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SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 1

EPIDEMIOLOGÍA DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL Prof. Dr. Horacio Carbajal

Dr. Martín Salazar Prof. Dr. Raúl Echeverría

PREVALENCIA

La presión arterial (PA) y el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular están asociados,

como una relación “dosis-respuesta”1, de manera fuerte, continua e independiente, aun en el

rango de los valores considerados normales u óptimos (menores de 120/80 mm Hg). Es por

ello que los valores de 140/90 mm Hg utilizados para definir hipertensión arterial (HA) deben

considerarse arbitrarios y sólo operacionales. En EEUU, para el grupo de 18-74 años, en el

NHANES III fase 1 (1988-1991)2 se estimó la prevalencia de HA en 20,4% mediante el

promedio de tres mediciones en dos ocasiones. Esta cifra es menor que la obtenida en los

restantes NHANES en los que la PA se midió en una ocasión, hecho que puede sobrestimar la

prevalencia en un tercio; así, en un estudio recientemente publicado3 la prevalencia de HA, con

ajuste por la edad, se estimó en 29,6% (2003-2004). En la tabla 1 se muestran los resultados

en nuestro país, sobre muestras aleatorias de población no seleccionada de más de 15 años,

destacándose las altas prevalencias de HA similares a las de los EEUU antes de la

intensificación de sus campañas de educación y de prevención primaria (PP).

Tabla 1. Prevalencia* de hipertensión arterial en estudios argentinos

Estudio nº Edad registros ocasiones prevalencia

Ciudad de La Plata (4) 6.386 15-75 2 1 32,7

Gral. Belgrano (5) 1.080 15-75 3 1 39,8

Rosario (FAROS) (6) 2.071 21-65 2 1 34,7

Rauch (Pcia. Bs. As.) (7) 1.523 15-75 4 2 35,8

Ciudad de Córdoba (8) 6.875 15-85 2 1 29,9

*por 100 habitantes

La PA sistólica (PAS), la diastólica (PAD) y la prevalencia de HA son mayores en los varones

pero esta relación se ve afectada por la edad y, luego de la sexta década de la vida, la

prevalencia es igual o mayor en las mujeres; esta diferencia puede expresar una supervivencia

selectiva pero este hecho no explica la totalidad del fenómeno. Los aumentos de la PA y de la

prevalencia de HA contribuyen al incremento de la morbilidad y de la mortalidad cardiovascular

de la mujer luego de la menopausia.

La mayoría de los hipertensos se encuentra en los estadios más bajos de HA. Así, en el

“Programa de detección y seguimiento de la HA”4, entre los 30-69 años y de acuerdo con la

PAD, 67% se hallaba en estadio 1, 22% en estadio 2 y 11% en estadio 3. Por eso la mayor

parte del exceso del riesgo cardiovascular de una población se circunscribe a los sujetos

Page 2: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 2

ubicados en los estadios más bajos de HA.

Incremento de la presión arterial con la edad

En las comunidades desarrolladas y en vías de desarrollo la PAS es más alta cuanto mayor es

la edad, mientras que la PAD se incrementa hasta los 60 años y luego se mantiene estable o

desciende levemente. Este comportamiento de las presiones provoca en los ancianos

aumentos de la prevalencia de HA5 y de la presión diferencial o presión del pulso (PP) y

predominio de HA sistólica aislada. Así, en el NHANES III entre los grupos de 18-29 y 60-74

años, la prevalencia de HA en los varones de raza blanca aumentó de 3,3 a 51,1% y en las

mujeres blancas de 1,0 a 50,0%2. En nuestro país se describen incrementos similares5-9 y en un

estudio se asociaron con obesidad central8. El aumento de la expectativa de vida observado en

las últimas décadas y este progresivo incremento de la PA con la edad ha provocado una

“epidemia de HA” en el anciano y constituye uno de los grandes desafíos para la salud pública.

La prevalencia de HA en los ancianos en nuestro medio generalmente supera 50% (tabla 2).

