evidencialidad y pronombres neutros garcia negroni y libenson

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Pronombres neutros

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  • Captulo 1

    Para una descripcin polifnica de la evidencialidad. Subjetividady estructuras evidenciales con pronombres demostrativos neutros

    Mara Marta Garca Negroni Manuel Libenson

    1. Introduccin

    En el mbito de los estudios gramaticales, los pronombres de-mostrativos neutros han sido descriptos como expresiones decticas espaciales con propiedades semnticas que los diferencian del res-to de los pronombres demostrativos. Se los de!ne como entidades exclusivamente pronominales, que no admiten variacin de n-mero y cuyo referente es siempre impersonal o inanimado. Segn seala la Nueva gramtica de la lengua espaola, los demostrativos neutros no suelen usarse para hacer referencia a los animales, y es ofensivo emplearlos para aludir a las personas en contextos identi!cativos (2009, 1308). Son muy frecuentes, en cambio, para designar objetos fsicos o entidades de mayor abstraccin, tales como acontecimientos, estados, ideas y proposiciones (Eguren 1999, 946; De Cock 2013, 11). Es precisamente esta propiedad de aludir a situaciones ms abstractas la que los habilita a formar parte de sintagmas nominales con aposicin especializados en la gramaticalizacin de signi!cados evidenciales. Tal como intentare-mos demostrar en este captulo, estos signi!cados deben vincularse no solo con los diferentes tipos de posicionamientos subjetivos del responsable de la enunciacin (el locutor en tanto tal), sino tam-bin y fundamentalmente con los modos de representacin de la escena de donde parece surgido el propio decir.

    A continuacin, ejempli!camos las construcciones de las que nos ocuparemos. Se trata, en todos los casos, de construcciones nominales con un pronombre demostrativo neutro como ncleo

  • seguido de una aposicin, ya explicativa (introducida por la con-juncin de subordinacin que), ya especi!cativa (encabezada por la preposicin de).1

    Pronombre demostrativo neutro + aposicin explicativa (introducida por que)

    1. [Contexto situacional: dilogo entre A y B, detenidos en un semforo durante un viaje en coche] A: Qu ciudad ms sucia!B: Ay, por qu decs eso? Qu es lo que te molesta?A: Esto, que saquen la basura en cualquier momento. (Corpus oral propio)

    2. Enc. S, realmente hoy aqu hay muchos periodistas graduados que no encuentran trabajo, y sin embargo ah se presentan gentes que no tienen ni bachillerato. Inf.b. S. Inf.a. Eso. Inf.b. Ni el bachillerato tie-nen, y... y que hablan muy mal el castellano y a ms de eso...

    Enc. Analfabetas. Inf.b. lo ms grave eseso,queson completamente analfabetas.

    (Corpus del Espaol)

    Pronombre demostrativo neutro + aposicin especi!cativa (de + sustantivo)

    3. Hola mamis. Soy nueva en esto de la lactancia.(http://espanol.babycenter.com/thread/196833/hola-mamis-soy-

    nueva-en-esto-de-la-lactancia)

    4. Es cierto eso de la inteligencia emocional? (http://blogthinkbig.com/inteligencia-emocional/)

    5. Es algo cierto aquello de las coincidencias entre los presidentes Lincoln y Kennedy? (http://ar.answers.yahoo.com/question/index?

    qid=20061118152040AAzwhIc)

    Pronombre demostrativo neutro + aposicin especi!cativa (de + oracin de in!nitivo)

    6. Un veterano en esto de reprimir. (Pgina 12, 12/5/2013. Los antecedentes del jefe de la Metropolitana en 1975 y la dictadura militar)

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  • 7. Se acab eso de comprar digital. (Playstation Forum, www.community.eu.playstation.com)

    8. Que no ests tan mal? Bueno, todo es cuestin de con quin te compares. Todava no se te ha doblado la columna, ni parece que tienes un salvavidas empotrado en la cintura. Qu positiva! Es eso lo que piensas de llegar a viejo? Y aquello de ser sabia, tolerante, comprensiva, una "lsofa (de qu otra

    forma se puede sobrellevar la ruina si no es !losofando, vamos a ver) y los nietecillos que vendrn, y todas esas alegras? (CREA, Obligado, Clara, Salsa, 2002)

    Pronombre demostrativo neutro + aposicin especi!cativa (de + cita en estilo directo)

    9. Debe ser horrible que te regalen, algo hecho con ganas desde el fondo del corazn pero que te produzca rechazo el color o la forma. Yo no me creo esto de: a caballo regalado no se le miran los dientes y ustedes que opinan?

    (http://zodiaco9patchworkymas.blogspot.mx/2008_11_01_archive.html)

    10. Qu quiere decir usted con eso de anda mal? (CREA, Shand, William, El sastre, 1982)

    11. Para Alberto Mrcicoaquello desi te postran diez veces, te levantas...de los sonetos de Almafuerte son una consigna.

    (CREA, Clarn, 10/02/1997. Ftbol: sigue luchando contra los problemas fsicos y est listo para volver)

    Pronombre demostrativo neutro + aposicin especi!cativa (de + proposicin sus-tantiva introducida por que)

    12. No voy a reiterar esto de que ya no tenemos tiempo de discutirlo, de hacer modi"caciones, como ya dijeron en otras ocasiones los seores senadores.

    (CREA, oral, Argentina, 1998)

    13. Cmo es eso de que te vas maana? (Corpus oral propio)

    14. Horas de trajn por el asfalto de distintos pueblos le ensearon a este hombre de sesenta y tantosaquello de quesi conoces bien a tu pueblo, conocers el mundo.

    (CREA, La Nueva Provincia, 06/04/1997. Desde el silencio)

  • A la luz de la teora de la polifona enunciativa, marco terico en el que se inscribe este trabajo, intentaremos probar que esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X presentan su enunciacin como si obligara al interpretante a reconocer la existencia de un punto de vista evidencial, es decir, un punto de vista cuyo origen, distinto y previo al de la enunciacin en la que se lo pone en escena, debe ser reconocido para poder acceder al sentido. Mostrado y no di-cho, ese origen puede relacionarse ya con una percepcin, ya con un discurso previo.

    Nuestra hiptesis sostiene as que, en estas estructuras, los sig-ni!cados evidenciales que van desde el sealamiento de una per-cepcin directa hasta la indicacin de un discurso citado o evoca-do se vinculan, por un lado, con la prdida gradual del signi!cado dectico espacial en los pronombres y, por el otro, con el tipo de estructura apositiva (explicativa o especi!cativa) que les sigue.2

    En lo que sigue, luego de resear brevemente el estado de la cuestin ( 2), presentaremos nuestro enfoque terico-metodol-gico ( 3). Analizaremos luego ( 4) las estructuras esto/eso, que X como marcadores tanto de evidencialidad directa (perceptiva) como indirecta (anafrico-citativa). En tercer lugar ( 5), nos de-tendremos en el estudio de la estructura evidencial citativa esto/eso/aquello de (que) X. En el ltimo apartado ( 6), introduciremos algunas consideraciones !nales.

