filosofía política contemporánea

52
Filosofía política contemporánea Curso 2013/2014 Tema 1: Pensamiento político posfundacional y pensamiento impolítico Todos los autores rechazan una determinada jerga, una serie de conceptos metafísicos (o al menos lo intentan). Grandes categorías como: fundamento, esencia, universalidad, humanidad, totalidad,… Y no solo que las rechacen sino que rechazan el tomar la parte por el todo (tentación muy metafísica). Todos salvo Rorty trabajan el concepto de “resto” (un resto que no participa, que no es igual, que no tiene libertad, no tiene justicia…) Aún así los autores defenderán que necesitamos un orden, una “policía”. Todo esto es pensar la democracia y salvarla de su deriva metafísica, por tanto hay que realizar un cuestionamiento de las mediaciones /instituciones /derecho /dinero /lenguaje (representan) Nancy pertenece a la izquierda heideggeriana; emerge en la experiencia de mayo del 68, que simboliza lo siguiente: la emancipación no pasa por la política. Debe entenderse por política el estado. El Estado es policía, orden, jerarquía; de aquí no procede la emancipación. Blumenberg: inflación de las expectativas, aspiramos a tanto que nos quedamos con nada. El Estado vivió feliz el acontecer de esta nueva experiencia. No es secundario que sin excepción, todos los pensadores del acontecimiento, del cuestionamiento de las mediaciones, sean católicos, de un singular catolicismo, paulino, no es casual que haya una reivindicación de determinadas cuestiones religiosas, incluyendo el estudio de San Pablo. Esta demanda es la que

Upload: andres-luna

Post on 21-Sep-2015

19 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Apuntes

TRANSCRIPT

Filosofa poltica contemporneaCurso 2013/2014

Tema 1: Pensamiento poltico posfundacional y pensamiento impoltico

Todos los autores rechazan una determinada jerga, una serie de conceptos metafsicos (o al menos lo intentan). Grandes categoras como: fundamento, esencia, universalidad, humanidad, totalidad, Y no solo que las rechacen sino que rechazan el tomar la parte por el todo (tentacin muy metafsica).

Todos salvo Rorty trabajan el concepto de resto (un resto que no participa, que no es igual, que no tiene libertad, no tiene justicia) An as los autores defendern que necesitamos un orden, una polica. Todo esto es pensar la democracia y salvarla de su deriva metafsica, por tanto hay que realizar un cuestionamiento de las mediaciones /instituciones /derecho /dinero /lenguaje (representan)

Nancy pertenece a la izquierda heideggeriana; emerge en la experiencia de mayo del 68, que simboliza lo siguiente: la emancipacin no pasa por la poltica. Debe entenderse por poltica el estado. El Estado es polica, orden, jerarqua; de aqu no procede la emancipacin. Blumenberg: inflacin de las expectativas, aspiramos a tanto que nos quedamos con nada. El Estado vivi feliz el acontecer de esta nueva experiencia. No es secundario que sin excepcin, todos los pensadores del acontecimiento, del cuestionamiento de las mediaciones, sean catlicos, de un singular catolicismo, paulino, no es casual que haya una reivindicacin de determinadas cuestiones religiosas, incluyendo el estudio de San Pablo. Esta demanda es la que podemos encontrar diseminada en todas las figuras que hoy concretan y realizan la crisis de la representacin. La representacin poltica es la gran mediacin. El lenguaje, el derecho, el dinero, son lenguajes, son instituciones, que representan. Lo absoluto (nociones polticas absolutas) no se pueden representar; la filosofa estara para recordarlo. El acceso al absoluto es directo y no obrable, no programable, no institucionalizable, el Estado no puede acometerlo. La categora del acontecimiento es la que define la experiencia de lo absoluto (especialmente el acontecimiento de mayo del 68). El acontecimiento no tiene objetivos, su signo es el azar, la gratuidad absoluta. Desde esta perspectiva quedan deslegitimadas todas las instituciones; no hay forma de hallar rastro alguno de legitimidad en los procedimientos que occidente ha utilizado para organizar la convivencia. El pensamiento impoltico es algo ms que el postfundacionalismo. Esta perspectiva es recogida por la siguiente jerga filosfica; Heidegger y Schmitt. Por un lado la jerga de la diferencia ontolgica, el ser y los entes, ontologa y ntico; por otro lado es la jerga del par decisin-derecho. La dualidad violencia fundadora-violencia conservadora de Benjamin, a la que opone la violencia divina, es tambin ejemplo de esta jerga. En el fondo estamos ante la cuestin de identificar la singularidad de la poltica, y cuando vamos quitando capas, dnde hay huellas, rastros de lo poltico?; al final llegamos al lecho rocoso, donde no se puede rascar ms, y lo que encontramos es conflicto, caos, fuerza (Gewalt), idealizacin, igualdad (no jurdica) y cmo todo eso se institucionaliza para dar lugar a un orden jurdica. Estos pares mencionados permiten pensar de qu forma la performatividad humana tiene antropolgicamente, polticamente un rostro muy claro, el que llamamos hacer promesas. Cada vez que emitimos una palabra estamos haciendo una promesa, conformndonos con la comunidad. Esa performatividad pronto se institucionaliza jurdicamente; lo que los autores impolticos reclaman es la retencin del momento primario, evitar su cristalizacin jurdica. Este es el reto que est presente en el pensamiento de lo impoltico. Estos pares se prestan a un cuestionamiento radical de todas nuestras instituciones; no hay palabra ni procedimiento que constituya una mediacin adecuada de lo absoluto. Lo absoluto queda siempre como factor de resistencia. Siempre hay que salvar el abismo entre lo absoluto (lo poltico, la democracia, una festividad azarosa de encuentro del pueblo) y la poltica; los encuentros festivos mencionados son huellas de lo poltico. Hay una distancia absoluta entre esto y los entes, que identificamos con la poltica, y, en ltima instancia, el derecho. En el trabajo de desmonte institucional se cifra el trabajo de una filosofa poltica; frente al uso metafsico de las categoras, que tiene pretensin totalitaria, el gesto impoltico de la filosofa consistira en ir rescatando experiencias desechadas, que son el recuerdo de que esas categoras no representan lo que dicen representar. Siempre hay un resto (lo no captado). Es muy tenue la diferencia entre un pensamiento que desde estas premisas deduzca la total ilegitimidad, y otro que aun as considere la necesidad de la polica, del orden. Del lado de lo poltico tenemos un pensamiento posmetafsico; de la poltica, la polica. Voluntad general frente a representacin, carisma frente a institucin... La poltica se da en un pensamiento posibilista, de articular la convivencia, categoras falibles, imperfectas. Agamben opondra por ejemplo propiedad a uso, estando la emancipacin del lado del uso, la propiedad est del lado del derecho, incluso la propiedad de una identidad. Esposito contrapondra inmunidad (poltica) a comunidad. Rancire opondra polica a poltica; la polica es racional, y la poltica, en el sentido de lo poltico, es irracional para Rancire. Otra dualidad importante es la de obra y desobra (o pasividad). Desde este punto tan abstracto, toda organizacin poltica cae dentro de la representacin. Filosofas como estas quedan un poco cortas a la hora de discriminar acciones polticas concretas.

Tropologa posfundacional de la infundabilidad --> determinadas figuras retricas de las que se sirven para instaurar esta visin de infundabilidad (de ah el ejemplo de acontecimiento). El concepto de acontecimiento es muy frtil en el pensamiento poltico contemporneo. Es un concepto obviamente teolgico, remite a experiencias religiosas elaboradas. El acontecimiento no es representable (relacin con la incomunicabilidad de la experiencia religiosa de Sta. Teresa). No es representable, slo puede decirse lo que es diciendo lo que no es, al fin y al cabo, teologa negativa. Estrictamente hablando, el acontecimiento ni si quiera es pensable; decir lo que ello sea es representarlo. En la medida en que ello sea, ha venido para reventar las categoras presentes, las revienta, las excede. Es un exceso, inaprehensible, incluso irreconocible. Slo puede reconocerse negativamente (lo cual no es reconocer en sentido estricto). Acaba siendo una pura negatividad porque no puedes reconocer el acontecimiento. No es programable. Darse cuenta de algo es poderlo aprehender mediante la experiencia previa, pero el acontecimiento destruye toda experiencia previa. El concepto tradicional ms cercano es el de revolucin, el de fuerza instituyente, poder instituyente, en ltima instancia de decisin. Hay un estado del orden (lo fctico, el ser, lo que hay, todo lo que se puede pensar, todo lo que nos hace aprehender, cuerpos y lenguaje) y de ah surge el acontecimiento pero siempre para desbaratarlo, por tanto surge en contra del orden. Pero slo despus del acontecimiento podemos identificar el estado del orden.

Realmente, lo que Marchant presenta como pensamientos posfundacionales, es la definicin del pensamiento moderno, no slo a lo impoltico. La modernidad es as, incluso Habermas, por decir un ejemplo, no cree en fundamentos absolutos. El autntico salto no est ah, est en la impoliticidad. Por ejemplo Badiou; es un rechazo total de las instituciones, el acontecimiento no es en absoluto previsible, reconocible. Hay un estado del orden, un orden del estado, y ah surge el acontecimiento, que va siempre contra ese estado, por eso no es previsible desde l. El estado del orden es todo lo que es, el ser, todo lo que se puede pensar, lo fctico. Galindo insiste en la diferencia entre posfundacionalismo e impoliticismo; el segundo consiste en una negacin metafsica a priori de las mediaciones. Un punto importante del texto de Espsito es el concepto de condivisin: Lo poltico y lo impoltico no son dos esferas separadas, realmente son lo mismo, lo impoltico es como la sombra de lo poltico.Para Esposito Weil es una pensadora impoltica; el concepto de fuerza (acontecimiento) es muy importante en Weil. Ella es muy consciente de que todas las categoras, todo el lenguaje, todos los sistemas de representacin, todas las instituciones, son traiciones, traiciones a ese acontecimiento interior, a ese vaco que hay que procurar para ser habitado por Dios. Lo liberador, lo emancipador, se corresponde con la presencia de Dios en m; pero para ello hay que crear primero un vaco interior. Ello necesita despojarme de mi yo, un proceso de descreacin. Lo impoltico en Weil radica en esta resistencia a fundar un orden positivo, en esta negacin radical a conceder valor alguno a nuestras instituciones; nuestras instituciones (y el lenguaje lo es), por contraste, condividen con el otro lado, emancipador, liberador, al que no podemos acceder a travs de ellas, son un obstculo. La tarea del hroe para ella es el que renuncia a todo. Lo impoltico en su caso es su resistencia a fundar, a dar valor alguno a nuestras instituciones. Nuestras instituciones posponen la experiencia poltica (redentora). La gran institucin poltica para ella es la identidad personal.Pero la crtica que le hicieron es que dentro de su crtica hay una autoafirmacin del yo. Bataille le critica esto precisamente. La propia vida de Weil est llena de gestos (su vida trgica). Esa exaltacin de lo impersonal. Bataille dir que es una refundacin de lo poltico (de la identidad de un hroe que se entrega) a travs de la autonegacin. Weil sigue creyendo en un lmite entre lo visible (Estado) y lo invisible, y ese es el peligro de Weil porque seguira estando posible la posibilidad de fundar. La idea de lmite acaba reedificando. El hroe weiliano es como el schopenhaueriano, que incluso en el suicidio es una autoafirmacin del yo. Detrs de esa aparente negacin de la institucin, en especial de la fundamental, de la identidad, y esa exaltacin de lo impersonal, hay una refundacin de lo poltico por va de negacin. Esta autonegacin radical acaba convirtindose en una positividad desde la pura negatividad. Weil sigue viviendo en un lmite, mediante una nocin trascendente de la positividad, que acaba teniendo carcter sustantivo en Weil; la idea de lmite sigue permitiendo la positividad de una fundacin. La idea de lmite acaba reedificando como una esencia positiva lo trascendente, de lo que realmente slo tenemos indicios. En la comunidad de Bataille se diluyen esas dos esferas que en algunos estn separadas. No es algo reconocible. Bataille lo que quiere decir es que no hay una totalidad metafsica, dos esferas reconocibles, autnomas, la de lo representable y la del acontecimiento irrepresentable, la de lo jurdico y lo redentor. Esos dualismos reconstruyen las totalidades metafsicas que se trata de destruir. La nocin de comunidad de Bataille es una en la que se diluyen estas diferenciaciones; no es una positividad, no se deja nombrar, no es algo reconocible, no es un proyecto. Su filosofa trata de huir de ese establecimiento en compartimentos estancos, si bien en ltima instancia recae, ya que acaba identificando un topos liberador, las experiencias de gasto improductivo como son la sexualidad, el gasto, la risa. Cuestiona la soberana, el Estado capitalista, la productividad, pero acaba identificando una experiencia redentora.

