guerras y guerreros i

7/31/2019 Guerras y Guerreros i

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Eduardo Corvaln


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GUERRAS Y GUERREROS edicin revisada.

Autor: Eduardo CorvalnRevisin: Marcelo GuardiaDiseo grfico: Leonardo Calvo / OM designIlustraciones: Eduardo Corvaln

Primera edicin 2004Segunda edicin 2012Tercera edicin 2012


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Introduccin 71. El herrero 102. La guerra 113. Soria 144. El armadura azul 175. En busca del poder 186. El mercado 207. El libro mgico 228. El castillo 269. El ultimo enfrentamiento 3010. El final de la guerra 33


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Existe una historia un tanto mgica detrs de este libro. Un da normaldel 2012 me encontr ordenando un mueble que estaba repleto de papeles,diarios y revistas viejas. Despus de mirarlas un poco por encima pens quelo mejor seria tirar tanta basura que lo nico que estaba haciendo ah eraocupar lugar. Levant el montn de papeles y, sin querer, uno se meescabull y cay al suelo. Sin darle importancia tir todos los dems a labasura y volv por el que faltaba. Cuando lo levant not que era una especiede carpeta con mi nombre escrito a mano en la tapa, extraado la abr y viuna hoja que decaGuerras y Guerreros II . Qu ser esto? Me pregunt.Empec a hojearlo y me di cuenta de que era un cuento de siete u ocho hojastamao A4 escrito por m en el ao 2004, osea a los 14 aos. Record unpoco a los personajes de la historia tan solo con leer el primer prrafo, perome result muy extrao no poder recordar nada deGuerras y Guerreros I nidel final del tomo II. El cuento en varias ocasiones haca referencia anombres y acontecimientos que habran sucedido en la primera parte de lahistoria, pero yo segua sin recordar casi nada.

Para mi gusto, y el de mi familia que me acompa a leerlo, el cuentoestaba muy bien redactado, las aventuras eran muy interesantes y la historiate mantena interesado desde la primera hoja hasta la ltima. Esto desperten m la necesidad de encontrar la primera parte. Con la ayuda de mi noviarevolv cada mueble y busqu en cada rincn de mi casa con la esperanza depoder completar la saga. Finalmente, luego de un par de horas encontr unCD con la palabra Backup escrita a mano y ah record que en el 2004poseamos otra computadora y cuando dej de funcionar hicimos una copiade seguridad de todos los archivos guardados en la memoria. Analice el CDen mi PC y encontr los archivos deGuerras y Guerreros I, II y III . Estuvedos das para leer los tres archivos. El I y el II me resultaron ms queinteresantes, sin embargo el III careca de esa chispa que caracterizaba a losotros dos. Me propuse arreglar algunos detalles ortogrficos y de redaccinen las historias y publicar el libro no como un negocio sino como unamanera de terminar lo que aos atrs mi otro yo de 14 aos habacomenzado.

Y aqu estoy, despus de un largo tiempo de trabajo y con la ayuda degrandes amigos, termin de editar la saga. Espero que le guste a alguien msque a mis seres queridos, pero por lo menos desde mi parte ya me sientoaliviado y el sueo de aquel nio ya est realizado.


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El teln se levant y mientras el bufn del reino continuabahaciendo malabares con cinco botellas en llamas por el aire, elpresentador se asom y con un fuerte y afinado grito exclam:Denle un gran aplauso a Billy, el malabarista! Eso es, muchasgracias por tan clido recibimiento, pero ahora, luego de una cortapausa y mientras un redoblante comenzaba a sonar, las antorchas queiluminaban el escenario se apagaron y el regordete presentadorcontinu diciendo, ahora con una voz mucho ms tenebrosa y en laoscuridad: Ahora s, seoras y seores, nios y nias, traigo anteustedes lo que estaban esperando, todo el mundo habl de este da,hemos esperado mucho tiempo para poder estar aqu. Debo decirlesque sus plegarias han sido escuchadas. Con ustedes, el magnfico, elgrandioso, el increble Herrero!

Todos los presentes quedaron en silencio esperando para verlo,un espeso humo comenz a recorrer el suelo entre la gente que conansias esperaba la aparicin del mejor mago de ste y los vecinosreinos. Como por arte de magia, una antorcha azul se encendi en el

centro del escenario iluminando con una tenue luz las carasimpacientes de los espectadores. Slo un momento ms dur elsilencio para que entre la espesa niebla l apareciera, con su tpicotraje azul y su capa en el viento. Despus de una pequea reverenciahacia el pblico comenz con su show. Conejos dentro de su galera,palomas que salan de todas partes, trucos, juegos, naipes, fuego,accin, emocin, gritos de miedo y gritos de sorpresa, risas y llantosde algunos menores que se asustaban con los impredecibles

movimientos del mago, todo esto generaba en la gente tan impresio-nante espectculo, y para terminar, ni ms ni menos que el incesanteaplauso de la gente que de pie no dejaba de ovacionarlo.

Entre aplausos y silbidos pudo observar entre la gente a unhombre, un misterioso personaje completamente vestido de negrocon una cara ms que demonaca observndolo fijamente con unaterrible sonrisa de maldad dibujada entre sus mejillas. No pudo dejarde observarlo mientras ste se abra paso entre la gente para acercasecada vez ms al escenario. Cuando estuvo a pocos pasos, el Herreroasustado dio media vuelta y sali corriendo por los camarines del


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teatro, cuando estuvo a punto de llegar a la puerta que daba hacia lacalle, se le apareci justo enfrente, con su horrible rostro y susoscuras ropas, lo observ fijamente y entre sus labios comenz amurmurar muy bajo, subiendo el volumen de estas extraas palabras,

cada vez ms y ms su rostro empez a deformarse mostrando suverdadera apariencia, y de un segundo a otro lanz un grito tan fuertey tan horrible que ni siquiera existe una palabra para expresar elmiedo que sinti el Herrero en ese momento.

Con un salto involuntario, nuestro protagonista despertbruscamente en su cama y girando rpidamente su cabeza hacia todoslados, entendi que tan slo haba sido un mal sueo. Despus de un

segundo observ que estaba de nuevo en la vida real, completamentetranspirado y agitado, sin su traje azul, sin palomas en sus mangas,sin fuego ni cartas y por suerte sin ningn demonio hostigndolo.

El Herrero

Esta historia se sita en la antigua tierra media, ms lejos ymucho antes de lo que podemos imaginar. Nos adentraremos en unapoca en donde la guerra es cosa de todos los das, y donde es muycomn ver personas armadas caminando tranquilamente por la calle,en un lugar donde el ms fuerte decide sobre la vida de los msdbiles, a veces para bien y a veces, lamentablemente, no.

A lo largo de esta aventura pondremos suma importancia a lavida de un hombre, un trabajador que dedicaba su vida a la herrerapero slo para poder hacer lo que ms amaba, la magia.

Todo empieza en el alejado reino del rey Karmas II, all un joven trabajador, a quien de ahora en adelante llamaremos Herrero,era el encargado de armar y reforzar a todos los soldados del ejrcitoreal. Viva en un rincn de una pequea y sucia choza en la parte msalta y ms pobre del reino, era en este no muy acogedor lugar, dondecada da fabricaba varias decenas de enormes piezas de metal. Tenauna increble habilidad para forjar, soldar, pulir y realizar todas lastareas que le fueran encomendadas. Poda hacer una espada deexcelente calidad en muy pocas horas y por un muy bajo costo, todoel reino acuda a l cuando necesitaba una, o tambin un escudo y,

por qu no, una armadura.


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Adems, una vez al mes, el jefe de la armera real pasaba aretirar las armas y armaduras del ejrcito y dejaba a cambio su paga,que por cierto nunca era lo que esperaba pero por lo menos alcanzabapara vivir algn tiempo ms.

