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Enrique Jardiel Poncela (1901 – 1952) COMO MEJOR ESTÁN LAS RUBIAS ES CON PATATAS (1947) Humorada en un prólogo y dos actos

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  • Enrique Jardiel Poncela(1901 1952)

    COMO MEJOR ESTN LAS RUBIASES CON PATATAS

    (1947)

    Humorada en un prlogo y dos actos

  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    S que ante estas lneas vais a echar de menos aquellos prlogos tanpersonales a que os tena acostumbrados mi padre. Hubiera deseado contoda mi alma no haber tenido que ser yo la que os contara algo de lascircunstancias en que se escribieron y se estrenaron () sus tres ltimascomedias: El sexo dbil ha hecho gimnasia, Como mejor estn las rubiases con patatas y Los tigres escondidos en la alcoba. Lo hubiera deseadocon toda mi alma. Pero, por desgracia, tendris que conformaros con mislneas.

    ()

    COMO MEJOR ESTN LAS RUBIAS ES CON PATATAS

    El estreno de esta comedia fue una batalla campal. Nadie se enter de nadade lo que ocurri, y nadie, tampoco, consigui or la comedia. Todo fuepeleas, insultos. Pero dejemos al seor Garca que nos cuente lasvicisitudes del estreno:

    Desde antes de levantarse el teln, un denso murmullo recoca en elambiente. Aun as, a pesar de las ganas, no consiguieron meterse con elprlogo. Al caer el teln, las pocas personas de buena fe que haba en lasala iniciaron el aplauso o se abstuvieron de aplaudir, como casualmente seabstienen los que van de claque o de reventadores.

    Por qu, seor Garca? No es atrevido el prlogo? No encierragracia? No es bueno, en una palabra?

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    Pues por eso.

    No lo comprendo. Por qu tiene tantos enemigos este hombre? Porque es genial, cosa sobradamente demostrada y que no perdonan lostontos.

    Y por qu no le perdonan? Por mediocres. Qu autor del presente ni del pasado levanta en su tornotantas y tan furibundas pasiones como Enrique Jardiel Poncela? Ninguno.Y por qu? Por todo lo que vale. Usted, amigo, que no se pierde unestreno, ha visto al mismo pblico que ahora llena la sala, al pblicoestrenista, aplaudiendo a tantos autores oos que nada dicen porque nadatienen y nada tuvieron nunca que decir, y a tantas comedias inodoras,incoloras e inspidas, en las que nunca se dijo nada nuevo ni se adornan condestello alguno... Qu voy a decirle!

    Transcurri el acto segundo. Y por un sentimiento de justicia, los que antesse abstenan de aplaudir lo hicieron ahora, indignados, para contrarrestar elefecto de los pateadores. Estos arreciaron, enloquecidos.

    Vea usted cmo aporrea el suelo con su bastn aquel conocido crtico.Qu le parece? Es edificante, verdad? Observe: en aquel palco platea hayuna seora con un martillo. Qu modas tan raras!, eh? Se ha fijado encunto cojo hay esta noche en la sala? Cojos? S; embastonados.

    En el acto tercero la bronca fue descomunal de principio a fin. Hubo gritos,bofetadas, aullidos, aplausos, pateos. Un espectador ladraba como unconsumado perro. Nadie logr enterarse, en absoluto, de nada del terceracto. Algunos espectadores protestaban a voz en grito:

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    Hemos pagado para escuchar la comedia! Que se vayan los que noquieran or y nos dejen enterarnos!

    Un viejecito tom su gabn y sali resignado. Tendr que volver maanadijo. Hoy no logro enterarme de nada. Pero a esto no hay derecho!No lo hay! Cmo sabrn si la comedia les gusta si no es posible or nipalabra? Oh, qu pblico ms inteligente!

    Cuando salimos, los reventadores preguntaban con sonrisa de triunfo: Y Jardiel, qu dice? Jardiel est muy por encima de todas estas miserias. Preguntdselo alseor Garca. Pero es que a ti te gusta este teatro?

    Plenamente! Como os gustar a vosotros cuando Jardiel se hayamuerto. Ahora, no, porque vosotros sois as. De acuerdo, amigo Garca? De acuerdo.

    Creo, lectores amigos, que con esto tambin os haris una ligera idea de loque ocurri. Y pienso que, despus de las declaraciones del seor Garca, loque yo pueda decir carecera de importancia.

    Y... ah estn las comedias esperndoos. Ellas os hablarn del autor que seha ido, pero que en vosotros sigue viviendo

    EVANGELINA JARDIEL PONCELA

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    PERSONAJES

    ALBERTINA

    BERNARDO

    BUITRAGO

    COSCOLLO

    TULA

    OBDULIO

    MARTA

    MARA

    DIONISIA

    MELANIA

    RENDUELES

    HELIODORA

    PIFI

    PEPITA

    PEPITO

    LILIANA

    GIPSY

    SIDNEY JNIOR

    LUCA

    MOVELLN (locutor de radio)

    EL PROFESOR LERCHUNDI

    FLORA

    EL PROFESOR PALLARS

    MISTRESS FOTHINGHAM

    ULISES MARAB

    RODRGUEZ

    LA VOZ DEL REDACTOR JEFE

    La accin, en Madrid. poca actual

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    PRLOGO

    DECORACIN

    Un gran despacho, medio despacho, medio laboratorio medio cuarto de trabajo,de un hombre de ciencia. En el foro izquierda, dos puertas gemelas, ambas conforillo de pasillo y salidas por ambos lados. Y otra puerta semejante en el lateralizquierda, situada a un metro o metro veinte del arranque del decorado. Lasdos puertas del foro no tienen batientes; la del lateral izquierda lleva, por elcontrario, vidrieras con visillos; una y otras se hallan provistas de pesadoscortinajes.

    El lateral derecha y casi todo el foro derecha y parte del foro centro se hallancubiertos por una gran librera, que forma ngulo, de un metro setenta o unmetro setenta y cinco de alta, y que se halla repleta de volmenes, puestos deun modo desordenado y anrquico. Esta librera, pegada a la pared en toda suextensin, se abre en forma de puerta en el segundo trmino del lateralderecha, y, provista de goznes, como tal puerta, permite por su hueco elacceso a otras habitaciones de la casa, pero que, al cerrarse, queda disimulada,sin que a simple vista se note su existencia. Delante de la librera, y a todo lolargo de ella, corre una gran mesa, unida por su costado izquierdo a la pareddel foro derecha, la cual mesa avanza hacia la batera un poco oblicuamente,dando al pblico el costado derecho, que llega hasta cerca de la lnea de cadade telones. Entre la mesa y la librera, en el ngulo que forman el lateralderecho y el foro derecha, y en el que hay un pequeo chafln de un metro deancho, poco ms o menos, se alza un gran silln de alto respaldo.

    Entre las puertas del foro, una vitrina algo ms baja que la librera y no muyancha.

    El lateral izquierda se halla constituido por dos paos, uno mucho ms grandeque el otro. El grande va muy ochavado y, partiendo de la puerta del foroizquierda, concluye en el otro pao pequeo, que es en el que se abre latercera puerta y que es casi perpendicular a la batera. El pao grande,ochavado, se abre en un ventanal que lo ocupa en su mayor parte y que llevaun forillo de edificios y cielo. Debajo del ventanal, casi de la misma longitud del, un divn de cuero, con dos sillones, y delante una pequea mesa. En elprimer trmino del pequeo pao, entre la puerta y el arranque del decorado,un silln de orejeras, en uno de cuyos brazos hay instalado un atril ocupado por

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    un libro abierto. Al lado, un cenicero de pie.

    Por delante de la gran mesa de la derecha, y tambin a lo largo de ella, otrodivn de cuero, con el respaldo adosado a la mesa y diez o doce centmetrosms bajo que el tablero de la mesa. Delante del divn, otra mesita rectangular,bajita.

