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Los jardines representan un vínculo creado por el
hombre para reconciliarse con el mundo exterior.
No existe civilización alguna que no haya
expresado este concepto en sus diferentes
formas. En sus comienzos, el jardín tuvo un
significado místico y religioso asociado a la idea
del Paraíso. A medida que el pensamiento
religioso fue cediendo paso, sin renegar de sus
orígenes el jardín asume también otras funciones:
se convierte en un lugar de disfrute para luego
convertirse en una necesidad intelectual y
estética.
El jardín es una obra de arte por simple goce
sensorial o incluso sentimental. Posee principios
compositivos y de ordenación con determinadas
combinaciones de formas, espacios y colores. El
uso de determinados elementos expresa algunas
necesidades fundamentales para el hombre,
como por ejemplo el agua en todas sus
variedades y los árboles para dar sombra o
simplemente ornamentales. En el mundo del arte,
el jardín ocupa un sitio particular al tomar
posesión de la naturaleza, igual que el pintor lo
hace con un objeto, cuando nos apropiamos de
los árboles, las cascadas, las flores o las rocas
para crear.
El Jardín Mesopotamia- Babilonia
El Jardín Egipcio
El Jardín Griego
El Jardín Romano
El Jardín Japonés
El Jardín Hispano-Arabe
El Jardín Francés
El Jardín Del Renacimiento Y El Jardín Italiano
El Jardín Inglés
El Jardín Mesopotamia- Babilonia
Los jardines colgantes de Babilonia (antigua
Mesopotamia, actualmente, Iraq): Se trataba de un
palacio real que, en una de sus zonas, tenía una
serie de terrazas escalonadas sobre paredes de
unos 25 metros de grosor. En ellas era posible
cultivar una colorista variedad de plantas
decorativas, incluso árboles de gran tamaño. Todo
gracias a la estructura que lo sostenía y al complejo
sistema de riego que elevaba el agua desde el río
Éufrates. Se levantaron por iniciativa de
Nabucodonosor en el siglo VI antes de nuestra era
y, por lo que resaltan las crónicas, su visión
resultaba impactante para el viajero que venía del
desierto. Sin embargo, la mayoría de las fuentes
parecen ser exageradas (sólo los griegos hablan de
esta obra, que está ausente de los textos
babilónicos). Situación.
La existencia de una función urbana del jardín.
Los templos dentro de las ciudades tenían sus propios jardines. Los parques reales deben haber sido muy grandes y con rica vegetación.
Jardines colgantes.
Según algunos escritos llegaron a ocupar una superficie de 1.600m2.
Tenían una altura de 90m.
Los jefes y las clases dirigentes vivían en complicados palacios los cuales rodeaban con jardines.
El Jardín Egipcio
Este tipo de jardín contaba con una disposición
sumamente evolucionada y un fuerte sentido
estético, favorecido por técnicas agrícolas e
hidráulicas bastante avanzadas dentro de una
civilización que poseía un alto nivel artístico. Por
lo tanto, los jardines egipcios alcanzaron un
desarrollo muy notable. Al principio, el jardín fue
un lujo accesible sólo para los dirigentes y
utilizado como el espacio exterior de la casa.
Situado generalmente cerca de un río o canal,
de forma regular, estaba dividido en grandes
partes, cada una de ellas destinada a una
especie (higueras, granados, acacias, sauces y
tamarindos), en el medio de un estanque con
plantas acuáticas (los famosos lotos azules,
rojos y blancos). El espacio estaba cercado con
una cortina de árboles o palmeras. Como
consecuencia de las expediciones a Siria y
Etiopia, se importan nuevas especies como
almendro, cerezo, álamo y plátano; en el caso
de los arbustos, el mirto, la rosa, el jazmín y la
hiedra.
Se crearon jardines de gran exuberancia destinado a la diversión, al placer,
al amor y a la salud.
Los ricos y poderosos construían sus casas en el campo a las que dotaban de
jardines.
Durante el invierno se extendían una alfombra inmensa a la que la
decoraban de piedras preciosas con el fin de sustituir el jardín natura.
Los jardines tenían una estructura axial con elementos rectangulares con
estanques.
