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1. La diald:tica te6rica'y especulativa nos iLlpulsa ",t' b. L.a incompaibilidad de tm ia."tog?r, "re"i:-"? r;. . r. con las exigencias de la moral.3{ --

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.,La existencia de_Dios>, que es , es decir, de Ia necesidad que "t.-rr[i;*i" , rien._de el arma de drsponer de un lapso infinitamente qrande oara l,_r gt^t ta re-^tzactgn total de la ley moral. La religi6n, como ciencia delos deberes bacii Dioi, caL oor lo tanto por completo fuera de los limites de la moraf f osbfica puru, y ello sirve de iustificaci6n al autor de esta obra Dor no haber incluido en la moral ( . . . ) Ia religi6n asl entendidai>.s6solamente Ia idea de este en un ne s6lo una.realid,ad pr,ictica y moral, pe.o que por oir" purt" carece at mrstlo trerltpo de cualqaier exisQtlcid moral propia, puesto que no hay deberes hacia 6l; ur Dios que por 16 tantu. no es mds que un postulado.prlic-tico delosiniios ieberes real_ 35 lbid., vol. YI, pde. 241. )6 I bid., p6e. 487.

.La religi6n, en cuanto a la materia, es decir al coniunto de los deberes hacia Dios, al culto que debe rendirsele, io.pr.n_ deria deberes particula_res, pero qre lejos de ser.onLdaoi po. ta razon la raz