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ESTADO DE CIERTAS CUESTIONES RELATIVAS A LAS VITAIVIINAS” Basado en las Recomendaciones de la Comisión Cooperativa sobre Vitaminas, de los Consejos de Farmacia y Química y de Alimentación de la Asociacibn Médica Americana 1. Puntos que interesan primordialmente al Consejo de Farmacia J Quimica El Consejo de Farmacia y Química de la Asociación Médica Americana con- sider6 los asertos permisibles para las vitaminas bajo los siguientes encabezados: asertos permisibles para la vitamina A; asertos permisibles para la riboflavina, el cloruro de tiamina y el ácido nicotínico, incluso la vitamina B compleja; asertos permisibles para el ácido ascórbico (cevitámico) (incluso su relación con los eri- temas arsenicales); asertos permisibles para las preparaciones de vitamina D y vitaminas A y D. c Basandose en este plan el Consejo estudió la siguiente declaración revisada con respecto a los asertos permisibles acerca de las vitaminas, autorizando su publica- ción en la obra N. N. R.1 Las investigaciones de la nutrición, que fueron iniciadas desde el segundo decenio del siglo actual, han abierto un horizonte absolutamente nuevo para muchos trastornos, algunos de los cuales sospechabase desde mucho antes que reconocían origen dietético. Esto se debe a la demostraci6n científica de que, además de los principios inmediatos reconocidos de viejo, proteínas, hidratos de carbono y grasas, que rinden los requisitos energéticos para la vida y la actividad y que junto con ciertos elementos inorganicos constituyen la estructura de los tejidos y los humores del organismo son también indispensables otros factores para la conservación del bienestar físico y la función normal. A esos factores se les designa por lo general actualmente con el nombre de vitaminas. La falta de cualquiera de las vitaminas, en una alimentación que es satisfac- toria en otros sentidos, conduce a la aparición de un síndrome que se llama “en- fermedad de deficiencia o de escasez.” Esas enfermedades pueden acompañarse de manifestaciones tan notables como las que son consecuencia directa de la desnutrición (deficiencia de calorías) y la privación de elementos inorgánicos esenciales, tales como yodo, hierro, calcio o fósforo. El escorbuto nos ofrece un ejemplo notable de una enfermedad de deficiencia, pues puede impedirse o curarse agregando a la alimentaci6n productos que contengan vitamina C (ácido ascór- hico). Por medio de experimentos convincentes ya se ha establecido netamente que el proflactioo o remedio-la sustancia antiescorbútica-es una entidad química bien definida que posee la composición CeHaOs. Esa vitamina encuén- trase presente en muchos artículos utilizados como alimentos, por ejemplo, las verduras y las frutas, y sin embargo, falta en otros tales como los cereales y granos corrientes. El ácido ascórbico es destruído fácilmente por el calor en ciertas condiciones y notablemente en un medio alcalino yen presencia de oxígeno, pero pueden prepararse alimentos sin mayor pérdida de ácido ascórbico si se toma la precaución de excluir el aire y si la reacción del alimento no es impropicia a la conservación de la vitamina. El ejemplo anterior basta para indicar las características de una vitamina: sustancia esencial para el mantenimiento de las funciones metabólicas normales, l Traducido por la Oficina Smitaria Panamericana del Jour. Am. Yed. Assn., sgto. X2,1939, P. 689. 1 Remedios Nuevos no Oficiales pun 1939. 128

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ESTADO DE CIERTAS CUESTIONES RELATIVAS A LAS VITAIVIINAS”

Basado en las Recomendaciones de la Comisión Cooperativa sobre Vitaminas, de los Consejos de Farmacia y Química y de Alimentación

de la Asociacibn Médica Americana

1. Puntos que interesan primordialmente al Consejo de Farmacia J Quimica

El Consejo de Farmacia y Química de la Asociación Médica Americana con- sider6 los asertos permisibles para las vitaminas bajo los siguientes encabezados: asertos permisibles para la vitamina A; asertos permisibles para la riboflavina, el cloruro de tiamina y el ácido nicotínico, incluso la vitamina B compleja; asertos permisibles para el ácido ascórbico (cevitámico) (incluso su relación con los eri- temas arsenicales); asertos permisibles para las preparaciones de vitamina D y vitaminas A y D.

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Basandose en este plan el Consejo estudió la siguiente declaración revisada con respecto a los asertos permisibles acerca de las vitaminas, autorizando su publica- ción en la obra N. N. R.1

Las investigaciones de la nutrición, que fueron iniciadas desde el segundo decenio del siglo actual, han abierto un horizonte absolutamente nuevo para muchos trastornos, algunos de los cuales sospechabase desde mucho antes que reconocían origen dietético. Esto se debe a la demostraci6n científica de que, además de los principios inmediatos reconocidos de viejo, proteínas, hidratos de carbono y grasas, que rinden los requisitos energéticos para la vida y la actividad y que junto con ciertos elementos inorganicos constituyen la estructura de los tejidos y los humores del organismo son también indispensables otros factores para la conservación del bienestar físico y la función normal. A esos factores se les designa por lo general actualmente con el nombre de vitaminas.

La falta de cualquiera de las vitaminas, en una alimentación que es satisfac- toria en otros sentidos, conduce a la aparición de un síndrome que se llama “en- fermedad de deficiencia o de escasez.” Esas enfermedades pueden acompañarse de manifestaciones tan notables como las que son consecuencia directa de la desnutrición (deficiencia de calorías) y la privación de elementos inorgánicos esenciales, tales como yodo, hierro, calcio o fósforo. El escorbuto nos ofrece un ejemplo notable de una enfermedad de deficiencia, pues puede impedirse o curarse agregando a la alimentaci6n productos que contengan vitamina C (ácido ascór- hico). Por medio de experimentos convincentes ya se ha establecido netamente que el proflactioo o remedio-la sustancia antiescorbútica-es una entidad química bien definida que posee la composición CeHaOs. Esa vitamina encuén- trase presente en muchos artículos utilizados como alimentos, por ejemplo, las verduras y las frutas, y sin embargo, falta en otros tales como los cereales y granos corrientes. El ácido ascórbico es destruído fácilmente por el calor en ciertas condiciones y notablemente en un medio alcalino yen presencia de oxígeno, pero pueden prepararse alimentos sin mayor pérdida de ácido ascórbico si se toma la precaución de excluir el aire y si la reacción del alimento no es impropicia a la conservación de la vitamina.

El ejemplo anterior basta para indicar las características de una vitamina: sustancia esencial para el mantenimiento de las funciones metabólicas normales,

l Traducido por la Oficina Smitaria Panamericana del Jour. Am. Yed. Assn., sgto. X2,1939, P. 689. 1 Remedios Nuevos no Oficiales pun 1939.

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no idéntica a los principios nutrientes m4s conocidos, que no sintetiza el organismo humano y por lo tanto hay que obtener exógenamente, a veces mãs lábil que los alimentos mismos y de ahi susceptible de deterioro y distribuida en forma variable entre las porciones edibles de animales y plantas. Ya se han aislado y sintetizado varios productos que poseen las propiedades atribuidas a las vitaminas.