    La susodicha mesa del lateral derecha aparece repleta de papeles, folletos,libros y toda clase de tiles y objetos cientficos diversos. En el sitiocorrespondiente al silln del ngulo ochavado hay, sobre ella, un pequeofacistol, en el que descansa igualmente un grueso volumen abierto; y,distribuidos por el tablero, un microscopio, una balanza medicofarmacutica,una batera de tubos de ensayos, un matraz, una retorta, un mechero Bunsen,varios huesos fsiles, pedazos de minerales, frascos con muestras de tierra dediversos colores y dos o tres crneos de formas diferentes. Estos objetos:huesos, minerales, crneos y utensilios de pocas prehistricas, tales comohachas de slex, puntas de azagayas, flechas y algn cacharro, junto con cincocabezas de yeso policromado, que representan las cinco razas del mundo,abundan en toda la habitacin: en la vitrina sobre la librera, en toda suextensin, en el respaldo del divn de la derecha y en el umbral del ventanaldel pao ochavado de la izquierda.

    En el foro, entre las dos puertas, una gran corona de laurel dorado, y debajo,una inscripcin que dice:

    AL MALOGRADO Y GLORIOSODON ULISES MARAB,

    LA CIENCIA, DESCONSOLADA

    Una gran araa, pendiente del techo, y una gruesa alfombra, que cubre elsuelo, completan la descripcin del decorado, que tiene todo l esa ptinasingular e indefinible propia de las habitaciones que han permanecido cerradasy donde no se hace vida de hogar desde varios aos atrs.

    Al levantarse el teln, en escena, ALBERTINA, TULA, BERNARDO, OBDULIO, BUITRAGO yCOSCOLLO, y en seguida, MARTA y MARA.

    ALBERTINA es una dama de unos treinta y cinco aos, que representa, gracias altocador, seis o siete menos, y que, gracias a su intenso temperamentoamoroso, representa otros tres o cuatro menos todava, lo que constituira paraella una suerte envidiable si no fuera porque, por culpa de esas circunstancias,su existencia ha cado en una de las situaciones ms dramticas en que puedecaer la existencia de una mujer. TULA, su hija, es una muchacha muy mona,monsima; tan mona, tan sumamente mona, tan extraordinariamente mona,que, como era de temer, es tonta perdida; y, aunque slo ha cumplido los

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    diecisis aos, nadie de los que la conocen espera ya que pueda modificarsecon el paso del tiempo. BERNARDO, marido de ALBERTINA, tiene unos cuarenta aosy un aspecto exterior de hombre muy hecho y maduro; pero interiormente estierno, sensible y frgil como una educanda que reuniera esas condiciones. Setrata de un pintor, y hasta en la manera romntica de peinarse se le ve laprofesin, porque no es un pintor cualquiera, sino un suave pintor,especializado en asuntos de flores, frutas y pjaros. OBDULIO, novio de TULA, estentre los veintiocho y los treinta aos, y es catedrtico de Gramtica, esengredo, pedante, saturado de sufijos y de pluscuamperfectos, mezclados conalgn que otro gerundio, y vaco como un quiosco de horchata instalado en elPolo; pero difcilmente, se encontrara un hombre ms satisfecho de s mismo yque tenga concepto ms alto de su propio valer. Conocida la densidadmental de TULA, y sabiendo que es su novia y prometida, no podr producirextraeza el hecho de que ella escuche siempre a OBDULIO con los ojos y la bocaabierta de par en par por la admiracin y mirndole de abajo arriba, como siOBDULIO fuera el constante pasajero de un globo aerosttico. De los demspersonajes, el ms viejo es BUITRAGO, que est ms prximo a los cincuenta quea los cuarenta y que viste un uniforme oscuro, con botones plateados. COSCOLLOest, por el contrario, ms cerca de los cuarenta que de los cincuenta. Elprimero es un tipo aplomado y tranquilo, en tanto que COSCOLLO es un nerviosotan extremado, que su cara no puede mirarse mucho tiempo seguido sincontagiarse de los gestos, guios y visajes que la alteran constantemente. Porsi ello no fuese bastante, COSCOLLO es sordo como una tapia. Finalmente, y conrespecto a MARTA y MARA, hay que decir que no se trata de la pareja depersonajes bblicos de su nombre, sino de una doncella muy linda y de unacriada para todo, cuya denominacin de para todo ya deja entrever que estodava ms linda que MARTA, que se llevan entre s como el perro y el gato quepeor puedan llevarse y que pertenecen, como es de suponer, al servicio de lacasa.

    Casa en la que no tiene duda que se estn viviendo horas de excepcionaltensin, provocada por una importantsima y no menos excepcional noticiaprocedente del exterior, pues seores y servidumbre se encuentran, al iniciarsela accin, rodeando a un aparato de radio que, trado desde otra habitacinvecina, se alza ahora en primer trmino, y casi en el centro del escenario, hastadonde han sido arrastrados tambin a uno y otro lado del aparato, el silln deorejeras y otro silloncito perteneciente al tresillo de cuero.

    El ansia de or lo que est transmitiendo la radio es comn a todos lospersonajes, pero la situacin de espritu con que escucha cada cual, aexcepcin de COSCOLLO, que, naturalmente, no escucha, dista mucho de ser lamisma. Y as, mientras BUITRAGO, que se halla con COSCOLLO, en pie, a la derechadel aparato, expresa una ansiedad optimista, BERNARDO, en el silln de cuerosituado junto a l, aparece abrumado, acogotado y como aplastado. Y mientras OBDULIOy TULA, formando rancho aparte, ella sentada y l reclinado en la mesa dedespacho, son los menos afectados, en la apariencia, por los acontecimientos,ALBERTINA yace semiderrumbada en el silln de orejeras, a la izquierda de laradio, llorando, gimiendo, comindose a pedazos un pauelo y, en fin,

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    ofrecindose a los espectadores como la imagen viva de la desolacin y de ladesesperacin ms extremadas.

    EMPIEZA LA ACCIN

    Los seis personajes escuchan, en medio de un silencio absoluto, la VOZ DELLOCUTOR de radio, que suena en el aparato.

    VOZ DEL LOCUTOR.(Por el aparato.) As es que atencin, seores radioyentes...Mucha atencin! Porque dentro de breves instantes, y por boca del redactorjefe de la Agencia Intercontinental de Prensa, seor Movelln, transmitiremoslas ltimas noticias del extraordinario acontecimiento que en estos momentostiene a todo nuestro pas y a las clases cientficas del mundo entero pendientesde nuestro micrfono...ALBERTINA.(Gimoteando amargamente.) Y tan pendientes como estamos todos,Dios mo de mi alma! (Llora con desconsuelo.)BERNARDO.(Conmovido y apurado, acaricindole las manos.) Vamos, Albertina,vamos!... (ALBERTINA llora fuertemente. Por el foro izquierda aparecen en eseinstante MARTA y MARA, la primera con uniforme y la otra con delantal blanco, ylas dos con las caras llenas de araazos y las cabelleras en desorden. MARTAtrae un frasquito en la mano, que entrega, rpida, a BERNARDO.)MARTA.Las sales! Aqu estn las sales!BERNARDO.Las sales?MARTA.Las sales inglesas que nos mand traer el seor por si le hacan falta ala seora..BERNARDO.Ah, s, s! Ni me acordaba ya. Claro. Si es que tiene uno la cabezahecha un lo... Vengan, vengan las sales! (Coge el frasquito.) Que me pareceque, de un momento a otro, las vamos a necesitar todos... (Fijndoseen el aspecto de las chicas.) Eh? Pero y esas caras y esos pelos qusignifican? Es que habis vuelto a pelearos otra vez?MARTA.No, seor, noMARA.No, seor, solo una discusin.MARTA.Una discusin que hemos tenido en la cocina sobre si nos habanmandado traer las sales o nos haban mandado traer el terBERNARDO.Pues era las sales.MARTA.Claro! Lo que yo deca. (Ambas se arreglan los desperfectos de ladiscusin. A MARA.) Como siempre! Te convences? Ves como de las dos erayo la que tena razn? MARA.(Amenazadora, por lo bajo.) En la cocina te dir yo a ti luego quien erala que tenia razn de las dos!ALBERTINA.(Enrgicamente.) Chist! Silencio! (Escucha.)Voz DEL LOCUTOR.(Por el aparato.) Y, como es natural, seores radioyentes, alhablar de acontecimiento extraordinario, nos referimos al que es hoy tema detodas las conversaciones, es decir, el feliz e inesperado hallazgo, el dichoso yprovidencial encuentro del glorioso investigador, del portentoso sabio, delgenial profesor de Antropologa y director de nuestro Museo de Ciencias

