrellas nunca hizo mal a nadie, as que decidi esperar al da siguiente y as lo comunic a sus compaeros.

Pero, Kyle protest James, hasta podra ser divertido. Hace mucho que no cruzamos armas con nadie. Supn que pertenecen al clan de los McDurney. Podramos divertirnos un rato.

No s si son McDurney.

Sean quienes fueran, son amigos de ellos. De otro modo no se atreveran a cruzar estas tierras con esa tranquilidad.

Posiblemente. Pero hemos venido a por el ganado.

Te ests volviendo blando, hermano.

Posiblemente repiti Kyle mientras ataba su caballo al arbusto.

El resto se ape tambin. James no tuvo ms opcin que claudicar. Se acomod junto a l y comenz a mordisquear una brizna de hierba.

Me habra gustado un poco de jaleo.

Si tan ansioso ests, cuando regresemos a casa mediremos nuestras espadas.

James di un respingo.

No estoy tan ansioso! Adems, no puedo competir contigo. Siempre ganas dijo, fastidiado.

Pero te desahogars. No es lo que quieres?

James enmudeci. Los otros, escuchando el intercambio, sonrieron. Ahora era Kyle el que se burlaba.

Capitulo 12

Apenas clare el da, Josleen y su escolta se pusieron en marcha. Agradecieron el alojamiento y la comida al cabecilla de la aldea y montaron. An les quedaba todo un da de viaje.

Kyle, agazapado, cuerpo a tierra, les observaba. Su humor no era el mejor, despus de haber soportado las pullas de James durante buena parte de la noche. Cuanto antes tomaran el ganado y regresaran a Stone Tower, antes se quitara a aquel pesado de encima. Orden montar.

Pero el destino les jug una mala pasada.

El grupo se diriga directamente hacia ellos. Por tanto, hacia la ciudadela de McCallister. Eso les dejaba slo dos salidas: o se les enfrentaban o huan como conejos. Y Kyle McFersson nunca haba hecho lo segundo.

James se frot las manos. A fin de cuentas habra un poco de jarana.

Me pido a la dama le dijo a Kyle al odo.

Kyle no le prest atencin. Estaba ya dispuesto a ordenar el ataque cuando una rfaga de viento vol la capucha que cubra la cabeza de la mujer. El sol naciente salud por un instante a unos cabellos doradorojizos. Ella se cubri de inmediato, pero a l se le haba cortado la respiracin.

Pensando que era una confusin, achic la mirada, fijando toda su atencin en la dama. Joven. Delgada. Dominaba su caballo con maestra. La vio hablar algo con el hombre que se cea a su lado derecho y ella ech la cabeza hacia atrs, al parecer divertida. Ahora s pudo ver bien los colores de sus tartanes. McDurney. Y para colmo, aquella muchacha era!

Un estremecimiento le recorri la espalda al reconocerla. Como no hacerlo, por las ubres de una vaca! No haba pasado un solo da sin recordar el tacto de su pequea mano sobre su cuerpo.

Solt un taco. Ech un vistazo a sus hombres. Todos estaban ya montados y listos. Se aproxim a ellos.

Quiero a la mujer les dijo. Ni un susurro y ni un herido.

Le miraron con asombro, pero asintieron en silencio. Slo James protest por lo bajo.

A la dama me la he pedido yo.

Pdrete, James!

Tras los arbustos, aguardaron a que los otros se acercaran ms. Entonces salieron. No hubo grito de guerra y el asalto se llev a cabo en el ms absoluto silencio.

La escolta de Josleen, pillados por sorpresa, apenas pudieron sacar sus espadas y, en medio de la confusin, se dispersaron. Fueron desarmados con una rapidez abrumadora. Los ms cercanos a la joven intentaron protegerla, pero fueron atacados por la espalda y sendos golpes en la cabeza dieron con ellos en tierra.

Josleen hubo de hacer verdaderos esfuerzos para controlar su montura, repentinamente asustada. Para cuando lo consigui, la corta pelea haba finalizado y su escolta haba sido vencida. Les indicaron que descabalgara, pero ella se neg. Regal una mirada de desdn al hombre que se acerc a ella. Era joven y luca los colores de los McFersson: fondo negro con cuadros verdes. El broche que sujetaba su tartn sobre el hombro era una torre, alrededor de la cual ley: Honor o Muerte.

l, alarg el brazo para atraparla por la cintura, pero se encontr con que ella levant la pierna, propinndole tal patada, que le propuls del caballo y acab apeado.

Surgi una risotada general entre tus atacantes. Pero Josleen no sabore demasiado su pequeo triunfo porque alguien, desde el otro lado de su caballo, la atrap en una tenaza que apret alrededor de su cintura, lastimndola. An as, luch. Chill cuando la soltaron de golpe y cay al suelo, sobre rodillas y palmas, pero se resolvi como una fiera dispuesta a atacar.

Y se qued paralizada ante unos ojos que le quitaron el aliento.

Hielo y oro.

Capitulo 13

Abri la boca, pero slo se le escap algo parecido a un graznido.

Kyle descabalg con lentitud, saboreando la imagen de ella as, medio agachada, despeinada, aparentemente vencida pero lista para el ataque. Una gata.