Para mayor conveniencia se han ido creando las definiciones A, B, C y D, etc., para las vitaminas. El escorbuto, el beriberi, el raquitismo, la pelagra y la xeroftalmía han sido atribuidos con bastante base experimental ala falta de vita- minas específicas; y de ahí que de cuando en cuando se denominen las respectivas sustancias profilácticas o curativas, vitamina antiescorbútica (C), vitamina anti- rraquítica (D), vitamina antineurítica (BI), vitamina antixeroftalmica (A), etc. En los ríltimos tratados de bioquímica y de nutrición ya pueden encontrarse reseñas pormenorizadas de la fisiología de las vitaminas. Los problemas plantea- dos por las mismas son objeto de debates activos y de minuciosas investigaciones, de modo que por ahora ~610 caben conclusiones tentativas acerca de muchos puntos.

Aunque ya contamos con algunos útiles métodos químicos y físicos para deter- minar la cantidad de vitaminas presente en un producto dado, tenemos que atenernos a las valoraciones biológicas para obtener datos terminantes. A Gn de facilitar tales valoraciones y de proporcionar una expresión uniforme del con- tenido vitamínico, la Organización de Higiene de la Sociedad de Naciones ha patrocinado la preparación y distribución de tipos para las vitaminas A, Br, C y D, definiendo la unidad internacional para cada una de las mismas en términos de la actividad biológica de una cantidad específica del tipo respectivo. Las unidades de la F.E.U.XI para las vitaminas A, BI y D son idénticas a las internacionales.

Aunque ya se han acopiado datos considerables acerca del asunto no se han establecido todavía, salvo dentro de límites algo amplios, los requisitos de las criaturas o los adultos para las vitaminas A, Br, C y D. Aparentemente no hay razón alguna para que una alimentaci6n debidamente escogida no facilite una provisión adecuada de las vitaminas necesarias. Además, si se exceptúan la pelagra y posiblemente una avitaminosis BI, no hay signos en Estados Unidos de mayor frecuencia en los adultos de estados que puedan justamente imputarse a la falta de una o mas vitaminas. Sin embargo, en circunstancias que impongan una alimentación muy limitada y conduzcan a regímenes “unilaterales,” puede surgir a veces una privación relativa de algunas de las vitaminas y en muchos casos de esa naturaleza cabe corregir la situacibn recetando alimentos apropiados. En ocasiones, y en particular tratandose de lactantes, puede obtenerse un resul- tado correctivo con mas eficacia y mayor celeridad administrando la vitamina misma o productos muy ricos en la misma; por ejemplo, aceite de higado de bacalao como coadyuvante dietético en la profdaxia y tratamiento del raquitismo y jugo de naranja o &cido ascórbico cristalino para aliviar el escorbuto.

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El reconocimiento de productos vitaminizados especiales tiene hoy dia su principal justificación en las concentraciones inusitadas del principio potente que pueden representar o en su forma sumamente conveniente para administración. Esas consideraciones que pueden modificar nuevos adelantos de la investigaci6n han servido como pautas para seleccionar productos ofrecidos para inclusi6n en los N.N.R. bien como ricos en vitaminas específicas, habiéndose ya reconocido que poseen valor bien dehnido en la práctica clínica y la nutrición humana o como sustancias puras tales como la carotina, que es un precursor de la vitamina A, el ácido ascórbico (vitamina C cristalina) o el cloruro de tiamina (vitamina Br cristalina).

El Consejo ha considerado el punto de la vitaminoterapia mixta, acordando que por ahora no parece que haya m4s base lógica para incluir en una preparación

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todas las vitaminas o varias de ellas, que la que existe para combinar otros varios principios dietéticos conocidos, en un solo producto farmacéutico. Dado que las vitaminas A y D se presentan juntas en la naturaleza y tomando por base la prolongada experiencia clínica con el aceite de hígado de bacalao, el Consejo acepta productos que contienen dichas dos vitaminas y considerará para acep- tación concentrados vitamínicos de la potencia requerida si se obtienen de un solo producto natural que contenga más de una de las vitaminas conocidas.

El término de ‘%itamina A” ha sido aplicado a cualquiera de varias sustancias o a una mezcla de ellas que produzcan cierto efecto fisiológico específico observa- ble. Ya parece haberse establecido netamente que existen por lo menos cinco sustancias que pueden introducir hasta cierto punto esa típica reacción en el organismo animal: la vitamina A misma, la carotina alfa, beta y gama y la criptoxantina. Las ultimas cuatro, precursoras de la vitamina A, son producidas en el reino vegetal y la ingestión de las mismas por la mayor parte de los animales resulta en grado variable (según la especie del animal y la precursora suminis- trada) en la formación de un compuesto que posee la fórmula empírica C20HH200H y al cual no se le ha asignado otro nombre que el de vitamina A. Todavía no se ha establecido definitivamente hasta qué punto las diversas precursoras pueden ser convertidas en vitamina A por distintas especies de animales. Tampoco se ha establecido la función exacta de la vitamina A, pero sí ha sido objeto de ex- tensas investigaciones el cuadro patológico producido por la deficiencia de varios grados.

Los asertos aceptados para la vitamina A ser& reconocidos con respecto a las precursoras de la misma tnicamente conforme a las condiciones estipuladas en otra parte bajo el encabezado Carotina.

Asertos permisibles. l.-Las pruebas de la existencia de la vitamina A y de su papel en la nutrición humana basanse en el hecho de que una deficiencia de la misma suele producir una característica oftalmopatia llamada por lo general xeroftalmfa. 2.-Conviénese por lo general en que el primer síntoma clínico (0 por lo menos uno de los primeros) de la avitaminosis A consiste en nictalopia o ceguera nocturna y para esa forma la vitamina A es específica, aunque hay casos que no responden al tratamiento con la misma, por ser tal vez debidos a vicios congénitos o a males distintos de la avitaminosis A. Ala luz de los conocimientos actuales no cabe aceptar el aserto de que la administración de vitamina A a los automovilistas mermara las probabilidades de accidentes nocturnos. 3.-Se ha comunicado que la vitamina A resulta eficaz en el tratamiento de ciertas hiper- queratosis en personas que padecen de una avitaminosis A intensa. 4.- Datos disponibles indican que la vitamina A ayuda a establecer la resistencia organica a las infecciones en general únicamente cuando han disminuido las reservas orgánicas de la vitamina A y es inadecuada la ingestión de la misma, pero no se ha demostrado que sea específica para la profilaxia de resfriados, in- fluenza e infecciones semejantes, ni tampoco que una ingestión muy superior a la necesaria para el funcionamiento org;ánico normal y a la que puede obtenerse f&cilmente con una alimentación debidamente seleccionada, ayude a impedir in- fecciones de varios géneros. 5.-Una deficiencia de vitamina A traddcese por retardo del desarrollo cuando las reservas orgánicas han quedado suficientemente agotadas, mas téngase presente que la vitamina A no reviste más importancia en el desarrollo normal que cualquiera de las otras vitaminas o de los elementos minerales o los &idos amínicos esenciales, de modo que peca de erróneo y está expuesto a reparos todo aserto que produzca la impresión de que la vitamina A es más importante para la auctogenia que otros alimentos esenciales. 6.-Hasta ahora no hay datos adecuados que justifiquen la declaración de que la ingestión

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de suficiente vitamina A impedirá la formación de calculos renales en el hombre o de que sea útil en el tratamiento del hlpertiroidismo, anemia, estados degenera- tivos del sistema nervioso, quemaduras solares o estados ulcerados de la piel.

