fernando dieguez urbano_mujeres_enseñanza
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Índice
Introducción temática…………………………………………………………………………….……….………………pág. 1.
Perspectiva sociológica de los autores………………………………………………………………………..pág 2 a 7.
Comentarios de texto…………………………………………………………………………………………….…..pág 7 a 8.
Opinión personal…………………………….………………………………………………………………………. pág 9 a 10.
Encuesta……………………………………………………………………………………………………….………..pág 10 a 13.
Consecuencias sociales………………………………………………………….………………………………………pág 14.
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………………….pág 15.
Introducción temática y metodológica
Elección del tema
Comenzando por la religión, la iglesia ha fomentado la superioridad del hombre sobre la mujer
y a partir de ahí se ha ido instruyendo a la mujer. La iglesia al inventar la fábula de la creación,
hace de Eva una instigadora del mal y hace culpable y responsable de todo el mal al hombre.
Las mujeres y la enseñanza es el artículo que he decidido elegir de entre todos los posibles del
dosier de sociología ya que pienso que a lo largo de nuestra historia, las mujeres han sido
maltratadas y discriminadas en la mayoría de ámbitos.
El hecho de que esté estudiando esta carrera, en gran medida, es a causa de las grandes
profesoras que he tenido durante mi etapa educativa que han inculcado en mí una serie de
valores y me han ayudado a crecer y desarrollarme a la vez que me han demostrado lo
gratificante que puede ser enseñar y ayudar a aprender a los demás.
Por lo tanto, considero este tema como una oportunidad para informarme mejor sobre los
tratos que han recibido y los avances que se han hecho con el tiempo.
Es injusto que se las haya tratado siempre como el sexo débil. A causa de ello han tenido que
hacer un mayor esfuerzo por salir adelante y conseguir esa igualdad que no tenían y por la que
hoy en día, lamentablemente, aun se lucha.
Como ya digo, ha habido grandes avances desde principios de siglo XIX hasta el día de hoy,
comenzando por la igualdad de recibir una educación, pero todavía queda mucho por hacer.
Reseña de la autora.
Profesora en la universidad de Toronto. Su investigación se centra en temas como la mujer, la
mujer en el campo educativo así como las diversas culturas que lo componen entre otros
temas. A lo largo de este trabajo nos centraremos en los dos primeros campos.
Formó parte del Departamento de Sociología y Estudios de la Educación de 1999 hasta el 2002
y dos años fue nombrada Decano asociado de Ciencias Sociales en Toronto.
Ha trabajado duro intentando cambiar las condiciones laborales de las mujeres en la educación. Ha dirigido varios proyectos: Tradiciones y transiciones en la educación de los maestros o Género, dirección y cambio entre otros.
Entre sus publicaciones encontramos:
The realities of teachers work: Never a dull moment (1999) o Whose university is it, anyway?
(2008)
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Perspectiva sociológica del autor (Sandra Acker)
Sandra Acker es la autora del texto “mujeres y enseñanza” escrito en la década de los 80.
En su artículo nos cuenta su investigación a través de la bibliografía sociológica del
profesorado con la intención de obtener una clara respuesta al por qué de que las mujeres se
encuentren en una situación totalmente desfavorecida en comparación a los hombres en el
trabajo dentro de la enseñanza.
Desde su punto de vista, la división sexual del trabajo en la enseñanza parece haberse dado
por sentado a lo largo del tiempo en los libros y artículos tratados sobre el tema. En la mayor
parte de las investigaciones que se han realizado, investigado o hecho alguna valoración sobre
el tema, no han hecho bien su trabajo ya que se han dedicado a superponer al hombre a la
mujer, culpando a esta de cosas como el bajo sueldo en la docencia, no dar el máximo de sus
capacidades, no tener autoridad o no inculcar algunos valores. A pesar de lo negativo de estas
afirmaciones, además las hacen sin ningún tipo de fundamento.
Se han hecho de manera limitada, basándose en situaciones con la familia, conflictos
matrimoniales o de la profesión como culpables de estas situaciones. Una y otra vez señalan
que las situaciones relacionadas con la vida privada de la mujer, así como responsabilidades
familiares o conflictos matrimoniales provocan actitudes y comportamientos que implicarían
un bajo rendimiento en la profesión o en la carrera de la docencia.