El sentido del libro de Esposito pasa por una experiencia, una experiencia con fecha, la Italia de los aos 70, una Italia con una fuerte descomposicin social, con altos ndices de conflictividad social, con presencia de terrorismo, una Italia en la que una poderosa y frtil corriente de pensamiento poltico toma conciencia, toma la temperatura de la situacin (todos provenientes de la izquierda), que se agrupan en torno a la revista Il centauro; toda esta gente dice: necesitamos hacer una revolucin, necesitamos un nuevo sujeto que la lleve a cabo, hay que refundar el operaismo, el obrerismo. Esta es la lnea de Tronti, que Negri contina. Estos aun no son impolticos. Pero otra vertiente hace la siguiente experiencia: de acuerdo, hay una crisis, pero no porque los conceptos sean insuficientes, sino porque la poltica es esto, la democracia es esto, es irrepresentable por definicin. A partir de aqu arranca toda esta corriente de pensamiento impoltico. Hannah Arendt la considera Esposito una gran pensadora impoltica por su concepto de la voluntad general porque no se puede representar, reproducir jurdicamente, acaba siendo un nomeno. Cmo podemos reconocerla segn Arendt pues? El placer esttico (el esquematismo trascendental kantiano). No el terreno del territorio poltico tradicional; lo nico que nos acumula, que nos vincula, es el juicio esttico, la parte ms ensimismada, ms alejada de la productividad; eso es para Esposito ya impoltico. Lo poltico es el mbito de la visibilidad, y de ah la relacin con la esttica. Adems, lo esttico no produce, ello tambin explica que casi todos estos autores sean estetas. Lo que hay que evitar para todos estos pensadores es la idolatra de la accin, en ella habita esa tendencia idoltrica, es la tendencia del mito; los mitos surgen para fundar una comunidad, fundan homogeneidades, auspician la accin, la legitiman, los mitos cristalizan en dogmas. El mito como s no es un dogma, son ambiguos, generan tradicin de recepcin de un mito; pero la tendencia irrefrenable es secularizarlos, extraer de ellos tendencias prcticas, factores de identidad. Lo que custodia lo impoltico reside en esto, quieren resistir esta traduccin programtica, esta tentacin de plenitud. Usando una expresin paulina, hos me, como si no; haz uso del mundo sin pretender poseerlo. San Pablo (carta a los romanos) lo explica diciendo que uses las cosas sin pretender apropiarte de nada. Haz de tu vida un laboratorio. sa es la forma de reventar al imperio por dentro; experimenta, usa, usa identidades. Esto se traduce en la idea de estos pensadores de una vida ms all del derecho, ms all de las instituciones. El derecho es totalmente fascista, el concepto de persona (concepto idoltrico). El derecho pospone la emancipacin.

Otro ejemplo de la esttica en un autor que trataremos posteriormente lo encontramos en Rancire y su libro El viraje tico de la esttica y la poltica. La accin esttica es una accin que no produce entonces trata de sustraerse de los mecanismos del mercado. Para el pensamiento impoltico y para el posfuncionalismo lo que hay que evitar es la idolatra de la accin. En ella habita esa tendencia a la idolatra y es debido a la tendencia del mito, dado que los mitos sostienen la accin, constituyen comunidades, cristalizan dogmas. El mito como s no es un dogma. Se resisten a todo esto.

Tema 2: Richard Rorty La prioridad de la democracia sobre la filosofa

El gesto poltico de Rorty es que entre teora y poltica no hay vnculo necesario, puede haberlo circunstancial. Dice que esa unin es un vicio de occidente, el pretender que la poltica est fundamentada. Este es el gesto tpico de occidente pero para Rorty es contraproducente ya que las cosas no funcionan as sino que para l funcionan justo al revs, hay una prioridad de la democracia sobre la filosofa. Es decir, hay una prioridad de la accin poltica sobre la teora (la teora como post-festum), es que dice que en realidad no puede, es un engao. Este gesto de no hay fundamento lo podemos ver como un signo distintivo de muchas filosofas polticas contemporneas (del siglo XX casi total) y encontramos la crtica al universalismo, a la metafsica todo esto no es exclusivo de Rorty pero es muy rico dado que bebe de Wittgenstein y Heidegger, siendo su objetivo destruir la epistemologa, se trata de destruir todo esquema de representacin. Rorty es un pragmatista radical, holista radical, conductista radical por tanto su gesto distintivo no es este cuestionamiento del fundamento, que no haya discursos objetivos, que sean verdad, lo singular de l es que no le lleva a cuestionar la poltica. Los discursos posmodernos, son discursos anarquistas, son discursos que inhabilitan para pensar lo poltico con categoras modernas, de manera posibilistas, son discursos que acaban (y no es casual) en gestos estticos. El gesto poltico de Rorty es que s, porque no se cuestiona las instituciones, l defiende desde su postura de izquierda moderada, y l hace una defensa de instituciones porque dice que no tiene nada que ver ya que podemos ser totalmente escpticos ante la teora y no verse afectada la poltica.

Esto plantea muchas cuestiones por qu en occidente hemos creado ese vnculo entre praxis y accin? Por herencia cmo podemos legitimar? No necesitamos legitimar las instituciones, tenemos que liberarnos y cuando lo hacemos nos damos cuenta de que no pasa nada, nuestras instituciones son nuestra autntica prioridad. Rorty se queda con el escepticismo radical de los post metafsicos (rechazando el nihilismo de ellos) y se queda con la defensa de las instituciones de Habermas pero no se queda con la idea de Habermas de querer fundar. Qu espacio queda para la crtica, para discriminar? Qu papel (si hay) tiene la teora? Quin es el sujeto poltico? Qu es para l la comunidad liberal y quines son los gestores? Para Rorty ya solo hay gestin, ya no hay poltica. Ya no necesitamos representantes que aglutinen multitudes y solucionen necesidades simblicas

El par solidaridad vs verdad es una sntesis de todo esto. Es un par que resume todo al ser muy simblico. Por lo tanto, Rorty no es impoltico porque solo cree en las instituciones, es un posfundacionalista. Rorty no solo cree en las mediaciones, sino que cree como un norteamericano, es decir, mucho. Es una subestimacin de la participacin ciudadana, mayor estimacin de los que estn preparados. El pueblo cuanto menos aparezca, mucho mejor. El pueblo que se dedique a sus asuntos personalesEn occidente esto nos chirria porque para nosotros la actividad poltica nos resulta importante para los ciudadanos.

Hay un papel individual y otro poltico que tiene que ver con la irona en Rorty. La distincin entre teora y poltica lo hace demasiado claro y es un frente de debilidad ya que hacer teora tambin es un modo de hacer poltica. Y el problema de Rorty es que acaba siendo una metateora porque todo le engorda, todo le viene bien, todo refuerza, cualquier cuestionamiento, porque la teora ni fundamenta ni deja de fundamentar, la poltica es todo y priorizamos la solidaridad. Galindo realiza un smil comparando la teora de Rorty con el psicoanlisis y el darwinismo.

Rorty dice que Rawls es interesante porque forma parte de cmo la filosofa post-festum sirve para afianzar las instituciones, pero es a posterior que las genera. Las instituciones ya estn fundadas, por tanto en cierto modo es como si una teora de la santsima trinidad apoyara las instituciones polticas, las teoras son ad hoc posteriormente.Rorty viene a decir que los seres humanos tenemos dos estrategias para ordenar la convivencia, la vida: una, vincularnos con lo no-humano y otra, vincularnos entre nosotros. A la primera estrategia la llamamos la estrategia de la bsqueda de la verdad, que significa tratar de salir del agua tirndose del pelo, vano intento de relacionarnos con algo trascendente y la otra es la de la solidaridad, que significa asumir profundamente que no hay realidad trascendente divina a la cual sujetarnos (y no tiene por qu ser un dios, sino puede ser referido a la verdad). Nuestros discursos no tocan la realidad, no la representan, la realidad no nos dice como quiere ser escrita, solo hay discursos. Esto Badiou lo va a odiar, esta posicin escptica, en la cual se dice que en este mundo solo hay cuerpos y lenguaje, que no haya nada a lo que se dirija nuestro discurso, la teora nunca toca la realidad y el criterio para saber si un discurso es mejor o peor es sobre qu es lo que da menos sufrimiento, todo por mecanismos pragmticos.

El pragmatismo es el nombre que le ponemos a la tradicin filosfica norteamericana que es una concepcin muy antiterica de la poltica y eso est recogido en el par solidaridad vs verdad y por tanto es un reto de Rorty es superar esa mana de unir la teora y la poltica, que nuestras formas de organizar la convivencia tienen que venir de una unin con algo trascendente, que nuestras prcticas tienen que seguir fundadas en un fundamento, y ese gesto de fundamentar es un gesto teolgico. A partir de aqu, se generan todas estas cuestiones

Texto:La tesis general de este texto es la que hemos presentado antes: teora poltica como una relacin no necesaria. Esto plantea una serie de cuestiones que hemos visto antes de cmo legitimar? Pero esto no interesa nadie, no est en juego la viabilidad de nuestras instituciones, esto es una herencia de la teologa, es una cuestin que no hay que plantearse. El nico criterio que concibe es la disminucin del dolor. No existen criterios universales con la cual comparar culturas porque son inconmensurables acerca de un criterio externo a ellas, pero an as se podr hacer algn tipo de mediciones aunque sea desde una perspectiva (esto es un punto dbil de Rorty porque el concepto de disminucin de dolor es un concepto vago.) La comunidad liberal no puede incluir todo segn Rorty, pero an as su sociedad es de las ms inclusivas, que ms estilos de vida admita y eso sera un signo de potencia, de preferibilidad. Tambin est el tema de la dimensin crtica, dnde queda? La perspectiva de Rorty parece evocar todo a un: lo que hay es esto, no tenemos motivo para la queja, para el distanciamiento, parece que tengamos que reconciliarnos a la fuerza con lo que hay, si no podemos impugnar algunas de nuestras praxis, qu nos queda? Pero Rorty dice que s que hay y por eso introduce la irona. La dimensin crtica tiene que centrarse en la irona, para establecer precauciones, detectar problemas, para hacernos ms avisados, para perfeccionarnos y hacernos ms resistentes ante prcticas ms abusivas. La teora acaba teniendo un poder de cuestionamiento y eso es lo que entiende Rorty por irona. No hay que caer en brazos del nihilismo, un da igual todo, no. Rorty no renuncia a su responsabilidad poltica.

