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    La duea del futuro

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    Entre los innumerables cambios que los lti-mos tres decenios y medio de historia gene-raron se cuenta el haber destruido todas lascertezas en cuanto a la previsibilidad de los

    cauces por los que discurrira el futuro geopoltico dela humanidad. A mediados de la dcada de 1970, pa-reca perdurable la bipolaridad del mundo, con un ca-

    pitalismo liderado por Estados Unidos y que admitagrados crecientes de proteccin social en Europa (lasociedad del bienestar surgida de la segunda pos-guerra), y un socialismo que tena a la Unin Sovi-tica como gran potencia y a la China de Mao Zedong,todava muy atrasada, como una variante dscola eindependiente del mismo campo ideolgico.Un cierto determinismo histrico dominaba en ca-si todas las corrientes de pensamiento, marxistas ono, que haca inconcebible el retroceso hacia etapas

    anteriores de la organizacin socio-econmica. Porsupuesto, variaban las concepciones teleolgicas:para los marxistas, era indudable que el socialismorepresentaba una fase superior del desarrollo de lahumanidad, y el mundo se encaminaba inexorable-mente hacia l; para los capitalistas, el mercado y lalibre empresa terminaran arrasando al socialismo yotorgando a la sociedad grados de riqueza nunca vis-tos. Aunque diferan radicalmente, ambas estabanimbuidas de la idea de progreso.A finales de la dcada de 1980 y principios de la si-

    guiente, la implosin de la Unin Sovitica que to-m por sorpresa a la inmensa mayora de los analis-tas polticos cambi bruscamente el mapa del mun-do. El capitalismo, bajo la triunfante doctrina neoli-beral, revel entonces su rostro ms feroz: conquis-tas sociales que llevaron ms de cien aos conseguirson derribadas una a una, mientras el desatado poderfinanciero llev al mundo a una crisis de excepcionalgravedad, de la que nadie ve a ciencia cierta la salida.

    El viento del EsteMuerto Mao en 1976 y acabados los caticos diezaos de la Gran Revolucin Cultural Proletaria,

    Deng Xiaoping asciende al poder en China e imponeuna serie de reformas de una audacia imprevista y deresultados asombrosos. Reimplantaron Deng y susherederos polticos el capitalismo? Crearon el so-cialismo de mercado? Establecieron una reformaanloga a la que introdujo Lenin en la URSS en 1921,la llamada Nueva Poltica Econmica (NEP), que

    puso en funcionamiento algunos mecanismos capi-talistas (aunque a una escala infinitamente ms pe-quea)? Las posibles respuestas a estos interrogantesson bastante ms complejas que las preguntas.Lo peculiar de la va de desarrollo adoptada por elPartido Comunista Chino hacia 1978 consista enque era doblemente heterodoxa. Lo era, naturalmen-te, con respecto a la tradicin marxista: la implemen-tacin de formas de libre mercado y normas liberalespara atraer al capital extranjero configuraba una es-

    tructura capitalista en medio de un Estado definidocomo socialista, y encontraba difcil cobijo en el quese haba denominado marxismo-leninismo-pensa-miento Mao.(En marzo de 2004, la Dcima Asamblea Popular Na-cional introducira una reforma histrica en la Cons-titucin de la nacin, que inclua la proteccin de lapropiedad privada legtima).Pero tambin era heterodoxa en relacin con la ideolo-ga neoliberal, puesto que todos los resortes decisoriospermanecan frreamente en manos del Estado.

    Lo cierto es que el capital extranjero afluy en enor-mes cantidades y empresas de todo origen se radica-ron en la que fue bautizada la fbrica del mundo. Lainmensa oferta y los bajsimos costos de la mano deobra, la preparacin y disciplina de los trabajadores,ms la prohibicin legal de las huelgas y de la organi-zacin de sindicatos hicieron paradjicamente de laChina formalmente comunista un paraso capitalista.

    El Gran Salto Adelante

    China era todava en la dcada de 1970 un pas sub-desarrollado esencialmente agrcola. Su espectacu-lar crecimiento econmico ha sido uno de los aconte-

    INTRODUCCIN

    A partir del atraso, la miseria y el oprobio seculares y en unperodo increblemente breve, China tom por asalto la historiay se instal en el primer plano de la escena mundial.

    por Carlos AlfieriLa historia por asalto

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    SUMARIO

    INTRODUCCIN2 | La historia por asalto

    2. CHINA HACIA ADENTRO La explosin del desarrollo

    3. CHINA HACIA AFUERA

    En camino de convertirse en primera potencia mundial

    4. LO VIVIDO, LO PENSADO, LO IMAGINADO Rica tradicin milenaria, vertiginosa modernidad

    CHINA, DUEA DEL FUTURO

    por Philippe P. Clrier

    por Anne Cheng

    72 | China en el objetivo de los chinos

    78 | Confucio o el eterno retorno

    por Maurice Meisner

    por Ignacio Ramonet

    por Jean-Louis Rocca

    por Isabelle Thireau

    por Philippe Rekacewicz

    28 | Qu capitalismo es el chino?

    34 | Y China despert

    36 | Podrn los comunistas cambiar el pas?

    42 | El despertar de los trabajadores

    46 | El eje de la globalizacin (mapa)

    por Michael Klare

    por Martine Bulard

    por Shen Dingli

    por N. Zuazo y M. Rohmer

    por Philippe Rekacewicz

    50 | Ser o no ser imperialista

    56 | El giro de Pekn

    60 | En busca del equilibrio

    64 | Un matrimonio muy desigual

    68 | Una aspiradora mundial (mapa)

    1. LO PASADO De la Revolucin Cultural a la implantacin del capitalismo

    por Solange Brand

    por Xu Xing

    por Mara A. Macciocchi

    por Wang Hui

    por Carlos Alfieri

    6 | La avasallante Revolucin Cultural

    10 | Tribulaciones de un campesino chino

    14 | Utopa, realidad, catstrofe

    20 | De la rebelin al imperio del mercado

    por Sergio Cesarin84 | Un decenio clave para el porvenir

    CHINALa duea del futuro

    cimientos relevantes de la historia contempornea.Entre 1978, cuando se implantaron las reformas ins-piradas por Deng Xiaoping, y 2006, la media de cre-cimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue del 9,4por ciento. Se trata de la tasa de crecimiento ms ele-

    vada y sostenida del mundo.El PIB chino pas de 420.000 millones de dlares en1980 a 5,6 billones de dlares en 2002, nada menosque 13 veces ms en 22 aos; en ese lapso el ingresoper cpita se multiplic por siete, y el nmero de loque las estadsticas consideranpobres absolutosdis-minuy en 200 millones de personas. Segn datosdel CIA World Factbook, en 2011 China alcanz unProducto Interno Bruto de 11,44 billones de dlares,el segundo ms grande del mundo, slo por detrs delde Estados Unidos, que ese mismo ao lleg a 15,29

    billones de dlares.Mientras el comercio mundial se multiplic por 20 en-tre 1970 y 2002, las transacciones internacionales chi-nas lo hicieron por 140. Esto convirti al coloso de Asiaen una de las locomotoras de la expansin econmicaglobal, lo cual hizo lgica su admisin como miembrode pleno derecho en la Organizacin Mundial del Co-mercio (OMC) en 2001. China es hoy el primer expor-tador del planeta; en 2011 sus ventas al exterior suma-ron 1,900 billones de dlares, seguida por Estados Uni-

    dos, con 1,500 billones; Alemania, con 1,400 billones, yJapn, con 800.000 millones de dlares.Los continuados supervits de su comercio exteriordurante las tres ltimas dcadas (slo en 2012, el exce-dente de la balanza comercial china fue de 231.100 mi-llones de dlares), adems de financiar su desarrollo,le permitieron a China poseer las mayores reservas dedivisas del mundo, con 3,2 billones de dlares en 2011(en 1978 contaba con apenas 167 millones de dlares).Es, adems, el mayor tenedor extranjero de deuda deEstados Unidos, con 1,164 billones de dlares.

    El progreso de China, su renovado orgullo nacionaltras siglos de miseria, hambrunas, opresin y humi-llaciones extranjeras, su extraordinario avance so-cial, pese al nacimiento de nuevas desigualdades, pri-vilegios e injusticias resultan indudables. A analizaren profundidad los aspectos relevantes de este fen-meno, a estudiar sus contradicciones, a revelar las na-cientes formas de protesta y las nuevas realidades dela sociedad china y a conjeturar acerca de sus posiblesderivas est dedicado este primer nmero deExplora-

    dordeLe Monde diplomatique,edicin Cono Sur.

    Le Monde diplomatique, edicin Cono Sur

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    De la Revolucin Cultural a laimplantacin del capitalismo

    LO PASADO

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    Si algo caracteriza a la China moderna es la vertiginosidad de loscambios que experiment desde el triunfo de la revolucin lideradapor Mao Zedong, en 1949, hasta nuestros das. Entre 1966 y 1976vivi el terremoto de la Revolucin Cultural una orga de infantilismoizquierdista, para desembocar despus, de la mano de Deng Xiaoping,en la implantacin de una peculiar forma de capitalismo y encarrilarse

    hacia el destino de gran potencia mundial que hoy recorre resueltamente.

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    La avasallanteRevolucin

    Cultural

    Despus de la explosin juvenil, el sofocamiento del fuego

    Para fortalecer su poder amenazado, Mao apel a la movi-lizacin de la juventud contra burcratas y burgueses.El resultado de esta Revolucin Cultural, que dur de

    1966 a 1976, fue desastroso. Al margen de las tragediashumanas que provoc, deterior la economa y sembrel caos en el mundo de la enseanza.

    por Solange Brand*

    Pekn, 1 de octubre de 1966. Decimospti-

    mo aniversario de la proclamacin de la Re-pblica Popular China. Un milln y medio,dos millones de guardias rojos desfilaban

    ante la tribuna levantada en la plaza de Tiananmen,frente a la entrada de la Ciudad Prohibida, para co-rear su apoyo a la Revolucin Cultural y a su gua.Escoltado por aquellos a quienes ms tarde se llama-ra La Banda de los Cuatro(1), un Mao Zedong enve-jecido, cuestionado tras el fracaso del Gran Salto Ade-lante (2), se lanzaba a la reconquista del poder conel apoyo del aparato de propaganda y del ejrcito, co-

    mandado por Lin Biao. Y con el fin de eludir al Par-tido y a las instituciones, haba convocado a la jovengeneracin para luchar en nombre de la revolucincontra la burocracia, el mandarinato y el aburguesa-miento, destruyendo los vestigios del pasado. Para elGran Timonelse trataba tambin de evitar cualquierriesgo de evolucin a la sovitica, de hacer prevale-cer la va china de la revolucin comunista.