Gracias a la gran facilidad y velocidad con que hacia sutrabajo, el Herrero tena mucho tiempo libre, el que usaba para hacerlo que ms le gustaba: aprender trucos y juegos de magia. Las nochesde verano se dedicaba a divertir a los nios realizando presentacionesen las calles del reino. Todos quedaban impresionados con losmaravillosos trucos que realizaba cada noche, y cada actuacinsuperaba a la anterior, pero su sueo era aprender an ms, su sueoera convertirse en un fabuloso mago y poder ganarse el pan de cada

da haciendo lo que lo apasionaba.La guerra

La tranquilidad, la paz y el silencio rondaban por las calles delreino, haciendo de las noches un momento ideal para descansar. Niuna sola hoja caa, ni una sola roca rodaba, todo era calma yserenidad, pero lamentablemente esta noche sera distinta. El Herrerose encontraba durmiendo en una posicin no muy cmoda, soandocon una presentacin en la cual slo con hacer un movimiento demagia lograba desaparecer y volver a aparecer en otro lugar distinto,mientras el numeroso pblico presente aplauda de pie. El Herrerodespert bruscamente por el estruendoso sonido de la trompeta real,un gigante instrumento de bronce bastante oxidado que hacia variosaos que nadie tocaba. Se levant para ver qu suceda cuando casiinmediatamente cay de espalda al suelo, despus de asustarse por elfuerte estruendo del galope de un caballo que pas a pocos centme-tros de su ventana. Al asomar la cabeza hacia afuera pudo ver varioscientos de soldados marchando y resonando al unsono por las callesy avenidas del reino.

Aturdido y confundido, el Herrero se acerc a la puerta y pudover cmo todo el ejrcito sala corriendo rpidamente por los porto-nes de las murallas que rodeaban el reino. Nos atacan los hunos!grit un vecino. Estos eran una tribu de vikingos con quien Karmas IIhaba estado en guerra haca varios aos, as que el Herrero asustado

recogi una de sus mejores espadas y un pequeo escudo y colocn-dose detrs de la puerta se prepar para defender su herrera, que


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tanto trabajo le haba llevado construir. Muy aterrado y esperandoque los soldados logren que los hunos se retiren del pueblo, elHerrero escuch los gritos desesperados de una mujer que corra porla calle y despus de pensarlo dos veces se arm de valor y sali

gritando por la puerta con la espada en alto y el escudo sobre elpecho para intentar socorrer a aquella persona en peligro, pero lo quevio en la calle no era exactamente un Huno. El Herrero, plido yasustado, solt su escudo involuntariamente al ver a una especie dedragn de casi diez metros de altura con una cola encendida enllamas, protegido con armaduras rojas alrededor de su largo y negrocuerpo que pareca estar hecho de sombras que corra detrs de lamujer causando sismos con cada pisada y destrozando cada edifica-

cin que se interpona a su enorme cabeza, pareca haber salido de uncuento de hadas o tal vez del mismsimo infierno. Fue tal el miedoque recorri su cuerpo en ese momento que volvi a meterse a laherrera y vio a travs de la ventana cmo el gigante dragn devorabaa la pobre mujer desparramando restos sobre las paredes delvecindario. Sin saber qu hacer y en estado de shock, el Herrerodecidi escapar corriendo por la puerta trasera de la herrera, pero alsalir al jardn la imagen de la ciudad en llamas repleta de extraossoldados con armaduras de bronce arrasando con los guardias delreino, que asustados pedan piedad, lo hizo pensar dos veces suhuda.

Sali caminando sigilosamente por la puerta principal eintent escabullirse por tres calles distintas, pero todas estabanrepletas de enemigos. Tambin intent subirse al techo de una casapero esta, en un abrir y cerrar de ojos, fue derribada por un dragnque persegua a un grupo de soldados. Sin saber a dnde ir, seescondi en un pasillo entre dos casas para que un grupo de soldadosenemigos pasara junto a l. Estos no son humanos, pens al ver quelos horribles soldados vestidos de dorado median un poco ms de dosmetros y cargaban lanzas que ni el ms fuerte soldado del reinopodra levantar. Cuando los soldados que pasaron frente a l ya seencontraban bastante lejos, el Herrero se asom para continuar con suescape pero tuvo que esconderse otra vez al ver a otro grupo desoldados que venan corriendo rpidamente en direccin a l, seescondi en la oscuridad del pasillo y vio a tres soldados no menos

impresionantes pero bastante diferentes a los dems. Estos extraossoldados atacaron por detrs a uno de los dragones y en pocos


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segundos ya lo tenan en el suelo gimiendo de dolor. Lleg laayuda, pens esperanzado mientras hacia seas a estos increblessoldados, stos lo vieron y acudieron a l, para cuando estuvieron apocos metros el Herrero los vio mejor y refregndose los ojos con la

boca abierta admiro las tres mejores y ms impresionantes armadurasque haba visto o imaginado en su vida. El primer soldado cargabauna gigante espada que sostena con las dos manos, era tan pesadaque en ocasiones la arrastraba por el suelo, tena puesta una armaduratan bien pulida y limpia que pareca un espejo, estaba fabricada deuna aleacin muy hermosa con colores violeta metalizado y plateadosque resplandecan con la luz, y detrs de l ondeaba con el viento unaenorme capa con detalles dorados en toda su extensin.

El segundo guerrero, no menos impresionante, era un poco msalto y en lugar de espada portaba un gran bastn labrado y tallado conla forma de un gigante escorpin que pareca alumbrar el camino. Suarmadura era aun ms extraa ya que pareca estar hecha de platapero de un color bastante ms opaco y oscuro pero a la vez brillababastante ms que un metal ordinario, su casco, sus botas y las demspartes de su armadura formaban figuras triangulares y en puntahaciendo ver al soldado mucho ms enorme de lo que en realidad era.

El ltimo guerrero era igual de maravilloso que los otros dos,slo que la forma de su armadura lo hacia parecer un feroz dragn, alo largo de toda su extensin pareca tener escamas y su casco eracomo una gran boca abierta por donde se asomaba su rostro. El torsode su armadura pareca estar pintado como una obra de arte y nocomo una defensa contra los golpes. En su mano cargaba una especiede hacha casi del largo de su cuerpo y a pesar de que la mantena enalto pareca pesar varias decenas de kilos.

Lo que pareci una eternidad para el Herrero, que todavaestaba con la boca abierta, en realidad fueron unos pocos segundos.Sin dejar que dijera una sola palabra, los cuatro se vieron encerradospor diez soldados dorados que lentamente se acercaban cuidando susmovimientos, se notaba que saban contra quienes se enfrentaban. Elsoldado de armadura plateada levant su bastn y, como por arte demagia, un rayo cay del cielo matando al instante a uno de lossoldados mientras los otros dos soldados corran con sus espadas enalto a combatir, la batalla no duro mucho ya que las habilidades de

estos tres increbles personajes no se comparaban con los pobresgolpes de los enormes soldados enemigos que uno a uno fueron


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cayendo al suelo atravesados por una enorme espada, mutilados porel golpe de una pesada hacha o calcinados por el estruendo de unpoderoso rayo.

El Herrero estaba atnito mirando tan increble espectculo,

cuando el suelo se estremeci y un fuerte estruendo se escuch en elcielo. Todos voltearon a ver y entre las nubes y el polvo del oscurocielo descendi un caballo negro volador, portaba una armadura anms oscura que el mismo cielo y montado en l cabalgaba un jinetetan demonaco que slo su silueta entre las nubes hizo que hasta losincrebles soldados que se encontraban con el Herrero sintieranmiedo. El soldado de armadura plateada se acerc al Herrero pordetrs y tomndolo del hombro susurr unas extraas palabras

dejndolo caer desplomado al suelo; l sinti como si se desmayara yno pudo ver ms que el horrible caballo acercndose al suelo cuandose quedo dormido.