Lo curioso es que todas estas implicaciones, que evidentemente pueden afectar tanto a la
mujer como al hombre ya que son problemas que están en el día a día de las personas, no se
comentan cuando se habla de un profesor, ni tampoco se le achaca.
El profesorado y la dirección de las escuelas infantiles y guarderías son en casi su totalidad
mujeres y que a medida que vamos avanzando en los estudios, académicamente hablando,
cada vez son menos en contraposición a los hombres que cada vez son más. Los hombres
siempre han estado vinculados a asignaturas diferentes a las mujeres y tienen distintas
responsabilidades dentro de la escuela. Se suele ver a la mujer como aquella encargada de
enseñar a niños y niñas pequeños y los hombres tienen más posibilidades de educar a los
chicos. Es también usual ver a la mujer desempeñando asignaturas de ámbito doméstico y
humanidades mientras que los hombres dan las tecnológicas, administrativas y curriculares.
La autora dice que “tales divisiones parecen haber sido tan dadas por sentadas que la mayoría
de los libros y artículos sobre las escuelas y la enseñanza casi no hacen referencia a ellas…”
Esto hace que numerosos sociólogos se pregunten: ¿Por qué ocurre esta división sexual?, ¿por
qué se encuentran las mujeres en una posición subordinada en el ámbito escolar?
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En los años cincuenta y sesenta, se criticaba el predominio de las mujeres en las escuelas.
Lieberman las acusa de que los alumnos no solo tendrán problemas con su aprendizaje sino
que “pueden acabar en las salas de billar más cercanas buscando modelos masculinos que
emular”. También las acusa del bajo salario que obtienen los profesores y de la escasa
consideración social que tiene su trabajo.
Durante un tiempo se caracterizó a la enseñanza, el trabajo social, la enfermería y el trabajo en
bibliotecas como semiprofesiones. Hasta mediados de los setenta duró este pensamiento. A
partir de aquí comenzó a suavizarse.
Las acusaciones de que las mujeres se ven afectadas por su vida matrimonial no hacen daño a
las jóvenes que empiezan, de las que dicen que están muy implicadas en su labor. Sin
embargo, las de más edad se encuentran en una situación intermedia ya que en su gran
mayoría están casadas y tienen vida familiar y a su vez tienen que demostrar sus capacidades
en el entorno educativo. Las solteras y de avanzada edad son las menos perjudicadas ya que se
dedican por completo a su trabajo a pesar de no estar satisfechas con su vida.
Aun así, dentro de la carrera de la docencia, los hombres siguen teniendo preferencias, sobre
todo al tratarse de ascensos. Esto hace que muchas mujeres ni siquiera luchen o tengan la idea
de llegar a directoras. A ello se le suma que muchas mujeres tienen que trasladarse a causa de
sus maridos y esto les supone una gran perjudicación a la hora de obtener un nuevo trabajo y
sobre todo de ascender.
Sandra Acker nos comenta que la mayor parte de los escritos sociológicos sobre la influencia
del género en la carrera y en la profesión sufren los siguientes defectos:
1. Un modelo insuficiente de las mujeres.
2. Poca consideración por las capacidades del profesorado, especialmente las mujeres.
3. Tendencia a ver a las mujeres exclusivamente en términos de su rol familiar.
4. Pobre sentido de la historia unido a la inhabilidad de anticipar el cambio social.
5. Visión hipersimplificada de causalidad.
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Perspectiva sociológica del autor (Richard L. Simpson y Ida Harper
Simpson)
“Las mujeres y la burocracia en las semiprofesiones.”
Este texto se centra en la idea de que el fuerte control burocrático de las semiprofesiones
(especialmente en la enfermería, escuelas y bibliotecas) se debe en gran medida a que la
mayor parte de las empleadas de estos colectivos son mujeres ya que por lo general, las
mujeres tienen una mayor disposición a aceptar el control ajeno, la disciplina, la
subordinación, las responsabilidades domésticas y familiares, etc. Por otro lado también se le
achaca al predominio femenino la carencia de autonomía, énfasis en la jerarquía, gradación de
las responsabilidades y un carácter limitado de conocimientos.