Sin embargo, la elevación de PA con la edad no es un hecho inexorable dado que es mínima o

no existe en ciertas comunidades. En el estudio INTERSALT10, en más de 10.000 individuos de

32 países, se confirmó que la ingestión de sodio (estimada mediante la eliminación de sodio

urinario en 24 hs.) se relaciona positivamente con el incremento que sufre la PA a través del

tiempo. Las eliminaciones de sodio muy bajas, observadas en comunidades primitivas, se

acompañaron de mínimos incrementos de la PAS y PAD (≅ 0,1 mm Hg anual) y las más altas se

asociaron con elevaciones de 0,5-0,6 mm Hg por año. Es necesario destacar que las

comunidades con un muy bajo consumo de sodio diferían de las restantes también en otros

aspectos, que pueden influir sobre la PA, tales como el menor índice de masa corporal (IMC), la

ausencia de tabaquismo y el muy bajo o nulo consumo de alcohol. En Argentina, en un estudio

de cohortes de una población intervenida con estrategias comunitarias, no se observaron

incrementos de la presión sino descensos significativos a los 6 años de la PAS y de la PAD (-

5,49 y -6,86 mm Hg, respectivamente)11. Tabla 2. Prevalencia* de hipertensión arterial a los 65-74 años

Estudio Prevalencia

Ciudad de La Plata 72,6

Gral. Belgrano (Pcia. Bs. As.) 45,9

Rauch (Pcia. Bs. As.) 81,7

Ciudad de Córdoba 74,0

*por 100 habitantes

En un estudio de cohortes realizado en nuestro medio en no hipertensos12 se halló que el

aumento absoluto de la PA en 10 años fue mayor en aquellos que al inicio tenían menor PA.

Este hecho enfatiza la necesidad de implementar medidas de PP sobre la comunidad entera y

no solamente sobre los normales altos.

Page 3: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 3

PRESIÓN Y RIESGO CARDIOVASCULAR

La evidencia del efecto que tiene la PA sobre el riesgo cardiovascular proviene de: 1- estudios

prospectivos poblacionales sobre morbilidad y mortalidad por infarto de miocardio (IAM),

accidente vascular cerebral (ACV), insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal terminal; 2-

estudios, con asignación al azar, sobre la eficacia de la terapéutica antihipertensiva para reducir

esta morbilidad y mortalidad. Cabe diferenciar el riesgo relativo (RR) del riesgo atribuible (RA);

el riesgo de un individuo (o grupo) comparado con otro depende de sus valores absolutos de

PA, es decir que a mayor presión mayor RR. En cambio el riesgo de una población (RA)

depende de los valores de PA y de la prevalencia de los distintos estadios de HA. Por lo tanto,

como sólo una minoría de la población tiene la PA muy alta, la mayor parte del riesgo atribuible

a la presión lo explican valores normales o levemente elevados de la PA.

Accidente vascular cerebral (ACV) y enfermedad coronaria (EC). Demencia vascular.

En el estudio MRFIT13, del que participaron más de 300 mil varones de 35-57 años, se observó

relación de la PAS con la mortalidad por enfermedad cardiovascular y por causas generales.

Los individuos con PAS entre 130-139 mm Hg tuvieron un RR de morir por cualquier causa que

en 10 años fue 40% mayor que el de aquellos con menos de 110 mm Hg y el RR de morir por

enfermedad cardiovascular fue 90% mayor durante el mismo lapso. El RR para EC de los

hipertensos, comparado con el de los que tenían PA óptima, fue 2,3, 3,2, 4,6 y 6,9 para los

estadios 1, 2, 3 y 4 de HA (JNC V)14, respectivamente. Con respecto al ACV los RR fueron 3,6,

6,9, 9,7 y 19,2. Así, tanto para EC como para ACV los RR se incrementaron con los estadios de

HA. Sin embargo, dado que en este estudio la prevalencia de los estadios 1 y 2 fue mucho

mayor que la de los estadios 3 y 4, el impacto del RA por EC se concentró en los estadios 1 y 2

(25,6 y 13,5%), en comparación con los estadios 3 y 4 (5,8 y 2,3%). Con respecto al ACV la

situación es similar, con RA de 40%, 29,5%, 12,8% y 6,8% para los estadios 1, 2, 3 y 4,

respectivamente. Cabe destacar que una parte sustancial del exceso del riesgo cardiovascular

se encuentra atribuido a valores de la PA ubicados por debajo de los umbrales que definen a la

HA (PA normal y normal alta).