    Consignas incendiarias

    Disparen sobre el cuartel general! Qu juventudresistira semejante invitacin? Una apuesta a escaladel pas, pero tambin una manipulacin cuidadosa-

    mente preparada por un espectacular aumento de las

    crticas contra algunos dirigentes (3).Desde la primavera boreal de 1966, escolares y estu-diantes se haban movilizado con entusiasmo, mar-cando el inicio de la gran escenificacin de desfiles,consignas, gongs y cmbalos. El rojo haba invadidoesa ciudad gris y horizontal que era Pekn. En agostose sucedieron inmensos desfiles en la avenida ChengAn y la plaza Tiananmen, donde Mao Zedong habarecibido en ocho ocasiones a millones de jvenesllegados de todo el pas para expresarle su venera-cin. Omnipresente, estudiado de memoria, ledo a

    coro, elPequeo Libro Rojoque contena el pensa-miento del presidente Mao gobernaba entonces loscomportamientos y las aspiraciones.

    Una marea rojaPero ese 1 de octubre era nico en su tipo. Ni para-da militar, ni tanques con flores, ni colorida pues-ta en escena: durante horas slo se vio un desfi-le ininterrumpido de jvenes guardias rojos conbrazalete, chaquetn azul o caqui y camisa blan-

    ca; las mujeres en pantalones ya se haban corta-do las trenzas. Todos enarbolaban suPequeo Li-bro Rojoal ritmo de consignas, constituyendo

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    una marea roja sobre la cual flotaban banderasy pancartas del mismo color. En los asistentes im-peraba el sentimiento de un inmenso torniquete...Pero muy rpidamente, en nombre de la primaca delorigen social, sobrevinieron los desbordes, la dela-cin, las crticas, la violencia y el caos. Tras un san-griento ao 1967, se le pidi socorro al ejrcito paraponer fin al movimiento. Millones de estudiantes de

    la ciudad fueron enviados al campo para llevar labuena nueva, y ser reeducados, una manera deponer fin a las turbulencias de esa juventud que se-ra conocida como la generacin de los jvenes ins-truidos (4). El exilio, las familias divididas, las vidasdestrozadas... Diez aos de desastres, as seran lla-mados los aos que siguieron.

    Avances histricosEn 1949 haba que despertar a un pas atrasado, res-ponder al reto de las necesidades elementales, sa-

    lir del estado de hambruna endmica que agobiabaa una poblacin que creca exponencialmente (5).Por ejemplo, los mdicos descalzos ayudaron aintroducir elementales medidas de higiene y cuida-dos sanitarios en lo ms recndito del mundo rural.Mucho se hizo en materia de salud, alfabetizacin,educacin, igualdad de los derechos de la mujer. Alprecio de una brutal presin poltica y social, prcti-cas tan ancladas como el robo, el juego, la prostituciny la corrupcin haban prcticamente desaparecido.

    Esas dcadas de la China revolucionaria apresa-das entre milenios de imperio y la conquista desen-frenada, desde fines del siglo XX, del estatus de su-

    8

    Somos los guardias rojos del presidente Mao,

    los que forjamos nuestros corazones en el fragor de las tormentas.

    Con las armas del pensamiento de Mao Tse Tung,

    barremos toda la canalla.

    Estamos decididos a la crtica, estamos decididos a la lucha,

    somos y siempre ya seremos rebeldes revolucionarios.

    No dejaremos ni raz del viejo mundo.

    Roja ser ya siempre la patria nuestra de la Revolucin.

    Somos los guardias rojos del presidente Mao,

    inquebrantables en nuestra posicin proletaria.

    Fieles a la va revolucionaria de nuestros mayores,

    asumimos la dura tarea del momento.

    Estamos decididos a la crtica, estamos decididos a la lucha,

    somos y siempre ya seremos rebeldes revolucionarios.

    No dejaremos ni raz del viejo mundo.

    Roja ser ya siempre la patria nuestra de la Revolucin.

    Somos los guardias rojos del presidente Mao,

    en vanguardia de la Revolucin Cultural,

    unidos a las masas para librar combate

    y eliminar a todo ser nocivo.

    Estamos decididos a la crtica, estamos decididos a la lucha,

    somos y siempre ya seremos rebeldes revolucionarios.

    No dejaremos ni raz del viejo mundo.

    Roja ser ya siempre la patria nuestra de la Revolucin.

    Cancinde combate

    FERVORES

    Esta Cancin de combatede losGuardias Rojos era uno de los himnospreferidos de los jvenes durantela Revolucin Cultural.

    De Poesa china: del siglo XXII a.C. a las canciones de la Revolucin Cultural,

    seleccin y traduccin de Marcela de Juan, Alianza Editorial, Madrid, 1973.

    Mausoleo.Monumento frente a la tumba de Mao Zedongen la plaza Tiananmen (Pekn).

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    perpotencia marcaron una de las rupturas ms ra-dicales que haya conocido la humanidad, sobre todoa tamaa escala.

    Aciertos y erroresHace tan slo unos cuarenta aos, seiscientos millo-nes de seres humanos vivan marginados del concier-to de las naciones (6). Diecisiete aos despus de su

    independencia, China, que emerga despedazada,humillada, exange tras una primera mitad del sigloXX que la vio asolada por la guerra civil, las potenciasoccidentales y Japn, segua aislada en un mundo bi-polar en lucha.Eso explica en gran parte el nacionalismo de hoy y elorgullo recobrado. Hasta el exceso. As como el au-ra de la que todava goza Mao Zedong. A su muer-te, el Partido Comunista le atribuy 70% de acier-tos, 30% de errores: frmula lapidaria que pe r-miti a sus sucesores preservar su poder y cerrar

    cualquier debate acerca de su propia legitimidad.

    Modelo de lo negativoLa Revolucin Cultural fue declarada gran catstrofenacional. Oficialmente, la responsabilidad le fue im-putada a la Banda de los Cuatro, lo que diluye la res-ponsabilidad del Gran Timonel. Deng Xiaoping con-virti a ese perodo en el ejemplo negativo sobre elque se apoy para llevar adelante su poltica de aper-tura a la economa de mercado, hasta que l mismo

    reprimi las aspiraciones de la generacin siguien-te, cuando sta ya no se contentaba con obedecer a laconsigna nica: Enriquzcanse (7). g

    1 | LO PASADO | LA AVASALLANTE REVOLUCIN CULTURAL

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    Tres lderes. Mao Zedong, Jiang Zemin y Deng Xiaoping en las paredes de Wuhan, provinciade Hubei, importante ncleo industrial en el centro de China.

    Mao Zedong.Lder de la Revolucin China, presidente delPartido Comunista hasta su muerte, en 1976.

    1. La llamada Banda de los Cuatro estaba integrada por Jiang Qing,la mujer de Mao Zedong; Zhang Chunqiao; Wang Hongwen y YaoWenyuan. Smbolos de la Revolucin Cultural y sus desviaciones,fueron arrestados el 6 de octubre de 1976, un mes despus de la muertede Mao Zedong.2. Lanzado en 1958, el Gran Salto Adelante suprimi la propiedadprivada y lanz la industrializacin del pas a marchas forzadas. Segnlas estimaciones, su fracaso, acentuado por razones meteorolgicasque afectaron las cosechas, habra provocado entre 15 y 30 millones demuertos.

    3. Principalmente Deng Xiaoping y Liu Shaoqi, quienes habancontribuido a dar vuelta la pgina del Gran Salto Adelante.4. Vase en particular Michel Bonin,Le mouvement denvoi des jeunesinstruits la campagne en Chine 1968-1980,coledes Hautes tudesenSciences Sociales, Pars, 2005.5. En 1979, el rgimen instaur la poltica del hijo nico. Su aplicacinlimit el crecimiento de la poblacin pero tuvo efectos perversos, comoel envejecimiento demogrfico, la bsqueda por todos los medios delhijo varn, el imperio del nio-rey...6. Francia reconoci a China a partir de 1964, pero la Organizacin delas Naciones Unidas recin lo hizo en 1971.7. En 1976, Deng Xiaoping, quien se opuso a la represin de lasmanifestaciones en la plaza Tiananmen, fue reemplazado por Hua

    Guofeng.

    *Autora de Pekn 1996. Petites histoires de la Rvolution culturelle,

    ditions de loeil lectrique, Rennes, 2005. Fue directora artstica

    deLe Monde diplomatique(Pars) entre 1980 y 2004. Excepcional

    fotgrafa, con sus imgenes del proceso de cambios en China se

    realizaron varias exposiciones en Francia y en otros pases.

    Traduccin:Teresa Garufi

    Ni violn ni poesaEl fundamentalismo puerilcon que los Guardias Rojoscombatan las desviacionesburguesas durante laRevolucin Cultural llev aexcesos increbles. Por ejemplo,renombrados violinistas oeruditos en poesa clsica

    fueron enviados al campoa trabajar la tierra parareeducarlos fuera de esasprcticas reaccionarias.

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    Tribulaciones deun campesino chinoPor Xu Xing*

    Las ciudades, faros de esperanza

    Aunque el siguiente relato es un texto de ficcin, ejemplifica perfectamentela odisea de la vasta migracin interna de campesinos a las ciudades quese produjo en China a partir de las reformas econmicas introducidas porDeng Xiaoping y el intenso desarrollo capitalista que promovi. Nunca en

    la historia se registr un proceso de semejante magnitud.

    de la familia del joven Gan, quien acababa dereprobar su examen de ingreso a la ensean-za superior. La familia le permiti finalmen-te viajar al sur. Es as como Kai acompa aGan en su primer viaje importante. Kai pro-

    meti encontrarle un lugar donde alojarse yayudarlo a buscar un empleo. Al dejar a su fa-milia, el joven Gan slo iba a engrosar un po-co ms las filas de los emigrantes rurales que,quince aos despus del lanzamiento de lasreformas, ya sumaban millones.Al da siguiente de su partida, por la madru-gada, un movimiento de activistas comen-z a recorrer el lugar donde los trabajadoresemigrantes esperaban, algunos desde hacaya tres das, la salida de un tren adicional. La

    agitacin despert a Kai, que dorma envuel-to en su edredn. La gente se amontonaba enla puerta de entrada de la estacin. Algunosprotestaban contra quienes intentaban infil-trarse en la fila de espera.Kai despert inmediatamente al joven Gan.Ambos ordenaron sus cosas de prisa, luegosalieron corriendo. El lugar estaba apenasiluminado por unos faroles, que impedan vercon claridad. En el apuro, Gan tropez con al-

    go... un aparato lo hizo trastabillar. Lo reco-gi rpidamente y lo coloc en el bolso de Kai.Al desatarse una lluvia de bastonazos sobre

    El joven Gan lleg a Pekn en el veranode 2000. Gracias a un conocido conquien se haba encontrado en la ciu-dad de S., pudo conseguir un trabajo

    de transportista en la entrada del barrio de

    Zhongguancun. Ese da, una vez realizadala entrega de un cargamento de discos duros,Gan descansa un instante sentado en su tri-ciclo bajo un sol abrasador. En la calle, van yvienen sin cesar los autobuses con anunciospublicitarios multicolores. Todo lo que ve serelaciona con eso que la gente llama IT, la in-formtica (1). Una publicidad de un sitio de in-ternet atrae sorpresivamente su mirada: y@est! Gan recuerda entonces esa expresinLo encontr! (del nombre de un buscador

    chino)... exactamente lo que grit el joven po-lica hace algunos aos.Fue en 1994, inmediatamente despus de laFiesta de la Primavera. Una multitud de cam-pesinos que iban a trabajar a las ciudades delnorte o del sur del pas, se agolpaba delante dela estacin ferroviaria ms grande del nortede la provincia A. El joven Gan, con sus bolsosde piel de serpiente, estaba entre el los. Nun-ca antes haba abandonado el hogar familiar.