    2. Breve estado de la cuestin

    Esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X no han sido objeto de re#exin en los estudios espec!cos sobre partculas o marcadores del discurso. Hasta donde sabemos, solo en el Diccionario de part-culas, de Santos Ro (2003, 371), se incluye una entrada para eso de que X (aunque no para esto de que X ni para esto/eso/aquello de X) a la que se caracteriza como una frmula reactiva dectico-anafrica

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  • con la que se replica a cierto dicho que acaba de proferir el inter-locutor para rechazar o problematizar el hecho o dato aportado que, ecoicamente, se recoge en O.

    Por su parte, el pronombre neutro eso (aunque no esto ni aquello) es incluido como operador modal en Fuentes Rodrguez (2009, 161-162). All se lo analiza como elemento con!rmativo en res-puestas en tanto apunta a lo dicho en la pregunta, cuyo conteni-do aserta. La autora propone el siguiente ejemplo:

    El experto. Lo mejor: Ha montado cuadros con pedazos de papel donde

    hizo bocetos con movimientos de manos. Lo peor: Eso, que son bocetos

    y mezclarlos conduce a la confusin.

    En cuanto a su tratamiento en las gramticas, estas estructu-ras solo aparecen descriptas, tangencialmente, en las secciones correspondientes a los estudios sobre la deixis y los pronombres demostrativos neutros. As, en la Gramtica descriptiva de la lengua espaola, y en el apartado referido a esos demostrativos, Eguren (1999) indica que, a diferencia de los demostrativos concordados, los neutros pueden ir acompaados de modi!cadores tpicamente nominales y en ese sentido se asemejan al artculo neutro en algu-nos de sus usos. Segn Eguren (1999, 947), los demostrativos neu-tros comparten con el artculo neutro dos valores: el que Bosque y Moreno (1990) etiquetan como lo individuativo con denotacin absoluta y el lo factivo (ambos valores se ejempli!can, respectiva-mente, en (15) y (16) y en (17) y (18)):

    15. Lo/eso de la moneda nica.

    16. Lo/eso del con#icto de los Balcanes.

    17. Lo/Eso de levantarme pronto me sienta fatal.

    18. Lo/Eso de que le llamen tonto no le gusta nada.

    [Ejemplos tomados de Eguren 1999, 948]

  • Por su parte, la Nueva gramtica de la lengua espaola (2009, 1310) se detiene en los sintagmas esto/eso de X, como los que aparecen en (19) y (20):

    19. Esto de la antipsiquiatra vino a escarbar en los temas de la locura.

    20. No es malo eso de ir a la plaza con dos alicientes.

    Al respecto, seala que, en la medida en que ese segundo seg-mento es el sujeto de la predicacin, las parfrasis para esos enun-ciados podran ser (19a) y (20a):

    19.a. la cuestin de la antipsiquiatra.

    20.a. el asunto de ir a la plaza con dos alicientes

    En la misma lnea argumentativa, la NGLE sostiene que las es-tructuras esto/eso de X poseen la misma referencia que X. De este modo, al igual que la expresin el tonto de mi primo posee la misma referencia que mi primo, tambin esto de la antipsiquiatra posee la misma referencia que la antipsiquiatra o el asunto este de la antipsi-quiatra (2009, 1311).

    Finalmente, con respecto a las diferencias de signi!cado de las formas esto/eso/aquello, la NGLE indica que en las series ternarias la distancia respecto del centro dectico no es tanto fsica como perceptiva o valorativa (2009, 1282) y agrega que, si bien es cier-to que algunos hablantes pueden utilizar indistintamente uno u otro de estos demostrativos, el empleo de cada uno de ellos suele poner en evidencia grados de implicacin, solidaridad o empata diversos. La NGLE aade que se extienden estos juicios diferen-cia perceptiva para unos hablantes y neutralizacin para otros en pares como {esto ~ eso} que acabo de decir. En el primer caso, es re-levante la proximidad relativa que el que habla quiera establecer con sus palabras anteriores, ms que el tiempo real que haya trans-currido desde que las emiti (2009, 1282).

    Tal como se constata, los distintos tratamientos reseados dan cuenta de los rasgos dectico-anafricos y modales involucrados

  • en diferentes empleos de los pronombres demostrativos neutros. Debe sealarse, sin embargo, que las estructuras que nos concier-nen no implican necesariamente un discurso efectivo previo al que contestan, como a!rma Fuentes Rodrguez respecto de eso, o que rechazan, como sugiere Santos Ro en relacin con eso de que X. Por otra parte, tanto la re#exin sobre la equivalencia semn-tica entre eso de X y los lo individuativo y factivo, planteada por la GDLE, como la observacin sobre la identidad referencial entre esto/eso de X y X, sealada por la NGLE, dejan sin analizar un aspec-to que, a nuestro entender, resulta esencial para la descripcin del semantismo de esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X. En efecto, tal como intentaremos mostrar en lo que sigue, es precisamente la presencia del demostrativo neutro la que desencadena la interpre-tacin evidencial, ausente en las parfrasis sin el demostrativo de los ejemplos que las mismas gramticas proveen (cf. (15a), (17a), (19b) y (20b)).

    15.a. La moneda nica.

    17.a. Levantarme temprano me sienta mal.

    19.b. La antipsiquiatra vino a escarbar en los temas de la locura.

    20.b. No es malo ir a la plaza con dos alicientes.

    Antes de volcarnos de lleno a la descripcin y anlisis de los signi!cados evidenciales vehiculizados por las estructuras con de-mostrativo neutro seguido de aposicin, a continuacin aborda-mos la cuestin de cmo podra darse cuenta de estos signi!cados desde la perspectiva no referencialista y no cognitivista de la teo-ra polifnica de la enunciacin, marco terico-metodolgico que adoptamos.

    3. Significado evidencial y teora polifnica de la enunciacin

    En los ltimos aos, hemos presenciado un creciente inters por el examen del signi!cado evidencial y su manifestacin en diversas lenguas y gneros discursivos (Ferrari y Gallardo 1999; Mushin

  • EG

    2001; Aikhenvald 2004; Bermdez 2005; Carranza 2007, entre otros). En lneas generales, en estos estudios, la evidencialidad se de!ne como el dominio semntico relacionado con la marcacin de la fuente de informacin en el enunciado y con la especi!ca-cin de qu tipo de fuente (directa o indirecta) se trata (Aikhen-vald 2004). Se dice que la fuente es directa cuando el conocimien-to del hablante ha sido adquirido por medio de una percepcin sensible originada en alguno de sus sentidos (vista, odo y olfato, fundamentalmente). Sera indirecta, en cambio, cuando dicho co-nocimiento procede ya de una inferencia razonada, ya de la cita de un discurso ajeno (Anderson 1986; Willet 1988). Agreguemos que, segn Mushin (2001), la evidencialidad puede entenderse en este sentido estricto, o bien en un sentido ms amplio, en el que su estudio incluye tambin el de la representacin de la postura epis-temolgica del hablante frente al conocimiento adquirido. Por su parte, otros autores consideran evidencial no solo la codi!cacin de la fuente de informacin sino tambin, y de manera fundamen-tal, la actitud modal que adopta el hablante en relacin con ella (Chafe 1986; Reyes 1994; Mushin 2001; Bermdez 2005; Carranza 2007, entre otros).

