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Flujo y reflujo de inmigrantes españoles en América y su influencia en la modernización de España. (Reproducido de la revista Historia y Vida)

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EI día 11 de marzo saldrá deIpuerto de La Coruna directa-mente para 105de Montevideo yBuenos Aires el magnífico vaporcorreo Amstelland. Admite pa-

sajeros de tercera clase, a los que se daráesmerado trato. Las comidas son a Ia es.panola, con pan fresco y vino, lIevando

cocineras y camareras espanoles. Insta.laciones modernas, alumbrado eléctricoy servicio de botica y asistencia médica

gratuita." Reclamos como éste, impresosen carteles y periódicos, hacían volar Iaimaginación de miles de jóvenes espano-les a finales deI siglo XIXy principios deIxx. Un pasaje aI Nuevo Mundo era, paraellos, Ia lIave de Ia tierra prometida, don-de podrian empezar de cera, abrir un ne-

gocio y tal vez regresar convertidos en el

rico y envidiado indiano deI pueblo.

Los viajes a América para hacer fortuna

empezaron prácticamente desde eI mis-mo descubrimiento. A 105soldados, cléri-gos y funcionarias de 10s inicias se iriansumando emprendedores, atraídos por

II

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LOS RECLUTADORESDE MANO DE OBRA IBANA LOS CAMPOS PARAOFRECER A LOS JÓVENESUNA VIDA EN ULTRAMAR

Ias minas de plata, primera, y por Ias tie-rras de cultivo, después. En Espana, consu rancia nobleza y su sistema caciquil, elascenso social era casi imposible, pero enIas Indias se podía hacer borrón y cuentanueva. Cualquiereurapeo, por eI merohecho de serlo, gozaba de un estatus su-perior aI de Ias nativos, y el éxito en losnegocias contaba más que el linaje.Sin embargo, durante 105siglos de ocupa-ción hispana, Ia emigración a Ias Indiasfue una opción minoritaria. En trescien-tos anos se calcula que se estabIecieranen Ias colonias americanas poco más deochocientos mil espanoles. Tras Ias gue-rras de independencia (1808-24), Espanaprohibió temporalmente viajar a Ias anti-guas colonias, pem el boicOtno funcionó,ai contrario: en poco más de cincuentaaiíos migramn a Ias Indias casi tantos es-paiíoles como en Ios tres siglas anteriores.

64 HISTORIA Y VIDA

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!.asnuevas repúblicas, libres de Ia anqui-losada burocracia de Ia metrópoli, pros-peraran rápidamente, atrayendo a ungran número de inmigrantes ilegales. Pe-

ro eI gran boom estaba aún por venir.

iTodos a América!Entre 1881y 1959, casi cinco millones deespaiíoIes embarcaranrumbo aINuevoContinente con Ia esperanza de hacersede oro. De entre eIlos, prácticamente Iamitad parrieron entre 1900 y 1920. Te-niendo en cuenta que en este período Iapoblación espanola rondaba 105veintemillones de habitantes (hoy suma másdei doble), el porcentaje esaltísimo.i,Qué empujó a tantos a abandonar suhogar? A muchos europeos, como los quese establecían en Noneamérica, les farzóIaexpIosión demográfica. La moderniza-ción había reducido Ia morralidad en sus

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---países, pem Ia natalidad continuaba sien-

do alta y Ia maquinaria industrial hada

escasear Ios puestos de trabajo.En Espana, mucho más atrasada, 105 de-

tonantes fuemn otras. No se migraba porsaturación deI mercado Iaboral, sino porfalta de horizontes. Un 70% de 105espa-noles eran campesinos analfabetos cuyastierras apenas daban para vivir. Ni siquie-ra se planteaban prosperar hasta que lIe-gamn Ias "ganchos", reclutadores profe-sionales de mano de obra que recorríanIas campos ofreciendo a Ias jóvenes unavida mejor en ultramar. Venían de partede navieras o de ricos hacendados argen-tinos, cubanos, puenorriqueiíos o bra-silenos, que necesitabanjornaleros parasus plantaciones. Les prometían vivien-da, manUtención y un saIario que po-drían ahorrar para comprar una parcela,adquirir maquinaria agrícola o montar