Josleen, aunque asombrada, no dej de prestar atencin a lo que le regalaba el destino. Ahora, a la luz del da, pudo fijarse mucho mejor en la complexin de l: era alto, de fuertes brazos y poderosas y largas piernas enfundadas en botas de piel. Estrecha cintura que adquira amplitud en un torso acabado en unos hombros de increble anchura. Sus ojos, del color del oro, tenan, tal vez, una chispa de irona. Era condenadamente guapo.

Ms esplndido que como le recordaba.

Volvemos a vernos dijo l, ofrecindole su mano.

Josleen tard en aceptarla, pero acab hacindolo.

Eso parece.

Aunque ahora se han cambiado las tornas.

Desafortunadamente para m y mi escolta.

Kyle sonri de repente y ella crey encontrarse en el sptimo cielo y respondindole.

No he olvidado que tengo una deuda contigo, muchacha. Nada debis temer. No os haremos dao.

Entonces... por qu nos habis atacado?

Os hemos detenido. Hay una diferencia. De haberos atacado realmente, ni uno slo de tus hombres estara con vida.

Josleen asinti, ms calmada. Si no entenda mal, l deba haberla reconocido y slo deseaba intercambiar un saludo. Entenda que no haba visto mejor forma que sorprendindoles, porque no hubieran sido bien recibidos de advertir el color de sus tartanes. Sonri y comenz a caminar, como el que da un paseo. Kyle la sigui mientras sus hombres esperaban, sin saber qu hacer con los prisioneros. Tampoco stos parecan comprender nada.

Pensis robar el ganado de la aldea?

Aj.

Y has cambiado de idea al reconocerme.

No exactamente. Slo he priorizado. Me pareci buena idea saludarte. Pero despus me llevar el ganado.

Josleen se ech a rer. Sin que ella se diera cuenta, Kyle se tens. Su risa le hizo desearla.

As que has querido intercambiar saludos. No es frecuente entre clanes enemistados.

Kyle se encogi de hombros. Ella pens que era una estupenda y preciosa ancdota para contarle a su madre y a Wain cuando regresara a Durney Tower. Por qu no?, se dijo. Haca demasiados aos que duraba aquel enfrentamiento estpido entre sus clanes.

Estaba entusiasmada. Hasta que le oy decir:

No exactamente intercambiar saludos, muchacha. Vendrs conmigo.

Capitulo 14

Josleen retrocedi un paso. De qu estaba hablando, por todos los cielos? Ir con l!

No lo ests diciendo en serio dijo con un hilo de voz.

Muy en serio. Que viajes con escolta slo puede significar que eres importante en el clan McDurney. Eso significa un buen rescate.

Ella se atragant. El muy! Se le fue el color de las mejillas. Ech un rpido vistazo alrededor. No poda contar con su escolta.

Yo te liber cuando te apresamos le record.

James silb y cuando Kyle se volvi a mirarle estall en carcajadas. El muy bellaco no haba contado nada a ese respecto.

Y yo pagu la deuda respetando la vida de tus hombres. Como ahora.

Josleen entendi. No pensaba dejarla ir.

Wain McFersson te declarar la guerra por esto.

Su mencin hizo que Kyle alzara las cejas.

No lo creo. Pagar el rescate y ah qued todo.

Ni lo suees repuso con desdn. Vendr a por m.

Eres su amante?

Josleen estuvo tentada de golpearle. Apret los puos contra las caderas y elev la barbilla con gesto altanero.

Es mi hermano.

Por los ojos de l cruz un atisbo de tormenta. Fij en ella su atencin. Haba visto al McDurney slo una vez, haca siete aos. Y no olvidara su rostro jams, porque el otro consigui alcanzarle con su espada y guardaba una cicatriz en el costado izquierdo como recuerdo. La muchacha que tena ante l tena los ojos acaso ms azules, el cabello ms rojizo... pero... Aquella expresin tenaz, aquel rictus de superioridad que anidaba en sus gruesos labios...

Tu nombre orden tajante.

Para t, slo McDurney.

Kyle la agarr el brazo, repentinamente enfurecido. Haba jurado haca aos que si se encontraba de nuevo con Wain McFersson, acabara con l. Wain haba tachado de asesinos a todos los de su clan debido al enfrentamiento de antao. Le haba herido, humillado y pisoteado su orgullo. Y ahora, loados fuesen los cielos! tena nada menos que a su hermana en su poder. Qu mejor venganza? Qu mejor modo de hacerle dao? La empuj hacia el grupo y ladr una orden:

Atadles a todos las manos a la espalda y que monten. Y darme una cuerda!

James se la tendi, pero al adivinar el uso que iba a hacer de ella se disgust, aunque guard silencio.

Kyle at las muecas de Josleen y la tom en brazos para dejarla al lado de los dems prisioneros. Luego, mont su caballo, dio una silenciosa orden alzando el brazo y sali a galope hacia la aldea, sabiendo que sus hombres le seguiran. Tener entre sus brazos a aquella muchacha no le hizo olvidar el ganado.

Capitulo 15

El origen de los clanes escoceses provena de los celtas y era su sistema de vida; el nico conocido. El clan estaba formado por los miembros originarios, casi siempre relacionados con el jefe del mismo por vnculos de parentesco o de sangre. Eran los Native Men y, por consiguiente, los que ejercan mayor poder dentro de la comunidad. El resto, los Broken Men, no eran sino miembros de otros clanes menos poderosos o deshechos que buscaban proteccin bajo el ms fuerte. McFersson y McDurney tenan muchos de aquellos entre sus filas.

