guardia pretoriana
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Guardia Pretoriana
La Guardia Pretoriana (del latín: praetoriani) era un cuerpo militar que servía de escolta y protección a
los emperadores romanos. Antes de los emperadores, esta escolta era usada por los líderes militares
aún desde los días de la familia de los Escipiones alrededor del año 275 a. C. Los miembros de la
Guardia Pretoriana estaban entre las más diestras y célebres fuerzas militares de la Historia Antigua.
Los soldados de las cohortes pretorianas recibían doble paga y gozaban de numerosos privilegios. Cada
miembro, al abandonar la cohorte, recibía 20.000 sestercios después de 16 años de servicios.
Índice
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1 Historia
o 1.1 La primera Guardia
o 1.2 Asuntos políticos
o 1.3 Los últimos años de la Guardia
2 El legado de la Guardia Pretoriana
3 La relación entre los emperadores y la Guardia Pretoriana
4 Organización y condiciones de servicio
o 4.1 Rango y jerarquía
5 Usos modernos análogos del término
6 Véase también
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
[editar]Historia
Guardias pretorianos.
El término "pretoriano" tiene su origen en la tienda de campaña del general o praetor de un ejército
romano llamada praetorium. Muchos de los generales romanos tenían la costumbre de escoger entre las
filas una fuerza privada de soldados para servir como escoltas (guardias) de la tienda o de la persona
del general, y consistía en una infantería y una caballería. Durante las guerras civiles aumentó el
número de los soldados que integraban la Guardia Pretoriana.
Con el pasar del tiempo, esta unidad (cohorte) se llegó a conocer como la cohors praetoria y varias
figuras notables incluyendo Julio César, Marco Antonio y César Augusto tuvieron una. Julio César se dio
cuenta que se necesitaba una unidad más peligrosa que las demás en el campo como la Legión
X Equestris (o Legio X Gemina). Cuando Augusto se convirtió en el primer gobernante del imperio en
el 27 a. C., decidió que tal formación era útil no solamente en guerra, sino también en política. Así, de
las filas de las legiones de todas las provincias, Augusto reclutó a la Guardia Pretoriana. El campo
ocupado por esta tropa se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante,
designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran
importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a
poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.
[editar]La primera Guardia
La primera guardia fue muy distinta a la guardia de los tiempos posteriores, la cual incluso llegó a
asesinar emperadores. AunqueCésar Augusto comprendió la necesidad de tener guardaespaldas en el
caos que era Roma, tuvo mucha precaución al preservar los ideales de la República[cita requerida]. Augusto
solamente permitió que se formaran nueve grupos de guardias. Originalmente contaban con 500
hombres cada uno pero finalmente permitió hasta 1000, y solamente tres de estas divisiones se
encontraban en estado activo dentro de la capital del imperio. También se creó una unidad reducida de
caballería, y cada escuadrón - llamado turma - contaba con treinta hombres. La mayoría de los
integrantes de esta primera guardia patrullaban el palacio y los edificios más importantes, mientras que
otras divisiones estaban posicionadas en los pueblos que rodeaban Roma; se ha determinado que estas
unidades eran demasiado pequeñas como para ser una amenaza para el imperio. Cuando dos prefectos
pretorianos, Quinto Ostorio Scapula y Salvio Aper, ascendieron al poder en el año 2 a. C., se
conservaron las mismas figuras en los números de divisiones, pero se mejoró el mando y la
organización de tales.
Cuando César Augusto falleció el 19 de agosto del año 14, el periodo de calma entre los pretorianos
finalizó y a partir de ese momento comenzaron a usar su fuerza militar para ejercer presión sobre las
políticas del imperio. Augusto fue el único emperador que gozó de la lealtad total de los pretorianos.
Después de la muerte de Augusto, los pretorianos actuaron según sus intereses personales. Lucio Elio
Sejano, un prefecto ambicioso, movió la base de la guardia a los cuarteles de Roma. En el año 23,
Sejano logró convencer a Tiberiopara que construyera la Castra Praetoria (el campo de los pretorianos)
justo en las afueras de Roma. Uno de los grupos de la guardia mantendría un puesto permanente como
guardia del palacio imperial. Desde ese punto de la historia en adelante, la guardia estaría bajo el
control del César, pero la guardia también obtuvo un buen grado de poder sobre el mismo. En el año 31,
Tiberio tuvo que enviar a su guardia personal, la cohors praetoria, en contra de aquellos ciudadanos y
soldados que apoyaban a Sejano. Aunque la guardia le fue fiel a un Tiberio que se encontraba muy
envejecido, el poder político de la guardia dejó de ser un secreto.