En múltiples estudios prospectivos se demostró la reducción del riesgo cardiovascular con el

tratamiento antihipertensivo. En un meta análisis de estudios con diuréticos y beta bloqueantes

que incluyó 47.000 hipertensos, con grupo control y asignación al azar, se encontró al cabo de

5 años que una reducción en la PAD de 5-6 mm Hg se asociaba con disminuciones de los

riesgos de ACV de 38% y de EC de 16%. Este beneficio, desde un punto de vista

epidemiológico, sólo se aproxima al esperado en lo que respecta al ACV15. El mayor beneficio

en la reducción del ACV puede deberse a que está más directamente relacionado con los

valores de PA, mientras que el desarrollo de la EC está también influenciado por otros factores

Page 4: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 4

de índole metabólico. Por otro lado es probable que sean necesarios estudios más prolongados

para demostrar mayores beneficios en la EC.

La relación entre PA y deterioro cognitivo ha sido difícil de observar en los estudios

transversales, fundamentalmente porque con el desarrollo de demencia la PA tiende a bajar17.

Sin embargo numerosos estudios longitudinales han demostrado, en distintos grupos étnicos, la

relación que existe entre los valores de la PA en la edad media de la vida y el desarrollo

décadas después de deterioro cognitivo y demencia 17-23. Esta relación no se limita a la

demencia vascular sino que se observa también con otras formas de deterioro cognitivo,

incluyendo a la enfermedad de Alzheimer24.

Insuficiencia cardíaca (IC)

La mitad de los pacientes con IC tiene antecedentes de HA. En el “Estudio del Corazón de

Framingham”, durante un seguimiento de 34 años, el riesgo de IC fue 2,3 tres veces mayor en

los varones y 3 veces mayor en las mujeres que se encontraban en el quintil más alto de la PAS

comparado con los del quintil inferior25.

Enfermedad renal crónica (ERC)

El 80% de los pacientes que ingresan en diálisis tiene HA. La HA es una de las causas más

frecuentes de ERC junto con la diabetes y las enfermedades primarias de los glomérulos. Los

varones del MRFIT con HA en estadios 1, 2, 3 y 4 tuvieron un RR de desarrollar insuficiencia

renal luego de 10 años de seguimiento, de 2,8, 5,0, 8,4 y 12,4, respectivamente, comparados

con los no hipertensos. Recientemente un seguimiento en Japón de casi 100.000 sujetos

durante 17 años ha comunicado que esta relación entre PA y ERC se extiende también a los

individuos con PA normal alta26. Presión diferencial o presión del pulso (PP) y riesgo cardiovascular

Un análisis del Framingham mostró que el riesgo de EC tuvo una asociación positiva con la PP

en los mayores de 50 años27. En Francia, en un seguimiento de 19 años de casi 20.000 sujetos

sanos, se demostró relación directa entre la PP y la mortalidad cardiovascular28. También en

ancianos con HA sistólica aislada, que formaban parte del estudio SHEP, se halló 11% de

aumento del riesgo de ACV por cada 10 mm Hg de incremento de la PP29. Estos datos sugieren

que, al menos por encima de los 50 años, la PP predice en forma independiente el riesgo

cardiovascular quizá porque indica un aumento de la rigidez de los vasos de conductancia.

INCIDENCIA DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL

Page 5: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 5

El incremento de la PA con la edad paulatinamente transforma a muchos individuos en

hipertensos. La información sobre incidencia de HA a largo plazo es escasa dado que para

determinarla se requiere el seguimiento de poblaciones durante períodos prolongados. Cornoni

y cols.30, dependiendo del grupo etáreo, hallaron incidencias de 1,19-4,18% por año en los

varones y de 0,8-4,3% por año en las mujeres y Seccareccia y cols.31 hallaron 5,34% por año

en los varones de 40-59 años. Como se mencionó la incidencia de HA es mayor en los

normales altos. Así, considerando como HA los valores de PAD de 95 mm Hg o más, en el

estudio Framingham se observó una progresión de 15-20% luego de 4 años32; esta mayor

incidencia en normales altos también fue encontrada en nuestro medio12 (tabla 3).