    Pero las noticias que Ka i, un muchacho delpas, haba trado a su regreso de S., habanencendido una luz de esperanza en los ojos

    lo que pareca una verdadera marea humana,los dos amigos se detuvieron.Poco a poco, los golpes se multiplicaron y el tu-multo disminuy. La gente se dispers lenta-mente y la polica comenz a recorrer las filas.

    En ese momento, un sonido surgi del bolso deKai. Un polica de rostro rubicundo corri ha-cia ellos, abofete a Kai y extrajo de su bolso elwalkie-talkiean encendido. El polica comen-z a gritar: Capitn, lo encontr!. Ese lo en-contr! que lanz el joven polica reson enlos odos de Gan como la voz de su abuela.Ahora Gan tiene veinticinco aos. Sentadoen pleno corazn del barrio que concentra losms recientes avances tecnolgicos de Chi-na, se gana la vida en buena conciencia de la

    forma ms tradicional, ofreciendo su fuerzafsica.An recuerda aquel da de 1994 cuando jun-to con Kai subieron finalmente a bordo de esetren repleto de gente. Ms all de esta peque-a desventura (Kai fue aporreado por el jovenpolica), su viaje se desarroll sin inconvenien-tes. Tal como estaba previsto, llegaron a la ciu-dad de S. situada ms al sur, a orillas del mar.All Kai cumpli sus promesas: le consigui a

    Gan un lugar donde dormir y un empleo conun grupo de trabajadores de la construccin.En cierta forma, el joven Gan aprovech

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    esta oportunidad de buscar suerte lejos de su ca-sa demasiado tarde: China era un pas con enormesdesigualdades; los traslados de mano de obra no secorrespondan con el movimiento de industrializa-cin; el xodo rural estaba fuertemente controlado.Todas estas circunstancias contribuyeron a exacer-bar las tensiones sociales.A partir del segundo semestre de ese ao, las cosascomenzaron a cambiar. Los ciudadanos se d ieroncuenta finalmente de lo que implicaba dejar el pues-to (2). Ms de 10 millones de personas perdieron susempleos (exista en las empresas pblicas un exce-so de personal de aproximadamente 15 millones deempleados). Sin mencionar a los 160 millones de per-sonas consideradas excedentes en el campo. Todosejercan una presin sin precedentes en el mercadolaboral urbano.Tras la disolucin de su grupo de albailes, el jovenGan realiz pequeos trabajos en diferentes lugares.

    Trabaj como limpiavidrios en los rascacielos de S.,tanto en las torres de oficinas como en los edificios devivienda o en los grandes hoteles... Enganchado en sucable de seguridad, el joven Gan poda considerarseafortunado: su nombre no figuraba entre la treintenade hombres araa vctimas de cadas mortales en laciudad de S.En realidad, la vida ya no le ofreca al joven Gan mu-chas posibilidades de hacer fortuna. Durante losveinte aos de aplicacin de las polticas de reformay apertura, y como consecuencia del retraso de lasreformas polticas respecto de las econmicas, loshijos de altos dignatarios y todo tipo de aventureros

    sacaron provecho de su poder (sus influencias, co-mo suele decirse). Lograron hacerse un lugar en losalbores del siglo XXI, mientras que los grandes cen-tros urbanos ofrecan cada vez menos oportunidades

    a los trabajadores de origen rural, aun en una ciudadcomo S., abierta a partir de las reformas.Entre los trabajadores emigrantes provenientes delmismo pueblo que Gan, algunos, los ms robustos,consiguieron empleos como personal de vigilancia,pero la mayora de ellos eligi ser pen en obras deconstruccin. En cuanto a los que les gustaba nadaren aguas turbias, se convirtieron en cadetes de dudo-sas sociedades, vendedores de documentos falsos ode imitaciones de productos como DVD, programasde computacin o CD-rom pirateados.El joven Gan tuvo la suerte de encontrar desde elprincipio un trabajo en la construccin. Su salario eraaceptable y, mal que bien, consegua ahorrar un pocode dinero. Prefera sin duda hacer ese trabajo, aun-que desagradable, a tener que ocuparse de las tierrasingratas de su pueblo. Cada vez ms gente del campose lanzaba sobre S. donde, sin embargo, encontrar untrabajo se haba tornado difcil. Los campesinos, quehaban llegado a la ciudad haca un tiempo y no en-contraban empleo, terminaban aceptando salarios

    cada vez ms bajos, para satisfaccin de los insacia-bles patrones.Si bien se haban aprobado reglamentos de trabajo,no siempre se aplicaban. Las familias de los peonesfallecidos, vctimas de accidentes de t rabajo, co-braban indemnizaciones irrisorias. Prueba de elloes este ar tculo publicado en un peridico: Un in-cendio estall en Luoyang. A la hora de asumir lasconsecuencias del siniestro, los responsables rpi-damente hicieron pblicas las siguientes decisionescon respecto a la indemnizacin de las vctimas: lasfamilias de las personas fallecidas de origen urbanorecibirn indemnizaciones dos veces mayores a lasque recibirn las familias de las personas fallecidasde origen rural.Luego de la recesin econmica de 1997, el xodorural disminuy. A pesar de todo, el joven Gan, quecrea firmemente en su buena estrella , no quiso vol-ver a su pueblo a cultivar los campos. Gan deseabafervientemente encontrar el cam ino al xito en laciudad.

    En Pekn, Gan fue objeto de discriminaciones. Losreglamentos municipales establecen dos clases decontribuyentes: los ciudadanos oriundos de Pekn,que abonan una tasa mensual de tres yua nes porhogar para el tratamiento de los residuos doms-ticos, y los residentes oriundos de provincia, quedeben pagar la misma suma, pero por persona. Laprensa local explica que las contri buciones de loshabitantes de origen provincial a la capital son so-lamente provisorias, contrariamente a los gastos

    que su presencia genera, por lo que resulta nece-sario solicitarles el pago por adelantado. La anti-gua tasa urbana de incremento de la capacidad de

    Derechos para los migrantesLas masas de campesinosque se trasladaron a lasgrandes ciudades chinas paramejorar sus condiciones devida estn en una situacinde inferioridad con respectoa la poblacin urbana msantigua. Una de las principalesreivindicaciones que enarbolanlos movimientos de protesta

    es el otorgamiento de plenosderechos y ms bienestara los migrantes internos.

    12

    Tran

    Van

    Tha

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    Arroz.China es uno de los centros originarios del cultivo de arroz y, con 167 millones de tone-ladas anuales, se ha convertido en el principal productor mundial, seguido por India e Indonesia.

    Mecanizacin del campoCantidad de tractores pequeos,

    medianos y grandes

    (en millones de unidades)

    1980 1995 2010

    2,6

    21,8

    9,3

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    1 | LO PASADO | TRIBULACIONES DE UN CAMPESINO CHINO

    recepcin fue fijada a partir del mismo principio ycon el mismo objetivo.El joven Gan nada puede deci r. En la ciudad de S.,ya haba conocido las discriminaciones que existencon respecto a los trabajadores emigrantes. Aqu,las siente con un poco ms de intensidad. Es todo.En la pequea vivienda de las afueras a l oeste de Pe-kn, donde Gan vive hacinado con otros, el espaciovital es tan reducido que a menudo estallan peleas.Paradjicamente, Gan tiene menos preocupacionescuando trabaja: durante los das feriados o de fran-co, nunca est en paz, ya que si en un descuido olvi-da sus documentos, corre el riesgo de ser llevado aChangping por policas de civil o uniformados, pararealizar trabajos de extraccin de arena. Una vidasiempre en vilo...Cuando el joven Gan vuelve a ver a su familia, en elao 2001, trae consigo a pesar de todo entre cincoy seis mil y uanes (de 680 a 820 dlares), ahorrados

    a duras penas, sacrificando su comida y otros gas -tos. Cuando la madre escucha a su hijo contar c-mo vivi tan lejos los 365 das del ao que pas, sele llenan los ojos de lgrimas. Pero, a pesar de laslgrimas, todos concluyen que, al fin de cuentas, va-le la pena ir a trabajar a la ciudad. En el campo, losimpuestos que deben pagar los campesinos, lejos dedisminuir, aumentan da a da. No dejan de exig ir-les el pago de nuevos impuestos para financiar laconstruccin de obras pblicas. Resultado: las au-toridades del pueblo se hicieron construir casas es-plndidas, que se asemejan a los hoteles ms lujosos,mientras que los campesinos, al caer la noche, an

    encienden lmparas de petrleo para alumbrarse...Hablaron del hijo de su vecino, un tal Shang, un mu-chacho de lo ms honesto y un hermoso hombre (mu-cho ms que el joven Gan). Haca dos aos se habaido al sur, pero hace poco, no ms de un mes, recibie-ron una trgica noticia: Shang haba sido asesinadomientras trabajaba como empleado de vigilancia enun elegante barrio residencial. Cuentan tambin enel pueblo que su cadver fue cortado en pedazos, sinque se conozcan claramente los motivos.De hecho, el caso de Shang no es el nico. En el mis-mo distrito se cuenta tambin la historia del hijo dela familia He, detenido despus de haber asesinadoa tiros con un revlver a un clebre artista que reali-zaba espectculos culturales tpicamente chinos. Lanoticia, ampliamente comentada por los principalesdiarios, no haba llegado hasta el pueblo de Gan, ubi-cado a poco ms de cinco kilmetros.Y con el ruido de ese disparo an retumbando en sus

    odos, el joven Gan parti nuevamente r umbo a lagran ciudad... g

    1. N. del T.: IT (Information Technology), informtica (escrito en inglsen el texto).2.Xiagang, en chino. Trmino utilizado especialmente para designarel despido de empleados de empresas pblicas.

    *Escritor chino. Autor de Le crabe lunettes,Julliard, Pars, 1999.

    Traduccin:Gustavo Recalde

    Urbana Rural

    MigracionesPorcentajes de

    poblacin urbana y rural

    Granjeros.Antiguo billete (ao 1962). La migracin de la poblacin del campo a la ciudad comenz con las reformascapitalistas. Hacia 2020 se estima que la poblacin urbana superar por primera vez a la rural.

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    2000

    1980

    2010

    2020(proyeccin)

    47,0%53,0%

    55,0%45,0%

    19,4%

    80,6%

    35,8%64,2%

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    J

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    Richardson/Corbis

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    tanto en tanto. Por ltimo, converta alLibrito rojode citas de Mao en el nico texto, sepa rndolo delcampo terico del marxismo-leninismo.

