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GLOBALIZACIÓN, INTEGRACIÓN Y FRONTERAS EN AMÉRICA LATINA Raquel Alvarez, Rita Giacalone y Juan Manuel Sandoval Obra suministrada por la Uni versidad de los Andes , Mérida , Venezuela

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GLOBALIZACIÓN, INTEGRACIÓN Y

FRONTERAS EN AMÉRICA LATINA

Raquel Alvarez, Rita Giacalone y Juan Manuel Sandoval

Obra suministrada por la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela

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ÍNDICE

IntroducciónRaquel Alvarez de Flores, Rita Giacalone, Juan Manuel Sandoval Palacios

I ParteLas regiones de frontera y la integración regional en Las AméricasCompetitividad y desarrollo regional en el contexto de la integración económicaCarlos Alberto Montoya Corrales

Nuevas regionalizaciones: el ecoturismo cultural del mundo Maya y el istmo deTehuantepecJesús Antonio Machuca Ramírez

El nuevo regionalismo caribeño y las regiones venezolanasJosé Briceño Ruiz

Integración regional, fronteras y globalización en América Latina y El Cari be: el caso dela migraciónAna María Aragonés

Militarización, soberanía y fronteras. El Pentágono y las Fuerzas ArmadasAndinasJorge Lora Cam

II ParteLos actores de la integración regional y fronterizaFrontera, Estado y empresarios en los procesos de integración regional en AméricaLatinaRita Giacalone

Integración regional en el norte de México y grupos empresarialesMiguel Angel Vásquez Ruiz

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La reflexibilidad de las redes como construcción social en la cadena productiva industrialcolombianaMarleny Cardona y Adriana Rangel

Los productores de arroz frente a la apertura comercial en Colombia y VenezuelaLuisa Elena Molina

Participación de los sindicatos en la integración colombo-venezolana a partir de 1992Marleny Bustamante de Pernía

Impacto del proceso de integración económica colombo-venezolana en el sectorindustrial a partir de 1992 (Eje San Antonio-Ureña-Aguascalientes)Ronald José Blanco

III ParteLa frontera mexicano-estadounidense y la integración regionalLa frontera México-Estados Unidos: laboratorio de la integración regional hemisféricaJuan Manuel Sandoval Palacios

Ciudades rotas. Las ciudades de la frontera norte de México en la trayectoria de laglobalizaciónJosé Antonio Trujeque

Cadenas productivas y empresas del vestido en Ciudad Juárez, ChihuahuaJulio César Morales Cruz

Ciudad Juárez en los noventa: el contexto de la gestión urbana y ambientalHéctor Padilla

IV ParteLa integración fronteriza colombo-venezolanaLa integración fronteriza colombo-venezolana. Situación y perspectivasRaquel Alvarez de Flores

La integración fronteriza colombo-venezolana y sus limitaciones. Propuestas político-económicas para maximizar el procesoJuan Carlos Morales Manzur

Política social y desarrollo en la zona urbana fronteriza de la ciudad de San José deCúcuta, ColombiaAmanda Patricia Amorocho Pérez

La vida en la frontera colombo-venezolana (San Antonio-Ureña-Norte de Santander)Elizabeth Zamora Cardozo

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INTRODUCCIÓN

Desde 1998, un grupo de investigadores de México, Venezuela y Colombia hacolaborado en la realización de diversas actividades como parte de un proyecto colectivodeinvestigación llamado “Integración Regional, Fronteras y Globalización en AméricaLatinay El Caribe”, con la finalidad de analizar diferentes aspectos de dicho proceso,entre ellos el papel de los diversos actores sociales. Los materiales aquí reunidosrepresentan un esfuerzo de este trabajo colectivo para comprender los problemas queenfrenta la integración regional en nuestro continente y, en particular, aunque noexclusivamente, en dos de las regiones fronterizas más dinámicas del mismo: lamexicano-estadounidense y la colombovenezolana. Originalmente, muchos de lostrabajos que aquí se incluyen se presentaron y discutieron en dos seminariosinternacionales realizados en el Centro de Fronteras e Integración (CEFI) de laUniversidad de Los Andes, San Cristóbal, Venezuela, en noviembre de 1998, y enCiudad de México, en mayo de 1999. Un tercer seminariointernacional en la Facultad deCiencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, ennoviembre de 1999, permitió definir con más precisión algunos elementos metodológicosy teóricos. De allí surgió la idea de publicar una selección de las ponencias presentadasen las tres reuniones por considerar que aunque muchos de los argumentos aquíplanteados pueden ser objeto de revisiones futuras, delimitan el ámbito de interés delproyecto y permiten establecer ya los lineamientos rectores de una propuesta colectiva.Al menos es con esta expectativa que los presentamos a consideración de los lectores.

En estos trabajos se vinculan entre sí tres conceptos (globalización, integración yfrontera) que suelen ser estudiados en forma separada o, tal vez, relacionados entre síde dos en dos. El vínculo entre los mismos se establece por considerarlos parte integraldel proceso económico y político que domina de forma bastante compleja las relacionessociales entre pueblos, y también dentro de los mismos, a comienzos del siglo XXI. Porlo tanto, partimos de aceptar que el sistema capitalista ha iniciado un proceso dereestructuración económica en el ámbito mundial, buscando con ello salida a la profundacrisis iniciada en los años sesenta y setenta, la cual se agudizó en la década siguientepara llegar a ser una crisis estructural que afecta no sólo a la base económica, sinotambién a la política e ideológica, principalmente en los Estados Unidos. Dentro de estareestructuración, la tendencia a la integración de todas las naciones al concierto

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económico mundial, dominado por las grandes corporaciones transnacionales ymultinacionales, así como por las instituciones financieras internacionales, ha sidodescrita por estudiosos y políticos con el nombre de “globalización”. Para otros, sinembargo, esta denominada globalización de la economía mundial, no es sino el proyectode tales instancias por implantar un modelo económico neoliberal en el cual las fuerzasdel mercado promueven la liberalización del comercio y de la inversión, acompañada porrecortes del gasto social, reprivatización de empresas estatales y reconversión industrialcomo la única estrategia de desarrollo viable para todas las naciones del mundo. Estaglobalización ha sido presentada por sus promotores como un panorama de paz yprosperidad en el que las naciones consideran los intereses de unas y otras comopropios y la competencia deja el paso abierto a la cooperación. Los defensores de laglobalización como proceso inevitable presumen de un mundo en el cual existe unaaceptación universal de estos valores, en el cual el nacionalismo ha sido quebrantado yha dado lugar a un Nuevo Orden Mundial. De esta forma, en términos de relacionescomerciales, por ejemplo, los nacionalismos han sido reemplazados por losregionalismos, pero las coaliciones regionales existentes son con frecuencia aún másproteccionistas que sus predecesoras nacionalistas. Además, los nacionalismos políticossiguen vivos, no obstante los rumores de su temprano fallecimiento. De hecho, algunosde los procesos más desintegradores, violentos e inhumanos ocurren actualmente entodo el mundo en nombre de los nacionalismos.

En esta perspectiva de la globalización y de la tendencia a la regionalización o formaciónde bloques regionales, las fronteras nacionales han cobrado una nueva dimensión entérminos no sólo geopolíticos sino también geoeconómicos, tendiendo a desaparecer o areaparecer con nuevas características de la noche a la mañana, pero también aflexibilizarse, solidificarse o militarizarse, de acuerdo a los intereses de las naciones queallí se encuentran y de las grandes potencias económicas. Es así que, según algunosanalistas, en su afán por reestablecer su hegemonía en términos económicos y político-militares, Estados Unidos ha venido impulsando la integración hemisférica con elTratado Norteamericano de Libre Comercio (formalizado entre Canadá, Estados Unidosy México) a la cabeza, como estrategia regional que le permita obtener o restablecerventajas comparativas (en términos de productividad y competitividad) en los mercadosmundiales.

El reconocimiento del dominio hegemónico de la Unión Americana, impulsado por elgobierno estadounidense a escala regional hemisférica, fue puesto de manifiestodurante la Cumbre de Las Américas realizada a fines de 1994 en Miami, Florida, en laque el presidente estadounidense Bill Clinton propuso a los 32 jefes de Estado y deGobierno del continente (con la excepción de Cuba), la creación de un Área de LibreComercio de las Américas (ALCA) para el año 2005. Esta propuesta fue bien recibidapor dichos representantes y están actualmente en marcha una serie de negociacionesentre todos esos gobiernos para tal fin. El gobierno de Estados Unidos ha establecido demanera clara, desde la propia convocatoria a la Cumbre de Miami, su interés por asumirliderazgo del proceso de integración regional. Desde la perspectiva estadounidense setrata, obviamente, de un asunto estratégico, por lo cual la integración hemisféricatambién involucra la dimensión de la seguridad regional. Se plantea entonces dos

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interrrogantes: ¿este proceso de integración, que se inscribe en la tradicióninteramericanista de Estados Unidos cuyo referente histórico-ideológico se inicia con laDoctrina Monroe, busca imponerse al proyecto de integración propugnado por muchospaíses de América Latina, en el marco de cuya tradición histórica se inscriben esfuerzoscomo la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el MERCOSUR, la CARICOM y elGrupo de los Tres (G-3)? o ¿es posible que estos otros acuerdos permitan acceder aventajas comparativas para insertarse en mejores condiciones al proceso de integraciónhemisférica?

En los trabajos aquí reunidos, cuyos resúmenes se presentan a continuación, seobserva unabanico, tanto de estudios empíricos como de interpretaciones teóricas que,si bien no representan una visión unitaria del fenómeno de la interacción renovada entrela globalización, la integración y la frontera, permiten observarlo desde diversos ángulosy contribuyen a iluminar su complejidad como proceso económico y político. En laesperanza de que en ellos se incorporen elementos que nos ayuden a comprender deforma más adecuada la profundidad de los cambios que ocurren, ofrecemos a loslectores este avance de nuestra investigación colectiva.

I ParteLas regiones de frontera y la integración regional en Las AméricasEl maestro Carlos Alberto Montoya Corrales, del Departamento de Economía de laUniversidad EAFIT, Medellín, Colombia, plantea en su ensayo “Competitividad yDesarrollo Regional en el Contexto de la Integración Económica” que la escasa consulta,cuando no desconocimiento de los obstáculos anti-integracionistas, ha conducido a unenorme vacío interpretativo para explicar la viabilidad de la integración económica actualy los escasos logros en la promoción e instrumentación de las variadas estrategias decooperación registradas en la región latinoamericana. La incorporación de este tipo deelementos podría constituir una primera aproximación a una investigación de tipoprospectivo acerca de la integración en los países de la región. Sólo así sería posiblemejorar los procesos decisorios y la formulación de políticas a partir de una imagendeseable del futuro cuya construcción se inicia en el presente.

El licenciado Jesús Antonio Machuca Ramírez, de la Dirección de Etnología yAntropología Social del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, en suensayo sobre “Nuevas Regionalizaciones: el Ecoturismo Cultural de Mundo Maya y elIstmo de Tehuantepec” considera que los procesos de regionalización se están dando,tanto en relación externa como dentro de las fronteras nacionales. Las demarcacionesnacionales formales han dejado de corresponder, punto por punto, con la propiaregionalización: lo externo se internaliza y lo interno (regional de cada país) seexternaliza, determinando que una región pueda adquirir perfil propio y significativo conuna especificidad que no la hace depender totalmente del Estado-nación. En losprocesos de recomposición y de desarrollo regional sobresale, por las característicasque presenta, el llamado proyecto “Mundo Maya”, impulsado en la región sur-sureste deMéxico que colinda con Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice. Mediante dichoproyecto se pretende impulsar un desarrollo turístico y de servicios que al mismo tiempofavorezca la integración comercial propugnada por los gobiernos de los países de la

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región. Otro proceso de reorganización regional es el de la creación de una zonageoeconómica estratégica como región de paso en el Istmo de Tehuantepec, donde seprevé el desarrollo de un corredor transísmico que conecte al Oceáno Atlántico con elPacífico, con el establecimiento de empresas maquiladoras y la reactivación deactividades comerciales, portuarias, petroleras, químicas y petroquímicas, turísticas ypesqueras ya existentes.

En su ensayo “El Nuevo Regionalismo Caribeño y las Regiones Venezolanas”, elmagister José Briceño Ruiz, del Grupo de Integración Regional de la Universidad de losAndes, Mérida, Venezuela, se pregunta cuál ha sido el papel de las regiones caribeñasvenezolanas en la promoción del nuevo regionalismo. A pesar de la tendenciainternacional a favorecer una mayor participación de las regiones en los asuntosinternacionales y del proceso de descentralización administrativa en Venezuela, larespuesta a la anterior pregunta es poco alentadora. La participación de las regionescaribeñas venezolanas en la promoción del nuevo regionalismo caribeño no ha sidorelevante, y el interés de las autoridades locales se ha visto disminuido por la pocaautonomía de que disponen para iniciar propuestas de integración o cooperación porcuenta propia. Finaliza proponiendo que, a pesar de las limitaciones que la normativaconstitucional impone a las regiones nacionales en cuanto a su actuación internacional,los gobiernos de las entidades federales con costa caribeña deberían imitar a sushomólogos de regiones fronterizas con Colombia y establecer mecanismos paraintensificar sus relaciones directas con sus vecinos caribeños. Por su parte, la doctoraAna María Aragonés, de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales-Acatlán de laUniversidad Nacional Autónoma de México, en “Integración Regional, Fronteras yGlobalización en América Latina y el Caribe: el Caso de la Migración”, sostiene que unade las cuestiones que más preocupa actualmente es la libre circulación de las personas.Sobre este fenómeno no hay unanimidad de visiones. En este sentido, la autorareflexiona acerca de los nuevos aportes en relación con el fenómeno para debatir sobresu propia visión en relación con el mismo. Para ella, la migración de trabajadores es uncomponente estructural de la acumulación capitalista formado por un excedente laboralmundial que se ha ido generando como producto y necesidad del capitalismo y quepersiste debido a: 1) la profundización de las diferencias en el desarrollo entre países; 2)la necesidad de los polos desarrollados de incorporarse a este conjunto laboral con elobjeto de regular su mercado de trabajo; 3) la incapacidad de los paísessubdesarrollados para generar políticas económicas que permitan la absorción de supoblación bajo condiciones de vida productiva digna; y 4) la inefectividad de lasregulaciones internacionales para lograr mejores condiciones para los trabajadoresmigratorios.

Esta sección concluye con el trabajo “Militarización, Soberanía y Fronteras. ElPentágono y las Fuerzas Armadas Andinas”, del doctor Jorge Lora Cam, del Instituto deCiencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,para quien la mundialización del capital va acompañada de una mayor movilidadgeográfica del mismo, de la globalización de las políticas macroeconómicas, de ladivisión de la producción entre países y, por lo tanto, de estrategias de protección ydefensa de sus capitales por las grandes potencias. El objeto de este ensayo es

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examinar cómo la igualdad jurídica entre estados es afectada por la desigualdadeconómica y los mecanismos de subordinación política que conllevan las nuevas formasde intervención financiera, productiva y comercial, asociadas a la combinación detecnología moderna con mano de obra barata y conexiones hacia el mercado mundial.

II ParteLos actores de la integración regional y fronterizaLa doctora Rita Giacalone, coordinadora del Grupo de Integración Regional de laFacultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de los Andes, Mérida,Venezuela, en su artículo “Frontera, Estado y Empresarios en los Procesos deIntegración Regional en América Latina”, señala que el proceso de integración regionalque se aceleró en América Latina desde el comienzo de los años noventa, ha producidouna diferente valorización espacial de las áreas fronterizas en países como México, porun lado y, por otro, Colombia y Venezuela. Mientras el TLCAN, que entró en vigencia enenero de 1994, aseguró para la región del norte de México un dinamismo económicoimportante, en la frontera colombovenezolana no se percibe un fenómeno con lasmismas características a partir del tratado de integración binacional entre estasnaciones, establecido en 1992. En este ensayo se analizan, en primer lugar, algunaspremisas que destacan los cambios que se producen en la variable espacial con laintegración regional y, en segundo lugar, las relaciones entre Estado y sector privado enMéxico, Colombia y Venezuela, con el fin de demostrar que la liberalización de bienes,servicios e inversiones entre países geográficamente contiguos no es suficiente paraconvertir a la frontera común en un foco de desarrollo económico. De esta forma, lacalidad y cantidad de las transacciones en las áreas fronterizas no depende tanto de laproximidad geográfica como de aspectos de la economía política doméstica, entre loscuales destacan las relaciones previamente establecidas entre el Estado y losempresarios de los países que crean este tipo de acuerdos.

En el ensayo del doctor Miguel Angel Vázquez Ruiz, del Departamento de Economía dela Universidad de Sonora, México, “Integración Regional en el Norte de México y conmayor fuerza Grupos Empresariales”, se plantea que uno de los espacios en el cual sepresentan los actuales procesos de integración empujados por la globalización, es el queconforma la confluencia del sur de Estados Unidos y el Norte de México. Indicadores deuno y otro lado hacen evidente que allí se genera una fuente de energía económica ysocial sin igual en el mundo. Sin embargo, lejos de fluir procesos que de una “subregión”a otra se retroalimenten en una dinámica de complementariedad que permita a la partemenos desarrollada tender a alcanzar los niveles de desarrollo de la parte desarrollada,las asimetrías siguen existiendo y todo indica que a largo plazo se profundizarán. El Dr.Vázquez estudia los orígenes, el desarrollo histórico, la situación actual y los perfiles delos empresarios que se mueven en ese espacio, en el que sobresalen grandescorporaciones internacionales de la minería, la maquila y la industria automotriz. Lasdoctoras Marleny Cardona y Adriana Angel, del Departamento de Economía de laUniversidad EAFIT, Medellín, Colombia, analizan en “La Reflexibilidad de las Redescomo Construcción Social de la Cadena Productiva Industrial Colombiana” los ejesfundamentales de la política industrial colombiana para el desarrollo sectorial. A travésde ella evoluciona la construcción de redes y encadenamientos productivos, el conjunto

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de relaciones configuradoras de política sectorial con influencia en la capacidaddirectiva, la organización de la producción y del trabajo, la relación entre los procesosproductivos, las relaciones internas y externas de la organización y las condicionestecnológicas de las empresas, en forma individual y colectiva. Para estas autoras lapolítica industrial varía de acuerdo al contexto en el cual se desarrolla porque debeconsiderar la estructura productiva, los marcos regulatorios y las convenciones de lasregiones y naciones. Estas convenciones se expresan, por un lado, en los tipos deorganizaciones sectoriales y en la articulación proveedor-productor-comprador desde lalógica territorial y, por el otro, en el carácter de la política industrial que resalta lasparticularidades de cada sector para promover su desarrollo. La doctora Luisa ElenaMolina, del Centro de Investigaciones Agroalimentarias y del Instituto de Geografía de laUniversidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, en su trabajo titulado “Los Productoresde Arroz frente a la Apertura Comercial en Colombia y Venezuela”, discute las políticasmacroeconómicas y sectoriales de orientación neoliberal adoptadas por Colombia yVenezuela desde 1989 y sus efectos sobre la actividad económica de ambos países,incluyendo el sector agrícola. La drástica apertura comercial, a pesar de que los paísesde la región cuentan con condiciones económicas y productivas diversas, haincrementado dentro de la zona de libre comercio diferencias en términos de producción,empleo, posibilidades de inversión, disponibilidad de recursos técnicos, competitividad eincluso seguridad. No obstante, la apertura y, por ende, la libre movilidad de bienes en elámbito de los países andinos, marca nuevas condiciones para las actividadesproductivas y para las regiones y agentes vinculados a éstas. En este trabajo, la autorareflexiona acerca de los efectos de la apertura sobre la producción y comercio externode un producto agrícola específico, el arroz, y sobre la participación de los agentesvinculados a la producción (productores, empresas, organizaciones gremiales) en laarmonización de las relaciones de comercio externo durante los años noventa. En sutrabajo “Participación de los Sindicatos en la Integración Colombo-venezolana a partir de1992”, la doctora Marleny Bustamante de Pernía, del Centro de Estudios de Fronteras eIntegración de la Universidad de los Andes, San Cristóbal, Venezuela, considera que laparticipación de los sindicatos en los procesos de integración desde comienzos de losnoventa muestra un proceso de adaptación y transición propio del reacomodo que seproduce en el continente con la aceptación del neoliberalismo y de la integración abierta.Por una parte, en el ámbito internacional se observa una creciente articulación yorganización que se evidencia en una mayor participación de las internacionalessindicales en asuntos relacionados con la integración y la globalización y en la adopcióny seguimiento de las decisiones y acciones emanadas de éstas por las confederacionesnacionales. Por otra parte, en el ámbito nacional se observa la pérdida de la capacidadde negociación asociada a la disminución de la tasa de sindicalización y a lafragmentación de la unidad de respuesta ante los empresarios. El objeto principal deeste ensayo es caracterizar el proceso de cambio que se está produciendo en elsindicalismo a raíz de las transformaciones globales generadas por la integración paraderivar conclusiones sobre los sindicatos en la integración colombo - venezolana.

Por su parte, el magister Ronald José Blanco, del Centro de Estudios de Fronteras eIntegración de la Universidad de los Andes, San Cristóbal, Venezuela, en el ensayo“Impacto del Proceso de Integración Económica Colombo-venezolana en el Sector

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Industrial a partir de 1992 (Eje San Antonio-Ureña-Aguascalientes)”, realiza un estudioempírico para evaluar los efectos de la integración en el parque industrial del ejefronterizo señalado. El trabajo comprende una revisión del sector industrial, de susposibilidades de exportación, del estado de la infraestructura y los servicios, de lasinversiones y las facilidades crediticias, transferencias tecnológicas, alianzasestratégicas, adquisición de insumos, aparición de nuevos mercados e instalación ycierre de industrias. Este trabajo recoge los resultados obtenidos de la aplicación de 120encuestas a pequeñas y medianas empresas fronterizas seleccionadas de un universode 455 establecimientos manufactureros que se encuentran en el eje mencionado.Aunque este eje industrial se encuentra del lado venezolano de la frontera, el 53.3% delos empresarios entrevistados es de esta nacionalidad y el 44.1% restante sonempresarios colombianos.

III ParteLa frontera mexicano-estadounidense y la integración regionalEn su trabajo titulado “La Frontera México-Estados Unidos: Laboratorio de la IntegraciónRegional Hemisférica”, el doctor Juan Manuel Sandoval, del Seminario Permanente deEstudios Chicanos y de Fronteras, Dirección de Etnología y Antropología Social delInstituto Nacional de Antropología e Historia, México, plantea que esta frontera se haconvertido en un laboratorio de la integración-desintegración regional cuya dinámica seempieza a extender a otras partes de México y del continente. Como zona de“encuentro” sociocultural y económica entre norteamericanos y latinoamericanos, es lafrontera “interamericana” por excelencia, lugar apto para entender que es la integraciónhemisférica, siendo frontera entre dos culturas y dos naciones claves en este proceso.

El magister José Antonio Trujeque, del Colegio de la Frontera Norte, Dirección RegionalMatamoros (México), en su capítulo “Ciudades Rotas. Las Ciudades de la Frontera Nortede México en la Trayectoria de la Globalización”, se apoya en algunas de lasexperiencias más recientes de la investigación urbana para entender las relaciones ytensiones entre la globalización y el desarrollo urbano local. Trujeque considera que esútil reseñar los contenidos esenciales de la investigación urbana comparada en elcontexto de la globalización y sus efectos y la participación de México en los circuitosglobales de la economía capitalista, que se realiza de forma súbita, sin una preparaciónprevia de la planta manufacturera nacional para adaptarse a las condiciones decompetencia mundial. En la medida en que sólo las ramas productivas de capitalintensivo y las de ensamble puedan soportar el ingreso a la economía globalizada, estoimplica un reordenamiento territorial que tiene en el crecimiento demográfico yeconómico de la frontera norte uno de sus rasgos más característicos. Este escenario dela globalización, vía el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),representa para las ciudades de la frontera noreste la posibilidad de que su baseeconómica se desarrolle en dos tiempos y ritmos distintos: las actividades fronterizaspueden experimentar un despegue notable, mientras que las de tipo no fronterizoseguirán dependiendo de eventos y situaciones de carácter nacional y regional.

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El magister Julio César Morales Cruz, de Universidad Autónoma de Ciudad Juárez,Chihuahua, México, señala en su artículo “Cadenas Productivas y Empresas del Vestidoen Ciudad Juárez, Chihuahua”, que esta ciudad debe su dinámica económicaprincipalmente a las empresas maquiladoras que iniciaron sus operaciones a partir de lapuesta en marcha del Programa de Industrialización Fronterizo (PIF) en 1965. Estasempresas, que realizaban actividades de ensamble de productos en las ramas deelectrónica, vestido y automotriz, con el paso del tiempo generaron la aparición detalleres del vestido dedicados, por ejemplo, a la fabricación de uniformes industriales, loscuales eran demandados por las plantas maquiladoras. A mediados de la década de losochenta, las presiones de la competencia mundial y la nueva división internacional deltrabajo modificaron el ritmo de crecimiento de las maquiladoras. Así es como, durante ladécada de los noventa, Ciudad Juárez se convierte en la ciudad con mayor valoragregado en cuanto a operaciones de maquila por la tendencia a ubicar plantas conactividades más intensivas en conocimientos. De acuerdo a diversos factores analizadosen el ensayo, es posible concluir que ahora las empresas maquiladoras de prendas devestir buscan localizarse en zonas del sur de México, principalmente las que inician susoperaciones.

El doctor Héctor Padilla, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua,México, presenta en “Ciudad Juárez en los Noventa: el Contexto de la Gestión Urbana yAmbiental” el proceso por el cual, al iniciarse las negociaciones entre México, EstadosUnidos y Canadá para establecer un Tratado de Libre Comercio, algunas vocesadvirtieron que la homologación fiscal de la frontera norte de México con el resto del paísreduciría las ventajas competitivas de esa zona. Sin embargo, en Ciudad Juárez,algunos hechos contradicen ese augurio. En los últimos cinco años, la industriamaquiladora ha continuado arribando a la ciudad, mientras que el comercio y losservicios aumentaron. La población creció a un ritmo mayor que en la década pasada, algrado de que, demográficamente hablando, una tercera parte de la ciudad aparecióapenas en este período. Esta situación repercute sobre la calidad de vida en la ciudad alincrementar el nivel de las demandas sociales e intensificar el uso de los recursosnaturales. En este trabajo, el autor ofrece la posibilidad de aprehender los principaleselementos que influyen, tanto en la problemática ambiental, y en su evolución actual,como en las posibilidades de acceder a nuevos márgenes de calidad de vida en unaciudad fronteriza cuya dinámica socioespacial se orienta hacia la metropolización.

IV ParteLa integración fronteriza colombo-venezolanaPor su parte, la magister Raquel Alvarez de Flores, del Centro de Estudios de Fronterase Integración de la Universidad de Los Andes, San Cristóbal, Venezuela, en “LaIntegración Fronteriza Colombo-venezolana. Situación y Perspectiva”, presenta unavisión según la cual, en la constitución de espacios de integración entre Venezuela yColombia, países con trayectoria integracionista de larga data, las relaciones históricas,geográficas, comunicacionales y comerciales actúan a favor del reforzamiento de lasrelaciones binacionales y fronterizas. Ambos países han establecido un esquema desoluciones imaginarias, solidarias y colaborativas, privilegiando la cooperación sobre elconflicto a fin de dar respuesta a distintos problemas comunes. A partir del análisis de la

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región fronteriza de los Estados Táchira (Venezuela) y Norte de Santander (Colombia),se plantea que por sus potencialidades naturales, vínculos históricos, geográficos yculturales y su posición geoestratégica, esta región puede llegar a ser un ejemplo deintegración binacional, andina y latinoamericana.

El doctor Juan Carlos Morales Manzur, de la Sección de Integración Latinoamericana dela Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia, Venezuela, ensu artículo “La Integración Fronteriza Colombo-venezolana y sus Limitaciones:Propuestas Político-económicas para Maximizar el Proceso”, afirma que en AméricaLatina, uno de los aspectos más urgentes, pero más difíciles de concretar, ha sido el dela integración fronteriza. Ello se debe al escaso desarrollo que presentan esas zonas,unido a una multiplicidad de aspectos políticos, económicos y sociales. Así, por ejemplo,en el marco de la integración colombo-venezolana, no obstante los avances de losúltimos años y la pertenencia de ambos países a la Comunidad Andina, persisten graveslimitaciones que requieren la definición de estrategias políticas y económicas para hacermás viable, praxiológicamente, el proceso.

En el trabajo de la licenciada Amanda Patricia Amorocho Pérez, de la UniversidadIndustrial de Santander, Colombia, titulado “Política Social y Desarrollo en la ZonaUrbana Fronteriza de la Ciudad de San José de Cúcuta, Colombia,” la autora sepregunta cuáles son las necesidades humanas fundamentales de la gente de frontera ysi es necesario un nuevo marco jurídico que permita plantear políticas socialesbinacionales para articular coherentemente esas políticas en ciudades de frontera. Elcaso de San José de Cúcuta le permite afirmar que debe superarse el carácter residualde las políticas sociales, entendidas como medidas para disminuir los costos generadospor el nuevo modelo económico. La forma en que se estructura la sociedad, el desarrollode prácticas institucionales que fortalecen o limitan la participación, el respeto de losderechos humanos, la creación de posibilidades para que los ciudadanos desarrollen yalcancen libremente el bienestar que ellos desean, son algunas estrategias que jueganun papel clave en la cultura de la integración.

Para la magister Elizabeth Zamora Cardozo, de la Escuela de Sociología de laUniversidad Central de Venezuela, autora de “La Vida en la Frontera Colombo-venezolana San Antonio-Ureña-Norte de Santander,” la franja fronteriza colombo-venezolana debe ser entendida como un espacio pluricultural caracterizado por losdiferentes grupos que constituyen cada una de las regiones que lo componen. Alobservar la frontera de manera vertical, prevalece cierta diversidad regional y grupalconformada por criollos e indígenas, que revela la diferencia idiosincrática existente, porejemplo, entre un wayuu y un llanero, un andino y un nativo del Amazonas. Además seobserva que las regiones culturales se prolongan de un Estado nacional a otro, con locual la interacción cultural desdibuja el límite geopolítico. De esta manera, la frontera dalugar a especificidades y la idea de integración binacional puede ser entendida en dosvertientes: por un lado, el intento de los estados concurrentes de elaborar estatutos enpro de la integración y, por otro, la integración generada de manera espontánea porparte de los conglomerados sociales fronterizos. Esta última se expresa a través de loque la autora denomina simbiosis social fronteriza, aunque también existe un

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antagonismo social de frontera cuando el beneficio de un grupo se constituye endetrimento de otro.

No podemos concluir esta introducción sin manifestar nuestro agradecimiento a quieneshicieron posible este libro. En primer lugar, a los ponentes y participantes en los tresseminarios internacionales en San Cristóbal, Venezuela, (1998) Ciudad de México,México, y Mérida, Venezuela, (1999), quienes nos ayudaron a reflexionar sobre un tematan complejo como el que atrae nuestra atención. Así mismo, a los organismos quefinanciaron estas reuniones, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCHT),el Centro de Fronteras e Integración (CEFI) y la Facultad de Ciencias Económicas ySociales (FACES) de la Universidad de Los Andes y FUNDACITE-Táchira, enVenezuela, y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México, y a todosaquellos que financiaron la participación de miembros del proyecto colectivo, como laUniversidad EAFIT de Medellín, el Instituto de Fronteras de Cúcuta y la UniversidadFrancisco de Paula Santander, en Colombia. Por último, también al Consejo dePublicaciones de la Universidad de Los Andes-Venezuela, en la persona de susecretario ejecutivo, a la Coordinación Nacional de Difusión y a la Coordinación deAntropología del INAH por haber creído que nuestras ideas merecían ser presentadas aconsideración de los lectores bajo la forma de un libro, y finalmente, a María del CarmenHernández Flores y Alma Carmona Villamar, de la Dirección de Etnología y AntropologíaSocial del INAH, por la captura y formato de este libro.

Mtra. Raquel Álvarez de Flores,Dra. Rita Giacalone,Dr. Juan Manuel Sandoval

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I PARTE

LAS REGIONES DE FRONTERA Y LA INTEGRACIÓN REGIONAL EN LASAMÉRICAS

COMPETITIVIDAD Y DESARROLLO REGIONAL EN EL CONTEXTO DE LAINTEGRACIÓN ECONÓMICACarlos Alberto Montoya Corrales

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, tratar de exponer el contenido planteado en esta ponencia puederepresentar para muchos un análisis conceptual obvio y sencillo; sin embargo, estoyconvencido que al tener el honor de participar en este importante seminario internacionalorganizado por las universidades de INAH (México) y de los Andes (Venezuela), acercade “ Globalización, Integración y Fronteras en América Latina“, enfocaré algunasperspectivas que inciden en la complejidad del tema, particularmente teniendo en cuentalimitaciones que han afectado la unidad económica en las últimas décadas y los seriosdesafíos internacionales de diversa índole presentes en el momento.

Quisiera comenzar con una formulación típica que estoy seguro que para todos ustedesresulta común, pero que pocos se han detenido a evaluar las implicaciones que traeconsigo su adopción: “El desarrollo creciente de la globalización de la economía mundialy el acelerado proceso de formación de bloques económicos constituyen los principalesargumentos en favor de una política de liberalización económica que permita a lospaíses de la región una mayor inserción a la economía mundial”. Esta formulación, o sussimilares, se ha usado en el discurso oficial como justificante en buena parte de lasestrategias que actualmente se impulsa en las economías de la región; v.g. aperturaeconómica, privatización, liberalización del funcionamiento de los mercados, estrategiashoy día aplicadas a ultranza en América Latina.

Sin embargo, una aproximación general al tema acá propuesto permite destacar por unaparte los perfiles que, a mi juicio y de otros colegas, son más relevantes en el contexto y,

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por otra, aquellos contenidos de esta tendencia respecto a los cuales se hace necesariauna revisión crítica de las opiniones dominantes.Una aclaración previa que me parece pertinente se refiere a la necesaria cautela con laque se debe acompañar todo tratamiento de los temas acerca de competitividad,globalización e integración, dentro de los cuales son muchos e importantes loscontenidos desarrollados, como son muchos también los usos interesados que -particularmente en América Latina- se han hecho de estos conceptos. A esta situaciónse agrega el desconocimiento u omisión que la referencia a estos temas registra entanto es evidente el carácter amorfo de la competitividad, lo inacabado de laglobalización y de las tendencias que la acompañan y lo imperfecto de los procesos deintegración económica en América Latina. Por todo ello, los balances definitivos, losjuicios certeros y las predicciones confiables pierden sustento ante un escenario regionalque aún está lejos de mostrar la verdadera fuerza y la capacidad de responder a losactuales perfiles.

En este sentido, cuanto más rápidos y profundos sean los cambios y cuanto más se tratede procesos que aún están en pleno desarrollo, más cuidadosas deben ser lasreflexiones que a partir de ellos se formulen y, con mayor razón, esas reflexionesdeberán ser ubicadas como hipótesis de trabajo que la propia realidad se irá encargandode rebatir o confirmar. Bajo este principio, espero que sean entendidas las formulacionesque a continuación se presentan.

MARCO CONCEPTUAL

En términos generales, debemos tener presente que los procesos de integración,globalización y aquellos orientados al desarrollo de estrategias competitivas, no puedenser objeto de una consideración finalista y homogénea en el mundo contemporáneo. Lasexperiencias conocidas en la historia moderna como “revolución industrial” y“desarrollismo”, prevalecientes en gran parte en los siglos XIX y XX, se enfrentan en lasúltimas décadas con realidades “pre-industriales” y “post-industriales” que inyectancomplejos factores a la convivencia humana en sus diversos escenarios, lo queconstituye un adecuado antecedente frente a las diversas manifestaciones de las que sedesprenden todo tipo de consideraciones causalizantes y finalizantes, tal como acontececon los temas centrales de esta exposición.Si bien no se puede negar que la “aceleración histórica” propia de las últimas décadasha gestado una desconocida e imprevista “planetarización” que pese a factorescentrífugos y antitéticos parece obligar a vivir en función de los determinantes de unaeconomía mundial globalizada e integrada, la coexistencia de diversas realidadessubraya cada vez más que el denominado desarrollo económico no se sobrepone adeterminados factores históricoculturales. De esta manera podemos visualizar loscontenidos presentes en las perspectivas de desarrollo regional expuestas a través delos esquemas de globalización, integración y desarrollo competitivo.

En primer lugar, es evidente que la globalización se ha convertido en un tema de usoobligado en las referencias al entorno mundial y al funcionamiento de la economíainternacional, tanto en los análisis académicos como en los documentos de gobiernos y

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de organismos internacionales. Sólo que los contenidos esenciales de la globalizaciónson soslayados por percepciones sesgadas e interpretaciones interesadas de larealidad, siendo en gran medida una tarea pendiente la distinción entre unos y otros deesos elementos, tarea particularmente necesaria en América Latina, dada la fuerza queen la región ha adquirido lo que Orlando Caputo, en su escrito sobre “Economía mundial,crisis, contradicciones y límites del proceso de globalización”, califica como “laidealización del proceso de globalización.”

Una aproximación a esta referencia constituye la reciente popularidad del conceptoglobalización y su uso indiscriminado para remplazar el término internacional. La razónes que, por lo menos en los Estados Unidos, “internacional” ha pasado a significar ladiferenciación, hoy pasada de moda, entre operaciones nacionales y no nacionales.Parece que todo el mundo quiere una estrategia de globalización en lugar de estrategiasde internacionalización, las cuales han profundizado la diferenciación.

No obstante, como resultado del uso extendido del término “global”, de un lado nosestamos privando de la capacidad de distinguir los diversos tipos de estrategiasmundiales y sus implicaciones en el desarrollo local y regional; además, y lo más grave,es que a los ejecutivos les será más fácil engañarse pensando que tienen o enfrentanuna estrategia que es global si no se cuidan de precisar qué es lo que llaman unaestrategia mundial.

De otro lado, se estaría haciendo omisión de las expresiones más elocuentes, en elámbito económico, de la llamada globalización. Al respecto, valga contraponerconsideraciones acerca del fenómeno de la globalización con su mismo entorno,caracterizado por la profundización de la diferencia, tal como se deriva de lamaterialización más evidente que resulta de la dinámica de producción y consumo, asícomo de la forma de concentración de las diversas manifestaciones del capital.

De ahí se desprende una pregunta clave para determinar los contenidos y límites deeste fenómeno. ¿constituye la globalización un fenómeno que permite lahomogeneización de las condiciones nacionales de funcionamiento del capitalismo, antela igualación en el comportamiento de las distintas categorías: tasas de ganancia, tasasde interés, salarios, etc.?

En este sentido, si la pregunta es correcta, habría que rechazar la globalización, almenos en la forma en la que es utilizada en nuestra región, como argumento parajustificar las políticas antes mencionadas. En el funcionamiento actual y previsible delcapitalismo no ocurrirá una homogeneización como la ya mencionada.

Quizás, y adelantando un poco las conclusiones, el interés en postular a la globalizacióncomo un proceso de igualación (que obviamente sería una igualación hacia arriba) porparte de los gobiernos de los países en desarrollo, lo constituye el hecho de contar conun simple razonamiento que les permita justificar el camino que proponen; un camino enel cual toda economía abierta y con sus mercados funcionando sin intervención estataltiene como destino natural el logro de un funcionamiento semejante al del capitalismo

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desarrollado. Para nosotros es claro que el concepto globalización, si estáadecuadamente construido, no debe suponer un proceso de igualación delcomportamiento de las distintas categorías económicas que operan a nivel de laeconomía mundial; por el contrario, en la construcción se debe asumir la existencia deprocesos en los cuales la mayor homogeneidad de algunas categorías se va logrando acosta de la mayor heterogeneidad en otras, como ocurre, por ejemplo, con laprofundización de las diferencias nacionales de salarios entre los países de capitalismodesarrollado respecto a los de capitalismo atrasado, al igual que con la capacidad deconcentración de riqueza y mercado de las grandes empresas transnacionales frente alas Pymes, en los países menos desarrollados.

En este sentido, el uso del concepto globalización no debería suponer una anulación deldesarrollo desigual entre regiones y países, en la medida en que dicho desarrollodesigual responde a determinaciones que van más allá de las formas específicasasumidas por el despliegue del capital, ya que están vinculadas, como lo afirma lacorriente marxista, a la existencia misma del capital como relación dominante, en estecaso a los vínculos entrepaíses.

A otro nivel, y considerando otro de los conceptos que configuran esta exposición, lacompetitividad, es claro que la globalización, lejos de anularla, la acrecienta.

Particularmente, el ritmo de expansión de competencia de capitales en la medida en quees expuesta al ámbito mundial presiona mayormente la disponibilidad y el uso de losmismos.

De ahí que la brecha entre países desarrollados y no desarrollados tienda aprofundizarse, salvo la presencia de los Estados y el propósito de garantizar la dinámicade los capitales al interior de las economías. Condición esta última que parece apartarsede la realidad, si se considera cómo el énfasis en la globalización se acompañaprecisamente de un énfasis por la desestatización y la puesta en escena de los agenteseconómicos privados como garantes del mayor desarrollo dentro de las naciones.

Estas consideraciones no apuntan a desconocer la importancia y las múltiplesmanifestaciones de la globalización económica; sólo pretenden ubicar esta tendencia dela economía mundial en su justa dimensión y, con ello, despojarla de varios de loscontenidos que le han sido asignados. Desde luego que ésta no es una labor fácil,máxime si se considera que estamos en presencia de un fenómeno que está lejos dehaber adquirido rasgos definitivos que permitan su identificación certera. De ahí que sudescripción responda a sus manifestaciones más evidentes.

Al respecto, valga considerar tres contenidos que, a mi juicio, constituyen partefundamental del análisis de la globalización: uniformidad, linealidad e imperatividad. Enlo que a la uniformidad se refiere, tal como se planteó anteriormente, se asume a laglobalización como medio a través del cual es posible uniformar el sistema capitalista en

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todos sus aspectos; lo que indica la desaparición de especificidades, la igualación defuerzas productivas e igualación del sistema de valoración, al igual que la adopción decomportamientos únicos y mundiales, lo cual evidencia estar en presencia de unfenómeno que borra la esencia misma del sistema capitalista: el desarrollo desigual.Esta característica se encuentra íntimamente asociada a la de linealidad. Laglobalización se ubica como un proceso básicamente exento de contradicciones y através del cual se logra ir materializando un ambiente de permanente armonía entrepaíses y al interior de cada uno de ellos. En el implícito, dos implicaciones frente a lascuales se oponen múltiples evidencias.

La primera, la capacidad reguladora del mercado y su poder para ordenar la sociedad yubicarla en estadios de desarrollo mayores y, la segunda, la desaparición de lascontradicciones dentro del funcionamiento del sistema capitalista mundial; algo así comonegar la redefinición de estrategias de vinculación de los países mayormentedesarrollados o el desarrollo previsible de los bloques económicos y la agudización de lacompetencia entre países y regiones.

Finalmente, la imperatividad de la globalización, ésta surge de la concepción de ser ellamisma, la globalización, una realidad, de donde se desprende la adopción de patronesde desarrollo global, con independencia de las formas de funcionamiento regional ylocal; así mismo desconociendo las posibles incompatibilidades entre las estrategias dedesarrollo expuestas a estos niveles, tal como ocurre con las nuevas formacionesgeoeconómicas y geopolíticas, de las cuales se desprenden todo tipo de desafíos conrespecto a los rumbos de las economías nacionales y las formas de inserción a laeconomía mundial.

En síntesis, son diversos los contenidos y complejos los retos que encierra laglobalización, hoy puesta en un lugar privilegiado en el discurso de políticos,economistas, ideólogos y futuristas, los cuales guardan en común el dominio de undiscurso fácil y poco consecuente con las reales necesidades de transformación dentrode la región latinoamericana.

Precisamente en este escenario de transformaciones surge el reto de la integracióneconómica vista por no pocos agentes económicos y políticos como un procesoconducente a garantizar estadios de bienestar mayores al interior de las economías quese integran. En este caso proliferan argumentos asociados a la ampliación de losmercados y las posibilidades de complementación de actividades por parte de losdiferentes países. No obstante, el tratamiento que ha de dársele al tema de laintegración deberá consultar los elementos constitutivos que garantizan resultadosfavorables de la integración. Estos, sin duda alguna, deberán pasar por la consulta delas condiciones particulares de las economías, el alcance de las metas propuestas y elgrado de sujeción a la estrategia de integración.

En este sentido se requiere de una concepción de la integración más compleja, cuyoénfasis sea puesto en los problemas de interdependencia que enfrentan los países anivel regional y mundial. Una concepción que devele las más variadas contradicciones

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que emergen de los procesos de integración, además de la permanente consulta por larealidad económica, social y política de las naciones comprometidas, lo que bien podríarepresentar el mayor aporte al estudio de la realidad latinoamericana.

Un enfoque con estas características no pretende escapar de los presupuestosnecesarios que requieren las iniciativas integracionistas, mucho menos considerar quelos contenidos se aíslen de los enfoques tradicionalmente expuestos. Pero sí, contrario aéstos, a través de éste es posible adoptar una postura y una práctica de tipo dialécticarespecto a la dinámica de transformación de las economías, una postura crítica respectoa los contenidos asociados a la descripción de los procesos de integración y susimplicaciones para las sociedades latinoamericanas.Esta concepción metodológica permitiría develar el alcance que registran aquellaspresentaciones referidas a la construcción de un modelo utópico de sociedad, política ysistema internacional, posible de alcanzar a través de procesos como la integracióneconómica.

Los contenidos que aglutina el desarrollo de esta concepción, como las implicacionesque de la misma se derivan, se podrían señalar a través Marcos Kaplan y su percepciónmetodológica acerca de la interpretación del desarrollo de las sociedades:“El modelo utópico muestra la historicidad, la contingencia y la precariedad de lasestructuras y sistemas existentes. Desnuda y revela las ideologías justificatorias.Fundamenta una recusión de la racionalidad dominante. Favorece la formulación, elbalance y la confrontación de distintas posibilidades. Perfila una apertura hacia loposible. Permite saber mejor hacia dónde se quiere ir a partir de la situación actual.Hace creíble la factibilidad de cambios profundos y duraderos. Incorporado a lasconciencias y a las prácticas colectivas, genera una fermentación que corroe y disuelvelas viejas formas, caducas pero efectivamente obstaculizantes. Ilumina las trabas y lossufrimientos, que se vuelven insoportables en la medida en que dejan de parecernormales e insuperables. Encarna la razón en la historia viva a la queacelera...”1(Kaplan, Marcos, 1979)Aunque menos comunes, los desarrollos conceptuales vinculados a este enfoque, lapresencia de estudios referidos a las experiencias de la integración, particularmente enla región latinoamericana, en los cuales es marcada la constante ineficiencia de losprocesos de cooperación a nivel regional y subregional hasta principios de los noventa,abren paso a una serie de reflexiones que pretenden incorporar variables cuyatranscendencia revela el carácter dialéctico de este proceso.

La vinculación de factores geoeconómicos, geopolíticos, las limitantes estructuralespresentes en cada una de las naciones comprometidas, el marginamiento de loscircuitos de comercio mundial, entre otros aspectos distintivos del desenvolvimiento delas naciones, guardan una amplia relación con lo que desde este enfoque permite hablarde estar en presencia de unos procesos de integración imperfecta.2

Se destacan bajo este enfoque los trabajos realizados por Carvajal (1993), y Garay(1994), quienes apuntan a identificar el escenario complejo y los retos de la integración a

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partir de la experiencia en otros períodos y las garantías de transformación de acuerdo alas características estructurales de los países.

En este sentido cobran fuerza la imperfección de las economías de cada uno de lospaíses de la región, el carácter asimétrico de su expansión, los niveles de“autodeterminación”, el grado de inserción a los mercados internacionales, los cualesremiten a evaluar el manejo de la práctica de la integración en la región y a identificar laviabilidad del diseño de sus políticas en una región caracterizada por los permanentesdesequilibrios.

Así, estos elementos introducen no sólo conceptos que hasta entonces omiten lasdescripciones tradicionales sobre el comercio internacional, la integración económica ydesarrollo económico, sino que inducen la incorporación de nuevos contenidosestratégicos que hagan más relevante la promoción de estrategias dentro de la región.El contexto sobre el cual se definen estos contenidos consulta las grandes tendencias ytransformaciones que se presentan en la economía mundial.

En este sentido, los contenidos de este tipo de estrategias demandan la superación deobstáculos antiintegracionistas que hagan posible el fomento de la integración. En otraspalabras, las ventajas atribuidas a la cooperación e integración económica regionaldeberán pasar por la consulta de fuerzas económicas poderosas que dificultan laconsolidación de estos propósitos. Entre otros aspectos, encontramos:

2 Una sugestiva utilización del término integración imperfecta presenta Paul Krugman(1991), quien, refiriéndose a la economía mundial, afirma: “ La integración imperfecta es unadenominación de doble sentido destinada a explicar las clases de imperfecciones sobre la formacomo están relacionadas las economías. En primer lugar, existe el grado imperfecto o limitado enque los países están relacionados económicamente, es decir, no vivimos en un mundo en el quetodos los bienes, servicios y factores de la producción se mueven libremente a través de lasfronteras nacionales; tampoco nos estamos moviendo de manera rápida para llegar a ese mundo,a pesar de la retórica a la que tienden los economistas especializados en economía internacionaly otros. Por otra parte, la integración que tenemos, no siempre no funciona tan bien comopodemos imaginar o esperar. Frecuentemente, los flujos internacionales de bienes y de factoresde la producción no se comportan de manera armónica y eficiente como a los economistas lesgusta suponer. En cambio, los mercados internacionales son imperfectamente competitivos,están caracterizados por brindar información imperfecta y en algunos casos, se puede demostrarsu ineficiencia".

RIGIDEZ DE LOS MERCADOS

En este sentido, los grandes avances en materia de apertura económica constituyen unaexcelente respuesta de la región a los fines integracionistas. Igualmente, elestablecimiento de una política comercial más activa y con resultados, como el ArancelExterno Común (AEC) al interior de programas subregionales (Caricom, Grupo Andino,Mercosur) si bien resalta el énfasis en el comercio preferencial, constituye una prueba

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del énfasis puesto en el desarrollo del comercio intrarregional y las posibilidades deavanzar hacia mercados más amplios.

No obstante, la reiterada presencia de desequilibrios macroeconómicos (México,Venezuela, Brasil, Colombia) y su directa vinculación a problemas comerciales coloca enlas medidas restrictivas nuevos obstáculos a los procesos de integración. Situación quese acrecienta ante el reforzamiento de medidas no arancelarias ampliamente difundidasy que traen como consecuencia el incumplimiento de compromisos internacionales, queponen en peligro la existencia y profundización de los sistemas de integraciónsubregionales.

Desde otro frente de análisis, si se acepta que la liberalización comercial y los tratadosde integración mueven relaciones entre los estados y propician grandestransformaciones que imprimen mayor coherencia a las economías inscritas en la lógicade los mercados, existe una variedad bastante amplia de factores que no estánclaramente establecidos en las relaciones intra e interbloques.

Son evidentes las dificultades en regiones como la de América Latina, derivadas delneoproteccionismo, el desarrollo científico técnico, la rigidez de los mercados detecnología y, en general, de los mercados de capitales, la protección y la transferenciade innovaciones, que impiden aún más ampliar las estrategias de cooperación eintegración a niveles superiores a los del libre comercio.

Al respecto caben las preguntas, cuando se alude a los fenómenos recientes de laeconomía mundial y regional y el Nuevo Orden Económico Internacional: ¿Acaso lospaíses de América Latina han elaborado y evaluado propuestas que les permitansuperar los obstáculos mencionados? ¿Qué alcance revisten los nuevos procesosintegracionistas? ¿Qué contenidos respaldan el paso de un proceso deinternacionalización de sus economías hacia la globalización?Son muchos los interrogantes y no pueden encontrar su respuesta en argumentosreferidos a simples situaciones deseables, carentes de transformaciones al interior decada nación estado, que no promuevan las bases de unas economías modernas y lareacción de los agentes nacionales a los procesos de cooperación, integración y/oglobalización.

EL DESEQUILIBRIO PRODUCTIVO

Particularmente, las limitaciones que enfrenta la actividad industrial han constituido a lolargo de los procesos de integración regional un motivo de promoción de variadasestrategias. A través de la integración se han intentado diversas fórmulas para llevar acabo programas de industrialización conjunta que hagan posible una mayorracionalización de las industrias existentes y la creación de nuevas industrias, aspectoséstos no siempre afortunados en los procesos de integración llevados a cabo en lospaíses de la región.

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En este sentido, la experiencia vivida en la región deja en su balance la lección de queintegración económica debe incluir el diseño de estrategias que, en lo posible,favorezcan a los que se definen como sectores sensibles y estratégicos. La ausencia defuerzas equilibradoras, las oscilaciones en el flujo de inversión extranjera, los límites a laincorporación tecnológica y a la generación y/o absorción de ahorro implican la“promoción” por parte del Estado de políticas que desde diversos frentes y orientacionesminimicen los costos o los impactos negativos de la integración.3

Esta situación guarda correspondencia con la definición de la integración como proceso.La necesidad de dar cumplimiento a un cronograma acepta una fase de acomodamientoa las nuevas condiciones derivadas de los fines de cooperación e integración.

A un nivel más particular y haciendo referencia a los retos del sector industrial, ladiferenciación en términos de los proyectos referidos a la industria existente y a la nuevaindustria, resulta determinante. En lo que a la industria existente respecta, es clara lanecesidad de adopción de políticas de “especialización intraindustrial” que permitan lamayor concentración de los esfuerzos de producción, tecnología, competencia yexportación. Estrategias que cobran fuerza al momento mismo de establecer políticascomerciales comunes entre los países asociados.

Por su parte, las estrategias referidas a la creación de industria involucran niveles decomplejidad mayores. Los aspectos vinculados a la ubicación geográfica de las nuevasinversiones, los productos y criterios de producción a ser programados, la definición demercados objetivos exigen la promoción de actividades de gestión que van más allá dela organización del proceso productivo y el aprovechamiento de ventajas comparativas.Al respecto, el manejo de información sectorial y de mercados, tanto en los países queconforman el “mercado ampliado” como a nivel institucional, soportan la selección yprogramación de las actividades.

LA EXISTENCIA DE UNA “HETEROGENEIDAD ESTRUCTURAL”

La presencia de una heterogeneidad estructural en la región es en parte resultante deuna penetración desigual de la tecnología y recursos en los distintos sectores y endiversas actividades, lo que se traduce en una heterogeneidad de recursos productivosentre los países y el predominio de la competencia oligopólica en no pocos sectores,tanto al interior de las economías como en los mercados intrarregionales.

Estos elementos, si bien no son patrimonio de las economías latinoamericanas ya queestán presentes en el contexto internacional, han modificado el cuadro de la economíaregional e impuesto la necesidad de políticas económicas activas. Obviamente, estasdemandas resultan más complejas y exigentes al momento de buscar su coherencia conlos cambios en los patrones de comercio registrados en los últimos años y en sussegmentos más dinámicos (v gr. predominio de la actividad de servicios y la crecienteparticipación en la producción industrial de la maquinaria y equipo de transporte).

Con respecto a estas realidades, el tratamiento de los problemas del desarrollovinculado a enfoques sectoriales implica la definición de sectores estratégicos que

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fomentan la competitividad de las unidades de producción en razón de lasexternalidades globales que puedan generar.

De otra parte, en lo que a la transmisión de tecnología y flujo de capitales se refiere, escada vez más importante el protagonismo de las firmas multinacionales y su rápidoproceso de expansión sustentados en las mejoras en la capacidad tecnológica: elaprendizaje, el diseño, la innovación, el uso de nuevos materiales y las externalidadesgeneradas por los encadenamientos tecnológicos, realidades éstas que colocan nuevoscontenidos a la competencia y, por ende, al desarrollo estratégico de las naciones.

EL PROBLEMA DE LA DEPENDENCIA

Si bien, en la mayor parte de los estudios recientes acerca del desarrollolatinoamericano, el problema de la dependencia ha desaparecido o, en el mejor de loscasos, ha pasado a ocupar un lugar secundario, éste no es más que el resultado de unolímpico desconocimiento de la influencia de este fenómeno en las transformacionesrecientes de la economía mundial y regional.

Este vacío no sería problema si no guardara correspondencia con la enorme distanciaque hay entre los caminos normativos postulados para dar respuesta a las cambiantescondiciones de la economía mundial y las eventuales respuestas que emanan de paísescomo los latinoamericanos, lo que le imprime un carácter ambiguo y una posturaidealizada frente al devenir de las economías.4

Estas orientaciones son comunes al tema de la integración. La integración económica,se afirma, debe considerarse como un proceso “ normal” que obedece a las leyes yfuncionamiento de la economía mundial, tal como se observa a partir de la construcciónde nuevos escenarios en el territorio europeo.

Este tipo de argumentos es incompatible con el punto de vista que sostiene que losprocesos de integración son una función de la tendencia hacia la consolidaciónestratégica de núcleos de poder, como es el caso particular de Estados Unidos en elterritorio americano.

Desde este punto de vista, el proceso de integración no depende directamente el uno delotro, ni el primero es causa del segundo, o viceversa. Las implicaciones de estasorientaciones son evidentes. La primera concepción borra la diferenciación de las partesconstituyentes de la economía mundial. La segunda totaliza la dinámica del movimiento;en ella se supone que lo externo (la orientación de la economía norteamericana) ordenalas relaciones económicas y políticas en los países de su influencia, como bien parecedesprenderse del siguiente planteamiento:

“Dentro de la reconformación del espacio mundial en nuevos bloques económicos oáreas comerciales en competencia, las iniciativas promovidas por el gobierno deEstados Unidos buscan desempeñar de facto un rol definitivo en la definición del arreglohemisférico americano. Las iniciativas Brady y Bush para las Américas, pretenden ser

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erigidas como catalizadores e hilos conductores del proceso de cooperación y deintegración bi y multilateral entre países o grupos de países de América Latina. No deotra manera se explica la proliferación de modalidades y de grados de cooperación bi ymultilateral que han venido observándose entre países o grupos de paíseslatinoamericanos en los últimos años,...” (Garay, L. , 1994).

No obstante las dificultades que estas posturas presentan, es posible extractar de ellaselementos determinantes en la comprensión de los procesos de transformación de laregión. Si bien el concepto de economía mundial o regional deberá estar presente en lainterpretación, su pertinencia se vincula a la de “proceso” que permite incorporar a losdiferentes Estados-nacionales como unidades que interactúan dialécticamente en laconformación de una unidad estructurada y jerarquizada. Esto constituye el elementodefinitorio en la forma de interpretación del papel que juegan las economías en elproceso complejo de integración.

En este sentido se hace comprensible que la interpretación que se dé a la integraciónlatinoamericana contemple de manera analítica el carácter de dependientes quemantienen las economías de la región. Bajo esta característica caben diversasmanifestaciones que moldean el proceso de integración: dependencia financiera ytecnológica, dependencia comercial y dependencia política, máxime si se considera elgrado de influencia que el estado del Norte registra frente a las formas de organizaciónde las naciones de América Latina.

Como consecuencia de lo anterior, el efecto modernizante y el cambio en las estructurasproductivas vinculadas a los procesos de integración ciertamente no son tan claros. Deahí que obviar estos escenarios de dependencia o que la integración vaya a suponer lademolición de los atavismos, constituya un esfuerzo orientado a hacer esos atavismos,todavía más atávicos.

La recurrencia con la cual estos escenarios de dependencia emergen en el largo plazo ysus consecuencias frente a las necesidades de desarrollo obligan a los países aincorporar estrategias de negociación que involucren el movimiento de políticos,economistas, intelectuales y líderes sindicales, entre otros actores sociales, capaces dearticular condiciones históricas y la trama de intereses, en el reordenamiento de laseconomías en el marco de la integración.

Bajo estas consideraciones, si bien los diferenciales en el nivel de desarrollo seconstituye en motivación y justificación para la integración, no puede obviarse que estastentativas integracionistas parten de un atraso y de una dependencia seculares quetienden a agravarse en el momento mismo de comenzarla.

A manera de síntesis, los proyectos de integración regional deberán partir delreconocimiento de niveles de contradicción entre el proyecto de región integrada y laheterogeneidad de las naciones con enormes diferencias de estructuras, tendencias yorientaciones, posibilidades y perspectivas, las cuales se manifiestan en el predominiode los factores de competitividad sobre los de complementariedad, al momento de

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establecer vínculos comerciales con países desarrollados; la falta de tradiciones,premisas y mecanismos de cooperación; el peso de los obstáculos geográficos, lascarencias infraestructurales, las diferencias ideológicas, políticas e institucionales, todolo cual refuerza aún más la oposición abierta a las concepciones lineales que,desconociendo estas realidades, presentan a la integración latinoamericana como unapanacea que por sí misma y de modo automático promueve el crecimiento, lamodernización y el bienestar dentro de la región.

AUSENCIA DE BIENESTAR

Si bien, entre los efectos atribuidos a la integración económica se menciona el aumentodel bienestar en los países comprometidos, tal formulación resulta apriorística. El posibleefecto sobre el crecimiento de las economías, resultante de la ampliación de losmercados, no necesariamente aumenta el bienestar.

El bienestar no depende sólo del crecimiento. Se funda igualmente en las fuerzasdinámicas que surgen en las sociedades bajo la forma de impulsos por mejorar lascondiciones de vida. En otras palabras, el incremento del producto deberá ser elresultado de uno nuevo que se distribuye entre la población. Si el producto que genera laacumulación permanece concentrado en manos de pequeños grupos dirigentes, elproceso tiende a alcanzar un punto de saturación.

Esta acotación resulta importante si consideramos que es precisamente el bajo nivel debienestar social el problema a atacar si se quiere garantizar “ a través de estrategias deintegración” unas economías más modernas.5

Por otro lado, la puesta en práctica de los procesos de integración debe ir acompañadade estrategias que hagan posible que los ingresos de los pobres aumenten másrápidamente que el ingreso promedio de los países, de lo contrario, a los antesmencionados efectos de marginamiento de los países, resultantes del juego de poderesen la integración, estaríamos sumando un mayor marginamiento (el de la mayor parte dela población latinoamericana).

Sin pretender colocar una solución de plano, es claro que los procesos de integracióndeben involucrar una doble estrategia. Por un lado, una estrategia internacional decooperación que considere los terrenos económico, político, social y cultural en el ámbitointernacional. Y por otro, dentro de la estrategia nacional, la superación de la pobrezadeberá sustentarse en la concertación de amplios pactos sociales que deberánconsiderarse como un fin de carácter permanente. Vista así, la estrategia de integraciónno será concebida como algo idealizado (o, por el contrario, como algo técnico), sino quese trataría de estrategias concebidas de manera audaz y sugerente.6

A manera de conclusión, la escasa consulta, cuando no desconocimiento de estosobstáculos antiintegracionistas, es evidente que ha conducido a un enorme vacíointerpretativo para poder explicar la viabilidad de la integración económica actualmente y

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los escasos logros en la promoción e implantación de las variadas estrategias decooperación registradas en la región latinoamericana.Quizá la incorporación de este tipo de elementos pueda constituir una primeraaproximación para iniciar un proceso investigativo de tipo prospectivo acerca de laintegración en los países de la región. Sólo así será posible mejorar los procesosdecisorios y la formulación de políticas a partir de una imagen deseable del futuro cuyaconstrucción, evidentemente, se inicia en el presente.

Una visión y un enfoque prospectivos de la integración que consulta este tipo deelementos sería una herramienta coherente y globalizadora que facilitaría hacer de laintegración económica una estrategia eficaz de modernización de las economías. A suvez permitiría tomar decisiones correctas en el plano interno y externo, relacionadas conel proceso de internacionalización, con la integración política y económica con otrospaíses o bloques, de acuerdo con las demandas del nuevo orden económicointernacional.

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NUEVAS REGIONALIZACIONES: EL ECOTURISMO CULTURAL DE MUNDOMAYA Y EL ISTMO DE TEHUANTEPECJesús Antonio Machuca Ramírez

INTRODUCCIÓN

La actual transformación de los parámetros espacio-temporales que resultan del procesode globalización, tiene entre sus consecuencias una modificación del referente territorialque tradicionalmente ha significado un medio de control y sentido de pertenencia, lo cualadquiere nitidez histórica en el proceso de configuración del Estado-nación.

El referente espacio-temporal más reciente que ha permitido justificar la propia idea de ladesterritorización, es el de una concepción del espacio que se organiza en función deredes y flujos (Hannerz, 1983) (Sloterdijk, 1999). Ello implica una relación entre unconjunto de elementos que expresan la unidad o articulación en un sistema, es másimportante y determinante que su referencia a un soporte territorial dado, siendoconstitutiva de un espacio construido en términos de un sistema de comunicación conconexiones distantes, lo cual implica el desbordamiento del propio concepto de territorioy región.

De ser la base de la organización económica política y cultural y el sentido raigal de laidentidad nacional, el territorio deviene en función de la propia organización de loselementos que lo producen. Esto es particularmente importante en el caso de losprocesos de integración que se experimentan en América Latina: regionalmente, unaarticulación binacional puede ser más significativa en términos del mercado o los flujosmigratorios, que la región delimitada por las fronteras nacionales.

Los procesos de regionalización se están dando tanto en relación externa como alinterior de las fronteras nacionales. Ello se da precisamente así porque lasdemarcaciones nacionales formales han dejado de corresponder, punto por punto, con lapropia regionalización: lo externo se internaliza y lo interno (regional de cada país) seexternaliza, configurando así un parámetro distinto según el cual una región adquiere unperfil propio y significativo; una especificidad que no la hace depender totalmente delEstado-nación.

Más aún, ello implica también que no se da una referencia unívoca entre territorio eidentidad Los referentes de pertenencia de los sujetos socioculturales empiezan adesprenderse y liberarse del sentido de raíz y apego territorial en muchos casos. Laintensa movilidad social que implican los desplazamientos migratorios sin precedentesde las últimas décadas, producen la disociación y relativización de los asentamientos dediversos grupos humanos y el sentido de pertenencia a un territorio dado.

En el ámbito mundial se están dando, por lo tanto, nuevos procesos de regionalizaciónque no consisten solamente en la apertura de nuevas extensiones a su explotación, sinoen el redimensionamiento de las ya existentes, referido a un modo de organización de

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sus factores y del significado que adquieren en nuevos contextos, nacionales,hemisféricos y mundiales.

De tal manera, una región particular se proyecta en el ámbito global, así como lospropios agentes de la globalización inducen e imprimen una dinámica particular enciertas regiones. En función de ello, lo local puede adquirir un significado global,mientras que lo global se concreta y condensa en los ámbitos locales y regionales.

Entre los procesos de recomposición y desarrollos regionales, hay dos que sobresalenpor las características que presentan en países como México. Uno de ellos es el que hadado lugar al llamado proyecto “Mundo Maya”, impulsado en la región sur-sureste, quecolinda con otros cuatro países: Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice, la cualabarca aquello que constituyó el área cultural maya.

Mediante dicho proyecto se pretende impulsar un desarrollo turístico y de servicios degran alcance que, al mismo tiempo, favorezca la integración comercial que de maneraparalela estaría siendo propugnada los gobiernos de los países de la región.

Ello resulta altamente representativo en un contexto mundial en el que el turismointernacional adquiere una importancia creciente como una empresa económicaparticularmente favorecida por la globalización, y se desarrolla asimismo como una parterepresentativa de dicho proceso. De igual modo destaca ante la estrategia económicaque erige al turismo como una “política prioritaria” (Poder Ejecutivo Federal, 1999-2000)y lasegundafuentede divisasdespuésdela exportaciónpetrolera.

Otro proceso de reorganización regional es el que se refiere a la creación de una zonageoeconómica estratégica, como región de paso en el Istmo de Tehuantepec, donde seprevé el desarrollo de un corredor transísmico que conecte a los océanos Atlántico yPacífico, como sucedáneo del de Panamá.

El proyecto transísmico constituye un conjunto multimodal de otros proyectosrelacionados con la explotación económica de la región central del país en términos delestablecimiento de empresas maquiladoras y la reactivación de actividades comercialesportuarias de petróleo, químicas y petroquímicas, turísticas y pesqueras ya existentes,sólo que en mayor escala. (Felipe Ochoa y Asociados, 1996).

Es una región que abarca dos estados de la República: Oaxaca y Veracruz, y cuentacon una población superior a los 2 millones de habitantes, aunque su zona de influenciaabarcará a otros estados como Tabasco y Chiapas.

DOS HIPÓTESIS TERRITORIALES

No se ha evaluado, sin embargo, el impacto que tales desarrollos podrán tener en lascondiciones de vida de los numerosos grupos étnicos que habitan en ambas regiones.Una hipótesis plausible es que los procesos de apertura e incorporación de dichas

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regiones a la explotación turística y comercial corresponden a una nueva etapa intensivade la explotación y reorganización capitalista de los territorios

La subordinación creciente de la fuerza de trabajo debida al desarrollo capitalista queanalizaron los teóricos del siglo XIX, no sólo se refiere al proceso de trabajo y deproducción en el ámbito industrial (Marx, Siglo XXI) sino que –históricamente- se haceextensiva a la organización de los espacios territoriales sometidos a su dinámica, comoun elemento considerado e incorporado a las necesidades de la rentabilidad.

El desarrollo de las comunicaciones y el alcance de la economía mundial requieren deun acondicionamiento de los territorios que facilite la disminución de costos y elsuministro de bienes. Esta adecuación implica nuevos niveles de integración económica;el abatimiento de ciertas restricciones arancelarias; la mayor homogeneidad de lascondiciones estipuladas en los tratados comerciales, y ante todo, la mayor flexibilidad yorganización de los factores materiales y humanos de la producción para asegurar unamayor tasa de ganancia.

Ello representa una etapa más en la incorporación del factor espacial territorial como unelemento de la propia valorización del capital, y se incluye en el concepto de susubsunción creciente.

Una segunda hipótesis se refiere a que tales fenómenos de recomposición regionalafectarán en sus condiciones de vida a los grupos étnicos establecidos en el istmo y elsureste mexicanos. Los impactos económicos de especulación privatizadora y deexplotación de los recursos de tierras comunales y nacionales, así como de disposiciónde la mano de obra abaratada, pueden conducir al desplazamiento y desarraigo demiembros de numerosas comunidades, así como a la desarticulación de susidentidades, fincadas en fuertes vínculos territoriales de carácter ancestral.

LA INTEGRACIÓN REGIONAL DESDE LA APERTURA TERRITORIAL ALECOTURISMO

El área maya se ubica en la importante región limítrofe Centroamericana y del Caribeque incluye la porción sur y sureste de México (abarcando una región de 325 milkilómetros cuadrados).

El enorme interés natural histórico, arqueológico y etnocultural (abarcando gruposzoques, chontales, choles, lacandones, tojolabales, chujes, tzotziles, tzeltales, jacaltecosy mayas peninsulares) que presenta, induce al desarrollo y manifestación notoria de untipo específico de regionalización en el actual período.

En realidad, el atractivo suscitado por la región data de tiempo atrás, principalmentedesde los 60, década en la que fué construido el emporio turístico de Cancún en la puntaQuintanarroense de la península de Yucatán.

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De región propicia para los aventureros, los explotadores del chicle y de las maderaspreciosas, sobre lo cual Moisés Sáenz (1982)7 y Nelson Reed (1982) 8 nos dan unaimpresionante visión, la región selvática abarcada por lo que comprende el llamadoMundo Maya, ha pasado a generar un interés creciente, principalmente para el capitalinternacional.

El panorama resulta, sin embargo, problemático, siendo un ámbito de confluencia de uncomplejo de múltiples factores, ya que presenta una situación extremadamente delicadadesde el punto de vista de la degradación ambiental, la deforestación, la pauperización ylos conflictos sociales que en ella se están produciendo.

Una diversidad de indicadores (económicos, políticos, socioculturales y ambientales),apunta al desarrollo de un panorama en el que, dada su acentuación, podríamoscaracterizar de una elevada densidad socio-regional. La existencia de recursospetroleros (particularmente en el municipio de Reforma, y probablemente en losmunicipios de Ocosingo y Marqués de Comillas) así como hidrológicos y de la biosfera(Barreda, 1999: 199-204; 216-221) convierte a determinadas subregiones en los ejesque dan lugar a la conformación de regiones estratégicas.

Tanto la configuración conspicua del llamado mundo maya como, por su parte, latransformación geoeconómica prevista de la zona del Istmo de Tehuantepec, sonejemplos parametrales del desarrollo de los procesos de regionalización quecaracterizan el fenómeno actual de globalización.

Tales procesos de regionalización presentan algunos rasgos significativos. En primerlugar, los proyectos de índole turística que se abren paso sirven de ocasión para activarpolíticas estatales dirigidas hacia la integración económica centroamericana, así comode los países que conforman la CARICOM.

En segundo lugar, y con relación a lo anterior, se desarrolla una globalización delturismo en el contexto de una competencia mundial en la promoción de este tipo deregiones. Las transnacionales del turismo apuntan al aprovechamiento de los recursospaisajísticos, culturales y humanos, incorporando de manera “ad hoc” y másintegralmente a la región al consumo con beneficio capitalista.

En tercer lugar, y aunado a las explotaciones económicas, surge el interés crecientepuesto en los territorios para su aprovechamiento como fuente de una especie de rentanatural -y en cierto modo extraordinaria- resultante de los beneficios ofrecidos por elmedio como un bien gratuito que puede ser motivo de ganancias.

El disfrute de las playas y otras regiones selváticas para el llamado turismo de aventura,así como para el de interés cultural, constituyen ventajas diferenciales de índole naturalque no se facilitan siempre de la misma manera en otros ámbitos turísticos. Aquí, dichoofrecimiento se hace a expensas de las propias tierras nacionales.

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Por lo tanto, dicha estrategia de inversión y ocupación requiere de una modalidad dereordenamiento espacial de los territorios para la obtención de ingresos, sin pasar por laapropiación formal de la totalidad de las tierras. Ello va aparejado a la generación de unaespecie de beneficio en forma de renta, que en la competencia mundial de las regionesturísticas juega un papel de primordial importancia.

Dicha situación repercutirá en las zonas arqueológicas como propiedad de la nación. Enla idea de reformar la legislación vigente en materia de patrimonio cultural, se buscapoder concesionar los “servicios” generados por el usufructo de los bienes culturales sinpasar por su propiedad formal.

Esta modalidad hace posible la obtención de una especie de renta cultural que generadapor los servicios proporcionados, no ocasiona el pago de impuestos o costos demantenimiento que implica naturalmente la propiedad de toda fuente de utilidad. Se tratapues de una apropiación sin propiedad formal de los recursos culturales de propiedadestatal. Y es lo que está sucediendo con las tierras nacionales y otros recursos.

Considerando que el turismo ha sido elevado al nivel de una política de prioridadnacional por el gobierno mexicano, cabe prever el riesgo que ello representará para laconservación de los recursos ecológicos y ecoculturales si no se toman las medidas deemergencia necesarias para amortiguar los efectos devastadores que podrá ocasionar laafluencia masiva de visitantes.

A ese respecto, resulta -en cuarto lugar- preocupante que las tentativas políticamentedirigidas de integración regional se estén dando en las regiones más sensibles desde elpunto de vista ambiental y cultural.

Un ejemplo ilustrativo lo constituye la apertura de rutas y circuitos turísticos con laconstrucción de carreteras en zonas de reserva de la biosfera. En una etapa decrecimiento desmesurado del turismo de masas a nivel mundial, la creación de estainfraestructura actúa a su vez sobre la demanda estimulando una afluencia mayor delmismo. Un proyecto es el “corredor cultural” Xpuhil-Tikal, que comunicaría la zona del ríoBec, sur del estado de Campeche, con la región del Petén guatemalteco (Vidargas,1998).

La mercantilización de los bienes pasa por una oferta dada estrictamente en referenciaal imaginario paisajístico. Pero además, suscita operaciones comerciales de capital enpaíses distantes a instancias de su promesa de oferta. Esta se da como un paquete queincluye el consumo mediante “servicios” de una serie de atractivos naturales y visualesque incluye a la propia diversidad étnica.

En quinto lugar, se abre campo una modalidad de subordinación capitalista crecientesobre los recursos (por vía de los servicios y el concesionamiento) con lo que se da unaadecuación mayor entre el modo de inversión del capital y el acondicionamiento delmedio regional y territorial (políticas de reordenamiento y cambios a la legislación) paraefectos de obtención de un mayor beneficio.

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Ello se distingue de los modos tradicionales de explotación de regiones extensas,llevada a efecto de manera periódica y parcial, donde la incorporación y exacción de losrecursos por parte del capital se daba en un sentido todavía externo mecánico y sinadaptación a las características del medio y los recursos que ofrecía.

Un ejemplo de ello, aparejado a la concepción que se tiene de los recursos naturalescomo un bien gratuito con el que se establece una relación de apropiación distinta,reside en la disposición de explotar el paisaje sin consumirlo y sin los gastos queocasionaría la pretensión de su apropiación jurídica.

En otros casos, el concesionamiento de zonas y recursos constituye una forma de“apropiación” en relación con un objeto de naturaleza mercantil sui generis. Dichamodalidad de consumo se relaciona con el despliegue de las personas en términos deexperiencias y vivencias; el confort y la contemplación. La ganancia resultante dependeaquí del volátil suministro de servicios como un elemento intangible por excelencia ymodo de existencia del propio capital-mercancía.

Este dominio más completo se perfila en el fenómeno: a) del aprovechamiento de laregión como ventaja diferencial; b) como medio capaz de suministrar gananciaextraordinaria (renta ambiental) a partir del efecto multiplicador de su propio componenteinterno; c) en el sentido de su totalización (paisaje; consumo ambiental; cultural, etc.) yd) a partir de la organización y planificación espacio-temporal de la región en función deuna demanda externa que consiste en la transformación integral del viaje turístico enuna mercancía.

Dado que unos procesos se acompañan de otros; las fronteras nacionales habituales setransfiguran; lo externo pasa a ser interno y lo interno se externaliza. Así, las regionesambientales, como la vertiente del Usumacinta o el corredor ancestral Kalakmul-Tikal (lamás grande reserva de la biósfera de México en selva tropical, que fue también desde laépoca de los mayas de carácter geopolítico) integran biorregiones de alcance binacional.

Por ello es que en el caso de Mundo Maya, lo externo se internaliza cuando la reservade la biósfera de las selvas del Petén se definen como parte de una región binacionalambientalmente unitaria.

LA INTEGRACIÓN GLOBAL A PARTIR DE UNA REGIÓN INTRANACIONAL

El caso del Istmo de Tehuantepec es el de una región de enorme interés por la riqueza ydiversidad de sus recursos así como la profusa composición etnocultural (donde habitanzoques, mames, zapotecos y chinantecos, entre otros).

La división interna que representaría el establecimiento de un corredor transísmico (a lolargo de 320 km. de longitud) que según algunos podría sustituir al Canal de Panamá,proyectaría hacia el exterior lo que hasta ahora ha sido interno al adquirir unaimportancia estratégica para otros países y empresas transnacionales, como un corredor

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que conectaría y separaría, al mismo tiempo perpendicularmente, un ámbito hemisféricocon respecto de otro entre los dos océanos.

Con ello, lo que es de interés nacional pasaría a ser objeto de interés de las potenciasmundiales empeñadas en la participación de las ventajas que abre este nuevo umbral, elcual ya no podría ser defendido como atribución exclusiva de la soberanía nacional, sinode seguridad geopolítica mundial.

De este modo se pasa de la geografía regional en el interior del país a la geopolíticaglobal. Se abre una frontera hemisférica y un nuevo espacio geopolítico y geoeconómicoen el momento de conectar dos océanos a través de un corredor de valor estratégico.

El Istmo de Tehuantepec ofrece un paquete de ventajas que potencian el concepto de lapropia renta diferencial (inversión añadida en infraestructura) a la que aludía Marx en ElCapital, ya que la oferta territorial constituye un valor agregado a partir de los recursosnaturales de la región y la oferta potencial de mano de obra barata para incorporarse alos complejos integrados de maquiladoras y procesos industriales de la petroquímicacontiguos a la vía misma de su distribución a distintas partes del mundo. Cabe señalarque el complejo petrolero del Istmo le Tehuantepec es el más importante de México(Zarate, 1999).

Sin embargo, como se sabe, el modelo maquilador es altamente competitivo ahorradorde mano de obra después de un cierto punto, y rotativo de la fuerza de trabajo. Dichomodelo se combina con desempleo y marginalidad, además de los efectos inflacionariossesionados por la economía petrolera en el mercado de bienes y salarios, así como lacontaminación industrial y las connurbaciones suburbanas en las periferias industriales.

El interés puesto en la región por parte del Gobierno y las empresas norteamericanas seacentúa en la medida en que crecen las expectativas de integración a la economía de laCuenca del Pacífico, desde el llamado “Plan de Acción de Manila” promulgado en laReunión Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica para Asia y el Pacífico(APEC) celebrado Manila, Filipinas, en noviembre de l996 (La Jornada 26/03/96).

No es preciso que se dé una cesión de derechos territoriales. Basta el concesionamientoy las garantías prometidas para que el gobierno mexicano contraiga compromisosineludibles que lo atarían a los intereses territorializados del capital internacional. Elinterés del capital puesto en los territorios no ha desaparecido desde su etapaexpansiva.

El interés de más de 40 compañías, sobre todo estadounidenses, como Burlington SantaFe y Union Pacific Southern, así como Railtex y Kansas City Southern, por obtener laconcesión de ferrocarriles y puertos de la región, además de inversionistas de Francia,¡Alemania, Japón, España y países árabes (Hernández, 1996), puede significar ladependencia múltiple del país con respecto del capital internacional, que conllevaría unadesincorporación territorial de la región. En dicho contexto, el proceso de integraciónparece oponerse a la preservación de la soberanía.

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La modificación del artículo 27 de la Constitución mexicana, que permite la privatizaciónde los ejidos o tierras de los pueblos, parece apuntar en el sentido de facilitar ese tipo deprocesos. Se trata de un caso característico de regionalización en el contexto de laglobalización en el que lo interno se externaliza y lo externo se interioriza, por lo cual sepromueve tanto la integración como el aislamiento de las regiones. De esa manera, laregión del Istmo de Tehuantepec puede convertirse también en objeto de la seguridadnacional de Estados Unidos, por encima de las prioridades de la soberanía nacional.

Por otra parte se establecería una frontera virtual entre el México del centro y norte y elMéxico del sur mediante una vivisección que acentuaría los desequilibrios regionales. Elproyecto de construir un canal interoceánico con una longitud de 270 km. y de 100 a 150m. de ancho y 15 de profundidad, e hidrovías asociadas, además de un ferrocarriltransísmico de ocho vías, electrificado y de alta velocidad, entre los puertos de SalinaCruz, en el estado de Oaxaca (del lado del Pacífico), y Coatzacoalcos, estado deVeracruz (en el Golfo de México), a los que se aúna un corredor industrial (Frías, 1995),no parece descabellado.

El proyecto está en vías de realización, no obstante el carácter de inversión de riesgoque ha tenido en un inicio (lo cual se resolvería en la concesión dada a una especie de“consorcio de empresas”) y los altos costos que ocasionaría en infraestructura ytransporte, comparados con los supuestamente más baratos corredores de Nicaragua yCosta Rica. Lo estratégico del emplazamiento es innegable, como punto de tránsito contransporte multimodal para cualquier parte del mundo y con recursos acuíferos de gas ypetróleo, además de los recursos humanos.

En el caso del Mundo Maya, el interés turístico de la región es el predominante, mientrasque el interés puesto en el Istmo de Tehuantepec, es económico y comercial. Noobstante, en ambos casos se opera tanto un proceso simultáneo de integración como dedisección territorial de gran alcance.

Cabe la alusión a ambos casos, ya que se trata de dos procesos de regionalizaciónaltamente significativos que sufrirán un impacto multilateral de trascendencia para laconfiguración económica, política y cultural del territorio nacional en la próxima década.

IMPACTOS NEGATIVOS DE LA NUEVA REGIONALIZACIÓN

En estos territorios se desarrollan los elementos de una competencia soterrada demanera que mal disimula las intenciones por el reparto de un botín territorial, dondepersiste el afán por explotar las riquezas naturales y las maderables. Pero también losde la biotecnología, en ese aspecto, parece persistir la vieja actitud colonialista en losterritorios por la obtención de materias primas.

Los impactos negativos en la disputa por el control y explotación de los recursos se danen todos los niveles. Entre ellos figuran el saqueo que afecta a la biodiversidad, la talainmoderada que acentúa el proceso de desertificación en las últimas reservas de labiosfera que quedan: la selva lacandona: la reserva de Kalakmul y los Chimalapas,

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concomitante con el desarrollo de cultivos comerciales que afectan a la biodiversidadlocal, como es el caso de la siembra de eucaliptos.

La afluencia turística masiva constituye otro vector de consecuencias contraproducentes,aunado a lo cual se acentúan procesos de especulación y apropiación de tierras en laszonas costeras, como es el caso de Quintana Roo.

No se han estudiado suficientemente las repercusiones sociales de la expansión queconllevan los desarrollos turísticos de gran alcance. Sin embargo, la apertura de ciertos“corredores” turísticos a través de carreteras, como la que llega ya actualmente a la zonaarqueológica selvática de Bonampak o el corredor propuesto por Thomas Lee desdeTuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, hasta el corazón de la selva en la región de lasCañadas, no son muy distintos por sus efectos de la penetración logística querepresenta la construcción de caminos para acceder a la explotación de pozos petroleroso el control militar en el sur y el sureste del país.

En todo caso, son procesos paralelos que pueden afectar a las comunidades, ya quedesatan una serie encadenada de consecuencias subsecuentes que escapan a laposibilidad de control o regulación.

Cabe señalar que la red de caminos construidos para el uso del ejército mexicanoabarca ya todo lo largo de la frontera con Guatemala, circundando el estado de Chiapasy acicateando con ello el poblamiento de territorios que poco antes se hallabanpreservados, precisamente debido a su aislamiento.

En las regiones del estado de Chiapas, por ejemplo, donde la inconformidad social crecey numerosas comunidades indígenas se organizan, generando procesos de autonomía,el Estado se propone asegurar el control de los yacimientos potenciales del petróleo. Laconcentración desmesurada de alrededor de 60 mil efectivos, debido a la presencia delejército zapatista, tiene que ver con la apreciación de la importancia estratégica quetiene la región.

Y ello se refiere no sólo a la región en donde se ubica el ejército zapatista, donde sepresume la existencia de riquísimos yacimientos (en la región de Montes Azules) lo cualniegan las fuentes oficiales, sino al conjunto de la región maya que abarca los estadosde Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, en cuyos dos últimos el ejércitofederal se ha apostado instalando nuevas bases y militares.

LA REGIONALIZACIÓN EN LO ESPECÍFICO: EL EJEMPLO DE LOSCONFLICTOS INTERESTATALES Y LAS POLÍTICAS DEREMUNICIPALIZACIÓN

Un aspecto crítico, de reciente animación, lo constituyen los conflictos de límites entrelos estados. Significativamente, esto sucede en las colindancias entre los estados deCampeche y Quintana Roo (zona de la reserva de la biosfera de Kalakmul) y más

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recientemente entre Chiapas y Oaxaca, a la altura de las riquísimas selvas de losChimalapas.

Estos conflictos reflejan la disputa entre los sectores dominantes de los gobiernos de losestados por ampliar los espacios de explotación de los recursos de las zonas codiciadas.Ciertamente ello se da en un contexto complejo de degradación de las condiciones devida de las comunidades y la emigración a la que se ven forzados muchos agricultoresen busca de tierras por colonizar, lo cual aprovechan los sectores oligárquicosregionales, interesados en recursos como los maderables.

A ese respecto, las políticas de remunicipalización, tienden, por una parte, a establecerlos límites y contornos del control político regional, y por otra, a contener a los sectoresen rebeldía por el control territorial y el desarrollo de las regiones indígenas autónomas,como sucede por ejemplo en la reciente región remunicipalizada del Marqués deComillas, en el confín de la frontera con Guatemala, hacia donde se repliegaprogresivamente el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Estas divisiones y conflictos en el seno de la subregionalización indican el aspectointerno más particular de lo que sucede en regiones más homogéneas en apariencia.Traspasadas por distintos tipos de conflictos entrelazados, dichas subregiones denotan(en estados como el de Chiapas), una crisis que se manifiesta en el ámbito de la divisiónpolítica territorial, lo cual se traduce en una verdadera disolución de los contornosmunicipales, que son una expresión territorial de la gobernabilidad.

LÍNEAS DE ANÁLISIS Y DE INVESTIGACIÓN

El estudio de la cuestión fronteriza es un asunto complejo que abarca diferentesdimensiones: la ambiental, la política, el narcotráfico, la migración laboral, la cultural y laturística (arqueológica), así como las políticas de integración regional (económica,turística, etc.) en el ámbito centroamericano y del Caribe, y así como el problemaambiental y la preservación de comunidades culturales en ecosistemas y reservas de labiósfera, como la de Sian Kaán, o binacionales, como la de Kalakmul-Tikal, de ello sedesprenden líneas de investigación.

Una de ellas es la evaluación del embate sociocultural que ocasionan los diversosagentes de ruptura del equilibrio de los ecosistemas (compañías madereras, políticasturísticas y ciertos proyectos gubernamentales), los efectos de la desforestación, elcomercio ilegal de fauna y flora silvestre, la construcción de presas, carreteras, pistas deaterrizaje con desarrollos urbanos en regiones de reserva, o el desplazamientopoblacional de reciente acentuación, lo cual representa un cambio importante de lospatrones migratorios.

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IMPACTOS SOCIALES Y CULTURALES DE LAS POLÍTICAS DEREGIONALIZACIÓN

Las políticas de regionalización impulsadas por el Estado en el marco del capitalismo,especialmente en el contexto neoliberal, suelen traer aparejados procesos drásticos dedesalojo y remoción de núcleos de población ancestralmente asentados en regionesdefinidas en términos de una nítida articulación biocultural y geoeconómica.

Los procesos de regionalización han contribuido a disgregar, desplazar y reubicar a lapoblación, concentrándola en regiones con características que dificultan lareconstrucción de sus vínculos culturales originales. Desplazan los ejes de orientaciónde las actividades económicas predominantes de carácter muchas veces tradicional,alteran las redes mercantiles y la importancia de determinadas actividades productivas ysu división del trabajo, así como la pérdida referencial de sus lugares sagrados.

Dichas acciones estatales suelen responder a dinámicas exógenas ajenas lascondiciones propias de cada región, que alteran muchas veces el relativo equilibrio delas comunidades establecidas en una topografía marcada culturalmente.

De hecho, una región se caracteriza por un conjunto más o menos complejo de rasgosque definen un grado de unidad y peculiaridad, no tanto político-formales como aquellasconsistentes en un tipo de relaciones sociales, económicas y culturales.

UNA PRECISIÓN FINAL SOBRE LA REGIONALIZACIÓN

Da la impresión de que se busca en la región a un sucedáneo que compense lo que elEstado llegó a ser, como una entidad que integraba y dotaba de coherencia a unterritorio económico, político y cultural con cierto grado de uniformidad, regularidad yorganización.

La región viene a expresar así, tanto las expectativas de los procesos que definen lastendencias entrópicas postmodernas como la posibilidad de desarrollo hacia unarecomposición profunda y el establecimiento de un nuevo orden territorial.

Es en el espacio de articulación de la región en el que se vendría a llenar el hueco al quealude Daniel Bell cuando se refiere a que “los estados resultan demasiado pequeñospara los grandes problemas de la integración global, y demasiado grandes para darcuenta de situaciones particulares”.

El territorio, y la región considerada como un territorio, pueden y deben ser consideradoscomo definitoria y constitutivamente sociales, y no como una noción en la que elcomponente social aparece como algo aleatorio, contingente, fortuito o eventual, sino

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consustancial a aquél, como una “estructura interna” en cuya “matriz convergen elespacio físico y social” (Van Young, SF: 99).

El proceso de constitución de los espacios se ha invertido. Ya no se trata sólo de vercómo se constituyen las relaciones sociales en los espacios como algo dado, sino cómose conforman espacios determinados a partir de relaciones sociales y simbólicas. Elespacio social se distingue del espacio físico por la dotación de sentido que caracterizaal segundo, y esta ontología incluye el dominio microsocial y el ámbito regional.

El fenómeno regional se caracteriza por su irreductibilidad, por que si bien expresa lasdeterminaciones del efecto general de la globalización, pone por otra parte de manifiestotodas las particularidades y especificidades que escapan a la tendencia dominante. Esdecir, expresa es “plus” de lo que siempre, y por donde siempre algo escapa a laabsoluticidad de toda determinación general, por imperativa que ella pueda parecer. Elorificio por donde una tendencia omnímoda acaba por escurrir y drenarse.

Las transformaciones mundiales parecen inducir a la formación de “tipos” de región yregionalización, así como también a ciertos modos de representación. Se habla, porejemplo, de “regiones virtuales” o de “clivaje” (articulación) (Boiser,1995).

Sin embargo, esta terminología denota más bien una visión sobredeterminada por laorientación postmoderna. Sus términos distan aún de ser explicativos. Y se llega aincurrir en aquello que Jean Chesnaux (1993) ha denominado como el “nomadismo delos conceptos”.

Ello, empero, no es gratuito, pues la integración territorial que, por ejemplo, se produce através de fronteras internacionales entre dos o varios países, sugiere ciertamente unaespecie de superposición o dualidad territorial en un mismo espacio geográfico: elterritorio propiamente nacional y la nueva región económica que la trasciende. Pero ellono la hace virtual, simplemente introduce un cambio, una nueva realidad cuyasconsecuencias deben ser abiertamente reconocidas y evaluadas.

Otro proceso es el de descentralización, que recuerda a la noción de las “estructurasdisipativas” de las teorías entrópicas y la ramificación global. Actualmente se formulanalternativas como la de una “centralidad de la descentralización”.

Sin embargo, tales planteamientos referidos a la posibilidad de un control estable, estánconcebidos en función de un paradigma postmoderno (el del modelo entrópico y lasteorías del caos, el del “fin de las fronteras” y los estados-nación). El pensar en lasregiones como estructuras sistémicas, que no es otra cosa que el principio holístico deestructura o totalidad integrada, parece contradictorio con lo anterior.

Pero esta contradicción no ha sido resuelta en las teorías sobre regionalización yurbanización. Convendría analizar lo que esto puede reflejar de la mentalidad neoliberaly sus afanes de renovación conservadora, como el intento de conciliar visiones radicales

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expresados en esquemas de incertidumbre e indeterminismo con los propósitos derenovación del propio orden capitalista.

Los dos tipos de procesos de regionalización (sistémico o entrópico) que hemosmencionado, son en nuestra opinión una muestra de la fragilidad y limitación de la visiónpostmoderna sobre las transformaciones producidas en el ámbito de las regiones. Elplanteamiento postmoderno radicaliza el desarrollo de las premisas hasta el punto deprivarlas de sentido. La nueva metafísica absolutiza la espacialidad en detrimento de lahistoricidad.

Al hacer la apología de las regiones frente a los Estados-nación territoriales, se puedenignorar las consecuencias que trae consigo la fragmentación en los regionalismos, sinexpresión de su unidad. Dentro de todo, el problema de la unidad nacional se ha abiertocamino y ha adquirido sus contornos más definidos en la tensión histórica que se daentre las regiones y el Estado.

La perspectiva de las regiones abarcadas por la globalización, es la de unarecomposición hacía una heteronomía regional, un nuevo modo de articulación de lasregiones en aras del dominio de la economía mundial y las potencias económicas.Cuanto más parecen abatirse las fronteras y disolverse los Estados-nación territorialescomo entidades soberanas, más se introducen otros modos de control territorial bajo esesigno.

A MANERA DE PROPUESTAS

Es preciso evaluar las políticas de regionalización que se están llevando a cabo endistintos países del continente sur, así como, por otro lado, identificar y promoveraquellos proyectos democráticos y sustentables.

La evaluación de los proyectos de alcance regional y las soluciones propuestas parasuperar sus obstáculos, requieren de la información y concurrencia de diversos sectoresno sólo gubernamentales, sino académicos, y particularmente las comunidadesdirectamente involucradas, incluyendo el concurso de aquellos organismos de lasociedad civil empeñados en la solución del problema socioambiental.

Ello requerirá definir estrategias y metas precisas, como la evaluación y seguimiento deproyectos y programas específicos a nivel macro y microrregional, lo cual incluye lapromoción de reformas legislativas, vigilando la reglamentación que conduce a sudebida instrumentación.

También, y por otra parte, alertar sobre las consecuencias que pueden tener ciertosproyectos, estimando sus impactos sociales y señalando los límites ambientales en laperspectiva de proponer soluciones, incluso en los niveles de confrontación con losproblemas concretos, todo ello como parte de la promoción de alternativas de gestiónregional de contenido social, abiertas, participativas y respetuosas.

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Para ser viable, el principio de sustentabilidad implica, en primer lugar, el abandonodrástico de ciertos modelos de desarrollo basados en un criterio indiscriminado deproductividad y rentabilidad; en segundo lugar, una evaluación de los impactos no sóloambientales y locales, sino socioculturales en la región; en tercer lugar, estimar y preverlos costos de resarcimiento que puede ocasionar cualquier proyecto de desarrolloregional, aun siendo sustentable.

Por ello resultaría conveniente que toda propuesta de desarrollo regional orientada portales principios se vinculara con políticas de ordenamiento territorial que incluyeran lagestión comunitaria de los recursos.

Ello supone que los sujetos colectivos son los principales gestores en relación con elterritorio y los ecosistemas, siendo quienes pueden ejercer un control más efectivo ydemocrático sobre los mismos. Para ello resulta indispensable su participación efectivaen la planeación, siempre y cuando ésta se base en criterios distributivos paracontrarrestar las desigualdades regionales.

En el ámbito de la integración a nivel internacional se podrán establecer formas decolaboración institucional, principalmente académicas, para realizar diagnósticos yanálisis que permitan evaluar el alcance y la viabilidad, o en su caso, los riesgos de laspolíticas y proyectos de integración regional que se están impulsando, al pugnar por quese instituyan políticas de población (culturales y otras) respetuosas de los derechoslaborales y humanos, con vistas a su reorientación en un sentido de beneficio social ycomunitario.

CONCLUSIÓN

En América Latina se producen procesos de recomposición que tienden a afectar a lossectores de población asentados en contextos de una rica biodiversidad. Tanto enMéxico como en Venezuela se produce la concurrencia de estos mismos factores queincluyen la migración laboral en zonas de frontera y la situación de grupos étnicos enecosistemas en riesgo, así como la importancia estratégica de las zonas de recursos norenovables.

Los problemas regionales abarcan complejos sistemas de factores y sus interacciones.Para ello hace falta una visión integral sobre la preservación de la unidad ambiental ycultural de asentimientos seculares en ecosistemas que trascienden las fronterasnacionales.

Hasta ahora, las perspectivas de aplicar políticas de desarrollo territorial basadas en losprincipios de un reordenamiento territorial que tome en cuenta y respete el equilibrio querepresentan estos factores, evitará las acciones de un capitalismo depredador queocasiona el desencadenamiento de efectos secundarios debido a una intervenciónunilateral promovida con fines exclusivos de lucro o rentabilidad.

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Se está experimentando una tensión entre fragmentación y recomposición territorialcomo resultado de los procesos de redefinición regional. Del resultado de estatransformación dependerá el grado en que se logre preservar y garantizar en el futurouna territorialidad pluriétnica en diversas regiones de nuestros países, como es el casoel Istmo de Tehuantepec y la Región Maya en México.

Es muy factible que las propuestas y experiencias en un país sean aprovechables en elotro, considerando por supuesto las condiciones propias y específicas de ambos. Másque nunca se puede decir ahora que el destino de nuestros países es común. Que notengamos que descubrir esto de manera que lo lamentemos, sino por el contrario, quecelebremos la coincidencia en las soluciones propuestas ante los problemas comunesque aquejan a nuestros países.

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EL NUEVO REGIONALISMO CARIBEÑO Y LAS REGIONES VENEZOLANASJosé Briceño Ruiz

INTRODUCCIÓN

Desde el inicio de esta década, en la Cuenca del Caribe está ocurriendo un crecienteproceso de integración y cooperación entre los actores más importantes de la zona. Lospaíses del Caribe angloparlante, agrupados en la Comunidad del Caribe (CARICOM),los estados del istmo centroamericano, que constituyeron en la década del sesenta elMercado Común Centroamericano (MCCA), Colombia, México y Venezuela, agrupadosen el Grupo de los Tres (G-3), Cuba, República Dominica y Haití, han promovido unimportante número de iniciativas conjuntas en materia económica, comercial y políticacasi sin precedentes en la región. Este proceso ha sido descrito por algunos como deregionalización (Giacalone 1995a; Serbín 1994a, 1994b) o de regionalismo (Briceño Ruiz1998) y se refiere a la transformación del patrón de relación existente entre los países dela región en sus dimensiones política, económica e, incluso, cultural.

Venezuela ha sido promotor activo de este nuevo regionalismo caribeño. Desde hace yavarias décadas, los diversos gobiernos venezolanos se han atribuido un papel deliderazgo en los asuntos de la cuenca caribeña, desarrollando una política deacercamiento con la mayoría de los países de la región, aunque con mayor intensidadcon los miembros de la CARICOM. Este activismo venezolano no siempre fue bienrecibido en la zona, siendo muchas veces percibido, en especial por la CARICOM, comouna forma de subimperialismo de un país cuya caribeñidad no era siempre reconocida.

Esto a pesar de que la mayor parte de la población venezolana está asentada enconglomerados urbanos ubicados cerca de las costas caribeñas y el mar Caribe es laregión a través de la cual Venezuela realiza el tránsito de la mayor parte de su comercioexterior. Ciertamente, Venezuela no puede ser descrito exclusivamente como un paíscaribeño, pues también tiene sus espacios amazónico y andino, sin embargo, esinnegable la importancia del Caribe en la determinación de su identidad y de susintereses geopolíticos y geoeconómicos.

Esto explica el apoyo venezolano a las nuevas iniciativas regionalistas en la Cuenca delCaribe, pues éstas suponen el reconocimiento por parte de sus vecinos, en especial losmiembros de la CARICOM, del carácter caribeño de Venezuela, tantas veces negado enépocas anteriores. También implica reconocer la jerarquía de Venezuela como actorpolítico en la Cuenca del Caribe. Sin embargo, por contradictorio que parezca, losactores internos en Venezuela se han mostrado poco entusiasmados, cuando no enoposición, en participar en las nuevas iniciativas. Esto en parte obedece a que lacooperación e integración con los países de la Cuenca del Caribe se han promovidobásicamente en la forma de acuerdos de libre comercio en los cuales Venezuela hadebido otorgar preferencias arancelarias asimétricas, e incluso no recíprocas, a lospaíses caribeños, debido al mayor tamaño de su economía. Esto no ha sido del agradode los actores económicos, en especial del sector empresarial, por lo cual, y a pesar de

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la retórica antiestatista en materia económica, el Gobierno venezolano ha debido asumiruna posición de liderazgo en la promoción de relaciones más estrechas con los países.