Tabla 3. Incidencia y riesgo relativo (RR) de HA en 10 años según sexo y categoría de PA

Varones Mujeres

Óptima Normal Normal alta Óptima Normal Normal alta

Incidencia (%) 20,9 32,7 64,1 11,3 32,2 33,3

RR 1 1,6 3,1* 1 2,8* 2,9*

*p <0,01

Mientras que el riesgo de ser hipertenso a corto plazo es adecuadamente reflejado por la

incidencia, el riesgo a largo plazo es visto más claramente por el riesgo en vida, que es el

riesgo de desarrollar HA durante los años restantes de vida. De acuerdo con el estudio

Framingham quienes no son hipertensos a los 55-65 años tienen 90% de riesgo de serlo a los

80-85 años.

El riesgo de transformarse en hipertenso está relacionado con los niveles de PA; así, en sujetos

de 65 años, el riesgo de desarrollar HA en 4 años fue 50% si tenían 130-139/85-89 mm Hg y

26% si la PA era 120-129/80-84 mm Hg33.

PREHIPERTENSIÓN Debido a los riesgos de desarrollar HA y de sufrir lesiones en los órganos blanco, aun con

presiones por debajo del umbral tradicional de HA (140/90 mm Hg), el JNC VII34 introdujo el

término prehipertensión para aquellos con una PA 120-139/80-89 mm Hg. La tabla 4 muestra la

relación entre las clasificaciones del JNC VII y de las Sociedades Europeas de Hipertensión

(ESH) y de Cardiología (ESC).

Tabla 4. Clasificación de las presiones

ESH-ESC PA en mm Hg JNC VII

Óptima <120/80 Normal

Normal 120-129/80-84

Normal Alta (limítrofe) 130-139/85-89

Pre hipertensión

Hipertensión ≥140/90 Hipertensión

Page 6: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 6

PRESIÓN ÓPTIMA (Normal para el JNC VII)

Aunque en la comunidad predominan los no hipertensos sólo una minoría tiene PA óptima. En

EEUU se estima que no más de 18% de los habitantes posee PA menor de 120/80 mm Hg; en

La Plata la prevalencia de esta categoría de PA fue 32% entre los 15-75 años y sólo fue 15% en

los varones de 30-54 años, disminuyendo en ambos sexos a medida que se incrementó la

edad35. Como síntesis puede afirmarse que la prevalencia de PA óptima es baja en la población

general, más aun en los varones y por encima de los 45 años.

PRESIÓN NORMAL ALTA

Su prevalencia en La Plata en 1985 fue 6,6%35. Sobre este grupo se concentra gran interés

epidemiológico porque, además de que su riesgo cardiovascular supera al de los que tienen la

PA más baja, posee una probabilidad al menos dos veces mayor de progresar hacia HA. Este

riesgo mayor también se ha observado en los niños con PA entre los percentilos 90-95 para su

grupo de edad y peso, siendo la probabilidad aun mayor si cuentan con antecedentes familiares

de HA y con un IMC elevado36.

HIPERTENSIÓN Y OBESIDAD. SÍNDROME METABÓLICO.