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    Prehistricas, don Ulises Marab y Novaliches.BUITRAGO.(Alegrsimo) Toma! Pues ahora s que no hay duda de que es l,porque ya citan su segundo apellido.COSCOLLO.Qu? Qu es lo que dicen, seor Buitrago? (BUITRAGO se lleva apartea COSCOLLO y habla con l.)BERNARDO.(Aparte, a ALBERTINA.) Buitrago lleva razn, Albertina. Ya no hay dudaninguna de que es l!ALBERTINA.Por mi parte, siempre he estado segura de que era l, Bernardo.Desde las primeras noticias de anoche tuve ya la certidumbre de que era l.Pues crees t que, descontndole a l, hay alguien capaz de llamarse Ulises nicapaz de llamarse Marab?BERNARDO.No, claro, eso es verdad.ALBERTINA.Y de no haber comprendido, desde los primeros rumores de suaparicin, que se trataba de l (Rompe a llorar), no tendra yo esta angustiaque tengo desde entonces, Dios mo de mi vida.BERNARDO.Albertina Albertina mujer (La acaricia.)VOZ DEL LOCUTOR.(Por el aparato.) Pero hasta tanto que demos comienzo,seores radioyentes, a la transmisin anunciada, nos permitimos recomendar austedes que hagan siempre sus compras en los Almacenes Rufilanchas, porquelos Almacenes RufilanchasALBERTINA.(Con un grito.) No! Los Almacenes Rufilanchas, no! (BERNARDO cierrala radio.) Bastantes sobresaltos y sufrimientos estamos soportando desdeanoche para que nos coloquen encima los Almacenes Rufilanchas (Quedallorando.)MARTA.Y con seis pisos que tiene el edificio!MARA.Siete.MARTA.Seis!MARA.Siete!MARTA.iSeis! Que por este mismo asunto ya armamos ayer una trapatiesta enla cocina y esta maana me he ido yo a los Almacenes y me he subido a pietodos los pisos para estar segura, y son seis! Te enteras? Seis!BUITRAGO.(En voz baja.) Queris hacer el favor de callaros, chicas?MARTA.S, seor Buitrago, pero que conste que son seis pisos.MARA.(Por lo bajo, amenazadora.) En la cocina te dir yo a ti luego los pisosque son! (Quedan hablando las dos con BUITRAGO.)ALBERTINA.(Llorando ms alto.) Dios mo! Dios mo de mi alma!BERNARDO.Albertina, procura dominar los nervios, o acabaras por caer enferma.ALBERTINA.Enferma lo estoy ya, Bernardo. Enferma lo estoy ya!COSCOLLO.(Que se ha acercado a TULA y OBDULIO haciendo visajes.) Oigan,jvenes y ahora: qu es lo que ha dicho la radio?TULA y OBDULIO.(Muy extraados.) Quee?BUITRAGO.(Acudiendo y apartando a COSCOLLO.) Chist! Coscollo (A OBDULIO yTULA.) Ustedes perdonen, no le hagan caso, que un servidor se encargar del Porque es que aqu el amigo Coscollo, que fue el peluquero del personal delMuseo de Ciencias Prehistricas, donde ahora est conmigo de conserje, tuvomeningitis de pequeo, y cuando se emociona sufre de histricos, porque seencuentra un si es o no es, que s que es, neurtico. Y al saberse que donUlises se haba perdido en frica, aqu el amigo Coscollo sufri un histrico de

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    odos que le dej sordo rematado para siempre.TULA.Que le dej sordo?BUITRAGO.Ms sordo que una linterna, seorita Tula. Pero antes de aquello ydespus de aquello, aqu el amigo Coscollo an ha tenido histricos peores: havivido tres aos afnico, y otros dos mudo, y ha padecido de hipo crnico unverano entero, y resisti siete meses el que le sonase un cascabel siempre quemova la cabeza, y durante catorce semanas estuvo notando que dentro delestmago se le encenda y se le apagaba una bombilla elctrica.TULA.Jess!OBDULIO.Pero y entonces ese hombre no tiene cura?BUITRAGO.Tendr cura cuando est para morirse, y eso si llega a tiempo.Porque, segn el mdico, el da menos pensado, ante una emocin demasiadogorda, le dar el histrico total, y entonces se volver majareta del todo o sequedar tieso para los restos.TULA.Vlgame Dios!BUITRAGO.Y en sus condiciones mentales, el nico que le puede escuchar sinzumbarle es un servidor, gracias al procedimiento telegrfico.OBDULIO.Gracias al procedimiento telegrfico?BUITRAGO.S, seor. Fjense y vern. (A COSCOLLO, en voz muy alta.) DISGUSTADOANTERIOR CONDUCTA, PROHBOTE DAR LA LATA PREGUNTAS IDIOTAS.COSCOLLO.(Haciendo muchos visajes.) Pero, seor Buitrago, si es que querasaber lo que ha dicho ltimamente la radio, porque estoy ya que me saltanlas manos, y me brincan las piernas, y...BUITRAGO.DISCULPA INSUFICIENTE. ADVERTTE CONTESTARATE YO TODAS PREGUNTAS. REFERENTERADIO, ANUNCIARON PRONTO DARAN NOTICIAS PROFESOR.COSCOLLO.Entonces, por qu han cerrao el aparato?BUITRAGO.ASCO INSUPERABLE: GUA COMERCIAL.COSCOLLO.Y usted, ahora, qu les estaba diciendo de m a estos jvenes?BUITRAGO.ALUDIENDO PERSONAS FAMILIA, ACONSJOTE MS RESPETO. SEORITA, HIJA PROFESOR ;POLLO, NOVIO SEORITA.COSCOLLO.Ah! (Nerviossimo, a TULA.) No saba que fuese la hija de don Ulises...(A OBDULIO.) Y que ust, caballero... Tanto gusto! Tantsimo gusto!...Rmulo Coscollo, para servirles...OBDULIO.Gracias.TULA.Muchas gracias. (Quedan hablando aparte, con COSCOLLO al lado.)ALBERTINA.(Que hablaba con BERNARDO y las criadas.) Bien; conformes; lo quequieras... Pero anda, Bernardo, abre la radio, no sea que hayan empezado yaa dar las noticias, que... (BERNARDO abre.)VOZ DEL LOCUTOR.(Por el aparato, que ha abierto BERNARDO.) Y lo que resultasencillamente increble, seores radioyentes, es la lista de precios de losAlmacenes Rufilanchas.ALBERTINA.(Gritando, corno antes.) Cierra! (BERNARDO obedece y cierra.) Cierra,que an siguen con los Almacenes Rufilanchas! (Desesperada.) Dios mo! Y laimpaciencia me tiene ya febril! Porque siento un ansia horrible de saber,Bernardo!... Y, al mismo tiempo, el llegar a saber me da un miedo espantoso.BERNARDO.Albertina, criatura!MARTA.Seora!TULA.Vamos, vamos, mam!