    Respecto de los criterios que habitualmente se adoptan para identi!car los elementos lingsticos que mani!estan signi!cados evidenciales, una primera rama de investigaciones, inspirada en los trabajos precursores de Boas (1938, 1947) y Jakobson (1957), restringe el estudio de la evidencialidad a aquellas lenguas que la mani!estan por medio de una categora gramatical obligato-ria. La funcin semntica de esta categora anloga al tiempo, al modo o al aspecto sera sealar tanto el origen de la informa-cin del hablante como el modo en que esta ha sido obtenida (An-derson 1986; Aikhenvald 2004; Willet 1988, entre otros). Desde este enfoque, solo se comunicaran signi!cados evidenciales en sistemas lingsticos (como el mapudungun, el aimara, el tariana, entre otros) que obligan al hablante a marcar gramaticalmente la procedencia del conocimiento de aquello que enuncia.

    Una segunda perspectiva ms amplia de anlisis supone, en

  • cambio, que aun las lenguas que no codi!can en su gramtica sig-ni!cados evidenciales (como por ejemplo, el espaol, el francs, el ingls, entre muchas otras) pueden igualmente, y en ciertos contextos espec!cos, desarrollar estrategias evidenciales. Estas se materializa-ran en ciertos empleos espec!cos del modo, del tiempo y del aspecto verbal, en determinadas estructuras sintcticas, en verbos de percep-cin y epistmicos, en nominalizaciones y marcadores del discurso, etc. (Chafe 1986; Reyes 1994; Bermdez 2005; Lpez Ferrero 2001; Fuentes Rodrguez 2009, entre otros). A diferencia de la primera po-sicin, que circunscribe el estudio de la evidencialidad a fenmenos fundamentalmente morfolgicos, esta segunda aproximacin exhi-be, en ocasiones, cierta laxitud en la determinacin de la gama de elementos lingsticos considerados evidenciales. As, algunas investiga-ciones, como la de Chafe (1986), para el ingls, y las de Ferrari y Gallardo (1999), Lpez Ferrero (2001), o Ferrari (2013) para el espaol, inclu-yen como recursos o estrategias evidenciales no solo formas lxicas o estructuras sintcticas que aluden a la fuente de conocimiento y al modo de acceso a ella, sino tambin elementos que explcitamente los lexicalizan (cf. por ejemplo, sustantivos como evidencia, con-clusin, inferencia o verbos como decir, indicar, comunicar, advertir, a!rmar, etc.).3 Desde nuestro punto de vista, en cambio, los signi!cados evidenciales, siempre mostrados en la enunciacin que los contiene,4 no deben confundirse con la atribucin explcita en el plano de lo dicho del punto de vista vehiculizado.5 Restringimos as el concepto de punto de vista evidencial a aquel que, mostrado y no dicho en la enunciacin, exige el reconocimiento de que su

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  • origen (una percepcin, un indicio, o un discurso) es distinto y previo al de la enunciacin en la que se lo pone en escena.

    Para dar cuenta de estos signi!cados, asumimos el enfoque no logicista y no referencialista de la signi!cacin que propone la teora de la polifona enunciativa (Ducrot 1984, 2004). Siguiendo los presupuestos de esta semntica, nuestro anlisis se opone a la idea segn la cual la signi!cacin del lenguaje est constituida por aspectos informativos o de orden cognitivo. Por ello, rechaza la hiptesis de que el estudio del lenguaje implique evaluar las proposiciones en trminos de valores de verdad o de per!lamien-to intencional de la informacin por parte de un sujeto hablante. Nuestra concepcin del sentido se aleja, en efecto, de toda visin que considere los valores semnticos en trminos de elecciones voluntarias de un nico sujeto intencional.6 En otras palabras, im-pugna toda concepcin monolgica del funcionamiento del len-guaje y adopta, en cambio, una perspectiva dialgica y polifnica. Propone as una caracterizacin del sentido del enunciado como una cali!cacin o dramatizacin de su propia enunciacin que consiste en la puesta en escena de una multiplicidad de voces y puntos de vista que se expresan a travs de ella (Ducrot 1984). Contenidas en elementos de la morfologa, la sintaxis, el lxico o la prosodia, las instrucciones polifnicas obligan as al interpre-tante del enunciado a localizar si hay uno o ms responsables de la enunciacin (i.e., el locutor en tanto L), a reconocer los distin-tos puntos de vista introducidos en ella, a identi!car a qu sujetos discursivos deben eventualmente imputarse esos puntos de vista y a determinar la actitud o posicionamiento enunciativo que el locutor adopta frente a ellos (i.e., rechazo, aprobacin, acuerdo, indiferencia).

    Si bien la polifona enunciativa contempla la puesta en esce-na de una multiplicidad de puntos de vista para la descripcin del sentido, los signi!cados evidenciales vehiculizados a travs del enunciado no han sido objeto, hasta ahora, de re#exin o de ex-

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  • plicacin sistemticas en el marco de esta teora. Por nuestra par-te, consideramos que no solo es factible, sino tambin necesario proveer una descripcin polifnica de estos signi!cados. Sostene-mos as que, a diferencia de los puntos de vista no evidenciales, los que s lo son comportan instrucciones que obligan a interpretar la enunciacin que los contiene como autenti!cada en una per-cepcin, como surgida de algn tipo de razonamiento (conjetu-ra, deduccin, etc.), o como sustentada en otro discurso. Y ello en virtud de que esos puntos de vista remiten necesariamente a un origen, previo a la enunciacin actual, que debe ser reconocido (y eventualmente identi!cado) para acceder al sentido completo del enunciado.

    As, en casos como (21), el punto de vista evidencial directo (mostrado en la estructura sintctica encontrar + OD + predicativo objetivo) autenti!ca la enunciacin que lo contiene en la medida en que exige hacer de su origen, la percepcin directa de una determinada situacin anterior, la prueba fundante de esa enun-ciacin.

    21. La encontr cambiada a Mara.

    En cambio, en el caso de (22) y de (23), el punto de vista evi-dencial introducido por el marcador as que obliga a interpretar la enunciacin completa como un pedido de con!rmacin de un razonamiento abductivo. En estos casos, el origen del punto de vis-ta evidencial se halla en una percepcin (cf. 22) y en un discurso previo (cf. 23).

    22. As que te gusta Alonso?

    [Contexto situacional: De amigo A a amigo B, mientras mira los

    cuadros que se encuentan colgados en la pared de la casa de B]

    23. Dnde naciste?

    En Pocitos, en Pereira, al lado de la heladera Fuentes. Pero mi barrio

    es Malvn, adonde nos mudamos cuando yo todava no tena un ao.

  • As que de los helados de Fuentes, tan famosos, no te acords?

    (CREA, Guambia. Suplemento de Humor del diario ltimas

    Noticias, 24/05/2003)

    Para distinguir (21) de (22), en los que el punto de vista evi-dencial exige reconocer su origen en una percepcin, es ne-cesario dar cuenta del modo en que ese punto de vista opera como fundamento de la enunciacin actual en la que efectiva-mente aparece mostrado. Si bien, de manera similar a lo que ocurre en los casos de evidencialidad directa, las conjeturas y deducciones pueden representarse a s mismas como surgidas del objeto de una determinada percepcin (cf. 22), no deben confundirse los efectos de sentido que surgen de la represen-tacin que (21) y (22) brindan de su propia enunciacin. Si en los casos de evidencialidad directa (cf. 21), el reconocimiento del origen en la percepcin obliga al interpretante a asumir que la enunciacin se representa a s misma como autenti!cada por el registro directo de una determinada situacin y en esto consiste precisamente la cuali!cacin que el enunciado da de su enunciacin, en los casos de las enunciaciones como (22), el origen perceptivo se representa a la manera de un indicio, como si fuese la base de un tipo de razonamiento abductivo, hipottico. Distinto es el caso de (23), en el que la conjetura del locutor mostrada por as que encuentra su fundamento en el discurso previo del interlocutor.