Ahora bien, cuando se hace referencia al Gobierno venezolano, normalmente se incluyea los órganos de la administración central que tienen atribuciones en materia deintegración económica, como el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio deIndustria y Comercio. Pocas veces se ha estudiado el papel de las regiones en laelaboración e implantación de la política de integración venezolana. Este ensayo sepresenta como un aporte para comprender la medida en la cual las regionesvenezolanas pueden influir en tal proceso, lo cual a su vez es parte de un debate aúnmayor, en boga en la teoría de la integración, en particular en Europa, sobre el papel delos actores subnacionales en los procesos de regionalismo internacional.

LAS REGIONES NACIONALES Y LA INTEGRACIÓN INTERNACIONAL

La perspectiva de las relaciones internacionales

En el debate sobre la integración internacional no se ha prestado mucha atención a laparticipación de las regiones de los Estados-nación como actores en el proceso deformación de las preferencias nacionales. Esto es producto del enfoque que durantedécadas fue predominante en el estudio de las relaciones internacionales: el realismopolítico. Para éste, el Estado es un actor unitario con una sola voz en el planointernacional. Aunque en el proceso de elaboración e implantación de la política exteriorpuedan participar diferentes actores políticos, el Estado siempre actúa de forma unitariavoz en sus relaciones con los demás miembros de la comunidad internacional. Estanoción del Estado como un actor unitario imposibilita cualquier participación de lasregiones en el plano internacional: el único actor sería el Estado-nación, mediante suvocero, el Gobierno central. Esto se ha reconocido como norma constitucional incluso enorganizaciones políticas federales en las cuales el manejo de las relaciones exterioreses una atribución del poder federal, quien lo ejerce a través del Presidente y, en algunasmaterias, con la intervención del Congreso. Esta situación se ha modificado por diversasrazones. En primer lugar, en la misma teoría de las relaciones internacionales se hasuperado la noción de Estado unitario. La aparición de la escuela pluralista y losenfoques de análisis de política exterior modificaron las viejas percepciones del Estadocomo actor exclusivo y unitario en el sistema internacional. Por una parte se señala queal lado de los Estados conviven una diversidad de actores que despliegan su actividadmás allá de las fronteras nacionales, entre éstos se podrían mencionar a lasorganizaciones internacionales gubernamentales (OIGs), las organizaciones nogubernamentales (ONGs) o las empresas transnacionales (ETNs). En otras palabras,paralelamente a las relaciones interestatales se desarrollan relaciones de tipotransnacional o transgubernamental que no son necesariamente controladas por losestados nacionales. Tal situación, a su vez, tiene significativas consecuencias en eldiseño e implantación de la política exterior, pues ésta no sería el resultado de laspreferencias innatas de los estados hacia instrumentos dirigidos a la defensa ypromoción del interés nacional. Al contrario, la política exterior sería el resultado de lainteracción de los diversos actores transnacionales y transgubernamentales que

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presionarían a los órganos de decisión para que se protegiesen sus intereses. Estosignificaría simplemente la superación del mito del Estado como un actor unitario. Esposible que normalmente el Estado actúe con una voz única en los asuntosinternacionales, pero las políticas que propugna son el resultado de las interacciones delos actores nacionales, transnacionales y transgubernamentales, públicos y privados(Keohane y Nye: 232-238). Estos actores son los que participan en lo que Moravcsik(1993) denomina el proceso de formación de las preferencias nacionales, primer niveldel proceso de elaboración de la política exterior de cualquier estado.

Por otra parte, el enfoque denominado del “modelo organizacional” señala que el Estadono es un ente monolítico, sino la suma de diversas organizaciones, cada una de lascuales con su particular visión del mundo. La actuación de los estados en la esferainternacional sería el resultado de las decisiones tomadas por diversas organizacionesen el contexto de reglas y procedimientos establecidos. Esto significa un reto a la nociónde un Estado unitario que decide de forma racional de acuerdo a preferenciaspredeterminadas y jerarquizadas. El enfoque de la política burocrática, por su parte, alenfatizar la existencia dentro de los gobiernos de un sinnúmero de subunidades quetratan de defender sus intereses y hacer prevalecer sus enfoques en el proceso deelaboración de la política exterior, también mina la idea del Estado como un actorunitario. Este conjunto de subunidades no puede ser controlado o guiado por los jefesejecutivos de los gobiernos que, por el contrario, no pocas veces son constreñidos porellas (ver Allison 1971).Sin embargo, las críticas que los enfoques del modelo organizacional y la políticaburocrática realizan al realismo, se fundamentan en las interacciones de la burocraciadelGobierno central, y no en la relación Estado-nación con las unidades políticoadministrativas que lo constituyen, es decir, las regiones. Aportes más recientes hanpartido de la perspectiva de que el carácter unitario del Estado se ha visto cada vez másdebilitado, no sólo por la mayor relevancia de los actores no gubernamentales (OIGs,ONGs, ETNs) o porque en el proceso de elaboración de la política exterior seanimportantes los procedimientos o la burocracia estatal, sino que debido a que lasunidades políticas en el propio seno de los estados están adquiriendo atribuciones enmateria internacional. En particular, en lo referente a la elaboración e implantación de lapolítica de integración, estas facultades se refieren tanto a la capacidad de suscribiracuerdos internacionales con regiones pertenecientes a otros Estados nación como aparticipar en la ejecución de medidas de integración acordadas por los estados o lasinstituciones comunitarias.Esta transferencia de competencias ha llevado a autores como Casillas (1996) a definir ala región como un “cuasi-Estado”, producto de las políticas de descentralización de losestados nacionales. Estos cuasi-estados tendrían atribuciones propias que les sontransferidas por los estados-nación de los que son parte, dependiendo la extensión de laautonomía que se les conceda y de la profundidad del proceso de descentralización.Enfoques más recientes han contribuido a devaluar aún más la noción Estado unitariodentro de la teoría de las relaciones internacionales. En particular, los estudios sobre“estructuras de gobierno en el ámbito múltiple”, desarrollados principalmente en laliteratura alemana sobre integración europea, constituyen un aporte significativo en ladiscusión sobre la participación de los entes públicos no centralizados en el proceso de

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integración. De acuerdo a este enfoque, la competencia en materia de toma dedecisiones y su ejecución es compartida, más que monopolizada, por los órganosejecutivos del Estado. Las arenas políticas están interconectadas y no incluidas la unaen la otra, de forma que los actores subnacionales actúan directamente tanto en elámbito nacional como en el supranacional, creando asociaciones transnacionales en elproceso. Aplicando al caso de la Unión Europea (UE) Risse-Kappen (1996: 60) señalaque “los estados no monopolizan los vínculos entre los actores domésticos y europeos,sino que están entre una variedad de actores que rivalizan por las decisiones tomadasen diversos niveles”.

Este proceso ha sido integrado en el concepto de “política de entrelazamiento(Politikverflechtung, en alemán; o Interlocking Polítics, en inglés), la que se define como“el establecimiento de estructuras intermedias que vinculan los procesos de decisión ylas responsabilidades substantivas de organizaciones inicialmente autónomas” (Rissen-Kappen 1996: 61). Este entrelazamiento entre los diversos actores públicos, privados,nacionales, subnacionales, transnacionales y supranacionales es la base de un procesode toma de decisiones de varios niveles. Es por ello que autores como Scharpf (1994)describen a la integración, y en particular al proceso europeo, como un sistema políticode niveles múltiples en el cual las unidades nacionales y subnacionales retienen sulegitimidad y viabilidad política. Un argumento cercano a éste es presentado porSchmitter (1992: 176), quien señala que en el proceso de integración “no existe ningunaautoridad única e identificable, sino una multitud de autoridades en diferentes niveles deagregación, territorial o funcional, con competencias ambiguas o compartidas a lacabeza de jerarquías organizativas que se solapa entre sí”. Se podría argumentar quelos departamentos o regiones son uno de los componentes de tal red de unidadesinteractuantes.

En materia de integración en particular se ha concedido a las regiones fronterizasfacultades para negociar acuerdos con sus vecinas pertenecientes a otro país. Estoobedece al proceso de descentralización política que se ha estado desarrollando envarios países, lo que ha permitido que algunos gobiernos centrales acepten concedermayores atribuciones a las regiones fronterizas para manejar las relaciones con susvecinos. Como ejemplo podría mencionarse a Colombia, en cuya constitución,sancionada en 1991, se autorizó a los gobiernos de las regiones fronterizas a establecerconvenios y acuerdos internacionales de cooperación y desarrollo con sus homólogos delos países limítrofes (González Muñoz 1996: 26). Otras constituciones concedenfacultades de negociación, no sólo a las regiones fronterizas, sino a todas en general.Tal es el caso de la Constitución argentina, que en su artículo 124 regula estasatribuciones al señalar que las provincias “podrán también celebrar conveniosinternacionales mientras éstos no sean incompatibles con la política exterior de laNación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o al crédito público dela Nación, con conocimiento del Congreso Nacional” (Godoy, 1997: 226).

También en América Latina las regiones han adquirido algunas facultades ejecutivas enmateria de integración. Bernal Meza (1990: 32) señala, por ejemplo, que algunasprovincias fronterizas argentinas han suscrito acuerdos con el gobierno paraguayo para

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emprender empresas conjuntas en materia de telecomunicaciones, promoción deempresas conjuntas, cooperación técnica, cultural, educativa y sanitaria. También en elCono Sur se ha promovido la vinculación entre las regiones mediante acuerdos suscritosentre los respectivos estados-nación. Esto fue consagrado en el Protocolo 23 delAcuerdo de Integración y Cooperación Económica suscrito entre Argentina y Brasil, queestableció la participación activa de las regiones fronterizas en el entonces proceso deintegración bilateral entre ambos estados (Bernal Meza 1990: 30).

Similar proceso está ocurriendo con cierta intensidad, en particular en la UE, en la cualse ha creado un Comité de las Regiones como representación formal de los gobiernossubnacionales en el proceso de decisión comunitaria. De igual manera, en el Tratado deMaastricht se acordó permitir a las representaciones subnacionales a asistir a lasreuniones del Consejo de Ministros, siempre y cuando tuvieran la capacidad de firmaracuerdos en nombre de sus países (Scott et al. 1994: 58). En el caso específico deAlemania, después de la firma del Tratado de Maastricht fue necesario reformar suconstitución para otorgar a los Länder mayores atribuciones en la implantación de lasdecisiones comunitarias. El artículo 50 de la Constitución alemana señalaba que “losLänder participarán a través del Bundesrat en la legislación y la administración de laFederación”, ahora señala que: “los Länder participarán . . . en la administración de laFederación y en los asuntos referentes a la Unión Europea”. Aún más importante es elartículo 23, que expresa que “donde esencialmente la legislación exclusiva de los Ländersea afectada, el ejercicio de los derechos de la República Federal de Alemania como unEstado miembro de la Unión Europea será transferida por la Federación a larepresentación de los Länder designados por el Bundesrat. Estos derechos seránejercidos con la participación de y en acuerdo con el Gobierno federal. En esta conexiónserá mantenida la responsabilidad de la Federación para con el país como un todo” (verGoetz 1995: 167).

Estos acontecimientos han llevado a autores como Scott, Peterson y Millar (1994) ahablar de un sistema de regionalismo cooperativo en la UE. Este ayudaría a aplicar elprincipio de la subsidariedad y a lograr una mayor eficacia en la implantación de lasdecisiones comunitarias, pues “muchas de las metas ‘de alto nivel’ acordadas entre losrepresentantes nacionales podrían ser ejecutadas de forma más eficiente por lasautoridades subnacionales que por una estructura gubernamental de alto nivel” (Scott etal, 1994: 59).

El concebir a los procesos de integración como regímenes internacionales (RIs)geográficamente limitados, permite presentar una explicación alternativa sobre el papelde las regiones en su diseño e implantación. En la teoría internacional, un régimeninternacional es “un conjunto de principios, explícitos o implícitos, normas, reglas yprocedimientos de adopción de decisiones en torno a los cuales convergen lasexpectativas de los actores en un área determinada de las relaciones internacionales”(Krassner 1983: 186). Este enfoque reconoce que los esquemas de integración soncreaciones sociales basadas en las percepciones e intereses de los diversos grupossociales, que abarcan aspectos económicos, políticos y sociales de las relacionesinternacionales. En este sentido, la integración sería una forma de RI destinado a

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promover la coordinación, concertación e integración interestatal sobre determinadosaspectos económicos y políticos crecientemente interdependientes. Como señalaAndrew Axline (1996: 217), la cooperación e integración regional “sólo pueden serentendidas desde la perspectiva de los intereses nacionales de los estados miembros”.Estos aceptan cooperar cuando la coordinación de políticas les permite eliminarexternalidades negativas, es decir, cuando les ayuda a remover los efectos negativosque las políticas de un país imponen en las políticas domésticas de otros (Moravcsik1993). El grado de cooperación será mayor cuanto mayores sean los efectos de lasexternalidades negativas, presentando diversas modalidades como la consulta,concertación, cooperación y integración política o económica. La integración también esresultado de la dinámica política interna de los estados que la promueven. Paracomprender sus posibilidades de éxito se requiere una especificación más precisa de losintereses societales domésticos en ciertas áreas específicas y como éstos influyen ylimitan a los gobiernos, lo cual implica un examen del proceso de formación de laspreferencias nacionales dentro de cada estado. Una vez determinadas estaspreferencias nacionales, ellas son negociadas en el ámbito intergubernamental, y susresultados terminan por configurar la forma del proceso regional (Moravcsik 1993).

La pregunta es ¿Cuál es el papel de las unidades subnacionales de los estados-nación,es decir, de las regiones, en este proceso de formación de las preferencias nacionales?En la mayoría de los trabajos basados en este enfoque se incluye esencialmente a losactores sociales como las unidades subnacionales más importantes en el proceso deformación de las preferencias nacionales. Esto es algo bastante marcado en enfoque delliberalismo intergubernamental. En particular, Andrew Moravcsik señala que “lasprioridades y políticas de los estados están determinadas por los políticos a cargo de losgobiernos nacionales, quienes están imbuidos en una sociedad civil doméstica ytransnacional que constriñe decisivamente sus identidades y propósitos. Por lo tanto, lasinfluencias más fundamentales sobre la política exterior son la identidad de importantesgrupos sociales, la naturaleza de sus intereses y su influencia relativa en la políticadoméstica” (Moravcsik, 1993: 483).

Las regiones, en cambio, son excluidas del proceso de formación de las preferenciasnacionales. Basándose en la experiencia de la UE, Moravcsik (1994) considera que larelevancia de las regiones como actores del proceso de integración es más retórica quereal. En su opinión, la difusión del poder a las regiones desde la UE no ha resultado enun mayor poder para éstas, pues el poder ejecutivo central de los países comunitariosha actuado como un guardián de los intereses del Estado-nación, evitando cualquierdifusión significativa de poder a las subunidades nacionales a través de las políticasregionales o los fondos estructurales de la UE. En consecuencia, “más que observar enla UE un conflicto suma cero entre diferentes niveles “horizontales’ de gobierno, podríaser más útil considerar a la UE como un proceso basado en coaliciones “verticales” queincluyen a los grupos domésticos, los poderes ejecutivos (del Estado-nación) y losgrupos supranacionales” (Moravcsik, 1994: 54).

Este rechazo a la participación de las regiones en los asuntos internacionales obedeceen gran medida al excesivo peso que en el marco explicativo del liberalismo

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intergubernamental se otorga a jefe ejecutivo del Estado-nación. Esto ha sidoconsiderado como una de las mayores limitaciones conceptuales de este enfoque (McCarthy y Alexopoulos, 1995: 21-22), algo que se intenta superar en este ensayo. Laconcepción de la integración como RI resultante de un proceso de negociación en dosniveles (uno nacional y otro internacional), es plenamente válida. No obstante, unanálisis que incluya a todas las posibles variables debe considerar no sólo la articulaciónde los intereses de los grupos sociales y su agregación en el Estado-nación, sino quetambién debe tomar en cuenta a las unidades administrativas subnacionales, es decir,las regiones. Estas tienen un papel crecientemente relevante en el proceso de formaciónde las preferencias nacionales, como ha sido reconocido en los estudios recientes sobreintegración en Europa. En consecuencia, las regiones deberían ser incluidas en el niveldoméstico de la formulación de la política de integración, no sólo porque tienen susintereses propios, que agregan en las cancillerías y en los demás órganos del gobiernocentral que participan en la elaboración de la política de integración, sino también porquepueden ser los voceros de la sociedad civil regional ante el Gobierno central.

Esto supone que al lado de los procedimientos y los intereses de la burocracia estatalconviven también los intereses de los actores subnacionales de tipo público, es decir, delas regiones, las cuales también desempeñan un papel importante en la elaboración eimplantación de la política de integración. Estos actores regionales actúan junto a lasfuerzas de la sociedad civil, llevando sus exigencias a los órganos del gobierno central ypretendiendo influir en las políticas finales de éste. De todo este proceso resulta laconfiguración de las preferencias nacionales que serán objeto de regateointergubernamental por parte de los estados-nación en el nivel internacional del procesode la elaboración de la política de integración.

Esto no significa que las regiones dispongan del mismo margen de acción que otrosactores políticos, pues son parte de uno mayor, el Estado-nación, lo que les imponeciertas limitaciones para actuar en materia de integración. En primer lugar, las regionesdeben circunscribirse en su ámbito de actuación a las disposiciones constitucionalesque, en la mayoría de los casos, señalan que debe existir compatibilidad con la políticaexterior del Estado-nación. Una limitación aún mayor es el carácter de las atribucionesde las regiones en materia de integración. Estas se refieren básicamente a temas comola realización de obras de infraestructura, educación, cooperación técnica o sanitaria.Aspectos como la integración comercial y monetaria, o la coordinación de las políticas dedefensa o policía entre las unidades subnacionales, en particular en las regionesfronterizas, continúan en manos del poder nacional. De igual manera es importanteexplicar que no se trata de sustituir al Estado-nación por la región. Una política deentrelazamiento supone incorporar a las regiones en el proceso de elaboración eimplantación de la política de integración en el cual también participarían el Estado-nación y los actores del sector económico y de la sociedad civil. No se sugiere,entonces, que las regiones se conviertan en actores con una política exteriorindependiente, sino que contribuyan a enriquecer las políticas de Estado-nación yayudar así a fortalecer los procesos de integración en marcha. Como indica Bernal Meza(1990: 35-36), de lo que se trata es de “encontrar un equilibrio entre una ciertaautonomía de las regiones, entre la posibilidad de brindarles espacio político para la

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búsqueda de soluciones a sus problemas sectoriales . . . y que dicha autonomía noimplique la formulación de una política exterior independiente de los lineamientos de lascancillerías”.

El punto de vista de la economía internacional

Las transformaciones en la economía mundial también han contribuido a modificar elcuadro a sus actores económicos más importantes. Sin aceptar el discurso antiestatistaque proponen muchos de los teóricos de la política económica internacional, es evidenteque el Estado dejó de ser considerado como el actor predominante y director de laeconomía mundial, sino que se ha acostumbrado a convivir con otros actorestransnacionales. Esta pérdida de la capacidad del Estado para controlar las variableseconómicas mundiales ha permitido la aparición de teorías que otorgan a otras unidadesterritoriales, sea la región continental o la región al interior del Estado, la habilidad deenfrentar de una mejor manera los cambios estructurales de la economía mundial.

La teoría del Estado-región de Kenichi Ohmae (1995) es una expresión de este nuevopensamiento. Para Ohmae, el Estado-región es la unidad social más adecuada paraadaptarse al mundo sin fronteras en que se desenvuelve la economía internacional. Laglobalización de la economía y las finanzas han convertido al Estado-nación en una“ficción crecientemente nostálgica”. Cada vez tendría menos sentido hablar de paísescomo China, Italia o Rusia como unidades económicas, pues son los territorios inmensoscon diferentes necesidades en su interior y diferentes capacidades. Considerarlosunidades económicas, señala Ohmae, es falso y poco plausible. Estas entidadespolítico-territoriales deberían ser sustituidas por los estados-región. Estos últimosconstituyen las zonas económicas naturales del mundo sin fronteras. Son unidadespolíticas y económicas que se caracterizan por su limitada extensión geográfica y suenorme influencia económica.

Ohmae menciona como ejemplos de estados región al nordeste de Italia, Gales, Baden-Wüttemberg (en el alto Rhin), San Diego-Tijuana, Hong Kong y el sur de China, SilliconValley y la zona de la Bahía de California, Pusan (en el punto sur de China, de lapenínsula coreana) y las ciudades japonesas de Fukuoka y Katakyusha. Todos estosestados-región se caracterizarían por tener una estrategia basada en la conquista de losmercados mundiales para resolver sus problemas, en vez de dirigir su mirada a losgobiernos centrales de los estados - nación de los que son parte (Ohmae, 1995: 81).

La noción del estado-región, a pesar de sus limitaciones conceptuales, es elreconocimiento a nivel doctrinal de la creciente importancia de las regiones comoactores económicos autónomos en la escena internacional. El problema es que sussupuestos teóricos no son confirmados en el plano empírico. Es innegable que muchasregiones se han convertido en actores económicos de gran relevancia. También sepuede aceptar que en el mundo globalizado, el Estado-nación no parece ser el espaciomás adecuado para la expansión económica capitalista y que las regiones tienen unainserción más directa y con menos mediaciones del Estado-nación en la divisióninternacional del trabajo actual. En fin, es evidente que se están creando núcleos, polos

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o focos concentradores de la actividad científica y tecnológica en ciertas regiones, a loque se suma el desarrollo de programas de descentralización administrativa queatribuyen mayores poderes de decisión a las regiones (Laurelli, 1994; Rofman y Ruso,1994).

Sin embargo, el referente empírico de la realidad contemporánea no convalida elargumento de que el Estado-nación esté siendo sustituido por unidades de menortamaño, como los estados-región que propone Ohmae, sino por espacios másampliados, bloques económicos creados mediante la fusión de diversos espacioseconómicos nacionales en uno de mayor tamaño. Aunque es cierto que en el escenariomundial se admitan nuevas formas de integración ‘interregional” o “subregional”, perointernacional, bajo la iniciativa de gobiernos nacionales o regionales, o al menosapoyadas por gobiernos, y que involucran a regiones fronterizas más que a países (DeLombaerde, 1998: 259), iniciativas de este tipo son aún menores en cuanto a sucantidad e intensidad si se las compara con el amplio regionalismo continental en boga.

Además, tampoco pueden soslayarse las críticas que desde la economía internacionalse están haciendo al supuesto del “mundo sin fronteras”, en el cual el estado-regiónsería la unidad política territorial óptima. Es obvio que se está produciendo una mayorintegración de los mercados de bienes y capitales y que muchos aspectos de laeconomía internacional se están convirtiendo en algo parecido a las cuestionesregionales. No obstante, existen también significativas diferencias entre las cuestionesde la economía regional e internacional, en particular en lo referente a la movilidad delos factores. Estos últimos son altamente móviles entre las regiones y menos móvilesentre los países. Estas diferencias tienen dos consecuencias: en primer lugar, como lasregiones deben competir por mantener factores que son móviles, la capacidad a largoplazo de una región para exportar depende de sus ventajas absolutas, en vez de susventajas comparativas. En segundo lugar, los movimientos de capital, y especialmentede trabajo, a menudo dan lugar a procesos acumulativos de crecimiento desigual(Krugman y Obsfeld, 1996: 22).

En general, si en una economía el factor trabajo se desplaza libremente entre regiones,se esperaría una tendencia a largo plazo hacia salarios iguales. Si todas las regionesigualan sus salarios, entonces sólo serán capaces de exportar bienes en los que tienenventajas absolutas, es decir, bienes en los que pueden producir con menos necesidadesunitarias de trabajo que cualquier otra región. Esto podría ser una desventaja porque lapauta de las ventajas absolutas podría ser modificada por cambios en los gustos o en latecnología, lo que en algunas ocasiones podría causar un drástico despoblamiento quepodría provocar el declive económico de muchas regiones. Un segundo problema queocasiona el exagerar la importancia de las regiones como unidad económica, es queentre éstas, en particular en los países subdesarrollados, pueden existir enormesdiferencias en cuanto al nivel de renta. Además, como en las regiones ha ocurrido unproceso de causación acumulativo en aquellas que disfrutan de una ventaja inicial, seadebido a un accidente o la historia, éstas atraerían volúmenes crecientes de industrias yempleos de otras regiones menos afortunadas (Krugman y Obsfeld, 1996: 224-229).

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Estas observaciones permiten una evaluación más objetiva del concepto de estado-región y su verdadera viabilidad como alternativa al Estado-nación.

Una descripción algo distinta de la importancia de las regiones en el proceso deintegración es presentada por el pensamiento estructuralista, en particular por AndréMarchal. Para este autor, “la economía no es más que el resultado de la superposiciónde círculos de colaboración económica cada vez más amplios, de los cuales el primeroes la región” (Marchal, 1970: 198). Esta última se caracterizaría por ser un espaciopolarizado, con un núcleo o polo que se convierte en el centro de producción y deintercambio de bienes y servicios y con una intensidad en las relaciones a su interiormucho mayor que con el exterior. El núcleo o polo, generalmente una gran ciudad, setransforma en un centro capaz de inducir un creciente desarrollo industrial y actuar comofuerza motriz de éste. El polo, a su vez, ejerce efectos de arrastre y aglomeración sobreotras actividades, originando, por un lado, su desarrollo con detenimiento, en el cual ladensidad de las implantaciones industriales y de la población se acrecientan en unespacio estrechamente limitado y, por otra parte, produciéndose una extensión del poloen su ámbito espacial a las regiones limítrofes. Este crecimiento de los polos tiende adesbordar las fronteras regionales y difundirse mucho más allá, dando origen a los “ejesde desarrollo”, a lo largo de los cuales surgen zonas de expansión industrial o pasillos deprosperidad (Vacchino, 1981: 37-45).

Estos polos de crecimiento se podrían proyectar a regiones vecinas que pertenecen aotro Estado nacional, dando origen a un espacio de colaboración e intercambios querequeriría un tipo de regulación común por las partes interesadas. Este sería el procesoque llevaría a establecer iniciativas de integración, cuyo motor principal sería el poloregional. Como señala Vacchino (1981: 41), para el pensamiento estructural “existiría unorden lógico en la evolución económica, el mismo proceso que condujo a las economíaslocales a quedar englobadas en las economías regionales, y a éstas en las nacionales, yconduciría actualmente a la formación de una economía internacional. Se trataría deextensiones sucesivas y progresivas de las economías nacionales”.

La importancia de las regiones como actores económicos en el proceso de integraciónes que pueden ser núcleos en los cuales se desarrollen “polos de integración”. Este fueun concepto elaborado por el Instituto de Integración Latinoamericano durante la décadadel sesenta, cuando la tesis de los polos de crecimiento gozaba de cierto prestigio en elámbito académico y gubernamental en América Latina. Los polos de integración serían“centros en los que se desenvuelven solidaridades de hecho entre distintos grupos yactores individuales que sean capaces de irradiar, inducir y propagar un efecto desolidaridad con un lato contenido integracionista” (INTAL 1966: 3). Esta idea de los polosde integración es útil en varios aspectos, particularmente porque reconoce la existenciade centros motores que son capaces de inducir y propagar solidaridades entre espaciosregionales de diferentes estados, creando así condiciones para una mayor integración.La historia de los esquemas de integración confirma la existencia de estos “polos deintegración”, a partir de los cuales se ha producido una expansión del proceso a todo elEstado-nación, como por ejemplo, la Cuenca del Ruhr en la integración europea, el ejeSan Pablo - Buenos Aires en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el eje Cúcuta –

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San Antonio – Ureña en la integración andina o los ejes Tijuana - Sur de California,Texas – Monterrey en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Hacia una síntesis político-económica

La revisión de las teorías de las relaciones internacionales y de la economíainternacional ayudan a realizar especulaciones sobre la posibilidad de una mayorparticipación de las regiones nacionales en las políticas de integración. El viejo conceptodel Estado unitario ha sido definitivamente superado por las nuevas concepciones quehan “abierto la caja negra” de las interacciones que ocurren a lo interno de cada Estadoe inciden en el diseño e implantación de las políticas exterior y económica, dentro de lascuales se inserta la política de integración. De igual manera, la economía internacionalrevaloriza a la región como espacio político-territorial que puede actuar como un polopara impulsar el proceso de integración. En otras palabras, existe un margen demaniobra para una mayor intervención de las regiones nacionales en los procesos deintegración internacional, lo cual es aún más válido en el caso de las regionesfronterizas.

El reconocer la relativa mayor autonomía de las regiones en el plano internacional, nodebe llevar a crear una falsa dicotomía Estado nación-región, pues ambos tienenintereses y cometidos comunes, de lo contrario, no tendría sentido la pertenencia de laúltima a la primera. En tal sentido, la actuación internacional de una región, difícilmentepodría oponerse a los fines y propósitos de la política de integración del Estado de cuales parte, sino que sería un complemento de ésta. Una oposición Estado nación - Regiónen materia internacional, es incluso difícil desde el punto de vista operativo, pues lamayor autonomía de las regiones es producto de un proceso de descentralización queestá regido por un marco legal específico en el que se señalan los límites de los poderesy atribuciones que se conceden a las regiones. De lo que se trata es de entender a lapolítica de integración como proceso de dos niveles: uno nacional y otro internacional, yconceder a las regiones un papel en la dimensión nacional del mismo, lo que hace másfácil el manejo de ciertos temas como la integración fronteriza, en los cuales laburocracia regional podría contribuir a la realización de los propósitos nacionales.

En consecuencia, una mayor participación de los actores regionales en el diseño de lapolítica de integración no quita al Estado-nación su papel de director de la misma. Comoparte de la política comercial y la política exterior, es una atribución del Gobierno central,sin embargo, es también cada vez más evidente la presencia de los gobiernosregionales, especialmente los fronterizos, en el proceso de su discusión, elaboración eimplantación. En este proceso, las regiones han adquirido una mayor autonomía,aunque están limitadas en sus atribuciones por el contexto general de la política deintegración del Estado-nación. En otras palabras, las regiones son agentes de losestados-nación de los que forman parte. Entonces, es correcto rechazar la idea delEstado como actor unitario, pero no es acertado dejar de considerarlo como el agentefundamental y el director de la política de integración.

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En conclusión, existe un amplio margen para el debate y la discusión sobre laparticipación de las regiones en las políticas de integración. Es claro que ni el procesode globalización ni los desarrollos en la teoría internacional permiten continuardefendiendo el supuesto del Estado como actor unitario. Sus políticas son el resultadode un amplio número de interacciones de los diversos actores públicos y privados queactúan en él, entre ellos, las regiones.

VENEZUELA Y EL NUEVO REGIONALISMO CARIBEÑO: LA PERSPECTIVADE LAS REGIONES

Las regiones y la actuación internacional de Venezuela

De acuerdo al artículo 136 de la Constitución venezolana de 1961, la actuacióninternacional de la República es una atribución del poder nacional, excluyendo a losestados, incluso a los fronterizos, en la participación, elaboración o implantación depolíticas relacionadas con los asuntos internacionales. Toro Jiménez (1982) sostiene uncriterio algo distinto. Para este autor, Venezuela es un Estado unitario, concaracterísticas de un Estado federal compuesto para el derecho interno estatal. Por ello,las subunidades públicas, es decir, los estados y municipios, son sujetos de derechointerno estatal. En opinión de Toro Jiménez, aunque el artículo 136 de la Constituciónpareciera atribuir la actuación internacional de la República de forma exclusiva eindelegable al Poder nacional, la misma Constitución, aunque por vía de excepción y enforma restringida, autoriza a los estados para actuar en ciertos asuntos internacionales.Esto pareciera inferirse del artículo 126 de la Constitución, que expresa: “...tampocopodrá celebrarse ningún contrato de interés público nacional, estatal o municipal conestados o entidades oficiales extranjeras... ni traspasarse a ellos sin la aprobación delCongreso...”.

Para Toro Jiménez (1982: 323), “tanto los estados como los municipios venezolanospueden celebrar, con la aprobación del Congreso Nacional, contratos de interés público”.En otras palabras, los estados estarían facultados, en ciertas condiciones legales, paracelebrar tratados internacionales, porque todo contrato de interés público estatal debeentenderse como sinónimo de un contrato de interés público celebrado por un Estado.En contra de este argumento se podría alegar que cuando la Constitución se refiere al“interés nacional”, “estatal” o “municipal”, alude exclusivamente a los fines de la utilidadpública que persigue el contrato. Estos fines estarían circunscritos a funciones oservicios propios de la esfera concreta de un estado, un municipio, o toda la República.Entendidas las cosas de esta manera, la competencia para celebrar contratos de interéspúblico sería una atribución exclusiva del poder nacional. No obstante, como preguntaToro Jiménez, si la última interpretación fuera la correcta ¿para qué el constituyenteelaboró semejante calificación si no le atribuyó efectos jurídicos? El mismo autorresponde que “el calificativo de nacional, estatal o municipal que se atribuye en laConstitución al contrato de interés público, alude concretamente al poder u órganoespecífico del Estado al cual corresponde la competencia para la celebración decontratos de interés, por tratarse la materia u objeto de ésta de la exclusiva competenciade ese mismo poder u órgano” (Toro Jiménez, 1982: 324). En conclusión, todo contrato

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de interés público celebrado por un estado o municipio con un Estado extranjero u otrosujeto de derecho internacional público, es un tratado internacional.

Aunque el argumento de Toro Jiménez es de una coherencia difícil de quebrantar, elproblema es que no se encuentra en el resto de la legislación venezolana alguna otranorma que permita apoyarlo. Al contrario, en la Ley Orgánica de Administración Centralse atribuye la elaboración y la implantación de la política exterior al Ministerio deRelaciones Exteriores. Este sería el responsable de la actuación internacional de laRepública, y como tal, sería el encargado de la negociación, firma, ratificación,aceptación, aprobación, adhesión, reservas, prórrogas, canje, depósito, ejecución,suspensión, denuncia y terminación de tratados, convenciones, protocolos,declaraciones, actas, pactos, acuerdos y demás instrumentos internacionales. Enesta última categoría se podría incluir a los contratos de interés público nacional.

Esta situación no ha sido modificada por el proceso de descentralización política yadministrativa que se ha estado desarrollando en Venezuela desde hace casi unadécada. La Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia deCompetencias del Poder Público, vigente desde enero de 1990, no atribuye ningunacompetencia a las regiones en materia de relaciones internaciones. Incluso los estadosfronterizos han quedado excluidos de participar en cualquier negociación con susvecinos de los países limítrofes.

La única disposición legal que considera la posible actuación internacional de lasregiones es el decreto 3180 de 1993, el cual es más bien restrictivo, ya que intentacontrolar cualquier actuación de los gobiernos estatales o municipales en el exterior. Deacuerdo al decreto, los gobernadores y alcaldes deben someter a la consideración delMinisterio de Relaciones Exteriores todo propósito en que se involucre la representacióninternacional de la República, o que de alguna manera sea susceptible de generarlecompromisos internacionales. En tal sentido, los gobiernos estatales y locales estánobligados a “suministrar toda la información necesaria que permita la apreciación de suoportunidad en el marco global de las relaciones internacionales de Venezuela,conforme a las pautas dictadas con carácter general del Ministerio de RelacionesInternacionales” (IDEAF, 1996: 5). Es notorio el carácter restrictivo del artículo alestablecer un control jerárquico para garantizar al Gobierno central el monopolio delmanejo de las relaciones internacionales, tal como lo señala la Constitución venezolanaen su artículo 136 (IDEAF, 1996: 5). El proyecto de Ley de Fronteras tampoco otorgaatribuciones a las regiones limítrofes atribuciones para negociar acuerdos decooperación o integración con sus regiones vecinas pertenecientes a otro país. Cuandolos gobernadores de estados fronterizos deseen promover acuerdos de este tipo, debensolicitar al Ejecutivo nacional, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, elestablecimiento de mecanismos de cooperación con los países vecinos, que favorezcanel desarrollo fronterizo de esa entidad estatal. Si embargo, la ley sí atribuye a lasregiones alguna forma de participación en las políticas de desarrollo e integraciónfronteriza. En el proyecto de ley se establece que en los estados fronterizos se debecrear un Comité Regional de Coordinación para el Desarrollo Fronterizo, que presidirá sugobernador. Este Comité servirá de enlace entre el ente regional y la Secretaría del

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Consejo Nacional de Fronteras, el máximo organismo rector en materia de asuntosfronterizos. De acuerdo a la ley, el Comité coordinará, junto con otros organismospúblicos y privados, la creación de la infraestructura adecuada para la integracióneconómica fronteriza.

Esta breve revisión de la legislación venezolana permite concluir que el país está almargen de las tendencias mundiales que otorgan a las subunidades estatales una mayorparticipación en los asuntos internacionales. A pesar de los argumentos de ToroJiménez, los entes regionales venezolanos no disponen de poderes autónomos paranegociar acuerdos internacionales, y cuando participan en alguna negociacióninternacional, lo hacen con previa autorización del Ministerio de Relaciones Exteriores.Tampoco tienen las regiones atribuciones para llevar a cabo acuerdos internacionalesacordados por el gobierno central, a no ser que esto sea redactado en forma escrita yexpresa en tales acuerdos. En el caso particular de la política de integración deVenezuela, esta es básicamente el resultado de la actuación de la burocracia delgobierno central y de ciertos grupos de presión, en particular, el sector privado. Lasregiones, incluso aquellas de zonas de gran dinamismo integrador, como las de LosAndes venezolanos, tienen una participación mínima en el proceso de elaboración eimplantación de la política de integración. La Ley Orgánica de Administración Central estajante en esta materia al señalar en su artículo 25, como una de las atribuciones delMinisterio de Relaciones Exteriores, “la dirección, coordinación y centralización de lapolítica de comercio exterior y de integración y su información estadística”.

El Caribe venezolano y el nuevo regionalismo caribeño

La pregunta obligada, al menos para efectos de este ensayo, es: ¿cuál ha sido el papelde las regiones caribeñas venezolanas en la promoción del nuevo regionalismocaribeño? A pesar de la tendencia internacional a favorecer una mayor participación delas regiones en los asuntos internacionales, y de que en Venezuela se ha estadollevando a efecto un importante proceso de descentralización administrativa, larespuesta a la anterior pregunta es poco alentadora. Las regiones venezolanas bañadaspor aguas caribeñas abarcan los estados Zulia, Falcón, Carabobo, Aragua, Miranda,Anzoátegui, Sucre y Nueva Esparta1. De estas provincias, son particularmenteimportantes, Falcón (debido a su cercanía a las Antillas holandesas), Sucre (estadocercano a Trinidad y Tobago), y Nueva Esparta (que se encuentra a una distanciarelativamente cercana de las islas del Caribe oriental). Estas regiones en particularpodrían tener un papel relevante en la promoción de un mayor acercamiento, no sólocomercial, sino también cultural y equitativo con sus vecinos caribeños. Sin embargo, enla práctica, su actuación en esta materia no ha sido una prioridad para los gobiernoslocales.

La participación de las regiones caribeñas en la promoción del nuevo regionalismocaribeño no ha sido realmente relevante y el interés de las mismas autoridades localesse ha visto disminuido por la poca autonomía de la que disponen para iniciar propuestasde integración o cooperación por cuenta propia. Esto supone desperdiciar el enorme

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potencial que pueden tener las regiones fronterizas del Caribe venezolano en lapromoción de un mayor acercamiento con sus vecinos.

Para muchos actores políticos venezolanos, el Caribe es ciertamente una zonaestratégica para el país, pero las ganancias de una creciente integración con ella seríanmínimas. Se alega que la pequeñez de su mercado, su poca oferta exportable y lasdificultades de transporte convierten a la integración con el Caribe en poco atractiva. Sinembargo, cuando el asunto se analiza desde una perspectiva de las regiones deVenezuela, esta visión puede ser relativamente modificada. Estas se podrían convertiren un puente que facilitase un mayor contacto entre Venezuela y sus islas vecinas.

A pesar de los impedimentos legales y el poco compromiso político en otorgar a lasregiones fronterizas mayores atribuciones en materia de integración, éstas tienen unenorme potencial para convertirse en actores relevantes en este proceso. Así ha sidocomprendido por el sector privado de regiones como eje Táchira - Norte de Santander,que han fomentado una intensa cooperación mutua. El mundo político no se ha aisladode esta dinámica, sino que, superando las limitaciones legales, ha incrementado suacercamiento con los vecinos fronterizos. Esto es válido en general para las regioneslimítrofes con Colombia, cuyos gobernadores han realizado cumbres con losmandatarios regionales de los departamentos fronterizos colombianos o se hanestablecido reuniones entre representantes de los parlamentos regionales de losestados y departamentos de la zona de frontera. Una situación semejante parece nohaber ocurrido en la frontera norte venezolana, cuyos gobernantes no han sidoparticularmente activos en estrechar sus contactos con sus vecinos caribeños.

También existen razones económicas para impulsar una mayor participación de lasregiones fronterizas caribeñas venezolanas en el proceso de integración con la regióncaribeña. Venezuela tiene actualmente dos importantes polos de integración: el primeroes el eje Táchira - Norte de Santander, foco del proceso de integración con Colombia; elsegundo es el eje Santa Elena de Uairén - Boa Vista - Manaus, núcleo de integracióncon Brasil. Sin embargo, en la integración con la Cuenca del Caribe, la tercera región enla que está involucrada Venezuela, no es posible distinguir ningún polo de integración.Deberían considerarse las posibilidades de que estados como Sucre o Nueva Espartapudieran promover un mayor acercamiento con la CARICOM. Su cercanía con Trinidad yTobago, uno de los socios mayores de la CARICOM en el caso del estado Sucre, o delas islas del Caribe oriental en el caso de Nueva Esparta, les podría permitir actuar comopolos para dinamizar las relaciones comerciales con la CARICOM. Una situación similarse plantea con el estado Falcón, que es un importante punto de conexión con LasAntillas holandesas.En todo caso, hay un amplio margen de posibilidades para una mayor actuación de lasregiones caribeñas venezolanas en el proceso de integración con los países de laCuenca del Caribe. A pesar de las limitaciones que la normativa constitucional impone alas regiones nacionales en cuanto a su posible actuación internacional, los gobiernos delas entidades federales con costa caribeña debe imitar a sus homólogos de regionesfronterizas con Colombia y establecer mecanismos para intensificar sus relaciones consus vecinos caribeños.

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INTEGRACIÓN REGIONAL, FRONTERAS Y GLOBALIZACIÓN EN AMÉRICALATINA Y ELCARIBE: EL CASO DE LA MIGRACIÓNAna María Aragonés

INTRODUCCION

Me gustaría compartir en este espacio algunas ideas y reflexiones en relación con lo queserá uno de nuestros objetos de estudio y de trabajo en el marco de este proyectointernacional denominado Integración Regional, Fronteras y Globalización en AméricaLatina. El título del proyecto está acotando lo que son los problemas más importantes deeste fin de siglo: integración y globalización, al tiempo que parecería implícita laaceptación de estos fenómenos como una realidad y, por lo mismo, como los grandestemas de discusión de este fin de siglo. Si bien, desde mi punto de vista, esto escorrecto, y por ello sería un avance, vale la pena recordar que hasta hace muy pocotiempo se cuestionaba el hecho mismo de la llamada globalización y se discutía si lospaíses podían sustraerse a ella. Pareciera que estas posiciones quedan superadas y,como diría Cardoso, ahora presidente de Brasil, “la globalización es implacable, peroinevitable”.

Por mi parte, concuerdo con los autores que muy tempranamente consideraban que laglobalización es la manifestación objetiva del desarrollo del capitalismo y que presentacomo características centrales el haber multiplicado hasta puntos inverosímiles todosaquellos elementos que empezaron a manifestarse desde final de siglo XIX (con lainstauración del llamado Imperialismo), haciéndose efectivo uno de los fines históricosdel capitalismo: su universalidad. Sin embargo, queda muchísimo por investigar paralograr desentrañar este nuevo patrón de acumulación, por lo que hay que abocarse a latarea de realizar una “crítica profunda en el sentido de conocer, y una crítica en elsentido de desenmascarar” (Feinmann, 1998). Cuáles son los elementos nuevos enrelación con los patrones anteriores y cuáles no lo son, analizar las consecuencias parael sistema con el desarrollo extraordinario de los transportes y de la informática quepermiten interconectar al mundo económico y político en cuestión de segundos. Nuncacomo hasta ahora, los circuitos financieros son manejados desde los centrosneurálgicos, y las bolsas del mundo suben o bajan, acompañando este movimiento quepor momentos puede parecer infernal, sobre todo para países como los nuestros, cuyadebilidad frena cualquier posibilidad para detener las gravísimas consecuencias de losvaivenes financieros.

La globalización, entendida como una profunda interrelación entre todos los países, cuyoeje es el mercado capitalista, se fortalece con la desaparición de la bipolaridad vividadurante el período de la guerra fría, la caída del socialismo realmente existente de lospaíses de la Ex URSS y de la Europa del este y su ulterior incorporación al circuitocapitalista, el ingreso de China al mercado capitalista y la apertura comercial de lamayoría de los países del Tercer Mundo.

La crisis de los años setenta puso en evidencia, como nunca antes, el grado deinterdependencia que habían alcanzado las economías del mundo, propagándose su

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efecto devastador a todos aquellos países incorporados en el capitalismo y poniéndoseenentredicho las formas de intervencionismo estatal bajo el llamado Estado deBienestar. El mundo vivió desde entonces un ambiente de enorme inestabilidadeconómica, política, social y financiera produciéndose la caída de los acuerdos deBretton Woods y la eliminación del dólar como patrón de cambio mundial. Hizo explosiónel problema de la deuda del Tercer Mundo, declarándose en bancarrota gran cantidadde países, lo que puso a temblar a los centros financieros. Podemos aceptar que estamos ante una nueva fase de acumulación capitalista en laque se produce un fenómeno que asocia, por primera vez, internacionalización condepresión (Dabat, 1994: 147), fenómeno central que obliga a reconsiderar lascondiciones en las que se está manifestando la migración, no sólo porque losmecanismos de la acumulación capitalista están cambiando (y si apoyamos la propuestaen el sentido de que la migración de trabajadores es un elemento constitutivo de laacumulación capitalista, habrá que estudiar las transformaciones estructurales quepresenta el sistema) sino que al ser la migración uno de los instrumentos de lainternacionalización, ahora se enfrenta con un proceso depresivo mundial. Una de lasgraves consecuencias de esta profunda contradicción serán las tensiones fronterizas,que están marcando también este fin de siglo.Por ello no es extraño que los desplazamientos humanos tengan la apariencia de un“caos migratorio”, como ha sido calificado, y si nos atenemos a las cifras propuestas porel Banco Mundial, no podemos menos que preocuparnos. Se supone que entre 1985 y1990 se han desplazado 80 millones de personas, sin contar con los 17 millones derefugiados y los posibles flujos que se produzcan con la caída de la ex URSS. (Stanton,1992) Este nuevo contexto ha creado una enorme preocupación mundial y el rechazomás oprobioso y violento contra los trabajadores migratorios por parte de los paísesreceptores.Globalización, internacionalización, depresión y políticas neoliberales vinculadas a lasinnovaciones y desarrollos tecnológicos han transformado las necesidades del mercadolaboral de los países de destino de los trabajadores extranjeros, y una buena parte deésta se encuentra rezagada respecto a las necesidades de las economías receptoras.

TRANSFORMACIONES EN LOS PROCESOS DE TRABAJO

La Revolución Científico-Tecnológica surgida en el contexto de la crisis de los añossetenta, implicó una reestructuración económica a nivel mundial a partir de los años 80’,que puso en marcha un conjunto de transformaciones que se sitúan en el campo de larobótica, microelectrónica, ingeniería genética y nuevos materiales. Estos nuevos ejestecnológicos afectan a la mayor parte de los procesos productivos, destacándose entreellos el sector agrícola, la producción de alimentos, la industria automotriz, del calzado,textil y el sector servicios, (Tangelson, 1984:39) todos ellos intensivos en mano de obra ysectores que han sido prioritarios del comercio de los países subdesarrollados.

Se reorganizan los procesos industriales, surgiendo lo que algunos autores denominancomo “toyotismo”, y que supone romper con los principios tayloristas y fordistas desegmentación de tareas, puestos fijos de trabajo, separación entre ejecución y

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concepción, entre producción y mantenimiento, entre control de calidad y producción.Las relaciones laborales deben ser flexibilizadas, ya sea en forma unilateral, bilateral oen forma despótica o consensual. (De La Garza, 1992) El trabajador debe ser capaz dedesplazarse de un tipo de trabajo a otro, lo cual implica, entre otras cosas, eliminar lasantiguas relaciones laborales, con el consecuente enfrentamiento con los sindicatos,interlocutores tradicionales y altamente poderosos de las décadas anteriores para poderestablecer las nuevas formas de contratación y negociación, ahora individualizadas.

Un conjunto de países industrializados presenta una tendencia hacia la reabsorción deciertos procesos productivos, anteriormente ámbito prioritario del comercio de lasregiones menos desarrolladas. Tal es el caso de los Estados Unidos, principal paísimportador mundial de fuerza de trabajo, que presenta importantes reubicaciones deeste tipo de procesos. Han desplazado sus inversiones en ramas eléctricas yelectrónicas al exterior, especialmente a la frontera mexicana y a los países del Sur deAsia, pero al mismo tiempo han combinado su estrategia con una relocalización internade sus empresas textiles hacia el sur de su propio país, donde una porción importantede la mano de obra no está sindicalizada, es de origen hispano y se encuentra demanera ilegal en el país. La poderosa industria del vestido, que presenta niveles decompetencia feroz en el propio mercado interno, es alimentada básicamente coninmigrantes recién llegados. De acuerdo con un artículo de Los Angeles Times, losrefugiados asiáticos son los que alimentan la economía invisible de los Estados Unidos.Este conjunto laboral presenta una situación especial, pues logran acceder a losbeneficios de la asistencia social ocultando a las autoridades los ingresos generados porsu trabajo a destajo en la economía subterránea, básicamente en las ramas de laindustria del vestido, restaurante y electrónica. La industria del vestido siempre harecurrido al inmigrante recién llegado por su enorme vulnerabilidad, afirmándose que laexplotación de los asiáticos sudorientales concuerda con la historia del vestido en losEstados Unidos. Al mismo tiempo empieza a reflejarse una cierta tendencia hacia lacontratación de profesionales de bajo salario en Malasia, Hungría, China y Singapur,cuyo costo más bajo y altamente eficiente los hace enormemente atractivos, afectando ala fuerza calificada del interior del país. Esta situación explicaría que en 1988, el Senadode los Estados Unidos propusiera ampliar la cuota de inmigrantes de aquellos quepresentaran un alto nivel de calificación profesional, cuya demanda se concretó en unanueva ley llamada Immigration Act en 1990.

La migración de trabajadores jugará un papel importante en los procesos dereestructuración económica mundial y de reestructuración de los procesos productivosen la medida en la que uno de sus elementos es la flexibilización del trabajo. Estosprocesos aumentan las contrataciones temporales y van creando un mercado de trabajodual: un 50% de los puestos de trabajo se realizan en forma permanente y a tiempocalificado, y corresponden a la idea de empleo estable, mientras que el otro 50% semantiene a un nivel de empleo precario e intermedio. En este sentido no es extraño quelas leyes migratorias expedidas por la mayoría de los países receptores de migrantes, ycon un profundo matiz antiinmigrante ( ya sean países desarrollados o no, caso deArgentina), son una herramienta importante en la promoción de trabajadores temporales.

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Los países expulsores, en su mayoría, han aplicado un conjunto de políticas que, conalgunos matices, se acercan a las neoliberales instrumentadas por las economíasaltamente industrializadas. La aplicación indiscriminada de estas políticas, si bien hapermitido superar algunos desequilibrios macroeconómicos, no es menos cierto que bajoningún concepto justifica los graves costos sociales pagados por la población:desempleo, con una lacerante reducción de loa gastos sociales por parte del Estado,sobre todo en salud y educación, causando un profundo deterioro en los niveles de vida.La consolidación de una planta industrial sólida también se ha visto negativamenteafectada al tener que enfrentarse a una política de puertas abiertas, lo que ha producidouna enorme cantidad de quiebras de pequeñas y medianas empresas, agudizándose elproblema del desempleo.

El telón de fondo que marca el momento actual y que afecta a ambos polos de larelación (países expulsores/países receptores) es el volumen desmesurado quepresenta el desempleo en el mundo capitalista, de tal suerte que lo que se pone enevidencia en las fronteras es que éstas han dejado de lado su anterior porosidad y lafluidez de la migración se dificulta. Una parte de esta fuerza de trabajo requerirá, paraser funcional a las necesidades de los polos receptores, un cambio de perfil, pero otroconjunto laboral sigue manteniendo su lugar e importancia para los trabajadoresextranjeros en aquellos nichos del mercado laboral que no pueden ser automatizados, yque los nativos se niegan a realizar. Hay que señalar en relación con lo anteriormentedicho que en economías como la de Estados Unidos se ha consolidado una estructuralaboral segmentada que está funcionando a partir de la incorporación de grupos étnicosy minoritarios diferenciados (mujeres, negros, mexicanos e hispanos, en general), queson asignados a determinados segmentos de este mercado laboral, reforzando lasdivisiones étnicas, religiosas y raciales al interior de la clase trabajadora, lo que algunosautores han denominado como “segregación laboral” (Gordon, 1982). Con ello, losempleadores ven en esta mano de obra la posibilidad de abaratar sustancialmente suscostos, pero quizá lo más trágico sea que con ello se dificulta sustancialmente laposibilidad de desarrollar una cultura obrera que supere las divisiones y que luche comoun todo por las reivindicaciones de todos los trabajadores.

Esto también explicaría que los migrantes encuentren trabajo en un mercado con altosíndices de desempleo, pues sólo en el caso en el que los trabajos relacionadosdirectamente con el tipo de segmento productivo presenten problemas, los migrantessiguen siendo requeridos.

Sin embargo, en la medida en la que el descontento social es notorio y los conflictossociales se han convertido en el eje del problema de las economías capitalistas, ahoramás que nunca, ejercer el expediente del “chivo expiatorio” resulta más que útil para losgobiernos, ante su incapacidad para enfrentar los desequilibrios.

Algunos países del Tercer Mundo han perdido su importancia estratégica comoproductores de materias primas, y su capacidad como productores de productosmanufacturados es aún precaria, por lo cual expulsarán mano de obra al exterior. Lospaíses que se encuentran en esta condición, alimentarán el enorme ejército de reserva

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mundial que actuará como un mecanismo equilibrador del proceso de acumulaciónglobal.

Se puede decir que la actual explosión migratoria constituye la continuación directa deun proceso originado en el siglo XIX y retomado en la segunda posguerra en la que losEstados Unidos, Europa Occidental y otros centros secundarios de acumulación, anteproblemas de escasez de sus propios ejércitos industriales de reserva, tuvieron querecurrir a trabajadores migratorios. Proceso que involucraba perfiles con característicasdiferentes, pero que deben ser considerados como un mismo movimiento, cuya lógica seinscribe en la consolidación de un mercado mundial sobre la base de lainternacionalización de la producción.

Concretar y dominar los espacios, tanto en lo que se refiere a aquellos que presentenposibilidades de expulsión de fuerza de trabajo como los relacionados con la facilidadpara invertir en aquellos países cuyas condiciones de costos salariales, comunicaciones,nivel educativo de la población, capacitación laboral, etc., sean objeto de atención paralos países centrales; proceso selectivo, en la medida en la que no todos los paísespotencialmente expulsores de fuerza de trabajo serán objeto de atención por parte de lospaíses centrales, sólo aquellos cuyas características de desarrollo y logros eninfraestructura permitan combinar, tanto la inversión extranjera directa como la utilizaciónde una fuerza de trabajo con determinadas calificaciones que puedan apoyar losprocesos de reestructuración productiva.

ALGUNAS CONSIDERACIONES CON RELACIÓN A LA MIGRACIÓN

Por lo anteriormente dicho, queda claro que una de las cuestiones de mayorpreocupación en este fin de siglo es justamente la que se relaciona con la librecirculación de las personas. Pero también hay que señalar que es un fenómeno en elque no hay unanimidad de visiones. En este sentido, se requiere reflexionar acerca delos nuevos aportes que hay en relación con el fenómeno, pero sobre todo, debatir acercade nuestra propia visión en relación con el fenómeno migratorio. Desde mi punto devista, este ejercicio es absolutamente necesario, ya que será la única forma en la quepodamos establecer directivas y estrategias para que el problema migratorio supere unapropuesta estrecha y coyuntural que no puede más que llevarnos al fracaso. Por miparte, quisiera expresar mi propio punto de vista en relación con la visión a la que meadhiero, en el ánimo de una discusión abierta y siempre enriquecedora con el fin deprofundizar en tan importante tema.

La migración de trabajadores es un componente estructural de la acumulación capitalistaformado por un excedente laboral mundial que se ha ido generando como producto ynecesidad del capitalismo, y que persiste bajo el signo de la sobrexplotación debido a:

a) Una profundización de las diferencias en el desarrollo entre unos países yotros.b) Una necesidad de los polos desarrollados para incorporar a este conjuntolaboral con el objeto de regular su mercado de trabajo.

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c) La incapacidad que presentan los países subdesarrollados para generarpolíticas económicas que permitan la absorción de su población bajo condicionesde vida productiva digna, situación que les imposibilita generar un poder denegociación suficiente ante los países receptores de su fuerza de trabajo.d) La falta de efectividad de las regulaciones internacionales para lograr mejorescondiciones para los trabajadores migratorios.

En los momentos actuales hay una tendencia hacia cuestionar los factores deatracción/expulsión como aquellos que enmarcan la situación migratoria por considerarque las redes han sustituido a estos determinantes. Desde mi punto de vista, esto esincorrecto, pues las redes serían una consecuencia de la inercia migratoria, pero ello nosignifica que se hayan superado los problemas que mantienen la importancia de lamigración enmarcados en esos factores atracción/expulsión.

Sin embargo, aceptar la existencia de expulsión y factores de atracción puede hacernoscaer en algunos errores que hay que evitar. Este binomio puede sugerir una forma decomplementariedad entre los factores de la producción, y desconocer el conflicto que segenera entre las regiones. Es decir, no todas las variables que favorecen a la migraciónconfluyen simultáneamente en un determinado momento histórico o espacio económico.De aquí que se puedan producir importantes desfases entre demanda y oferta detrabajo, con la posible confrontación entre regiones. Por otro lado, los factores deatracción y expulsión no son estáticos, van cambiando en relación con las necesidadesde la acumulación. Pero lo que sí es necesario es la existencia de un excedente laboralque pueda ser movilizado hacia los sectores productivos que lo requieran, y estecontingente suelen proveerlo aquellos países que enfrentan graves problemas dereiteración de su fuerza de trabajo.

Es importante distinguir los acontecimientos surgidos en un momento de crisis, quejuegan un papel determinante y son el punto de inflexión que marca el inicio de nuevasetapas o fases de acumulación y su efecto sobre la migración de trabajadores que serepliegan o despliegan bajo ese momento coyuntural, de aquellos flujos y reflujosmigratorios que responden al impacto de las decisiones de los grupos en el poder, queno necesariamente son los mismos que utilizan a esta fuerza de trabajo, y por lo mismostarán dispuestos a utilizar a los migrantes como “chivos expiatorios”.

Si aceptamos que las migraciones no son “espontáneas” ni “individuales”, sino que sonun fenómeno social y masivo y además estamos de acuerdo en el hecho de que siempredetrás de ellas se encuentra una determinada política, resulta importante analizar estaperspectiva en relación con los grupos que hegemonizan el poder, que nonecesariamente son los mismos que hacen uso de esta fuerza de trabajo, lo quemarcaría la incongruencia entre políticas antiinmigrantes y la necesidad de la fuerza detrabajo migrante. Por ejemplo, la aplicación de la Ley de Inmigración Ilegal yResponsabilidad de los Inmigrantes se puso en vigor el 1o. de abril de 1997. Esta ley esconsiderada la más agresiva para los migrantes indocumentados, con efectos nocivosque alcanzan a los propios migrantes legales. Sin embargo, las enormes dificultadespara su aplicación y la confusión a la que se presta, de acuerdo con las propias

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expresiones emitidas desde la Casa Blanca, refuerzan la idea de que se trata de unapieza jurídica que busca atenuar los exabruptos de los grupos más duros de la sociedadestadounidense, mientras que los migrantes indocumentados seguirán asistiendo a laeconomía de los Estados Unidos, incorporándose a la agricultura, a la industria y, conuna participación cada vez mayor en el sector servicios, pero ahora con un mayormargen de debilidad. Para aquellos sectores ricos de la población que deberían destinarparte de sus ingresos a la educación y capacitación del resto de la poblaciónestadounidense, la inmigración les resulta una forma de “ahorro”, pues de lo contrarioverían afectados sus intereses. Esta situación es paradójica, ya que los niveles másaltos de xenofobia se producen entre los sectores conservadores de los Estados Unidosy el hecho no sólo coincide con una situación laboral de pleno empleo, sino que indicaque no existe en un nivel global una competencia directa entre los principales gruposraciales. Es más, si se tiene en cuenta que el auge económico de los Estados Unidos noes inflacionario, se revela la importancia del trabajo migratorio como instrumentoneutralizador del alza en los costos salariales. Esta situación paradójica y contradictoriaexplica la recurrencia de las leyes migratorias, ya que como existe una causa estructuralpara la demanda de mano de obra inmigrante, por medio de estas piezas jurídicas seintentan paliar los descontentos de los grupos afectados por la reestructuración, para loscuales el Estado no ofrece alternativas a su marginación social y pauperización.

El vocablo crisis se suele utilizar con sentidos muy diferentes. En el plano genérico yabstracto, por crisis podemos entender una situación que emerge en el curso deldesarrollo de un fenómeno, y que obliga (o presiona) a una mutación cualitativa delfenómeno. En relación con el fenómeno migratorio, me parece que las que interesan sonlas crisis estructurales que afectan a tal o cual patrón de acumulación específico, y quepor lo común se asocian al fin de una onda larga y afectan a determinada etapa o fasedel desarrollo capitalista.

En relación con la región expulsada, y que la mantiene como reserva de este tipo detrabajador, habría que decir que no sólo esto es así como resultado de una historia dedependencia y subordinación a los polos hegemónicos (en el caso latinoamericano, esclaro que hablamos de Estados Unidos) sino de la aplicación de políticas económicasque la mantienen como claramente expulsora de fuerza de trabajo. Hasta ahora, losgrupos de poder no han superado la subordinación mencionada, y por lo mismo no seplantean una política migratoria, no sólo en el sentido de una negociación firme con lospaíses receptores, sino planteándose un proyecto nacional de incorporación de sustrabajadores.Esto se desprende de la omisión de una modelación de las migraciones internas quetenga como eje la relocalización de los flujos de trabajadores, capacitación técnica,difusión de información, etc. (Argüello, 1972)

Los momentos actuales presentan una gran indefinición en relación con los procesos deacumulación mundiales, y no queda claro cuáles son sus mecanismos, y en estesentido, cuáles serán las formas que adoptarán los flujos migratorios, los contenidos enfunción de los nuevos requerimientos del nuevo patrón de acumulación, aceptando, porsupuesto, la idea de que la migración es un componente de la acumulación capitalista.

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Los prejuicios xenófobos y racistas impiden una discusión racional acerca de lamigración de trabajadores y de la posibilidad de que los hombres y mujeres del mundopuedan circular y trasladarse libremente de un espacio geográfico a otro. En estesentido, el análisis de la discriminación sería otra dimensión que merecería estudiarse.

INTEGRACIÓN REGIONAL Y MIGRACIÓN

Unas cuantas palabras en relación con la posible integración latinoamericana. Essorprendente cómo nuestros países adoptan rápida y prácticamente, sin mayoresdiscusiones parlamentarias, aquellas políticas ligadas a los centros de decisiónmundiales, el neoliberalismo, por ejemplo, y, en el caso de México, además, sulamentable incorporación al TLC. Sin embargo, no se hace lo mismo con aquellasacciones que los países desarrollados ponen en marcha como estrategias para paliar losgraves problemas que se enfrentan, tal sería el caso de la integración.

En México se encuentra prácticamente ausente la discusión en relación con laintegración. Podría parecer paradójico pero no lo es, puesto que aceptó una relaciónabsolutamente subordinada con la firma del Tratado de Libre Comercio; llevando lascosas a un punto ciertamente de exageración, diría que no se ha integrado, sino que seha asimilado, con todo lo que ello implica para nuestro país. Por esto un seminario deesta naturaleza, en el que se plantea el problema de la integración como el eje de suspreocupaciones y de la discusión es de suma importancia para revertir esta tendenciaasimilacionista de nuestro gobierno, que casi de manera permanente se ha mostradosiempre proclive a satisfacer los intereses de Estados Unidos. El subdesarrollo no sólose mide en términos económicos, sino en términos políticos y, en este sentido, Méxicopresenta una tendencia hacia un anacrónico y exacerbado nacionalismo interno, pero seolvida de defender su soberanía.

En el contexto de la globalización, la regionalización la acompaña con procesos deintegración, pues se tiene la certeza de que los problemas que enfrenta el mundo, y deconsecuencias para cada país en particular, no pueden ser resueltos en el marco de lasfronteras nacionales. La Unión Europea, el ejemplo más acabado de integración,demuestra la factibilidad del ejercicio integrador, no carente de problemas yenfrentamientos que giran casi siempre en torno al acendrado nacionalismo que hacaracterizado al mundo capitalista. Una nueva cultura de convivencia tiene que ponerseen marcha y entender que la única forma de preservar los valores culturales en unmundo globalizado, es justamente a partir del ejercicio conjunto de acciones quepermitan la sobrevivencia equilibrada ante los graves problemas que se viven, a travésde distribuir poder y responsabilidades entre los socios. Las formas de democraciapasan por la delegación del poder. Integrarse formando un espacio más o menoshomogéneo, económicamente hablando, a partir del cual puedan enfrentar comercio,finanzas, investigación, innovaciones tecnológicas, etc., de manera más eficiente ycompetitiva con el resto del mundo. Lo que no puede aceptarse es la adscripción adeterminados bloques si ello se hace bajo el estigma de la subordinación, como ha sidoel llamado Tratado de Libre Comercio que une los destinos de Canadá, Estados Unidosy México. Es decir, el propósito común de una integración debe ser la posibilidad de que

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los países alcancen no sólo su crecimiento económico, que es sin duda fundamental,sino su desarrollo, es decir, “crecimiento con cambio social ”. En todos los bloques quese han integrado o pasarán por estos procesos, uno de los problemas que debenenfrentar es no sólo la libre circulación de bienes y capitales, sino, prioritariamente, lalibre circulación de personas. En este sentido, la vinculación entreintegración/desarrollo/migración resulta un trinomio inevitable para iniciar la discusiónque tenga por “objeto no sólo el bienestar de los pueblos, sino a las personas, comoproductores y consumidores, pero fundamentalmente como seres humanos”, tal comoseñaló en su momento el Dr. Ramón León Oliveros (Oliveros, 1993).

Ante la posibilidad de una integración latinoamericana, nuestro objeto de estudio no sólose amplía, sino que se complejiza de una manera extraordinaria. Por un lado habría queconsiderar los esfuerzos históricos que se han hecho en ese camino, que han sidomúltiples, pero con poco éxito y permanencia real. Entre ellos, los más destacadosserían: ALALC (Acuerdo Latinoamericano de Libre Comercio en 1960, que incluyó aArgentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay, un año después seadhirieron Venezuela, Bolivia, Colombia y Ecuador); el Pacto Andino en 1969 (Chile,Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Chile, que abandona en 1976); ALADI(como una reformulación de la ALALC, en 1980); y el Experimento Centroamericano(CCC) ; y recientemente, el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay). Elexperimento más acabado parecería precisamente este último, que ha llevado aimportantes avances en relación con la libre circulación de bienes, capital y personas.Esta experiencia me parece importante pues incorpora algunos elementos de laintegración sin los cuales sería un proceso trunco: la libre circulación de las personas.Esto implica la “abolición de toda discriminación en razón de su nacionalidad entre lostrabajadores miembros en lo que concierne al empleo, la remuneración y las demáscondiciones de trabajo”. Supone la prohibición de toda distinción, exclusión o preferenciabasada en la nacionalidad, que tenga por efecto anular o alterar la igualdad deoportunidades o de trato en el empleo y la ocupación. En este sentido, habría queaceptar la idea de que un proceso de integración que deja de lado el fenómenomigratorio será un proceso trunco. Sin embargo, esto no es un supuesto aceptado porlos diferentes países ni por los distintos grupos sociales y económicos. De ahí laimportancia que tiene la discusión amplia de estos fenómenos a todos los niveles.

Si bien la región latinaomericana ha sido un espacio importante de desplazamientoshumanos, permeando prácticamente todas las fronteras nacionales hasta consolidar elesquema geopolítico actual, dos países se han mantenido en este siglo como clarosreceptores de fuerza de trabajo extranjera, es el caso de Argentina y Venezuela, comoimportantes polos de atracción. Argentina (con una historia migratoria que la lleva aaceptarse como un país de inmigración, con un pasado reciente de migracioneseuropeas hasta prácticamente la mitad del presente siglo, fecha a partir de la cualnuevos contingentes migratorios conformarán el mapa migratorio proveniente de paíseslimítrofes, básicamente de países como Bolivia, Paraguay, Chile y Uruguay), yVenezuela (con una historia migratoria diferente, pues el flujo migratorio más importanteproviene de Colombia, y cuya explicación estaría muy localizada en relación con lacontigüidad fronteriza).

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Resulta muy interesante el hecho de que se haya avanzado en la región con laexperiencia del Mercosur, que presenta entre sus socios a tres de los países queaportan mano de obra a Argentina: Bolivia, Uruguay y Paraguay. Es importante rescataresta experiencia, pues justamente el planteo del Mercosur es la libre circulación demercancías, capitales y fuerza de trabajo cuyos lemas se pondrían en marcha en 1994.Las posiciones de empresarios, sindicalistas y funcionarios públicos de los distintospaíses se han hecho escuchar en distintos seminarios, y pueden parecer por momentosopuestas e irreconciliables. ¿Cuáles son los temas a debatir? El famoso dumping social,la discriminación laboral, integración/asimilación, igualación de las normas laborales,cargas impositivas y beneficios sociales, cobertura de los riesgos de trabajo,jubilaciones, derecho a la capacitación y obligación de capacitar, igual derecho a laseguridad social, vivienda y salud.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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MILITARIZACIÓN, SOBERANÍA Y FRONTERAS. EL PENTÁGONO Y LASFUERZAS ARMADAS ANDINASJorge Lora

INTRODUCCIÓN

Con la mundialización del capital no sólo se internacionalizan los circuitos de capital bajola dirección del capital financiero, también va acompañada de una mayor movilidadgeográfica del capital, de la globalización de las políticas macroeconómicas, de ladivisión de la producción entre países, organizada bajo el control de las transnacionalesy, por lo tanto, de estrategias de protección y defensa de sus capitales por las grandespotencias. Estas nuevas condiciones (como veremos) no han afectado en lo sustancial alas discutibles fronteras, y menos la semi-soberanía de los países latinoamericanos.

Este último tema tiene que ver con la geoestrategia norteamericana para el mundoandino y con los conceptos de soberanía, frontera y militarización sobre los cualescotidianamente se van construyendo mitos que pocas veces son revisados ycuestionados críticamente. Precisamente el objeto de la presente ponencia es examinarcómo la igualdad jurídica entre Estados, que permite relaciones entre iguales, esdesbaratada con mayor intensidad y rapidez por la desigualdad económica y losmecanismos de subordinación política que conllevan las nuevas formas de intervenciónfinanciera, productiva y comercial de las grandes potencias, asociada a la combinaciónde tecnología moderna con mano de obra barata y las conexiones en el mercadomundial.

Un concepto íntimamente ligado al de soberanía, que en su dimensión protomodernaquedó apropiado desde la constitución de los Estados por las Fuerzas Armadas y ladiplomacia, es el de fronteras. Surge en su forma más primitiva, asociado aldescubrimiento, conquista y colonización de América y, como tal, delimitó los espacioscoloniales de la relación entre la Corona y los conquistadores. Más tarde fue el elementolegitimador por siempre de la aparición y consolidación de las milicias, de los militares yde los ejércitos. Y, así como al inicio, en la Península Ibérica fue la línea divisoria entrecristianos y musulmanes, llegó a estos lares dividiendo espacios de poder en función delugares, líneas y modos de vida.

Sin embargo, las fronteras tomaron otra dimensión y en las colonias se comenzó ahablar de república de españoles y de indios, momento constitutivo de una tensióninterminable que a cada paso reaparece preludiando revueltas, rebeliones,levantamientos y revoluciones. Además, con la llamada independencia se produjo unencuentro entre el interés del Imperio británico (por constituirse en centro) y los interesesde la naciente oligarquía (por encontrar un centro); de este modo, la independenciapolítica fue para los pueblos tan irrelevante como efímera y fugaz.

Las fronteras se extienden así a toda la vida social. Espacial, étnica, cultural ycivilizatoriamente se establecen, excluyendo unos grupos sociales a otros. La costa y lasierra, europeísmo y criollismo, la ciudad y el campo, élites y pueblo, es un campo de

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identidades negativas que van de la mano con el etnocidio mental y material de lapoblación nativa. Indio significa negación, y la historia colonial, hasta hoy, consiste ennegar la identificación.

Es después de la segunda posguerra cuando nacen las ideas más definidas sobreindependencia, autonomía y soberanía y, junto a ellas, la necesidad norteamericana demayor expansión, al ser la única potencia beneficiada por el conflicto. La principalexpresión reactiva fue la Revolución Cubana, después de incontables guerras deguerrillas. El desafío es recuperar la identidad perdida, deconstruyendo las fronteras eincorporando a la memoria todas estas divisiones de nuestra América, incluyendo la máscercana, entre seguridad nacional y terrorismo. Recuperar lo propio es apuntar a ladignidad y la rebelión, a la constitución de nuevos sujetos en base a la emergencia detradiciones de resistencia y de potenciación, como especificidad cultural de emergenciade nuevos proyectos. En este rubro, los nuevos, y también los viejos sujetos, vienenretomando la creatividad, la narrativa y musicalidad, la dimensión comunicativa, lapluralidad popular con vocación de poder.

Hasta hoy, las propuestas de integración han sido desintegradoras, no han trascendido ala sobrevivencia ni han evitado el etnocidio, han conciliado con el proyecto de muerte.En oposición, el etnodesarrollo significa una propuesta ontológica, un juicio crítico, unaconstrucción teórica en base a la rehistorización de una milenaria sabiduría. Proyectocuya condición de realidad es enfrentar a la globalización neoliberal, que es un garrotecontra países, pueblos y trabajadores; un ataque económico, ideológico y cultural contralas masas del mundo entero, además de significar mayor penetración sobre los paísesoprimidos y la eliminación de protecciones contra pueblos y trabajadores. NuestraAmérica Latina, región que reaparece con las guerras, se reinserta en la globalizaciónsobre bases polarizantes y sobre una reconcentración del poder del Estado al centralizaren él la vida política de los países y transformarse en herramientas de los interesesnorteamericanos.

La intensa lucha revolucionaria 1959-1990 de los pueblos latinoamericanos contieneformas históricas de resistencia y luchas de trabajadores y pueblos que se hansincretizado en el antimperialismo, las luchas antisistémicas y en los combates por elpoder.

LA SOBERANÍA ANDINA Y EL PENTÁGONO

En este marco cobran sentido algunos hechos ocurridos en los últimos meses en laregión andina, lo que, sin embargo, requiere contar con un ajedrez político y piezasinformativas de difícil acceso, pero también repensar y deconstruir los conceptos desoberanía, fronteras y sujetos sociales.

El espacio andino, desde hace siete décadas se ha convertido en un dolor de cabezapara los norteamericanos y otros sostenedores del nuevo orden. En Bolivia, laRevolución de 1952, las guerrillas del Che, del ELN y la Asamblea Popular; en Perú, lasguerrillas de 1957- 1965-1980 hasta hoy; en Chile, el Gobierno de Allende y las

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guerrillas del FPMR y el grupo Lautaro; en Venezuela, las guerrillas de los años 60-70 yel actual gobierno del teniente coronel Hugo Chávez; en Colombia, múltiples conflictosarmados desde la revolución liberal hasta las guerras de guerrillas, que duran más de 40años bajo la conducción de múltiples organizaciones populares armadas; en Ecuador,las guerrillas de Alfaro Vive y las rebeliones indígenas. Son pueblos cuya identidadcultural está asociada a las potencialidades de rebeldía y a la memoria histórica de suresistencia, como al arte, la literatura y otras manifestaciones. Algunos de ellos sufrenuna mayor opresión y discriminación racista debido a su extensa población indígena,amplias áreas precapitalistas y difundida producción de coca y cocaína. Los indígenas yexcluidos son desafiados a transformarse en los nuevos sujetos revolucionarios.

El reciente descubrimiento de los intereses del Pentágono respecto a Colombia y el áreaandina como zona “peligrosa” en un momento en el que pierden su base militar aéreaHoward, en Panamá, así como un recambio de otras bases navales y decomunicaciones, considerando las dificultades para efectuar intervenciones rápidas enSudamérica desde EE.UU o la de Roosevelt Roads, en Puerto Rico, Guantánamo, enCuba, o Soto Cano, en Honduras. Su propósito inmediato es instalar bases en Aruba yCuraçao, en Puerto Manta (Pacífico ecuatoriano) y cerca del Río Nanay (en la Amazoniaperuana)1 . Es ya conocida la nueva división militar del trabajo represivo entre el amo ylos esclavos, que consiste en la reorientación de las fuerzas armadas de EE.UU a laseguridad colectiva, y de las de América Latina a la militarización de la seguridad públicainterna y el disputado y dudoso combate al narcotráfico, como ocurre en el Chapareboliviano o el Alto Huallaga, Perú.Esta farsa de la lucha antidrogas se evidencia en el aumento en cinco veces de loscampos cultivados en la última década y la participación de políticos o militaresintocables, como el expresidente de México o el hasta febrero de 1999 jefe del EstadoMayor del Ejército del Perú, general Tomás Marky, casos éstos que, entre muchos,evidencian la corrupción y la impunidad en ciertos niveles de los Ejecutivos y altosmandos militares de América Latina y EE.UU.

Estos son los parámetros que permiten explicarnos las negociaciones de pazperuanoecuatorianas, el acuerdo firmado entre ambos países y las declaraciones delPresidente peruano respecto a las negociaciones de paz en Colombia (las FARC y elGobierno), sentenciando que las negociaciones de ese tipo ponen en peligro a AméricaLatina, y tomando clara postura sobre su opción por la guerra. “Coincidentemente”, a lospocos días recibe el espaldarazo de los EE.UU, cuando James Zackrison (analista delPentágono) dice considerar a Colombia como un factor de desestabilización regional.

En efecto, el 9 de diciembre de 1998, el Presidente Fujimori ratificó mediante decretos elAcuerdo Amplio de Integración Fronteriza y el Tratado de Comercio y Navegación,suscritos en Brasilia el 26 de octubre de 1998 entre Perú y Ecuador, mediante los cualesse proyecta construir el eje de interconexión vial Méndez-Yaupi-Borja y dos centros decomercio y navegación de 150 Ha. cada uno, que de acuerdo a los internacionalistasmás renombrados (como Alfonso Benavides Correa) generará riesgos a la soberanía alentregarse el río Marañón-considerado intangible en anteriores acuerdos- al Ecuador.No nos detendremos en este complejo problema que provocó en Perú un acalorado

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debate que convocó a los mejores diplomáticos, académicos y tratadistas de amboslados de la trinchera, y que aun continúa. Mediados por la lucha popular, que a su vezha desatado la protesta masiva de los pueblos amazónicos, y junto a ellos, la lucharegional por la democracia, autonomía, descentralización y desconcentración del poder,ha desencadenado una rebelión de los pueblos del interior, de los frentes regionales,que vienen razonando críticamente las privatizaciones observadas en todos estos años,que están dejando sin empresas, recursos y empleo a los pueblos. Es la prosecución deviejos combates contra el estancamiento y las dictaduras militares, a los que ahora seagregan las demandas de democracia, ciudadanía, justicia y libertad.

En el mes de marzo se inició un nuevo período de cambios en la Cancillería. Ahora, elcanciller Fernando de Trazegnies propone crear la Dirección de Desarrollo Fronterizo ySoberanía, lo que implica un cambio de concepción de las fronteras firmes areplantearlas como medios de comunicación, donde la nacionalidad es algo vivo ypermanente. Es la redefinición neoliberal de las fronteras, acorde con la globalización,en función de atraer inversiones y potenciar financieramente sus ambicionesreeleccionistas. Recordemos que el gobierno anunció -cuando firmaron los tratados- quehabía conseguido tres mil millones de dólares, cuando hasta la primera semana demarzo del presente año se confirmó que únicamente habían logrado 50 millones. PeroFujimori no descuidó otros frentes para conseguir la anuencia de la potencia continental.Es suficiente revisar cuántas misiones de fuerzas especiales de EE.UU., es decir,“entrenamiento, planes operacionales, transferencia de equipos”, con fondos que salendel presupuesto del Departamento de Defensa (ayuda militar que aparece comointerdicción de drogas) para encontrar que Perú, Colombia y México están en los tresprimeros lugares en los dos últimos años, seguidos por los otros países andinos. Asímismo ocurre si examinamos los envíos provenientes del Fondo de Control Internacionalde Narcóticos del Departamento de Estado (ayuda militar, sustitución de cultivo,fumigación y reforma judicial), en los que Bolivia reemplaza a México.

Durante toda la historia andina, la construcción de organizaciones territoriales capacesde regular la vida social y económica ha carecido de las facultades y poderes quetuvieron los estados europeos, fueron una caricatura de su paradigma. Quizás podemosdenominarlos protoestados, debido a que el poder colonial lo mantuvieron, primero, elImperio Británico, y después, los Estados Unidos, como potencia continental, con suscorporaciones trasnacionales y bases militares en zonas claves de América y el mundo.La autonomía jurídica y la integración territorial, nunca se instituyeron plenamente, pueslas violaciones, contubernios y metamorfosis de significado eran inconvenientes para elcoloso del norte. La soberanía se fue convirtiendo en un mito difundido, usado ymanipulado por las Fuerzas Armadas, así como la oligarquía y su clase político-militar,esgrimieron y difundieron otros, como la defensa nacional, la democracia, las fronteras,los símbolos nacionales, el imperio de la ley, el contrato social. Los países colonizadoresoperaron por encima de los estados llamados soberanos, los rigieron y convirtieron ensemicolonias o neocolonias, recortando el significado de la expresión.

Las relaciones reales de poder entre los miembros del sistema interestatallatinoamericano se fueron globalizando, y perdió sentido el Estado, como garante de

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soberanía. Se establecieron regímenes político-militares mundializados, y América latinacareció de las capacidades necesarias para efectuar las funciones gubernamentales deun Estado independiente. Estamos hablando se semisoberanía, cuasi estados, y antesde la globalización, de semicolonias.

La subordinación de la política norteamericana a los dictados de las altas finanzas sepropagó en América Latina. El aumento del volumen y la densidad de la red deintercambios que conecta pueblos y territorios invaden todas las jurisdicciones políticas.El poder militar es una garantía de expansión. El fruto de su liderazgo es el nuevo orden,en el que la hegemonía global de la cultura popular de EE.UU. y la importancia de lasagencias mundiales de gobierno (FMI, BM, G7, OMC), son los pilares de la economíamundial.

El caso del Perú es paradigmático, al incluir en su agenda legitimadora múltiplesaspectos, entre los cuales está la relación Perú-Ecuador. Cuando un régimen dictatorial -como el de Fujimori- se convierte en aceptable, es porque gracias a los medios (enparticular, la TV), la confusión reina en la conciencia popular, y entonces se hace másdifícil para el común observador comprender y explicar las expresiones del conjunto derelaciones sociales que han construido los militares y Fujimori, convencidos de lasvirtudes del neoliberalismo y de las ventajas que ofrece a los poderosos.2 Nospreguntamos : ¿Cómo se ha llegado a una situación en la que la mayoría de la poblacióndepende para su sobrevivencia de la ayuda alimentaria y ropa usada del exterior? ¿Porqué el peruano promedio ha llegado a la conclusión de que sólo puede conseguir unavida mejor fuera del país? ¿A qué se debe que el crecimiento y estabilidad económicasdependan de variables externas como el crédito, las inversiones y depósitos decapitalistas extranjeros? ¿Por qué la decisión final sobre la frontera Perú-Ecuador seentrega a los garantes, otorgándoles la calidad de árbitros? ¿Por qué la situación de lalegalidad del poder judicial y de la inexistencia del estado de derecho son temasdirimidos en el Banco Mundial? ¿Cómo es que la situación de los derechos humanosestá en debate en el Comité Interamericano de Derechos Humanos? incluso, losingresos de los militares, con todo su poder, ¿acaso no están condicionados a lo quehagan en su lucha contra el narcotráfico y la subversión para obtener la ayuda militarnorteamericana? Un japonés encumbrado como Presidente latinoamericano, y quedurante 8 años se ha dedicado a entregar las riquezas y la soberanía, ¿estará encapacidad de discernir entre el interés nacional y el parecer de unas Fuerzas Armadasdirigidas por un agente de la CIA y que, además, durante toda su historia institucional -con la discutible excepción del general Juan Velasco Alvarado y su equipo- handefendido intereses ajenos al país, los proyectos oligárquicos, y evitado que la poblaciónse convirtiera en pueblo y éste en ciudadanía? En estas condiciones ¿cómo pensar en lasoberanía o en proponerse una guerra, si cuando las Fuerzas Armadas peleaban por lasfronteras de los criollos, todas las perdieron, y cuando combatieron contra los rebeldestuvieron que recurrir al apoyo norteamericano para que, bajo la dirección de susexpertos en genocidio, masacrasen a los insurgentes?

La explicación radica en que estamos frente a un país que ya perdió totalmente susoberanía, y ante una mayoría popular que perdió gran parte de su autonomía para

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pensar, tal como querían los gobernantes norteamericanos. Y entonces tenemos unescenario en el que los gobernantes sólo pueden ser congruentes en la toma dedecisiones fundamentales acudiendo al poder real.

Recapitulando, como hemos podido apreciar, en el fondo de las aparentes controversiaspor las fronteras Perú-Ecuador está la política contrasubversiva, pues si algo no interesaa Fujimori, es la soberanía y las fronteras. Los conflictos de 1941 y 1981 no convirtierona estos países en enemigos irreconciliables ni en peligros mutuos, fue precisamenteFujimori quien, con su capacidad de manipular (con los jefes militares y el SIN) larealidad, después de la guerra del Cenepa, produjo imágenes y anuló conceptos, desatófobias y visiones, embarcando al pueblo peruano en un conflicto sangriento que despuésno pudo resolver. Cuando intentaron cambiar la imagen con las negociaciones de paz,los pueblos amazónicos del Perú (Loreto, Ucayali, etc.) se desencantaron y comenzaronuna crítica que más tarde continuó. Así mismo, en Ecuador, la reducción del precio delpetróleo provocó una recesión y una ola de huelgas que hizo olvidar a todos su triunfodiplomático.

En Colombia se enfrentan 18.000 rebeldes de las FARC, EPL y ELN a 230.000 efectivosde las Fuerzas Armadas, y se encuentran en un equilibrio estratégico. Las FARC(creadas en 1964) crecieron enormemente en los últimos años, y si en 1980 contaba con10 frentes, en 1999 tenía más de 73. En ese contexto, el Estado no puede resolver laparticipación de unos paramilitares sin estatuto político y calificados como degradadoresde la guerra por el exministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Augusto RamírezOcampo. En Chile, los movimientos derivados de la recesión se comienzan aemparentar con la lucha por el enjuiciamiento a Pinochet. En Bolivia, los campesinos delChapare y la COB realizan esfuerzos por reorganizar la central y encontrar lapotencialidad y capacidad de combate que los caracterizó. Venezuela ha vuelto amostrar, ahora organizadamente y en orden, su oposición a la oligarquía al elegir a unexmilitar progresista como presidente. Sin embargo, no olvidemos que este último esparte de los proyectos que hoy en día convienen al nuevo orden, y por ello susrepresentantes le otorgan su consentimiento.

La globalización supone un cambio sustancial del papel de los estados considerandoque las estructuras supraestatales posibilitan el desarrollo del sistema a mayor escala, ylos estados dejan de ser los agentes exclusivos de este proceso adecuando susactuaciones al control social y a la recaudación. El papel de los estados cambia, y ahoraconsiste en desarrollar en sus ámbitos las condiciones para la movilidad de mercancíasy capitales, realizar las políticas de ajuste y desregulaciones, y contribuir así a lacreación de instrumentos supraestatales que consoliden el nuevo orden. La política dedesestructuración y deslocalización de seres humanos y empresas crea amenazasrepresivas y subversivas cuya resolución, por lo común, es militar. La situación hallegado al extremo de privatizar la seguridad a través de empresas de mercenarios conla más alta tecnología militar. Ofrecen un know how que asocia lo militar a una estructuraempresarial de asistencia militar. En Colombia y Brasil, presuntamente son contratadaspor empresas petroleras (Bernales, 1999).

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PERÚ: POLÍTICAS CONTRAINSURGENTES

Gobernabilidad y rebelión

El dictador Fujimori, ante las críticas del Departamento de Estado norteamericano,3enarbola las banderas de líder de la contrainsurgencia latinoamericana invocando alcerco de Colombia ante el Colegio Interamericano de Defensa.

Esta lógica militarista es una prolongación de su política interna, que en este caso haprovocado respuestas de la misma naturaleza. En Perú, la oposición comienza arearticularse y a interpelar a los sujetos con capacidad de respuesta. En 1998 fueron lajuventud universitaria, los sindicatos y centrales de trabajadores en conflicto; loscreadores, escritores y artistas; los maestros y obreros de la construcción. Si lasmovilizaciones convocadas en los últimos años causaron miedo en el poder, en sectoresde la oposición provocaron pánico, y ahora tendrán que pensar mucho para llamarnuevamente a la protesta popular. Aparecen otros más que impulsan la lucha popular yla organización rebelde de la sociedad civil. Para la primera quincena de marzo estabanconvocados paros regionales en la zona amazónica de Tingo María, en el área andinade Cusco y Puno, agregándose decenas de frentes regionales, reconformándose losfrentes populares, frentes de defensa y gobiernos locales para reiniciar un nuevo ciclo deluchas contra el centralismo y la arbitrariedad, que deben concluir con un paro nacionalbajo el llamado de la CGTP.

Tampoco la rebelión senderista ha desaparecido, como muchos podrían pensar. Laprensa informa esporádicamente sobre sus acciones, cuando no se pueden silenciar ocuando quieren pedir ayudas extras a los Estados Unidos. Las acciones se desarrollanprincipalmente en la selva central, en la cuenca del río Huallaga, en los valles del Ene ySatipo, en la Cordillera Central, en los departamentos de Apurímac, Junín, Ayacucho yHuancavelica. Atacan a posiciones militares o a empresas extranjeras que afectan laeconomía popular con sus altas tarifas por servicios, como la Telefónica del Perú o Luzdel Sur; desarrollan la guerra de guerrillas y ocupan pueblos, organizan acciones depropaganda mediante pintas en los cerros y ocupando emisoras de radio, etc. Segúncálculos de Carlos Tapia (experto en contrainsurgencia, como muchos intelectuales deizquierda que quedaron en el desempleo y eligieron temporal o definitivamente ladefensa del poder) en el segundo semestre de 1997 hubo más de 500 accionesarmadas, dejando 150 muertes al ejército. Su fundado temor radica en que estasacciones gozan del apoyo de la población, y que el cambio de métodos y formas delucha pueden darles la legitimidad de la que antes carecieron.

El gobierno de las Fuerzas Armadas, que está reorganizando a las rondas (fuerzasparamilitares dirigidas por el Ejército, también conocidas como Comités deAutodefensa), ha declarado en estado de emergencia a Lima-Callao, Ayacucho, Cusco,Huancavelica, Junín, Pasco, Huánuco, San Martín y Loreto. La policía ha creado unaunidad especial para capturar a líderes senderistas, y continúa recurriendo al apoyonorteamericano. En marzo, 30 entrenadores militares llegaron a consolidar unaimportante base de radares: 15 seals de la Marina, nueve boinas verdes del Ejército,

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cuatro marines y dos oficiales del servicio de Guardacostas (Washington Post,21/04/98).

El director de Human Right Watch para el Perú, Bolivia, Venezuela y Chile, SebastianBrett, comentó que el sistema judicial peruano sufre la injerencia del Ejecutivo, mientrasque en los otros países existen graves problemas en la administración y desarrollo deuna justicia independiente. La DINCOTE continúa deteniendo a abogadospertenecientes a la Asociación de Abogados Democráticos que defendieron a presuntossenderistas o emerretistas. Ya son seis en los últimos meses (totalizando 11) entre ellos,Ramón Landaure, quien como miembro de APRODEH defiende a niños presos políticosy a los abogados de Abimael Guzmán, que también están presos y condenados acadena perpetua (Jorge Cartagena, Martha Huatay y Alfredo Crespo). También han sidoencarcelados Fredy Huaraz (por defender a sindicalistas y trabajadores), TeodoroBendezú (defensor de mujeres presas y pobladores de barriadas), Esteban Suárez (pordefender a acusados de terrorismo ante los Tribunales sin Rostro) y otros dos, Messa yGamero (por defender a la esposa de Guzmán). Se calcula que 200 abogados másestán fichados y perseguidos por defender a presos que, como se debería saber, sonmás de 4.000, la mayoría sin juicio, y por lo tanto, presuntamente inocentes, que llevanen muchos casos más de 5 años presos. Montesinos diría que están corriendo consuerte, pues otros (como Manuel Febres o Wilfredo Torres), terminaron asesinados porparamilitares.

Conocer la situación en las cárceles será útil para entender por qué los padres de LoriBerenson pidieron que su hija, norteamericana y acusada de pertenecer al MRTA y detraición a la Patria (¿será que Perú es legalmente parte de los Estados Unidos y no losabíamos?) sea trasladada a otra cárcel, Arequipa. La prisión de Yanamayo seencuentra a 4.000 metros de altitud y a 10 grados bajo cero, sin ninguna calefacción; lasceldas tienen dos por tres metros, sin luz eléctrica, con un hoyo que les sirve de retrete yuna cama de concreto sin colchón. Allí permanecen los presos 23 y media horas al día,pues salen media hora a tomar sol. La alimentación, que tiene un costo de medio dólaral día, es una dieta que se basa en frijoles y papas. Los libros y revistas no estánpermitidos, lo mismo que radios o TV. Las visitas están permitidas 15 minutos al mes.Otro intelectual de la izquierda contrainsurgente (según la agencia Reuters 19-01-97),recomendaba que se aumentase el rigor a los presos, pero que fuera abolida la tortura.Al presidente de la Cruz Roja Internacional, Cornelio Sommaruga, se le prohibióexaminar las condiciones de vida de los encarcelados. Las investigaciones del Institutode Defensa Legal estiman en 1250 los inocentes y, hasta el momento, han sidoliberados más de 400, calculándose que otros tantos continúan presos. Esta es unaréplica de lo que el SIN quiere para todo el país y está consiguiendo.

En resumen, Perú vive bajo uno de los pocos estados policíacos y terroristas de lahistoria contemporánea del mundo que, gracias al manejo de medios, es bien vistodentro y fuera del país. Pocos saben, por ejemplo, que:

1) El número de cuerpos paramilitares (denominados rondas campesinas) en elnorte ascienden a 3.480, y en el centro-sur, a 1.020.

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2) De los 34 mil encarcelados, 23 mil son sólo inculpados, es decir, no estánsentenciados, y que el 82.5% de los magistrados son provisionales.

3) Los proyectos de inversión en el campo son canalizados por las FuerzasArmadas, a quienes corresponden las políticas sociales y las construcciones ydonaciones, organizándose grandes mafias y negociados a cambio de apoyo ypropaganda progubernamental, en especial en períodos electorales. El gobiernono ha perdido todo su poder político, ni mucho menos. Vamos, Vecino (creacióngubernamental que después se llamó Poder-2000), controla a gran número dealcaldías y regidurías capitalinas, rurales y microalcaldías, es más, controla a losgobiernos regionales y a las prefecturas, que funcionan como controles ycontrapesos de la oposición institucional. Queda la pregunta: ¿cúal es el poderreal y potencial de la oposición?

Finalmente, respecto a la debilidad estatal como producto de su adelgazamiento,queremos decir que el Estado, como ya hemos visto, sufrió importantestransformaciones, modificando su carácter tradicional y volviéndose más presidencialistay patrimonialista, pero manteniendo y fortaleciendo su naturaleza neocolonial. Con estoqueremos decir que se debilitó como germen de Estado nacional, pero se robusteciócomo Estado mediador de un dominio mayor. La institucionalidad ha cambiado parafavorecer al autoritarismo y a la autocracia con una racionalidad más instrumental enaras de la dictadura militar.

El secreto del fin estratégico de Montesinos, la CIA y el SIN, se hace más comprensible:tratar de destruir a aquellas organizaciones que puedan constituirse en poder alternativoy subordinar bajo su control a las instituciones de mayor poder. Lo que resta de poder,es lo que la oposición debe aceptar como espacios democráticos.

El sistema judicial se ha convertido en uno de los talones de Aquiles de Fujimori. ElPoder Judicial, Ministerio Público, Consejo Nacional de la Magistratura y TribunalConstitucional, han sido transformados en caricaturas al estar involucradas en una reddel SIN, que desnaturaliza instituciones, coloca piezas claves y es manipulada desdeafuera. El manejo de las penas es arbitrario, la justicia militar se ha expandido aespacios ajenos a las FF.AA.; la privación de la nacionalidad al propietario de un canalde TV, y los atentados contra la libertad de prensa, son parte de la cotidianeidad. Apesar de todas estas acciones contra la protesta y rebelión, por un lado, y por lareelección, por el otro, la lucha continúa y la sentencia de inaplicabilidad de la Ley deInterpretación Auténtica se mantiene vigente, en calidad de cosa juzgada.

La política de la sobrevivencia y de la expulsión

Una simple observación del ser latinoamericano con sus venas abiertas nos muestra auna inmensa población inventando, creando y recreando formas de sobrevivencia. Suexplicación nos remite a la débil presencia de nuevas empresas industriales, al cíclicoestancamiento económico y a una deficitaria balanza comercial.

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La marcha del 25 de febrero al Palacio de Gobierno, y otras en provincias, son unaexpresión del malestar micro y pequeño empresarial. Estamos hablando principalmentede los empresarios de Gamarra, donde 14.000 talleres y 60 mil trabajadores directosatraviesan una severa crisis financiera a raíz de las inmensas importaciones de ropausada por los empresarios coreanos apoyados por el libre mercado. Estos, y los queconsiguen empleo en las cadenas productivas y comerciales, eran de los pocospropulsores del capitalismo popular que avizoraban un futuro en el Perú, y que ahoratambién piensan en emigrar.Como en toda América Latina, en el Perú, un 54% de hogares no alcanza a cubrir lacanasta familiar, situación que coloca al Perú entre los países más pobres del mundo.De acuerdo a una encuesta de “Cuánto”, 12 millones 048 mil personas (59.7%) seencontraban en situación de pobreza entre 1991-1994, sin embargo, por necesidadesreeleccionistas disminuyó cuatro puntos entre 1994-1997. No es casual que más del33% de estos gastos se inviertan en Lima, donde se encuentra el 66% de electorado.Para crear este espejismo, aparentemente, el Ministerio de la Presidencia, organismo adhoc para ganar consenso, invirtió más en los últimos cuatro años y, sin embargo, ladisminución de la miseria se estancó. El énfasis de los programas está en la ayudaalimentaria, al punto de que el 42.5% de hogares peruanos viven de esta asistencia,llegando en el medio rural al 65%. Correlativamente, la población indigente -de la cual, aun importante sector, los intelectuales han dado en llamar ciudadanía plebeya- en esteespacio se incrementó entre el 94 y 97, del 66.8% al 76.9%. La inversión en armas esradicalmente mayor que los 700 millones de dólares anuales reservados para aliviar lapobreza (La República, 31/07/88; 11.) Respecto al empleo, la política económica sepropuso la rigidez de normas y el costo laboral para conseguir la ansiada competitividad.En el primer caso se introdujeron los contratos temporales y se normó la intermediaciónlaboral legalizando los “services” y las cooperativas de trabajo, privando de derechosindividuales y colectivos a los trabajadores y agravando el desempleo al cundir losajustes laborales; y, en el segundo, el Gobierno desreguló las remuneraciones,provocando la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Con el D.L. 25593 sederoga en la práctica el derecho de los sindicatos a negociar libremente con losempleadores sus salarios y condiciones laborales. Esto se complementa con el despidode dirigentes y trabajadores sindicalizados al amparo de los programas de reducción depersonal.

A ello se vienen agregando los costos sociales de la privatización de la seguridad social,que está creando y creará mayores problemas en salud y seguridad. Como un anticipo,ya se canceló la Ley de Accidentes de Trabajo y Accidentes Laborales. Finalmente, laúltima estocada a las conquistas históricas está determinada por la desaparición de losjuzgados de trabajo, dejando sin instancias jurídicas especializadas los reclamoslaborales. Las conquistas neoliberales se sintetizan en remuneraciones de 15 centavosde dólar/hora, la extensión del desempleo, la generalización de la miseria y elincremento de la mortalidad laboral. Los sindicatos comienzan a responder, como enotros lugares de la región, a demandas que trascienden la empresa, recogen losintereses de la población y se articulan a los gremios de la sociedad civil.

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Como si esto no fuese suficiente, inmensas zonas de la costa fueron devastadas por “ElNiño”, incluso departamentos enteros, como Tumbes, Piura, Lambayeque, Ica, cuya lamortandad se equiparó a la imagen que nos quedó de los desastres y mortandad enBiafra, Somalía o Haití, situación agravada por la apropiación de recursos de ayuda yreconstrucción por parte de las instituciones dependientes directamente de laPresidencia, y por los militares.

La prostitución y la delincuencia, íntimamente asociadas al crecimiento de la pobreza, ala expansión de la racionalidad mercantil y al ejemplo ofrecido por la corrupción estatal,se expresan en la proliferación de bandas que descienden piramidalmente desde elpoder.Muchos otros han migrado fuera del país o se preparan para ello, a tal punto quealgunos analistas estiman en más de tres millones la población que ha salido en buscade mejores expectativas laborales, muchos de ellos no preparados para migrar,viéndose obligados a delinquir y agravando en el ámbito internacional la imagennegativa ya creada prolijamente por el Estado.