EL exceso de peso se ha transformado en una epidemia en nuestros días y el problema parece

mayor en los países desarrollados. La prevalencia de obesidad (IMC ≥30 Kg/m2) en adultos de

20 o más años aumentó en EEUU desde el NHANES I (1971-74) a un reciente informe (1999-

00) de 14,5 a 30,5%37. Entre el NHANES III (1988-94) y el mencionado reciente informe la

prevalencia de obesidad subió de 22,9 a 30,5% y la de sobrepeso más obesidad (IMC ≥25

Kg/m2) de 55,9 a 64,5%. Este fenómeno comienza a temprana edad ya que el sobrepeso en

1999-2000 fue 10,4% a los 2-5 años 15,3% a los 6-11 años y 15,5% a los 12-19 años,

comparado con 7,2%, 10,5% y 11,3%, respectivamente, del NHANES III38. La obesidad está

asociada con incrementos de la morbilidad y mortalidad cardiovascular y total y con aumentos

de la prevalencia de HA. En una muestra de un millón de individuos la prevalencia de HA en

sujetos con sobrepeso fue 50-300% mayor que en los de peso normal o bajo39 y en el estudio

Framingham la prevalencia se incrementó con el peso40 y se estimó que 70% de los nuevos

casos podían atribuirse a la obesidad o al aumento de peso41. Por otra parte existen claras

evidencias que adelgazar reduce la PA en los obesos sean o no hipertensos42. Así, en el

estudio Prevención de la Hipertensión (TOHP) fase 1, la disminución de 3,9 kg de peso en los

normales altos redujo 2,9 y 2,3 mm Hg la PAS y PAD, respectivamente, y 34% la incidencia de

HA43.

Page 7: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 7

El IMC se correlaciona significativamente con la grasa corporal. En el estudio INTERSALT se

encontró una fuerte asociación entre IMC y PA44. La relación entre PA y obesidad central es

particularmente fuerte. La circunferencia de la cintura (CC) se correlaciona positivamente con la

grasa abdominal y provee una medida adecuada para la evaluación clínica. Una CC mayor a

102 cm en los varones y a 88 cm en las mujeres incrementó el RR de desarrollar diabetes,

enfermedad coronaria y dislipidemia45 en los adultos con IMC entre 25-35 Kg/m2. En Nueva

York, en varones con PA normal e hipertensos leves, se demostró mediante análisis de

variables múltiples que la CC era la mejor para predecir la PA. En nuestro medio la CC tuvo

una correlación más alta, que el IMC, con la PA tanto en varones como en mujeres8,46. La asociación de HA, obesidad central, alteraciones del metabolismo de la glucosa y dislipemia

determina un alto riesgo cardiovascular y ha sido denominada “síndrome metabólico”. En el

ATP III47,48 se define síndrome metabólico con tres o más de los siguientes: PA >130/85 mm

Hg, glucemia en ayunas ≥100 mg/dl, triglicéridos en ayunas ≥150 mg/dl, HDL colesterol <40

mg/dl en hombres o <50 mg/dl en mujeres y CC >102 cm en hombres y de 88 cm en mujeres.

Con esta definición de síndrome metabólico se estima que en EEUU existen 47 millones de

individuos49. La OMS50 utiliza criterios diferentes a los de la ATP III: aumento de la glucemia 2 h

después de comer, aumento del IMC, aumento de los triglicéridos y descenso del HDL

colesterol, HA y micro albuminuria. Recientemente la Federación Internacional de Diabetes

(IDF) ha propuesto nuevos criterios diagnósticos del síndrome metabólico51. Este pone énfasis

en la obesidad central como condición necesaria para el diagnóstico dado que determina

síndrome metabólico cuando el sujeto tiene un perímetro de la cintura aumentado según su

etnia (en europeos > 94 cm en los hombres y > 80 cm en las mujeres) más dos de los criterios

(de la PA y bioquímicos) del ATP III.

Quienes padecen síndrome metabólico tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes y de

padecer enfermedades cardiovasculares, aunque con respecto a esto último no queda claro si

el riesgo relativo es mayor que la suma de los riesgos individuales de cada factor52,53.

Se ha propuesto que la resistencia a la insulina basal y la hiper insulinemia basal pueden ser

un eslabón entre los elementos del síndrome metabólico. En el Estudio del Corazón de San

Antonio los niveles elevados de insulina en ayunas predijeron el desarrollo, al cabo de 8 años,

de HA, diabetes tipo 2, niveles bajos de HDL colesterol y aumentados de triglicéridos54. CONOCIMIENTO, TRATAMIENTO Y CONTROL.