    Consideremos por ltimo, casos de evidencialidad indirecta ci-tativa (cf. (24) y (25)), en los que el punto de vista evidencial exige interpretar la enunciacin como sustentada en un decir cuyo ori-gen debe hallarse un discurso previo: un rumor, en el caso de (24) (cf. presencia del condicional habra); el discurso del interlocutor, en el caso de (25) (cf. presencia del futuro habrs dormido).

    24. Habra un aumento del dlar en los prximos das.

    25. No habrs dormido pero roncaste de lo lindo.

  • En suma, mostrados en la enunciacin que los contiene (a travs de ciertos aspectos de la morfologa, la sintaxis, el lxico o incluso la prosodia), los puntos de vista evidenciales forman parte de la cali!-cacin que el enunciado brinda de su propia enunciacin y deben por lo tanto ser incluidos en la descripcin polifnica del sentido.

    El anlisis polifnico de las estructuras evidenciales con demos-trativos neutros que llevaremos a cabo en lo que sigue se basa en un corpus de ejemplos reales, tanto escritos como orales, proce-dentes del Corpus de Referencia del Espaol Actual, de la RAE, del Corpus del Espaol (Davies 2002), de un corpus oral propio, as como de sitios de Internet de habla castellana.

    4. ESTO/ESO, QUE X: del significado evidencial perceptivo al

    significado evidencial citativo

    En este primer apartado, nos ocuparemos de las estructuras evidenciales con los pronombres demostrativos neutros esto y eso seguidos de una aposicin explicativa introducida por la conjun-cin de subordinacin que. Estos casos debern ser cuidadosamen-te distinguidos de estructuras sintcticas similares que no tienen signi!cado evidencial: en ellas el dectico neutro (que puede ser tanto esto y eso como aquello) no aparece seguido de una aposicin, sino de un inciso de carcter aclaratorio introducido por el pro-nombre relativo que (cf. 26-28), o justi!cativo encabezado por el explicativo que 7(cf. 29-31).

    26. Sigo analizando esto, que no me termina de convencer.

    27. Tenamos que terminar con eso, que tanto mal nos haca.

    28. El mdico se reneg.Aquello,quea un sano le hara echar el

    estmago por la boca, mal poda servir para la enferma. (Corpus del Espaol)

    29. Tengo que leer esto, que seguro me lo van a tomar maana.

    30. Dale eso, que se va a poner contenta.

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  • 31. El... eh... como yo andaba lleno de maletas, porque andaba con...

    viajando con mi mujer, y adems angustiado que el tren se pudiera ir

    sin m, pues, no tuve... la curiosidad o la presencia de nimo

    de salir de la estacin para ver cmo estabaaquello,queentonces

    me hubiera dado cuenta de que... Florencia estaba ya...

    Enc. debajo del agua... Inf. totalmente inundada, porque tengo

    entendido que ya para esa hora...

    (Corpus del Espaol)

    Hacemos notar que en los ejemplos (26)-(31) la eliminacin del

    pronombre neutro o bien resulta imposible o bien introduce un fuerte cambio de sentido, a diferencia de lo que ocurre en las es-tructuras evidenciales que aqu nos ocupan. Asimismo, llamamos la atencin sobre el hecho de que si aquello puede aparecer segui-do de estructuras incidentales aclaratorias (cf. 28) o explicativas (cf. 31), la estructura aquello, que X no habilita lecturas evidencia-les. Volveremos sobre ambos puntos en el apartado siguiente.

    4.1. El evidencial directo ESTO/ESO, QUE X

    Consideremos nuevamente (1) aqu retomado como (32) y (33):

    32. [Contexto situacional: dilogo entre A y B, detenidos en un

    semforo durante un viaje en coche]

    A: Qu ciudad ms sucia!

    B: Ay, por qu decs eso? Qu es lo que te molesta?

    A: Esto [gesto ostensivo a montculo de bolsas de basura],

    que saquen la basura en cualquier momento.

    33. [Contexto situacional: dilogo entre una mujer (B) y su marido (A),

    mientras preparan las maletas para un viaje de vacaciones]

    A: Ests muy callada. Hay algo que te tenga mal?

    B: Eso [seala un montn de ropa tirada en el suelo], que el desorden

    sea permanente en esta casa.

    Como puede observarse, las instrucciones semnticas asociadas

  • a las rplicas (32) y (33) (Esto, que saquen la basura en cualquier mo-mento y Eso, que el desorden sea permanente en esta casa) exigen reco-nocer que la representacin discursiva vehiculizada por la aposi-cin explicativa X (que saquen la basura en cualquier momento o que el desorden sea permanente en esta casa) es constatable in situ, lo que autenti!ca la enunciacin. Y ello es as en virtud de que el demostra-tivo esto/eso, acompaado de algn signo ostensivo (un movimiento de la mano, de la mirada o de la cabeza), presenta la enunciacin de X como surgida de una percepcin directa. En efecto, si en lugar de Esto, que saquen la basura en cualquier momento o de Eso, que el desorden sea permanente en esta casa, la rplica de B hubiera sido Que saquen la basura en cualquier momento o Que el desorden sea permanente en esta casa, no habra habido ninguna instruccin de bsqueda del origen del punto de vista vehiculizado por X. La ocurrencia de esto/eso acompaada del gesto corporal de sealamiento en (32) y (33) obliga, en cambio, a identi!car un punto de vista evidencial directo y, en consecuencia, a reconocer su origen en la representa-cin del entorno perceptivo de la situacin de enunciacin.8

    Ahora bien, la lectura evidencial directa, y no meramente dec-tica,9 debe relacionarse con la estructura sintctica (ncleo no-minal dectico + aposicin explicativa) en la que esto/eso aparecen incorporados. Como es sabido, las aposiciones explicativas man-tienen una relacin de equivalencia semntica con el ncleo de la clusula nominal que modi!can. Pero, en casos como los de (32) y (33), y dada la presencia del dectico neutro, ncleo y aposicin se encuentran en una relacin de mutua afectacin semntica.

    En trminos polifnicos, las aposiciones explicativas contienen una instruccin que obliga a interpretarlas como equivalentes al sentido vehiculizado por el punto de vista asociado al ncleo de la clusula nominal (i.e., esto/eso, que remiten a un referente actual). Y viceversa, el sentido vehiculizado por el punto de vista puesto

    82%;,"%#'/#$,"%c2Y2%

  • en escena por la enunciacin de esto/eso (decticos demostrativos neutros con funcin ostensivo-referencial) debe ser reinterpreta-do como equivalente al punto de vista vehiculizado por la repre-sentacin discursiva X, materializada en la aposicin explicativa. En otras palabras, el objeto de la deixis debe reinterpretarse como representacin discursiva (y no como mero sealamiento actual de un referente extralingstico) y la representacin discursiva X debe leerse como originada decticamente ad oculos. As, esta ope-racin de mutua afectacin semntica, propia del funcionamiento de estas estructuras sintcticas, es, precisamente, la que habilita la lectura evidencial directa de Esto/eso, que X.