En los últimos meses se ha desatado una serie de roces diplomáticos entre Perú y Chiley Perú y Argentina, debido a las grandes migraciones de peruanos a estos países, quehan despertado una fuerte xenofobia en un período recesivo, el rechazo de lasautoridades migratorias, el maltrato y la devolución. La huida se inició en los años 80,con la crisis y las guerrillas viajaban a EE.UU. Un lustro después se agregó como nuevolugar de destino Europa. Mientras más migraban, siguiendo una secular tradición, lasfronteras se cerraban más, llegándose al extremo de que la Unión Europea decidiócerrarles las puertas. Ante el fracaso de Fujimori aumentaron los viajes a todos losdestinos, destacando Japón y América Latina y convirtiéndose en una políticacontrainsurgente. Sería interesante saber cuántos pasaportes se han emitido en ladécada perdida y en la presente. Desde 1990 a la fecha, para viajar a Japón y otrospaíses asiáticos recurrían al cambio de apellidos y a hacerse cirugía para cambiarse laforma de los ojos.

El pretendido triunfo de la oposición en las elecciones municipales

Las elecciones, que en Perú funcionan como alternativa a la rebelión, siendo uninstrumento de confusión y distracción, pueden revertir contra el poder sólo si el pueblotoma conciencia histórica y se unifica por los que deberían ser sus intereses vitales y losde la utopía nacional popular; mientras tanto, todo seguirá igual: un país sin pueblo, sinciudadanía, sin soberanía, desintegrado, balcanizado y sin proyectos estratégicos. Lacomplejidad aparece al examinar la legitimidad estatal de los siete primeros años, puesno podemos negar que lo que hicieron fue con el apoyo de ciertos sectores de lapoblación, aunque fuese con un gran trabajo de inteligencia militar sobre la opiniónpública. Nunca olvidaremos que el APRA y la izquierda fueron quienes cedieron suidentidad y proyectos, postrándose ante Fujimori y consagrándolo como Presidente en1990, renunciando a una segunda vuelta electoral. Pero, ¿qué ocurrió posteriormente?¿cómo se convirtió en mayoría?, ¿Será que el pueblo peruano fue convencido por losmediadores del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de que el desastre económico,

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social y político fue ocasionado por Sendero, la izquierda, e incluso por los partidospolíticos, tal como durante los primeros años de este régimen aparecía cotidianamenteen la prensa nacional? ¿O quizás fué en gran parte obra del autoconvencimientociudadano de rechazar las acciones terroristas y aceptar un nuevo orden tecnocrático-militar que se inició por la estabilización, la reinserción neocolonial y el crecimientoeconómico?

La mentira y el engaño son dos rasgos de la nueva manera de hacer política. En lasúltimas elecciones municipales efectuadas en todo el territorio nacional, el SIN crea unmensaje subliminal: “Sendero, no sólo no pudo sabotearlas, ni siquiera en localidadesantes reconocidas como senderistas, como Ayacucho y otros lugares”. Poco después sesupo que la mayoría de las organizaciones que participaron en dicho eventodenunciaron que el movimiento Vamos, Vecino, creado clandestina y vergonzantementepor el gobierno, fraudulentamente ganó las elecciones en aquella ciudad, lo quemuestra, en primer lugar, que los servicios de inteligencia crean verdades y, segundo,que no han bajado la guardia en lo que se refiere a la política contrainsurgente. Viendola situación política más globalmente, nos preguntamos: ¿qué ha ocurrido en el Perú delos últimos años que explique la ausencia de proyectos alternativos y los resultadoselectorales favorables a la oposición? ¿acaso estamos ante la derrota del fujimorismo yel triunfo de la oposición, o más bien ante una estrategia militar de búsqueda depersonajes y movimientos sustitutos para prolongar el autoritarismo militar a través de unfujimorismo sin Fujimori? ¿o quizás estamos en un momento más parecido al de hace unsiglo, cuando los civilistas disputaban el poder a los militares?

En el centro del debate peruano de este siglo siempre estuvo la disputa por la sociedad,un hecho que se ve más claro en los años 60, cuando Lima se modernizaba y setransformaba en una urbe burguesa rodeada de industrias y barriadas, más allá de lomercantil, mientras el resto del país no transponía la categoría de pueblos rodeados decampiña. La representación política era una ficción, los partidos políticos nunca llegarona consolidarse ni fueron lo suficientemente representativos; desde el APRA hasta el PPCo AP, pasando por la Izquierda Unida, fueron movimientos o frentes, mas no partidosmodernos. Al “desbordar” la sociedad al Estado después del proceso velazquista (1968-1975), cuando los nuevos sectores dominantes no se lograban consolidar. En los años80’ existió un vacío de representación que las Fuerzas Armadas disputaban conSendero, contienda que ganaron las primeras. En el interludio 1976-1980 hubo unperíodo que se asemeja al actual, en el que el pueblo, interpelado por sus gremiosdirigidos por la izquierda, aceptó luchar contra los militares. Ello explica el procesopolítico actual, recuperando la memoria de este siglo que termina, cuando las nuevasélites pretenden recuperar el poder para la civilidad. Comencemos anotando que indignaobservar cómo gran parte del pueblo peruano, y particularmente sus intelectuales,fueron perdiendo su dignidad al ser sometidos al orden militar, a un poder y a un controlterrorista inédito en la historia contemporánea de ese país, en aras de la lucha contra lasubversión. En Perú desaparecieron parcialmente, junto al legendario Sendero y alMRTA, los partidos, los sindicatos, la ciudadanía, los espacios públicos, los derechos delos pueblos y los del hombre, las instituciones, la soberanía y los principios. La izquierda“pensante” se reubicó en el nuevo escenario creado para ella (espacios menores, en una

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caricatura de sistema político, aliados con su matriz oligárquica e instalados, primero, enparcelas del poder, y después, en las ONGs, atrayendo a su alrededor a intelectuales dela clase media). Sin embargo, esto no significó la derrota de la sociedad ni de los restosde una exánime izquierda que se mantuvo independiente del Estado, pues a éstas sóloles bastó una convocatoria al referéndum contra la reelección y la negativa respuestapor los aparatos estatales controlados por las Fuerzas Armadas para que estallase lainsubordinación como propuesta para recomenzar la lucha popular.

Y no es que la responsabilidad principal del amodorramiento de la sociedad civil debaser atribuida únicamente a la lucha armada, como de modo fácil lo establecen los másreconocidos intelectuales y políticos del medio;4 más bien, ella principalmente radica enla actuación colaboracionista de la izquierda y sus ilustres representantes,autoadjudicándose el “mérito” en la construcción de la nueva institucionalidad que no esotra que la neoliberal. La izquierda, como en muchos otros lugares del mundo, se hizoneoliberal. Esa izquierda, cuatro lustros atrás tenía el 30% del electorado, llegando aconvertirse en breve lapso en furgón de cola primero del APRA, y después, del dictadorFujimori (no obstante el actual distanciamiento del régimen de los restos que quedan deesa intelectualidad). Sin embargo, más significativa fue la eficacia del terrorismo deEstado y de la legislación antiterrorista creada a inicios de 1995, y que se impusoacompañada de los tribunales militares, los jueces sin rostro, las condenas a cadenaperpetua (hace poco, ampliada a los delitos comunes) la expansión del Sistema deInteligencia Nacional a todos los órdenes sociales, el crecimiento del poder de lasFuerzas Armadas y de las fuerzas de seguridad pública (que ahora son la misma cosa),logrando militarizar las mentalidades de la clase media y revitalizar el parasitismo militarcomo una de las escasas viejas formas de poder y empleo.

La nueva militarización del país significó la reconcentración del poder en las viejas ynuevas élites y la expropiación de toda la fuerza real y potencial a una población quefrustró una vez más su constitución como pueblo y como ciudadanía. Proceso sustituidopaulatinamente por la humillación cotidiana de los humildes y los despidos arbitrarios,los abusos, amenazas, persecución, torturas, y otras formas de terror estatal contra losrebeldes: la desaparición del estado de derecho. La injusticia y la falta de libertad sondos de los rasgos que mejor caracterizan al Perú actual, y que el pueblo ya reconocecomo demandas en un contexto de miserabilización popular, de constitución estatal deestropajos humanos por designio del, hoy por hoy, considerado poder supremo: elServicio de Inteligencia Nacional.5

Tampoco podríamos negar que el Perú ha cambiado en los tres últimos lustros, pero lohizo en las formas, más no en sus fundamentos. Aunados a la estabilización de lasvariables macro de la economía, al doloroso schok para frenar la inflación, y a larecuperación de la inversión, aparecieron algunos fenómenos: las viviendas y edificiosrepintados cada aniversario patrio, los 150 mil automóviles y otros vehículos usadosimportados del Japón y Corea que circulan en la capital, y otros tantos en el resto delpaís, las nuevas gasolineras de la Shell y la Texaco, centros comerciales, hoteles,restaurantes, servicios turísticos, reapertura de cines, casinos y grandes tiendas deautoservicios, como Metro, Woll Mart, Santa Isabel y Saga Falabella (chilenas), los

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edificios de la banca, los cajeros automatizados y los teléfonos públicos; la “limpieza” delcentro histórico colonial, la reaparición de parques y jardines y el ocultamiento de laeconomía informal: espacios públicos para un cada vez más escuálido sector social concapacidad de gasto y el turismo extranjero. Para el pueblo también se crean espaciosaéreos, como la radio y la TV, que trasmiten fútbol, programas cómicos y múltiplesespectáculos denigrantes como los talk show, que difunden un segmento de lo más vilde la cultura popular para que el resto se sienta conforme con su destino; los estadios,circos y diarios amarillistas, mercados y parques populares; en fin, se trata de laredefinición mental y mercantil de la sociedad, que con todas sus secuelas no puedenesconder una realidad más profunda que lastima a cualquier observador sensible a lasdesgracias que vive el pueblo, y que más adelante apreciaremos.

Este proceso fue acompañado por el gobierno del país por un sistema de desinteligenciaque destruye la educación, la cultura, las ideologías y la propia dignidad humana, en elcontexto de un permanente retroceso cultural, educativo y en la politización. Másevidente cuando reaparece el estancamiento económico que se visibiliza después decada proceso electoral, el racismo deconstruido y vuelto a constituir desde las cúpulasoligárquicas y de las Fuerzas Armadas (y que se esparce en toda la sociedad desde elfondo de la historia), el renacimiento de la religiosidad católica ante el embateprotestante, el aplastamiento de la sociedad civil mediante la humillación cotidiana, elenvilecimiento de la vida política y la corrupción de sus élites, la violenciaremonopolizada por el Estado, militarizando todos los espacios de la sociedad, luego dela derrota de los movimientos sociales y de la rebelión de excluidos y campesinos. Es elfin de la débil justicia y libertad y el dominio del bien privado, que se acrecentó con elque dejó de ser público.

Si bien la sociedad ha sido derrotada transitoriamente, el nivel de saturación delexterminio cultural, educativo, ético e ideológico a través del terror, al parecer estállegando a su límite. Aparecen en 1998 las protestas y la crítica de cada vez másextensos sectores de la población: provincias andinas, estudiantes universitarios,trabajadores de la única de las cuatro centrales que sobrevive: la CGTP. La expresiónmás significativa, creemos que es el resurgimiento de Sendero en Los Andes y en lacapital (desde la Amazonia) y más del 75% de la población que expresa su rechazo a lareelección.

El alcalde de Lima, Alberto Andrade, de acuerdo a algunos analistas, habría infligido unatremeda derrota al fujimorismo, sin embargo, esto es sumamente dudoso. Algunos datossobre Andrade confirmarían nuestras apreciaciones. Es de la promoción 1988 del Centrode Altos Estudios Militares y neoliberal como el presidente, lo que explica el respeto quele tienen las Fuerzas Armadas y los Estados Unidos. En política, nada es casual ydebemos sospechar que este alcalde es el próximo candidato de los militares y otrospoderes a la Presidencia, ante cualquier tropiezo de Fujimori.

Los resultados electorales muestran nuevos escenarios. Los candidatos“independientes” derrotaron a todas las fuerzas políticas institucionalizadas, incluyendo aVamos, Vecino, de los militares, y en provincias, incluso a las de Somos Perú, del

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alcalde limeño. En Lima, de los 42 distritos, Somos Perú ganó en la mayoría,apropiándose de la ciudad. Vamos Vecino ganó en 11, y en el resto, los independientes,pero en 24 capitales departamentales se invirtió la relación, en 15 ganaron losindependientes, y del resto, unos cuantos ganó Vamos Vecino, lo que tampoco significala derrota total del fujimorismo (o más propiamente militarismo), pues no se evidencia undefinido antifujimorismo o antineoliberalismo, que es lo mismo. No vamos a entrar en losdetalles de los múltiples fraudes o intentos de hacerlo, condensados en las denunciasque cada día vienen apareciendo en los diarios de la capital y de provincias.

La supuesta derrota tiene varias explicaciones: el efecto de las movilizaciones popularessobre la campaña electoral, la denuncias por corrupción y el uso de fondos públicos paralas campañas oficialistas, el despotismo, el “descubrimiento” de un gobierno real trasbambalinas, las pretensiones fraudulentas, los efectos de El Niño, la recesión ydevaluación, la irresolución del problema con Ecuador. Para nosotros, lo más importantees el hambre (uno de cada dos peruanos es pobre) y el desempleo, y sobre ello, la neciadefensa del modelo económico. Pero además, descansa en las actitudes dictatoriales, lamentira y el engaño, la manipulación cotidiana de la opinión pública, la concentración delpoder a toda costa, el desechar a un millón y medio de personas que apoyaron elreferéndum, y la sumatoria de enemigos.

En efecto, la autocracia (como toda dictadura) ha ido ganando enemigos. Los sindicatosy trabajadores que aún quedan y se reinsertan como sujeto social, la Iglesia cristiana,6los pueblos y regiones de provincia, cuyos municipios reciben sólo el 3% delpresupuesto, mientras que el del Ministerio de la Presidencia supera el 22%, los artistasy universitarios que defienden la cultura y la no intervención militar,7 militaressublevados contra la arbitrariedad de Montesinos y sus amigos, periodistas que seoponen a la expropiación y persecución del empresario Baruch Ivcher, exdueño deFrecuencia Latina, y el papel de denuncia y de creación de conciencia pública por partedel periodista crítico Hildebrandt; diplomáticos que tuvieron que renunciar ante laprepotencia de Fujimori y los militares, el rechazo ciudadano al fraude de 1995, en laselecciones para el Congreso,8 los jóvenes (entre 18 y 25 años) que sienten la pérdida delibertad y de expectativas laborales, y que representan el 27% de los electores...

Por otro lado, las evidencias que se recogen ilustran acerca de la dispersión del mapaelectoral y la ausencia de una representación política clara, aún no hay alternativa.También se aprecia la heterogeneidad de los vencedores y la ausencia de un proyectoopositor, con lo que las bases de la derrota quedan claras, más no las del triunfo en el2000. La fuerza del regionalismo y la descentralización, temas abandonados por Fujimoria favor de la autocracia. Ello hizo sospechar a los analistas que el fin de los viejospartidos populistas había llegado y eran reemplazados por líderes emergidos comonueva clase política. La estabilidad de la economía (otro factor de legitimidad delrégimen) tiende a desaparecer ante un déficit comercial esperado de más de 3 milmillones de dólares en un país que exporta 4 mil millones de dólares, que tiene quepagar una deuda externa por 1800 millones de dólares y sufre una caída del PBI en1.5%. La depreciación de la Bolsa de Valores de Lima en siete mil millones de dólares,entre agosto y agosto de 1997-98, (más del 30%) reflejan la situación financiera del país.

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El incremento de las “reservas de contingencia” de 959 millones de soles en 1998 a2.255 para 1999, demuestran que Fujimori tomó previsiones para su campaña electoral.Con esa débil economía, Fujimori ha estado viajando un año de los 8 que gobierna, susperiplos equivalen a 60 veces la vuelta al mundo, y tienen un costo aproximado de 300millones de dólares en un país donde el 60% de los niños menores de 5 años sufren demalnutrición en tercer grado.

Las elecciones estuvieron precedidas por el rápido agotamiento del Gobierno, y junto aél, la del recientemente descubierto “gobierno en la sombra”. Era una respuesta a lacrítica convertida en protesta de estudiantes, regiones, fracaso de los militares ante laseguridad pública y las relaciones con Ecuador. Buscaron a alguien que fungiera comopremier, y que hubiera hecho méritos tales como su posición antiopositora frente alTribunal de Garantías Constitucionales, sus críticas al alcalde de Lima, Alberto Andrade,la defensa de la empresa chilena Luccheti S.A, en el conflicto ecológico de los Pantanosde Villa, que mostraban su acercamiento acelerado a los militares y al régimen. Era elpersonaje ideal para dramatizar la democracia, como antes lo hizo su correligionarioAlan García. Alguien lo llamó el puntero mentiroso que únicamente se ocupaba de laopinión pública y la “democratización”, mientras declaraba que la política económicaneoliberal correspondía a otros, por ser de aplicación inexorable.

Fueron 77 días los que mediaron entre el primer premier Pandolfi y el segundo. Enmedio estuvo Javier Valle Riestra, una vedette prosopopéyica (como llamaría Mariáteguial propio Haya de la Torre) tan hayista como el original. Un personaje amigo de losmilitares, que está de acuerdo con los fines y resultados de las acciones de lospoderosos, mas no con sus métodos y su torpeza en los procedimientos. Por ejemplo,siempre estuvo de acuerdo con la masacre de senderistas, pero si al mismo tiempo seliberaban a dos emerretistas, se confirmaba el estado de derecho. Para este experto enocultamiento y sutilezas jurídicas, la reelección requería un mejor manejo; no eranecesario desaparecer al Tribunal Constitucional, o que un asesor del Consejo Supremode Justicia Militar se convirtiera en el principal ejecutivo de la Corte Suprema, y queademás, una tal Blanca Nélida Colán manejase el Ministerio Público bajo órdenesmilitares. Los militares necesitaban un Primer Ministro populista y lo consiguieron, sepropuso restaurar el estado de derecho y recobrar legitimidad para el régimen, para ellohabía que derogar 12 leyes anticonstitucionales, sustraer al Ministerio Público y al PoderJudicial de manos del Servicio de Inteligencia Nacional, que había convertido a estasinstituciones en dependencias suyas,9 denunciar al gobierno paralelo para así recobrarel poder para el premierato, finalizar con la intervención militar en las universidadesnacionales, desactivar la reelección, desmontar el andamiaje totalitario del régimen.Terminó su corto periplo polemizando con el presidente del Congreso, Víctor Joy Way,quien sostuvo que los temas más urgentes no eran los políticos, sino los relacionadoscon la pobreza y el empleo.10 La explicación más razonada la ofreció la politólogaCarmen Rosa Balbi, quien considera a Valle Riestra como un instrumento de losmilitares ante la caída de Fujimori. Dos eran las posibles piezas de recambio de losmilitares: Valle Riestra y Andrade. El escenario perfecto para el 2000, que losintelectuales progresistas han dejado de lado en aras de mantener sus espacios depoder.

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La cúpula de las Fuerzas Armadas viene ganando sus propios privilegios en lareconstrucción de la infraestructura del país, en el copamiento de cargos diplomáticos,como las agregadurías, el manejo de fondos internacionales para la lucha contra elnarcotráfico y la subversión, unas Fuerzas Armadas que pretendan re-reelegir a “su”presidente por cualquier medio, tienen que conseguir antes de ello varias condiciones:un Congreso totalmente sumiso al dizque gobernante, un Poder Judicial y MinisterioPúblico11 intervenidos y un Ejecutivo que se impone sin contrapesos. Sin embargo, elavasallamiento de instituciones y la eliminación del estado de derecho no es suficiente,pues la lucha es dinámica y existe la opinión pública. Desde el 5 de abril de 1992,censores y personal castrense supervisan las redacciones de los medios de prensa, noobstante la pleitesía que la mayoría de periodistas rinden al poder. Está visto queúnicamente podrán conseguir sus metas si existe complicidad con la élite intelectual quemonopoliza el pensamiento crítico, y entre sus representantes está el periodismo.

La última jugada tridimensional entre el APRA, el expresidente Alan García y Fujimori,muestra otra vez el cinismo y la falta de respeto a la ciudadanía y al pueblo peruanos.Luego de un acuerdo para que García pudiera ser candidato, cunde el desconcierto enla futura elección entre el más malo. ¿Quién tiene más virtudes? ¿quién robó más? Seabre el frente a atacar y los dos salen gananciosos.

Es correcto lo que sostiene Quijano: el núcleo central de la cuestión nacional en AméricaLatina es la clasificación racista-etnicista de la población que bloquea lademocratización. Sólo una radical descolonización del poder resuelve el problema, y noen las condiciones capitalistas. La globalización implica la destrucción del incompletocarácter nacional de los estados, mientras el Estado sea menos nacional, será másexcluyente y polarizante. (Quijano, 1999)

Estados Unidos (como sostiene Francois Chesnais) está interesado en construir unorden mundial que tal vez no sea unipolar, pero en el cual un polo domine por completo,desde el punto de vista político, militar y financiero, a los otros dos. La cuestión delcapital no puede ser resuelta a nivel del Estado o de las fronteras, sino reconstruyendoun sujeto social, la historia puede ser conducida por el ser humano. (Chesnais, 1998)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Bernales, Enrique, (1999), Declaraciones a La República, Lima, 7 de febrero. • Washington Post, (1998), 21 de abril.• La República, (1988), 31 de julio, Lima.• Quijano, Aníbal, (1999), “Más temprano que tarde”, Revista Memoria, México,

febrero.• Chesnais, Francois; (1998), Hay que reconstruir un sujeto social, entrevista por

Antonio Martins aparecida en Brecha, agosto, Montevideo.• Tapia, Carlos, (1998), Agencia France Press, 2 de enero.

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II PARTE

LOS ACTORES DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y FRONTERIZA

FRONTERA, ESTADO Y EMPRESARIOS EN LOS PROCESOS DEINTEGRACIÓN REGIONAL EN AMERICA LATINARita Giacalone

En general, el proceso de integración regional que se aceleró en América Latina desdeel comienzo de los años noventa, ha producido una diferente valorización espacial de lasáreas fronterizas en países como México, por un lado, y por otro, Colombia y Venezuela.Mientras el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que entró envigencia en enero de 1994 aseguró para la región del norte de México un dinamismoeconómico importante, en la frontera colombo-venezolana no se percibe un fenómenocon las mismas características a partir del tratado de integración binacional entre estasnaciones establecido en 1992. Analizaremos en primer lugar algunas premisas quedestacan los cambios que se producen en la variable espacial con la integración regionaly, en segundo lugar, las relaciones entre Estado y sector privado en México, Colombia yVenezuela, con el fin de demostrar que la liberalización de bienes, servicios einversiones entre países geográficamente contiguos no es suficiente para convertir a lafrontera común en un foco de desarrollo económico. La calidad y cantidad de lastransacciones en las áreas fronterizas no depende tanto de la proximidad geográficacomo de aspectos de la economía política doméstica, entre los cuales hemos elegidoexplorar el de las relaciones previamente establecidas entre el Estado y los empresariosde los países que crean este tipo de acuerdos. Por lo tanto, estas relaciones puedenactuar como licitantes (en los casos de Colombia y Venezuela) o propulsores (en el casode México) de la economía fronteriza.

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA VARIABLE ESPECIAL EN LAINTEGRACIÓN REGIONAL:

Para López Villafañe (1997: 19-30) la integración regional reproduce dentro de unespacio geográfico delimitado las características de la globalización. De esta forma seadvierte que la regionalización actual muestra mayores desigualdades en términos debeneficios y adquiere características diferentes según la situación estructural de laeconomía de los países (EE.UU., Japón, Alemania) que fomentan los principalesbloques comerciales existentes. De esta combinación de características derivan lasdiferencias institucionales que se observan entre los esquemas de integración actuales.Las instituciones de integración son, por lo tanto, expresión de fuerzas económicassubyacentes. Por ejemplo, en el SE asiático, el interés de Japón por la construcción deuna zona económica de influencia hace que su estrategia consista no en la firma deacuerdos de libre comercio, sino en la formación de cadenas productivas (filialeshorizontales y verticales). Pero para EE.UU., la integración con América Latina esfundamentalmente comercial y financiera, con el doble propósito de aumentar lacompetitividad de sus grandes empresas y de continuar la transferencia de capitalesdentro de la región integrada. En este sentido, acuerdos como el Tratado de LibreComercio de América del Norte (TLCAN) acentúan la dominación de la tecnocraciafinanciera y de las industrias transnacionales (López Villafañe 1997: 147).

La dimensión regional puede considerarse como una situación intermedia entre lonacional y lo global, cuando se habla de esquemas de integración regional, y entre lolocal y lo nacional cuando se trata de regiones subnacionales. (Balme 1996: 13) Dentrode la nueva economía política internacional, la distribución espacial de las actividadesadquiere importancia como resultado de procesos complejos y diacrónicos. Mientras quela informatización de la economía y la rapidez de las comunicaciones disminuyen lasventajas geográficas de algunas regiones, otras adquieren renovado vigor debido a unaactuación política concertada de su gobierno y sector privado, que negocian acuerdosinstitucionales favorables.(Balme 1996: 18) Se produce así «un cambio de escala» en lapolítica, en el que las regiones, constituidas mediante acuerdos de integración, y lassubnacionales, conectadas entre sí por este mismo fenómeno, llevan a cabo accionespolíticas a nivel internacional o transnacional para beneficiar su economía y, en últimainstancia, el bienestar de sus respectivas poblaciones. Para Balme (1996: 18-19) no setrata de un juego suma cero en el que las regiones ganan y los estados nacionespierden, sino de un proceso en el cual los gobiernos--representación del Estado-nación -- usan las instituciones de integración para lograr fines económicos y de bienestargenerales, mientras que el sector privado incide a nivel de las regiones subnacionalespara obtener medidas específicas y concurrentes que faciliten la cooperación entre ellas.Esta cooperación entre regiones puede ser bilateral o multilateral, transfronteriza otransnacional sin contigüidad territorial. Dentro de ese proceso vuelven a discutirse lasllamadas «economías de aglomeración», que permiten disminuir el costo de lastransacciones al aumentar el número de usuarios o al racionalizar las actividadeseconómicas. (Silva 1993: 2-3)

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En el contexto de la Unión Europea, experiencias de este tipo están bien documentadas.De esta manera, la integración territorial ofrece a territorios periféricos dentro de susrespectivas naciones, usualmente adosados a las fronteras, la posibilidad de ubicarse enuna posición central dentro del nuevo espacio integrado. (Balme 1996: 25-26) Elproblema radica, sin embargo, en que si no existe conciencia de las posibilidadespositivas que abre la integración para esas regiones ni hay voluntad política paradesarrollarlas, la interdependencia económica con los vecinos puede generar uncomportamiento más competitivo que cooperativo, con lo cual todos pierden. SegúnBalme (1996: 31)

En un mundo en el cual las relaciones internacionales son determinadas por agenteseconómicos y los intercambios pueden ser infinitos, las regiones introducen el orden alseleccionar metas, informaciones y socios para la cooperación.

Dentro de este neorregionalismo existen redes de acción colectiva privadas y públicasque se superponen unas a otras desde lo local, lo regional (subnacional), lo nacional y loregional (esquema de integración). Durante este proceso se adquieren múltiplesidentidades concurrentes, que «son acumulativas y no exclusivas.» (Balme 1996: 35)Este último punto lo consideramos de gran importancia para nuestro tema porque en lamedida en la que no se asuma el concepto de pertenencia a distintas identidades,elementos de nacionalismo podrían interponerse en la identificación y el desarrollo deintereses de cooperación entre regiones, desembocando en el comportamientocompetitivo al que aludía Balme.

En el caso del TLCAN, la cooperación en términos financieros, productivos otecnológicos y comerciales o de distribución (Silva 1993: 4) ya se ha hecho notar yprovee un buen ejemplo del hecho que la integración parece darse entre grandesregiones económicas funcionales más que entre naciones.(Aguilar Barajas 1995: 409-411) La consecuencia más obvia hasta ahora del acuerdo ha sido la integración del áreade Monterrey, Edo. de Nuevo León, a la economía del sur de Estados Unidos,especialmente a la de Texas, centrada en la ciudad de San Antonio. Entre estas dosciudades se ha conformado un corredor de intensa actividad económica, conramificaciones hacia Ciudad Juárez-El Paso, Houston y Coatzacoalcos.Tradicionalmente, esas regiones habían sido interdependientes antes de la firma delTLCAN, por lo cual este acuerdo sirvió para institucionalizar aspectos de una realidadeconómica previa. De tal manera, muchas veces los acuerdos de integración no hacenmás que institucionalizar relaciones económicas preexistentes en torno de «zonaseconómicas naturales.» (Ohmae 1993: 78-89 citado en Aguilar Barajas 1995: 410) En elcaso de Monterrey, por ejemplo, buena parte de las maquiladoras y de las grandesempresas mexicanas establecidas en esa región lo habían hecho antes de la firma delacuerdo.(Aguilar Barajas 1995: 413) Destaca el hecho que las implicaciones a escalasubnacional de este proceso de integración regional han sido descuidadas en laplanificación política mexicana, según Aguilar Barajas (1995: 409), aunque a principiosde los noventa, la Secretaría de Desarrollo Social efectuó dos estudios sobre los efectosdel TLCAN en las regiones mexicanas. (Véase estudios académicos de esasimplicaciones en Gutiérrez Vidal 1994 y Polese y Pérez Mendoza 1995)

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En cuanto a la frontera colombo-venezolana, se advierten más limitaciones paraalcanzar la integración física entre las dos naciones a lo largo de su frontera común porproblemas de infraestructura (mal estado de las carreteras y precariedad de los mediosde comunicación, por ejemplo) y otros. (Bustamante 1998: 61) Diversos trabajos handestacado también la situación de «atraso, descuido y despoblamiento» (Blanco 1998:96-97) de este vasto espacio geográfico cuya economía se articula a lo largo de tresejes: Cúcuta, Villa del Rosario, San Antonio y Ureña, por un lado, Maicao, Paraguachóny Paraguaipoa, por otro, además de Arauca, El Amparo y Guasdualito. Algunos de estospuntos de contacto entre Colombia y Venezuela muestran una larga historia deintercambio humano, comercial y cultural, como es el caso del segundo eje mencionado,el cual articula el territorio de la etnia wayú, dividida hoy entre los territorios de las dosnaciones en la Guajira. El eje Cúcuta-Ureña ocupa un lugar intermedio en el tiempo,pues sus contactos se remontan a la ocupación española y se intensifican desde el sigloXIX. El más reciente es el del Arauca-Guasdualito.

Sin embargo, esta abundancia de puntos de contacto físico, cultural y económico entreColombia y Venezuela no se ha traducido en ventajas económicas obvias para lasregiones que se articulan en ellos. Sólo en el eje Cúcuta-San Antonio, favorecido por lapresencia de la carretera Panamericana, se advierte algún desarrollo de la actividadindustrial, mientras que el segundo cuenta con actividades agropecuarias y comercialesy en el tercero se da desde hace pocos años la explotación petrolera y algo de actividadagropecuaria. Los tres continúan siendo estructuralmente dependientes de los centroseconómicos de sus respectivos países. (Blanco 1998: 97)

Mucho se ha explorado también el tema de la violencia y la inseguridad a lo largo de lafaja fronteriza colombo-venezolana como causante de la situación poco floreciente deesas regiones y de su incapacidad para transformarse en polos de desarrolloeconómico. Sin descartar estos elementos que son obviamente reales, nuestroargumento considera que de darse el fin de la violencia asociada tanto con la guerrillacomo con el narcotráfico y la extorsión, estos tres ejes no generarían sino un impulsoeconómico de mediano a escaso resultado debido a factores estructurales internos delas dos naciones. Algunos de ellos se refieren a problemas de infraestructura física queya mencionamos, a la ausencia de un marco legal apropiado (Blanco 1998: 99-100), a lafalta de programas de desarrollo espacial que pasen del papel a la obra y que recibancontinuidad por gobiernos sucesivos, pero debemos agregar otros aspectos menostécnicos y más políticos. Entre ellos, aquel en el cual centraremos nuestro análisis es elde las relaciones entre Estado y sector privado en Colombia y Venezuela, queconsideramos de vital importancia para un adecuado desarrollo económico de la fronteracolombo-venezolana. En la próxima sección exploraremos estas relaciones encomparación con las existentes en México a fin de demostrar este punto.

RELACIONES ESTADO-EMPRESARIOS EN MÉXICO, COLOMBIA YVENEZUELA

El análisis de las relaciones entre el Estado y los dueños del capital en México se haabordado en numerosos estudios dentro del ámbito académico y desde perspectivas

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diferentes. Uno de los trabajos más detallados es el de Cypher (1990: 46-47), quien hadocumentado la acción de los grupos empresariales organizados desde los años deLázaro Cárdenas (1933-1939). Este presidente fue responsable directo de la creación deCANACOMIN (Cámara Nacional de Comercio e Industria), que estableció un espaciopara el diálogo entre los empresarios y el Gobierno de la revolución mexicana. Pero notodo el sector privado aceptó este esquema corporativo que le impedía utilizar losmedios de comunicación y el debate político abierto para incidir sobre la políticaeconómica. Los que no lo admitieron, sobre todo los empresarios más grandes deMonterrey, vinculados a la banca, el comercio y la exportación, formaron en 1929 laCOPARMEX (Confederación Patronal de la República Mexicana).En 1941, CANACOMIN se dividió en CONCAMIN (Confederación de CámarasIndustriales, con una cámara semiindependiente), CANACINTRA (Cámara Nacional dela Industria de la Transformación) y CONCANACO (Confederación de CámarasNaciones de Comercio). De esta forma, mientras que el «dinero viejo» se orientabahacia la COPARMEX, el gobierno promovía un sector industrial conformadofundamentalmente por empresarios medianos y pequeños organizados dentro deCANACINTRA. Ya en los años ochenta se observa que ambos grupos comenzaron aactuar de forma concertada en sus relaciones con el Estado. Cypher (1990: 85)considera que para entonces, muchos de los líderes empresariales de CANACINTRAhabían prosperado, se habían incorporado a CONCAMIN y habían adoptado unaideología similar a la de COPARMEX. En general, sin embargo, el sector privadomexicano siguió siendo heterogéneo en intereses sectoriales, tamaño de susestablecimientos, ubicación geográfica y relaciones con los decisores políticos,regionales y nacionales y con el capital extranjero. (Alba Vega 1991: 111) Luna et al.(1987) documentan también que en los años cincuenta y sesenta aumentó la influenciapolítica del sector empresarial en el nombramiento de cargos gubernamentales y en lasconsultas sobre políticas económicas específicas. Asimismo se constituyeron nuevasorganizaciones empresariales voluntarias con menor tamaño que las cámaras y conrelaciones personalizadas con el gobierno. Este último factor favoreció el que miembrosde la burocracia gubernamental entraran a trabajar para empresas al abandonar suscargos y que, a la vez, miembros de la comunidad empresarial ocuparan cargos en elgobierno. Esta cooperación entre empresarios y Estado no sufrió cambios hasta lasadministraciones de López Mateos, cuando se produjo la nacionalización de unacorporación eléctrica, y de Echeverría, cuando el gobierno rechazó un programapresentado por la COPARMEX, que incluía la reprivatización de las industriasparaestatales, la promoción de las exportaciones, un mayor acceso para las inversionesextranjeras directas, asistencia para la industria y el fin de la reforma agraria. Lasasociaciones empresariales pasaron entonces de la defensiva a la ofensiva y seconstituyeron nuevas organizaciones. La más importante en 1975 fue el CCE (ConsejoCoordinador Empresarial), que combinó el gran capital de CONCAMIN y CONCANACOcon la fracción norteña de COPARMEX, y la ABM (Asociación de Banqueros Mexicanos)que se convirtió en la voz más poderosa de la élite económica. (Cypher 1990: 105-106;Tirado y Luna 1995: 2-3)

Durante la presidencia de López Portillo (1976-1982) las relaciones empresarios-Estadomejoraron, pero dos factores hicieron que la cooperación entre ellos no fuera tan

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estrecha: por una parte, el ingreso petrolero acelerado por el hallazgo de nuevosyacimientos y por los altos precios internacionales fue el motor de la economía, lo cualinfluyó para que el gobierno descuidara el sector interno de la economía; por otra parte,el sector privado aprovechó el clima favorable para extender sus inversiones financierasy también para contraer fuertes deudas en el exterior. En esto último siguió la mismatendencia que el sector estatal. (Camp 1989: 28, 215; Grindle 1996: 51-54)En 1982, la decisión de López Portillo de nacionalizar la banca privada, suspender elpago de la deuda externa pública y devaluar el peso en un 60 % representó un fuertegolpe para la élite económica. (Cypher 1990: 122) El CCE y los banqueros reaccionaronllamando a una huelga general de empresarios, pero algunos sectores industrialesconsideraron que sus lazos con el Estado eran demasiado importantes como paraarriesgarlos para defender los intereses de los banqueros. Si hasta ese año la éliteeconómica mexicana confiaba en su capacidad de ejercer influencia sobre el gobiernode turno, la nacionalización destruyó este sentimiento. (Camp 1989: 136) Desde esemomento, los empresarios grandes se movilizaron para impedir que en el futuro,medidas como la nacionalización bancaria siguieran siendo posibles.(Cypher 1990: 125-126)

En los setenta, la necesidad de competir con el capital extranjero había llevado al sectorprivado mexicano a forjar alianzas entre diferentes grupos industriales y comerciales entorno de casas bancarias como BANCOMER, BANAMEX Y SERFIN. (Puga 1993: 37-39)Después de la nacionalización de los bancos en 1982, esta tendencia continuó, peroesta vez en torno a sociedades de inversión. El Grupo Monterrey es un buen ejemplo deestas estructuras. (Puga 1993: 39-40). Otro tipo de reacción fue la reactivación del PAN(Partido Acción Nacional) por parte de algunos grandes empresarios para recuperar através del control político, sobre todo en las gobernaciones del norte, el poder quehabían perdido con la nacionalización. (Alba Vega y Riviere d´’Árc 1996: 157-168documentan el caso del PAN en el estado de Chihuahua) Finalmente, el pago en bonosoficiales de las compensaciones a los banqueros y la venta de acciones de las empresasfinancieras no bancarias (seguros, arrendadoras, casas de bolsa, etc.) permitieronreconstituir un sector financiero privado sin control gubernamental. (Maxfield 1992: 87,90 y 98; Puga 1993: 187-189; para más detalles sobre el empresariado mexicano y susasociaciones a fines de los años ochenta, véase Garrido 1994: 159-193)

Teichman (1988: 143) enfatiza que el sector privado mexicano no desarrolló un proyectoeconómico independiente antes de 1982 porque había tenido éxito en penetrar el Estadoy porque compartía visiones similares de la economía con la burocracia gubernamental.El predominio de los banqueros antes de ese año también ayudó a asegurar lacooperación con el gobierno de las corporaciones industriales-financieras más grandesy, más tarde, el sector burocrático aliado a los banqueros fue capaz de revertirparcialmente la nacionalización mediante el pago en bonos y la venta de las compañíasno bancarias. En ese momento, Teichman (1988: 145-147) percibe una verdadera luchaentre lo público y lo privado, en la cual el gobierno no consigue controlar elcomportamiento de los empresarios y éstos no pueden hacer aprobar políticas a suentera satisfacción.

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La reestructuración de la economía, en especial la política de privatización, proveyó denuevas oportunidades al sector privado. Esta política se inició en los años ochenta,luego de la caída de los precios internacionales del petróleo y de los terremotos en laCiudad de México, pero la venta de las grandes empresas públicas sólo se aceleró apartir de 1987. Hoshino (1996: 39-45 y 48-49) demuestra que en esa etapa la mayoríade esas empresas fueron adquiridas por inversores mexicanos, ya que existíanlimitaciones al capital extranjero en ciertas áreas (telecomunicaciones, aviación, etc.) ylos grandes grupos tenían capacidad financiera para hacer esas adquisiciones. Por suparte, Ferrer (citado en Ramírez 1994: 40) argumenta que la privatización tuvo comopropósito restaurar la asociación entre Estado y sector privado, que se había roto con lanacionalización bancaria en 1982. Con el gobierno de Salinas de Gortari (1988-1994) laalianza entre ambos volvió a sellarse. El Pacto de Solidaridad, establecido en 1987,señaló que ya para los empresarios no había dudas de que el presidente de La Madrid ysu candidato Salinas de Gortari estaban comprometidos a desmantelar el Estado.(Garavito y Bolívar 1990: 54-55) En consecuencia, el apoyo empresarial al PAN sedisolvió y, mientras algunos «radicales» se mantuvieron leales a ese partido, el restó sereagrupó en torno al PRI para las elecciones de 1988.(Cypher 1990: 196; Teichman1992: 143; Tanski y Blum 1994: 69)Para fines de la década de los ochenta, también el PRI (y con él, la estructura estatalmexicana), había sufrido profundas transformaciones. Institucionalmente, los burócratasdel partido habían pasado de una orientación política a otra más técnica y a forjar unaalianza explícita y exclusiva con los segmentos más elitescos de los grandesempresarios. (Pastor y Wise 1994: 479) Esto se advirtió en especial durante lanegociación del Pacto de Solidaridad entre el CCE y altos tecnócratas de los ministeriosde Comercio y Finanzas. Las decisiones tomadas por ellos fueron luego comunicadas alos empresarios menores, campesinos y sindicatos. (Pastor y Wise 1994: 479-480) Enese período se observó un importante vuelco ideológico, tanto en el sector público comoen el privado, lo que contribuyó al acercamiento entre ambos. Este aspecto del cambiointerno del PRI vale la pena destacarlo, ya que tanto Salinas de Gortari como Zedillo, susucesor en la presidencia, surgieron de los tecnoburócratas del PRI para llegar a asumirla presidencia de México. (Camp 1995: 144, 219, llama a Salinas el «presidentetecnócrata»)En resumen, lo anterior nos lleva a coincidir con Luna (1990: 267) cuando señala que enlos ochenta se forjaron nuevos acuerdos entre el Estado mexicano y los empresarios,tanto en el nivel económico como en el ideológico, a partir del gobierno de de La Madrid(1982- 1988). Para entonces, el desarrollo económico iniciado en los años cuarenta conimpulso estatal había hecho surgir nuevos actores sociales no incorporados al sistemapolítico, entre ellos, grupos empresariales a los cuales la nacionalización de los bancosen 1982 forzó a reconocer que, aunque ellos eran dueños de sus empresas, unadecisión del gobierno podía quitárselas. (Bizberg 1990: 123, 125). Después de lanacionalización, dos sectores empresariales se enfrentaron entre sí para imponer suforma de representación: el tecnocrático, que favoreció las relaciones clientelistas con elgobierno, y el liberal conservador, que buscaba un nuevo corporativismo político conparticipación en las decisiones en materia de política económica y se agrupaba en tornoal PAN. El primero privilegiaba los lazos con el Estado y el segundo con la sociedad.Desde 1987/88 el primer grupo se impuso al segundo. (Luna 1990:273)

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A Salinas de Gortari y a la nueva alianza Estado-empresarios correspondió presidir lasnegociaciones sobre libre comercio con Estado Unidos y Canadá para la firma delTLCAN. En estas negociaciones es donde se puede observar la relación Estado-sectorprivado en acción y la influencia que ella tiene sobre un proceso destinado ainstitucionalizar nuevas regiones económicas (tanto a nivel subnacional como externo).Según Thacker (1999: 4), las dos posiciones básicas al respecto pueden resumirse enlas asumidas por Frieden (1991) y Bates y Lien (1985), respectivamente. Para elprimero, los intereses de los grupos que poseen capitales con escasa capacidad demovilidad rápida y la fuerza de su influencia determinan la adopción por parte del Estadode una política económica, tal como la de un acuerdo de libre comercio. Para lossegundos, los representantes estatales para sobrevivir políticamente necesitan que sussociedades posean crecimiento económico, una base impositiva fuerte y un empleoseguro, todo lo cual los vuelve vulnerables a decisiones de los inversores privados queafecten sus cálculos. Por lo tanto, las presiones de aquellos que poseen capital concapacidad de deslocalizarse fácilmente pueden ser más efectivas para el Estado que lasquejas de los que, de todas formas, no pueden salirse del juego. Thacker tambiénestablece que la geografía económica de México permite visualizar un mapa de poderde los empresarios de ese país, en el cual, los del norte, más orientados hacia EstadosUnidos y el ámbito internacional en general, son también los relativamente másindependientes del patronazgo del gobierno. Mientras tanto, los que se localizanalrededor de Ciudad de México dependen mucho más del mercado interior y de laprotección estatal.Esto se correlaciona con los resultados de una encuesta empresarial llevada a cabo porBANAMEX en 1988, cuyos resultados mostraron que para los empresarios del norte, un89 % se mostró de acuerdo con la afirmación según la cual la liberalización comercialdebía continuarse o profundizarse; sin embargo, para los del noroeste fue de un 75 %;para los del área metropolitana de Ciudad de México, un 63 %; para el centro, en suconjunto, un 61 %; y para la región oriental, un 60 %. (Alduncin 1989 citado en Thacker1999: 5) De acuerdo a lo anterior, la adopción de un acuerdo de libre comercio entreMéxico, Canadá y Estados Unidos fue posible porque en México, la distribución de poderdel sector empresarial (y como resultado de esto, su alianza privilegiada con el gobierno)había cambiado de tal forma que favorecía a los grupos empresariales más grandes,orientados hacia el ámbito internacional y localizados en el área de influencia de lafrontera norte con Estados Unidos. Aquí deben destacarse dos elementos: 1) Lapreexistencia de una infraestructura física y económica vinculada al eje Monterrey-Texasy 2) una alianza del sector empresarial vinculado a esa frontera con el Estado mexicano.El tratado institucionalizó vinculaciones económicas previas y fue una demostración dela cercanía entre los grandes grupos económicos norteños y el gobierno del PRI. En esteúltimo sentido puede señalarse que la economía política doméstica jugó un rolimportante en el establecimiento del TLCAN con las características que éste asumió.Esto no implica descartar la influencia de otros factores provenientes del contextointernacional, sino enfatizar que la vinculación Estado-empresarios resulta importante ala hora de analizar los acuerdos de libre comercio.

Veamos a continuación los casos de Colombia y Venezuela. En el primero se observaque el patrón de constitución de sus principales asociaciones empresariales,

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FEDECAFE (Federación Nacional de Cafeteros de Colombia) y ANDI (AsociaciónNacional de Industrialistas), fue diferente del mexicano, aunque en las dos hayaparticipado el Estado en forma destacada. FEDECAFE fue creada en 1928 por el Estadoal otorgar a los principales productores y comercializadores de café el derecho arecolectar un impuesto sobre cada saco de ese producto exportado. (Schneider 1999:16-17) La ANDI surgió en 1944 en un período de desorden económico creado por laSegunda Guerra Mundial. En esa coyuntura, según Urrutia, (1983: 72) el presidentecolombiano, cercano a los intereses industriales de la región de Antioquia, invitó a estosempresarios a organizarse para hacerle llegar las demandas conjuntas del sector. LaANDI agrupaba primordialmente a los industriales colombianos, pero también representólos intereses de empresarios agroindustriales, financieros y comerciales. En 1945, enreacción frente al control de precios implantado por el gobierno debido a la guerra, seformó la FENALCO (Federación Nacional de Comerciantes). En los años cincuenta ysesenta se constituyó la mayoría de las otras asociaciones empresariales para actuarcomo canales de comunicación y de defensa frente al gobierno. De todas formas, laANDI sigue siendo considerada la organización empresarial con mayor poder económicoy político. (Juárez Anaya 1993: 15-16; Thorp y Durand 1997: 221)

Un estudio realizado en los años setenta mostró que en esa década y la anterior, losrepresentantes de las asociaciones empresariales colombianas casi no visitaron elcongreso nacional. Kline (1974: 274-300) explica que esto se debió a que los principalesmiembros de ellas y los miembros del congreso pertenecían al mismo gruposocioeconómico, por lo cual podían efectuar contactos informales por teléfono, enencuentros sociales, etc.Además, según él, «las asociaciones empresariales no necesitan estar tan activas en elcongreso porque los temas que las podrían amenazar no se llevan a discusión y no esprobable que se haga.» Las organizaciones mayores, como FEDECAFE y la ANDI, a lasque se agregaba ya la FEDEGAN (Federación Nacional de Ganaderos), establecían suscontactos mediante los dos principales partidos políticos: el Conservador y el Liberal. Engeneral, la relación entre el Estado y las asociaciones empresariales colombianas,desde los años setenta se basó en lo que se denominó «la concertación», mecanismopor el cual se crearon comités sectoriales o técnicos integrados por funcionarios delMinisterio de Desarrollo y representantes de las asociaciones. (JUNAC 1986: 85). Fue afinales de los setenta cuando estos mecanismos entraron en crisis a causa deldesplazamiento de la capacidad de influencia política mayor hacia las institucionesfinancieras representadas por la ANIF (Asociación Nacional de InstitucionesFinancieras). (JUNAC 1986: 86-87) Aunque Colombia resultó menos afectada que otrasnaciones latinoamericanas por la crisis de la deuda externa, para 1982, su déficit encuenta corriente era considerable y sus reservas de divisas sufrieron una bajaimportante hasta 1986. (Ocampo y Villar 1992: 169) Además, después de 1982, el sectorprivado colombiano debió enfrentar el impacto de la deuda contraida en el exterior y dela reducción de sus exportaciones al mercado subregional andino, en especial aVenezuela y Ecuador, por la contracción de la economía de estas dos nacionespetroleras. En ese momento, la ANDI apoyó la reestructuración económica propuestapor el gobierno, mientras que la FENALCO se mostraba más cautelosa.

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Entre 1985 y 1989 se abrió una primera fase de apertura comercial siguiendo laspresiones del Banco Mundial. Pero, según Kalmanovitz, (1989: 272) hasta fines de ladécada, el desarrollo de la industria exportadora colombiana se encontró frenado por lapresencia de un complejo «minero-narcótico exportador» que producía rentas altísimas,financiaba importaciones, revaluaba la moneda y arruinaba a la industria nacional queproducía para el mercado exterior. La promoción de una política de mayor aperturacomercial y de acuerdos de libre comercio con las naciones vecinas desde 1990 podríaverse como una respuesta a la necesidad de hallar salidas a los productos de laindustria colombiana. Es importante destacar además que los mercados regionales eranlos que más atraían la producción no tradicional de Colombia.

Frente a los cambios de política económica en los años ochenta, las organizacionesempresariales colombianas no propusieron políticas alternativas, sino que secontentaron con tratar de cambiar o derrotar mediante el recurso a las cortes de justicia,aquellas que les resultaban adversas. Más aún, en términos ideológicos, la ANDI y laFENALCO abogaron por la libertad de comercio y siguieron manteniendo «lazosestrechos con los ministros de Finanzas y Desarrollo y con ambos partidosmayoritarios.» (EIU 1990: 229) Asimismo, en esa década, cerca del 30 % de losmiembros de las comisiones creadas por el CONPES (Consejo Nacional para la PolíticaEconómica y Social) fueron representantes de las asociaciones del sector privado.

En el caso colombiano existía un acuerdo de integración regional previo, el del PactoAndino, creado en 1969, que permite observar la posición asumida frente al mismo porel sector privado de ese país. Según Mytelka, (1979: 96-97) los empresarioscolombianos tuvieron una posición favorable frente a él debido a que su gobierno habíaincluido en la promoción de la política de integración regional un programa de subsidiosy créditos y la creación de una agencia especial, PROEXPO, para incrementar lasexportaciones no tradicionales. Por estas razones, el empresariado apoyó al gobierno,aunque no estuviera de acuerdo, ni con la programación industrial ni con la Declaración24, que restringía la inversión extranjera a un porcentaje de la nacional o regional. (Mace1991: 19) La fragmentación de la ANDI hubiera impedido de todas formas que estaasociación se opusiera con éxito al cambio de una estrategia orientada al mercadointerno hacia otra que favorecía las exportaciones regionales. Según Mares, (1993: 460,468) el Estado usó rentas generadas por su intervención en la economía (certificados deexportación y rebajas arancelarias para la importación de materia prima, etc.) a fin demantener controlados a los posibles oponentes, mayoritariamente industriales. La tácticaera mantenerlos «colectivamente débiles e individualmente satisfechos.»

Es interesante que para 1985, luego de una etapa de estancamiento del Pacto Andino,la ANDI había evolucionado de una visión comercial de la integración regional(entendida como una opción para la ampliación de mercados) a verla como un procesomutifacético que permitía aumentar las opciones de desarrollo de los paísesparticipantes, fortalecía la negociación conjunta en el contexto internacional yprofundizaba la industrialización.

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Tanto la ANDI como la FENALCO y la ANALDEX (Asociación Nacional de Exportadores)coincidían en abogar por un rol protagónico para el sector privado colombiano en lareactivación del Pacto Andino, que apoyaban totalmente. (JUNAC 1986: 53) Después de1989, los gobiernos andinos buscaron reactivar la integración regional entre ellos con unnuevo énfasis en el libre comercio entre sus miembros y en el establecimiento de unatarifa externa común. (Vidales 1993ª: 118-120) Para ese entonces se percibía ya que elénfasis en la libertad de comercio había producido la reducción del peso relativo delsector manufacturero colombiano frente al comercial. Según Gutiérrez Trujillo (1995:147), la participación del sector industrial manufacturero en el PIB de Colombia, quehabía sido de 23.3 % entre 1976 y 1980, bajó a 21.4 % entre 1981 y 1985 y a 20.9 %entre 1986 y 1990. Mientras que los gobiernos andinos fracasaban en establecer unazona de libre comercio y definir un arancel externo común para el 31 de diciembre de1991, los gobiernos de César Gaviria, en Colombia, y Carlos Andrés Pérez, enVenezuela, habían acordado previamente ponerlos en vigencia entre ambas nacionesmediante un acuerdo de integración binacional, que entró en vigencia el 1 de enero de1992. Debe destacarse que paralelamente, los sectores privados de ambos paísesfirmaron un Convenio de Complementación Industrial del Sector Siderúrgico para facilitarla transición de estas empresas a la liberación comercial. (Reina 1997: 88) No es deextrañar entonces que en 1993, en una encuesta empresarial realizada porFEDESARROLLO, la liberalización comercial con Venezuela alcanzó el más alto índicede aceptación entre todas las opciones presentadas. (Cantilo Vásquez 1994). Losvoceros de las asociaciones empresariales no dejaban, sin embargo, de quejarse, perosus quejas se dirigían no contra la apertura comercial misma, sino contra problemasinternos que los volvían menos competitivos (corrupción y desorden en las aduanas,inflación, transporte deficiente, etc.) (Véase Clase Empresarial 1994, 10: 25-26)

Por su parte, el sector comercial agrupado en la Cámara de Comercio de Bogotá realizóese mismo año una encuesta entre 214 de sus miembros, de los cuales el 64 %correspondía a empresas grandes y el resto a pequeñas y medianas. El 65.7 %consideró que la apertura comercial le había permitido desarrollar nuevas oportunidadesde negocios entre 1990 y 1993, y un 81.9 % esperaba que esta tendencia continuara enlos años siguientes. En contra de la opinión comúnmente aceptada, la encuestadestacaba que también para las empresas medianas y pequeñas la apertura habíatraído nuevas oportunidades (64.5 %) y el 68.4 % declaraba no haber perdido sumercado tradicional. («La apertura, oportunidad para nuevos negocios» 1993: 27-35)

Los sectores industriales negativamente afectados fueron los productores de textiles,confecciones y artículos de cuero, pero aún éstos culpaban de esta situación alcontrabando, al «dumping» de mercancías baratas del sudeste asiático y a larevaluación de la moneda, más que a la apertura misma. («Textiles en tela de juicio»1994: 25-30) Una declaración implícita en este sentido puede encontrarse también en laRevista de la ANDI, donde en mayo-junio de 1992 se publicaron las conclusiones yrecomendaciones formuladas por el Foro de las Américas en Washington, en abril deese año. Entre ellas destacan las del Grupo de Trabajo sobre Industria Manufacturera,en el que había participado el presidente de la ANDI. Allí se leía que «el elemento claveen la exitosa negociación del libre comercio es el apoyo continuado del sector público y

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empresarial.» Más adelante agregaba: «A menos que la comunidad empresarial avalelos beneficios de un mercado abierto, ... y a menos que las empresas líderescontinuamente presionen al gobierno para sobreponerse a los obstáculos, el proceso seestancará.»

Según Reina (1997: 101), entre 1991 y 1995, las exportaciones de productos primarioscolombianos, que se orientan hacia los mercados de Estados Unidos y Europa,crecieron a una tasa de 7,4 %, mientras que la de productos industriales, dirigidos haciael mercado regional, crecieron en un 11,1 %. En el caso concreto de las exportacioneshacia Venezuela, éstas pasaron del 13 al 25 % de las exportaciones industriales totales.¿Cuál ha sido el sector colombiano más beneficiado? El primer lugar lo ocupan losautomotores, el segundo, los jabones, cosméticos y otros productos químicos, y entercer término, el papel. Los productos agrícolas con franjas de precios también se hanbeneficiado. (Reina 1997: 101)

Una observación interesante que hace Reina (1997: 105) es que mientras lasexportaciones de productos primarios de Venezuela a Colombia representaron 27 % en1995, frente a 34 % en 1991, en el caso de las colombianas, éstas bajaron de 30 %antes a 8 % en 1996. Los sectores más representados en las exportaciones deColombia hacia Venezuela eran en 1996 la química básica, industria automotriz,confecciones y maquinaria y equipo que, en conjunto, alcanzaban casi al 50 % de lasexportaciones totales a ese país. En su mayoría, estos sectores corresponden acorporaciones multinacionales (automotores) y a sectores de gran capital y tecnología,alejados de las posibilidades de la mediana y pequeña industria y generalmentelocalizados alrededor del área bogotana o en torno a Medellín, en Antioquia. El sector delas confecciones, que representa un 9,40 %, y que inició su desarrollo en Antioquia entrelos años treinta y cuarenta, experimentó un proceso de concentración de su propiedad,centrándose en proyectos como el de la Zona Franca de Rionegro y vinculándose alsector financiero antioqueño.(Véase Valencia Restrepo 1996: 481,485)

En general, en el caso de la integración colombovenezolana no observamos del ladocolombiano una localización industrial cercana a la frontera común que contribuya aconvertirla en foco de desarrollo. No hay factores preexistentes, excepto un activocomercio legal e ilegal entre ambas naciones en los puntos de contacto o ejes queidentificamos en la primera sección. Asimismo, las empresas que más participan delcomercio binacional son multinacionales o empresas grandes, muchas de las cuales seasocian con los grupos económicos conformados desde los años ochenta (GrupoAntioqueño, Grupo Santodomingo, Grupo Ardila Lule, entre otros). Estos últimos sontambién los que más figuran participando en el proceso de asociaciones estratégicas decapital que se desarrolla en ambos sentidos de la frontera, pero que generalmentevincula a grandes compañías no fronterizas entre sí. (Al respecto véase di Filippo 1994).Si miramos al otro lado de la frontera encontramos que en Venezuela, la principalasociación empresarial, FEDECAMARAS (Federación de Cámaras y Asociaciones deComercio y Producción), se constituyó en 1944 por iniciativa de las Cámaras deComercio de Caracas y de los más importantes puertos del país. (Urriza 1984) Ya paraese entonces el petróleo había desplazado al café como principal producto de

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exportación, la Segunda Guerra Mundial promovía el proceso de industrialización porsustitución de importaciones y el Estado venezolano había adquirido carácterempresarial (CANTV, INOS, Línea Aeropostal, Telares Maracay, etc.). Casi veinte añosmás tarde, en 1958, al implantarse un sistema político democrático basado en elconsenso de las élites, FEDECAMARAS formó parte de la serie de pactos quecontribuyeron a definir el modelo de desarrollo de los años siguientes.

Desde el inicio de su organización, el sector privado venezolano dependía del Estado enla medida en que la economía exportadora basada en el petróleo centraba todos losrecursos generados por la renta petrolera en manos del mismo. El sector privado debíarelacionarse con el Estado, que tenía recursos para repartir, en busca de un accesoprivilegiado a ellos. Esto sólo era posible a través de sus relaciones con el gobierno deturno (contratos de compras, construcciones de infraestructura, subsidios, créditos,protección aduanera, etc.) FEDECAMARAS alcanzó el carácter de una asociación«cúpula» en los años setenta, cuando las industrias petroleras y los sectores bancarios,de seguros, de construcción y del agro se unieron a ella. (Becker 1990: 124; Urriza 1984:22 y Gil Yépez 1978: 126) Para fines de la década siguiente abarcaba cerca del 30 % delas asociaciones del sector privado venezolano y los empresarios más grandes ejercíanmayor influencia dentro de su estructura piramidal, en la cual coexistían organizacionessectoriales y regionales. En general, sin embargo, su influencia decayó a mediados delos años setenta, cuando el alza de los precios internacionales del petróleo dotó alEstado de enormes recursos financieros y permitió la nacionalización de la industriapetrolera en 1976. (Abente 1985: 13)

Para Thorp y Durand (1997) en los años setenta se incrementó también el personalismoen las relaciones Estado-empresarios, así como las luchas entre los segundos paraacercarse al primero. En esa década, el enfrentamiento más fuerte se dio entrerepresentantes de la burguesía tradicional y una burguesía emergente. Esta última sevinculó con el proceso de promoción de industrias básicas por el gobierno de CarlosAndrés Pérez (AD, 1974-79) y con la reorientación de la economía venezolana hacia elmercado internacional en base a la nueva producción industrial pesada y semipesada.De esta forma estrechó también sus relaciones con el capital extranjero. (Véase Purroy1982: 266, 275 y Coronil y Skurski 1982: 69-70) La importancia del surgimiento de estosgrupos emergentes, dirigidos por Pedro Tinoco, Carmelo Lauría y GumersindoRodríguez, reside en que desplazaron de su posición de influencia sobre la políticaeconómica venezolana a grupos y empresarios tradicionales como los Mendoza,Cisneros, Phelps, Vollmer y Boulton, entre otros. (Coronil y Skurski 1982: 70) El procesofue dual: mientras que el sector privado trataba de privatizar los recursos del Estado,éste intentaba extender su control sobre toda la economía. El resultado fue que seagudizó la necesidad de obtener acceso al Poder Ejecutivo y a las agencias estatalespara poder realizar buenos negocios. (Coronil y Skurski 1982: 92) La «burguesíaemergente» se asocia asimismo con presiones para la adopción de un nuevo modelotecnocrático de desarrollo que considera que existe una mala gestión de los recursospetroleros por parte de los partidos políticos y que las decisiones de política económicadeben dejarse fuera de su control para impedir que la renta petrolera se pierda en gastossociales y burocráticos.

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En sus actividades como grupo de presión, FEDECAMARAS utilizó campañas deopinión pública mediante su control de los más importantes medios de comunicación ycontactos personales dentro de una élite relativamente pequeña. (Abente 1985: 17) Sinembargo, FEDECAMARAS no fue importante como agencia centralizadora de lasdemandas de los empresarios hacia el gobierno por carecer de mecanismos internosque permitieran arbitrar los conflictos entre sus sectores. Esto se advierte con claridaden su posición frente a la integración regional en las décadas de los sesenta y setenta.

En el ámbito de la política de integración regional no existió acuerdo entre el gobierno ylos empresarios, especialmente después de que los productores agrícolas y ganaderosamenazaran con retirarse de FEDECAMARAS si la asociación respaldaba el ingreso deVenezuela al Pacto Andino. (Gil Yépez 1978: 182-183) Urriza (1984) ha estudiado laposición de FEDECAMARAS frente a la integración andina y considera que ésta no fueuniforme ni constante a partir de 1968. Hubo enfrentamientos internos y variaciones deposición dentro de un contexto general de reticencia frente al Pacto Andino. Aunque noexistió participación institucional de FEDECAMARAS en las negociaciones, la asociaciónmantuvo consultas con el sector oficial, integró delegaciones y asistió a reunionesempresariales andinas. Las variaciones en la posición de la asociación se observaron engeneral en momentos en los que se produjeron cambios de grupos económicos y deintereses sectoriales en la conducción de la organización. Dentro de FEDECAMARAS semanifestaron a favor de la integración andina las principales Cámaras de Comercio y lasAsociaciones de Distribuidores de Automotores y Maquinarias y de IndustriasMetalúrgicas, mientras que se opuso el resto de los industriales. (Urriza 1984: 41, 44-45)La oposición logró imponer su posición, ya que Venezuela solicitó una serie deexcepciones al Pacto Andino en el momento de su creación (1969), las cuales no fueronaceptadas por los demás gobiernos y, por lo tanto, Venezuela no ingresó al Pacto enese año.

Cuando en 1973, el Presidente Rafael Caldera (COPEI) aprobó el ingreso de Venezuelaal Pacto Andino, las relaciones entre Estado y empresarios habían cambiado. El procesode discusión de una reforma tributaria en los sesenta había hecho que FEDECAMARASviera debilitado su acceso al gobierno y Caldera, quien había llegado al poder con apoyoempresarial, utilizó al empresario Julio Sosa Rodríguez como su enlace personal con elsector privado. Sosa Rodríguez estuvo también al frente de la negociación del ingresode Venezuela al esquema de integración andina. (Gil Yépez 1978: 187, 196) Para 1973ya existían grupos económicos que manifestaban interés en la iniciativa integracionistapara evadir las restricciones de un mercado que estaba quedando saturado. Un informede 1971 sostenía, por ejemplo, que las posibilidades de exportación de la industriavenezolana podían ser positivas si existían incentivos. (Gil Yépez 1978: 194-196) Poresta razón, en forma paralela al ingreso de Venezuela al Pacto Andino, el congresoaprobó tres leyes: una de incentivo a las exportaciones, una que creaba un fondo definanciamiento para las mismas, y otra de reformas aduanales que habían solicitado losempresarios. (Urriza 1984: 96)

El ingreso de Venezuela al Pacto Andino en 1973 prácticamente coincidió con el iniciodel alza de los precios internacionales del petróleo y de la restructuración de la

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economía hacia una industria pesada y semipesada vinculada al Estado, a una nuevaburguesía y al capital extranjero. De esta forma, los años setenta produjeronmodificaciones profundas en las relaciones establecidas entre Estado y empresarios.Para fines de la década, algunos grupos empresariales intentaron asumir un papelprotagónico en la toma de decisiones que los involucraban, (Urriza 1984: 23) por lo cualse hicieron más estrechas sus relaciones con los partidos AD y COPEI, que polarizabanel espectro electoral venezolano. Según Becker (1990: 121-123) una vez que losempresarios adquieren confianza en su capacidad, insisten en ser consultados por elgobierno, pero como reconocen que éste puede tener fines propios, también insisten enlimitar el poder estatal. Esto explicaría la tendencia de los empresarios a denunciar algobierno en forma pública mediante FEDECAMARAS, a la vez que entraban enconversaciones privadas con representantes del mismo a fin de obtener sus propósitos.

A partir de 1983, cuando entró en crisis el modelo de economía rentista apoyado en losrecursos petroleros, FEDECAMARAS perdió aún más representatividad e influenciafrente al gobierno, excepto por su participación en las negociaciones salariales y en lasdiscusiones sobre legislación del trabajo. Al mismo tiempo se centralizaban lasdecisiones en materia de política económica en las más altas esferas gubernamentales,pasando de la burocracia ministerial a un equipo de tecnócratas concentrados en elentorno presidencial. También en los años ochenta se constituyeron grupos deempresarios, tales como el Grupo Roraima y el Grupo Santa Lucía, que no seorganizaron como asociación y que canalizaron propuestas económicas y políticas haciael Ejecutivo sin la intermediación de FEDECAMARAS. (Gómez 1988: 106) Para Gómez,(1988: 103-104) esto significa que el empresariado venezolano pasó en esos años, deuna racionalidad económica de aprovechar la renta petrolera, a otra racionalidad globalen la cual los empresarios determinan sus propios fines y estrategias. Esto podríaconducir a una mayor cohesión del sector privado mediante una de estas dos vías: elreforzamiento de las asociaciones empresariales, lo cual Gómez (1988: 108) consideradifícil, o un acuerdo entre los grupos empresariales con mayor poder económico. Conrespecto a estos últimos, la concentración de los mismos se inició con la transferenciade fondos de la renta petrolera al sector privado venezolano (Crisp 1998: 14-16). Estosgrupos se beneficiaron adicionalmente al sacar parte de su capital al exterior antes de ladevaluación de bolívar en 1983 y posteriormente con la entrega de dólares a una tasa decambio preferencial por parte del Gobierno de Lusinchi para pagar su deuda externa.

Cuando en 1989, el presidente Carlos Andrés Pérez implantó una política económicaortodoxa, la rapidez con que esto se hizo, según Crisp, (1998: 26) impidió que losempresarios organizaran una oposición efectiva. Como el presidente no hizo esfuerzospor construir una base política de apoyo entre los productores mayores orientados haciael mercado exportador, éstos tampoco defendieron, ni a la política de ajuste ni alpresidente. Existen algunos indicios, sin embargo, de la existencia de apoyo empresariala los cambios en la política económica en 1989. Por una parte, el nuevo modelo dedesarrollo se basaba en una plataforma ideológica compartida por los empresarios delGrupo Santa Lucía y el Grupo Roraima y por el Centro de Divulgación del ConocimientoEconómico (CEDICE).

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Pero la gravedad de la reacción popular en febrero de 1989 («El Caracazo») hizo queestos grupos prefirieran no respaldar públicamente al presidente y su política. Por otraparte, entrevistas realizadas en 1990 a representantes de los sectores industriales delcalzado, textiles, petroquímicos, productos médicos, papel, metalúrgicos, alimentos yrepuestos de automóviles mostró que existía apoyo para la reconversión de la industriahacia las exportaciones, dado el agotamiento del mercado venezolano (Jongkind 1993:80-85). Otras medidas que contaban con apoyo eran la privatización de las empresaspúblicas y la entrada de capital extranjero. Sin embargo, los industriales considerabanque el Poder Ejecutivo apoyaba más al sector financiero que al industrial. En especial, alos empresarios entrevistados les preocupaba la falta de gradualidad de las medidaseconómicas, la poca capacidad de gestión del gobierno y la inseguridad acerca de queellas se mantuvieran.En cuanto a la posición de FEDECAMARAS en 1989, Becker (1990) opina que lasnuevas políticas fueron un triunfo de «la burguesía emergente», que demandaba laretracción del Estado de la economía, ya que sus lazos con el capital internacionalhacían innecesaria esa presencia. Además, el liderazgo de FEDECAMARAS estabademasiado dividido como para proveer una base de sustentación para las reformas dePérez y las reformas alteraron el ambiente dentro del cual estaban acostumbradas aactuar las numerosas cámaras y asociaciones que conformaban el organismo cúpula delos empresarios.(Naím 1993: 91, 136) Aunque había surgido una nueva generación deempresarios preparados para aprovechar las oportunidades que las reformas ofrecían,para la comunidad empresarial organizada las reformas constituían amenazasconcretas. (Naím 1993: 77-79) Un informe (EUROMONEY Special Supplement:Venezuela 1989) atribuyó más influencia en esta política a firmas bancarias no afilidas aFEDECAMARAS, las que habrían actuado como intermediarias entre los grandes gruposeconómicos y el gobierno y entre éste y los consorcios extranjeros entre 1990 y 1993.Una consecuencia más lamentable para muchos fue que las reformas provocaron unaguerra oligopólica entre los grandes conglomerados del sector privado venezolano.(Naím 1993: 96)

Entrevistas realizadas por Mata Carnevali (1996: 204) muestran que el Poder Ejecutivofue el factor central en la promoción de la política de integración regional posterior a1989. En este sentido, la política de apertura comercial de Venezuela, unilateral o pormedio de acuerdos de libre comercio, se ubica dentro del grupo de políticas que, comola monetaria y la cambiaria, no necesitan que el gobierno construya consensos políticoso parlamentarios, ya que pueden establecerse mediante decretos del ejecutivo. Segúnesta interpretación, las reformas económicas de 1989 tuvieron el apoyo de factoresexternos como el FMI y el BM, pero no fueron parte de un proyecto sociopolítico degrupos internos. (López Maya y Lander 1996: 179) De esta forma, López Maya y Lander(1996: 182) consideran que los grupos que en los años ochenta habían sostenidoposiciones favorables al modelo neoliberal, como el Grupo Roraima, perdieron presenciapolítica en los noventa. En lo relativo a integración regional, el Acta de Barahona(diciembre de 1991) mostró que, a pesar de la renuencia del resto de los países andinos,Colombia y Venezuela estaban preparados para poner en vigencia una zona binacionalde libre comercio y un arancel externo común a partir de enero de 1992. (Reina 1997:86-87) La integración binacional despertó de inmediato la atención de FEDECAMARAS

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y de la mayor parte de las asociaciones empresariales venezolanas, las que fijaronposición al respecto en la prensa nacional.(Córdova 1996: 21, 31-36) En el casoespecífico de CONINDUSTRIA, que agrupa al sector industrial, el análisis dedeclaraciones hechas a El Nacional (Caracas) entre 1989 y 1993 por sus representantesmuestra la evolución de una posición de rechazo a la apertura comercial con Colombiaen 1990 a otra de aprobación en 1992. Las objeciones de esa asociación venezolana enel primero de esos años eran similares a las que haría luego a la firma del acuerdo delibre comercio del G 3 (Colombia, México y Venezuela), sólo que en este caso se haríancon respecto a México y no a Colombia: que la otra economía estaba más desarrolladaque la de Venezuela y obtendría mayores ventajas del acuerdo, que faltaba lainfraestructura física, laboral, legal, de inversiones, etc., para poder aprovechar loacordado, entre otras. Para 1992, sin embargo, CONINDUSTRIA llamaba a revisar lalegislación laboral, sanear las aduanas, mantener una tasa de cambio competitiva parael bolívar, entre otras medidas, para poder realizar «la integración con Colombia», quese percibía como «garantía de crecimiento y bienestar para ambos países.» (Todo estepárrafo resume datos de Torres 1996; la cita es de la página 22) En el caso del G 3, lamisma CONINDUSTRIA, que se oponía a él en 1993, en marzo de 1997, durante el IEncuentro Interempresarial del G 3 en Caracas se mostraba entusiasta acerca de losméritos y logros alcanzados por el acuerdo. FEDEINDUSTRIA (Federación de laPequeña y Mediana Industria) también apoyó la integración binacional con Colombia.

Sobre la actitud de los gremios empresariales de la zona fronteriza con Colombia, laCámara de Comercio e Industria del Estado Táchira (CCIET) asumió una posicióncautelosa y reclamó que el gobierno venezolano no había tomado previsiones paraasegurar que ese Estado fuera más competitivo frente a la producción colombiana.Asimismo manifestaba desconocer el documento firmado por cuanto no había recibidoinformación al respecto ni había participado en su negociación. La Cámara de Medianosy Pequeños Industriales del Táchira mostraba también recelo y objeciones, pero para1991 destacaba sus aspectos positivos, aunque confesaba su ignorancia sobre lo que seestaba negociando. La Asociación de Comerciantes del Estado Táchira (ACETA) vió elproceso de apertura comercial con Colombia como positivo, pero señaló que laintegración «no podía seguir dándose entre Bogotá y Caracas; la integración tenían quehacerla los habitantes de la frontera»(Torres 1996: 237). También reclamaba no habersido convocada a participar en la negociación del acuerdo. En resumen, lasasociaciones empresariales de la frontera fueron marginadas de las negociaciones,hechas a nivel de las capitales nacionales, y no se consideraban preparadas paraasumir el reto de una integración binacional que percibían como positiva. Su falta depreparación no era resultado de sus acciones o inacciones, sino de las del gobiernovenezolano, que había descuidado las aduanas, la infraestructura de carreteras ycomunicaciones y el financiamiento de las zonas de frontera directamente afectadas porla apertura comercial.

En resumen, tampoco en el caso venezolano encontramos la existencia previa de unarealidad económica en el área fronteriza que sirviera de apoyo para su constitución enun foco de crecimiento económico. Los que estaban más al tanto de las posibilidades dela frontera, sus asociaciones empresariales, así lo manifestaron en forma pública, más

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allá del hecho que el gobierno no consideró pertinente invitarlas a participar en lasnegociaciones con Colombia.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES TENTATIVAS

En la actual etapa de la economía global, la economía regional ha alcanzado una nuevay doble relevancia. Por una parte se asocia con la formación de bloques de paísessegún distintos esquemas de integración, pero también por otra parte exige tomar enconsideración las capacidades económicas de distintas áreas nacionales de sus paísesmiembros dentro de esos esquemas. (Bendesky 1994). El caso que demuestra conmayor claridad este doble fenómeno asentado sobre una base tanto económica comogeográfica, es el del TLCAN en México. Puede señalarse al respecto que laconformación de bloques de libre comercio como el del TLCAN no abarca a los paísesen su conjunto, sino que los segmenta en regiones. Así, la zona fronteriza de México conEstados Unidos muestra un alto nivel de integración económica a lo largo de loscorredores Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso.(Bendesky 1994: 986) Seconforman así regiones transfronterizas que concentran recursos financieros,productivos, humanos, etc., que están fuera de las posibilidades de otras regionesnacionales a las que, incluso, pueden llegar a desplazar (Véase el caso del Valle deMéxico).

La liberalización del comercio entre Colombia y Venezuela en 1992 sirvió para legalizaren parte corrientes comerciales preexistentes bajo la forma de contrabando. Sinembargo, buena parte de ese comercio previo se daba a partir de productos textilesbaratos provenientes del sudeste asiático. La apertura no incidió sobre este aspecto delcomercio, sino que ha contribuido a desarrollar en especial un intercambio en el cualVenezuela participa primordialmente con vehículos automotores derivados del petróleo yhierro y acero, producciones que manejan grandes conglomerados privados y públicos yColombia, con productos de la agroindustria, textiles y confecciones.(Véase Córdova1996: 22, 26; más datos en Rojas 1997 y Cárdenas 1997) En el rubro de servicios no seaprecia todavía un crecimiento similar, pero en lo relativo a inversiones se observa unaumento en las asociaciones estratégicas entre empresas de ambas naciones. Losdatos publicados, sin embargo, demuestran que la mayor parte del comercio de bienes yde las asociaciones de capital no corresponden a la zona transfronteriza (Eje SanAntonio-Pamplona, por ejemplo) sino a las empresas mayores (vehículos, siderurgia,etc.) localizadas en el área industrial central (Valencia-Caracas) y oriental (CiudadGuayana) y en Bogotá y Medellín. Esto no quiere decir que las industrias, comercios yentidades financieras localizadas a ambos lados de la frontera colombo-venezolana nose hayan beneficiado del proceso de apertura. Sin embargo, ese beneficio es secundariotodavía frente al experimentado por otras zonas. De esta manera podemos decir que lalocalización geográfica no ha logrado alterar patrones de concentración espacial previos.

Considerando los elementos teóricos que aluden al fortalecimiento económico de lasregiones estratégicamente ubicadas dentro de los esquemas de integración regional,¿por qué no se observa este fenómeno entre Colombia y Venezuela? Problemas de una

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infraestructura deficiente, más el problema político de la presencia de la guerrilla y lapersistencia de problemas limítrofes entre Colombia y Venezuela, sin duda inciden enesta situación. Pero ¿son estos factores suficiente razón para que la integraciónbinacional no haya alterado el equilibrio espacial entre las regiones venezolanas? A estose agrega también el hecho que Colombia es sólo el segundo mercado de interés parala producción venezolana: EE.UU. sigue siendo el primero, ya que su exportación siguedominada por el petróleo y éste se moviliza hacia el norte por los principales puertos delCaribe. Algo similar se observa en Colombia, donde las exportaciones hacia Venezuela,a pesar de ser importantes, ocupan un lugar secundario frente a las que se dirigen haciaEstados Unidos (café, flores, petróleo, etc.). Pero estas interpretaciones resultanincompletas si no incluimos en nuestro análisis el peso que tienen factores domésticostales como las relaciones existentes entre empresarios y Estado en las dos naciones.Una comparación somera con el caso de la frontera norte de México demuestra que enColombia y Venezuela la relación empresarios-Estado ha sufrido un proceso deconcentración similar a aquél por el cual se vinculan en especial los grandes gruposeconómicos y el poder ejecutivo a su más alto nivel. Pero mientras que en México buenaparte de esos grandes conglomerados posee una fuerte base de operaciones en elnorte, ni en Colombia ni en Venezuela se encuentran vinculados a la frontera. Lamagnitud de las relaciones comerciales, industriales y de inversión que se dan entreTexas y Nueva León no se acercan en nada a la que encontramos en cualquiera de lostres ejes fronterizos colombovenezolanos. Podemos afirmar que si bien el modeloeconómico neoliberal ha favorecido en las tres naciones una articulación empresarios-Estado similar (a pesar de las historias diferentes en que se asentaron lasorganizaciones de los empresarios y el Estado mismo) ésta se traduce en fenómenosfronterizos distintos, según las relaciones previas establecidas dentro de las nacionesque se integran y sus áreas de frontera. Destaca asimismo que ni la geografía ni el librecomercio son factores suficientes para favorecer el crecimiento económico de las áreasfronterizas de los países contiguos que se integran comercialmente entre sí. Un factorque podría incidir para que la apertura comercial entre naciones geográficamentecontiguas se tradujera en un mayor empuje económico para las regiones subnacionalesa cada lado de la frontera común sería obviamente el Estado. Pero en el modeloneoliberal éste se encuentra afectado en forma negativa por una de las premisasbásicas del mismo, que exige su retracción de la actividad económica, lo cual incluye sucapacidad de planificar y llevar a cabo acciones para fomentar el crecimiento económicode unas regiones sobre otras.

Frente a este cuadro negativo para que la frontera alcance las expectativas generadas apartir de algunas experiencias de integración (como la mexicana y la europea), hansurgido sin embargo otras instancias de promoción del crecimiento económico. Elproceso de descentralización que se viene desarrollando en Colombia y Venezuelabrinda a los gobernadores de los estados fronterizos y a sus respectivos sectoresprivados la posibilidad de articularse en alianzas estratégicas públicas y privadas. Juntoa la limitación obvia que plantean sus recursos, más limitados que los de los Estadosnacionales y los grandes grupos económicos, puede existir también otra limitante quizásmás importante en tanto la población y las autoridades de las áreas fronterizas noalcancen a comprender lo que señalamos antes (que las identidades comunes que se

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construyen entre regiones subnacionales contiguas dentro de un esquema deintegración pueden ser coherentes con las identidades nacionales previas) y que, por lotanto, se desarrolle un sentimiento de competencia antes que de cooperación entreellas.

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INTEGRACIÓN REGIONAL EN EL NORTE DE MÉXICO Y GRUPOSEMPRESARIALESMiguel Angel Vázquez Ruiz

A partir de la década de los ochenta, en México no sólo se replantea el modeloeconómico del país, sino también el papel de las distintas regiones y de los agenteseconómicos involucrados. El norte se vuelve plataforma de la nueva inserción en elcontexto internacional y los agentes económicos privados son convocados a asumirfunción de líderes.

En ese marco, el propósito del presente trabajo es sentar bases para explicar las formascomo en la actualidad se presenta la integración económica de la región norte de Méxicocon Estados Unidos, así como el papel que en ese proceso juegan los agentesempresariales que participan en ella. Para ello hemos dividido el documento en trespartes: en la primera se aborda el tema de lo regional desde la perspectiva de lastransformaciones que están teniendo las regiones del país y la relevancia que haadquirido el norte. En la segunda se hace una descripción económica y demográfica, asícomo de las modalidades con que se manifiesta la integración con Estados Unidos en lafrontera norte de México. En la tercera parte se tratan los orígenes, desarrollo histórico,situación actual y perfiles de los empresarios que se mueven en este espacionacional.Finalmente, se adelantan algunas conclusiones preliminares.

REGIONES EN MOVIMIENTO

Cada modelo de desarrollo ha creado sus propios espacios regionales. Así, el viejomodelo proteccionista basado en el mercado interno y la sustitución de importaciones,formó un perfil de las regiones donde los ejes de la economía y la demografía selocalizaban en el centro del país, Monterrey y Guadalajara. Allí se concentró la industria,el comercio, los servicios y, por lo tanto, el grueso de la población.

Alrededor de esas «metrópolis», en la división nacional del trabajo al resto de lasentidades de perfil primario les tocó jugar un rol complementario: poner la mano de obraabundante y barata en el caso de entidades como Oaxaca, Chiapas, Michoacán yGuerrero, entre otras, y producir bienes, materias primas e insumos de origenagropecuario y alimentos, además de las divisas que el proceso industrializadordemandaba, tarea a la que se abocaron regiones como la Laguna, los valles de la costasinaloense, sonorense, bajocaliforniana, y tamaulipeca. Se vivió, en pocas palabras, unadinámica de desarrollo nacional muy funcional a los fines de impulsar una industria conarraigo nacional.Pero este esquema se agotó. La industria avanzó en sustituir bienes de consumoinmediato y en menor medida intermedios y de capital, hasta que empezó a resentir suspropias limitantes internas de falta de competitividad y divisas que le permitieran suautorreproducción. Esto, aunado a la crisis agrícola, sostén primario de la industria,

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propició que desde finales de los sesenta el modelo de desarrollo sobreviviera años conla vida artificial que se le proporcionaba desde el Estado.

El agotamiento fue mucho más allá.También alcanzó a las grandes ciudades como elDistrito Federal y Guadalajara, que habiendo crecido en su economía y población a partirde constituirse en centros de aglomeración para apoyar a la industria, poco a pocovieron que su infraestructura se desgastaba y no se reponía, los servicios crecían endemanda pero no en oferta y la población del resto del país llegaba a esos núcleosurbanos buscando respuestas a sus penurias, que se quedaban sólo en espejismosporque eran pocos los que encontraron respuestas dignas a sus expectativas.

A partir de los ochenta se puede hacer una nueva lectura de lo que pasa en el ámbito delo regional. Explicarlo remite a varios factores: el nuevo modelo de desarrollo, devocación secundaria-exportadora, induce hacia una redefinición del papel de lasregiones para insertar competitivamente al país en el mercado internacional; pero porotra parte, desde adentro en aquellos espacios a donde nunca llegaron los frutos delprogreso del modelo anterior (Chiapas es ya el ejemplo clásico), se fueron gestandocondiciones sociales de atraso que paradójicamente han dado a los estados de realidadsimilar un gran peso a la hora de tomar las decisiones del todo nacional. Es decir,empezamos a transitar un camino en el que, por una razón u otra, las regionesadquieren su propio peso económico y político y no es exagerado afirmar que sonespacios de definiciones para el futuro global de la nación.

Así se va conformando un panorama que redefine la presencia nacional de las regiones:a) La región central en términos de desarrollo (estados de México, Distrito Federal,

Guadalajara, Puebla y Monterrey) llegó a límites en los que se prenden todo tipo defocos rojos ya conocidos: infraestructura minada, concentración poblacional,sobredemanda de servicios públicos, desempleo y subempleo, delincuencia,abatimiento y destrucción de la naturaleza y desintegración familiar. Este granespacio nacional en el pecado lleva ahora la penitencia.

b) Lo que en términos de expansión económica pierde el centro del país, lo va ganandootro espacio: el norte de México, que se convierte en lugar central en la estrategia dela globalización e integración al bloque norteamericano. Para comprobarlo bastaobservar el aumento de la población, que se incrementó en 2.5 millones entre elcenso de 1980 y 1990, para mantener, según éste último año, una presencianacional de 16.2%. En términos económicos, la expansión que ha tenido la industriamaquiladora en esta zona del país es muy relevante: en 1980 había 620establecimientos en todo el país, mientras que para 1996 se habían incrementado a2 mil 411 (promedio anual), siendo su localización principalmente en las ciudadesfronterizas, aunque ya en los noventa se advierte un proceso de interiorización deesas empresas no sólo en las entidades fronterizas, sino también en otros estadosde la República que ofrecen condiciones para ello, como Nuevo León, Durango,Aguascalientes, Jalisco y Puebla, estado de México y el propio Distrito Federal.Respecto a los empleos creados, en 1980 eran 120 mil, mientras que para 1996 lacifra aumentó a 755 mil. En 1980, el promedio de trabajadores por maquiladora erade 123 trabajadores y en 1996 de 313. (La Jornada, 1997).

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Para el primer bimestre de 1997, las maquiladoras ocupaban 824 mil 710 personas, delas cuales el 81.7% son obreros, el 11.1% técnicos de producción y el 7.2% personaladministrativo. La distribución espacial del personal ocupado se concentra, obviamente,en el norte del país: Chihuahua tiene el 28%, Baja California 21%, Tamaulipas 15.4%,Coahuila 8.6 y Sonora 8.1%. Estos cinco estados fronterizos concentran el 81.1% delpersonal ocupado.

Datos de agosto de 1998 señalan que en el país existen 3,012 maquiladoras, de lascuales 2,264, es decir, el 75.1%, se localizan en los estados fronterizos. Dichasmaquiladoras generan 1.021.724 empleos y de éstos, 813. 786 se ubican en lasentidades de la frontera. La cantidad de empleos que en 35 años de operar en Méxicogeneran las maquiladoras son poco menos que el incremento anual de la PoblaciónEconómicamente Activa, que es de 1.200.000 personas.

El panorama manufacturero del norte del país, con inversión extranjera, se complementacon un gran núcleo de la industria automotriz, que desde el corredor de Ramos ArizpeSaltillo hasta Sonora, pasando por Chihuahua, han hecho del norte su plataforma parallegar a Estados Unidos y Canadá. Lo mismo puede afirmarse de un número importantede empresas de capital nacional, como Cemex y Vitro, que desde este espacio estánmarcando pautas internacionales de competitividad. Estamos hablando entonces de unconjunto de estados que, por sus características físicas, de localización geográfica, devecindad con Estados Unidos y de salida a la Cuenca del Pacífico y por sus niveles debienestar (que los colocan entre los diez «superiores» del país), se constituyen en elconjunto de entidades más funcionales a la dinámica nacional de inserción a laeconómica internacional. Son estados que complementan sus ventajas comparativascon las nuevas ventajas competitivas (Porter, 1991).

c) Otra cara es la que presenta un tercer bloque de estados donde se concentran losrezagos sociales y que políticamente han dado la voz de alerta. En este grupo entranlos estados del sureste, como Chiapas y Tabasco, y del suroeste, como Oaxaca,Guerrero y Michoacán, que están considerados en un rango de bienestar social«muy inferior» (véase Cuadro 1). Estas entidades, en su debilidad, fincan suexpectativa de poder acceder a mayores niveles de desarrollo y bienestar.

Los claroscuros regionales que muestra el panorama nacional traen a debate la nociónmisma de región y su forma de inserción al contexto nacional e internacional. Muydistintas concepciones de lo regional muestran que ahora no son suficientes los viejoscasilleros donde se los encerraba. Nos referimos a tipologías hechos a partir de: a)perfiles «naturales»; b) geográficos o históricos tradicionales; c) región plan; d) regiónadministrativa y g) región política (Angel Bassols, 1992: 50-51).

La realidad que en la actualidad presenta el país impone considerar lo regional a partirde varios factores: a) aquellos que tienen que ver con las características naturales,históricas, económicas y políticas de un grupo de estados, las cuales, como ya vimos,configuran un determinado nivel de desarrollo, expresado en niveles de bienestar; b)según la relación que la entidad tenga establecida con el Estado mexicano y más

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precisamente con cada gobierno federal; c) de acuerdo a la articulación que un grupo deentidades tenga con la división nacional e internacional del trabajo, especialmente enrelación a la forma en que la globalidad y el Tratado de Libre Comercio las estáafectando y d) de acuerdo al perfil del agente económico empresarial que exista en cadaregión del país.

NIVELES DE BIENESTAR POR ENTIDAD FEDERATIVA

Indicadores

1. Población urbana2. Población inmigrante3. Población con alguna educación postprimaria4. Población ocupada en la industria5. Población ocupada que percibió algún ingreso6. Población ocupada con ingreso mediano7. Población dedicada al campo con ingreso medio o alto8. Viviendas construidas con material9. Tamaño de la vivienda y nivel de ocupación10. Servicios básicos en la vivienda

Fuente: Departamento de Información de Negocios de BANAMEX, con datos del Censode Población 1990, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.

Tomado de: Examen de la situación económica de México, Vol. LXX, Núm. 822.Banamex - Accival, mayo de 1994.

Relación región-estadoEn este sentido es importante revisar el uso particular que se le da a los recursos que segeneran en las propias regiones, ya que hay desequilibrio en la redistribución que hacela propia Federación. A estados que aportan más se les regresa menos y a estados queaportan menos se les regresa más. No hay equidad en este sentido:a) Hay regiones, como las del sureste, donde se localizan estados petroleros, como

Tabasco, y productores de energía, como Chiapas, que aportan grandes volúmenesde producción estratégica para el mercado nacional e internacional, que no sólo noven materializada domésticamente su riqueza, sino que se les ha convertido en unamaldición porque les ha traído migración y demanda desordenada de servicios, queno han podido resolver.

b) La política social del gobierno, encaminada a resolver rezagos y miseria, clamatambién porque se haga de ella una evaluación regional sobre los impactos quehistóricamente ha tenido. En particular sería importante conocer la focalizaciónpresupuestal del Programa Nacional de Solidaridad para correlacionar el grado demarginalidad social con los niveles de desarrollo de los estados. Para ello hay quetomar en cuenta que el gasto en solidaridad respecto al gasto social del presupuesto

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federal aumentó del 4% en 1988, a 7% en 1992; y su peso dentro del ProductoInterno Bruto del país pasó de un 0.2% en 1988 a un 0.6% en 1992. Sin embargo,hay indicios en el sentido de que ese gasto, originalmente pensado para abatirpobreza y pobreza extrema, fue desviado a entidades de mayor desarrollo relativo,como Nuevo León, por ejemplo. ( Zepeda, 1994).

c) La apertura externa, coronada por el Tratado de Libre Comercio, está forzando a quecada región desempeñe un papel diferenciado. Hay algunas que tienen ventajascompetitivas que ofrecer, como infraestructura, recursos naturales, empresasaltamente exportadoras, sistema educativo y recursos humanos acordes a lasnuevas necesidades de la competencia internacional; en cambio, otras sólo puedendar mano de obra barata, pero poco calificada, y una situación de miseriageneralizada, que es campo fértil para el conflicto social. Para estas últimasentidades, además de evaluar los impactos de los programas federales en marcha,convendría pensar en la formación de un «Fondo de Compensación Financiera paraCombatir la Desigualdad», que pudiera nutrirse de sus propios recursos fiscales y delos que aportara la Federación.

Articulación regional nacional-internacional

Después de la firma del Tratado de Libre Comercio, un punto que se ha vuelto clavepara analizar el futuro de las regiones es su articulación con la economía internacional,muy especialmente la estadounidense. En este sentido, la década de los noventa ofrecerasgos inéditos que hay que ponderar críticamente,ya que son experiencias que si bienpersiguen lograr «complementariedades», hay que reconocer que se hacen en un marcode relaciones económicas asimétricas. Un esfuerzo que ilustra esta perspectiva es elque están haciendo los gobiernos de Sonora y Arizona, que trabajan en un estudioencaminado a la formación de un Plan de Desarrollo Estratégico Sonora-Arizona bajo lapretensión de hacer de este espacio una gran región económica. La propuesta pretendecumplir con estos objetivos de largo plazo:

a) «Facilitar los movimientos de bienes, servicios, personas e información a través de laregión, promoviendo el establecimiento de un corredor comercial que tenga como ejea los estados de Sonora y Arizona».

b) «Eliminar las barreras, impulsar los eslabonamientos, promovercomplementariedades en el comercio, los negocios y la producción».

c) «Fomentar y estimular el desarrollo de clusters (eslabonamientos) transfronterizos enla región, para incrementar el valor agregado de las actividades económicas».

d) «Conquistar nuevos mercados externos, así como buscar nuevas oportunidades de intercambio dentro de la región».

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e) «Identificar y desarrollar los fundamentos económicos, la infraestructura y losservicios necesarios para lograr el nivel de competitividad deseado en la regiónSonora-Arizona» (Cano Vélez, 1994).

En este caso estamos hablando de dos entidades vecinas que no sólo tienen un granpasado común, sino una geografía muy similar e intensos vínculos económicos ysociales. En conjunto, son casi 6 millones de personas que de distinta manera están enconstante interrelación a través del comercio, relaciones capital-trabajo y turismo.Arizona, en particular, tiene una dinámica relación comercial con México, ya que de susexportaciones totales, el 18% son a este país, para ser la segunda entidadestadounidense (después de Texas) que tiene a México como primer socio comercial.Sin embargo, desde la perspectiva regional de México hay que ser vigilante de estasnuevas modalidades de integración que se proponen para evitar reproducir el esquemaaún vigente, donde la gran metrópoli pone el capital y nosotros la mano de obra y losrecursos naturales. Ello tendrá que discutirse y acordarse en las distintas instancias quese han venido abriendo a partir de la integración formal entre los países deNorteamérica.

LA FRONTERA MEXICANA

Los estados fronterizos del lado mexicano tienen particularidades que se inician con elhecho geográfico de ser el espacio de demarcación con la potencia económica másimportante de la tierra. De un lado, una potencia y, del otro, un país pobre. Esta es laasimetría más general, pero también la que marca pautas para el desarrollo de eseespacio. Vistos en conjunto los cinco estados (Baja California, Sonora, Chihuahua,Coahuila y Tamaulipas), se puede decir que conforman una región que tiene en comúnelementos geográficos, económicos, sociales e institucionales. Los rasgos comunes sehan acentuado a partir de la década de los sesenta, cuando en el conjunto de elloscomienza el proceso del «redespliegue industrial» que trajo la industria maquiladora y,más recientemente en la década de los ochenta, cuando esa subregión mexicana seconvirtió en uno de los ejes del modelo exportador del país.

Visto hacia adelante, el norte de México, poco a poco va tomando forma por sí mismocomo una región mexicana con población permanente y de paso ascendente, intensa eninversiones nacionales e internacionales de carácter manufacturero, muchas de ellas demuy alta tecnología y como puntal exportador del país. Visto en retrospectiva, conexcepción de Baja California, cuyo primer ciclo de desarrollo está muy vinculado a unaeconomía de servicios, el resto de los estados transitaron de actividades mineras,pecuarias, silvícolas a otras de carácter agrícola intensiva.

Es, de hecho, en los años recientes cuando un largo proceso de desarrollo se resume enel perfil actual del norte, donde queremos poner el énfasis del análisis.

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Aspectos demográficos

Según las estadísticas oficiales del INEGI, que se pueden corroborar en el Cuadro 2,para 1995, en los estados fronterizos mexicanos existía una población de casi 12millones de personas, las cuales equivalen al 15.3 por ciento de la población total delpaís. Las mismas estadísticas muestran que las tendencias en el incremento de lapoblación en el quinquenio de 1990 a 1995 son más aceleradas que las que sepresentaron en la década de los ochenta.Dicho crecimiento fronterizo se alimenta de dosfuentes principales: los nacimientos y los flujos de migración de los distintos estados dela República, atraídos por el hecho de que estos estados son grandes demandadores demano de obra industrial. Ello se demuestra en los Cuadros 3 y 3-A respecto a loestrecho de la brecha entre Población Económicamente Activa y Población Ocupada y eldesplazamiento de ésta última hacia la industria y los servicios, en detrimento sobre todode la agricultura, en estados que tradicionalmente brillaron por la fortaleza de su sectorprimario.

La economía

En términos del valor que los estados fronterizos aportan al total del producto nacional,las diferencias entre esas entidades no es muy grande, aunque sí se puede constatar enlos Cuadros 4 y 4-A que el comportamiento del producto cada vez es mayor. Suaportación al PIB nacional oscila entre un 2.25% y un 3.40%

En cuanto al contenido de esa producción, la tendencia histórica general ha sido pasarde las actividades primarias a las manufactureras y en los servicios a nivel de entidadexisten peculiaridades. Baja California en sus orígenes tuvo como primera fuente deacumulación el desarrollo de los servicios de diversión y el comercio en ciudades comoTijuana y Ensenada, posteriormente emerge como entidad también agrícola, con elnacimiento del Valle de Mexicali. Y es desde los sesenta cuando las actividadesmanufactureras comienzan a tomar importancia hasta la actualidad.

Sonora tiene una trayectoria más clásica. El estado pasó de las actividadesmineropecuarias a las agrícolas y, posteriormente, en los sesenta, después de un intentode industrializarse vía combinados agroindustriales, la industria maquiladora hizo suaparición en los municipios fronterizos, aunque no con la fortaleza de estados como BajaCalifornia y Chihuahua.

Y a propósito de éste último estado, su diferencia respecto a los dos mencionados es elpapel que en la economía estatal juega la explotación de la madera, así como sutransformación. Fuera de ese distintivo, Chihuahua tiene en Ciudad Juárez y enChihuahua, la capital, dos importantes centros maquiladores.

Lo que hace diferente a Coahuila es la industria del acero y los grupos económicos quelogró consolidar desde la década de los cuarenta, aunque hay también que resaltar elgran frente agrícola desarrollado en la región de La Laguna, así como la minería delcarbón. Tamaulipas, por su parte, además de las actividades agrícolas e industriales,

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tiene la peculiaridad de ser el único estado norteño que cuenta en su subsuelo conpetróleo, así como un complejo para su transformación.

Como se puede observar, el norte es rico y diversificado. Un análisis comparativo conotros estados de México no fronterizos demuestra que su dinamismo económico y susniveles de bienestar son mayores.b) Corredores comerciales. Los flujos comerciales en el norte de México, históricamente

han ido de lo sencillo a lo complejo. Hasta hace algunos decenios, el habitantefronterizo tenía acceso al consumo externo, haciendo sus compras en las zonasfronteriza o viajando a las ciudades del otro lado de la misma. En la actualidad, en elinterior de las ciudades fronterizas mexicanas se encuentran instaladas las grandescadenas comerciales de Europa y Estados Unidos que han venido a revolucionar elperfil de la competencia regional en materia comercial.

c) Corredores de transporte, que son infraestructura para la integración. Dentro deéstos destaca la construcción de carreteras de cuatro carriles, como la quedesemboca en Nogales, lugar de paso estratégico para las hortalizas que seproducen en el noroeste de México.

d) Corredores urbanos. El nacimiento de ciudades en la frontera mexicana estávinculado a las posibilidades de desarrollo que experimentaban las entidades deEstados Unidos. La llegada del ferrocarril se volvió un hecho clave para el desarrollode las ciudades de la frontera. En ese sentido, en la actualidad destaca la simbiosisque se da entre Tijuana-San Diego; Nogales- Nogales; Ciudad Juárez-El Paso;Matamoros-Nuevo Laredo-Laredo.