Josleen observ que haba grupos aislados que saludaban los colores McFersson, segn se adentraban en tierra enemiga.

Atravesaron un ro y se internaron en un bosque cerrado, con espesa vegetacin. Cabalgaron sin descanso durante horas y para ella supuso un infierno. Aquel desgraciado la haba montado delante de l y era imposible no chocar una y otra vez contra su musculoso cuerpo. Su humor era el peor que recordaba desde haca tiempo.

El de Kyle, no tena nada que envidiarla. Aunque haba recordado frecuentemente, durante aquellos meses, sus trmulas y avergonzadas caricias mientras fue su prisionero y le crey dormido, ahora se le haca cuesta arriba mantenerse impertrrito tenindola all, entre sus muslos. Deseaba llegar a Stone Tower lo antes posible. Su perfume le embotaba y hubo de cambiar varias veces de posicin mientras cabalgaban para no demostrar su excitacin.

Debera haberse sentido ufano por haber cazado a una McDurney con la que obligar a Wain a negociar, consiguiendo tierras y ganado. Pero no era as. Estaba irritado.

Apenas pararon para dar un ligero descanso y agua a caballos y reses y para tomar un bocado. Durante el breve respiro, ataron a los prisioneros juntos. Josleen fue apeada sin demasiados miramientos y a punto estuvo de lastimarse.

James lanz una mirada de fastidio a su hermano mayor y le increp en voz baja su lamentable actuacin. Ella, lo escuch. Y pens que, tal vez, podra encontrar un aliado de su causa antes de acabar en una mazmorra.

Sonri al joven guerrero y l respondi con una media reverencia. James escuch la advertencia de Kyle a su espalda, pero le mand mentalmente al infierno y se acerc a ella. La tom del codo y la condujo, con toda galantera, hasta acomodarla a la sombra.

Pero no le solt las manos. Le proporcion un trozo de carne seca y un pellejo de vino rojo. Estaba famlica, cansada, muy enfadada y hasta un poco temerosa de su suerte, pero agradeci las viandas y se dispuso a comer. Al menos, le haban atado las manos delante. A punto de saborear la carne seca, se di cuenta de que nada haban ofrecido a su escolta.

Con un gesto altivo, tir la carne y el pellejo a un lado y se recost en la corteza del rbol, cerrando los ojos.

No me gusta desperdiciar la comida, muchacha la dura voz de su carcelero la hizo brincar.

No pienso comer si ellos no lo hacen.

Kyle la mir desde arriba. Era tan alto y pareca tan temible Le brillaban los ojos. De diversin? De clera? Josleen se mantuvo firme y no apart su mirada. Por fin, Kyle acab por encogerse de hombros, dio una patada a la carne y recogi el pellejo de vino.

Es ms que lo que me ofrecisteis a m le dijo.

Josleen se mordi la lengua para no insultarle y l se alej, sentndose junto a sus guerreros. No se le escap que el ms joven volva a parecer discutir con aquel gigante dorado. Cerr los ojos de nuevo y procur descansar. No saba cunto tiempo cabalgaran an y estaba extenuada.

Dormit un rato. Hasta que la tomaron de las cuerdas y la irguieron. Dio un vistazo a su alrededor, un poco confusa. Todos haban montado ya y aguardaban. A ella?

Kyle la tom de la cintura y la coloc de nuevo sobre la silla. Slo que esa vez, no fue sobre la suya, sino en la de James.

Josleen mir por encima del hombro a su nuevo compaero de viaje y l sonri de oreja a oreja.

l dijo que tena que pensar, por eso cabalgars conmigo.

Ah! Pero piensa y todo?

La carcajada le retumb en el odo. James asi las riendas y la estrech, tal vez demasiado, entre sus fuertes brazos. Luego, hundi la nariz en su cabello.

Hueles bien. Como los brezos. le dijo.

Ella no respondi, pero se alegr de la conquista. Estaba cada vez ms segura de que la ayudara. Acaso no pareca estar en desacuerdo con el jefe de la partida? No crey ver que discutan despus? No era experta en seduccin, porque nunca le interes ningn guerrero lo suficiente como para desplegar sus velas, pero pens que era un buen momento para practicar.

Capitulo 16

Vuestro jefe es siempre igual de hosco?

A veces, ms.

Alguien debera ensearle modales.

Bueno... Las mujeres no se le quejan brome l. Hasta dira que les agrada a veces... Ya me entiendes.

Yo no estoy acostumbrada a que un hombre sea tan grosero.

Tal vez todos te tratan con correccin porque eres la hermana de Wain McDurney, verdad?

Simplemente porque mis gentes son sin duda ms agradables. Aqu todos parecen haberse tragado un puercoespn, sobre todo l... Menos t y al decirlo se volvi a mirarle, luciendo su ms encantadora sonrisa. T eres distinto.

Gracias.

Eres ms educado, ms caballeroso.

James enarc una ceja. Su voz se haba tornado melosa, tan dulce que empalagaba. Estaba encantado por la decisin de Kyle de haber montado a aquella beldad en su caballo. Pero de inmediato se percat de sus intenciones.

Cmo te llamas? pregunt ella.

James.

Me gusta.

Y t?

A ti puedo decrtelo. Josleen.

Precioso.