CObfPLIJO VITdNICO B

El término de complejo vitamínico B o vitamina B compleja aplícase a un grupo de sustancias componentes, según se ha demostrado, de la llamada antes vitamina B. Aunque no se conoce todavía el número exacto de esos componentes, los siguientes han sido mencionados en recientes reseñas del asunto:

Tiamina (vitamina BI) o cloruro de tiamina (clorhidrato de vitamina Br): la vitamina antiberibérica que impide el beriberi en el hombre y la polineuritis en los animales.

Riboflavina: compuesto necesario para el desarrollo del pollo y la rata, y para la prevenci6n de la catarata en la rata, componente de un sistema reductor de la oxidación de las células vivas.

Acido nicotínico (amida) (factor PP): factor nutritivo eficaz para el trata- miento de la pelagra humana y curativo de la glosofitia en los perros.

Factor filtrado: factor para la prolilaxia de una dermatosis provocada por la nutrición en el pollo.

Vitamina Bs: factor necesario para el rápido aumento de peso y la nutrición normal de las palomas.

Vitamina Ba: factor profiláctico de una parálisis específica de las ratas y de los pollos.

Vitamina Bg: factor necesario para el mantenimiento del peso de las palomas. Vitamina Bg o H: factor profiláctico de una dermatosis producida por la nu-

trición en las ratas. Factor W: factor necesario para el desarrollo de las ratas. Ya es conocida la naturaleza quimica de la tiamina, la riboflavina, el Bcido

nicotínico (amida) y la vitamina Bg. Tratandose de los otros factores menciona- dos existen datos biol6gicos: algunos convincentes y otros algo vagos. Hasta la fecha, ~610 con respecto ala tiamina, el ãcido nicotínico (amida), la riboflavina y la vitamina Bs, se sabe definitivamente que son necesarios en la nutrición humana o poseen valor terapéutico en la enfermedad humana.

El empleo del término vitamina G ha motivado mucha confusión y no debe utilizarse el mismo para designar el factor pelagra-preventivo. Se ha demostrado que el contenido de vitamina G determinado por el método de Bourquin-Sherman es un índice de la riboflavina y visto ser éste el método mas aceptado, el Consejo por lo pronto reconocerá los asertos relativos al contenido de vitamina G tomando por base las unidades de Bourquin-Sherman en los productos naturales o concen- trados preparados de los mismos, si bien es preferible modificar dicha técnica en el sentido de utilizar riboflavina pura como tipo de referencia a fin de poder expresar la potencia en microgramos de riboflavina. No parece que haya necesi- dad de indicar las unidades de vitamina G en las preparaciones puras de riboilavina.

Si bien se ha demostrado que la riboflavina es necesaria para la nutrición normal de ciertas especies y posee una amplia distribución en las c6lulas vivas, pecan de limitados los datos que se refieren directamente a su papel en la nutrición humana. Informes recientes indican que tanto esa sustancia como la vitamina Bs pueden resultar útiles en la prolllaxia y tratamiento de algunos de los síntomas asociados frecuentemente con la pelagra.

La tiamina tiene reconocida importancia fundamental en relación con la en- fermedad llamada beriberi, habiéndose aislado el compuesto puro en 1927, en

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cuya fecha quedó establecida su composición química, de modo que hoy día se fabrica sintéticamente. Suele ser preparada en forma de clorhidrato, o sea de “cloruro de tiamina,” cuya fórmula es C~~H~~ONkXXHCI.

El año pasado la Conferencia Internacional de Estandardización de Vitaminas adoptó el clorhidrato de vitamina Br cristalina como tipo para esta vitamina, definiendo la unidad como la actividad biológica correspondiente a 3 microgramos del mismo.

Asertos permisibles (Tiamina). l.-La tiamina es de valor para curar e im- pedir el beriberi.

1 . i

Los investigadores del beriberi convienen en que el mal se debe primordial- mente a una insuficiencia de tiamina. Aunque existen estados que probable- mente podrían denominarse “beriberi latente,” no parece prudente por ahora tratar de formular una declaración precisa acerca de los mismos aparte de lo indicado en el párrafo 7.

2.-La tiamina puede considerarse útil para corregir e impedir la anorexia de origen dietktico en ciertos casos.

Existen muchas causas de anorexia, algunas imputables a infecciones y reac- ciones a las mismas, otras a trastornos orgánicos y todavía otras más a alimenta- ción defectuosa. Cuando no existe causa manifiesta de una anorexia dada, aparte de la dietética, cabe permitir el aserto de que la tiamina puede resultar de valor terapéutico cuando el estado por tratar procede de una deficiencia de dicha vitamina.

3.-La tiamina resulta útil para conseguir el desarrollo óptimo en los lactantes y los niños.

Ciertas acotaciones de la literatura apoyan el aserto de que una ración subóp- tima de tiamina resulta en limitación del desarrollo.

$.-Cabe recomendar el empleo terapéutico del cloruro de tiamina cuando existen estados específicos que indiquen obstrucción de la asimilación de dicha vitamina, de los alimentos.

Las investigaciones relativas a la aplicación clfnica de la tiamina a enferme- dades específicas aparte del beriberi y para la alimentación infantil, se encuentran en tal situación que no pueden aceptarse asertos precisos con respecto al valor terapéutico en dichas dolencias; pero puede estar indicado su empleo en condi- ciones tan bien definidas como los v6mitos perniciosos del embarazo, la alimenta- ción con sonda a través de una fístula yeyunal y casos semejantes, dado que la declaración anterior comprende dichas condiciones y ofrece una base inteligente para dicha terapéutica.

5.-En los asertos relativos a los concentrados de tiamina ofrecidos para empleo clinico, debe consignarse la potencia en términos de la unidad interna- cional y no se reconocerá el término “concentrado” o su sinónimo, si el producto no excede una potencia de 25 unidades internacionales por gramo (o por CC) o si se trata meramente de un producto natural sometido a un procedimiento de deshidrataci6n.