En las campañas militares, los pretorianos mantenían las mismas formaciones que el ejército romano.
Ya en el año 69 se les empezó a enviar al campo de batalla y lograron destacarse en la batalla de
Bedriacum bajo el mando de Otón. Los líderes Domiciano y Trajanomandaron a la guardia a que luchara
en las guerras que tuvieron lugar en Dacia y Mesopotamia, mientras que Marco Aurelio los utilizó para
su campaña del Danubio. Durante el siglo III los pretorianos asistieron a los emperadores en sus
diversas campañas militares.
[editar]Asuntos políticos
Relieve de un soldado pretoriano procedente de Pérgamo (Turquía), Aparece con uniforme de cuartel, esto es sin
corarza, portando lancea, gladius, cingulum militiae y un pequeño escudo tipo caetra.
Luego de que muriera Sejano, como parte del Donativum (regalo imperial) que Tiberio había prometido,
la guardia comenzó a jugar un papel más ambicioso y sangriento dentro del imperio. La guardia se
convirtió en una fuerza sobornable que - por la suma adecuada de dinero o por pura voluntad - estaba
dispuesta a asesinar al césar. La guardia incluso llegó a ser una amenaza para sus mismos prefectos y
para el mismo pueblo romano. En el 41, Calígula fue asesinado en un complot orquestado por ciertos
senadores y miembros de la guardia. Los pretorianos ayudaron a que Claudio tomara el puesto de
emperador y retaron a que el senado se opusiera a su decisión.
Aunque la guardia contaba con el poder de matar al césar, sus funciones no incluían ningún papel
administrativo, a diferencia del personal del palacio, el senado y la burocracia romana. En muchas
ocasiones, las barbaries de la guardia fueron castigadas severamente por el emperador. En el
año 193, Didio Juliano le compró el imperio a la guardia por una vasta cantidad de dinero luego de que
la guardia lo subastara al mejor postor. Ese mismo año,Septimio Severo marchó a Roma y se deshizo
de los pretorianos ya existentes para que fuesen reemplazados por miembros de sus propias legiones
panonias. En el año 69, Tito Flavio Vespasiano ya había sentado bases para este tipo de hecho: se
deshizo de un gran número de guardias cuando llegó al trono después de que Vitelio ya hubiese
eliminado a varios de ellos. Como otra medida de seguridad, Vespasiano nombró a Tito Flavio Sabino
Vespasiano, su hijo, como el prefecto del pretoriano. La turba romana luchó en varias ocasiones contra
los pretorianos, como fue el caso durante el reinado de Maximino el Tracio.
En 271 Aureliano viajó al este, a Palmira en Siria, junto con sus legionarios, pretorianos y su caballería.
Los palmirenses fueron derrotados fácilmente, pero este hecho cambió el modo en el que los
pretorianos eran vistos. Diocleciano y sus colegas crearon el sacer comitatus (escoltas del emperador
en el campo de batalla) que incluía a unidades regulares que trabajaban bajo una estructura pretoriana,
pero de una manera menos formal y contando con más unidades.
[editar]Los últimos años de la Guardia
Diocleciano cambió el rol de los pretorianos en el año 284. La guardia ya no desempeñó función alguna
dentro del palacio una vez que Diocleciano trasladara la sede real a Nicomedia, a
60 millas de Bizancio en Anatolia. Dos nuevos cuerpos, los Jovianos y Herculianos(que derivaron su
nombre de los del dios Jove, también conocido como Júpiter y de Hércules) reemplazaron a los
pretorianos como los guardaespaldas del emperador y dicha práctica se mantuvo durante la tetrarquía.
El 1 de mayo de 305 Diocleciano se retiró como emperador y ya para entonces la Castra Praetoria (el
campamento de los pretorianos en Roma) solamente servía como una pequeña base de operaciones
militares.
