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BIBLIOTECA DEL NINO MEXICANO

ftERNAN CORTESarUe

TEZUMAcJrjI oil

V II;,1 2W 1 JI 1.it -\ r 4)t •I• ;Jj4

!kitI A t _vrt-cza jiTbClrl __ __

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MAUCCI I-l OS MEXICO

BIBLIOTECA DEL NLO MEXICANO

HERNAN CORT8 ANTE MOCTEZ1JMA

I& entrada en Tenochtitlan•i•) i

HIERIBERTO FRIAS

r\c9n

MEXICOMauocf Berm aroa.—Primers del Rel oxg I

1900

Hernan Gortés ante Modezuma

La ciudad de tTenochtitlan, z centro y Ca-pital del imperio mexicano, era una gran Me-trópoli. Soberbia y belilsima, se asentaba so-bre la inmensa laguna, como una isla encan-tadora en medlo de un mar azul, Biempre be-ilisimo y tranquilo, refiejando como un espejode infinito cristal, el cielo eternamente azul ypurisimo del Anahuac...

Nunca el imperio mexicano habla liegado asemejant.e grandeza como aquella a quo as-cendiO bajo la tirania de Moctezuma el pe-queño.

4Liegaban sus dominios doMe las regiones

desiertas del None do Jalisco tocando el marPacifico; y el mar del Golfo deede Yucatan yCampeche, abarcando todo lo que ahora forma el territ,orio mexicano y aün extendiendo-se más aIlá de Guatemala...

Ya comprenderéis, lectores amigo9, cual noserfa el brillo do la capital do un imperio tan

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5grande, poblado, rico y eaclavo, absoluto doun rey como el tirano Moctezuma, afecto alboato, a las ceremonias do adulación, haciéndose pasar no como un hombre, tino como undios que por excesiva bondad se dignaba bajaral trono de Mexico pant gobernar el Ana

huac.Tal era la capital magni flea, con medio ml-

lion de habitante8 que Cortes pudo contem-plar, latiendo su corazón de entusiasmo, deli-rante do alegrla,.cuando bajO do las cordille-ras del Oriente entre el cPopocatepetl' y el

clxtacihuati.Despu&s de la, terrible rnatanza de Cholula,

sombrio y mudo, se disponia el caudillo a le-vantar su ejército para dirigirse a Mexico

cuando a1n llegO una embajada de principesy ctecuhths, mexicanos en nombre de su amo

01 Emperador Moctezuma.Marina, fiel como siempre at lado do Her-

nan, epiO los rostros de aquellos nobles aztecas quo venlan con criados quo cargaban ces-

toe ilenos de lentejuelas y fibres do on... 10ro,

6siempre oro mandaba el cobarde tirano paradetener al invasorl

Brillaron de codicia los ojos del capitán ylos de los soldados al ver sq ael prodigioso en-vlo que vail a millones de pesos,

10h, Tecuhtlj! 'livino hijo del xGranTonatihu... Nuestro soberano señor te saluda,te envia en seflal de respeto y amor esos (ibse-quios quo sabe que te agradan; mas te suplicaquo no te expongas a molestarte, subiendo to-davia más por ásperas montanas que no de-bes hollar por ser indignas de tu divina plan.ta. .

Que vas haver en una ciudad de pobresmortales, en una ciii dart miserable, triste y sinun palacio para U, ni quinientos palacios máspara los que te acompanan.?

iLos de tu raza tan solo.., porque losabomi,nables petros tiaxcaltecas se alojarfan en laecuadras del teocalli Mayor para sacrificarlos a.todos en un mornento, muerte gloriosa quolee darlamos en atención a que vienen con-tigo!...

7Con pie, divino hijo del Sol, escucha, dig-

nate atender la voz del Carino reverente delemperador Moctezuma... no te molestes si-guienclo hasta Tenochtitlan... torna at mar,vuelve a tus palacios flotantes; cárgal.os hastaque ya no puedan más con ci oro clue te man-da ml señor y con el que quieras rná9... y dicada cuand quieres recibir sus obsequios ytributos... te mandará oro, mâs oro, esmeral-das, opalos, piele.s finisi;nas, armaduras de

cuahutli> (águila) y oceloti>> (tigre), macanasternbles, hechas por sabios artifices... esciavosfuertes y virgenes princesa.s pant que sirvan atus sposas blancas...

j t)h, tecuhtli blancol tolo esto te ofreceMoctezuma, si regresas at mar y te vas a tupatria. __

CallO el embajador, prosternéndose y to-mando del suelo ci polvo con el dedo Indiesque llevó *1 SUB labios en señal de prof undorespeto.