El objetivo final del tratamiento de la HA es disminuir la morbilidad y mortalidad cardiovascular.

Para ello, en forma ideal se debe diagnosticar, tratar y controlar a todos los hipertensos. En la

tabla 5 se muestra la evolución de la situación en EEUU en las últimas décadas en donde hubo

una marcada mejoría, entre 1976-2004, atribuible a los programas educacionales dirigidos a la

población general y a los efectores de salud. Un estudio realizado en pacientes con

enfermedades cardiovasculares diversas, en los que se identificó a quienes padecían HA (edad

Page 8: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 8

media de 65 años), mostró mejor control de la HA en los EEUU que en cinco países europeos

(España, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido)55. El control en EEUU fue 63% y en Europa

osciló entre 31 y 46%.

El mejor control de la PA puede explicar en parte la reducción de la morbilidad y mortalidad por

lesiones asociadas a la HA. Así, entre los años mencionados, se asistió en EEUU a una

disminución de la mortalidad por ACV y EC de 59 y 53%, respectivamente.

Tabla 5. Evolución del conocimiento, tratamiento y control de la HA en EEUU (%)

2003-2004 NHANES II (1976-80)

NHANES III - fase 1

(1988-91)

NHANES III - fase 2

(1991-94) Sin ajustes Con ajustes

(edad)

Conocimiento 51 73 68,4 75,7 66,5

Tratamiento 31 55 53,6 65,1 53,7

Control 10 29 27,4 36,8 33,1

La situación en nuestro país es grave. Los porcentajes de conocimiento, tratamiento y control

son muy bajos y comparables a los de EEUU de hace 20 años (Tabla 6). El bajo control se

debe, entre otras cosas, a una muy pobre eficacia del tratamiento (Tabla 7). Dado que los

fármacos son capaces de normalizar la PA, este bajo control puede estar relacionado con una

falta de convencimiento de los efectores de salud de la necesidad de descender la PA debajo

de 140/90 mm Hg como aconsejan, entre otros, el JNC VII34 la OMS-SIH56, el Consenso

Latinoamericano de Hipertensión Arterial57 y las Recomendaciones Canadienses58. Si a esto

agregamos que la reducción de la tasa de mortalidad en Argentina, entre 1980 y 1999, fue sólo

16% para EC y 17,3% para ACV surge la impostergable necesidad de implementar políticas de

intervención sobre la población.

Tabla 6. Conocimiento, tratamiento y control de la HA en estudios argentinos*

La Plata (1985)

Gral. Belgrano (1993)

Rauch (1997)

Córdoba (1992-1994)

Conocimiento 44 47 32 55

Tratamiento 33 41 28 43

Control 5 3 4 13

*por 100 hipertensos

Tabla 7. Eficacia del tratamiento en estudios locales

Estudio Eficacia trat. farmacol.*

Ciudad de La Plata 15

Gral. Belgrano (Bs. As.) 7

Rauch (Pcia. Bs. As.) 14

Ciudad de Córdoba 30

*controlados / tratados x 100

Page 9: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 9

PREVENCIÓN PRIMARIA

Los principales factores que contribuyen al aumento de la PA con la edad y a determinar la PA

en la adultez son genéticos59, intrauterinos60 y, luego del parto, culturales. Se ha demostrado

que los recién nacidos de bajo peso tendrán en el futuro presiones mayores que los nacidos

con peso normal60. En ausencia de una terapéutica génica, las principales medidas

recomendadas para atenuar el aumento de la PA y realizar prevención primaria de la HA son:

asegurar una adecuada nutrición de la madre y el feto, realizar actividad física aeróbica

moderada durante 30 minutos la mayoría de los días, mantener el peso corporal normal (IMC

18,5-24,9 Kg/m2), disminuir el consumo de sodio a menos de 100 mmol/día (< 6 g de sal), limitar

el consumo de alcohol a < 30 g/día en varones (< 15 g/día en mujeres e individuos de bajo

peso), mantener un consumo de potasio > 90 mmol/día (> 3,5 g/día) y consumir una dieta rica

en frutas y vegetales y baja en productos grasos, con un reducido contenido de grasas

saturadas y totales61,62. El éxito depende en gran medida de la temprana implementación de

estos cambios saludables en el estilo de vida, muchos de los cuales impactarán además sobre

otros factores de riesgo cardiovascular. En el Trial of Preventing Hypertension (TROPHY)63, los autores investigaron si el tratamiento

farmacológico de la prehipertensión prevenía o retrasaba el desarrollo de HA. Los participantes

del estudio tenían PA normal alta, una edad media de 48,5 años y el 59,6% eran varones.