En el 306 Majencio, hijo de Maximiano, fue ignorado en la línea de sucesión como emperador, y como
resultado el ejército se movilizó el 28 de octubre e instauró a Majencio como emperador de
Italia. César Flavio Valerio Severo, por orden de Galerio, intentó suprimir la guardia, pero el resultado
fue una rebelión de los pretorianos y estos acabaron uniéndose al ejército que comandaba Majencio.
CuandoConstantino el Grande inició la invasión de Italia en el 312, su ejército se enfrentó a las fuerzas
de Majencio en la Batalla del Puente Milvio. Una vez que Constantino derrotó a Majencio, se deshizo de
los pretorianos, que habían compuesto la gran parte del ejército derrotado. Los soldados de la guardia
fueron enviados a diversas partes del imperio y se demolió la Castra Praetoria. La “edad de la guardia”,
que duró unos 300 años, llegó a su fin el día en que el susodicho fuerte fue demolido por orden de
Constantino.
[editar]El legado de la Guardia Pretoriana
Inscripción funeraria del pretoriano Quinto Pomponio Poenino, natural de Norba Caesarina(Cáceres, España).
Aunque se ha asociado el término "pretoriano" con la intriga, las conspiraciones, la traición y con
asesinatos, se podría argumentar que durante los primeros dos siglos de su existencia, la guardia
pretoriana ejerció una influencia positiva en el Estado romano. Durante este tiempo, los pretorianos se
encargaron de deshacerse de aquellos emperadores crueles, débiles y poco populares, mientras que los
justos, fuertes y populares contaban con el apoyo y la lealtad de la guardia. Al proteger a estos
monarcas y al detener los desórdenes y mantener un cierto grado de control sobre el senado, la guardia
permitió que el imperio tuviese un periodo de estabilidad que se denominó como la Pax Romana. No fue
hasta que terminó el reinado de Marco Aurelio, que de igual forma se considera el fin de la Pax Romana,
que la guardia comenzó a deteriorarse al convertirse en mercenarios crueles, y por estos rufianes se
recuerda a los pretorianos como aspecto negativo de Roma. Durante la dinastía de los "Severos" y
luego durante la Crisis del tercer siglo, las legiones, el senado y el emperador empezaron a caer en la
decadencia al igual que los pretorianos.
[editar]La relación entre los emperadores y la Guardia Pretoriana
Inscripción procedente de Augusta Emerita (Mérida, Badajoz, España) dedicada a Cayo Cecilio Várica, que fue
soldado de laCohors Antistianae Praetoriana a princiìos del siglo I.
Emperador Año Relación con la Guardia Pretoriana
César Augusto 27 a. C. - 14 Creador de la Guardia Pretoriana, contó con lealtad total
Tiberio 14 - 37 Permitió que Sejano tomará poder como el Prefecto de la Guardia
Calígula 37 - 41 Asesinado por la Guardia
Claudio 41 - 54 Fue proclamado emperador por la Guardia
Nerón 54 - 68 La Guardia lo abandonó
Galba 68 - 69 Asesinado por la Guardia
Otón 69 Elegido por la Guardia
Vitelio 69 Depuesto y ejecutado por la Guardia
Vespasiano 69 - 79. Redujo el número de la Guardia después de su victoria en el69
Tito 79 - 81 Fue Prefecto de la Guardia antes de convertirse en emperador
Domiciano 81 - 96Tuvo el apoyo de la Guardia al ser elegido, pero después fue asesinado por sus Prefectos
Nerva 96 - 98 Fue humillado por la Guardia y murió durante un sitio contra él
Trajano 98 - 117Ejecutó a los oficiales pretorianos que lideraron la rebelión contra Nerva
Adriano 117 - 138 Fundó la policía secreta (espías) llamados Frumentarii
Antonino Pío 138 - 161
Lucio Vero 161 - 169
