ensayo 2 - el libro negro de las marcas

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Conejillos de indias La problemática en este capítulo es sobre los medicamentos nuevos, que las empresas farmacéuticas reparan y maquillan los resultados de sus pruebas y que muchas veces no cuidan sus efectos colaterales con las personas de sus ensayos de las mismas pruebas. Pero entre los consumidores está de moda el escepticismo. Es como hablar de la polémica del cáncer provocado por las señales celular cuando ya hay uñas led que se prenden cuando se acercan a estas señales. Creo que de verdad, es más importante que hubiera hablado de los verdaderos experimentos en animales que de todo el revuelo en sus sentimientos que se hizo de sus conversaciones sobre el ensayo con personas húngaras que pretendió dar a entender que iba a desarrollar ofreciéndole incentivos al doctor que consiguió que contestara. La verdad es que siento que es como si se proyectara bien canijo y me contara historias de cómic del siglo XX sobre virus letales y su uso en humanos. Si bien hasta puedo decir que al autor le gusta cambiarse de vida de vez en cuando. Algún dato regala sobre las grandes farmacéuticas (con su súper bibliografía citada) trabajan solo para los ricos y que en África la población se muere del SIDA pero que los doctores no se preocupan más que por la pasta. Si el de verdad fuera investigador hablaría de que el SIDA no existe y todo es culpa del medicamento. Y si es tan fácil que nos den placebos al momento del tratamiento y que si sea tan sencillo conseguir sujetos humanos para probar medicamentos aunque se mueran por ellos. De que hay placebos los hay, pero para eso tengo dos explicaciones, la primera es que muchas veces converge el estado de animo de la persona, si cree que le das la cura se curara, ya hay muchos casos de estos al respecto de placebos (alguna vez se habrá oído de los placebos de azúcar en México seguramente) aunque claro está de que es para ahorrarse mucho dinero la empresa pero con la ignorancia del paciente nadie pierde, en segunda es que luego hay que regular una secuencia de pastillas en ciertas medicinas para evitar los excesos por ejemplo una si tiene su activo, otra no y así sucesivamente. La parte de los ensayos con humanos pues... Hay algo más detrás de ello que me hubiera gustado que el autor lo investigara pero no lo hizo, como en anteriores capítulos da información a medias y medianas

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Ensayo 2 - El libro negro de las marcas

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Page 1: Ensayo 2 - El libro negro de las marcas

Conejillos de indias

La problemática en este capítulo es sobre los medicamentos nuevos, que las empresas farmacéuticas reparan y maquillan los resultados de sus pruebas y que muchas veces no cuidan sus efectos colaterales con las personas de sus ensayos de las mismas pruebas. Pero entre los consumidores está de moda el escepticismo. Es como hablar de la polémica del cáncer provocado por las señales celular cuando ya hay uñas led que se prenden cuando se acercan a estas señales. Creo que de verdad, es más importante que hubiera hablado de los verdaderos experimentos en animales que de todo el revuelo en sus sentimientos que se hizo de sus conversaciones sobre el ensayo con personas húngaras que pretendió dar a entender que iba a desarrollar ofreciéndole incentivos al doctor que consiguió que contestara. La verdad es que siento que es como si se proyectara bien canijo y me contara historias de cómic del siglo XX sobre virus letales y su uso en humanos. Si bien hasta puedo decir que al autor le gusta cambiarse de vida de vez en cuando. Algún dato regala sobre las grandes farmacéuticas (con su súper bibliografía citada) trabajan solo para los ricos y que en África la población se muere del SIDA pero que los doctores no se preocupan más que por la pasta. Si el de verdad fuera investigador hablaría de que el SIDA no existe y todo es culpa del medicamento.

Y si es tan fácil que nos den placebos al momento del tratamiento y que si sea tan sencillo conseguir sujetos humanos para probar medicamentos aunque se mueran por ellos. De que hay placebos los hay, pero para eso tengo dos explicaciones, la primera es que muchas veces converge el estado de animo de la persona, si cree que le das la cura se curara, ya hay muchos casos de estos al respecto de placebos (alguna vez se habrá oído de los placebos de azúcar en México seguramente) aunque claro está de que es para ahorrarse mucho dinero la empresa pero con la ignorancia del paciente nadie pierde, en segunda es que luego hay que regular una secuencia de pastillas en ciertas medicinas para evitar los excesos por ejemplo una si tiene su activo, otra no y así sucesivamente.