Importaban nuevas especies.
El Jardín Griego
En Grecia los jardines se usaban con fines sólo
ornamentales en los edificios públicos, templos
y gimnasios. A veces eran claros en los
bosques o en una gruta. Consistían
principalmente en grupos de árboles, debido a
la necesidad que tenían los griegos de crear
sombra (plátano, ciprés, álamo y olmo). Las
flores, en especial la rosa, concentraron los
esfuerzos de los "paisajistas" de aquella época,
junto con los frutales y la vid.
Parece no haber existido el concepto de jardín como un lugar de placer.
En ello solo existía el contacto del pasto con las arboledas.
Los jardines solo se utilizaban para filosofar.
Solo se colocaban abrevadores para los pájaros.
El Jardín Romano
En sus orígenes, los jardines romanos tenían una
función esencialmente utilitaria. Destinado para
el cultivo de plantas comestibles, constituía un
espacio cercado ubicado en la parte posterior
de la casa. Luego, una pequeña parte del
huerto se destinaba al cultivo de las plantas
florales con la intención de utilizarlas para
adornar las tumbas y los altares. Como
consecuencia de las victorias en Oriente y el
descubrimiento de civilizaciones más
avanzadas, las vidas de los romanos sufrieron
grandes transformaciones que se reflejarán en
el concepto que tenían del jardín, que también
soportó varios cambios hasta llegar a una nítida
separación entre la villa rústica y villa señorial.
La villa rústica se encontraba en el campo y los
suburbios, y la señorial, en la cuidad.
Roma nace de una tribu etrusca localizada a orillas del río tigres que poco a poco
creció su geografía por la conquista de territorios pues en su época roma fue el imperio más
fuerte.
En el paisaje romano las construcciones se integran con el entorno generando los
principios de arquitectura orgánica. En este periodo y con la topología del jardín nace la
concepción de los jardines.
Las casas romanas, en cierto modo similar a las griegas, solían incluir al fondo de las
estancias un jardín porticado, llamado hortus o peristilo, como describe Plinio el Viejo y se
aprecia en las ruinas de Pompeya.
El Jardín Romano evoluciona desde la utilización de planas comestibles (frutales
principalmente) en un Hortus, hacia un jardín puramente ornamental con paseos rectilíneos
delimitados por setos de mirto y romero.
En el Jardín Romano encontraremos un espacio amplio, armonioso con líneas
geométricas, y adornando con fuentes, juegos de aguas, estanques y estatuas míticas.
El Jardín Japonés
El profundo amor por la naturaleza constituye un
rasgo principal del jardín japonés, estrechamente
ligado a la arquitectura de la casa. Es una obra de
arte pura. El jardín es para la contemplación, es la
expresión y el símbolo del amor. Los japoneses
practican desde hace siglos el arte de conformar su
propio espacio verde. El budismo fue el responsable
de introducir el arte de los jardines al Japón a
principios del siglo V d.C.
El espacio verde japonés es exclusivo para el
disfrute, no es utilitario, sólo brinda una bella visión
desde el interior de la casa. Más que nada, es una
sola unidad casa-jardín; por eso, las casas están
rodeadas de grandes galerías.
Se caracterizaban por ser coloridos
Siempre se destacan por los pequeños arboles en miniaturas como los bonsái.
Los jardines solo se utilizaban para filosofar.
Utilizando propiedades como la piedra, puentes, estanques, y grandes recorridos.
El Jardín Hispano-Arabe
La cultura árabe fecundó el arte de los jardines a
través de importantes manifestaciones. Los
conquistadores árabes, nómadas carentes de
tradición arquitectónica, aprendieron la cerámica de
Persia, la técnica de irrigación y el uso ornamental del
agua de Egipto y las normas agrícolas de los romanos
del África.
El jardín árabe está ligado al Paraíso, un lugar de
delicias y placeres. Está concebido como una
sucesión de espacios cerrados y recoletos, con patios
interiores en las casas comunicados entre sí por
pasillos pequeños divididos por rejas. Cada uno posee
una fisonomía propia con terrazas escalonadas. El
agua es el elemento decorativo de mayor visibilidad,
que aparece en forma de fuentes, pilas o surtidores y
se traslada de un estanque a otro a lo largo de
acequias de terracota penetrando hasta los espacios
cubiertos.