Soria

Luego de un largo y profundo sueo nuestro protagonista despert sobre una cama muy cmoda, se levant sintindose muybien pero bastante confundido, camin afuera de la extraa choza depaja en donde se encontraba, apoyndose del marco de la puerta, yvio que se encontraba en una pequea ciudad muy colorida yprimaveral repleta de personas caminando, en su mayora mujeres.Despus de dar dos o tres pasos sinti una voz femenina que lehablaba por detrs: Dnde vas amiguito?, fue lo que dijo. Cuandose dio vuelta para responder vio a una hermosa mujer parada en lapuerta trasera de la choza. Su pelo era rubio y sus ojos muy grandesy, para sorpresa del Herrero, unas enormes alas sobresalan de suespalda. Luego de verla por un segundo con los ojos ms queabiertos, el pobre se desmay. Momentos despus, nuevamentedespert acostado, slo que esta vez estaba acompaado por laextraa mujer de alas gigantes. El aterrado Herrero intent salircorriendo, pero la mujer, tomndolo del brazo le dijo:

No tengas miedo yo estoy aqu para cuidarte, mi nombre esKira, y eres bienvenido a Soria.

A lo que l respondi confundido:


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Soria? Dnde rayos estoy? No conozco ningn lugarllamado Soria!

Estas muy lejos de tu casa, te encuentras en la tierra de loselfos, a pocas horas del valle de Selenia respondi la extraa mujer.

Ms confundido que antes pregunt:Elfos, Selenia? Qu es esto? T eres una elfa?Demasiadas preguntas humanito, ya te sern respuestas.

Ahora duerme que te ves cansado respondi Kira retirndosesobrevolando el suelo con sus enormes alas.

Despus de una corta siesta el Herrero se levant y sali alpueblo, que en realidad era una especie de campamento, busc a Kirapor un rato pero no la encontr, as que decidi volver a la choza

donde estaba. En el camino, mirando hacia cualquier parte, menoshacia el sendero, tropez con un anciano que estaba recostado en elsuelo, era muy viejo y tena el pelo totalmente blanco. El Herreropidi cortsmente disculpas, pero el anciano no dijo ms que unosbalbuceos mientras se sacuda las piernas. El Herrero, un tantoofendido, se dio vuelta para continuar caminando y el anciano leagarr la mano y le dijo:

No entiendes nada verdad? Qu? respondi el herreroSobre la guerra. Yo s de dnde vienes y s que no entiendes

nada. Si quieres puedo explicarte, y despus tengo algo para darte,pero antes debers escuchar mi historia, comenz el anciano. Yofui un guerrero, defend el Valle de Selenia durante el ataque de DarkLord, despus de ese ataque, muy pocos soldados sobrevivieron pero,gracias a los elfos, los pocos soldados que quedaron fueron curados yya estn de nuevo en el frente de batalla en el reino de Karmas. Fuiun buen mago, pero esta vez no me dejaron ir a la guerra porque,segn ellos, ya estoy muy viejo para pelear, pero afortunadamente mihijo esta all haciendo honor a la familia y a mi nombre. Por si no losabes, los magos somos capaces de hacer infinidad de poderes yconjuros para pelear y abriendo y cerrando su mano dos veces unaesfera de fuego azul apareci flotando sobre la arrugada mano delsucio anciano, el Herrero, que al principio pens que el viejo estabaloco, se impresion y pidi por favor que continuara. Esto y muchoms podras hacer si te lo propones dijo el anciano y en ese preciso

momento Kira, la elfa, interrumpi la conversacin y le pidi alHerrero que por favor se alejara un momento porque tena que hablar


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a solas con el viejo, ste obedeci y Kira dijo un par de palabras alanciano y este abrazndola comenz a llorar. Luego de unos segn-dos Kira se alej y le pidi al Herrero que la acompaara. Venconmigo mi amiguito, dijo. El hombre con el que acabas de hablar

no se encuentra bien en este momento, era un soldado del reino, peroahora esta muy viejo para seguir luchando y eso lo llena deimpotencia. l es el nico mago que al da de hoy sobrevive, creo queya nunca volveremos a ver a un mago rondando por aqu, es unalastima, pero no tenemos que perder las esperanzas, Dark Lord no estan poderoso como dicen.

Pero cmo?, yo conoc al hijo de este seor en mi pueblo ysegn me dijo el anciano el tambin era mago, entonces l no es el

ltimo dijo exaltado el Herrero.Tienes razn humano, el hijo del anciano tambin era mago,pero lleg la triste noticia de que muri ayer en la batalla que sedesat en el reino de Karmas, tu reino. Al principio eran simplessoldados y dragones, pero cuando los tres soldados ya casi tenantodo bajo control, lleg Dark Lord, l es una especie de magolamentablemente mucho ms poderoso y malvado que un magocomn, viaja en su caballo volador y tiene una mascota, un ave quepuede matar a cualquiera que se le interponga en su camino con unsolo golpe de su pico. A la hora de una pelea cuerpo a cuerpo utilizaun mazo dorado que sostiene con su mano derecha y cuando la cosase le complica un poco hace uso de sus cadenas incandescentes quepueden carbonizarte si te envuelven ya que parecen estar fundidas yen llamas. Hasta ahora nadie sabe cmo derrotarlo, pero yo tengo fede que tarde o temprano lo descubriremos y todo esto terminar.

Y los soldados, por qu fueron solos a la batalla con el hijodel anciano?, pregunt el Herrero, a lo que Kira respondi: Los tressoldados, o bueno ahora dos soldados, son el grupo elite del ejrcitodel reino. Son muy poderosos, y, a decir verdad, nunca cre quepudieran ser vencidos en batalla. Hace muchos aos que soncompaeros y sus poderes en el campo son muy impresionantes, losdos caballeros manejan muy bien sus espadas y eran protegidos ycomandados por el ms poderoso de los tres, el mago. Ahora que lno est no s qu ser de este fantstico equipo.


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El armadura azul

Antes de que Kira terminara de explicarle al Herrero, una elfainterrumpi la conversacin, y con gritos y alaridos deca Kira, KiraDark Lord ataca el castillo. Kira dnde ests?, Suenen lacampana!, grit Kira apenas oy a la elfa. Entre las corridas y elsonido de las enormes campanas el Herrero se encontr con elanciano, y este lo tom del brazo y le dijo: Acompame, rpido,lo llev hasta una choza pequea y muy vieja. Una vez adentro, elanciano comenz a explicarle al Herrero: El castillo es nuestra basems importante en la guerra contra Dark Lord, si lo perdemosentonces es seguro que perderemos la guerra. Yo ir a esta batalla y

con mi edad es casi seguro que ser la ltima, pero quiero morir conhonor y defendiendo lo que he defendido durante toda mi vida.Mientras deca esto, el anciano se colocaba una armadura de colorverdoso brillante, que pareca estar forrada con joyas, sobre elhombro izquierdo tenia una gran protuberancia que pareca cubrirle elrostro y sobre el casco tena una punta en forma de triangulo que seelevaba algunos centmetros sobre la cabeza de esta impresionantearmadura. Una vez armado abri un armario de donde sac una largalanza plateada con un enorme cristal en la punta. Elevndose enpuntas de pie el Herrero pudo ver dentro del mismo armario unaarmadura que lo sorprendi, era de color azul metlico, un color que jams haba visto en una armadura, el porte de sta era enorme,pareca imitar la forma de un guila con puntas doradas que parecanplumas sobre el casco, guantes y botas, y por la parte de atrs seasomaba una larga cola con escrituras en dorado que llegabas hastalas rodillas. Esta armadura es la que us durante mi buena poca,acot el Anciano, la consegu en el valle de Hida luego de pelearcontra ms de un centenar de rboles encantados para que me loentreguen. Si no vuelvo y las cosas se ponen peor, quiero que la usesy vayas a defender el castillo. Necesitamos todos los soldadosposibles para esta batalla, que podra llegar a ser la ltima.