Los empleados de las semiprofesiones tienen muy poca autonomía y se les exigen más
responsabilidades por su rendimiento; están sometidos a reglas que gobiernan tanto sus
tareas centrales como su conducta fuera del trabajo. Existe una marcada jerarquía en cuanto a
las responsabilidades, siendo los niveles más bajos los que suelen trabajar directamente para
conseguir el objetivo de la organización mientras que a medida que se va ascendiendo estas
tareas se van substituyendo por otras que tienen cada vez más que ver con la administración a
diferencia de los ámbitos profesionales, donde lo que realmente se premia es el rendimiento y
no tanto la posición organizativa.
En las semiprofesiones los trabajadores tienen muy poca autonomía de acción, ya que se rigen
a unas reglas muy marcadas de las que no se les permite salir, que hacen que pierdan
confianza en sus propias capacidades y se sometan a ellas y a las que les pongan al poder de
sus superiores en el administrativo sin ninguna resistencia.
Según los autores se debe al predominio femenino de estos sectores el que el público de
menos crédito para la autonomía a las mujeres que a los hombres. Ya que las mujeres están
tan comprometidas con la vida familiar que es poco probable que puedan mantener un nivel
de trabajo especializado alto y que es por esta razón que necesitan un control mayor. Es por
esto y por la concepción de que la mujer debe someterse al hombre que no es raro que a su
vez se piense que las mujeres deben de aceptar los controles burocráticos impuestos por las
organizaciones semiprofesionales.
Parece ser que los que acceden a las semiprofesiones no se caracterizan por tener una
vocación total hacia este tipo de empleo sino por una facilidad de ascenso, en el caso de los
hombres, y un lugar fácil donde pasar el tiempo antes del matrimonio, para las mujeres. La
mayor parte de los semiprofesionales tienen orígenes familiares inferiores a los que acceden
una vez comienzan a trabajar, y a su vez suelen ser inferiores a los de aquellos que acceden a
las profesiones. Esto sobre todo se ve entre los maestros y enfermeras, que además parece ser
inferior al de los bibliotecarios y las trabajadoras sociales. Aquí volvemos a encontrar
diferencias en cuanto al ascenso en la escala social relacionadas con el sexo, siendo más
común y más visible entre los hombres.
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Por otra parte, se ve que muchas de las personas que deciden dedicarse a estos trabajos lo
deciden en los últimos años de sus estudios o después de graduarse ya que muchas veces no
se les pide formación o títulos formales para acceder a ellos. Pero independientemente de
porqué escogieron este tipo de oficio no parece que sea por un interés enorme hacia el
contenido intelectual que les va a aportar. De hecho ha habido autores que han atribuido la
elección de las semiprofesiones a que aquellos que las eligen tienen una capacidad mental
moderada y que muchas veces no acaba la enseñanza secundaria.
Hay una marcada falta de interés por el aprendizaje entre los aspirantes a estas ocupaciones.
Las trabajadoras casadas tienden a sentir que su papel como madres compite con el laboral,
siendo este último el que suele salir perdiendo, ya que por influencias culturales la principal
responsabilidad femenina es la familiar. Esto se da sobre todo entre madres jóvenes con hijos
pequeños. Sin embargo, hay varios factores que pueden incrementar el interés femenino por
el trabajo, siendo uno de los principales el estar casada con un compañero del mismo campo,
lo que parece reducir el sentimiento de separación entre hogar y trabajo. Hay autores que
incluso ven la actitud favorable del marido en cuanto al trabajo de su mujer como el factor más
importante para que esta siga ejerciendo.
Otro de los factores sería la clase social a la que se pertenece, ya que parece ser que cuanto
más alta sea esta y mayor sea la preparación, más compromiso profesional y menos necesidad
de elegir hay entre un ámbito u otro. Que una mujer haya trabajado antes de casarse en
puestos técnicos, directivos o profesionales y que tenga un nivel alto de estudios puede ser
clave para que esta siga trabajando después del matrimonio.