EMIGRANTES ESPANOLES a cargo de unatienda de comestibles en México.

un modesto negocio. Por primera vez, al-guien les ofrecía Ia opción de mejorar sudestino. Además había otros incentivosaparte dei económico. Emigrar era unamanera relativamente asequible de li-brarse dei servicio militar. Puestos a se-pararse de un hijo, mejor tenerlo en Amé-

que se generalizaron a partir de 1860,abarataron considerablemente Ia trave-sía. EI trayecto se hizo más corto y segu-ro; los buques, de mayor tamano, penni-tían transportar a más pasajeros. Además,los gobiernos de Argentina y Brasil sub-vencionaron el viaje durante décadas. En

A PARTIR DE 1900 SE FORJA El ARQUETIPO DE INDIANO,UN RICO INCULTO, PERO VIAJADO Y OSTENTOSO

rica, donde con suerte se abriria caminoy podria enviar dinero, que arriesgando

su vida inútilmente en Ia guerra de Ma-rruecos. Los ganchos eran expertos enaligerar los trámites, y si era necesarioayudaban a sus clientes a eludir Ia ley,por supuesto a cambio de una comisión.El coste deI pasaje no era un obstáculoinsalvable. Los transatlánticos a vapor,

otros países eran tos duenos de Ias plan-taciones quienes avanzaban el dinero deIbillete. Estas ayudas fueron cancelándo-se a principios dei siglo xx, pero para en-tonces existían sólidas redes familiares auno y otro lado deI Atlántico que permi-dan financiar el viaje de hermanos o so-brinos. Sin estas facilidades, Ia migraciónmasiva dificilmente habría existido. Ha-

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cia 1920, un pasaje de tercera costaba500 pesetas y un trabajador asalariadoganaba, de media, 2.000 pesetas aI ano.EI regreso de los triunfadores espoleó amuchos indecisos y disparó el númerode emigrantes a partir de 1900. Fue en-tonces cuando se forjó el arquetipo deiindiano: ese nuevo rico inculto pero via-jado, con su chaleco blanco, su sombre-ro panamefto y su inseparable puro ha-bano, duefto de un coche espectacular,el haiga, y de Ia casa más moderna y os-tentosa deI pueblo. Aunque sea a rega-iiadientes, Ias fuerzas vivas les invitan asus bailes, les ceden un palco en el tea-tro y les ofrecen Ias manos de sus hijas.A Ia postre, su tesón les granjea títulosnobiliarios: marqués de Comillas, deMarianao, de Manzanedo, de Valdeci-lia, de Álava. ''Ahir pastors, avuisenyors",reza el escudo de armas de los condesde Gúell. Ayer pastores, hoy senores.Son el suefto americano hecho realidad.

LQuién no querría imitarlos?

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De esclavos a amosPor supuesto, los opulentos indianos fue-ran Ia excepción, no Ia regia. Ni Ias navie-ras ni Ias plantaciones de ultramar eraninstitUciones de beneficencia. Si estabandispuestas a invertir dinero en importardesharrapados, sin duda tenían una bue-na razón. Esta razón se llamaba escla-vitud. Las grandes fortunas de Américase levantaran sobre el trabajo de esc1avosafricanos. EI negocio era redondo: losbarcos negreros adquirían en África ahombres y mujeres recién capturados,los revendían en América y allí lIenabansus bodegas con café, tabaco o azúcar,productos de lujo en Europa. Pero Iasrevueltas de esdavos que condujeron aIa creadón deI estado de Haití en 1804asestaron un golpe mortal a este lucra-tivo sistema. Temiendo perderIo todo amanos de sus propios siervos, Ios hacen-dados empezaron a buscar alternativas.Por otra parte, el esc1avismo casaba malcon Ia ideologia liberal de Ias revolucio-nes americanas. Una tras otra, Ias nuevasrepúblicas fueron aboliéndolo. Por temora un nuevo Haití, los potentados evitamnconvertir en asalariados a sus ex escla-vos. Preferian trabajadores blancos, conraíces culturales semejantes a Ias suyas,que no abrigaran resentimientos contra