    Regreso al orden

    Actualmente, en China, ya nadie agita el Librito rojocomo si fuera un folleto, para saludar a su anfitrin.Si hoy no vieron agitar el Librito rojo de Mao por losestudiantes y los docentes es porque las citas de Maono estn destinadas a ser agitadas, nos dijo el vice-presidente del comit revolucionario de la escuelasecundariaN 31 de Pekn, Wang Shiten. Hemos co-rregido los fenmenos de formalismo que, en el es-tudio del marxismo-leninismo y del pensamiento deMao, se haban manifestado durante la Revolucin

    Cultural. Nosotros tambin estbamos influidos poreso y tambin nosotros agitbamos el Librito, nosexplic Wang Shiten.Los cuadros del Part ido volvieron a la fuerza a lospuestos de direccin. Cambiaron de rostro, fsica-mente. Ya no estn las caras a marillas e imperti-nentes, estpidamente ag resivas, de los g uardiasrojos. Sus discusiones tormentosas y desordenadashan desaparecido, con las interrupciones y los des-acuerdos recprocos, no solamente por nosotros, si-no entre ellos. Ahora los dirigentes tienen entre 40y 50 aos, o ms.Los nios de los dirigentes comunistas con los que

    En Occidente, la Revolucin Cultural lanza-da en 1966 da lugar a dos tipos de interpreta-ciones divergentes. La primera reaccin es lade la izquierda, o mejor, tal vez, de la ultraiz-

    quierda, que se golpea la cabeza contra las paredesde desesperacin. Ella haba proyectado sobre Chi-na su propia transferencia ideolgico-poltica abso-luta; la haba convertido en la panacea a todas nues-tras impotencias revolucionarias en Occidente. Laotra reaccin es la de los amigos oficiales de China.Que ya se arremangan para explicarnos que la ul-traizquierda china fue la caja de Pandora de todaslas iniquidades, desviaciones y errores ms infames.Ambas posiciones son absurdas.La ultraizquierda china despreciaba todos los re-

    glamentos en las fbricas, incluso aquellos que sonracionales, como las normas de seguridad. No res-petaba los horarios de trabajo. Quera cortar lastrenzas de las ca mpesinas y, si haba en casa de uncampesino un mueble viejo, lo rompa diciendo queera la herencia de una mentalidad feudal. Queraeliminar toda desigualdad de salario. Deca que to-dos los cuadros polticos eran malos. Daba al traba-jo manua l un lugar excepcionalmente exagerado,reemplazando todo por la poltica, en vez de la ex-periencia, de un justo papel para el estudio, la expe-rimentacin cientfica y la investigacin. Despre-ciaba la persuasin. Utilizaba cierta violencia de

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    Utopa, realidad,catstrofePor Maria-Antonietta Macciocchi*

    Una revolucin que fascin a los intelectuales (occidentales)

    La periodista y escritora marxista italiana Maria-AntoniettaMacciocchi fue uno de los occidentales fascinados porla Revolucin Cultural. Viaj a China cuando estaba enplena efervescencia y luego, en 1972, cuando se haban

    corregido muchos de sus excesos. Este es el testimoniotodava entusiasta de su segundo viaje.

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    me encuentro estn trabajando en las fbricas y enlos campos. Chang Chiyi, uno de nuestros intrpre-tes, de 30 aos, aprendi italiano durante las horasconsagradas al estudio aislado en una escuela del

    7 de mayo del centro-oeste de China, donde trabajcomo cocinero de 1969 a 1971. Yo saba que se ponelevadura en el pan, pero, en qu cantidad? me cuen-ta. Luego aprend a hacer todos los platos: ravioles,espaguetis, pato laqueado. Se empieza al alba y se ter-mina tarde de noche. La escuela del 7 de mayo es unaforma de educacin nueva, que suprime las desvia-ciones. Impide el renacimiento de las castas privile-giadas como en la URSS.Esta gran revolucin remodel el inmenso cuerpode China, desarraigando las elites y los privilegios,volviendo a soldar entre ellos trabajo manual y traba-jo intelectual, reemplazando las direcciones nicasde las fbricas y las escuelas mediante direccionescolegiadas, reestructurando la enseanza de las es-cuelas elementales a las universidades en un sistemapara el cualHomo sapiensyHomo faberconstituyenun ser completo. La lucha-crtica-transformacinque sigui, la fase de profundizacin de la Revolu-cin Cultural, combati los aspectos extremistas yultraizquierdistas que sta haba adoptado.

    El mandato de la realidadEl principio segn el cual nadie debe incrustarse enlos puestos de mando se aplica igualmente a la gene-racin joven que, de 1966 a 1970, en gran parte tuvo aChina entre sus manos. La escuela del 7 de mayo deYenan-sian recibe ahora sobre todo a los dirigentes delos comits revolucionarios, rganos provisionalesde la Revolucin Cultural. En 1970 era lo contrario: enla escuela del 7 de mayo de Pekn haba sobre todo di-rigentes del Partido, sindicalistas, funcionarios de losministerios y de la Asamblea Popular.En el interior de las fbricas todo es ms ordenado. Laconfusin, el vaivn pintoresco, la costumbre de leerdiarios o de pintar dazibaosdurante el trabajo, todoeso ha terminado. Todos los ex dirigentes y cuadrosde las fbricas retomaron su puesto en un 95 % e in-cluso ms. Pero estn en las nuevas direcciones co-legiadas, como el director de la fbrica de mquinasherramientas de Shanghai, a la que volv en este via-je, y donde el famoso ingeniero-director del estable-

    cimiento se encontraba ahora junto al ex barrenderode la fbrica, convertido en un inventor renombradode mquinas de afilar de gran precisin.Los salarios mnimos de los obreros acaban de seraumentados dos veces, en toda China, mientras queel resto de los salarios permanecieron sin cambios.Como quiera que sea, la polmica contra la igualdadcompleta de los salarios, sostenida por la ultraiz-quierda, est abierta. Se proclama por el contrario elprincipio A cada cual segn su trabajo, y no A cadacual segn sus necesidades, consigna vlida para lapoca del comunismo. Tambin en las comunas, losex dirigentes vuelven al lado de los nuevos, en una

    Edgar Snow*

    TESTIMONIO

    Bandidos rojos

    Por la maana examin a mis compaeros de viaje, un joven y un bello an-

    ciano que llevaba una huella de barba gris. Estaban los dos sentados frente

    a m, bebiendo t amargo de a sorbitos.

    De pronto, el joven me dirigi la palabra; primero fueron lugares comu-

    nes, luego, inevitablemente, pasamos a la poltica. Descubr que el to de

    su mujer era un funcionario del ferrocarril y que viajaba con un permiso.

    Volva al Ssetchoan, su provincia natal, que haba dejado siete aos antes.

    Pero no estaba seguro de poder visitar su pueblo natal, ya que los bandi-

    dos operaban no lejos de ah.Rojos, quiere decir?

    Oh, no, no Rojos, aunque tambin los haya en el Ssetchoan. No, quiero

    decir bandidos.

    Pero los Rojos no son tambin bandidos? pregunt por curiosidad.

    Los diarios siempre los llaman bandidos rojos o bandidos comunistas.

    Ah, pero usted tiene que saber que los redactores los llaman bandi-

    dos porque recibieron la orden de hacerlo de Nankn explic. Si los

    llamaran comunistas o revolucionarios eso probara que ellos mismos

    son comunistas.

    Pero la gente del Ssetchoan no teme a los rojos tanto como a losbandidos?

    Y bien, eso depende. Los ricos los temen, as como los propietarios, y tam-

    bin los funcionarios y los recaudadores, es cierto. Pero los campesinos no.

    A veces los reciben bien.

    Entonces lanz una mirada inquieta hacia el anciano, que escuchaba con

    una atencin constante, sin que pareciera escuchar.

    Usted sabe continu, los campesinos son demasiado ignorantes para

    comprender que los comunistas solamente se quieren aprovechar de

    ellos. Y creen que los Rojos piensan lo que dicen.

    Pero no es as?Mi padre me escribi que efectivamente abolieron la usura y el opio en

    Song-pan (Ssetchoan) y que all redistribuyeron la tierra. Por lo tanto, ya

    ve que no son precisamente bandidos. Realmente tienen principios. Pero

    son gente peligrosa. Matan a demasiados.

    Entonces, inopinadamente, el anciano alz su dulce rostro y, con una

    tranquilidad perfecta, hizo una observacin sorprendente. Cha pou kow

    dijo. No matan los suficientes!. Lo miramos estupefactos..

    *Periodista y escritor estadounidense (1905-1972). De toile rouge sur la Chine(1938); Pars,Stock, 1965. Traduccin del fragmento: Vctor Goldstein, enRevoluciones que cambiaron la histo-ria, Le Monde diplomatique/Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012.

    El autor fue un testigo excepcional de larevolucin china y el primer occidentalque entrevist a Mao Zedong.

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    1 | LO PASADO | UTOPA, REALIDAD, CATSTROFE

    suerte de fusin orgnica que refuerza objetivamen-te la fuerza de adiestramiento. El nico cambio es elrestablecimiento de las pequeas parcelas de tierraindividuales de los campesinos. Son irrisorias: ape-

    nas ms que un huerto. La ultraizquierda las habasuprimido efectuando, como me dicen, una fuga ha-cia adelante. La retribucin de la jornada de trabajodel campesino es igualmente evaluada; pero segnlos criterios de la calidad, de la cantidad y del com-portamiento poltico, mientras que, durante la Revo-lucin Cultural, el primer criterio de estimacin erael comportamiento poltico.En la universidad Tsinghua, a diferencia de 1970, vique los profesores haban recuperado su puesto casien un 100%, as como los dirigentes del Partido. Elex rector segua ausente: me dijeron que todava estcorrigiendo sus errores, pero que hay una mejora,y que ahora la mitad del tiempo estudia, y la otra es-t jubilado (tiene 59 aos). El que me habla as es elsecretario de la clula de una de las facultades, Lian-thi, un hombre de 35 a 40 aos. Se parece a un MarlonBrando chino. Le pregunto: Y usted, qu haca?.Volv el ao pasado de una escuela del 7 de mayo enel Jiangxi, donde criaba bfalas, me responde.La guardia roja que conoc en 1970, Ma Yun-siang,

    ha engordado. Est toda redonda. Explica con fer-vor que la tendencia de la ultraizquierda era no darexmenes, por una subestimacin de la teora, y esta-blecer una falsa relacin entre poltica y profesin, loque hace que si se trabajaba bien en poltica, autom-ticamente se era excelente tambin en la profesin.La poltica y la ideologa podan reemplazarlo todo;Lin Piao deca que, si el barco est en la tempestad, laideologa lo conduce al puerto.