En cuanto a la discriminación en contra de la mujer en el campo laboral, parece ser que la base
esté en la creencia cultural de que las mujeres no deben estar al mando de hombres de la
misma clase social y rango de edad. Muchas veces cuando se da esta situación puede parecer
hasta ridícula, aunque parece que esta idea tenga menos fuerza entre las semiprofesiones que
entre las profesiones. Esto puede deberse a que normalmente cuando las mujeres están al
mando en las semiprofesiones, sus subordinados suelen pertenecer a una clase social
considerablemente inferior. Es por esto que en las pequeñas organizaciones semiprofesionales
sí abundan las mujeres en los puestos altos. Esto cambia cuando estas organizaciones se hacen
grandes, en parte porque aumenta el porcentaje de hombres entre el personal, y tienden a
cerrarse las puertas de los puestos administrativos a las mujeres, que parecen inadecuadas
para ejercerlos.
Es gracias a los valores y objetivos de las mujeres que las hacen unas subordinadas maleables y
su bajo compromiso laboral hace que busquen un trabajo fácil donde se les exija poco y donde
solo tengan que seguir instrucciones ya que resulta mucho más sencillo que aplicar un criterio
propio. No están dispuestas a luchar por avanzar y se interesan más por el servicio personal de
sus clientes que por el dominio técnico de las habilidades.
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Su inseguridad en cualquier situación que tenga que ver con tener poder sobre el hombre hace
que consientan ese sometimiento al control burocrático y a no intentar establecer una
independencia profesional, pero como ya se ha dicho antes, puede que esta situación se vea
un poco alterada cuando hablamos de mujeres de clases socioeconómicas más altas. Estas
pueden estar menos dispuestas al sometimiento, incluso con hombres de estatus elevado o
moderado, pero parece ser que en este tipo de situación vuelve a tener influencia el marido de
estas, los cuales por regla general no suelen tener una posición laboral extremadamente alta
en la comunidad y si es así, lo más habitual es que sus esposas dejen de trabajar. Es por esto
que se dice que existe una fuerte relación entre el estado profesional del marido de su mujer.
Hay que comentar que las mujeres también tienden a tener más deseos de mantener
relaciones sociales positivas en el trabajo y temen los conflictos por esta razón lo que provoca
un desinterés por los objetivos a largo plazo simplemente para evitar este tipo de conflicto.
Tradicionalmente se espera de la mujer que sea educadora, amable, receptiva, …, cualidades
que se consideran femeninas, por eso este tipo de oficios, en los que los clientes tienden a ser
socialmente dependientes, pueden verse como una extensión de los papeles sexuales
femeninos. Al parecer, la orientación hacia el logro intelectual está relativamente ausente
entre las mujeres, que no tienden a ser competitivas en los ámbitos académicos, sino que
simplemente cumplen con las directrices organizativas igual que hacen a la hora de trabajar,
someterse a las directivas de sus superiores. Esto disminuye la probabilidad de que desarrollen
una autonomía profesional y de control entre colegas. Su falta de ambición profesional
contribuye a mantener sus orientaciones subordinadas ya que a menudo consiguen más
aprobación social a través del matrimonio que la movilidad profesional ascendente, ya que si
se casan su estatus se ve influido fundamentalmente por el del trabajo de sus maridos y su
éxito como anfitrionas y madres, por lo que no sorprende que busquen trabajos compatibles
con su vida familiar y que les exijan poco, siendo estas menos ambiciosas. Por lo que si sus
maridos tienen un estatus elevado, tienden a abandonar el trabajo.
Las mujeres no suelen desarrollar comunidades profesionales o grupos de colegas que
fortalezcan el profesionalismo, ya que estas buscan relaciones amistosas y no necesariamente
una fuerza a favor del profesionalismo, ya que cuando se reúnen normalmente parece que
hablen de estilos de ropa y la educación de los hijos. Lo que no contribuye al profesionalismo.
Mientras en los ámbitos “masculinos” del mundo laboral si encontramos este tipo de
comunidades en los predominantemente femeninos donde hay hombres y mujeres, la
distancia entre los sexos reduce la solidaridad entre los colegas, ya que las mujeres parecen
menos capaces para disentir impersonalmente sin afectación emocional.
Parece claro que la participación de las mujeres en la vida laboral no las ha llevado a
considerar el trabajo como lo hacen los hombres, sus historiales laborales discontinuos y su
poco compromiso vocacional las llevan a considerar su empleo como una serie de trabajos en
vez de cómo una carrera y por eso puede ser que su empleo no haya tenido efectos radicales
sobre su autoimagen.