Marco Aurelio 169 - 180 Usó la Guardia en sus campañas contra las tribus germanas
Cómodo 180 - 192 Asesinado por su Prefecto
Pertinax 193 Asesinado por la Guardia
Didio Juliano 193 Ofreció dinero por el imperio a la Guardia
Pescennius Niger 193
Septimio Severo 193 - 211Licenció a los soldados de la Guardia y los sustituyó por legionarios de las legiones de Panonia
Caracalla 211 - 217 Asesinado en un complot por su Prefecto, Macrino
Macrino 217 - 218
Heliogábalo 218 - 222 Asesinado en la Castra Praetoria por la Guardia
Alejandro Severo 222 - 235 Elegido por la Guardia
Maximino Trax 235 - 238
Gordiano I 238
Gordiano II 238
Balbino 238 Asesinado por la Guardia
Pupieno 238 Asesinado por la Guardia
Gordiano III 238 - 244Fue proclamado emperador por la Guardia pero fue asesinado por su Prefecto, Filipo el Árabe
Filipo el Árabe 244 - 249
Decio 249 - 251
Herrenio Etrusco 251
Hostiliano 251
Treboriano Gallo 251-253
Emiliano 253
Publio Licinio Valeriano
253-260
Galieno 260-268
Claudio II 268-270
Quintilo 270
Aureliano 270-275 Asesinado por las tropas pretorianas
Marco Claudio Tácito
275-276
Floriano 276
Probo 276 - 282 Asesinado por las tropas pretorianas después de una revuelta
Caro 282-283
Carino 283-285
Numeriano 283-284
Diocleciano 284 - 305 Acabó con el poder de los pretorianos
Maximiano286 - 305,307 - 308
Galerio 305-311
Constancio Cloro 305-306
Flavio Valerio (Severo II)
306-307
Majencio 306-312 Último emperador al mando de la Guardia
Constantino I 306-337Disolvió la Guardia y destruyó la Castra Praetoria (Castillo Pretoriano)
[editar]Organización y condiciones de servicio
Inscripción funeraria de un pretoriano de origen itálico, que prestó servicio en la Cohors IV Praetoria en el siglo I.
Para pertenecer a la Guardia Pretoriana tenían que pasar las pruebas de selección del ejército, y
generalmente ser de clase alta, léase hijos de patricios o senadores o estar muy recomendados dentro
del ejército.
La guardia pretoriana en un principio, para diario o desfiles portaban el equipamiento de combate de la
época republicana (casco de bronce, cota de malla, escudo ovalado), para combate lucían el mismo
equipo y armamento que la legión. En casos especiales como en la época de Nerón, éste los uniformó
como hoplitas griegos.
Como todas las legiones, la guardia también tenía un símbolo propio para sus estandartes, en este caso
era un escorpión (signo zodiacal del emperador Tiberio).
[editar]Rango y jerarquía
Rangos de la Guardia Pretoria en Orden Ascendente
Milites Soldados regulares
ImmunesDespués de 5 años se les permitía servir en la caballería (Equites pretorii) o como agentes especiales (Speculatores)
Principales Administradores legionarios
Evocati Después de 16 años de servicio, se les otorgaba la jubilación, pero la mayoría decidían quedarse
CenturionesEran soldados que habían sido transferidos a la Guardia Pretoriana después de haber servido en las legiones, los vigiles o la cohorte urbana
TribuniEstos oficiales también provenían de las legiones y casi siempre de la clase ecuestre y comandaban una cohorte. Casi nunca se promovía a los centuriones al puesto de tribuni
Procuratores Un rango de la clase ecuestre
PraefectusCargo disponible a los vigiles y las cohortes urbanas; era el rango mayor de la Guardia Pretoriana y el líder de tal
[editar]Usos modernos análogos del término
Actualmente se usa el término pretoriano para hacer referencia a las guardias de corps de monarcas y
presidentes, pero su uso se generalizó para determinar a los miembros leales de personas importantes,
especialmente dictadores.