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    OBDULIO.Doa Albertina!MARA.Seorita... (La rodean todos de nuevo.)TULA.(Aparte, a OBDULIO.) Obdulio, por favor, dile a mam algo que latranquilice... Que si no lo logras t, nadie podr lograrlo...OBDULIO.Eso es muy cierto, Tula, porque mis cualidades oratorias sonrealmente maravillosas. De suerte que dame un poco de agua, que voy ahablarle para levantarle el corazn...TULA.S; toma: aqu hay un vaso... (Le lleva a la mesa despacho y le sirve unvaso, que OBDULIO bebe.)BERNARDO.(Aparte, a ALBERTINA.) Lo ves? Lo ests viendo, Albertina? Obdulioacaba de pedir agua, lo que quiere decir que, por no haber dominado t losnervios, como yo te aconsejaba, ahora l te va a largar uno de sus discursos...ALBERTINA.Y qu queras qu hiciese, Bernardo? Si lo que sucede es superior amis fuerzas.BERNARDO.No lo ignoro, querida; y si el drama se plantease de veras, resultarapara m igual de grande, o quiz mayor, que para ti; pero, no obstante...OBDULIO.(Que ha avanzado, despus de beber, y se dispone a discursear.)Justamente! Muy justamente! Eso es!ALBERTINA y BERNARDO.Eeeh?OBDULIO.El drama resultara para l igual de grande o quiz mayor! Esverdad! Y no es menos verdad que, as como tras la tempestad viene la calma(Aprs la pluie, le beau temps, dijo el francs), sucede tambin lo inverso:que tras la calma viene la tempestad (Mutas mutandi, dijo el latino), que eslo que representa el actual caso de ustedes. Pero... qu es la vida humanasino leve y sutil mariposa (Psyche, dijo el griego), que el viento arrastra delbien al mal, de Scila a Caribdis, del Capitolio a la roca Tarpeya?...BUITRAGO.(Admirado.) Ah va!TULA.(Arrobada, con entusiasmo.) Oh, Obdulio, qu hermoso prlogo!OBDULIO.Ms agua, Tula! (TULA corre a llevarle el vaso, y l bebe de nuevo.)ALBERTINA.(Llorando an ms.) Dios mo de mi alma!COSCOLLO.(Aparte.) Y ahora, qu ocurre, seor Buitrago?BUITRAGO.NOVIO NIA, A FUERZA BEBER AGUA, DESARROLLA DISCURSO CUATRO IDIOMAS.COSCOLLO.Pa que ust vea! Y nosotros hablando na ms que espaolpor el empeo de beber slo vino.ALBERTINA.(Llorando a lgrima viva.) Y encima esto! Encima tener que orpalabrotas como lo de Scila y Caribdis! (A BERNARDO.) Abre la radio, Bernardo!OBDULIO.Eh?ALBERTINA.Abre la radio, que prefiero los Almacenes Rufilanchas. (BERNARDOobedece y abre.)VOZ DEL LOCUTOR.(Por el aparato.) Y sartenes a nueve pesetas! Y pucheros aveintids cincuenta! Y como los precios de los Almacenes Rufilanchas no tienencompetencia, cacerolas a cuarenta y seis pesetas! Y aqu ha llegado, seoresradioyentes, el momento de transmitir el acontecimiento extraordinario...(Sensacin en todos, que se movilizan.)BERNARDO.Ya!MARTA y MARA.Ya!BUITRAGO.Ya!TULA.Ya, Obdulio!

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  • Como mejor estn las rubias es con patatas (1947)

    ALBERTINA.Ya, Dios mo!VOZ DEL LOCUTOR.(Por el aparato.) Atencin! Con ustedes, ante nuestromicrfono, dispuesto a dirigirles su autorizada palabra, el informadsimoredactor jefe de la Agencia Intercontinental de Prensa, seor Movelln.MARTA y MARA.A ver, a ver!BUITRAGO.(A COSCOLLO.) INMINENTES NOTICIAS PROFESOR!COSCOLLO.Ah va! Pues no pierda palabra, seor Buitrago!TULA.Obdulio, qu emocin!ALBERTINA.Dios mo de mi alma!BERNARDO.La pondr ms fuerte... (Sube el volumen de la radio y en elaparato suena otra voz de hombre.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Seores! Al disponerme a hacer uso deeste micrfono, recibido de manos del popularsimo locutor seor Mustieles, miprimera palabra es breve, pero definitiva, porque mi primera palabra es: S!.TODOS.Eh?VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Puedo afirmar, seores, que ustedesesperaban la palabra no? S! Pero tendr que explicar lo que hoy significa lapalabra s?... No!ALBERTINA.Dios mo! En qu quedamos?VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) No! No tendr que explicar lo que eneste apasionante asunto significa la palabra s. Porque s quiere decir quees absolutamente cierto. (Gran revuelo en todos.)ALBERTINA.Virgen Santsima! Dice que es cierto!Voz DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) En efecto: el digno director de nuestroMuseo de Ciencias Prehistricas, desaparecido del mundo civilizado un da, hasido hallado, el pasado jueves, por dos cazadores australianos en una de lasintrincadas selvas del frica ecuatorial..., y vive! (Sensacin inmensa en todoslos personajes. Cierra la radio BERNARDO.)BERNARDO.(Abrumado.) Vive!...ALBERTINA.(Destrozada.) Vive, Bernardo! Ulises vive!MARTA y MARA.(Emocionadas.) Vive!TULA.(Nerviossima.) Mi padre vive, Obdulio!BUITRAGO.(Alegrsimo, jubilosamente.) Lo oyen ustedes? Vive! (A ALBERTINA.)Vive, seora! (A BERNARDO y OBDULIO.) Vive, caballeros! (A TULA.) Vive, seorita!(A MARTA y MARA.) Vive, jvenes! (A COSCOLLO, abrazndole.) Vive, Coscollo!COSCOLLO.(Sin enterarse.) Eh? Qu pasa? Qu ocurre?BUITRAGO.CONFIRMACIN FETN PROFESOR VIVE!COSCOLLO.(Impresionadsimo.) Cmo? Que vive? Pero es seguro? Pero escierto? Pero es de veras? (Progresivamente nervioso y como en el principio deun ataque de nervios.) Ay, Dios! Ay, madre! Ay, Virgen! Ay, RmuloCoscollo! (Aumentan sus visajes de un modo excepcional, hasta que en uno deellos se pone bizco, y a bizco se queda definitivamente. Y en cuanto se quedabizco pierde de ver directamente y se la a recorrer la escena buscando alinterlocutor en el sitio opuesto al en que se halla.)BUITRAGO.Coscollo!TODOS.(Extraados.) Coscollo! Amigo Coscollo! (Ad libitum.)COSCOLLO.Ay, que me parece que de sta tambin me da un histrico! Ay,que de sta me da un histrico tambin, seguro! Porque me estoy poniendo no

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  • Enrique Jardiel Poncela (1901 - 1952)