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La Espana de Ias indianosCON LOS FONDOS RECAUDADOS EN AMÉRICA PU DO EDIFICARSE EL MODERNISMO

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2 ASTURIASEI70% de los asturianos escogió Argentina como destino, aunque unaminoría se reparti6 entre Cuba V México. En este último hizo fortuna ínigoNoriega, un intrépido comercianteque lIegá a acumular minas, hacien.das y enemigos gradas a su íntimaamistad COMel presidente ParfiriaDíaz. La ostentosa Quinta de Guada-lupe que se hizo construir en Colam-bres, su pueblo natal, es hoy Ia sedede Ia Fundación Archivo de Indianosy el Museo de Ia Emigración (dcha.).

Otras viviendas coloniales salpicantambién Ias calles de Llanes, Riba-desella, Oviedo o Gijón.

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o GALlCIAEs Ia región que más emigrantes envió a ultramar. Se establecieron en Argentina y Cu-ba, pero también en otros países, como Venezuela y México. Ribadeo, en Lugo (arriba,Ia torre de los hermanos Moreno), y Ferrol, en La Coruria, 50n algunas de Ias poblacio-nes donde Iaarquitecturaindianadejó su hueUa.EnVigahay una suntuosa EscueladeArtes y Oficias, fundada por el indiano cubano José García Barbón, que podría con-fundirse con un palacio. En Ia calle Policarpo Sanz, que debe su nombre a otro acauda-lado indiano, Ia hueHa de Ia nueva burguesia de ultramar se percibe en cada esquina.

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e CANTABRIALos montanes€s deIeste emigraron a México y Ias dei oeste, a Cu-ba. tstos fueron Ias que cosecharon más éxitos. Tanto el marquês

de Manzanedo, oriundo de Santoria, como el de Valdecilla levan-taron lujosas casas en SU5 pueblos natales. A Valdecilla le debeSantander, además, su hospital más importante. Pero todo estapalidece ante Ia obra dei potentado Antonio López en Comillas. Una

vez obtenido su título nobiliario, el flamante marqués convirtió su

localidad natal en ellugar de veraneo favorito de Ia aristocracia, unmuseo ai aire libre donde Ia obra de Gaudí(EJ Capricho] convive con

Ias de Joan Martorell (patado de Sobrellano, en Ia imagen, yUni-

versidad Pontificia] y Lluís Domenech CUniversidad Pontificia].

antiguos amos. A sus ajas, aún racistas,únicamente Ias europeas podían apartarcivilización, hasta el punto de que Cuba,mientras favorecía Ia entrada de cana-rios. mantuvo sus puertas cerradas aja-maicanos y haitianos hasta 1910.La mano de obra libre no mejoró dema-siado el estilo de vida en Ias plantadones.

Los nuevos empleados vivían en Ias cho-zas de Ias antiguos esdavos, bajo el man-do de capataces que no siempre habíanperdido Ia afición allátigo. los contratos,de entre tres y cinco anos de duración,eran abusivos. Losjornaleros trabajabanhasta dieciséis horas diarias y dedicabanalgunos festivos a tareas de vigilancia

y seguridad para el amo. EI terrateniente

retenía sus documentos de identidady hada 10 posible para impedir que se

emanciparan. Por ejemplo, forzándoles aadquirir sus alimentos en tiendas que élmismo abastecía aprecias muy superio-res a Ias de mercado, de modo que elsueldo menguaba considerablemente.