Nuestros discursos tienen un papel irnico, un papel desconstructor. Sirven para mostrar aporas, para establecer precauciones, para detectar fallas en el sistema, para detectar problemas, para hacernos ms avisados, ms resistentes. La teora acaba teniendo un papel de cuestionamiento. El ironista liberal no es un cnico, no es un descredo que se echa en brazos del nihilismo, es el que es consciente de que nuestras praxis polticas carecen de fundamento necesario y no se permite el lujo del nihilismo, cree en ellas. En el terreno de la legitimacin es importante no olvidar el tema de la disminucin del dolor; ste es un criterio. Esto es muy genrico y un punto dbil de la teora rortyana; el concepto de disminucin del dolor es tan vago, esto es, todos podramos pensar en momentos en que podramos superponer valores a la disminucin del dolor, incluso este afn por la disminucin del dolor es local. Otro criterio que utiliza es que la comunidad liberal es ms expansiva, ms inclusiva; no lo incluye todo, no lo puede incluir todo.Su distincin fundamental se basa en la privacidad de las creencias. Para Rorty, la estrategia ilustrada pasa por debilitar la rigidez ontolgica, lo pretencioso de la idea de verdad y de razn transformndola en un criterio funcional, la justificacin. Los pensadores contemporneos han eliminado la posibilidad de la justificacin universal, la filosofa contempornea no cree siquiera en la razn funcional. Para la posicin pragmatista, la nica demanda de justificacin, el nico marco para el que estamos urgidos a justificarnos somos nosotros mismos (comunidad liberal). No tenemos que buscar ningn criterio ahistrico. Retomamos a Rorty:Podemos separar nuestras instituciones de creencias substantivas, incluyendo todo lo que de una manera simple llamaramos teora. En principio es algo que no tendra que tener una funcin de fundamentacin. Hay una serie de principios generales propios de la posicin liberal que para nosotros son irrecusables, y que se muestran en las instituciones; no necesitamos teoras filosficas para seguir creyendo en ellos. La tradicin liberal est muy orientada a superar el sufrimiento y a ampliar sus fronteras. La tradicin liberal, la cual no necesita de teora alguna sobre la igualdad del hombre, los derechos humanos, etc., tiende hacia estos principios per se. La comunidad liberal es aquella que tiende a disolver sus fronteras (literalmente), lo cual hace porque s, sin teora que la gue. El trmino frontera concierne con la idea de unidad poltica, con la idea de cuerpo, con la idea de inmunizacin de ese cuerpo y nos vinculara tambin con el concepto de nacin. Relacionado con esto tambin, y vinculado con Rorty, tiene que ver con valores como la solidaridad y lo que Rorty llama la ampliacin de la comunidad y la disminucin del sufrimiento y del dolor. Podemos separar nuestras costumbres polticas de creencias sustantivas (principios, reflexiones ltimas de los fines de la poltica), es algo con lo que no debera tener una relacin de fundamentacin que tenga que ver con nuestra forma de organizacin. Rorty dira que hay unos principios propios de la tradicin liberal muy generales y que para nosotros son irrenunciables. No precisamos teoras filosficas para seguir creyendo en ellos, porque es lo que nos constituye.Los ilustrados heredaron un reto, que Galindo denomina la secularizacin de un ideal, fundamentar mediante una teoras nuestras costumbres polticas. Con el desmorone de la teologa los ilustrados se ven obligados a teorizar sobre una antropologa poltica, a fin de justificar la poltica; esto evidencia el reto ilustrado de estar en condiciones no solo de disear unos protocolos para la convivencia, una teora poltica, sino de anclarlo tambin en una teora sobre la naturaleza humana. Rorty dice que esto es una herencia teolgica, un gesto heredado, llegara un momento en que la ilustracin tratar de disolver este geste apelando a la nocin de simple justificabilidad. Para explicar su posicin toma como pretexto la gran critica que hacen los comunitaristas tanto a los valores ilustrados como a esta forma ilustrada de fundamentar la poltica. La tradicin comunitarista es una tradicin que, simplificando mucho, es conservadora, puede estar representada por gente como Hannah Arendt, su insistencia en la idea de comunidad, de valores republicanos...en general son antiilustrados. Lo que le interesa a Rorty de ellos es su crtica al ideal ilustrado: consideran que las antropologas polticas que fundamenten la poltica no pueden ser universales, deben ceirse a una comunidad concreta. Rorty se muestra de acuerdo con una cosa y con otra no; el comunitarismo tiene razn en que no existen teoras neutrales sobre el ser humano, eternas, ahistricas. Toda teora es una teora producida por una comunidad concreta, situada, histrica, con lo que la teora tiene el alcance de sus bases histricas. Claro, pero lo que dice Rorty es: da igual que no sea necesaria la teora para las instituciones. Los discursos no pueden trascender su contexto, las teoras estn condicionadas, no podemos intentar trascenderlas. Todas las teoras son ad hoc, son contextuales. Tienen como finalidad sostener nuestro estilo de vida, influidos por nuestro inters. Occidente se caracteriza por ampliar el ratio de seres vivos a los que trata igual que los cercanos; podemos iluminar esta tendencia con teoras, pero estas han venido despus. El gesto poltico va primero, la teora despus. En esto se trasluce una subestimacin de Rorty respecto al protagonismo de la teora como motivo de fundamentacin; no rechaza la teora, pero rebaja su estatus: su lugar est en el perfeccionamiento individual, privado, que cada vez te hagas un tipo ms liberal. Rorty no es un liberal clsico; los liberales clsicos son deudores de una teora de naturaleza humana y derecho natural, como por ejemplo Locke. Para Rorty la apelacin a estas nociones eternas no tiene sentido, la comunidad es constitutiva de sujetos. Llegamos ahora a una singular interpretacin de Rawls, considerndolo un neokantiano que defendera fundamentar las instituciones sobre una determinada teora sobre la naturaleza humana; esta teora no le interesa a Rorty, no lo interpreta as. la teora de la justicia de Rawls forma parte de una serie de teoras anlogas, (aos 70) de ese esfuerzo de la teora por fundamentar, trata de dar un argumento persuasivo acerca de la legitimidad de nuestras instituciones polticas, con ese objetivo trata de encontrar lo incondicional (recordemos a Kant, el imperativo categrico, que representa la posibilidad del ser humano de situarse con un momento incondicional, con un momento no emprico, noumnico. Cmo lo consigue? Esto se consigue a travs de la imaginacin (hacer como si...), con el sujeto trascendental, a travs del esquematismo. Rorty nos va a decir que no puede darse esta unin de un sujeto finito unirse con lo trascendental. ) que no quiere estar situado, ahistrico. Rawls lo que hace es algo anlogo a Kant, propone imaginar una situacin en la cual naciramos con un velo de total ignorancia sobre cmo vas a llegar a este mundo, si estuviramos as, qu mundo dibujaramos? El occidental (simplificacin). Rorty negar esta interpretacin esta concepcin de Rawls sobre lo incondicional.

Para superar crticas como las de Horkheimer y Adorno, Rorty dice que hay que soslayar estos temas (por ejemplo piensa que la crtica que hicieron ellos de comparar la fbrica de Ford con los campos de concentracin nazi es una locura). Presenta Rorty a Rawls en Justicia como equidad como si no creyera ste en lo que tratbamos antes sobre lo incondicional, Rorty dice que solo hay que constatar las instituciones vigentes en occidente, las ideas intuitivas.

*Cmo que la teora no pinta nada? Los conceptos son ndices, son post hoc, vienen despus de la prctica para acompaarla y apuntalarla, en esto estara de acuerdo Rorty pero l no se da cuenta que acuan experiencias, posponen experiencias, los conceptos son factores y Rorty no lo cree, ni siquiera cree que su teora sirva de factor legitimador de las instituciones liberales.

En cierto modo la cartografa que nos dibuja Rorty es una en la cual parece que se ha dado razn de nuestra vida en comn, es un mapa terico en el cual donde todo queda explicado, todo tiene sentido, en el cual se hace justicia a cada pretensin de vida, en el cual se idealiza y se legitima la cultura liberal. Para Rancire, es una forma de entender la vida en comn sin resto y eso es malo, es una forma que no tiene en cuenta que esencialmente siempre hay una parte sin parte, una parte no visible que l llama un resto, que siempre est y que los filsofos tienen el deber de atender y hacer visible. A veces el resto se hace l solo visible y cuando se hace visible aparece la poltica mientras tanto hay polica (gobierno, estado).

Tema 3: Jacques Rancire la democracia. La poltica. Lo poltico. Lo policial

Es un autor posfundacional, pero no impoltico. Encontramos textos que Ranciere expresa la legitimidad de las instituciones, por tanto comparte un espacio con Rorty. Si nos acercamos al texto de Poltica, polica y democracia, el captulo de la poltica, identificacin, subjetivacin es importante. Es un autor que viene del marxismo, ms concretamente de Althusser; comienza siendo un historiador del obrerismo, conoce muy bien la filosofa antigua, y en ese sentido se desmarca un poco de las fuentes de las que se nutren otros pensadores franceses de la poca, mucho ms deudores de la filosofa postnietzscheana francesa. Rancire tiene la mirada de un marxista, pero con la sutileza de un filsofo que no va a lanzarse a cualquier definicin del sujeto de la revolucin. La polica es gobierno, gestin, ordenacin, distribucin jerrquica de lugares y funciones. Esto es un proceso de ordenacin de los bienes, que son finitos; es una forma de organizar nuestra vida en comn segn principios, criterios, un orden. El mundo de la polica es en el que sabemos a qu atenernos. Lo poltico es un encuentro violento, un choque entre el proceso de la polica y el proceso de la igualdad. El proceso de la igualdad tiene que ver con el hecho de prcticas que presuponen la igualdad, esto es, que la postulan, no hay fundamento para ella. Es un proceso ciego, la postulamos porque nos da la gana. Por tanto, este otro juego de prcticas descansa en la presuposicin de la igualdad. En la entraa de los procesos policiales radica la pretensin de ser medios adecuados y suficientes a la satisfaccin de las demandas de los gobernados. Rancire dice: no, siempre hay que presuponer que hay un dao, un resto al que no se le est haciendo justicia, que en ciertos momentos aparece. Este resto no tiene derecho a un lugar. Ocurre por ejemplo que en sus reivindicaciones este resto se convierte en sujeto poltico. Tan orden policial es el polica con la porra como cualquier de los que no son el resto. El dao aflora slo cuando el sujeto poltico se constituye, cuando reclama una parte a la que no tiene derecho sin basarse en principio alguno, ms bien violentando todo principio. La igualdad se da cuando se constituye un sujeto merced al sealamiento de que el sistema de reparto lo dejaba fuera a l. Polica y poltica no son inconmensurables, se contenta con decir que la polica daa la igualdad. La igualdad radica en que nos alzamos como sujeto reventando el orden existente y administrando los efectos de ese alzamiento. La poltica es un gesto que no se sostiene en ningn principio, la poltica no tiene razn, no hay razn para la poltica, la poltica slo es ms igualitaria. La democracia es el gobierno de los cualquiera: esto significa que el gobernante no tiene fundamento. La igualdad no es una verificacin, es un acto performativo, es una performance, no es la actualizacin de una idea. La igualdad es un dispositivo terico.