    s cmo!... Porque no s cmo me estoy poniendo!TULA.Bizco! Se est poniendo bizco!MARTA.Ay, s! Est bizco...OBDULIO.Muy bizco!MARA.Qu horror! Est bizqusimo!...BUITRAGO.S. Esto es que le ha vuelto a atacar la bizquera convulsiva.TULA.Y se vuelve de espaldas!MARTA.Huy, s! (A BUITRAGO.) Se vuelve de espaldas, seor Buitrago.BUITRAGO.Claro! Se vuelve de espaldas para vernos.MARTA.Cmo?BUITRAGO.Porque, una vez bizco, se le esconden tanto las nias, que le entra eldespiste de la orientacin. Me parece que esta vez no tendr ms remedio quecomprarse una brjula. Voy a prevenirle... (Yendo a su lado, alto.) COSCOLLO!INTERLOCUTORES HLLANSE NOROESTE. Y PERDIDA ORIENTACIN, ACONSJOTE SENTARTE, EVITACINTRASTAZO.COSCOLLO.S, seor; s, seor. Muchas gracias. (Se sienta en el divn de laderecha y se queda all quietecito.)BUITRAGO.(Alegrsimo.) Claro! Si es natural! Se ha vuelto a poner bizcoCoscollo; y nos pondramos bizcos todos si estuviramos tan neurticos comol. Pues ah es nada, saber seguro que don Ulises vive!ALBERTINA.(Que estaba aparte, desolada, con BERNARDO, alzando el rostro.) Diosmo! Santsima Virgen! Cmo puede ser? Cmo ha de ser realmente verdad?BUITRAGO.(Arrollador.) Pues porque s, seora! Porque es fetn! Porque vive!Pues no ha odo usted la radio? Pues no se ha fijado usted en que ahoraya no le han llamado ni glorioso, ni portentoso, ni sabio, ni genial?Porque vive! Porque vive, seora, y sa es la mayor prueba!...ALBERTINA.Eh?BUITRAGO.Claro! Y me juego la cara a que, en cuanto todo el mundo sepa quees seguro que vive, desinauguran la calle que inauguraron con su nombre.TODOS.Qu?BUITRAGO.Y a la estatua que en la puerta del Museo le levantaron, en cuantoque l llegue a Madrid, la acuestan!ALBERTINA.Buitrago...BERNARDO.Pero Buitrago...BUITRAGO.Porque el profesor no est ya muerto, y es cosa bien sabida que loshombres, por mucho que valgan, hasta que no se han muerto no sonelogiables, ni estatuables, ni callejeables. (BERNARDO abre la radio.)VOZ DEL LOCUTOR JEFE.(Por el aparato.) Porque ahora se cumplen quince aos delda en que don Ulises Marab, al frente de una expedicin cientfica, sala parafrica, llevado de su entusiasmo por la Antropologa y con la fiebre de hallar unvestigio cualquiera del rinenthropus sudanensis, que es el tipo de hombreque se supone que vivi hace ocho mil aos, antes del homoneanderthalensis, y despus del pitecantropus erectus, y que, segnparece, ha tenido l la suerte de hallar, al fin, en un fsil entero y completo!COSCOLLO.(A BUITRAGO, aparte.) Y ahora, qu dicen, seor Buitrago?BUITRAGO.ANUNCIAN PROFESOR HA AGARRADO FRICA RINENTHROPUS SUDANENSIS.COSCOLLO.Vaya por Dios! Tendrn que aplicarle la penicilina...VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Y sigamos recordando, seores, cmo la

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    expedicin lleg a Djibuti, en la Somalia francesa, el doce de septiembre de milnovecientos treinta y dos, que era domingo...ALBERTINA.(Entre lgrimas.) Lunes; era lunes.VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Eso es, lunes. Estaba yo confundido...TODOS.(Estupefactos.) Eeeh?VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Muchas gracias por la rectificacin, amigoMustieles.TODOS.(Tranquilizados.) Aaah!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Y recordemos que, internados luego enlas selvas ecuatoriales, don Ulises y sus compaeros, cayeron en un silencioque jams haba de verse atravesado por un solo rayo de luz, a pesar de laprima de dos millones de coronas que la Academia de Ciencias de Oslo, enNoruega, decidi entregar a quienes encontraran al profesor. Hasta que, aosdespus, admitido el final trgico de la expedicin, don Ulises entraba en elreino de la inmortalidad, y hasta su viuda...ALBERTINA.(Dando un respingo.) Eh? Me nombran!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... la distinguidsima y bella dama doaAlbertina Irigaray, al persuadirse de la muerte de su marido, padre de su hijita,contraa segundas nupcias con don Bernardo Bermdez Bustamante...BERNARDO.(Dando un respingo.) Eeh? Me han nombrado!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... el notabilsimo pintor de flores, frutasy pjaros, que ha estado a punto de ser premiado en varias exposiciones...BERNARDO.(Emocionado.) Me han nombrado, Albertina!...Voz DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... con el cual se cas la viuda de UlisesMarab por el legtimo deseo de hallar en l un nuevo padre para su hijita...ALBERTINA.(Entre sollozos.) Y porque me gustaba, caballero! Y porque megustaba!... Dios de mi corazn!... (ALBERTINA cierra.)BERNARDO.Te das cuenta, Albertina? (Muy agitado.) Me han nombrado!ALBERTINA.S, Bernardo, y a mBERNARDO.Y, sin haberme muerto, me han llamado notabilsimo!...ALBERTINA.S. Y a m distinguidsima y bella dama!... Nos han nombrado alos dos!BERNARDO.Eso es: a los dos nos han nombrado!ALBERTINA.Bernardo, qu vergenza y qu horror!BERNARDO.S! Un horror y una vergenza, Albertina! (Caen, llorando, uno enbrazos del otro.)TULA.(Acudiendo, llorosa.) Mam! Pap Bernardo!MARTA.Seora! Seorito!MARA.Seorito! Seora!BUITRAGO.Don Bernardo! Doa Albertina!OBDULIO.Queridos amigos, hasta hoy considerados como padres! Valor!BUITRAGO.Eso es, caramba! Hay que tener nimos!...ALBERTINA.Pero, si es que nos han nombrado, amigo Buitrago!BUITRAGO.S, seora. Pero no les han nombrado nada malo, al menos hastaahora...TULA.Claro, mam!OBDULIO.Claro, doa Albertina!MARTA y MARA.Claro!

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    ALBERTINA.Pero, a lo mejor, nos lo nombran de un momento a otro!...BERNARDO.Eso es cierto! A lo mejor!ALBERTINA.A ver! Abre la radio, Bernardo!BERNARDO.S, s! Vamos a ver!TODOS.A ver, a ver!... (Abre BERNARDO. Vuelven a agolparse a escuchar.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Infeliz seora, infeliz caballero e infelizhogar el suyo! Hogar que antao lo fuera del profesor Ulises Marab, que hastaayer mismo lo era de ellos dos y que deja de ser de ellos dos para volver aserlo del profesor desde ahora en adelanteALBERTINA.(Con un grito.) Virgen!BERNARDO.(dem.) Dios!TODOS.(Sobresaltados.) Quee?BUITRAGO.(Aparte.) Se quedan sin casa!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Porque en ese hogar acaban de entrarjuntos la alegra de saber que el antiguo esposo, desaparecido y muerto, hasido hallado vivo, y el dolor de ver cmo el marido actual, hasta ahora vivo,tiene que desaparecer y pasar a la condicin de muerto...ALBERTINA.(Con un grito delirante.) Noo!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... puesto que el matrimonio primeroconvierte en nulo el segundo matrimonio. (Cierra BERNARDO.)ALBERTINA.(Levantndose, como loca.) No! Noo! No es posible! (A BERNARDO.)Dime que eso no es posible Bernardo! (A OBDULIO.) Dgame que eso no esposible. Obdulio! (A todos.) Que me diga alguien que eso no es posible,pronto!OBDULIO.(Aparte.) Tula, dame agua, que voy a decrselo yo. (TULA le sirve unnuevo vaso de agua.)BERNARDO.(A ALBERTINA, hecho polvo, pero con firmeza.) Nadie puede decrtelo,Albertina, porque la verdad es que es absolutamente posible! Y eso va aocurrir!... Porque, al reaparecer Ulises, suyos son todos los derechos y nuestromatrimonio deja de existir en el acto... Y t y yo ni siquiera somos ya marido ymujer!ALBERTINA.No, no! No lo acepto!OBDULIO.(Que ha acabado de beber, encarndose con ALBERTINA, dispuesto aldiscurso.) Preciso es aceptarlo, no obstante! Pues se trata, en efecto, delregreso de Ulises, igual que en la Odisea.ALBERTINA.No lo acepto, y menos con palabrotas de esas que no entiendo!OBDULIO.Eeeh?ALBERTINA.Y si me obligasen a aceptarlo..., yo..., yo... Aaaaay! (Perdiendo elequilibrio.) Me pongo mala!... Me pongo malsima! Me muero!TULA.(Recogindola en sus brazos.) Mam!...MARTA.(Acudiendo.) Seora...MARA.(Sujetndola por un brazo.) Qu es eso de seora? Pues no te tengoadvertido que la llames seorita?MARTA.Yo la llamo como me da la gana! (Quedan regaando aparte.)ALBERTINA.Me muerooo!BERNARDO.(Perdiendo el equilibrio tambin.) Y yo! Yo tambin me muero!Porque yo tambin me pongo malo! Porque yo tambin me pongo malsimo!OBDULIO.(Recogindole en sus brazos.) Don Bernardo!