Ejemplos de guardias pretorianas:
- Guardia Varega de los basileos de Constantinopla
- Mosqueteros del rey Luis XIV
- Guardia amarilla, Guardia borgoñona y Guardia valona de los reyes de España
- Guardia Imperial de Napoleón I
- Schutzstaffel de Adolf Hitler
- Grupo de Amigos Personales (o GAP) de Salvador Allende
- Guardia Amazónica de Muamar el Gadafi
- Regimiento Escolta Presidencial de Paraguay
- Securitate de Ceaucescu
- Húsares negros de la guardia del kaiser Guillermo
- Mosqueteros del Duce de Benito Mussolini
- Guardia Republicana Especial de Saddam Hussein
- Guardia Mora del general Francisco Franco
- Oprítchnik del Zar Ivan IV de Rusia "El Terrible"
- Guardia Suiza pontificia
[editar]Véase también
Guardia Suiza Pontificia
Pretorianismo
[editar]Bibliografía
Y. Le Bohec, El ejército romano: instrumento para la conquista de un imperio. Ed. Ariel,
Barcelona, 2004, ISBN 84-344-6723-2 (978-84-344-6723-1)
A. Goldsworthy, El ejército romano, Ed. Akal, Madrid 2005, ISBN 84-460-2234-6, 978-84-460-
2234-6
[editar]Enlaces externos
..LAS LEGIONES DE JULIO CÉSAR
Para Sonia.
Quien haya pasado por Madrid de visita probablemente habrá acudido al Palacio Real, nuestro "Palacio de Oriente". Su imponente mole barroca, cuajada de columnas dóricas y
estatuas de reyes ancestrales, esconde tesoros que dejan con la boca abierta: frescos, tapices, estatuas, vajillas o sus famosas colecciones de maquetas o de relojes, además de su armería, donde se guardan increíbles colecciones que datan de hace más de cinco siglos. Es verdaderamente un privilegio poder contemplar todas esas maravillas de otros tiempos y un
orgullo que todo ello pertenezca a todos los españoles.
Sin embargo, cuando uno visita el Palacio de Oriente, ve también una extraña y bellísima ceremonia protagonizada por unos soldados vestidos con extraños ropajes de otros tiempos
que ejecutan maniobras anacrónicas al compás de la música de su banda.
Es el cambio de guardia de la Guardia Real Española... poco que ver con lo que se supone que es la guerra moderna. Es difícil imaginar que detrás de esos bonitos uniformes azules,
los quepis rígidos o los correajes de brillante cuero se encuentran hombres que forman parte de una de las unidades de elite del Ejército Español, profesionales capaces de desfilar a
paso de marcha del siglo XVIII o de asaltar una nave en medio del mar. Pero lo que muy poca gente conoce es que esos hombres, y todos los que forman parte de las guardias reales
de todo el mundo, son los herederos de una tradición que se remonta en más de dos mil años y cuyos ecos más antiguos nos llegaron precisamente de tierras españolas...
LA GUARDIA PRETORIANA: HISTORIA
La Guardia Pretoriana es sinónimo de muchas ideas, la mayoría de ellas con poco o ningún fundamento histórico. A través de los siglos nos ha llegado el nítido eco de un cuerpo
militar de elite destinado a proteger a los emperadores romanos, un cuerpo que alcanzó en ciertas ocasiones tanto poder que fue decisivo en el alzamiento o la caída de emperadores y
que tomó la costumbre de utilizar un equipo de gala anacrónico, con uniformes que eran vestigio de otros tiempos, tal y como hacen hoy en día todas las guardias reales del mundo.
La leyenda de la Guardia Pretoriana se ha alimentado vorazmente durante muchos siglos porque los cuerpos similares que hoy existen son herederos de ella. En realidad, fue lo que fue, y algunas veces, pocas veces, algo más. Pero en definitiva, la Guardia fue un cuerpo
militar de elite destinado a la protección de la Familia Imperial que cuando entró en combate demostró una disciplina y capacidad militar admirables.
Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).
ORÍGENES DE LA GUARDIA PRETORIANA
La historia oficial de la Guardia Pretoriana comienza en los últimos años del siglo I aC y primeros del siglo I dC con Augusto, pero en realidad su historia real es mucho más
antigua. El término Guardia Pretoriana significa "guardia del Pretorio", el pretorio era el lugar del campamento romano en el que se alzaba la tienda del comandante en jefe, de ahí su nombre. Durante la República, la escolta de los mandos del ejército estaba a cargo de
los extraordinarii, una unidad especial seleccionada de entre las unidades de las legiones. La primera noticia convenientemente documentada que tenemos de una guardia personal creada ad hoc, especialmente para el caso, es la del año 146 aC en que Publio Cornelio Escipión Emiliano marcha hacia Numancia con su impresionante ejército y una cohorte
formada por 500 amigos que formaban su escolta personal, puesto que acampaban junto al Pretorio, recibieron el nombre de Guardia Pretoriana. Aunque tras la guerra aquella unidad fue disuelta junto con el resto del ejército, a partir de entonces los comandantes romanos
alistaron para sus campañas unidades especiales para su protección. Estas cohortes pretorianas no tenían distintivos especiales y las formaban o bien legionarios romanos o
auxiliares. Julio César utilizó una unidad de españoles vinculados a el por la fides, el
famoso juramento hispano. Precisamente fue la disolución de esta unidad lo que motivó que los canallas decidieran asesinarle cobardemente el 15 de marzo de 44 aC.