6.-En relación con los alimentos medicinales aceptables entre los N.N.R., ~610 puede permitirse el aserto de que un alimento es valioso debido a su contenido de tiamina si aporta por lo menos 200 unidades de la misma en la cantidad de alimento consumido al día, sin que quepa considerar como importante fuente medicinal ningún preparado alimenticio que contenga menos de dicha cantidad de vitamina. A la luz de los conocimientos actuales, los requisitos diarios de tiamina parecen ser a lo menos de 50 unidades (internacionales) para la criatura y 200 (internacionales) para el adulto.

7.-Aunque no se ha establecido que la atiaminosis sea la única causa de los

estados designados con los nombres de neuritis alcohólica, neuritis gravfdica y neuritis pelagrosa, hay sus pruebas del valor de dicha vitamina en el tratamiento

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de los mismos. No se permitir& vagas representaciones relativas al valor de la tiamina en el tratamiento de otras neuritis.

8.-Según parece acrecienta la necesidad de tiamina cuando hay un aumento excesivo en el metabolismo, como sucede en los estados febriles, el hipertiroidismo o la actividad muscular vigorosa.

bomo NICOTfNICO Y AhlID. DELI4 BCIDO NIcorfNIco

Cuando los perros reciben una alimentación pelagr6gena manifiestan el mal llamado “glosofitia” que se cura administrando bien ácido nieotfnico o amida del &cido nicotínico. Desde hace años la glosofitia canina ha sido considerada como análoga ala pelagra humana. Debido ala aparente afinidad de las dos afecciones, el Consejo acordó en 1938 aceptar el kido nicotínico y la amida del ácido nico- tínico “para iines de estandardización y experimentación clínica.” Ya se han acopiado suficientes datos que demuestran la utilidad de dichas drogas en el tra- tamiento de la pelagra.

Asertos permisibles @ido nicotínico). l.-El ácido nicotínico (amida) est8 reconocido como específico únicamente en el tratamiento de la pelagra aguda recidivante. Su administración a dosis apropiadas va seguida de la desaparición de las lesiones digestivas, dérmicas o de otra naturaleza características del mal, del retorno o lo normal de la poríkina y de los pigmentos porfirinoideos de la orina y de una intensa mejoría de los síntomas mentales cuando son éstos efecto de una ingestión inadecuada de ácido nicotínico (amida). El Bcido nicotínico no ejerce efecto alguno sobre la polineuritis y ciertos otros síntomas observados frecuentemente en los pelagrosos y en esos casos tal vez sea necesario asegurar la presencia en la alimentación de alimentos ricos en vitamina BI o administrar cloruro de tiamina. También pueden necesitarse riboflavina y vitamina Be para aliviar otros síntomas que no ceden al ácido nicotínico o al cloruro de tiamina.

2.-Los datos disponibles no justifican el empleo de &ido nicotínico (amida), riboflavina o vitamina Ba como mero profkktico o la indicaci6n del empleo de dichas sustancias como complemento de la alimentaci6n corriente. Todavía se desconocen la dosis profiláctica y la cantidad que debe contener una ración equilibrada.

*CID0 Asc6RBrco (mno cEvI!cb~co) Existen amplios datos experimentales y clínicos demostrativos de que el

Ácido ascórbico a dosis óptimas constituye un componente dietético esencial, y de que las cantidades sub6ptimas dan por resultado la aparición de fenómenos clínicos y patológicos a los cuales se ha aplicado el término descriptivo de escorbuto.

Ya se ha descubierto la naturaleza clínica de esa sustancia alimenticia esencial y la fórmula empírica es CsH,Oe, Acido ascbrbico (cevit&mico), el cual ha sido preparado en escala comercial, tanto de fuentes naturales como por procedi- mientos científicos.

Asertos permisibles (ácido ascõrbico). l.-El Ácido asc6rbico es aceptable para la corrección y profilaxis del escorbuto, habiéndose establecido ese efecto por medio de la experimentación y la investigaci6n clínica.

2.-5610 en relaci6n con el escorbuto se permitibn asertos precisos acerca del valor terapéutico del ácido ascórbico hasta que nuevos datos clínicos o experi- mentales comprueben su utilidad en otros estados.

3.-En ciertas circunstancias pueden permitirse referencias al valor terapéutico del ácido ascórbico en el escorbuto incipiente y latente, habiéndose establecido la existencia de tal estado por medio de datos clínicos convincentes. Conviene recalcar, sin embargo, que el diagnóstico tiene por base hallazgos roentgendógicos en los huesos largos y posiblemente falta de excreción de una cantidad óptima de ãcido ascórbico en la orina.

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4.-La caries dentaria, la piorrea, ciertas infecciones gingivales, la anorexia, la anemia, la desnutrición y la infección en sí mismas no constituyen suficiente prueba de una deficiencia de ácido aseórbico, pero a juzgar por la investigación experimental y clínica pueden constituir signos concomitantes de tal deficiencia; por lo cual está permitido aceptar asertos relativos al valor terapéutico del acido ascórbico en esos estados sintomáticosti~inicamente cuandosedeclare explícitamente que son consecuencia de una deficiencia o raci6n subóptima de Ácido ascórbico o cuando existe una obstrucción patológica de la asimilación de la cantidad nece- saria para la conaervaci6n de la salud.

5.-Hasta disponer de datos m&s convincentes que los actuales no se recono- cerá ningún aserto relativo al efecto antiinfeccioso del ácido ascórbico. Las infecciones secundarias son características de los trastornos de la nutrición, en particular en todas las avitaminosis, pero no se ha establecido que el ácido ascór- hico ejerza un efecto terapéutico directo sobre las infecciones secundarias aao- ciadas con el escorbuto.

6.-Por ser el Ácido ascórbico un principio dietético esencial, su administracibn en forma concentrada resulta útil en los estados en que es difícil introducir por vía bucal o asimilar en la forma habitual los alimentos corrientes. El ácido ascórbico esta aceptado como componente dietético esencial en la alimentación infantil, pero no debe aceptarse para tratamiento salvo conforme a las condi- ciones mencionadas. Adminístrase generalmente en forma de un jugo que lo contenga y puede administrarse parentéricamente en forma concentrada como ascorbato de sodio cuando la emesis persistente, la diarrea u otros estados impiden la asimilaci6n de dosis apropiadas introducidas por vía bucal.

7.-El acido ascórbico ofrecido para aplicación clínica debe llevar constancia de su potencia en términos de la unidad internacional. La unidad internacional para el &cido ascórbico, definida antes como la actividad en vitamina C de 0.1 ce de jugo de limón, se def?ne hoy día como la actividad enácido ascórbico de 0.05 mg del mismo, que es la cantidad que suele contener 0.1 CC de jugo de limún. I

8.-Según el parecer de la Comisión Cooperativa sobre Vitaminas que ha aceptado el Consejo, ~610 se permitirá el aserto de que un alimento es valioso debido a su contenido de ácido ascórbico si provee una ingestión diaria por lo menos de 250 unidades internacionales.