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    BUITRAGO.(Acudiendo.) Caballero...MARTA.(dem.) Seorito...MARA.(Sujetndola, como antes.) Y a l tienes que llamarle seor!MARTA.Pero es que t te has credo que me vas a dar rdenes? (Vuelven aquedar regaando aparte.)ALBERTINA.(Debatindose en brazos de TULA.) Me muero! Al fin y al cabo, slosoy una mujer! Y no puedo resistirlo!BERNARDO.Ni yo! Tampoco yo puedo resistirlo! Porque slo soy un pintor deflores, frutas y pjaros!TULA.Pronto! Vivo! Hay que acostar a mam!...BUITRAGO.(Corriendo hacia all.) Claro, naturalmente!OBDULIO.Y a l! Tambin a l hay que acostarle!BUITRAGO.(Corriendo hacia all.) Naturalmente, claro!TULA.A mam, en su alcoba! Y a pap Bernardo, en la ma! Marta! Mara!Echadme una mano!MARTA.S, seorita; ah voy!MARA.Ah voy, s, seorita! (Van hacia TULA. Amenazadora, por lo bajo, aMARTA.) En la cocina te dir yo a ti luego cmo tienes que llamar a los dos!...(Ayudan a TULA a llevar a ALBERTINA.)BUITRAGO.(A OBDULIO.) Y a ust le ayudar el amigo Coscollo, que aunque nosbusca donde no estamos, un servidor le pondr ahora en ruta hacia aqu... (Vahacia COSCOLLO, que anda dando bandazos por la habitacin.)COSCOLLO.(A quien BUITRAGO ha cogido de un brazo.) Es usted, seor Buitrago?Vaya! Ya era hora de que encontrase a alguien que me enterara de lo queocurre...BUITRAGO.LO. CISCO. LABERINTO. CONOCIDA NULIDAD SEGUNDO MATRIMONIO. DESASTRE.CATSTROFE. CARABA...COSCOLLO.(Muy nervioso.) Claro! Si estaba visto!BUITRAGO.(Llevndole hacia OBDULIO.) APRESRATE AYUDAR TRASLADO CAMA VCTIMASSINIESTRO.COSCOLLO.(Cayendo, como antes, en el nerviosismo progresivo y como en unataque de nervios.) Vctimas, siniestro? Pero, entonces, es que estn graves?Ay, Dios! Ay, madre! Ay, Virgen! Ay, Rmulo Coscollo! (TULA y las criadasllevan a ALBERTINA, que no cesa de gritar y debatirse, por la puerta de laderecha. COSCOLLO y OBDULIO cogen a BERNARDO de los hombros y los pies,respectivamente.) Ay, que me parece que tambin de sta me da un histrico!Ay, que de sta es seguro que me da un histrico tambin, seguro! (Con unbrusco y sbito golpe de hipo.) Hip, hip! No lo dije? Hip! El hipo crnico; yalo tengo otra vez encima. Hip, hip! El hipo crnico... (Con cada golpe de hipole da una convulsin, que, naturalmente, transmite al cuerpo de BERNARDO y, porintermedio de ste, a OBDULIO tambin.) Pero ponga el rumbo pa la puerta,caballero, que si no, no salimos... Hip, hip! (OBDULIO obedece y, siemprellevando cogido a BERNARDO por los pies, echa a andar hacia el foro izquierda,dando los tres un respingo a cada golpe de hipo de COSCOLLO. Se van por lapuerta del foro izquierda. Entre tanto, BUITRAGO, que en cuanto dej a COSCOLLOcon OBDULIO ha vuelto al lado de la radio, hace funcionar de nuevo elaparato.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Pero todava no hemos dicho lo peor,

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    seores...BUITRAGO.Eh? Que no han dicho lo peor? (Se sienta junto a la radio.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Al aparato.,) ... porque en el dramtico caso delprofesor Marab hay una circunstancia gravsima...BUITRAGO.(Alarmado.) Cmo?...VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) que ha de producir profundaconsternacin.BUITRAGO.Mi madre! Pero qu va a decir este to?VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) Circunstancia que ha sido revelada porlos cazadores australianos...BUITRAGO.Bueno, al grano! Mecachis!VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... los cuales haca mes y medio quehaban salido de Djibuti, provistos de varias jaulas vacas, con el propsito decapturar fieras para el Parque Zoolgico de Melbourne, y anteayer regresaroninesperadamente, ya en compaa de don Ulises Marab, pero llevando alprofesor encerrado en una de las jaulas.BUITRAGO.(Pegando un salto en la butaca.) Cmo? Qu ha dicho? (Por el foroizquierda vuelve a aparecer COSCOLLO, muy de prisa, ms nervioso, ms bizco yms visajero an, si cabe, que antes, y se dirige como una bala hacia el sitioopuesto al en que est BUITRAGO.)COSCOLLO.Bueno, seor Buitrago...VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) La cual jaula, seores, en el momento detransmitir estas noticias, no ha sido abierta todava...BUITRAGO.Queee?VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... porque tampoco todava se haconsiderado an prudente sacar de la jaula al profesor.BUITRAGO.Mi abuelo! Pero qu dice este to?COSCOLLO.Pasa algo, seor Bui..., hip!..., trago? (Mirando para el ladoopuesto a donde est BUITRAGO.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) S, seores...BUITRAGO.Chist, calla! (Le tapa la boca a COSCOLLO, y as, tenindolo acogotado,contina oyendo, con el alma puesta en los odos.)VOZ DEL REDACTOR JEFE.(Por el aparato.) ... S, seores. Cuando estnsospechando es la verdad... Por desgracia, quince aos en una selva notranscurren intilmente, ni siquiera para un sabio, y el antiguo profesor deAntropologa es, en la actualidad, ni ms ni menos que uno cualquiera de losbrbaros individuos que componen las tribus de cafres mencionadas.BUITRAGO.(Levantndose, enloquecido,) Un cafre! El profesor hecho un cafre!El profesor convertido en un cafre! No! No puede ser! (Cierra la radio.) Yse acab! Porque no lo creo. Falsedad! Insidia! Calumnia! Mentira! Cuento!Bola! Trola! Aunque lo digan los cazadores australianos, que australianostenan que ser para que no resultasen dos canguros!COSCOLLO.Por lo que ms quiera, seor Buitrago, dgame, hip!, lo que sucede,que...BUITRAGO.(Reparando, al fin, en l y mirndole con lstima.) Lo que sucede,eh? Apaado se va a quedar tambin ste al enterarse de lo que sucede!...SUCEDE, COSCOLLO, PROFESOR EN JAULA!COSCOLLO.Cmo? Hip! Qu dice?

