guÍa de la iglesia parroquial de san bartolomÉ de ulea

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Ulea. El símbolo de San Bartolomé, la palma del martirio y el hacha, la flor del azahar, la lucerna cristiana del s. IV encontrada en el yacimiento romano del salto de la novia, y el crismón que aparece en esta lámpara y que representa a Cristo. 7. Capilla gruta de la virgen Junto a la capilla de la Santa Cruz encontramos la gruta de la virgen de Fátima. Un lugar entrañable en el que nos encon- tramos con María como madre de la Iglesia que nos muestra a Jesucristo. 8. Capilla del Bautismo y de la Resurrección La primera capilla que encontramos al entrar en la Igle- sia nos recuerda el bautismo y la resurrección. Cuando entramos recordamos que el bautismo nos hace hijos de Dios y hermanos de todos, miembros de la Iglesia Católica. Cuando salimos sabe- mos que un día nos encontraremos en la Iglesia del cielo, porque Jesús ha resucitado el primero y nosotros resucitaremos con él, pues por el bautismo fuimos asociados a Él. Debajo de la imagen del Resucitado encontramos los santos óleos y el Crisma para los sacramentos. Los sacramentos nos hacen ser de Jesús. Ulea 2010 1. Importancia de esta iglesia para la historia del valle de Ricote. Es la única iglesia que conserva el “estilo morisco” que tuvieron todas las iglesias del valle en el s, XVI. El valle de Ricote fue el último territorio morisco de España. En Blanca, Abarán, Ricote y Ojós las iglesias moriscas se destruyeron durante los siglos XVII y XVIII, y se hicieron iglesias barrocas, imitando el estilo que se impuso en la Murcia de aquel momento. La de Vil- lanueva duró hasta el s. XIX, hasta que se comenzó a construir la actual iglesia neoclásica. Esta iglesia morisca era llamada por los visitadores de la orden de Santiago “casa pequeña”. Esta pequeña iglesia co- incide con la nave central artesonada, y fue construida por los moriscos 1 . Está marcada también en el suelo. La línea de pavi- mento abujardado señala los muros de aquella “casa pequeña” que fueron tirados para ampliar la iglesia por todos sus lados y en diferentes fases. 2. El artesonado morisco Estaba oculto por un cielo raso de cañizo abovedado y ha sido recuperado durante la restauración. El visitante puede 1. Los “moriscos” eran gentes que se vieron obligados a hacerse cris- tianos para evitar su expulsión de este territorio y de otros lugares del sur de España a raíz de la carta de la Reina Isabel en 1502. Con su paso al cristianismo evitaban la expulsión, aunque conservaron sus vestimentas y costumbres propias. GUÍA DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN BARTOLOMÉ DE ULEA

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Ulea. El símbolo de San Bartolomé, la palma del martirio y el hacha, la flor del azahar, la lucerna cristiana del s. IV encontrada en el yacimiento romano del salto de la novia, y el crismón que aparece en esta lámpara y que representa a Cristo.

7. Capilla gruta de la virgen

Junto a la capilla de la Santa Cruz encontramos la gruta de la virgen de Fátima. Un lugar entrañable en el que nos encon-tramos con María como madre de la Iglesia que nos muestra a Jesucristo.

8. Capilla del Bautismo y de la Resurrección

La primera capilla que encontramos al entrar en la Igle-sia nos recuerda el bautismo y la resurrección. Cuando entramos recordamos que el bautismo nos hace hijos de Dios y hermanos de todos, miembros de la Iglesia Católica. Cuando salimos sabe-mos que un día nos encontraremos en la Iglesia del cielo, porque Jesús ha resucitado el primero y nosotros resucitaremos con él, pues por el bautismo fuimos asociados a Él. Debajo de la imagen del Resucitado encontramos los santos óleos y el Crisma para los sacramentos. Los sacramentos nos hacen ser de Jesús.

Ulea 2010

1. Importancia de esta iglesia para la historia del valle de Ricote.

Es la única iglesia que conserva el “estilo morisco” que tuvieron todas las iglesias del valle en el s, XVI. El valle de Ricote fue el último territorio morisco de España. En Blanca, Abarán, Ricote y Ojós las iglesias moriscas se destruyeron durante los siglos XVII y XVIII, y se hicieron iglesias barrocas, imitando el estilo que se impuso en la Murcia de aquel momento. La de Vil-lanueva duró hasta el s. XIX, hasta que se comenzó a construir la actual iglesia neoclásica.

Esta iglesia morisca era llamada por los visitadores de la orden de Santiago “casa pequeña”. Esta pequeña iglesia co-incide con la nave central artesonada, y fue construida por los moriscos1. Está marcada también en el suelo. La línea de pavi-mento abujardado señala los muros de aquella “casa pequeña” que fueron tirados para ampliar la iglesia por todos sus lados y en diferentes fases.

2. El artesonado morisco

Estaba oculto por un cielo raso de cañizo abovedado y ha sido recuperado durante la restauración. El visitante puede

1. Los “moriscos” eran gentes que se vieron obligados a hacerse cris-tianos para evitar su expulsión de este territorio y de otros lugares del sur de España a raíz de la carta de la Reina Isabel en 1502. Con su paso al cristianismo evitaban la expulsión, aunque conservaron sus vestimentas y costumbres propias.

GUÍA DE LA IGLESIA

PARROQUIAL DE SAN BARTOLOMÉ

DE ULEA

los sacramentos. Los sacramentos nos hacen ser de Jesús.