Lo anterior es parte de un proceso de integración «natural», real, que históricamente seha venido dando en la frontera. A ello habría que añadir formas de integración que soninstitucionales y que se están dando producto de la voluntad política de los gobiernos deAmérica del Norte y de los estados de las respectivas entidades fronterizas. En esesentido destacan dos formas:

a) La llamada Supercarretera del TLC, moderna, con infraestructura inalámbrica y queconectará a regiones como las de Vancouver, Calgary, Winniepeg, Duluth y Quebecen Canadá, con Denver, Chicago, Detroit, New York, Dallas en Estados Unidos, conNuevo Laredo, Saltillo, Monterrey, San Luis de Potosí, Guadalajara, Quéretaro y elDistrito Federal en México.

b) El Canal Intracostero Tamaulipeco, que conectaría la costa mexicana del Golfo deMéxico con la llamada región de los Grandes Lagos en Estados Unidos,aprovechando el transporte «canalero» común en este país a través de la Cuencadel Mississipi. Un sistema de transporte de estas características reducesensiblemente los costos. El canal tendría una extensión de 438.8 kilómetros e iríadesde el río Pánuco hasta el río Bravo, interconectando a las ciudades tamaulipecasde Tampico y Altamira y a través de Brownsville, Texas, con la red de canales deEstados Unidos de 45 mil kilómetros de extensión, que proporciona servicios a 81

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ciudades importantes de Estados Unidos y tres de Canadá. Un sistema de transportede estas características reduciría los costos de carga pesada y liviana (CervantesGalván, 239).

c) Otros corredores. A nivel institucional, los gobiernos de Sonora y Arizona trabajan enlo que han denominado Plan Estratégico de Desarrollo Económico, que tiene porobjeto buscar complementariedades entre ambas economías fronterizas vecinas.Desde la interpretación del Gobierno de Arizona, un plan de esa naturaleza deberíaconsiderar dos aspectos:

- Promover nexos entre eslabonamientos (clusters) industriales deArizona y Sonora.Por ejemplo, la combinación de fuerza de trabajo mexicana y aptitudes gerenciales yde mercadotecnia de Arizona para generar productos más competitivos en mercadosglobales.

- Desarrollar la infraestructura necesaria en ambos lados de la frontera para facilitar lacomplementariedad económica. Esto incluye infraestructura física, como caminos,rutas aéreas y telecomunicaciones. También requiere una estrategia para desarrollarrecursos humanos y tecnología apropiada para las empresas de la región». Loseslabonamientos o clusters que se proponen para desarrollar, son: alta tecnología,transporte/distribución, turismo, servicios financieros y de negocios, agricultura yprocesamiento de alimentos. (Vázquez, 1997: 128-129).

GRUPOS EMPRESARIALES EN EL NORTE DE MÉXICO

Los estados del norte de México históricamente han sido espacio de disputa por elterritorio y el establecimiento de límites a la nación, por la soberanía política y económicay por la preservación de formas culturales definidas. En la confrontación, obviamente,hay distintas fuerzas en conflicto enmarcadas en el hecho circunstancial, peroinalterable, de que allí es el punto de encuentro entre dos países profundamentediferentes y desiguales entre sí.

En un contexto de esas dimensiones, el norte de México es un espacio líder de lacompetencia mundial a partir de la redefinición territorial y económica que experimenta elpaís desde principios de la década de los ochenta. Pero ser espacio económico líder dela competencia mundial implica que en ese mercado regional se mueven fuerzaseconómicas altamente desarrolladas. En este sentido, el propósito del presente apartadoes dar un paso más hacia el conocimiento del perfil de los empresarios nativos,nacionales e internacionales que se mueven en los estados del norte de México. Lograresta pretensión requiere enlazar el análisis histórico con el presente, poniendo el énfasisen las distintas estrategias y vínculos que los empresarios de distinto origen hanadoptado en las diversas épocas, para sobrevivir a las cambiantes condiciones de lacompetencia mundial actualmente dominada por la modalidad capitalista conocida comode globalización.

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Los grupos económicos en Baja California

Baja California es la entidad de la República mexicana cuyo desarrollo más hadependido de la economía estadounidense. La expansión histórica de los servicios, laagricultura y la industria responden a esa lógica. Por lo tanto, también a ello estávinculado el origen y el desarrollo de los grupos empresariales del estado.

Un primer acercamiento al tema nos remite a los trabajos del investigador Oscar F.Contreras Montellano (Contreras, 1989: 341-347), quien hace la siguiente tipología delos empresarios bajocalifornianos:

a) Su origen se da en los primeros años del siglo XX y tiene que ver con comerciantes,agricultores, ganaderos y pequeños industriales que surgen alrededor de lascompañías deslindadoras y colonizadoras. El enclave algodonero en el valle deMexicali, impulsado por la Colorado River Land, así como la efímera minería enEnsenada, fueron los espacios de los empresarios pioneros.

b) Siguiendo al mismo autor, en los años veinte y treinta, bajo la coyuntura de la «LeySeca» en Estados Unidos surge una «segunda generación» muy vinculada aservicios de diversión, como cantinas, casas de juego, bares, etc. Complementaria alo anterior es la inauguración del ferrocarril San Diego - Arizona en 1919 y su pasopor Tijuana, Tecate y Mexicali. Nombres importantes de esta época fueron Calette,González, Aldrete, Romero y Hernández, que a partir de esa coyuntura luegodiversificaron sus actividades hacia el turismo o la industria del algodón. De estaépoca surge también la figura del político-empresario en la persona del entoncesgobernador Abelardo L. Rodríguez, que en pleno período de consolidación deinstituciones aprovechó sus puestos para emprender grandes negocios en todo elnoroeste de México, especialmente en Baja California y Sonora.

c) Un nuevo perfil de empresario aparece en los sesenta. Bajo las circunstancias del finde la guerra y la crisis agrícola, la terciarización de la economía aumenta y con elloaparece un tipo de empresario muy ligado al comercio de productos de importación,como los Fimbres, Hernández, Misracchi o Goldstein, mientras que en los negociosinmobiliarios y de la construcción sobresalen los apellidos Bustamante, Alessio,Estudillo, Luteroth y Hernández.

En suma, concluye Contreras: «Lo que interesa destacar al anunciar estos tresmomentos constitutivos del empresariado regional es el hecho de que siempre eldesplazamiento de los capitales locales ha propiciado una ruptura en eje de acumulacióna escala regional, y en todos los casos, el mecanismo básico de articulación económicay social del empresariado ha consistido en la explotación de un «recurso» de índoleesencialmente política, es decir, la frontera misma» (Contreras, 1989: 345).

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Los grupos económicos de Sonora

En Sonora se vive un proceso en el que día a día se está modificando la composición delos agentes empresariales. En función de los avatares de la competencia, cadaempresario, cada grupo corporativo, va tomando su lugar en la «torre de Babel». Paraello, unos diversifican la economía, otros redefinen sus relaciones con el Estado y sumanera de hacer política también, otros prefieren las alianzas, mientras que los máspoderosos simplemente hacen sentir su presencia. En otras palabras, hay unametamorfosis en su ser, en su alma de empresarios, de lo cual se puede interpretar elcómo se están incorporando al nuevo mundo de la competencia global o, por elcontrario, sucumbiendo ante ella.

En primer lugar, hay que resaltar el cambio en la estructura del empresariado que semueve en el estado1. De aquella horneada de hombres, algunos de los cuales fueronauténticos pioneros venidos del extranjero, y otros usufructuarios de su paso por larevolución de 1910, se ha dado un proceso de decantación que hoy exhibe a esa clasecompletamente reestructurada y renovada.

Muchos de los pioneros de los valles de la costa, sobre todo los que nunca rebasaronlas actividades primarias, se quedaron en el camino, víctimas de la sobreexplotacción ala que sometieron a los recursos tierra y agua, de los altos costos de producción, de lacaída de los precios de sus productos, de la inestabilidad del mercado internacional,hasta desembocar en el túnel sin fondo que son las carteras vencidas. Los agrotitanesse convirtieron en agrodeudores y así es imposible competir.

Otros, en cambio, desde un principio se propusieron diversificar sus actividades ligandola explotación de la tierra con su incursión en el comercio, los servicios, la banca y laindustria. En este grupo entran empresarios de la vieja guardia, como Valenzuela,Mazón, Gutiérrez, Fernández y Torres en Hermosillo; Zaragoza Iberry, Llano Iberry,Caballero y Luebbert en Guaymas; Robinson Bours, Félix Serna, Félix Escalante,Parada Golarte y Antillón en Ciudad Obregón; Dabdoub, Monroy y Kiriakis en Nogales;Leyva Castro y Guzmán en San Luis, Río Colorado; y Venegas, Estrella, Monreal yArrizón en Caborca.

Estos empresarios mantienen sus nombres entre los miembros de la iniciativa privadamás conocidos de la entidad. En algunos casos su poder económico se ha incrementadoy en otros ha disminuido a tal grado que la apertura económica que vive el país con elTratado de Libre Comercio los ha puesto en un serio predicamento de sobrevivencia enel sentido amplio de lo que es ser empresarios; este sería el caso de los Gutiérrez,Valenzuela y Torres, entre otros. El gran compromiso social de esta franja empresariales que son los llamados a liderar desde la perspectiva regional la competencia con lasempresas nacionales y trasnacionales.

De esas mismas entrañas han surgido retoños. Se trata de una nueva generación deempresarios jóvenes, algunos de ellos descendientes de los pioneros, que a partir de unapellido de abolengo se subieron a la ola empresarial de los ochenta: megaproyectos

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urbanos, infraestructuras de comunicación, finanzas, bolsas de valores, parques y navesindustriales son sus principales espacios de movilidad. Entre ellos destacan RicardoMazón Lizárraga, vicepresidente del Banco Atlántico, institución en la que participanalrededor de 500 empresarios de Sonora. Asimismo, este empresario es presidente delFideicomiso Progreso, que tuvo a su cargo la magna obra urbana del Vado del Río, enHermosillo, desarrollada por el gobernador Manlio Fabio Beltrones entre 1991 y 1994.También son importantes los Puebla, Obregón Luken, Díaz Brown y Schwarszbeck,entre otros. A la mayoría de ellos les queda una herencia; difícilmente pueden volarsolos, ya que tienen un rasgo común: prefieren las inversiones de corto plazo, semueven con recursos prestados, no arriesgan en proyectos productivos y viven bajo lasombra del Estado.

El cuadro regional lo completa un amplio abanico de nuevos empresarios que sefraguaron al calor de los tiempos de la reconversión y modernización industrial.Destacan aquí constructores, consultores y promotores de la integración internacional,son los «facilitadores de la integración», según dice Sklair (1989). Con ellos hay quedestacar la presencia de empresarios que han venido de otras regiones del país y delextranjero para aprovechar la plataforma exportadora que ofrece Sonora. Así, porejemplo, en Hermosillo, donde se concentra gran parte de la obra urbana del estado enconstrucción, destacan los nombres siguientes: Arrechedera Iruretagoyena, AstiazaránAguilar, Salazar Serrano, Sánchez Bours, Platt García y Gutiérrez.

Pero más allá de los empresarios de origen nativo es importante destacar la granpresencia que están teniendo en Sonora empresarios de otra parte del país y delextranjero. En minería metálica destaca la presencia del Grupo Industrial México en laexplotación del cobre de Cananea y Nacozari, con lo cual, Jorge Larrea está convertidoen el rey del cobre a nivel nacional; en la minería no metálica opera el Grupo Cemex,que preside Lorenzo Zambrano (hoy ya tercer productor mundial de cemento y cuyosactivos se distribuyen así: 45% en México, 35% en España, 13% en Venezuela, 5% enEstados Unidos y 2% en Panamá y el Caribe) y que en Hermosillo opera comoCementos del Yaqui. Lo mismo empieza a suceder con la presencia sinaloense de losgrupos Ley y Coppel.

De procedencia internacional, los giros son ya muy diversificados. Ya se rebasó el límitede las maquiladoras y la industria automotriz para contar con la presencia de grandescadenas internacionales como Wall Mart, Price Club y recientemente ha llegadoCarrefour, en alianza con el Grupo Gigante, que en Hermosillo está abriendo la tiendanúmero 13 en México de una cadena de 260 tiendas en el mundo; así como numerosasfranquicias entre las que destacan las que elaboran alimentos, como Kentucky FriedChiken, Carlos Jr, Mc Donald´s y Jack in the Box.La apertura empujará a la redefinición del papel de todos los agentes empresariales queoperan en Sonora, en particular los de origen regional. Deberán repensar susestructuras políticas de alianzas, campos de competencia, uso y destino de sus ahorrosy su propia mística de empresarios. Así son los gajes de la competencia.

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Los grupos económicos en Chihuahua

Chihuahua es una de las entidades más grandes del país, con poderes muy definidos enlas dos principales ciudades del estado: Chihuahua, capital del estado, y Ciudad Juárez.Dichos poderes se han amalgamado a partir de un largo proceso histórico que se iniciael siglo pasado con la emergencia al poder del general Luis Terrazas, que fuegobernador del estado en la época de Benito Juárez.

En palabras de Víctor Orozco «... el terracismo, como bien puede llamarse a esta fasede la historia regional que abarca de 1866 a 1910, domina toda la escena. Luis Terrazas,cabeza de la oligarquía que se formó en estos años, sigue siendo para la burguesíaactual un símbolo y, en cierto modo, un paradigma del ‘chihuahuense’: el hombre fuerteque es capaz de enfrentarse al poder central, representado por Juárez y por Díaz, ytambién es capaz de negociar ventajosamente con los norteamericanos» (Orozco, 1991:8). E incluso, «La relación entre el grupo Terrazas y los inversionistas extranjeros no semanifiesta como un vínculo de subordinación del primero a los segundos, sino decolaboración y beneficios recíprocos» (Ibid., 9). Sin embargo, los Terrazas encontraronel fin a su época de oro en las décadas de los veinte y treinta, cuando las movilizacionescampesinas obligaron al reparto de sus latifundios (Ibid.,17).

En los cuarenta comienzan a formarse y consolidarse nuevos grupos económicos, unode ellos encabezado por Eloy Vallina, quien crea el Banco Comercial Mexicano, herenciade la banca porfirista. A través del tiempo se formaría un grupo ligado a la industriamaderera, cementera y del acero (Ibid., 18).

En base a una clasificación de la oligarquía financiera mexicana, que ha tenido al sectorproductivo como base de decisión entre los grupos familiares que concentran losmayores niveles de propiedad de acuerdo a la participación del capital social, y por laorganización de capital que comprende conglomerados diversificados para la década delos ochenta, la familia Vallina destacaba por ubicarse en el segundo nivel deconcentración dado por un rango del 50 al 75% del capital social al poseer el 52.0% delgrupo Celulosa de Chihuahua y el 89.0% de Ponderosa Industrial (Morera Camacho,1996/1997: 123-124). Otro conglomerado chihuahuense que comienza a despuntar en ladécada de los cuarenta es el llamado Grupo Zeta, de la familia Zaragoza, cuya actividadprincipal es la distribución de gas LP al menudeo, y que en la actualidad tiene presenciaen la zona de Ciudad Juárez, Chihuahua, Tijuana, Mexicali, Ensenada, Torreón, Saltillo,Sonora, Sureste, Costa Rica y Guatemala. El Grupo Zeta lo componen 80 empresas ysu presidente es Jesús Alonso Zaragoza López, un hombre menor de cuarenta años,quien explica el origen del grupo así :

«En el 46, con mi abuelo Miguel Zaragoza Vizcarra, a quien le regalaba el gas larefinería Chevron, en Texas. Ciudad Juárez era una población de 20 mil habitantes, y sise suma el valle, eran 25 mil. Mi abuelo tenía una tienda de abarrotes y empezó a ver laforma de desarrollar el uso del gas promoviendo las estufas y los quemadores. El hizo lacultura del uso del gas. El gas se utilizaba muy poco en EEUU, y en México, nada» (ElFinanciero, 1997:.26).

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A partir de la llegada de la industria maquiladora se da una recomposición de los gruposempresariales y se comienza a desarrollar una generación empresarial que en granparte se dedica a hacer promoción y a ser comisionista de aquella industria. DesdeCiudad Juárez, el grupo de Jaime Bermúdez se convierte en el principal promotor demaquiladoras en el estado, construyendo parques industriales en Delicias, Camargo yNuevo Casas Grandes.

Otros grupos que en Ciudad Juárez se dedican a la promoción de maquiladoras son losCantú, Murguía, Fuentes, Fernández y Zaragoza. En la capital, Chihahua, lo hacen losVallina y Ornelas (Ibid., 28). En palabras textuales del mismo autor: «... Básicamente, losgrupos locales se han constituido como prestadores de estos servicios: el arrendamientode terrenos y parques industriales, el establecimiento de diversos tipos de instalacionesy equipos de suministro de energía, el transporte de mercancías, la contratación depersonal y asesoría laboral, contable administrativa y aduanal. Además ofrecen a lasplantas maquiladoras una gama muy diversificada de otro tipo de servicios, comovigilancia, seguridad, mantenimiento, seguros industriales, entretenimiento, etcétera»(Ibid., 29).

Los grupos económicos de Coahuila

La economía de Coahuila ha vivido un tránsito que va de las actividades agrícolas ymineras a las industriales, comerciales y de servicios. Esa lógica es la que han tenidotambién los grupos empresariales.

En el caso de esa entidad, todavía está por conocerse lo más elemental de la historia dela clase empresarial. Por ahora, podemos decir que en el mapa nacional, el estadodestaca por la presencia del Grupo Industrial Saltillo, Altos Hornos de México (AHMSA)que fundada en 1942, en 1991 fue privatizada y adquirida por el Grupo Acerero del Nortey la presencia de la industria automotriz en el corredor Saltillo-Ramos Arispe.

A principios de la década de los setenta, el Grupo Industrial Saltillo figuraba en el lugarnúmero 11 dentro de las cincuenta principales empresas de capital nacional (Cordero ySantín, 1977: 40). El principal accionista del grupo es la familia López del Bosque, quienposee el 86.5 por ciento del capital social, El Complejo Automovilístico de Ramos Arizpe,así como el Grupo Industrial Saltillo, tienen un peso fundamental en la economía delestado. Datos de 1986 dicen que entre ambos daban empleo a más de 21 mil personas,que representaban el 36.5 por ciento de los asegurados del Instituto Mexicano delSeguro Social en los municipios mencionados.

Datos contundentes dicen que entre ambas fuerzas económicas superaban por el valorde su producción en 17 veces a los ingresos del gobierno del estado (Dávila 1987:74-78.Altos Hornos de México se ubica en la región centro del estado, específicamente enMoncloa. Creada como empresa del gobierno en 1942 para llegar a convertirse en lasiderúrgica más importante del país, para 1986 tenía una presencia que irradiaba a 13municipios a su alrededor, donde se localizaba el 13 por ciento de la población del

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estado. Su relevancia también se puede observar en la cantidad de trabajadores queocupaba para mediados de los ochenta, que eran 21, 459 (16, 229 en la planta uno y5230 en la planta dos) (Ibid.,84-88).

En el modelo de los modernistas que llegaron a gobernar al país en 1982, AHM S.A. erapara mediados de los ochenta una empresa tecnológicamente obsoleta yfinancieramente incosteable, de ahí que se haya decidido su privatización. En 1991 seconstituye el Grupo Acerero del Norte (GAN), que operativamente agrupa a susempresas en cuatro divisiones: acero, químicos, minería y energía, así como un área deproyectos industriales. La División de Acero, integrada por AHM y sus subsidiarias,Aceros Nacionales y Ryerson de México, Minera Carbonífera Río Escondido (MICARE),Minerales Moncloa (MIMOSA), Minera del Norte (Minosa) con sus unidades Hércules,Manzanillo y Mitras, Cerro de Mercado y la Perla Minas de Fierro. Dentro de la DivisiónAcero se encuentra también Hojalata Mexicana y Forcejera. La siderurgia es la actividadcon mayor peso en el GAN y tiene cadenas productivas que van desde la extracción demetales hasta la transformación y la comercialización de sus productos.

Con una capacidad de producción de 3.85 millones de toneladas al año de acero líquido,Altos Hornos y sus subsidiarias es la segunda empresa de ese perfil en América Latina yuna de las diez más importantes en América del Norte. La sede del corporativo esMonclova Coahuila, entidad donde concentra la mayor parte de sus operacionesindustriales. Tiene actividades en 19 estados de la República y generaaproximadamente 26 mil empleos directos. Asimismo cuenta con oficinas en SanAntonio, Texas, y Caracas, Venezuela 2.

Los grupos de Tamaulipas

Al igual que los otros estados fronterizos, Tamaulipas también tiene sus peculiaridades.En el ámbito económico es una entidad diversificada. Según Arturo Alvarado, el estadose divide en tres zonas principales: a) la zona fronteriza norte, que abarca las ciudadesde Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, cuya economía es eminentementemaquiladora y hacen destacar a Tamaulipas como la entidad fronteriza que cuenta conel mayor número de ciudades intermedias más próximas entre sí. ; b) la zonaagropecuaria del centro, donde se localiza la capital, Ciudad Victoria, y en los 27municipios que agrupa la zona, el 50 por ciento de la Población Económicamente Activase ocupa en actividades primarias; y c) la zona industrial del sur, que tiene dos perfiles:la microrregión industrial - agrícola de los municipios de González, Mante, Xicoténcatl yel norte de Altamira, cuya economía básica durante años se apoyaba en el algodón, enla actualidad es la producción de caña de azúcar y granos; y la industrial - manufacturerade Altamira, Madero Tampico, donde el centro de la economía es petróleo, petroquímica,electricidad y pesca (Alvarado, 1994: 158-164).

Según el propio Alvarado: «En Tamaulipas se ha desarrollado con gran alcance un perfilpolítico multipolar, condición asociada a su cultura obrera, a su polarización y a suheterogeneidad regionales. El corporativismo constituye, hoy todavía, la fuente de poderde muchos de sus grupos locales. Otro mecanismo que ha originado poder económico y

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político ha sido la penetración de la administración federal en la entidad. Detentan esainfluencia los funcionarios de los bancos, de las aseguradoras y las empresasagropecuarias, federales y del estado» (Ibid.,157)

A principio de los noventa, uno de los grupos que destacaba era el Argüelles, enestrecha relación con la familia Guerra. Sus inversiones tenían que ver con el comerciode maquinaria agrícola y la comercialización de sorgo y era propietario de FabricaciónMetálica de Matamoros. Directamente vinculados con la creación de condiciones para laoperación de maquiladoras destacan sus parques industriales, uno en Matamoros(Fraccionamiento Industrial del Norte) y otro en Nuevo Laredo; así como su Grupo Nova,que ofrece subcontratación, albergue y venta o renta de naves industriales (Arenal,1989:154-171).

Fuerzas económicas dominantes y estrategias de competencia

Los grupos de poder económico que operan en el norte de México han venidocambiando su perfil y, con ello, también el peso económico y político en la entidad.Fuerzas distintas a las que desde principios de siglo (pero sobre todo la década de loscuarenta) le dieron un impulso definitivo son las que ahora, al calor de las fuerzas delmercado, se están imponiendo y muchas de ellas, sin proponérselo deliberadamente,están marcando las tendencias de largo plazo de esta región septentrional.

En Baja California, históricamente se han dado dos momentos respecto al modelo dedesarrollo que las fuerzas nacionales y regionales han concebido para el estado: uno ene que han predominado las políticas centralistas sobre la frontera; y otro cuando lasfuerzas del estado han optado por impulsar los intereses de la región desde su propiaperspectiva (Negrete, 1994: 34). En este sentido, «la consolidación de la economíaregional, con base al comercio abierto al exterior y relativamente aislado del mercadonacional, creó grupos de poder local (económicos y políticos) que se apropiaron ybeneficiaron de las políticas e instrumentos del crecimiento económico. Como resultadose configuró una burguesía local poco ligada a las fracciones políticas nacionales». Setrata de fuerzas empresariales que han influido en la vigencia de la zona libre desde1937, en los programas de desarrollo industrial, comercial y de equipamiento urbano.

Actualmente, como parte de una nueva etapa, parece haber coincidencia entre elproyecto que desde el centro se impulsa para el estado y visión de los gruposempresariales que se han insertado en el proceso industrializador, construyendoparques industriales como Bustamante y Lutherot, sistemas de subcontratación yalbergues, así como despachos de abogados. (Salas- Porras, 1990: 275-276)

Así, en Baja California tenemos tres fuerzas: las de la maquiladora estadounidense yjaponesa, las de los empresarios (apéndice de éstas) y las de los empresarios ligados ala agricultura, comercio y servicios y la política.

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Sin embargo, para los empresarios locales que buscan formar «clusters» con empresasextranjeras, conseguir su propósito no es nada fácil. Enrique Mier y Terán, director delParque Industrial Tecnomex y uno de los pioneros en impulsar la actividad maquiladora,dice:«Tenemos problemas de calidad, cumplimiento, entrega y, sobre todo, actitudempresarial. Los industriales mexicanos han llegado a tener márgenes de utilidad del 20al 30 por ciento y no entienden cómo trabajar con el 4 por ciento de rentabilidad que seles exige en el mercado internacional. No se dan cuenta de que no sirve de nadaobtener 50 por ciento de utilidades en una venta de 100 cuando se puede conseguir 2por ciento en una de 1 millón de pesos. Es totalmente lógico, pero es muy difícil que seconsiga ese cambio de actitud de forma generalizada» (Revista Expansión, 1997: 31).

Por otro lado, empresarios más ligados a las actividades tradicionales del estado, comoel Grupo Centra, que dirige Mario Hérnandez Maytorena, y que entre sus actividadesabarca la rama industrial, agropecuaria, construcción y del entretenimiento, pues esdueño del equipo de béisbol de Méxicali, aconsejan y practican las asociaciones comoforma de desarrollo empresarial que puede hacer frente a la competencia. En laactualidad, el Grupo Centra desarrolla tres proyectos bajo la fórmula de la asociación: unprograma habitacional para rentas a ejecutivos de empresas con una empresa deCalifornia conocida como una de las más importantes de ese estado; en agricultura,asociación con la empresa estadounidense Frito Lay para entregarle papa; un plan parainstalar 15 plantas portátiles en la costa del Pacífico para fabricar hielo, para lo cual, elvínculo es con una firma de San Francisco, California (El Imparcial, 20/oct/97).

Las palabras de Mario Hernández son éstas: «Esta es la primera vez que estamosasociándonos con extranjeros, y lo hacemos porque tienen mucha tecnología.Compartimos el riesgo del negocio y eso es una gran ventaja, creo que a eso se referíael exgobernador Ernesto Ruffo cuando hablaba de formar sociedades conextranjeros.Antes había financiamiento y no necesitábamos socios ni coinversión (¿paraqué compartir utilidades?), pero vino la crisis y vinieron los intereses de hasta 30, 50, 70,90 por ciento anual, y era prohibitivo ser empresario con esas tasas de interés.Con lacoinversión, no acudes ya a los bancos; nosotros no lo estamos haciendo porque escapital nuestro y de los socios».

En Sonora, los ex «agrotitanes», sus cachorros y ahora sus terceras generacionespasan por dificultades: tampoco escaparon a las vicisitudes de la larga crisis que hoypermea a la nación y sus regiones. Ejemplos paradigmáticos son los grupos Mezoro,Mazón y Valenzuela, que para sobrevivir se han planteado nuevas estrategias. El grupoMezoro, de la familia Gutiérrez, cuyo inicio de operaciones se remonta a 1934 enactividades avícolas, ha tenido una historia de altas y bajas en su desarrollo. Enparticular, para enfrentar el impacto que para ellos significa la nueva competenciaproducto de la apertura externa y del TLC, a partir del 4 de abril de 1995 se asoció con laempresa estadounidense Jerome Foods, una firma creada en 1922 en Wisconsin,Estados Unidos, y que destaca entre las diez principales productoras de pavo en esepaís. Según el director de Jerome - Mezoro, Javier Gutiérrez Luken, «La sociedadpermitió retomar el liderazgo en muchos mercados en los que ya lo habíamos tenido y

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nos habíamos retirado por falta de capacidad financiera principalmente» (El Imparcial,8/may/97).

Según edicto dado a conocer en el Boletín Oficial número 41 del Gobierno del estado deSonora, 29 bienes inmuebles con valor de 22 millones 330 mil 333 pesos, fueronembargados por Banamex a «Negocios Agrícolas Alamos, S.A. de CV», José SantosGutiérrez Mazón e «Impulsora Mayoral, S.A de CV y luego fueron rematados. De grantradición en la economía sonorense (donde han destacado en la producción de pollo yproductos lácteos) del Grupo Mezoro dependen aproximadamente 1300 personas, aquienes proporcionan empleo. Se trata además de uno de los grupos económicos delestado que mayores avances habían logrado en materia de encadenamientosproductivos de origen agroindustrial. Los problemas financieros que hoy tiene el grupose remontan a los años de 1978 a 1981, que fueron de gran expansión para la economíamexicana, pero de endeudamiento para Mezoro. Para finales de julio de 1981, lospasivos contratados con 15 bancos del país y del extranjero ascendían aaproximadamente 1 133.1 millones de pesos. Dicha deuda era el 72.1 por ciento endólares y el 27.9 por ciento en moneda nacional.Desde finales de 1985, el grupo Mezorodeclaró ante las autoridades judiciales suspensión de pagos con el propósito de negociarcon sus acreedores.

Luego, Mezoro experimentó entonces una gran paradoja: en época de expansióneconómica nacional se endeudó, pero el crecimiento macroeconómico no tuvo elimpacto suficiente como para lograr que los nuevos proyectos que había emprendidomaduraran. Por ello, una vez que la crisis en la economía hizo su aparición, hubo queenfrentar el encarecimiento del dólar, las altas tasas de interés y la competencia externa.Desde entonces, Mezoro ha tenido problemas. No ha podido sobreponerse y susempresas han perdido importancia. Sus hombres se han refugiado en la burocraciaempresarial y también estatal.

Por el lado de las actividades comerciales, en Sonora, las cadenas comerciales localeshan venido enfrentando la feroz competencia de cadenas comerciales como Wal Mart yPrice Club (de Estados Unidos) y Carrefour (de Francia. Ante esa circunstancia, elGrupo VH, cuya cadena de supermercados nació en 1971, recientemente cerró tres desus tiendas y se ha replanteado su estrategia de competencia en los términossiguientes: a) buscando reducir los costos de proveeduría a través de las asociacionesque tiene con Futurama, de Chihuahua, Merco, de Moncloa, Arteli, de Tampico y SanFrancisco de Asís, de Yucatán. ; b) nuevos planes de venta bajo el concepto de tiendaspequeñas (de 1000 a 1,700 metros cuadrados de construcción) y medianas (de 2000 a3000); c) esquemas de administración con unidades estratégicas de negocio y d)introduciendo nuevas tecnologías de comunicación (El Imparcial, 15/may/97).

El otro caso paradigmático en Sonora es el de los Mazón, grupo con orígenes ytrayectoria paralelos al del anterior, que recientemente también ha resentido lasvicisitudes de la crisis. Las fuentes dicen que Corporativo Mazón negocia una deuda deaproximadamente 230 millones de dólares, con un grado de avance del 80%.

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De trayectoria en la economía y la sociedad sonorense, que se remonta a los años deapertura al cultivo de la Costa de Hermosillo y a las actividades comerciales lideradas enun tiempo por la tienda La Cosalteca (cerrada en 1994), Mazón creció en empresas ytambién en integrantes de la familia. Hoy, una tercera generación ya se mueve en losdistintos negocios del grupo; falta por ver si tienen las mismas «agallas» de susmayores. Tanto Mezoro como Mazón son grupos que han basado parte de susestrategias en la participación militante en la política y órganos del Estado, inclusive endeterminados han tenido capacidad de veto para determinar al gobierno en turno. Y, porsupuesto, han saboreado las mieles que escurren en las intimidades del poder.Sinembargo, lejos están de moverse con autonomía. No brillan en el universo con luzpropia. El exgobernador Samuel Ocaña, en su momento le dió una mano al GrupoMezoro, Carrillo Marcor hizo lo propio con los Mazón y Manlio Fabio Beltrones de nuevoa éstos.

Fuerzas económicas superiores se desplazan por Sonora. Y sin merodear demasiado enlos primeros círculos del Estado y del Gobierno, los capitales que mueven y los empleosque generan les dan su propio peso específico.Ellos no tienen que reclamar presencia.La cargan consigo. La llevan en su maleta.

A nivel industrial, no cabe duda de que el corredor que penetra a Sonora por Nogales,para extenderse a lo largo de la carretera número 15, es básicamente sostenido porempresas extranjeras, con notables excepciones como Cementos del Yaqui. Aempresas de ese tamaño y fuerza, cualquier gobierno estatal rinde pleitesía.

Con gran tradición minera, Sonora ha cedido las entrañas de la tierra al capitalextranjero. Capital estadounidense y canadiense dice lo que hay que hacer en materiade producción de oro, grafito y otros metales.

A nivel comercial, cada vez queda más claro que a partir de ahora la competencia lasostendrán Wall Mart y Carrefour y, en menor medida, el Grupo Ley. Con el primerbinomio, Sonora se convierte en escenario de competencia comercial de capitalestadounidense y francés; en el segundo caso (el del grupo sinaloense), Ley estaríallenando los espacios que nunca pudieron llenar o sostener los empresarios nativos.En Chihuahua sobresalen varios tipos de empresarios. Los ligados a la industriamaderera, al comercio y los servicios, y los integrados a la industria maquiladora, lallamada «burguesía apéndice», como dice Víctor Orozco (1991)

En ese sentido, Alejandra Salas-Porras señala: «... son los grupos de Chihuahua los quehan adquirido mayor fuerza y capacidad para influir en todo el proceso de promoción, deindustrialización maquiladora (junto con los grandes consorcios que operan a través deestas plantas), en los programas de inversión pública y, en general, en la políticaeconómica a nivel estatal y regional. Además, el grado de madurez y cohesión entre losfacilitadores de Chihuahua es mucho mayor, tanto por la participación más activa en lagestión de todo el proyecto(desde su origen en la década de los sesenta, y en el procesode revisión de todo el marco jurídico legal a partir de 1983), como por el mayor grado deintegración en la cadena de promoción que desarrolla una compleja red entre los

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diferentes especialistas («brokers», desarrolladores, abogados y subcontratistas). Sinembargo, la concentración de toda la actividad en manos del grupo Bermúdez, elfacilitador de la industria maquiladora más fuerte a nivel nacional, ha generadodescontento entre otros facilitadores de Ciudad Juárez, sobre todo a raíz de que JaimeBermúdez, cabeza del grupo, aprovechó su posición de alcalde (entre 1986 y 1989) paramejorar la infraestructura de sus parques y propiedades y para acaparar lasoportunidades que ofrecían las inversiones estatales y federales». (Salas- Porras, 1990:274-275)

Finalmente, en el caso de Coahuila se advierten varias fuerzas que se disputan lahegemonía en la entidad. Las más recientes tienen que ver con la industria maquiladoray automotriz, las del Grupo Acerero del Norte, de presencia nacional, y que adquirióAltos Hornos de México, Grupo Industrial Saltillo (GIS), con presencia industrial muydiversificada, y los empresarios ligados a actividades agropecuarias, comerciales y deservicios. Alrededor de esos núcleos empresariales ha girado la integración de laeconomía del estado mucho más al exterior que hacia lo nacional, en el aspectoindustrial.3

En particular destacan las estrategias de competencia que desde los ochenta impulsa elGIS en este sentido: «...reestructuración administrativa general y reorganización de laestructura del grupo; ampliación de las relaciones con capitales regiomontanos (HYLSA);ejecución de un programa sistemático de inversiones para ampliar y modificar lasplantas y crear otras, aumentando la capacidad y posibilidades de la producción,diversificando los productos; el cierre de empresas poco rentables (como Moto Islo), apesar del proteccionismo gubernamental; diversificación de compradores relacionándosecomo proveedores de las grandes compañías extranjeras como GM, Chrysler, Ford,Volkswagen, Renault y Cummins; reestructuración y modernización tecnológicacambiando procesos, técnicas de producción y la organización de la misma; contrataciónde asesoría italiana para aumentar la calidad ...; aprovechamiento de todas lasexenciones y facilidades otorgadas por el Gobierno federal, particularmente los créditospreferenciales para la exportación, los Certificados de Promoción Fiscal (CEPROFIS), y,de manera muy especial, la negociación de su deuda en dólares vía FICORCA, que lespermitió enfrentar con ventaja las devaluaciones de los años ochenta» (Cepeda, 1994:158-159).

CONCLUSIONES

Uno de los espacios del mundo donde con mayor fuerza se presentan los actualesprocesos de integración empujados por la globalización es el que conforma laconfluencia del sur de Estados Unidos y el norte de México.

Indicadores de uno y otro lado hacen evidente que allí se genera una fuente de energíaeconómica y social como no hay otra en el mundo. Sin embargo, lejos de fluir procesosque de una «subregión» a otra se retroalimenten en una dinámica decomplementariedad donde la parte más atrasada tienda a la homogeneización con los

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niveles de desarrollo de la desarrollada, las asimetrías se siguen preservando y todoindica que en el largo plazo se profundizarán.

La economía tiene una base diversificada. En el sur de Estados Unidos y el norte deMéxico se practican todo tipo de actividades: agricultura, silvicultura, pesca, minería,agroindustria, manufactura, comercio y servicios. Ello indica que es posible sacudirse elfatalismo de las ventajas comparativas en las que la parte desarrollada pone el capital ylas manufacturas y servicios de alta tecnología y, la atrasada, sólo la mano de obra.

Demográficamente es un espacio de gran crecimiento al que la gente llega atraída porlas oportunidades económicas y de empleo que se ofrecen. Y aún cuando esta regióntiene un fuerte sustento en la economía primaria, la tendencia es a que la gente seconcentre en actividades que tienen que ver con las manufacturas y los servicios.

Una especificidad de la región, que cada vez toma formas más diversas, son losdistintos tipos de corredores que se observan. Unos son reales y otros iniciativas deformales que van avanzando. Los primeros tienen que ver con intercambios económicos,manufactureros y comerciales que de manera histórica se han dado. Los segundosresumen la voluntad de gobiernos por formalizar regiones «virtuales».Asociado con lo económico, un punto de suma relevancia tiene que ver con lasustentabilidad del desarrollo de la región. Por un lado, el medio ambiente sufre undeterioro ostensible, y por otro, recursos naturales como el agua son cada vez másescasos. Ambos son una limitante para el desarrollo futuro de la región.

Otro tema que sale a relucir, pendiente de documentar, es acerca de los agenteseconómicos que están involucrados en ese espacio. El tema de la mano de obra, sobretodo en la industria maquiladora, está muy trabajado. Pero no sucede lo mismo con losagentes portadores del capital. Especialmente interesante es analizar las fuerzaseconómicas del lado de la parte mexicana, que se han convertido en un mosaico deinversiones estadounidenses, canadienses, asiáticas, europeas, latinoamericanas ytambién mexicanas.

El punto en cuestión es: ¿qué tan fuertes son las fuerzas nativas para asimilarse a esacorriente de la economía global? Hasta ahora han pasado dos cosas: Muchosempresarios de la región tienden a desaparecer o a minimizar su poder económico einfluencia política y otros buscan prácticas nuevas para perpetuarse, como las alianzasestratégicas con capitales extranjeros. Pero la última palabra aún no está dicha.

En efecto, el norte de México es uno de los laboratorios regionales del modelo deorientación exportadora que se impulsa en México desde principios de la décadapasada.Ello ha conducido a un proceso de reestructuración de la economía y recomposición delos agentes económicos que operan en este espacio.

Si bien, a lo largo de toda la frontera, la industria maquiladora de exportación marcapautas en procesos industriales manufactureros que generan empleo y divisas, la

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esperanza económica, social y en materia de seguridad nacional depende de lo que losempresarios locales y nacionales puedan hacer. En ese sentido se advierte que en lamedida en la que el desplazamiento se va dando de este a oeste, los empresarios de lafrontera van siendo más vulnerables a las vicisitudes de la gran competencia global. Enel este está PEMEX, el Grupo Industrial Saltillo, el Grupo Acerero del Norte, con AltosHornos de México a la cabeza, mientras que ya en el oeste destaca en Sonora el GrupoIndustrial México y Cemex. Baja California no cuenta con grandes conglomeradosnacionales.

Estos grandes grupos, algunos de los cuales surgieron a partir de la política deprivatizaciones del Estado mexicano, han basado su estrategia competitiva enmodernizar tecnología, introducir nuevas formas de relaciones con sus trabajadores (detipo flexible) y modificar sus esquemas administrativos.

Las fuerzas locales, aun cuando han basado parte de su éxito en la cercanía con elpoder (para desde allí arrimarle dinamismo a sus negocios), han visto limitada esa vía decompetencia y ahora ensayan nuevas fórmulas como la búsqueda de asociaciones conotros capitales que ayuden a resolver el problema de financiamiento. En este sentidodestacan también los mecanismos de financiamiento informal en los cuales han incurridoempresas como las sonorenses.

Las fuerzas de la globalización son tan apabullantes y desencadenan tal fuerzaeconómica que muchos agentes, sin estar físicamente en las redes del poder, generanen sí mismos una gran presencia subliminal. En cambio, otras, que físicamente secolocan en las primeras filas del poder, en la realidad cada vez significan menos.

En términos de perfil, en el norte de México se mueven varios tipos de empresarios:- Los nativos, que ahora juegan un lugar subordinado y funcionan a expensas de las

relaciones con los gobiernos estatal y nacional.

- La «burguesía apéndice» o «facilitadores de la integración», que se reproducen aexpensas de crear las condiciones al capital trasnacional para que operesatisfactoriamente.

- Los grupos de punta del capital nacional, como CEMEX, que opera en BajaCalifornia, Sonora y Coahuila y el Grupo Acerero del Norte, de gran presencianacional, que en el norte se localiza en Coahuila y en Sonora a través de la empresaBarita de Sonora.

- Contados son los grupos locales que están teniendo presencia internacional. Entreellos destacan los sonorenses exportadores de carne de puerco a los países de Asiay, sobre todo, el Grupo Industrial Saltillo.

- Pero, sobre todo, sobresalen grupos empresariales que son grandes corporacionesinternacionales de la minería, la maquila y la industria automotriz. Estos son los

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grandes consumadores de la integración hacia la globalización, y particularmentehacia Norteamérica.

El nuevo poder lo ejercen fuerzas que aparentemente no saben que lo ejercen. Su poderes subliminal. Por otra parte, a los que luchan por tener el poder formal, sus márgenesde acción se les reducen y corren el riesgo de convertirse en meros comisionistas de losque están detrás del escaparate; en la «Torre de Babel» de la competencia global estáncondenados a ser desplazados.

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LA REFLEXIBILIDAD DE LAS REDES COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL DELA CADENA PRODUCTIVA EN LA POLÍTICA INDUSTRIAL COLOMBIANAMarleny Cardona A. y Adriana Angel J.

INTRODUCCIÓN

Jaime AlbertoCaval, Ministro deDesarrollo, planteaque la política industrial debe ser remodeladaampliando su divulgación y fortaleciéndolaa nivel sectorial, regional y asociativo.(Diario La República, 17 de agosto de 1999).

La globalización combina los elementos económicos con la cultura, las instituciones y elterritorio, refiriéndose a una forma de interpretar las situaciones de la sociedad desde elnivel mundial hasta el local, donde lo cultural atraviesa lo político y lo económico (RivasMira, 1996: 957). En este contexto de globalización, las empresas se ven enfrentadas anuevas condiciones en las cuales la cooperación entre ellas es una estrategia básica desupervivencia, no sólo para las mismas empresas, sino también para los diferentessectores industriales. Esta ponencia hace referencia a las redes como relacionesconfiguradoras de política sectorial en función de la influencia en la capacidad directiva yorganización del trabajo, la relación entre los procesos productivos, relaciones internas yexternas de la organización y las condiciones tecnológicas de las empresas en formaindividual o colectiva.

Las potencialidades de las redes y cadenas permiten la construcción de la políticasectorial. En este documento se presenta la reflexión teórica sobre dos puntosfundamentales. En primer lugar, queremos evaluar los delineamientos de la políticaindustrial actual y principalmente los puntos que se dirigen al desarrollo sectorial, paraasí reconocer el estado de arte que a nivel de las políticas existe para poder identificarlas potencialidades de las mismas una vez que sean estudiados los sectores que nosinteresan. En segundo lugar, queremos desarrollar un avance teórico de las redes ycadenas industriales como base de los eslabonamientos productivos. Presentamoscomo hipótesis que estas redes, que se han venido construyendo para responder alnuevo entorno, han permitido un aumento de la competitividad y que la construcción deuna política sectorial más estable puede estar asociada a las redes productivas que lossectores logran establecer. Para terminar, se presentan algunas conclusiones ypropuestas.

LAS POLÍTICAS INDUSTRIAL Y SECTORIAL EN COLOMBIA

La política industrial tiene en cuenta una serie de políticas gubernamentales diseñadaspara fomentar el crecimiento de algunas industrias y desalentar el crecimiento de otras.La política industrial se refiere al grado de complejidad del tejido industrial que propicia laentrada o salida de sectores o subsectores y a la política de competitividad industrial enel marco de la globalización.

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En particular, la política industrial está orientada a los esfuerzos políticos dirigidos aaumentar la tasa de creación de nuevas empresas y de puestos de trabajo, mejorar lainfraestructura local y la formación de recursos humanos, llevando a las regionesrecursos financieros (Cuadrado,1994). La política industrial incluye cierres de plantas,gastos para la compensación de desempleo y los programas para la capacitación deltrabajador, además puede llegar a determinar qué tipo de industrias se deben expandir ycuáles no, después de medir la capacidad y participación a nivel de cada sectoreconómico.

La política industrial varía de acuerdo al contexto en el cual se desarrolla considerandola estructura productiva, los marcos regulatorios y las convenciones de los lugares en loscuales se aplica. A continuación se presentan algunos elementos de la política industrialcolombiana que sustentan el desarrollo de cadenas productivas.

Propósitos de la política industrial

El argumento económico en torno a la política industrial tiene dos posiciones: la queacepta la regulación y la que está a favor del mercado poque piensa que la competenciasin regulación conduciría a resultados más eficientes.En el primer grupo están, de unlado, los que conciben la política industrial como una forma de intervención del gobiernocon instrumentos más horizontales que verticales, es decir, que no discriminan entre losdiferentes sectores, promueven programas de capacitación, créditos baratos, trámitesfáciles para la exportación e incentivos a la tecnología y, del otro lado, los que concibenuna política industrial más controladora que genera direccionamientos para sectoresespecíficos (Case y Fair, 1993:967-968).

El paradigma predominante en la actualidad en el mundo sugiere la intervención delgobierno por medio de instrumentos de tipo horizontal, los cuales no hacen distincionesentres los diferentes sectores y tienden a abandonar los instrumentos de tipo vertical,que son dirigidos específicamente a un sector.

En Colombia, la política industrial ha sido fundamentalmente de carácter horizontalporque no ha estado orientada a un sector específico, sino a la industria en general. Sinembargo, como el plan de desarrollo del actual Gobierno «Cambio para construir la paz»busca estimular las exportaciones, la política industrial actual hace énfasis en ladiversificación productiva hacia las exportaciones y adquiere así recientemente un matizde desarrollo vertical.

Los propósitos que plantea el Ministerio de Desarrollo (1998) como programa de políticaindustrial en el marco de la globalización y la integración a nivel nacional son:• Definir las instituciones que deben asumir el liderazgo de la política reestructurada y

asignarles funciones y mecanismos de coordinación.

• Hacer de la estabilidad macroeconómica una política de Estado, y garantizar laarmonía entre las políticas generales de desarrollo, las macroeconómicas y lassectoriales (particularmente del comercio y la industria).

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• Mejorar la infraestructura física y la formación de capital humano en los nivelesnacional y regional.

• Definir el patrón de especialización, la política de integración y la carta denavegación estratégica del país, respetando los límites y aprovechando lasoportunidades que brinda la OMC(Organización Mundial del Comercio)

• Diversificar las exportacionesconinstrumentosaceptablesen elmarcodelaOMC.

• Promover el desarrollo tecnológico y la modernización industrial que permitancompetir con productividad, calidad y gestión ambiental.

• Fortalecerla política decomprasdelEstado y supapelpromotordel desarrollo industrial.

• Redefinir el papel del Estado como promotor de la economía y activar políticas,instituciones y mecanismos de promoción y de competencia.

Los fines anteriores muestran que la política industrial no tiene que ver solamente conproblemas de financiación y refinanciación de las empresas(como se ha visto en elprimer semestre de 1999 en Colombia), sino también, y fundamentalmente, con laarticulación de programas nacionales, regionales y locales que fortalezcan la estructuraempresarial-industrial en un contexto de globalización.

En el numeral siguiente se presentan reflexiones sobre tres fines de la política industrialque forman parte de la discusión sobre la formación de redes para la política sectorial,ya que la preocupación fundamental es dar a conocer y articular estas estrategias yprogramas concretos.

Elementos de la política sectorial en la propuesta de política industrial

Hasta agosto de 1998, la política industrial era un elemento más de la políticaeconómica, sin constituir un eje independiente del desarrollo de la economía. La actualformalización de la política industrial se relaciona con la competitividad y el proyectoexportador que se promueve en el país, para el cual se deben crear unas bases sólidassustentadas, entre otras cosas, en el desarrollo tecnológico y de capital humano. En estecontexto, la política industrial debe ser determinante en el fortalecimiento sectorial.

En efecto, identificamos en la política industrial actual tres ejes fundamentales en los quese sustentan las propuestas sectoriales. Estos ejes tienen que ver con la identificaciónde los patrones de la especialización, con el desarrollo tecnológico para lamodernización de la industria y con la redefinición del papel del Estado como promotordel desarrollo económico.

Los programas y acciones de los tres ejes son (documento elaborado por el Ministeriode Desarrollo y publicado en el diario La República en agosto de 1998):

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1. Identificar los patrones de especialización que permiten la política de integración y lacarta de navegación estratégica del país

2. Redefinir el papel del Estado como promotor de la economía, activar políticas,instituciones y mecanismos, tanto de promoción de la competencia como de defensacontra las prácticas desleales

En el programa de política industrial se identifica el reconocimiento de un escenariomundial con tendencia a formación de bloques regionales, agudización de lacompetencia y necesidad de integración, especialización y tecnificación de los sectoresproductivos, que permita garantizar respuestas desde espacios productivos conformadosen las regiones y en las localidades. Las posibilidades de reconfiguración están dadasinstitucionalmente, por ejemplo, la descentralización es un elemento que favorece elfortalecimiento de las microrregiones

Después de casi diez años de apertura económica de Colombia con el mundo, el paíspresenta una propuesta articulada de política industrial que permita responder a los retosde la globalización. Sin embargo no se especifican los mecanismos para el fomento y laprotección de la industria en general y de los sectores en particular.

Quedan planteadas entonces las siguientes preguntas:1. ¿Cuáles son los mecanismos de fomento en la política industrial que promueve la

integración productiva y competitividad en un marco de globalización?

2. La construcción de una política sectorial más estable ¿está asociada a las redesproductivas que cada sector logra establecer para su desarrollo?

3. Las medidas de gestión y organización que se logran desarrollar a través de lascadenas y las redes ¿son diferentes en los distintos sectores y, por lo tanto, debenser las políticas sectoriales específicamente adaptadas y dirigidas?

LAS REDES Y CADENAS INDUSTRIALES COMO BASE DE LOSESLABONAMIENTOS PRODUCTIVOS

El desarrollo productivo está asociado al aumento de la especialización y a lapotencialización de los eslabonamientos productivos dentro de la empresa entreunidades productivas y entre los diferentes sectores. Cada sector construye susrelaciones con base en el tipo de cadena en la cual se desarrolla un tejido de relacionesproveedores-productoresclientes.

Cetré (1995) hace notar que durante las últimas dos décadas hemos presenciado unatransformación fundamental en la organización de los vínculos, en la cual muchas deestas cadenas productivas han pasado de ser «conducidas por productores» (producer-driven) a ser «conducidas por compradores» (buyer-driven). En el primer tipo seencuentran empresas industriales, casi siempre multinacionales integradas

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verticalmente, que cumplen un rol esencial en la organización y control del sistemaproductivo (Gereffi, 1994: 219 en Cetré, 1995). En el segundo tipo, la producción tomalugar de forma mucho más descentralizada y el control sobre los sistemas de produccióny distribución es ejercido por empresas que se especializan en el diseño ycomercialización de las mercancías involucradas. Las características de las cadenas,desde el comprador y desde el productor, se presentan en el Esquema 1

En este trabajo entendemos las redes como el conjunto de relaciones entre lasempresas donde cobran sentido las estrategias colectivas, pues lo que rige elcomportamiento de los actores son las reglas construidas en un ámbito social másamplio que el espacio de la empresa.

Estos eslabonamientos productivos generan dinámicas que se extienden más allá delsimple proceso de producción sectorial, ellos permiten relacionar el entorno económicocon el social, el político y el cultural. En efecto, el comportamiento de los sectores y delas empresas está condicionado por factores que operan a varias escalas, tales como:

* Las condiciones geopolíticas económicas globales.

* Los esquemas de integración regional (de jure o de facto).

* Las políticas de los gobiernos nacionales.

* El impacto de las instituciones locales y de las normas culturales en la actividadeconómica.

* Los niveles salariales.

* Las habilidades, productividad y grado de organización de la fuerza de trabajolocal.

Las empresas y las redes económicas que las conectan son los bloques esenciales queconstituyen los sistemas productivos transnacionales en los cuales los países jueganuna variedad de papeles especializados y cambiantes; asimismo, el Estado-nación hadejado de ser la unidad ideal de análisis para establecer los patrones globales de oferta,pues la figura del mercado internacional cambia los escenarios sociopolíticos yeconómicos. En esta sección presentamos, primero, una contextualización de la redsocial y de la red industrial para posteriormente identificar los elementos de losencadenamientos a nivel internacional, regional y empresarial.

Las redes social e industrial como base de la construcción deeslabonamientos

Una sociedad estable mantiene múltiples interrelaciones, no sólo entre los miembros quela componen, sino también con otras sociedades.Estas redes posibilitan diagnósticoseconómicos y societales que pueden llevarnos a reconstruir las diferentes facetas e

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instancias de la red social manifestadas en las alianzas, asociaciones, clusters, etc. Lared social se refiere a un grupo de individuos con racionalidades diferentes y con unpropósito común: el desarrollo industrial.

En efecto, en el contexto de la red social se percibe la dinámica de la red industrial quepermite la conexión entre estructuras a través de los actores económicos; son estasredes industriales construcciones sociales con base en estructuras productivasespecíficas definidas por las normatividades y, en general, por las convenciones.Justamente, una de las manifestaciones de la construcción de redes o agrupacionesindustriales son los clusters, que de acuerdo con Humprey y Schmitz (1995), son laconcentración de grupos de empresas de un mismo sector en un mismo territorio y que,de acuerdo a Michael Porter, «son un grupo de empresas conectadas por relacionesespecializadas de cliente-proveedor o relacionadas por la tecnología o las habilidades»(Porter,1990).

Otra forma de organización industrial son los distritos industriales; estos centrosemergen de un desarrollo de grupos más especializados conformados por diferentestipos de empresas que generalmente, pero no necesariamente, pertenecen al mismosector y presentan una división del trabajo entre firmas. Los distritos industriales sedefinen como conjuntos de unidades productivas generalmente pequeñas y medianas,especializadas en un sector específico y concentradas en un territorio bien delimitado(geográfica e históricamente determinado) (Storper,1997:34).

Sin embargo, no cualquier aglomeración de empresas con estas características puedeser considerado un distrito industrial; la principal característica de éstos es el factor deunificación e integración de los diferentes sujetos. Esta característica tiene que ver conla cultura productiva, los vínculos entre los sujetos, la estrecha relación entre estructurasocial y productiva y las tradiciones culturales comunes, que son vistas en este proyectocomo elementos que fortalecen el modelo de regionalización.

Las redes sociales e industriales se pueden manifestar a nivel vertical, horizontal yatravesando los países y las regiones; en el proceso de producción y de distribución secrean niveles de análisis originados en el dónde y el cómo se produce y se distribuye. Eldonde hace referencia a la localización y el como se refiere principalmente a los modosde producción que desarrollaremos en la Sección 3 de este documento.

Los niveles de encadenamiento a nivel internacional, nacional, regional yempresarial

"El desarrollo de la industria no es un asuntoexclusivo de lostrabajadores e industriales de la región, es reto para lasnaciones y el mundo en su conjunto" (Díaz, 1996).

Díaz (1996) plantea que los eslabonamientos constituyen un nuevo tejido que cubre lossegmentos más dinámicos del sistema productivo. El mercado y la competencia de hoy

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exigen a las empresas capacidad de adaptación, flexibilidad, aprendizaje y acción queson diferentes de acuerdo a la localidad y a la región.

La forma como se extienden las redes depende de la cultura, del desarrollo de lasregiones y de los procesos fundamentales en la base de las economías. Los tejidossociales que desarrolla un sector no son los mismos que se presentan en los otros.Estos vínculos pueden hacerse por medio de asociaciones gremiales y sectoriales, anivel nacional o internacional. En este sentido se observa que las empresas trasciendenlas fronteras nacionales para seguir la lógica internacional: se preparan para llenar losrequisitos que se exigen en el exterior y que definen las relaciones internacionales.

La cooperación internacional, como forma de coordinación de la actividad económica,ofrece una respuesta al dilema especialización/adaptabilidad de las empresas en unentorno económico cambiante y a la desregulación y a la reforma de los Estados-nación.Así, para fortalecer las localizaciones nacionales industriales son importantes laspolíticas locales y regionales y los proyectos de cooperación e integración entre laseconomías (Messner, 1996).

En la actualidad, la colaboración interempresas, fundamentalmente a través de lasubcontratación, se ha generalizado en todo el mundo, dando lugar al desarrollo dediferentes formas de redes como las integradoras de la producción y de lacomercialización (Ruiz, 1998). Las cadenas productivas que se han constituido en laregión latinoamericana han elevado la flexibilidad y la competitividad de segmentos delsistema productivo. Sin embargo, estas cadenas contienen elevados grados deasimetría entre empresas contratistas y subcontratistas y no han significado beneficiossignificativos a los trabajadores periféricos que mantienen un empleo precario, malpagado, intensivo y sometido a relaciones autoritarias (Díaz, 1996). En este sentido, ladesigualdad y la dependencia tecnológica toman formas particulares en los procesosproductivos que se desarrollan a través de las redes sociales de producción.

En un principio, el apoyo fue a la empresa individual, desde la perspectiva de que elprincipal problema de creación y desarrollo de este tipo de empresas era la falta deacceso al crédito, por lo cual se crearon instituciones orientadas a que se tuviera accesoal mismo. Este era sólo uno de tantos problemas para el desarrollo empresarial quetenían que ver con la tecnología, falta de acceso al mercado, carencia de organización yde estándares de producción.

En los noventa, las instituciones de desarrollo han enfocado sus esfuerzos cambiando elsujeto de atención hacia el concepto de redes empresariales bajo la consideración deque es mejor apoyar a empresas en redes de producción que a empresas individuales.Se concibe que las empresas agrupadas en redes tienden a generar un proceso deaprendizaje que no se da cuando operan en forma aislada, generándose lo que se haempezado a conocer como «economías de cooperación» (Ruiz, 1998) que se «juegan»en un mismo territorio, una misma identidad cultural y un mismo sector industrial. En lapropuesta de política industrial colombiana, a diferencia de otros países de

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Latinoamérica y de Asia, no se vislumbra de manera específica el apoyo a estosprocesos de subcontratación y, en general, a los proyectos de integración empresarial.

MARCOS REGULATORIOS DE LA POLÍTICA INDUSTRIAL Y SECTORIAL

La política industrial varía de acuerdo al contexto en el cual se desarrolla, considerandola estructura productiva, los marcos regulatorios y las convenciones de los lugares en loscuales se aplica.

La política industrial debe considerar el resultado histórico de los procesos productivos ydistributivos, fruto de la construcción progresiva de las ventajas comparativas y de losprocesos de aprendizaje que respondan a un proyecto nacional. Esta evolución puedeser medida en términos de la localización industrial, de la participación de los procesostecnológicos en un país, de la generación de empleo y valor agregado, delposicionamiento de sus exportaciones en el mundo, de su calidad de trabajo y de suproductividad. La política sectorial debe considerar esta dinámica para apoyar eldesarrollo que traen las regiones y el Estado-nación (Storper y Salais, 1995).

En la Constitución de 1991 se retoma el planteamiento del modelo «economía social demercado»1 con el que se busca combinar la libre iniciativa con el avance social,asegurado a su vez por el rendimiento de la economía de mercado.

En la Constitución se define la existencia de un Plan Nacional de Desarrollo en el que sedeben señalar los propósitos y fines nacionales de largo plazo, las metas y prioridadesde la acción estatal a mediano plazo y las estrategias y orientaciones generales de lapolítica económica, social y ambiental que serán adoptadas por el gobierno. Se resaltaigualmente la aparición de un Consejo Nacional de Planeación integrado por los distintossectores, en el cual se debe discutir el Plan Nacional que aprobará posteriormente elcongreso (Artículos 34 y 339) 2.

La relación dialéctica que existe entre la legislación de un país y sus condicionessociales y económicas hace que no solamente el marco regulatorio influya en laestructura productiva, sino también que, de acuerdo a las condiciones específicas dedicha estructura, la regulación deba variar. Una economía social de mercado debe teneren cuenta en la construcción de la política económica, las necesidades sociales. Porejemplo, la lógica gremial colombiana no ha sido de unión, sino de división. El marcoregulatorio (y dentro de éste, la política industrial), no ha tenido en cuenta esta realidadespecífica de nuestro país.

Esto hace que se desfigure el sentido de la formación de los gremios y que se pierdanlas oportunidades y alternativas que se pueden desarrollar al interior de éstos.

…………….1 Tomado del modelo de Inglaterra de finales de los años cincuenta.

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2 Para ampliar conceptos ver Jaramillo, Alberto (1991) La economía política de la NuevaConstitución.……………..

CONCLUSIONES

La política industrial presenta ejes fundamentales a través de la construcción de redesque se sustentan en las propuestas sectoriales. El carácter vertical de la políticaindustrial debe considerar las particularidades de cada sector para promover sudesarrollo teniendo en cuenta las diferentes convenciones de la sociedad y del sector.Estas convenciones se expresan en los tipos de organizaciones sectoriales que existen,en la articulación proveedor-productor-comprador y en la lógica territorial.

Una economía de convenciones es una economía de estructuras construidas, elresultado de un encuentro amistoso entre fuerzas sociales y mentalidades. Por ejemplo,Colombia es un país de regiones y de una concentración urbana elevada, el país tienesiete áreas metropolitanas que a la vez han desarrollado espacios industriales del país.

El principal reto de hoy para la política económica es reconciliar las situaciones de lospaíses, de las regiones y las localidades con el marco del mercado internacional. Dentrodel país, la articulación entre las diferencias y las fragmentaciones de las localidades ylas regiones lleva a construir tejidos entre lo económico, lo institucional y lo social.

El concepto que estamos explorando es el de una diversidad durable y concreta deformas de coordinación económica en niveles intra e interempresarial y sectorial y no, elde un modelo unificado de crecimiento. Para eso es necesaria la conformación degrupos empresariales con carácter formal y con principios de asociatividad ycooperación que logren influir en la política sectorial.

La propuesta de esta ponencia (y de la investigación en la cual se inscribe) es labúsqueda de posibilidades para construir una política sectorial a través de las redesindustriales y considera no sólo los elementos internos de las empresas (que son laorganización y administración del trabajo, educación y capacitación, control deproducción, etc.), sino también la importancia de la localidad que está relacionada conlos proveedores, con los clientes y con las características propias de cada sector.

En este sentido, el trabajo de campo que se está realizando pretende dar cuenta de lascondiciones específicas de los sectores económicos, de la interrelación entre estasparticularidades y la política industrial, los factores determinantes de la construcción dela política sectorial y de las redes como estrategia de competitividad empresarial.

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LOS PRODUCTORES DE ARROZ FRENTE A LA APERTURA COMERCIALEN COLOMBIA Y VENEZUELALuisa Elena Molina

INTRODUCCIÓN

Venezuela y Colombia adoptaron desde 1989 políticas macroeconómicas y sectorialesde orientación neoliberal que han tenido efectos substanciales sobre la actividadeconómica de ambos países, incluyendo el sector agrícola. Al lado de las políticas deapertura, la actividad comercial de éstos se ajusta a reglamentaciones de la ComunidadAndina de Naciones (CAN).

Este organismo adelantó la creación de una zona de libre comercio de bienes entre suspaíses miembros y, más tarde, el establecimiento de una unión aduanera. Talesprocedimientos se completarán con la puesta en marcha de un mercado común. En estesentido, según los órganos directivos de la CAN (1999), «...los países de la ComunidadAndina asumieron el compromiso de establecer, a más tardar el 2005, un MercadoComún, fase superior de la integración...» (CAN,1999). Estos procesos están vinculadoscon los propósitos de la Comunidad Andina,que son:

«... promover el desarrollo equilibrado y armónico de sus países miembros encondiciones de equidad, acelerar el crecimiento por medio de la integración y lacooperación económica y social, impulsar la participación en el proceso deintegración regional, con miras a la formación gradual de un mercado comúnlatinoamericano y procurar un mejoramiento persistente en el nivel de vida de sushabitantes.» (CAN, 1999).

La apertura comercial ocurrió de manera drástica, a pesar de que los países de la regióncuentan con condiciones económicas y productivas diversas. Al interior de la zona delibre comercio se presentan diferencias en términos de producción, empleo,posibilidades de inversión, disponibilidad de recursos técnicos, competitividad e, incluso,de seguridad. No obstante, la apertura y, por ende, la libre movilidad de bienes en elámbitode los países andinos, es un proceso iniciado que marca nuevas condiciones paralas actividades productivas y para las regiones y agentes vinculados a éstas.

En este orden de ideas, el presente trabajo tiene el propósito de reflexionar acerca delos efectos de la apertura sobre la producción y el comercio externo de productosespecíficos y sobre la participación de agentes vinculados a la producción (productores,empresas, organizaciones gremiales) y en la armonización de las relaciones decomercio externo. Este tema será abordado mediante un análisis general del caso de laproducción y el comercio externo del arroz en Venezuela y Colombia durante los añosnoventa.

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EL PROBLEMA

Desde que se inició la aplicación del programa de ajuste estructural y de la política dereforma comercial agrícola en Colombia y Venezuela, la producción de arroz y elcomercio externo han observado variaciones importantes y resultados divergentes enambos países. La producción en Colombia ha descendido y las importaciones se hanincrementado. En Venezuela creció la producción y se iniciaron exportaciones de arrozhacia dicho país. Esta situación fue abordada por el gobierno colombiano a través de lasolicitud de autorización ante la CAN para instrumentar medidas de salvaguardiaagropecuaria y de comercio administrado a partir de 1995.

El examen de los fenómenos relacionados con la producción y el comercio del arrozpuede ser de interés para comprender, tanto los efectos iniciales de la política deapertura como del inicio de procedimientos de negociación que no sólo involucran a losgobiernos, sino también a los agentes del sector privado que participan en las cadenasde producción de arroz en uno y otro país.

Dadas las disparidades que se presentan entre los países de la CAN, en el marco de laapertura comercial es posible esperar la emergencia de intereses divergentes e, incluso,de situaciones de conflicto entre los países y agentes que concurren a la importación yexportación de productos específicos. Las cantidades que deben ser suplidas mediantelas importaciones pueden reflejar, por ejemplo, precios menos competitivos, una caídade la producción nacional o la imposibilidad del sector productivo interno de cubrirtotalmente la necesidades de la demanda.

Por su parte, la exportación puede representar un excedente no comercializable en elmercado interno del país exportador (por reducción de la demanda solvente, porcambios en los gustos del consumidor, por aumentos en la producción). También puedetratarse de productos que se substraen a los posibles consumidores del país paracolocarlos a disposición de otro, independientemente de que los consumidoresnacionales puedan o deseen adquirirlos (por el incentivo de mejores precios en elmercado externo, por ejemplo).

En condiciones de apertura y libre mercado, el intercambio se resuelve por la vía de losprecios y de su competitividad. No obstante, en circunstancias como la de los paísesandinos, en las que las actividades productivas aún se encuentran en proceso deadaptación, el problema trasciende el hecho cuantitativo de aumentos o disminucionesde la producción, la importación o la exportación. Por esta causa, la CAN admite otrasformas de negociación entre los gobiernos y agentes privados para promover el diálogo,el conocimiento de mercados y la revisión conjunta de intereses que en algunos casospueden ser similares o complementarios y, en otros, divergentes. Entre éstas sedestacan instrumentos como la salvaguardia agropecuaria y el comercio administrado,que se definirán más adelante.

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PROPÓSITOS

En atención a los aspectos señalados, este trabajo está orientado a examinar laevolución de la producción de arroz en Colombia desde el inicio de la apertura comercialy las estrategias adoptadas por dicho país para regular el comercio con Venezuela anteel crecimiento que se observó en las importaciones de arroz desde principios de ladécada de los noventa. Con arreglo a lo planteado, los propósitos de este trabajo son:

1. Analizar la evolución reciente de la producción y el comercio externo del arroz entreColombia y Venezuela a partir de la aplicación, por ambos países, de políticas deapertura y de reforma del sector agrícola.

2. Reflexionar acerca de la participación de los agentes vinculados a la producción ennegociaciones tendientes a armonizar las relaciones de comercio exterior en unaapertura económica, y de las normativas de comercio prevalecientes en la CAN.

Para abordar estos aspectos se emplean fuentes secundarias de informaciónprovenientes de la Comunidad Andina (CAN) y de la Federación de Arroceros deColombia (FEDEARROZ). Los análisis se efectúan mediante la técnica de revisión dediscurso de actores del proceso productivo y se toman en cuenta, particularmente, lasexposiciones de la Federación de Arroceros de Colombia, FEDEARROZ. Como se verá,la mayor parte de las citas corresponden a artículos de Rafael Hernández Lozano,gerente de dicho organismo. Ello se debe a que la revisión se funda en artículos de larevista Arroz, órgano divulgativo de FEDEARROZ, en la cual los temas referentes a laproducción, la comercialización interna e internacional y las políticas arroceras son casitotalmente tratados por este representante de la Federación.

LA APERTURA Y LOS INSTRUMENTOS DE POLÍTICA COMERCIALVIGENTES EN LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES (CAN)

Los programas de ajuste macroeconómico y las políticas de reforma comercial del sectoragrícola aplicados en Venezuela y Colombia desde 1989 tienen características similares.Ambos se fundan en el abandono de principios de protección y subsidio y en la adopciónde una política de orientación neoliberal, tendiente a favorecer el libre mercado, lapromoción de exportaciones no tradicionales y la reducción de la participación delEstado en la protección y el sostén de las actividades económicas.

Debido a su condición de miembros de la CAN, en estos países también están envigencia diversos instrumentos de política comercial que, en el caso de la agricultura,forman parte de la Política Agropecuaria Común Andina (PACA). Entre éstos sedestacan la Salvaguardia Agropecuaria (Artículo 102 del Acuerdo de Cartagena), elSistema Andino de Sanidad Agropecuaria (Decisión 328), el Sistema Andino de Franjasde Precios (Decisión 371), los derechos correctivos automáticos (Decisión 371), laobligación de monetizar las donaciones de alimentos y el Sistema de Seguimiento de laPolítica Sectorial Agropecuaria (CAN: 2000).

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La apertura comercial se propone estimular el libre comercio. No obstante, laimportación y la exportación no sólo influyen en el volumen intercambiado, sino tambiénen los agentes y en las regiones que participan en las actividades productivas.

En los puntos que a continuación se desarrollan se describen, en primer lugar, loscambios de la producción interna de arroz en Colombia y sus efectos sobre lasnecesidades de importación de arroz a partir del inicio del programa de aperturacomercial (1989). Posteriormente se analiza la forma en que esta evolución influyó en laadopción de medidas de protección (admitidas por la CAN) para regular el comercioexterno del arroz con Venezuela. Se trata específicamente de la aplicación por Colombiade la medida de Salvaguardia Agropecuaria, basándose en los planteamientos delArtículo 102 del Acuerdo de Cartagena, así como de Medidas de Visto Bueno y deComercio Administrado. La última parte de esta reflexión está dedicada a analizar laparticipación de los agentes de la producción en estas negociaciones.

LA APERTURA Y LA PRODUCCIÓN DE ARROZ EN COLOMBIA

Desde la aplicación de los programas de apertura en Colombia, la producción y el áreasembrada de diversos renglones agrícolas, especialmente de cultivos anuales, se redujoseveramente. Según los datos del Ministerio de Agricultura de dicho país, entre 1990 y1998, el área sembrada de algunos rubros como el algodón, el maíz y la soya secontrajo en más de un 60% (Gutiérrez, 1999).

En las importaciones también se observó un incremento significativo. La importación demaíz, por ejemplo, pasó de 8,1 mil ton. en 1991 a 1.898,6 mil ton. en 1998; la de trigo seduplicó al pasar de 646 a 1.603,8 mil ton. para los mismos años; y la de soya, que seubicaba en 18 mil ton. en 1991, ascendió a 150,9 mil ton. en 1998 (DNP-UDA, citado porGutiérrez, 1999).

En el caso del arroz, la superficie sembrada y la producción no sufrieron caídas tanviolentas, más no por ello el caso se percibía como menos grave. Según las estadísticasde la F.A.O., la producción de arroz en Colombia se situó en 2.116.601 ton. en 1990.Durante la primera mitad de los años noventa, ésta descendió hasta alcanzar su puntomás bajo en 1993, con 1.590.062 ton., lo que implicó una contracción de la producciónde 516 mil ton. en sólo tres años (Cuadro 1).

Aunque la disminución de la producción entre los años comparados equivale al 24%, eldescenso fue menos significativo que en el caso de otros renglones. Ello se debió,probablemente, al empleo de algunas medidas de protección que han implicado unaapertura más gradual con respecto a otros cultivos.

El primer conjunto de medidas (incentivos, financiamiento, medidas de concertación)actúa sobre variables intrínsecas a la cadena del arroz. El incentivo al almacenamiento,introducido a partir de 1996, es un subsidio en la forma de pagos otorgados por elEstado directamente a los particulares, los cubren los costos financieros para extraer del

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mercado los excesos de oferta y favorecer el almacenamiento, con el propósito deregular el flujo de inventarios a lo largo del año.

Este subsidio, que sigue vigente, tiene por objeto eliminar los efectos de laestacionalidad de la cosecha sobre los precios y permite compensar a los industriales«por retener el arroz hasta por cuatro meses» (Hernández, 1996). El incentivo comenzóa instrumentarse a través del Instituto de Mercadeo Agropecuario, IDEMA, cuyaprivatización estaba prevista.

El IDEMA, institución pública encargada de «absorber las cosechas, guardar excedentesen las épocas de alta producción y sacarlas del mercado en las épocas de bajacosecha» (Hernández, 1999), debía garantizar no sólo el almacenaje del producto, sinotambién la estabilización de los precios. Sin embargo, la estacionalidad de éstos,caracterizada por la caída de los precios pagados al productor en los períodos de altacosecha, no había sido controlada por el IDEMA. Según Hernández (1996), el incentivoal almacenamiento influyó positivamente en los precios y logró regular la estacionalidadde los mismos.

En cuanto se refiere al financiamiento, desde la aplicación de las políticas de aperturalos productores colombianos siguieron contando con alternativas de crédito oficialprovenientes del Fondo para el Financiamiento Agropecuario, FINAGRO. La actuacióndel organismo permite a los productores contar con esta fuente de acceso al capital ylograr acuerdos en cuanto al manejo de créditos (montos, plazos de vencimiento) através de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ).

También se creó en 1996 el Comité de Seguimiento a la Producción, la Importación y yel Consumo (CSPIC) y, más tarde, un acuerdo por declaración de voluntades suscrito el20 de agosto de 1997 para fortalecer las ventajas competitivas de la cadena productivadel arroz en 1976. 1

MEDIDAS DE POLÍTICA APLICADAS POR COLOMBIA PARA REGULAR ELCOMERCIO EXTERNO DE ARROZ CON VENEZUELA: SALVAGUARDIAAGROPECUARIA Y COMERCIO ADMINISTRADO

Las medidas establecidas por el Estado colombiano para actuar sobre algunos factoresinternos a la cadena, no fueron suficientes para evitar la reducción de la producciónnacional y el incremento de las importaciones.

De acuerdo a la opinión de Rafael Hernández, gerente de FEDEARROZ, a la caída de larentabilidad del cultivo entre 1990 y 1994 se añadían problemas relacionados con la tasade cambio y las posibilidades competitivas de arroz importado. En sus palabras, «elproceso de apreciación del peso ocurrido a partir de 1991 elevó el precio relativo delarroz nacional expresado en dólares, restándole competitividad frente a paísescompetidores como Venezuela, Ecuador y los Estados Unidos» (Hernández, 1996), loque encarecía el producto nacional frente al importado. En estas circunstancias, la caída

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de la producción nacional se reemplazó parcialmente mediante la importación (cuadro1). En 1990, ésta se situaba en 51.878 ton., pero entre 1991 y 1993 ascendió a cerca de100 mil ton. por año. En 1994, el volumen de la importación se triplicó al ubicarse en355.652 ton.

Ante la evolución del comercio exterior en los años 1990-1994, el Gobierno y los agentesde producción de la cadena de arroz de Colombia solicitaron la aplicación de algunasinstrumentos legales admitidos por la CAN para normar las relaciones de comercioexterno en el marco de la apertura. Particularmente se trata de las medidas deSalvaguardia Agropecuaria y de Comercio Administrado, introducidas para la regulacióndel comercio externo del arroz con Venezuela.

Como se ha indicado antes, en el proceso de apertura la CAN admite algunosmecanismos de protección como el sistema de franjas de precios, que permiteestabilizar el costo de importación de un conjunto de productos agropecuarios en elcomercio con terceros, la Salvaguardia Agropecuaria y el Comercio Administrado. LaSalvaguardia Agropecuaria es definida como,

« ... un instrumento que permite (sobre una base temporal), la suspensión,modificación o retiro de una obligación o concesión relacionada con un productoespecífico dentro del Programa de Liberación de los Países Andinos. Se aplicaen los casos en los que el cumplimiento del programa de liberación del acuerdocausa o amenaza con causar perjuicios graves a la economía de un paísmiembro o a un sector significativo de su actividad económica. Frente a esto,previa autorización de la Secretaría General, el país afectado podrá aplicarmedidas correctivas de carácter transitorio y en forma no discriminatoria» (CAN,1999).

En cuanto al Comercio Administrado, se trata de un procedimiento que «trata de ordenarel flujo de productos entre dos países de común acuerdo con todos los interesados en laactividad y con el aval de los respectivos gobiernos» (Caro y Van Kesteren, 1998: 7) Lasposibilidades de restricción al libre comercio de bienes específicos en el marco mayor delas políticas de apertura no es anormal, dado que se trata de un proceso iniciado, peroque no implica la existencia de condiciones igualitarias entre los países. La aperturaconstituye una etapa preliminar para la conformación futura de un Mercado Común. Talcomo señala la CAN:

« Todo proceso de integración pasa por diferentes etapas que se diferencianentre sí por el grado de profundidad de los compromisos que asumen sus paísesmiembros. En una zona de libre comercio (considerada como la primera etapa),el único compromiso es la apertura recíproca de los mercados nacionales que seconsigue eliminando aranceles y restricciones al comercio; en una uniónaduanera, a la apertura interna se añade la adopción de un arancel externo paraimportaciones provenientes de los no socios; y en un mercado común se agregala libre movilidad de personas y de capitales» (CAN, 1999)

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En el caso del comercio de arroz entre Colombia y Venezuela, las relaciones semodificaron desde mayo de 1995, fecha a partir de la cual «el Gobierno colombianoaplica la Salvaguardia Agropecuaria contemplada en el artículo 102 del Acuerdo deCartagena a las importaciones de arroz procedentes de Venezuela mediante unmecanismo de vistos buenos a las importaciones de dicho producto» (Caro y VanKesteren, 1998: 7).

En mayo de 1997, esta medida se prorrogó hasta el 31 de enero de 1998 (Decreto1414). En esta fecha se firmó un Acuerdo de Comercio Administrado (que aún siguevigente en 1999), para regular el volumen máximo de importaciones admisibles de estecereal y el período de ingreso de las mismas. Tomando en cuenta las importacioneshistóricas entre 1990 y 1994, se fijó «...un contingente de arroz paddy seco, o suequivalente en arroz blanco o partido, que puede ingresar entre el primero de febrero yel 31 de mayo, período que coincide con los menores niveles de oferta en el mercadocolombiano (Caro y Van Kesteren, 1998:7). A continuación se analizan algunas de lasposibles causas que podrían explicar estas medidas.

Ante la tendencia regresiva que comenzaba a mostrar la producción colombiana y elaumento de las importaciones en la primera mitad de los años noventa, es interesantehacer algunas acotaciones acerca de la importancia del cultivo en términos geográficos,sociales e, incluso, de seguridad.

En Colombia, el cultivo del arroz se encuentra presente en numerosos departamentos.«En la Costa se da en las tierras húmedas de Bolívar, Córdoba, César, Magdalena,Sucre y Atlántico. En el Alto Magdalena se encuentra en el Tolima y el Huila. En la parteoriental se halla en los departamentos Meta, Caquetá y Putumayo, así como en el vallede Antioquia, Cauca y Risaralda» (Caro y Van Kesteren, 1998). Esta distribucióngeográfica dispersa favorece el poblamiento y la extensión en el espacio de lasactividades productivas y económicas relacionadas con el rubro.

Según los mismos autores, los sistemas de producción dominantes son tres: arrozmecanizado de riego (75% de la producción), arroz de secano mecanizado (24%) y arrozde secano manual (4% de la producción total) (Caro y Van Kesteren, 1998). A pesar deldominio del sistema de producción mecanizado de riego, este cultivo es reconocidocomo importante generador de empleo no sólo en faenas de campo, sino también demanejo de cosechas. En este particular, por ejemplo, «Colombia, por razones de políticade empleo de tiempo atrás, patrocinó la recolección a granel de arroz en empaques defique» (Hernández, 1996: 36).

Tanto por su distribución geográfica como por sus posibilidades de empleo, este cultivo,como otros que presentan una amplia ocupación territorial, cobra importanciaestratégica. Como señala Gutiérrez (1999), mantener cultivos legales rentables es vitalpara hacer frente a los conflictos que asolan el campo colombiano. No obstante, algunasáreas han sido afectadas por los problemas de violencia, lo que ha provocado enalgunos casos el abandono de fincas y, en otros, presiones sobre el precio de la tierra,cuyos valores de alquiler se han incrementado y pesan sobre los costos de producción.

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El arroz es el cereal de mayor consumo en el país, especialmente en los grupos demenor ingreso. No obstante, la tendencia del consumo es decreciente. En los añosochenta, éste se situó en un promedio de 63 kg./per capita/año. En los primeros años dela década de los noventa el consumo descendió a 50 kg., y a finales de dicho período seestimaba en 43 kg./ per capita/ año.

Frente a los cambios de la producción colombiana, el decrecimiento de la producciónentre 1990 y 1993 y el inicio de importaciones, es comprensible que se hayan buscadonuevos mecanismos de protección ante la apertura y los cambios del comercio externo.La regulación del período de admisión de las importaciones tiene por objeto evitarsituaciones de sobreoferta si el arroz importado ingresara en cualquier época del año. Elvolumen máximo de importación procedente de Venezuela tiene como principal funciónimpedir la competencia del producto importado frente a la producción nacional. Sinembargo, pueden hacerse algunas acotaciones a ambas medidas.

En primer lugar, la restricción a las importaciones procedentes de Venezuela parecehaber tenido efectos sobre la disponibilidad durante el año 1995, pero en los añossiguientes las importaciones siguieron aumentando hasta alcanzar su punto máximo en1998, con un volumen total de 449 mil ton. (Cuadro 1). Como se observa, la medidaaplicada a Venezuela no impidió el ascenso de las importaciones, pues en Colombia larecuperación de la producción interna seguía siendo lenta y la demanda externacontinuaba así su ritmo creciente.

Las importaciones se obtuvieron de Estados Unidos, Guyana, Venezuela y Ecuador.Este último país, también miembro de la CAN, puso su producto en Colombia sin que seinstrumentaran medidas de Salvaguardia Agropecuaria ni de Comercio Administrado,como en el caso de Venezuela, lo que deja entrever que, al menos entre 1995 y 1998,hubo un tratamiento que podría ser calificado como discriminatorio frente a Venezuela.Se entiende que al inicio del proceso Venezuela aparecía como competidor, dado elcomienzo de exportaciones y las posibilidades de flujos de comercio por vía terrestredesde éste país. También aparecieron señales de contrabando que el gobiernocolombiano se propuso evitar mediante programas de control iniciados en 1997. En lapráctica, el flujo de exportaciones enviadas desde Venezuela era reducido frente a laproducción total de Colombia (Cuadro 1), pero podía incrementarse en el futuro.

Aunque, como se ha señalado, las medidas tomadas por Colombia para regular elcomercio externo de arroz con Venezuela no impidieron el ascenso de las importaciones(Gráfico 1), la medida de Salvaguardia siguió vigente. A partir de 1997, con laintervención del Comité de Seguimiento a la Producción, las Importaciones y elConsumo2, esta medida se prorrogó hasta 1998 y se mantuvo durante el año 1999.Después de 1996, las importaciones desde Ecuador también comenzaron aincrementarse, pero Colombia no aplicó a dicho país el mismo tratamiento y no seinstrumentaron medidas de Salvaguardia ni de Comercio Administrado. Esto ocurrió apesar de que Ecuador produce mayores volúmenes de arroz que Venezuela

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En la práctica, las importaciones entre 1996 y 1998 provinieron fundamentalmente deotros países. Ello pudo ocurrir como consecuencia de una reducción de la competitividaddel precio del arroz de Venezuela. No obstante, si el producto hubiese contado conprecios relativos competitivos, su ingreso a Colombia habría sido impedido por causa delas medidas vigentes.

IMPORTANCIA DE LAS EXPORTACIONES DE ARROZ DE VENEZUELAHACIA COLOMBIA

El inicio de exportaciones de arroz hacia Colombia constituyó para el sector arrocerovenezolano una nueva expectativa para la producción nacional. Ello se debió, por unaparte, a las posibilidades de ampliación de la oferta ante la ventajas del precio relativodel producto y, por otra, al bajo nivel y a la escasa movilidad del consumo per capita delarroz (13 kg./per capita/año, en promedio), frente al de otros cereales como el maíz y eltrigo (entre 37 y 39 kg./per capita/año, en promedio) (Instituto Nacional de Nutrición -Universidad de Los Andes, 1997).

Como en el caso de Colombia, los productores venezolanos también enfrentaron unapolítica de apertura tipo shock que provocó cambios inmediatos en los costos deproducción. Estos se vieron afectados a su vez por un proceso inflacionario que se haagudizado a lo largo de la década. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio deAgricultura y Cría (MAC, 1999), la mayor parte de los cultivos anuales tuvieron, como enColombia, una tendencia regresiva. La producción de maíz pasó de 1.002.485 ton. en1989 a 983.121 ton. en 1998. La de sorgo, que en 1988 se ubicaba en 819.838 ton.,descendió a 595.204 ton en 1989 y a 448.871 ton. en 1998. La producción de todas lasoleaginosas anuales también cayó drásticamente. A diferencia de lo ocurrido en estosrenglones, la producción de arroz se duplicó, al pasar de 313.155 ton. en 1989 a699.368 ton. en 1998.

Algunas medidas aplicadas a nivel de la cadena parecen haber influido sobre esteresultado. La modificación de los precios pagados a los productores e industriales y elmantenimiento de una rentabilidad positiva no sólo permitió mantener el producto, sinoaumentar su producción de manera significativa entre 1989 y 1997. La presenciatransitoria del arroz entre los alimentos contemplados en programas sociales, la caída dela rentabilidad en otros cultivos y la existencia de alternativas de exportación haciaColombia son variables que también influyeron en este comportamiento.Al mismo tiempo, los precios relativos del arroz de Venezuela en el mercadointernacional se mantuvieron dentro de niveles competitivos, iniciándose lasexportaciones hacia Colombia en 1992 (Cuadro 2).

En 1993, Venezuela fue acusada de prácticas de dumping, debido a que este paísrealizó importaciones y se adujo que se trataba de un contingente a trasladar al territoriode Colombia. Hay dos posibles explicaciones a esta importación. Una, es queefectivamente haya habido una práctica de dumping. La otra, que se haya tratado deuna estrategia del sector industrial para asegurar el mantenimiento de la disponibilidadinterna. En este sentido, como se observa en el Cuadro 2, la producción nacional se

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redujo en cerca de 30 mil ton. entre 1991 y 1994 y, al mismo tiempo, la exportaciónhacia Colombia subió de 50 mil ton. en 1992 a 81 mil ton. en 1993 y en 1994 se situó en75 mil ton. La suma del volumen equivalente a la reducción de la producción (30 mil ton.)entre 1991 y 1994 y el de la exportación de 1994 (75 mil ton.) totaliza 103 mil ton.Probablemente, el sector industrial consideró necesario importar esta cantidad paracompensar la reducción de la disponibilidad interna.

Vale la pena acotar que en los primeros años de exportación hacia Colombia, losproductores e industriales que tradicionalmente operaban en el sector no estuvieron muyinvolucrados en el proceso, sino algunas empresas de comercialización que aparecieronen ese momento, abriendo sedes en Guárico, Portuguesa y Zulia para la adquisición delproducto y su exportación hacia Colombia.

En trabajos de campo realizados por la autora hacia las regiones productoras en 1995,se verificó la presencia de estas empresas y la dinámica rápida que tomaba esta formade comercio en manos de agentes de reciente inserción en la cadena.

A pesar de las particularidades del comercio externo de Venezuela, las decisiones deaplicación de medidas de Salvaguardia Agropecuaria y de Comercio Administradoparecen haber estado relacionadas con la progresión de las respectivas produccionesinternas y del comercio entre ambos países. Ello se deduce de las declaraciones yartículos publicados en la revista de la Federación de Arroceros de Colombia, en la queel tema recurrente fue la producción colombiana y las necesidades de aplicar medidasde comercio administrado para regular las cantidades y épocas de la importación y no, elde posibles prácticas de dumping.

Las restricciones a la exportación de Venezuela no modificaron el incremento de lasimportaciones de Colombia; sin embargo, la existencia de tales medidas (yespecialmente la reducción de las exportaciones desde 1993), tuvieron incidencia enVenezuela, donde el efecto combinado de la expectativa de la importación y laestabilidad del consumo interno crearon condiciones de sobreoferta. A ello se agregaronmás tarde otros problemas como la pérdida de rentabilidad interna y el incremento de losprecios relativos del producto con respecto a los precios externos. Ante los problemasque afronta la producción de este renglón en ambos países, el logro de entendimientosbinacionales sigue siendo vital.

PARTICIPACIÓN DE LOS AGENTES DE LA PRODUCCIÓN EN LASNEGOCIACIONES DE COMERCIO EXTERNO

Aunque los aspectos comentados dejan entrever una cierta minusvalía de Venezuelafrente a las decisiones de Colombia, la aplicación de las medidas de SalvaguardiaAgropecuaria y especialmente las acciones de Comercio Administrado incorporaron unnuevo elemento de negociación que debe ser valorado como instrumento dearmonización de relaciones entre agentes productivos de países miembros de la CAN.En este particular, uno de los aspectos positivos de la experiencia vivida a lo largo de ladécada de los años noventa del siglo XX es que la aplicación de estas medidas implicó

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no sólo la participación de los representantes gubernamentales, sino también de losagentes productivos de la cadena en ambos países.

Diversos han sido los encuentros binacionales que han permitido a los productores,industriales y comerciantes conocer no sólo las alternativas de negociación, sinotambién la situaciones internas y la forma en la que pueden armonizarse relaciones decomercio.

En el caso del Comercio Administrado, por ejemplo, los gremios arroceros de Colombiay Venezuela se reunieron por primera vez en 1997 con el fin de organizar el flujo delproducto. De acuerdo a los representantes gremiales: « en esta primera reunión quedóclara la voluntad de los industriales y productores de los dos países de reactivar elcomercio, y los colombianos esperamos que Venezuela tenga la primera opción paracubrir cualquier déficit que se presente en el mercado nacional « (Revista Arroz, 1997).

Aunque las importaciones que siguieron durante la segunda década de los años noventaprovinieron más bien de otros países, esta manifestación de voluntad y el acercamientomismo de los actores da origen a nuevas pautas de entendimiento frente a lasrealidades productivas de uno y otro país.

La experiencia de las relaciones entre agentes y gobiernos debe ser aprovechada en elfuturo. La permanencia de las importaciones y las alternativas de diálogo entre Colombiay Venezuela deberían emplearse como base para discutir nuevamente aspectosrelacionados con las medidas vigentes de Salvaguardia Agropecuaria y de ComercioAdministrado. Esta revisión encaja dentro de los lineamientos de la Política AgropecuariaComún Andina (PACA), donde «... el tema de Salvaguardia se está tratando dereglamentar, mediante la eliminación de los artículos 102 y 103 del Acuerdo deCartagena, y se han establecido las normas para la adopción de medidas desalvaguardia a las importaciones provenientes de países no miembros de la ComunidadAndina de Naciones mediante Decisión 452» (CAN, 1999).

La PACA continúa planteando igualmente que la consolidación del mercado subregionalagropecuario debe fundamentarse en la coordinación y armonización de las políticas«...mediante el diálogo directo, la transparencia y el cumplimiento de la normativacomunitaria, antes que la aplicación de los dispositivos que interrumpen la relaciónsubregional...(CAN, 1999).

En el caso específico del arroz, la CAN adoptó en mayo de 1999 la decisión 455, queestablece las bases de la estrategia para la consolidación del mercado ampliadosubregional y el mejoramiento de la competitividad de la cadena del arroz en laComunidad Andina. Independientemente de los cambios que puedan ocurrir alrededorde las medidas de Salvaguardia, la experiencia abierta en torno al diálogo puede ser degran utilidad para moderar los efectos perniciosos que podría tener la apertura sobre lossectores productivos del arroz en Colombia y Venezuela..…………..

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1 En este acuerdo, denominado Acuerdo Marco para la Competitividad de la Cadena del Arroz,participan el gobierno nacional y representantes de la Federación Nacional de Arroceros(FEDEARROZ), la Federación de Industriales del Arroz (INDUARROZ), la Asociación Nacional deMolineros de Arroz (MOLIARROZ), la Asociación Colombiana de Productores de Semillas(ACOSEMILLAS) (Revista Arroz, Documento editorial, 1998).

2 Este comité esta conformado por : FEDEARROZ, INDUARROZ, MOLIARROZ, el Ministerio deComercio Exterior, el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Agricultura y Cría de Colombia. ……………..

CONCLUSIONES

La importancia del arroz en Colombia en términos sociales y productivos deja clara latrascendencia que tiene para dicho país el mantenimiento y la recuperación de laproducción nacional. Las áreas y agentes involucrados, el acervo técnico acumulado ylas actividades de investigación que han acompañado el desarrollo del cultivo, no debensucumbir en manos de la situación de libre mercado. Al mismo tiempo, en Venezuela, elsector productivo ha dado muestras de positivo dinamismo no sólo para cubrir lademanda nacional, sino también para atender alternativas de comercio externo. Demodo que el logro de entendimientos binacionales alrededor del comercio de esteproducto es vital para ambos países.

En este contexto de apertura económica aún condicionada, la participación de losagentes de la producción, particularmente de los organismos gremiales de los sectoresagrícolas e industrial de ambos países, es fundamental para la búsqueda demecanismos que permitan conciliar intereses y orientar las negociaciones. Se trata deexplorar y conocer las tendencias de los precios marcadores y de las produccionesnacionales y de negociar las posibilidades de importación/exportación sin crearsituaciones de competencia que pongan al país demandante en condiciones desobreoferta estacional. Pero se trata también de reforzar vínculos binacionales alrededorde este renglón sin detrimento de las posibilidades comerciales de nuestros países enfavor de terceros.

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PARTICIPACIÓN DE LOS SINDICATOS EN LA INTEGRACIÓN COLOMBO-VENEZOLANA A PARTIR DE 1992Marleny Bustamante de Pernía

INTRODUCCIÓN

La participación de los sindicatos en los procesos de integración en el continente desdecomienzos de los noventa muestra un proceso de adaptación y transición propio delreacomodo que se produce en el continente con la aceptación del neoliberalismo y de laintegración abierta. Por una parte, en el ámbito internacional se observa una crecientearticulación y organización que se evidencia en una mayor participación de lasinternacionales sindicales en asuntos relacionados con la integración y la globalización yen la adopción y seguimiento de las decisiones y acciones emanadas de éstas por lasconfederaciones nacionales. Por otra parte, en el ámbito nacional se observa la pérdidade negociación asociada a la disminución de la tasa de sindicalización y a lafragmentación que afecta negativamente la unidad de respuesta ante los empresarios.Pero también en su capacidad de adaptación, manifestada en la adopción de accionesglobales para incorporar a nuevos sectores de la sociedad civil y algunas estrategiasinternacionales al ámbito nacional.

Los cambios globales que se viven en Latinoamérica en general afectan de maneraparticular el comportamiento de los sindicatos en Colombia y Venezuela. Además de losproblemas propios de la transición y cambio hacia una economía de mercado éstosconfrontan otros, como la violencia y la guerrilla, que dan un matiz especial a laparticipación de los sindicatos en el proceso de integración y apertura iniciado en 1992entre Colombia y Venezuela con el Area de Libre Comercio y la consecuente uniónaduanera (en funcionamiento desde 1995), que da cumplimiento a la voluntad expresadaen las Declaraciones de Galápagos y Ureña de 1989 y en el Acta de La Paz de 1990(Gutiérrez:1998:58-60).

El objeto principal de este artículo es caracterizar el proceso de cambios que se estánproduciendo en el sindicalismo a raíz de las transformaciones globales generadas por laintegración para derivar conclusiones sobre los sindicatos en la integracióncolombovenezolana. También se busca revisar y comparar la realidad de los sindicatosen Colombia y Venezuela en cuanto a sus logros, poder de discusión y convocatoria ybeneficios a los trabajadores y su posición ante los ajustes que se adelantan paraestablecer la economía de mercado.

El trabajo está dividido en cuatro partes: 1) Se revisa la pertinencia del tema en ladivisión internacional del trabajo; 2) Se ubica en contexto la participación sindical en laintegración andina y colombo-venezolana desde 1992; 3) Se revisa la incidencia de lasafiliaciones regionales e internacionales en los sindicatos nacionales y las acciones delos sindicatos en la integración andina; y 4) Se compara la realidad de los sindicatos enColombia y Venezuela.

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Finalmente, en las conclusiones se discute la articulación de los escenarios nacional einternacional y las adaptaciones que empiezan a realizar los sindicatos para seguirparticipando en la recomposición de la división internacional del trabajo.

LOS SINDICATOS EN LA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Glenn Adler (1997: 117-143), en su artículo sobre la reestructuración global y el trabajoen el caso del sindicalismo obrero en Sudáfrica, plantea que la literatura tradicionaltiende a ignorar el papel del movimiento obrero como actor significativo en la DivisiónInternacional del Trabajo (DIT). Esta limitación se debe a la formulación teórica de la DITcomo concepto, entendido fundamentalmente como un proceso económico y técnicoantes que como una interrelación social conflictual o de creacióndevínculosdesolidaridad. Por tanto, la DIT no considera elp apel que ejerce la sociedad civil y lossindicatos en particular, en los movimientos que resultan del proceso de industrializacióno de los cambios que se desarrollan en la sociedad capitalista.

Contrariamente, Adler plantea que la DIT es un proceso creativo marcado por relacionessociales de desigualdad entre el capital y el trabajo. De esta forma, los sindicatos soncapaces de una acción colectiva consciente y pueden ser causa de un cambioestructural antes que sólo afectados por éste. Este planteamiento encuentra justificaciónen el análisis teórico. Para Marx, el modo capitalista de producción es un proceso quegenera su propia oposición. La división del trabajo está compuesta por relacionessociales entre clases contradictorias. El avance del modo capitalista de producción creala clase trabajadora revolucionaria que lo llevará a su caída y destrucción. La esencia delplanteamiento es que la DIT capitalista crea nuevas formas de solidaridad entre lossujetos de la dominación y tal solidaridad puede ser la base para importantes accionescolectivas.

Desde otra perspectiva, aunque Weber (1930:182) no percibió la división del trabajocomo separación capaz de generar espontáneamente una acción colectiva de clases,veía que la «acción comunal» podría convertirse en interés de clase cuando los cambiosen el estilo de vida de los propietarios y los trabajadores dejaran de ser vistos comoresultado del orden natural y se consideraran como resultado de la estructura del ordeneconómico (Gerth and Mills, 1946: 184).

Durkheim veía la división del trabajo como una característica particular de la sociedadmoderna que podría producir conflictos entre los trabajadores cuando la distribución delas tareas no se correspondiera con la distribución natural de los talentos. No obstante,en otros casos, la interdependencia creada entre los trabajadores durante la realizaciónde sus tareas tendería a crear la solidaridad necesaria para articular las diversas partesfuncionales en un todo. En particular, la división del trabajo se consideraba como la basede organizaciones colectivas nuevas, locales, nacionales o internacionales quegenerarían normas y reglas conducentes a la superación de los deseos humanosparticulares.

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En síntesis, para estos teóricos, la división del trabajo no sólo era fuente de conflicto,división y antagonismo en la sociedad moderna, sino también fundamento a partir delcual emergen nuevas formas de solidaridad que vinculan a los trabajadores en manerasignificativa y poderosa. Para cada uno de ellos, la división del trabajo interesaba comoun proceso esencialmente social, compuesto de relaciones complejas y contradictoriasentre individuos y grupos. No era un proceso técnico o económico, ni solamentenacional, sino que también planteaban la posibilidad de la generación de organizacionescolectivas y solidarias en el escenario internacional.

Los sindicatos son, entonces, junto con otras organizaciones, el puente entre los camposeconómico y político, entre la producción y el consumo, y desempeñan funciones vitalesen sectores críticos de la sociedad. Representan sectores considerados seriamente porlos estados y generalmente se encuentran en el centro de los esfuerzos nacionales paradesarrollar sus países, bien sea como aliados o como antagonistas, como objeto decooptación y/o de represión.

A pesar del potencial teórico de movilización y de acción colectiva de los sindicatos y delactivismo mostrado recientemente en Brasil o México (Rech:1998; Bayón:1998), enLatinoamérica no cuentan con una tradición militante que permita ubicarlos como actorescapaces de producir cambios en los procesos productivos o en los intentos de desarrolloque los gobiernos adelantan. Se han visto más como actores pasivos que reaccionanante los cambios. En este sentido, sus recientes posiciones respecto a la integración,aunque tímidas, reflejan la toma de consciencia de la importancia de la acción colectivay de la movilización internacional.