Luego de decir esto, el anciano sali de la choza y se top conKira. Ella llevaba un enorme arco en sus manos y estaba vestida conuna armadura tan hermosa que pareca ir a una fiesta y no a unaguerra. Ests seguro que podrs?, pregunt la elfa al anciano, y

este respondi: Ms seguro que nunca Kira. Entonces vmonos,


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concluy, y los dos partieron con un no muy numeroso ejrcito decaballeros hacia el Este.

El Herrero se qued en la choza del anciano mirando cmo elejrcito se perda por el horizonte y pens que debera prepararse en

caso de que la batalla afectara tambin a Soria, que era donde seencontraba. Busc en la casa del Anciano mago algo que le sirvierade espada, pero no encontr nada. Cada tanto abra el armario yobservaba la armadura. Qu ganas de usarla!, pensaba mientrassegua buscando. En una de las idas y vueltas colgando de una paredencontr un bastn como el del mago que haba visto al principio dela historia. Tena la forma de un tronco delgado y enroscado pero erade metal azul, al igual que la armadura, y en la punta pareca tener un

cristal de color plateado el cual se vea muy valioso. Lo tom y sepas toda la tarde practicando golpes de espada que haba aprendidoen la herrera, pero no era muy hbil que digamos, adems el bastnera muchsimo ms pesado que las espadas con las que estabafamiliarizado.

En busca del poder

Mientras descansaba los brazos, cansados de sostener tanpesada arma, el Herrero se acord del truco de magia que le habamostrado el anciano y pens que tal vez en algn lugar habraanotado cmo hacerlo. Esta idea lo entusiasm muchsimo ycomenz a revolver toda la casa. En tan slo unos minutos encontrun papel viejo y arrugado en un cajn que explicaba cmo realizar labola azul, toda la energa del cuerpo canalizada en un solo lugarpuede crear un vrtice de energa, el cual se transforma en esferaabriendo y cerrando la mano, la clave para lograrlo est en laconcentracin ya que para canalizar tanta energa es necesario... elpapel estaba tan destrozado que no permita leer ms. El Herreroestaba an ms entusiasmado pero tambin decepcionado ya que notena ni idea de cmo se canaliza la energa. Haban pasado dos dasy no encontr ninguna anotacin ni ningn libro ms. Ya casi sinesperanzas sigui buscando por todo el pueblo, preguntando a todossi alguno conoca algn libro o escrito, pero todos contestaron lomismo. Junto con la biblioteca de las afueras de Selenia se perdi

toda la informacin de esa poca, y es an ms difcil encontrarinformacin acerca de los magos.


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En medio del pueblo una mujer preparaba una carreta conprovisiones y el Herrero se acerc a preguntar: Disculpa, estoybuscando un libro de magia o algo as, algo que me d pistas de cmocanalizar la energa, tienes idea de dnde puedo encontrar algo?.

Hola extrao, as que buscas un libro, y por casualidad ya buscasteen Selenia?, pregunt la mujer, la cual, por cierto, era muy hermosa.La cara del Herrero se ilumin y respondi No! Cmo puedollegar hasta all?. Partiremos hacia all en una hora, si quieresunirte iremos en busca de pociones para poder curar a nuestrossoldados cuando regresen de la batalla, comento la mujer.

Sin dudarlo, una hora despus el Herrero ya tena en la carretala armadura azul, el bastn y comida suficiente. Vamos, dijo la

mujer al hombre que conduca la carreta, y partieron por un senderode tierra que se funda con el bosque hacia el Norte.

En el camino, elHerrero cerraba y abra lamano sin cesar, y por msque lo intentara no conseguaninguna esfera de energa.Cada minuto que pasaba elHerrero se enojaba ms yaque pareca imposible para lpoder canalizar energa comodeca el viejo papel.

Luego de muchaslargas horas de viaje, unaciudad apareci en el hori-zonte. Selenia, dijo lamujer.


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El mercado

Casi llegando a la entrada de la ciudad todos empezaban atomar sus pertenencias para bajar de la carreta, cuando por sorpresauna especie de araa gigante salt sobre la parte delantera deltransporte abriendo la boca de forma amenazante mostrando unosenormes colmillos que segregaban una especie de liquido espeso, elHerrero automticamente se dio vuelta para sacar una espada o algoque pudiera clavarle pero rpidamente la feroz araa salt sobre lacara de la mujer y movindose hacia atrs se preparo para picarla, enese momento el Herrero salt y afirmando los pies sobre la carretatomo a la araa por la espalda y comenz a golpearla con el puo,

esta se dio la media vuelta y salt sobre el Herrero. Mientras la araavena en el aire con sus garras y colmillos preparados para matarlo,este lanz un golpe sobre su estomago y para sorpresa de todos unabola de fuego azul bastante grande y veloz acompa a su puocerrado y arras con la araa lanzndola muerta al costado delcamino. El Herrero no poda creer lo que haba hecho, fueinconscientemente que logr utilizar la energa descrita en el papelpara convertirla en una bola de fuego que afortunadamente salv suvida y la de los que lo acompaaban. La mujer infinitamenteagradecida, lo abraz y en el odo le susurr: Mi nombre es Loren.Y automticamente se dio la vuelta y se encamin por un sendero queterminaba en el gran portn a la mstica ciudad de Selenia. l, unpoco sonrojado, se qued de pie observando sus manos mientrastodos los que descendan de la carreta le agradecan con palmadas enla espalda.

Una vez adentro, se dirigieron a pie hacia el mercado centralde la ciudad. La ciudad estaba bastante destruida y aunque la mayorade las casas estaban reconstruyndose, todava podan verse lasmarcas que haba dejado la guerra: desde hoyos en las paredesprovocados por maquinaria de asedio hasta cementerios repletos detumbas llenas de cadveres algunos sin ni siquiera identificar. Elmercado estaba repleto de personas que compraban todo tipo decosas, desde comida hasta armaduras, y de cualquier precio, formas ytamaos. Haba una larga cola para poder hablar con las personasencargadas de atender a la gente, as que el Herrero se coloc en la

fila y pacientemente espero su turno.


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Ya en el primer lugar de la fila una jovencita nia gnomoamablemente le pregunt qu era lo que estaba buscando a lo que lrespondi: Necesito un libro que pueda sacarme las dudas de cmoutilizar la magia y canalizar energa. Cuando dijo esto, un seor

gnomo bastante mayor lo mir fijamente como extraado por laanormal solicitud, pero lamentablemente la pequea mujer gnomorespondi con tono soberbio: Disculpe seor pero lo que usted buscano existe. Nunca en mi vida he visto algo por el estilo. Y gritandofuerte hacia la masa de gente que impaciente empujaba para seratendido, dijo: El que sigue!. Entonces un enorme hombre lanzhacia un lado al Herrero diciendo con una voz muy grave y ronca: Aun lado pequen, estoy apurado. El Herrero bastante disgustado se