    Pero si las instrucciones de sentido contenidas en (32) y (33) exigen el reconocimiento de ese signi!cado evidencial directo, la diferencia entre ambos se relaciona con el contenido dectico pro-pio de cada uno de los pronombres: proximidad del locutor, en el caso de esto, vs. proximidad del interlocutor o distancia respecto de ambos, en el caso de eso. Se observar sin embargo que, tal como sugiere la Nueva gramtica de la lengua espaola (2009, 1282), esos sentidos de mayor o menor proximidad espacial se reinter-pretan aqu como grados de proximidad o de implicacin subje-tiva del locutor respecto de la representacin discursiva evocada en X. As, independientemente de la distancia fsica entre X y el productor efectivo del enunciado, la ocurrencia de esto, que X su-giere siempre una mayor cercana subjetiva (X queda incorporado dentro del mismo espacio enunciativo donde se encuentran locu-tor y alocutario) frente a eso, que X, que implica un menor grado de involucramiento (X queda representado como ms distante del locutor en la escena enunciativa). En este sentido, (32a) y (33a) constituyen parfrasis posibles de (32) y (33):

    32.a. A: Pero a vos qu te molesta?

    B: Esto, lo que vemos aqu, que saquen la basura.

    33.a. A: Ests muy callada Hay algo que te tenga mal?

    B: Eso [mientras seala un montn de ropa tirada en el suelo],

    lo que est ah, que el desorden sea permanente en esta casa.

  • 4.2. El evidencial anafrico-citativo ESTO/ESO, QUE X

    Si en (32) y (33), el valor dectico-ostensivo ad oculos (Bhler 1934) de esto/eso obliga a recuperar el origen del punto de vista evi-dencial en la representacin del entorno perceptivo de la situacin de enunciacin, el valor ostensivo-anafrico que esto/eso pueden adquirir en otros contextos, como ocurre de hecho en (34), (35) y (2) aqu retomado como (36), obliga a recuperar el origen del punto de vista introducido en un discurso inmediatamente ante-rior. El signi!cado evidencial es as de tipo indirecto y citativo.

    34. A: A m la inseguridad me saca. Ya no se puede andar por la calle.

    B: Pero a vos qu te preocupa exactamente?

    A: Esto, que te pueden robar en cualquier momento.

    (Corpus oral propio)

    35. Mara iba a pasar muchos veranos a... Inf. A Vera de Bidasoa.

    Enc. A la casa de Baroja? Inf. S, s, s, mucho, mucho. Pues

    puedo decir una cosa, en !n, que..., que se aburra bastante,

    a no ser que llegase alguien que le hablase de sus obras.

    Entonces estaba el hombre derretido. Enc. Cmo le

    describira usted si tuviera que hacer su biografa? Inf. Pues,

    pueseso,queera egosta y que toda aquella sencillez...

    (Corpus del Espaol)

    36. Enc. S, realmente hoy aqu hay muchos periodistas graduados

    que no encuentran trabajo, y sin embargo ah se presentan gentes

    que no tienen ni bachillerato. Inf.b. S. Inf.a. Eso. Inf.b. Ni el

    bachillerato tienen, y... y que hablan muy mal el castellano y a

    ms de eso... Enc. Analfabetas. Inf.b. Lo ms grave eseso,

    queson completamente analfabetas.

    (Corpus del Espaol)

    Tal como lo ponen de mani!esto las parfrasis (34a), (35a) y (36a), ese discurso citado puede ser un discurso previo ya del pro-pio locutor (cf. (34a) y (35a)), ya del interlocutor (cf. (36a)):

  • cG

    34.a. A: Esto, lo que acabo de decir, que te pueden robar en cualquier

    momento.

    35.a. Inf.: Pues, pues eso, lo que dije (suger) antes, que era egosta y que

    toda aquella sencillez

    36.a. Inf.b.: Lo ms grave es eso, lo que Ud. dijo, que son completamente

    analfabetas.

    Al igual que en (32) y (33), la alternancia esto/eso mani!esta dis-tintos grados de implicacin subjetiva, pero en (34), (35) y (36), dichos grados deben reanalizarse de modo diferente segn que el discurso citado sea propio o ajeno.

    En (34), el mayor grado de implicacin subjetiva sealado por esto debe releerse como reactualizacin del propio discurso citado (cf. 34b). En (35) la mayor distancia indicada por eso debe, por su parte, interpretarse como una instruccin para recordar un dis-curso ya dicho por el locutor y por lo tanto conocido por el inter-locutor (cf. 35b):

    34.b. A: Esto, ya lo dije y lo vuelvo a decir ahora, que te pueden robar en cualquier momento.

    35.b. Inf.: Pues, pues eso, lo que acabo de decir (sugerir) y que, por lo tanto,

    Ud. ya sabe, que era egosta y que toda aquella sencillez

    En cuanto a (36), se observar que si bien tanto eso como esto resultan posibles para sealar que la fuente de X es un discurso previo del interlocutor, solo eso puede funcionar autnomamente (i.e., sin acompaamiento de ningn gesto ostensivo) en este contexto. Tal como lo muestra la parfrasis (36b), la enunciacin de Eso, que X presenta un locutor que no solo rememora el discurso que cita, sino que tambin indica su procedencia (el interlocutor).

  • 36.b. Inf.b.: Lo ms grave es eso, lo que Ud. dijo y que yo retomo ahora, que son completamente analfabetas.

    En cambio, para que el dectico esto sea posible en el contexto de (36), es necesario que su enunciacin est acompaada de un gesto ostensivo hacia el otro o de una glosa aclaratoria que indique que el origen de ese discurso es el interlocutor. De lo contrario, y dado que esto indica siempre un grado mximo de implicacin personal, la enunciacin de ese dectico en (36), sin gesto y sin glosa, obliga-ra a interpretar que la cita evocada procede del propio locutor. Se mostrara as una falta de registro de lo dicho previamente por el otro, lo que, a su vez, estara en el origen de un posible con#icto conversacional. Acompaado en cambio de esos signos, que indi-can efectivamente que el origen del discurso citado es el otro, el sentido vehiculizado por la enunciacin de esto, que X supone no solo el reconocimiento del discurso ajeno, sino tambin su reapro-piacin actualizada por parte del locutor (cf. 36c). Y en esta indica-cin reside precisamente el sentido de mxima empata que surge toda vez que se enuncia esto, que X para retomar un discurso ajeno.

    36.c. Lo ms grave es esto [gesto ostensivo al interlocutor], lo que Ud. acaba de decir y con lo que yo acuerdo, que son completamente

    analfabetas.