Aprendieron la cerámica de Persia
La técnica de irrigación
El uso ornamental del agua de Egipto y las normas agrícolas de los romanos del África
El agua es el elemento decorativo de mayor visibilidad
el uso de azulejos y cerámicas de colores vivos en pilares, asientos y estanques
El Jardín Francés
El siglo XVI fue un período de transición para la
arquitectura y el paisajismo. Al principio se dejó
sentir la influencia del Renacimiento italiano en la
reconstrucción de los edificios y castillos. Luego, se
desarrolló una influencia de la interpretación
francesa del Barroco. Su arquitectura era suave,
sobria, las líneas geométricas se aplicaron tanto a
las ciudades como a las casas y los jardines. Sus
responsables pertenecían por lo general a las
mismas familias acostumbradas a trasmitir sus
experiencias de padres a hijos. El ejemplo más
importante fue André Le Notre, quien tomaba las
características del jardín italiano y la solidez del
Renacimiento y entiendía al jardín como algo
ordenado. Suavizó las durezas y los contrastes del
italiano, y reemplazó el escalonamiento sistemático
por suaves pendientes o escaleras cortas y anchas.
Se caracterizaban por ser coloridos
Siempre se destacan por los pequeños arboles en miniaturas como los bonsái.
Los jardines solo se utilizaban para filosofar.
Utilizando propiedades como la piedra, puentes, estanques, y grandes recorridos.
El Jardín Del Renacimiento Y El Jardín Italiano
A principios del siglo XVI, los arquitectos
consiguieron tratar al jardín como un tema de
su competencia exclusiva, sin estar sujetos a los
caprichos de los jardineros o deseos de sus
dueños, lo que representó toda una revolución.
Con sus obras, Bramante y Rafael se
constituyeron en uno de los tantos ejemplos del
inicio de un movimiento que tuvo un amplio y
fecundo desarrollo.
La moda de las villas fue muy importante en Roma y
sus alrededores. El propio jardín tenía un
carácter escultórico, escalonado en las laderas
de las colinas, simétricos con cipreses
voluntariosos y cascadas sobre paredes de
mármol. Estos jardines respondían a un solo
tema: el hombre como único centro del
universo. Los "paisajistas" de aquel tiempo
trabajaban en un diseño global, uniendo el
campo con la casa antigua e integrando la
panorámica exterior.
Estos jardines respondían a un solo tema: el hombre como único centro del universo.
El propio jardín tenía un carácter escultórico
La intención de estos jardines era alimentar el intelecto.
las esculturas ilustraban escenas de la mitología antigua
Esculturas y agua por doquier derrochaban placer en los jardines italianos
El Jardín Inglés
Hasta finales del siglo XVI Inglaterra había
muy rezagada con respecto al diseño de
jardines, sin ideas nuevas. Sólo hacia el
final del reinado de Enrique VIII comienzan
a construirse casas imponentes con
jardines ostentosos y de profunda
elaboración. El paisaje empezó a tratarse
en forma más personal, y el jardín comenzó
a ser el escenario para ubicar los
elementos arquitectónicos. La propia
topografía era la que indicaba dónde
colocar los templos y obeliscos. Así, se
crea un nuevo concepto del jardín: el
paisaje romántico, aceptando a la propia
naturaleza en sus diversas facetas, siempre
buscando una variedad de composiciones
en lugar de la dominación del hombre
sobre ella. La escala y su sencillez son la
mayor belleza, incluyendo el interés por la
horticultura.
El jardín comenzó a ser el escenario para ubicar los elementos arquitectónicos.
Las flores comienzan a ocupar un lugar cada vez más importante.
El empleo del agua en grandes extensiones reflejaba las siluetas de los grandes
árboles con sus cascadas.
Un rápido aumento de las especies vegetales conocidas .
Apareciendo así los invernaderos que en sus principios fueron creados para albergar
las especies más débiles en invierno.