La categora de emancipacin est vinculada en Rancire a la categora de democracia y de poltica (diferente de poltico y polica). La democracia no tiene nada que ver con el gobierno, con las nociones sustancialistas, organicistas, comunitaristas de democracia, esto es, los nacionalismos, pero tampoco las nociones pluralistas. Lo que hoy vamos a ver en el debate de la nacin es para Rancire el debate de una oligarqua sustentada en el ms alto nivel intelectual. Tiene que ver la emancipacin tambin con el presupuesto de la igualdad; la igualdad es un postulado, un acto de coraje que para l da felicidad y alegra en aquel que se anima a llevarlo a cabo, pero nada ms (esto lo menciona en otros textos). En este texto, dice Galindo, hace alusin al habla; vincula esta igualdad con el hecho de que se puede hablar, esto es, la capacidad de phon (no logos). La emancipacin choca con la razn; carece de principio, es anrquica, carece de fundamento (por ello es Ranciere postfundacionalista). Es un discurso profundamente amoral, no un discurso bien pensante; la lgica poltica no se sostiene en nada, no hay derecho, es lo que revienta todos nuestros principios, nuestros andamiajes morales, concernientes al derecho etc., la poltica es un suplemento, un exceso. Los procesos de emancipacin consisten en que se verifica la igualdad, esto es, que sin tener derecho, se constituye un sujeto poltico que reivindica algo, lo de menos es lo que reivindique. Es la manifestacin del sentimiento de un dao hecho por la polica a un individuo o colectivo que se siente fuera de la parte del todo. La polica reacciona afirmando que s que tienen parte; aun as, esta gente que se constituye como sujeto poltico sigue diciendo que no, que no tienen parte, rompen ese consenso aparentemente totalitario. Los gestos polticos escapan a la razn, por ello los que formamos parte de la polica no los entendemos, nos repugnan esos procesos. Eso es verificar la igualdad radical, la igualdad de que tenemos phon; ese proceso siempre est sostenido en nombre de una categora, es lgico que estos procesos de emancipacin se sustenten en una bandera, pero ello no importa en absoluto. El dao es ms profundo que la causa superficial aparente, es un dao estructural, histricamente los sujetos deben venir vestidos de un ropaje, pero eso no importa. Detrs de una demanda particular hay algo ms importante, una manifestacin del dao que la organizacin siempre realiza a la parte sin parte. La poltica se basa en la ausencia de fundamento, si no, no existira, pertenecera a la gestin, al gobierno. Lo importante es que Rancire no demoniza el gobierno, considera que eso es as, que tiene que ser as; simplemente considera que de vez en cuando hay brotes de poltica, pero es una excepcin, surge de vez en cuando, y hay que postular que surja y ampliar el campo de choque entre la poltica y la polica (que es lo poltico). El objetivo es que cada vez haya ms choque. La tendencia de la oligarqua es que todo est cada vez ms presidido por la polica, por la razn. No cualquier quiebra de estos protocolos es una manifestacin poltica; Galindo cree que este punto no est claro en Rancire. Quebrar los protocolos, o quebrarlos al menos aparentemente, frvolamente, es muy sencillo. Hay otros textos donde Rancire deja claro que no toda reivindicacin, no todo gesto de ruptura es un gesto que constituye un sujeto poltico. Todos sus ejemplos son grandes rupturas del orden que finalmente han derivado en cambios estructurales posteriores; esto a Galindo le chirra, hay textos donde dice bueno, el gobierno es necesario, la racionalidad es necesaria, necesitamos organizar nuestra finitud, ahora bien, a eso se aade, como un gesto ms de matiz en Rancire que discrimina entre gobiernos. Uno de sus criterios para ello es hasta qu punto los gobiernos permiten el choque, permiten la irrupcin de sujetos polticos. La restriccin puede darse por va totalitaria o por va de racionalizacin; en este sentido nuestras sociedades son hiperarticuladas, en el sentido de que nuestras identidades y demandas estn totalmente articuladas, estamos omnirrepresentados, y eso es una sociedad que aunque no sea con un rostro grosero, fascista, la tentacin es que no haya un resto, que no quede espacio para contestar eso, y eso es muy peligroso para Rancire. Nuestra sociedad es tambin una en la que los ordenamientos jurdicos se autoanonadan, donde las leyes regulan hasta cuando saltrselas a s mismas. El pensamiento de Rancire es un hombre que cree en la poltica, que cree que es posible constituir nuevos sujetos polticos, que cree que occidente da la posibilidad para que se creen Rancire conoce muy bien la poltica de Foucault y tiene muchas afirmaciones de que occidente ha llevado al lmite la biopoltica, la gestin de los cuerpos; pero a pesar de todos dice permanentemente que hay lugar para el surgimiento de sujetos que rompan esta lgica y no porque esta lgica sea mala.

Pg.32 - El odio a la democracia: No vivimos en democracias, pero segn cmo concibe Rancire la democracia, es imposible vivir en democracia. Radicalizando esto, que es cosas que harn por ejemplo Nancy, nuestra gran mediacin es el lenguaje y por tanto el pensar vivir en democracia nos hara pensar: dnde quedara el sentido? dnde quedara el concepto de concepto? Va de suyo que estamos usando el lenguaje como se espera, detrs de cada palabra nuestra hay una promesa (el principio de caridad). No se sostiene desde las premisas por ejemplo de Nancy que sera vivir en democracia porque no se sostendran, cules seran los intercambios lingsticos; no podra haber porque en la pretensin de establecer un lenguaje ya habra un tort, porque somos conatus, tenemos que regular el propio poder y eso implica siempre exclusin, negacin. Rancire por lo menos no nos toma por tontos, no vivimos en democracias ni en campos de concentracin como otros filsofos (Espsito, Agamben,...); lo que hacemos es vivir en estado de derecho oligrquicos (y con esta afirmacin nos demuestra que cree en nuestras instituciones, ya que con el mero hecho de afirmar eso es que no se va a poner en contra de ella ya que solo por enunciarla le concede legitimidad). El sistema educativo no es emancipador, es un sistema de represin para Rancire.

La libertad es tener piel, es rozarse, la yuxtaposicin de cuerpos,... Para Nancy el adjetivo libre aplicado a las elecciones no tiene ningn sentido ya que es precisamente todo lo contrario.

Pg. 40 El odio a la democracia: El discurso antidemocrtico es el discurso impoltico, que trabaja por reproducir el orden.Las oligarquas somos nosotros. Nuestra escuela tambin rezuma rechazo a las pasiones, que los nios sepan lo que les conviene, que los nios coman bien,... Todo esto tiene que ver con el nuevo odio a la democracia el pensar que el populacho deba ser amaestrado, el decir esta gente que no sabe lo que quiere que solo consume cosas basura (televisin, comida,...)

Retomamos el texto de Rancire de Poltica, polica y democracia el captulo de: Diez tesis sobre la poltica:

Estn escritas despus de la cada de la unin sovitica. De la tesis 1 nos interesa en reparar en que estamos ante un discurso filosfico que como tal es un discurso abstracto y junto a ello es un discurso que atiende a las excepciones. ya est en la primera frase denotando una excepcin al decir que la poltica no es ejercicio del poder, por tanto ya nos est pensando a la contra porque si que se le suele considerar as. La poltica tiene que ver con la verificacin de la igualdad, que no tiene que ver con el concepto que solemos manejar de igualdad (jurdico, religioso), la igualdad entendida como aceptar ese resto (resto entendido como presupuesto, es el pueblo, pero no es algo presente, dado a la mano, no lo puedes identificar por ostensin, es un contrafctico, un hacer como s, por tanto el resto no existe en el acto de reivindicarse lo que existe es el sujeto poltico). Tesis 2: Nos encontramos ante un demos que trocea la homogeneidad, la poltica es pues, una accin paradjica, no se deja aprehender sin ms bajo la categora de accin, no se dejara reconocer. Estas consecuencias las sacan por ejemplo Badiou, Nancy,... Tesis 5: el pueblo es una ficcin porque es el resto.

Badiou es el que ms se parece a Rancire y es el pensador que mejor trata el tema del acontecimiento. Anarqua entendida como aquello que no se puede comprender, que no hay trminos para definirlos, no se deja someter a rdenes.

Tema 4: Giorgio Agamben Desactivar la soberana y la poltica

La obra de Giorgio Agamben tiene una relevancia notoria y su vnculo con Pasolini no es solo estructural sino que adems eran amigos. El corto plantea que la inocencia no existe, el chico que sale aparece como inocente, pero para Dios, no le parece inocente. La perspectiva del juicio es una perspectiva teolgica porque es Dios el que juzga. Hay un uso por parte del artista, Pasolini, a la maldicin del higo (pasaje bblico de San Lucas donde Jess con sus discpulos van paseando y tienen hambre y ven una higuera pero no es tiempo de higos, an as Jess se acerca a coger higos y al no haber le echa una maldicin y se seca y al decirle los discpulos que no es tiempo de higos, contesta: da igual, es culpable); por tanto no existe la inocencia, como tambin defendera en sus tesis de la historia Walter Benjamin. No es inocente porque no ha sabido querer y no ha querido saber y Dios es precisamente lo que ordena. Esto plantea el tema de la implicacin en la historia y tambin la desimplicacin, la identificacin de los sujetos directamente identificados en la accin y qu hacer.