    Un cuerpo en calma

    Tai Te-tze la famosa g uardia roja que pronunciel primer discurso en Tiananmen, en 1966, junto aMao, en nombre de todos los guardias rojos de Chi-na, hoy docente en Tsinghua, afirma: La ultraiz-quierda rebaj el nivel cultural de los estudiantes.Lin Piao sabote el estudio y, durante cierto tiem-po, los estudiantes no adquirieron los conocimien-tos indispensables. Lin Piao incitaba a desconfiar detodos los cuadros, indistintamente, y a poner en du-da las notas de examen, en cualquier forma que fue-

    ra. De manera que en ese momento los estudiantes,obreros y campesinos desconfiaban de los intelec-tuales y los docentes. Los despreciaban a todos, con-siderndose como los nicos revolucionarios autn-ticos. Pero los estudiantes deben respeta r a los pro-fesores y estos a los estudiantes.Toda la estructura de base de la unidad nacional,con el mecanismo fundamental de seleccin crea-do en el momento de la Revolucin Cultural, per-maneci idntica en Tsinghua. La universidad tieneahora cuatro mil quinientos estudiantes, 49 % de loscuales provienen de las fbricas, 35 % de las comu-nas y 14 % del ejrcito. Todos llegan a Tsinghua, co-

    mo para el resto de las universidades de China, trasdos aos de trabajo manual . El 10% de los estudian-tes son obreros adultos, que deben seguir un ao ymedio de cursos para obtener un diploma. Mientrasque para los estudiantes se necesitan tres aos decursos, ms seis meses de estudios preparatorios.Desde 1970, seiscientos seis obreros fueron diplo-mados.El perodo de trabajo en el campo de los estudiantesde secundaria f ue reducido, lo que reintrodujo unmayor equilibrio entre el trabajo manual y el estu-dio. Los talleres de activ idad de trabajo en el inte-rior de las mismas escuelas, por otra parte, me pare-cieron ms perfeccionados; as, en la escuela secun-

    daria N 31 de Pekn, los nios construyen circuitoselctricos enteros para los camiones, y, en la escue-la primaria de Shanghai, los nios de ltimo ao si-guen cursos de acupuntura con aplicacin prctica.En consecuencia, qu hay de cambiado desde ha-ce dos aos? La atmsfera, la tensin de una mu-chedumbre febril que ya no lleva la insignia de Maoen el pecho, que no canta ni atraviesa en cortejo lascalles engalanadas. Como si el enorme cuerpo deChina estuviera en reposo. La revolucin es durade llevar toda la vida, habra dicho Mao a Malrauxen 1965. Lo mismo ocurre con la Revolucin Cul-tural, por lo menos en su aspecto visible. Ya no

    Dazibao. As se llamaban los tpicos carteles de propaganda elaborados por los militantesde la Revolucin Cultural, que inundaban los muros de las ciudades chinas.

    La autoraMaria-Antonietta Macciocchi(Isla Liri, 1922Roma, 2007),ante todo una luchadora

    honesta, podra representarde manera arquetpicala trayectoria de muchosintelectuales europeos.Siendo muy joven se afili alPartido Comunista italiano,con el que tuvo conflictospor su mentalidad crtica yheterodoxa. Luego cultiv elfervor maosta y la simpata porlas Brigadas Rojas, para pasarsems tarde al Partido Socialistade Bettino Craxi y terminarpor fin en el desencanto.

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    hay ms, en las plazas y las calles, los dazibaosque tapizaban las paredes, las tiendas y hasta las ve-redas con un dilogo ceido, escrito y dibujado porautores de todo tipo y para las masas ms sencillas.En Shanghai, a lo largo del Bund, los grandes pane-les de hierro donde se exhiban los dazibaosy donde,cada maana, corramos a leer los nuevos, tambindesaparecieron.Por qu le pregunt a Wan, del comit revolu-cionario de Shanghai ya no se exhiben ms dazi-baos? En China , muchas cosas han cambiado, elmundo ha cambiado y nosotros mismos hemoscambiado aclara Wan. Pero todo anda a pedir deboca para todos. Los dazibaosya no se hacen en lascalles, sino en el interior de las fbricas. Ahora, ladiscusin es muy concreta. El proceso lucha-crti-

    ca-transformacin se realiza unidad por unidad, yen cada unidad ha nacido la crtica de masa. A co-mienzos de la Revolucin Cultural los diarios esta-ban en manos de Liu Shaoshi, y el pueblo escribasus diarios. En adelante, cada diario es como un da-zibao, porque all la lnea revolucionaria triunfa.Encontr cambios en Pekn? me pregunta Li, vi-cepresidente de la Asociacin de Amistad, que co-noce a Gramsci, Ariosto, Miguel ngel, la historiadeLa Gioconda,el Renacimiento (como primerarevancha contra la metafsica de la Iglesia) y el cineneorrealista. Claro que s le respondo. Una ciu-dad sin cortejos, ni desfiles, ni dazibaos, ni vitrinas

    Excesos. Pster de propaganda contra la Banda de los Cuatro, altos dirigentes acusados de cometer excesos

    durante la Revolucin Cultural (1976).

    cubiertas de eslganes polticos, como tranquiliza-da, apaciguada. Sonre, asintiendo. Una ciudadque digiri totalmente la Revolucin Cultural y queahora la lleva adentro, en otras formas, aad.

    Aires renovados

    Qu poca para los chinos esta RevolucinCultural! Hay que ir a la base, entre los chinos detodos los das, para comprender. Los ojos brillantodava de tensin, de emocin, cuando se hablade esto en las grandes fbricas, aunque algunossean ms reservados No puedo olvidar la carademacrada del viejo camarada Fun, secretario dela clula y responsable del comit revolucionario dela famosa brigada de Liu Lin en Yenn, al que inte-rrogo sobre los lmites de la Revolucin Cultural y

    las desviaciones de los ultraizquierdistas. Farfu-lla algo, inseguro; luego muestra las terrazas perfo-radas sobre los flancos de las montaas amarillas yrocosas de Yenn: Todo esto no exista antes de laRevolucin Cultural.Y el culto a Mao? Insignias y Librito rojo handesaparecido, lo he dicho. Pero lo que sobre tododesapareci para el bien de todos, incluso de losmaostas occidentales, son ciertas formulacio-nes tericas sobre la autoridad absoluta del pen-samiento de Mao, que es el marxismo llegado a unnivel superior ms desarrollado; o incluso: Ennuestra poca, estudiar el pensamiento de Mao sig-

    1949Triunfa Mao

    Mao Zedong proclama enPekn, el 1 de octubre, laRepblica Popular China

    y se convierte en suprimer presidente.

    1950Guerra de Corea

    En octubre, Chinaenva voluntarios paracombatir junto a Corea

    del Norte contra lasfuerzas de la ONU.

    1958Salto adelante

    En 1958 Mao decreta elGran Salto Adelante; en1959 y 1960 el hambrecausa estragos en todo

    el pas. En 1961 Maoreconoce su fracaso.

    1960Ruptura

    El 16 de juliose produce laruptura sino-

    sovitica.

    1966Revolucin

    CulturalMao moviliza a la

    juventud contra laburocracia del Partido y

    los vicios burgueses.

    LOS PRIMEROSAOS

    Henri

    Bur

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    1 | LO PASADO | UTOPA, REALIDAD, CATSTROFE

    Soldado. En la plaza Tiananmen durante el Congreso

    Nacional del Partido Comunista de marzo de 2010.

    cionario es exactamente eso, entre otras cosas, co-mo en 1789, en 1871, hasta en 1848 y en Octubre de1917: el rechazo previo absoluto y la negacin del pa-sado, porque los hombres luego reabsorben ese pa-sado en fuertes dosis, reescribiendo ellos mismos lahistoria. Los chi nos vuelven a tomar contacto conel vrtigo de los siglos precedentes. Excavan a ple-no rendimiento en el vientre de la tierra. Han hechoinvestigaciones de un valor inestimable en paleon-tologa y en arqueologa, descubriendo el fsil de undinosaurio gigante en Shandong y el del pitecntro-pos en Yunnn. Los museos, ordenados y enrique-cidos, son invadidos por las muchedumbres chinas,que van con la boca abierta a mirar lo antig uo y lonuevo. g

    1. Pkin infor mation, N 46, Pekn, 1967.2. En febrero de 1972, el presidente estadounidense Richard Ni xonse encuentra en Pekn con el presidente Mao. La retirada de EstadosUnidos de Vietnam ocurrir en 1975, despus de su derrota militar.

    *Escritora, docente en la Universidad de

    Vincennes entre 1972 y 1980.

    Traduccin:Vctor Goldstein, tomado del libroRevoluciones que cambiaron la historia, Le Monde

    diplomatique/Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012.

    nifica que se estudia el marxismo-leninismo de lamanera ms profunda (1).Mao representa ms que nunca el pivote de la u ni-dad de China, tras los desgarramientos de la Revo-lucin Cultural. Tras haber ordenado ayer Fuegosobre el cuartel general de la burguesa! y conduci-do la Revolucin Cultural, hoy reajusta el tiro con-tra los excesos, reabre al mundo las puertas de Chi-na habiendo alcanzado un nivel de potencia excep-cional, y juega con Estados Unidos una partida dealcance histrico cuyo desafo inmediato es su reti-rada de Vietnam (2).Las libreras de Pekn, Shanghai, Xian o Yanan, lastiendas de las comunas ms perdidas rebosan no s-lo de obras clsicas que, durante la Revolucin cul-tural, ya no eran publicadas, sino tambin de libros

    de geografa y de historia del mundo. Hay tambinun estudio de las corrientes filosficas occidentales,de Herclito al existencialismo, que se vende comopan caliente. Ests buscando esos libros envene-nados del pasado?, me haba preguntado con un ai-re sospechoso, en 1970, uno de mis acompaantes, aquien interrogaba para saber dnde estaba el libre-ro de viejo de la calle de Dazhalan. Hoy en da, losrelatos satricos de la dinasta Tang estn en todaspartes, en chino y en otras lenguas.Durante la Revolucin Cultural no haba ningnmuseo abierto. Actualmente dicen pdicamenteque los estn restaurando Un movimiento revolu-

    LAS REFORMAS

    1971En la ONU

    La Repblica PopularChina es admitida enla ONU en lugar deTaiwan e integra elConsejo de Seguridad.

    1972Visita de Nixon

    Entre el 21 y el 28 defebrero, el presidentede EE.UU. Richard Nixonvisita China.

    1976Muere Mao

    El 9 de septiembrefallece el presidenteMao Zedong. Terminala Revolucin Cultural.

    1978Reforma

    En diciembre, DengXiaoping lanza la granreforma econmica, quesignifica una apertura alcapital privado.

    1989Represin

    En la noche del 3 al 4 dejunio, el ejrcito disparasobre la multitud deestudiantes reunidos en

    la Plaza Tiananmen. Milesde muertos y heridos.

    Estampilla. Mao en la Torre de Tiananmen recibe a los

    Guardias Rojos al comienzo de la Revolucin Cultural.