Iniciada por estos miserables la guerra civil y vengada la muerte de César, Octavio y Antonio conservaron sus cohortes pretorianas que según Apiano alcanzaban los 8.000 hombres, lo que nos da unas 16 cohortes, aunque en una época en la que había por el mundo decenas de legiones paseándose no resulta tan excesivo. Tras la victoria sobre
Antonio, Octavio fusionó su ejército con el de Antonio en un acto simbólico que pretendía retomar la situación que dejó César, con un ejército unido y sin discordias.
En el año 13 aC Octavio, ya Augusto, emperador de Roma, reglamentó a la Guardia Pretoriana como unidad especial militar cuya función era la protección de la Familia
Imperial. Entonces un legionario servía 16 años en las legiones, pero si cumplía servicio en la Guardia se rebajaba a 12 años. Según Tácito, en el año 5 dC fue cuando se adoptó
definitivamente el servicio de 20 años en las legiones y 16 en la Guardia. Tras su victoria, Octavio, dueño del mundo, desmovilizó la mayor parte del gigantesco ejército que había
tomado parte en las guerras civiles dejando operativas unas treinta legiones y reduciendo el número de cohortes pretorianas a nueve, según Tácito. Suetonio nos aclara que de ellas tan
sólo tres estuvieron destinadas en los alrededores de Roma mientras las otras seis se repartían por Italia.
Es importante destacar que en esta época, Augusto no era un "emperador de Hollywood" ¡NI MUCHO MENOS! Augusto era el primus inter pares, el primero entre iguales, y sobre
todo era el Imperator, es decir, el comandante en jefe del ejército (de ahí el término emperador). Pero absolutamente ningún distintivo especial le diferenciaba del resto de
ciudadanos romanos. Augusto vivía en su casa del Palatino (casa que aún hoy podemos ver) y vestía su toga de ciudadano romano con su túnica mostrando su latus clavus púrpura de
senador. Es posible que ni siquiera usara la toga praetexta de los magistrados en ejercicio si no ejercía una magistratura como el consulado (si no conoces todos estos términos o cómo se vestían los romanos ve al capítulo LOS ROMANOS EN LA ÉPOCA DE CÉSAR). Por ello los primeros emperadores fueron especialmente cuidadosos en no hacer absolutamente ninguna ostentación de símbolos regios, ya que Roma, al menos oficialmente, aún era una
república. Así pues, como estaba prohibido que tropas romanas permanecieran dentro del pomerium o recinto sagrado de la ciudad, los guardias debían vestir de paisano, sin
ninguna ostentación de su condición militar pero con el gladius bien dispuesto oculto bajo los pliegues de la toga tal como apuntan Marcial o Tácito. O sea, como cualquier servicio
secreto de ahora. En realidad, si pudiéramos viajar en el tiempo y vivir una semana en Roma nos daríamos cuenta de lo parecidos que somos a ellos en muchas cosas. No en vano
nuestra Civilización es heredera de Roma hasta aspectos realmente insospechados.
Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).
Excelente ilustración de Richard Hook donde podemos ver, a la izquierda a un guardia pretoriano de servicio frente a la puerta de la casa del emperador
Claudio. Viste la toga de ciudadano romano, pero se ve que está perfectamente armado, ya que el pomo del gladius hispaniensis sobresale ligeramente de entre
los pliegues. Además calza las famosas caligae, las sandalias militares que generalmente sólo usaban los soldados. En el centro el emperador Claudio con su latus clavus de púrpura y los calcei negros, ambos distintivos de su rango de
senador y a la derecha un miembro del orden ecuestre.