CONTEXTO DE LA PARTICIPACIÓN SINDICAL EN LA INTEGRACIÓNCOLOMBO-VENEZOLANA DESDE 1992

La participación sindical en la integración colombo-venezolana se desarrolla en unambiente favorable hacia la integración binacional surgida entre estos dos países a partirde 1989, cuando los presidentes Virgilio Barco, de Colombia, y Carlos Andrés Pérez, deVenezuela, iniciaron un esquema bilateral desconocido hasta entonces, con la firma dea Declaración de Ureña. Hasta ese momento, el centro de las preocupaciones yrelaciones entre los dos países giraba alrededor de lo limítrofe (Cardozo: 1992). Estavoluntad política es trasladada a la CAN, desde donde emana el Acta de Barahona,firmada en diciembre de 1991, mediante la cual se estableció una zona de libre comercioa partir de enero de 1992 entre Bolivia, Colombia y Venezuela. Más adelante, en la CANse estableció el Arancel Externo Común para dar vigencia a la Unión Aduanera a partirde 1995.

Este ambiente de distensión y aproximación entre los dos países produjo cambioseconómicos manifestados en aumento del comercio e intercambio bilateral (GrupoGerente: Abril 1996; Secretaría CAN: 1998) con consecuencias sociales en cuanto aempleo y protección social que no se han determinado aún. Tales consecuencias hanpodido pasar desapercibidas por lo difícil que resulta separar los efectos sociales de laintegración binacional de los que son producto de las políticas de ajuste, apertura y de la

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adopción de políticas de corte neoliberal en ambos países simultáneamente. Endefinitiva, a la globalización y a las políticas neoliberales se les ha dedicado mayoratención y es tarea ardua evaluar los efectos particulares, especialmente porque no seprodujo opinión al respecto, excepto por las acciones que adelantaron los gremios detransporte pesado en Venezuela al sentir que la libre circulación de carga afectaba sufuente de ingresos. Sin embargo, tales acciones no se relacionan con el interés de estepapel, ya que los transportistas se movilizaron inicialmente sin la participación de lossectores sindicales.

Como entre los transportistas predomina el empresario-trabajador, que detenta lapropiedad sobre su unidad, se puede calificar más como una protesta de empresarios.Los efectos de los cambios económicos globales sobre los sindicatos en la región hansido presentados como un proceso que ha pasado por una etapa de «shock» queoprime a los trabajadores y sindicatos para luego superar el abandono del Estado deBienestar, característico de la etapa de sustitución de importaciones y aceptar laspolíticas neoliberales. Así, en la primera etapa del proceso se señaló que...

«...el marco de referencia sindical ha cambiado, mientras que los sindicatos hanpermanecido programáticamente e ideológicamente estáticos. En el mejor de loscasos percibieron los cambios en la economía, la sociedad, los valoressocioculturales y los procesos internos de las empresas, pero sin sacarconclusiones para la estructura sindical interna, los programas, lasformasdeacción, etc.(Wachendorfer: 1995, tomado de Ensigna:1995, 60)

Se pensaba además que el sindicalismo tenía un papel defensivo y estaba siendoderrotado por las culturas conservadoras y las políticas de ajuste y de desregulación. Enel centro del debate estaba la capacidad de los sindicatos para respondercolectivamente por los trabajadores y discutir las relaciones laborales ante un discursoque planteaba que los derechos sociales, especialmente los expresados en legislacioneslaborales, «son producto de la imposición arbitraria de los menos eficaces contra losmás productivos, y no protege realmente a los trabajadores, en tanto que considera[ban]que la mejor protección para el trabajador es la autotutela, ya que nadie puede ser mejorque el propio individuo para contratar las condiciones de trabajo que él está dispuesto adesarrollar» (Jaua: 1997, 96). Se veía a los sindicatos como órganos que, además de sucreciente burocratización, se mostraban incapaces de dar respuesta a los cambios en elmercado de trabajo, al aumento del desempleo, a la disminución del salario real, alcambio tecnológico, a la creciente participación de jóvenes y mujeres en el mercadolaboral y a la informalización urbana y rural, entre otros. Sin embargo, en Colombia yVenezuela (como se verá más adelante), los sindicatos han empezado a asumirposiciones activas que muestran intentos de superar la crisis iniciada en los los ochenta.«Al igual que el capitalismo, el movimiento obrero parece tener una considerablehabilidad para regenerarse y transformarse, adaptándose a nuevas situaciones ycambiando formas y estrategias para sobrevivir y luchar al otro día.» (Munck: 1998, 68)

Entre las nuevas actitudes que asume el sindicalismo se encuentra una estrategia másamplia en la cual no sólo se considera la lógica productivista, sino que se vincula anuevas identidades políticas democráticas enfatizando la autonomía respecto a la

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política partidaria, pero, sobre todo, sus vínculos con la sociedad civil. En general, seobserva una desviación de la orientación desde el Estado hacia la sociedad civil y seasume la defensa de principios básicos generales como los derechos humanos, laprotección del trabajo infantil, defensa de la vida, combate de la discriminación porrazones de sexo u orientación sexual, además de la preocupación sobre asuntossociales más generales.

Los sindicatos han exigido una mayor participación en los procesos de toma dedecisiones de los organismos de integración regional y subregional, y han asumido comoinstrumento de lucha la incorporación de «cláusulas sociales» al firmarse acuerdos delibre comercio como el Tratado de Libre Comercio del Norte o al renovarse y modificarseacuerdos de integración. También se han dedicado a la incorporación y aprobación de«cartas sociales» que forman parte de las estrategias asumidas por las organizacionesinternacionales sindicales y por los sindicatos o federaciones sindicales nacionales.

En el caso de la CAN, la Carta Social Andina fue aprobada por el Parlamento Andino en1994, pero como éste no es un órgano principal de decisión del Acuerdo, la Carta seencuentra en el «limbo» porque no es decisión de la CAN. Los gobiernos temen firmarun instrumento que los comprometa por medio de una convención internacional arealizar acciones que no pueden o no están dispuestos a respetar. Además, la CartaSocial es un documento difícil de implantar aun en los países más desarrollados. Comoinstrumento político, refleja el consenso y la heterogeneidad ideológica de los sindicatosrepresentados en el Consejo Consultivo Laboral Andino (CCLA), quienes en definitivabuscan una salida ecléctica. Es así que si bien prevé el derecho a formar sindicatos,suprime la autonomía sindical para elaborar reglas sindicales, con lo que se mantiene elcarácter corporativista, pues el Estado participa en la elaboración de esas reglas y en laelección de representantes (Iturraspe:1999).

Actualmente se percibe a la sociedad civil como componente activo de las relacionesEstado-sociedad y se le otorga un papel dinámico en las iniciativas de integración,considerando que debe comprometerse directamente con la integración y disminuir ladependencia del gobierno porque el papel protagónico de los Estados ha hecho pocopor el avance de la integración. A pesar de que el Estado sigue siendo actor importanteen aspectos que le permiten seguir controlando a los sectores laborales, en otrosasuntos como el comercio, en la CAN se han abandonado la mayoría de las premisasque otorgaban un papel protagónico al Estado, embarcándose en las tesis delregionalismo abierto promovidas por la CEPAL (Briceño: 1998). La tendencia actualdescansa en acompañar este cambio con respecto al rol del Estado en la economía contransformaciones políticas favorables a la democratización y a una mayor participaciónde la sociedad civil. Aunque son pocos los logros obtenidos por los sectores laborales enla integración andina, es necesario destacar que los sindicatos han insistido en darcontenido social a la integración para sustraerla de su posición «economicista»(Iturraspe: 1999, 159). La participación de los sindicatos se mantiene dentro de losmismos parámetros institucionales que la CAN ha mantenido desde 1983 cuandosustituyó al Comité Asesor Económico y Social (CAES) por el Consejo ConsultivoEmpresarial Andino (CCEA) y el Consejo Consultivo Laboral Andino (CCLA), separando

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las actividades de acuerdo a sus áreas de interés y funciones de los únicos sectoressociales reconocidos e institucionalizados en el Acuerdo desde 1969. Ambos Consejostienen limitada su participación a actuar como entes consultivos. El Acta de Trujillo hizocambios menores en los órganos consultivos y dejó inalterada su condición consultiva,pero les otorgó mayores facultades, como la de emitir opinión ante el

«Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, la Comisión o laSecretaría General (a solicitud de éstos o por propia iniciativa) sobre losprogramas o actividades del proceso de la integración subregional andina quefueran de interés para sus respectivos sectores. También podrán ser convocadosa las reuniones de los grupos de trabajo y de expertos gubernamentalesvinculados a la elaboración de proyectos de decisión, y podrán participar conderecho a voz en las reuniones de la Comisión» ( Art.44, CAN:1996)

Esto muestra una modificación de la actitud tradicionalmente estadocéntrica ointergubernamental de la CAN al dar mayor espacio e importancia a los actores socialesdel proceso productivo y, en consecuencia, a la sociedad civil, ya que el ConsejoConsultivo Laboral empezó a incorporar a sectores que se habían mantenido al margen:mujeres y ONGs que protegen los intereses de los sectores más pasivos y vulnerablesde la sociedad como, por ejemplo, la niñez o los indígenas.

El CCLA se compone de 4 delegados por Estado miembro, representando todas lascentrales sindicales debidamente reconocidas y registradas en cada país. (Ibarra: 1998,119; Lucena:1998) Además, en 1986 se creó el Instituto Laboral Andino (ILA), que actúacomo su órgano técnico (ILA 1998; Ibarra 1998). Este tiene entre sus funciones lainvestigación, difusión y formación para modernizar el movimiento laboral en lasubregión. Entre los logros del CAES y el CCLA se encuentran la recomendación dearmonización de ocho convenios internacionales del trabajo de la OIT (48, 87, 97, 98,111, 114, 117 y 118) que deberían ser la base del Derecho Social Andino (Ibarra: 1998).Con relación a la ratificación de estos convenios, sólo tres países han ratificado losconvenios 117 y 118 sobre normas y propósitos básicos de la política social de losestados e igualdad de trato a nacionales y extranjeros en materia de seguridad social,respectivamente; ningún país ha ratificado el Convenio 48 sobre conservación de losderechos de pensión de los trabajadores migrantes, mientras que todos han aprobado elConvenio 87 sobre libertad sindical y protección del derecho de sindicalización (Durán:1999, 9). Aunque el Tratado de Integración Sociolaboral Simón Rodríguez, de 1973,inicialmente no formó parte de las instituciones del Acuerdo de Cartagena, pasó ahacerlo en el Acta de Trujillo. Los propósitos iniciales continúan siendo, aún en laactualidad, bastante ambiciosos, lo que explica sus avances limitados. Se propuso tratar«aspectos sociales y laborales de la integración, incluidas la armonización de normaslegales y de seguridad, la coordinación de políticas en materia de desempleo, elmejoramiento profesional y la promoción de la movilidad de los trabajadores en lasubregión y su participación en el proceso de integración» (FITIM: 1995, 37). El avancedado a través del Convenio Simón Rodríguez y la Conferencia de Ministerios del Trabajopermitió la aprobación del Instrumento Andino de Seguridad Social (Decisión 113) y elInstrumento Andino de Migración Laboral (Decisión 116), mediante los cuales se

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pretendieron integrar los servicios sociales de los cinco países y facilitar la migración delos trabajadores en la región. Las dificultades de los gobiernos para proveer de serviciossociales, incluso a sus propios nacionales, imposibilitaron que se profundizara laintegración social que se aspiraba a lograr en la subregión. Durante los ochenta, elproceso social se congeló y en los noventa se retomaron y reformularon muchas de lasaspiraciones iniciales. Así, en agosto de 1999, los ministros del Trabajo de la CANimpulsaron la reformulación del Convenio Simón Rodríguez para «convertirlo en un forosocial amplio y participativo de la sociedad civil» (Secretaría CAN:1999b)

Este es el contexto en el cual los sindicatos de Colombia y Venezuela actúan a partir de1992, cuando inician la etapa de libre comercio con la intención de dar dinamismo alproceso integrador, el cual se caracterizaba por la lentitud en su desarrollo y por ellimitado intercambio entre sus miembros (SELA, 1992). En la siguiente parte seconsiderará el papel desempeñado por las organizaciones sindicales internacionales ysu incidencia en las posiciones asumidas por el CCLA, el ILA y los sindicatos deColombia y Venezuela con respecto a las integraciones binacional y subregional.

INCIDENCIA DE LAS AFILIACIONES REGIONALES E INTERNACIONALESEN LOS SINDICATOS NACIONALES

Aún cuando sería necesario dilucidar claramente la relación entre las organizacionesinternacionales sindicales y las nacionales en el sentido de la preeminencia en la tomade decisiones y acciones sobre la integración y la globalización, en Latinoamérica, enColombia (y en Venezuela en particular), pareciera prevalecer una división de funcionesen el movimiento laboral en cuanto a que las sindicales regionales o internacionalesasumen funciones más activas y de mayor avanzada con respecto a estos temas,mientras que las organizaciones nacionales se dedican preferiblemente a los temasnacionales. Esto evidencia que aún tienen que enfrentar los efectos de la crisiseconómica y social en su área de competencia, manifiesta en disminución de la tasa deempleo (y por ende, de sindicalización), predominio de la informalización y flexibilizaciónde la legislación laboral, entre otros; mientras que la integración sigue siendo un asuntomarginal, por lo que optan por adoptar las declaraciones de las organizacionesinternacionales. Para ilustrar la afirmación anterior, en esta parte se mostrarán lasvinculaciones de las organizaciones sindicales nacionales, sus afiliaciones a los órganosregionales o internacionales sindicales y, finalmente, las diferentes posiciones asumidascon respecto a su participación en la integración.

Las siete confederaciones sindicales de Colombia y Venezuela están afiliadas a laORIT/CIOSL, la CLAT/CMT o la CPUSTAL/FSM, tal como se observa en el siguientecuadro.

La influencia ideológica de las centrales sindicales internacionales sobre las nacionalesha sido considerada una de las causantes de la fragmentación y falta de unidad delmovimiento obrero, tanto nacional como internacionalmente (Federación Internacional deTrabajadores de la Industria Metalúrgica: 1995; Iturraspe: 1999; Ellner:1995). Aunqueaquí no se profundizará en este asunto, se ilustrarán las distintas posiciones asumidas

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por las centrales sindicales internacionales para ilustrar, en parte, las diferentes posturasasumidas en el actual momento de transición del capitalismo. Actualmente parecieraexistir cierta tregua en la confrontación ideológica «obstructiva». Las centrales sindicalesinternacionales se han dedicado a preparar, presentar y defender sus reflexiones yplanteamientos y se observa coincidencia en muchas de sus líneas de acción, aunquecada organización busque ser el interlocutor válido ante sus contrapartes.

A pesar del predominio de tres tendencias ideológicas definidas, en adelante se dedicaráatención sólo a las tendencias ideológicas socialdemócrata y socialcristiana,representadas por la CIOSL/ORIT y CLAT/CMT respectivamente. La razón fundamentalque explica esta decisión se encuentra en que los sindicatos leninistas o socialistastienen una visión radical respecto al capitalismo. Para ellos, la globalización o laintegración son manifestaciones del capitalismo tardío y, como tal, se requiere oponerloshasta lograr la toma del poder por parte del proletariado internacional y la instauraciónde un nuevo orden sin dominadores ni dominados.

La CIOSL es la organización sindical con mayor número de afiliados en el escenariomundial (40%) y la ORIT es segunda en Latinoamérica, con 30% de representación(CGTD: 1998, 37). Han sido bastante activas desde inicios de los 90. En el campo de laglobalización e integración, esta organización ha dedicado su atención a lograr laincorporación de cartas sociales y cláusulas sociales en todo tipo de acuerdo (bilateral,subregional, continental y mundial), la creación de fondos compensatorios de carácterregional y sectorial, reconocimiento de un foro laboral en la integración, con la creaciónde acuerdos tripartitos o cuatripartitos creados por los gobiernos en el marco de losprocesos de integración y vinculaciones con la sociedad civil más amplia. Las cartassociales y cláusulas sociales buscan el establecimiento de sanciones de caráctermultilateral a aquellos países que reincidentemente violen los derechos laborales ysindicales básicos. Se exige el respeto de siete de los derechos laborales básicos de laOrganización Internacional del Trabajo (OIT). Ellos son: la libertad sindical, derecho a laorganización y la negociación colectiva (convenios 87 y 98), abolición del trabajo forzoso(convenios 29 y 105), abolición del trabajo infantil (convenio 138), igualdad y nodiscriminación en el empleo por motivos de raza, color, sexo, edad, religión, opiniónpública, etc. (Convenios 100 y 111) (CIOSL/ORIT: 1997). Para defender la cláusulasostienen principalmente que ésta, antes que un instrumento de los países desarrolladospara impedir que los países pobres puedan beneficiarse de la liberalización del comercioy de la globalización de la producción, es un mecanismo mediante el cual se combate el«dumping social» y se crea un mecanismo hacia arriba para armonizar los derechos ylos salarios a escala internacional. En este orden de ideas, la CIOSL solicitó al Gobiernovenezolano el respaldo a la propuesta de implantación de la Cláusula Social ante laOMC (CIOSL/ORIT:1997,7).

El reconocimiento de un foro laboral como instancia consultiva que represente almovimiento sindical en el marco del Area de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) esotra medida asumida por la CIOSL. Para ello se ha propuesto y solicitado ante lasreuniones ministeriales y las cumbres presidenciales la inclusión de los derechoslaborales vinculantes en el tratado del ALCA. Aunado a ello se propone la creación de un

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Grupo de Trabajo Tripartito para que analice y haga seguimiento de los efectos de laintegración sobre las condiciones de vida y trabajo de las mayorías (CIOSL/ORIT:1998,7). La preocupación por las desigualdades regionales y sociales, entre y dentro delos países que conforman un grupo de integración, ha llevado a las organizacionessindicales a solicitar que los órganos de integración creen fondos compensatorios decarácter regional y sectorial. Esta solicitud parte de la toma de conciencia, en parte poranalizar los efectos negativos que las desigualdades regionales estaban creando en laComunidad Europea, y por observar las soluciones dadas allí con el efectocompensatorio de los fondos de inversión social. En todos los niveles hay mayorconciencia de que las disparidades regionales son un obstáculo a la integración porquecrean desbalances sustanciales entre los beneficiados y los perjudicados o ignoradospor el proceso, que a la postre afectan el avance del proceso integrador y laidentificación de la sociedad con la integración. Otra estrategia propuesta pararesponder y adaptarse activamente a los cambios económicos y sociales es lavinculación con otras organizaciones de la sociedad civil que se han hecho más ricas ycomplejas. El sindicato deja de ser el núcleo central del proceso productivo, el cual sefue estructurando a partir de criterios que condujeron a su rigidez estatutaria y a sudependencia de los trabajadores de la economía formal. Flexibiliza los criteriosestatutarios estrictos e incorpora las preocupaciones de otras organizaciones que se hanactivado para mostrar y combatir fenómenos como el «autoritarismo, la xenofobia, laopresión masculina y diversas manifestaciones negativas provenientes de losmonopolios-oligopolios y las empresas multinacionales en términos de la irracionalidaden el uso de los recursos naturales, la estimulación del consumo, la utilización de lamano de obra infantil» (CIOSL/ORIT: 1998, 10). Así, la alianza entre la ORIT y otrasorganizaciones de la sociedad civil rechaza el carácter antidemocrático del ALCA porqueestá siendo negociado sin consultar a la sociedad civil. Para ello presentan lasdesigualdades que genera en términos de empleo, precarización de las relacioneslaborales, feminización e infantilización de la pobreza, violencia urbana, inseguridad yexclusión social. Además defiende que los principios básicos en la construcción de unproceso de integración son: creación de empleos, democracia participativa, igualdad,desarrollo social y ecológicamente sustentable, justicia social y diversidad étnica ycultural. La CMT representa la segunda organización en el escenario mundial, (30%)mientras que la CLAT cuenta con un 55% de representación en el escenariolatinoamericano, siendo la primera en representatividad (CGTD:1998, 37). Hanexpresado sus planteamientos en una serie de documentos (Durán: 1999; García: 1998;CLAT: 1998a; CLAT:1999) que señalan que la integración social en América latina estásiendo enfrentada a través de la armonización de políticas sociales, la suscripción decartas sociales, la firma de cláusulas sociales y el establecimiento de organismos deconsulta constituidos por representantes de los sectores sociales, particularmente lostrabajadores. (Durán: 1999, 6) La armonización es vista como «el conjunto de cambiosen los ordenamientos jurídicos nacionales con el fin de crear una similitud normativa quefacilite el proceso de integración» (Durán:1999,7). La CLAT se preocupa por los efectosnegativos de la armonización «hacia abajo», emprendida después de la implantación delas políticas de ajuste que, si bien es cierto que no son producto de la integración, sinode decisiones emanadas del FMI y el BM, afectan las condiciones sociales y laboralesque venían adelantándose y estaban siendo aceptadas como presupuestos de la

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integración. Actualmente se presiona por lograr la flexibilización y desregulación delderecho del trabajo y de la seguridad social; es por ello que se plantea que lostrabajadores deben buscar la armonización de los niveles de protección «hacia arriba»para combatir la homogeneización «hacia abajo».

La suscripción de cartas sociales surge como respuesta a la presión neoliberal de laspolíticas flexibilizadoras y desreguladoras de carácter antisindical. Actualmente, todoslos procesos de integración latinoamericanos cuentan con una carta social, bien seacomo proyecto o como documento sancionado. La CLAT promueve en los trabajadoresla necesidad de presión sobre los gobiernos para que los jefes de Estado firmen lascartas sociales y para que, además de las expresiones de buena voluntad expresadasactualmente en las cartas, se pase a la proposición de organismos y mecanismoscomunitarios para denunciar y demandar a los gobiernos que violen su contenido. Lapresión en pro de las cartas sociales plantea, según la CLAT, la necesidad de crearorganizaciones supranacionales de organización sectorial para negociar colectivamente,dadas las complejidades de cada rama de actividad y la naturaleza técnica de lasnegociaciones en cada situación sectorial.

Respecto a las cláusulas sociales, la CLAT respalda el acuerdo tomado por la CIOSL, laCMT y la Confederación Europea de Sindicatos en el sentido de que ellas constituyen unelemento clave para «mejorar las condiciones sociales en todos los países y prevenir elproteccionismo comercial, por lo que recomienda la urgente y seria discusión entre lostrabajadores y sus organizaciones». De esta manera apoya las siete cláusulas socialesmínimas defendidas por estas organizaciones y presentadas arriba (CLAT:1999,18). Deigual forma que la CIOSL/ORIT, la CLAT considera importante estimular la participaciónde otros sectores organizados de la sociedad civil distintos a representantes de lossectores productivos tradicionales: sindicatos y empresarios, a saber. En este sentido seha propuesto potenciar y ampliar los vínculos con otros organismos latinoamericanoscomo la CLAPU, confederación de la PYME y recrear el Movimiento Popular UnitarioLatinoamericano (MOPUL) como expresión organizada de la sociedad civil y habilitar elFrente Latinoamericano de Trabajadores para la Integración (CLAT:1998b,4). En el casode la CAN, apoya la decisión del CCLA de incorporar a otros sectores sociales como lascomunidades indígenas, mujeres y ONGs de diversa naturaleza.

Es de destacar, además, que la CLAT se manifiesta abiertamente contraria a laspropuestas del libre mercado del neoliberalismo. Considera que alternativas como elALCA no promueven el verdadero desarrollo económico y social, sino que sostienen que«la mejor política social es una buena política económica», con lo que se propicianpolíticas sociales mínimas o restringidas que llevan a la flexibilización de las relacioneslaborales asociadas a la competitividad y diversificación que se propicia. Lostrabajadores deben responder mediante la organización sindical unida y única que luchepor sus reivindicaciones fundamentales, globales y seccionales por ramas, regiones ycentros de trabajo.

Como pudo observarse, la CIOSL/ORIT y la CLAT/CMT comparten, con diferenciasmínimas en lo aparente, el apoyo a los mecanismos de acción para enfrentar los efectos

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que la globalización actual y la integración abierta están ejerciendo sobre el movimientosindical organizado, tanto nacional como internacionalmente. En consecuencia, lasorganizaciones sindicales internacionales empiezan a comportarse como actoresprincipales de la nueva DIT. Hay respaldo a las cartas sociales, cláusulas sociales,flexibilización organizativa para incorporar sectores organizados más amplios de lasociedad civil y para incorporar la defensa de asuntos más allá de los inminentementelaborales, lo que conduce a la búsqueda de la armonización de políticas sociales y,aunque con distintos matices, respaldan y consideran necesaria la creación de órganossupranacionales en los cuales los sectores laborales organizados tengan participaciónactiva. La diferencia sustancial entre ellas se encontraría en las posiciones ideológicas yen el proyecto político que defienden y buscan para la región en general y para lospaíses en particular, pero esto no es motivo de análisis en este trabajo. Ninguna de lasdos cree en la transformación radical de la sociedad o en la toma del poder por elproletariado, como sostienen los movimientos marxistaleninistas.Un aspecto a destacar es que es difícil descartar la participación de representantessindicales nacionales en los debates y deliberaciones sobre las acciones a emprenderpor las organizaciones internacionales para enfrentar a la integración. Sin embargo, talcomo se ilustrará en la parte siguiente, los sindicatos nacionales tienen problemasparticulares que atender, como la disminución de la tasa de sindicalización,informalización, pérdida del poder real de presión frente a los gobiernos, y otrosproblemas sociales asociados, como la pérdida del valor del salario mínimo.

LOS SINDICATOS EN LA INTEGRACIÓN COLOMBO-VENEZOLANA

Debido al impulso dado a la integración colombo-venezolana a partir de las reformaseconómicas y la aproximación bilateral que condujo a la Zona de Libre Comercio y a laelaboración de una estructura común de aranceles, la inversión en los dos países se hamultiplicado. Los empresarios colombianos empezaron a invertir en Venezuela yviceversa. Grupos económicos venezolanos han adquirido bancos en Colombia en elmarco del programa de privatización. Para 1995 había más de 70 empresasvenezolanas operando en Colombia, y 120 compañías colombianas hacían lo propio enVenezuela. Había igualmente más de 30 grupos con alianzas estratégicas para integrarlíneas de producción (FITIM:1995, 52). Aunado a esto, el comercio bilateral aumentó yColombia y Venezuela se convirtieron los dos socios más importantes de la subregión, locual se sigue manteniendo hasta el presente a pesar de la notable disminución en elprimer semestre de 1999.Del papel de los sindicatos respecto a la integración colombo-venezolana se destaca sulimitada participación. Esta parece tener dos causas contrapuestas: Por una partedestaca la posición tradicional asumida por los gobiernos que están dispuestos a seguirsiendo el centro del poder, y por la otra, la poca dinámica y contactos entre lossindicatos de ambos países. Esta afirmación se ilustra al revisar las posicionesdivergentes que han asumido los gobiernos y sindicatos respecto a las cartas ycláusulas sociales. Así, como se observó en el apartado anterior, los sindicatos lasrespaldan y defienden. Pero los gobiernos no aceptan la vinculación de temassociolaborales en las negociaciones comerciales, tal como se evidenció en la CumbreMundial de Ministros de Trabajo en Nueva Delhi en 1995 y la posición asumida ante la

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OMC, por medio de la cual se ha sostenido el argumento de que su inclusión sería darlepuerta abierta a presiones proteccionistas de los países desarrollados (Herrera: 1997).Esta posición es coherente con los acuerdos de integración firmados por Colombia,incluyendo el de Libre Comercio con Venezuela, en el que no se incluyen componentessociolaborales ni se han creado instancias de participación de la sociedad civil. (Herrera:1997, 33) Según Herrera, la intención es dejar que los trabajadores sean el principalfactor de competencia internacional en el actual momento de apertura y flexibilizaciónneoliberal.

Consecuentes con estas ideas, las comisiones de vecindad no han incorporado a lostrabajadores en su conformación, aunque los presidentes César Gaviria (Colombia) yRamón J. Velásquez (Venezuela) acordaron crear una comisión laboral bilateral en1993. Sin embargo, ésta fue sólo una expresión de buena intención de dos presidentesen retirada. Sobre la agenda sociolaboral en la integración entre los dos países, no se haconversado más.

Por su parte, las organizaciones de trabajadores de Colombia y Venezuela han hechopoco por avanzar los contactos, armonizar acciones y presionar la inclusión del temasociolaboral en la integración binacional, por lo que la integración entre los dos paísesno ha creado instituciones laborales propias. En este sentido, a pesar de que JoséGregorio Ibarra, director del ILA, señala la existencia de relaciones sindicales dentro dela CAN, de los sectores textil, metalúrgico-automotriz 1 y petrolero-químico, igualmentedeja entrever que los contactos son esporádicos y no parecen haber avanzado hacia laelaboración de estrategias coordinadas (Lucena:1998). Igualmente es de destacar que elencuentro sindical en la frontera de San Antonio (Venezuela) y Cúcuta (Colombia) demarzo de 1993 ha sido el único en su tipo hasta la actualidad, y aunque allí sediscutieron temas preferentemente relacionados con el eje fronterizo (migraciones,seguridad social para los trabajadores migrantes (Lucena: 1998, 143) ha sido limitado elavance fundamentalmente por las diferencias que se han manifestado respecto a estostemas. Según Iturraspe (1999, 160), los sindicalistas venezolanos tienen un doblediscurso respecto a la integración. Se declaran integracionistas, pero en su actuaciónnacional promueven normas discriminatorias de los trabajadores migrantes,especialmente cuando peligra su fuente de trabajo. Es por ello que se justificaría que lossindicalistas no se hayan opuesto a la Ley Orgánica del Trabajo (1990) en cuanto a lasrestricciones a la contratación de trabajadores migrantes, quienes provienenprincipalmente de Colombia y otros países de la subregión andina. El Art. 27 elevó a90% el porcentaje obligatorio de empleados nacionales, y el Art. 404 puso mayorestrabas para su actividad sindical, exigiendo más de 10 años de residencia en el país y laautorización del ministerio del ramo para que un trabajador extranjero pudiera ejercercargos de representación sindical.

En lo relacionado con los regímenes laborales en Colombia y Venezuela, bien seagracias al producto de la acción sindical o por concesiones otorgadas por los gobiernos,también se capta una situación dual en el tratamiento a los trabajadores. Aquí, lo legal-formal y la realidad no siempre andan por el mismo camino; la realidad muchas veces seconfunde con ilegalidad.

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REGÍMENES LABORALES EN COLOMBIA Y VENEZUELA

Al observar el Cuadro 3 se notan pocas asimetrías en los regímenes laborales de estosdos países, lo que induce a pensar que la armonización de las legislaciones laboralespretendida desde 1973 con el Convenio Simón Rodríguez pareciera bastante factible, yaque tal armonización no constituiría mucho gasto para el empresario o los gobiernos, nitampoco significaría cambios sustanciales en las legislaciones de estos países. Sinembargo, se destaca que el trabajador venezolano goza de mayores beneficios relativosy, lógicamente, se encuentra más protegido. En contraste, Colombia aún no ha ratificadoalgunos convenios básicos como el Convenio N.138 de la OIT, que proscribe el trabajoinfantil. Actualmente se busca consenso para establecer en 15 años la edad mínimapara empezar a trabajar. La OIT ha organizado una campaña internacional para eliminarprogresivamente el trabajo infantil, haciendo énfasis en abolir el trabajo forzoso para losniños, así como en labores de servidumbre y de alto riesgo para la salud (CLAT:1999,7;ORIT:1997,13). Además se observan mayores limitaciones a la libertad sindical enColombia. Estas diferencias en los regímenes laborales, aunque no son sustanciales, sepueden apreciar desde dos ángulos: Por un lado, los trabajadores y sindicatos enVenezuela han avanzado más en el logro de sus reivindicaciones y además han tenidomayor poder frente al Estado. Aunado a ello, el Estado ha venido mostrando mayorpreocupación por lo social, lo cual tiene su explicación en el predominio del Estado en laeconomía. Los sectores productivos más importantes venían dependiendotradicionalmente del Estado. Pero, por otro lado, en el contexto actual hay presionespara lograr la desregulación y la flexibilización laboral y, desde el punto de vista delempresario, Venezuela es un país con mayores costos de producción, por lo quecomparativamente tiene menor atractivo para las inversiones.

La situación de competitividad producida con la apertura y el regionalismo abierto hacontribuido a que en la práctica aumente la tendencia a ignorar la legislación laboral(apelando a subterfugios que permite la misma legislación) respecto a la jornada laboraly las contrataciones temporales o abiertas, por ejemplo. Además de lo anterior, losimpulsores de la flexibilización laboral han tenido poca resistencia para pasar legislacióndesreguladora. Estas actuaciones por parte de los empresarios y el Gobiernoencuentran espacio y se validan debido a la pérdida de poder que han venidoexperimentando los sindicatos desde los ochenta. Así, han venido disminuyendo sustasas de sindicalización y, en consecuencia, su representatividad. En este sentido esimportante destacar el ataque al que han estado expuestos por parte de sectoresnacionales e internacionales, que han resaltado sus flaquezas con el propósitofundamental de lograr su debilitamiento. Desde los ochenta, a los sindicatos se lesacusa de entes burocratizados, con estructuras de representación inflexibles, con líderescorruptos que velan más por sus intereses particulares que por los del colectivo, perosobre todo, como organizaciones carentes de democracia sindical, desfasadas de lastransformaciones que se están produciendo en el momento en los escenarios global yregional (Iturraspe:1999,46; Ensignia: 1998).

Como tales, requerían (y requieren) de mayor democratización, transparencia en elmanejo de los fondos, y una mayor aproximación a la base sindical, entre otros. Pero

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para enfrentar tales retos necesitaban adquirir consciencia de la transición que se estabaoperando hacia el sistema de economía de mercado, pero sobre todo, debían recordar yactuar como actores principales del estadio actual de la DIT.

FUENTE: Elaboración propia a partir de documento de la Federación Internacional deTrabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM), Los Sindicatos en el Proceso de laIntegración Andina, 1995 y República de Venezuela (1997), Ley Orgánica del Trabajo.

Esta toma de conciencia y actuación, como se evidenció arriba, está operándose en lasorganizaciones sindicales internacionales, y las organizaciones nacionales ya lasempiezan a asumir, como es el caso de la CUT, en Colombia, que ha dejado derepresentar o reclamar sólo sobre asuntos laborales como primas, dotaciones ocondiciones laborales para incluir políticas más generales de la sociedad, como son laspolíticas antiinflacionaria, el estímulo al desarrollo solidario, gradualización de la aperturay preservación del medio ambiente, entre otras (Grupo Gerente: 1999,94). EnVenezuela, la CTV, igualmente ha empezado a modificar lo que se reclama paraavanzar hacia peticiones más generales de la sociedad. En este sentido, el nuevosindicalismo busca incorporar a los sectores informales a su estructura institucional2.

Se observa, pues, «la desaparición del Derecho del Trabajo como derecho protector, ydel Estado Social de Derecho como instrumento del desarrollo y la justicia social»(Iturraspe:1999,149). Con relación a la tendencia a aprobar legislación desreguladora,cabe mencionar los cambios que se empiezan e experimentar en las legislacioneslaborales, ejem., la Ley 50, de 1990, de Colombia, con la cual se busca hacer al paísmás competitivo y elevar las exportaciones no tradicionales. En Venezuela, la nueva Leydel Trabajo permite la desregulación de la jornada de trabajo, prórrogas de los contratosy la modificación del régimen de prestaciones sociales (Iturraspe:1999,147).

A pesar de los beneficios legales que venían otorgando los regímenes laborales a lostrabajadores, cuando se analiza la realidad al interior de los países se observa cómo lossindicatos tienen que hacer frente a una diversidad de problemas, muchos de los cualesson el resultado de la aplicación de las políticas de ajuste estructural, la aceptación delas ideas sobre competitividad y el retiro del Estado, desde la función económica quevenía desempeñando, hacia la de regulador de tal función. En la práctica, por ejemplo, elGobierno colombiano ha recomendado igualar la remuneración de los días feriados yhoras de trabajo nocturno al mismo nivel de la jornada laboral normal, generalizar elsalario integral para todos los niveles salariales, permitir la contratación de jóvenes conun salario menor al salario mínimo y, en general, el recorte de algunos beneficios, pagosextrasalariales y otras indemnizaciones a los trabajadores. Estas recomendaciones,aunque no son legales, han empezado a ser aplicadas por parte de muchosempresarios. Además de estas limitaciones que se manifiestan en la vida cotidiana delos sindicatos, a continuación se mencionará sólo la tasa de sindicalización y la libertadsindical como problemas significativos que están enfrentando los sindicatos en estos dospaíses.

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En cuanto a la tasa de sindicalización, Colombia presenta la tasa más baja, con unporcentaje menor al 10% (Grupo Gerente: 1999,93), mientras que en Venezuela seseñala que se encuentra alrededor del 20%,3 pero esta cifra se mantiene generalmenteoculta (Iturraspe: 1999, 32). El grado de sindicalización ha venido disminuyendo en losnoventa, debido, entre otras razones, al alto índice de desempleo, que alcanza alrededordel 16% en Colombia y cerca del 20% en Venezuela, según datos de 1999; alincremento de actividades y empleos informales, al aumento de la modalidad detrabajadores temporales y de trabajadores abiertos que establecen las condiciones deempleo desde el inicio de la relación laboral. Como resultado de esta informalización,ninguno de ellos está interesado en pertenecer a los sindicatos porque no sienten queéstos representen a sus intereses. La baja en las tasas de sindicalización traeconsecuencias negativas, tanto en las finanzas como en el poder de representatividadde los intereses de los trabajadores para negociar y discutir las relaciones laborales.

Esta situación se transforma en debilidad para los sindicatos, los cuales empiezan atener dificultades para combatir violaciones a la legislación laboral, entre las que seencuentran la flexibilización de la jornada de trabajo, de los contratos de trabajo y de losconvenios colectivos. La respuesta a esta vulnerabilidad es oponer estas acciones connuevas agendas y cambios en la estructura sindical, incorporando sectores diferentes alos tradicionales, siendo éstos los representantes formales del sector laboral y de lasociedad civil. Tal es el caso del mayor espacio concedido a la mujer trabajadora en laactividad sindical, mayor actividad en la defensa de sus derechos y la organización ybúsqueda de sindicalización los trabajadores del sector informal, de organizacionescomo las ONGs, que buscan la paz y mejoras en el ambiente, del combate global a losprogramas de ajuste, la inflación y el desempleo, con los cuales amplían su acción haciaotros sectores de la población.

En cuanto a la libertad sindical, se detecta que Colombia se encuentra en peorescondiciones que Venezuela aunque, en general, en ambos países, este derecho seencuentra amenazado. En términos generales, es lugar común encontrar represiónsindical por parte de los patronos y el Estado en las empresas o sitios de trabajo con laelaboración de «listas negras», con las cuales se acometen despidos injustificados delíderes sindicales que no cuentan con la anuencia de ciertos sectores sindicales, delpatrono o del partido.

En Colombia, además de las listas negras en las fábricas para violar la libertad sindical,los sindicatos se encuentran en una situación extremadamente difícil generada por laviolencia y, según comenta Luis Garzón, presidente de la CUT, en los últimos 10 añosse han matado 2.500 sindicalistas y se ha perdido el fuero sindical (Grupo Gerente:1999,93). Al respecto destaca que el Comité de Derechos Humanos de la CIOSL resaltó laevidente tendencia a atentar contra la libertad sindical y restringir los derechos laboralesde los trabajadores de los sectores públicos y privados que, en el caso colombiano, secaracteriza por hostigamiento, persecución y asesinato de dirigentes sindicales. EstaComisión, contando con la aprobación de 60 países, acordó en junio de 1998 solicitar ala OIT (si se comprueba la incompetencia del Estado colombiano en materia de respetoa las normas sindicales y los derechos laborales) la expulsión de ese país del seno de

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esa organización. (CIOSL: 1998, 14). La CLAT también ha manifestado y condenado envarias oportunidades los asesinatos de líderes sindicales (CLAT:1998,18). La acciónmás reciente que evidencia la impunidad como principal problema para la libertadsindical en Colombia fue la acción coordinada de las centrales sindicales colombianasen la 86ª Reunión de la OIT, donde muestran el incumplimiento del gobierno colombianoen la aplicación de los convenios internacionales sobre libertad sindical (CLAT:1999,24).

En Venezuela, por su parte, aunque la libertad sindical es garantizada en mayor escala,durante 1999 se ha presentado una situación desconocida hasta ahora, por cuanto elataque contra ciertos sectores sindicales, principalmente contra la CTV, provienedirectamente del gobierno. Se ha llegado, incluso, a manifestar la intención de interveniro deslegitimar la actual cúpula sindical bajo los argumentos de corrupción sindical.

En síntesis, los sindicatos en Colombia y Venezuela se encuentran en un período decrisis y adaptación. Crisis, por los efectos negativos del abandono de los preceptos quesostenían al Derecho del Trabajo como derecho protector, y del Estado como actorprincipal en la economía. Tales preceptos se están sustituyendo por los de la economíade mercado, y que en términos laborales significan pérdida del poder tradicional denegociación y discusión, desregulación y menos protección. Adaptación, porque lossindicatos han empezado tímidamente a superar la inmovilidad y desorientación de losochenta, buscando espacios más amplios de acción y de presión. Las organizacionessindicales internacionales pueden considerarse como responsables de gran parte deesta manifestación de adaptabilidad. También se observa que los sindicatos nacionalesutilizan los escenarios internacionales para denunciar los abusos contra principiosbásicos de los derechos humanos y laborales.

CONCLUSIONES

En este trabajo se mostró que dentro de las teorías de la integración y la políticacomparada, hay herramientas para analizar la participación de los sindicatos enescenarios más allá de los nacionales, abriéndose con ello la oportunidad de incorporarla globalización, con sus efectos, a la División Internacional del Trabajo y la integración.En cuanto al contexto analizado, es de resaltar que los cambios que en primer momentoafectaron a los sindicatos (y que permitieron catalogarlos como desfasados, o casi comosímbolos de una etapa superada en la historia de la humanidad y carentes de respuestaante las transformaciones globales que se estaban produciendo desde los ochenta),están demostrando su vigencia y su condición de actores principales en la nueva DIT.En consecuencia, están mostrando su gran capacidad de adaptación, y para ello estánutilizando los escenarios internacionales y nacionales. Aparentemente, lasorganizaciones sindicales internacionales tomaron la delantera, y en ese impulso hanincorporado a las nacionales. Las cláusulas sociales, las cartas sociales, los vínculoscon la sociedad civil y la constitución de acuerdos tripartitos y organismossupranacionales para velar por los derechos sociales, son estrategias de lucha en todoslos niveles de la organización sindical.

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En el caso específico de los sindicatos de Colombia y Venezuela, y su participación en laintegración, se observan tres niveles de actuación bien diferenciados: el subregional, elbinacional y el nacional. En el subregional, los sindicatos respaldan la Carta SocialAndina; en el binacional hay menos participación, debido a los pocos vínculos ycontactos, la falta de consciencia sobre la necesidad de integración, que se manifiestaen actitudes duales en las que lo que importa es defender la fuente de trabajo enconcreto y en el momento antes que una bien intencionada y probablemente beneficiosaalternativa, y principalmente porque no hay evidencias o casos concretos que ilustren losefectos beneficiosos o perniciosos de la integración sobre los empleos y los derechoslaborales, debido a que la integración colombo-venezolana aún está en la etapa en quepredomina el sector económico y se han establecido pocos vínculos con otros sectoresde la vida social y cultural. En cuanto a la legislación laboral, se observa que, enapariencia, no hay muchas dificultades para armonizar las legislaciones laborales deColombia y Venezuela, lo cual se constituiría en un paso importante hacia suarmonización en el ámbito subregional. Sin embargo, al revisar la situación de lossindicatos nacionalmente, se perciben diferencias significativas entre los países:También hay evidencias de que las organizaciones sindicales están en pleno período detransición, con crisis de lo antiguos esquemas y valores y visos de adaptación yaceptación de las nuevas herramientas de lucha.

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IMPACTO DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN ECONÓMICA COLOMBO-VENEZOLANA EN EL SECTOR INDUSTRIAL A PARTIR DE 1992.(EJE SAN ANTONIO-UREÑA- AGUAS CALIENTES)Ronald José Blanco*

INTRODUCCIÓN

El presente estudio es una investigación de campo descriptiva-explicativa que consisteen una evaluación del impacto del proceso de integración colombo-venezolano en elparque industrial del eje fronterizo San Antonio-Ureña-Aguas Calientes del estadoTáchira, Venezuela. Este estudio es parte de un proyecto mayor que evalúa tambiéneste impacto en Cúcuta-Villa del Rosario, del departamento Norte de Santander,Colombia. El trabajo comprende una revisión del sector industrial, posibilidades deexportación, estado de la infraestructura y servicios, inversiones y facilidades crediticias,transferencias tecnológicas, alianzas estratégicas, adquisición de insumos, aparición denuevos mercados e instalación y cierre de nuevas industrias.

La intención, como investigador del Centro de Estudios de Fronteras e Integración «Dr.José Manuel Briceño Monzillo» de la Universidad de los Andes-Táchira, es detectardónde están las ventajas y desventajas del nuevo enfoque de integración iniciado desde1992, el cual privilegia la visión neoliberal impuesta a los países latinoamericanos a raízdel colapso del comunismo en el mundo. Se hace inevitable valorar lo positivo delproceso y determinar también las trabas que obstaculizan la integración en esta zona defronteras, ya que es necesario evaluar para corregir y avanzar.

El conocimiento de la información aportada por los gerentes industriales del área deestudio sobre los costos y beneficios que ha reportado a sus empresas la puesta enmarcha del Acta de Barahona de diciembre de 1991, que establece el área de librecomercio y la posterior unión aduanera de 1995, es importante para el análisispropuesto. Además, su estudio se justifica por el repunte que a partir de los añosnoventa han tenido los procesos de integración en Latinoamérica y Venezuela, que ensu IX Plan de la Nación (1995) ha establecido la integración económica como una líneamaestra a la que se debe apoyar.

Los fines de la investigación son los siguientes: Como propósito general, evaluar elimpacto del proceso de integración económica colombo-venezolana en el sectorindustrial a partir de 1992 (Eje fronterizo San Antonio-Ureña-Aguas Calientes) y, comopropósitos específicos, determinar los aportes del proceso de integración económicapara el desarrollo económico tachirense; evaluar las contribuciones del proceso deintegración económica en el desarrollo regional fronterizo; evaluar el impacto de laintegración económica en el fortalecimiento o debilitamiento del parque industrial del ejefronterizo San Antonio-Ureña; determinar los obstáculos que frenan la consolidación delproceso de integración económica en la zona fronteriza, y presentar propuestas paraneutralizar los obstáculos al proceso de integración colombo-venezolano en el sectorfronterizo objeto de estudio.

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El presente informe recoge los resultados obtenidos después de concluida la aplicaciónde encuestas (120) a los actores principales del proceso de producción en estaspequeñas y medianas empresas fronterizas. La muestra (con un error estándar de 0,04 yuna probabilidad de ocurrencia del 50%) fue seleccionada de una población de 455establecimientos manufactureros que se encuentran en el eje San Antonio-Ureña-AguasCalientes, de acuerdo a la O.C.E.I. (1995). Este sector industrial, como lo refiereArellano (1997), constituye el 34,42% del parque industrial del estado Táchira,especialmente representado por pequeñas y medianas empresas.

LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA Y LA INTEGRACIÓN COLOMBO-VENEZOLANA

Antes de hablar de los resultados obtenidos es necesario conocer qué se entiende porpequeña y mediana empresa en Venezuela. La Comisión Tripartita que preparó laReforma Parcial de la Ley Orgánica del Trabajo (1997), clasificó a las pequeñas ymedianas empresas de la siguiente manera:

Se consideran microindustrias y pequeñas industrias aquellas que ocupan de cinco aveinte trabajadores, con un capital social de hasta 10 millones de bolívares y facturaciónentre 50 millones y 100 millones de bolívares.

Se considera mediana industria aquella que ocupa de veinte a setenta y cincotrabajadores y factura entre 100 millones y 500 millones de bolívares anuales.Las pequeñas y medianas empresas son las más débiles en un ambiente altamentecompetitivo originado en un mercado ampliado. Esta debilidad se incrementa con unaindustria nacional poco articulada y una crisis económica que reduce la demanda ydificulta el financiamiento estatal. (Rosales, 1996).

En el caso de las empresas en estudio, la debilidad es mayor por estar ubicadas en laszonas de fronteras del país, zonas marginadas de los centros de poder político yeconómico y, además, por presentar graves problemas de inseguridad.

Es bien conocido que los procesos de apertura impactan a las políticas industriales yplantean continuas revisiones a los modelos gerenciales de la pequeña y medianaempresa (PYME). Para algunos, éstas pueden aprovechar la flexibilidad de su estructuray obtener los beneficios que brinda este proceso, como por ejemplo, suplir, en lugar deproductos terminados, piezas de calidad a precios competitivos en el mercadoglobalizado. Sin embargo, existen consecuencias negativas para la PYME, producto delos ajustes económicos y la apertura de mercados. Venezuela y, en general, AméricaLatina, no se han abierto voluntariamente al comercio internacional, sino que han sidoimpulsadas por la globalización (una estrategia de los países desarrollados paracontrolar mercados), sin tener tiempo ni recursos necesarios para preparar a susempresas para la competencia.

La apertura neoliberal ha originado la discusión del rol del Estado en la economía. LaPYME no escapa a esta discusión, hay quienes piensan que deben contar con la ayuda

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del Estado y otros que defienden a las fuerzas del mercado para que éstas decidan elfuturo de las empresas. Sin embargo, al analizar algunos procesos de éxito de desarrolloindustrial, como los de Japón, Corea del Sur y España (al ingreso a la Unión Europea),que se han basado en la competencia internacional, se observa que hay unadisminución inicial de las empresas más débiles, pero que después, con una política deayuda estatal, esta tendencia se comienza a revertir. En América Latina, lareestructuración industrial ha sido impuesta por la apertura. Los casos más destacadoshan sido México y Chile y allí la apertura comercial generó una crisis del sectormanufacturero y constituyó una evidencia de que la apertura económica que presiona ala modernización industrial, produce de inmediato un proceso de desindustrialización(Rosales,1997).

Esta situación se agrava cuando el Estado no puede apoyar a la pequeña y medianaindustria por deudas y déficit. En Venezuela, en ausencia de una política industrial eficazy motivado por las prioridades sociales (deuda externa, déficit fiscal, inflación y altastasas de interés) hay muy poco margen de maniobra para la PYME en un ambienteglobalizado. Por ello es necesario desarrollar estrategias competitivas, articuladas conacuerdos en el sector privado, en las que se dé la ayuda de empresas grandes a laspequeñas a través de la reducción de impuestos de las primeras y el desarrollo delmercado de capitales.

ANÁLISIS DE LOS DATOS

Seguidamente presentaré el análisis de los datos de la investigación de campo. Seobserva que, a pesar de que el 53,3% de los empresarios es venezolano, hay unaproporción importante (44,1%) de empresarios colombianos. Ello sin considerar los queniegan su nacionalidad, sencillamente para tener doble identificación. El efecto de lasmigraciones en busca de mejores condiciones de vida ha permitido este «efectofrontera», que es el movimiento de capital, mano de obra y otros recursos al borde dellímite internacional que posee mayor demanda, como producto de economías cerradas yproteccionistas.

Con relación al nivel de instrucción de los empresarios, hay un 57,5% que tiene estudiosde educación secundaria y sólo el 20% ha terminado estudios universitarios. Estosúltimos son más abiertos a los cambios que exige el proceso de apertura. Un 19,2%tiene educación primaria y el 3,3% son técnicos universitarios y personas con estudiosuniversitarios no culminados.

Los sectores de la producción que predominan son calzado, ropa, muebles,metalmecánica, cueros y pieles, alimentos, cerámica, tabacos y otros sectores similareslos que se desarrollan en Cúcuta y sus alrededores, verificándose nuevamente lainfluencia colombiana de manera determinante en el sector productivo de este ejefronterizo.El 98,3% de las empresas encuestadas pertenece a la pequeña y medianaempresa y el 1,7% entra en la clasificación de gran empresa.El 48,3% de las empresasse instaló durante el proceso en estudio y el 51,7% antes del proceso de integracióniniciado desde el 1 de enero de 1992. De este último, un 42,4 % entre finales de los años

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setenta y ochenta y un 9,3% entre los años sesenta y setenta. Se observan másempresas instaladas en los noventa que en las tres décadas anteriores. Influyen enestos resultados factores como la crisis económica, el desempleo y personas quebuscan tener sus propias fuentes de trabajo. El 97,5% de las empresas trabaja turnonormal y el 1,5% trabaja doble y triple turno. La demanda no exige más de un turno en lamayor parte de las empresas.En relación a la producción de la capacidad instalada, el81,7% expresó no producir toda su capacidad instalada; de éstos, el 63,4% produceentre 41 al 80% de su capacidad, y el 15,9% entre el 1 y el 40%. Es allí donde está elpotencial de los nuevos mercados, siempre y cuando se pueda competir con precio ycalidad, ya que la demanda interna se ha visto afectada por la crisis económica.

En cuanto a la calificación de la mano de obra, el 49,2% tiene sólo personal obrero,mientras que en obreros e ingenieros, el 18,3%; obreros, técnicos e ingenieros, el11,7%; obreros-técnicos medios, el 12,5%; 5,8% en obreros-técnicos superiores y 2,5%en técnicos medios y técnicos superiores. Se observa que la presencia de técnicos eingenieros es bien reducida, siendo ésta necesaria (junto a los obreros especializados)para asumir los retos de la apertura.

Respecto al origen de la mano de obra predomina la combinación venezolana-colombiana en un 85%, el 10% son empresas que tienen únicamente mano de obracolombiana y el 5% son empresas que sólo tienen mano de obra venezolana. Seobserva el predominio de la mano de obra colombiana por su capacitación en el ServicioNacional de Aprendizaje (SENA), su disposición al trabajo, la gran demanda de empleosen Cúcuta y la condición de indocumentados, que permite un trato inferior en cuanto asalarios y seguridad social en comparaciónconeltrabajadorvenezolano.

El 75,8% de las empresas tiene entre 0 y 50% de venezolanos, mientras que las quetienen entre 60 y 100% de venezolanos son el 24,2% de las empresas. Las empresastienen preferencia por la mano de obra colombiana. En cuanto a los aspectos financierosy de comer cialización, el 69,2% de las empresas no ha recibido créditos para laproducción. Las nuevas empresas son las más afectadas. El 30,8% ha recibido créditosen algún momento desde que se instalaron. De éste, el 26,8% ha recibido créditos de labanca comercial; el 0,8%, de instituciones del Estado; un 0,8% de la banca comercial einstituciones del Estado; y el 2,5% de otra empresa. La ayuda oficial es inexistente. Nohay presencia de oficinas de entes estatales de financiamiento en el eje fronterizo, aexcepción del Banco de Fomento Regional de Los Andes (BANFOANDES).

Con relación a otros incentivos para la producción, un 95% no ha recibido incentivos ysólo el 5% ha recibido esta atención. La información y los incentivos para la exportaciónhan beneficiado al 26,7%, y el 73,3% no ha recibido información ni incentivos. Siendo laexportación una de las bondades que brinda el proceso de integración, es muy poco loque se hace para promoverla.

El 10% de las empresas encuestadas exporta su producción; el 90% no exporta. De losque exportan, un 5,8% lo hace exclusivamente a Colombia; un 1,7% a otras partes (ElCaribe y Centroamérica) y el 2,5% a Colombia y a otras partes, siendo muy pocas las

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empresas que exportan a Colombia, a pesar de la cercanía. De igual manera, de los queexportan, un 3,3% lo hacía antes de 1992 y el 6,7% después de 1992.

Entre los costos y beneficios que genera el proceso, el 43,3% expresa que no se hagenerado ningún cambio; el 22,8% manifiesta que favorece la adquisición de insumos; el4,7%, que no tiene beneficio; un 2,4 %, que depende del cambio de la moneda; un 6,3%,que es favorable; el 0,8 %, que hay asesoramiento; un 4,7%, que la apertura perjudica;el 1,6%, que hay mano de obra barata; un 4,7%, que favorece el intercambio; el 0,8%,maquinaria; un 5,5% no respondió; 0,8%, contrabando; y el 1,6% no es competitivo. Ensíntesis, se observa que la apertura y la globalización no han dejado beneficio a laregión fronteriza, y lo positivo es que que favorece la adquisición de insumos,coincidiendo estos resultados con la aproximación exploratoria con el ciudadano común,que casi en su totalidad plantea que la situación de marginalidad ha empeorado por eldeterioro de las vías de comunicación, la contaminación ambiental, la congestión deltránsito y el poco beneficio que al habitante fronterizo deja el dinero recaudado en lasaduanas.

En lo relativo a las trabas al comercio internacional, se expresa que el 13,7% de lasempresas enfrenta la competencia colombiana en los mismos sectores de producción;un 10,5%, que existen muchos requisitos para exportar; el 8,9 % plantea las ineficienciasde la aduana; un 2,4%, los excesivos gastos; un 1,4 % expresa no recibir apoyo delGobierno; 0.8%, las patentes; 0,8 %, el bajo poder adquisitivo de la población; 1,7%, lafalta de capital; 0,8%, poca articulación entre las empresas; 0,8%, la dificultad para traerinsumos, y un 0,8%, la falta de información, destacando un 46% que expresa que no haytrabas, y un 11,3% que no respondió, dejando ver el desinterés por el comerciointernacional o su incapacidad por competir o, sencillamente, no consideran esa opciónpara su empresa. En cuanto a la inseguridad, el 87,5% considera que la inseguridadfronteriza aleja a las inversiones y el 12,5% expresa que no las afecta; además,destacan como acciones para mejorar la inseguridad, en un 25,9% que se incremente elnúmero de efectivos policiales; el 14,6% que se deben crear fuentes de empleo; el 8,2%insiste en mejorar la eficiencia policial; 7,6% manifiesta necesidad de autoridad; 6,3%incrementar la vigilancia militar; 5,7% desarrollar acciones conjuntas; 5,1% aumentar lavigilancia en las empresas; 5,1% depurar los cuerpos policiales; 5,1% no tuvo respuestay 4,4% exige mayor colaboración autoridad-comunidad.

El problema más destacado en cuanto a la infraestructura para mejorar la actividadproductiva (con 50,3%) es el pésimo estado de los servicios públicos, haciendo énfasisen el agua y el servicio eléctrico; el 34% manifiesta necesidad de capital para mejorar laplanta física, adquisición de maquinaria y nueva tecnología; un 10,6% expresa que no lehace falta nada; un 4,7% respondió que nuevos mercados, pago de las ventas,seguridad, reactivar la economía y precios bajos de materias primas. Esta situaciónafecta seriamente la competitividad de las empresas y debe tener urgente atención.

El 92,5% no ha realizado alianzas estratégicas con empresas colombianas, y el 7,5%, sí;de estas últimas, el 5,9% ha realizado alianzas de comercialización; el 0,8%, intercambiode insumos y el 0,8%, intercambios con la casa matriz.

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En cuanto a transferencias tecnológicas, un 85% no ha recibido. El 15% restanteexpresa que el tipo de alianza realizada es la siguiente: 9%, de personal especializado;5,7% en cuanto a sistemas de producción y 1,6%, de asesoría técnica.

De las empresas que exportan, sólo 3,3% exporta nuevos productos, observándose loprecario de la demanda internacional por los productos de estas empresas. El 59,2%manifiesta que el proceso de integración ha facilitado traer insumos, mientras que el40,8% expresa lo contrario. El 51,7% de los empresarios piensa que a raíz del nuevoenfoque del proceso de integración se han cerrado pequeñas y medianas empresas; el22,5%, que todo se mantiene igual; el 21,7%, que se han instalado nuevas empresas; yel 0,8%, que se han instalado, pero también cerrado, empresas.

El 67,5% manifiesta no haber recibido información del sector oficial para mejorar lacultura exportadora; sólo el 32,5% manifiesta que sí ha recibido información. El Estado,como promotor de la actividad exportadora, es muy poco lo que está haciendo.Las empresas del eje fronterizo consideran el proceso de integración con Colombia:bueno, el 52,5%; regular, el 37,5%; y malo, el 10%. A pesar de las dificultades y la pocaatención del Gobierno, la mayoría de los empresarios ve como bueno el proceso deintegración. Ante la pregunta ¿por qué consideran el proceso bueno, regular o malo?, el31,5% no respondió; el 16,1% expresa que permite abrir relaciones internacionales; un12,1% expresa que no hay beneficios; 12,1%, que le afecta la competencia; 7,3%, queexiste mucha permisología en la aduana; 7,3%, que permite traer materia prima; 4%,que permite exportar; 4% opina que sólo los grandes se favorecen; 1,6% manifiestafacilidad para contratar mano de obra y un 4,5% expresa no estar interesado, quepermite intercambio de tecnología, que no ha recibido asesoría, que necesita inversiónpara la producción, y que la ubicación fronteriza debe ser explotada.

Finalmente, los encuestados manifiestan, entre los aspectos que se deben mejorar, un47% no respondió, 16,7%, la permisología en las aduanas; 7,6%, la atención a todos porigual; 4,5%, los créditos; 3%, mejorar la calidad de los productos; 3%, reducir elcontrabando; 3%, bajar aranceles; 3%, mejorar asesoramiento; 2,3%, atacar a lacorrupción de efectivos de la Aduana y la Guardia Nacional; 9,8% expresa que se deberespaldar a los trabajadores extranjeros, eliminar la competencia, dar garantías a laexportación, realizar alianzas entre grandes y pequeños, mejorar la asistencia oficial, lasvías de comunicación y la seguridad fronteriza.

CONCLUSIONES

De acuerdo al informe presentado al Presidente de La República, Hugo Chávez, por laCámara de Comercio e Industria del estado Táchira el 14 de febrero de 1999, en laactualidad, el PIB del estado Táchira se distribuye por sectores de la siguiente formaaproximada: un 60% del sector terciario, un 30% de aportes del sector secundario y un10% del sector primario, sin que la integración por generación espontánea hayapermitido la industrialización, muy por el contrario, se ha generado el cierre de industrias.De esta manera compartimos la opinión de Dieter, al señalar: «Las experiencias de otros

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proyectos de integración sugieren más bien que las políticas económicas nacionalescoherentes constituyen premisas necesarias para una integración regional eficiente; deninguna manera cabe esperar que la integración regional derive en sí misma endesarrollo económico». (Dieter, 1996,146).

Por ello se hace necesaria la función de un Estado promotor del desarrollo para activaren las zonas marginadas de los polos de desarrollo nacionales, como las fronteras, losfactores determinantes de la competitividad, para impulsar el desarrollo económico,enunciados por Porter (1990) : «las condiciones de los factores, las condiciones de lademanda, las industrias relacionadas y de apoyo, y la estrategia, la estructura y rivalidadde la empresa para impulsar el desarrollo económico».

El nuevo proceso de apertura impuesto por los países desarrollados tomó a este sectorfronterizo en las mismas condiciones de marginalidad de siempre, sólo que el efectofrontera generado por el proteccionismo anterior dio vida al actual desarrollo industrialque sobrevive sin la atención del Estado.No se han atendido los problemas de agua,servicios, comunicaciones, inseguridad, infraestructura, escaso financiamiento público, laescasa capacitación de la mano de obra y de formación del personal gerencial, junto a lafalta de cultura exportadora.

Si bien es cierto que se ha debilitado el parque industrial, incide en esta situación lacrisis económica y la apertura.Entre los obstáculos que no permiten consolidar elproceso de integración en la zona fronteriza destacan la grave crisis económicarepresentada en inflación, altas tasas de interés, déficit fiscal y deuda externa, entreotros, que ahorcan al sector productivo, que necesita ser competitivo, la ineficiencia delEstado como promotor del desarrollo y, por el contrario, la gran corrupción de susinstituciones. Ejemplo, las aduanas, la Guardia Nacional y sus instituciones financierasse convierten en el obstáculo mayor al proceso de integración. En otras palabras, elproceso de apertura impuesto (no voluntario), se asumió en un momento de profundacrisis económica, y en lugar de impulsar las exportaciones, se ha convertido en unproceso desindustrializador.

PROPUESTAS

* Reformar el Estado y hacerlo más fuerte y eficiente al servicio del desarrollo; elEstado que tenemos no es capaz de apoyar a la pequeña y mediana empresa,que es la más debilitada en los procesos de apertura.

* Tomar medidas serias para resolver el problema de la pesada carga quesignifica la deuda externa, que consume casi la mitad del presupuesto nacional.Por el contrario, mantenemos comprometida la capacidad de negociacióninternacional y la inversión productiva tan necesaria para la pequeña y medianaempresa.

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* Apoyar las iniciativas, tales como las zonas de integración fronteriza, quepermitan la consolidación de los desarrollos compartidos para mejorar losfactores determinantes de la competitividad.

* Desarrollar estrategias competitivas de la PYME con acuerdos en el sectorprivado. (empresas grandes ayudan a las pequeñas, desarrollo del mercado decapitales y otras formas de financiamiento).

* Es necesario incrementar los procesos de descentralización y el fortalecimientodel poder local para acercar a los empresarios la toma de decisiones y la soluciónde problemas.

* Se debe apoyar, influir e impulsar el proceso de paz en Colombia, ya que seconvierte en un avance significativo para la paz en nuestras fronteras con elvecino país.

* Además, aumentar la presencia militar y policial en las fronteras, mejorándolesel equipamiento y estableciendo una nueva relación armónica cívico-militar; sedebe legislar y asignar recursos especiales para el desarrollo de la infraestructurafronteriza, haciendo realidad lo que plantea el proyecto de Ley Orgánica deFronteras en su Título III (Del desarrollo fronterizo).

* Contrarrestar el desvío de recursos asignados a la frontera, penalizando suutilización en otras regiones del país. Finalmente, como medidas a corto plazo,se hace necesario:

* Establecer en la región instituciones crediticias públicas.

* Redimensionar el INCE en convenios reales con el SENA.

* Acercar las universidades regionales a este sector productivo mediante cursosde formación gerencial para los empresarios, entre otros.

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III PARTE

LA FRONTERA MEXICANO-ESTADOUNIDENSE Y LA INTEGRACIÓNREGIONAL

LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS: LABORATORIO DE LAINTEGRACIÓN REGIONAL HEMISFÉRICAJuan Manuel Sandoval Palacios

INTRODUCCIÓN

La historia de la frontera México-Estados Unidos es la historia de la última frontera (TheLast Frontier) de la Unión Americana en su expansión hacia el Oeste, de acuerdo con lavisión turneriana (Billington, 1966 y Ridge and Billington, 1969). También es la historiadel choque o colisión de fronteras que se dio, según la visión boltoniana, cuando losespañoles que venían moviéndose desde el sur al norte, y los angloamericanos del estehacia el oeste, se unieron en conflicto a principios del siglo XIX (Bannon, 1974).Asimismo es la historia de la «transformación de la frontera (frontier) en el límitefronterizo (border)» (Katz, 1981: 7-21, y, 1998: 11-56). Y es que, como bien apuntaNweihed (1992: 28), “la existencia de frontera conduce al límite, y el trazado de límitespresupone la frontera”.

Pero esencialmente es la historia del despojo de más de la mitad del territorio mexicanopor una guerra injusta impuesta por Estados Unidos a México, y que llevó alestablecimiento de la demarcación limítrofe jurídica actual entre ambas naciones(Chávezmontes, 1990).La historia de la frontera México-Estados Unidos es, pues, la historia del despojo, de losconflictos y del desarrollo desigual y combinado de dos países pertenecientes a dosmundos diferentes llamados eufemísticamente hasta hace poco, Primer y Tercermundos. Es la historia de una región heterogénea, tanto horizontal como verticalmente,donde el Norte se encuentra con el Sur (Herzog,1990), pero también donde el Norte sesepara del Sur por más de 3.000 kilómetros. Es lahistoria de una región donde se dancita los ricos y los pobres (Ruiz,1998). Y es también la historia de la integración y

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subordinación del subdesarrollo al desarrollo. Es aquí donde se desarrolla una dinámicaque muestra toda la gama de problemas específicos de esa relación de subordinación.

Es, pues, la historia de una frontera común en donde se hacen sentir más agudamentemuchos de los desafíos que enfrentan dos naciones cuyas relaciones han sido confrecuencia volátiles y caracterizadas por el prejuicio, el imperialismo y la violencia, y sólorecientemente por la cooperación y la «dependencia mutua» (Barry, Browne and Sims,1994 a y b).

Es la historia de una zona que desde 1950 ha llegado a ser la frontera más poblada ydinámica del mundo, ya que actualmente, decenas de millones de personas habitan aambos lados de este corredor de creciente confrontación económica, cultural y física.

Es la historia de la industria maquiladora de exportación, la cual se ha constituido, sobretodo a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en un modelo deindustrialización, no sólo de otras regiones del interior de México, sino de otros paísesde América Latina y El Caribe.Es también la historia de la migración internacional,principalmente de la indocumentada, donde se deciden los comportamientos de losflujos de la migración no sólo mexicana y latinoamericana, sino de otras partes delmundo (i.e. China).

Es asimismo la historia del narcotráfico, que hoy en día representa miles de millones dedólares de ganancias para los cárteles estadounidenses y mexicanos (que handesplazado a los colombianos), y cuyos miembros se mueven libremente a uno y otrolado de la línea fronteriza, dejando una estela de muerte, violencia y corrupción.Es lahistoria del desastre ecológico por la contaminación de las maquiladoras y los basurerosde desechos tóxicos que afectan a la población mexicana en ambos lados de lademarcación fronteriza, generando lo que se ha denominado racismo ambiental.

En esta perspectiva, podríamos decir que la frontera México-Estados Unidos ha llegadoa ser actualmente un laboratorio de la integración-desintegración regional (por el caudalde problemas y desigualdades que ha generado la primera), cuya dinámica se empiezaa extender a otras partes de México y del continente.Es, en este sentido, una zona de«encuentro» sociocultural y económico entre norteamericanos y latinoamericanos, es la“frontera interamericana», de acuerdo con el antropólogo estadounidense fronterizoEarle.

La frontera México-Estados Unidos es, por lo tanto, (y esta es la hipótesis del trabajoque guía a este ensayo) un lugar fértil para entender lo que es la integración hemisférica,siendo frontera entre dos culturas y dos naciones claves en este proceso. Es unlaboratorio y un microcosmos para entender el futuro de todos los americanos delcontinente, en donde podemos ver los cambios y desafíos económicos, sociales,culturales, políticos, militares y ambientales que sucederán mañana en el resto delmundo como parte de la globalización.

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Para tratar de responder, al menos en parte, a algunas de las cuestiones implícitas ennuestra hipótesis de trabajo, se desarrollarán a continuación tres aspectos quemuestran, en mayor o menor grado, la expresión de fenómenos y procesos que,surgidos o desarrollados en dicha región, se expanden rápidamente hoy en día a otrasregiones del continente como modelos o facilitadores de la integración bajo lahegemonía estadounidense. Estos aspectos son:

A) La creación, en 1994, del Área de Libre Comercio de América del Norte, conformadapor México, Estados Unidos y Canadá, mediante un Tratado de Libre Comercio,cuestión que fue retomada y desarrollada a partir de las propuestas impulsadas poralgunos funcionarios y empresarios estadounidenses a mediados de la década delos 1980 en el sentido de establecer una franja de libre comercio a lo largo de lafrontera México-Estados Unidos.

B) Los esfuerzos encaminados a dar fin a los conflictos históricos entre México yEstados Unidos, cediendo para ello derechos sobre soberanía territorial y marítimapor parte de nuestro país, para acabar de establecer los límites entre ambos países,y reescribiendo la historia para «acabar con las percepciones erróneas» que tenía unpaís del otro, contribuyendo con ello a facilitar la integración económica, y

C) Finalmente, la militarización de la frontera por parte de Estados Unidos, bajo elpretexto de detener la migración indocumentada, el narcotráfico y el terrorismo, peroescondiendo detrás de ello el interés por mantener un control sobre una región degran importancia en términos geoeconómicos y geopolíticos para el desarrollo de lanueva Gran Estrategia de ese país respecto de la integración hemisférica bajo suhegemonía.

Por cuestiones de espacio, sólo se analizarán los dos primeros aspectos en este trabajo.Del tercero se han presentado avances en otro lugar (Sandoval, 1997).

INTEGRACIÓN ECONÓMICA DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

A principios de la década de los 1980, la economía mexicana mostraba señales de unprofundo deterioro por la caída del precio del petróleo y la crisis de deuda externa queafectó a todo el mundo. En 1982 se devaluó tres veces el peso mexicano por la fugamasiva de capitales. Por otro lado, la economía estadounidense se hundía en el recesoy el desempleo, el cual alcanzó los niveles más bajos desde la década de los 1930.

Debido a la contracción del mercado de divisas, el receso de la economía mexicana ylas devaluaciones del peso, las importaciones de productos estadounidensesdisminuyeron en más de la mitad durante los tres primeros años de esa década,afectando grandemente la economía fronteriza y el empleo de miles de personas en lafrontera entre ambas naciones.El mercado negro de dólares en la frontera (y en otras ciudades del país), y elincremento sin precedentes de la inmigración de trabajadores mexicanosindocumentados a Estados Unidos, fueron las muestras más palpables de dicha crisis, y

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que se pudieron ver claramente en la zona fronteriza. Y es que esta zona ha sidosiempre un reflejo de las intensas y complejas relaciones entre ambos países. Deacuerdo con Corona (1983),

«Compuesta por regiones geoeconómicas diferentes, permeables a los contactosy flujos de personas, bienes, capitales, ideas y presiones políticas, la frontera,con sus costos diferenciales, permite a los inversionistas estadounidensesaprovechar el menor precio relativo de la mano de obra mexicana para laterminación de manufacturas de empresas transnacionales.»

En el pasado reciente, la ausencia de una oferta nacional de bienes intermedios y deproductos terminados y la nula integración interindustrial de los estados fronterizos, asícomo la sobrevaluación del peso mexicano, favorecida por el régimen de zona libre,permitió un gigantesco comercio de importación de bienes de consumo que restaba, almismo tiempo, las posibilidades de una industrialización regional integrada a laeconomía nacional. La crisis mexicana puso de relieve en forma espectacular unaspecto de la fuerte interdependencia asimétrica de las ciudades gemelas fronterizasque antes se soslayaba.Esto es la dependencia de los establecimientos comerciales norteamericanos conrespecto a la clientela mexicana que, al suspenderse las operaciones cambiarias con losinabordables nuevo tipos de cambio, no pudo adquirir ya los dólares necesarios parahacer sus compras cotidianas de bienes duraderos y semiduraderos en las tiendas dellado norteamericano.

En esta perspectiva, este autor planteaba en 1983 que si entonces nos encontrábamoscon dos economías vecinas de desarrollo desigual que habían sufridoconsiderablemente como resultado de las crisis de ambos países, cabía preguntarse sieste desorden podría presentarse en dos economías transfronterizas menosdependientes del comercio al menudeo, más vinculadas entre sí por flujos de insumo-producto interindustrial y más integradas a las economías de sus respectivos países.

Esta última era la pregunta clave, no sólo para los académicos, sino para losfuncionarios del régimen del Presidente Miguel de La Madrid. Se planteaba entoncesque era necesario instrumentar políticas de industrialización y comercialización regionalbasadas en la complementación de los eslabones intersectoriales de bienes intermedios(insumos) y productos terminados entre los estados fronterizos y con respecto al restode la economía. Los eslabones intersectoriales e interregionales de insumo productodebían reforzarse con enlaces interurbanos de Este a Oeste y de Norte a Sur.

Desde el punto de vista regional -continuaba Corona- la integración interindustrial de losestados fronterizos se justificaba debido a que la contribución de esas entidades a laeconomía nacional era relativamente pequeña, considerando el tamaño de su territorio,su potencial de desarrollo y su escasa población. Por ejemplo, los estados norteños conmás de 44% de la superficie de territorio nacional sólo contaban en 1980 con el 16.1%de la población, y apenas alcanzaron ese año el 20.2% del producto interno bruto en suconjunto.

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Con excepción de Chihuahua, el resto de los estados fronterizos alcanzaron un productointerno bruto per cápita superior al promedio nacional. La participación de la regióndentro de la actividad económica nacional, en el año de 1980 se caracterizó por unaintervención en la composición del producto interno bruto de 22.9% en el sectoragropecuario, 21.2% en el de la distribución, 21.2% en el sector electricidad, 20.1 % enla industria manufacturera, 18.3% en la minería y 17.8% en la construcción. La densidadde población de estos estados era inferior al promedio nacional en términos dehabitantes por kilómetro cuadrado, con la excepción de Nuevo León, que eraligeramente superior, y de las 50 principales localidades urbanas de la República, 16correspondían a estos estados.

Los problemas que afrontaban las economías de los estados norteños eran, entre otros,un marcado desequilibrio entre la oferta y la demanda de bienes y servicios generadosen la región, una deficiente integración económica de la zona, la dispersión geográficade los principales centros urbanos y la falta de comunicación interestatal y con el restode la República. Esta situación había limitado las posibilidades de desarrollo de buennúmero de actividades que requerían de un mercado ampliado, así como de aquellasque contaban con posibilidades de exportación; a lo anterior se agregaba el problemadel flujo de personas que llegaban a la frontera con el objeto de trabajar en el vecinopaís.

En consecuencia, se estimaba urgente poner en marcha una política de integraciónindustrial e interregional que contribuyera a resolver los problemas enunciados. Estapolítica debía contemplar los mercados estadounidenses para el aprovisionamiento deinsumos y para la exportación de productos nacionales. La formulación de esta políticadebía tener los siguientes propósitos y metas, según Corona:

General. Con prioridad nacional, disminuir la dependencia de la economía de losestados fronterizos con respecto a los Estados Unidos. Incrementar la contribución delas economías de las regiones de la frontera a la economía y al desarrollo nacional.

General. Contribuir a la descentralización industrial y demográfica de la zonaconnurbada del centro del país, favoreciendo el desarrollo de ciudades medianas, asícomo la disminución del subempleo, la creación de empleos y la distribución regional delingreso.

Particular. Formular un modelo de política de integración interregional, intersectorial einternacional de las industrias de los estados del norte con las del centro y sur deMéxico.

Sin embargo, lo que debería haber sido un proceso de integración regional de la fronteranorte a México desembocó en una integración mayor a la economía global y, enparticular, a la estadounidense.

Y es que, de acuerdo con Arroyo (1995: 39-43), a la par de la globalización de laeconomía, el nuevo modelo de desarrollo al que se ha dado en llamar «neoliberalismo»

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privilegia la conformación de regiones por encima de la supuesta homogeneidad de laseconomías nacionales, lo que ha venido a asignar una importancia fundamental a lastrayectorias históricas de las regiones. Así, la apertura de la economía nacional haproducido una serie de repercusiones de orden territorial y organizacional, configurandoun nuevo mapa económico de nuestro país, en el cual la posición de las regiones se haido modificando, y con ello, las posibilidades de éxito de sus economías en los mercadosinternacionales.En esta perspectiva encontramos hoy que la zona geográfica de México más integrada ala economía global, la frontera norte, es también la región más desconectada de laeconomía nacional (Schmidt, 1998).

Veamos cómo sucedió esto. Desde principios de la década de los 1980, cuando se iniciacon de La Madrid el viraje del modelo económico con una política de apertura económica(modernización y reconversión industrial, privatización de empresas paraestatales, etc.),la región fronteriza no sólo recibió grandes impulsos a su desarrollo industrial, sino a lossectores financiero y de servicios, así como a su infraestructura carretera y decomunicaciones, a la liberalización comercial y a la ampliación de la zona de perímetrolibre (de 28 a 77 kilómetros desde la línea de demarcación territorial) (Dávila, 1991).

Ya para la segunda mitad de la década de los 1980, el desarrollo de los estadosfronterizos del norte de México era tal, que algunos autores planteaban que laimportancia de la franja fronteriza norte de México en las relaciones bilaterales conEstados Unidos aumentaba a la par de la creciente fuerza económica de la región. En loque respecta a México, apuntaba Fernández (1989):

«El impacto que tendrá la región fronteriza sobre el grueso de la economíanacional obligará a un cambio en su postura en las relaciones entre los dospaíses, y se pueden contemplar varios escenarios: un ‘tercer país’, un mercadocomún norteamericano y un pacto de las zonas fronterizas.»

Otros autores o políticos y empresarios planteaban la necesidad de la creación de unazona libre para la producción a ambos lados de la frontera y, aún otros, una zona«tapón». Por ejemplo, en abril de 1986, la Comisión de Comercio Internacional deEstados Unidos celebró unas audiencias en Mc Callen y El Paso, Texas, a pedido delComité de Finanzas del Senado, con la finalidad de crear un nuevo espíritu decooperación entre México y la Unión Americana, que permitiera solucionar los problemasfronterizos que enfrentan ambos países.

Durante la audiencia celebrada el 7 de abril en Mc Callen, Abelardo Valdés, nacido enTexas, exembajador, jefe de Protocolo de la Casa Blanca y asesor de la AgenciaInteramericana para el Desarrollo (AID), (y que posteriormente, a principios de los 1990,fue contratado por el Gobierno de Salinas De Gortari como uno de los lobbystas paraconvencer a los sindicatos y otras instancias de las bondades que traería el Tratado deLibre Comercio de América del Norte-TLCAN- para ambos países), dijo que la mejorforma de promover el desarrollo fronterizo era mediante la cooperación mutua. Para ellopropuso la creación de una zona de libre comercio y de coproducción en la franja

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fronteriza entre ambos países. La propuesta de Valdés, elaborada desde 1981,pretendía establecer una zona de 320 kilómetros (200 millas) a cada lado de la frontera ya lo largo de todo el límite entre los dos países, donde se eliminarían las trabasarancelarias y se ampliarían los incentivos fiscales y tarifas para empresas mexicanas yestadounidenses. Es decir, en esa franja, un artículo final que resultara del proceso decoproducción por una empresa conjunta, podría ser vendido en cualquier lugar deEstados Unidos y México sin impuestos adicionales. Para ser elegible y quedar exentade impuestos, una empresa conjunta mexicano-estadounidense tenía que tener, por lomenos, un 35% de su propiedad estadounidense, si estuviera localizada en el ladomexicano, y una proporción similar de propiedad mexicana, si estuviera ubicada en ellado estadounidense.Valdés apuntó que la Cámara de Comercio de Estados Unidos y numerosos legisladoreshabían apoyado su propuesta, incluyendo al congresista William (Bill) Richardson (elcual también fue uno de los más importantes promotores de la negociación del TLCANdurante el primer Gobierno de Clinton, y actualmente embajador de éste ante la ONU),quien además había sugerido la creación de un Banco de Desarrollo conjuntomexicanoestadounidense y una comisión internacional para tratar el tema de lainmigración indocumentada. «La legislación Richardson y mi propuesta abordan esetema (los indocumentados) desde el punto de vista del crecimiento, porque en elsubdesarrollo económico yacen las raíces del problema de la inmigración», apuntóValdés. Y agregó que «mi propuesta no es una panacea para todo el problema de lainmigración, o para todos los problemas comunes que México y Estados Unidosexperimentan en sus fronteras». Sin embargo, «estoy convencido de que esindispensable para una eventual solución. Estados Unidos y México pueden ayudarsemutuamente en el proceso de desarrollo económico, y esto pueden hacerlo sociosverdaderos y confiables, sin paternalismo estatal o resentimientos de ambos lados»,añadió Valdés. (El Día, 8 de junio de 1986). En este mismo sentido, Gary Jacobs,empresario de Laredo, Texas, planteaba dos años antes, en 1984, que «es tiempo deque México y los Estados Unidos unan sus fuerzas y comiencen a producir más artículosde alta calidad y bajo costo». Para ello proponía la creación de una «zona fronteriza deproductividad», en suelo estadounidense, en el que las compañías podrían sacarprovecho para los mercados interno y de exportación utilizando principalmente mano deobra y energéticos mexicanos. Así, las maquiladoras no tendrían que ir a ningún paíspeligroso, evitarían problemas con los obreros, como los del ramo automotriz, y al mismotiempo se enfrentaría la competencia de Taiwan y Corea» (Excelsior, 28 de mayo de1984).

Pero la creación de esta zona de libre comercio y coproducción, o zona fronteriza deproductividad, o pacto de zonas fronterizas, por su carácter geoestratégico implicaba lanecesidad de un mayor control político y militar sobre ella. En esta perspectiva, en marzode 1986, el teniente general retirado del ejército estadounidense, Gordon Summer,expresidente de la Junta Interamericana de Defensa y asesor especial del Departamentode Estado en cuestiones de seguridad nacional en el gobierno de Reagan, presentó unproyecto durante una mesa redonda sobre México efectuada en San Diego, California,bajo los auspicios del International Security Council. En este proyecto se proponía lacreación de una franja autónoma militarizada de ciento sesenta a trescientos kilómetros

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(100 a 200 millas) sobre territorio mexicano y a todo lo largo de la frontera con EstadosUnidos para enfrentar los problemas de la migración indocumentada y el narcotráfico,así como para realizar maniobras conjuntas. En esta franja se establecería, asimismo,un sistema de libre mercado «con limitada interferencia de los gobiernos de México y losEstados Unidos.» (Cásares, 1987, El Día, 18 de julio de 1986).En esta perspectiva, el Departamento de Defensa estadounidense también manifestó suinterés por el establecimiento en dicha región fronteriza de un programa de producciónindustrial para la defensa de ese país. De acuerdo con el Southwest BorderInfrastructure Initiative Report, elaborado por la Border Trade Alliance en febrero de1992, el

«Departamento de Defensa ha expresado continuamente su preocupación sobrela falta de una capacidad de producción industrial suficiente para apoyar unesfuerzo de producción en tiempos de guerra. El Defense Reserve IndustrialBase Program o DRIB (realizado por el Technology Transfer InfrastuctureCommittee) está concebido para apoyar al Departamento de Defensa enestablecer y activar rápidamente una capacidad creciente para producir losbienes y materiales necesarios para la defensa nacional. La localización primariapara el DRIB está propuesta para estar dentro de los centros de producción yaexistentes a lo largo de la frontera México-Estados Unidos.» (López, 1992)

El desarrollo económico de la frontera norte de México se convertía así en la piedra detoque para el desarrollo económico y militar de los Estados Unidos.

De hecho, se puede observar claramente cómo en la década de los 1980, mientras quelos estados del centro y del sur de México disminuyeron su crecimiento económico, lasentidades del norte, y en particular las fronterizas, tuvieron un despegue industrialimportante. La zona de nueva industria (Aguascalientes, Baja California Norte, Coahuila,Tamaulipas, Chihuahua, Guanajuato y San Luis Potosí), cuya presencia en 1980 eramuy baja, en 1988 aumentó su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional entérminos cuantitativos debido a su condición socioeconómica y su localizacióngeográfica. Las entidades de mayor crecimiento fueron, Chihuahua (8.03 %), Coahuila(9.06%), Tamaulipas (7.7%), Baja California Norte (3.6%) y Aguascalientes (3.11%). Deigual forma, hasta 1988, las entidades que realizaban el más alto esfuerzo exportadoreran las ubicadas en la zona fronteriza con Estados Unidos. Los estados de NuevoLeón, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas generaron en los primeros años de la décadapasada el 43.80% de las exportaciones nacionales (El Financiero, 15 de marzo de1993).

Actualmente, estos estados fronterizos albergan a grandes intereses económicos deEstados Unidos (y en menor medida, de Japón y de otros países asiáticos y europeos)bajo la forma de maquiladoras (algunas de las cuales producen partes componentesimportantes para la industria militar y aeroespacial de la Unión Americana) modernasplantas automotrices (Chihuahua, Coahuila y Sonora) usinas metalúrgicas y minas(Sonora, Coahuila y Nuevo León). Ahí se localizan grandes recursos minerales(incluyendo uranio, en Chihuahua). Por esta frontera entran a Estados Unidos grandescantidades de petróleo y gas para alimentar, en gran medida, la reserva estratégica

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estadounidense, así como otros productos manufacturados, agropecuarios y tambiénuna buena cantidad de mano de obra barata necesaria para ciertos sectores de lamanufactura, la agricultura y los servicios. Y es que la política de desarrollo económico eindustrial de los estados del norte, impulsada desde principios de los 1980, respondía engran medida a las necesidades del desarrollo de la economía estadounidense, lascuales se centraban principalmente en sus propios estados fronterizos del suroeste.

Estos estados fronterizos del lado estadounidense se localizan en buena parte de laregión conocida como Cinturón del Sol (Sun Belt), la cual se ha convertido en la regiónindustrial más importante de la Unión Americana, principalmente en el estado deCalifornia. Ahí se localizan las industrias electrónica y aeroespacial, grandes yacimientospetrolíferos y de otros minerales estratégicos (California, Arizona y Texas). Uno de losprincipales laboratorios nucleares de esa nación se encuentra cerca de esta frontera enel conjunto de montañas Sandía y Manzana, en Nuevo México. Varias ciudadesfronterizas, así como las costas del Pacífico y del Atlántico, muy cerca de México, son elhogar de más actividades de inteligencia y de instalaciones militares que cualquier otraregión de Estados Unidos. En esta perspectiva, la creación de un Area de LibreComercio de América del Norte entre Estados Unidos, México y Canadá, formalizadamediante el TLCAN, ha tenido como uno de sus ejes fundamentales de desarrollo estaestratégica región (el Sun Belt estadounidense y la región fronteriza norteña de México),donde se concentran los mayores centros productores industriales del área mencionada,y de donde se abastece de muchos productos a toda la Unión Americana, a México y amuchos países de la Cuenca del Pacífico. Aquí se desarrolló, antes que en ningún otrolado, un área de libre comercio, la cual se ha extendido en muchos de sus aspectos,principalmente al territorio mexicano. Uno de los ejemplos más claros de ello es laindustria maquiladora, la cual, habiendo nacido a mediados de los 1960 en la fronteranorte, se ha expandido rápidamente en los últimos años a todo el territorio nacional.Aunque la instalación de maquiladoras en otros puntos del país se autorizó desdeoctubre de 1972, en los años del TLCAN, el número de establecimientos ubicados enmunicipios no fronterizos pasó de representar el 27.4% en 1993, a 35.6% del total enmayo de 1997. Es decir, en estos años, la tasa de crecimiento de nuevas plantas enmunicipios no fronterizos fue el doble que la registrada desde 1978. Mientras en 1978,de total de la industria maquiladora, el 91.9% de las plantas, el 90.8% del personalocupado y el 88.1% del valor agregado se localizaban en los estados fronterizos (BajaCalifornia Norte, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas), queconstituyen el territorio privilegiado por los capitales foráneos para su implantación; paramayo de 1997, los porcentajes eran respectivamente: 64.4%, 67.7% y 68.0% (Peñaloza,1997).

Y efectivamente, apunta Peñaloza, en ello han influido las reglas pactadas en el TLCAN.Y el gobierno mexicano ha modificado el estatuto de esta industria, que básicamente erapara la exportación, para adecuarla a dichas reglas, mediante las cuales, las ventas deuna maquiladora al mercado doméstico a partir de 1994 podrán irse ampliando hastallegar a cubrir el 100% de su producción. En el Diario Oficial de la Federación del viernes24 de diciembre de 1993 se publicó el decreto que modifica al diverso para el fomento y

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operación de la industria maquiladora de exportación (IME). El artículo 19 reformadoestablece, en congruencia con el calendario de reducción establecido en el TLCAN, quelas maquiladoras podrán destinar parte de su producción al mercado nacional, conformeal valor total de sus exportaciones anuales del año anterior, en los siguientes términos:I. En 1994, hasta 55%,II. En 1995, hasta 60%,III. En 1996, hasta 65%IV. En 1997, hasta 70%,V. En 1998, hasta 75%,VI. En 1999, hasta 80%,VII. En 2000, hasta 85%.

En 2001, las ventas de las maquiladoras al mercado doméstico no estarán sujetas aningún límite, por lo que podrán destinar la totalidad de su producción al mercadonacional. Ello no quiere decir que dejarán de existir las exportaciones, ya que, inclusive,algunas maquiladoras producen partes para la industria aeroespacial y militarestadounidense.La industria maquiladora se ha convertido en el modelo deindustrialización, no sólo para México, sino para muchos países de América Latina y ElCaribe.

REESCRIBIENDO LA HISTORIA DE LAS RELACIONES MÉXICO-ESTADOSUNIDOS

A principios de la década de los 1990, ya era evidente que el proceso de una mayorintegración económica de México a Estados Unidos se desarrollaba de maneraacelerada. Las relaciones entre los gobernantes de ambos países, George Bush yCarlos Salinas De Gortari, eran calificadas entre las mejores que había habido en lahistoria de las relaciones entre ambas naciones, historia ésta permeada de conflictosdesde antes de la guerra en la que México perdió más de la mitad de su territorio amanos de la Unión Americana. Pero las crecientes relaciones económicas no debíanestar empañadas por la memoria de tales conflictos. Y para facilitar el proceso deintegración regional había que buscar acabar con algunos de los aspectos conflictivos deesa historia. En primer lugar, y porque la integración así lo requería, era necesario quelos reclamos sobre algunas regiones o sobre su delimitación, quedaran saldadosdefinitivamente.

Todavía en 1992, el canciller mexicano Fernando Solana planteaba la necesidad de queel gobierno mexicano reclamara como suyas las islas e islotes que formaban el llamadoArchipiélago del Norte, y que Estados Unidos ocupaba desde el fin de la guerra conMéxico. Este archipiélago, situado frente a las costas de California, entre San Diego yLos Angeles, no había sido incluido en la cesión establecida por el Tratado deGuadalupe- Hidalgo firmado por ambos países en febrero de 1848.

A lo largo de la historia, entre muchos mexicanos existía la idea de que el gobiernomexicano tenía el deber de reclamar la devolución del archipiélago en cuestión, lo cual

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quedó de manifiesto cuando el canciller Solana hizo pública su opinión. Sin embargo,hay que recordar que el gobierno de Salinas De Gortari llevaba una doble políticaexterior (por un lado, la formal, con Solana a la cabeza, y por el otro, la informal, peroque era la efectiva, en manos de Joseph María Córdoba), quien desde la Oficina de laPresidencia manejaba los hilos de las relaciones con Estados Unidos para avanzar lasnegociaciones del TLCAN, y que en muchas ocasiones contradijo o echó para atrásmedidas tomadas desde la Cancillería.

Así que, para no enturbiar las negociaciones con un reclamo añejo que sólo meteríaruido en esos momentos, el régimen salinista buscó desembarazarse del caso delarchipiélago como si fuera un trasto viejo. Casi en esos términos se expresa el Dr. JorgeA. Vargas, experto en derecho internacional, profesor de la Facultad de Derecho de laUniversidad de San Diego (California), quien en un texto publicado en 1993 plantea en laintroducción:

«El lector deberá reconocer que, a juicio de quien esto escribe, el asunto delllamado Archipiélago del Norte está encuadrado en el ámbito de la historia, y noen el del derecho internacional.

Lo relativo a estas islas californianas (situadas frente a las costas del estado deCalifornia, en los Estados Unidos de América), constituye una cuestión quepertenece al pasado: el tema se relaciona con los trágicos acontecimientos quehace casi siglo y medio culminaron con la injusta guerra entre México y losEstados Unidos. Por ello, este tema se vincula con el Tratado de GuadalupeHidalgo de 1848. Tratado -como bien se sabe- que sirvió para cercenar a Méxicomás de la mitad de su territorio. Así pues, desde un punto de vista práctico, estetristemente célebre tratado, igual que aquellas islas, se encuentran situadosdentro de los eternos dominios de la musa Clío.

Por otra parte, este asunto podría haber quedado dentro del campo del derechointernacional si, en primer término, el gobierno de México hubiera tenido razonesválidas con base en el derecho de gentes para reclamar la reivindicación de lasmencionadas islas y, en segundo lugar, si hubiera ejercitado ese derecho antelos Estados Unidos o ante un tribunal internacional competente. Un examen de lahistoria de las relaciones diplomáticas entre México y los Estados Unidosdemuestra que, hasta hoy, nuestro país no ha formulado reclamación alguna entorno del citado archipiélago. La razón es obvia: no existen fundamentos legalesválidos, de conformidad con el derecho internacional, que permitan a Méxicointentar la reivindicación de las islas del archipiélago del Norte». (p.7)

Vargas, quien llevó a cabo esta investigación en el Centro de Estudios de EstadosUnidos y México de la Universidad de California, San Diego, dirigido entonces por el Dr.Wayne Cornelius (cercano a Carlos y Raúl Salinas de Gortari, quien realiza análisis decarácter estratégico sobre las relaciones entre México y Estados Unidos para lasdependencias de seguridad estadounidenses), basa su planteamiento en un informeoficial que le fue facilitado por la Secretaría de Relaciones Exteriores.Este fue elaboradopor una comisión designada por el Ejecutivo de la Unión el 9 de diciembre de 1944, y dio

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a conocer su dictamen al Presidente Miguel Alemán Valdés tres años después deestudios de carácter geográfico, histórico, jurídico y diplomático. El dictamen afirma que« (...) México carece de derechos sobre el Archipiélago del Norte y, por lo tanto, si elcaso fuera sometido a un tribunal internacional, el fallo de éste tendría que serdesfavorable a nuestro país.»Por cierto, dice Vargas, «cabría apuntar que el Informe y Dictamen de la Comisión ÁvilaCamacho (a pesar de que fue rendido hace ya casi medio siglo) permanece hoy en díasin ser conocido por el pueblo mexicano. Es decir, jamás ha sido dado a la luz pública.» ,por lo que dice Vargas:

«A juicio de quien esto escribe, ha llegado el momento de dar a la estampa estevalioso Informe y Dictamen. Según sugirió la propia Comisión Ávila Camacho en1947, es menester que el Gobierno de México proceda a informar con franquezaal pueblo de nuestro país sobre la condición legal que guarda el Archipiélago delNorte, no sólo desde el punto de vista geográfico e histórico (que continúansiendo poco conocidos), sino principalmente desde el punto de vista del derechointernacional, cuyo análisis demanda de nuestros estudiosos una actitudresponsable y serena. No cabe duda que el citado Informe y Dictamen constituyeel estudio más completo, autorizado y objetivo que hasta hoy se haya preparadosobre este interesante, aunque empolvado, capítulo de la historia de nuestropaís» (p.8).

Y más adelante plantea:«Tal vez, los que abogan por que México proceda a formular una reclamacióninternacional en relación con estas islas, son aquellos que, movidos por laemoción o la ignorancia, piensan que una actitud nacionalista habría debeneficiar a nuestro país.» (p.9).

Lo cierto es que dicho documento, no sólo no fue conocido por el pueblo mexicanodurante todos esos años (a pesar de las recomendaciones del Informe de que eramenester que el gobierno procediera a dar a conocer al pueblo la situación delarchipiélago), sino que tampoco los propios encargados de las relaciones diplomáticas loconocían, como demuestra la declaración del canciller Solana aceptando, sin conceder,que México no tuviera derechos sobre el archipiélago mencionado de acuerdo alderecho internacional, aunque para otros autores, como Julio Chávezmontes (1999), losderechos de México, no solamente sobre estas islas, sino sobre todo el territorio que lefue arrebatado, no prescriben de acuerdo al derecho internacional. Resulta claro que, demanera fortuita o no, al darse a conocer esta situación sobre el Archipiélago del Norte sebuscaba dar por terminado algo que ponía en duda la cuestión de la soberanía territorialy, sobre todo, que había que acabar con una cuestión de conflicto histórico.

Por otro lado, el problema de los límites marinos, que también había sido un elementode conflicto entre ambos países, pronto quedó zanjado al establecerse recientemente lademarcación limítrofe en el Golfo de México, donde los enormes yacimientos dehidrocarburos existentes en la denominada Dona del Golfo (y que se encuentran en sumayor parte en la plataforma marítima mexicana), podrían ser explotados por los

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Estados Unidos en un futuro cercano porque es el único de los dos países que tiene latecnología para llevarlo a cabo.

En un afán por acabar con algunos otros aspectos críticos en las relaciones México-Estados Unidos, a principios de los 1990 se impulsaron una serie de diálogosbinacionales patrocinados por instituciones académicas y dependencias oficiales deambos países, con el apoyo financiero de fundaciones estadounidenses. Entre estosdiálogos destaca el cuarto denominado «Reescribiendo la Historia. Percepciones deMéxico y los Estados Unidos» (una conferencia internacional para maestros, periodistas,investigadores y público en general), auspiciado por The University of CaliforniaConsortium on Mexico and the United States (UC MEXUS) y el Programa para lasComunidades Mexicanas en el Extranjero de la Secretaría de Relaciones Exteriores, conla ayuda de The John D. And Catherine T. MacArthur Foundation, los días 8 y 9 defebrero de 1992 en las instalaciones de El Colegio de la Frontera Norte, San Antonio delMar, Baja California.

En el programa-convocatoria de esta «Cuarta Conferencia del Programa AsuntosCríticos de UC MEXUS» se mencionaba que:

«La historia entrelazada de México y los Estados Unidos ha estado sujeta ainterpretaciones diversas y frecuentemente contradictorias en libros de texto,libros de historia, periódicos, novelas, obras de teatro y películas. A veces, loshechos que se presentan en los textos son incorrectos, a veces se omiten ciertosincidentes, y a veces, la literatura y el cine, más que la enseñanza escolar,influyen en las percepciones difundidas de la historia y la cultura.

Reescribiendo la Historia es una conferencia dirigida especialmente a losmaestros de ambos lados de la frontera de México y Estados Unidos. Losmaestros de los Estados Unidos, en particular, deben enfrentar losmalentendidos que ocurren cada día en los salones de clase, que cada vez sonmás bilingües y biculturales. Al mismo tiempo, los maestros de los dos paísespueden estimular el interés creciente en las relaciones entre México y losEstados Unidos y aclarar las percepciones erróneas. Es un gran honor para UCMEXUS y el Programa para las Comunidades Mexicanas en el extranjeroconvocar a un grupo prestigioso e internacional de intelectuales, que incluyeinvestigadores, un novelista, un dramaturgo y un cineasta, para debatir lasinterpretaciones que dan los diversos medios a la historia y las relaciones deMéxico y los Estados Unidos».

Por supuesto que mejores relaciones entre las naciones dependen de un mayorentendimiento entre sus pueblos y que reescribir la historia, corrigiendo las percepcioneserróneas, ayuda mucho a ello. Sin embargo, reescribir la historia en los libros gratuitosde historia del cuarto al sexto año de enseñanza primaria en nuestro país en 1992,coordinados por los historiadores Enrique Florescano y Héctor Aguilar Camín, ainstancias de Salinas De Gortari, no fue precisamente para corregir percepcioneserróneas, sino para presentar una visión acotada de nuestra historia con un matiz dehistoria «oficial», donde las relaciones entre México y Estados Unidos se presentaban de

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manera menos «conflictiva», lo que provocó gran malestar y debate entre diversossectores de la formación social mexicana, incluyendo al Sindicato Nacional deTrabajadores de la Educación y los coordinadores de dichos textos.