Ella dej transcurrir un tiempo antes de volver a la carga. Simulando un pequeo bostezo se recost en su pecho.

James lo estaba pasando en grande por dos razones: la primera por disfrutar del contacto de la dama y la segunda por las miradas irritadas que Kyle le lanzaba cada poco.

James... Puedo preguntarte algo?

Aj.

Tienes propiedades?

Ninguna, pero disfruto de las de mi hermano.

Y, no te gustara tener las propias? Vivir en otro lugar, tal vez?

Por qu lo dices? Este territorio es estupendo. Me gusta vivir aqu y tengo lo que necesito.

Pero hay otros lugares. Por ejemplo, nuestras tierras.

Eso es territorio enemigo, pequea.

Josleen trag saliva. Empezaban a sudarle las manos. Le vea remiso y ella deba conseguir su ayuda cuanto antes.

Mi hermano puede regalarte tierras y ganado ofreci, a sabiendas de que Wain dara eso y mucho ms por recuperarla Seras tu propio seor.

A las rdenes de un McDurney?

James se fij en su coronilla. Su solapada irona la haba dejado envarada. Pero le diverta que ella estuviera intentando sobornarle.

Tendras que jurarle lealtad, s.

l se tom un tiempo para responder con un simple:

Tal vez.

Era el momento, se dijo Josleen. Contorsion el cuerpo para poder mirarle a los ojos:

Si nos ayudas a escapar tendrs todo eso y una buena bolsa de dinero.

James ahog una risotada. La joven tena agallas, de eso no le cupo duda. Por Dios! Tena que estar desesperada para hacerle semejante proposicin. Duncan se morira de la risa cuando se lo contase. Quiso alargar la diversin y guard silencio, como si se lo estuviera pensando. Luego suspir, agach la cabeza y bes con rapidez sus labios. Ella se ech hacia atrs. Pero no protest. Qu diablos!, pens. Un beso era un triste pago si conseguan huir.

Bueno...dijo James un momento despus. Existe un problema, sabes?

Qu problema? Mi hermano te protegera.

Ya lo imagino. Pero el mo me mandara desollar.

Eso es todo? Trae a tu hermano. Y a toda tu familia si quieres! Qu les debes a los McFersson, sino vasallaje?

Veras Es que a l no le gustara tener que vivir a las rdenes de un McDurney.

Josleen empez a desesperarse.

Y quien es tu hermano? Un idiota que no ve una oportunidad cuando la tiene delante de sus narices? Convncelo!

Imposible.

No hay nada imposible!

Con l s ri entre dientes. Porque es se que no deja de lanzarme dardos con los ojos. Kyle McFersson. Ni ms ni menos que el jefe del clan, muchacha.

Josleen se revolvi para abofetearle por la burla, pero antes de darse cuenta la arrancaron de la silla y se encontr sentada sobre la de Kyle. Sus brazos la rodearon.

Y su valor desapareci. Oh, Dios! No estaba en las garras de un McFersson cualquiera, sino en las de el McFersson. A su cabeza llegaron, en rfagas, los relatos sanguinarios que escuch. Se deca que incluso los ingleses le teman, que haba arrasado aldeas asesinando a mujeres y nios. Contaban que, incluso, haba bebido alguna vez la sangre de sus enemigos. El rey, Jacobo, le tena en alta estima y, sin embargo, haba puesto precio a su cabeza y aumentado la cantidad en varias ocasiones. Al parecer, McFersson haba hecho odos sordos a la orden de pactar una alianza con algunos clanes para mantener la paz.

Josleen saba, porque conoca a su pueblo, que aquella recompensa poda ser un acicate para un ingls, pero nunca para un escocs. Ante todo estaba la sangre. Podan mantenerse enfrentados durante aos, pero si se trataba de luchar contra un invasor, todos los clanes podan unirse en esa causa comn.

Trat de mantenerse erguida, pero el cansancio acab por vencerla. Un par de veces se despert sobresaltada, con el calor del otro cuerpo arropndola. Pero, al final, se durmi.

Para Kyle fue un mazazo sentir que se relajaba en sus brazos. La haba montado con James para calmar un poco el ardiente deseo que ella despertaba en su cuerpo, pero la risa de James acab por ponerle los nervios de punta. Adems, algo parecido al sentido de la posesin le hizo recuperarla. Ahora, estaba seguro de haber cometido un error, porque sus suaves formas volvan a excitarle. Se fij en el valo perfecto de su rostro, en sus largas y espesas pestaas, en su boca. Era preciosa. Cmo no se dio cuenta antes? Y ola maravillosamente, a esencia de brezo blanco.

Josleen suspir y apoy la mejilla en el hueco de su hombro, removindose sobre la silla. Kyle aferr las riendas con ms fuerzas. Su cuerpo reaccion dolorosamente, pero soport el sufrimiento mientras ella se frotaba, sin ser consciente de ello, contra su entrepierna.

Kyle se maldijo y clav la mirada en el horizonte. Estaba perdiendo el control, lo que nunca le pas hasta ahora. Se oblig a pensar en otra cosa que no fuera ella y sus ojos volaron hacia los colores de su tartn. Aquello fue suficiente para enfriar su calentura. An as, cuanto antes llegaran a Stone Tower, mucho mejor para su salud mental.