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    BUITRAGO.PROFESOR METIDO, DESDE PASADO JUEVES, EN UNA JAULA!COSCOLLO.(Ya alarmadsimo, agarrando por un brazo a BUITRAGO con ansia.)Dnde dice, hip!, que est metido el profesor desde el jueves pasado?BUITRAGO.Ahora es cuando le da el total... (Alto.) JAULA! EN UNA JAULA! JA-U-LA!COSCOLLO,(Tranquilizndose de un golpe y echndose a rer.) Ah, vamos! Ya,ya! Acabramos!BUITRAGO.Eh?COSCOLLO.(Sonriendo.) Es que no entenda la palabra y, claro!, hip!, no podani atinaba a explicarme Ahora ya me lo explico.BUITRAGO.Dice que se lo explica! (Alto.) ENCUENTRAS NATURAL Y PARCETE BIEN HLLESEPROFESOR ENCERRADO EN JAULA?COSCOLLO.(Ms sonriente an.) Y cmo no ha de parecerme bien? As debaestar siempre! Porque eso es lo suyo!...BUITRAGO.Lo suyo!COSCOLLO.(Sonriendo, ms encantado que nunca, y moviendo la cabeza, comosi evocase algo embelesador.) Qu demonio de don Ulises! Hip! Sigue siendoel mismo!...BUITRAGO.(Sin saber ya qu pensar.) Qu?COSCOLLO.(Riendo.) Y, adems, tan contento que estar all metido, claro!BUITRAGO.Cmo?COSCOLLO.(Riendo ms.) Hombre, seor Buitrago, me gustara verleencerrao! Y, la verdaz, no me se alcanza el que a ust le extrae.Porque con lo muchsimo que a l le tiraba el trabajo, hip!, se ve que estaba yaharto de salvajismo. Y, claro, al llegar otra vez a sitio civilizao, pues se hacolao en el primer Museo o en la primera Universidad que ha descubierto, habuscao el aula de Antropologa y se ha metido en el aula y ha cerrado pordentro, y metido sigue en el aula! Y encerrao sigue en el aula! Y ya nohabr quien le saque del aula! Hip, hip!BUITRAGO.(Comprendiendo, al fin; estallando y comindoselo con los ojos.)Pero cmo aula? Pero cmo aula? JAULA, COSCOLLO! JAULA!COSCOLLO.(Perdiendo la sonrisa.) Qu?BUITRAGO.Ya me chocaba a m tanta tranquilidad y tanta sonrisa!... (Alto.)LUGAR ENCIERRO PROFESOR NO ES AULA! ES JAULA!COSCOLLO.(Palideciendo.) Jaula? Jaula! Pero jaula, hip!, con jota?BUITRAGO.Jaula, con jota y con barrotes!COSCOLLO.(Retrocediendo un paso, espantado.) No! (Dando un gritotremendo.) Seor Buitrago!BUITRAGO.(Sorprendido y asustado.) Eh?COSCOLLO.(Dando un grito igual de formidable.) Seor Buitrago de mi alma!BUITRAGO.Toma! Esto es el histrico total, no hay duda.COSCOLLO.(En una especie de delirio de alegra y de jbilo frenticos, en unverdadero paroxismo de felicidad, que le dura ya hasta salir de escena, yendode un lado a otro, pegando brincos, hablando a voces, pero hablando corrido,sin necesidad de hipo y desaparecidos de su rostro la bizquera y los visajes.)Seor Buitrago, que me se ha quitao el hipo de pronto y, adems, losvisajes!BUITRAGO.Qu ests diciendo. Coscollo?COSCOLLO.Seor Buitrago, que, aparte de eso, ya me oriento otra vez, porque

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    ya no estoy bizco!BUITRAGO.(Estupefacto.) Arrea, pero si es verdad!...COSCOLLO.Seor Buitrago, que, ello adems, ya oigo, porque me se haquitao la sordera tambin! (Despus de escuchar un instante.) Que estoytan bueno como un croissant! Que estoy colosal! Que estoy brbaro!BUITRAGO.(Asustado ya del todo.) Bueno; pero tranquilzate, que me dasmiedo, Coscollo!COSCOLLO.(Riendo a grandes carcajadas y agitadsimo.) Pero cmo miedo?Pero cmo miedo, seor Buitrago? Pero si me encuentro tan bien, y tanfuerte, y con tanto empuje, que inclusive voy a sacar yo mismo de su jaula alprofesor!BUITRAGO.Cmo?COSCOLLO.Pa lo cual yo ahora me marcho a frica a pie!BUITRAGO.A frica a pie? Pero si hay mar por medio, Coscollo!COSCOLLO.El mar me lo cruzo yo de un brinco!BUITRAGO.Qu?COSCOLLO.Y pa llegar antes a la calle, en lugar de bajarme los cinco pisos deescalera, voy a bajar de una zancada na ms por la fachada del edificio!BUITRAGO.(Viendo que va al ventanal.) Coscollo, no digas idioteces!COSCOLLO.Y asn, adems, le demostrar a usts que esta vez, en lugarde chalarme, me he puesto bueno del to! (Se sube en el divn que est alpie del ventanal.)BUITRAGO.(Ya alarmadsimo.) Coscollo! No seas bestia! Que por ese otro ladono bajas! Que por ese otro lado lo que haces es estrellarte! Coscollo! (Correhacia l, pero ya intilmente, porque COSCOLLO, utilizando el ventanal comopuerta, acaba de desaparecer en el vaco. BUITRAGO se para, aterrado.) Mimadre! Pero si se ha tirado!... Si se ha tirado desde un quinto piso parademostrarme que est bien de la cabeza! (Por el foro izquierda surge entoncesOBDULIO, con aire extraado.)OBDULIO.Pasa algo, Buitrago?BUITRAGO.(Angustiado.) Coscollo! Que se ha tirado!OBDULIO.El qu?BUITRAGO.Que acaba de hacer mutis por el ventanal, don Obdulio! (Sujetandoa OBDULIO, que pretende ir hacia el ventanal.) Y ust, por lo que ms quiera,no se asome, que son cinco pisos, y vale ms no verlo!OBDULIO.Pero...BUITRAGO.(Dejndose caer, sentado, en el divn del ventanal, y como sidesvariase.) Cinco pisos, a cuatro segundos por piso; total: veinte segundos...Ahora! En este mismo momento llega Coscollo a la acera...OBDULIO.Eh?BUITRAGO.Y dentro de un rato llegar el juez de guardia... Y de aqu a mediahora llegar la ambulancia. Y ve ust que todo es gordo, verdad? Pues nadade eso va a ser lo ms gordo.OBDULIO.Pero, Buitrago, qu dice?BUITRAGO.Que lo ms gordo no va a ser ni la llegada de Coscollo, ni la del juez,ni la de la ambulancia... Que lo ms gordo va a ser la llegada del profesor!

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    TELN

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    ACTO PRIMERO

    DECORACIN

    La misma, con una ligersima variacin, a saber: que las dos puertas del forohan sido convertidas en una sola, provisionalmente. Y se advierte queprovisionalmente, porque, en realidad, en las puertas no se ha hecho obra; hanactuado, eso s, los albailes, y su piqueta ha echado abajo el trozo de paredque separaba ambas puertas, donde, en el prlogo, estuvo situada la vitrina;pero ni los albailes han rematado su trabajo, alisando con yeso o cemento lasdesigualdades del corte, ni luego han intervenido pintores, ni empapeladores, ninadie. Y el corte de la pared, que hace una sola y ancha salida de lo que antesfueron dos puertas, aparece roto, cortado, con la pintura desconchada y saltadaen gran parte, y, en fin, hecho una birria; sta es la verdad. Todo lo que se haadecentado con el derrumbamiento se reduce a haber retirado del suelo loscascotes. En cuanto a las cortinas correspondientes a las puertas, han sidorecogidas a ambos lados para que no estorben el paso por la ancha puertaformada. No hay que advertir que la vitrina no est ya donde estaba; ahora sealza un poco ms hacia la izquierda, cerca del ventanal. Tampoco se hallaahora donde antes se hallaba el aparato de radio, que est sobre la mesa dela derecha. Y el silln de orejeras y el del tresillo ocupan sus lugares propios. Elresto de la habitacin no ha sufrido cambio ninguno en los veintitantos das quese supone que han transcurrido desde el prlogo.

    Es por la maana, a eso de la una o una y media. Al levantarse el teln, enescena, ALBERTINA, BERNARDO, COSCOLLO y DIONISIA. ALBERTINA se halla acomodada en elgran silln que hay detrs de la mesa-despacho, con los codos apoyados en eltablero y el mentn en las manos, mirando, sin ver, al vaco y en unainmovilidad de estatua. BERNARDO, igualmente sentado, lo est en el divn de laderecha, con los codos en las rodillas, un sombrero y unos guantes en la mano,y la vista fija en el suelo, tambin inmvil y como petrificado; a su lado, en laalfombra, un par de maletas, un maletn y un equipo de campo de pintor, y,encima de todo, una gabardina doblada. Por lo que afecta a COSCOLLO, estsentado, asimismo, en un brazo del divn de la izquierda, de frente al pblico,con la espalda apoyada en la pared del foro izquierda, los pies en el asiento deldivn y las manos cruzadas por delante de las rodillas, contemplando, con igualfijeza e inmovilidad que los otros personajes, al azul del cielo. DIONISIA, que esuna chiquilla de aspecto humilde, de quince o diecisis aos, concluye en eseinstante de pasarles un plumero a los muebles de la habitacin, muy satisfechade s.