Por ejemplo, en un artículo publicado en La Jornada el 14 de septiembre de 1992,intitulado «Las Razones del SNTE», la secretaria general del mismo, Elba EstherGordillo, da respuesta a Héctor Aguilar Camín, quien un día antes analizaba la posturade la dirigencia magisterial con respecto a los nuevos libros de historia, en el quehablaba de la «reacción... menos rápida, más hábil y cautelosa... (de los dirigentes delSNTE) que esperaron la crecida de la ola antes de montarse en ella, desautorizar lostextos y reclamar un sitio en la discusión de contenidos». Gordillo respondía:

«Bien que los coordinadores de los nuevos libros de texto asuman su defensa; nopodíamos esperar menos de ellos. Pero ojalá que lo hagan desde unaperspectiva académica y sin soslayar lo que hoy está en la mesa, lo queverdaderamente importa, más allá de las cuestiones que han enrarecido ladiscusión, es el debate historiográfico, pedagógico e ideológico. El debate quereclama un conocimiento esencial para los mexicanos, el de su historia.Discutamos construyendo.»

Por su parte, Florescano planteaba en un artículo publicado en el mismo diario, eintitulado «El historiador, la crítica y los libros de texto (primera de dos partes)» :

«Un análisis desapasionado del contenido de esos libros muestra que en lugar dedivulgar una «interpretación oficial», analizan el pasado con los enfoques y losmétodos que han renovado nuestro conocimiento de la historia. No hay en ellosmitología de los héroes ni explicación del desarrollo histórico a través de hombresprovidenciales o fuerzas mecánicas, sino explicación de los procesos colectivos eindividuales, actualización de la historia antigua, revalorización de la épocacolonial y del porfiriato, y consideración de la historia contemporánea a partir delos nuevos conocimientos producidos por la investigación reciente. Antes que una«historia oficial», es ésta una historia crítica fundada en los conocimientosgenerados por la investigación histórica. Desde luego, el enfoque crítico de lahistoria puede caer también en interpretaciones erróneas, pero su carácter deexposición fundamentada en hechos verificables, la somete a las reglas de laprueba y el error propios del conocimiento científico, bajo la condición de realizareste ejercicio mediante la crítica razonada.»

Estos libros tuvieron que ser retirados de circulación, aunque no fueron destruidos, yaque el gobierno salinista los envió a Estados Unidos para los programas de educaciónque llevaba a cabo el Instituto Nacional de Educación para Adultos -INEA- entre lapoblación migrante.

El gobierno tuvo que abrir a concurso los libros de texto de historia en enero de 1993 y,en marzo, los autores seleccionados recibieron su premio en efectivo, pero la edición delos textos nunca se llevó a cabo por tratarse de visiones críticas de la historia, enparticular el de cuarto grado, que incluía a los chicanos como parte de nuestra historia,el cual fue después publicado por una editorial comercial, y que todavía se usa como

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libro de texto en algunas escuelas privadas (Sánchez et al, 1994). Un literato vinculado ala Secretaría de Educación Pública, Felipe Garrido, fue el encargado de elaborar el librode texto de historia único para los tres últimos grados de enseñanza primaria, el cualestuvo vigente durante los tres años siguientes, cuando aparecieron respectivos librospara los tres grados, coordinados por el propio Garrido.

Lo cierto es que estos casos se inscriben en los esfuerzos del gobierno mexicano poracabar con los conflictos históricos entre ambos países con el fin de establecer unambiente más favorable para llevar a cabo las negociaciones del TLCAN sin queapareciese ningún obstáculo, por más pequeño que fuera. En esta perspectiva, elrégimen salinista impulsó una nueva política exterior que se alejaba de la confrontacióncon Estados Unidos en foros como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), endonde México llegó a votar muchas veces en contra de iniciativas estadounidenses, yque derivó en una política de negociación, de no conflicto con el Coloso del Norte através del establecimiento de una política de bajo perfil hacia Centroamérica y el Caribe(lo que significó una nula protesta del gobierno mexicano a la invasión estadounidensede Panamá); de apoyo a decisiones contrarias a nuestra tradición de no injerencia yrespeto a la soberanía de las naciones (como en el caso de la guerra contra Irak, cuandoel gobierno de Salinas de Gortari ofreció 100 mil barriles diarios más de petróleo aEstados Unidos aún antes de que el gobierno de ese país se lo solicitase comoprevención de una disminución en el abasto de hidrocarburos de esa región del mundopor el conflicto bélico; retractándose de medidas soberanas, como en el caso de lasuspensión, por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de las actividades de laAgencia Antinarcóticos Estadounidense (DEA) como respuesta al fallo de la SupremaCorte de ese país para negarse a extraditar a Humberto Alvarez Machaín, secuestradoen territorio mexicano en 1989 por órdenes de la DEA. Veinticuatro horas después, lamisma Cancillería revocaba dicha suspensión, por decisión de la Oficina de laPresidencia, para no afectar las negociaciones del TLCAN.

Esta actitud del gobierno mexicano empezó a convertirse en una política de Estadohacia Centroamérica y el Caribe, atrayéndose a los países de esta zona a susposiciones geopolíticas por medio de vínculos comerciales (por ejemplo, la creación delGrupo de Los Tres, mediante un acuerdo comercial entre México, Venezuela yColombia, aprovechando los vínculos establecidos entre estas naciones a partir de suparticipación en el Grupo de Contadora) y de lucha conjunta contra el narcotráfico, deinversiones y capacitación, de grandes obras de infraestructura, etc.Pero, lo másimportante, buscando impulsar su experiencia de acabar con los conflictos históricospara facilitar la integración económica. El gobierno mexicano buscó un mayoracercamiento con Guatemala, tratando de limar las asperezas de las relacioneshistóricas, lo que ha llevado a ambos gobiernos a hacer a un lado tales cuestiones paraimpulsar proyectos conjuntos de desarrollo binacional, así como para participar,conjuntamente con Belice, El Salvador, Honduras y la misma Guatemala, en elmegaproyecto turístico denominado Mundo Maya, que ha llevado a la mercantilizacióndel patrimonio histórico y cultural legado por los antiguos mayas a los pueblos de lospaíses mencionados. Mundo Maya se ha convertido así en el mundo del espectáculocultural para las élites europeas y norteamericanas, tal como es Mundo Disney en

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Orlando, Florida y Los Angeles, California, para las élites y clases mediaslatinoamericanas.

Se buscó exportar esta política de acabar con los conflictos históricos por medio deinstancias académicas, como la Asociación Iberoamericana de Estudios sobreFronteras, para lo cual, el director de Frontera Norte de la Secretaría de RelacionesExteriores, embajador Jorge Wibo, participó activamente en varios de los congresosorganizados por dicha asociación. Lo cual fue evidente para el autor de este ensayodespués de mi participación como ponente durante el cuarto congreso realizado enGuayaquil, Ecuador, cuando el embajador Wibo solicitó, y le fue concedido, participarcon una ponencia (sin estar programado) inmediatamente después de mi exposición,para dar respuesta a los planteamientos críticos contenidos en la misma. La exposicióndel embajador Wibo hizo clara referencia a la necesidad de acabar con los conflictoshistóricos de las naciones como condición para la integración regional.

La solución de controversias sobre límites fronterizos entre Perú y Ecuador; entre Chile yPerú, entre Colombia y Nicaragua, y entre otros países, para avanzar en los procesos deintegración regional, dan cuenta de que acabar con los conflictos históricos sobredelimitación territorial, es de fundamental importancia. En esa medida, dicha solución deconflictos responde a las necesidades e intereses de Estados Unidos para haceravanzar su proyecto hegemónico de la creación del Área de Libre Comercio de lasAméricas (ALCA.) y al gobierno mexicano le correspondía predicar con el ejemplo.

Una vez lograda la integración con Estados Unidos y Canadá en 1994 y un mayoracercamiento con sus vecinos del sur, el gobierno mexicano ha modificado su políticacon respecto a sus propias fronteras (las cuales han entrado dentro de los interesesestratégicos estadounidenses). A partir de entonces, las direcciones de Frontera Norte yde Frontera Sur desaparecieron del organigrama de la Secretaría de RelacionesExteriores para dar paso a oficinas encargadas de América del Norte y Europa y deAmérica Latina, el Caribe y la Cuenca del Pacífico, respectivamente.

A MANERA DE CONCLUSIONES

Como se ha intentado mostrar, la mayor inserción geoeconómica de México a EstadosUnidos, acelerada desde principios de la década de los 1980, se ha basadofundamentalmente en la región norte del país, la cual ha recibido importantes impulsospara su desarrollo industrial y financiero, su infraestructura carretera y decomunicaciones, su liberalización comercial, el incremento de los servicios y otrosaspectos inherentes a tal proceso.

Esta integración fronteriza es parte de un proceso regional mayor en la cual el llamadoSun Belt, conformado principalmente por estados del suroeste y sur de los EstadosUnidos, ha llegado a ser la principal región industrializada de ese país, lo cual laconvierte, junto con la región fronteriza norte de México, en un área geoestratégica deprimera importancia para el proyecto estadounidense de integración económica regional,

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comenzando por sus dos vecinos inmediatos, Canadá y México (Sandoval, 1996), y parasu comercio con la Cuenca del Pacífico.En esta perspectiva, para Estados Unidos, el Tratado de Libre Comercio con el que seha formalizado la integración del Área Norteamericana de Libre Comercio, junto conCanadá y México, más que un pacto comercial significa una cuestión de seguridadnacional. De hecho, las motivaciones para impulsar al TLCAN fueron definidasoriginalmente por la Casa Blanca como primordialmente geopolíticas, en un intento porasegurar recursos importantes en el norte y un vecino estable en el sur (Hinojosa, 1991y Sandoval, 1993).Por otro lado, en este tratado se advierte la intención de ampliar su proteccionismotradicional a nivel regional con el pretexto de proteger su seguridad nacional (Saxe-Fernández, 1992). De hecho, la Comisión de la Comunidad Europea, en su informeanual de 1993, condenó enérgicamente las barreras comerciales que impone el gobiernode Estados Unidos y denunció la unilateralidad de la legislación comercial de ese país.Para la CE, según este informe, el gobierno de Clinton «recurre frecuentemente a lanoción de Seguridad Nacional para defender sus intereses comerciales». Por lo querecomendaba a Washington «abstenerse de toda acción unilateral comercial, respetarlos procedimientos para solucionar las diferencias a nivel multilateral y cooperar con laCE y con otras partes para reforzar esos procedimientos» (La Jornada, 16 de abril de1993). Para Estados Unidos, el área constituida conjuntamente con Canadá y México essólo el primer paso hacia la conformación de una zona de libre comercio más amplia queincluiría diversas regiones, desde Alaska hasta la Patagonia. El Tratado de LibreComercio signado por los gobiernos de los tres países, no es sólo un modelo para otrosacuerdos de libre comercio, sino para la integración hemisférica, ya que, por un lado,una cláusula de acceso establecida en este documento haría posible que otras nacionespudiesen integrarse al Area Norteamericana ya mencionada; pero, por otro lado, losmecanismos de negociación de este tratado fueron de tal éxito que hoy son utilizadospara otros tratados bilaterales entre países del continente, y lo serán para lasnegociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la cual fuepropuesta por Clinton en la llamada Cumbre de las Américas en diciembre de 1994 enMiami, Florida, donde fue aceptada por todos los jefes de estado del continente, exceptoCuba. ALCA deberá estar conformada para el año 2005 y muchos procedimientos vanmuy avanzados ya.

Así, con la creación del Area Norteamericana de Libre Comercio, conformada porCanadá, Estados Unidos y México, la región fronteriza entre estos dos últimos paísesestá considerada una de las regiones más importantes dentro de la estrategiaestadounidense para establecer su hegemonía hemisférica y mundial (Sandoval, 1996).

En esta perspectiva, la estrategia impulsada por Estados Unidos para hacer frente a losotros dos bloques geoeconómicos en formación, encabezados por Alemania y Japón, enla lucha por los mercados mundiales, requiere en una primera instancia de la integracióneconómica regional de Estados Unidos con sus vecinos del norte y del sur paraaprovechar sus ventajas comparativas en beneficio propio (recursos naturales -principalmente petróleo- , y mano de obra barata, entre otras).

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Y para ello se hace necesario tener el control, no sólo económico, sino político y militarde la región fronteriza entre esa nación y la mexicana, el cual es fundamental para eldesarrollo de dicha estrategia. Así, con el proceso de integración económica, esta regiónentró de lleno dentro de los intereses estratégicos y de seguridad nacional de EstadosUnidos.

Por otro lado, y para facilitar el proceso de integración regional, los tecnócratasmexicanos en el poder han buscado acabar de una vez por todas con algunos aspectoshistóricos de conflicto entre México y Estados Unidos, incluso «reescribiendo la historia»(como en el caso de los libros de texto gratuitos); planteando que no existen derechosde México sobre territorio nacional ocupado por la Unión Americana, como el llamadoArchipiélago del Norte; estableciendo una política exterior de «bajo perfil»; aportandopolíticas contrarias a nuestra tradición de respeto a la soberanía y autodeterminación deotras naciones; retractándose de medidas soberanas para no afectar dichas relaciones(como sucedió en su momento durante las negociaciones del TLC, en el caso de laexpulsión de los agentes de la DEA); y otras cuestiones más, hasta llegar a la entrega aEstados Unidos de la soberanía sobre nuestros recursos petrolíferos (como ocurriódespués de la crisis de diciembre de 1994, cuando Clinton otorgó ayuda económica algobierno de Ernesto Zedillo, quien tuvo que comprometer el petróleo a cambio); ademásde supeditar a las Fuerzas Armadas Mexicanas a los intereses de la seguridad nacionalestadounidense (Sandoval, 1999).

En esta perspectiva, el gobierno mexicano ya no ve con preocupación hacia el norte, delcual considera parte a nuestro país y, con ello, ha aceptado tácitamente entrar en laesfera geoestratégica y de seguridad nacional estadounidense, sentado las bases paraque México sea el modelo a seguir en el proceso de integración de todos los paíseslatinoamericanos y del Caribe (con excepción de Cuba) al Area de Libre Comercio de lasAméricas. En suma, es clara la preocupación de Estados Unidos para mantener elcontrol sobre un vecino estable en el sur de su frontera, ya que de ello depende laposibilidad de extender su nuevo proyecto económico y de seguridad regional a todo elhemisferio. De acuerdo con Michael Dziedzic, coronel de la Fuerza Aérea de los EstadosUnidos y experto en cuestiones militares de México:

“Desde una perspectiva geopolítica, nuestra capacidad para desempeñar unpapel preponderante en el escenario mundial resultaría muy afectada si surgierandisturbios graves al otro lado de nuestra frontera sur, y nuestra actual estrategiamilitar quedaría poco menos que trunca. Sin embargo, igualmente importantesson los resultados positivos que produciría una relación geopolítica estrechaentre Estados Unidos y México. No sólo facilitaría en gran medida la labor deabordar los asuntos mutuos de seguridad a lo largo de la frontera, sino que selograrían grandes avances en la formación de un régimen de seguridadhemisférica” (Dziedzic, 1996).

Y para John A. Cope (1996), exmilitar experto en cuestiones militares mexicanas yprofesor en asuntos de seguridad hemisférica en el Institute for National StrategicStudies de la National Defense University, quien fuera además asesor militar delSubsecretario de Estado para Cuestiones Interamericanas:

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«México, en particular, no sólo está acoplándose al TLCAN, sino también a lapresión creciente de Estados Unidos para que colabore más vigorosa yeficazmente contra el narcotráfico, a la rebelión en Chiapas y a los disturbiosinternos de tipo político y económico que aumentan día a día. El estado actual yel potencial futuro de la relación bilateral militar es mucho más importante queantes para una naciente relación de seguridad.»

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CIUDADES ROTAS. LAS CIUDADES DE LA FRONTERA NORTE DE MÉXICOEN LA TRAYECTORIA DE LA GLOBALIZACIÓNJosé Antonio Trujeque

INTRODUCCIÓN

El propósito fundamental de este ensayo es avanzar en el estudio comparativo de laurbanización popular en ciudades de la frontera tamaulipeca. Dicha comparación debeplantearse la búsqueda de semejanzas y diferencias entre estudios de caso locales paraproponer un patrón de urbanización que abarque a estas ciudades. La estrategia queseguimos a fin de alcanzar ese objeto es de tipo deductivo e inductivo. Es decir,partimos de discusiones teóricas y conceptuales que nos auxilien a plantear un marco dereferencia general, el cual permitirá situar el estudio (y los fenómenos que en él seseñalan) dentro de las líneas del desarrollo urbano contemporáneo. En un segundomomento, los datos procedentes de los estudios de caso nos ayudarán a emprender unaoperación inductiva, la cual tiene como finalidad matizar las consideraciones de tipogeneral que proceden del marco de referencia.

La comparación realizada de la forma que señalamos debe, por lo tanto, permitir dossituaciones: entender el sentido que tienen las especificidades de caso en el marco de la«gran historia» o corriente de procesos urbanos contemporáneos. Y así mismo hacernotar cómo es que dichas especificidades contribuyen a la continuación o transformaciónde esa «gran historia». El patrón de desarrollo que comentamos debe cumplir con losrequisitos siguientes:

a) Nutrirse de datos empíricos levantados con métodos de trabajo rigurosos, y queabarquen todos los aspectos relevantes del fenómeno que nos interesa: laurbanización popular.

b) Contar con categorías que permitan el paso de la empiria a la teoría, es decir,que posibiliten pasar del dato singular a la generalización. Al mismo tiempo, talescategorías deben permitir, a través de la contrastación, subrayar lasdesemejanzas entre los casos particulares.

c) Poseer una tipología de actores y procesos que facilite las tareas de clasificacióny ordenamiento del dato empírico.

En lo que se refiere al método para abordar el análisis comparativo de los territoriosurbanos, hay dos formas distintas, ambas válidas: el primer procedimiento hace hincapiéen las particularidades de cada ciudad y enfatiza, por lo tanto, los aspectos y dinámicasinternas propias de las ciudades que se analizan. Una vez que están ubicados losfactores internos que hacen de cada ciudad un fenómeno singular, se pasa a lacomparación. Por lo tanto, es un procedimiento de «adentro hacia afuera».1

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El segundo procedimiento es de «afuera hacia adentro». Su propósito es ubicar losfactores extralocales que afectan a cada ciudad particular y que, en interjuego con lahistoria y las estructuras sociales locales, resultan en la conformación específica de cadaciudad que se compara. Por lo tanto, este procedimiento trata de ubicar el lugar de cadaciudad en el contexto de procesos globales. En este sentido anota Susan S. Fainstein:

«El planteamiento global se propone el escrutinio del sistema internacional deciudades (y sus subsistemas nacionales y de tipo subregional). Al mismo tiempoque hace notar las particularidades, esta vía de explicación las atribuye a ciertonicho o nodo específico que cada ciudad ocupa dentro de una red urbana másamplia... las diferencias entre las ciudades se tratan como manifestaciones deuna variedad de componentes que comparte el conjunto más amplio» (Fainstein,1990: 170).

El punto de partida de este trabajo es ceñirse a esta última vía de comparación. Es decir,las semejanzas y disimilitudes entre las tres ciudades más grandes de la fronteratamaulipeca tratarán de explicarse atendiendo al nicho o clase particular que ocupan enun conjunto urbano más amplio. Ahora bien, este «conjunto urbano más amplio» es elsistema mundial de ciudades que se ha venido configurando desde 1950. Tal sistema,cabe subrayar desde ahora, no es un recurso terminológico gratuito y sin contenidopalpable. Señala Manuel Castells:

«La economía capitalista ha sido, desde sus comienzos, una economía mundial,como Braudel y Wallerstein nos lo han recordado. Sin embargo, [en nuestrostiempos] lo novedoso es la creciente interpenetración de todos los procesoseconómicos en el nivel internacional con el sistema capitalista operando comouna unidad, una red global actuante en el tiempo real. Se trata de un proceso quese ha desarrollado desde la década de 1950, y que se ha acelerado rápidamentedurante las décadas de 1970 y de 1980 como un elemento esencial del procesode restructuración. Éste incluye movimientos de capital, migraciones laborales,transformaciones en el propio proceso de producción, la interpenetración demercados y el uso de los Estados-nacionales como elementos de soporte en unacompetencia internacional, la cual determinará en el futuro el destino económicode todas las naciones» (Castells, 1996: 92).

Así pues, el fenómeno de la globalización es, sin duda, uno de los procesos que le danal final del siglo una de sus facetas más características2. En el campo de la sociologíaurbana, los estudios comparativos han mostrado ser un recurso muy fértil para advertirlos cambios locales que produce la progresiva consolidación de la «economía-mundo»(Gottdiener y Feagin, 1991; Fainstein, Gordon y Harloe, 1992; Flanagan, 1994; Sassen,1996; Clark, 1996). Las transformaciones en los métodos de producción (el llamadopost-fordismo), el tránsito hacia lo que Manuel Castells denomina «modo informacionalde desarrollo», la aparición de un mercado internacional de fuerza de trabajo3, así comola propia internacionalización de las decisiones financieras, dan cuenta de una etapa enla que el sistema capitalista camina hacia una implantación mundial comandada porcorporaciones financieras multinacionales.

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Desde luego, estas fuerzas y estos procesos no ocurren en el vacío, pues cuentan consedes y centros físicos de asentamiento. Por lo tanto, si la globalización implica laexistencia de una cadena internacional de actores y mecanismos funcionales que tienenun asentamiento territorial, entonces está plenamente justificada la tesis sobre elfuncionamiento de un sistema mundial de ciudades (Flanagan, 1994; Sassen, 1996). Elsistema está compuesto por subconjuntos urbanos que se definen por la cantidad ycualidades de los papeles que desempeñan en el funcionamiento del capitalismoglobalizado (Clark, 1994).

Este planteamiento comparativo «de afuera hacia dentro» tiene el mérito de dirigir lainvestigación hacia una de las principales motivaciones de la sociología, como lo indicócon toda claridad Charles Wright Mills: dar cuenta del interjuego entre la biografíasingular y la marcha de la civilización (Mills, 1978). En este marco, los estudios de casolocales pueden ir más allá de una simple colección de datos para encontrar sulegitimidad científica en la indagación sobre cómo y por qué un proceso global tienevariaciones particulares asociadas a la historia y demás singularidades geográficas decada territorio urbano (Flanagan, 1994).

Así pues, la investigación comparada «de afuera hacia dentro» ha permitido comprenderlos modos a través de los cuales se están constituyendo nichos o subconjuntos urbanosdentro del sistema urbano global. Las ciudades en las que se asientan firmas,corporaciones, bancos y empresas ligados de forma inmediata al núcleo de lasdecisiones en inversión internacional, son las llamadas «Ciudades Globales»: Tokio,Londres y Nueva York (Sassen, 1991). En estas ciudades, la globalización se manifiestaen el cierre de plantas manufactureras (pues las firmas emigran a países o regiones concostos salariales y de transporte más bajos) así como en el crecimiento del sectorterciario, lo cual da como resultado la aparición y ensanchamiento de las desigualdadessociales: por lo tanto, la imagen de ser unas «Ciudades Divididas», sintetiza el grado dediferenciación interna que ahora poseen (Fainstein, Gordon y Harloe, 1992).

Con respecto al grado de estas diferenciaciones, la investigación urbana comparada hamostrado que la globalización tiene cuatro efectos simultáneos sobre el tejido territorial ysocial urbano: en primer término, rompe la estructura de empleos prexistente. Ensegundo, origina la aparición de nuevos actores y grupos sociales ligados a laterciarización y al crecimiento de los servicios ligados a la gestión internacional de lasfinanzas. En tercer lugar, modifica los precios de suelo, pues éstos se elevan en laszonas urbanas donde las empresas de servicios y sus empleados demandan oficinas yviviendas, mientras que los precios caen en las zonas donde viven los grupos detrabajadores subempleados o desempleados, como efecto del cierre de manufacturas.En cuarto lugar, induce la formación de nuevas demandas y nuevos referentes demovilización social: defensa de barrios, estrategias para atraer inversiones, políticas derevitalización de los centros urbanos, etc. (Sassen, 1991; Castells, 1996; Logan yMolotch, 1996; Wilson, 1996) Esta gama de nuevas dinámicas sociales y territorialesasociadas a la globalización, ha sido sistematizada bajo el término de las «CiudadesDuales» (Castells y Mollenkopf, 1990) o bien, de las «Sociedades Separadas»

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(Goldmann y Blakely, 1992). Cabe subrayar que este trabajo de sistematización estáfundamentado en el tipo de comparación «de afuera hacia adentro».

Desde nuestro punto de vista, las ciudades de la frontera noreste pueden sercomparadas de forma similar. En este sentido, el foco principal de interés en este trabajoes avanzar hacia la construcción de un esquema conceptual que no sólo nos permitaubicarlas en un nicho particular dentro del sistema internacional de ciudades, sino quetambién nos permita entender (a través de esta comparación basada en el esquema «deafuera hacia dentro») cómo la globalización puede afectar a los arreglos sociales yterritoriales de cada ciudad. Así pues, nos apoyamos en algunas de las experienciasmás recientes de la investigación urbana, las cuales pretenden elaborar marcosanalíticos y conceptuales para entender las relaciones y tensiones entre la globalizacióny el desarrollo urbano local. Por lo tanto, es útil reseñar los contenidos esenciales de lainvestigación urbana comparada en el contexto de la globalización y sus efectos.

La globalización en México es producto, sobre todo, de una política de Estado quedespunta en 1985 con el ingreso del país al GATT, y que se profundiza con laformalización del TLCAN, en 1993-94. Este enganche de México a los circuitos globalesde la economía capitalista se realiza de forma súbita, sin una preparación previa de laplanta manufacturera nacional para adaptarse a las condiciones de competenciamundial. Sólo las ramas productivas de capital intensivo y las de ensamble puedensoportar el ingreso a la economía-mundo, lo cual implica un reordenamiento territorialque tiene en el crecimiento demográfico y económico de la frontera norte uno de susrasgos más característicos.

Este escenario de la globalización (vía el TLCAN) representa para las ciudades de lafrontera noreste la posibilidad de que su base económica se desarrolle en dos tiempos yritmos distintos: las actividades fronterizas pueden experimentar un despegue notable,mientras que las de tipo no fronterizo seguirán dependiendo de eventos y situaciones decarácter nacional y regional. A este desfase estructural en la base económica se agregala forma en la que se generan nuevos suburbios: en la ilegalidad, sin planificación, ysujetos a consideraciones de tipo político. Así entonces, en las ciudades de la fronteratamaulipeca se experimentan dinámicas de ruptura social y territorial a causa del grado yamplitud que alcanza tal ruptura, cabe considerar estas ciudades bajo la denominaciónde «Ciudades Rotas».

La metáfora de la «Ciudad Rota» busca describir un escenario urbano discontinuo,fragmentado y desintegrado en sus componentes sociales, económicos y territoriales.También busca tipificar los factores dinámicos que movilizan y tensionan el desarrollourbano en la frontera noreste: en general, factores de tipo fronterizo, y de tipo nofronterizo. Mediante el recurso a estas categorías y tipificaciones podemos establecer unesquema comparativo para las ciudades de la frontera tamaulipeca.

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IMÁGENES DE LA CIUDAD CAPITALISTA A FINES DEL MILENIO. ENTRE LAGLOBALIZACIÓN Y LA SOCIEDAD LOCAL

Desde inicios de los ochenta aparecieron hechos que en un principio parecían estaraislados unos de otros, pero que en la entrada de la última década del siglo muestranuna coherencia clara. En 1982 surge el primer estudio sistemático acerca del cierre deplantas manufactureras, sobre todo en el noreste de los Estados Unidos (Bluestone yBennet, 1982).La década de los ochenta representa también el primer «boom» masivo de lainformática: la PC conquista espacios en empresas, escuelas, hogares. También desdelos inicios de tal década, la crisis de deuda en naciones de la periferia capitalista (a laque, por cierto, mucho contribuyó la situación mexicana) dio como resultado la quiebrade varios bancos pequeños y medianos, y con ello se facilitó la centralización decapitales y decisiones financieras en unas cuantas corporaciones multinacionales deinversión (Fainstein, 1991). Estos gigantes se asientan en las cercanías de Wall Street, ylas bolsas de Londres y Tokio.

A partir de la mitad de la década se publican investigaciones sobre la revitalización delas zonas centrales urbanas, en las que grupos de estratos bajos son presionados aabandonar los barrios que poco más tarde fueron objeto de renovaciones yreconstrucciones para ser ocupados por un sector de «cuello blanco» emergente, esdecir, trabajadores de los servicios financieros (Savage y Warde, 1993). Mientras tanto,se generaliza el uso de tecnologías productivas que sustituyen (en ciertas ramaseconómicas) a la cadena de producción de tipo fordista. En tanto, como parte de laestrategia para reordenar la situación posterior a la crisis de deuda, las políticas del FMIinducen a que en varios países se privaticen ramas de actividad y, junto con ello, que seanulen barreras arancelarias a fin de permitir mayor competencia mundial. Así pues, enla segunda mitad de la década pasada va quedando claro que asistimos a la fase en laque está madurando un proceso de integración económica internacional, facilitadoademás por el colapso del bloque soviético4.

La globalización está compuesta por la confluencia de fenómenos como el paso de unmodelo productivo «fordista» a uno de naturaleza «postfordista» , en el cual el valoragregado de la mercancía proviene de la aplicación intensiva del conocimiento. Junto aesto ha cuajado una competencia internacional entre los mercados de trabajo, de formaque varias firmas y corporaciones buscan instalarse en países con ingresos bajos yestabilidad salarial. Por lo pronto, se perfila una aglomeración de manufacturasexportadoras y circuitos de comercio en tres bloques bien definidos: el Este asiático,Europa occidental y América del Norte.

Una característica de los procesos con los cuales viene asociada la globalización, esque están comandados por corporaciones financieras transnacionales cuyos centrosneurálgicos de primer orden se encuentran establecidos en Nueva York, Londres yTokio: tales son las «ciudades globales» (Sassen, 1991). En estas ciudades, elcrecimiento y complejidad de las actividades ligadas a la gestión de los flujosinternacionales del capital ha hecho posible que surjan empleados de muy altos

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ingresos, los cuales, en general, se han asentado en las zonas cercanas a los viejoscentros urbanos. Este proceso ha sido llamado «gentrification»5 en el cual tales gruposdesplazan de los centros urbanos a los residentes anteriores, por lo comúnpertenecientes a sectores de la clase obrera. Cabe precisar que el fenómeno de la«gentrification» no es privativo de las ciudades globales, si bien en Nueva York yLondres adquiere sus rasgos más acusados.6

La «gentrification» encuentra su traducción territorial en la existencia de barriosadaptados al estilo de vida y capacidad de consumo propios de las nuevas clasessociales prohijadas por el empuje del sector financiero internacional. En los barrios queocupan estas clases se ha observado una política de revitalización de los centrosurbanos: modificación (o demolición) de edificios, acondicionamiento de museos, teatros,centros comerciales, dirigidos a satisfacer el consumo del turismo internacional y de lasclases asociadas al sector financiero. Un buen ejemplo de este fenómeno es elresurgimiento del barrio neoyorquino del Soho, con sus galerías de arte y cafésemuladores de los “Elíseos” parisinos.

En consonancia con el fenómeno anterior, no sólo en las ciudades «globales», sino enotras ciudades manufactureras, se produjo el traslado o cierre de industrias. La«desindustrialización» tiene como motor fundamental el traslado de varias empresas aregiones o países en donde hay menos costos salariales, más estabilidad en la fuerzade trabajo y menos posibilidades de conflictos obrero-patronales. Prácticamente todo eloccidente capitalista ha asistido al progresivo declive de las ciudades de la primera ysegunda revolución industriales, asociadas a la máquina de vapor y a la cadena deensamble fordista, respectivamente. En Estados Unidos, entre 1958 y 1972, las áreasmetropolitanas del noreste perdieron entre el 14 y el 18% de los trabajosmanufactureros, mientras que en Europa occidental, las ciudades más urbanizadasperdieron dos millones de trabajos de la rama manufacturera, a partir de la década delsetenta (Flanagan, 1994: 76).

La «gentrification» tiene dos caras. Los barrios adyacentes a los espacios revitalizadosestán ocupándose de forma intensiva por los desplazados de los centros urbanos, asícomo por los grupos que se encuentran en el empleo informal. Se trata de barrios endeclive, donde es posible observar el hacinamiento, el deterioro del paisajearquitectónico y niveles de delincuencia organizada sin precedentes en su forma ycontenido. De forma paralela al desplazamiento vecinal, la desindustrialización setraduce en la pérdida de empleos donde los sectores de «cuello azul» antes teníanacomodo, de lo cual resulta que numerosos jóvenes ya no están en condiciones delograr su maduración en el trabajo. En este sentido, las nuevas pandillas urbanas (a lasque nos están acostumbrando cada vez más películas norteamericanas) se conviertenen el canal de maduración y socialización de los adolescentes hasta muy entrada suedad adulta. Así pues, junto a la «gentrification» y la «desindustrialización» ocurrenniveles muy altos de delincuencia organizada (Bing, 1989).

La imagen de la «ciudad dual» se sostiene en la creciente evidencia de que en lasciudades industriales se asiste al surgimiento de barrios acomodados y barrios en

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declive pronunciado. Se asiste, asimismo, a transformaciones sociales que aparecencon evidencia en los nuevos sectores de «cuello blanco» y en el declive del estilo ycondiciones de vida de los sectores de «cuello azul». Sin embargo, las investigacionesde Castells y Mollenkopf han mostrado que el tejido social resultante de la globalizaciónse caracteriza por una diversificación muy amplia. Entre las clases medias han surgidovarias fracciones bien distinguibles, y lo mismo sucede entre las clases obreras y en lasfracciones de clase que pululan en el mundillo de la informalidad económica (Castells yMollenkopf, 1991). La metáfora de la «ciudad dual» ha sido corregida con aquélla quesintetiza en una imagen el grado de diversificación social y territorial alcanzado en lafase actual de la globalización capitalista. Se trata de la metáfora de las «ciudadesdivididas» (Fainstein, Gordon y Harloe, 1994). En esta línea de nueva cuenta, el foco deinterés son las transformaciones urbanas y regionales que trae consigo la implantaciónde modelos productivos postfordistas, así como los impactos de la globalizacióncapitalista. En las «ciudades divididas» encontramos que las nuevas realidades urbanasresponden a la interacción de tres factores:

a) Las estructuras que las ciudades heredaron del pasado, y que condicionan susrespuestas a cambios externos.

b) El funcionamiento fluctuante de las economías nacionales.

c) La influencia de seis tendencias generales de la economía global sobre laseconomías urbanoregionales.

Vale la pena detenerse en la reseña de cuáles son las seis tendencias antedichas, puesen ellas se plantean las conexiones entre factores económicos y territoriales. Entenderestas conexiones permite entender a la globalización, no como una mera fuerzasuprahumana, sino como una realidad que cambia de facetas y matices de acuerdo a losterritorios concretos en los que se implanta. Así pues, estas son las seis tendencias quemodifican la composición socioterritorial de las «ciudades divididas»:

1. Desindustrialización y pérdida de empleos en el sector manufacturero.

2. La geografía de la producción es más diversificada, puesto que las empresasbuscan proteger sus márgenes de ganancia descomponiendo el proceso deproducción en sus partes, ubicando cada una de éstas en los lugares queofrecen suelo y fuerza de trabajo menos costosos.

3. El aumento en la complejidad de los procesos de producción y de las estructurascorporativas de control ha dado lugar a la creciente importancia del sectoreconómico propio de los productores de servicios (especialistas en información,consultoría financiera, informática, entre otros servicios de apoyo), que ahoratienen un rol intermedio entre las decisiones corporativas multinacionales y laproducción directa. Estos servicios complejos se concentran en las grandesciudades.

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4. Aumento en la importancia de los sistemas internacionales de financiamiento, loque está ligado a la internacionalización de los circuitos de producción eintercambio comercial.

5. En sentido contrario al discurso neoliberal se advierte una expansión significativaen el rol de los estados sobre la dirección económica y en la provisión deservicios sociales y colectivos. Desde luego, cuando el presupuesto estataldisminuye, en las ciudades aparecen síntomas de crisis.

6. Cambios en los patrones de consumo privado en las grandes ciudades (raíz de la«gentrification»). Ha surgido una nueva clase profesional ascendente, conectadaa los servicios intermedios complejos, la cual demanda vivienda cercana alcentro de la ciudad donde se concentran los servicios públicos y privados7.

La revisión anterior nos muestra que asistimos a un fenómeno paradójico. Laglobalización deja sentir sus efectos en varias ciudades del mundo, lo cual significa queestamos frente a un proceso estandarizante, es decir, que une y ata con los mismoshilos a partes distintas del mundo. La paradoja está en que en el interior de cadaescenario urbano particular, la globalización separa, divide, profundiza y amplía lasdesigualdades entre territorios y sociedades. La imagen de la aldea global propuesta porMcLuhan sólo es cierta en el nivel de las comunicaciones, la tecnología y las fuerzaseconómicas del capitalismo, pues la otra parte de la historia se encuentra en elsurgimiento de aldeas dentro de cada escenario local: éste es el fondo de las metáforassobre la «ciudad dual», la «ciudad global» y la «ciudad dividida».8

LA GLOBALIZACIÓN EN MÉXICO: COORDENADAS GENERALES

La importancia de las investigaciones que reseñamos de forma somera tiene la cualidadde poner en entredicho la imagen de homogeneidad e integración con la que a menudotrazamos el perfil de las ciudades del núcleo central capitalista. Traslademos ahora laatención a países como el nuestro, pues de inmediato se viene a mientes una cuestión:si en sociedades relativamente homogéneas, la globalización y sus procesos asociadoshan dividido y diversificado de forma tan aguda a los escenarios locales, ¿qué cabeesperar en naciones que, como México, se engancharon al tren capitalista con seriasdesigualdades en su economía, su sociedad y su territorio?

La globalización en México, en primer término fue un proceso fomentado por la élitegobernante, que buscó institucionalizar el ingreso del país a los circuitos de laglobalización mediante el TLCAN. Tal política de largo plazo ocurre cuando el paísexperimenta transformaciones en su distribución urbano-territorial, producto de la crisisdel ochenta. Este reordenamiento en el patrón urbano se dirige hacia un esquema en elcual las ciudades de la frontera norte fortalecerán su ubicación en el sistema nacional deciudades.

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En nuestro país, la élite gobernante ha desarrollado la estrategia de insertar al país enlos circuitos de la globalización mediante la asociación comercial con los Estados Unidosy Canadá. La que podemos denominar «vía mexicana a la globalización», tiene comocaracterísticas principales:

a) Un tratado comercial negociado entre dos naciones con sistemas políticosabiertos (Estados Unidos y Canadá) y un país con un sistema depresidencialismo autoritario (México).

b) Las asimetrías estructurales entre los tres países son sumamente agudas. Siigualásemos el PIB (de 1987) de las tres naciones a 100, a Estados Unidos lecorrespondería el 89.7%, a Canadá el 7.5% y a México el 2.8% (Zermeño,1991:22)

c) No obstante lo anterior, y a diferencia de acuerdos similares (el Tratado de laUnión Europea, por ejemplo), en el TLCAN no se prevén mecanismos quetiendan a paliar las asimetrías descritas (Gutiérrez y Martínez, 1995).

d) El TLCAN no contempla una integración económica regional. En este sentido, sualcance está limitado a un acuerdo comercial. La idea implícita del Gobierno deSalinas fue que a través de las exportaciones, la industria mexicana se ajustará,con sus pares canadiense y norteamericana, en términos de tecnología, salariosy cadenas productivas (Castañeda, 1995; Gutiérrez y Martínez, 1995).

e) Sin embargo, del lado del Gobierno mexicano no se previeron fases parapreparar o modernizar a la planta productiva nacional a fin de competir, con éxito,en los marcos de la globalización. Sólo las ramas industriales con mayorcapitalización intensiva (la industria automotriz, por ejemplo), así como las ramasque producen a granel bienes de consumo y que otorgan bajos salarios (lasmaquiladoras), son las que están en condiciones de competitividadinternacional9.

Así pues, en términos reales, la inserción del país en los circuitos de la globalización secaracteriza por una clara estrategia de eliminar gradualmente barreras arancelarias y,junto con ello, fortalecer a la manufactura de exportación. La élite gobernante haconvertido esta estrategia en un proyecto nacional de largo plazo. Al hablar de proyectonacional nos referimos al hecho de que a través de sus líneas maestras (liberalizacióncomercial y economía exportadora) se pretenden resolver los problemassocioeconómicos heredados, y al mismo tiempo ofrecer mejores niveles de vida.

Hay que decir que este ingreso repentino a la globalización se produce en un escenariocaracterizado por la acumulación de rezagos, algunos de los cuales proceden de lostiempos del desarrollo estabilizador10, mientras que otros son producto de la crisis de losochenta. En un pequeño muestrario de estos rezagos podemos observar contrastes tanfuertes como los siguientes: desde la entrada del país al GATT (1985), desaparecieron70 mil medianas y pequeñas industrias, siendo que este sector proporcionaba el 60% delempleo manufacturero; por otro lado, el trabajo informal ha adquirido el rango de una

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institución social, es decir, el universo de la informalidad laboral es, al mismo tiempo,una vía para el trabajo y un estilo de vida para cada vez más mexicanos: de 1950 a1980, la población económicamente activa ocupada en este sector pasó del 13% al 22%.Por otra parte, para 1989, la distribución del ingreso nacional está dramáticamentepolarizada: el 20% de los mexicanos con menores ingresos reciben menos del 3% de lariqueza nacional, mientras que el 10% más favorecido, concentra el 40% del ingresonacional (Zermeño, 1993:17-32).

Así pues, a la ausencia de medidas destinadas, en el marco del TLCAN, a disminuir lasbrechas estructurales entre los tres socios, se suman las dimensiones de los rezagosacumulados desde los años del «desarrollo estabilizador». Considerando estos hechos,resulta claro que el proyecto nacional planteado por la élite gobernante va a operar en elmarco de una sociedad separada por desigualdades agudas. Estas desigualdades,desde luego, tienen también una expresión territorial. De acuerdo a los índices demarginación para 1990, los estados de la frontera norte, junto con el Distrito Federal y elestado de México, son las entidades donde se observan los niveles más bajos demarginación. Por el contrario, en los estados del sureste (Guerrero, Chiapas, Oaxaca) esdonde estos niveles tienen su manifestación más acusada. Dentro del marco delproyecto nacional globalizador, probablemente se agudizarán aún más estasinequidades territoriales. Un breve análisis sobre la dinámica en las ramas de actividadmanufacturera y terciaria confirma esa aseveración.

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS E IMPACTOS EN EL PATRÓN DEDESARROLLO TERRITORIAL

En términos generales, desde los ochenta se aprecia una reorganización del territorionacional, en la cual los procesos clave se encuentran en la concentración de serviciosen las áreas metropolitanas más grandes y en la desconcentración industrial. El impactode las dos tendencias será acentuar todavía más las excesivas desigualdadesterritoriales del país, pues las regiones asociadas al desarrollo turístico y al impulsomanufacturero-exportador experimentarán mayor crecimiento (que no necesariamenteequivale a desarrollo equitativo y sostenido). Mientras tanto, el resto de las regionespermanecerá ajeno o, por lo menos, tendrá un lugar secundario en este esquema«volcado hacia afuera»

Concentración de servicios

Las tres áreas metropolitanas más grandes del país aumentan su participación en el PIBterciario de 1970 a 1990: en la ciudad de México, Guadalajara y Monterrey se realiza el65% de la producción de servicios nacionales. Junto a ello se advierte la emergencia yconsolidación de centros turísticos internacionales (Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo, PuertoVallarta, Cancún y Cozumel). En consecuencia, en la medida en la que se realice elpaso hacia una economía nacional eminentemente urbana y terciaria, es de esperarseque se fortalezca el papel de las ciudades más grandes como proveedoras de servicios.Tal desarrollo hace plausible que desde las ciudades más grandes, el país se enlace conlos circuitos internacionales del comercio y la inversión. Así pues, la ciudad de México

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está despuntando como ciudad global de segundo orden11, ligada a Los Angeles (y através de esta ciudad, con la Cuenca del Pacífico) y a Nueva York. Mientras tanto,Monterrey se está convirtiendo en el núcleo urbano de una aglomeración económica detercer orden, pues esta ciudad es «el punto de enlace entre el noreste mexicano con eltriángulo económico de Texas: San Antonio, Houston y Dallas» (Garza y Rivera, 1996:96). Guadalajara, por su parte, desempeña un rol ciertamente más difuso en elordenamiento internacional de las ciudades.

Desconcentración industrial

Hasta 1980, las zonas metropolitanas de México, Guadalajara, Monterrey y Pueblaconcentraban el 67.8% del producto industrial del país (Garza y Rivera, 1996:96).Durante la década del ochenta se aprecia un movimiento desconcentrador que posee losrasgos siguientes:

1. Las tres zonas metropolitanas más grandes participan menos en la generación delproducto industrial nacional.12

2. En contraste, aumenta la participación de las ciudades del centro-norte en elproducto industrial del país: Aguascalientes, Torreón, Saltillo, San Luis Potosí yChihuahua (Garza y Rivera, 1996: 62).

3. Un significativo crecimiento industrial en algunas ciudades de la frontera norte13. Sinembargo, es muy importante señalar que mientras algunas ciudades aumentan suimportancia industrial, otras retrocecen en forma muy significativa. En el caso de laregión noreste, Matamoros, Reynosa y Río Bravo elevan su participación en el PIBindustrial de la región, mientras que Tampico, Ciudad Victoria, Ciudad Mante yNuevo Laredo retroceden del 11.3% al 7.4% (Garza y Rivera: 58).

4. Retrocede en su participación industrial un número importante de ciudades mediasque no son de la frontera, y que además tampoco pertenecen a los sistemas urbanosde las tres áreas metropolitanas más grandes (Tampico, Veracruz. Culiacán,Orizaba, Mazatlán, Durango).

Así pues, la actividad industrial pasa por un cambio en su patrón nacional-urbano. Es deesperarse que las ciudades de la frontera continúen aumentando su participación en elPIB industrial del país, más que nada como consecuencia de la instalación demaquiladoras14.En suma, los estados del norte serán los beneficiarios de la continua expansiónmaquiladora, así como también del incremento en el intercambio comercial, a través delderrame originado por los flujos del transporte. En tanto, los enclaves turísticos yagroindustriales del Golfo y el Pacífico (Guaymas, Lázaro Cárdenas, Miich., Zihuatanejo Acapulco, Gro., la cuenca petrolera de Campeche y Tabasco, entre otras)experimentarán niveles de desarrollo más consistentes en comparación con otrasregiones del país (Pradilla Cobos, 1991). Lo mismo puede afirmarse en el caso de la

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aglomeración industrial que se está perfilando en el corredor La Laguna, Saltillo,Monclova y Monterrey.

Hacia un patrón territorial “volcado hacia fuera”

El crecimiento de las ciudades de la frontera norte y de la región centro norte, junto alcrecimiento de puertos comerciales y turísticos, dan la imagen de que el patrón territorialasociado a la globalización tendrá sus núcleos principales en los puntos de entrada ysalida: la frontera norte y los litorales. Se trata de una distribución territorial «volcadahacia afuera» (Pradilla Cobos, 1991). El mismo diagnóstico respecto al impacto de laglobalización (vía el TLCAN) sobre el sistema urbano, es compartido por Garza y Rivera:«Estamos, en verdad, ante cierto reordenamiento territorial de las actividadesindustriales, producido por la profunda crisis económica de los años ochenta y por laimplantación de un nuevo modelo de crecimiento económico de apertura al comerciointernacional institucionalizado por la entrada de México al GATT en 1985... Surgeigualmente un nuevo conjunto de ciudades de servicios que sustituyen a las que fungíancomo centros administrativos, esto es, capitales estatales, estando totalmentevinculadas al turismo: Acapulco, Cancún, Ensenada, Cozumel, Puerto Vallarta e IxtapaZihuatanejo» (Garza y Rivera. 1996: 63, 100).

Si la hipótesis del reordenamiento territorial «volcado hacia afuera» es cierta, lasciudades de la frontera probablemente van a experimentar un crecimiento asociado a laimplantación de manufacturas maquiladoras, así como al efecto multiplicador (en elempleo) de las actividades comerciales y de transporte.

«CIUDADES ROTAS»: TERRITORIOS Y SOCIEDADES EN RUPTURA

Como hicimos notar en el apartado anterior, tanto por el lado de la apertura comercialcomo por el del crecimiento de la maquila exportadora, las ciudades de la frontera nortese encuentran insertas en los circuitos de la globalización. Sin embargo, son ciudadesque al mismo tiempo están sujetas a procesos, estructuras jurídicas y ordenamientos detipo nacional. Mario Margulis, en esta tesitura, ha hecho notar que las ciudades de lafrontera se encuentran tensionadas por las dinámicas de tipo fronterizo y por las de tipono fronterizo, pues cada una de esas dinámicas se mueve de acuerdo a su lógica propia,a menudo sin conexión entre sí.

Si es cierta la tesis del desarrollo «volcado hacia afuera», es de esperar que lasdinámicas de tipo fronterizo crezcan de forma más acelerada que las de tipo nofronterizo. Sin embargo, las actividades fronterizas son vulnerables a variacioneseconómicas externas, de ahí que la base económica de las ciudades de la frontera estésujeta a discontinuidades y variaciones que, por estar asociadas a factores externos, nopueden controlar.

Además, el crecimiento físico urbano tiene como problema crónico el desorden. EnNuevo Laredo y Matamoros, este desorden proviene de la forma en la que ciertosactores manejan la ocupación de suelos de propiedad ejidal. En Nuevo Laredo, ese

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manejo tiene dos propósitos bien delineados: resolver un déficit de vivienda popular yfortalecer a las clientelas electorales de partidos políticos. En Matamoros, los ejidatariosy los sindicatos poseen muy amplios márgenes de tolerancia y discrecionalidad paraocupar el suelo adyacente al área urbana.

La suma de los efectos procedentes de estos tres factores da como resultado un perfil«pulverizado» de los tejidos social y territorial en las ciudades de la frontera tamaulipeca.De ahí que la imagen pertinente para ellas sea la de «ciudades rotas», pues el interjuegoentre las fuerzas de la globalización con los factores locales resulta en desigualdadessocioterritoriales agudizadas y ampliadas

LO «FRONTERIZO» Y LO «NO FRONTERIZO»: ESPECIFICIDAD DE LASCIUDADES DE FRONTERA

En todo el continente americano, la frontera México-Estados Unidos acaso sea la máscompleja y dinámica. Esta singularidad procede de que ahí se encuentran y confrontandos naciones de muy distinta naturaleza. La distinción o desigualdad entre los dospaíses es el atributo que da a la franja fronteriza mexicana sus rasgos más importantes.Las diferencias entre los niveles salariales permiten que del lado mexicano sea menoscostosa la mano de obra. Las diferencias en el desarrollo tecnológico hacen posible quetambién del lado mexicano se instalen manufacturas con escaso valor agregado en sucomponente técnico.

Las diferencias en el nivel del consumo entre los dos países, por su parte, son unafuente constante de atracción para migrantes que proceden del interior del país.Esta suma de diferencias configuran a la franja fronteriza como un espacio de ventajaslocacionales comparativas. Las actividades propiamente fronterizas son entonces lasque están ligadas a esas ventajas y a esas diferencias:«[Se puede] calificar a las actividades económicas según que su dinámica, dependa ono de esa localización. En el primer caso las llamamos “actividades fronterizas”: porejemplo, la industria maquiladora es una actividad claramente dependiente de suubicación fronteriza. En cambio, si su desarrollo está relativamente desvinculado delfactor frontera, y se basa predominantemente en la fuerza de trabajo y recursosnacionales, las denominamos “actividades no fronterizas”... Ambos tipos de actividadhan estimulado (con variaciones a lo largo del límite, y con mayor o menor ritmo, segúnel periodo de que se trate) el crecimiento de la franja fronteriza... En el curso de suhistoria, la economía fronteriza ha experimentado importantes fluctuaciones relacionadascon el predominio y modalidades de desarrollo de estos dos tipos de actividadeseconómicas; también difieren entre sí los diversos tramos de la frontera en función deldesarrollo alcanzado por las actividades “no fronterizas” con relación a las “fronterizas”»(Margulis, 1986: 24-25).

Este contraste permite entender que las ciudades de la frontera norte están inscritas enuna dinámica triple. Por una parte, las actividades fronterizas hacen de estos territoriosun espacio que no es ni mexicano, ni estadounidense, sino binacional, es decir,fronterizo (Bustamante, 1981). Por otra parte, la particularidad de las actividades

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fronteriza estriba en que están ligadas al comportamiento de factores y decisiones quese toman en el extranjero.

Y en tercer lugar, al estar ubicadas del lado mexicano, responden a normatividades,eventos y estructuras de corte nacional. Si pudiésemos representar gráficamente estatriple confluencia, la franja fronteriza sería el punto o vértice donde se intersectan tresdinámicas (González-Aréchiga y Ramírez, 1990). Tal es la especificidad geográfica,social y económica de las ciudades de la frontera norte. Por ello es importante conservarla distinción entre las actividades y fenómenos fronterizos, frente a los de tipo nofronterizo.

En el espectro de fuerzas fronterizas están conjuntadas, entre las más importantes laactividad maquiladora de exportación, el comercio al exterior, las actividades ligadas altransporte terrestre internacional y los servicios privados destinados a desahogartrámites aduanales. Además, es relevante considerar a la inmigración como otra deestas fuerzas fronterizas, pues deriva de los flujos laborales atraídos por la demanda deempleos, tanto en el lado mexicano como en el estadounidense. Junto a la inmigración,los planes y programas destinados a fortalecer la maquiladora y el comercio exterior,fomentan la posición de estas ciudades en una lógica binacional.

Por su parte, las fuerzas no fronterizas forman una categoría claramente residual. Enella se agrupan las actividades y las estructuras que por definición son ajenas a las detipo fronterizo. Entre los componentes no fronterizos, podemos enumerar los siguientes:a) Actividades económicas para las cuales es indiferente la ventaja comparativa y

locacional. b) Actividades que no tienen que ver con los intercambios comercialesentre dos países.

b) Sistemas jurídicos de aplicación nacional que no consideran la especificidadfronteriza, en particular los ordenamientos referentes a la ocupación del suelo y suurbanización. Otro elemento que tiende a homologar, en el nivel normativo, a lasciudades de la frontera con el resto del país, se refiere a la conformación de losayuntamientos y órganos locales de gobierno.

c) Planes y programas que, de forma similar a lo mencionado en el inciso anterior,tampoco otorgan un estatuto especial a las ciudades de la frontera.

Discontinuidades estructurales en el desarrollo urbano de la frontera norte

La diferencia entre las fuerzas fronterizas y no fronterizas forma una primer condición deruptura en el desarrollo de las ciudades ubicadas en esa zona. Las actividadesfronterizas están ligadas al comportamiento de variables externas, por lo cual estánsujetas a riesgos y discontinuidades que resultan de ese tipo de coyunturas:

«Las “actividades fronterizas”, además de estar sujetas a decisiones quetrascienden lo nacional, y de estar vinculadas con los ritmos de las economías dedos países, suponen un mayor grado de riesgo y dependencia y emanan de lasdiferencias y contrastes entre dos zonas colindantes.» (Margulis, 1986: 25).

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Estas discontinuidades es posible observarlas en el comportamiento de una de lasactividades fronterizas más acusadas, la maquila. En los cuadros 6 y 7 se observa elcomportamiento cuantitativo de la actividad maquiladora de exportación, proyectadopara el período 1996-2002. Se advierte que aun dentro del contexto de la aperturacomercial, puede notarse que hay variaciones en el número de establecimientos. Estecomportamiento, si bien pertenece a una tendencia hacia el aumento en el número deplantas maquiladoras, representa los vaivenes a los que está sujeta esta actividadfronteriza. La localización de la maquiladora también ilustra de forma clara sudependencia con respecto a la globalización. La actividad maquiladora de Tijuanadepende de su cercanía con la región económica más pujante del mundo: el estado deCalifornia y la Cuenca de Pacífico. A partir de la segunda mitad de la década delochenta, en esta ciudad aumenta la presencia de la inversión japonesa: por ejemplo, 24de las 58 maquiladoras japonesas instaladas en México se encuentran en Tijuana(Quintero, 1997: 74). Esta autora detalla otros aspectos que ilustran el enganche de lamaquiladora con la «economía-mundo»:

«La mayoría de las inversiones japonesas se encuentran vinculadas a grandescorporaciones: Matsushita (dos plantas), Sanyo (cinco plantas), Sony, Hitachi,Kyocera, Maxell, Casio y Canon.... El 41 % de estas maquiladoras elabora bienesfinales para el mercado mundial. El resto fabrica bienes intermedios para serterminados o ensamblados en otras plantas, localizadas en Los Angeles y SanDiego... El 50% de sus insumos proviene del Japón y el 23% de otros lugares,como el sudeste asiático. Una parte mínima se abastece de otras maquiladorasde Tijuana... En cuanto al mercado final, el total de la producción tiene comodestino plantas de California y México, y el 27% declaró surtir a plantas deTijuana... El 98% de las empresas declaró haberse instalado en México por lasexcelentes leyes mexicanas y por su cercanía con Estados Unidos.» (Quintero,1997: 74-75).

En el caso de Matamoros, situada exactamente al otro lado de la frontera, se advierteque la maquiladora de exportación tiene vínculos muy fuertes con sus matrices situadasen los EUA. Es decir, su inserción en los circuitos de la globalización es menos intensaque en el caso de Tijuana. Nos dice Cirila Quintero:

«Para Matamoros, la globalización de la economía representó una mayorintegración de las plantas con su filial, tanto en la producción como en innovacióntecnológica. Su producción se vinculó a los proveedores de firmasmultinacionales, adoptando procesos regidos por programas de pedido y no dealmacenaje, como tradicionalmente había ocurrido» (Quintero, 1997: 76).

Con los ejemplos anteriores, resulta evidente que la maquiladora, en cuanto actividadfronteriza, está sujeta a la lógica de la globalización económica. Muestra ritmos ycualidades intrínsecas distintas de acuerdo a los bloques económicos regionales con losque interactúa, y en lo cual el factor de localización geográfica desempeña un rolpreponderante.

Sin embargo, no hay que perder la atención sobre el hecho de que la maquiladora esuna actividad económica dependiente, es decir, su desarrollo está atado a factores que

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no se vinculan directamente con la actividad manufacturera nacional. En el mismo tenorse encuentran otras actividades fronterizas, como el transporte y el comerciointernacional. El caso de Nuevo Laredo expresa las tendencias en este tipo deactividades. Esta ciudad se encuentra en la ruta terrestre más corta entre México yEstados Unidos, de ahí que, históricamente, su desarrollo urbano esté fuertementeligado al transporte y los flujos de comercio binacional. Se observa que a partir de laapertura comercial (1985), los flujos de transporte terrestre que cruzan por este puertofronterizo se han incrementado de forma notable.

Las observaciones que hemos vertido en torno a los rasgos dependientes de lasactividades fronterizas, nos sirven para proponer la tesis de que su desarrollo,precisamente por ser dependiente, está sujeto a discontinuidades, es decir, avariaciones propias de la economía mundial. En el caso de las ciudades ubicadas en lafrontera noreste, estas discontinuidades se manifiestan en las variaciones del número deplantas maquiladoras.

Amplificación de las desigualdades sociales a través de gestiones localesinsuficientes: el caso de las ciudades de la frontera tamaulipeca

Por otra parte, a las variaciones a las que están sujetas las actividades fronterizas sesuman las discontinuidades propias del desarrollo de, cuando menos, tres ciudades dela frontera noreste. Un eje de la discontinuidad se encuentra en la planificación urbana.Tanto en Matamoros como en Nuevo Laredo y Reynosa, no existe el seguimiento y lapermanencia de los planes de desarrollo urbano. En esto tiene mucho que ver que loscuerpos planificadores terminen su labor al cabo de los tres años que dura laadministración municipal (Alarcón, 1997). Así pues, cada vez que se inicia un gobiernolocal, se fijan prioridades y compromisos distintos de los que existían.

Otro eje de la discontinuidad pertenece a la forma en la que se extiende el área urbana.En las tres ciudades, como es la regla en otras ciudades del país, suelos de tenenciaejidal circundan al área urbana, lo que plantea procesos jurídicos para el traslado de lapropiedad del suelo. El caso extremo lo representa Matamoros, en donde la presenciapolítica y social de los sindicatos ha posibilitado que estos actores negociendirectamente con lo ejidatarios (y con la permisividad gubernamental) la compra ventade suelo, de manera que en el 87% de los asentamientos (fraccionamientos, colonias)existentes reconocidos por la autoridad municipal, se desarrollan o tendrán quedesarrollarse procedimientos para el traslado de la propiedad ejidal hacia la privada(DPUAM, 1997). En Nuevo Laredo, desde 1990, cerca del 85% del crecimiento del áreafísica urbana corresponde a asentamientos ilegales (Trujeque, 1996). Mientras tanto, enReynosa, si bien hasta el momento no contamos con datos confiables, podemos estimarque el 65% de los asentamientos estaba en situación de irregularidad o en fase deregularización (PMDU, 1993).

Es muy importante contextualizar estos dos ejes de discontinuidad. Tanto en el noseguimiento de los planes de desarrollo urbano como en la ocupación anárquica de lasáreas connurbadas, el factor latente es de tipo político. Las élites locales encargadas de

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gestionar el desarrollo urbano no han estado formadas por profesionales en asuntos deplanificación del desarrollo. En las ciudades de la frontera tamaulipeca, los grupos depoder, en términos generales, proceden de sindicatos y grupos de la élite empresariallocal (Alvarado, 1990; Trabis, 1986). A lo largo de este siglo, en estas ciudades losgrupos gobernantes han gozado de una autonomía política frente a los poderesfederales y de la entidad15. La debilidad de actores como el empresariado fronterizo y laIglesia católica, han permitido que permanezcan incontestadas las estructuras de poderlocal, relacionadas con el Estado a través de vínculos corporativos. Pues a esasdebilidades se agrega la ausencia de clases medias y altas fuertes, sin vínculostranslocales entre sí.

«... la particularidad política de Tamaulipas se explica a partir de la pulverizacióndel poder ocurrida a la caída del portesgilismo, la cual condujo a la dispersión delpoder regional en los diferentes grupos de interés, los mismos que no hanmostrado la capacidad de articularse entre sí, aunque sí han sido capaces dedisputarse el poder local. La ausencia de elementos de cohesión dentro delestado motivó la articulación de grupos locales con las instancias del poderpúblico federal, en un sentido vertical, sin la necesidad del Gobierno del estadocomo mediador.» (Sánchez, 1993: 38).

Así entonces, las relaciones entre el gobierno federal y las organizaciones corporativaslocales son las que han dado el tono y contenido a la política en las ciudades de lafrontera tamaulipeca (Alvarado, 1990; Sánchez, 1993; Trabis, 1986).

Este contexto político ayuda a comprender dos situaciones: como el Gobierno municipales el medio para reciclar los intereses de las élites políticas locales, se entiende queexista la discontinuidad en los planes de desarrollo. Y en segundo término, laconformación de los aparatos de gobierno local se hace de acuerdo a las alianzasinternas de cada grupo que accede al poder, alianzas que típicamente se establecendurante las campañas electorales.

Por eso es que el desarrollo urbano en las ciudades de la frontera tamaulipeca muestraevidentes rasgos de politización, si bien se trata de una politización anclada en el ámbitolocal. En Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa, la formación de periferias populares yasentamientos irregulares, en general, pasa por las coordenadas que se mencionaron:autonomía de élites políticas, intervención de organizaciones corporativas (ejidos,sindicatos y asociaciones de colonos) en la formación de nuevos asentamientos, yrompimiento de los planes de desarrollo urbano municipales.

Ciudades rotas: doble dinámica de ruptura

En las ciudades que analizamos, las condiciones de discontinuidad en el desarrollourbano proceden de dos fuentes: la dependencia de las actividades fronterizas conrespecto a variables económicas de la globalización, y el carácter marcadamentepolítico-corporativo con el que se conduce la gestión urbana.

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Así pues, las ciudades de la frontera tamaulipeca están sujetas a una doble tensión dediscontinuidad y ruptura en su desarrollo. Las actividades económicas fronterizas másimportantes (maquila, transporte y comercio exterior) no desarrollan cadenaseconómicas horizontales. Como la maquila se abastece principalmente de insumos nonacionales, su conexión con otras industrias locales es sumamente débil. De ahí que sucrecimiento no se refleje en la expansión del empleo manufacturero como proporciónpredominante en la PEA. El transporte tiene impacto en nichos laborales como choferes,mantenimiento mecánico, carga y descarga de los materiales transportados, control yapoyo para los conductores, etc. El comercio exterior está fuertemente anclado en lasempresas que gestionan los trámites fiscales para la importación y exportación demercancías. Además, es un servicio concesionado bajo la modalidad de patente queotorga el gobierno federal, de ahí que su impacto laboral se reduzca a un nicho muyrestringido: especialistas en comercio exterior, contadores, y empleados de oficina; setrata de un sector de la población con niveles de escolaridad media y superior. Estossectores sociales que laboran en actividades ligadas a la globalización, pueden crecer odisminuir de acuerdo a los vaivenes intrínsecos de la dependencia propia del sectorfronterizo de la economía local.

Sin embargo, lo que nos interesa subrayar es que las actividades que señalamos tienenun impacto muy bajo en la generación de empleos. De ahí que no pueden absorber a lafuerza de trabajo procedente de los flujos migratorios. En las colonias irregulares deNuevo Laredo, para citar un ejemplo, el 67% de los jefes de familia no es originario deesta ciudad. En este grupo, el 74% tiene menos de diez años como residente; este parde hechos nos habla de que los migrantes más recientes, de baja escolaridad y confamilia recién formada, no encuentran acomodo en nichos laborales que les facilitenacceso legal a la vivienda, ya sea por la vía de las prestaciones o del ingreso.

En efecto, según nuestras investigaciones, una vía de empobrecimiento importante enNuevo Laredo (y probablemente en las otras ciudades) se encuentra en el traslado defamilias (sin ingresos y prestaciones suficientes para adquirir legalmente vivienda) haciacolonias donde se ofrecen terrenos muy baratos, pero casi sin ningún servicio, con locual empeoran sus condiciones de vida. En este tipo de decisiones se encadenan losfactores que hemos señalado:a) Las actividades fronterizas tienen un impacto escaso en la generación de empleos

bien remunerados; por otro lado, como no generan cadenas horizontales productivasy de empleo, impactan de modo insuficiente al mercado laboral. Esto es evidente siconsideramos que los insumos mexicanos que proveen a las maquiladorasrepresentan apenas el 1.54% en 1996. Esto nos señala la escasa integraciónproductiva entre la maquila y otros sectores productivos nacionales.

b) Por lo tanto, este tipo de actividades no puede absorber a los migrantes que llegancon la expectativa de mejorar su situación.

c) Los migrantes de baja escolaridad se acomodan en nichos laborales fragmentados yde pequeña escala, que no aseguran ingreso ni prestaciones para la adquisiciónlegal de vivienda.

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d) Ejidatarios y otros actores locales cuentan con la permisividad de las autoridadesmunicipales para vender terrenos de forma ilegal. Estos asentamientos se generan almargen de los planes de desarrollo contemplados. El resultado son nuevossuburbios de clase trabajadora, segmentados del resto de la ciudad.

Así pues, las posibilidades de segmentación social que proceden de la estructura de lasactividades fronterizas (con nichos laborales restringidos, sin trazar cadenas horizontalesde empleo) confluyen con la forma en que se desarrolla el crecimiento físico urbano:politizado y con escasa racionalidad. Mientras la globalización, a través de lasactividades fronterizas, agudiza las dimensiones de la fragmentación social, lapolitización (de corte corporativo) en el desarrollo urbano amplía el grado que alcanzadicha fragmentación.

Este circuito de ampliación y agudización en las segmentaciones sociales y territorialeses el rasgo específico de las ciudades de la frontera mexicana del noreste, y es el quedefine su lugar en el sistema mundial de ciudades consolidado por la globalización: setrata de ciudades rotas. La metáfora de la ruptura alude a las característicasestructurales siguientes:a) Las discontinuidades a las que están sujetas las actividades fronterizas, dada su

vulnerabilidad frente a variables externas.

b) La discontinuidad que estas actividades posibilitan en la estructura del empleo.

c) La discontinuidad en la planificación del desarrollo local.

d) La discontinuidad territorial con la que aparecen nuevos asentamientos.

A diferencia de las «ciudades divididas» y de las «ciudades separadas» del núcleocapitalista, la suma de estas discontinuidades estructurales cuaja en un escenario derupturas sociales y territoriales agudizadas por la globalización y amplificadas porfactores asociados a la gestión urbana local. La suma de estas discontinuidadesestructurales nos señala, no una cuestión de grado, sino de substancia en lasegmentación social y territorial.

CONCLUSIONES

El sistema internacional de ciudades que se está formando merced a las fuerzas de laglobalización es el marco de referencia general sobre el que se han vertido nuestrasapreciaciones anteriores. Las variaciones urbanas locales pueden ser comprendidas endicho marco, donde, como señala con justeza William G. Flanagan (1994), la narrativade caso particular encuentra sentido en los entretelones de la gran historia de nuestrotiempo, que es la internacionalización de las relaciones humanas.

Nuestro intento para elaborar un marco de referencia que justamente le dé sentido a losestudios de caso locales, se inscribe en la corriente teórica denominada «nueva

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sociología urbana» (Gottdiener, 1994; Gottdiener y Feagin, 1988; Flanagan, 1994). Lallamada «nueva sociología urbana» trata de combinar las explicaciones procedentes dela economía política (es decir, los análisis sobre el sistema capitalista y sobre laestructura de clases y conflictos propios de este sistema de relaciones sociales) y delanálisis de ciencia política enfocado en las conexiones entre poder local y poder estatal.La «nueva sociología urbana» trata de armar un esquema conceptual que sea capaz demostrar las interrelaciones entre estructuras relativamente invariantes (de ahí sucompromiso con la economía política) con las variaciones que en el nivel local producenlas decisiones de los agentes sociales.

El esquema de comparación que hemos propuesto tiene su punto de partida en las tesisanteriores. La diferenciación básica entre actividades fronterizas y no fronterizas señalalas vías socioeconómicas de engarce con la globalización capitalista, y sus efectos sobrela estructuración de clases y grupos sociales mediante los efectos sobre los nichoslaborales.

Las tres ciudades de la frontera tamaulipeca comparten esta diferenciación; sinembargo, es posible observar las variaciones que en cada una de ellas toma esteenganche de acuerdo a la conformación de los sistemas locales de gobierno, y al modoen que se generan nuevos asentamientos habitacionales, si bien aquí destacamos, porsu importancia, los de tipo popular16.

Hay otra característica que hace de la nueva sociología urbana un planteamientoprometedor. Mediante su recurso a establecer los efectos de la globalización capitalistaen escenarios locales, introduce la posibilidad de cierta unificación en el campo de lainvestigación urbana, la cual a partir de la crisis del marxismo y de los fuertescuestionamientos a los que fue sometida la corriente ecológica, se encontraba a laderiva, empantanada en la producción de estudios de caso muy focales. Analizar losfenómenos urbanos desde el punto de vista de la globalización implica asumir problemasy conceptos comunes que pueden disminuir la dispersión empírica en este campo delconocimiento.

El planteo propio de la nueva sociología urbana con el que abordamos la comparaciónde las ciudades de la frontera tamaulipeca, nos auxilia al entendimiento de las formas enlas cuales la globalización modifica un espacio territorial muy significativo: la fronteraentre el Primer y el Tercer Mundo. El acuerdo de integración comercial entre los EstadosUnidos y México fortalece las actividades de clara vocación exterior en la fronteramexicana: maquila, comercio transnacional, flujos de transporte. Sin embargo, los nichoslaborales asociados a estas ramas, son reducidos y no absorben a la fuerza de trabajo,procedente, sobre todo, de las migraciones. Desde luego, la migración hacia estasciudades significa el crecimiento de la demanda por vivienda. Y ante la ausencia relativade planificación local, más la tolerancia para permitir nuevos asentamientos, se facilita laaparición de suburbios populares al margen de la ley. Se trata, en suma, de un circuitode segmentación social agudizado por la globalización y amplificado por las condicionesimperantes en la gestión urbana local.

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El término que aquí usamos para describir a las ciudades de este espacio territorial(“Ciudades Rotas”) busca ligar la descripción (segmentaciones sociales ampliadas yagudizadas) con la explicación (efectos de la globalización sobre actividades de tipofronterizo, efectos de la gestión corporativa urbana sobre el desarrollo local). Al mismotiempo, el término busca identificar el nicho que estas ciudades de la frontera ocupan enel sistema urbano mundial contemporáneo.

Así entonces, las apreciaciones que hemos vertido en este trabajo tratan de responder auno de los retos de nuestro tiempo: hallar el sentido de la situación local en lascoordenadas de una civilización desigual, contradictoria y, sin embargo, cada vez másintegrada.

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CADENAS PRODUCTIVAS Y EMPRESAS DEL VESTIDO EN CIUDADJUÁREZ, CHIHUAHUAJulio César Morales Cruz

INTRODUCCIÓN

En el presente documento abordaremos la dinámica de las empresas de la industria delvestido en Ciudad Juárez, Chihuahua.Ciudad Juárez debe su dinámica económicaprincipalmente a las empresas maquiladoras, las cuales iniciaron sus operaciones en laciudad a partir de la puesta en marcha del Programa de Industrialización Fronterizo (PIF)en 1965 (Fernández,1981).

Estas empresas realizaban principalmente actividades de ensamble de productos en lasramas de electrónica, vestido y automotriz. Con el paso del tiempo, la dinámicaeconómica que generaron originó la aparición de talleres del vestido, dedicados a lafabricación de uniformes industriales, los cuales eran demandados por las plantasmaquiladoras (Van Dooren,1997).

A mediados de la década de los ochenta, las presiones de la competencia mundial y loque se ha denominado la nueva división internacional de trabajo (Fröbel y Kreye, 1978)modificaron el ritmo de crecimiento de las maquiladoras. Así es como, durante la décadade los noventa, Ciudad Juárez se convierte en la ciudad con mayor valor agregado encuanto a operaciones de maquila, motivado por la tendencia a ubicar plantasmaquiladoras cuyas actividades son más intensivas en conocimientos.1

LAS CADENAS PRODUCTIVAS GLOBALES

La teoría de las cadenas productivas globales plantea las relaciones de poder en funcióndel capital transnacional, que coordina los nuevos patrones de producción y comercio enla economía mundial de dos formas: por sus decisiones de inversión estratégica y por elvolumen de sus compras de bienes de consumo, con lo que pueden movilizar las redesglobales de exportación, compuestas de un gran número de comercializadores y fábricasen el extranjero. (Gereffi,1994).

Este esquema se enfoca hacia la competencia de acuerdo a los cambios en tiempo yespacio de los sistemas de producción de bienes. Dichos cambios los explica a travésde las modificaciones tecnológicas que producen la reducción de los tiempos deproducción y la dispersión espacial del proceso productivo. (Schoenberger,1995). Separte, por lo tanto, de la condición según la cual un sistema productivo encadena lasactividades económicas de las empresas a redes tecnológicas y organizacionales, lascuales permiten a cada empresa desarrollar, producir y vender bienes específicos.

La teoría de las cadenas productivas globales establece tres dimensiones de análisis:(Gereffi, 1995) Estructura de insumo producto, la cual es un conjunto de productos yservicios encadenados juntos en una secuencia de actividades económicas de creación

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de valor Territorialidad, dispersión o concentración de las empresas en redes deproducción o distribución.

Estructura de gobernancia (governance); conjunto de relaciones de autoridad y poderque se generan entre las empresas de una cadena productiva.De acuerdo con estas dimensiones, pretendemos identificar dentro de las empresas dela industria del vestido en Ciudad Juárez, la estructura de insumo producto, susproveedores y sus clientes, así como la ubicación geográfica de éstos.

En nuestro caso, con respecto a la estructura de gobernancia, no sólo implica saber eltipo de cadena en que se insertan las empresas del vestido en Ciudad Juárez, sinotambién el tipo de estructura organizativa que poseen, (integración vertical u horizontal),el tamaño de las empresas y el tipo de capital que las conforman (local o transnacional).Con respecto a la estructura de gobernancia o quién dirige la cadena, se refiere a dostipos bien identificados, las cadenas productivas dirigidas por productores y las cadenasproductivas dirigidas por compradores.

La identificación del tipo de dirección de la cadena en el sector del vestido, de acuerdocon estudios previos que se han realizado en México (Dussel,1997), en el Este Asiático(Gereffi,1996a) y en los Estados Unidos de Norteamérica, (Bair,1997; Kessler,1997)indica que está dirigida por compradores, por lo cual partimos de la hipótesis de que esigual en Ciudad Juárez.

Así mismo podemos identificar el rol de exportación que desempeña cada empresa. Unrol de exportación podemos definirlo como el conjunto de encadenamientos quepermiten conectar a los países a través de la oferta en los mercados mundiales.(Gereffi,1996b) En la economía mundial existen cinco principales roles de exportaciónque asumen los países:

- Exportador de bienes primarios- Procesos de exportación a través de operaciones de ensamble (maquiladoras)- Subcontratación de proveedores de componentes- Contratos de fabricación de productos finales con especificaciones, también

conocido como manufactura de equipo original (OEM)- Manufactura de productos de marcas propias. (OBM)

LA DINÁMICA DE LAS EMPRESAS DEL VESTIDO EN CIUDAD JUÁREZ

El trabajo empírico que sustenta este trabajo se llevó a cabo durante el mes de mayo de1998 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Consistió en una serie de entrevistas con actoresclave dentro del sector. Se entrevistó a ocho dueños de talleres, tres gerentes deempresas maquiladoras de prendas de vestir, y ocho representantes de las institucionesque intervienen en el sector, es decir, se realizaron diecinueve entrevistas para recabarla información.

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La forma en la que presentamos los resultados está de acuerdo con la siguienteestructura: primero describiremos brevemente las características de los talleres,posteriormente analizaremos las cadenas productivas dentro de las cuales se insertanestas empresas, para luego emplear el mismo procedimiento con las empresasmaquiladoras.

TALLERES DE UNIFORMES

En Ciudad Juárez existen aproximadamente cuarenta talleres asociados a la industriadel vestido,2 que fabrican una gran variedad de prendas y a los cuales podemos agruparen dos tipos: los que producen uniformes industriales, ya sea batas, mandiles, camisas ypantalones, uniformes escolares y uniformes deportivos, los cuales podemos clasificarcomo costura de corte recto, prendas relativamente simples y que no necesitan diseñode moda.

Por otra parte se encuentran los talleres que producen uniformes para médicos yenfermeras, así como ropa de quirófano y uniformes secretariales. Esta puede serconsiderada como una actividad de mayor valor agregado, ya que implica un diseñoprevio, el cual tiene más influencia de la moda.

Sin embargo, todos estos productos poseen una característica común: la temporalidadde los pedidos, es decir, debido a las características del clima en Ciudad Juárez, sediferencian muy bien dos tipos de temporadas: invierno y verano, por lo cual se solicitanuniformes generalmente dos veces al año: durante el mes de febrero y en el segundosemestre del año, aproximadamente en el mes de julio. Por otra parte, en los uniformesescolares, esta periodicidad es al inicio del ciclo escolar y al finalizar el año.

Los primeros desarrollan su actividad en función de economías de escala, donde elvolumen de prendas fabricadas reduce los costos, mientras que los otros se identificancon las economías de alcance, ya que su desempeño se centra en artículos altamentediferenciados y de pequeños lotes.

Esta separación analítica es difícil de establecer en la práctica, ya que muchas veces secombinan los artículos, así es que el taller que produce como artículo principal uniformesindustriales de cualquier tipo, llega a producir ocasionalmente uniformes escolares odeportivos, es decir, el proceso productivo fabrica únicamente productos de corte recto.Sin embargo, es difícil que alguno de estos talleres produzca uniformes secretariales opara enfermeras y médicos.

Por otra parte, los talleres que se dedican a la confección de uniformes secretariales opara enfermeras y médicos, sí incursionan en la fabricación de uniformes de trabajoindustrial cuando se lo solicita alguno de sus clientes, por lo que este tipo de talleresposee la característica denominada flexibilidad productiva, (Ybarra, 1991) que le permiteuna rápida adaptación a los cambios exigidos por el lado de la demanda. Todos lostalleres realizan el proceso completo bajo el mismo techo y, aún cuando algunos (sobretodo en los de uniformes secretariales) al inicio subcontrataban algunas fases como el

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planchado, su tendencia es a la integración vertical de todo el proceso. La razón seencuentra en que disminuyen sus costos de operación, pero principalmente en lareducción de la incertidumbre en los tiempos de entrega y la calidad del producto.

Es interesante resaltar que cuando los talleres tienen pedidos muy grandes, o bien másallá de su capacidad de producción, la mayoría recurre a la subcontratación, ya sea detalleres más pequeños o bien de ex-empleados, quienes realizan el ensamble en sushogares. Esta subcontratación se realiza sin que medie ningún acuerdo escrito, tan sóloen la confianza sobre la base del conocimiento previo de las habilidades delsubcontratado. Lo anterior es de resaltar debido a la importancia que los propietarios delos talleres le otorgan a la calidad de sus productos, motivo por el cual la subcontrataciónse da sólo con gente conocida por su forma de trabajar.

Esto permite el aumento temporal de la capacidad productiva del taller sin incurrir en elaumento de los costos de producción por el aumento de la nómina y los impuestosrespectivos, enlazando, por medio de las redes que se crean, la economía formal a lainformal al proporcionar flexibilidad laboral al taller, ya que puede contratar mano de obracalificada sólo por el tiempo que es necesario para resolver un aumento en el volumende producción, sin incurrir en una alza de los costos de producción por el aumento de lanómina y los impuestos respectivos. Esta flexibilidad es imposible dentro de la economíaformal, debido a las restricciones que la legislación laboral, en México, estipula. Sinembargo, el proceso de subcontratación es temporal y no existe ningún compromisoposterior de ninguna de las partes, lo cual limita la transferencia de conocimientos yprocesos entre los participantes.

La cuestión del personal es sumamente importante para la operación de los talleres; conrespecto al número de empleados, la tendencia es que en los talleres dedicados a laconfección de uniformes de corte recto es mayor el número que en los dedicados a lamoda, sin embargo, la diferencia no es significativa, debido principalmente a laflexibilidad en el proceso, que ya hemos mencionado. Los talleres de uniformessecretariales tienen un promedio de ocho empleados, mientras que los talleres deuniformes industriales tienen un promedio de doce.

En general, estas empresas cuentan con un promedio de diez empleados por taller,independientemente del aporte que, a la operación del mismo, realizan los miembros dela familia La gran mayoría de estos talleres emplea la mano de obra familiar dediferentes maneras, la principal es en la dirección y supervisión de las diferentesoperaciones que se realizan en el taller, pero otra muy importante es para cubrir lospuestos centrales en el proceso de producción, como una especie de operadoruniversal, con lo que se resuelve un poco el problema de la alta rotación del personal.

Esta función consiste en que los miembros de la familia, aparte de desempeñar lasfunciones administrativas necesarias para el funcionamiento del negocio, conocen ydominan las operaciones más importantes del proceso de producción.De esta manera,cuando por alguna razón no hay quien realice esa función, ellos pueden ejecutarla sin

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problemas. Con ello se logra eliminar cierta incertidumbre para cumplir con los pedidosen tiempo y forma.

El problema de la rotación del personal es grave en los talleres y podemos separar esteproblema en dos ámbitos:3 el primero se refiere a la atracción de los empleadoscapacitados en costura por parte de las empresas maquiladoras, y a la falta decompetitividad de los talleres con respecto a las prestaciones que las empresas otorgan.El segundo tiene que ver con los costos que la migración de trabajadores representapara el taller en función de la capacitación que dan a sus empleados. A pesar de que lamayoría de ellos prefiere contratar mano de obra capacitada, todos coinciden en quecuando se necesita fuerza laboral, «se contrata al primero que pasa».4

La capacitación de un empleado dura de tres semanas a dos meses y representa un altocosto para el taller, ya que durante ese período deben no sólo dedicarle el tiempo de lapersona que capacita al aprendiz, sino también facilitar la máquina y el material para queaprenda a coser, llegando en algunos casos extremos al grado de tener que reparar lasmáquinas por el uso inadecuado de las mismas.

LA CADENA PRODUCTIVA DE LOS TALLERES DEL VESTIDO

En este apartado identificaremos a los clientes y a los proveedores de los talleres parapermitirnos reconstruir la cadena productiva en la que se encuentran. El nivel de análisisse refiere al nivel de producto, esto es, la identificación de la estructura de insumo-producto de los talleres.

Los talleres de uniformes industriales tienen como cliente principal a las maquiladoras,aunque se dirigen a las empresas medianas, debido a que no tienen la capacidad deproducir grandes cantidades de uniformes, motivando que empresas de uniformesindustriales provenientes de Guadalajara y Monterrey se encuentren compitiendo en elmercado de Ciudad Juárez.

Algunos talleres están también diversificando su cartera de clientes hacia diferentesempresas locales como talleres mecánicos, hoteles, estaciones de gasolina, y empresasde mantenimiento industrial y doméstico, debido a que las condiciones bajo las cualestratan con la maquiladora, tienden a meterlos en problemas de liquidez.

La materia prima la adquieren generalmente de contado, y el proceso de fabricacióndura alrededor de una semana, en pedidos más o menos grandes; sin embargo, lamaquiladora, su principal cliente, les paga en un plazo de quince días de la fecha de lafactura, por lo cual los talleres cargan el peso financiero de este plazo ( que tal vez no esmuy largo para la maquiladora). Para los talleres representa problemas de liquidez en lamayoría de los casos, esto sin contar los retrasos que pueden tener al presentar lafactura o al presentarse a recoger los cheques en días y horas establecidas por laempresa maquiladora.

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Un factor interesante en la mayoría de los talleres es la carencia de una fuerza deventas,5 función que realiza generalmente el dueño del taller o bien un familiar cercano(el hijo, un hermano, etc.) y, en algunos casos, incluso no venden, les compran con basea las relaciones personales que tienen, es decir, les llegan pedidos a través derecomendaciones de conocidos, o bien por la recomendación de algún otro cliente.El único esfuerzo de ventas que realizan es el anunciarse en el directorio telefónico de laciudad y, en el caso de algunos talleres dedicados a los uniformes secretariales,conformar una cartera de clientes por medio de llamadas telefónicas.

Con respecto a los proveedores, los talleres, prácticamente no tienen diferenciassignificativas, el encontrarse en la frontera les permite establecer contactos conproveedores norteamericanos, lo mismo que con proveedores mexicanos.Sin embargo para tener acceso a materia prima directamente de los grandes centrostextiles norteamericanos, necesitan hacer pedidos mínimos de cinco mil dólares, lo queestá muy lejos de sus posibilidades financieras, por lo que adquieren principalmentesaldos en la ciudad de El Paso. Esto les resta competitividad en el momento deproporcionar el mismo estándar de calidad en los materiales y colores en diferentesperíodos de tiempo a un mismo cliente. La ausencia de cooperación entre ellos es unade las razones que limitan la posibilidad de lograr economías de escala para poderacceder a este tipo de insumos.

Con respecto a los proveedores nacionales se presentan más dificultades: los tiemposde entrega del material son muy largos, debido a la lejanía de los productores, ya que seencuentran principalmente en Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México. Por otraparte, los productos son más caros y las telas más angostas, incrementándose loscostos de producción. Existen empresas que proveen localmente determinados insumos,como algunos tipos de telas (popelina), cierres, botones e hilos; sin embargo, sólorecurren a ellas en caso de extrema urgencia, debido a los precios y a la falta dematerial en las cantidades que se requieren.

Por lo anterior, podemos decir que la situación geográfica de Ciudad Juárez es un factorlimitante, que no el único, para el desarrollo del sector, ya que las empresas encuentranproblemas serios para surtirse del material indispensable para realizar sus operaciones aambos lados de la frontera. Con base en todo lo anterior podemos esquematizar lacadena en la cual se encuentran estos talleres, para ello trabajaremos en el nivel deorganización, de la teoría de las cadenas productivas globales (Gereffi, 1994).

Esta cadena es muy simple, debido principalmente al tamaño de las empresas queanalizamos, la prácticamente nula presencia de actividades de alto valor agregado, talcomo el diseño y la mercadotecnia, implica que quien conduce la cadena, en este caso,es el cliente final. (Ver anexos)

Podríamos decir que, a diferencia de las cadenas globales, ésta es una cadena localdirigida por los compradores finales, debido a que la gran importancia que representa elmercado local para la sobrevivencia de las empresas, les obliga a depender y acatar las

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condiciones de entrega y pago de acuerdo a las necesidades de los clientes y de formaunilateral.

LAS MAQUILADORAS

Las empresas maquiladoras que están operando en Ciudad Juárez se encuentran enestos momentos bajo gran presión debido a las condiciones de los factores, tales comotierra y trabajo en la ciudad. Con respecto a la tierra, el costo de la renta del suelo en unparque industrial es muy alto, incluso más alto que en la ciudad vecina de El Paso.6Fuera de los parques, la situación no es mejor debido a la carencia de infraestructura yde espacios donde puedan establecerse las empresas.

Por otra parte, la demanda de fuerza de trabajo, debido al gran número de empresasmaquiladoras en la ciudad, provoca problemas de rotación de personal y grancompetencia entre las plantas para atraer trabajadores.

Todo esto produce presiones en la operación de las empresas de costura dedicadas alensamble de prendas de vestir, ya que basan gran parte de su operación en los bajoscostos de producción, principalmente de la mano de obra. El resultado de estaspresiones es que algunas de las empresas situadas en Ciudad Juárez han abierto filialesen otras partes del estado, como Ojinaga y Santa Bárbara, lugares donde la mano deobra representa menos problemas, tanto de rotación como de salarios.

Las empresas maquiladoras son propiedad de extranjeros, norteamericanosgeneralmente, y tienen sus oficinas centrales en la ciudad de El Paso. La empresamatriz se encarga de contactar con grandes empresas comerciales, tal como J.C.Penney o Sears, que les envían los patrones y especificaciones de los materiales; estediseño se realiza en lugares al norte de los Estados Unidos, como Nueva York.

Una vez recibidos los patrones y el material, que contratan ellos mismos, se procede alcorte en una filial localizada en El Paso, las piezas ya cortadas son enviadas a lamaquiladora en Ciudad Juárez, donde se ensamblan y se etiquetan, para,posteriormente, ser devueltas a El Paso para su acabado, empacado y ser distribuidas alos lugares señalados.

Este es el caso de una maquiladora dedicada a prendas de vestir para dama: Laempresa es dirigida en Juárez por una persona méxico-americana, quien tiene ampliaexperiencia en el ramo en empresas norteamericanas. Se prefiere la contratación depersonal capacitado, aunque en algunas ocasiones las maquiladoras también capacitan.La capacitación dura entre una y dos semanas, el fin es que en tres meses el operadoresté rindiendo utilidades.

Se trabaja con base en una cuota de producción mínima diaria, y se paga un bono porcada pieza extra que se produce, lo que se denomina “pago por sobrecuota”. Estesistema propicia la competencia entre los trabajadores para lograr mayor producción. Deacuerdo con los gerentes de estas empresas, los trámites que deben realizar ante las

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autoridades mexicanas son demasiados, además que se les someten a una excesivasupervisión por parte de diversas instituciones para que cumplan con lasreglamentaciones en materia de seguridad en el trabajo, medio ambiente y prestaciones,cosa que a ellos les interesa más tener en cuenta, principalmente por las característicasde las tareas que en el interior se desarrollan.

Otro tipo de maquiladora establecida en Ciudad Juárez y ligada a la industria del vestidoes la que se dedica al ensamble de prendas de vestir confeccionadas con mezclilla. Ladiferencia principal de este tipo de maquiladora consiste en que desarrolla dosactividades más que las otras maquiladoras. Estas actividades son el lavado y elplanchado de las prendas. (Ver anexos)

A pesar de que el proceso es más largo y, por lo tanto, su cadena productiva, sólo serealizan en Ciudad Juárez las actividades de ensamble. La lavandería y el planchado seencuentran en El Paso. Sin embargo, en algunas de estas empresas existen planes decorto plazo para trasladar estas actividades a Ciudad Juárez, y el ensamble hacia el surdel estado de Chihuahua.

Otra característica importante de este tipo de empresas consiste en que aparte defabricar para cadenas comerciales como Walmart, Target y J.C. Penney, tambiénproducen prendas con su propia marca, las cuales comercializan en los Estados Unidos.Debido a lo anterior, estas empresas controlan también la operación de diseño, esto es,tienen una empresa de diseño en Nueva York, la cual se encarga de enviar los diseños alas cadenas comerciales, las cuales lo aprueban. Una vez aprobado se genera el patrón,que es enviado a El Paso para que se corten las piezas; posteriormente, estas piezasson trasladadas a Ciudad Juárez, donde se ensamblan y se etiquetan. Las prendas, unavez ensambladas, se regresan a El Paso, donde se lavan, se planchan y se distribuyenal mercado norteamericano.

Este tipo de empresas empieza a adquirir materia prima mexicana, compra mezclilla,hilos y cierres, aunque en cantidades muy pequeñas, debido principalmente a la bajacalidad de estos productos.Una de las principales diferencias entre estos dos tipos de maquiladoras es que la quese dedica a las prendas de mezclilla tiene menos presión en cuanto a la variación de losdiseños y a los altibajos de la moda, mientras que las otras están más sujetas a losvaivenes del mercado en función de estos dos factores.

Con respecto a los roles de exportación que desempeñan estas empresas, tenemos quelos talleres, a pesar de que casi todos manejan su propia marca, ninguno se encuentraen los mercados mundiales, esto es, no se dirigen hacia la exportación y los mantienenalejados de la posibilidad de encontrarse en lo que se denomina manufactura de marcapropia.

Por su parte, las maquiladoras, que se encuentran enfocadas a los mercados mundiales,sólo ejercen el rol de exportación más simple, que es el de ensamble. Además, por serempresas de capital transnacional, difícilmente pueden desarrollar procesos de

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subcontratación que conlleven un proceso de aprendizaje y transferencia de tecnologíasimilar al ocurrido en el este asiático.

Si bien es cierto que las maquiladoras tienen mayor participación en el empleo,7 ya quelos talleres emplean alrededor de cuatrocientas personas en total, más las familiaspropietarias, son éstos últimos los que representan la posibilidad de crear empresas decapital local; además, considerando que en la ciudad, la actividad tradicional es elcomercio, potenciar este sector puede representar un cambio en la cultura empresarialde la región.

CONCLUSIÓN

Con respecto a las empresas de capital local, es decir, los talleres de uniformes, sudinámica muestra aspectos que es útil resaltar, debido a que son factores que esnecesario reconocer para entender los procesos que se desarrollan entre estasempresas.

La cadena a la que pertenecen, si bien puede ser considerada global debido a que losproveedores se encuentran en diferentes países, (México y los Estados Unidos), lamayor parte de las etapas del proceso productivo es local y los productos estánorientados a satisfacer la demanda local.

La estructura de las empresas es muy elemental, se carece en la mayoría de los casosde una administración profesional y no existen funciones administrativas bien definidas,el propietario y su familia, generalmente, son trabajadores universales en la empresa,que lo mismo administran, cortan, venden o cobran.

Además, la falta de capital de trabajo y de esquemas de financiamiento adecuado, asícomo la carga impositiva que soportan, les impiden tener la solvencia financiera que lespermita hacer inversiones en equipo y material que les facilite hacer crecer a lasempresas para moverse hacia otros nichos de mercado.

Si bien la mayoría posee marcas propias, esto no tiene mayor relevancia, ya que suescala de producción es reducida, por lo que su impacto en el mercado no essignificativo. Este hecho es contrastante con respecto a los roles de exportación quepauta la teoría de las cadenas productivas globales, que señala que el poseer marcapropia reconocida es el rol de exportación más avanzado; en nuestro caso no es así ypodríamos explicarlo en función de las diferencias de las empresas que estudiamos, yaque no se dirigen a los mercados de exportación, por lo cual no es una marcareconocida. Esto influye también en la importancia que la mercadotecnia tiene en elproceso de comercialización de la marca, pues los talleres carecen de una estrategia demercadotecnia que respalde su producto.

Por otra parte, los talleres se encuentran insertos en una cadena muy corta. Lapeculiaridad de esta cadena es la fortaleza de los clientes, es decir, las empresas quecompran los productos tienen ventajas al negociar las condiciones de entrega, pago y

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calidad de los productos que los talleres ofrecen; en otras palabras: el tipo de relaciónque se establece entre cliente proveedor, es de tipo vertical y jerárquica, donde lascondiciones favorecen al cliente y dejan en desventaja a los talleres, por elloproponemos que esta cadena sea dirigida por el lado de la demanda, o sea, por losconsumidores finales.

La diferencia entre esta cadena y la dirigida por compradores consiste en que estaúltima se encuentra dirigida por el lado de la oferta, esto es, la empresa que coordina elproceso, en función de la calidad del producto y la operación administrativa de lasempresas en los diferentes eslabones de la cadena, se encarga de comercializar elproducto, es decir, lo hace llegar al consumidor final.

De lo anterior surge una línea de investigación en la cual consideramos necesarioprofundizar, la hipótesis de la que parte consiste en que existen sectores con fuerteparticipación de PYMES, y cuyo cliente principal posee mayor fortaleza financiera yadministrativa, por lo tanto, estas características de los clientes facilitan que lacoordinación de las cadenas recaiga en los últimos, es decir, la coordinación pasa dellado de la oferta hacia la demanda.

Otra característica del sector es la ausencia de cooperación entre los propietarios de lostalleres, que sólo se da limitada; en cuanto al proceso de subcontratación, la falta decohesión les impide lograr economías de escala en la adquisición de la materia prima yen la operación de los negocios.

También les hace imposible el negociar pedidos de empresas grandes, o bien crear elcontrapeso que logre hacer que la coordinación de la cadena recaiga en el lado de lademanda.

Esta ausencia de cooperación y colaboración entre ellos, es decir, la imbricación deltejido social en el tejido económico, es un síntoma de la ausencia de un factorimportante para la existencia de un distrito industrial (Beccatini, 1990); otros factores queson contrarios a las características del distrito, son la relación jerárquica entre lasempresas y que la cadena se encuentra dirigida por una empresa extranjera.

La dinámica de los talleres muestran que es posible desarrollar estas relaciones, elmercado a que se dirigen es muy grande, lo cual implica que sus proveedores puedendesarrollarse en función del aumento de la capacidad de producción; la competenciaentre ellos puede reforzar su competitividad, sin embargo, este proceso requiere elaprender a trabajar juntos para lograr economías de escala.

El propiciar mecanismos de subcontratación entre estos talleres y empresastransnacionales es un esquema que bien valdría la pena explorar, considerando quepodría atraer beneficios al sector, como el aprendizaje de operaciones, así como eldiseño y la mercadotecnia, que servirían como instrumento para incursionar en losmercados mundiales, a la vez que se les inyectarían recursos frescos para incrementarsu capacidad de producción. De esta manera no es claro que la operación de los talleres

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en Ciudad Juárez, en estos momentos, pueda mejorar, aunque tampoco son claros lossíntomas de su posible desaparición, principalmente porque tiene asegurada lademanda de sus productos.

ANEXO 1: LAS MAQUILADORAS

Las empresas maquiladoras que se encuentran en Ciudad Juárez y que hemos tratadoen este trabajo se dedican al ensamble de prendas de vestir; si bien se encuentran encadenas con estructuras diferentes, poseen características semejantes. Estascaracterísticas son: las maquiladoras se encuentran insertas en una cadena productivaglobal, la cual dispersa sus operaciones en los Estados Unidos y en México, estacadena es un buen ejemplo de la cadena dirigida por compradores.

Las operaciones de mayor valor agregado se realizan en el Norte de los Estados Unidos,donde los salarios son más altos. En el sur de este país, específicamente en El Paso, serealizan operaciones con menor valor agregado, pero intensivas en capital, tal es el casodel cortado y el acabado. Este último proceso abarca, para la maquiladora de prendasde mezclilla, el planchado y el lavado de los productos. Sin embargo, en ambos casos, laoperación de menor valor agregado, el ensamble, se realiza en México, en este caso enCiudad Juárez, aprovechando el diferencial en costos de mano de obra. Las empresasque realizan este proceso son filiales de las empresasnorteamericanas y su capital es transnacional, por lo tanto, su localización sigue unalógica funcional.

Lo anterior implica que se localizan en el territorio para aprovechar las ventajas que ésteofrece a su operación, al disminuir o diluirse estas ventajas se inician presiones queimpulsan su reubicación hacia otras zonas que conserven estas ventajas, tales comobajos costos de mano de obra o infraestructura e incentivos fiscales.

De acuerdo a estos factores, es posible que las empresas maquiladoras de prendas devestir busquen localizarse en zonas al sur de México, principalmente las que inicien susoperaciones. Con respecto a las que actualmente operan en Ciudad Juárez, supermanencia en la ciudad no está asegurada, aunque por el momento siganestablecidas ahí.

Por otra parte, al no ser empresas de capital local, éstas carecen de vínculos fuertes conel territorio, no se encuentran integradas plenamente a la estructura productiva deCiudad Juárez, no tienen encadenamientos fuertes con las empresas locales, y la únicaforma en la que se insertan en el territorio es a través de los mercados de trabajo; sinembargo, las operaciones que realizan son muy simples, por lo que no hay unatransferencia real de conocimientos (know-how) acerca del proceso productivo completo,haciendo casi imposible el que puedan evolucionar de un rol de exportación a otro, yaque se encuentra sujeto a las decisiones de los propietarios del capital transnacional,además de conservar los procesos, que podrían ser los detonantes de este cambio enzonas del norte de los Estados Unidos.

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Anexo 2: Cadena productiva de los talleres de uniformes en Ciudad Juárez (nivel deorganización)Fuente: Elaboración propiaMapeo de la cadena productivaFuente: Elaboración propiaCadena productiva de la maquiladora de prendas de vestir de moda (nivel de producto)E.U. E.U.Fuente: Elaboración PropiaMapeo de la cadena productivaFuente: Elaboración propiaNiveles de análisis en la industria textil y del vestido en Ciudad Juárez

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CIUDAD JUÁREZ EN LOS NOVENTA: EL CONTEXTO DE LA GESTIÓNURBANA Y AMBIENTALHéctor Padilla

INTRODUCCIÓN

Al iniciarse las negociaciones entre México, Estados Unidos y Canadá para establecerun Tratado de Libre Comercio, algunas voces advirtieron que la homologación fiscal dela frontera norte de México con el resto del país reduciría las ventajas competitivas deesa zona. Pero en Ciudad Juárez, algunos hechos contradicen ese augurio. En losúltimos cinco años, la industria maquiladora, que había dado señales de estancamientoa finales de la década pasada, continuó arribando a la ciudad, mientras que el comercioy los servicios también aumentaron. La población creció a un ritmo mayor que en ladécada pasada, al grado que, demográficamente hablando, una tercera parte de laciudad apareció apenas en este período. Esta situación tiene fuertes repercusionessobre la calidad de la vida en la ciudad al incrementar el nivel de las demandas socialese intensificar el uso de los recursos naturales.