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Trabajan en ocupaciones en las que pueden desempeñar papeles femeninos, como la ayuda al
débil y al dependiente, sometiéndose de forma voluntaria a la subordinación burocrática y
luchando menos por su autonomía profesional que los hombres.
Mientras nuestro sistema familiar y los papeles sexuales femeninos se mantengan como hasta
ahora, esta situación difícilmente va a cambiar.
Comentarios de texto
Sandra Acker
¿Es la profesión un mundo de mujeres? Así abre Sandra Acker este texto.
A día de hoy la mayoría de profesores en la educación primaria son mujeres aunque el hombre
también está presente. Bajo mi experiencia, al igual que en el texto los hombres solían ocupar
cargos más directivos que asignaturas. También es cierto que cada año que pasa voy viendo
más hombres en los puestos de maestros cosa que antes era mucho más raro.
La situación de la mujer en la educación se ve ligada a su situación en el contexto social e
histórico en el que se encontraba en cada momento. Es por esto que las teorías han ido
evolucionando de una visión de la mujer soltera, a una mujer casada, con hijos y
preocupaciones por los quehaceres domésticos, pero más competente que la anterior, hasta
finalmente la visión de las maestras de hoy en día, que ya están más valoradas socialmente y
en una posición más igualitaria con respecto a los hombres.
Esto se debe a que en el contexto del primer caso las mujeres rara vez trabajaban después del matrimonio, además, en esos años la mujer estaba muy infravalorada con respecto al hombre y se la veía popularmente como el género menos inteligente que realmente solo servía para el rol familiar. Es verdad que en esta época las mujeres se casaban muy jóvenes, lo que quizá haya influido en su profesión dentro de la enseñanza, ya que posiblemente si habría bastantes maestras con poca experiencia debido a su edad.
En el segundo caso, la mujer ya empezaba a tener un poco más de autonomía, por lo tanto había más mujeres que trabajaban, posiblemente hasta que se convertían en madres. No obstante, la sociedad seguía siendo machista y la mujer seguía teniendo el rol de ama de casa. Poco a poco se empezó a ver más a menudo a mujeres con familia en el mundo laboral.
Ahora hay más igualdad que nunca y cada vez empiezan a verse más y más hombres como profesores de educación primaria. La mayoría de las mujeres trabajan. Han cambiado las formas familiares y la sociedad ha ido adoptando conductas igualitarias entre ambos. Hoy en día, aunque todavía encontramos diferencias en las condiciones laborales entre hombres y mujeres, aunque muchas menos, pero sobre todo en las profesiones de la educación se nota el cambio. Cada vez se ven más mujeres con funciones directivas y en puestos más altos.
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Es muy importante que nosotros como futuros profesores nos preparemos para concienciar a nuestros alumnos y solidificar las bases del mañana intentando que esta situación cambie cada vez más a mejor desde los más pequeños.
Richard e Ida Simpson
Este texto trata el tema de la mujer dentro de las llamadas semiprofesiones y la
burocratización de estas. Con diferencia es uno de los textos más machistas que he leído
nunca. Durante toda su extensión se dedica a acusar a las mujeres en mayor parte de su poca
implicación con el trabajo, su falta motivacional, y de que estas “semiprofesiones” tengan que
verse controladas a causa de que están ocupadas por mujeres y estas no tienen autonomía,
interés ni capacidad para ello.
También achaca que las mujeres buscan en estas semiprofesiones un lugar temporal donde
resguardarse hasta llegado el matrimonio, por lo tanto no se meten en estos trabajos de forma
vocacional o por alguna motivación a aprender sobre alguna cosa en concreto y los
conocimientos que esta pueda darle. De ahí que luego la gente no tenga confianza en ellas
para auto dirigirse y tengan que burocratizar la profesión.
¿Por qué existe este tipo de visión? Claramente ellas no son las culpables de todo esto. Hay
que tener en cuenta los diversos factores que se han dado a lo largo de la historia y como han
afectado a las mujeres y a su entorno.
El hombre es el culpable de la burocratización, y no ellas, al haberlas limitado desde siempre y
ha creado esta desconfianza sobre ellas. Las han metido dentro de un saco y las han reprimido,
cerrándoles un amplio abanico de posibilidades y oportunidades al que hasta hace poco no
han podido acceder y las han limitado al cuidado de la familia, a los hijos, preocuparse por su
matrimonio, la limpieza, etc.
