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2 BIOÉTICA / MAYO - AGOSTO 2008 FILÓSOFOS CONTEMPORÁNEOS La corriente filosófica neoescolástica pretende rescatar el valor de la metafísica frente a las críticas del positivismo, recuperar el valor de la objetividad frente al relativismo, destacar el valor del realismo frente al idealismo y promo- ver el valor del personalismo. En este número ofrecemos a nuestros lectores una semblanza del principal representante de esta escuela filosófica. El itinerario intelectual de este gran filósofo francés, conocido sobre todo por su aplicación de las enseñanzas de santo Tomás de Aquino a los problemas de la vida moderna, resume en cierto modo la historia de las ideas del siglo XX. Nacido en París el 18 de noviembre de 1882, estudió en la Sorbona, don- de recibió la influencia del filósofo Henri Bergson -que le ayudo a separarse del positivismo- y, posteriormente en la Universi- dad de Heidelberg. Educado en el protestantismo, Maritain se convirtió a la religión católica en 1906, junto con su esposa Raissa (judía de origen ruso). Realizó un profundo estudio de la filosofía tomista, que aplicó a la cultura moderna. Fue pro- fesor en el Instituto Católico de París de 1914 a 1933, en el Instituto de Estudios Medievales de Toronto (1933-1945) y en la Universidad de Princeton (1948-1952). Entre 1940 y 1944 permaneció en Estados Unidos, donde tuvo importantes ini- ciativas intelectuales, patrióticas y humanitarias durante la Segunda Guerra Mundial. Desde 1945 hasta 1948 fue embaja- dor de Francia ante el Vaticano. Participó activamente en la elaboración de la Declaración de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas y en varias iniciativas de la UNESCO. Después de la muerte de su esposa, ocurrida a fines de 1960, se retiró a una comunidad religiosa en Toulouse, Francia, donde murió el 28 de abril de 1973. Maritain enfocó los problemas filosóficos teniendo en cuenta la antropología, la sociología y la psicología. Sus logros más profundos los obtuvo en epistemología, donde analizó los di- ferentes grados de conocimiento y sus interrelaciones, así como en filosofía política. Sus escritos subrayan que la realidad puede ser conocida de muchas maneras -a través, por ejemplo, de la ciencia, la filosofía, el arte o el misticismo- y que cada uno de estos modos aporta algo característico al saber humano. En una de sus obras fundamentales (Los grados del saber) hace una primera distinción entre saber especulativo –puerta de acceso a la inteligibilidad del ser- y saber práctico, cuya finalidad es la de constituir una guía para la acción. Afirma que la filoso- fía de la ciencia tiene que estar en continuo diálogo con las ciencias empíricas ya que, aunque se mueven en diferentes grados de abstracción, se complementan mutuamente. En el campo del saber práctico, dedicó atención especial a la ética y a la política. Para él, la finalidad de la ética es el estudio de la acción humana a la luz del bien último del hombre. Mantenía que existir es actuar y que la coopera- ción siempre es posible cuando se persigue un bien común. También dedicó parte importante de su trabajo al campo de la estética. Su tomismo es innovador, en el sentido de que ha procu- rado desarrollar disciplinas filosóficas a partir de los princi- pios del Aquinate, que no habían sido desarrolladas en pro- fundidad por éste, como la filosofía social y política. En su obra El doctor Angélico, afirma que “juzgar el tomismo como un vestido que se usaba en el siglo XIII, pero que hoy está fuera de moda, como si el valor de una metafísica estuviera en función del tiempo, es un modo de pensar propiamente bárbaro”. No se trata de soñar con imposibles –y absurdos- retornos al pasado, pero considera que los principios filosófi- cos de Santo Tomás pueden aportar muchas soluciones a la crisis cultural contemporánea. Entre sus más de sesenta libros se encuentran Arte y esco- lástica (1920), Los grados del saber (1932), Del régimen temporal y de la libertad (1933), La poesía y el arte (1935), Cristianismo y Democracia (1943), De la existencia y lo existente (1947) y Filoso- fía moral (1960). Sin embargo, su obra cumbre, al menos en filosofía política, es El hombre y el Estado (1951). Para Maritain, la sociedad ha de estar al servicio de la persona; y el Estado – definido como el conjunto de instituciones políticas que estructuran jerárquicamente la sociedad- es un mero instru- mento al servicio de la comunidad política. También estable- ce una importante diferencia entre individuo y persona, con- siderando que el primer concepto designa a aquello que “ex- cluye a uno mismo de todos los demás hombres”. Individuo es en esencia el ser que vive para perpetuar la especie. El ser persona implica, en cambio, la donación de sí mismo en la libertad y el amor; es decir, que el ser humano se realiza –o destruye- en la relación que establece con otros seres huma- nos y con el entorno, porque está dotado de espiritualidad (es un espíritu corporalizado). El hombre, para Maritain, es una unidad de individuo y persona: tiene en sí mismo una finali- dad anterior e independiente de la especie. Los individuos crean multitudes gregarias; las personas crean sociedades ci- viles en las que, por el hecho de ser personas, cada una de ellas tiene derechos independientes de la colectividad. Señala que, por una parte, existen sociedades que no consideran al hombre como persona, sino sólo como individuo (el indivi- dualismo liberal burgués, por ejemplo) mientras que otras privilegian el papel de las instituciones (fundamentalmente el Estado) sobre las personas (las distintas formas de colecti- vismo). El Centro Jacques Maritain, creado en 1958 en la Univer- sidad de Notre Dame, promueve la investigación y el estudio de su filosofía, muy influyente y polémica en su dimensión teológica. Bibliografía: ·Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993—2006 Microsoft Corporation. ·Fazio, M y Fernández Labastida, F. Historia de la filosofía, T4. Palabra, Madrid, 2004. ·Reale, G y Antiseri, D. Historia del pensamiento filosófico y científico, T3. Herder, Barcelona, 3ª ed. 1988. Jacques Maritain