Marina que le ofa con atención, tradujo atinstante su discurso, ayudado por ci otro in.

S

térprete Aguilar, aquel eepanol quo habla vi-vido entre lots indios do Yucatan.

1Jamasl jjamáal... Soy vasallo re8petuoaodel rey més poderoso del Universo y cumpli-ré su encargo que es hablar, en su represents-ción, de Señor a Señor, con tu rey... Yo he doilegar a Mexico y habrá de recibirme, y sOn10 tendré que preguntar por quéhe visto va-

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rios guerreros mexicanos rondando en las floe

cbes en los airededored de mis reales posesio-nee... jYa veis lo que podemosi... Esos doCholula quisieron traicionarnos y los castiga-moe..0 y aün tuvimos misericordia.

Aef contestó el arrogante caudillo espa-fbi.

***

Eu orden de conbate avauza el ejércitobajando bacia el fundo del valle de Mexico,su eaballeria adejante, explorando el terreno,luego Joe arcabuceros, después I& artilleria, yen el centro los hombres, de espada larguIsimay dura rodela... en la retaguardia venfan tresmil atlaxcaltecas,ip cargando las provisionea,1a8 arwas do reseivas y las cajas de los te80.roe...

En el camino ke le fueron acercando humil-demente los reyecitos do las provincias 8Ug6•tas a Moctezurna al quo odiaban por su tira-n's-s.

Le ofreclan it Cortés su amistad, so le quo-

10jaban do las injusticias del emperador, y lehaclan magnificos obsequios, viveres abun-dantes... jy oroL.

Y a. todos les decla Cortés que les ayudariaporque a. eso venia, y que ante todo fuesen atraerle <<oro, mAe oro...

Por fin se encontró el caudillo audaz en ple-na lianura, después do haber rodeado por losbellisimos jardines y palacios quo hermosea-ban a. la entonces delicioa villa de elxtapala-pan, * donde a la margen do la majestuosa la-guna de cTexcoco,b entre frondas y fibres,bajo un cielo purisimo y azul no obstante seruna mañana del mes do Noviembre, se sirviOun banquete, arnenizado con danzas y sonardo caracoles nztecas.

Avanzaba el ejército de Cortés por un diquecubierto por hileras de ahuehuetes y jardinesflotantes y maravillosas chinampas, ornadaade fibres y do las frescas esmeraldas do las le-gumbres..

Apenas podia Hernári contener su caballo,también maravillado con el espectaculo mag-

11nikko del valle y de aquellos verjeles sobre latranquila y rizada laguna.

Aquella caizada preciosa quo formaba Undique sobre el lago do €Texcocu, iba a ter,minar entonces hasta Coyoacau, que era unran-i illete fiorido y perlurnado donde se ocul-taban los terribles palacios de campo de Moctezuma.

El emperador cuando supo quo por fin Cor-tés se negaba a retroceder iii aun a precio domagnas riquezas, no pudo menos do temblarcon mayor espanto, creyendo quo liegaba suültimo dIa y que iba a entregar su adoradoimperio a los mismos hijos del Sol.

MandO quo Bus andas más lujosa.s fueseqlievadas por los principales señores y reyesdel imperio; magnificos toldos de vividos colores, con flecos de plutnajes do seda y borladuras de ópalos y esmeraldas, sugetas por coredoneillos de oxo, le cubrian el sitial do made-.ras finas, algodones, pieles de tigre acoichadas y engarces de piedras preciosas...

jQue profusion do riquezasl jCuántos teso-

12ros solamente en aquel, trono y aquellas an-daa bajo el palio ixxiperiafl...

Tras do éI iba el cortejo do la nobleza allado do los miembros màs distinguidos do Lafamilia del emperador; luego, los principes dootros seflorios sugeti s al Imperio y tras elbacomo guardia de honor los jefes do ejército,segün sus grados y jerarqufas... tras de las ar.maduras imponentes y gallardas de los caba-lleros tigres seguf an las sinie8tras y espe1uznantes, quo ocasionaban Irfo pavor de los cjo-fes.tigres...t.