9.-Una declaración general razonable acerca de los asertos permisibles para el ácido ascórbico vendría a ser la siguiente:

Debe facilitarse una cantidad óptima de acido ascórbico a todas las edades dado su valor terapéutico para impedir el desarrollo de escorbuto agudo o latente.

Cabe aceptar asertos relativos al valor terapéutico del ácido ascórbico cuando se describe la sustancia como medida correctiva para el escorbuto debido a una deficiencia demostrable o a una cantidad subóptima en la alimentación o cuando se conoce con precisión que no se viene absorbiendo la cantidad óptima.

No cabe aceptar anuncios del ácido ascórbico para síntomas tales como falta de aumento de peso o cese del desarrollo, anorexia, anemia, infecciones, síntomas imputables al sistema nervioso central o estados hemorrágicos, a menos que declaren explfcitamente que los síntomas son imputables a una deficiencia demos- trable del ácido. En todo aserto relativo a dosificaci6n del ácido asc6rbico debe consignarse el equivalente o potencia de éste en términos de unidades interna- cionales. El &cido ascórbico descompónese fácilmente enpresenciado ciertasotras sustancias, por lo cual hay que desplegar cuidado al administrar el mismo (jugo de naranja) en mezcla o por cualquier método que lo inutilice.

El término “vitamina D” se aplica a una o más sustancias que actúan en la utilización apropiada del calcio y fósforo. Se ha producido vitamina D en forma

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cristalina, por medio de la irradiación ultravioleta del ergosterol, y ha resultado ser un esterol con la fórmula CzsHtaOH. Ya se han aislado dos formas de vita- mina D en la naturaleza, una de ellas idéntica a la vitamina D producida por la activación del ergosterol.

Se han publicado sus comunicaciones relativas a mejoría clínica en la artritis crónica y en ciertos trastornos alérgicos tras el suministro de dosis masivas de vitamina D, pero un estudio analítico de esas comunicaciones bien poco revela que justifique la opinión de que sean específicos los alegados efectos clínicos. Hay, sí, datos clínicos indicativos de que el empleo de dosis masivas de vitamina D puede hacer mejorar algunos casos de psoriasis, pero no está todavía suficiente- mente establecido el efecto para justificar asertos relativos al mismo. El Consejo opina, pues, que deben llevarse a cabo más estudios, pero debido a los posibles efectos tóxicos de dosis masivas de vitamina D es necesario que esos estudios se verifiquen exclusivamente en clínicas donde sea posible llevar a cabo una vigilan- cia cuidadosa. El Consejo también opina que no hay suficientes datos que justifiquen la aceptación de las preparaciones de viosterol de alta potencia en el ’ tratamiento de la artritis.

Asertos permisibles (Vitamina D). l.-La vitamina D está reconocida como específica en el tratamiento del raquitismo infantil, la espasmofllia (tetania infantil) y la osteomalacia, enfermedades éstas que constituyen manifestaciones de un metabolismo anormal del calcio y el f6sforo, y en las cuales resulta útil para la prevención así como para el tratamiento curativo. Ciertas complica- ciones, tales como insuficiencia renal o disfunción glandular, pueden impedir la respuesta normal ala vitamina D, y durante las infecciones agudas, en particular del aparato digestivo, esta vitamina puede resultar ineficaz debido a insuficiente absorci6n.

2.-La exposición directa de la piel a los rayos ultravioletas procedentes del sol o de focos artificiales, hace formar vitamina D en el organismo, pero el Con- sejo no puede reconocer declaraciones o implicaciones de que la vitamina D ejerce todos los efectos beneficiosos de la exposición a la luz solar.

3.-Tiene justificación clínica la declaración de que la vitamina D desempeña un papel importante en la odontogenia y mantenimiento de la estructura dental normal, pero no esti justificado el aserto de que una ingestión adecuada de vita- mina D asegura una estructura dentaria normal o que impida la caries dentaria.

4.-La experimentación en animales ha demostrado que la corrección de una ingesti6n inadecuada de vitamina D obtiene una asimilación más económica del calcio y el fósforo y de que por medio de una ingestión normal de dicha vitamina pueden vencerse en gran parte los efectos inconvenientes de una razón impropia del calcio y el fósforo en la alimentaci6n. La importancia de esas observaciones en su aplicación al hombre no es del todo manifiesta debido a la falta de datos clínicos adecuados que revelen la disponibilidad de diversas formas de calcio y fósforo, pero cabe declarar que la vitamina D ejerce un influjo beneficioso sobre el metabolismo de ambas sustancias.

5.-Los requisitos de vitamina D parecen ser mayores durante el período de Ia infancia. Más alla de esa edad no se conocen con fijeza los requisitos exactos del hombre, aunque parecen aumentar durante el embarazo y la lactancia.

6.-Los datos cliicos no justifican el aserto de que las dosis masivas de vita- mina D resulten beneficiosas en la artritis cr6nica, los trastornos alérgicos o la psoriasis.

ABaO DEL TikWINO T’IT-A F PILRA LOS bCIDOi3 LINOLBICO 0 LINOLtiNICO En plrrafos anteriores se ha señalado que no tiene justificación el empleo del

t6rmino vitamina F para los ácidos linoleico o linolénico. Por recomendación de la Comisión de Nomenclatura de Vitaminas de la Asociación Americana de

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Bioquímica, esta sociedad y el Instituto Americano de Nutrición han aprobado la siguiente declaración:

“El término de ‘vitamina F’ ha sido utilizado en varias formas en el pasado, pero últimamente ha encontrado mucha difusi6n para fomentar la venta de aceite de linaza y de productos que supuestamente contienen los llamados Ácidos grasos. Un grupo de bioquímicos interesados en el metabolismo de los lípidos consideró este punto en nuestra última reuni6n y puso en conocimiento de esta Comisión su recomendación de que no debería utilizarse el término de ‘vitamina F’ para los ácidos linoleico o linol6nico o de los llamados Bcidos grasos esenciales. Esta Comisión concuerda en esa opinión y recomienda que no se utilice el término de vitamina F al referirse a los ácidos linoleico o linolénico, o a ácidos grasos o mezcla de estos ácidos.”

Previa recomendación de la Comisión Cooperativa sobre Vitaminas, el Con- sejo de Farmacia y Química acordó apoyar la resolución previamente aprobada por la Sociedad Americana de Bioquímicos y el Instituto Americano de NutriciBn.