Capitulo 17

Stone Tower era una fortaleza impresionante, cuadrada, rodeada de un muro exterior. La torre principal estaba levantada en el centro y la flanqueaban otra cuatro, una en cada esquina.

El grupo y las reses atraves muralla en silencio y, mientras cruzaban la aldea interior, todos cuantos se cruzaban les observaban con inters. No era para menos. Los colores de los prisioneros, les delataban como enemigos.

Josleen se irgui y mir al frente, evitando mostrarse intimidada. Pero una cosa era haber sido rehn en campo abierto y otra, muy distinta, encontrarse en la guarida del McFersson. Adems, su orgullo ya haba quedado bastante vapuleado, al despertar recostada sobre el pecho de l.

An as, se fij en cuanto vea. Fuera del recinto amurallado haba visto grupos de cabaas que ocupaban el valle y parte de la pequea loma. En el interior deba haber, al menos, otras sesenta viviendas, conformando una calle principal por la que ahora transitaban.

Mantena cierta semejanza con los castillos ingleses.

La curiosidad que levantaban les proporcion una fisgona escolta de observadores hasta que llegaron a una amplia plaza en forma redonda, donde se encontraba la torre principal.

Una vez dentro, les recibi un patio cuadrado donde algunos hombres practicaban con la espada y el arco y que, de inmediato olvidaron su entrenamiento para acercrseles.

Apenas pisar el suelo, Kyle gru:

Encerradlos!

Se baj del caballo, estir los brazos, enlaz el talle de Josleen y la dej en tierra. Kyle escuch algunos murmullos de admiracin, pero hizo odos sordos.

Ella le regal una mirada furiosa y, dando media vuelta, camin en pos de su escolta.

T, no!

Se atragant el escucharle. Se volvi.

No, gatita susurr, clavando en ella su mirada ambarina y acercndose. T no vas a las mazmorras.

Entonces, dnde se supone que vas a encerrarme, McFersson? dijo su nombre como un insulto.

En mis dependencias?

Ella trag saliva. La clarsima alusin encendi su ira. Por Dios que no poda consentir que la humillara delante de todos! Tom aire, cerr los puos con fuerza y lanz el golpe. Tener las muecas atadas ayud a potenciarlo. Kyle recibi el trallazo en el mentn y la sorpresa le hizo retroceder.

Un estruendo de risotadas estall a su alrededor. La mirada de Kyle se convirti en oro lquido, pero no dijo palabra. Se toc la parte lastimada y ella lament haber actuado tan imprudentemente. Si era verdad todo lo que contaban de l, muy bien podra cortarle la cabeza ahora mismo. Le mir con cierta reserva, pero no cedi un palmo de terreno. Y se oblig a no salir corriendo cuando l volvi a acercarse. Aunque hubiera sido mejor haberlo hecho. Al menos, podra haber salvado parte de su orgullo. No supo si fue como escarmiento, pero l la agarr y se la ech sobre el hombro, caminando luego a largos pasos hacia la entrada.

Josleen eligi los peores insultos que conoca y le inform de cada uno de ellos mientras se ahogaba con cada zancada de l que la haca rebotar sobre un hombro de granito.

Kyle la dej desahogarse a placer. No hizo nada para acallar la sarta de improperios, aunque todos los que se cruzaban con ellos se paraban a mirarlos, entre divertidos y asombrados.

Atraves el saln, luego una galera fresca, otro patio cuadrado con decenas de macetas y una fuente, otra galera

Kyle abri una puerta con el hombro libre, entr y la dej caer de golpe sobre una cama. Libre, Josleen trat de escabullirse. Fue agarrada del cabello y regresada a la cama.

Maldito hijo del diablo! le grit.

Qudate donde ests y evitars problemas.

Le obedeci. Qu otra cosa poda hacer! Seguir resistindose era de idiotas, porque estaba desfallecida. Adems, ni siquiera saba dnde estaba despus del laberinto de pasillos por el que la condujo cabeza abajo. As que se acomod en el cabecero y esper.

Kyle fisgaba en un arcn situado en la pared izquierda, bajo la ventana y ella aprovech para dar un vistazo al cuarto. Era una habitacin grande y poco amueblada. La cama, un par de arcones y dos sillones frente al hogar. Pero algunas alfombras en las paredes y en el suelo la hacan acogedora. Espartana. Pero agradable.

Josleen frunci el ceo cuando le vio acercarse con un cuerda en la mano. Antes de que pudiera protestar, l la pas entre las que an sujetaban sus muecas y la dej atada a los hierros de cabecero. Apret los dientes, reprimiendo otra tanda de insultos y guard silencio mientras l buscaba de nuevo en el arcn y regresaba con un trozo de tela. Alz las cejas. Es que pensaba amordazarla?

Todo lo que hizo Kyle fue colocar el lienzo entre la piel y las sogas, para evitar que siguieran lastimndola. Luego, abri la puerta.

Vas a dejarme aqu?

Kyle se volvi a mirarla. Dej de respirar. La claridad que entraba por la ventana baaba sus cabellos convirtindolos en fuego.

Te quedars aqu.

Prefiero ir con los mos a las mazmorras.

Y yo prefiero que te quedes aqu, mujer. Y aqu te quedars!

No puedes retenerme en tus habitaciones! Maldito seas, Kyle McFersson! Juro que si mi hermano no te arranca la cabeza con su espada lo har yo!