Pasolini era ms marxista, este corto es poco impoltico. Badiou dice que las cuestiones relacionadas con la poltica, problemas cotidianos, hay que dejrselo a los polticos que son los perros, los despreciables; la filosofa est por otro lado, intenta definir el acontecimiento. Nada que proceda las instituciones sociales nos van a emancipar. Carl Schmitt le deca a uno de los mejores telogos del siglo XX E. Peterson (cuando Peterson le deca que haba escrito una teologa sobre la poltica, la teologa es otra cosa, es el reino de los fines) : no Peterson, aunque pienses que se puede pasar por esta vida sin mancharte, que el discurso teolgico (discurso abstracto, del ser) puede pasar virgen esto no es as, toda teologa es poltica, implica un posicionamiento poltico. Galindo nos comenta que ve el discurso de Schmitt ms cercano al de Pasolini. Rancire trata de escapar de los extremos, y hace una salida airosa de este hipottico debate: Rancire dice, la inocencia es inviable, lo que uno puede hacer es un ejercicio de desidentificacin con el todo, con el reparto de las partes, un ejercicio poltico, democrtico.El texto flmico de Pasolini es un texto profundamente pesimista. No concede legitimidad a la alegra del protagonista. adoptar una postura teolgica las pequeas luces (las lucirnagas), las pequeas cosas que nos dan sentido, pierden toda su virtud cuando la estamos comparando con la luz divina; esto es muy importante para Pasolini y causa de su desesperanza (sobre todo del ltimo y este corto es de esa poca), todo lo mira desde la ptica de lo absoluto desde una perspectiva como la de Badiou.

Este juicio sobre el presente ya es una descripcin y un juicio intencionado, cargado de intencin, que va a lastrar, a condicionar, a determinar sus prescripciones. Galindo seala el gran inters de Agamben por problematizar, cuestionar, reflexionar sobre nuestros conceptos polticos. Aqu identificamos ciertos rasgos de este quehacer filosfico, un quehacer filosfico que se centra en los conceptos polticos, que evidencia su importancia como ndices y su importancia como factores. Radica en la conciencia de la insuficiencia, del agotamiento de nuestro lxico poltico. Nos falta lxico poltico para entender nuestro presente, nuestro lxico abarca tantas experiencias que es ambiguo a la hora de su aplicacin, y esto lo vamos a ver elaborando una arqueologa y una genealoga, muy importante en Agamben, un cualquier caso un trabajo histrico conceptual para mostrar todas las experiencias de que son ndices los conceptos, para comprobar que se remiten a experiencias religiosas, y un origen al servicio de pensar realidades teolgicas, y todo ello tiene como paralelo su insuficiencia como factores. Ya no dinamizan, ya no auspician, necesitamos un nuevo lxico poltico. De esta experiencia ante todo surge en el pensamiento impoltico una conciencia de que la crisis es estructural, esencial, irrebasable, porque la crisis misma es sntoma de lo poltico. Para el pensamiento impoltico la crisis que inunda nuestro presente no es mediatizable, superable, pensable; los intentos que la filosofa ha hecho por intentar entender lo poltico, al contrario, ha supuesto la ruina de lo poltico, la despolitizacin. Hay una heterogeneidad entre lo poltico y los discursos polticos convencionales. En el ltimo libro de Esposito, desarrolla una tesis segn la cual la originalidad italiana ante esta constatacin, frente a los franceses que han intentado dar lugar a un lenguaje alternativo, su originalidad ha residido en tomar una teora moderna no tradicional, frente a la tradicin del orden, del dominio, habra una tradicin de no anulacin del conflicto que habran tratado de recuperar los italianos. Sea como fuere est claro que todos estos elementos estn presentes en Agamben. En Agamben hay una pasin constante por pensar nuestros conceptos polticos, darles la vuelta, ver su historia, su genealoga, etc. En este trabajo conceptual hay dos palabras clave: signatura y paradigma. La arqueologa forma parte de la genealoga, trata de identificar condiciones histricas de posibilidad de los discursos. La genealoga es un proyecto muy ambicioso que trata de hacerse cargo de las discontinuidades de la historia y trata de identificar los discursos que emergen, los nuevos dispositivos, Agamben trata de mostrar de qu maneras son eficaces en el presente ciertas praxis y dispositivos que tienen su origen en la historia pero perduran a travs del tiempo. No se trata tanto de identificar el momento de origen, sino identificar cmo ontolgicamente hay una prctica y un discurso de construccin de lo humano que sigue siendo presente; Agamben tiene la conviccin de que nuestros conceptos polticos, el estilo de vida occidental, nuestras instituciones adquieren todo su sentido cuando las contemplamos como un factor de dominacin, de hominizacin. Lo que la arqueologa va a mostrar es cmo esa praxis humanizadora es constatable desde los albores de la historia hasta nuestro presente. La arqueologa es una ciencia del tiempo presente, que constata a travs del pasado los ejercicios de constitucin de lo humano. En ese sentido la filosofa de Agamben es reconstructura de sentidos; adopta un punto de vista tan abstracto que engloba las praxis polticas de la Grecia arcaica con las contemporneas. En cada momento histrico es capaz de identificar esos procesos de constitucin de lo humano bajo las praxis superficiales polticas; la arqueologa de Agamben detrs de todo ve siempre lo mismo, produccin de humanidad, biopoltica. La arqueologa trata de adoptar una perspectiva antropogentica, que viene a sostener que la gran invencin occidental es el hombre, y eso en cierto modo constituye nuestra condena, y aquello de lo que nos debemos liberar, la condena de la imposicin de una propiedad, la propiedad de una identidad. La signatura es una marca que portan los conceptos que permite demostrar, identificar, reconocer sus mutuas dependencias en contextos sincrnica y diacrnicamente alejados; ms sencillamente podemos decir que la signatura es el poder metafrico de nuestros contextos, su carcter plstico, en virtud del cual pueden ser usados en contextos sincrnica y diacrnicamente muy alejados. Tienen esa plasticidad que les permite trascender contextos y usos originarios y servir para otros usos en otros conceptos. La otra estrategia es el uso de paradigmas. Los paradigmas son ejemplos seleccionados por el hermeneuta, ejemplos del presente con los que a juicio de Agamben se ilumina una realidad ms amplia; el paradigma toma la parte por el todo. Galindo piensa que es una estrategia metafsica, abstracta, en orden a no hacer honor a la singularidad de lo real, pero tiene como ventaja permitir arrojar sentido, iluminar una constelacin. Mtodo. Juicio (que da sobre el presente). Propuesta (que ofrece y que veremos su impoliticidad).Hoy vamos a ver el mtodo. Este seor hace historia de los conceptos. Tienen historia, y para entender nuestro presente tenemos que ir hacia atrs, porque qu es entender nuestro presente? Entendemos las cosas a travs de mediaciones, instituciones sociales, principalmente conceptos. Son filosofas conscientes de que nuestros conceptos no son nuevos, surgen en los albores de la modernidad, esto es, no surgen, pero se les imprime un nuevo sentido. Se ponen al servicio de un nuevo sujeto, propietario, y que acta, que tiene por delante una historia para actuar, es el sujeto que va a pensar el conflicto, que en ausencia de fuentes evidentes de sentido va a tratar de reconstruir condiciones para el orden, el contrato social: este es el sujeto moderno. Con sus categoras seguimos pensndonos nosotros. Cuando Agamben hace historia conceptual, constata que esos conceptos vienen de la antigedad premoderna, de manera que en los conceptos presentes penetra el pasado, est presente el pasado, nos seguimos pensando desde la perspectiva del pasado. La intencin de Agamben es la siguiente; recoge la innovacin de la genealoga foucaultiana. La idea es que los discursos no slo no son independientes de la poltica, sino que son dispositivos polticos. Esos dispositivos no tienen linealidad ni origen pleno, puro, porque para entender su origen tenemos que entenderlos; lo que tenemos son emergencias. Agamben asume esto. Lo que Agamben ve tras nuestros conceptos polticos y econmicos, no son slo mediaciones institucionales que nos conducen a tal o cual configuracin de la vida en comn, ve algo ms, autnticos factores de lo que nos ha hecho hombres, tal como somos. Lo que Agamben ve es cmo occidente ha producido al ser humano; y eso, dice Agamben, no ha tenido un origen en el pasado. Realmente no hay un pasado en que se haya originado ese rendimiento de esas mediaciones institucionales, no hay un momento en que podamos reconocer; en cada momento, en cada hoy, surge ese rendimiento, se hace evidente su rendimiento hoy, ayer, antes de ayer etc. Para demostrarlo se basa en la signatura, en cmo un concepto hoy, ayer, antes de ayer, un concepto X, fundamental, que yo identifique, a pesar de ser usados en contextos muy lejanos tienen un parecido que t no ves, un parecido que te va a conducir a decir: son lo mismo. A ese parecido lo va a llamar signatura. Es lo que Kosselleck haba llamado secularizacin, y antes que l Schmitt. El concepto de signatura le sirve a Agamben para mostrar que tras el rendimiento de nuestros conceptos, que produce la humanitas del hombre, ese rendimiento propio de occidente, que es terrorfico, nos emparienta con el pasado y se ejerce a travs de mediaciones conceptuales que vienen de atrs, mostrndolo mediante signaturas. Toda su filosofa es en cierto modo un proyecto genealgico. Su propuesta de escape es la liturgia cristiana; desde siempre ha habido sometimiento y paralelamente resistencia a ese sometimiento. De todo ello tenemos ndices en las mediaciones conceptuales.