HISTORIA Y VIDA 67

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Además, debían devolver el dinero de Iatravesía, que no solía ser tao idílica comoel anuncio deI vapor Amste!land da a en-tender. Viajaban hacinados y a menudoenfermahan. "Muerte hubo, pero comoquieo dice ninguna,unamujerdeuo malparto y uno tuberculoso. No hagáis casode los periódicos", escribe un emigrantea su madre para tranquilizarla en 1919,Una vez en América, debían aclimatarseaI trabajo a temperaturas extremas. Lacana de azúcar, Ias minas y Ia construc-dóo de ferrocarriles diezmaron Ia saludde muchosespanales,que parahacer IasAméricas pagamo un precio infinitamen-te más elevado que el de su pasaje,Para desesperaciónde Iasterratenientes,y pese a Ias trabas, los jornaleros solíanabandonar Ias plantaciones tan prontocomo 10permitía su contrato, dispuestosa establecerse en las ciudades. Era allídonde empezaba realmente su viaje a Iaprosperidad. La mayoría trabajaban co-mo asalariados de otros compatriotas.Unos pocos invertían Ios ahorros en unnegocio propio, generaImente comercioso cantinas. Los que prosperaban se con.vertían en referente para sus paisanosy no dudaban en contratar a pari entes y

amigos de su tierra natal. Éste fue el pun.to de partida de muchas sagas familiares,y explica que el flujo de emigrantes no se

interrumpiera después de 1910, cuandoeI gobierno espafíol prohibió viajar conbilletes subvencionados tras hacerse ecode los abusos a que se Ies sometía.

Nostalgia y solidaridadEIretrato robot deI inmigrante espanoles el de un hombre menor de cuarentaafios, generaImente soltero, que viaja so.10. Si está casado, pocas veces llegará areunirse con su esposa en América. Ellas

Solo en Canarias se generaliza Ia migra-ción de familias completas. Muchos in.dianos parten siendo adolescentes, contrece o quince afíos. A menudo se hospe-dan con un tio o un hermano mayor queles reclama como aprendices, o viajancon una carta de recomendación, pero sicarecen de red de apayo pueden dirigirsea un centro regional, donde les ayudarána encontrar alojamiento y les pondrán encontacto con otros compatriotas.Un estudio de 1929 contabilizó 1.200asociaciones de espafíoles en América,fundadas por Ias primeras generacionesde emigrados. Las primeras eran mutuasde socorro y beneficencia, que se ocupa-ban de asistir a los enfermos o repatriar aquienes se quedaban en Ia calIe. Con eltiempo se convirtieron en el núcleo de Iavida social de los espafíoles en ultramar.Organismos como eI Centro Asturianode Buenos Aires, el Centro GalIego de LaHabana o el Casino Espanol de Méxicoimpartían cursos, publicaban periódicos,edificaban hospitales y teatros, organiza.ban partidos de fútbol y mantenian vivasIas tradiciones de Ia tierra natal. Los emi-grados aprovechaban estas redes paraentablar contactOs profesionales y paracomunicarse con los suyos. Cada vez queun indiano regresaba a Espana, viajabacon Ia maleta lIena de encargos que de-bía repartir a los familiares de sus paisa-nos: cartas, fotografias, sobres con dine.ro... En sus misivas, Ios ausentes solíanhacer hincapié en sus éxitos, omitiendoo suavizando Ias penurias.Mantener vivas Ias raíces era fundamen.tal, pero a algunas familias el silencio Iasseparó para siempre. LaAsociadón Lau.rak Bat de emigrantes vascos en BuenosAires publicaba en su periódico listas in-terminables de cartas sin reclamar y no-

ERA DIFíCIL NO DEFRAUDAR A LA FAMILlA CUANDO SE

COMPETíA CON EL MITO DEL INDIANO ACAUDALADO

suelen quedarse en su tierra: en Galiciase Ias lIama "viudas de vivos", y en no pa-cas ocasiones tienen hijos ilegítimos du.rante Ia eterna ausenda de sus maridos.En Asturias, el mundo rural se llena dematriarcas, que se ocupan de Ia tierra oel ganado y administran Ias ahorros paraenviar a nuevos familiares a Ias Indias.

68 HISTDRIA Y VIDA

tas de espanoles que buscaban a parien-tes desaparecidos. Unos falIedan aI pacode llegar, antes de dar noticias sobre suparadero. ütros formaban una nueva fa.milia y dejaban enfriar Ia relación. Notodos tenían ganas de contar sus peripe-das. Los que no podían mandar dinero acasa dejaban de escribir por vergüenza.