En este trabajo hago una semblanza de la dinámica socioespacial de Ciudad Juárezdurante los años ochenta y los noventa. Luego expongo un recuento de los problemasambientales en ese periodo, así como del contexto político de la gestión ambiental. Y,finalmente, me concentro en describir el marco normativo y el actual sistema de actoresque inciden directamente en la gestión del medio ambiente en la ciudad. Este recuentopermitirá al lector conocer de manera panorámica los principales elementos que influyen,tanto en la problemática ambiental y en su evolución actual, como en las posibilidadesde acceder a nuevos márgenes de calidad de vida en una ciudad fronteriza cuyadinámica socioespacial se orienta hacia la metropolización.

DINÁMICA SOCIOESPACIAL DE CIUDAD JUÁREZ, 1980-1998

Ciudad Juárez forma parte de una región caracterizada por la intensidad de los procesosde modernización que la invaden. Esos procesos vinculan a las principales ciudades dela frontera norte con los nuevos circuitos de la economía mundial. Esto las distingue deotras que antaño fueron favorecidas por el modelo sustitutivo de importaciones y laorientación endógena de la economía, como las capitales de los estados fronterizos, conla excepción de Mexicali, Baja California. De manera radical, las ciudades fronterizasson el extremo opuesto de las regiones rural-tradicionales que predominan en el sur delpaís y sufren estancamiento y abandono.1

El rápido crecimiento demográfico e industrial de la frontera norte se remonta a los añoscuarenta, cuando el país empezaba a industrializarse y arrancó una gran oleadamigratoria hacia esta región, atraída por la expansión económica del suroeste de losEstados Unidos. En los años sesenta, conforme se consolidó ese flujo migratorio y labase agraria y exportadora de las regiones fronterizas empezó a desmantelarse, algunasciudades de la frontera encontraron una alternativa económica basada en lasinversiones de la «industria maquiladora de exportación» (IME). Casi tres décadas

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después de haberse instalado en la frontera, esa industria se convirtió en el eje que,directa o indirectamente, modificó la estructura socioespacial de estas ciudades, al igualque la cultural y la política. La magnitud de los cambios estructurales en las ciudadesfronterizas permite afirmar que esas décadas fueron de transición.

La ciudad paradigmática de esa transición ha sido Ciudad Juárez, la más grandeconcentración poblacional de la frontera, que desde el momento en que inició elfenómeno maquilador quedó convertida en la principal sede de esa industria en México.El crecimiento de la IME en la ciudad ha sido casi ininterrumpido, salvo en los años 1974y 1981, durante las coyunturas más difíciles de recesión de la economía norteamericanay del proceso de ajuste de la economía mexicana a los mercados internacionales. Sinembargo, a finales de los años ochenta, aunque se conocía este comportamiento cíclico,hubo algunas dudas sobre el sendero que esa industria tendría durante la década queiniciaba. Los pronósticos eran controversiales, debido a que México, Estados Unidos yCanadá iniciaron un proceso de negociaciones tendientes a la firma de un acuerdocomercial. En el caso de concretarse, ese tratado podría eliminar las ventajascomparativas de la frontera norte con respecto a otras regiones del país, para atraer lainversión extranjera.

Los pronósticos optimistas sobre el impacto del TLC en la frontera subrayaban que esetratado significaría un incremento de los beneficios, porque con o sin él la regióncontinuaría su proceso de apertura debido a las ventajas locacionales inherentes a suposición geográfica (Alba, 1991: 172-182). Las visiones pesimistas advertían que losefectos del TLC serían contradictorios porque la estrategia económica realizada hastaentonces no había “resuelto el problema de fondo de la acumulación de capital y habíaconvertido a la región en importante deudora del resto del país y del exterior” (GonzálezAréchiga y Ramírez, 1990; 269).

Pronosticaban que las generaciones futuras verían que «el crecimiento de la frontera lestrasmitiría la saturación y la urgencia de obras masivas» (Zepeda, 1991; 196).A ocho años de distancia, esas previsiones son parcialmente correctas. La entrada envigor del TLC ha contribuido a relanzar el crecimiento industrial de Ciudad Juárez, peroeste fenómeno ha determinado que, pese al incremento de las accionesgubernamentales para adaptar la infraestructura urbana al ritmo de llegada de lasnuevas inversiones, la ciudad presente déficits en infraestructura y servicios públicos.Los siguientes datos ilustran esta situación:

En términos demográficos, Ciudad Juárez tenía cerca de 800 mil habitantes en 1990.Según el conteo de población que realizó el INEGI en 1995, ese año se alcanzó unmillón 114 mil habitantes. Estas cifras rebasaron las estimaciones realizadas en el PDU-95, cuyas previsiones menos aventuradas contemplaban una población menor al millónde habitantes. Hacia mediados de los noventa, la población económicamente activaascendía a cerca del 57% de la población total, de los cuales casi la mitad se ocupabaen la industria, principalmente maquiladora, y el resto en el comercio y los servicios.Entre 1980 y 1990, la maquiladora pasó de 121 plantas que ocupaban a casi 40 miltrabajadores, a 287 plantas con cerca de 125 mil empleados. Estas cifras ahora están

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cercanas a los 344 empresas, en las cuales se ocupan a cerca de 140 mil personas. Eltamaño promedio de las plantas pasó de cerca de 330 empleados por planta, en 1980, a450 en 1990 y a 406 en 1997, lo cual es un indicador de que la maquiladora estádisminuyendo su tamaño promedio y apoya la hipótesis de que está utilizando procesosmás intensivos en tecnología (INEGI, 1988).

La mancha urbana se incrementó de 13.169 hectáreas en 1980, a casi 17.078 en 1988.Para 1994, esa cifra creció a 18,767 hectáreas, y en la actualización del Plan deDesarrollo Urbano de 1995 (PDU-95) se estimaba un crecimiento programado quellegaría a 22.269 hectáreas este año. Este crecimiento ha sido impulsado definitivamentepor la instalación de plantas maquiladoras dentro y fuera de los parques industriales (verMapas 1 y 2).

En materia de servicios urbanos, el panorama de la década pasada exhibió un rezago enla cobertura del agua y el drenaje, cercana al 10 % y el 33 %, respectivamente. Deacuerdo con la densidad de población por vivienda, esto implica que casi 45 mil 500personas no contaban con agua en 1980, y que en 1990 la cifra llegó a más de 95 mil;por su parte, las personas sin el servicio de drenaje fueron 198 mil en 1980, y 263 mil en1990. Esos porcentajes han variado de modo significativo, aunque en 1994, la JuntaMunicipal de Agua y Saneamiento estimó que el rezago en drenaje se había disminuidoa 16 %. Los datos anteriores dan cuenta de un reforzamiento de las tendenciasexpansivas del desarrollo urbano-industrial de Ciudad Juárez, que junto con El Paso,Texas y Sunland Park, Nuevo México, constituye un espacio que se orienta hacia lametropolización. La población del condado de El Paso, asciende actualmente a 652.255habitantes, de los cuales el 72% es de origen hispano (1994, resultados del censo paraTexas); Sunland Park, a su vez, contaba en 1990 con 8.179 habitantes, y se estima quepara este año su población llegue a los 10 mil.2

La metrópoli en ciernes que se puede apreciar es un producto directo e indirecto de lapresencia de la industria maquiladora, que convierte a ambas ciudades en un lugarpropicio para que se desarrollen nuevas actividades industriales más avanzadas yestrechamente articuladas con las tendencias más recientes del mercado globalizado.2

Esta condición metropolitana determina que se comience a pensar en alternativas deplaneación binacional en aspectos como la gestión de los recursos naturales, las vías decomunicación, etc. (Francisco Llera Pacheco, “Perspectivas y alternativas de laplaneación binacional”. Nóesis, n. 11, julio diciembre de 1993, pp. 113-130). JorgeCarrillo señala que: “…si bien se puede considerar que en cada región de la frontera sepresentan dos ciudades diferentes en términos económicos y poblacionales, éstas tienenla característica de ser adyacentes… la intensidad de las interacciones y la magnitud delas mismas está llevando a conformar grandes áreas metropolitanas…” (en“Reestructuración en la frontera México-Estados Unidos ante el Tratado de LibreComercio”, ponencia en encuentro Territorios en Transición, Bolivia, octubre-noviembrede 1991).

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Empresas como Delphi Corporation Systems de la General Motors son ejemplo delnuevo tipo de capitales que ocupan mano de obra calificada, dedicada al desarrollo deproyectos estratégicos y al diseño de nuevas tecnologías. Esa empresa pretende crearcerca de 3 mil empleos directos en la región Juárez-El Paso; la mayoría de ellos seránjóvenes egresados de las carreras de ingeniería locales. Estos capitales son atraídos ala ciudad por los servicios, la calidad de la fuerza de trabajo que pueden obtener y porun mercado al cual buscan servir como industrias estratégicas y/o complementarias.3

El impacto sobre la estructura urbana y los retos que impone esta dinámica sobre laadministración pública son imponentes. Según muestra un informe de la oficina dePlaneación y Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Juárez, en este año se hanpresentado para ser evaluados y aprobados 33 proyectos de construcción industrial,principalmente del nuevo tipo de capitales. En términos de uso del suelo, estosproyectos representan más del 35 % del total y con una superficie semejante al 70 % delos espacios que serán dedicados a usos habitacionales. En 1997, los proyectosndustriales rebasaban a los de vivienda en términos de espacio físico (ver Cuadro 1).(Oscar Ibáñez, 1998; Entrevista).

3 En Ciudad Juárez además de la administración central de esta empresa existen 18empresas del sector automotriz que reciben servicio de Delphi. De ellas destaca laempresa Río Bravo Eléctricos que produce cableados automotrices. Delphi también seencuentra en más de 30 lugares de la república principalmente, en el norte (“EconomíaExpress”, Empresa, n. 25, febrero de 1998, p. 59).

LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL Y EL CONTEXTO POLÍTICO

En los años ochenta, la llegada de nuevos capitales y de población, junto con la falta deplaneación urbana, originaron una competencia entre los habitantes y la industria por eluso de la infraestructura urbana. Esa competencia obedeció a las condiciones desaturación e insuficiencia de servicios y a la emergencia de procesos desobreexplotación y deterioro de los recursos naturales (Nóesis, 1993: 89-112).

En cuanto a los servicios de agua y drenaje, la problemática radicó en su falta decobertura, lo cual se mostró en el apartado anterior. Respecto al servicio de limpieza sedebe señalar que en muchas colonias populares, principalmente las ubicadas en elponiente de la ciudad y aledañas a las montañas que bordean esa vasta zona, se carecede este servicio. En algunas colonias proliferan desechos domésticos e industriales, endonde los vecinos usualmente queman la basura. El antiguo basurero municipal,también ubicado en el surponiente de la ciudad, constituyó una fuente permanente decontaminación debido a los incendios provocados por las deficiencias técnicas de sudiseño y saturación (no era más que un tiradero a cielo abierto); el nuevo RellenoSanitario Municipal quedó instalado en un área despoblada, desde julio de 1994.4

La saturación de las vialidades y los puentes internacionales que unen a Ciudad Juárezcon El Paso incrementaron las emanaciones de gases y la generación de polvo por lacirculación de un parque vehicular de más de 360 mil unidades, sobre una red vialdesprovista de pavimento en un 40 %, a lo que se añade la actividad de más de 300

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ladrilleras e industrias como la planta de Cementos de Chihuahua y la Fundidora Asarco(ubicada en El Paso a la orilla del Río Bravo).

En lo que se refiere a la sobreexplotación o deterioro de recursos naturales, el principalproblema consiste en el agotamiento de los mantos freáticos que surten de agua potableCiudad Juárez y El Paso. Uno de ellos llamado “El bolsón del Hueco” es alimentado porla lluvia y por escurrimientos del cauce del Río Bravo, cuyo nivel de aguas ha disminuidoconsiderablemente a causa de las prolongadas temporadas de sequía de la últimadécada.

Esos mantos freáticos sufren la contaminación provocada por la mezcla de aguasresiduales domésticas e industriales, vertidas en el cauce del río o que escurren de milesde letrinas de hogares que no disponen de drenaje sanitario. Por lo que una alternativala constituye el proyecto de proveer agua potable a Ciudad Juárez de una zona conocidacomo Conejos- Médanos.5

Otros problemas que se observaron durante los años ochenta y a principios de la actualdécada, han sido la reducción y deterioro de la zona de integración ecológica, lacarencia de parques y zonas verdes y las contingencias nucleares, como la provocadapor radiación de cobalto 60 en 1983.6 A finales de los ochenta, también se originó elpeligro inminente de la construcción de basureros de desechos tóxicos y nucleares enzonas aledañas a la franja fronteriza, cuyos proyectos son impulsados por los gobiernosde Nuevo México y Texas.

El caso más conocido es el proyecto de basurero de desechos nucleares de bajo nivel,que estaría ubicado a menos de 100 kilometros de la frontera con México, en el pobladode Sierra Blanca. Recién en octubre pasado la comisión del gobierno texano encargadade aprobar o rechazar el proyecto determinó que no existían las condiciones técnicasque aseguraran su correcta operación. (Félix Pérez, 1998).

Como antecedente inmediato se encuentra el intento por ubicar ese mismoconfinamiento en el poblado de Fort Hancock, condado de Hudspeth, Texas, en donde lacomunidad también lo rechazó abiertamente en 1987. Entre los argumentos que losambientalistas manejaron para rechazar el proyecto estaban el alegato de racismoambiental y el enmascaramiento de los verdaderos alcances que implicaría la instalacióndel tiradero. Se debe reconocer que las manifestaciones de la comunidad a ambos ladosde la frontera jugaron un papel determinante para la cancelación del proyecto –alparecer aún no definitiva-, complicando el juego de intereses de la política local ante laselecciones de noviembre de 1998 y la posición del gobierno federal que fue acusada de“tibia” a pesar que cambió a última hora.

En síntesis, durante la década pasada Ciudad Juárez, al igual que otras ciudades de lafrontera, experimentó dificultades para mejorar la calidad de vida de sus habitantes deuna manera acorde con su dinamismo económico.7 En la ciudad, fue patente un desfaseentre la expansión industrial y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes,pues la contaminación y la carencia de servicios afectaron a los estratos sociales más

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desprotegidos, entre los que se encuentran inmigrantes atraídos por la expectativa deincorporarse al mercado laboral.

En los últimos cinco años, el escenario que prevalece en la ciudad no ha sidosignificativamente distinto del que dominó durante la década pasada. Se puede apreciarque algunos problemas se han atenuado, mientras que otros se han agudizado, puestoque son de aparición reciente o, aunque datan de años atrás, ahora son consideradoscomo prioritarios..8 El actual modelo de desarrollo regional sustentado en la industriamaquiladora revela una fase de cambio cualitativo que seguirá impactando al conjuntode la sociedad.

Entre los problemas que se han atenuado, destacan los referentes a la vialidad y eldrenaje. En los últimos tres años, se mejoró el sistema vial mediante la pavimentaciónde las zonas periféricas más transitadas, para reducir la generación de polvo y laconstrucción y ampliación de vías rápidas que reducen el tiempo de los desplazamientosintraurbanos. También se introdujeron algunas modificaciones en el sistema detransporte, a partir de convenios con la industria maquiladora para organizar el trasladode su personal. Actualmente, las vialidades ocupan poco más del 25 por ciento de lamancha urbana, lo que ha reducido parcialmente el problema de la saturación.

La cobertura del drenaje se ha ampliado ligeramente con la introducción de ese servicioen nuevas colonias y mediante el control y la reubicación de asentamientos irregularesen nuevas zonas de la ciudad, reservadas para uso habitacional. En el caso de losasentamientos irregulares, sin embargo, las autoridades actualmente están tratando decontener aquellos que se ubican en zonas de riesgo de inundaciones, deslaves yderrumbes, pues dado el crecimiento explosivo de la población, éstos no cesan deaparecer en lugares de la periferia cada vez más apartados (Alfonso Gallegos Antúnez,1998; Entrevista).

Finalmente, durante los tres últimos años fueron construidas nuevas áreas verdes en lazona de integración ecológica, como el Parque Central Hermanos Escobar, financiadopor el gobierno del estado;9 y las emisiones de las fábricas de ladrillos han disminuidomediante apoyos gubernamentales para que los fabricantes, muchos de ellos personasde escasos recursos, adquieran tecnologías menos contaminantes.

Entre los problemas que son considerados prioritarios por las oficinas de planeación y decontrol ambiental municipales se encuentran los denominados “riesgos tecnológicos”,que se desprenden del manejo de “miles de toneladas mensuales de diversos materialesquímicos con diversos grados de peligrosidad”, que en caso de accidentes “tienen elpotencial para causar grandes daños a la población”.10 Los riesgos tecnológicos sedividen en tres tipos:1) Los riesgos por infraestructura. Entre los que se encuentran el traslado de materiales

químicos y explosivos en furgones de tren -las vías férreas atraviesan por el centrode la ciudad-, el manejo de estos materiales y de desechos industriales que seregresan a Estados Unidos por la llamada “ruta ecológica” (un subsistema vialdiseñado para ese propósito pero sin impedir que por lo menos se hayan presentado

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cuatro accidentes graves desde su creación) y el traslado de gas y gasolina por lasredes subterráneas de gas natural (Ciudad Juárez es una de las pocas ciudades delpaís que disponen de suministro de gas natural, que sirve a más de 49 milviviendas).

2) Los riesgos por almacenamiento y distribución. Entre los que se encuentran losdepósitos de Pemex, donde se realizan actividades de refinación y venta de gasolinay gas, las estaciones de distribución de gasolina y de gas envasado en cilindros,diseminadas por toda la ciudad, y compañías diversas, como la empresanorteamericana Laidlaw, dedicadas al almacenamiento de residuos peligrosos.Muchas plantas industriales han comenzado a implantar programas internos decontrol , que elevan la demanda de servicios especializados en consultoríaambiental, pues ha surgido un mercado regional de servicios ambientales al niveltécnico y legal que se encuentra en proceso de diversificación (Manuela Salas, 1997;entrevista).

3) Los riesgos en industria de proceso y agricultura. Son los que están presentes dentrode las instalaciones industriales a partir del uso de materiales químicos peligrosos ocuyos desechos suelen ser tirados de manera clandestina en el drenaje. Estosriesgos se presentan en maquiladoras y en empresas como Norfluor (que produceácido de fluoruro de hidrógeno) y empresas distribuidoras de gases industriales,entre otras. Estas últimas, sin embargo no parecen estar sujetas a controles tanrigurosos como las maquiladoras”.11

A partir de 1990, algunos hechos que ejemplifican cada uno de los riesgos o que hansucitado controversias entre las autoridades, los vecinos y las empresas son: las fugasde gas en la colonia Hidalgo entre 1990 y 1996; diversos momentos en que se hapresentado el peligro latente de un descarrilamiento del tren; la negativa de colonos a laconstrucción del gasoducto cerca de sus zonas habitacionales en 1996; el derrame dearsénico al drenaje sanitario en 1993 por la empresa Candados Presto; el conflicto entreel municipio y propietarios de tierras por la expropiación de unos terrenos paradestinarlos a reubicar a familias asentadas en zonas de riesgo, un conflicto que a lafecha permanece en litigio; definición de las instancias y mecanismos gubernamentalespara preservar el medio ambiente y/o evitar riesgos urbanos, como es el caso de lasmodificaciones en la estructura orgánica municipal que han afectado a las dependenciasde ecología y protección civil.12

EL CONTEXTO POLÍTICO DE LA GESTIÓN AMBIENTAL

Para las autoridades municipales, el objetivo ha sido que en la determinación del marcode atribuciones y responsabilidades sobre el control y la protección del suelo urbanoprevalezcan las atribuciones municipales. No en balde, durante los dos periodos degobierno ocupados por el Partido Acción Nacional (1992-1995 y 1995-1998), lospresidentes municipales, Francisco Villarreal y Ramón Galindo, han enarboladodemandas políticas municipalistas, en favor de la autonomía municipal. Por iniciativa de

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Villarreal, se fundó la Asociación de Municipios A.C., un organismo que promueve lacolaboración intermunicipal.

El acento municipalista que le han impreso a su administración los gobiernos panistas esun producto indirecto del vertiginoso proceso de modernización económica que ha vividola frontera durante las dos últimas décadas. El panismo, como fenómeno político, remitesus origenes a la rebelión electoral de los años ochenta, cuando, entre otras cuestiones,se puso en tela de juicio el tradicional centralismo ejercido por el gobierno federal haciala frontera.

Aquella masiva movilización ciudadana, que utilizó a las elecciones como su principalinstrumento de expresión y de lucha política, ahora hace posible que los analistasdefinan a la frontera y en especial a Ciudad Juárez como “una zona de modernidadpolítica” (Tonatiuh Guillén, 1996)13. En 1983 y 1992, esta ciudad formó parte de laprimera oleada panista en los gobiernos municipales y estatales, donde inauguró laexperiencia de la alternancia e hizo avanzar el pluralismo político. Esto sucedió dentrode un conflicto que se desarrolló a través de varias etapas: el triunfo panista de 1983 enlas principales ciudades del estado; el gran fraude electoral de 1986 en contra del PAN yla ciudadanía; la fatiga electoral panista de 1989 y la recomposición y conquista de lagubernatura y el congreso de estado en 1992.14

A lo largo de estas etapas de la dinámica política, el sistema de partidos consolidó superfil bipartidista, en torno del cual se desarrolló una clase política heterogénea, que seha nutrido de decenas o cientos de grupos ciudadanos que desde los años ochenta y enla actual década han planteado de modo insistente diversos temas de la agenda pública.En efecto, de manera paralela a la transformación del entorno político, a principios de laactual década fue patente el surgimiento de una sociedad civil más participativa ydiversificada, con grupos de distinta índole que se manifestaban respecto a los temas dederechos humanos, políticas culturales, seguridad pública y medio ambiente.

Esto pudo apreciarse a partir de sucesos como el asesinato de un periodista conocidopor su participación en las jornadas de insurgencia cívica de 1986; los nuevos proyectoscomerciales que atentaban contra el patrimonio cultural creado durante la época depujanza del Programa Nacional de las Fronteras (PRONAF), el Museo de Arte e Historiay la Sala de Convenciones del INBA; la violenta irrupción del fenómeno del narcotráficoen nuestra ciudad, que desde entonces la sujetó a las redes internacionales del tráficode estupefacientes y los proyectos de expansión urbana que intensifican los procesos deagotamiento y deterioro de los recursos naturales escasos, como el agua.

Los actores que han participado en el tema del medio ambiente no han enfrentado,desde un principio, la problemática ambiental como su objetivo principal. La mayoría delas veces han actuado en forma coyuntural y sin continuidad, pues lo que importaba noera la protección del ambiente como tal (la calidad y buen uso de los recursos naturales),sino la solución de problemas concretos que afectaban directamente sus condiciones devida. Se distinguen tres categorías de actores frente a la problemática ambiental:

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1) los vecinos carentes de una estructura organizativa y cohesión política, que semovilizaron en demanda de cuestiones vinculadas a los servicios e infraestructuraurbana;

2) los actores políticos (partidos) y sociales (agrupaciones de colonos y sindicatos),cuya acción se desplegó en casos que poseían importancia política y donde el temaambiental era sólo un campo de la disputa electoral y

3) las asociaciones empresariales, que además de participar en la formación deopinión pública sobre los asuntos de la comunidad, respondieron a las acusacionesque se les formularon por poseer industrias contaminantes.

Habitantes de colonias populares demandandaron soluciones para problemas como laescasez, contaminación y fugas de agua, la carencia de drenaje, fugas de aguasresiduales, deficiencias en el servicio de limpia y la reubicación del basurero municipal.Los partidos políticos y las cámaras empresariales exigieron el esclarecimiento de lascausas y consecuencias del accidente por radiación de cobalto 60, así como ladeterminación del lugar en que se ubicaría el cementerio nuclear para enterrar losmateriales contaminados, lo que confrontó a toda la sociedad local. En la zona rural delmunicipio, los ejidatarios denunciaron que la zona de reserva ecológica y el Valle deJuárez estaban contaminadas por recibir aguas residuales domésticas e industriales yque se empequeñecían debido a la ocupación ilegal de la tierra para usos no agrícolas.

A principios de los noventa, en la discusión del tema de los desechos tóxicos generadospor la industria maquiladora, aparecieron los primeros organismos ciudadanos quepodrían definirse como “actores ambientales”: la Coalición Pro Justicia en la Maquiladoray el Consejo Ecológico de Ciudad Juárez, que se crearon a partir de la discusión sobrelas posibles consecuencias ambientales del Tratado de Libre Comercio. También, estasorganizaciones se pronunciaron en contra de los proyectos de construcción decementerios tóxicos y nucleares en áreas cercanas a El Paso y Ciudad Juárez. En estecaso, destaca el hecho que los grupos locales se vincularon a otros que surgieron en ElPaso. A estos grupos se añadieron otros organismos no gubernamentales, el PVEM ylos gobiernos municipal y estatal, cuando coincidieron en impulsar acciones conjuntaspara oponerse a la construcción del basurero nuclear en Sierra Blanca.15

La eficacia de la sociedad para promover políticas ambientales o cambios en lasexistentes ha sido diferenciada. En relación a los servicios públicos, las movilizacionesde colonos se articularon con los mecanismos clientelares de los partidos que ocupan elgobierno municipal. En el caso de contingencias que rebasan la escala local (elaccidente nuclear, por ejemplo), los actores locales tuvieron poca capacidad de influir enla toma de decisiones de los niveles de gobierno superiores.

Con frecuencia, los actores que participaban en la defensa del medio ambiente teníanmotivaciones «extra-ambientales». En la polémica acerca de los efectos de la industriamaquiladora de exportación en México los argumentos de la izquierda en contra de esaindustria (desvinculada de la economía nacional, que agudiza la dependenciaeconómica, alienta el desmesurado crecimiento de las ciudades fronterizas) añadieroncríticas que resaltaban su impacto en el deterioro del medio ambiente. Hallazgos de

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basureros clandestinos de desechos tóxicos industriales usados en las plantasmaquiladoras justificaban las apreciaciones de los partidos, pero estos subordinaban eltema ambiental a las premisas de sus planteamientos ideológicos.16

Esa forma de razonamiento también es imputable a las organizaciones empresariales,como las cámaras locales de Comercio y de la Industria de Transformación, cuyasacciones en su mayoría tienden a refutar las acusaciones que se hacen en contra de lasempresas propiedad de sus agremiados. Esto ocurrió en los casos de contaminaciónindustrial que involucraron a las empresas Cementos de Chihuahua, Flourex o a algunasmaquiladoras. No obstante hay avances respecto a la manera en que los actorespolíticos han asimilado la problemática ambiental. A diferencia de la década pasada, enlas elecciones de 1995 y de 1998, el tema sobre la calidad del medio ambiente en laciudad se ha incorporado en las campañas de los candidatos de los principales partidos.Las propuestas suelen hacer referencia, de un modo más informado y específico, atemas tales como el estado en que se encuentran los proyectos de construcción de lasplantas tratadoras de aguas residuales, las verificaciones de emisiones vehiculares y laexplotación de los mantos acuíferos. Es decir, los partidos y sus candidatos empiezan amanifestarse con base en un conocimiento más nítido acerca de la magnitud del losproblemas ambientales. Esto mismo ocurre con otros actores sociales que, comoveremos adelante, se vinculan al diseño y ejecución de la política ambiental de unamanera más activa y corresponsable.

Quizás debido a lo anterior, el tema ambiental no constituyó en las elecciones de juliopasado una fuente de reclamos a las autoridades panistas, tal como ocurrió con otrostemas, como el narcotráfico y la seguridad pública. No obstante que el problemaambiental no parece haber incidido como uno de los factores de derrota del PAN en lagubernatura, para las autoridades actuales, la problemática ambiental continúa siendouno de los principales retos que deben enfrentar. En este sentido, cabe destacar que, almenos a nivel municipal, el nuevo gobierno panista17 decidió incorporar en el ComitéMunicipal de Protección Civil y en otras instancias de gestión ambiental a académicosque han estado al frente de investigaciones en este campo18. Esto podría serinterpretado como una expresión de una mayor sensibilidad gubernamental en torno almedio ambiente.

EL MARCO JURÍDICO Y LOS NUEVOS ACTORES AMBIENTALES

En este contexto, resulta claro que los años ochenta marcaron el inicio de las políticaspúblicas ambientales.19 Aunque de manera fragmentada e incluso contradictoria, los tresniveles de gobierno realizaron medidas de control ambiental por medio de programas deinversión en obras públicas y de la actualización del marco legal. A partir de 1990, elgobierno federal, a través de la entonces SEDUE, incrementó sus recursos y suparticipación a nivel local. Esto último en coincidencia con el interés del gobiernomexicano por atenuar problemas de gestión ambiental binacional, que fueron discutidospolémicamente en el nuevo contexto que se inició a partir de las negociaciones para lafirma del TLC.

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Las principales acciones de política ambiental en los ochentas se concentraron enregular aspectos como la definición y diseño de la ruta ecológica, el manejo de desechosindustriales peligrosos, el control de emisiones fabriles y vehiculares, el mejoramiento delos sistemas de recolección y disposición de residuos domésticos y el tratamiento delagua.

A nivel normativo, los gobiernos estatal y municipal, respectivamente, dieron pasossignificativos con la promulgación de la Ley Ecológica del Estado de Chihuahua y lacreación del Comité Municipal de Ecología20 y del Sistema Municipal de Protección Civil.

Existe una Ley Estatal de Protección Civil en que se especifican claramente lasatribuciones de los comités municipales para dar seguridad y protección a la ciudadanía(ver Cuadro 2). El comité municipal, en Juárez, depende de la Secretaría delAyuntamiento del municipio y de la Secretaría de Gobernación; se subdivide en diversasáreas para cumplir sus funciones de capacitación, dictaminación y prevención deriesgos.

En la actualidad, los actores gubernamentales relevantes en la planeación urbana y laprotección del medio ambiente son, además de los comités municipales Cuadro 2. Elmarco legal y reglamentario de Protección Civil y de Ecología creados a principios de ladécada, el Instituto Municipal de Planeación, creado en 1995 para diseñar políticasurbanas estratégicas, la delegación local de la SEMARNAP, que ahora dispone demayores recursos técnicos y de personal, y vigila el funcionamiento del mercado local deservicios de protección ambiental, que ofrecen empresas nacionales y extranjeras queoperan en Ciudad Juárez y El Paso,21 y la sede de la agencia de protección ambientalbinacional creada a propósito de la puesta en vigor del TLC, llamada Comisión deCooperación Ecológica de la Frontera. de Protección Civil y de Ecología creados aprincipios de la década, el Instituto Municipal de Planeación, creado en 1995 paradiseñar políticas urbanas estratégicas, la delegación local de la SEMARNAP, que ahoradispone de mayores recursos técnicos y de personal, y vigila el funcionamiento delmercado local de servicios de protección ambiental, que ofrecen empresas nacionales yextranjeras que operan en Ciudad Juárez y El Paso,21 y la sede de la agencia deprotección ambiental binacional creada a propósito de la puesta en vigor del TLC,llamada Comisión de Cooperación Ecológica de la Frontera.

Las funciones de esta agencia, sin embargo, rebasan el ámbito local, pues su tarea esrevisar las solicitudes de asistencia financiera que hacen los gobiernos locales al Bancode Desarrollo Americano de San Antonio, Nadbank. La COCEF ha certificado 21proyectos de infraestructura beneficiando a 7 millones de personas mediante la inversiónde 473 millones de dólares. Durante su XVI reunión pública, en junio de 1998, en Saltillo,se certificó un proyecto de agua potable y alcantarillado para el Valle Bajo de El Paso(comunidades de Socorro y San Elizario) a un costo superior a los 98 mdd. Con la JuntaMunicipal de Agua y Saneamiento de Ciudad Juárez se firmó en agosto de este año unconvenio de asistencia técnica para la actualización del Plan Maestro de Mejoramientode los Servicios de Agua potable, Alcantarillado y Saneamiento por 100,000 dólares(BECCNews/NotiCOCEF, 1998; 10). Más recientemente se llevó a cabo un foro, en

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colaboración con El COLEF y la Universidad de Texas A&M, de información sobre elmedio ambiente, con la asistencia de representantes de 15 municipios fronterizos, endicho foro se observó el interés de los municipios fronterizos por acceder a los beneficiosde los proyectos de COCEF (El Diario, 07/11/98; 9C).

Entre 1996 y 1998, además de proyectos de inversión para la dotación de serviciosurbanos financiados por organismos como el Banco Mundial, destacan actividadestendientes a mejorar la capacidad de gestión urbana, mediante conveniosinterinstitucionales de capacitación en gestión ambiental para empleados municipales.Se trata del «Programa de Capacitación en Gestión Ambiental para el Municipio deJuárez», realizado entre 1996 y 1997 por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, elAyuntamiento de Juárez y el Instituto Nacional de Ecología. Esta política parte de losprogramas de escala estatal y nacional «Programa de Fortalecimiento de la GestiónAmbiental Estatal y Municipal» y «Programa de Descentralización Ambiental para laFrontera Norte», respectivamente. Otros proyectos que incorporan a las instituciones deeducación superior como actores de la política ambiental son «Probida Binational WaterProgram» (Probida Binational Water Program, 1995-1997; 30) y «Cooperación Universi-comunitaria para la educación en salud ambiental», que actualmente llevan a cabo lasuniversidades Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y de Texas en El Paso (UTEP). LaUACJ cuenta con un Centro de Estudios Ambientales que participa estrechamente conlas autoridades en el diseño de políticas, así como con organismos de incidenciaregional, como la Organización Panamericana de Salud, con sede en El Paso.

La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) realiza a su vez un estudio sobresustancias tóxicas en el Río Bravo, tomando muestras del agua del río desde CiudadJuárez- El Paso hasta Ojinaga-Presidio. Actualmente este proyecto que inició en 1992se encuentra en su tercera fase e involucra a otras dependencias gubernamentales deMéxico y Estados Unidos como la Comisión Nacional del Agua, la Comisión de RecursosNaturales de Texas, la EPA y el Servicio de Parques Nacionales.

Estos hechos, sugieren que ha habido un cambio cualitativo y cuantitativo al nivel de laaplicación y cumplimiento de la legislación ambiental. Las autoridades se muestran másfortalecidas en sus funciones de vigilancia y control ambiental,22 a pesar de que sepresenta el hecho que las políticas no sean adoptadas por todas las instancias con elmismo grado de compromiso. Por ejemplo, esto ocurre en los casos del ComitéMunicipal de Protección Civil23 y con instancias federales como la Comisión Federal deElectricidad.24

También existen mecanismos permanentes de coordinación con la ciudadanía, a travésde organismos ciudadanos, como el Grupo Progreso, que cuenta con recursosgubernamentales para promover obras y acciones que mejoren la calidad de vida de loshabitantes,25 y como el “Comité Local de Ayuda Mutua”, que está formado por lasprincipales empresas que disponen de medios para enfrentar contingenciasambientales.26 Finalmente, existen otros organismos no gubernamentales que impulsanla protección del medio ambiente como parte de sus actividades. Entre otros resaltan laOrganización Popular Independiente y el grupo CASA, afiliado a las Comunidades

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Eclesiales de Base, Conciencia Ciudadana y el Mujeres por Juárez, de filiación panista,Pluralidad y Convergencia y otros dedicados a mejorar las condiciones de vida de lasmujeres, como el Grupo 8 de Marzo y FEMAP. A estas se añaden, evidentemente, lasorganizaciones que se involucraron en el caso Sierra Blanca, que actúan en CiudadJuárez y El Paso, es decir a escala binacional.

La actuación de estos organismos es relevante porque sus demandas han contribuído adelinear los contenidos de las políticas ambientales no sólo a nivel local, sino a nivelinternacional. Gracias a ello, en la agenda política local se ha reconocido al temaambiental «como una cuestión socialmente problematizada», lo que ha empujado aldiscurso y a la acción gubernamental a transitar paulatinamente de una política de«omisiones» a otra de “acciones». En esta transición la ley ha sido utilizada comoinstrumento para dirimir las controversias ambientales, a lo largo de las últimas décadas.Pero esta ley como se ha hecho notar anteriormente, ha tenido que adaptarsepaulatinamente, al igual que las percepciones y los intereses de los actores que hanparticipado entales controversias.

CONCLUSIONES

En esta breve semblanza he presentado las principales características de la dinámicasocioespacial de Ciudad Juárez, así como su incidencia en la gestación de una agudaproblemática ambiental. Expuse que esta ciudad está inmersa en procesossocioeconómicos y culturales que la vinculan de una manera más estrecha a un contextode competencia globalizado y, junto con su vecina ciudad de El Paso, la orientan haciasu metropolización. Estos procesos pueden ser objeto de una doble lectura, según lasposibles consecuencias que en el futuro tengan sobre la calidad del medio ambiente.

Por un lado, como lo he señalado, los problemas ambientales han crecido y determinadoque, no obstante los avances en materia de política y legislación ambiental, el panoramaen la ciudad sea poco alentador. La magnitud de los problemas y de las demandassociales parece rebasar la capacidad de respuesta de las autoridades, mientras que losorganismos ciudadanos a pesar de haberse multiplicado, cuentan con una presenciasocial reducida.

Pero, por otro lado, el hecho de que la ciudad esté experimentando un cambio cualitativoen sus procesos de localización industrial puede ser un aliciente para que los actoressociales relevantes realicen nuevos esfuerzos para elevar la calidad de vida de loshabitantes. En tanto ciudad “globalizada”, para esos actores mejorar las condiciones devida y la calidad del medio ambiente puede ser un factor clave en la competencia poratraer nuevas inversiones.

Estas dos lecturas no necesariamente son contradictorias. A lo largo del texto hemostrado tanto los avances, como las inercias que aún influyen en el alcance de laspolíticas que inciden en el medio ambiente. Lo importante es tratar de indagar en quémedida pueden tener resultado los esfuerzos de los actores que ahora, posiblemente, se

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plantean el diseño de nuevas políticas ambientales, más integrales y más precisas entérminos normativos e instrumentales.

Responder a esta interrogante requiere reflexionar acerca de algunas de las variablesque han incidido en la evolución actual de la política ambiental y en el proceso deconstitución de los nuevos actores que se desenvuelven en torno de ella. Entre otrasvariables, destacan dos que de modo implícito han estado presentes en los principalesproblemas o controversias suscitadas por motivos ambientales. La primera es la culturajurídicoambiental de los actores, cuya evolución ha sido evidente pero de modo desigualy contradictorio. Esto se observa tanto en la actuación de los actores nogubernamentales, como en la falta de políticas articuladas y congruentes entre los tresniveles de gobierno. La otra variable se refiere al grado de consolidación e integraciónde un marco jurídico claro y coherente para la región, que evite problemas provocadospor la contraposición o anulación de leyes de distintos ámbitos legales,27 que rigen eneste espacio fronterizo.

En este contexto, las variables aludidas deben ser consideradas, a fin de enfrentar unaamplia gama de asuntos o controversias que se desprenden de las funciones urbanasde una ciudad con más de un millón de habitantes, a la cual se añade la característicade ser fronteriza.

Asimismo, el diseño de las nuevas políticas debe estar orientado por criterios deinclusión y de representatividad, en la cual la mayoría de los actores relevantes puedaexpresar sus percepciones o ideas sobre lo que es la ciudad o puede serlo. Estaspolíticas deben reconocer, explícitamente, el papel que desempeñan los principalesagentes económicos que operan en la ciudad, al igual que la necesidad de apoyarse enun diseño jurídicoinstitucional que contribuya a resolver las controversias ambientales demodo armónico.

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Entrevista a Alfonso Gallegos Antúnez, (1998), jefe del área de administración deriesgos de la Oficina de Protección Civil, 11 septiembre.Entrevista a Oscar Ibáñez, (1998), Director de Planeación Urbana en el Ayuntamientode Juárez 1995-1998, 11 de septiembre.

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Entrevistas a Manuela Salas, (1997), ex-delegada de la oficina en Ciudad Juárez de laSedue y a Felipe Adrián Vázquez, Coordinador del Centro de Estudios del MedioAmbiente de la UACJ, septiembre.

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IV PARTE

LA INTEGRACIÓN FRONTERIZA COLOMBO- VENEZOLANA

LA INTEGRACIÓN FRONTERIZA COLOMBO- VENEZOLANA: SITUACIÓN YPERSPECTIVARaquel Alvarez de Flores

CARACTERIZACIÓN GENERAL

En el nuevo marco de las relaciones globales donde los mercados y los poderes estáninseparablemente entretejidos, comienzan a privilegiarse asociaciones estratégicas demuy diversos ámbitos y de carácter económico, político y ecológico, conformándosebloques geoeconómicos, propuestas subregionales, regionales y binacionales derivadasde una situación específica compartida: la búsqueda de inserción en condicionesfavorables al libre comercio mundial.

Este proceso va acompañado de un nuevo juego político con nuevas reglas, nuevosactores (regiones, autoridades locales, partidos nacionalistas), actuando en un marcodiferente que desborda el Estado-nacional. Se afirma, incluso, que la soberanía de losestados ha sido erosionada. Ocurre igualmente una movilización de bienes y servicios,en tanto factores de producción como el capital y los saberes, pasan a ocupar un lugarprivilegiado. Es el último determinado por el resultado de las tecnologías de punta(informática, microelectrónica, robótica, biotecnología) y de la investigación científica.Así, el valor del conocimiento desplaza a los recursos naturales, la tierra o el precio de lamano de obra.

Una consecuencia de la globalización la representa la desfronterización, concebidacomo la disminución de las fronteras de todo tipo en todos los aspectos de la vida,desvaneciéndose la diferencia entre “adentro y afuera”, con la grave amenaza de lapérdida de identidad nacional al dejar los ciudadanos de estar directamente relacionadoscon el Estado-nacional y vincularse con estas fuerzas globalizadas que se encuentranpor fuera del propio grupo.

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Los flujos comerciales, las transferencias multimillonarias y los consorcios gigantes noreconocen “límites” ni “fronteras” para instalarse allí donde los sueldos son más bajos ylos gastos sociales o de protección del ambiente, ni siquiera existen. Un ejemplo lorepresenta el comercio de la construcción de máquinas e instalaciones como la ASEABROWN BOVIN (ABB), con mil filiales en cuarenta países. En caso necesario puedendesplazar la fabricación de cada producto o parte de él de un país a otro en pocos días.

Frente al despliegue o intensificación de estas fuerzas globalizantes, los estados-nacióntuvieron que optar por la vía de relanzar o adoptar nuevas estrategias de integracióncomo medida para contrarrestar las presiones y vulnerabilidades de las economías einsertarse favorablemente en esta competencia internacional.

Así, unos de los primeros en sumarse a estas medidas fueron los estados de Europaoccidental, que decidieron eliminar, desde Lisboa a Copenhague, casi todas las barreraspara el movimiento transfronterizo de capital, bienes y servicios. Por su parte, EstadosUnidos, Canadá y México decidieron fundar el Tratado de Libre Comercio (TLC),integrando por primera vez a un gran país en desarrollo. El gigante chino se adhirió alTratado Mundial de Comercio (OMC), y en cuanto a América Latina, se optó por unreforzamiento subregional y regional para competir en estas relaciones interbloques,planetarias, proponiéndose en la Cumbre de Miami el establecimiento para el año 2005de una zona de Libre Comercio al estilo del TLC ampliado al hemisferio americano.

En esta atmósfera de constitución de espacios de integración se enmarca la actuaciónde Venezuela y Colombia, países con una dilatada naturaleza integracionista de largadata, facilitada por el curso de las relaciones históricas, geográficas, comunicacionales ycomerciales actuando a favor del reforzamiento de estas relaciones binacionales yfronterizas.

LA INTEGRACIÓN CONSTRUCTIVA

Ambos países, ante el escenario mundial donde los procesos de integración se hanfortalecido y ante el convencimiento mutuo de que ésta constituye la vía más acertadapara la solución a los múltiples problemas de índole binacional y fronterizo, establecieronun esquema de soluciones imaginarias, solidarias y colaborativas, privilegiando lacooperación sobre el conflicto a fin de dar respuesta a los distintos problemas.

Un ejemplo de lo anterior se evidencia a partir de 1989, con la actitud de los presidentesde Venezuela y Colombia, Carlos Andrés Pérez y Virgilio Barco, ambos hombres defrontera, quienes suscribieron el 3 de febrero de ese mismo año el Acuerdo de Caracas,cuyo propósito principal se expresa en el logro de acciones coordinadas y permanentesde los dos gobiernos, conducentes a la reintegración de la Comisión de Conciliaciónprevista en el Tratado sobre No Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicialsuscrito en 1939. Se establecía, igualmente, designar a dos altos comisionados por cadapaís, encargados de elaborar un inventario de las cuestiones por examinar entre ambospaíses y proponer a los dos gobiernos una metodología adecuada a su tratamiento ysolución (véase Obregón y Nasy, 1990).

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Lo expresado en el Acuerdo de Caracas va a reafirmarse con la Declaración de Ureña,suscrita el 28 de marzo de ese mismo año. Allí se designa a los miembros de lasdistintas comisiones. Se conforma definitivamente la Comisión Permanente deConciliación, cuya convocatoria e intervención es sólo para ciertas controversias cuandolas partes no lleguen a un acuerdo por la vía amistosa o a través de los canalesdiplomáticos ordinarios. Respecto a los altos comisionados, se acordó realizar elinventario propuesto en la Declaración de Caracas, aclarándose que tendrían la misiónde recomendar un modus operandi para la solución del diferendo.

En cuanto a los comisionados nacionales de Asuntos Fronterizos o de Vecindad, seavanzó en la definición de cuatro grandes áreas temáticas:a.- El tránsito de personas, bienes y vehículosb.- La integración económica fronterizac.- La planificación conjunta del desarrollo urbano, yd.- El uso y preservación de los recursos naturales

Paralelamente se elaboró una lista de cinco proyectos a los que las comisiones deberíandar preferencia:

- Generación de energía eléctrica y navegación en el Orinoco- Explotación de la formación precámbrica denominada Escudo de Guayana- Interconexión eléctrica de regiones fronterizas- Crecimiento e interconexión de las áreas urbanas de Cúcuta y Villa del Rosario(Colombia) y San Antonio-Ureña (Venezuela). La idea consistía en crear un áreametropolitana binacional con un plan maestro de desarrollo basado en unainfraestructura común de servicios públicos y sociales- y, por último, un proyecto agroindustrial y azucarero entre el Norte de Santandery el estado Táchira.

Cabe destacar que a esta comisión se incorporaron por primera vez representantes delas regiones fronterizas, actuando favorablemente en el avance de las mismas debido alconocimiento de los problemas fronterizos.

El trabajo de estas comisiones permitió el avance en el estudio de algunos problemasentonces críticos para los dos países, como el caso de la seguridad fronteriza,suscribiéndose la llamada Declaración de Villa de Leyva, que formalizó la cooperaciónen la lucha contra el comercio ilegal de armas y narcotráfico y reforzó otros conveniosmilitares firmados anteriormente.

En lo que respecta al trabajo de la Comisión Demarcadora, se iniciaron labores paraidentificar, inspeccionar, colocar y mantener los hitos, así como la demarcación de lafrontera terrestre entre ambos países.Trabajando bajo un esquema metodológico estratégico para el tratamiento y solución delproblema fronterizo, los comisionados de Asuntos Fronterizos o de Vecindadincorporaron en sus agendas los siguientes temas:1.- Migraciones2.- Cuencas hidrográficas internacionales

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3.- Delimitación de áreas marinas y submarinas4.- Ríos internacionales5.- Demarcación y densificación de hitos6.- Transporte internacional7.- Utilización de recursos naturales transfronterizos8.- Tráfico de estupefacientes9.- Sistema de control para evitar la sustracción de transporte, y procedimiento para surecuperación10.-Cooperación y asistencia mutua en casos de emergencia y para la pre servación deecosistemas

Estas instancias de diálogo y negociación estuvieron acompañadas de numerosasvisitas oficiales y encuentros informales de presidentes, ministros, viceministros dedistintos gabinetes, cancilleres, gobernadores, presidentes de asambleas legislativas yalcaldes de los estados fronterizos. Puede señalarse que el manejo integral de las relaciones bilaterales a partir de lacreación de estas comisiones ha sido provechoso. Así lo refiere el exviceministro deRelaciones Exteriores y exembajador de Colombia en Venezuela, Rodrigo Pardo.“EI esquema de negociación y de tratamiento de los diversos temas en forma simultáneaha evitado fa parálisis de las relaciones bilaterales y las ha conducido a una situaciónesencialmente operativa. Se evadió la parálisis y se fomentó el dinamismo.» (Pardo,1993: 6). Resulta interesante destacar el trabajo permanente de estas comisionespresidenciales de Integración y Asuntos Fronterizos colombo-venezolanas, llegando enla actualidad a la realización de la vigésimoctava. En cada una se han abarcadodiferentes temas entre los que resaltan los aspectos ambientales, educativos, comercioe infraestructura, salud, transporte y turismo, entre otros.

Si bien se reconoce la existencia de diversos asuntos de tipo conflictivo aún sin resolver,valga señalar el caso del Golfo de Venezuela, no por ello se ha dejado de negociar enforma amistosa y simultánea diversos problemas de interés común que atañen a ambasnaciones.Bien lo ha expresado el expresidente colombiano César Gaviria: “Entre Colombia yVenezuela vale más lo que nos une que lo que nos separa.” Estos hechos demuestran elinterés de los dos gobiernos, animados por las ideas bolivarianas de concertar accionesfrancas, fecundas y dinámicas en el ámbito bilateral, para avanzar en el proceso deintegración fronteriza regional dentro del espíritu de lo acordado en la «Declaración deGalápagos” y de las actas de «La Paz» y «Caracas». Allí se estableció un cambio deorientación en las políticas y programas comunes de integración fronteriza en los que secontemplan los siguientes aspectos: la armonización de políticas económicas, laliberalización de la circulación de capitales, personas y servicios, la unión aduanera, elperfeccionamiento del marco jurídico fronterizo y la delimitación de zonas de integraciónfronteriza y eliminación de las distorsiones de capitales.

En el caso de la integración colombo-venezolana, la bilateralidad funciona como puertaabierta para el entendimiento directo entre ambos estados, en un ámbito de verdaderas

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manifestaciones para avanzar en la integración. Este nuevo diseño de integraciónfronteriza en lo que respecta a la frontera colombo-venezolana (con 2317 Km. de límiteinternacional y cerca de siete millones de habitantes) se sustenta fundamentalmente enlas ventajas y potencialidades que rindan estas áreas de frontera a lo largo de la líneafronteriza. Se observa una gran homogeneidad sociocultural facilitada por la continuidadgeográfica y la historicidad de las relaciones sociales mantenidas por estos habitantesdesde que formaban parte de una misma unidad político-administrativa.

En estas zonas de frontera, esta unidad encuentra su mayor expresión, ya sea porrazones de las propias limitaciones con sus respectivas estructuras nacionales o por losfrecuentes intercambios comerciales y de todo orden, dando lugar a la formación de lasllamadas «sociedades transfronterizas», entendidas como aquellas que actúan en unespacio habitado por poblaciones fronterizas pertenecientes a sistemas nacionalesdiferentes o que, estando distantes (las poblaciones), reciben la influencia de la frontera,conformando un campo de aplicación cultural, social, económico y político enconcordancia con el límite internacional.Desde esta perspectiva se constituyen las relaciones fronterizas con una conciencia dedestino histórico común ejemplificado por la suma cualitativa de acumulados históricos yculturales que imprimen un sello de originalidad a este proceso de integración fronterizacolombo-venezolana.

En estos espacios convive una comunidad que se nutre de un largo y rico pasado deexperiencias, pruebas, derrotas y victorias, configurándose una «tipología social»representada por la presencia del trabajador que cruza la línea de uno y otro ladodiariamente, el ganadero fronterizo, el estudiante originario de una zona que realiza susestudios en la otra, los camioneros que ejercen actividades de transporte y comercio, losagentes de cambio.

Vistas de esta manera, las fronteras no son solamente la articulación de porcionesdistintas entre sí, sino que constituyen zonas de contacto entre países vecinos,generándose muchas veces una faja de interacción económica, social y cultural quesobrepasa los límites convencionales (Bolognesi-Drosdoff, 1990:14), dando lugar a unárea de interfase, tal como la denomina González Posse (1990:3).

Este área se expresa en lo social a través del intercambio entre individuos y grupos condiversos fines, y en lo cultural, en función de costumbres, usos, expresiones idiomáticaspropias y distintivas de las fronteras representadas en el modo de ser, manera depensar, de hablar, de vestir, de comer, de luchar, conjugando ese imaginario social queconstituye el patrimonio policultural de las regiones fronterizas.

En consecuencia, podría afirmarse que las fronteras son un ejemplo de contribucióncultural en el que el clima, paisaje, formas de vida vegetal y animal, recursoseconómicos, contactos, interacciones e intercambios, creencias, entre otros, se conjuganpara ejercer poderosas influencias sobre la identidad cultural, no sólo con relación a lopropio, sino también y muy especialmente con relación a los otros.

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En este marco de referencia, las fronteras constituyen una realidad humana y no sóloterritorial en la que se registran diversidad de movimientos y factores relacionados con lahistoria, la geografía, la ciencia política, el derecho internacional, la lingüística, lasociología y la ecología, entre otras, presentando las fronteras, por este motivo,posibilidades de cooperación o de integración fronteriza entre países vecinos,visualizándose las posibilidades de intercambio con base en las realidades locales y laaplicación de determinadas políticas en materia social, jurídica, ambiental, económica,de seguridad y defensa y educativa, en el marco de la normativa vigente de los países.

Este proceso de integración modifica el carácter de frente que contiene cada frontera ytransforma las líneas imaginarias en lugares de integración positiva, sin dejar de existir,claro está, la frontera como marco simbólico y de identidad. Un ejemplo de ello loconstituye la Unión Europea, que abarca un perímetro multifuncional en el que estáncoincidiendo en una confederación de estados-naciones, en acuerdo para transferir enuna base voluntaria atributos mayores de soberanía (cf. Foucher, 1997:24).

Bajo estas perspectivas se valora el espacio interactivo, dejando de ser las fronterasconceptos meramente técnicos y abstractos para presentar una nueva visión como ellugar de encuentro de culturas e intercambio comercial, industrial, asignándoseles suimportancia especial frente a otras regiones de los países. Es el caso de lasasociaciones alpinas transfronterizas entre las regiones alpinas centroeuropeas (Alpescentrales, Alpes orientales, Alpes occidentales). Estas asociaciones de regionesfronterizas europeas, con un total de 52 afines desde 1990, se ocupan de problemasespecíficos como:- Ordenación de territorio- Prevención y protección civil transfronteriza- Política regional- Trabajadores transfronterizos, entre otros (Véase, Letamendia, 1 997).

De esta manera, las relaciones interregionales transfronterizas incrementan la porosidadde las fronteras estatales con una movilización a dos niveles: a nivel regional, lossectores privados y públicos se movilizan ante sus respectivos gobiernos estatales, lasdemás regiones y la Unión Europea, y a nivel interregional, las regiones se agrupan enasociaciones e intercambian información y conocimientos técnicos, así como tambiénestablecen una mayor cantidad y variedad de contactos sociales, lo que lleva alintercambio de experiencias y aprendizajes con posibilidades de una integración a nivelsuperior.

Vistas desde este contexto, las áreas fronterizas han experimentado una evolución alpasar de ser «espacios de aproximación física de dos sistemas socioeconómicos queresponden a soberanías políticas diferentes» (Power, 1993:7), a la concepción deespacios cuyas características geográficas y/o socioeconómicas aconsejan laplaneación y la acción conjunta de las autoridades fronterizas en las que, de comúnacuerdo con el país vecino, se adelanten las acciones que convengan para promover sudesarrollo, y posteriormente, el intercambio bilateral e internacional.

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Con esta visión integradora y tomando en consideración el caso de la integraciónfronteriza colombo-venezolana, donde la frontera se presenta con una imagen defrontera de enlace y con una función de integración económica, cultural y administrativaa lo largo de la franja, especialmente de aquellas de más estrecho contacto, se debenestablecer diversos tipos de programas y planes de desarrollo en los que los habitantesfronterizos tengan presencia y se privilegie el valor social de la integración por encima delos valores económicos. Estos últimos, hasta ahora han sido el centro de los esquemasde integración.

El avance en el proceso integrador debe estar en sintonía con los factores geográficos,históricos, sociológicos y políticos que en su contenido dinámico y de aplicación tengancomo denominador común el mejoramiento de las relaciones bilaterales y el desarrollode estas zonas.

EL ESTADO TÁCHIRA (VENEZUELA) Y EL NORTE DE SANTANDER(COLOMBIA): UN EJEMPLO DE INTEGRACIÓN FRONTERIZA

El ámbito territorial Táchira-Norte de Santander abarca una superficie aproximada de31.915 Km2, de los cuales el 35% corresponde al territorio del estado Táchira y el 65%al departamento Norte de Santander, separados por una línea fronteriza deaproximadamente 140 Km. de longitud, que representa el 6,89% del total de línea defrontera que separa a las dos repúblicas.

El estado Táchira se encuentra situado en la parte suroccidental de la República deVenezuela, ocupando al nororiente de la República de Colombia, con una superficie de11.100 Km. divididos en 29 municipios. El departamento Norte de Santander seencuentra ubicado al nororiente de la República de Colombia, con una extensión de21.658 Kms2, dividido en 40 municipios.

La región Norte de Santander-Táchira se caracteriza por ser la más dinámica y activa dela larga franja fronteriza entre Colombia y Venezuela. Históricamente, este espacioconstituyó una sola unidad que se mantuvo durante el imperio colonial español y aúndespués de la separación de la Gran Colombia. Esta vocación integracionista seentrelaza con una historia y geografía compartidas en las que la existencia del ríoTáchira y su cuenca revive este pasado común.

Allí se localiza el punto de contacto de mayor intensidad y cobertura a través del puenteinternacional Simón Bolívar. En cuanto a la población, presenta la más alta densidadpoblacional, estimándose en 156,3% Hab./Km.2 para el estado Táchira, según el censode 1995, y para el departamento Norte de Santander, en 54,5% Hab./Km.2 para estemismo año.

La población del estado Táchira es de 979.458 habitantes. De esta población, 532.178son de nacionalidad venezolana y 99.566, colombiana, que representa el 15,8%. Lasconcentraciones más altas de población colombiana se encuentran en el municipio SanCristóbal, siguiendo los municipios fronterizos de Bolívar, Ureña y Junín. La población

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del departamento Norte de Santander es de 1.170.055 habitantes, de los cuales, el55,4% vive en el área de frontera. La mayor concentración poblacional se observa enCúcuta. Este hecho tiene una importante significación en la conformación del SistemaMetropolitano Binacional que estaría constituido por el área metropolitana de Cúcuta y elárea metropolitana de San Cristóbal. Estudiosos del fenómeno fronterizo colombo-enezolano afirman la calificación de ámbito binacional con una conurbación constituidapor Cúcuta-Villa del Rosario (Colombia), San Antonio-Ureña (Venezuela) y coinciden enque las progresivas e inquebrantables relaciones binacionales hacen propiciar estaunidad urbana. Con la creación de esta conurbación binacional se busca lacomplementación en la prestación de los servicios y la eliminación de las trabas formalesderivadas de la existencia del límite (véase Urdaneta y León, 1991).

Cabe señalar que por esta región cruzan diariamente miles de vehículos de pasajeros yde carga, según datos del Banco República (Colombia). Un total de 15.200 vehículos y56.500 personas cruza diariamente la línea fronteriza, para hacer sus compras, adquirirmercancías o dedicarse a las actividades laborales. (La Nación, C.D-1, 1995).Sí observamos las relaciones comerciales entre ambos países, vemos como éstas seapoyan en un número apreciable de acuerdos, tratados, actas y declaraciones conjuntasde vieja data, como los tratados Michelena - Pombo, de 1836, el Tratado sobreDemarcación de Fronteras y Navegación de Ríos Comunes de 1941y el Estatuto deRégimen Fronterizo de 1942, complementado por el Acuerdo de Tonchalá, de 1959.

Se coincide en afirmar que desde mediados del siglo pasado, las relaciones económicasentre Colombia y Venezuela estuvieron sometidas a las contingencias de la evoluciónpolítica y económica de ambos países y sólo a partir de 1962 se intensificaron estasrelaciones con la Declaración de Bogotá, de febrero de ese mismo año.

El intercambio comercial entre los dos países va a ir aumentando aún con los altibajospropios de las fluctuaciones de la moneda, dejándose sentir con mayor intensidad en laszonas fronterizas. No obstante, la cercanía geográfica de ambas zonas limítrofes hapermitido establecer una evidente e importante actividad económica, comercial eindustrial con altos volúmenes de intercambio de mercaderías, que ha llevado a lacolocación de las aduanas en ambas zonas a primeros lugares de recaudación deimpuestos en las regiones fronterizas de sus respectivos países.

Así, por ejemplo, en los primeros meses del año 1997, las aduanas de San Antonio delTáchira y Ureña recaudaron un equivalente en cuanto a importaciones de252.617.275,866 Bs. (aproximadamente $ 515.981,186 ) y 99.464.140,420 Bs.(206.937.558 $), y en cuanto a exportaciones, San Antonio recaudó 323.346.853,477 Bs.($ 661.006.020 ), y Ureña 71.784.971,830 Bs. ($178.365.310 ), mientras que en el año1996 se obtuvo una recaudación de 9 mil 964 millones, 29.090 bolívares, es decir, huboun incremento significativo de 6 mil 63 millones 339 mil 030 bolívares con 90 céntimos.(Datos suministrados por las Cámaras de Comercio de San Antonio y Ureña, 1997).

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El Táchira, por su parte, constituye la conexión vial más importante con Colombia,teniendo a la ciudad de San Cristóbal como centro regional de servicios. Desde allí sebifurcan cuatro ejes viales que se combinan con las poblaciones colombianas de Cúcuta,Puerto de Santander, Chinácota, Pamplona y Villa del Rosario, en el departamento Nortede Santander. La capital concentra el 70% de la industria de esta zona andina, siendo el30% propiedad de personas de origen extranjero, con predominio de colombianos. Tieneun gran potencial agropecuario y base agroindustrial, producción de lácteos, cueros,carnes, textil, frutos, madera, café, carbón y fosfatos, entre otros. La región cuentaademás con bancos y medios de comunicación propios, universidades, aeropuertos,capacidad gerencial, empresas con éxito y servicios (Seminario La Frontera Colombo-Venezolana y la Comisión Europea. San Cristóbal, Estado Táchira, 12 de junio de 1996).El eje fronterizo San Antonio-Ureña, cercano a la ciudad de Cúcuta, constituye uno delos más importantes polos de desarrollo económico de toda la región en el áreacomercial, industrial, e incluso en el área agropecuaria. La zona constituye el principalpuerto terrestre del país y una de las más dinámicas de América Latina, a raíz de lapuesta en vigencia de la Unión Aduanera Andina, potenciando el intercambio bilateralhasta alcanzar en 1997 una cifra cercana a US$ tres mil millones. Un análisis deldinamismo de las importaciones entre Colombia y Venezuela evidencia unincremento a partir del año 1992 en ambos países.

Muchas de esas industrias han logrado penetrar el mercado internacional, tal como en elcaso del calzado, equipos de seguridad bancaria y productos del sector metalmecánico.La posición geoestratégica del eje como puerta de entrada al Pacto Andino es otroelemento a considerar, con circulación de más del 80% de transporte de carga y depasajeros que se mueven entre Colombia y Venezuela. A los efectos de comunicacióncon el resto del mundo, cuenta con un aeropuerto internacional y con otros muycercanos, como el de Santo Domingo del Táchira y el de Cúcuta, Colombia.

Las características (brevemente esbozadas) de esta región permiten afirmar que lamisma constituye la más dinámica de todas las áreas fronterizas colombo-venezolanas yque la integración cobra su verdadero sentido como proceso sujeto a incesantesmovimientos de la historia, alentado por la fuerza de una vecindad inevitable que semantiene con el transcurrir del tiempo y se fortalece con el creciente intercambiocomercial.

Cabe destacar que por esta zona fronteriza se movilizan los mayores flujos económicosa nivel de los dos países e incluso de la Comunidad Andina de Naciones (véase, ElNacional 15-05-1997). Por sus potencialidades naturales (vínculos históricos,geográficos y culturales) y por su posición geoestratégica, esta región de frontera sinduda está llamada a ser un ejemplo de integración binacional, andina y latinoamericana.

Esta integración fronteriza colombo-venezolana ha permitido la conjugación de accionesde representantes de los diversos sectores políticos, económicos y sociales ante lanecesidad de un desarrollo fronterizo integrado. Los políticos impulsan la constitución deorganismos propios para el manejo y sustentación de la integración fronteriza, como elcaso de las asambleas regionales fronterizas*

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El sector económico representa uno de los más importantes del proceso, ya que, comose sabe, surge básicamente de la necesidad que tienen las economías vecinas deintercambiar bienes y servicios para la subsistencia y de la concreción de planes yprogramas de desarrollo industrial y comercial para el fortalecimiento de la integración.Es el caso de la Cámara de Integración Económica Colombo-Venezolana, en sus dosúltimos capítulos, el de Bogotá y el de Caracas. El número de miembros afiliados alcapítulo colombiano supera las 250 empresas, y en el capítulo venezolano estáninscritas más de 100 empresas. (véase, Iturbe, 1997:3).

El plano social está presente a través del manejo de acciones que es necesario ejecutarpara elevar el nivel de vida de las poblaciones fronterizas, abarcando la creación deprogramas para la educación, la salud y el ambiente hacia la incorporación de laspoblaciones a las variantes del trabajo productivo en mejores condiciones de vida. En eltratamiento de las relaciones fronterizas colombo-venezolanas cobra vigencia elconcepto de integración entendido como “un proceso más amplio, complejo y profundoentre dos o más naciones, que implica una vinculación e interpretación social, política,económica, cultural, científica, diplomática, e incluso militar, de enormes proporciones ycon un papel dinámico y protagónico de variados agentes de las sociedadesinvolucradas.” (Tokatlian, 1994:54).

La participación activa de la sociedad civil (la cual constituye el cimiento de la integraciónsocial) es indispensable para avanzar en la integración política y económica. En esteavance del proceso integrador entre ambos países debe considerarse (como lo hemosdicho a lo largo del trabajo) la diversidad de factores geográficos, históricos,sociológicos, políticos y técnicos para seleccionar la serie de instrumentos variables ensu contenido, dinámica y áreas de aplicación con un denominador común: el desarrollo yla integración de las áreas fronterizas.

Precisamente estas particularidades son determinantes para construir las relacionesfronterizas en el entendido de que el patrocinio integracionista para las nacioneslatinoamericanas no puede venir de la metrópolis mercantilista que desvirtúa ydesustancia lo que hay de real entre nosotros, sino que debemos unirnos para resistir,para crecer y para contribuir al «equilibrio del mundo» del que hablara Martí.

Para eso se hace necesario instrumentar una política fronteriza basada eninvestigaciones y estudios bajo el manejo de la cooperación global en la que seprivilegien acciones específicas en materia económica, social y ambiental bajo unesquema jurídico-político renovado a fin de colocar estos espacios fronterizos en sudimensión real, determinada por los caracteres geopolítico y geoestratégico propios delos mismos y por las amplias ventajas que éstos presentan frente al proceso de aperturacomercial, producto de la internalización de las economías.

De esta manera, las fronteras pueden convertirse en generadoras de su propiodesarrollo con beneficio directo hacia los habitantes y cambiar la imagen de zonasdeprimidas y problemáticas que hasta ahora ha predominado. ¿Habrá tiempo paravernos y aceptarnos como realmente somos, colombianos y venezolanos, destinados a

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vivir juntos sobre una misma frontera? ¿Llegará el día en el que los interesesindividuales den paso a la comunidad de destino con un modo de pensar y vivir quealcance en lo posible el nivel de los genuinos tiempos históricos? La dinámica de losnuevos tiempos posibilita esta integración.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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LA INTEGRACION FRONTERIZA COLOMBO-VENEZOLANA Y SUSLIMITACIONES: PROPUESTAS POLITICO-ECONOMICAS PARA MAXIMIZAREL PROCESOJuan Carlos Morales Manzur

INTRODUCCIÓN

Entre 1970 y 1989, las relaciones colombo-venezolanas llegaron al nivel más bajo de suhistoria. Desde 1989 hasta el presente, sin embargo, el clima político en ambos paísesha tendido a cambiar, unido a la dinámica económica mundial y al nuevo impulso que laintegración ha experimentando en los últimos tiempos.

Entre las fechas señaladas, sin embargo, hechos tales como la agudización en el debatesobre las áreas marinas y submarinas, el conflicto en la demarcación de los hitosfronterizos y la difícil situación originada por el asunto Caldas, crearon un clima negativopara el logro de una verdadera relación armoniosa con firme orientación integracionista,por lo cual, necesariamente debe haber un cambio de mentalidad y conducta para laformación de una cultura que permita convivir dentro de un ambiente de integración.

LIMITACIONES DE LA INTEGRACIÓN FRONTERIZA COLOMBO-VENEZOLANA. UNA MIRADA RETROSPECTIVA

ASPECTOS POLÍTICOS

Con referencia a los factores políticos como causales limitantes a un efectivo y realavance para las negociaciones de un verdadero proceso integracionista, se debenconsiderar prioritariamente situaciones fácticas concretas que en la realidad actúan yafectan tanto a Venezuela como a Colombia.

Problemas limítrofes

El aspecto limítrofe ha sido un aspecto negativo en contra de la integracióncolombovenezolana.No obstante el tratado de 1941, suscrito entre Venezuela y Colombia, el cual establecíaque todas las diferencias sobre materia de límites quedaban terminadas, este aspectosigue pendiente y se obviará aquí toda consideración sobre el desarrollo de losproblemas derivados de la demarcación marítima entre ambos países. Las tensionespolíticas están aún pendientes, y los intentos de solución, aún en ciernes. (Cfr. Gonzálezy Donis; 1989:155)

Narcotráfico

El problema del narcotráfico es una prioridad que reclama solución efectiva y urgente,puesto que atenta contra los más altos intereses, tanto políticos como sociales, de lasnaciones involucradas. Conscientes de esta realidad, conviene formularse la siguiente

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interrogante: ¿Se agravaría la situación del narcotráfico con una integración fronterizaentre Colombia y Venezuela?La respuesta no puede ser concluyente, ya que se parte de supuestos y análisishipotéticos, pero dada la actual situación, podría pensarse que en efecto sí podríaacentuarse y agravarse, en vista de que al dejarse abiertas las fronteras y producirse unlibre tránsito y circulación de personas, sería muchísimo más difícil el control del tráficode las materias primas y del puente de comercialización del producto terminal de ladroga, por lo que se desprende que la actual coyuntura del narcotráfico entre Venezuelay Colombia constituye otro factor limitante al proceso de integración.

Subversión

La respuesta puede ser de diversa índole, dependiendo del enfoque que se pretenda darrespecto a la integración, ya que como bien se sabe, el control del orden público y laseguridad interna de cada país obedecen más a razones de soberanía que a esquemasintegracionistas, pero tampoco debemos dejar a un lado que la integración llevadirectamente, en su avance progresivo, a que ambos países armonicen políticas detratamiento similar (de orden fiscal, seguridad, sanitaria, etc.) por lo que un abismo odisparidad en el manejo de la seguridad, tanto de carácter personal como material, nosarrastra a un indefectible obstáculo para una plena integración. En resumen, es obviopensar que mientras la subversión tenga el auge que posee actualmente, difícilmente sepuede aspirar a una interpenetración pacífica en las zonas fronterizas colombo-venezolanas. (Cfr. Briceño y otros, 1991:19)

ASPECTOS ECONÓMICOS

Indudablemente, la consideración de las distintas variables económicas es fundamentaldentro de un esquema de integración a los fines de alcanzar metas con éxito.Así, en la real práctica entre Venezuela y Colombia adquieren plena importanciasituaciones irregulares como el contrabando, la distorsión de la economía local y eldesequilibrio comercial de la zona fronteriza, entre otros, que necesariamente debensubsanarse mediante una decidida acción conjunta que deben emprender ambos paísescon la intención de sanear los vicios existentes y sembrar un camino claro para laintegración.

Se tratará de analizar en forma breve lo que en la actualidad constituyen factoreslimitantes que desde el punto de vista económico deben superarse, pues de lo contrarioserían elementos perturbadores e indeseables para un verdadero clima de integración.Distorsión en la economía local.

Uno de los fines más importantes de la integración fronteriza en el aspecto económicoestáencaminado a favorecer al comercio, la industria, el aparato productivo de los paísesque lo integran y, por supuesto, al desarrollo progresivo de las economías involucradas.Sin embargo, el mercado fronterizo colombo-venezolano no refleja en la actualidad lospropósitos que se acaban de enunciar, ya que dicho mercado se alimentamayoritariamente de mercancías de regiones foráneas y extrañas a la zona, tales como

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Asia, Europa, Estados Unidos de América y cualquier otra parte del mundo, con lo cualse desnaturaliza la genuina intención de la integración.

De tal forma que, en virtud de este aspecto y para que exista un verdadero intercambiocomercial entre Colombia y Venezuela que favorezca desde la perspectiva económica aambas naciones en primer término y en forma indirecta al mercado latinoamericano,deben darse algunas condiciones fundamentales:1.- Que las mercancías a comercializarse “sean originarias” prioritariamente de Colombiay Venezuela y, a lo sumo, de cualquier país latinoamericano, en la proyección de unafutura ampliación hacia un mercado común latinoamericano que beneficie a toda la zona.2.- Que estas mercancías no sean subsidiadas, de manera que todos los paísesintervinientes se encuentren en las mismas condiciones.3.- La creación de efectivos mecanismos de control que permitan vigilar el fielcumplimiento de las obligaciones y compromisos contraídos por ambos países.Ahora, hay una serie de factores que contribuyen a que se produzca esta distorsión en laeconomía local.A continuación se analizarán los más importantes, sobre todo los queson característicos en la frontera colombo-venezolana.

El contrabando

Se entiende por contrabando: “Producción o comercio prohibidos por la ley, y lasmercancías objeto de la prohibición, operación generalmente clandestina, consistente enla importación o exportación de dinero, bienes o mercancías contra las normas legalesvigentes, y en fraude a la Hacienda Pública.Su fundamento es siempre de carácter económico”.(Ibidem:18)Las formas que reviste el contrabando son muy variadas, y de acuerdo a los tipos devías de comunicación que existan, eso va a determinar el tipo de contrabando que allí seproduzca.

En las zonas fronterizas conviven dos tipos de contrabando:1.- el grande y organizado, que a través de empresas trata de aparentar legalidad en eltráfico ilícito de mercancías.2.- El contrabando al menudeo, que es efectuado sin organización por personas deescasos recursos que tratan de hallar un complemento de ingresos en el transporte yreventa a pequeña escala de mercaderías de un lado a otro de la frontera.

Paradójicamente, el contrabando perseguido por las autoridades es el pequeño,quedando en la mayoría de las veces impune el “gran contrabando”, que opera con todafacultad hasta por vía de acaparamiento, permitiéndose imponer precios y neutralizar alpequeño contrabando.Al respecto, parece interesante, y a la vez importante, el hecho de que, ya en 1966, elINFORME DE LA MISION DEL BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLOpresentado a los gobiernos de Colombia y Venezuela, relata:

“Los contrabandistas pertenecen a uno y otro país; sin embargo, hay tambiénextranjeros que se dedican a esta actividad, pero ello ocurre más bien en torno aMaicao y San Antonio... el control ejercido sobre el intercambio variaría de un

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punto a otro de la frontera según el criterio de los funcionarios que lo tienen a sucargo. El grado de tolerancia es variable también según las épocas del año, locual tiende a crear un estado de confusión que actúa, como es natural, enprovecho de los más hábiles y de los más influyentes”. (BID, 1966:121)

Realmente, el contrabando ha arrojado graves consecuencias que afectanprincipalmente al comerciante de los estados fronterizos, especialmente del Zulia, enalgunos rubros de comercio a todo el país.Entre las razones que contribuyen a acentuar el fenómeno del contrabando, una es ladiferencia de precios, que es evidentemente atractiva al ilícito propósito delcontrabandista.Por tanto, previas todas las consideraciones anteriores, se puede concluir que elcontrabando conforma un obstáculo para la integración fronteriza colombo-venezolana.Desequilibrio comercial

Otro hecho que influye en la distorsión de la economía local como causal limitante a unaintegración fronteriza lo constituye el desequilibrio comercial imperante en la zona.

El origen de este problema surge por la competencia en el mercado. Al contrario de loque se piensa, se puede inferir que las personas que ejercen el comercio formal noestán en contra de la integración, ya que a conciencia reconocen la necesidad de talproceso; lo que ocurre es la abismal diferencia en las condiciones para competir, puestoque en la frontera están establecidos comercios que no pagan ningún tipo de tributación,lo que imposibilita competir al comercio formal, que sí está obligado a una serie deerogaciones de tipo fiscal, y a ofrecer iguales ventajas e incentivos a los potencialesconsumidores.

ASPECTOS SOCIALES

En un proceso de integración entran en juego diversos factores, de los cuales esprioritario considerar el factor o aspecto social. Dada la actual situación reinante en lafrontera colombo-venezolana, en la cual, el descontrol migratorio, por un lado, y la faltade identidad de los pobladores fronterizos, por otro, aunados a la deplorable condiciónde los servicios asistenciales, conforman un cuadro nada halagador para aspirar a unaempresa de éxito integradora en la frontera de los dos países.

En términos generales se considera que el descontrol migratorio emerge comoconsecuencia de las faltas de condiciones adecuadas y del mínimo de garantía desubsistencia que ambos países han brindado a los pobladores de la zona, obligando deesa manera al hombre fronterizo a salir de su territorio buscando nuevas perspectivas devida, con lo que, al no verse integrado a la realidad social de las ciudades, se sientemarginado y rechazado por la colectividad y desasistido por parte de las autoridades,provocando como panorama inevitable una mezcla de resentimiento social,marginalidad, competencia desleal y desventajosa en los puestos de trabajo, y violandoflagrantemente toda posibilidad de igual trato y oportunidades, condición ésta última sine

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qua non para una integración armoniosa hacia el logro de fines comunes para ambospueblos.

De igual modo se pueden también considerar como factores limitantes a un proceso deintegración la falta de identidad de los pobladores fronterizos y la deprimente asistenciasocial y de servicios públicos en la zona, ya que ambas circunstancias, lejos de crearatractivos favorables y sembrar los incentivos correspondientes, surge como tropiezoque hay que subsanar para concebir un esquema de integración.

Sabemos que el habitante fronterizo es el primer fin que hay que desarrollar, y elaspecto social en este campo es esencial porque ello encierra gran parte de la cabalsatisfacción de las necesidades del ser humano. Por lo tanto, si dichas expectativas noson cubiertas, es poco lo que se puede esperar del esfuerzo integracionista; por eso seconsidera que la actual situación social de la frontera colombo-venezolana no es la másidónea para que cobre eficacia la tan ansiada integración.

PROPUESTAS POLITICO-ECONÓMICAS PARA MAXIMIZAR EL PROCESODE INTEGRACIÓN FRONTERIZO COLOMBO-VENEZOLANO

Las propuestas que se requieren para maximizar el proceso de integración colombo-venezolano se engloban en la necesidad de capacitar a ambas economías para que sebeneficien del dinamismo que un comercio más libre puede aportar.

Ciertamente, los beneficios de la integración no son solamente los visibles en uncomercio creciente entre Venezuela y Colombia. La producción planificada para unmercado más amplio debe reducir los costos por unidad de producción, tal como hace,por ejemplo, la competencia entre industria y agricultura en la zona de integración.Igualmente es factible que se dé la posibilidad de que los beneficios de la integraciónfluyan más a un país que al otro. Ello acarreará la necesidad de fijar algún límite porparte de cada país unilateralmente en lo que se refiere a cambios en aspectos fiscales ymonetarios.

Entre las propuestas que son necesarias para maximizar la integración fronterizacolombovenezolana, estarían las siguientes:

A.- La liberalización del comercio

Es quizás el factor más importante para iniciar un proceso de integración. Dichaliberalización debe incidir sobre artículos que no vayan a figurar probablemente en laslistas nacionales, en razón de dar entrada a mercadería foránea en el sentido de crearuna regulación de mercado dirigida a controles de calidad, productividad y competenciageneral.

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B.- Los acuerdos comerciales

Dicho aspecto debe estudiarse como medio de garantizar corrientes de comerciorazonablemente equilibradas, y particularmente la referente a los productos en los quecada país tiene excedentes por el momento.En dichos acuerdos deben resolverse cuestiones tales como las relativas a las tarifascon terceros países que afecten el comercio bilateral, y establecer maneras de medir ycontrolar la deflexión comercial.

C.- Planificación de inversiones

Es un rubro importante de considerar, ya que una buena planificación nos garantizacanalizar los recursos para efectuar los gastos adecuados. Entre las tareas prioritariasestá la de señalar las oportunidades de inversión óptimas, evitando de esta manera elmal gasto.

Tal propósito se logra partiendo de una investigación conjunta de las necesidades deinversión que permitan racionalizar las mismas, evitando con ello la duplicación deinversiones en industrias que ya tienen exceso de capacidad, la creación de nuevasindustrias que duplican a otras existentes y se exploran los programas más eficaces desustitución de importaciones.

Es necesaria igualmente una comprensión detallada de las condiciones en las que sedispondrá de capitales en uno y otro país para asegurar si condiciones desiguales creantambién beneficios desiguales con la integración.

D.- La infraestructura

Deben examinarse las necesidades de ambos países que puedan resolverse mejor conplanes conjuntos. Las fusiones de planes conjuntos de flotas aéreas y marítimas,planeamiento conjunto de redes de energía, desarrollo de instituciones especializadaspara formación profesional y laboral, progreso en telecomunicaciones, todo ellorepresenta sectores importantes que ofrecen beneficios potenciales a través de laintegración. La nvestigación es detallada para decidir cuáles necesidades se van asatisfacer onjuntamente, medios de financiación, acuerdos administrativos yposibilidades de ayuda exerior, tanto para estudio de factibilidad como para costos deconstrucción, todo eso ontinuará la obra ya iniciada en este campo.

E.- Creación de un Instituto Financiero Conjunto de Integración y Desarrollopara Colombia y enezuela

La creación de un banco, conjunto de la integración y desarrollo sobre los ineamientospropuestos por la Comunidad Andina, puede ser conveniente para stimular la integracióncolombo-venezolana. Como dos países adyacentes eben presumiblemente realizar laintegración más fácilmente con recursos isponibles, el banco o bancos propuestospodrían suministrar dinero y ecursos para inversiones deseables, emprender estudios de

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factibilidad, ofrecer arantías de inversión y otras operaciones financieras relativas aldesarrollo ntegracionista.

F.- Promoción de exportaciones

Son convenientes los intentos conjuntos para promover exportaciones a través deroductos, participación en los costos de ventas y planificación industrial para aprovechara expansión del mercado, de modo que incentivar la exportación llevaría a fortalecer laroducción interna de los países involucrados en la integración, trayendo comoonsecuencia un flujo importante en el aumento del empleo y en el desarrollo de laconomía.

G.- Toma de conciencia gubernamental

El personal que ha trabajado en la integración ha sido hasta ahora dirigidondependientemente por cada gobierno. En el caso venezolano, hasta la actualidad hansido ocos los contactos entre el personal de cada grupo interesado en las labores deintegración, or lo que se recomienda una mayor efectividad por parte de las comisionesespecializadas n este aspecto en cada país y la creación de una verdadera comisiónconjunta integrada por uncionarios de ambos países, en la que de manera amplia sepuedan enfocar las ecesidades y obstáculos a vencer en un plan de integración. En él sedeben señalar con recisión los problemas, conducción de estudios, investigación deapoyo disponible en los nstitutos internacionales y otras tareas afines que le competanpara lograr el fin ntegracionista.

Dicha comisión deberá actuar como instrumento de coordinación entre Colombia yenezuela, tomando como bases las recomendaciones de la Comunidad Andina yonsiderando a éstas como orientaciones básicas por estar consituido éste por paíseslatinoamericanos conocedores de la realidad nacional.

H.- Desarrollo de la zona fronteriza

Ello se logrará creando fuentes confiables de autofinanciamiento que permitan sosteneral esarrollo en una acción conjunta entre las diversas fuerzas que componen lossentamientos en la zona.

I.- Regular el uso de la tierra y establecer los tipos y formas de exportación agrícola

J.- Creación de núcleos fronterizos, entendidos como asentamientos permanentes

K.- Implantar la figura de “Enfiteusis” (adjudicación de tierras a civiles quienes adquierenel derecho de explotación pero no la propiedad) en la zona fronteriza, para estimular elasentamiento, lo cual garantiza que las tierras estén en manos de venezolanos (ocolombianos de la frontera) y en continua explotación.

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L.- Formular definitivamente una política nacional de fronteras que permita llevaradelante os grandes intereses nacionales a través de acciones coordinadas en dichasáreas

M.- Definir las políticas (dentro de la política nacional de fronteras) que deben preverseclaramente, tales como las políticas de inmigración de las comunidades indígenas, delrégimen de minas e hidrocarburos, entre otras

N.- Realizar un censo nacional de instituciones, organismos y centros educativos quetraten la problemática fronteriza e integracionista y proporcionarles el respaldoeconómico institucional adecuado.

O.- Establecer las condiciones necesarias para lograr la integración física a través de lamejora de las comunicaciones entre ambos países.

A estas propuestas pueden agregarse las establecidas en el Proyecto (aún no aprobadopor l Congreso Venezolano) de Ley Orgánica de Fronteras (título II, Del desarrolloFronterizo), que a continuación se señalan:

1.- El establecimiento de condiciones necesarias para el desarrollo sustentablede las zonas ronterizas a fin de satisfacer las necesidades básicas y elmejoramiento de la calidad de vida e sus habitantes.2.- La seguridad alimentaria de la población radicada o residente en las zonasfronterizas.3.- La ejecución de proyectos habitacionales, el suministro y el mantenimiento deservicios úblicos básicos y, en general, el desarrollo de la infraestructuranecesaria para facilitar el sentamiento humano y el fortalecimiento de lascomunidades que habitan en las zonas ronterizas.4.- El control, reducción, corrección o eliminación de factores y procesos dedegradación económica y social que puedan afectar la calidad de vida de loshabitantes de las zonas fronterizas, su seguridad y defensa.5.- La orientación de los procesos educativos y culturales, con el fin de fomentarmejores estados e conciencia social e identidad nacional en las zonas fronterizas.6.- La promoción integral de la salud, el control de enfermedades y la protecciónde la vida sana e los habitantes de las zonas fronterizas.7.- El estímulo a la recreación, el turismo y el deporte en las zonas fronterizas.8.- La protección, el fomento y el desarrollo de las comunidades indígenas y delas poblaciones ampesinas de las zonas fronterizas.9.- La promoción e incentivo de las inversiones que se consideren necesariaspara el desarrollo e las zonas fronterizas.10.- La promoción, fortalecimiento y coordinación de las políticas y estrategias deseguridad el Estado en las zonas fronterizas.11.- La promoción y fortalecimiento de las políticas de integración fronteriza conlos países ecinos.

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POLÍTICA SOCIAL Y DESARROLLO EN LA ZONA URBANA FRONTERIZADE LA CIUDAD DE SAN JUAN DE CÚCUTA, COLOMBIAAmanda Patricia Amorocho Pérez

¿Cómo pensar la estructuración y articulación de la realidad social, socioeconómica ycultural de una urbe intermedia con marcada expansión y crecimiento de lamarginalidad?¿Y cómo pensar la política social para esta realidad, tratándose de una ciudad y unazona ubana fronterizas?

En esta ponencia se realizará un acercamiento a la ciudad fronteriza de San José deCúcuta, eniendo en cuenta los distintos factores que han determinado su configuraciónespacial y os problemas sociales más comúnmente presentados: migraciones,deportados, arcotráfico, violencia y pobreza, aspectos que determinan su realidad actualy que abren a reflexión en torno al nivel de desarrollo alcanzado en esta región.

Se pretende entonces localizar los problemas de la realidad social y los componentessocioeconómicos y culturales de Cúcuta para definir un espacio de análisis que permitaconocer en la ciudad su racionalidad más profunda, causalidades, interrelaciones ycomplementariedades en su proceso de conformación y consolidación.

Es necesario entonces complementar la forma tradicional de lectura de la ciudad conuna forma dinámica que permita percibir sus distintos componentes, lo cual es necesarioy pertinente en la construcción de una perspectiva teórico y/o conceptual integral, quepermita perfilar políticas sociales acordes a las necesidades y problemas de loshabitantes de las zonas binacionales, trascendiendo los enfoques estatal-corporativista yneoliberalasistencial por una perspectiva constitucional desde el estado social dederecho.

Es entonces éste un intento por introducir el debate en torno a los nuevos enfoques de lapolítica social que ponen énfasis en el establecimiento de los mínimos de justicia paragarantizar los derechos sociales, económicos y culturales de la población, dejando atrásla mera búsqueda del bienestar.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO URBANODE LA CIUDAD DE SAN JOSÉ DE CÚCUTA

Históricamente, la actual ciudad de San José de Cúcuta tiene su génesis en laperspectiva tradicional urbanística española colonial. Se erigió como un asentamiento deestructuración octogonal con funciones básicamente político-administrativas, más quecomerciales y residenciales propiamente dichas1. Luego, una vez que se fueronsintetizando las relaciones de producción, configuraciones sociales y lainstitucionalización del ejercicio público a través del cabildo de la villa municipal o distritoparroquial, según la época, el asentamiento urbano adquirió otras connotaciones yproyectó algunas transformaciones, camino a la ciudad moderna, comercial ycosmopolita de la segunda mitad del siglo XIX y la actual centuria. Esta última imagen se

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ve efectivamente consolidada en la medida en que, como asentamiento fundado en elperíodo colonial, prosiguió su desarrollo por razones tácticas, tanto en lo político comoen lo económico y militar, pues su situación fronteriza le daba importante preeminencia,en especial por su condición comercial e ingreso a la economía mundial. En tiemposrepublicanos tempranos se asentaron en Cúcuta importantes casas y agentesextranjeros que apoyaron a través del comercio exterior su consolidación como centrode política nacional y de comercio exterior.

La configuración de este asentamiento como ciudad moderna en sus funciones viene adefinirse más agresivamente con ocasión de la reconstrucción urbanística que tuvo queemprenderse después del terremoto de 1875. El proceso de reconstrucción de la ciudadse afrontó sistemáticamente en 1876, bajo un nuevo trazo urbanístico diferente alantiguo. Se vieron importantes esfuerzos colectivos y compromiso comunitario por lasobras de interés público como calles, plazas y edificios del Gobierno, la Iglesia y laSeguridad Social. Sus funciones como urbe ya no serían las de antaño, su preeminenciacomo asentamiento ya no sería lo político, ni aún después de asignarse como capital deNorte de Santander en 1910; su relevancia e importancia funcional se localiza desdeentonces en el marco de lo económico. Son las redes comerciales, industriales yfinancieras las determinantes de la configuración espacial de la ciudad, y con ello, undesordenado y no planificado crecimiento, precisamente por la carencia de unadefinición política y civilista generalizada.

La ciudad de San José de Cúcuta configuró su espacialidad con una dinámicapoblacional resultado de múltiples procesos culturales, sociales y económicos. Lahistoria de la subregión fronteriza, como zona de interacción binacional, es en parteresultado de los procesos de movilidad demográfica (migraciones, desplazamientos,deportados) que ha tenido importantes efectos en el ámbito político, social, ecológico ycultural para el establecimiento de lo urbano. En este sentido, la subregión es un áreageográfica que conforma una red social dinámica que al unir la población rural y urbanade diversas culturas regionales (paisa, santandereana, cundiboyacense, costeña,nortesantandereana y venezolana, entre otras) construye de esta forma su particularhistoria.

Cúcuta se encuentra ubicada en un valle cálido de confluencia entre lo andino y la selvahúmeda baja, lo cual define su paisaje natural. La conformación del paisaje urbano se haido perfilando como resultado de las distintas transformaciones productivas, valorativas,arquitectónicas, sociales y políticas; es también consecuencia de la planificación basadaen parámetros del urbanismo moderno en el cual se destacaron la funcionalización yzonificación para planear la expansión de la ciudad, no obstante, existe también otro tipode crecimiento, que es de carácter infomal y espontáneo, y que no se guía por losparámetros de la planificación, y constituye lo que se ha denominado sectoressubnormales.

El desarrollo de la ciudad muestra claramente la segregación social del espacio urbanoque opera drásticamente en la separación social del ámbito residencial, la cual se haacrecentado en las últimas décadas. Para el caso de la ciudad de Cúcuta se encuentran

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medianamente delimitadas las zonas urbanas residenciales, comerciales o industriales,clasificadas de acuerdo al estrato socioeconómico.

Para el caso de Cúcuta, el crecimiento de la ciudad en las décadas de los 70 y 80obedeció principalmente al factor atractivo del comercio floreciente verificado hasta1983, que motivó a muchos colombianos a residenciarse en esta ciudad con el fin deabrir establecimientos comerciales o viajar al vecino país en busca de mejoresoportunidades de empleo; sin embargo, a partir de la crisis económica de Venezuela en1983, muchos de los colombianos residenciados en Venezuela fueron deportados,estableciéndose en esta ciudad en condiciones de marginalidad. Ahora, con respecto ala mayoría de los comerciantes prósperos de Cúcuta que provenían de otras regiones deColombia, éstos emigraron a sus ciudades de origen, reduciendo de esta forma lasfuentes de empleo.

CÚCUTA: CIUDAD FRONTERIZA

En una economía de frontera se define el hecho conocido como “fenómeno fronterizo”,considerando a estos sectores como unidades especiales donde existe un lugar naturalde intercambio y un “imperativo” de integración en lo económico, cultural y ambiental. Eneste caso, dicho intercambio es anterior a la imposición arbitraria de los límitesartificiales entre las naciones vecinas. La frontera es una realidad, aunque suinstitucionalización haya sido un artificio político. Allí se comparten los mismos recursos,modo de vida, y se tiende por el libre cambio de bienes y servicios, de actividadessociales y factores de producción. Además, en las regiones de frontera se “interceptan” las políticas económicas y socialesde las naciones vecinas2.

La ciudad de San José de Cúcuta ha sido considerada como una ciudad comercial porexcelencia, el primer puerto terrestre de Colombia. Presenta además cierto grado deindustrialización, teniendo como principal mercado la República de Venezuela. Estacaracterística determina su nivel de desarrollo, el cual ha dependido en buena parte delas políticas económicas adoptadas por ambos países, más que de las potencialidadespropias de la región.

En la época de la bonanza petrolera de Venezuela, Cúcuta orientó algunos sectores desu industria y producción agrícola al mercado venezolano, estimulando la inversión encomercio, turismo, manufacturas, construcción y servicios. Esta relación cambió a partirde 1983, cuando se revirtió el sentido de los flujos comerciales y el municipio de SanAntonio del Táchira, en Venezuela, se convirtió en el principal eje de comercializaciónfronterizo desde ese país.

En la actualidad, la apertura económica ha llevado a Colombia a afianzar los mercadoscon países vecinos como Venezuela, llegando a incrementar hasta en un 700% elintercambio comercial con ese país. Para la frontera, esto ha redundado en un aumentosignificativo de los sectores comercio y servicios, especialmente en lo relacionado con eltransporte y almacenamiento de mercancías. Este proceso ha traído como consecuencia

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el deterioro de las vías y el colapso de los servicios fronterizos básicos, pues no seencontraban preparados para soportar la alta concentración de población ni pararesponder al creciente flujo de mercancías y vehículos. De acuerdo con el estudio delBID-INTAL-CAF:

“Las comunidades fronterizas están percibiendo que el creciente comerciobilateral y subregional no es aún un factor generador de beneficios económicos,sociales y ambientales para quienes viven permanentemente en los contornosurbanos y rurales de los principales pasos de frontera. Para esas colectividadesvecinas, la consolidación del proceso de integración global, en lo que respecta alcaso colombo-venezolano, los iversos sectores sociales, económicos y políticosrequieren la creación de condiciones económicas, jurídicas e institucionales queles permitan tener una presencia y participación más activa en el devenir de lassociedades y las economías a las cuales pertenecen.”3

ESTRUCTURACIÓN URBANA: ¿ATIPICIDAD U ORIGINALIDAD?

La concentración de la población marginal en el casco urbano de Cúcuta esconsecuencia de las migraciones del sector rural y del proceso de deportación decolombianos desde Venezuela. La mayoría, o buena parte de ellos, son de otrasregiones del país, e incluso, algunos deportados no son colombianos. Este fenómenoestá influyendo notablemente en el crecimiento anárquico de las zonasurbanomarginales de esta ciudad.

La estructura arquitectónica y urbanística de la traza central de la ciudad estáfuertemente determinada por la perspectiva comercial, fabril y el establecimiento delsector financiero (banca formal, casas de cambio y compraventas). La estructuraadministrativa, a pesar de su importancia, no determina notablemente la estructuraurbana.

PROBLEMAS SOCIALES ACTUALES

Esta ciudad vivió una dinámica comercial formal e informal muy solvente hasta laestruendosa caída de la moneda venezolana. En la época de mayor cotización, elbolívar alcanzó en 1983 una tasa cercana a los $18 pesos colombianos, lo cualsignificaba una competitividad importante en el intercambio comercial. Aquellavertiginosa devaluación de la divisa venezolana ocasionó un impacto muy fuerte comocoyuntura económica para el mercado local y regional. Muchos almacenes y comerciosen Cúcuta tuvieron que cerrar, banqueros y cambistas perdieron grandes sumas y eldesempleo se disparó notablemente.

Uno de los efectos socialmente llamativos que se configuraron en la sociedad cucuteñacomo efecto de aquella situación, fue la proliferación y agudización de la economía delrebusque, del “cuadre”, consistente en una generalizada relación de lucha por lasubsistencia a través del negocio breve, atípico, subterráneo, subnormal. Se agudizóuna subeconomía o economía subterránea amparada más en lo ilegal que en lo legal.Se incrementaron las ventas callejeras o ambulantes, pingües y miserables la mayoría

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de ellas, donde cohabitaban los expendios de sustancias psicotrópicas prohibidas,compra y venta de artículos robados y, ante todo, “una subcultura del rebusque”.Podía decirse que este problema cambiario y económico-fronterizo de finales de losaños 80 fue determinante para la configuración de la pobreza en esta ciudad, y cobragrandes dimensiones con la intervención terriblemente eficiente de otros factores queestructuraron este hecho, como inmigración, deportaciones, los efectos del deterioro delorden público en el sector rural, los desplazados y el narcotráfico, entre otros.

El fenómeno de la inmigración

Los conflictos generados por los flujos migratorios de población de un país o región aotra, generan igualmente problemas sociales de diverso orden, fundamentalmenteporque los asentamientos o espacios receptores ven alterada su racionalidad económicay social, creando una imagen negativa o adversa hacia los inmigrantes, yconsiderándolos la causa de sus problemas internos, tales como el desempleo, ladelincuencia y la saturación de los servicios públicos y sociales.

Por otro lado, a la ciudad han llegado y siguen arribando constantemente migraciones depoblación provenientes de zonas rurales que paulatinamente se fueron asentando en lossectores periféricos deprimidos de la urbe. Este proceso inmigratorio es el resultado dela marginalidad, abandono y profundo desestímulo en que se hallan los sectorescampesinos, con un problema de injusticia social agravado por efectos del narcotráfico yla violencia guerrillera y paramilitar, toda esta situación, vista como imagen o evidenciade una ausencia flagrante de presencia del Estado en aquellas comunidades.

En respuesta a las anteriores circunstancias, la población campesina busca otrasalternativas de vida, entre las que se encuentra el migrar hacia la ciudad, donde reducensu espacialidad y agudizan su pobreza a extremos vitales, como la carencia dealimentos, a cambio de satisfacer la necesidad de protección y seguridad para sus vidas.Así, los otrora llamados “cinturones de miseria” o zonas urbanas subnormales, estánpoblados básicamente por población campesina desarraigada y paulatinamenteincorporada a tales condiciones.

La ciudad de San José de Cúcuta ha ido recibiendo entre 1992 y 1995 una población deinmigrantes campesinos cercana a las 50.000 personas, tanto de los campos ymunicipios de este departamento como del resto del país. Este fenómeno ha llevado a laconformación de más de 25 barrios de invasión en esta ciudad, caracterizados por unainclemente marginalidad y múltiples carencias de los elementos básicos para unaconvivencia humana digna y sostenible.

Los deportados

El Centro de Migraciones de la Diócesis de Cúcuta ha acogido entre 1973 y 1993 a unos73.400 deportados4. Las autoridades venezolanas dejan a los colombianos deportadosen el puente internacional Simón Bolívar, límite y comunicación terrestre entre los dospaíses, bajo condiciones de vida deplorables, puesto que han sido detenidos o

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apresados por encontrarse indocumentados trabajando en las haciendas, empresas oparcelas, de donde son sacados y expulsados. Una vez que son arrojados a este ladode la frontera, sin dinero ni bienes de ninguna especie, pues todo lo han perdido, sushaberes y ahorros de su trabajo, sus mejoras, sus salarios, etc., se malincorporan a estaciudad a tratar de sobrevivir de la caridad pública, del apoyo de algún pariente, de lacalle o, sencillamente, de su coraje y astucia para no dejarse morir de hambre ni derrotarpor las adversidades. La deportación de colombianos de Venezuela se inició en 1965, ya partir de aquella fecha, ésta ha sido una práctica común por las autoridades de esepaís.

Los deportados colombianos5, una vez repatriados y lanzados arbitrariamente a laciudad de Cúcuta, se ven obligados a asentarse en las periferias del casco urbano encondiciones desventajosas, sin efectivo, sin lugar de residencia y sin perspectivasinmediatas de trabajo, lo cual les hace ingresar a la condición de marginalidad. El juegode los deportados es definitivamente patético. El deportado es en sí un aventurero,individuo que ha transgredido fronteras, normas, identidades, jurisdicciones, y hastaculturas. Además, ha sido desarraigado violentamente de su “tierra prometida”, lugardonde esperaba, y de hecho, habría construido, parte de sus ideales (una heredad, unmejor futuro) y allí desea volver. Tiene el deportado, en la mayoría de los casos, unanostalgia, una frustración y un deseo por recuperar lo perdido, por ello hace lo posiblepor intentar cruzar la frontera de nuevo. De tal manera que esta ciudad se convierte enuna especie de “muro de contención”, en la medida en que todos aquellos que no logranvolver a Venezuela o a su lugar de deportación, terminan por residenciarse en Cúcuta,no precisamente en la mejor de las condiciones sociales y económicas6.