La parte de los ensayos con humanos pues... Hay algo más detrás de ello que me hubiera gustado que el autor lo investigara pero no lo hizo, como en anteriores capítulos da información a medias y medianas no me sorprende. Durante un tiempo en Europa que si se llegó a prestar eso de los ensayos con voluntarios, muchos reclamaban sus derechos en cuanto a daños, si quedaban ciegos cojos o vulnerables querían indemnizaciones los nada tontos, se prestó a la popularización el trabajo biológico en animales, de pronto era mucho más barato y viable comprar animales y criarlos para sus experimentos que llamar a gente para trabajar. Llevo a las autoridades competentes a llevarse el teatro, empresas se vieron obligadas a dejar sus proyectos antes de fuertes demandas y mala imagen, se levantó un programa de que los productos ya sean químicos o biológicos, para identificarse de los "maleantes" debían de tener el logo verde de un conejillo corriendo en señal de que ese producto no fue probado en animales. Así que el autor ni me venga con que si la gente sabia o no sabia de los efectos de lo que iban a tomarse y probar si cuando hacen eso si les hacen firmar convenios para no comprometerse en el recuento de los daños.

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Negocios turbios

Ya está conocido, el tema de sitios ricos en recursos naturales y gente extranjera que quiera dominar estos sitios para explotar los recursos, sus guerras centrales y colindantes que ya han sido tema de películas inclusive. En la vida real es una constante lucha bajo los locales y sus vecinos envidiosos como ya es costumbre saber y que no debería de seguir pasando a estas alturas del siglo.El autor descarta investigar que por lo menos los nombres que presenta como los responsables en la información que extrajo de su genio de la lámpara sean verídicos. Es como si se hablara de las cosas que quiere Peña dar de alta con las reformas de Telecomunicaciones y la censura del internet para el civil cuando les aseguro que ni él sabe por dónde la puerca tuerce el rabo. Son nombres que se dan para presentar como el blanco para la gente, para que se dé a saber a quién odiar por los males que representa. Claro está que si hay guerra de tesoros también hay aliados y traidores en ambos bandos según sea el caso, también lo está el que a las empresas que apoyen esos movimientos o financien por que vieron una oportunidad de mercado solo protejan la imagen del foráneo pagando a los medios para que mientan o se callen. Platica el caso del hombre Ken Saro que se ganaría el premio nobel alternativo cuando se vio enjuiciado por sus revuelos contra Shell. Por lo menos fue grato saber que desde Nueva York su familia pudo hacer denuncia de los daños al ambiente Nigeriano departe de Royal Dutch Shell y su extracción de petróleo en el delta del Níger además de la indemnización por el corazón roto de Ken y de los ogoni.

Aunque se resalta que hay más empresas petroleras haciendo desorden en donde ni siquiera dan “las gracias” correctamente, narrando que contaminan y dejan desastre además de no pagar lo debido y dice “que para cuando paguen los afectados ya estarán muertos”. Narra también un ejemplo de la explosión de un oleoducto en una estación de bombeo de Shell de la que no se compadeció jamás, aludiendo a sus arduos trabajos de quema de gases residuales junto a las casas, y expresando con las palabras “ni los representantes de la anterior dictadura militar ni los dueños de las empresas mostraron el menor signo de arrepentimiento”. Es común ver estas actitudes en muchas empresas tal vez de ramos no tan diferentes, que se ven así mismas como lo mejor del mundo donando a actividades sociales pero destruyendo lo demás a las espaldas de los derechos humanos. Muchas de estas son sanguijuelas, sólo llegan a consumir y dejan todo como quede, cuando uno ve estas cosas ya no se sabe si el dinero cambia a las personas o las personas cambian por el dinero. Lo peor de todo es que pensando que sus “buenos actos” combatirían los daños físicos de los nativos del sitio que decidieron explotar. La conclusión sería que a pesar de las empresas mencionadas hicieran y destruyeran no sé cuánto más que a lo mejor ni el autor sabe vendieran todo “su” recurso, se hicieron con mucho dinero además de la polémica a nivel internacional, aun así tuvo comercio fluido y basto, aun así se hablara mal de estas empresas vendieron hasta la dignidad de los locales. Hay cosas que aunque se difundan como “esta empresa hace esto, no le compres” muchas veces surte en efecto nulo, siguen vendiendo y siguen siendo parte de las grandes bolsas en el mercado financiero.