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3. Las pinturas murales

Todas la pinturas murales que se ven son auténticas y restauradas. Estaban ocultas y picadas bajo una capa de yeso. Para no confundir no se ha querido pintar nada nuevo, ni siquiera rellenando los huecos en los que suponemos que hubo pinturas y que fueron totalmente destruidas.

La pinturas van del s. XVI al XVIII. Del s. XVI, en la nave central artesonada sólo se conserva una pintura que se ve en la base del primer arco. Se trata de una especie de marco que debía acoger una pintura en lienzo. Se puede observar que el marco está descentrado. Esto se debe a que el muro de la “casa pequeña” continuaba sin dejar ver la base del arco.

Las dos capillas centrales muestran pinturas del s. XVIII. La del interior (hacia la capilla de la cruz) muestra los instrumen-tos de la pasión del Señor (flagelo, martillo, tenazas…). Merece la pena contemplar la sencillez de algunos detalles de esta capilla. La capilla exterior (la de la vidriera con la cruz de alabastro) muestra el símbolo de Santa María (el florero con las tres rosas).

Finalmente podemos ver la capilla del Cristo de la buena muerte y de Ntra Sra de los Dolores del escultor ciezano Juan Carrillo. Las pinturas de esta capilla son del s. XVIII. En las dos pechinas que se conservan vemos a San Joaquín y a la virgen niña y a San Roque. El culto a San Roque se extendió por todo el valle por su fama de milagrero. Esta pintura de San Roque es la más antigua que se conserva en las iglesias del valle de Ricote.

4. El retablo del presbiterio

El actual presbiterio fue añadido a la “casa pequeña” en el s. XVII. Es de estilo barroco con añadidos de adornos de es-cayola y pintura en 1950. Se pueden ver las pinturas de la bóveda que representan en un lado el calvario y en el otro la eucaristía. Debajo de las dos hornacinas laterales, la de la inmaculada y la de San José, se conservan sendas inscripciones en latín del S. XVII referidas a la familia Rueda. Se han ocultado estas inscripciones con unas ventanas que se pueden abrir a los que quieran leerlas o estudiarlas.

5. Iconografía de la imagen de San Bartolomé

En el centro del retablo se encuentra la imagen del titu-lar de la iglesia: San Bartolomé Apóstol. Se trata de una obra de madera policromada del escultor valenciano Bellido. La hizo en 1941 imitando la imagen que fue destruida en la guerra civil.

Esta imagen representa de manera simbólica la fuerza que los apóstoles recibieron en Pentecostés. En su capilla está

la paloma que simboliza al Espíritu Santo y sobre la cabeza del apóstol encontramos la llama de fuego que bajó sobre los após-toles en el momento de Pentecostés. El fuego expresa la expe-riencia interior. Fue una sensación de calor, de amor, de fuego abrasador que les llenó interiormente.

San Bartolomé, también llamado Natanael, aparece cami-nando y pasando sobre el demonio. La fuerza del Espíritu le lleva a tierras lejanas y vence al maligno con la verdad del Evangelio que sostiene con una de sus manos. Con la otra mano sostiene el hacha india con la que fue martirizado en las lejanas tierras de la India.

Va vestido con la vestimenta galilea pues era de Caná de Galilea, y en su rostro, adusto y sereno a la vez podemos contemplar la paz de quien entregó su vida por el Evangelio de Jesucristo.

6. Capilla de la Santa Cruz

Ulea posee una reliquia de la Santa Cruz o lignum Crucis (astilla de la Cruz). Es la tercera parroquia de Murcia con autor-ización a rendir culto a la Santa Cruz. El día 3 de Mayo se realiza el baño de esta reliquia en las aguas del henchidor, y el 14 de septiembre se celebra la exaltación de la cruz.

El relicario en forma de cruz trebolada contiene en su interior el lignum crucis. En los cuatro lados de la cruz relicario encontramos cuatro símbolos que hablan de este pueblo de

apreciar las partes que han podido ser restauradas y las muchas que han tenido que ser repuestas.

Se trata de un artesonado de estilo “cinta y saetino”. Las cintas son las tablas adornadas que recorren la artesa central. Cintas auténticas se pueden ver en los laterales de las dos prim-eras artesas mirando desde la entrada. En base a las auténticas se reconstruyeron las nuevas. Los saetinos son los dientes de sierra blancos y negros. Imita la taracea granadina. Los auténticos se dejaron tal como se encontraron y se pueden ver en la primera y en la segunda artesa.

Es mejor hablar de estilo morisco, pues este artesonado lo hicieron los moriscos. Se trata de un estilo heredero del mu-déjar, el cual desaparece a finales del s. XV. Como se ve se trata de un estilo muy sencillo y rural.

Es el único artesonado auténticamente morisco de toda la región de Murcia. Es equiparable a algún artesonado del Alba-icín de Granada. Los demás artesonados de la región de Mur-cia (Alguazas, Algezares, Totana, Yecla, Cehegín y Caravaca) son posteriores y de imitación. Son más elaborados y artísticos, con lacería y pinturas algunos de ellos, tal vez hechos por artesanos moriscos, pero no pensados para una iglesia morisca. Esto sólo ocurre dentro de Murcia en la de Ulea y en las otras iglesias moriscas que se perdieron en el valle de Ricote2.

2. Estos moriscos sufrieron un edicto de expulsión por parte de la corona española en 1609. Hubo un malestar generalizado en el valle de Ricote por esta orden y se mandó a esta zona a fray Juan de Perea que hace un informe muy favorable sobre el cristianismo de estos mo-riscos. Con todo, parece ser que algunos tuvieron que salir hacia 1613. Se entiende que estas iglesias moriscas no perduraran, pues había que huir del ser diferentes y asimilarse a la cultura dominante.

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