La Comisión Cooperativa recomienda al Consejo que se publiquen informes sobre la sustancia llamada “vitamina K.” Un informe publicado previamente en THI JOURNAL (abril 15, 1939, p. 1457), dice en parte así:

“El empleo clínico de la vitamina antihemorrãgica basase en los siguien- tes puntos: l.-En la ictericia obstructiva y en la enfermedad del parén- quima hepatieo existe una deficiencia de protrombina en el plasma, y 2.-Dicha deficiencia representa una manifestación de avitaminosis K aunque puede encontrarse esa vitamina en las heces de dichos enfermos. La hipoprotrombinogenia en esos sujetos depende, en parte, de falta de absorción de las sustancias liposolubles cuando se excluye la bilis del intestino, o cuando el hígado reduce la secreción de sales biliares y, ademas, de otro factor quizas más importante, a saber, la capacidad del hígado para utilizar vitamina K para la formación de protrombina. . . . Hasta la fecha poco se conoce acerca del efecto de la vitamina K en otras diátesis hemorrágicas y no hay motivos para esperar efecto favorable si la protrombinemia es normal. En casos de esprúo o de ileítis regional extensa se ha observado deficiencia de protrombina debida a insuficiente absorción intestinal y en esas circunstancias hay razones teóricas para administrarla. Los estados purpúricos, la hemofilia y la hematuria esencial no son afectados por la vitaminoterapia K; en cambio dícese que han revelado alguna respuesta la renitis hemorrágica recurrente y ciertas menorragias funcionales. Debe desalentarse el empleo indiscreto de la vitamina K en las afecciones hemorragicas de todo género aunque hasta la fecha no hay signos de efectos t6xicos ni aun con dosis muy masivas. Hasta completar los estudios emprendidos es mejor limitar los esfuerzos terapéuticos con la vitamina K a las diátesis hemordgicas de las afecciones hepatobiliares en las cuales el resultado parece ser casi específico.‘,

Posible reducción del mímero de tipos de los preparados de vitaminas A y D para diferentes clases de productos manufacturados

Al ir a cumplir la resolución del Consejo relativa a dosificaci6n de los prepara- dos de vitaminas A y D, se ha puesto de manifiesto la existencia de muchos tipos, de modo que es casi imposible para el médico usarlos con la mayor utilidad en lo tocante a dosificación y potencia, y se ha propuesto a la Comisi6n Cooperativa que se reduzca el número de los mismos, prescribiendo la potencia a que debe conformarse cada tipo. Son muy pocos los preparados del mismo tipo que poseen

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la misma potencia, ya se trate de aceite de hfgado de bacalao que oscila entre 850 y 2,000 unidades de vitamina A y 85 y 250 unidades de vitamina D, o de otros aceites de varios componentes, o de los varios concentrados.

La Comisión recomendõ, pues, al Consejo que considerara en el futuro pr6ximo la limitaci6n arbitraria del numero de preparados en cuanto a potencia en vita- minas A y D y que se ordene a los árbitros a cargo de esos productos que ofrezcan recomendaciones específicas en cuanto a los tipos y potencia de los mismos.

También se discutió la proposición de la Farmacopea de designar tres tipos distintos de aceites vitaminíferos. La proposición fu6 criticada, acordándose llevar la nomenclatura de esas preparaciones a conocimiento de Ia Comisión Revisora de la F.E.U., a fin de que no surjan conflictos entre las reglas del Consejo y los nombres adoptados por dicha Comisión.

r Se toe6 de nuevo eI punto de la nomenclatura de las vitaminas,.y los miembros de la Comisión Cooperativa y del Consejo expresaron la esperanza de que los

. que descubran en forma pura el principio activo de una vitamina o nuevas vita- minas, se conformen a algti procedkuiento que evite la creación de nombres

F expuestos a reparos, pues según se indicó previamente no se prestan a nomen- clatura científica nombres terapéuticamente indicativos o basados en números o nombres de personas o poblaciones, El Consejo de Farmacia y Química se ha

c puesto en contacto con la Comisión de Nomenclatura de la Sociedad Americana de Bioquímicos, la cual ha indicado su anuencia a considerar los nombres pro- puestos en cooperación con el Consejo, el cual insistirá en que no sean terapéuti- camente indicativos.

II. Puntas que interesan primmiiahente al Consejo de Alimentos

Fortificación de los alimentos con vitaminas

No es nueva la idea de fortalecer los alimentos con principios dieteticos esen- ciales, pues comenzó con la introducci6n de la sal yodada. Luego se suscitó la

, cuestión de la fortificación de alimentos con vitamina D cuando tomó forma comercial la posible irradiación ultravioleta o la adición de concentrados de aceite de hígado de pez y se puso de manifiesto la necesidad de la vitamina D en la profilaxis del raquitismo. Tomando por base los datos disponibles, el Consejo de Alimentos acordó que, entre los alimentos corrientes, ~610 debe acep- tarse la leche para fortificación con vitamina D. Otros artículos tales como chi- cle, cerveza, harina para bizcocho, dulces, helados y salchichas, representan

c ejemplos específicos de una fortificación fntegra que el Consejo no considera redunda en beneficio de la salud pública.

Fundándose en sus observaciones, el Consejo de Alimentos aprobó en 1936 una declaraci6n general relativa a este punto, acordando entonces que debía desalentarse el fortalecimiento general e íntegro de los alimentos con vitaminas (así como minerales); aunque, por supuesto, el Consejo se da cuenta de que, cuando se reconoce la necesidad de cierto principio esencial dietético, puede

L estar justificada la fortificación si el alimento constituye un vehículo apropiado para dicha vitamina o sal mineral. Nuevos datos y nuevos problemas impondran una reconsideración de los principios y políticas ya establecidos.

Entre los puntos recientes pIanteados al Consejo de Alimentos y que con- sideró la Comisión Cooperativa, figuran los siguientes:

(a) ¿Es aceptable la oleomargarina fortificada con vitamina A? Esto ya ha sido decidido en la afirmativa, pues la oleomargarina se utiliza como sustituto

b de la mantequilla y conviene proveer en otras grasas alimenticias la vitamina A sustraída de la alimentación por el uso de grasas alimenticias carentes de dicha vitamina.

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(b) ¿Debe reconocerse el fortalecimiento con vitamina D de las bebidas lacteas aromatizadas? El Consejo ha acordado que pueden fortalecerse con vitamina D productos utilizados por el estilo de la leche y que contienen cantidades apro- piadas del calcio y fósforo de ésta.

(c) ¿Qué actitud debe tomarse hacia ciertos productos alimenticios fortifi- cados con preparados obtenidos de los aceites de hígado de pez que aportan vitaminas A y D? Algunas oleomargarinas a las cuales se ha agregado vitamina A tambi6n facilitan una cantidad considerable de vitamina D, por hallarse ambas presentes en dichos aceites. Así también algunos preparados lacteos a los cuales se han agregado concentrados de aceite de hígado de bacalao como fuente de vitamina D, contienen ademas vitamina A. La Comisión conviene en que no hay reparo que ofrecer a la presencia simultánea de las vitaminas A y D cuando se utiliza para fortalecimiento un preparado que contiene las dos, pero limitando los asertos a los que cuenten con apoyo apropiado.

(d) El Consejo considera inconveniente el fortalecimiento de productos cereales con vitamina D, pues Bstos no suelen contenerla y dicha vitamina no posee valor a menos que vaya acompañada de sales calcitas. Hay muchas fases del asunto que exigen estudio y va a prepararse un informe mas pormenorizado sobre el mismo. La Comisión Cooperativa reafirmó la política del Consejo.