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    liberalismo chino un carcter peculiar. Uno de losprincipales objetivos del gobierno consista en resol-ver su crisis de legitimidad, puesta en evidencia porel movimiento social de 1989. Desde entonces, el dis-curso neoliberal se volvi hegemnico, impidiendocualquier debate sobre perspectivas y alternativasdiferentes. El ingreso de China a la OrganizacinMundial del Comercio (OMC) marca la ltima etapade ese proceso.Para comprender su origen hay que remontarse a lastransformaciones econmicas que tuvieron lugar

    entre 1978 y 1989 y analizar el papel del Estado en lainstauracin de la economa de mercado. El fracasodel movimiento de 1989, cuyas aspiraciones socialesy democrticas fueron aplastadas el 4 de junio de eseao en la plaza Tiananmen, representa el momentodecisivo de esa evolucin.La mayora de los estudios pusieron de relieve el pa-pel de los estudiantes, de los i ntelectuales y de losncleos reformistas en el seno del Estado, pero,en realidad, el movimiento social moviliz sectoresmucho ms amplios de la sociedad. Los estudiantesdesempearon por supuesto un papel, pues la libera-cin intelectual y las Luces de la dcada de 1980

    Desde fines de la dcada de 1970 y sobre to-do a partir de 1989 el gobierno chino enca-ra una poltica de liberalizacin radical, encoincidencia con los ms entusiastas parti-

    darios de la globalizacin. Si las reformas para ins-taurar una economa de mercado fueron abundan-temente comentadas, en cambio la interaccin entreel Estado y los mercados no pareci despertar mayorinters. Sin embargo, las reformas, en part icular ladel urbanismo iniciada en 1984, generaron una redis-tribucin de la riqueza: la transferencia y la privati-

    zacin de recursos hasta entonces en poder del Esta-do beneficiaron a nuevos grupos de intereses parti-culares, que desviaron el proceso de reformas haciasus propios fines. Surgieron entonces fuertes des-igualdades, expresadas en el desmoronamiento dela cobertura social, el creciente aumento de las dife-rencias entre ricos y pobres, el desempleo masivo y elxodo de la poblacin rural hacia las zonas urbanas.Nada de eso hubiera sido posible sin la inter vencindel Estado, que mantuvo en pie el sistema poltico pe-ro se desentendi de otras funciones que ejerca enla sociedad. Ese dualismo entre continuidad polticay discontinuidad econmica y social confiere al neo-

    De la rebelinal imperio

    del mercado

    Tras la protesta de Tiananmen

    El movimiento social aniquilado en 1989 en la plaza de Tiananmenfue en esencia una protesta contra el empeoramiento de las

    condiciones sociales y la dictadura estatal. Pero el Gobierno ylos neoliberales lograron imponer su poltica concertada enreemplazo del monopolio estatal, agravando las desigualdades einstaurando un nuevo autoritarismo.

    Por Wang Hui*

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    blemente y los gobiernos locales tuvieron un mayorpoder e independencia (2).Como seala el socilogo Zhang Wali, la descentra-lizacin no afect para nada el poder de los organis-

    mos pblicos en la distribucin de los ingresos de lapoblacin; slo redujo el poder del gobierno central[...]. Lejos de disminuir, la injerencia administrativaen la vida econmica se vio reforzada. Ms aun, tomuna forma todava ms directa que cuando era ejer-cida por el gobierno central. La descentralizacin nosignific de ning una manera la desaparicin de latradicional economa planificada, sino la simple mi-niaturizacin de esa estructura tradicional (3).Se hizo hincapi en la reforma de las empresas delEstado: en primer lugar, se les dio mayor indepen-

    dencia y se las incit a reorganizar sus actividadesy a cambiar su forma de gestin. Luego, bajo la pre-sin de un desempleo creciente, el Estado, en lugarde cerrar empresas, opt por la transferencia de acti-vos, manteniendo a la vez la orientacin fundamen-tal hacia una economa de mercado. Todo el procesofusiones, transferencias de activos y cierres de em-presas transform las relaciones de produccin. Encuanto el Estado comenz a renunciar a sus prerro-gativas en los campos industrial y comercial y pas

    de la elaboracin y aplicacin del plan a un ajuste ma-croeconmico, las desigualdades en la distribucinde ingresos propias del antiguo sistema estallaron,traducindose inmediatamente en nuevas desigual-dades entre capas sociales y entre individuos.A falta de control democrtico y de un sistema eco-nmico apropiado, esto era casi inevitable. La posi-cin y los intereses de los trabajadores, e incluso delos funcionarios, se vieron seriamente afectados.Prueba de ello es el debilitamiento de su papel eco-nmico, la polarizacin en el seno de una misma ca-

    pa social, el estancamiento de los beneficios socialesy de los ingresos obreros. Para no hablar de la faltatotal de seguridad en el empleo para las personas deedad, dbiles, enfermas, discapacitadas y para lasmujeres embarazadas (4). Sin embargo, las reformasadquirieron legitimidad a causa de sus efectos indis-cutiblemente liberadores y del debate intelectual quedesataron. El Estado no debe su estabilidad nica-mente a la coercin, sino tambin al hecho de haberpodido mantener esa dinmica.

    Al promediar la dcada de 1980 la inflacin galopan-te y la amenaza de caos econmico y de inestabilidadsocial en gran escala reactivaron el debate: qu cami-no elegir entre una reforma radical de la propiedad yla privatizacin general de las empresas pblicas poruna parte, y por otra, un ajuste estructural enmarcadopor el Estado y una liberalizacin parcial de los pre-cios? Se opt por la segunda posibilidad, que en gene-ral tuvo xito, pues la reforma de los precios oblig alos antiguos monopolios a adaptarse, estimulando losmecanismos de mercado. La importancia del xito seve claramente cuando se comparan esos resultadoscon los de la privatizacin espontnea en Rusia.

    haban socavado las antiguas ideologas, abrien-do nuevas perspectivas al pensamiento crtico. Perola espontaneidad y el alcance de la movilizacin de1989 muestran que su origen social era mucho ms

    amplio y diversificado.De hecho, los intelectuales se mostraron incapacesde proponer objetivos sociales realistas. No lograroncaptar plenamente la verdadera profundidad de esemovimiento. Como su blanco principal era el Estadosocialista, el pensamiento crtico no vio ni entendilas particulares caracterst icas de las nuevas con-tradicciones sociales: mientras que el Estado maos-ta mantena , por medio de la coercin y de la plani-ficacin, una desigualdad sistemtica bajo las apa-riencias de igualdad, el nuevo Estado reformador

    transformaba esa desigualdad en diferencias de in-gresos entre las distintas capas sociales. Los crticosno percibieron las tendencias socialistas profundasque animaban a la oposicin de la dcada de 1980: noya el socialismo de la antigua ideologa del Estado,caracterizado por el monopolio, sino un socialismonuevo, an balbuceante, que aspiraba a la proteccinsocial, a la igualdad, a la justicia y a la democracia, enun contexto de desarrollo rpido del mercado.A pesar de su diversidad ideolgica, el movimiento

    estaba en general dirigido contra el monopolio y losprivilegios; predicaba la democracia y la proteccinsocial. Salvo a los campesinos, que no se vieron direc-tamente implicados, la corriente atrajo a personasprovenientes de todas las clases, en zonas urbanasmedianas y grandes. Esta amplsima movilizacin desectores representativos de un gran espectro socialpuso a la vista de todos las contradicciones existentesen el seno del Estado.Cabe distinguir dos fases en las reformas. La prime-ra, entre 1978 y 1984, afect a las zonas rurales. El au-mento del precio de los productos agrcolas, el est-mulo al consumo y el desarrollo de la industria localredujeron progresivamente la diferencia de ingresosentre las ciudades y el campo. Si bien la introduccinparcial de mecanismos de mercado desempe unpapel anexo en esa evolucin positiva, las reformasse basaban en prcticas tradicionales chinas de dis-tribucin de la tierra, obedeciendo a principios deigualdad. La productividad agrcola aument, y porun tiempo se atenu la polarizacin entre zonas ur-

    banas y rurales.La opcin del ajusteEn 1984 comenz una segunda fase, urbana, gene-ralmente considerada como decisiva en el desarrollode la economa de mercado. Desde el punto de vis-ta social, ese perodo se caracteriz por la descen-tralizacin del poder y de los intereses (fangquanrangli): un proceso de redistribucin de las ventajassociales y de los intereses econmicos, por medio dela transferencia a intereses privados (1) de recursos

    anteriormente controlados y coordinados por el Es-tado. A partir de 1978 el gasto pblico se redujo nota-

    Desigualdad. Las reformasaumentaron la brecha social.

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    Precios. Tras la masacre del 89,el gobierno aplic una reformade precios basada en el mercado.

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    Pero esa opcin gener tambin un conjunto de pro-blemas. China aplicaba un doble sistema de pre-

    cios: los de los medios de produccin, que fijabael plan, y los de los bienes de consumo, que fijaba elmercado. Esos dos niveles facilitaron la corrupcinde parte de los cuadros del Estado y de los organis-mos oficiales. Los recursos en poder del Estado fue-ron legal e ilegalmente transferidos en beneficio delos intereses econmicos de una pequea minora.En ese intercambio entre poder y dinero, una partede las riquezas de dominio pblico fue a parar a losbolsillos de los buscadores de rentas (5). Ms aun,en 1988, la extensin del sistema de contratos que

    permita a las empresas del Estado, a los gobiernoslocales y a los ministerios (bumen) firmar acuerdoscomerciales y financieros con el exterior, gener unaumento de la inflacin y la aparicin de desigualda-des, transformando los productos del plan en pro-ductos del mercado (6).Para combatir esos problemas, el gobierno anuncien mayo y junio de 1988 que terminara con el doblesistema de precios y se orientara hacia su liberaliza-cin general. Ello gener pnico e importantes dis-

    turbios sociales, que forzaron al gobierno a volver aun control ms estricto de la economa. As fue comose exacerbaron las contradicciones entre el Estado ylas entidades que l mismo haba creado, los gruposde intereses particulares, a nivel local y nacional.La aparicin de graves desigualdades fue determi-nante en el desencadenamiento del movimiento so-cial de 1989. En las zonas urbanas, las diferencias deingresos haban aumentado seriamente: los ingresosde los obreros haban bajado tanto que amenazabansu plato de arroz. El desempleo haba aumentado

    entre los trabajadores de las empresas del Estado (sinalcanzar, sin embargo, el dramtico nivel actual); la

    inflacin haba encarecido el costo de vida, en tantoque los beneficios sociales se estancaron. Los traba-

    jadores no fueron las nicas vctimas: ese fenme-no afect tambin la vida cotidiana de los funciona-rios medios, provocando una diferencia de ingresosentre ellos y las otras capas sociales y, dentro de lapropia categora de funcionarios, entre los que en-traban en el mercado y los que permaneca n en elsector pblico (7).El estancamiento de la reforma agraria a par tir de1985 no hizo ms que acentuar la creciente desilu-sin sobre el programa de reformas. Si se ag rega aeso la exacerbacin de los conflictos de intereses en

    el seno mismo del Estado, tenemos todos los ingre-dientes necesarios para generar una crisis integralde legitimidad.La opinin pblica china no aprobaba la economaplanificada. Pero la transformacin del sistema, ini-ciada a fines de la dcada de 1970, inspir descon-fianza en cuanto las nuevas desigualdades comen-zaron a manifestarse claramente. Entonces se pusoen tela de juicio tanto la legitimidad de las reformascomo su fundamento poltico y legal.