qued mirando al hombrezote que, ahora con un tono un poco msviolento, grit: Que miras, te crees valiente?. Y sin dejar que elpobre Herrero responda, lo acost en el suelo de un golpe en la nariz.Todos los que estaban alrededor se quedaron callados y miraronhacia otro lugar, como si nada hubiera sucedido. Pero el Herrero nohaba viajado tanto para ser humillado por una niita y un granduln,as que lentamente se levant del suelo con la nariz ensangrentada ylos ojos llenos de lagrimas, mir fijamente al hombre quien sedispuso a golpearlo nuevamente, pero esta vez, y con mucha agilidad,el Herrero esquiv el golpe, y mientras el puo enorme se acercaba asu destino, vio cmo el tiempo comenz a detenerse y cmo susmanos comenzaron a ponerse azules. Con un corto movimiento decuello, el hombrezote no golpe nada ms que el aire y sin ni siquieradarse cuenta de lo que suceda, recibi un fuerte golpe azul en elpecho que lo levant y arroj varios metros contra una pared delmercado, la que, para desgracia de los gnomos, se derrumb. Elhombrezote, bastante enojado, se levant, y cuando ya estuvo de pie,una gran bola azul lo golpe en el rostro dejndolo acostadoinconciente entre los escombros del cado muro. Las personas que seencontraban en el mercado comenzaron a murmurar en voz baja, ycada vez ms gente comenz a hablar y todos sealaban al Herrerodicindose cosas al odo. Avergonzado y sin saber dnde meterse,decidi alejarse un poco del mercado, pero se vio encerrado poralgunos hombres iguales o an ms grandes que el que yacainconciente unos pasos ms atrs. Intent esquivarlos pero cada vez

se encontraba rodeado por ms y ms hombres, demasiado rudoscomo para pedirles permiso. Lleg un momento en el que se encontr


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en el centro de un crculo de hombrezotes dispuestos a vengar lagolpiza que haba recibido su amigo. El Herrero se coloc en pose depelea y abri y cerr sus manos pero, como suele suceder, nada pasacuando ms lo necesitas, sus manos permanecan normales, ni bolas

de fuego, ni color azul, ni ningn tipo de energa surgi de sus manosy en tan slo unos minutos ya estaba en el suelo con variosgrandulones golpendolo en el rostro, otros patendolo y otroslanzndole piedras y cualquier elemento contundente que encontrasenen el suelo. El ancianito seor gnomo, que antes lo haba estadoobservando, se acerc lentamente, ayudndose para caminar con unviejo bastn de madera, hasta donde el pobre Herrero estabarecibiendo tremenda paliza, y golpeando dos veces el suelo con su

bastn una especie de canino fantasmal surgi de entre las sombras ycomenz a atacar uno a uno a los hombrezotes, los que asustados portan horrible animal salieron corriendo en todas direcciones. Una vezque el cuerpo del golpeado qued a la vista el anciano le ordeno a suparanormal mascota que lo cargue y se dirigieron hacia las afuerasdel pueblo.

El libro mgico

El Herrero abri los ojos y pudo ver al horrible animalmirndolo fijamente con una mirada roja como el infierno. Sin nisiquiera respirar, trat de levantarse, pero tuvo que detenerse porqueel animal comenz a emitir un gruido demonaco que hizo que unescalofro recorriera toda la espalda del golpeado Herrero.

-Tranquilo Lucifer, l es un amigo- dijo el viejo gnomo alperro, y automticamente se recost en el suelo pero sin quitar lamirada al Herrero.

Hola comenz el gnomo mi nombre es Fesser y vivo aqu en Selenia desde antes de que nacieras. Vi lo que hiciste en elmercado y la verdad que me has impresionado al saber que un magoviniera por aqu en tiempo de guerra. No deberas estar en el castillo junto con los dems soldados?

Disculpe respondi el Herrero no soy mago, por lo menosan no. Estoy en busca de algo o alguien que me pueda ensear autilizar esta fantstica clase de energa.


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Pues, debo decirte amigo que el destino te ha trado a mismanos para que te ayuda en tu aventura. Primero debemos encontrarel libro mgico, en este libro se encuentran los ms fabulosos ymortales conjuros que un mago pueda realizar, pero la mala noticia es

que la nica copia que conozco la posee una asquerosa bruja malvadaenana horrible y repugnante: mi ex esposa.Jaja solt el Herrero.Ahora te parece gracioso pero ya la veras con tus propios

ojos.El gnomo gui a nuestro protagonista hacia el bosque que

rodea la ciudad. Su casa se encuentra cerca de aqu escondida en unpantano, dijo el gnomo cuando una flecha vol su sombrero y lo

dej clavado contra un rbol. Mercenarios! agchate, grit elgnomo. El Herrero se escondi detrs de un rbol y observ quecinco soldados fuertemente armados perseguan a una chica quecorra a gran velocidad con un collar de oro colgando de su mano.Debe ser una ladrona, las leyes son muy duras aqu con esa clase depersonas, coment el gnomo. Pero para sorpresa de pocos, laacechada mujer era nada ms y nada menos que Loren.

El Herrero, sin pensarlo, abri su bolso y entusiasmado sac suarmadura azul y comenz a colocrsela. El gnomo sorprendido quedboquiabierto observando el fantstico color de esta impresionantearmadura y no dijo ni una sola palabra mientras el Herrero yaterminaba de vestirse para la accin.

Los soldados ya casi alcanzaban a la exhausta ladrona cuandouna bola de fuego azul dej en el suelo a uno de ellos. Los otroscuatro voltearon a ver qu estaba sucediendo, y otra vez una esferaazul volte a otro de los soldados. Los que restaban comenzaron aatacar con sus lanzas al Herrero, pero con gran agilidad esquiv cadauno de sus golpes, y aunque las pesadas lanzas lo golpeaban, laenorme armadura lo protega y casi no senta nada. Uno a uno lossoldados quedaron tirados en el suelo por las fuertes heridas que lesprovocaban los golpes del bastn azul del Herrero y las bolas azulesde energa que parecan impactar a la velocidad de la luz sobre suscascos.

La ladrona, que asustada se haba escondido en un rbol, baj ydijo: Impresionante Herrero ya eres todo un mago. Algo as,

respondi l, bastante orgulloso, y procedi a darle un abrazo aLoren.


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Chicos debemos seguir nuestro camino, no seria bueno quenos encuentre la noche en medio del bosque dijo con vos de cansadoel gnomo.

Continuaron caminando algunos minutos ms y el suelo

comenz a sentirse un tanto ms hmedo de lo normal: el pantanoestaba cerca.Cuando la noche ya casi caa, los tres aventureros se encontra-

ron con una pequesima casa en la copa de un rbol. Suban ustedes.Yo no puedo entrar ah a causa de un conjuro que la malvadahechicera lanz contra mi y no me permite acercarme, dijo el gnomomientras se sentaba en un viejo tronco que estaba en el suelo. ElHerrero junto a Loren subieron por una muy pequea escalera hasta

llegar a la copa del rbol. La puerta de la casa estaba abierta y desdeadentro una voz muy dulce dijo: Pasen, por favor, los estabaesperando. El Herrero entr con bastante miedo protegiendo aLoren con su mano izquierda, mientras que con la mano derechasostena fuertemente su bastn. Tranquilos visitantes. No hay de qutemer. Mi paloma mensajera me avis que ustedes venan encamino. Se escuch a la espalda de Loren. Los dos se dieron vueltarpidamente para ver a tan malvada bruja, cuando asombrados vierona una hermosa viejecita con un sombrero azul en forma de punta,unas enormes mejillas coloradas y unos ojos hermosamente grandes.Que tiene de horrible esta hermosa gnomo, pensaron los dossimultneamente.

Veo que estn buscando el libro mgico. Este libro es muyvalioso, y por lo tanto, no lo puedo vender barato. Dganme con qupodran pagar tan valioso libro?

Tengo 4 piezas de oro, alcanzara con eso? dijo el Herrero.Jaja, cuatro? Esto vale 200 por lo menos dijo la viejita con

un tono un poco distorsionado y ambicioso. Si no tienen parapagarme debo pedirles que se retiren, antes de que mi hermosapaloma se enoje y quiera comrselos. Debo advertirles que esterriblemente amante de la carne humana y creo que no tardara ni unsegundo en devorarles hasta los ojos ya que est bastante hambrientapor las pocas visitas que recibimos en nuestra humilde morada.