(e) CQué política debe adoptarse acerca de la adici6n de vitamina Br a los productos cereales? El Consejo no ha ofrecido reparos ala adición a los productos cereales de germen o embrión de trigo o levadura desecada como fuentes de la vitamina B compleja, pero por varias razones no resulta factible la adición de esas sustancias a muchos alimentos. El cloruro de tiamina sintético ya ha en- trado en el comercio y se ha propuesto que convendría restablecer en los productos cereales molidos el contenido de vitamina Br ala cifra primitiva del grano íntegro, pero este problema comprende muchos puntos importantes que hay que discutir por separado.

cf) La levadura pasa por ser una importante fuente de las vitaminas Br y G, así como los demás factores que suelen designarse con el nombre de “complejo vitamínico B” . , pero la fresca no constituye habitualmente una fuente tan rica de esas vitaminas como se supone. El cultivo de la levadura en medios que acrecienten su natural potencia vitamínica, así como otras medidas de fmalidad semejante, representan un adelanto marcado.

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(8) Se ha suscitado el punto de si convendría agregar vitamina BI a las bebidas gaseosas y al whisky, pero el Consejo se opone a tal fortificaci6n, dado que no resulta ventajoso agregar esos preparados a ninguna obra pro nutrición y que otras consideraciones deben poner de manifiesto que el Consejo no puede aprobar 4 el fortalecimiento de bebidas alcoh6licas.

(h) Se ha solicitado la opinión del Consejo acerca de la adición de la vitamina Br al azúcar, y como hay numerosos puntos que intervienen en este problema, se aplazó el dictamen hasta acopiar más datos.

(i) El jugo de tomate enlatado suele contener aproximadamente 40% del contenido de vitamina C del jugo de naranja fresco, y una casa ha solicitado la opinión del Consejo en cuanto a la adición de vitamina C al jugo de tomate a fin de que su potencia antiescorbútica iguale la del jugo de naranja. La Comisión

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Cooperativa acordó que esa adición no seria de la menor utilidad dado que el jugo de tomate debidamente empacado constituye una fuente rica de vitamina C y no hay pruebas de que el público necesite un producto fortificado. El Consejo acordó no aceptar por ahora jugo de tomate enlatado fortificado con vitamina C.

Al discutir el tema en general, la Comisión Cooperativa prestó consideración a muchos puntos. La vitaminización de los alimentos facilitaría a la gente en general la obtención de una alimentación óptima. Las vitaminas de importancia 6

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reconocida en la nutrici6n humana son las siguientes: A, BI, (cloruro de tiamina), C (ácido asc6rbico), D, G (riboffavina), ácido nicotínico y posiblemente la vita- mina Be. Los requisitos de esos principios esenciales se encuentran todavía en estudio y no se ha establecido, ni mucho menos, la ración óptima de ninguno de ellos; aunque se han aceptado ciertas reglas más o menos empíricas que guíen la selecci6n de regímenes dietéticos que parecen apropiados a la luz de los conoci- mientos actuales. Ya se está poniendo de manifiesto que, por varias razones, y en particular falta de datos, la gente de los Estados Unidos no selecciona ali- mentos que le faciliten la mejor alimentación posible por el dinero que gasta en ello. Se necesitan más datos para determinar la ingestión real, pero aun los ya disponibles permiten señalar alguna tendencia general hacia la deficiencia, por ejemplo, en lo tocante a vitamina Br. Aunque informaciones recientes denotan que algunas carnes, fuente esta inesperada hasta ahora, aportan cantidades considerables de vitamina BI, también se ha demostrado que muchos productos de grano íntegro de los cereales precocidos han perdido gran parte de la vitamina BI que contenían primitivamente, debido a la calefacción que experimentaron. Puede que se necesite más vitamina BI en la aIimentaci6n, pero también hay que reestudiar las fuentes disponibles y que hacer mayor hincapié en la necesidad de esa vitamina. De todos modos, peca de lento el adelanto actual, en las aplica- ciones prácticas de los estudios de la nutrición, por ser pocos los organismos dedicados a facilitar esa enseñanza al público.

También hay signos de que en ciertas partes de Estados Unidos es en general baja la ingestión de otros factores del complejo vitamínico B y en particular de &cido nicotínico y riboflavina. Aunque no se ha establecido que exista una defi- ciencia pronunciada en las vitaminas A y C, una alimentaci6n óptima exige una cantidad mayor de ambas que la que contienen las comidas corrientes.

No debe pensarse que los alimentos fortalecidos con vitaminas (o sales mine- rales) sean el sustituto de una alimentación correcta, sino más bien que consti- tuyen una fuente más de los importantes principios dietéticos necesarios para obtener una nutrición 6ptima. Ademas, si va a facilitarse la vitamina A en forma de alimentos vitaminizados, esa vitaminización podría muy bien limitarse a las grasas alimenticias; y si va a agregarse vitamina BI, deben escogerse para ello los alimentos que contienen esa vitamina en la naturaleza, pero que la han perdido en su preparación, de modo que estaría justificada tal adición tratándose de los productos de cereales molidos.

También se señal6 la importancia de simplificar en todo 10 posible las reglas dietéticas. Por ejemplo, de ofrecerse muchos y variados alimentos fortalecidos

* con la vitamina D córrese el peligro de confundir a la madre que trata de enseñar a sus hijos el valor de los modernos conocimientos de la nutrición, y he ahí otra razón más para reconocer únicamente la leche entre los alimentos corrientes en lo tocante a fortificaci6n con vitamina D.

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Igualmente se recalcó que, aunque no limitadas a ningún grupo dado, las deficiencias dietéticas son m& susceptibles de aparecer entre la gente de pocos recursos, de manera que todo esfuerzo encaminado al mejoramiento nutritivo de los alimentos debe considerar con todo cuidado el costo, pues si éste es excesivo, desvirtuará los hnes de la vitaminización.

También se hizo notar que no puede considerarse la vitaminizaci6n de los alimentos sin estudiar las leyes y reglamentos pertinentes, pues por ejemplo, muchos municipios han dictado ordenanzas que prohiben agregar sustancias extrañas a la leche, y en algunos sitios ese reglamento, inspirado manifiestamente en el deseo de proteger al público, ha sido utilizado para prohibir la adición de

k preparados de vitamina D a la leche. En opinión del Consejo de Alimentos esta acción no armoniza con los modernos conocimientos de la nutrición.

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Otro caso semejante es la prohibición por la Oficina de Industria Animal de Estados Unidos, de la adición de aceites que contengan vitamina A a las oleo- margarinas preparadas de grasas animales. En Estados Unidos los productos de origen animal destinados al consumo humano son fabricados en estableci- mientos inspeccionados por dicha Oficina, la cual ha dictaminado que los prepa- rados vitamínicos quedan bajo el encabezado de sustancias posiblemente nocivas y deletéreas y por lo tanto inadmisibles en dichos establecimientos. Hoy día no existe en Estados Unidos oleomargarina preparada de grasas de origen animal que contengan vitamina A y de acuerdo con dicho lamentable dictamen tampoco puede haberla. Las oleomargarinas preparadas de grasas y aceites vegetales, sí pueden contener vitamina A adicional en forma de una pequeña cantidad de aceite de hígado de pez, por no quedar bajo la jurisdicción de la Oficina de In- dustria Animal. Cabe mencionar de paso que en algunos países europeos no puede venderse oleomargarina a menos que esté fortificada con vitamina A y también con D.