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2 BIOÉTICA / MAYO - AGOSTO 2008

FILÓSOFOS CONTEMPORÁNEOS

La corriente filosófica neoescolástica pretende rescatar elvalor de la metafísica frente a las críticas del positivismo,recuperar el valor de la objetividad frente al relativismo,destacar el valor del realismo frente al idealismo y promo-ver el valor del personalismo. En este número ofrecemos anuestros lectores una semblanza del principal representantede esta escuela filosófica.

El itinerario intelectual de este gran filósofo francés, conocidosobre todo por su aplicación de las enseñanzas de santo Tomásde Aquino a los problemas de la vida moderna, resume encierto modo la historia de las ideas del siglo XX. Nacido enParís el 18 de noviembre de 1882, estudió en la Sorbona, don-de recibió la influencia del filósofo Henri Bergson -que le ayudoa separarse del positivismo- y, posteriormente en la Universi-dad de Heidelberg. Educado en el protestantismo, Maritainse convirtió a la religión católica en 1906, junto con su esposaRaissa (judía de origen ruso). Realizó un profundo estudio dela filosofía tomista, que aplicó a la cultura moderna. Fue pro-fesor en el Instituto Católico de París de 1914 a 1933, en elInstituto de Estudios Medievales de Toronto (1933-1945) y enla Universidad de Princeton (1948-1952). Entre 1940 y 1944permaneció en Estados Unidos, donde tuvo importantes ini-ciativas intelectuales, patrióticas y humanitarias durante laSegunda Guerra Mundial. Desde 1945 hasta 1948 fue embaja-dor de Francia ante el Vaticano. Participó activamente en laelaboración de la Declaración de los Derechos del Hombre delas Naciones Unidas y en varias iniciativas de la UNESCO.Después de la muerte de su esposa, ocurrida a fines de 1960,se retiró a una comunidad religiosa en Toulouse, Francia, dondemurió el 28 de abril de 1973.