Estos autores son todos muy conscientes de que no hay acceso a la realidad sino a travs de mediaciones. La hermenutica no es slo un ejercicio de relectura, sino que adquiere significatividad en tanto que nuestro legado se confunde con nuestro ser. Somos el producto de una tradicin y hemos de ser capaces de releerla, de perfeccionarla, de trabajarla, etc. En el caso de Agamben va a ser crucial la referencia de Foucault y de Koselleck, aunque ms del primero. En el caso de Agamben va a haber una recepcin tanto de lo llamado genealoga, y lo que Foucault llam arqueologa. Ambas formas de comprender el pasado presupone, en Foucault, que la historia no tiene un sentido unitario, y que los productos del espritu no van enlazados siguiendo un hilo lgico: hay emergencias. Luego tampoco cabe rastrear un origen puro, unitario, de nuestras prcticas, nuestras ideas, nuestras creencias. Conceptos y teoras son dispositivos, que confluyen en la conformacin de subjetividades, determinan praxis, identidades, determinan al sujeto. El conocimiento de la historia est por ello al servicio de la transformacin del presente. La arqueologa va a tratar de mostrar de qu modo los enunciados estn presente en discursos (los paradigmas ejemplifican los usos). Y la genealoga va a estudiar las condiciones en que emergen esos discursos, esos dispositivos, que constrien al sujeto. Con estas fuentes, Agamben nos va a decir lo siguiente: yo quiero entender el presente, el presente poltico. A lo largo de toda la historia de occidente hay fuerzas que subyacen tras las apariencias, que tienen el carcter de dispositivos, que son annimas, configuraciones, entramados de fuerzas, estructuras que se van consolidando, prcticas, que a la vez son discursos, que tienen por finalidad la constitucin del homo, del ser humano, tienen una finalidad antropogentica, y esto para Agamben va a ser una tarea metafsica. Y esto para Agamben es una lnea continua, se va repitiendo a lo largo de toda la historia, un trnsito entre lo biolgico y lo zoolgico, una construccin de la humanidad, un trnsito metafsico y poltico. Para ello occidente ha puesto en marcha diversos dispositivos, que estn unidos por tener la misma finalidad, tanto en la antigedad como en el liberalismo contemporneo; el objetivo es siempre producir lo humano, a costa de un alto precio. Cmo estudiamos esto? Lo estudiamos fijndonos en los parecidos que tienen los conceptos a lo largo de toda la historia, porque los conceptos son dispositivos, no meras palabras. Somos capaces de identificar un mismo rendimiento, porque todos ellos, aunque aparentemente tengan un uso distinto, comparten una signatura, un rasgo, una seal, lo que hemos denominado un mismo uso. Tal cual, ste es el proyecto genealgico de Agamben. En el homo sacer, por ejemplo, en su figura, que es jurdica, Agamben descubre detrs de ella un dispositivo muy importante, ms all de un dispositivo jurdico, es un dispositivo que revela cmo occidente est constituyendo la identidad humana. Qu dispositivos son anlogos al homo sacer? Si los conceptos son signaturas que trascienden el contexto originario de uso, para rastrear de qu forma est vigente la funcionalidad, el rendimiento de este dispositivo en otros contextos, lo que vamos a hacer es buscar paradigmas, esto es, identificar prcticas en que se ane teora praxis. Identificar teoras que en el fondo son un uso, y ver si son analogables. Y se fija en el campo de concentracin nazi, que dice que es exactamente lo mismo, o el concepto del musulmn. Esto es un ejemplo de la forma de acercamiento a la historia que lleva a cabo Agamben. Con esos paradigmas Agamben es capaz de vincular pasados remotos con el presente. La exclusin de las ratas judas es equivalente a la constitucin del homo sacer, entre lo humano y lo humano. Todos estos dispositivos ejemplifican una misma lgica, una constitucin de lo humano en base a una exclusin. Los paradigmas son focos que iluminan una circunstancia, una poca. El vocabulario del que esta lgica se vale es uno que ha excluido toda poltica, que ha reducido todo a gestin; la tarea del filsofo poltico es la de revelar el trauma, de mostrar lo reprimido, lo oculto, toda esta dimensin excluyente que subyace a las prcticas polticas y los procesos occidentales. Excluyente de las posibilidades inagotables de la vida humana; la transformacin de la nuda vida en una vida cualificada como humana requiere una tarea de negacin sistemtica. Con slo descubrir lo reprimido quedan liberadas las posibilidades. La primera gran resistencia la encuentra Agamben en el mesianismo paulino. Claro, definir hoy qu es una vida mesinica sin elemento confesional es ms difcil. El sostn de esta estructura represora de occidente es el tiempo. Arqueologa encontrar paradigmas. Empezamos con el texto de Homo Sacer, especialmente el final de la pgina 17.

La tesis principal es soportada de la siguiente manera: el poder es soberano y a la misma vez biopoltico. Qu significa que el poder es soberano? Acudamos a Schmitt: la soberana tiene que ver con el monopolio sobre la decisin, de una decisin muy particular, la relativa al estado de excepcin, el soberano es aquel capaz de instaurar el estado de excepcin, es aquel que sin tener derecho abre un estado de excepcin. Un estado de excepcin es un espacio, un momento, una realidad, un tiempo, en el cual se suspende el derecho y esa suspensin del derecho es la manera en la cual se pertenece al derecho. Digamos que un estado de excepcin es a la vez externo e interno al derecho, externo porque no brota del derecho, sino de una decisin constituyente. Su ser soberano se constituye en este instituir el estado de excepcin. Pero este estado de excepcin que inaugura una suspensin del derecho tiene consecuencias jurdicas, afecta al derecho. Brota desde fuera del derecho pero incide en el ordenamiento jurdico, ms an, va a crear nuevo derecho. Agamben piensa que Schmitt aqu alcanz algo intemporal y no meramente circunstancial. Pero ahora bien: cul es el locus en el que el soberano ejerce privilegiadamente su soberana? El cuerpo, la nuda vida. El cuerpo se convierte para Agamben en el lugar privilegiado en que el poder poltico ha ejercido siempre su soberana. El cuerpo, la vida, deviene objeto del derecho; el cuerpo es un umbral, algo externo al derecho pero que a la par el derecho incluye dentro de s de forma permanente. No hay que pensar slo en cuerpo individual sino tambin colectivo. La nuda vida est a medio camino entre el derecho y el no-derecho; el derecho la incluye dentro de s violentndola, esa es la forma que el derecho tiene de incluir dentro de s algo que es fundamentalmente exterior a l. Para Agamben, la soberana, el estado, siempre est al servicio de producir cuerpos biopolticos. De todas las medidas biopolticas, la que ejerce de paradigma es el campo de concentracin. El campo de concentracin es un estado de excepcin. En una nacin se abren estados de excepcin, y eso quiere decir que ah se nota claramente lo que por lo dems todos somos. Ah se evidencia que para el poder somos meros cuerpos sometidos a la discrecionalidad de la ley, siendo la mera fuerza el nico fundamento de esta. En este tipo de casos se ve mucho mejor lo que el poder es siempre. El campo de concentracin es un ejemplo concreto que ilumina toda la estrategia poltica de occidente.En El Reino y la Gloria muestra que el poder soberano siempre es biopoltico sin remitirse al estado de excepcin. Lo que dice es, en este mundo donde slo hay gobierno, que nos parece ateo, donde no hay legitimidad, fundamento, hasta ese mundo es un mundo teolgico. Pareca que slo en el mundo premoderno haba poltica, y que sta haba cedido su puesto a la economa, pero no, porque la economa, su esencia, es teolgica.Qu propone Agamben como va de escape? Para Foucault est muy claro, con el uso de los placeres y el cuidado de s. La idea de cuidado de s es esa idea de decir bueno occidente es la tradicin cultural que ante todo nos hace concebirnos a nosotros mismos y a nuestra vida como una prueba permanente, nos hace convertirnos a nosotros mismos en sujetos que tienen por misin a nosotros mismos como objetos. Para Agamben la manera de escapar es muy distinta, para Agamben el sujeto es el terror, no hay que hallar subjetividades alternativas, sino escapar a la presin del sujeto, pero tampoco hay posibilidad de un retorno a la vida, la vida no es una positividad. La sugerencia va a pasar por des-activar. En la teora de Agamben tiene una posicin singular la metafsica aristotlica, y en particular la distincin entre potencia y acto. La metafsica aristotlica la usa Agamben al modo en el que aprovecha la teora del estado de excepcin de Schmitt. La metafsica aristotlica ha suministrado a la poltica un marco para comprenderse a s misma y su accin; la vida es pura potencia sin forma, que la poltica actualiza, activa. Una activacin que pasa por su exclusin y negacin de sus ilimitadas posibilidades; lo que hace la poltica y el derecho es reducir ese ilimitado abanico de posibilidades en aras de afirmar una nica posibilidad. Lo que hay que hacer es desactivar, frenar, los dispositivos que tienen por finalidad constituirnos. Hay que estabilizarse en la fuerza constituyente sin llegar a derivar en poder constituido. El gesto terico de Agamben es encontrar en nuestra historia cultural figuras retricas, testimonios, que tengan que ver con esta desactivacin. A travs de las fuentes judas (Benjamin y Weil) va a descubrir numerosas figuras retricas que iluminan esta desactivacin de los dispositivos. Recurre a S. Pablo y el tpico de la vida mesinica, la experiencia mesinica que es una experiencia de suspensin del tiempo. La lectura que hace de S. Pablo dice que cuando S. Pablo habla de la venida del mesas refiere a una experiencia que tiene que ver con que se ha desactivado el poder. S. Pablo habla del katechon: el poder para S. Pablo est representado en el imperio, y con la venida del mesas el imperio no es ms que katechon, lo que retiene, lo que frena, lo que oculta otro tipo de vida que es posible vivir qu vida? La vida que no es de este mundo, la que trae el mesas. La vida mesinica no es una teleologa, la vida mesinica est en acto, ya la podemos experimentar; esa es la revuelta de S. Pablo. Agamben elabora retricamente la experiencia de un grupo de personas que ha tenido una experiencia de vida paralela, una forma de vida distinta donde el derecho no tiene nada de protagonismo. Una vida hos me, una vida como si no. Se trata de desactivar el derecho, dejarlo sin fuerzas, no combatirlo con otro derecho. La nocin de como si no est atacando la propiedad privada, la institucin fundamental en la historia occidental; aquellos que viven en la experiencia mesinica usan de este mundo, no se apropian de l. Los pensadores impolticos cuando hablan del cristianismo no se refieren a un cristianismo institucional, nada que ver con la Iglesia. Agamben admite que la experiencia mesinica se ha alienado, pero eso no significa que est desactivada, en absoluto. Por ejemplo la vida monstica es un nuevo ejemplo de la vida mesinica. Lo mismo que el campo de concentracin es un paradigma de la poltica occidental, de lo peor, del terror jurdico, la vida monstica constituye un paradigma de vida ms all del derecho. Agamben estudia sobre todo el movimiento franciscano del s. XIII; los franciscanos rechazan la propiedad, representan una vida por fuera del derecho. La accin propia de los monjes que es mera resistencia es el rezo, la liturgia. Agamben ve aqu la forma oculta de otra accin que no se somete a los engranajes de la institucin. En la liturgia se produce una suspensin del tiempo. La cultura ha confundido la experiencia mesinica, que es el tiempo del fin, el agotamiento de un tiempo para dejar paso a otro nuevo, con el fin del tiempo.

Tema 5: Roberto Esposito Inmunidad versus comunidad

Para Esposito, Foucault no consigui explicar la manera en que se relacionan el nuevo poder biopoltico con el anterior poder soberano; para Esposito tambin Agamben est equivocado al diluir la diferencia puesto que erradica la esencial novedad de la modernidad. Para Esposito la salida est en una vida impersonal; y qu significa esto? La impoliticidad es una nocin clave en Esposito. sta tiene que ver con la problematizacin de los conceptos polticos. Una problematizacin en un doble sentido: se problematizan porque son insuficientes, deficientes, como ndice de una sociedad, y porque lo poltico es an-rquico. Encierran un propsito de anulacin de la poltica y un desplazamiento de la misma en virtud de la gobernanza. Este pensamiento impoltico va a tratar de regenerar, pensar nuestro lxico poltico y para ello va a mirar al pasado. En Categoras de lo Impoltico trata de identificar autores, filsofos, argumentos de nuestra tradicin cultural, que habran hecho justicia a esto, que habran encarado la realidad de lo poltico, su conflictividad, sin tratar de dominarla, de reconciliarla. Frente a esto hay una tesis de Esposito que se sirve de la categora de inmunidad como un paradigma, como una mediacin conceptual, para explicar lo propio de los tiempos modernos, de la poltica moderna, que para Esposito, al contrario de lo que sucede con Agamben, s es singular. Es una poltica que incluye biopoltica y tanatopoltica. Las teoras modernas de la soberana, donde sobresale el Leviatn, son teoras donde de lo que se trata es de legitimar el poder soberano, y lo logra inmunizando al sujeto, tanto al individual como al colectivo. Esta tesis de Esposito es una tesis que reclama como un gesto tpicamente foucaultiano, lo que se ha dado en llamar la ontologa del presente de Foucault; se trata de identificar lo que tiene nuestro presente de singular, de eterno, en ello consistira la tarea fundamental de la filosofa. Una de sus grandes tesis es mostrar la simetra opositiva entre inmunidad y comunidad; se remite al origen de comunidad en el munus latino. La inmunidad paga el precio de la comunidad, en aras de la inmunidad se priva a los vnculos del vnculo comunitario. La salida en Esposito tiene que ver con la recuperacin de la comunidad, el hacer justicia a la comunidad, y eso va a ir de la mano de su reivindicacin de la vida impersonal, o vida en tercera persona. Esa visin de una vida impersonal tiene por objetivo destruir el gran producto moderno que es el sujeto, que en el caso de Esposito se centra ms concretamente en el concepto de persona, que considera un dispositivo. La poltica occidental ha radicalizado hasta tal punto la proteccin del sujeto, que hasta la orientacin biopoltica de la vida moderna se ha convertido en tanatopoltica, y la proteccin de la vida se ha vuelto contra ella. Todos estos autores critican la metafsica en el sentido de tomar la parte por el todo, no respetar la complejidad de lo real.Breve comentario sobre texto Esposito:

Subrayar la vinculacin de las tres categora: comunidad, inmunidad y biopoltica. Lo que dice Esposito es que pocas categoras como la de comunidad se evidencia ms la crisis de capacidad nominativa. Todas las filosofas de la comunidad (neocomunitarismo, comunistas) son un ejemplo de esta tradicin que intenta cerrar la experiencia comunitaria en un sujeto ya sea la nacin x, la situacin ideal de habla Esposito dice que es imposible representar la comunidad, que no la podemos siquiera reconocer, ni mecanismos para hablar de ella

Teora:

Lo impoltico se relaciona con la idea de crisis, ms concretamente una crisis de la representacin, que incluye procedimientos, gestores, smbolos, del lenguaje, pero tambin de la teora. La realidad de la crisis es una conviccin esencial, que lleva a los impolticos a comprender lo poltico como algo refractario, conflictual, opaco, no reducible, no explicable. Pese a ser un pensamiento que tradicionalmente se ubica en la izquierda, frente a la izquierda marxista tradicional, donde lo conflictual de lo poltico emerge como desenlace, como final del conflicto econmico que sigue una teleologa bien marcada, sin embargo para el pensamiento impoltico no es as, piensa lo poltico desde la categora de acontecimiento, de tal forma que la teora tiene el reto paradjico de pensar lo que no se puede pensar, de pensar aquello que carece de condiciones estructurales puesto que supone el rebasamiento mismo de estas condiciones. El mtodo de lo impoltico se cifra en una historia de nuestros conceptos y prcticas. La crisis misma est inducida por nuestras ilusiones y expectativas, nuestras proyecciones: la tarea del filsofo para Galindo va a ser la tarea que se centra en conceptos, enunciados, prcticas... y testa, acredita esa crisis rastreando insuficiencias, aporas, lastres de estos conceptos.Pocas palabras como la de comunidad est en tan clara crisis significativa, uno de los conceptos ms prostituidos, mal usados, trillados, etc. Es uno de los conceptos donde ms se evidencia la crisis de la representacin, que ms reclama una arqueologa. La categora de comunidad para Esposito es un ejemplo del paradigma subjetivo moderno. La confusin del ser con lo ente, la traicin, se traduce en lo poltico con la primaca del Estado o, viniendo ms al caso, el pensar la comunidad como sujeto. Lo que nos est diciendo Esposito es que es imposible representar la comunidad, no la podemos siquiera conocer, no podemos tener nombre para ella ni mecanismos que la garanticen. La tesis del criterio de lo moderno se vincula con Foucault y se separa de Agamben (que obviamente no ve en lo moderno algo nuevo). El criterio de la modernidad para Foucault ya vimos que era trnsito de la soberana a la anatomopoltica (disciplinas individuales) y la biopoltica (disciplinas colectivas), con la creacin de un nuevo sujeto, la poblacin, con todas las prcticas y nuevos dispositivos en que ello cristaliza. Ahora bien, Esposito piensa que Foucault no explic bien este trnsito moderno, as como tampoco la convivencia simultnea de ambas dimensiones, la dimensin tanatopoltica y la dimensin biopoltica. Es decir, no identifica la lgica que ha permitido el trnsito y la superposicin.

El paradigma de la inmunidad es lo que permite articular dos tesis tan distintas, que hay que entender a partir del paradigma de la comunidad que desplaza. Esposito tira de la etimologa, munus, la raz es la raz latina munus que aparece en De Oficis de Cicern. Lo que quiere mostrar es que munus, su riqueza semntica, su significado principal es el de don; un don es una gracia, no es una obligacin, no es algo a lo que tengo derecho, el don es heterogneo al derecho, no es un derecho, no pertenece al ordenamiento jurdico, ste no puede regular el don. La comunidad consiste en el don que nos ofrecemos mutuamente sin obligarnos a ello, eso es lo que compartimos, slo eso. Hobbes te dice: no, renuncia a tu propio cuerpo, en el Leviatn los sbditos pierden su propia identidad ontolgica corporal, el Leviatn es un solo cuerpo. En aras, en orden a, o con el fin de garantizar la propia supervivencia (todo pensado desde la metafsica del sujeto), de inmunizar la propia identidad, se sacrifica el contacto. A partir de entonces no hay don, hay obligaciones jurdicas.

La reflexin sobre la communitas es de tenor ontolgico. Piensa la comunidad como realidad ontolgica, pero una realidad que ya no es la propia de una ontologa de la presencia. La comunidad es la verdad originaria, no se puede producir y tampoco perder, pero el hecho de ser pensada como una verdad originaria implica que tampoco est presente, o lo que es lo mismo, que no se la puede representar. Esposito dedica bastantes pginas a Bataille considerando la comunidad como prueba de nuestra finitud. Trata de pensar la comunidad sin mito, sin mitos polticos. Esposito piensa la posibilidad de substraccin a la inmunizacin de dos formas: una recreando la categora de biopoltica, y otra recreando la categora de tercera persona. Bios y Terza Persona deben comprenderse como dos esfuerzos de seguir profundizando en esta nocin positiva de comunidad (contrapuesta a la nocin moderna). En Bios profundiza en el poder gestor, radicalizando la teora de Michel Foucault, que como ya sabemos es una poltica de gestin de los cuerpos, la cual ha llegado a su paroxismo, a su radicalidad, a su extremo en el neoliberalismo contemporneo. Segn Esposito el nazismo obedece a una lgica (en contra de Arendt y Foucault) que no es la del totalitarismo, sino a una lgica maniquea, dual, que tiene por criterio la norma biolgica, biomdica, y como sujeto la raza, cuyo objetivo es la produccin y el cuidado de un cuerpo, y eso hace que a su juicio desemboque en el triunfo de la gestin en detrimento de la poltica, de lo cual es paradigma el neo-liberalismo contemporneo, que es mera gestin que produce cuerpos. En el neo-liberalismo se trata de inmunizar y potenciar el cuerpo individual en contraposicin al cuerpo poltico, pero la idea es la misma, un nomos al servicio de la produccin de un cuerpo. El totalitarismo es un producto ilustrado, y el nazismo es una cosa que obedece a una lgica diferente. Nazismo y neoliberalismo radicalizan la inmunizacin tanto que acaban destruyendo la propia vida. Bios acaba con un alegato de biopoltica afirmativa, una reivindicacin de la vida, donde la vida no es objeto sino sujeto. Terza persona profundiza en el hecho de decir: la biopoltica neo-liberal, el dispositivo fundamental suyo tiene un nombre, el de persona; devenir persona, convertirse en una persona, son todo ello para Esposito dispositivos totalmente terrorficos de constitucin de la subjetividad y gestin de la vida. La tesis es decir: hay que destruir el dispositivo de persona, hay que desconstruirlo. Lo que hace es traer a colacin grandes argumentos de sucesivos filsofos que se han caracterizado por reivindicar lo impersonal. La emancipacin, la substraccin a los poderes tanatopolticos, cae en llevar una vida en tercera persona.