    Como puede constatarse, en estos primeros apartados nos he-mos ocupado de los empleos evidenciales directos y anafrico ci-tativos con los pronombres demostrativos neutros esto y eso. Y es que en el corpus no se registran casos con aquello seguido de una aposicin explicativa introducida por la conjuncin de subordina-cin que. Una posible explicacin se relaciona con el signi!cado de mayor distancia de aquello respecto del locutor en la escena de enunciacin. En efecto, aquello siempre seala algo como exterior al espacio propio de enunciacin y, por lo tanto, resulta incompa-tible con los casos de evidencialidad directa en los que, tal como

  • hemos mostrado, la autenti!cacin de la enunciacin se produce en virtud del registro perceptual in situ del locutor respecto de una determinada situacin. Anlogamente, en el caso de los empleos evidenciales anafrico-citativos, la lejana signi!cada por aque-llo impide recuperar discursos cercanos y, por lo tanto, de algn modo presentes en la escena de enunciacin. La nica posibilidad para que aquello, que X resulte posible en este caso es que aparezca explcitamente la glosa atributiva con un verbo de decir (cf. (37)).

    37. he pensado tanto, tanto..., al ansia de tenerte en mi obra

    transfundida!... Pero, alma, ya ves t...; es verdadaquello,que

    dijo no s quin, que... las mujeres honradas no tenis historia .

    No, no tenis historia ni dramas, las honradas!

    (Corpus del Espaol)

    Ahora bien, es precisamente este signi!cado de mayor distan-cia respecto del locutor el que habilita a aquello a formar parte de construcciones evidenciales especializadas en la evocacin de dis-cursos lejanos, como los que analizaremos en el prximo apartado.

    5. El evidencial citativo ESTO/ESO/AQUELLO DE (QUE) X

    Un tercer grupo de ejemplos con esto/eso/aquello como marcadores de evidencialidad es el constituido por estructuras en las que el pro-nombre neutro aparece seguido, esta vez, de una aposicin especi!-cativa. En este caso, la aposicin est encabezada por la preposicin de, que introduce como trmino un sustantivo (cf. supra (3), (4) y (5)), una oracin de in!nitivo (cf. supra (6), (7) y (8)), una cita en estilo di-recto (cf. supra (9), (10) y (11)), o una clusula subordinada sustantiva (cf. supra (12), (13) y (14)). A modo de ejemplo, consideremos (12), (13), (5) y (9), que aqu retomamos como (38), (39), (40) y (41).

    38. No voy a reiterar esto de que ya no tenemos tiempo de discutirlo, de hacer

    modi"caciones, como ya dijeron en otras ocasiones los seores senadores.

    (CREA, oral, Argentina, 1998)

  • 39. Cmo es eso de que te vas maana?

    (Corpus oral propio)

    40. Es algo cierto aquello de las coincidencias entre los presidentes Lincoln

    y Kennedy?

    (http://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=20061118152040AAzwhIc)

    41. Debe ser horrible que te regalen, algo hecho con ganas desde el

    fondo del corazn pero que te produzca rechazo el color o la

    forma. Yo no me creo esto de: a caballo regalado no se le miran

    los dientes y ustedes que opinan?

    (http://zodiaco9patchworkymas.blogspot.mx/2008_11_01_archive.html)

    De modo anlogo a (34)-(36), las estructuras esto/eso/aquello de (que) X presentes en (38)-(41) ponen de mani!esto que la re-presentacin discursiva vehiculizada por X es un decir evocado que procede de un discurso previo. Pero dado que en esto/eso/aquello de (que) X el origen de la representacin X no est nece-sariamente sealizado (ni dectica ni anafricamente), X queda habilitada para remitir a otros orgenes posibles. De hecho, en (38), la glosa como ya dijeron en otras ocasiones los seores senadores reitera de manera explcita la atribucin de ese decir, ya mos-trado en la estructura evidencial esto de (que) X. Por su parte, en (39), (40) y (41), las parfrasis posibles (39a), (39b), (40a) y (40b) y (41a) permiten poner de mani!esto que el origen del punto de vista evidencial puede hallarse en un discurso previo del interlocutor (como dijiste), de voces no identi!cadas (como dicen/como andan diciendo por ah) o de una voz genrica de tipo doxal (como dice el proverbio).

    39.a. Cmo es eso de que, como dijiste, te vas maana? 39.b. Cmo es eso de que, como dicen/como andan diciendo por ah,

    te vas maana?

  • 40.a. Es algo cierto aquello, que dijiste, de las coincidencias entre los

    presidentes Lincoln y Kennedy?

    40.b. Es algo cierto aquello, que dijeron/anduvieron diciendo, de las

    coincidencias entre los presidentes Lincoln y Kennedy?

    41.a. Yo no me creo esto de, como dice el proverbio, a caballo regalado

    no se le miran los dientes.

    Esta evocacin ms difusa de discursos previos es producto de un nuevo desplazamiento semntico visible en el modo en que se inter-preta el signi!cado dectico propio de los pronombres analizados: si en (32) y (33) la deixis ostensiva ad oculos favoreca una interpretacin evi-dencial directa, y en (34)-(36) ese signi!cado dectico se reinterpretaba como la sealizacin anafrica hacia un discurso previo, en el caso de (38)-(41) nos encontramos frente a instancias de deixis evocadora. En este tipo de deixis, el valor espacial del demostrativo neutro (que va desde lo ms cercano hasta lo ms distante respecto del locutor) se diluye, como en el caso de esto/eso, que X anafrico-citativo, a favor de distintos grados de subjetivizacin del discurso evocado. As pues, si la enunciacin de esto subjetiviza ese discurso como ms actual o ms presente en la situacin en la que se lo retoma, la ocurrencia de eso marca que el locutor se limita a comentar un discurso que rememora en el momento en que lo evoca y la de aquello como el recuerdo de un discurso ya cristalizado en la memoria de los interlocutores.

    Ahora bien, la indicacin que insta a recuperar discursos conocidos, no necesariamente pronunciados inmediatamente antes en la escena de enunciacin en la que aparecen evocados, se explica, en parte, por el condicionamiento sintctico que supone este tipo particular de es-tructuras apositivo-especi!cativas: la aposicin X aparece introducida por la preposicin de, que restringe y circunscribe el alcance del de-mostrativo neutro. Se observa as el fuerte parentesco de las estructu-ras esto/eso/aquello de (que) X con aquellas con el artculo neutro lo (cf. (17) y (18), que aqu retomamos como (42) y (43)) que codi!can un signi!cado similar:

  • 42. Lo/Eso de levantarme pronto me sienta fatal. 43. Lo/Eso de que le llamen tonto no le gusta nada.

    Cabe destacar, en este sentido, que tal como seala la NGLE, estas estructuras admiten parfrasis como (42a) y (43a), en las que el artculo neutro lo y los demostrativos esto/eso pueden ser reem-plazados por una descripcin de!nida cuyo ncleo es un sustan-tivo del tipo tema, asunto o cuestin. Se observar que estos sustantivos no solo son correferenciales respecto de la aposicin X (tema y tener que levantarme pronto, en (42a), y asunto y le llaman tonto, en (43a)), sino que adems permiten poner de mani!esto que el punto de vista vehiculizado en X se presenta como un saber cono-cido y compartido por ambos interlocutores, y cuyo origen es dis-tinto y previo al de la enunciacin en la que se lo pone en escena. En efecto, anlogamente a esto/eso, que X y tal como anticipamos en ( 2), si se elimina el pronombre neutro de las estructuras ana-lizadas (cf. (42b) y (43b)), la instruccin de bsqueda del origen del punto de vista vehiculizado por X ya no est presente. En otras palabras, (42b) y (43b) no poseen marcas de evidencialidad.