    Los estudiantes y los intelectuales reivindicabanesencialmente derechos constitucionales, una po-ltica democrtica viable, la libertad de prensa, lalibertad de reunin y el Estado de Derecho. Que-ran ser reconocidos como movimiento estudian-til patritico legal. Otras capas socia les apoyabanesas reivindicaciones, pero dndoles un contenidosocial mucho ms concreto: se oponan a la corrup-cin y a las malversaciones de los dirigentes; critica-ban al partido del prncipe (la clase privilegiada)y exigan la estabilidad de precios, garantas socia-

    les y justicia social. Tambin pedan que se contro-lara la situacin de Yangpu, en la isla de Hainan,

    Alta velocidad. La estacin de Guangzhou South, la ms larga de Asia, se encuentra todavaen etapa de construccin.

    Seda.La ciudad de Suzhou es lder en la produccin deprendas de seda.

    Economa privadaInversin extranjera directa

    (como porcentaje del PIB, promedios)

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    lencia del Estado en la plaza Tiananmen, aniqui-lando las posibilidades histricas que encerrabael movimiento. Pero su fracaso tambin proviene,indirectamente, de que no fue capaz de establecer

    un puente entre reivindicaciones democrticas yreivindicaciones sociales, ni de constituirse en unafuerza social estable.Es preciso situar al movimiento chino en el con-texto global de expansin de los mercados y de laemergencia de fuerzas sociales que impugnabanel sistema mundial dominante. Form parte de uncontinuumque llev hasta los movimientos de pro-testa contra la OMC en Seattle, en noviembre-di-ciembre de 1999, y contra el FMI en Washing ton enabril-mayo de 2000. Todas esas movilizaciones ex-

    presaban una esperanza utpica de igualdad y delibertad. En lugar de reconocer esa doble signifi-cacin del movimiento de 1989, el discurso domi-nante hizo del mismo la prueba de la excelencia delmodelo occidental. As, el acontecimiento fue va-ciado de su contenido y de su fuerza crtica; despo-sedo de su importancia histrica en tanto que pro-testa contra las nuevas relaciones de poder, contrala nueva hegemona y la nueva tirana (y ya no slocontra la antigua).

    Crecimiento de las desigualdadesLuego de Tiananmen, la protesta social fue com-primida en un espacio muy reducido y el discursoneoliberal se volvi hegemnico. En septiembre de1989 el gobierno aplic la reforma de precios queno haba podido imponer unos aos antes. Y co -mo consecuencia de la gira de Deng Xiaoping porel sur, en 1992, el gobierno aceler la instauracindel mercado. La poltica monetaria se convirt i enun importante instrumento de control y se ajust

    la tasa de cambio para promover las exportaciones.La competencia exportadora gener la aparicin yel desarrollo de compaas de gest in; las diferen-cias de precios debidas al doble sistema disminu-yeron; el distrito de Pudong, en Shanghai, se abrial desarrollo, y nuevas zonas de desarrollo proli-feraron rpidamente en todos lados.En los aos siguientes, la diferencia de ingresos en-tre las capas sociales y entre las regiones aument,y fue creciendo una nueva poblacin de pobres (8).

    La antigua ideologa, irrecuperable, fue reempla-zada por la estrategia llamada fuertes en dos fren-tes (ideolgico y econmico; liangshou ying), queconjugndose con las reformas, se convirti en unnuevo modo de tirana. El neoliberalismo reem-plaz a la ideologa de Estado como ideologa domi-nante, brindando su orientacin y su coherencia alas decisiones del gobierno, a su poltica exterior y alos nuevos valores en los medios de comunicacin.La instauracin de una sociedad de mercado no su-primi las causas del movimiento social de 1989;

    las legaliz. Los inmensos problemas sociales dela dcada de 1990 la corrupcin, la especulacin

    especie de zona franca cedida al capital extranje-ro. Junto a la reivindicacin democrtica se expresabala de una distribucin ms justa de la riqueza.A la vez que criticaba claramente al antiguo rgi-

    men, el movimiento presentaba sus reivindicacionesal nuevo Estado reformista y se opona a su polti-ca. La distincin entre ambos no implicaba una dis-continuidad del Estado, sino una transformacin desus funciones. El nuevo Estado reformista en rea-lidad dependa ntegramente de la herencia polticadel antiguo.

    Un movimiento vaciadoEn conjunto, el movimiento represent una reac-cin espontnea de autoproteccin social y de pro-

    testa contra el autoritarismo. Sin embargo, entresus distintos componentes figuraban los grupos deintereses particulares que en otros tiempos habansido los grandes triunfadores de la descentraliza-cin del poder y de las riquezas. Estos presentabansus propias reivindicaciones y reclamaban que elgobierno pusiera en marcha un programa radicalde privatizaciones. Instrumentalizaron el movi-miento para modificar las relaciones de fuerza enel seno del gobierno en su propio beneficio (grupos

    econmicos como Kanghua Company y la SitongCompany ejercieron fuertes presiones). El mismofenmeno se produjo entre los intelectuales muyvinculados al poder del Estado.A ojos del mundo, los neoliberales chinos aparecie-ron como crticos del rgimen que luchaban con-tra la ti rana y por la libertad. Disimularon suscomplejas relaciones con el poder, en el que se apo-yaban para desarrollar el mercado interno e impo-ner su poltica de descentralizacin y de privatiza-cin de las riquezas. A falta de control democrtico,

    esa confiscacin de los recursos fue legalizadapor medio de nuevas disposiciones legislativas. De-bido a las vinculaciones entre el neoliberalismochino y el orden mundial, esos reformadores radi-cales impusieron su propia interpretacin del mo-vimiento social de 1989, que apareci como la ex-presin del avance del liberalismo econmico.No es posible explicar los acontecimientos a par-tir de un esquema a favor o en contra de las re-formas. El debate entre los neoliberales y los otros

    componentes del movimiento se refera, no a la re-forma como tal, sino a su naturaleza. Si bien todossostenan la idea de reformas polticas y econmi-cas democrticas, las diferencias ten an que vercon el contenido y con los posibles resultados. Lamayora de los opositores deseaban una reorgani-zacin de fondo de la poltica y del sistema jurdicoque garantizara la justicia social y una verdaderademocratizacin de la vida econmica. Esas aspi-raciones entraban fundamentalmente en conflictocon las de los grupos de intereses particulares.

    Como es sabido, el combate por la democracia, laigualdad y la justicia social fue aplastado por la vio-

    Cae el empleo estatalPorcentaje del empleo urbano

    en empresas de propiedad

    estatal y colectiva

    Exterior e interiorSi bien hoy en da el total

    del comercio exterior chino(la suma de exportaciones eimportaciones) representa casiel 65% de su PIB (contra menosdel 10% en 1977, antes de lasreformas) el fortalecimiento delmercado interno es un objetivoprioritario de la poltica delGobierno. La persistencia dela crisis econmica global harque una parte sustancial delas ventas al exterior se vaya

    trasladando progresivamentea los consumidores internos.

    99,2%

    75,7%

    20,5%

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    inmobiliaria, la decadencia de la proteccin social,el desempleo, la mercantilizacin del trabajo rural,las migraciones masivas del campo a las ciudades(9), las crisis ecolgicas, etc. estn ntimamente

    vinculados con las condiciones sociales anterioresa 1989. La mundializacin agrav aun ms esos pro-blemas, su magnitud y su alcance geog rfico. Ensntesis, la expansin de los mercados llev a la po-larizacin social y a un desarrollo desigual, deses-tabilizando as las bases de la sociedad y facilitandola instauracin del nuevo autoritarismo.Por supuesto, las reformas y la apertura econmi-ca no tuvieron nicamente efectos negativos: libe-raron a China de sus coacciones y de los callejonessin salida adonde la haba conducido la Revolucin

    Cultural. Adems, pusieron en marcha un desarro-llo econmico real e importante, y tuvieron efectosliberadores. Es por eso que los intelectuales chinoslas aprobaron. Pero, desde el punto de vista histri-co, dejaron profundas cicatrices.Para la generacin que creci luego de la Revolu-cin Cultural, el nico conocimiento vlido vienede Occidente; ms precisamente de Estados Uni-dos. Asia, frica y A mrica Latina para no hablarde Europa desaparecieron de la rbita intelectual

    china. Repudiar la Revolucin Cultural se convir-ti en un medio de defender la ideologa dominan-te y la poltica gubernamental: cua lquier crtica alneoliberalismo es tildada de regresin irracional,mientras que se recurre a los crticos del social ismoy de la tradicin china para justificar la adopcin demodelos de desarrollo occidentales y de discursosteleolgicos sobre la modernizacin.Sin embargo, China no puede conformarse con me-dirse segn la vara del desarrollo histrico del capi-talismo occidental. Al contrario, ese capitalismo de-

    be ser sometido a la crtica, no por gusto, sino paraevaluar con una nueva mirada la trayectoria china ymundial, y para descubrir las nuevas posibilidadesque nos ofrece la historia. No se trata de rechazar laexperiencia de la modernidad, que, ante todo, es unmovimiento de liberacin respecto de la teleologahistrica, del determinismo y del fetichismo del sis-tema anterior. Se trata de convertir la experienciahistrica de China y de otros pases en recursos dedonde extraer la innovacin terica y prctica.