Maritain enfocó los problemas filosóficos teniendo en cuentala antropología, la sociología y la psicología. Sus logros másprofundos los obtuvo en epistemología, donde analizó los di-ferentes grados de conocimiento y sus interrelaciones, así comoen filosofía política. Sus escritos subrayan que la realidad puedeser conocida de muchas maneras -a través, por ejemplo, de laciencia, la filosofía, el arte o el misticismo- y que cada uno deestos modos aporta algo característico al saber humano. Enuna de sus obras fundamentales (Los grados del saber) hace unaprimera distinción entre saber especulativo –puerta de accesoa la inteligibilidad del ser- y saber práctico, cuya finalidad esla de constituir una guía para la acción. Afirma que la filoso-fía de la ciencia tiene que estar en continuo diálogo con lasciencias empíricas ya que, aunque se mueven en diferentesgrados de abstracción, se complementan mutuamente.

En el campo del saber práctico, dedicó atención especiala la ética y a la política. Para él, la finalidad de la ética es elestudio de la acción humana a la luz del bien último delhombre. Mantenía que existir es actuar y que la coopera-ción siempre es posible cuando se persigue un bien común.

También dedicó parte importante de su trabajo al campo dela estética.

Su tomismo es innovador, en el sentido de que ha procu-rado desarrollar disciplinas filosóficas a partir de los princi-pios del Aquinate, que no habían sido desarrolladas en pro-fundidad por éste, como la filosofía social y política. En suobra El doctor Angélico, afirma que “juzgar el tomismo comoun vestido que se usaba en el siglo XIII, pero que hoy estáfuera de moda, como si el valor de una metafísica estuvieraen función del tiempo, es un modo de pensar propiamentebárbaro”. No se trata de soñar con imposibles –y absurdos-retornos al pasado, pero considera que los principios filosófi-cos de Santo Tomás pueden aportar muchas soluciones a lacrisis cultural contemporánea.

Entre sus más de sesenta libros se encuentran Arte y esco-lástica (1920), Los grados del saber (1932), Del régimen temporaly de la libertad (1933), La poesía y el arte (1935), Cristianismo yDemocracia (1943), De la existencia y lo existente (1947) y Filoso-fía moral (1960). Sin embargo, su obra cumbre, al menos enfilosofía política, es El hombre y el Estado (1951). Para Maritain,la sociedad ha de estar al servicio de la persona; y el Estado –definido como el conjunto de instituciones políticas queestructuran jerárquicamente la sociedad- es un mero instru-mento al servicio de la comunidad política. También estable-ce una importante diferencia entre individuo y persona, con-siderando que el primer concepto designa a aquello que “ex-cluye a uno mismo de todos los demás hombres”. Individuoes en esencia el ser que vive para perpetuar la especie. El serpersona implica, en cambio, la donación de sí mismo en lalibertad y el amor; es decir, que el ser humano se realiza –odestruye- en la relación que establece con otros seres huma-nos y con el entorno, porque está dotado de espiritualidad (esun espíritu corporalizado). El hombre, para Maritain, es unaunidad de individuo y persona: tiene en sí mismo una finali-dad anterior e independiente de la especie. Los individuoscrean multitudes gregarias; las personas crean sociedades ci-viles en las que, por el hecho de ser personas, cada una deellas tiene derechos independientes de la colectividad. Señalaque, por una parte, existen sociedades que no consideran alhombre como persona, sino sólo como individuo (el indivi-dualismo liberal burgués, por ejemplo) mientras que otrasprivilegian el papel de las instituciones (fundamentalmenteel Estado) sobre las personas (las distintas formas de colecti-vismo).

El Centro Jacques Maritain, creado en 1958 en la Univer-sidad de Notre Dame, promueve la investigación y el estudiode su filosofía, muy influyente y polémica en su dimensiónteológica.

Bibliografía:·Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993—2006 Microsoft Corporation.·Fazio, M y Fernández Labastida, F. Historia de la filosofía, T4. Palabra,

Madrid, 2004.·Reale, G y Antiseri, D. Historia del pensamiento filosófico y científico,

T3. Herder, Barcelona, 3ª ed. 1988.

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