El roy y sus cortesanos notaron que faltabaalli una ilustre y real persona muy amada delpueblo y temida de los enemigos del imperio:el pifacipe Cuahutemoctzin, señor do cTlah&lolco...a

Por qué no habla asistido a colocarse enla imperial posesión que iba a recibir al capietAn divino do los hombres dtl iHomecat1L.i0 0 • S

jTodos lo sabf an, menos el imbécil empera-don

eeeeew 13

También vosotros, mis buenos compatrio-tas, lectores ruexicarsos y todos los quo leMsestas rápidaa evocaciones do La tragedia do laconquista do Mexico, tauibién vootros comeprenderéls la caua por la quo no Be presenta-

tnt el heroico y simpático c Cuahute moot-zin... El amor patrio, su dignidad do mexica-no, su honor de prmncipe, su deber do hom-bre...

He aquf el cuadro quo de €Tenochtitlan,'que blanqueaba allá en el fondo del valle enmedio del logo, con sue casas y sue palaciosblancos como una inmensa ciudad de plata:rumbo Ma mitad de la calzadadecCoyoacan aIxtapalapan, saliendo de Mexico, el cortejodo Moctezuma... y en opuest.o sentido, Her-

Mn Cortés al frente de Bus quinientos espa-noles, flu caballerfa resoplando relinchos ex-traños, por primera voz of dos en aquellas beilisimas caizadas tendidas sobre las agiias,orladas de jardinee flotantes... sue cañones quo

A veces Be detenfan... y después de ursa hors

14do silencio, vomitaban un relámpago, exha-lando un trueno...

Brillaban a los rayos del sol las armadurasde los capitanes de Cortés; y éste, COfl EU yel•

mo do lujo, despidiendo chispas, seguido dosu escudero, do Manna a pie y de Aguilar,continuaba admirando los prodigios quo vefa...Seria suyo todo aquello?...

;Muy pronto los dos poderosos se Than a en-contrarl Debian estar reunidos en 01 templode la diosa Toci..

***

Mientras avanzaban el uno al otro los dosarnbiciosos que iban it derramar la sangre domuchos pueblos... ved hacia el opuesto rum-bo... allá. en el tErmino deotra caizada a. cua-tro seres al parecer infelices, semidesnudosy tristes, bajo la sombra do una roca enor-me en la que so habia cortado la cabeza doun Idolo gigantesco...

Los hombres hablaban con misterio; exal-tándose a veces; muy coléricos ya o ya abati-dot.. y seflalaban el lugar lejano y opuesto

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por donde se iban a encontrar Moctezuma yCortes,

flies bien, hermano; obedezco las órde-nes de los genios de nuestra raza; jsé que he,moe de morirt 1pero con honorl

jGracias' johi Señor y hermano... iohl Reynuestro porque a U solo te considero duenodel Anahuac.. Esperemos el inbtante de pro-testar y obrar...

16• jNo! jVamos a oponernos al momento!..

A destruirlosl gritO ci mae joven.Los otros tres quedaron &ombrios.Uno era Cuahuternoc, otro Cuittahuac, 01

tercero era aquel bravo c Oeelotltzins... y elcuarto, el desesperado joven era tin valientehijo de Texcoco...

Y entretanto a116.en ci precioso paraje soencontraron Moctezuma y Cortés.

El emperador bajó de sue andas solemne-mente; Cortés se apeó do su caballo con ga-ilardla... rodearon a uno y otro sus amigos..E[ caudillo español quiso abrazar el monarcamexicano. 1Sacrilegio! No lo permitieronsus 8eñores de la Corte.., porque a. Moctezu-ma no le debia tocar nadie.. k-Iernán wn noterrible inente y colocó sobre el cuello del Reyun collar de brillantes baratijas... Mientrasdoscientos serviclores le exponlan cestillas rebosando preciosidadea magniticas... Luego,juntos Moctezuma y Hernâo, seguidos muydo cerca de la Malinche entraron at templograndioo del idoto aztecs..4 jios dos muy ami-gos!... Y alla. a lo lejos la gran Tenochtitlan,herida por el sot, aparecia como una ciudaddo plata brunida.

Barcelons.—Iwp, de is Casa Editorial Maucci