Hasta el año 2 dC el mando de cada cohorte de la Guardia Pretoriana lo ostentó un tribuno del orden ecuestre, un caballero, pero en ese año Augusto unificó el mando en dos únicos
tribunos, los prefectos pretorianos. El tribuno de servicio ese día acudía cada tarde a la hora octava a casa de Augusto para recibir del emperador en persona el santo y seña.
EL CASTRA PRAETORIA
En el año 23 dC, con Tiberio como emperador, se inauguró el campamento permanente de la Guardia Pretoriana, el Castra Praetoria, situado en las afueras de Roma, en la colina del Viminal. Los impresionantes muros de este campamento aún pueden verse en Roma, en concreto los lienzos de las partes norte, este y sur, que acabaron formando parte de las murallas de Aureliano siglos más tarde. El campamento de la Guardia ocupaba unas 17
hectáreas de superficie, aproximadamente dos tercios de la superficie de un campamento para una legión. Según este esquema tendría capacidad para unos 4.000 hombres, aunque
los benditos arqueólogos han descubierto estructuras posteriores, ampliaciones de los barracones de dos pisos y alojamientos dentro de las propias murallas, por lo que no es
descabellada la cifra de hasta 12.000 hombres en momentos de apuro. Las murallas originales de esta primera época eran de hormigón revestido de ladrillo y su altura era de
unos 3,5 metros. Hoy en día podemos ver esta primera fase de construcción perfectamente delimitada con los vestigios de sus almenas, torres y puertas, tal y como se muestra en la
fotografía.
Uno de los lienzos de las murallas del Castra Praetoria. Podemos distinguir perfectamente las huellas de las distintas ampliaciones.
Se considera a Tiberio como un segundo fundador de la Guardia Pretoriana, por la construcción del campamento y la decisión de reunir en él a todos los guardias. Por ello, la Guardia Pretoriana utilizó a partir de entonces como símbolo distintivo el escorpión, que
era el signo zodiacal de Tiberio.
Tras la guerra civil de 69 dC Vespasiano reparó las murallas que quedaron tal cual hasta que a principios del siglo III se aumentó la altura. En el año 271 dC Aureliano rodeó Roma con sus impresionantes murallas de ladrillo que aún pueden contemplarse, englobando el
campamento de la Guardia en el perímetro defensivo, lo que obligó a aumentar la altura de sus muros y torres para igualarlos con los de la muralla. En 312 dC Constantino venció a
Majencio en la batalla de Puente Milvio y tras la victoria la Guardia desapareció, con lo que el lado del campamento que no formaba parte de las murallas de Roma fue desmantelado.
A partir de ese momento la Guardia Pretoriana desapareció de la Historia como unidad homogénea e histórica y cada emperador creó su propio cuerpo de guardia personal, pero su
leyenda, una leyenda con más de trescientos años de existencia, permaneció viva hasta nuestros días.
COHORTES
¿Cuántos pretorianos hubo?. Imposible de saber a ciencia exacta, ya que la Guardia existió durante más de trescientos años y sólo disponemos de datos muy concretos referidos a
periodos de tiempo aún más concretos.
Sabemos que Augusto organizó nueve cohortes, unos 4.000 hombres, posteriormente aumentó el número a doce y el los últimos años de su vida designó tres de estas cohortes como cohortes urbanas destinadas a servicio de policía y protección civil de Roma (los famosos Vigiles), con lo que el número de cohortes pretorianas volvió a ser de nueve.
Tácito menciona nueve cohortes cuando habla de la inauguración del castra praetoria el año 23, bajo el mando del prefecto Sejano. Durante el reinado de Calígula (37-41 dC) el
número volvió a aumentarse a doce cohortes. En el año 69 dC Vitelio disolvió las unidades y formó dieciséis cohortes con hombres de su confianza y Vespasiano volvió a reducirlas a
nueve, número que parece mágico en este caso, como podemos ver. El psicópata Domiciano (81-96 dC) aumentó en una cohorte el número que pasó a ser de diez y con diez
cohortes permaneció la Guardia hasta que Constantino la disolvió.
Cada cohorte debía tener unos 480 hombres divididos en diez centurias, exactamente igual que en una legión, por lo que las cifras en cada época son de unos 4.500 hombres con
Augusto, unos 8.000 con Vitelio, unos 5.000 con Vespasiano y probablemente unos 10.000 en adelante.