Luego de mirar dos veces a la bonita paloma que sentada en laventana entonaba hermosas canciones el Herrero dijo:

El collar de mi amiga vale 250 piezas de oro, te lo doy y tme das el libro y 20 piezas de oro, qu te parece?-


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Loren puso cara de Ests loco? y lo golpe disimulada-mente en la pierna. Lo siento, pero necesito el libro, dijo elHerrero. La vendedora sac un antiguo y sucio manuscrito de debajode la mesa y 20 monedas de oro. El Herrero tom rpidamente el

collar del bolso de su amiga y lo intercambi por el libro y el oro.Loren, desilusionada, sali corriendo de la casa hacia el tronco dondeel gnomo los esperaba y el Herrero la persigui. Cuando lleg hastadonde estaban, el Herrero meti la mano en su bolsillo y sac elcollar de oro y se lo devolvi. Ella sorprendida pregunt Cmohiciste eso?. Un mago jams revela sus trucos, respondiaudazmente el Herrero, y comenz a caminar hacia Selenianuevamente.

En el camino, un fuerte estruendo se escuch retumbando enlas entraas del bosque. Oh dios mo! Hicieron enojar al ave de miesposa, grit asustado el gnomo. Agchense! Todos hicieron casoy un enorme ave negra sobrevol las cabezas de los tres gritando conuna fuerza increble.

Herrero, abre el libro en la pgina 632. Rpido, intenta eseconjuro, antes de que nos mate a todos. Yo intentar detenerlo, dijoel gnomo, mientras se colocaba un casco de cuero y suba por untronco gritndole a la feroz ave que se acercaba a gran velocidadhacia l. El Herrero comenz a leer el artculo que le indicaron ylevant la vista para ver al gnomo pero era demasiado tarde: lagigantesca ave arras con el pobre anciano y se lo llev en su pico,volando entre las nubes. Mientras esto suceda, el Herrero terminabade leer la ltima palabra del conjuro, y junto a Loren desaparecieronen el aire dejando slo un pequeo remolino de hojas que caanlentamente al suelo.

El Herrero abri los ojos y pudo ver que estaban nuevamenteen el mercado de Selenia. Loren estaba sobre l, golpendolo en lacara para que despierte. La tristeza ocupaba cada rincn de sus carasal haber perdido a quien podra haberlos ayudado en su difcil caminopara aprender magia.

En el mercado, an estaban algunos de los hombrezotes que elda anterior haban golpeado al Herrero, pero al verlo vestido consemejante armadura todos bajaron las miradas e hicieron de cuenta

que no haba pasado nada.


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En el camino de regreso a Soria, el Herrero lea atentamente ellibro, y practicaba sin xito algunos conjuros. Este libro tonto nosirve para nada, lo he ledo entero ms de dos veces y ningn conjurosirve, ni siquiera el que utilic para tele transportarnos ayer,

coment para s mismo, bastante fastidiado.El camino a Soria pareca ms largo de lo normal. Haca variashoras que deberan haber llegado y el sendero se vea un tantodiferente al de ida. Loren se acerc a preguntarle al conductor porqu se haban demorado tanto, o por qu haba tomado un caminodiferente, cuando se sorprendi al ver que el cuerpo del conductoryaca muerto recostado sobre la silla y con las riendas en las manosun soldado lleno de sangre y reteniendo lgrimas en los ojos azotaba

ms y ms a los caballos que se esforzaban a ms no poder paracumplir con los deseos del conductor. Qu ests haciendo? Quineres?, grit Loren, cuando el Herrero sorprendindolo por detrsdorma al soldado con un golpe fuerte de su bastn en la cabeza. Alcaer desmayado, el soldado solt las riendas que mantenan la carretaen curso y la rueda derecha se estrell con una raz haciendo que todoel vehculo volcara y que Loren junto al Herrero salieran despedidospor el aire.

Una vez en el suelo, y sacudindose un poco, ambos levanta-ron la mirada para darse cuenta de que estaban a pocos metros de unaaltsima muralla de ladrillos reforzados. Estamos en el castillo!,exclamaron los dos mirndose asustados, y al mismo tiempoentendiendo que el destino se les estaba revelando.

El castillo

Loren se acerc a la casi destruida carreta para tomar un largoarco blanco y un pequeo saco lleno de flechas, el cual se carg en laespalda. Cuando se dio vuelta para ir hacia donde el Herrero laesperaba, observando el lugar en el que estaban una mano la tom desu pierna. Era el soldado que cruelmente haba matado al conductorpara robar la carreta. Aydame por favor, suplic bastante malherido

Por qu habra de ayudarte, asesino? respondi Loren contono soberbio.


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Por favor continu el soldado necesito entregarle esto a mipequeo hermano; l est en el frente de batalla. Slo tiene 13 aos,por dios santo! Hace dos das recib una carta donde deca que habasufrido una herida y estaba a punto de morir de una infeccin a

menos de que le consiguiera esta extraa flor. Tuve que vender mihogar para poder pagar una expedicin a la cima del monte LinRouge donde la encontr. No tena otra opcin que robar una carretapara poder llegar a tiempo, estaba desesperado. No s si le quedamucho tiempo. Por favor, llvensela por m, no puedo caminar conmis piernas as. Por favor, hganlo ya!

Loren, conmovida por el relato del mal herido soldado, tom laflor de su mano, la envolvi en un pao y la guardo en su bolso.

Prometo que buscar a tu hermano, dijo con lgrimas en los ojos.Luego de que Loren contara al Herrero tan triste historia, lacept emprender esa misin y caminando a paso acelerado sedirigieron hacia la gran muralla. Una vez cerca Loren pregunto:Por dnde entraremos? No se ve una entrada en kilmetros. Creoque s la solucin, dijo el Herrero; y colocando las manos alrededorde la cintura de Loren, desaparecieron. En un abrir y cerrar de ojosambos estaban del otro lado de la muralla. Este lado era mucho msrido y seco, a lo lejos se poda ver un monte y en la cima de este unenorme castillo con columnas de humo rojo elevndose hasta el cielo.

El Herrero y Loren emprendieron viaje hacia este monte con laesperanza de encontrarse del bando correcto y no cruzarse con lastropas de Dark Lord. No paso mucho tiempo para que los dos seencontraran al pie del castillo. El cielo estaba oscuro y nublado, tonosrojizos y naranjas se elevaban junto con las columnas de humo negroque nublaban la vista. Gritos y pedidos de ayuda se escuchaban cerca,pero an no podan ver a nadie. Dieron dos o tres pasos msrodeando la circunferencia de la enorme edificacin y una enormeroca encendida en llamas impact en la muralla muy cerca de ellosdejando un enorme hueco en la pared del castillo. Por este huecopoda verse un pasillo largo con antorchas en los lados y al final deeste, un enorme saln con camillas y soldados heridos y varias elfastratando de ayudar a todos al mismo tiempo. Es ah donde debemosir, dijo el Herrero mientras pasaba por encima de los escombrosencendidos entrando al castillo. Una vez adentro, se acercaron

camilla por camilla esperando encontrar al hermano del soldado, perocasi todos estaban inconcientes o gritando: cmo saber cul de todos