Sector rural, orden público y desplazados7

El sector agrario en esta región se caracteriza por una inequitativa distribución de latierra en buena parte de su territorio. La propiedad del suelo se concentra en pocasmanos, de tal manera que la mayoría del campesinado no posee los medios deproducción, lo cual le obliga en gran medida a emigrar a los centros urbanos,especialmente a la ciudad capital.

En caso alternativo, colonizan tierras inhóspitas o apartadas, definiendo un proceso deampliación de la frontera agrícola en condiciones definitivamente adversas, sin garantíaseconómicas ni sociales y con un bajo potencial de inversión y desarrollo (carencia devías, mercados, insumos, salubridad, educación y comunicaciones, perofundamentalmente sin niveles de organización y sin presencia del Estado).

La baja presencia estatal en los sectores rurales periféricos o marginales, así como lascondiciones que implican la carencia de infraestructura productiva y de servicios, hacede aquellos espacios un escenario propicio para la presencia de fuerzas al margen de laley, que pretenden imponer el control sobre el territorio: narcotráfico, guerrilla yparamilitarismo. Frente a esta situación, la población rural se adapta a las nuevas reglasde juego interactuando o reacomodándose a esa nueva realidad que se le impone.Ahora, debido a los problemas derivados de esta conflictiva relación y el interés del

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Estado por rando una situación de choque en la cual los campesinos se ven entre dosfuegos y son obligados a desplazarse, abandonando sus parcelas y mejoras.

De acuerdo a los datos aportados por la Oficina de Convivencia de la Gobernación deNorte de Santander, hasta marzo de 1998 había aproximadamente doscientos treinta(230) familias desplazadas, de las cuales el 29% se ubicó en la ciudad de Cúcuta. Deeste grupo, un 53% se había tenido que desplazar por causas políticas, especialmentehostigados por grupos paramilitares. El 42% de ellos se había desplazado por accionesde la Guardia venezolana en la zona del Perijá, y el 5% restante, debido a lasincursiones de la guerrilla, grupos armados no identificados y autodefensas campesinas.En síntesis, puede verse cómo los desplazamientos de población campesina hacia laciudad de San José de Cúcuta son provocados fundamentalmente por los múltiplesproblemas de violencia en el sector rural, evidenciados en el secuestro de propietariosde fincas, el cobro de “vacunas” y el enfrentamiento entre grupos armados. Ahora, estosnuevos actores, los desplazados, contribuyen ostensiblemente al crecimiento delproblema social urbano: pobreza extrema, inseguridad, marginalidad, desempleo,prostitución, etc., pero sobre todo, más y más población con necesidades básicasinsatisfechas8. Hay entonces, tanto en el campo como en el área urbana, un aumentoconsiderable del riesgo político y económico en la producción, lo cual contribuye aldetrimento del crecimiento económico de ambos sectores.

El narcotráfico

Completa el cuadro de los problemas y conflictos de la subregión fronteriza la presenciadel narcotráfico. Dos son los frentes del problema en esta zona del país, yespecialmente en lo que toca a la ciudad de San José de Cúcuta. De una parte, estaciudad es puerto obligado para el tráfico de sustancias psicoactivas ilícitas víaVenezuela y resto del mundo. Para los narcotraficantes colombianos, la ruta de Caracastiene como uno de sus puentes la ciudad de Cúcuta, especialmente para la modalidadde embarques a través de “mulas” humanas.

Ello genera la circulación e instalación de una economía delincuencial, violencia,corrupción, y los males propios de esta actividad.Y, de otra parte, la desestructuraciónde la sociedad, la marginalidad, los altos niveles de indigencia y mendicidad callejera,así como una cultura de la ilegalidad y carencia de una moralidad ciudadana, entre otrosdesequilibrios sociales; constituyéndose en espacio ideal o propicio para la distribución yel consumo de sustancias psicotrópicas en todas las esferas de la sociedad cucuteña,fenómeno éste que contribuye notablemente a acrecentar los índices de inseguridad enesta urbe.

Lo anterior, sin denotar lo nefasto que ha resultado para el departamento y la región(social y ecológicamente), la instalación de laboratorios y plantaciones de cultivos ilícitosen la zona del Catatumbo y el Perijá. Los cultivos de coca y amapola han traído alterritorio múltiples efectos como la deforestación y la presencia de “capos” o patrones,así como de "raspachines", lo que representa un problema social y político de primer

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orden. De allí han emanado numerosas marchas campesinas y confrontacionesarmadas que activan otra serie de fenómenos adversos sobre lo urbano.

Pobreza y miseria

El interés por determinar quiénes están siendo afectados por la pobreza y lapreocupación por cuantificar su magnitud, ha llevado a que la pobreza se mida desdedos enfoques básicos que permiten su identificación empírica. En primer término, laindagación directa de las necesidades básicas (medido con el índice de “necesidadesbásicas insatisfechas” o “NBI”) y en segundo lugar, la pobreza medida bajo el métododel ingreso (comparación del ingreso del hogar con el valor de la línea de pobreza)9.La población total de Norte de Santander es de 1.252.867 habitantes (Proyección de1997 DANE), de los cuales, 575.939 corresponden a la ciudad de San José de Cúcuta; yun 30.9% de los mismos se encuentra con NBI; y el 10.8% está en condición demiseria10.

APROXIMACIONES PARA EXPLICAR LA POLÍTICA SOCIAL

¿Cómo pensar entonces políticas sociales que respondan a las necesidades yproblemáticas propias de las ciudades fronterizas?

En 1993, el doctor Juan Luis Londoño, oficiando como ministro de Salud de Colombia,planteó que existían básicamente dos visiones ideológicas que restaban importancia a lapolítica social de Estado. Una, la visión hegeliana y, la otra, la postura neoliberal. Laversión hegeliana postula que en los países existen condiciones estructurales quereproducen la pobreza y la inequidad, entonces la pregunta clave en esta versión es:¿Para qué hacer política social si la estructura política, económica y social del paísconduce a reproducir siempre estas condiciones de pobreza e inequidad?

La segunda visión, basada en la ideología neoliberal, se pregunta acerca del papel de lapolítica social frente a los mercados: ¿Para qué una política social si todo lo que serequiere es que los mercados funcionen? Si los mercados funcionan, tarde o temprano,a la gente le sobrevendrá el rezago de lo que puede ser crecimiento en un ambiente deprogresivas oportunidades. Desde esta perspectiva, la política social es la política de daroportunidades a la gente para que manifieste sus capacidades, por lo tanto, no hay quehacer un esfuerzo explícito. La salud, la educación, la vivienda y el agua potable sonnegocios como cualquier otro y hay que procurar las condiciones para que esosnegocios se puedan realizar; no vale la pena hacer un esfuerzo propiamente de Estado;el Estado, por el contrario, debería retirarse (Londoño, 1994: 14).

Sin embargo, al analizar estas versiones se encuentra que, en primer lugar, no es tancierto que haya una inequidad estructural que no pueda enfrentarse, en segundo lugar,que una política social financiada y bien diseñada puede tener un impacto importantesobre la inequidad y sobre el acontecer político. Empero ¿cuáles han sido lascondiciones de distribución del ingreso y de la pobreza en Cúcuta durante los últimoscincuenta años? ¿Persiste una inequidad alta, o hubo un progreso distributivo con

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disminución de la pobreza? Y si persisten las condiciones de inequidad y pobreza ¿dequé forma se pueden disminuir?¿Cómo pensar una política social para una ciudad en estas condiciones? ¿Cómo sepueden articular las políticas económicas y sociales para alcanzar el tan anheladodesarrollo?¿Cuáles serían las políticas sociales que contribuirían a gestar un proyecto de sociedadpara esta región?Según la Consejería Presidencial para la Política Social de Colombia, se tienen tresenfoques básicos que determinan las políticas sociales y su forma de intervención: Elenfoque estatal–corporativista, el neoliberalasistencial y el más reciente modeloconstitucional11

El enfoque estatal-corporativista es asimilable al concepto de estado de bienestar. En élse propone una clara separación entre lo estatal y lo privado en lo relacionado con lapolítica social y la oferta de bienes y servicios sociales. En este modelo, los principalesbeneficiarios han sido los grupos organizados en gremios o la clase media trabajadora.Lo público lo constituye la acción de las instituciones estatales y la sociedad civil selimita a ser una receptora pasiva de la política social. Con este modelo se mejoró en lasatisfacción de las necesidades básicas en los centros urbanos particularmente, secentralizó la toma de decisiones y se fortaleció la clase política como único interlocutorválido ante el Gobierno central en las solicitudes de la sociedad civil y las autoridadeslocales.

El enfoque neoliberal-asistencialista articula activamente al sector privado. El modeloparte de dos supuestos: el bien social se asegura si cada individuo persigue su propio finen la forma más eficiente y las necesidades humanas sólo pueden ser satisfechas através de un sistema de mercado regulado por precios. En este enfoque, el Estado selimita a establecer condiciones macroeconómicas de operación de los sistemas político,económico y social, transfiriendo muchas de sus funciones a los niveles políticos–administrativos regionales y locales y a las fuerzas del mercado. La política social esaquí de corte asistencial, y se ejecuta a través de subsidios a la demanda, focalizadosen los individuos que no pueden por sí mismos satisfacer sus necesidades socialesbásicas a través de su acción individual y económica en el mercado.

Las políticas sociales contemporáneas generalmente se plantean como contrapartida dela política económica de un país o región; buscan alcanzar el adecuado desarrollo socialde toda la población, enmarcado en los principios de justicia social, bienestar y equidad.Si existiera un equilibrio cierto entre la política social y la política económica, sealcanzaría el tan anhelado desarrollo. Crecimiento económico y equidad son la fórmula,pero la fórmula está fallando.

La reforma social que ha tratado de superar las fallas básicas de las políticas socialesaplicadas durante varias décadas en los países latinoamericanos, concebidas como lasolución a problemas sectoriales o diseñadas con un enfoque asistencial, no lograronarticularse a una política general de desarrollo. En consecuencia, se ha propuesto ahora

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la reforma social como un complemento indispensable de las reformas económicas paraalcanzar así un desarrollo integral en la comunidad.

“ Reforma de Estado, gobernabilidad y reforma social son procesos que serefuerzan recíprocamente para generar las condiciones que hacen posible unconsenso social básico que permita operar con eficiencia a las fuerzas delmercado y facilite la creación de una nueva cultura de la inversión, del trabajo yde legitimación de las inversiones privadas. Esas condiciones descansan en unambiente de equidad básica y de asociación entre crecimiento de la economía, eléxito de las empresas y el bienestar general de la población”12 .

Cúcuta, como ciudad fronteriza, a raíz de la apertura económica se ha constituido enuno de los principales ejes en el transporte de mercancía entre Colombia y Venezuela;entonces se podría pensar que Cúcuta, hasta cierto punto está entrando en el circuito deintercambio comercial binacional, intentando regirse por las fuerzas del mercado ysiguiendo los lineamientos de las políticas económicas. Sin embargo, a pesar de losimportantes o considerables flujos de dinero y mercancías que circulan por esta región,la ciudad y el territorio no alcanzan el crecimiento económico esperado, al tiempo que sehace ausente o inexistente una política social articulada que responda a las necesidadesy problemas sociales: desplazamiento de la población, deportados, violencia, pobreza ydesempleo que se presentan en esta ciudad. Podría decirse entonces que haycrecimiento, mas no desarrollo.

Empero llama la atención que a pesar de la existencia de una política social focalizada13continúa incrementándose la pobreza en el país, y de hecho, con mayor agudeza enciudades de frontera como Cúcuta, lo cual indica fundamentalmente dos cosas: Una, laausencia de una verdadera voluntad política para afrontar la pobreza, hecho ésteevidenciado en el bajo presupuesto asignado y efectivamente invertido en lo social (en1990 se invirtió el 7.6% del PIB y en 1993 el 7.4% del PIB); y, dos, la definición ycomprensión tan inadecuada que las autoridades gubernamentales hacen desde elEstado al fenómeno en cuestión.

No obstante lo anterior, continúan desarrollándose algunos programas sectoriales en losocial que pretenden mitigar la pobreza de la población. Estos programas focalizan elgasto social en ciertos sectores considerados vulnerables, tales como el de las mujeresjefe de hogar, el de los niños y el de los ancianos, la mayoría de los cuales son de cortepaternalista o asistencial. Además, se continúan otorgando ciertos subsidios o créditosque benefician a las microempresas, como estrategia puntual y residual frente alproblema del desempleo.

Igualmente se ha incrementado la prestación de algunos servicios básicos sin lograr elcubrimiento total de la población, por lo cual se disminuye el derecho de todos losciudadanos a acceder a los servicios de salud, educación, saneamiento ambiental yseguridad social.

Lo preocupante es que las políticas sociales actuales no corresponden a un modelo dedesarrollo con equidad. Es decir, no existe un verdadero compromiso con lo social,

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aunque teóricamente se espera que el modelo “crecimiento más bienestar llevará aldesarrollo” conduzca a mejores resultados. Sin embargo, en la realidad no se alcanzadicho desarrollo en la medida en que no se logra el crecimiento con equidad propuestoen el mismo. La política social debe reconocer los efectos sociales de las políticaseconómicas, además de reconocer que lo social es mucho más que la pobreza o losectorial, que tiene que ver con la forma en la que se organiza la sociedad, susarticulaciones, construcciones y redefiniciones.

Las políticas sociales y los modelos de desarrollo deben definirse o contener unaconceptualización clara y suficiente de lo social, la pobreza y demás problemas de lohumano. Las políticas sociales buscan en cierta forma reducir las fracturas sociales de lasociedad, canalizar los conflictos sociales, atender algunas necesidades de la poblaciónmarginal, sin embargo, se puede constatar que la marginación no se ha logradoerradicar a través de los recursos institucionales y económicos. En primer lugar, porquese presenta una crisis de eficiencia y eficacia de dichas políticas, además de una crisisde inadecuación que no responde a las necesidades reales de la población en zonasmarginales y, finalmente, se presenta una crisis de legitimación del propio modelo dedesarrollo.

ACERCAMIENTO CONCEPTUAL PARA PLANTEAR UNA NUEVA POLÍTICASOCIAL

El enfoque constitucional tiene por objeto garantizar a todos los ciudadanos (as) losderechos sociales, económicos, políticos y culturales reconocidos en la Constitución de1991. La política social apoya la consolidación de la autonomía y la libertad de laspersonas para ejercer el poder desde lo local y lo regional.

Se habla en esta perspectiva de la promoción de la democracia participativa, laconcertación de los programas sociales; además se busca afectar a los factoresestructurales determinantes de la inequidad, la pobreza y el marginamiento social, sebusca también democratizar la propiedad e igualar las oportunidades, así como crearuna cultura de la participación.

En La Constitución Política Colombiana de 1991 se encuentra entre los principiosfundamentales la definición de Colombia como un “Estado Social de Derecho”, donde seestablece que la finalidad social del Estado es:

“El bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población [...]Será fin fundamental de su actividad la solución de las necesidades insatisfechasde salud, de educación, de saneamiento ambiental y de agua potable. Para talesefectos, en los planes y presupuestos de la nación y de las entidades territoriales,el gasto público social tendrá prioridad sobre cualquier otra asignación” 14 .

¿Cómo pensar, entonces, políticas sociales en un Estado Social de Derecho? Deacuerdo con Adela Cortina, el Estado Social de Derecho tiene por presupuesto ético lanecesidad de defender los derechos humanos, por lo menos los de las dos primeras

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generaciones, con lo cual la exigencia que presenta es una exigencia ética de justiciaque debe ser satisfecha por cualquier Estado que hoy quiera ser legítimo.¿Qué es una exigencia de justicia? ó ¿hasta dónde llega el “mínimo decente” que unasociedad debe cubrir? ¿Qué necesidades y bienes básicos han de considerarse comomínimos de justicia, mínimos que un Estado Social de Derecho no puede dejarinsatisfechos sin perder su legitimidad?

La exigencia de los mínimos de justicia en un Estado Social de Derecho se encuentra enla posibilidad que tenga el ciudadano de que sus derechos fundamentales, sociales,económicos y culturales sean respetados. La justicia, fundamento de un Estado Socialde Derecho, no es lo mismo que el bienestar. La primera debe ser procurada por unEstado que se pretende legítimo; el segundo debe buscarlo el ciudadano por su cuenta yriesgo, cada uno según sus deseos y posibilidades (Cortina, 1995:189). Mientras que:

“El Estado de Bienestar es la utilización del poder estatal para modificar lareproducción de la fuerza de trabajo y para mantener a la población notrabajadora en las sociedades capitalistas. Es decir, la reproducción presente yfutura de la fuerza de trabajo y la redistribución de bienes y servicios a sectoresde la población pasiva, como niños, incapacitados, ancianos, parados y otrosgrupos sociales...” (Gougtt, 1994: 41).

El Estado de Derecho significa, ante todo, dominio de la ley, es decir, para lograr laprotección de los derechos de todos los ciudadanos se hace necesario un marco jurídicoque ha de aplicarse desde la imparcialidad, pues todos los ciudadanos son iguales antela Ley.El Estado de Bienestar ha sido incapaz de encarar en la realidad social los dos valoreséticos que han sido insignia de la modernidad: la igualdad y la libertad (Cortina, 1995:199-200).La igualdad, buscada o pretendida desde acciones gubernamentales o comointervención estatal, es vista como un freno para la productividad. Los políticos yplaneadores de distintas corrientes coinciden en ver el aumento de la productividadcomo el único camino para lograr una sociedad más igualitaria. Y, en lo referente a lalibertad, el Estado de Bienestar no sólo ha traspasado la barrera de la libertad negativa(de la independencia individual), sino que también ha arrebatado a los ciudadanos sulibertad positiva, es decir, su autonomía, a través de una presunta institucionalización dela solidaridad. Son entonces estas dos grandes inconsistencias del Estado de Bienestarfactores determinantes de la indolencia estatal frente a la pobreza o los problemassociales generalizados.

En efecto, aunque parezca contradictorio, el “mega-Estado”, bajo el pretexto de lograr elmayor bienestar del mayor número de personas y alegando para ello motivos desolidaridad, ha asumido con respecto a los ciudadanos una actitud paternalista:

“El paternalismo consiste en imponer determinadas medidas en contra de lavoluntad del destinatario para evitarle un daño o para procurarle un bien. Sejustifica cuando puede declararse que el destinatario de las medidas paternalistaes un “incompetente básico” en la materia que se trata y, por tanto, incapaz detomar decisiones racionales” (Garzón, 1988: 155-176).

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Siguiendo con los planteamientos de Adela Cortina se puede concluir de estas premisasque al paternalismo de los gobernantes corresponde la convicción de que losciudadanos no son autónomos, sino heterónomos. El sujeto tratado como si fuerametafísicamente heterónomo, acaba persuadido psicológicamente de su heteronomía yasume una actitud de dependencia pasiva en su vida política, económica y social; actitudpropia de un “incompetente básico”, quedando incapacitado para percatarse de que esél quien ha de encontrar soluciones para sus propios problemas, pero no lo haceesperando que sea el Estado –fiscal- quien intervenga, pues al considerarlo dueño detodos los bienes piensa que es él quien debe ayudarle a encontrar el remedio para susmales o la satisfacción de sus deseos (Cortina, 1995: 200-201).

¿Para qué política social? ¿Cuál es el sentido de la formulación de políticas sociales enlos planes de desarrollo en ciudades de frontera? Las políticas sociales, ¿tratan sólo desuavizar las desigualdades sociales o realmente buscan asegurar un mínimo de justicia?La solidaridad, como la libertad, no puede imponerse al individuo, es cosa de los sereshumanos, no de los estados. Estos pueden diseñar un marco jurídico en el que ejercitesu libertad la persona que lo desee, en el que sea solidario quien así lo quiera. Pero esun deber intransferible de cualquier Estado de Derecho que hoy quiera pretenderselegítimo, asegurar la satisfacción de los derechos básicos, pues es ahí donde radica suresponsabilidad social de justicia, la cual no puede dejarse exclusivamente al sectorprivado y no debe empeñarse en garantizar el bienestar, sea éste máximo o mínimo.¿Cuáles son las necesidades humanas fundamentales de los habitantes de frontera?¿Será necesario otro marco jurídico que permita plantear políticas socialesbinacionales? ¿Cómo articular coherentemente las políticas económicas y sociales enciudades de frontera?

La política social en las ciudades fronterizas como San José de Cúcuta debe superar sucarácter residual frente a las políticas económicas. Debe asumir un papel en el que sesupere el esfuerzo por tratar de disminuir los costos sociales generados por el nuevomodelo económico. Debe igualmente interrogarse por la forma en que se estructura lasociedad, lo democrática que resulta, las prácticas institucionales que fortalecen olimitan la participación, el respeto a los derechos humanos, la creación de posibilidadespara que los ciudadanos desarrollen y alcancen libremente el bienestar que ellos handeseado para sí.

Las políticas sociales no pueden quedarse en simples estrategias para superación de lapobreza o la inserción de los marginados del desarrollo, pues si a esto se reduce elpropósito de dichas políticas sociales, se está limitando el proyecto de la modernidadpara estas regiones de frontera.

Las políticas sociales juegan un papel clave en la cultura de la integración. Desde estaperspectiva se precisan satisfactores creados culturalmente, compartidos para enfrentarlas demandas en salud, educación, servicios básicos y vivienda, así como solucionesconjuntas para afrontar los problemas que surgen en la frontera: deportaciones, tráficode drogas y violencia, entre otros. Los esfuerzos gubernamentales desde el estadoTáchira y el departamento Norte de Santander en el planteamiento de sus políticas

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sociales determinarán el nivel de desarrollo de la región y la calidad de vida quealcancen sus pobladores.

Anexo: MATRIZ DE NECESIDADES Y SATISFACTORES

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LA VIDA EN LA FRONTERA COLOMBO-VENEZOLANA (SAN ANTONIO-UREÑA-NORTE DE SANTANDER)Elizabeth Zamora Cardozo

INTRODUCCIÓN

Estudiar la frontera colombo-venezolana desde los modos de vida de sus habitantes seha constituido en uno de nuestros principales objetivos de investigación. La temáticafronteriza ocupa gran centimetraje en los medios de comunicación venezolanos. Lageopolítica, la seguridad y defensa, los secuestros, la guerrilla, el narcotráfico, así comolo relativo a la identidad nacional, son los puntos más tratados. Son tantas lasreferencias hechas desde afuera de la frontera, que se ha creado lo que denominamosuna frontera virtual, sustentada especialmente en discursos de políticos y militares.

No pretendemos a través de estas líneas exponer “la verdad de la frontera colombo-enezolana”. Tratamos de que sea vista desde la óptica de sus protagonistas, en atencióna la complejidad que implica el encuentro de grupos sociales pertenecientes a diferentesestados-nacionales, pero unidos por costumbres y tradiciones. La regionalidad sesuperpone y las relaciones interculturales “desdibujan” el límite geopolítico. El contactoentre venezolanos y colombianos, también da lugar a situaciones que trazan ladiferencia. Se pertenece a un Estado-nacional o a otro. ¿Qué tipo de hechos, dentro delo macro y microsocial demarcan el límite internacional y dan cuenta de que se formaparte de estados-nacionales específicos? ¿Cuáles desdibujan el límite geopolítico?.

Las reflexiones apuntadas a continuación son el resultado de un trabajo de campo quese llevó a cabo en el estado Táchira, específicamente en el eje San Antonio – Ureña(Venezuela) y Cúcuta (Colombia). Los especialistas en la temática coinciden en que esel de mayor dinamismo social, cultural y económico en América del Sur. Nospreguntamos:¿En qué medida este espacio determina los modos de vida de quienes lo viven desdedentro? ¿de qué manera es contada la frontera por quienes habitan en puebloslimítrofes? ¿cómo se autodefine el habitante de la zona? ¿cómo considera que lo vendesde “el centro”? ¿Qué situaciones del quehacer cotidiano de su gente nosproporcionan elementos para pensar en la constitución de una cultura de lo fronterizo?Algunas de estas interrogantes, configuradas en objetivos de investigación, seránabordadas en las siguientes líneas.

Esta franja da cuenta de lo pluricultural, de lo diverso. Lo revela la diferenciaidiosincrásica existente entre un guajiro, un llanero, un andino y un nativo del Amazonas.Vista desde la organización geopolítica venezolana, nuestra frontera con el vecino paísestá constituida por los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas. En el caso deColombia, las regiones fronterizas con Venezuela son los departamentos de El César,La Guajira, Santander, Boyacá, Arauca, Vichada y Guainía. En medio de las diferenciasregionales ¿existen elementos que puedan identificar como “sujetos de frontera” aquienes habitan este espacio? ¿podemos hablar de un sentido y un significado implícitoen el ser de la frontera? ¿de una identidad cultural de frontera?.

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Para ilustrar nuestras reflexiones realizamos historias de vida a seis ancianos (cuatro enUreña y dos, en San Antonio). Uno de ellos fue Doña Matilde Ruiz, una matrona quehabita en un sector de Ureña, limítrofe con Colombia, denominado “La Mulata”. Esconocida como “La Negra Matilde, “La de La Mulata”. También entrevistamos a DonEleuterio Durán, maestro de escuela y periodista de oficio; a Doña Cora, “La Cacica”(quien durante treinta años se desempeñó como requisadora en el AeropuertoInternacional de San Antonio del Táchira). En el pueblo la conocen como “La ViejaCora”.

Entrevistamos a Don Lucas, a Doña Luisa y a Don José.Sus edades están comprendidas entre los 70 y 87 años. Todos ellos constituyen laprimera generación especificada con el signo (1G). A excepción de Don Eleuterio, serealizaron historias de vida a los hijos de los mencionados ancianos. Luisa Eugenia,Cora María, Cruz Margarita, José Segundo y Jesús Matilde tienen entre 45 y 34 años deedad. Forman parte de la segunda generación. (2G). En el caso de Doña Luisa y DonJosé, las historias fueron realizadas también a la tercera generación(3G): Luisa María yJosé Tercero, todos venezolanos. En el uso de la técnica se estila cambiar los nombresde los informantes. Repetimos los seudónimos de la primera generación en la segunda yen la tercera. De esta manera, quien lee, puede llevar el hilo conductor de la líneafamiliar. Don Eleuterio, Doña Cora, Doña Matilde y Don Lucas conservan sus nombresoriginales. Son “testigos claves” y “personajes de frontera”.

Hacemos referencia a las vivencias de los Rodríguez, historia familiar realizada pornosotros en 1994. Doña Ludovica, tres de sus hijos (Aura Ludovica, Jesusa Ludovica yLudovico Segundo) y dos de sus nietos. (Gladys Ludovica y Ludovico Tercero) quienesponen en evidencia aspectos de una frontera vivida en tres tiempos. Realizamos un totalde seis historias familiares que sumaron diecisiete historias de vida.

Una mujer colombiana que labora en una de las tantas fábricas de Ureña, a quienllamamos “María La Explotada”, contó su vida. También lo hicieron Jairo Vila, “ElHeladero”, y Nieves, dos colombianos que tienen por casa a Ureña y a San Antonio,respectivamente.

Así como una profesional del derecho residente en Ureña y un dirigente político a quienllamamos César, también de Ureña. Sumaron 21 las historias analizadas. De los relatostomamos esencialmente aquellos episodios que se referían a lo fronterizo. Sin embargo,en algunos casos, en especial dentro de la primera generación, tratamos de recrear elambiente, la atmósfera, alrededor del personaje, donde destacamos situaciones que elinformante hizo sentir como centrales en su historia.

CÚCUTA: LA TIJUANA1 DE COLOMBIA

“Ya me voy pa´ la frontera, a quedarme en Venezuela”Rubén BladesEran tiempos de bonanza en Venezuela. Entre los años 1979 y 1980, el barril depetróleo llegó a costar 39$. Cúcuta se convirtió en un importante centro comercial y de

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servicios, “La Vitrina de Colombia”. Los venezolanos, al beneficiarse del cambiomonetario de hasta 17 pesos por bolívar, realizaban compras en el país vecino. Estoinfluyó en su desarrollo económico.

El viento soplaba hacia la capital del Norte de Santander. El Dorado estaba muy cerca.Oleadas de colombianos emigraron a la frontera. Trochas y caminos verdes fuerontestigos. Los vecinos de mayor poder adquisitivo establecieron grandes negocios. Aveces, aquellas posibilidades eran negadas a quienes no pertenecían a la zona.«Me dicen que no, que como yo soy del interior no me corresponde ningún servicio paraconseguir trabajo, porque eso allá, es para los santandereanos y la gente de frontera.Total que... adiós, joven, se me va de aquí porque usted no es santandereano... es loque me contestan a la hora de la verdad». ( Guillén Jiménez, 1980: 100)

La ciudad recibía ecuatorianos, peruanos, bolivianos y habitantes de las islas del Caribe.Algunos se hacían pasar por colombianos. Esto le permitía llegar a la frontera conVenezuela. Cúcuta cumplía un doble papel. Receptora de población colombiana, asícomo de otras nacionalidades, que la utilizaban como vía de acceso hacia Venezuela yexpulsora de aquel contingente humano, para quienes fungía como puente. Se convirtióen un espacio de tránsito con elevado número de población flotante. También a Méxicovan salvadoreños y nicaragüenses que para cruzar a los Estados Unidos, se hacenpasar por mexicanos. El pasado indígena ayuda.«En cuanto a la ciudad de Cúcuta y su área metropolitana, el 20% de su poblaciónmayor de 5 años (76.423 personas) vivía en 1980 en el exterior, de las cuales 64.960personas estaban residenciadas en Venezuela. Es decir, que el 85% de la población deCúcuta y su área metropolitana, que en 1980 estaba viviendo fuera del país, seencontraba en Venezuela». (Torrealba, 1987:19)

También la ciudad mostraba otra cara. En esta selva de cemento, no todos pudieronoptar a los beneficios. Las calles se llenaron de mendigos. Proliferaban los prostíbulos,denominados eufemísticamente “casas de muñecas”. En 1979 había alrededor de 3.000(Guillén Jiménez, 1980: 205).

De varios lugares de Colombia se desplazaban las colombianas a prostituirse, o yaprostituidas, hasta la metrópolis, con la idea de cruzar a Venezuela. Recalca elcolombiano Guillén Jiménez que en los sitios nocturnos era común escuchar discursoscomo el siguiente:«Buenas noches, señores venezolanos (sn). Esperamos que las chicas y la atenciónsean de su agrado. Ahora viene el primer show de la noche, a cargo de Clarisa Sulivan».(ob.cit. 202)«Nuestras compatriotas vienen de cualquier parte del país, generalmente ‘dateadas’...comúnmente, cada burdel cuenta con los servicios de uno o varios ‘calanchines’ que selas ingenian para conseguir visas y permisos para las colombianas que quieran ingresara Venezuela... las colombianas ‘pasadas de punto’... se aventuran ‘por el caminoverde’... y llegan hasta San Cristóbal, Mérida o Maracaibo... a Caracas llegan lasmejores». (íbid:206)

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Hoy en día, este flujo ha cambiado. Por una parte, Venezuela con su crisis económica ysocial, ya no es tan atractiva para el inmigrante. Por la otra, los venezolanos no puedenconsumir como lo hacían en la bonanza. Pero en la frontera, Cúcuta continúa siendo unametrópolis en relación con San Antonio y Ureña.A ureñenses y sanantoñenses la capital colombiana les queda más próxima para hacercompras, visitar médicos o asistir a programas culturales que San Cristóbal, la capital delestado, donde para llegar hay que transitar en más de una hora de camino por zonasmontañosa, a diferencia de los pocosminutos de trayecto hasta la ciudad colombiana.

UREÑA Y SAN ANTONIO DEL TÁCHIRA. PUEBLOS LIMÍTROFES

En las tardes, cuando el calor sofoca, una caja de cerveza, asientos de mimbre yvallenatos acompañan a los habitantes de Ureña y de San Antonio. Allí “en el frente”conversan sobre los últimos acontecimientos de la frontera, del pueblo y de la gente desu calle. Si no fuese por la militarización de la zona y por los camiones de carga pesadaque transitan continuamente, pensaríamos que estamos en cualquier pueblo deprovincia. Pero Ureña y San Antonio son pueblos de frontera. La temperatura es de unos38°C. Para 1996 se estimó la población de Ureña en unos 36. 194 habitantes, ubicadosen una densidad de 194,05 por Km2. Posee uno de los índices poblacionales más altosdel país: 19,9 habitantes por Km2. Para el año 2.000 se estima que la población será de45.744 habitantes.

Río, caña, y una fortaleza, son las imágenes constituyentes de la sintaxis y de lasimbología que ilustran los escudos de San Antonio y Ureña. Sin embargo, el río se secóy la zafra y la caña ya no son propiedad de pequeños productores, sino del CentralAzucarero. San Antonio está ubicado al oeste del estado Táchira y es la capital deldistrito Bolívar. Su fundación data del 2 de octubre de 1724, por Eugenio SánchezOsorio. En la década del setenta adquirió prestigio nacional por los bajos precios deartefactos electrónicos y electrodomésticos. Mientras los venezolanos compraban enColombia productos manufacturados, los colombianos adquirían en San Antonioartefactos elaborados por la industria electrónica japonesa, que ha desarrollado unaeconomía importadora. En esta localidad se encuentra ubicada la aduana másimportante de la frontera colombo-venezolana, fundada en 1842. Al igual que Ureña,también es una “puerta hacia Venezuela”. Del país vecino recibe una población flotante,calculada para 1998 en 25.000 personas que transitan diariamente.

LÍMITE GEOPOLÍTICO QUE SE DESDIBUJA. LÍMITE GEOPOLÍTICO QUE SEDEMARCA. LA DIALÉCTICA DEL VIVIR EN FRONTERA: “UNO VE A LOSDEL LADO DE ALLÁ COMO FAMILIA”

Sintonizan los noticieros colombianos y venezolanos. Leen los periódicos de ambospaíses.Disfrutan de las fiestas de “lado y lado”. Están atentos a las fluctuaciones económicasdel bolívar y el peso. Viven en un lado de la frontera y estudian o trabajan en el otro. Secasan. Tienen hijos. Unas compras las hacen allá y otras acá.

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«Cualquier cosa que uno necesite, pa´ onde uno corre es pa´ Cúcuta, porque si no lotienen, se lo buscan». (Jesusa-Ludovica 2G)En los momentos de unión, sobre todo en las actividades festivas, se sienten hijos deBolívar, piensan que “estos países sangran aún, debido a la amputación a la que fueronsometidos en 1830”; que el de allá “es muy trabajador, responsable y serio”... que el deacá “es abierto, poco prejuicioso y alegre”.

Desde el portal de la entrada, “El Custodio” grita a la mujer: “¡Vea, m´ hija, aquí le traigootro trabajador colombiano!”- “¿Colombiano? -grita la señora- ¡y con lo bien que trabaja esa gente!”- “¿Sabes que mi padre era colombiano?” -me dice bien duro “El Gocho Juan”, comopara decir que él también es berraquito, pues.- “¡Nosotros -le digo a la señora- nos le apuntamos a lo que sea... mejor dicho, al sonque me toquen bailo. Bueno, Colombia - resuelve llamarme así, Custodio. Vete a tuapartamento». (Guillén J, 1980: 114).-También hay lugar para el conflicto y la diferencia. José A. Páez y Francisco de PaulaSantander2 tuvieron razón. Lo mejor fue dividir esto. El hermano se convierte en “elcolombiano ése, narcotraficante, guerrillero” y el venezolano en “veneco flojo, corrupto yprepotente”.«...y como son las cosas: el tipo resulta muy formal... ¡sí señor! Me comenta que es deMaracaibo, que hace diez años trabaja de conductor... Bueno, después comienza ahablarme de los colombianos, que son muy malos, que matan, que roban, que no séqué. Esta es la parte -digamos- aburridora».( ob.cit:121)

«La trocha, sinceramente, es bonita como paisaje. Incluso Venezuela es bonita, pero loque tiene de malo (porque después me di cuenta) es el factor humano. El venezolano,como persona, es indeseable... Ellos saben que uno es colombiano con sólo verlo.También uno se da cuenta de que son venezolanos con sólo verlos... nos dicen:“mentiroso, tú eres un indocumentado colombiano que viene aquí a robar, a ponerproblemas». (íbid: 107)

Son relaciones sociales construidas en un tiempo, en un espacio, que se dan de maneraespontánea y natural. Relaciones simbióticas y antagónicas propias del intercambio degrupos humanos en interacción. El eje fronterizo Cúcuta - San Antonio - Ureña secaracteriza por la especificidad de sus relaciones económicas, políticas y esencialmentesociales y culturales con respecto al resto del país. Venezolanos y colombianos de lafrontera establecen lazos interactivos enmarcados dentro de una historia general yparticular, tanto nacional como cotidiana. Son, en suma, gente de frontera.«Uno se iba a pié a Villa del Rosario a hacer el mercado y uno llegaba a Cúcuta yalmorzaba con cuarenta centavos colombianos. Uno ve a los del otro lado allá comofamilia. Yo no sé si ellos nos verán así a nosotros. Estos días me encontré con la partidade mi abuelo. Él tenía el mismo nombre mío, Eleuterio, era de Villa del Rosario. Eso eracomún, el de allá, el de aquí, el de aquí, el de allá, y eso persistió por mucho tiempo,incluso cuando había reclutas aquí, apretadas, cuando Gómez, algunos se iban para

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allá; y allá, pues si a la mujer le llegaba el momento de parir, paría allá y después sevenía para acá, y el de allá lo mismo». (Don Eleuterio)

Son lazos construidos en el quehacer diario, cotidiano. Historia que no se inventa. Loque ocurre allá ha repercutido desde tiempos pasados en lo que ocurre aquí. Conaciertos y desaciertos. Con beneficios y calamidades.«Esto no lo ha inventado uno, obedece a necesidades prácticas. Que tú eres mi mujer yestás cocinando aquí y se te acabó el aceite... ¡puta,... no hay aceite! Entonces sales encarrera, pasas el puente, lo compras y te vienes y haces el almuerzo». (Don Eleuterio)Para Anthony Giddens, la continuidad de las prácticas sociales llevadas a cabo por elsujeto social supone la reflexividad, pero esta reflexividad no puede ser entendida comomera “autoconciencia”, sino como el carácter registrado del fluir corriente de una vidasocial. El ser humano es un agente intencional cuyas actividades obedecen a razones, yque es capaz, si se le pregunta, de abundar discursivamente sobre esas razones.

Se construye una identidad propia, lo que desde el centro se ve como “ lo otro”, en lafrontera forma parte de lo mío, lo propio, de la historia vivida. Se generan varios tipos desocialización. Una, dentro de la identidad cultural de frontera, como gente que vive unahistoria compartida, sustentada por una historia común. La otra, geopolítica, tambiénmuy arraigada tanto entre venezolanos y colombianos, que los define comopertenecientes a territorios nacionales diferenciados. El habitante de la frontera, tantovenezolano como colombiano, está consciente de la presencia de un allá y de un acá,aunque a la vez se mueve dentro de situaciones que desdibujan el límite, pero el hechode que se comparta una frontera no implica que los habitantes de la misma vayan a“perder su identidad nacional”.

El río une culturalmente. Divide geopolíticamente. Esto lo tiene muy claro el habitante dela frontera tachirense.«Mi mamá es colombiana. Cuando nos sentamos a ver un Miss Universo, ella grita porsu colombiana y nosotras gritamos por nuestra venezolana... en mi casa nadie se peleaporque nos respetamos. A veces, cuando mi mamá dice que la más linda es lamuchacha colombiana, yo le digo... ¡ay mamá! Pero hasta allí. Le respetamos suposición. Hubo una vez una situación en la que quedaban tres, entre esas estaba lavenezolana y la colombiana,... y ¡plum! ... eliminaron de una vez a Venezuela, ¿quéhicimos inmediatamente? Comenzamos a “ligar” a la colombiana. Pero mientras ibaVenezuela: ¡¡ Venezuela, Venezuela!!. Uno siempre hala para acá». (Angela)

Y prosigue con sus reflexiones:«Tenemos que aprender a convivir, a ayudarnos sin perder nuestra identidad nacional.Yo veo noticias venezolanas y colombianas. Me duelen las cosas que pasan en ambospaíses, pero a la hora de cualquier cosa, por supuesto que mi tierra es Venezuela y yosiempre giro para acá. Eso no lo ha entendido la gente del centro. No es que nosotrosvendamos a la Patria, sino que hemos aprendido a convivir con el vecino. Vemos susdefectos, sus virtudes. Tenemos que comprender esa situación y hacer leyes que seapliquen a esta realidad, política, social, humana, de todo tipo... nosotros no etiquetamos

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como ellos (los del centro) lo hacen. ¿Colombiano = malo?. No señor. Nosotrossabemos que hay gente buena y mala».

Ese límite que se desdibuja día a día en el diario acontecer, en la historia de similitudesentre venezolanos y colombianos, también se demarca de manera fehaciente en el casode los deportados colombianos que cruzan en autobuses hacia su país.«Arrancan los carros para Cúcuta, encaravanados, y a los pocos minutos, cuando se veque estamos llegando a Colombia, ocurre un caso, digamos dramático o digamos,nacionalista, si se puede llamar. Apenas cruzamos la frontera, o sea, el puente que unecon Cúcuta, el Puente Internacional, no se sabe cómo es que ocurre esto, pero es comopreparado: En todos los buses, la gente comienza a gritar: ¡Viva Colombia! ¡VivaColombia! ¡Viva Colombia! ¡Colombia! ¡Colombia! ¡Colombia!...La poca gente que haypor las calles a esa hora se sorprende al oír a todos esos zarrapastrosos gritando¿cierto?» (Testimonio de deportado en Guillén Jiménez, 1980: 141)

Es el mismo puente que sirve de tránsito, pero la situación que se viva definirá la maneracomo será visto. Si une o separa. El mismo individuo, en su transitar, puede conocerambas experiencias. La imagen que el espacio tenga entonces para quien cruza, estarádada por la vivencia experimentada.

Eduardo Cirlot define al puente como “aquello que media entre dos mundos separados”.En muchos pueblos, según el mismo autor, simboliza la relación entre lo sensible y losuprasensible. Al desprenderse de su acepción mística, representa el paso de un estadoa otro. El cambio. Esta transición, el paso ‘a la otra orilla’, puede significar la muerte.

En la frontera, cruzar el puente puede interpretarse a través de diferentes perspectivas.Para el obrero que se desplaza diariamente, es el paso a su lugar de trabajo, el transitarde cada mañana. Para quien tiene la familia de un lado y de otro y ha vivido siempre enla zona, es la unión de un aquí y un allá, prolongación de una misma cosa que desdibujaal límite geopolítico.

También el puente puede significar la división. Cruzar puede remitir el estar fuera de lacasa o llegar a ella. La relación establecida con el puente, con la línea, no es unaabstracción. Es marca, es división. Puente que une. Puente que separa. Dialéctica delser y no ser. Del vivir mismo. Una joven deportada desde Venezuela hacia Colombia,relata:«Ahí, en San Antonio, bastaba cruzar el puente para entrar en Colombia, pero nostuvieron todo el resto del día en un patio de la PTJ (Policía Técnica Judicial venezolana)sin comida ni bebida y al rayo del sol. Cuando estaba oscureciendo nos recogieron atodas, nos insultaron y nos llevaron a los buses hasta el puente, y ahí estaba el DAS,esperándonos.Apenas nos fuimos bajando, empezamos a gritar ¡Viva Colombia! y les gritamos en lacara a los policías que nos llevaban, por habernos tratado mal: “¡Desgraciadosasquerosos!”, les dije yo, sin que me pudieran hacer nada porque ya estábamos en lapura línea fronteriza y yo me había situado del lado colombiano». (Testimonio de unajoven deportada, en Guillén Jiménez, 1980: 82)

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HABLA DOÑA MATILDE RUIZ, “LA DE LA MULATA”: LA FRONTERAOLVIDADA

La medalla del Corazón de Jesús que su madre le colgó al cuello era su única proteccióncuando después de recoger 12 arrobas de yuca se iba a venderlas en el mercado deUreña. Caminaba descalza por el monte para cuidar sus zapatos. Al llegar, se loscolocaba de nuevo. A sus 84 años, Doña Matilde Ruiz mejor conocida como “La NegraMatilde, la de La Mulata”, observa desde su mecedora de mimbre cómo su pueblo “es elmismito”. Siempre en el olvido. Dice no tener ningún sueño porque lo que le espera es elancianato. Se alegra cuando por la radio, los locutores le envían saludos. Todos hablande ella. En San Antonio. En Ureña. “Si Usted desea saber de la frontera, vaya y hablecon “La Negra Matilde”, me dicen.

En las mañanas, después de preparar el café, arregla la casa y da de comer a losanimales.

Está sola. Todos los muchachos que crió “se fueron tras su destino”. Pero siempre hayalguien que viene a visitarla. Desde su mecedora ve pasar a la gente. Tiene bendicionespara todos. Su casa está llena de recuerdos. De historia. San Miguel de la Mulata es unaaldea venezolana limítrofe con Colombia. Pertenece al municipio Pedro María Ureña, enel estado Táchira. Según la tradición, fue fundada por “indios mulatos”, no se sabe lafecha, pero sus habitantes aseguran que es más antigua que Ureña, la capital delmunicipio. Uno de sus primeros pobladores fue Don Timoteo Becerra, quien:«... se trajo una muchacha del otro lao, llamada Belén... y ella decía: ‘yo me caso coneste viejo porque yo no quiero parir... ese viejo no hace hijos...pero el viejo le metiócuatro muchachos...le metió cuatro varones... ella se casó con él por huir de los hijos, noquería tener más hijos...yo no había visto un viejito así, es que la gente de antes sealimentaba bien, m´hija». (Doña Matilde)

Recuerda el día en que su tía Eleuteria Ruiz, sin recuperarse aún del susto, al ver en elcielo un “bicho que volaba”, llegó a la casa alarmada cuando se le atravesó en el caminootro animal. Este tenía “ojos muy grandes y llevaba gente”. Cuenta que la tía Eleuteriamurió señorita. «... a los 90 años, en la agonía de su muerte nos dijo que ella necesitabasu velo y su corona, y la urna, que fuera blanquita. ¡Quedó tan bonita mi tía Eleuteria enla urna!. Esa cara se le escartidió, se le puso lisita cuando se le puso esa corona y esevelo».

LA GALLINA DE LOS DIENTES DE ORO

Por mucho tiempo, “cuando estaba viva, alentada”, Matilde organizó las festividades delToro Candela y La Burriquita. Junto a otras mujeres se trasladó hacia el pobladocolombiano de El Zulia a comprar una pila bautismal... “para que a los chinos (niños) nolos siguieran bautizando en un plato”. Al comenzar el año preparaba comida a más detrescientos niños de la localidad, porque en aquel tiempo “todo era barato, no se veía laplata, pero había comida”.

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La primera iglesia fue de teja, construida por su padre, Encarnación Ruiz:«...la gente lo ayudó. En un lugar que dizque era un cementerio; haciendo mi papá unoshuecos encontramos una quijada, y tenía bastantes dientes de oro. Uno muchacho pues,no le tiene asco a nada. Puse los dientes en un ají cara de agua y volvimos a enterrar laquijada, en esto vino una gallina, y se los comió, pensaba que era maíz. Se comió losdientecitos la gallina».

En La Mulata, al igual que en otros sectores de la frontera, se trabaja en laboresagrícolas.Familias binacionales que lejos de la retórica oficial viven la integración de maneraespontánea, en medio de prácticas sociales generadas por la experiencia cotidiana,muchas de estas prácticas incomprendidas desde fuera de la zona. Uno recorre tierrasinhóspitas y ve a la gente sembrando. En Los Tanques, un sector de La Mulata, no hayagua, tampoco luz eléctrica. Venezolanos y colombianos trabajan la tierra en las peorescondiciones.

LA VIRGEN DE DOÑA CESÁREA

La integración de venezolanos y colombianos del Táchira y del Norte de Santander hasido producto de las vivencias que los identifican dentro de historias compartidas.«Pa’ aquel lao [Colombia], había una viejita llamada Cesárea Ramírez. Allí tenían unaVirgen del Carmen, el día del Carmen hacían la fiesta, entonces traían la Virgen enprocesión y tomaban guarapo, la gente rezaba y tomaba guarapo, entonces el padre deaquí mandó a prohibir la procesión porque estaban tomando. De allá sacaban la Virgenm´hija, la sacaban».

La patrona de La Mulata es la Virgen del Carmen, su historia de cruce no conoció delímites geopolíticos. Los lugareños preparaban la procesión junto a los vecinos. La granfiesta en su honor se realizaba del lado colombiano. «Allá hacían bastante comida, todo el mundo comía de gratis. Era otro tiempo, m´hija,una panela valía una locha». (Doña Matilde)

LAS FIESTAS DE LA FRONTERA

La fiesta es catálisis que distrae de los problemas recurrentes. Despierta lo dionisíacodel alma colectiva en trance de disfrutar el placer del rito alcohólico del brindis, el baile yel encuentro. En el Táchira, la fiesta principal es la de San Sebastián, donde concurregran número de colombianos. Los venezolanos participan de las festividadescolombianas en el Norte de Santander, en la población de Chinácota, localidad ubicadaa 45 minutos de Cúcuta. Las ferias son en honor a San Nicolás.«Allí sí somos todos iguales, colombianos y venezolanos, allí no se piensa quién esvenezolano y quién es colombiano. Vamos a divertirnos». (Habitante de la frontera.1988)En la frontera, por el hecho de ser un ámbito de interacción social, se presentan rocesentre los grupos, que pueden ser producto de factores inmersos en el orden de lo microo lo macroestructural, así como de situaciones coyunturales. En la fiesta, la noción deintegración deja de ser una retórica para manifestarse a través de hechos concretos.

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El hecho de que entre Venezuela y Colombia exista similitud religiosa incide en losprocesos relacionales, coexistentes entre ambos grupos de la frontera. El 15 de agostose celebran en Táriba, estado Táchira, las fiestas de la «Virgen de la Consolación»; esedía se ofician misas desde las 5:00 am hasta las 8:00 pm, una por cada hora. El pueblole levanta, como ofrendas, altares en las esquinas. Estas fiestas son muy visitadas porlos colombianos. Anselmo Amado, en su obra “Así era la vida en San Cristóbal”, señala:«La Virgen de la Consolación, milagrosa Virgen aparecida en una tabla hacemuchísimos años, atrae a millares de peregrinos de todos Los Andes y de la vecinaColombia» (Amado, 1960:104)

En San Antonio del Táchira, las fiestas patronales son en honor a San Antonio dePadua, el 13 de junio. Al igual que las de Ureña, en honor a San Juan, cuentan con lapresencia de grupos culturales del Norte de Santander.«... las únicas fiestas que había aquí, en Ureña, eran las de San Juan, y en eso veníanlos carros chocones, las corridas de toro y uno, la ilusión; entonces le decíamos a mipapá, ¡ay, mañana es sábado, papá y llegaron los carritos chocones”. “Pues ya ustedessaben lo que tienen, que hacer, alistar bastante si quieren ir”, nos decía, nos tocabaponernos el día viernes a alistar. Mi hermana Virginia y yo éramos las que alistábamos lacomida a los animales. Cogíamos a buscar cogollos, eso era bojote tras bojote pa´ poderir a la fiesta. Mi papá nos compraba unos cortes [metros de tela] y estrenábamos...esasfiestas, pues, mi papá iba con nosotros, habían corridas de toros y borrachos, y nosotroscon la ilusión, y no nos montábamos sino por las rendijas que nos poníamos a mirar, porlas tablas a mirar a los toros a los toreros, porque no entrábamos, no pagamos, y acomer las cotufas que venden y nos entusiasmábamos y nos veníamos, y eso era todala fiesta”.(Aura – Ludovica 2 G).«Nosotros somos una sola nación. Aquí, en Ureña, si hay fiesta en Colombia, paranosotros pues también, porque si ellos no trabajan nosotros tampoco. Es como unaunión que quiso hacer Bolívar en un tiempo. En Colombia es una fiesta y aquí se trabaja,pero aquí, de contrabando no se quiere trabajar». (Entrevista a estudiante: San Antoniodel Táchira)

Asimismo, los eventos deportivos, tanto venezolanos como colombianos, son celebradosen ambos países.«A todos nosotros aquí en la frontera nos gusta el fútbol, vivimos el fútbol colombianocomo de aquí, y si pelea un boxeador venezolano, es a él que ligan los colombianos.Estamos hermanaos» (José Tercero 3G)

EL TERREMOTO DE CÚCUTA... DESTRUYÓ LA IGLESIA DE UREÑA

En 1875 se produjo un sismo de 8 grados en la escala de Richter, conocido como el“terremoto de Cúcuta ”, afectó en igual magnitud a los ureñenses. Se dice que... “lagente no podía mantenerse en pie, ya que era lanzada de una acera a otra de la calle.Caían a la tierra al tratar de levantarse”. (Ramírez, en Villamizar,1997: 65)

El terremoto destruyó las capillas de La Mulata y la de Ureña. Doña Trina, la viuda deDon Pedro María Ureña, el fundador, murió sepultada bajo los escombros. La

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desmoralización de la gente del pueblo y el alto grado de religiosidad hicieron que lesolicitasen al presbítero Dr. Elio Caicedo, de la ciudad de Cúcuta, lo siguiente:«Rogamos al señor presbítero, Dr Elio Caicedo, viniese ahora a consolarnos, a ejercersu ministerio y con conocimiento del señor cura de San Antonio, la bondad de la quetanto satisfizo nuestros deseos: voló a las ruinas de esta, quedamos reducidossoportando hasta complacer penas de una situación de la cual la pluma no puede daruna idea ha permanecido entre nosotros dando su santo ministerio con una calidaddigna de un verdadero ministro del Señor» (Archivo de la arquidiócesis de Mérida enVillamizar 1997: 66)

Son innumerables los ejemplos que dan cuenta de la manera como se construye unaidentidad compartida. En la fortuna y en el infortunio. El terremoto de 1875 fue muestrade ello. Es uno de esos momentos en los que el límite se desdibuja. Una de lasdimensiones de mayor interés para los sociólogos, es la de la solidaridad, los aspectosque dan lugar a la cohesión social. ¿Cuáles son los mecanismos que utiliza unasociedad para mantenerse unida? ¿para que los lazos que la conectan no se rompan?

Emile Durkheim, en la que fuera su tesis de doctorado, La división del trabajo social(1893), se ocupa del asunto. Parte del hecho de que hay una primacía de la sociedadsobre el individuo. Desde allí explica la manera como los actores sociales se asocianentre sí.Establece dos tipos de solidaridad: la mecánica y la orgánica. La primera se construye apartir de semejanzas, de la presencia de una conciencia colectiva poco diferenciada ygenerará menos posibilidades de conflicto. En el segundo caso, la orgánica, es máscompleja, pues incluye lo diverso. Es el tipo de solidaridad que se da en la sociedadindustrial. La conciencia colectiva es exterior al individuo, lo modela en medio de ladiversidad, crea coincidencias que nos permiten establecer vínculos capaces demantener lazos que conectan a los sujetos dentro de la trama.

Asimismo, George Mead se detiene en la serie de símbolos significantes implícitos en laconstrucción de sociedad. Cuando se piensa en el final de una sociedad, se relacionaesto con hecatombes naturales, registradas ya desde la Biblia con el diluvio, o históricas,como la desaparición de la ciudad de Pompeya a consecuencia de la erupción delVesubio. Si hacemos un poco de ficción y pensamos que un día, todos, al despertar,tomamos un camino diferente... también sería el final. No existen relaciones. No existecomunicación. No existe sociedad.

Dentro del estudio de lo social, los vínculos que establecen los seres humanos en suproceso de interacción, de prácticas sociales, son claves para la construcción de lasociedad. Esto lo podemos ver dentro de las historias de vida donde la narración delmundo cotidiano revela la serie de estrategias que el ser social construye para supermanencia dentro de la urdimbre social, con implicación de la permanencia del otro.Estrategias que revelan el deseo de seguir viviendo. El sujeto social crea vínculos quepueden surgir al infringir normas que van en detrimento de las conexiones sociales. Enla novela Así se templó el acero, del escritor Nicolai Ostrovski, (1904-1936), elprotagonista, Pável Korchaguin, está ligado al estoicismo, al viacrucis, se relatan sus

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experiencias políticas y los aprendizajes de la nueva realidad revolucionaria de Rusia.También dentro del relato aparecen situaciones de frontera que ponen de manifiesto loque hemos denominado la universalización del hecho fronterizo. Relaciones afectivas eintercambios comerciales entre quienes comparten la frontera.«Pongas como pongas los puestos, cuando hay boda o alguna fiesta, asiste la familiadel otro lado de la frontera. ¿Y cómo no van a cruzarla cuando hay veinte pasos de casaa casa, y el río lo puede pasar hasta una gallina? También se dan casos decontrabando, cierto que son pequeñeces. Una mujer que trae un par de botellas deaguardiente polaco de cuarenta grados, pero también hay no pocos grandescontrabandistas, con los que trabaja gente que maneja no poco dinero» (Ostrovski,1979:353)

A pesar de las restricciones, del constreñimiento, del deber ser, se crean solidaridades,por pequeñas que sean, aún en medio de la guerra y de las diferencias ideológicas.«No puede detenerse ni un minuto: el frío paraliza al instante sus articulaciones y elsoldado se mueve continuamente, a veces al trote. Los centinelas se nivelan y el polacoda vuelta, y echa a andar paralelamente al soldado rojo... El polaco quiere fumar, peroha olvidado las cerillas en el cuartel... ¡camarada, dame cerillas!, dice el primero,infringiendo la ley sagrada... el soldado rojo ha oído la petición del polaco, pero elreglamento de servicio de guardafronteras prohíbe al combatiente entablar conversacióncon cualquier extranjero ... y el soldado rojo, sin volverse, tira la caja e cerillas... la cajavuelve a pasar de la misma forma la frontera y, entonces, el soldado rojo infringe, sinquerer, la ley». (ídem)

También están solos los soldados venezolanos y colombianos que custodian la frontera.El periodista colombiano, Efraín Otero (En Muñoz, El Mundo, 31/3/89.p.14), realizó unreportaje a soldados colombianos ubicados en los puestos fronterizos del departamentode la Guajira colombiana, frontera con Castilletes, en el lado venezolano. Después dedestacar el olvido al que están sometidos por parte del Estado colombiano, revela cómo,en medio del tedio y del calor, los soldados de ambos países organizan equiposdeportivos de fútbol y de béisbol para hacer más emocionante la contienda. Apuestan elGolfo de Venezuela.

LOS DE ALLÁ Y LOS DE ACÁ

«Con los colombianos me la llevo bien. Mire, esa señora que pasó ahorita, esa viejita escolombiana, el marido también. Ellos llegaron de allá, de Colombia, una mañanita, traíancostales de cañamazos3 amarrados, y con unos muchachitos sarnosíiiiitos. La viejita medice: - ¡Ay señora, buenos días! - ¡Buenos días!, le dije. - ¡Ayúdenos a buscar casita! -¿Así, de rompe? ¿qué hacemos? Y dejé que la señora entrara y que se metiera allí enuna pieza, ¿qué más?. Los niñitos estaban enfermos. Le dije: En la cocina hay una ollade ajiaco4. Yo los tuve aquí tres meses. Es una gente muy buena, que trabaja la tierra.Tienen sus huertas... Yo quiero mucho a la gente colombiana, los quiero porque haypersonas a las que les tiran duro, sabiendo que la zanja nos coge igualito a todos.”(Doña Matilde)

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Los venezolanos que habitan en la frontera reiteran en sus discursos “el allá”,(Colombia), y “el acá” (Venezuela). Lo mismo sucede en el lado colombiano. Entreambos países se encuentra el Río Táchira, que une y divide a la vez. Une culturalmentey separa en su connotación geopolítica. Esto lo tienen muy claro los habitantes de lafrontera. La gente de La Mulata cuida sus hitos, sabe hasta dónde llega su territorio.«Estábamos buscando a ese señor [el hito], y no lo encontrábamos... nosotrosmandamos desde el hito 00, el 01., el 2, el 3, el 4, el 5 y el 6 y el 7, que está en lahacienda El Diamante, esos son los hitos que nos corresponden a nosotros por el ladodel norte de Santander. Después arranca el 01, el que va para Ricaurte... El hito 00... ¡yque había desaparecido!... lo que pasó fue que ese hito estaba abandonado, nadie lotomó en cuenta, una comisión de la Guardia Nacional, con un representante de laCancillería y unos miembros de esta comunidad (entre esos estoy yo incluido), lolimpiamos, fuimos, pasamos todo un día buscándolo, hasta que lo conseguimos, metidodentro de un cañaveral que eso era imposible detectarlo desde un helicóptero, lolimpiamos bien limpiecito, lo charapeamos, y lo limpiamos». ( Jesús Matilde 2G).

Todo esto desmiente aquellos discursos que colocan al habitante de la frontera como“en peligro de perder su identidad nacional”, o que “son más colombianos quevenezolanos”.Este tipo de afirmaciones, tanto desde Bogotá como desde Caracas (a los colombianosles preocupa que sus compatriotas se venezolanicen, y en nuestro país preocupa quelos venezolanos se colombianicen de “tanto escuchar vallenato”), muestra laincomprensión de lo que significa la interacción cultural entre grupos que estánseparados geopolíticamente, pero que culturalmente forman parte de una misma región.Por todo esto es esencial, comprender la frontera desde adentro. Nos une la historiacompartida, los lazos enfatizados en un lenguaje y en el parentesco. La vinculación porconsanguinidad y afinidad, así como las concepciones de lo sagrado, convierten a estafrontera en una gran familia binacional.

DECRETOS PARA LA DESINTEGRACIÓN

Nos separan situaciones que pueden ser cotidianas, generadas por la interacción cara acara. Lo que dice Alfred Schutz, en su teoría fenomenológica denomina Umwelt. También haydisposiciones estatales, dirigidas a la frontera, que afectan el quehacer cotidiano, tal esel caso de decretos dirigidos hacia la zona que no se corresponden con su realidad. Enlos años ochenta, la proliferación del contrabando de extracción o comercio nolegalizado dio lugar a que se dictaran una serie de decretos, que tendieron a:«...afectar más al ciudadano común que al verdadero contrabandista, probablementepara hacer creer que ejercen una función estricta de control, mientras que las gandolasde 50 toneladas de cargamento continúan pasando la frontera impunemente”. (ElNacional, 16/10/87:D-2)

El decreto 1716, promulgado en 1987, que limitaba las relaciones comerciales en lazona, tenía entre sus propósitos: “Regular la comercialización, circulación, depósito ytenencia de mercancías”. En su artículo 13, establecía: “No se permitirá la instalación de

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establecimientos comerciales en la zona”. (Sánchez, El Nacional, 18/08/87:D-2). En lasparedes de Ureña y de San Antonio se podían leer graffitis como el siguiente: “Abajo el1716” y “1716 nos mata de hambre”. El decreto se derogó.

Su funcionamiento ocasionaba la parálisis de una zona industrial en desarrollo queabarcaba 22 hectáreas. Fue sustituido por el 1795. Se denunció en la frontera que estedecreto sólo tenía pequeñas diferencias con el 1716. En 1989, al asumir por segundavez la Presidencia de la República Carlos Andrés Pérez, se deroga el 1795.

Otro decreto que no se correspondía con la realidad fronteriza fue el 001177, publicadoen Gaceta Oficial Nº 34.029 del 15 de agosto de 1988, en el gobierno de Jaime Lusinchi.stablecía la necesidad de un permiso fronterizo para que los habitantes del norte deSantander pudiesen ingresar a territorio venezolano. Atentaba contra el libre tránsito.5

También fué derogado. Se derogaron tres decretos en menos de dos años.

EL CASO DE “LOS NIÑOS APÁTRIDAS”

El 24 de octubre de 1991, el Presidente Carlos Andrés Pérez promulgó el decreto 1911,a través del cual, los hijos de padres ilegales nacidos en territorio venezolano podríanoptar a la nacionalidad. Todo esto con la finalidad de evitar que siguiera proliferando lapresencia de jóvenes sin documentación. El decreto fue derogado el 26 de noviembre de1993 por el gobierno de Ramón J. Velásquez. Ramón Escovar Salom, para eseentonces Fiscal General de la República, demandó su nulidad ante la Corte Suprema deJusticia. Fue sustituido por el “reglamento que regula la expedición de las partidas denacimiento”, decreto 3.267.

Varios sectores de la sociedad venezolana protestaron la medida. Entre ellos, la Iglesia.Se alegaba violación de los derechos humanos, pues se condenaba a un gran númerode personas a vivir en condiciones de apátridas.

La situación del ilegal no se reduce a la frontera. En el año 1998 había en Venezuelaalrededor de 400.000 niños y jóvenes indocumentados. No poseían documentación deningún país y representaban un 2% de la población nacional. Esto limitaba suparticipación en las instituciones. No podían inscribirse en las escuelas ni ser atendidosen los hospitales.

El problema se agravó entre 1997 y 1998, cuando los infantes debían ir a la escuela. Notenían papeles, por eso no los aceptaban en los centros de educación.«No me aceptan al niño en la escuela porque no tiene papeles. Como soy colombiana, lollevé a presentar allá. Me dijeron que no podía porque no nació allá. Estabadesesperada con mi muchachito, del puente pa´yá, del puente pa’cá» (María, LaExplotada. Ureña)

El decreto no sólo afectaba a los colombianos ilegales, sino también a los venezolanosde la frontera, pues se veían perjudicados por tal medida. Si el padre del niño eravenezolano, el problema era menor, pues presentaba al infante. La cuestión se agravaba

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si la madre era venezolana y el padre colombiano ilegal. El niño debía ser presentadosólo por la madre y aparecer en el registro como hijo “natural”. Se le niega el apellido delpadre, aún cuando éste quisiera reconocerlo.

Se dieron casos como el de una de las tantas huelgas de médicos en Venezuela, dondeparturientas de San Antonio y Ureña eran remitidas a Cúcuta. Luego, debían pasar elcalvario de trasladarse a Caracas y realizar todo un recorrido burocrático para que sushijos obtuvieran la nacionalidad venezolana. Al respecto, el prefecto del distrito Ureña,señor Luís Rodríguez, acotó lo siguiente:«Con el problema de los ‘niños apátridas, por lo menos aquí en la prefectura, pues yo,simple y llanamente, recibo las órdenes de la Dirección de Política y de la Gobernacióndel estado. Los niños que nacen aquí, en territorio venezolano o aquí en la frontera, enSan Antonio o en Ureña, o en San Cristóbal, para explicarme bien, es lo siguiente, niñosde padres extranjeros, eso implica colombianos, ecuatorianos, peruanos... si el padre yla madre no tienen ningún documento venezolano, tienen que trasladarse al Tribunal deMenores para que ellos den una autorización a la Prefectura para poderlos registrar, asíno hay problema, siempre se ha hecho así. Si el niño es hijo de padre venezolano ymadre extranjera, no hay problema, si la madre es venezolana y el padre extranjero, yno son casados, no puede llevar el apellido del padre, no lo lleva. Si la madre escolombiana y el padre venezolano, sí se puede registrar. Yo he manifestado eso ante lasautoridades, pero no se ha hecho nada. También hay otro problema grave aquí, comousted sabe, aquí, en Venezuela, han tenido muchos problemas los hospitales, por lo quelas damas embarazadas, en el momento del parto no las pueden atender en el hospital,entonces las remiten al hospital de Cúcuta o una clínica, qué sé yo, las llevan para allá, ysiendo los padres venezolanos, ellos vienen aquí a reclamar que hay que registrarles, yyo no puedo, porque para yo poderlos registrar, tengo que tener una boleta... Los padrestienen que dirigirse, primero, al Consulado, de ahí los remiten a Caracas, de Caracas aSan Cristóbal, y en San Cristóbal, que es donde está la Gobernación del estado, de allísí los envían aquí, a la Prefectura. Las mujeres van a dar a luz allá en Cúcuta, porqueaquí lo único que tenemos es un ambulatorio, y si están con los dolores, les queda máscerca Cúcuta que subir la montaña hasta llegar a San Cristóbal.”

El Dr. Angel Marrero, presidente de la Asociación de Amigos de Colombia, con el apoyodel fallecido monseñor Tulio Ramírez Roa, lucharon para la derogación del decreto. Enoctubre de 1998, con el decreto 2819, en Gaceta Oficial N° 36553, se pone fin a lasituación de los niños apátridas. Quedan así apuntados en los registros venezolanostodos los niños y jóvenes que estaban en tal condición.

ELCENTRAL AZUCARERO:“¿YSI ELCOMPADRESEMUERE?”

Ureña tiene tradición industrial. Lo avala la presencia del Central Azucarero. El Centralcambió la relación con el espacio. Fue creado en 1954. Hoy, su nombre es CentralAzucarero del Táchira (CAZTA), después de que fué privatizado con capital colombianoen el año 1994. A su privatización se opusieron representantes del sector económico ypolítico.

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Para esto se apoyaron en un decreto de la Ley de Fronteras que prohíbe a cualquierextranjero adquirir inmuebles en las zonas regidas por esa ley. Los industrialescolombianos compraron el Central Azucarero. Pero el decreto que limita a losextranjeros para obtener propiedades en la frontera, quedó vigente, lo cual ha afectado amuchos de los pobladores colombianos, imposibilitados así de obtener vivienda.Finalmente, los capitales se hermanan y se continúan haciendo grandes negocios.Angela, una abogado del pueblo, señala:«Aquí viene gente muy humilde que un día ha logrado juntar el dinero para comprar sucasa, pero este decreto no se lo permite. Tienen hijos aquí, toda una vida aquí, pero porel hecho de no tener la cédula venezolana no pueden tener casa propia. Son personasque tienen más de veinte años viviendo aquí, gente que uno conoce de toda la vida, sinembargo, están imposibilitados de obtener su vivienda, por ejemplo». (Angela)

El cuerpo social siempre busca, inventa recursos, para salir airoso de las dificultades.Sin embargo, muchas veces, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Algunaspersonas ponen sus casas a nombre de los hijos nacidos en el territorio. Pero si estoshijos son menores de edad, ellos no pueden vender los bienes hasta que no cumplan lamayoría de edad. Otros los colocan a nombre de un compadre, pero siempre viven contemor y me preguntan: ¿y si el compadre se muere? Hay gente que vive en un estado detotal indefensión con este decreto. (Angela)

EL INTERCAMBIO COMERCIAL EN LA FRONTERA

“... fronteras llenitas de agujeros... si hubiera ballenas, ballenas pasan”.Ibargoyen Islas

En la frontera colombo-venezolana se generan múltiples transacciones comerciales, yasean éstas legales o ilegales. El comercio, en cualquiera de sus facetas, es inherente alterritorio fronterizo.6

«...esta frontera de dos líneas, moviéndose como una víbora, hoy, la boca mordiendopor aquí, ayer, la cola mordiendo por allá» (Ibargoyen, 1975:32).

Las características de dichas transacciones están directamente relacionadas por lavariabilidad en el valor de la moneda. Se buscarán beneficios en los cambios monetariosen uno y otro país a través de la adquisición de bienes de consumo.«Aquí hay que estar pendiente de si el bolívar sube o baja, es que sufre uno, eso nospasa a todos, pongamos que si sube el bolívar... ¡Ay, subió el bolívar! Aquí ha subido elbolívar hasta 16 pesos... pero si uno no tiene el bolívar pa’ descambiar, m´hija, la mismavaina». (Jesusa 2G).

Esta fluctuación también genera el llamado contrabando de extracción o interacción(según desde dónde se le mire). Productos colombianos pasan al mercado venezolano,otras veces es a la inversa. El venezolano Ciro Sánchez da cuenta de las relacionescomerciales de frontera en su novela Los Andinos.

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«Viajó de noche por los lados de Ureña, y desde allí lo condujo por los senderos delcontrabando... ¡a la guerra y al contrabando les saca partido en la frontera quien seadiligente y avisao!». (Sánchez,1968:64).

El 18 de febrero de 1983, la unidad monetaria venezolana fue devaluada con respecto aldólar. En los meses subsiguientes, el cambio fue de 6 pesos por bolívar. Para 1994, larelación era de tres pesos por bolívar, y para 1997, de 2,25 pesos. Esto ha provocado uncambio en la dirección de los flujos comerciales. Antes del “viernes negro”, losvenezolanos se dirigían en grandes masas a adquirir productos en Colombia. Despuésde la devaluación de la unidad monetaria venezolana, cambió la dirección y en eltranscurso de los últimos diecisiete años, además de la gasolina, los productos de lacesta básica venezolana7 han encontrado mercado en Colombia.

Los cambios en la economía venezolana incidieron en la dinámica económica fronterizaen el vecino país. En entrevista concedida a Marta Fuentes, para el semanariovenezolano Domingo Hoy, Pedro Sayago Rojas, encargado de Asuntos de Frontera dela Cámara de Comercio de Cúcuta, plantea:«Para nosotros, la crisis venezolana no comenzó ayer. Desde 1983, el comercio deCúcuta ha visto descender progresivamente el número de compradores venezolanos,que son el principal soporte de la economía local... es cierto que esta nueva crisis (lavenezolana) nos ha pegado, pero hemos aprendido a sobrevivir. Crecimos mirandohacia Venezuela, pero ahora debemos mirar de nuevo, y de reojo, hacia Colombia».(Fuentes. Domingo Hoy. 20- 11-94 p. 11)

En un reportaje publicado en El Diario de la Frontera, de Cúcuta, donde se critica el malestado en el que se encuentran las carreteras colombianas, se destaca: «...si su puesto no ha sido ocupado con tarros de leche o cerveza venezolanos, almenos encontrará dónde sentarse... de todas maneras no podrá estirar los pies, porqueel pasadizo y los espacios cercanos a su silla estarán invadidos de cajas con etiquetasdel vecino país» (Nahún Sánchez en El Diario de la Frontera, 04/06/89:6).

MALETEROS Y MOSCOS: PERSONAJES DE FRONTERA

Cuando para los colombianos resultó beneficioso adquirir productos en Venezuela, en lafrontera apareció un nuevo oficio: el de “maletero” y la actividad de “maletear”. Consistíaen transportar la mercancía por los “caminos verdes”. En el proceso intervenían el dueñode la carga (o “aguantador”), el “maletero” y “el mosco”, este último se ocupaba decomunicar la presencia o no de la Guardia Nacional venezolana.

Desde la copa de los árboles, el “mosco” (estar “mosca”, en Venezuela, significa estaratento) alertaba en torno al posible peligro. La actividad de “mosquear” podía serrealizada por el dueño de la mercancía, por maleteros que en ese momento cambiabande rol o por jóvenes, algunos de ellos estudiantes de bachillerato, para quienes talactividad no era más que una fuente de ingresos, sin la connotación de“contrabandistas” que se les adjudicaba desde fuera de la frontera.

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La vigilancia entre las trochas más intrincadas era realizada por los “moscos” másveteranos. Se crearon señales para dar cuenta de peligro o indicar el libre paso. Lapalabra “cierre” significaba la presencia de carros. El paso de la Guardia Nacional erasinónimo de “jaula”. La policía, al igual que en el centro del país, era identificada con lacalificación de “tombos”.«Para mí, esto es un trabajo como cualquier otro. No es nada malo... Cuando los“tombos” o la Guardia se llevan a los maleteros, los ponen a pringar (limpiar) los zapatoso los baños del cuartel» (Entrevista a un “mosco”. Ureña:06/06/1989).

Muchos de los maleteros apresados eran aquellos que transportaban bienes nopertenecientes a los “aguantadores” que habían hecho conexiones con la GuardiaNacional. Esta última perseguía al maletero por el pueblo. Tal actitud no era bien vistapor los habitantes de la zona, quienes, las más de las veces, se identificaban con elperseguido.El oficio era practicado por hombres, niños y mujeres. Para éstas, encontrarse en estadode gravidez no era impedimento para insertarse por trochas y caminos verdes. Hubofamilias enteras dedicadas a “maletear”. Al pueblo le cambió el espacio físico. La genteno corría tras San Juan Bautista, el Santo Patrono, sino en pos de la carga, cuandollegaba y era distribuida. Los supermercados vendían como nunca. Se veían en lasesquinas grupos de jóvenes en pantalones cortos, con franelas amarradas a la cintura, ala espera de la carga que transportarían. Más allá, pretal, (cuerdas de mucharesistencia, que el maletero se colocaba en la espalda para llevar la carga) maletero ymercancía formaban uno solo.

Comenzaba la aventura de cruzar la trocha. Algunos iban a pie, otros en bicicletas ociclas. En entrevista realizada por nosotros, en 1988, a quien fuera Prefecto de Ureña,Alfonso Adarme Rojas, éste planteó:«Vemos en las calles cómo esa gente anda en pantalonetas creando una mala imagenal pueblo, se ha hablado con las autoridades con respecto a esto. Reconozco que sontrabajadores, pero al menos deberían vestir en una forma más seria para dar ejemplo ala población».

El maletero no era el último eslabón de la cadena de esta modalidad comercial. Al otrolado del río, en el lado colombiano, los esperaban mujeres y niños que les vendían“aguamiel” y comida. También algunos carros, que los llevaban, junto con la carga, a sudestino.

Estaban allí, todos lo sabían. Pero cuando las fuerzas del orden decidían armar un plande represión, el maletero que ayer había estado en una acera organizando su carga,debía correr como un delincuente. La autoridad es la que decide en qué momento lamisma actividad se toma como normal o como fuera de la ley. Estos son algunosejemplos de lo que denominamos estrategias de sobrevivencia de frontera. Expresan losusos que los sujetos hacen uso de aquellas oportunidades ofrecidas por el espacio delcual forman parte.El maletero desapareció, junto con todos aquellos personajes que se insertaban en esta

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cadena de intercambio, lo que demuestra el dinamismo de los grupos humanos. Loimportante es que estas historias no queden en el olvido. He allí el papel del periodista,del sociólogo, y en general, del científico social, al registrar la vida misma ,” para que nose desvanezcan en el tiempo los hechos de los hombres”, tal como acotara, ya en laantigua Grecia, Herodoto de Halicarnaso.

Los “maleteros” también aparecen entre Camboya y Vietnam. El diario The Wall StreetJournal recoge un dato según el cual, los contrabandistas cruzan las selvas en bicicleta,cargan cajas de productos de uso doméstico (jabones, cremas dentales) y las venden alos consumidores vietnamitas. Con la crisis asiática, el baht tailandés se revaluó, encambio, el dong vietnamita se ha mantenido estable. Los productos fabricados enTailandia cuestan un 35% menos que los fabricados en Vietnam. “Los contrabandistasdescubren una mina de oro en Vietnam” (Marshall Samantha en El Nacional, 2 /4/98, E6)

El tema del contrabando pasa de la vida a la elaboración artística. Rómulo Gallegos loilustra en su obra Sobre la misma tierra.«De aquel viaje regresó Demetrio Montiel al cabo de varios meses en la Guajiracolombiana, ya contrabandista, faldeando los Montes de Oca con un arreo de mulascargadas de sedería... por desconocidos vericuetos de bosques intrincados, en territoriovenezolano, hasta el occidente de Maracaibo». (p. 40).

También Gallegos, a través de sus simbolizaciones literarias, muestra aspectos de lafrontera como corrupción y componendas entre contrabandistas y guardias nacionales.Esta vez, el contrabando se pasa de un lado a otro de la frontera, simulando un entierro:“- ¡Adiós, Demetrio Montiel, y no olvidéis vos que aquí estaba el teniente Rodríguezcuando pasó ese entierro!”“-¡Gracias, mi teniente! Se le estima su buen acompañamiento en cuanto realmentevale...Y antes de que se me olvide otra vez, como ya me estaba ocurriendo, hágame el favorde acercarse. Ya para morir, me dijo el muchacho que tenía una deuda pendiente conusted de unos doscientos bolívares, si mal no recuerdo. Haga el favor de recibirlo de mismanos, aquí entre nos”, a lo que el teniente se acercó, ya tendiendo la mano». (p.43)

La imagen de los muertos, como medio para realizar el contrabando, se repite en lacreación popular mexicana. Así lo revela un corrido de Rafael Buendía, titulado Elcontrabando del muerto:“Qué poco vale la vidacomparada con dinero,mataron a un emigrante,que se pasó de bracero.Lo cruzaron por la línea,Para darle sepulturaLe inventaron un velorioCon familiares y viuda.Dicen que a la medianoche

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Lo estaban desenterrando,Porque llevaba la panzaBien llena de contrabando” (Vélez, 1982:67)

HABLA DON LUCAS

Al primer contacto se mostró desconfiado con nuestra presencia. “¿Y eso pa’ qué es ?” -pregunta. Hace 87 años nació en una aldea de Ureña llamada La Aguada. Cuando lasmisiones llegaron a Ureña para recibir a los misioneros, fue él quien se ocupó de hacerla cruz que todavía se conserva. Hoy en día, La Aguada, su aldea:«... está toda acabada. Ya no hay nada. La capilla, la casa de mi papá, la casa delrezandero,... se acabó... allá me bautizaron y me criaron hasta los 25 años, cuando mevine pa´ Ureña,... y aquí estoy. Cuando empezó ‘esto’ [el pueblo], vino un primer carro,que lo trajeron por el camino de La Aguada a hombros, para el Hato de La Virgen.Donde había chance, lo rodaban, y donde no, lo cargaban en palos hasta traerlo aquí, aUreña. Y ahí lo pusieron a trabajar, de aquí, de Ureña a Aguas Calientes, por allá, por uncaminito llamado ‘Siete Cueros’. El dueño era un señor de aquí. No me acuerdo cómo sellamaba el viejo».Trabajó para el dictador Juan Vicente Gómez. Se refiere a él como “el finado, aquél quegobernó después de tres días de muerto”.

En la historia oficial se reseña el 17 de diciembre de 1935 como fecha de la muerte deldictador. Sin embargo, la tradición oral se sostiene que murió un 15 de diciembre, perosu deceso se ocultó al pueblo. Algunos alegan que fue debido al vacío de poderrepresentado con su muerte. Para otros, uno de los últimos deseos del presidente eramorir el mismo día de Simón Bolívar, el Libertador, ya que, por coincidencia, ambosnacieron el mismo día: un 24 de julio. Se corrobora en el discurso de Don Lucas laversión de la tradición oral según la cual, la verdadera fecha de fallecimiento de Gómezfue el 15 de diciembre. Recuerda que en aquellos tiempos:«... el que se resbalaba, lo... usted sabe, pero el que estaba al día, no se metían con él.No es como ahora, que al que no está quieto, le dan, y al que está, también».

Fue testigo de la participación de los presos en la construcción de carreteras, que sehicieron primero a “pico y pala”, y luego, con tractores:«...les ponían una argolla, una cadena y una pelota de hierro, les daban una piqueta, uncanalete,... y ¡hágale!».

Por treinta y seis años consecutivos trabajó para el Gobierno:«... sin faltar ningún día, sólo una vez que me metí un hierro en un brazo, allá mismo, yme tuvieron que sacar ese hierro. ¡No falté ni un día!».

Con una sonrisa dice que su secreto para mantenerse bien a sus 87 años, es “nopreocuparse por lo de los demás ni por lo de uno mismo tampoco... y reclamar lonecesario”. Se acuesta a las seis de la tarde, y antes de las 5:00 am está de pie. Pasa eldía sentado al frente de la casa. Cuida sus animales y conversa. En el Gobierno de

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Rómulo Gallegos fue oficial de policía, y dice que su misión consistía en “saber tratar ala gente”.«... uno salía de comisión, encontraba a un borracho en una parte y otra, los encontrabapor ahí y se los llevaba por las buenas, sin estropear a la gente, era muy tranquilo yo».

LA HISTORIA DEL BURRO CON BOTAS

La especialidad de Don Lucas es la de contar historias. Sobre todo las de Ureña.También protagonizó episodios que forman parte del mundo cotidiano de la frontera.Dice que en ese tiempo, el contrabando no era muy perseguido.«Todo el mundo andaba con sus cositas... como las llamaban aquí, “maletas”, y uno ibacon su saco y sus maletas al hombro, llevaba cajas de whisky. Nadie se metía con uno.Se negociaba. Vendía cargas de leña. Las vendía en Escobal y en San Luis (Colombia),a 50 centavos la carga, pero con esos 50 centavos se hacía mercado pa´ todo el día, ysobraba plata. Me tocaba que ponerle al burro, como esto era empedrao pa´ quí pa’bajo, me tocaba ponerle al burro botas de caucho pa´ que no sonaran y pa’ que el de laaduana no me sintiera pasar. Cuando pasaba del río pa´ llá, se las quitaba, pues veníaya bien el burrito.

Había que estar buscando caucho pa´ cerle las botas, porque claro, se rompían siempre,... ¡no! Eran pa´ que no sonaran los cascos del burro, y la Guardia Nacional no nossintiera.

No había puente, lo que había era una canoita, el canoero cobraba uno o dos bolívarespor cada persona. Pachito era un hombre bueno, allá murió, en El Escobal».

EL SUJETO DE FRONTERA

Quien vive en la frontera y junto a la frontera, se desenvuelve dentro de un marcointeractivo donde existe otro que está al lado, pero a la vez, ése otro se le parecedemasiado.

Habla su misma lengua, también sufre conflictos similares. Uno dice: “Gloria al bravopueblo” y el otro: “Gloria inmarcesible”. El sujeto de frontera se desplaza en el encuentrode dos estados nacionales. Quien vive el día a día no está pensando si esto es de allá ode acá. Aguamiel es aguamiel, la tomo todos los días. El sujeto de frontera también estáen un sobrevivir diario. Necesito de tí, necesitas de mí.«Nos la llevamos bien. Nosotros vivimos de ellos y ellos viven de nosotros... yo, yo no lehago nada a un colombiano, porque si no te esperan allá»(Habitante de Ureña). Es esemundo vinculado a lo práctico, a la necesidad de resolver problemas en el que el sujetode frontera busca solucionar sus conflictos. El sujeto actuante demuestra su capacidadde resolver y de, en lo posible, salir airoso de las dificultades. Un ejemplo de esto lotenemos cuando entre los meses de mayo, junio y julio de 1989 se dio en Venezuela unaescasez de moneda fraccionaria. El níquel había aumentado su valor en el mercadointernacional. Se convirtió entonces en un bien exportable y en objeto de acaparamiento

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para su posible venta. Esto causó incomodidades en las transacciones monetarias,especialmente en los carros de transporte público, así como en las ventas al detal.

Los habitantes de la frontera aprovecharon la coyuntura de tener “otro país al lado”. Enlos pueblos fronterizos venezolanos circulaba la moneda fraccionaria colombiana comosustitución del “sencillo” venezolano. En San Antonio, en Ureña y en San Cristóbal,podían leerse letreros con la frase “Sólo hay sencillo colombiano”, o “El sencillo, enpesos”. Todo esto en contraposición al “no hay sencillo” de otras partes del país. El usodel peso colombiano es común en la frontera, pero con la referida crisis disminuyeronentre los usuarios las incomodidades generadas en otras partes del país.

Otro de los ejemplos que muestran cómo el cuerpo social crea mecanismos deadaptación a las realidades donde se circunscriben, y además puede obtener provechode ellas, es la diferencia de husos horarios entre Venezuela y Colombia. Cuando enVenezuela son las 11:00 am, en Colombia son las 10:00 am. Cruzar de un lado a otrosignifica ganar o perder una hora, según se vaya o se venga. Los habitantes de lafrontera han adaptado su mundo cotidiano a ello. En Ureña y San Antonio se escucha,más que todo, la radio colombiana.Los habitantes del lado venezolano están habituados a restar un número a la hora. Siuna persona pregunta la hora, ya esté del lado colombiano o venezolano, a la preguntasigue otra: ¿aquí o allá? (si es que el interrogante ya no se ha adelantado a aclararlo).La diferencia horaria también beneficia a muchas personas que trabajan del ladovenezolano y estudian del lado colombiano. Culminan sus trabajos a las 6:00 pm, ypueden llegar a su lugar de estudio a las 5:30 pm. La diferencia horaria no determina elque muchos venezolanos estudien en institutos colombianos. Lo hacen porque lasofertas de preparación profesional son mayores en Cúcuta que en los pueblos cercanos,pero la diferencia horaria les beneficia.

Vivimos en países donde las improvisaciones forman parte de la norma. De ahí quenuestra sociedad latinoamericana deba poseer grados de adaptabilidad a los cambios.Pero estos cambios en la frontera son aún mayores. Hacia la frontera colombo-venezolana se instituyen normas, decretos, sujetos a mayores cambios que en cualquierotro lugar del país. La zona fronteriza es álgida por la significación geopolítica queposee. Se suma a esto el que entre Venezuela y Colombia existan discrepanciaslimítrofes.

Esto hace que el habitante de frontera deba estar sujeto a mayores coyunturas que encualquier otro lugar del país. Además, el sujeto de frontera está expuesto a lasdecisiones, no de un país, sino de dos. Colombia y Venezuela. Venezuela y Colombia.Las decisiones políticas, económicas, sociales, culturales, que tome cualquiera de ellos,incidirán en la zona.

Los cambios suscitados en la frontera, referidos a las relaciones de trabajo y a las decompra-venta, son utilizados de la mejor manera posible. Algunos jóvenes sedesempeñan en el oficio generado por la coyuntura. Pueden estar en una fábrica,

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también “maletear”, “gasolinear”, o dedicarse a vender productos de un lado aotro.Construyen, en lo posible, espacios que respondan a sus necesidades. Creanalternativas. Es un mundo en el que sobrevivir es lo primero que cuenta.“Es la forma de reflexión del entendimiento de agentes humanos la que interviene amayor profundidad en el ordenamiento recursivo de las prácticassociales”(Guiddens1984:40)

La práctica social realizada por el sujeto es producto de la reflexión en torno a que es loque más le conviene según la coyuntura. La reflexión -continúa Giddens- es posible envirtud de la continuidad de prácticas. Debe entenderse “no como mera autoconciencia,sino como el carácter registrado del fluir corriente de una vida social”. Por tal razón, elser humano crea razones y además puede abundar discursivamente en torno a lasmismas.

Anthony Giddens considera que existen ‘reservorios del saber’ ya que el sujeto es un‘sabio social’. Dentro de esta misma perspectiva, Alfred Schutz denomina “saber mutuo”a aquella dimensión que incluye la intersubjetividad de los individuos y las conexionesque tienen a través de sus selfs en la interacción cara a cara, que a la vez hace posible,a través de la inteligencia reflexiva que el sujeto posee, crear y construir.

Giddens destaca la importancia de las prácticas sociales para, desde allí, comprenderlas rutinas de la vida social. La trama de una vida no puede verse desconectada de unespacio, de un tiempo. La vida cotidiana hace que el sujeto se asocie o disocie de otros,así como de situaciones sociales. Vive, pues, dentro de un escenario de interacción quele permite crear, recrear y sacar sus propias conclusiones.

En este tipo de análisis se señala la importancia de conocer el horizonte histórico que lospropios sujetos construyen a través de sus prácticas materiales y simbólicas, donde noson solamente las leyes macrosociales las que prefiguran al actor social, sino que la“activación” puede darse en medio de dos dialécticas, lo dado y lo dándose,presentefuturo.

De allí que la realidad no pueda ser pensada sólo como producto histórico-social (loestructurado), sino como proceso en construcción (lo estructurante). (Diana Charquía,1992:2).

CONCLUSIONES

La franja fronteriza colombo-venezolana debe ser comprendida como espaciopluricultural, caracterizado por los diferentes grupos que constituyen cada una de lasregiones que lo componen. Al observar la frontera de manera vertical, prevalece ciertadiversidad regional y grupal, conformada por criollos e indígenas. Lo revela la diferenciaidiosincrásica existente, por ejemplo, entre un wayuu y un llanero, un andino y un nativodel Amazonas.

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En el encuentro entre cada uno de los departamentos del lado colombiano de la frontera,junto a los estados venezolanos, podemos notar que las regiones culturales seprolongan de un Estado nacional a otro. La interacción cultural desdibuja el límitegeopolítico. De tal manera que la frontera da lugar a especificidades que igualmente seacentúan en lo político, económico y social.- Existen situaciones que dan lugar a una identidad cultural de frontera. Los vínculos

de parentesco, la homogeneidad de cosmovisiones, de prácticas religiosas yalimenticias, de hábitos de vestir, la cercanía de los pueblos y el intercambioeconómico, propician vínculos interactivos que los hacen formar parte de una historiacompartida. Paralelamente a lo que denominamos una identidad cultural de frontera,entre colombianos y venezolanos existe una socialización geopolítica delimitadora dela existencia de un aquí y un allá. Dos estados nacionales diferenciados. Se produceuna interculturación propiciada por lazos culturales y consanguíneos, pero esto nohace que se obvie «lo venezolano» o «lo colombiano».A pesar de las manifiestas relaciones de convivencia, está la presencia del «yo» y«el otro»; se es colombiano y se es venezolano.

- Dentro de esta historia común, producto de la interacción que también produceconflictos, existen encuentros y desencuentros. Aciertos y desaciertos. Amistad yenemistad. Esto data de la época de la independencia. Lazos conectores llevados ala práctica en la conformación de ejércitos republicanos, donde venezolanos ycolombianos combatieron juntos contra la corona española. Venezolanos que dieronsu vida por la independencia de ambos pueblos, y colombianos que, como AntonioRicaurte, se inmolaron en pro de una causa común. También venezolanos ycolombianos tenemos registros de injusticias cometidas de uno hacia otro grupo enel período independentista. Rencores del pasado.

- La figura de Simón Bolívar nos recuerda que somos pueblos hermanos conreafirmación en discursos, unos más hechos de retórica que de sinceridad y otroscon un verdadero deseo de integración. De esto fue el pacto que hicieron dosnovelistas, el venezolano Miguel Otero Silva y el colombiano Gabriel GarcíaMárquez. Si algún día llegase a haber una guerra entre ambos países, Miguel Oteroiría a la calle Colombia en Caracas y gritaría: ¡Viva Colombia!, y García Márquez, ala calle Venezuela en Colombia, y gritaría: ¡Viva Venezuela!

- Venezolanos y colombianos estamos relacionados por una serie de situacionesambientadas en un proceso histórico-social singularizado por la condición deColombia como país expulsor y Venezuela, como receptor de población. Rencor hayen los colombianos que sintieron que, por un golpe de suerte, en la casa del vecinocomenzó a fluir de la tierra el «oro negro», llamado también «estiércol del diablo».Algunos de los vecinos vinieron a trabajar en bienes de servicio. Esto generóresentimiento en muchos colombianos y cierta actitud de superioridad entre algunosvenezolanos, que antepusieron el “cuánto se tiene”, al “qué se es”.

- Rencor hay entre los venezolanos que sintieron que el país cargó con una poblaciónde la cual, una parte llegó a hacer uso de conductas delincuentes. “Vienen aquí a

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robar”, se escucha a algunos. A esta imagen se contrapone la del colombiano comotrabajador, plasmado también en la percepción que de sí mismo tiene el vecino.

- Muchos colombianos establecieron vínculos afectivos con venezolanas yvenezolanos, construyeron una sola familia. Trabajadores de haciendas (en general,explotados por sus patrones) que dieron la posibilidad de producción en oficios quealgunos de los nativos preferían no hacer o no contaban con la suficienteespecialización para ello, esencialmente en industrias textileras y de calzado. Almismo tiempo, Venezuela les brindó oportunidades de educación, vivienda y salud,negadas en su país, y por las cuales se convirtieron en emigrantes.

- Los lazos de consanguinidad y afinidad hacen que, en general, la mirada hacia elotro, ya sea colombiano o venezolano, no tenga el maniqueísmo que podemosencontrar en el centro de Colombia y en el de Venezuela, constatado a través deartículos de prensa de ambos países. Los del lado colombiano tienen familia de estelado, o vínculos afectivos, igual pasa en el lado venezolano. La cercanía propicia laconstrucción de referencias, positivas y negativas y de una concepción integral delotro.

- La visión estereotipada del colombiano, como narcotraficante o guerrillero, noaparece con énfasis entre los venezolanos de la frontera. En general, loscolombianos son definidos como trabajadores, lo cual puede entenderse al revisarciertas características de la zona donde el vecino cumple un papel dinámico en laproducción.

- La profundización de las relaciones entre ambos grupos no implica la pérdida devalores patrios, muy por el contrario, esta dinámica genera lazos interactivos dentrode una - identidad cultural de frontera, así como relaciones que ponen de manifiestolas diferencias y las particularidades que cada uno de los grupos desarrolla dentro delo que implicaría la “historia personal de cada país”. Venezuela y Colombia cuentancon su historia personal, que los identifica como países, y a sus habitantes, comopertenecientes a un lugar. Los jóvenes de la tercera generación tienen mayorcontacto con la realidad del centro del país que el que tuvieron sus padres y abuelos.Los medios de comunicación de masas han influido en ello. La realidad niegaaquellos discursos que colocan al habitante de la frontera bajo el riesgo de perder laidentidad nacional.

- Entre los integrantes de las tres generaciones no se presentan visiones maniqueashacia los colombianos. No los definen con estereotipos. En cuanto a los colombianosentrevistados en la frontera8 , al igual que los venezolanos definían a sus vecinoscomo personas con cualidades y defectos. Entre sus máximas cualidades estaba elser abierto, amplio, y “que a muchos doctores se les podía tratar como amigos”. A losvenezolanos los consideraban menos trabajadores que ellos y se quejaban de queen el centro los trataban mal, razón por la que preferían vivir en la frontera, aunquedestacaron el temor hacia los cuerpos de seguridad venezolanos, esencialmente

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hacia la Guardia Nacional. “Uno tiembla cuando un guardia le pide los papeles, puesuno no sabe con qué le va salir ese señor”, nos decía Jairo Vila.

- Entre todo lo que nos separa, lo más difícil, la gran discordia, es el problemalimítrofe. En la escuela, a los venezolanos se nos enseña cómo nuestro territorio hasido mutilado. Ver el mapa de lo que era la Capitanía General de Venezuela yhacerlo ahora, crea sentimientos de impotencia. Los venezolanos sentimos quenuestros vecinos son maestros en la retórica, ágiles en negociaciones geopolíticas.Lo han sido más que nosotros. Prevalece el sentimiento de que “los de al lado”, noshan quitado territorio, y que desean seguir haciéndolo. El problema radica cuando unmilitar venezolano viola los derechos humanos del vecino con el argumento de que“ellos nos quieren quitar el Golfo”.

- La idea de integración binacional puede ser entendida en dos vertientes: por un lado,el intento de los estados concurrentes de elaborar estatutos en pro de la integración,y por otro, la integración generada de manera espontánea por parte de losconglomerados sociales fronterizos. Esta última queda expresada a través de lo quedenominaremos simbiosis social fronteriza. Tiene lugar en la medida en la que losgrupos buscan satisfacer sus necesidades para beneficiarse mutuamente,independientemente del estado nacional al cual pertenezcan. También existe unantagonismo social de frontera cuando el beneficio de un grupo se constituye endetrimento para el otro.

- Otro aspecto donde destaca la universalidad del hecho fronterizo es la presencia deciertos oficios de frontera. En México, «el coyote», en Venezuela, «la prote». Sonquienes se encargan de pasar a los ilegales. Recibirán una denominación específicaen cada lugar, pero en esencia realizan el mismo oficio. Por otra parte, elcontrabando también se manifiesta en las fronteras, ya sea de extracción o deintracción. Su direccionalidad será producto de la coyuntura propia de cada país,situación que el habitante de la frontera utiliza para su beneficio en la búsqueda demecanismos que lo favorezcan, lo que dará lugar a la recurrencia de hechos socialescomo manifestación de los canales tomados por los grupos para satisfacer susnecesidades. Así, las mismas situaciones pueden evidenciarse en zonas de fronterasalejadas topográficamente. Una especie de estructura colectiva fronteriza desubsistencia.

El sujeto de frontera se maneja dentro de la dinámica generada por la realidad de lazona. Cambia de oficio según el beneficio que éste le proporcione. Comercia aquí o allá,allá o acá, según hacia donde “sople el viento”. Se adapta a la realidad de frontera yaprende a obtener beneficios de la circunstancia de vivir en la frontera.

El tema de la frontera se ha convertido en parte de la esencia de nuestro oficio comosociólogos. Quedan, sin embargo, muchas interrogantes inconclusas. De ahí que, comoen los viejos folletines, sólo me reste decir: ... ¡hasta la próxima entrega!

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PARTICIPANTESMagister Carlos Alberto Montoya CorralesDepartamento de EconomíaUniversidad EAFIT.

Licenciado Jesús Alberto Machuca RamírezDirección de Etnología y Antropología SocialInstituto Nacional de Antropología e Historia,México.

Doctor Juan Manuel Sandoval PalaciosCoordinador del Seminario Permanente deEstudios Chicanos y de FronterasDEAS- -INAH.

Magister José Briceño RuizGrupo de Integración RegionalFacultad de Ciencias Económicas y SocialesUniversidad de los Andes, Mérida, Venezuela.

Doctor Juan Carlos Morales ManzurSección de Integración LatinoamericanaInstituto de Filosofía del Derecho «Dr. J.M. Delgado Ocando»Facultad de Ciencias Jurídicas y PolíticasUniversidad del Zulia, Venezuela.

Magister Raquel FloresInvestigadora del Centro de Estudios de Fronteras e Integración (CEFI)Universidad de Los Andes - Táchira, Venezuela.

Magister José Antonio TrujequeEl Colegio de la Frontera NorteDirección Regional MatamorosMatamoros, Tamaulipas.

Doctor Héctor PadillaUniversidad Autónoma de Ciudad JuárezCiudad Juárez, Chihuahua, México.

Licenciada Amanda Patricia Amorocho PérezTrabajadora SocialUniversidad Industrial de SantanderColombia.

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Magister Elizabeth Zamora Cardozo,Escuela de SociologíaUniversidad Central de Venezuela.

Doctor Miguel Angel Vázquez RuizDepartamento de EconomíaUniversidad de SonoraHermosillo, Sonora, México.

Doctora Rita GiacaloneGrupo de Integración RegionalFacultad de Ciencias Económicas y SocialesUniversidad de Los Andes, Mérida. Venezuela.

Magister Ronald José Blanco La CruzCentro de Estudios de Fronteras e Integración (CEFI) Universidad de Los Andes, Táchira, San Cristóbal, Venezuela.

Doctora Marleny Cardona A. y Adriana Angel J.Departamento de EconomíaUniversidad EAFITMedellín, Colombia.

Magister Julio César Morales CruzUniversidad de Ciudad JuárezChihuahua, México.

Doctora Luisa Elena MolinaCentro de Investigaciones Agroalimentarias eInstituto de Geografía, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

Doctora Marleny Bustamante de PerníaCentro de Estudios de Fronteras e IntegraciónUniversidad de Los Andes, Núcleo Táchira,San Cristóbal, Venezuela.

Doctora Ana María AragonésEscuela Nacional de Estudios Profesionales – Acatlán.Universidad Nacional Autónoma de México.

Doctor Jorge LoraInstituto de Ciencias Sociales y HumanidadesBenemérita Universidad Autónoma de Puebla.