El la mir fijamente durante unos segundos que a ella le parecieron horas. Despus, se acerc. Sus grandes manos acunaron su rostro, baj la cabeza y su boca atrap la de Josleen.

El primer impulso fue morderlo. Algo estall en su pecho, como la otra vez. La sangre se le volvi ms espesa, le costaba trabajo respirar. l saba tan bien, que deseaba besarlo y besarlo y besarlo Pero Kyle se distanci y ella ahog un suspiro.

Si alguna vez vuelvo a enfrentarse con Wain McDurney, muchacha, ser l quien acabe sin cabeza.

Lo dijo con tanta conviccin, que Josleen fue incapaz de replicar. Le odi. Y le dese. Aquellos dos sentimientos tan opuestos la levantaron un terrible dolor de cabeza y acab maldiciendo a voz en grito al hombre hasta que, rendida por el cansancio y por el llanto, se qued dormida.

Capitulo 18

Quin es ella, Kyle?

El jefe del clan no tena que dar explicaciones a nadie. Su posicin social como lder no le obligaba ms que a rendir cuentas cada determinado tiempo ante el consejo de ancianos. Era dueo y seor de hacer lo que le viniera en gana y por lo tanto, la pregunta no vena al caso. Pero en esos momentos no se senta como el jefe de nada y era su madre la que preguntaba. Sentado a la mesa, con sus hermanos, su madre y su hijo, amn de cuatro de sus hombres de confianza, bien poda ser el momento de hacer concesiones.

Kyle contest como ausente.

Una McDurney.

Ella se irgui y le mir con atencin. Inici un trote con las rodillas para entretener al nio y sus ojos, tan dorados como los de Kyle, refulgieron.

Una McDurney.

Estar aqu hasta que Wain pague un rescate.

Es algn familiar suyo?

Es su hermana, madre.

Oh.

Y una bruja dijo Kyle, pasndose el dorso de la mano por el mentn que ella golpeara con tanto acierto.

James ri con ganas.

Pero es muy bonita.

Como todas las brujas refunfu Kyle.

Qu ha pasado? Cmo habis conseguido hacerla prisionera? pregunt el menor.

James asest a Duncan una palmada en el hombro que casi le tir de la banqueta.

Nuestro invencible jefe y hermano cay prisionero de los McDurney. Y esa muchacha le liber explic, volviendo a desternillarse y ganndose una mirada biliosa.

De verdad? Duncan pareca entusiasmado. No imaginaba a su hermano rescatado por una mujer Vamos, Kyle, cuntanos de una vez!

No hay nada que contar dijo. James tiene una mente inmejorable para los cuentos.

Pero si ella misma lo dijo salt el otro Hasta te lo ech en cara.

Dnde fue, Kyle? insisti Duncan Y cundo? Fue hace unos meses, cuando regresaste con cardenales en todo el cuerpo y un resfriado de mil demonios?

Kyle suspir. Era imposible luchar contra aquellos dos estpidos cuando decidan hacer un frente comn. Tom la copa que acababa de llenar uno de los sirvientes y la vaci de un trago.

Sois tan pesados, que me quitis incluso las ganas de cenar.

Estallaron en carcajadas mientras l se levantaba y se alejaba. El nio sentado en las rodillas de la mujer, tir a James de la manga.

Mi pap estuvo prisionero?

James le sent sobre l. Acarici su pelo dorado y le hizo cosquillas hasta que se revolvi entre risas.

Lo estuvo, s. Pero creo que no va a confesarlo nunca.

En el exterior, Kyle se sent junto al muro y sonri. En el fondo, le divertan aquellos dos, pero no poda bajar la guardia o luego sera incapaz de impartirles rdenes.

Josleen estaba muerta de hambre y sed. Haca casi veinticuatro horas que no probaba bocado.

Como si sus pensamientos hubieran llamado a sus enemigos a la cordura, la puerta se abri y una mujer de unos cincuenta aos, regordeta y de rostro rubicundo entr con una bandeja que dej sobre un arcn.

Josleen no dijo una palabra, pero la otra la mir de arriba abajo y chasc la lengua.

No s cmo vas a comer con las manos atadas.

Entonces, sultame le pidi ella.

La otra movi la cabeza.

No puedo hacerlo.

Por todos los infiernos! se enfureci Josleen, levantndose y tirando de la soga. Necesito tambin... otras cosas insinu, con el rostro acalorado por la vergenza.

Tienes una bacinilla bajo la cama. Y la cuerda es lo suficientemente larga.

No la quiero!

A tu gusto se encogi de hombros. Yo me limitar a darte de comer. El resto, arrglalo con l, muchacha. No quiero entrometerme.

A Josleen se le estaba haciendo la boca agua. La comida ola deliciosamente. Pero era cierto que tena otras necesidades. Y no estaba dispuesta a humillarse delante de nadie usando el maldito vaso de noche. A terca, no iban a ganarla. As que lade la cabeza cuando la mujer le acerc una cucharada de avena cocida.

No voy a comer nada le dijo, con el estmago saltando en muda protesta. Dselo al maldito McFersson.

La sirvienta la mir con inters. Ella no era quin para poner en entredicho las rdenes del jefe, pero entenda sus razones. Adems, habra dificultades: cuando Evelyna Megan supiera que retena a una muchacha en sus aposentos, ms les valdra a todos desaparecer de Stone Tower. Se encogi de hombros, dej la cuchara y tom la bandeja.