En opinión del Consejo, toda legislación relativa a alimentos debe tener por mira los intereses del público, y la fortificación no debe ser prohibida, pero sí fiscalizada.

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Se señal6 que toda política relativa a la fortificación alimenticia debe tomar en cuenta nuestros conocimientos de las interrelaciones de los elementos dietéticos del producto dado, durante la conservación, así como la digesti6n y el meta- bolismo. Por ejemplo, la adicibn de grandes cantidades de hierro puede provocar la destrucción catalítica, por oxidación, de algunos de los valores vitamfnicos de

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los alimentos, y asi también la adición de grandes cantidades de fosfato puede ocasionar pérdida de hierro y calcio por formarse en el aparato digestivo fosfatos insolubles de dichos minerales. Resta, además, la posibilidad de que algunos factores ejerzan un efecto nocivo cuando se consumen con exceso. Antes de agregar dcido nicotínico a los alimentos como factor en la lucha antipelagrosa, sería necesario conocer mejor los requisitos y comportamiento de esa vitamina una vez agregada a los alimentos. Necesitamos mas informaci6n acerca de la interrelaci6n de las vitaminas y los minerales en el metabolismo, puntos esos 4 susceptibles de prueba experimental. Antes de poner a la venta cualquier pro- ducto alimenticio fortificado, debemos contar con pruebas de sus méritos. La fortificación de los alimentos debe inspirarse en principios nutritivos más bien que en el deseo de hacer anuncios novedosos.

Tomando por base los datos anteriores, la Comisión Cooperativa aprobó para consideración por el Consejo de Alimentos, los siguientes votos acerca de las polftioas del futuro :

1. Resuélvase alentar la adición restaurativa de vitaminas o sales minerales 4

en proporciones que eleven el contenido de dichos elementos en los alimentos a las reconocidas cifras naturales elevadas, con la reserva de que tales adiciones se limitarán a vitaminas o minerales cuya amplia distribución se considera benefi- ciosa para la salud pública y de que las adiciones se hagan únicamente a alimentos que constituyen naturalmente importantes fuentes de abasto de las vitaminas o minerales dados.

II. Resuélvase desalentar la fortificacibn indiscreta de los alimentos con k

vitaminas o sales minerales, sobrentendiéndose por fortificación, bien la adición de alguna vitamina o mineral a alimentos que no constituyen naturalmente importantes fuentes de abasto de la sustancia agregada, o la adición a algun alimento de una cantidad de vitamina o mineral mayor que la contenida natural- mente por algún alimento de la misma clase. Reconózcanse las siguientes excep- ciones: 1. Adición de vitamina D ala leche si no excede de 400 unidades por litro. 2. Adición de vitamina A a las grasas alimenticias si no excede de la cantidad que 4

contiene la mantequilla con un elevado contenido natural de dicha vitamina.

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En ambos casos, cuando la vitamina agregada procede de una fuente natural no habrá reparo si lleva consigo una o m& de las otras vitaminas. 3. La adición de yodo a la sal de mesa si no excede de una parte de yoduro de sodio o de potasio por 5,000 partes de sal. Recon6cese que las tres excepciones mencionadas repre- sentan adiciones restaurativas de vitaminas o minerales, en la acepción del voto 1.

Los votos anteriores fueron aprobados en principio por el Consejo de Ali- mentos, reservándose los pormenores para m& adelante. También se acordó dar a conocer al público y a la profesi6n médica la opinión del Consejo acerca de si los alimentos naturales así como los restaurados con vitaminas o minerales de conformidad con los principios anteriores deben ser preferidos a los preparados de manera que les haga perder los elementos dietéticos que puede esperarse suministren.

t Se discutieron los asertos que cabría aceptar en cuanto al germen de trigo, de los productos de levadura y grasas cereales desecadas, todos 18s cuales se consi- deran como alimentos destinados a fmes especiales. La utilidad de dichos pro- ductos es demostrable por medio de análisis químicos y valoraciones biol6gicas, unidos a un conocimiento de los requisitos nutritivos de los varios principios esenciales dietéticos, más los asertos relativos a los mismos no excederán los reconocidos para las vitaminas y otros principios esenciales dietéticos que con- tienen, dandose debida consideración a las cantidades aportadas por la ración o dosis que puede utilizarse diariamente.

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La industria ha creado numerosas mezclas artificiales de preparados vita- mínicos que se expenden en forma de capsulas, conteniendo habitualmente prepa- raciones de los aceites de hígado de pez que suministran vitaminas A y D, y extractos de levadura u otras fuentes de vitamina B y riboflavina, y a veces, aunque no a menudo, vitamina C. La explotación no está limitada a las cáp- sulas, pues hay también un comprimido de levadura fortalecida con carotina que suministra vitamina D y varias pastillas vendidas al público como preparados vitaminicos de potencia relativamente alta.

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Esas mezclas de vitaminas quia& representen éxitos comerciales, pero no pueden suplantar las raciones adecuadas que constituyen una alimentación equilibrada. Puede que tengan algún fundamento la selección de las vitaminas en las mezclas vitamínicas y los dosajes de cada una, pero si es así, tratase de “un secreto industrial” que no ha sido divulgado. Ciertamente no hay base racional para encapsular dosis de vitaminas A y D que exceden varias veces la dosis terapéutica, y dosis de vitamina BI y riboflavina casi insignificantes, si se compara el aporte que facilitaria una alimentaci6n adecuada. Son de lamentar las campañas de anuncios y otros esfuerzos encaminados a fomentar el uso indis- creto de costosas mezclas polivitamínicas, porque la “propaganda” de las mismas

4 no se basa en principios sensatos de nutrici6n o medicina. Puede que haya un campo limitado de utilidad para mezclas polivitamínicas cuya composición

h cualitativa y cuantitativa sea científica y 16gica. Por ejemplo, cabe concebir que un médico desee suministrar a un enfermo una dieta terapéutica limitada mas que contenga las vitaminas que suele facilitar una alimentación adecuada; pero las mezclas vitamfnioas disponibles no pueden manifiestamente resolver ese problema. El empleo general de mezclas vitamínicas no garantiza ‘<buena salud” como tampoco su uso diaria garantiza que un sujeto reciba todas las vitaminas que debe obtener.

L La Comisión reafirmó la política del Consejo de Farmacia y Química de la Asociación Médica Americana, de no aceptar mezclas artificiales e il6gicas de vitaminas, conviniendo en ello los dos Consejos.