    42.a. El/este tema de tener que levantarme pronto me sienta fatal.

    43.a. El/este asunto de que le llamen tonto no le gusta nada.

    42.b. Tener que levantarme pronto me sienta fatal.

    43.b. Que le llamen tonto no le gusta nada.

    De este modo, entonces, si esto/eso/aquello de (que) X permiten aludir a decires previos, ms o menos cercanos o lejanos de la esce-na enunciativa y atribuibles a diferentes personajes discursivos (cf. (39)-(41)), tambin pueden indicar que el origen del punto de vis-ta X se halla en un saber que constituye el resultado de un conjun-to cristalizado de enunciaciones previas. As ocurre en (42)-(43), pero tambin en (3) y (7) retomados aqu como (44) y (45) o en (46) (cf. las parfrasis (44a), (45a) y (46a)), en los que la aposicin especi!cativa X introducida por el pronombre neutro evoca cuestiones,

  • GF

    historias, tpicos, tradiciones caracterizados como marcos de dis-curso conocidos, o presentados como tales:

    44. Hola mamis. Soy nueva en esto de la lactancia.

    44.a. Hola mamis. Soy nueva en esta cuestin archiconocida de la lactancia

    45. Se acab eso de comprar digital.

    45.a. Se acab esa historia de comprar digital.

    46. All lejos qued aquello de poder salir a la puerta y conversar con

    los vecinos.

    46.a. All lejos qued aquella tradicin de poder salir a la puerta y conversar

    con los vecinos.

    5.1. ESTO/ESO/AQUELLO DE (QUE) X: decires y saberes

    Como queda dicho, el origen del punto de vista evidencial ci-tativo en este tercer tipo de estructuras puede identi!carse con distintas !guras enunciativas. Entre ellas, la voz del SE resulta de particular inters puesto que, a diferencia del resto de los perso-najes de la enunciacin, es la nica que permite traer a escena no solo un decir sino tambin un saber general y presentado como conocido y aceptado.

    En relacin con esta fuente indeterminada y plural, Anscombre (2005) ha llamado la atencin sobre los mltiples valores que ella puede adquirir en el discurso. Esta multiplicidad, segn el anlisis del autor, se evidencia a travs de la puesta en relacin entre el tipo de discurso generalizante evocado (i.e., un decir o un saber) y la posibilidad o no de inclusin del locutor dentro del colectivo de personajes de discurso que dicen o saben. As, tal como demuestra Anscombre, un enunciado del tipo Se dice que Luis XI era un gran rey, pero yo no lo creo es totalmente posible, mientras que Se sabe que Luis XI era un gran rey, pero yo no lo creo no lo es. Estos ejemplos permiten ver as que, por medio de un movimiento contraargumentativo, el locutor puede sealar su no inclusin dentro de la voz colectiva del SE (ON-Locuteur, en trminos de Anscombre) cuando se trata

  • GY

    de un decir, pero no puede excluirse de ese SE si el origen de esa voz es un saber colectivo que a la vez se evoca. En otras palabras, toda vez que el origen del punto de vista evidencial es un saber presentado como aceptado en la enunciacin, el locutor queda necesariamente incluido en ese SE saber e imposibilitado, por lo tanto, de negar la creencia presupuesta en l (cf. la imposibilidad de (44b), (45b) y (46b)).

    44.b. *Hola mamis. Soy nueva en esta cuestin archiconocida de la

    lactancia, que no creo.

    45.b. *Se acab esa historia de comprar digital, que no creo.

    46.b. *All lejos qued aquella tradicin de poder salir a la puerta

    y conversar con los vecinos, que no creo.

    En cambio, cuando la evidencialidad citativa se con!gura por la evocacin de un SE decir, el locutor no necesariamente adhiere a esa voz. Este efecto de sentido puede explicarse apelando a la distincin entre el locutor en tanto tal (L) y el locutor en tanto ser del mundo (1). Comparemos en este sentido (47)-(49), por un lado, con (50)-(51), por el otro.

    47. Lo que no se ha cotizado en el mercado, quiz porque no sea

    cierto, es esto de que la banca est con el Gobierno. En otras pocas

    un refrendo de este tipo habra originado un alza notoria.

    Hoy, prcticamente ha pasado inadvertido, seguramente porque

    los operadores importantes saben hasta qu punto es verdad.

    (CREA, Prensa, Espaa, 1977)

    48. A: Detrs de la vida, no solo de mis letras. Detrs de cualquier

    cosa que uno haga siempre hay mujeres.

    B: Se re!ere a eso de que detrs de un gran hombre hay una gran

    mujer?

    A: S, pero yo no soy un gran hombre.

    (CREA, Prensa, El Tiempo, Colombia, 1997)

  • GE

    49. Dnde se han dejado (algunos) franceses aquello de libert, galit

    y fraternit?

    50. Nunca pero nunca voy a tener buen trato con los nios pequeos.

    Siempre terminan llorando o golpeados. No me sale ese

    carisma digno de una maestra jardinera, la verdad no sirvo para

    eso. Desde siempre quise ser ta... pero todo esto de que primero

    tienen que ser chicos no va. Yo quiero ser la ta copada pero as no

    puedo. Aj, aj, dnde est Nachito? aca taaaaaaaaaa... nah.

    Yo quiero que me digan ta, convencela a mi vieja de que me

    deje ir a bailar... o ta, cmo es estar en pedo? o ta, quin fue

    el Che Guevara? o por qu Pern era malo?

    (CREA, efmero, Weblog, Argentina, 2003)

    51. Massa: Es una berretada eso de andar pidiendo de"niciones.

    Si en (47)-(49), L reconoce la existencia de la voz colectiva e indeter-minada del SE decir dentro de la cual 1 puede o no estar incluido (cf. la modalidad dubitativa indicada por quizs porque no sea cierto, en (47), o por la forma interrogativa de los enunciados (48) y (49)), en (50) y (51), 1 queda representado como necesariamente excluido de ese SE decir. Es precisamente esa no inclusin de 1 dentro de la voz colectiva la que le permite a L rechazar o descali!car ese decir evocado en la enuncia-cin global (cf. el segmento no va, en (50), y es una berretada, en (51)).

    As pues, si en estos casos, el punto de vista evidencial puede proceder de un SE saber o de un SE decir, los posicionamientos enunciativos de L di!eren: adhesin total con el SE, en el caso del SE saber; reconocimiento del SE con o sin inclusin de 1 en el caso del SE decir. Esto explica por qu, cuando en la enunciacin el lo-cutor reconoce el punto de vista evidencial para descali!carlo, la nica lectura habilitada es aquella en la que el origen remite a un SE decir. Para probarlo, reconsideremos los ejemplos (44)-(46), en los que el punto de vista evidencial remita a un SE saber, y veamos qu ocurre cuando se eliminan las marcas de ese saber presenta-do como conocido y compartido (esta cuestin archiconocida de X,

  • Gc

    esta historia de X, aquella tradicin de X) y L descali!ca o rechaza el punto de vista evidencial vehiculizado en X (cf. es un puro verso, en (44c); yo no me creo, en (45c); es un mito, en (46c)).