Tienes mucho genio. Pero l tiene an ms avis. Yo que t no le irritara demasiado.

Todo cuanto pueda prometi.

Debi hacer caso de la advertencia. Poco despus, Kyle entr en la recmara con gesto agrio. Llevaba la bandeja en las manos y la dej de un golpe seco. Su voz, ronca, la hizo dar un brinco.

Por qu no quieres comer?

Ya soy mayorcita para que tengan que alimentarme. Y parece que no van a soltarme. Quieres que coma como los cerdos?

Est bien accedi. Te soltar mientras yo est aqu.

Tambin necesito unos minutos de intimidad.

Kyle se irgui. Sinti que le arda el rostro por el bochorno. No haba reparado en que necesitara. Sac una daga que llevaba en el cinturn y cort las cuerdas. Luego, la tom de la mano y tir de ella.

Josleen hubo de esforzarse para seguir sus largas zancadas sin caer de bruces. Cruzaron la galera, bajaron y atravesaron un patio. Kyle se intern por un pasillo estrecho que acababa en un cuarto de unos cinco metros cuadrados. La empuj dentro. Eran los evacuatorios, que daban directamente al exterior de la fortificacin.

Esperar fuera.

A Josleen, el bochorno le subi a la cara. Cerr los puos a los costados y apret los dientes buscando un poco de calma o acabara por asesinarlo con sus propias manos. Cmo le odiaba. Nadie poda ser tan desagradable. Ni tan bestia!

Acab lo antes posible, temerosa de que l se impacientara y entrara. Ya era suficiente humillacin que estuviera aguardando fuera. Cuando sali, no pudo ni mirarle a la cara. Kyle volvi a arrastrarla por el pasillo. Al cruzar el patio, Josleen di un tirn y se solt, se arrodill junto a la pequea fuente y se lav las manos y el acalorado rostro. Se sec con su propio tartn.

Ahora s cenar, McFersson.

Tena que ser una aparicin, se dijo Kyle. Aquella criatura frgil y delicada tena ms narices que muchos de sus guerreros. Pero l se encargara de bajara los humos. Volvi a tirar de ella y de nuevo Josleen le sigui dando traspis. No regresaron al cuarto, sino que la llev al saln.

Estaba vaco, salvo por los sirvientes que se afanaban ya en recoger las mesas montadas sobre caballetes. Kyle la oblig a sentarse al extremo de una, junto a la chimenea encendida y pidi a uno de los criados que trajese comida.

Kyle se alej, acomodndose en un taburete, al otro lado del saln, tal vez para proporcionarle unos minutos de tranquilidad y relajo mientras cenaba. Ella se olvid de su presencia y se dedic a comer. l la observ de hito en hito. Otra persona, despus de llevar tanto tiempo sin probar bocado, habra atacado la comida. Pero no ella. Tomaba cada trozo con delicadeza, como si estuviera satisfecha y slo picoteara de su plato. Tambin bebi con prudencia.

Cuanto ms la miraba, ms bonita le pareca. Gru por lo bajo. Iba a resultarle muy complicado que ella viviera bajo su mismo techo hasta que Wain McDurney aceptara sus condiciones.

Capitulo 19

No volvi a atarla cuando la llev de nuevo a la habitacin, aunque la dej sola.

Josleen aguard con el alma en un puo su regreso, preguntndose qu pasara entonces. A fin de cuentas, estaba en su cuarto. Despus de mucho esperar, se decidi a abrir la puerta. Y se encontr con la hosca mirada de un guerrero alto y fornido que montaba guardia. Entonces, comprendi que no la hubiera atado. No haba forma de salir de all. Pero qu pasara cuando l regresara? Si intentaba forzarla, lo matara.

El tiempo transcurra y Kyle, sin embargo, no daba seales de vida. Irritada, sintindose como una res a la espera del sacrificio, tom una manta, la estir cerca de la chimenea y se tumb sobre ella. Por nada del mundo dormira en su cama!

Mientras, Kyle fraguaba su plan para retenerla sin tener que lidiar con los guerreros de Wain a las puertas de su fortaleza. Al clarear el nuevo da, saba lo suficiente. Mand llamar a uno de sus hombres y ste parti de inmediato hacia Durney Tower ataviado con los colores del clan McCallister.

El amanecer encontr a Josleen aterida de fro. La despert el castaeteo de sus dientes y un insoportable dolor de espalda. En un primer momento, no supo donde se encontraba. Despus, record. Con una palabrota en los labios se levant y se frot los brazos. Se acerc a la ventana. La actividad en la fortaleza comenzaba ya: hombres y mujeres iban y venan en sus quehaceres diarios.

Se sent en el borde de la cama y apoy la barbilla en las palmas de las manos. Qu iba a hacer? Su desaparicin causara un revuelo y mucha preocupacin. Kyle pedira rescate, por descontado. Pero Wain, con seguridad, no se conformara y con enviarlo y sus guerreros acordonaran Stone Tower. Es que McFersson quera una guerra en toda regla? No saba que Wain sera capaz de remover cielo y tierra para rescatarla?

La puerta se abri de golpe y Josleen retrocedi por instinto. Kyle la miraba con una sonrisa y ella pudo ver el corpachn del guardia tras l. Eso la reconfort en parte: el pobre desgraciado haba estado toda la noche de vigilia. Donde pensaban que poda ir?