A lo largo de la historia han demostrado ser capaces de dedicarse a las mismas profesiones y
con la misma voluntad y resultados que los hombres. Un ejemplo de ello está en América del
norte durante la Segunda Guerra Mundial donde sacaron al país adelante trabajando en los
puestos de sus maridos sin ningún tipo de diferencia y al demostrar esto, en lugar de cambiar
de mentalidad, el machismo volvió y se incrementó.
En cuanto a la falta de interés, es otra clara mentira. Hay un porcentaje más alto de mujeres
que de hombres estudiantes en la universidad. Con mejores notas de graduación y éxito en
todos los campos.
Desde siempre, a pesar de la fuerte represión, ha habido mujeres intelectuales que han escrito
teniendo que utilizar pseudónimos porque no se les estaba permitido.
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Opinión personal
Es de sobra conocido por todos que la mujer ha tenido un papel muy duro a lo largo de la
historia, no solo en la docencia sino en todos los ámbitos. Pero en la educación, no fue hasta el
siglo pasado cuando se le abrieron las puertas.
A día de hoy este hecho ha avanzado muchísimo si miramos hacia atrás. Sin embargo, aun no
ha avanzado lo suficiente como para que podamos hablar sin miedo a equivocarnos de total
igualdad.
Las mujeres siguen siendo discriminadas en muchos aspectos y sobre todo por cierto sectores
machistas aunque no es algo comparable a lo que debieron sufrir antaño.
En mi experiencia personal, durante mis años en la escuela, tengo que decir que la mayor
parte de profesores que tuve fueron mujeres y echando la vista atrás y haciendo balance de
toda mi educación, a medida que he ido avanzando las profesoras eran menos y los profesores
más. Con esto no respaldo al texto cuando dice que las mujeres se dedican a educar a los niños
ya que es algo más maternal y que a medida que avanzamos y todo se hace más complejo los
hombres toman el terreno. No. En ese sentido veo total igualdad, no creo ni por asomo que el
género tenga nada que ver con la calidad o el nivel que se tenga que dar.
Pienso que las mujeres, tanto como los hombres, en ocasiones se ven afectados por las
situaciones de su vida privada y esto puede llegar a repercutir en su trabajo. En este caso la
docencia. Pero esto es por partes iguales, todo el mundo tiene problemas y es injusto culpar a
las mujeres como hace el texto de su inferior rendimiento en ciertas circunstancias y a los
hombres no.
A pesar de esta igualdad que se busca, no entiendo como aun se conservan algunos
estereotipos incluso por las mismas mujeres.
Durante mi infancia, muchas han sido las profesoras que en clases de educación física nos han
separado a los chicos de las chicas para desarrollar la clase. Haciendo que los chicos jueguen a
una serie de deportes típicos como el fútbol o el baloncesto y sin embargo las chicas hacían
ejercicios aeróbicos. Eran pocos los casos en que nos juntaban.
En los talleres también nos separaban haciendo ellas actividades de cocina y nosotros de
cualquier otra cosa. ¿Por qué?
También noté que los profesores hacían más caso a los chicos que a las chicas. Esto es debido a
que los chicos somos más agresivos y reclamamos más la atención que ellas, pero aun así lo
veo como un error. Tanto esto como la separación en algunas asignaturas. Deberían llegar a un
punto medio y hacer más caso a quien menos atención reclama.
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No comparto para nada la opinión de que hay asignaturas femeninas y masculinas. Creo que
cada persona puede desarrollar una asignatura dependiendo de sus capacidades. No por ser
hombre o mujer vas a desarrollar una mejor que otra. El hecho de que a las mujeres se les
vinculara con asignaturas domésticas y de humanidades y a los hombres con las tecnológicas
es un error claro. De hecho, mis mejores profesores han sido casi siempre mujeres.
ENCUESTA Mujeres y enseñanza.
La encuesta ha sido realizada a un total de 20 personas de entre 17 a 52 años. Hay que tener
en cuenta que la mayoría de encuestados han sido jóvenes estudiantes. En un recuento final
de las respuestas, repartiéndolas en porcentajes queda de la siguiente manera:
1- Crees que la mujer está vinculada a asignaturas domésticas o de humanidades?