Tema 6: Jean-Luc Nancy El rebasamiento ontolgico de la poltica

En ser y tiempo hay una serie de reflexiones muy interesantes de Heidegger respecto al mit-sein. La tesis de Nancy nos dice que el ser esencialmente es con (el ser, no el ente). Aunque el ente, o sea, el ser que est ah, se muestre solo, esencialmente es un mit-sein. La tesis nos est diciendo que la comunidad es originaria, que el ser es de suyo comunitario. La comunidad no se puede perder ni adquirir, y por supuesto tampoco representar, ni se puede obrar, ni propiamente pensar. La comunidad es siempre el dato previo. Si la comunidad no se puede representar cmo accedemos al ser? Qu noticia podemos tener del ser y cmo? De cualquier intento de representacin que quiera captar la comunidad diremos: no; y ello ser un gesto de desconstruccin, de justicia a la comunidad, de irona. La comunidad no coincide con la reunin, es algo originario. Esta concepcin choca con nuestra tradicin metafsica de la presencia. El con no es una relacin, porque ello implica que hay ya identidades constituidas, y el con es previo. El sentido es la vinculacin de una presencia con otra presencia. Rancire hace una crtica muy fuerte a Nancy, y una de las cosas que denuncia es esto; l ve en Nancy una voluntad de que la poltica se sostenga, se funde, en una verdad, una verdad ontolgica. Para Nancy la democracia se asienta en la verdad de lo que somos; sin embargo para Rancire la poltica se asienta en la nada, no en una verdad. Nancy en todo momento est involucrado en una descripcin de la poltica como eco de la verdad que nosotros somos. Ese ser comunitario que nosotros somos tampoco determina ninguna poltica concreta, pero lo somos, es una verdad que est ah. En la comunidad lo que compartimos es el ser, lo que nos define como comunitarios es el ser, no es un algo dado, sino el hecho de que entramos en lo repartido, en la particin. El con no se aade, sino que es lo que define al ser, y eso impide ya pensar el ser como un ente, como algo idntico a s mismo. A pesar de esta concepcin de la democracia como realidad asentada en la verdad del ser, sin embargo ese poder que define a la democracia como poder del pueblo no comporta por s mismo ninguna jerarqua, una disposicin natural de los sujetos, estamos ms bien ante una democracia como reflejo de la anarqua original que es el ser. Hay en Nancy una clara voluntad de reflexionar sobre la soberana, que hace desde el punto de vista de la ontologa. Se hace eco de tesis clsicas acerca de la despolitizacin de nuestras sociedades. Estn despolitizadas porque hay una invasin por parte de la economa en el resto de mbitos de sentido, los vnculos que tenemos son privados, carecemos de vnculos pblicos. Por ello existe un ansia de soberana, de poltica, pero la soberana acaba remitiendo siempre a la guerra, dice Nancy. En occidente la soberana se juega en la guerra, y eso lo testimonia el hecho de que haya una multiplicacin de guerras tras las cuales se detecta ese ansia de algo ms que mera economa. El reto es pensar una comunidad sin soberana. Hay que pensar la comunidad, pero no se la puede pensar como la tradicin occidental lo ha hecho, ya que sta forja su identidad a travs de una dialctica de la guerra. La estrategia es llevar la discusin al terreno ontolgico. Pensar lo poltico desde la ontologa lo sustrae a categorizaciones como la identidad, la representacin, la obra... en el fondo la comunidad, el ser, no tiene que ver con el estado, con las instituciones. Los estados son comunidades cuya soberana es una lgica volcada a la guerra. Mayo del 68, por el contrario, para Nancy tiene todos los rasgos de un tipo de comunidad sin soberana, de un tipo de comunidad que no tiene identidad, de seres cualsea, que hacen sentido por la mera copresencia, no tienen una identidad, un nombre. Comunidades ajenas a la obra, que no aspiran al poder, a tener soberana, su gesto poltico es un gesto ensimismado, es estar, su gesto es mostrar la verdad ontolgica del ser humano, la verdad del ser, ni si quiera quieren durar, no quieren montar ninguna institucin, estabilizarse. Es un pensamiento que no rechaza lo poltico, la politicidad, incide en ello pero de otro modo, reconfigurando nuestros conceptos y en concreto conceptos centrales de nuestra teora poltica, en este caso soberana y comunidad. Soberana pensando si vinculo con la guerra para tratar de trascenderlo, y comunidad como categora que da nombre a un ansia, pero que debe ser pensada de un modo diferente a como se ha hecho en occidente, una manera guerrera, y para ello se embarca en una reflexin de carcter ontolgico sobre dicha comunidad. La sensacin es que las manifestaciones son el nico gesto poltico; pareciera que el nico gesto posible para reconciliarnos con la comunidad ontolgica sera estos acontecimientos no previstos, azarosos.Hay un vnculo entre soberana y guerra, y eso es un ndice de que hay un ansia de soberana. Tras la guerra, lo que se cimenta, la lgica que gobierna la guerra es la lgica amigo-enemigo. Para rehacer la poltica sin recurrir a la guerra, es necesario pensar una comunidad sin soberana, o lo que es lo mismo, una comunidad del ser. Una comunidad que tiene al ser por sujeto y por objeto. La comunidad, dice Nancy, no es un conjunto, pues ello ya implica identidades, la comunidad es del ser, el ser es el sujeto.La democracia, dice Nancy, es esta verdad mortal, que nos comparte y que compartimos, la verdad del ser es previa. En occidente entendemos por democracia equivalencias, y eso es todo lo contrario a nuestra verdad, la cual es que somos seres singulares y plurales. Lo liberador radica en destruir la equivalencia. La forma de acceder al ser es la negacin de aquellas realidades que se nos presenten como representacin del ser. En ese ejercicio de resistencia radica la promesa de felicidad, pero no slo, hay otras dos huellas de esta comunidad del ser que se opone a los estados y su lgica guerrera amigo-enemigo. Esas dos huellas son, por un lado, Mayo del 68: este acontecimiento y similares son experiencias del ser, las nicas; la otra huella positiva del ser es el lenguaje literario, la literatura. El lenguaje concebido como literario no pretende la productividad, slo se recrea en su propio darse, y es lo ms parecido a la ex peau tion. Decir que somos con no es tanto decir que estoy junto a otro, como decir que yo soy con, que tengo piel, que difiero de m mismo, que soy un cuerpo, que estoy abandonado a mis lmites, que no soy un yo.Tema 7: Toni Negri y Michael Hardt Imperio. Multitud

Trataremos ahora Imperio de M. Hardt y A. Negri. Se puede identificar como un discurso ideolgico, metafsico (en el sentido peyorativo). Estn hablando de una situacin que supuestamente es la de nuestro mundo, y de una forma poltica que describira la que hay. El diagnstico de esta obra casi que central es que es un diagnstico sobre la soberana; reflexin que tambin han realizado Agamben, Esposito, Nancy. Negri y Hardt dicen que ha habido un cambio de forma: la soberana no ha desaparecido sino que ha sufrido un cambio. La forma dominante de darse un sujeto soberano ha sido el de la Modernidad regido por el Estado-nacin, pero esta forma para ellos est acabado. El nuevo sujeto, de la post-modernidad, que es Imperio; ya no hay Estado sino solo un Imperio (no entendido a la idea tradicional de Imperio, ya que ellos eso lo entienden como imperialismo. Actualmente no hay imperio, sino slo imperialismo). Lo que subyace de fondo es que el Imperio tiene naturaleza econmica, el capital ha cambiado las formas de trabajo (relaciones de produccin). La naturaleza de Imperio es el capitalismo, el Imperio es un concepto teolgico.

Prefacio:

El Imperio es una realidad buena, lo que es malo es el imperialismo y el Imperio ha ayudado a dejar atrs el imperialismo colonial. La tesis del libro es: la soberana ha tomado una nueva forma, compuesta por una serie de organismo nacionales y supranacionales unidos bajo una nica lgica de mando. Esta nueva forma global de soberana es lo que llamamos Imperio.

No hay un lugar donde est el Imperio, es algo etreo. El capital, tambin la inmaterializacin del trabajo, son ndices y un factores de la llegada del Imperio. La tesis de Negri y Hardt es que ya cada vez se suda menos, cada vez los modos de produccin postfordista son basados menos en la fbrica, sino que es desde casa, que nos basamos en las redes de comunicacin, que el trabajo es menos penoso, no hay una disciplina externa que nos vigila (panptico) sino que somos nosotros los mismos que nos vigilamos. El capital ha absorbido el trabajo en cuanto entendido como algo sudoroso.

Retomamos el concepto de biopoltica en el texto de Negri. Lo hemos entendido como una forma de nombrar la gestin del economicismo de nuestra sociedad, el ratio que gobierna el neoliberalismo. Con la biopoltica designamos algo negativo al diagnosticar nuestra poltica con un juicio de condena, pero en Negri y en Hardt no es as, ya que ellos lo conciben de modo positivo. La biopoltica entonces adquiere el rango de sustantivo con el que designa el alcance metafsico del Imperio.

Otro factor importante para la constitucin del Imperio es la intervencin militar, la intervencin que adopta de un orden internacional, lo que van a llamar derecho de polica. Es una forma de ejercer la soberana puramente policial, esto quiere decir que es puramente gestora, econmica,... Una intervencin restauradora que supone un consenso tcito.

El concepto de multitud se remonta a Spinoza con el cual ellos pretenden designar un nuevo sujeto poltico que porte sobre sus espaldas la revolucin. Denuncian a todos aquellos pensadores que no piensan un nuevo sujeto poltico porque sino no se podra producir la emancipacin. La multitud tiene una serie de caractersticas y tiene una principal que es la de posse (potencia). La multitud sera la base existencial del Imperio, y esta multitud de alguna forma es todo, pero se constituye a s misma, formas constituidas y la ltima es el Imperio, que ha superado al imperialismo y el Imperio tiene una lgica transnacional, inmaterial, que tiene como ndice y factor el capital. Pero no deja de ser la multitud en esta forma soberana un happy end, sigue siendo un cors para s misma, porque las fuerzas del Imperio no dejan de ser las fuerzas del capitalismo y siguen expropiando a su propio beneficio. Tenemos que perfeccionar la ratio de las formas soberanas que se da a s misma. Por tanto, todo es Imperio y todo es multitud, son las dos caras de una misma moneda. Con la multitud designamos una potencia y con el Imperio designamos un acto que supera antiguas formas soberanas pero que sigue dificultando a la multitud.

El Imperio no es slo negativo, tiene tambin cualidades positivas, como el internacionalismo y sus valores (los derechos humanos). Para Negri este universalismo es una realidad (en oposicin a las tesis de Schmitt sobre el liberalismo y su carcter ilusorio). Para ellos la biopoltica tiene un carcter no negativo, con el cual hacen alusin a un aspecto del Imperio, aquel segn el cual la produccin en el Imperio es una que crea a los propios sujetos y sus necesidades. La idea es que la sociedad, la base existencial del Imperio, ya no padece desde fuera la imposicin de la lgica del capital (como suceda en el marxismo), ya que no existe base existencial a priori, se da una subsuncin total de la base existencial por la red imperial. Es el propio Imperio el que crea esas subjetividades, con sus necesidades, formas de sentir, aspectos... no hay un afuera, un exterior de la base existencial, la lgica imperial ha penetrado totalmente nuestra conciencia. Las demandas de la lgica del capital no son algo externo a mi propia identidad. Ya no hay distincin entre sociedad civil y Estado. Aqu llegamos al punto de la soberana, que no ha desaparecido, sino que ha adoptado una nueva forma, discontinua, en red, totalmente eficaz. Las alternativas no van a venir de fuera, porque no lo hay. Con respecto al imperialismo, la realidad del Imperio es una mejora, pero tanto en un caso como en otro hay un plano de realidad que es el que est siendo subyugado, y es el que ellos nombras recurriendo a categoras muy contrafcticas: multitud, posse... lo que tiene que hacer esa multitud, ese nuevo sujeto, es perfeccionar sus instituciones, sus establecimientos, sus relaciones.Su captulo Dos Europas, Dos Modernidades es para Galindo muy superficial. Tratan de resumir el proceso desde 1200 a 1800 como el descubrimiento de la inmanencia. Y tras descubrir la inmanencia hay una reaccin, la contrarrevolucin, que busca volver a la trascendencia, tras lo cual hay una sntesis, la Ilustracin, el Estado Moderno, el contractualismo, que trata de mantener trascendencia e inmanencia. La multitud est siempre alienada por ella misma, en todas las etapas histricas, pues su esencia es ser nmada, no hay realidad que no la violente. En cuanto a su captulo Soberana del Estado-Nacin, identifican como mtodo de homogeneizacin del homo economicus la nacin como hipostatizacin de la idea de voluntad general. El concepto de multitud y de pueblo es distinto; el de multitud representa a una amalgama de individualidades, el pueblo es un producto. No les gusta el concepto de pueblo. Hay que inventar un nuevo republicanismo, un nuevo contraimperio. Lo que entienden por republicanismo dista bastante de las reflexiones tradicionales sobre el mismo. Definen al republicanismo como desercin, xodo y nomadismo. En la era del control imperial la desercin puede ser la categora.Tema 8: Alain Badiou La poltica frente al Estado

Es un pensador que se reivindica marxista, se define como militante, que defiende la accin. Acua la expresin capital-parlamentarismo para referirse a la situacin actual, al mundo del orden. El ser es el mundo de lo que hay, del orden, del Estado, de lo establecido, de la oikonomia. En el Estado del orden de repente surge un acontecimiento, que rompe, reconfigura el Estado del orden, y no slo eso, sino que el acontecimiento precisamente permite reconocer al Estado del orden como tirnico. La poltica es una ruptura.Toda la obra de Badiou se puede interpretar como un intento por representar lo irrepresentable, es decir, de hacer justicia al ser sin reducirlo a entes. Como vimos, el pensamiento impoltico va a rechazar la metafsica de la presencia, con lo que el Ser no puede ser representado por las mediaciones. Badiou piensa haber descubierto un lenguaje que le permite hacer justicia a la naturaleza escurridiza del ser: las matemticas. Badiou considera que una parte de las matemticas hace justicia al ser, permiten ese gesto en s mismo apo