    44.c. Hola mamis. Esto de la lactancia es puro verso. 45.c. Yo no me creo eso de comprar digital.

    46.c. Aquello de poder salir a la puerta y conversar con los vecinos

    es un mito.

    Tal como puede constatarse en las parfrasis (44d)-(46d), la representacin vehiculizada en X solo puede presentarse como surgida de un SE decir, y ya no ms de un SE saber (cf. imposibili-dad de (44e)-(46e)).

    44.d. Hola mamis. Esto que dicen acerca de la lactancia es puro verso.

    45.d. Yo no me creo eso que dicen de que hay que comprar digital.

    46.d. Aquello que decan acerca de que se poda salir a la puerta y conversar

    con los vecinos es un mito.

    44.e. *Hola mamis. Esto que se sabe acerca de la lactancia es un puro verso.

    45.e. *Yo no me creo eso que se sabe de que hay que comprar digital.

    46.e. *Aquello que se saba acerca de que se poda salir a la puerta y conversar

    con los vecinos es un mito.

    Esto/eso/aquello de (que) X pueden poner en escena, as, pun-tos de vista evidenciales citativos, pero debe reconocerse que cuanto ms sustantivado se presenta el trmino de la prepo-sicin de en la aposicin especificativa, ms posibilidades hay de que el punto de vista evidencial proceda de un saber. So-bre todo si el locutor se muestra a s mismo como parte de ese SE saber y no lo pone en cuestin. As, si el trmino X es un sustantivo (esto de la lactancia) o una nominalizacin (aque-llo de las coincidencias) o un infinitivo (eso de comprar digital), X tender a evocar discursos cristalizados que se presentan a s mismos como tpicos o saberes conocidos y presentados

  • GG

    como aceptados en la enunciacin. Si, en cambio, X es una proposicin sustantiva con verbo conjugado introducida por la conjuncin de subordinacin que, o bien una cita en estilo directo, la interpretacin evidencial conducir normalmente a ver en X la alusin a un decir.

    Finalmente, y en relacin con la alternancia de esto/eso/aque-llo en esto/eso/aquello de (que) X, debe indicarse que, como en los casos de esto/eso, que X, la presencia de uno u otro demos-trativo neutro se relaciona con los diversos grados de implica-cin del locutor. En otras palabras, el valor dectico espacial se reanaliza en estas estructuras como un significado tmpo-ro-modal que va desde una mayor afectacin subjetiva, pro-ducto de la vigencia y actualidad del discurso evocado (es el caso de esto de (que) X), hasta un menor involucramiento, fun-damentado en la distancia temporal de discursos ms doxales que se recuerdan y rememoran en la enunciacin actual (es el caso de aquello de (que) X). Entre ambos polos, eso de (que) X presenta un sujeto que trae a escena un discurso respecto del cual muestra empata sin por ello marcar un alto grado de afectacin subjetiva.10

    6. Conclusin

    En este captulo, hemos buscado dar cuenta del signi!cado evi-dencial directo e indirecto contenido en las instrucciones semn-ticas asociadas a las estructuras esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X, estructuras que hasta aqu no han recibido un tratamiento particularizado.

    Para ello, y en el marco del enfoque polifnico de la signi!cacin (Ducrot 1984), hemos presentado una descripcin reelaborada del llamado signi!cado evidencial. Esta reelaboracin implic nece-sariamente dejar de lado ciertos principios epistemolgicos propios

    102%C.%),4..(7#'%!4#%*1&.*)#)*N4%1#

  • GI

    de las perspectivas referencialistas y cognitivistas. As, en lugar de considerar al sujeto hablante como origen del sentido, al discur-so como codi!cacin de informacin veri!cable o al signi!cado como resultado de un per!lamiento cognitivo de un hablante real, hemos puesto en evidencia cmo la enunciacin misma, segn la imagen que de ella da el enunciado, insta a reconocer la existencia de puntos de vista evidenciales que la autenti!can o la sustentan. Se trata de puntos de vista cuyo origen, distinto y previo al de la enunciacin en la que se los pone en escena, debe ser identi!cado para poder acceder al sentido. En las estructuras aqu analizadas, ese origen mostrado y no dicho debe relacionarse ya con una percepcin directa, ya con un discurso previo citado o evocado.

    Ahora bien, si en esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X, el tipo de interpretacin evidencial (directa o indirecta) di!ere, ello debe relacionarse, tal como hemos mostrado a lo largo de estas pginas, con la estructura sintctica en la que los pronombres de-mostrativos neutros aparecen incorporados.

    Si la aposicin es explicativa, esta obliga a releer la deixis del demostrativo esto/eso como marca ostensiva del origen de la re-presentacin discursiva X. Esto/eso pueden sealar entonces algo presente en la escena o un discurso inmediatamente previo que se retoma. De all que las interpretaciones habilitadas sean la evi-dencial perceptiva y la evidencial anafrico-citativa. Y dado que, en estos casos, lo sealizado siempre forma parte de la situacin enunciativa vigente, se entiende bien por qu no se registran en el corpus casos con aquello, que necesariamente remite a un espacio exterior y distante de la escena de interlocucin.

    Si, en cambio, la aposicin es especi!cativa, esto/eso/aquello pier-den autonoma y su signi!cado espacial debe releerse como signi-!cado tmporo-modal asociado a grados diversos de implicacin subjetiva del locutor con respecto a la representacin X. Dado en-tonces que en esto/eso/aquello de (que) X el origen de X no est ne-cesariamente sealizado (ni dectica ni anafricamente), X queda habilitada para remitir a otros orgenes posibles (el interlocutor,

  • Gd

    otro(s) locutor(es), la voz de SE decir, la voz del SE saber). En cuanto a las diferencias semnticas que surgen por la evocacin de dis-cursos generalizantes (provengan estos de decires o de saberes), hemos podido comprobar, en la misma lnea de los trabajos de Anscombre sobre SE, que la cita de un decir o de un saber co-lectivo acarrea consecuencias diferentes en los posicionamientos enunciativos posibles que puede adoptar el locutor frente a ese SE saber o ese SE decir.

    Para !nalizar, queremos destacar que los signi!cados evidencia-les asociados a esto/eso, que X y esto/eso/aquello de (que) X no se dedu-cen del contexto ni del supuesto modo de acceso del sujeto hablan-te al conocimiento de aquello que dice. Ms bien, es el enunciado el que brinda una cierta imagen de su enunciacin como autenti-!cada en un origen perceptual o como sustentada en un discurso previo que adquirir, segn su insercin en la enunciacin en la que se lo evoca, las caractersticas de un saber o de un decir. Insis-timos: no hay nada fuera del lenguaje que determine el estatuto de los signi!cados evidenciales. Solo a partir de la con!guracin de la escena enunciativa, que permite dar cuenta tanto de la actitud modal del locutor (i.e., grados diversos de afectacin subjetiva), como de su posicionamiento frente a los distintos puntos de vista vehiculizados en la enunciacin (i.e., identi!cacin, aceptacin, reconocimiento, rechazo o distanciamiento) quedar mostrado el origen de donde parece surgido el propio decir.

  • GH

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