Si: 80%
No:20%
2- Crees que el hombre está vinculado a asignaturas tecnológicas?
Si: 80%
No: 20%
3- Crees que hay diferencia entre un profesor y una profesora a nivel de impartir una
asignatura en base a tu experiencia?
Si, los profesores explican mejor: 15%
Si, las maestras explican mejor: 30%
No, la diferencia viene según la calidad del profesor: 55%
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Nivel a la hora de dar clases
Si, los profesores explican mejor.
Si, las maestras explican mejor.
No, la diferencia viene según la calidad del profesor.
4- Crees que hay discriminación femenina en la docencia?
Si: 15%
No: 85%
5- Se ha discriminado a alguna de tus compañeras en la escuela?
Si: 30%
No: 70%
6- Consideras que la mujer está supeditada al hombre?
Si: 60%
No: 40%
7- Piensas que la educación debe separarse por sexos?
Si: 0%
No: 100%
8- Opinas que las niñas tienen mejor rendimiento a nivel académico que los niños?
Si, suelen sacar mejores notas: 80%
No, sacan mejores notas los chicos: 5%
Es indiferente: 15%
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Rendimiento académico
Si, suelen sacar mejores notas.
No, sacan mejores notas los chicos.
Es indiferente.
9- Crees que el género influye en la elección de carrera?
Si: 0%
No: 100%
Muchos de los encuestados coinciden en que a pesar de no influir, es cierto que las
mujeres suelen tener preferencia por un tipo de carrera diferente del de los hombres.
10- Piensas que hay carreras femeninas y carreras masculinas?
Si: 75%
No: 25%
11- Tus profesores discriminaban a las alumnas?
Si: 5%
No: 95%
La única persona que contesto que si a esta pregunta era una señora de 52 años. Por lo
que entendemos que se educó en una época completamente diferente.
12- Opinas que se les hace más caso a los chicos?
Si:35%
No: 65%
13- Has participado en alguna asignatura en la que el profesor separase a los chicos de
las chicas para desarrollar actividades diferentes?
Si: 80%
No: 20%
Los que respondieron sí, todos se referían a la asignatura de educación física.
14- Consideras a España un país machista?
Si: 65%
No: 35%
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15- Es responsabilidad de las mujeres conseguir este cambio y así la igualdad?
Si: 0%
No: 100%
16- Crees que se conseguirá una igualdad total?
Si: 90%
No: 10%
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Consecuencias sociales
La mujer ha sido víctima de las desigualdades de género. Ha tenido que enfrentarse a
muchísimas dificultades a lo largo de la historia, por ello era de esperar que esto también
repercutiera en las profesiones. Fue excluida de la educación aunque con el paso del tiempo
ha acabado por incorporarse a las escuelas.
Pienso que la lucha por la igualdad ha sido y es muy importante para el devenir del mundo.
Gracias a la gente que ha luchado durante todo este tiempo y sigue haciéndolo, hoy podemos
ver cada vez más justicia y menos discriminación al género femenino.
La mujer ha sido un ser humano supeditado al hombre que no tenía ni voz ni voto. Tampoco derecho a estudiar, ejercer según que empleos… Ahora se mira a la mujer de igual a igual. De todas formas, por muy difícil que sea, la mujer tiene cada día más prestigio en nuestra sociedad, que intenta ser cada vez más justa y con más igualdad. Esto, además de ser muy positivo, es una clara prueba de que la mujer debe de ser igualmente valorada con respecto al hombre, ya que no hay duda de los dos sexos deben de tener los mismos derechos y ninguno es mejor que el otro.
Gracias a la concienciación de la gente y a la educación que se está empezando a dar, es muy
posible que los siguientes años la pequeña distancia que aun existe en esta desigualdad vaya
menguando. Desgraciadamente, este avance necesario solo se ha producido en gran parte del
primer mundo. Sin embargo en los países tercermundistas sigue siendo protagonista esta
injusta discriminación.
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Bibliografía
http://personal.us.es/alporu/historia/mujer_educacion.htm
Dosier sociología texto 12 y 18.
http://www.stes.es/mujer/92001.pdf
http://www.nodo50.org/prometeo/textos/ElPa%EDs.pdf
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