Kyle avinagr el gesto al ver la manta en el suelo. Se acerc, la tom y la lanz sobre el colchn.

Por qu tratas de que todo sea ms desagradable?

Josleen abri la boca. Ella trataba de?

Si sers mulo le dijo. Queras acaso que durmiera en tu cama?

Una rfaga de deseo le invadi al imaginrsela justo en ella.

Por qu no?

Qu pregunta tan tonta.

No te he molestado, verdad?

Ciertamente, seor mo. Pero podras haberlo intentado. Y ten por seguro que no me habras encontrado en tu lecho.

Kyle suspir. Se sent en la cama y se quit las botas, que provocaron un ruido sordo al caer. Se levant y la emprendi con la chaqueta. Josleen abri los ojos como platos. Por Dios, l se estaba desnudando y ella tena que salir de all! Una extraa sensacin se aloj en la boca de su estmago, recordando su piel, su tacto, tan suave como el terciopelo. Ni por asomo quera volver a ver aquel cuerpo imponente y duro!

Su rostro se tio de rojo. Le dio la espalda, pero tensa, pendiente por si se le ocurra acercarse. Su risa la oblig a volverse. Y se ahog. Todo cuanto le cubra era su kilt. Su poderoso cuerpo volvi a intimidarla y not que se le secaba la boca. Retrocedi un par de pasos, hacia la puerta.

Aqu todos hacen algo, muchacha dijo l, como si no se hubiera dado cuenta de su reaccin. Y t tendrs tus quehaceres, como los dems.

Ella recobr el habla, aunque la voz le sali como un gemido.

Qu se supone que debo hacer? Calentar tu cama?

La carcajada la dej perpleja.

Es una idea.

Mi hermano te matar.

Es posible.

Adems, dentro de un suspiro se presentar aqu con todos sus hombres. Veremos entonces si persiste tu buen humor!

Kyle abri el arcn y sac una chaquetilla corta, unas botas de piel y una capa. Convenientemente vestido, cruz el cuarto sin responder a la puya, abriendo la puerta.

Me has odo, maldito rufin? le grit al ver que tena intenciones de marcharse sin una explicacin ms.

El que estaba apostado fuera ni se inmut por el insulto a su jefe. Kyle, sin embargo, se volvi y dijo:

Tu hermano no va a venir, muchacha. No sabe que ests aqu.

Lo sabr. Seguir las huellas desde la aldea en la que nos capturasteis y... call al ver que l negaba.

Josleen McDurney, las cosas estn as: esta madrugada uno de mis guerreros ha salido hacia vuestras tierras. Tu hermano recibir el mensaje de que llegaste sana y salva a casa de Ian McCallister. Le envas abrazos de tu madre y de su esposo.

Josleen sinti que se mareaba.

Cmo sabes que...?

Uno de tus hombres, el llamado Verter, me lo ha dicho todo. Es un pozo de informacin, sabes?

Mentira! se abalanz y quiso golpearlo, pero Kyle la retuvo por las muecas hasta que ella, desalentada, dej de debatirse No te creo dijo entre sollozos. Verter no es un traidor y jams te dira nada que...

Y no lo es, Josleen. Yo no he dicho que sea un traidor. O s? ella le mir con los ojos convertidos en dos lagos y l estuvo a punto de ceder al impulso de besarla. Me gusta ser sutil cuando la ocasin lo requiere. Slo hizo falta una pequea amenaza para que hablara.

Verter no se rendira ni aunque lo colgaras.

No Kyle chasc la lengua. Es un hombre duro. Creo que tiene un par de cardenales que pueden demostrarlo ella lanz un gemido al saber que lo haban golpeado. No te preocupes, no es nada serio. Pero no le amenac a l, sino a t.

Confundida, dio un tirn y se solt, poniendo distancia entre ambos. Sus ojos brillaban, mezcla de miedo y furia.

Qu le dijiste para que hablase?

Kyle dej escapar todo el aire de sus pulmones. De reojo, ech un vistazo al guardia. No haba catalogado bien a la muchacha, debera salir a escape, porque no quera que aquella gata le marcara el rostro.

Que te bajara a las mazmorras, te desnudara y te azotara mientras les obligaba a todos a verlo.

Se qued atnita.

El tiempo suficiente para que Kyle saliera y cerrara la puerta. Slo un segundo antes de que ella se lanzara contra la madera gritando improperios.

Capitulo 20

Cansada de dar vueltas por el cuarto, asomarse un montn de veces a la ventana y barruntar todos los insultos que conoca, se di por vencida. No ganaba nada desgaitndose ya que l ni siquiera estaba all para escucharla y el tipo que haca guardia pareca sordo.

Claro. El guardia... susurr de repente.

Pedira a aquel energmeno que la vigilaba ver a James McFersson. James no era como su hermano y tal vez consiguiera que intercediera para que aquella locura no acabara en un bao de sangre.

Abri la puerta y se sorprendi. No haba nadie. Asom la cabeza y mir a un lado y otro de la galera. Ni un alma.

Anonadada, volvi a cerrar y se sent en la cama. La haban dejado sin vigilancia? Por qu? Qu pretendan? Tal vez, ponerla a prueba. Y si trataba de escapar, qu haran? Mata