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era? Loren se acerc a una elfa para preguntarle, pero esta sinescucharla la corri hacia un costado y sali corriendo a atender a dosnuevos soldados heridos que entraban por la puerta. Al ver que seracasi imposible hablar con alguien, Loren sac la flor de su bolso y la

coloc sobre una mesada que estaba llena de artefactos baados ensangre. Espero que sirva de algo, pensaron los dos y se dispusierona volver por el hoyo en la pared por donde haban entrado. Una vezafuera, el Herrero pudo ver a lo lejos el campo de batalla. Erahorrible, la entrada al castillo se encontraba al final de un largopuente que estaba repleto de soldados de armadura dorada, idnticosa los que un tiempo atrs haba visto en Karmas. Una armadura rojabrillante como fuego resaltaba en el puente entre varios cientos de

soldados de armadura plateada que con gran valor se enfrentaban atan terribles enemigos.El Herrero pidi a Loren que por favor trajera algunas

medicinas de la enfermera para llevarlas al puente, era ms queobvio que las necesitaban, y mucho. Despus de que cargaron aescondidas de las ocupadas elfas una bolsa con hierbas, lquidos,trapos y cualquier cosa que encontraron a mano, siguieron su caminorodeando la muralla del castillo. Cuando ya estaban bastante cercacomo para ver el puente, la enorme puerta que protega la entrada delcastillo cay fuertemente contra el suelo haciendo que variossoldados quedaran atrapados debajo de ella. Un grito malvado defelicidad se oy entre las filas enemigas: era Dark Lord quien conuna voz estruendosamente demonaca gritaba Entren al castillo!El Herrero tom de la mano a Loren y en un instante se encontraronen la parte interna del castillo. Recorrieron pasillos interminablescomo laberintos, caminaron por salones destrozados y abandonadoshasta que por uno de los extraos pasillos se oyeron sonidos deespadas chocando a lo lejos. Corrieron y corrieron hasta llegar a unaterraza desde donde se poda ver el patio del castillo. Esttotalmente repleta de soldados de Dark Lord, dijo preocupadaLoren. Han tomado el castillo qu haremos ahora?, concluy.

En ese momento, en la esquina opuesta del patio, una puerta seabri y varios cientos de soldados plateados comenzaron a emergerpara batallar con gran valor y euforia contra los enemigos dorados.Detrs de este ejrcito de refuerzo venan sobrevolando el suelo

algunas elfas lanzando flechazos mortales con increble precisincontra las lneas enemigas. Loren agarr del brazo al Herrero y grit:


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Mira esa elfa, est curando a todos! Una elfa cargaba en sucostado una enorme vasija con un lquido verdoso el cual les hacaingerir a los soldados. Apenas estos probaban el primer sorbo de lapocin, sus energas se reponan y se levantaban del suelo para seguir

luchando. La elfa concentrada en su trabajo no advirti que unenorme soldado se estaba acercando a toda velocidad hacia ella,cuando alz la mirada, lo nico que pudo ver fue al gigante soldadodorado atravesando su estomago con una enorme lanza. La vasija conla pocin no se derram pero los soldados no podan llegar a ella yaque cada vez eran ms los enemigos y cada vez menos soldadosquedaban en pie. El Herrero ajust un poco su casco, respiroprofundo y salt al vaco desde la terraza en donde se encontraba.

Loren asustada se asom para ver qu locura estaba haciendo, pero lya no estaba. De repente entre las enormes armaduras doradas unaluz azul apareci, tom la vasija y desapareci. Era el Herrero quevolvi a aparecer al lado de Loren y entregndole la vasija le ordenseguir con la labor de la elfa. Si los soldados de Selenia podanrecuperarse rpidamente de sus heridas y seguir en batalla, tal vezesto dara un giro positivo a las cosas. El Herrero desaparecinuevamente en el aire y se pudo ver un gran destello de luz azul enmedio del campo de batalla. La guerra para el Herrero acababa decomenzar. Impactados por enormes esferas azules, los soldadosdorados parecan derretirse cayendo muertos al suelo, los movimien-tos del poderoso mago eran impresionantes. Cada esfera impactabacon una precisin milimtrica entre los ojos de los soldadosenemigos. Cada golpe de lanza era perfectamente esquivado ycuando dos o tres soldados lo rodeaban, simplemente desapareca yapareca en sus espaldas para continuar con la infinita lluvia deesferas azules.

La armadura azul pareca iluminar la oscuridad del horriblecampo de batalla. Los soldados del reino se vieron entusiasmados alver que tan poderoso guerrero estaba de su lado y comenzaron aluchar con an ms ferocidad, destrozando uno a uno los enormescuerpos demonacos de los soldados de Dark Lord, quien, por cierto,an no entraba al castillo ya que en las batallas se posicionaba en laultima fila de sus tropas.

El Herrero no descans ni por un segundo hasta ver al ltimo

soldado dorado que quedaba en el patio del castillo cado a sus pies.Cuando esto sucedi todos los que continuaban en pie quedaron


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perplejos al ver el brillo que emanaba del Herrero: un aura muy tenuerodeaba sus manos y su armadura color cielo pareca estar recinpulida. Ente los soldados que se encontraban mirndolo se contabantambin el Anciano y Kira comandando a los dos caballeros elite de

Selenia, Draco y Wizz. Los cuatro tambin impresionantementearmados se acercaron a l y con voz fuerte y sonando a padreorgulloso, el anciano dijo: Te esperbamos Herrero.

El ltimo enfrentamiento

Los cinco soldados junto al enorme ejrcito, en poco tiempoestaban listos para seguir en batalla; mientras Loren se mantena

detrs suministrando la maravillosa pocin curadora de las elfas.Al puente!, grit Draco en voz de mando, y todos losguerreros comenzaron otra cruda batalla, esta vez en un espaciomucho ms reducido. Las flechas de Kira atravesaban a cuatro ocinco soldados a la vez, mientras el hacha de Draco pareca quebrarel suelo golpeando con increble fuerza las doradas armaduras quecaan en partes por los riscos alrededor del puente. La enorme espadade Wizz atravesaba uno a uno a los soldados, haciendo que susarmaduras de bronce parecieran de tela por la manera con que su filolas desgarraba. El Anciano se par firmemente y apuntando susmanos en direccin al puente, una lluvia de rojas bolas de fuegocomenz a destrozar cada soldado que se interpona en su camino. ElHerrero, orgulloso y entusiasmado, comenz a atacar a la par delAnciano haciendo que el cielo nublado y oscuro se ilumine de colorazul.

Dark Lord, que ya daba por segura su victoria, not la rarailuminacin en las nubes y envi a su ave a investigar al frente debatalla. Cuando el ave observ que el puente estaba casi tomado porlos Selenios estremeci el cielo con un grito y descendi a granvelocidad hasta llegar a donde los soldados an luchaban convalenta. Los rojos ojos de la demonaca ave se clavaron sobre elHerrero y a una velocidad impresionante se abalanz sobre l. ElHerrero, que era muy rpido, alcanz a desaparecer en el aire paraque el ave siguiera su camino, pero lamentablemente los reflejos delAnciano ya no eran los mismos y el afilado y fro pico se clav en su

pecho destrozando su armadura y dejndolo caer por un lado delpuente hasta el ro que rodeaba el castillo varios metros ms abajo.


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Kira solt su arco dejndolo caer al suelo para volar rpidamente consus enormes alas hasta donde, para desgracia de todos, yaca elcuerpo muerto del ltimo mago de Selenia.

Las mortales garras del ave se preparaban nuevamente para

atacar, esta vez tena como objetivo el rojo torso metlico de la arma-dura de Draco. A gran velocidad acerc su pico hasta l, pero afortu-nadamente Wizz pudo advertirlo y golpe a su compaero en laspiernas para que cayera y el ave pasara a pocos centmetros de surostro. El ave, indignada por fallar, volte rpidamente para atacarotra vez, pero el Herrero apareci por detrs y con lgrimas en losojos golpe con su bastn el suelo creando una explosin de fuegotan grande que alcanz para convertir a la gigante ave en tan slo un

par de plumas negras cayendo lentamente por el aire.Dark Lord sinti en su pecho que le haban robado una parte des, y lanz un grito al cielo en seal de que vengara la muerte de sumascota y terminara de una vez por todas con la guerra. Se abalanzcabalgando hasta el puente arrasando con varios soldados de supropio ejrcito que an quedaban de pie. Cada pisada de su satnicocorcel dejaba un rastro rojizo en el suelo, de sus fosas nasalesemanaba vapor y de su boca colgaba una especie de baba de magmarojiza.