Fueron asignados al azar para recibir candesartán o placebo durante dos años, seguidos por

otros dos años en los que todos recibían placebo. Ambos grupos fueron instruidos para realizar

cambios saludables en su estilo de vida durante los 4 años. La droga resultó segura y bien

tolerada. Durante los primeros 2 años se observó en el grupo candesartán una reducción del

riesgo relativo de desarrollar HA de 66,3% pero a los 4 años (dos años después de suspender

la droga) 53% de los individuos del grupo activo había desarrollado HA comparado con 63%

del grupo placebo. Por lo tanto el beneficio para prevenir el desarrollo de HA a los 2 años de

suspendida la droga fue finalmente pequeño. Además, luego de suspender la droga, la PA

subió más rápidamente que en el grupo placebo y las diferencias entre los grupos se

estrecharon en forma ostensible.

Varios aspectos del estudio TROPHY han sido cuestionados64-66 entre ellos los referidos a la

metodología utilizada para definir HA, la pérdida del beneficio con el tiempo y la

sobreestimación de la incidencia de HA. La persistencia de los efectos beneficiosos sobre la

PA y sobre la incidencia de HA, varios años después de concluidos los estudios, también se ha

observado cuando se utilizó reducción del consumo de sodio en la lactancia67 y del peso

corporal en los normales altos68.

Las recomendaciones para la prevención primaria del incremento de la PA con la edad y de la

HA deben estar destinadas a toda la población y, en forma intensiva, se deben enfocar en los

individuos con alto riesgo de desarrollar HA. Estas dos estrategias son complementarias. Cabe

destacar que, tanto en nuestro país11 como en el exterior69 se ha demostrado que las

Page 10: Epidemiología de la Hipertensión Arterial (PDF)

SECCIÓN HIPERTENSIÓN ARTERIAL. Capítulo 1: Epidemiología 10

estrategias comunitarias que impactan sobre los hipertensos y los que no lo son, utilizando

como principal herramienta los cambios saludables en el estilo de vida, son eficaces para

disminuir la presión arterial. En el programa implementado en nuestro país11 los cambios en el

estilo de vida provocaron el desplazamiento hacia la izquierda de la curva de la PA sistólica

(figura 1) y la mayor utilización de fármacos antihipertensivos el aplanamiento a la derecha.

Como ya mencionamos estas estrategias comunitarias lograron descensos significativos de la

PA sistólica y diastólica (-5,49 y -6,86 mm Hg, respectivamente).

Figura 1. Se observa el desplazamiento hacia la izquierda de la curva de distribución de la PAS que refleja el efecto de

los cambios saludables en el estilo de vida luego de seis años de observación11. El descenso de la frecuencia de los

valores más altos de la PAS (por encima de 155 mm Hg) obedece al efecto de los antihipertensivos.

Por último cabe recordar que los descensos del promedio de la PA sistólica de una comunidad,

aun los modestos, tienen un gran impacto sobre la mortalidad. Así, por ejemplo, se ha estimado

que la reducción de 5 mm Hg en la PA sistólica de una comunidad es capaz de disminuir 14%

la mortalidad por ACV, 9% la debida a enfermedad coronaria y 7% la mortalidad general70,71.

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BIBLIOGRAFÏA

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and Follow-up Program. Progress report. Circ Res 1977; 40 (Suppl I):1106-9.

0

50

100

150

200

250

300

350

95 105 115 125 135 145 155 165 175 185 195

PA sistólica (mmHg)

Reducciónde la PA

Antes de la intervención

(1997)

Luego de la intervención

(2003)

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