    En trminos histricos, el movimiento socialistachino fue un movimiento de resistencia y de mo-dernizacin. Para captar las dif icultades que en-cuentra China en su bsqueda de igualdad y de li-bertad, hoy en da es necesario interrogar nuestratrayectoria de modernizacin y hallar vas demo-crticas y sociales capaces de evitar la polarizaciny la desintegracin. g

    1. Zhang Wali, Twent y Years of Research on Social Class and Strata inChina,Shehuiwue janjiu, Pekn, 2000.

    2. Wang Shaoguang, La construction dun tat dmocratiquepuissant - ty pe de rgime et capacit dtat,Dangd ai zhong guo

    Rebelin. Unestudiante frena el avance de los tanques del Ejrcito en la Avenida de la PazEterna, en medio de las protestas en Tiananmen (4 de junio de 1989).

    yanjiu zhongxin lunwen(Ensayos del Centro de Investigaciones sobre laChina Contempornea), Vol. 4, Pekn, 1991.3. Twenty Years..., op. cit., pp. 28-29.4. Vanse Zhao Renwei, Algunos aspectos particula res del reparto delos ingresos en China durante la transicin, enInvestigaciones sobre el

    reparto de los ingresos en el seno de la poblacin china, Pekn, 1994; FengTongqing, La situacin de los trabajadores chinos: estruct ura interna yrelaciones mutuas,Zhongguo sheshui chubanshe, Pekn, 1993 y ZhangWanli, Twenty Years..., op. cit.5. Hu Heyuan, Une estimation de la valeur de la rente en Chine en 1988,enJingji tizhi bijiao(Systmes conomiques comparatifs), Vol. 7, Pekn,1989.6. Guo Shuqing, Tra nsformation du systme conomique, macro-ajustements et contrle, Tianjin renmin chubanshe, Pekn, 1992.7. Sobre los cambios registrados en la situacin de los cuad ros antes ydespus de las reformas, vase Li Qiang, Stratification et mouvementdans la socit chinoise contemporaine, en Zho ng gu o jin g jichubanshe, Pekn, 1993.8. Vanse los documentos del grupo de investigaciones econmicassobre el reparto de los ingresos, de la Academia China de CienciasSociales: Zhao Renwei, Recherches sur la rpar tition des revenus enChine, enZhongguo sheshui kexue chubanshe, Pekn, 1994.9. Vase Wang, tude du dveloppement urbain et de sesantcdents, enShehuixue yanjiu, Pekn, 2000.

    *Historiador de las Ideas, jefe de Redaccin de Dushu, Pekn.

    Traduccin:Carlos Alberto Zito

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    La explosin del desarrollo

    CHINAHACIA ADENTRO

    2

    Uno de los mayores enigmas a los que se enfrentan los estudiososde la realidad china es la definicin de su sistema econmico. Lasreformas instauradas desde 1978 implican el restablecimiento delcapitalismo? Se trata de un socialismo de mercado? Las posiblesrespuestas exigen muchas matizaciones. Lo innegable es que elimpresionante crecimiento econmico del gran pas asitico, por suvelocidad, constituye un caso nico en la historia contempornea.

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    ciales internas de acuerdo con las normas capitalistasinternacionales. En tercer lugar, se cre un enormemercado de trabajo, en parte por la proletarizacin decientos de millones de campesinos que fueron forza-dos a ello por la nueva mercantilizacin de la tierra;en parte por la destruccin del tazn de arroz y dehierro, el trmino despreciativo que utilizaban los

    reformistas partidarios del mercado para referirseal sistema de seguridad de empleo y los beneficios deseguridad social de que gozaba una parte de la claseobrera urbana. Y en cuarto lugar, los reformadorespost-maostas procedieron con cautela pero inexora-blemente hacia un sistema de facto(si no necesaria-mente de jure) de propiedad privada de los medios deproduccin, primero en el campo a travs de formasvariadas de tierras contratadas, y luego ms expl-citamente en las empresas urbanas y las propiedades

    inmobiliarias.

    Empresarios socialistasLos dirigentes chinos post-maostas reconocierondesde el inicio que una economa de mercado presu-pona una burguesa, o una clase de empresarios so-cialistas, tal como preferan llamarlos. Pero la bur-guesa china moderna, que siempre fue una clase pe-quea y dbil, haba dejado de existir a fines de losaos 1950. La mayora de los miembros ms ricos dela burguesa se fueron del continente en 1949, cuan-

    do el triunfo comunista, y sus empresas abandona-das fueron nacionalizadas inevitablemente por el

    En 1978, cuando Deng Xiaoping lanz su progra-ma de reformas de mercado, su finalidad noera crear una economa capitalista. Deng, ellder supremo de China en el perodo post-

    maosta, fue comunista desde sus 20 aos, cuando eraestudiante en Francia e ingres al Partido Comunis-ta Chino (PCCh), en 1924. En 1978 todava prevea un

    futuro socialista para China. Pero como Lenin, Dengno se opona a usar los medios del mercado capitalistapara lograr los objetivos socialistas. El objetivo inme-diato era el rpido desarrollo econmico, empleandolos mtodos ms expeditivos disponibles, manifiesta-mente para construir la base material para el socia-lismo. Si el poder poltico permaneca en manos delPCCh, Deng asuma que los deseados resultados so-cialistas surgiran finalmente del desarrollo de lasfuerzas productivas.

    Pero lo que realmente se produjo no fue la construc-cin de los cimientos del socialismo, sino el ms masi-vo proceso de desarrollo capitalista en la historia con-tempornea.Hacia mediados de la dcada de 1990, los aspectosesenciales de una economa capitalista estaban fir-memente establecidos. En primer lugar, la obtencinde ganancias fue universalizada en la vida econmicay establecida como el principal criterio para juzgar elxito o el fracaso de virtualmente todas las empresaseconmicas. En segundo lugar, China se integr en la

    economa capitalista mundial, y ello inevitablemen-te tiende a remodelar las relaciones econmicas y so-

    Qu capitalismoes el chino?

    Los paradjicos logros burgueses de la revolucin maosta

    El programa de reformas lanzado por Deng Xiaoping en 1978pretenda construir las bases para la modernizacin socialistadel pas. Pero produjo el ms espectacular proceso de desarrollocapitalista de la historia. Paradjicamente, las condicionespara esta transformacin provienen de los logros burguesesde la revolucin maosta de 1949.

    Por Maurice Meisner*

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    Pero en Marx la celebracin de las fuerzas productivasdel capitalismo iba acompaada por un agudo recono-cimiento de su destructividad social y de una razonadaadvertencia sobre los espantosos costos humanos que

    exigiran las ingobernables fuerzas econmicas que elcapitalismo haba desencadenado. Una sociedad queha conjurado semejantes medios poderosos de pro-duccin e intercambio escribi Marx es como el he-chicero que ya no puede controlar los poderes subte-rrneos que ha invocado con sus sortilegios (2).Los poderes subterrneos que los reformadores demercado del PCCh han desatado son ahora eviden-tes. Cientos de millones de campesinos han sido ex-pulsados de las tierras que ocupaban, transformndo-se en una gran poblacin flotante de trabajadores

    que buscan trabajos temporales en la construccin ocomo sirvientes en las ciudades y pueblos. Aquellosque permanecen en el campo son oprimidos por loscorruptos funcionarios locales, una fuente continuade acumulacin primitiva de capital para los em-presarios burocrticos. En las florecientes ciudades,los nuevos ricos alardean de sus riquezas e imitan asus homlogos occidentales en una orga de consumoostentoso. Al mismo tiempo la clase obrera urbana,amenazada por un vasto ejrcito de reserva laboral,

    sufre la erosin de su tradicional seguridad de empleoy de sus beneficios sociales.Por supuesto, no hay nada particularmente chino enlo que se refiere a estos costos sociales del desarrollocapitalista. La mercantilizacin del trabajo y la tierra,el crecimiento de agudas disparidades sociales, la ma-siva destruccin ambiental: en las tempranas etapasde la industrializacin capitalista esos males socialesfueron generados en todas partes. Pero en China, de-bido a la escala y al ritmo extraordinariamente ace-lerado del desarrollo, las consecuencias sociales son

    ms extremas y se producen en la mayor escala de lahistoria capitalista mundial.Pero an habra que preguntarse si el capitalismo chi-no es realmente capitalismo. Un pequeo y menguan-te nmero de observadores extranjeros simpatizantesenfatiza el rol del Estado y los sectores colectivos en laeconoma china, sosteniendo que es efectivamente unaeconoma socialista de mercado, a mitad de caminoentre el capitalismo y el socialismo, y tienen la espe-ranza de que finalmente se dirija hacia este ltimo. Un

    nmero mucho mayor de observadores occidentalesduda de la autenticidad del capitalismo chino, al quefrecuentemente llaman capitalismo de compincheso corporativismo leninista. Ambos puntos de vista secentran alrededor del papel del Estado comunista enla economa china, un asunto de necesario anlisis pa-ra lograr cierta comprensin de la naturaleza social delrgimen chino y su futura direccin.

    Creacin de una burguesaEl rol del Estado en el desarrollo del capitalismo ha

    sido oscurecido, a causa de la necesidad ideolgicade retratar al capitalismo como la expresin de cierta

    nuevo rgimen. Las industrias y otros negocios deaquellos burgueses que se quedaron fueron expropia-dos o comprados por el nuevo Estado comunista. Enel segundo caso, los ex propietarios recibieron como

    compensacin bonos del gobierno a tasas bajas no he-redables. As, lo que quedaba de la burguesa chinaal final del perodo maosta, en 1976, era un pequeogrupo de ancianos jubilados que cobraban modestosdividendos de los bonos estatales.De modo que si se iba a implementar una estrategia demercado deba crearse una burguesa. Y qu ms lgi-co que sta fuese en gran parte reclutada en las filas delPCCh? Los funcionarios del partido tenan la influen-cia poltica y las habilidades para aprovechar mejor lasventajas pecuniarias que ofreca el mercado. Superando

    las inhibiciones ideolgicas cuando existan muchoscuadros del partido se precipitaron a participar ellosmismos en los negocios o a acomodar a sus hijos, parien-tes y amigos en posiciones lucrativas en lo que pronto seconvertira en una red de relaciones clientelares.En la dcada de 1980, con la creacin de una burgue-sa funcional, se cubrieron los requisitos esenciales,sociales e institucionales para una economa capita-lista. Al mismo tiempo, las condiciones sociales pa-ra el capitalismo fueron reforzadas ideolgicamente

    por la creciente influencia de las teoras econmicasneoliberales y una creencia casi mstica en la magiadel mercado. Los planificadores econmicos chinos,algunos de los cuales haban estudiado en las escue-las de negocios de los pases industrializados, comen-zaron a imitar a sus homlogos occidentales. Y, comoun signo del humor intelectual imperante, los escritosde Milton Friedman adquirieron una popularidad ex-traordinaria entre los intelectuales, estudiantes y fun-cionarios gubernamentales. Friedman, el gur del li-bre mercado, visit China para dar una muy publici-

    tada gira de conferencias en 1980 y 1988, prodigandoelogios a sus nuevos discpulos chinos.

    Costos sociales extremosDurante las tres dcadas transcurridas desde 1978,y sobre la base de una ya considerable estructura in-dustrial moderna construida durante el cuarto de si-glo anterior, el PIB chino creci a una tasa anual pro-medio del 9%, un ritmo a largo plazo sin precedentesen la historia contempornea. El frentico y masivo

    avance del desarrollo capitalista en China rememo-ra el asombro que llev a Karl Marx a escribir que laburguesa ha creado fuerzas productivas ms masi-vas y colosales que todas las generaciones preceden-tes juntas. La sujecin de las fuerzas de la naturalezaal hombre, la maquinaria, la aplicacin de la qumica ala industria y la agricultura, la navegacin a vapor, losferrocarriles, los telgrafos elctricos, la preparacinde continentes enteros para el cultivo, la canalizacinde ros, poblaciones enteras trasladadas fuera de sustierras... quin un siglo antes tena siquiera un pre-

    sentimiento de que semejantes fuerzas productivasdorman en el regazo del traba