El suelo comenz a temblar, mientras Dark Lord clavaba susojos enfurecidos en el Herrero.Cuando sus miradas se encontraronenfrentadas, Dark Lord lanz suscadenas sobre l, pero pudodesaparecer antes de que localcinaran. Otra cadena sali de subrazo y otra y otra ms, y as cadauno de los guerreros se vioenfrentndose a una cadenadistinta, parecan tener vida ya queDark Lord no quitaba la vista delHerrero, pero sus armas preveanperfectamente los movimientos quecada uno realizaba para eludirlas.Acercndose an ms rpido, baj

de su caballo de un salto y con su mazo trat de golpear a Dracoquien con gran destreza logro esquivar el golpe quedando rendido en


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el suelo. Dark Lord volvi a lanzar su mazo sobre Draco, pero Wizzy Kira, al mismo tiempo, interpusieron sus armas entre l y el gigantemazo dorado. Indignado lanz sus cadenas sobre Wizz y logratraparlo, pero Draco cort las cadenas de un fuerte golpe antes de

que pudieran hacerle dao. Dark Lord, con odio en sus ojos, dio unrpido giro y con su mazo golpe fuertemente a Kira en el pecho,rompiendo su brillante armadura y lanzndola al suelo muy malherida. Sin terminar el giro, dos cadenas envolvieron a Draco, peroen menos de un segundo el Herrero, tocndolo con su bastn, loenvi dentro del castillo junto a Loren que continuaba ayudando atodos los soldados heridos. Wizz intent clavar su espada en laoscura armadura de Dark Lord, pero antes de que pudiera, ste

golpe el suelo con su mazo y provoc un fuerte temblor que tumba todos. Desde el suelo y esquivando cadenas, el Herrero tom a losheridos Wizz y a Kira de las manos y ambos desaparecieron.Intentando esquivar una cadena salt lo ms alto que pudo ymoviendo su bastn golpe a Dark Lord en la cara haciendo que sucasco vuele lejos de l. Con sangre en la boca y sed de muerte en susojos, Dark Lord grit tan fuerte que el Herrero aturdido tuvo quearrodillarse tapndose los odos y en ese instante recibi un golpe delgigante mazo en la cabeza. El demonaco lder del ejrcito doradosonri al ver que ya casi terminaba con todos, pero tuvo que cambiarsu cara cuando observ que las manos del herido mago se volvan decolor rojo incandescente. El Herrero golpe fuertemente el suelo consus palmas y un crculo de llamas rode a Dark Lord quien tuvo queretroceder unos pasos. El mago se levant y rpidamente salt sobreel quemado demonio golpendolo fuertemente con su bastn en lacabeza, y ste, un poco aturdido, intent defenderse pero sin xito, yaque el Herrero coloc su bastn en alto y repitiendo un conjurogolpe nuevamente a Dark Lord, y esta vez lo envi varios metrospor el aire hasta caer de nuevo en el puente. Cuando Dark Lordestuvo a punto de levantarse, el Herrero coloc su bota sobre elprotegido pecho de Dark Lord, y ya sin fuerzas ni siquiera parahablar dijo con vos cansada y ronca: Hasta aqu llegaste. Pisandomuy fuerte y convirtiendo a Dark Lord junto con el puente entero enuna explosin de fuego azul. Los dos cuerpos cayeron inconscientesen el ro, junto con las toneladas de escombros del destruido puente.


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El final de la guerra

Loren, junto con los heridos soldados, pudieron sentir el fuerteestruendo de la explosin desde adentro del castillo, y al acercarse ala puerta vieron que el puente ya no exista ms y que en el ro seencontraban varios cientos de escombros. Herrero!, grit Lorencorriendo hacia el puente destruido con la esperanza de ver que seencontrara bien.

Kira, que ya estaba mejor gracias a la mgica pocin,descendi hasta el ro para ver qu haba sucedido. Entre unosescombros pudo ver el resplandor azul del casco del Herrero.Comenz a quitar una a una las enormes rocas, hasta que descubri

que slo estaba el casco vaco bastante abollado y maltratado, nohaba seales del mago. Draco y Wizz bajaron por una ladera paraayudar en la bsqueda a Kira. Con la fuerza de los dos caballerosextrajeron muchas rocas pero sin encontrar absolutamente nada.

Mientras Draco continuaba tirando escombros a un lado del rosinti cmo algunas rocas de ms adelante se movan. Ah est!,exclam corriendo hacia el lugar donde escucho el sonido. Cuandoestuvo a punto de llegar se dio cuenta de que no era exactamente elHerrero. Una cadena estaba intentando quitar rocas de encima delcuerpo muerto de Dark Lord; cuando sinti la presencia de Dracoinmediatamente lo tom del cuello y comenz a asfixiarlo, Kira yWizz vieron lo que suceda y muy asustados acudieron al lugar, peroantes de poder hacer nada la cadena se vio destrozada por una esferade fuego azul. Draco cay al suelo y tomndose el cuello indic conun gesto de su mano que se encontraba bien. Todos levantaron lamirada y algunos metros ro abajo se acercaba con algunasdificultades para caminar el Herrero. A pesar de las heridas su rostroexpresaba felicidad, su armadura estaba bastante mutilada y de susmanos caan gotas de sangre que poco a poco se disolvan en el aguaturbia del ro. Kira se acerc volando, lo tom entre sus manos y loelev hasta los restos que an quedaban del puente del castillo, dondeLoren esperaba impaciente junto con todos los soldados del ejrcitoreal por ver a su hroe con vida.

Kira lo recost boca arriba mientras todos miraban preocupa-dos y Loren, con mucha paciencia, volc una dosis bastante grande

de pocin dentro de su boca. Casi automticamente el Herrero abrilos ojos y, agradecido, acarici a su amiga en la mejilla.


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Puedo saber de que rayos est echa esa pocin mgica?,pregunt Wizz, asombrado por la increble facilidad con que todosmejoraban al probarla.

Esta es una pocin muy rara respondi una elfa. A lo que un

nio vestido de soldado acot:Se prepara a base de un nico ingrediente, pero es tan difcilde encontrar que muy pocas veces en la historia alguien haba podidorealizarla.Y la elfa continu:

Por suerte hoy un ngel nos visit y por sorpresa sobre lamesa de la enfermera este tan mtico y extrao ingredientesimplemente apareci frente a nosotros como si el destino lo hubierapuesto ah para que nosotras preparramos la pcima. Mientras la

elfa segua contando tan milagrosa e inexplicable historia, Loren y elHerrero se miraron y en silencio rieron pensando que sera mejorcontar la verdadera historia de la flor de Lin Rouge.

Quin dira que loque en un principioparecen ser grandes erroreso equivocaciones, termi-nan siendo tan slopequeos ajustes que lavida se encarga de hacerpara que el destino siga sucurso a lo largo de lahistoria. Ahora que elejrcito maldito de DarkLord haba cado, unanueva era empezaba en elmundo.

Era tiempo de reconstruir las ciudades afectadas por la guerra y junto con cada ladrillo tambin se estaba reconstruyendo la historia.Los errores del pasado se haban reparado y ya era hora dedescartarlos y colocar en su lugar un nuevo ladrillo, ms resistente ysin las falencias que en un momento tuvo el primero. Aunque quinnos asegura que ste tampoco estar defectuoso? Desde mi punto devista seguramente ser as, pero es absolutamente necesario que elmal exista para que as el bien pueda triunfar.

guerras y guerreros i

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