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FACHADA DEL GRAN TEATRO de La Habana.antigua sede dei centro gaUego de Ia ciudad.

Algunos se morían por volver, pero no 10-graban reunir dinero para el pasaje ni va-Iar para sobrelIevar el fracaso: "Los hom-bres que vienen a esta tierra no pueden ira CastiUa sin plata, porque les afrentarátodo el mundo", escribía un pionero yaen 1586. Por otra parte, más de Ia mitadde Ias que emigraban eran analfabetos,Un asturiano en Argentina narra así suencuentro con un compatriota casi indi-gente en 1904: "Sacó un montón de car-tas de Espafía, diez o quince, todas sinabrir, y me pidió que se Ias leyera, Erande una hermana y de una sobrlna que lelIamaba 'mi querido tio'. Habia de todasIasfechas desde diez anos atrás.Lecon.taban miserias y le pedían ayuda",Era difícil no defraudar a Ia familia euan-do se competía con eI mito deI indianoacaudalado, que en Espafía era ya unarealidad. Los que partian en tercera elase

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y regresaban en primera no se limitabana presumir, sino que se convertían en be.nefactores de sus pueblos y regiones deorigen. Restauraban iglesias, fundabanhospitales, asfaltaban Ias calles, instala-ban agua corriente y otras comodidades.En parte 10hacían para ganarse el respe-to de los ricos de toda Ia vida y acceder a5UScírculos, pero también por generosi-dado Muchas de estas obras públicas sellevaran a cabo gradas a Ias contribucio-nes anónimas de miles de emigrantes dea pie, que organizabanrecolectas a tra-vés de Ias asociaciones regionales enAmérica. EI dinero de Ias Indias financiá800 escuelas entre 1900 y 1920. En esemismo período, el Ministerio de Instruc-

cíán Pública solo había abierto 216.La educación fue una obsesión para Iosemigrados. Todos, ricos y pobres, coo-tribuyeron a mejorar el nível cultural de

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Espana. La necesidad de comunicarsepor carta les animá a alfabetizarse; pasarde labriegos a comerciantes les forzó aaprender contabilidad. Cuando ofrecentrabajo a un sobrino, exigen que lIegue

sabiendo leer y hacer cuentas. La mues-tra más singular de este nuevo amor poreI conodmiento es EIPasatiempo, en Be-tanzos, un parque pedagógico proyecta-do por Ias hermanos García Naveira. Ju-gando en sus 90.000 m',los ninos podian

aprender geografia, geologia e historia.Además, Ias que regresaron trajeron con-sigo su espírltu emprendedor e innova-dor. Sin el impulso de los indianos, Ia ar-quitectura modernista no habría sidoposible, el ferrocarril yel alumbrado eléc-trico habrían tardado más en !legar, y losensanches de muchas ciudades tal vez nose habrían edificado. Por otra parte, Iasmodestas remesas de dinero que recibían

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Ias familias de sus parientes sirvieron pa-

ra modernizar Ia agricultura y ayudar aIas nuevas generaciones a esrudiar. Cuan-

do el crac de 1929 matá Ia ga!lina de loshuevos de oro, miles de emigrantes re-gresaron a un país mejor que el que ha-

bían dejado atrás. La Guerra Civil daria aItraste con esta efímera prosperidad. .

PARA SABER MÁSENSAVO

GONZÁlEZ. C. A. Dineros de ventura: Ia va-

ria fortuna de Ia emigraci6n a Indias [si-

glos XVI-XVII). Sevilla: Uníversidad de Sevitla,1995.

NARANJO.C. Lu migraciones de Espana a

lberoamérica desde Ia independencia. Ma.

drid: CSIC I Catarata, 2010.vv. AA. De Ia Espana que emigra a Ia Espa-

na que acoge. Madrid: Fundación Largo Ca-

ballero, 2006.

HISTORIA Y VIDA 69