ORGANIZACIÓN
Puesto que la Guardia era una unidad militar, su organización era la misma que la de una legión, ya que también podía entrar en combate y debía acoplarse perfectamente al esquema
militar romano.
Probablemente la proporción de caballería en la Guardia fuera de tres turmae (unidad de 30 jinetes) por cada cohorte durante el reinado de Augusto, de cinco durante el resto del siglo I
dC y hasta de diez durante el siglo III dC. Los mejores jinetes se encuadraban en una centuria especial y formaban la unidad de elite de la Guardia, los speculatores augusti, que
formaban la guardia próxima del emperador, su escudo personal, son los hombres que aparecen en la película Gladiator rodeando a Marco Aurelio en la primera toma en la que
aparece.
Ilustración de Richard Hook (Ed. Osprey).
La caballería de la Guardia Pretoriana, en los escudos y en el vexillum o estandarte que porta el jinete de la izquierda se observa el símbolo de la Guardia:
el escorpión.
Suetonio nos habla de un distintivo especial, la caliga speculatoria, pero desconocemos su forma, probablemente sería una sandalia normal con algún adorno. Lo que sí sabemos es que formaban una unidad especial dentro de la Guardia, con sus propios instructores. Esta
unidad estaba al mando de un centurio speculatorum.
Augusto, como ya se ha comentado, fijó el servicio en dieciséis años en lugar de los veinte de las legiones. Con lo que si un legionario conseguía el traslado a la Guardia y contaba con
diez años de servicio en la legión sólo tenía que servir otros seis para ser licenciado. Augusto fijó en el año 27 aC que el sueldo de sus guardias fuera el doble que el de los legionarios y sabemos que en el año 14 dC un guardia cobraba tres veces más que un
legionario, 720 denarios de plata anuales frente a 225 de un legionario, una diferencia que se mantuvo hasta el final de la Guardia y que no hacía demasiada gracia a los hombres de las legiones. Tiberio instituyó una mala costumbre: las gratificaciones. En el año 31 dC se descubrió y abortó un complot del prefecto de la Guardia Sejano y Tiberio, agradecido por la fidelidad de sus hombres, les regaló 1.000 denarios a cada guardia. Tras el asesinato de
Calígula, la Guardia obligó al Senado a reconocer a Claudio emperador y éste les recompensó con un extra equivalente a cinco años de paga. Esta costumbre de hacer un
"regalito" a los bravos muchachos se convirtió en una tradición, con lo que no es extraño que por cada puesto en la Guardia hubiera miles de candidatos.
Generalmente los pretorianos llegaban a la Guardia desde el servicio en las legiones. Tenían que estar muy recomendados, pasar unos exámenes, reconocimientos y pruebas físicas exhaustivas y servir como aspirante o probatus un tiempo antes de ser destinado
como miles gregarius al servicio en una de las cohortes. Tras años de servicio podía convertirse en inmunis, o guardia especializado en tareas de oficina o técnicas, de allí
ascendía a principalis, con salario doble, tesserarius o custodio del santo y seña, optio o segundo jefe de centuria o signifer, es decir, portaestandarte. cada uno de estos ascensos significaban incremento de sueldo y privilegios añadidos. Si eran realmente buenos se
convertían en centuriones, el sueño de todo guardia. Sabemos que algunos miembros del orden ecuestre, los caballeros de Roma, renunciaron expresamente a su estatus para poder optar a este puesto, ya que los oficiales inferiores sólo podían ser plebeyos. Los tribunos pretorianos alcanzaban su rango desde abajo, pasando antes por todos los escalafones.
Primero debía convertirse en centurión de la Guardia, después de un tiempo de servicio podía solicitar el traslado al ejército y servir en las legiones hasta alcanzar el rango de
centurión primus pilus, tras ello volvía a Roma donde era nombrado tribuno de una cohorte urbana, los Vigiles, y finalmente podía ser tribuno de la Guardia ya como miembro del orden ecuestre, como caballero romano. Como se ve, el sistema estaba concebido para
atraer a los mejores, a los más experimentados. Como el tribunado sólo duraba un año, una vez finalizado podía optar por retirarse o por continuar su carrera militar en las legiones ya
como oficial superior.
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