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    EMPIEZA LA ACCIN

    DIONISIA.Asn! Listo! Arrematao! Que lo que es en esta casa, si no fuerapor m...MELANIA.(Entrando, muy de prisa, por el foro. Es la portera de la casa, madrede Dionisia, a la que viene llamando.) Dionisia! Dionisia! Los tres de lafamilia Rendueles!DIONISIA.Ah, s!MELANIA.Que dicen que ya hablaron contigo...DIONISIA.S, seora. Ya qued con ellos en que el enserselos haba de sercon explicacin y con derecho a asiento...MELANIA.Pues aqu te los dejo. Entren cuando quieran, que ya est ahDionisia aguardndolos. (Se va por el foro, adonde se asoma DIONISIA.)DIONISIA.Pasen usts. Pasen usts sin ningn cuidao. (Detenindose,sealando la pared rota del foro y hablando en el tonillo clsico de los ciceroneso explicadores.) Aqu tienen usts, pa empezar por el principio, seoras yseores, el cacho de pared que anoche vinieron los albailes a romper, conobjeto de... (Parndose, con una transicin, y, dirigindose luegoimperativamente y en tono normal a los que siguen an sin aparecer.) Pero nome oyen que pasen?... Vamos! Venga! Pasen usts sin miedo, hombres!RENDUELES.(Asomando la gaita por la puerta y haciendo un extrao alsorprender a los tres personajes en escena.) Eh? Pero si es que estn ah lostres, Dionisia! (Y aparecen, por fin, por el foro, RENDUELES, HELIODORA y PIFI, lostres personajes que constituyen la familia Rendueles padre, madre e hija,respectivamente; son un seor y una seora cuarentones y una muchachaveinteaera, gente de la vecindad y que no tienen nada especial que lesdistinga del resto de tantsimas familias como hay en el mundo, con lo quequeda especificado que son tres cotillas cien por cien, ansiosos de enterarse detodo lo que no les importa.)DIONISIA.Pues claro que estn aqu! Y si no estuvieran aqu, a qu naricesiban usts a entrar en este piso ahora?RENDUELES.Exacto! Eso es verdad.DIONISIA.Pero pasen de una vez y no sean espantadizos, que stos, ni seenteran!... (Seala a ALBERTINA, BERNARDO y COSCOLLO. Los tres RENDUELES hanaparecido en la puerta del foro, clavando los ojos en la escena, donde entran,al fin, cuando lo indique el dilogo, sin que, en efecto, los tres personajes queen ella estn muevan ni un prpado, ni los vean, ni los oigan en absoluto.)RENDUELES.Que no se enteran?HELIODORA.(Asombrada.) Pues es cierto que no se enteran!... (A su marido y asu hija.) Os dais cuenta de qu cosa tan terrible y tan inverosmil?PIFI.Huy, s! No parecen personas... Parecen figuras de barraca de feria.RENDUELES.Exacto! Parecen figuras de cera, de las que yo vi en un catlogo delMuseo Grvin, de Pars. Y no oyen nada, Dionisia?DIONISIA.Ni torta.PIFI.Ni se dan cuenta de quin entra y quin sale?DIONISIA.No se dan cuenta de na, seorita Epifana. (Volviendo al tonillo de

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    cicerone.) Y al respeztive, de los tres inmviles, seoras y seores, sepanusts que este de ac (Sealando a COSCOLLO), que es el peluquero Coscollo,va ya pa tres semanas que est hecho un poste y sin hacer otra cosa quemirar las nubes, porque se cree pjaro...HELIODORA.Ah! El peluquero se cree pjaro?DIONISIA.S, seora. Dende el da que se tir a la calle por el ventanal, queno se mat (Sealando) porque cay en el toldo de las Sederas Machuca; peroel golpe le dej los sesos tan contraproducentes, que se cree pjaro, y asnse est to el da, mirando al cielo y sin moverse; y no se aade que sin decirni po porque po es lo nico que dice de cuando en cuando. (Volvindosehacia ALBERTINA y BERNARDO, seguida por los RENDUELES.) Y al respeztive de losotros dos, pues stos no se han puesto de tal conformidad hasta hace obra dediez das: al saberse que traan a Madriz al sabio cafre encontrao enfrica.RENDUELES.Exacto! Eso es lo que se dice en mi oficina.PIFI.Y lo que se dice en todas partes.DIONISIA.(Continuando.) Y sepan usts, seoras y seores, que, en opininde la Cencia... (Parndose y, con una transicin, en tono normal.) Aqu vienela parte ms hueso...Los RENDUELES.Qu?DIONISIA.Que esto an no me lo s bien. (Leyendo trabajosamente un papelsacado del escote.) Y sepan usts que, en opinin de la Cencia, por causade la impresin entonces recebida, sufren ambos a dos la inmovilidaz,ausencia y catalepsia, que en psiquiatra recibe los nombres de estupormelanclico, indiferencia ca-ta-tnica y depresin psi-cas-t-ni-ca...RENDUELES.Es cierto. As se llama. Lo he ledo yo en un prospecto de unmanicomio. (En este instante, interrumpindole, COSCOLLO da algunas seales devida, aunque siempre sin moverse.)COSCOLLO.Po, po! Po, po! Po, po!Los RENDUELES.(Volvindose, asombrados, hacia l.) Eh?RENDUELES.Qu es eso?COSCOLLO.Po, po! Po, po!HELIODORA.Pero si es el peluquero!PIFI.Huy! Es verdad! Es el peluquero!...DIONISIA.Claro! Ya les dije a usts que el seor Coscollo piaba a ratos...HELIODORA.Bueno... Pero es que as, de pronto, nos ha sorprendido... Vamos!Ay, qu pobre!... Qu pobre!PIFI.Ya, ya! Pobrecillo!DIONISIA.S. Este es lo que se dice un gorrin msero. Pero sintense usts!Sintense, que en el precio de la vesita est incluido el sof. Y alrespeztive de estos otros, hoy, verbi gracias, no se han movido ni hanrechistao dende las nueve de la maana. Y yo, mientras, no he perdido eltiempo, sino que, dejando la portera al cuido de mi madre, pues slo depersonas de la vecindaz se los he enseao a los seores de Rovira, a losEspelta, a la telefonista del tico y al cajero de las Sederas Machuca, el cualvolvi luego con un seor aragons que no quera marcharse de Madriz sinhaber visto una novedaz de este porte.HELIODORA.S. Ya s... Su to Felipe, el de Zaragoza, uno que tiene all una

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    lechera instalada en la orilla del ro, y que se est haciendo de oro vendiendoel Ebro a tres pesetas litro.DIONISIA.En cambio, ayer no se los pude ensear ms que a la seora deLongoria. Pero el domingo se estuvieron inmviles casi to el da y pudeenserselos a la mar de gente...HELIODORA.Total, Dionisia, que ests haciendo un negocio...DIONISIA.Pues no puedo quejarme, no, seora. Ya sabe ustez que yo meagarro a to lo que se tercie, y pa buscarme la peseta, igual me se da am confeccionar toquillas que ensear inmviles. Aunque no niego que se sacams con los inmviles que con las toquillas.COSCOLLO.Po, po! i Po, po! Po, po!HELIODORA.Eh? (A DIONISIA.) Otra vez!PIFI.(A DIONISIA.) Huy, s! Otra vez, Dionisia!DIONISIA.S... Si el peluquero es un pjaro de lo ms alegre.PIFI.Y cuando pa, no le dan nada?DIONISIA.Pues no, seorita Pifi. A se no le sacude nadie na, porque es elque menos gusta. nicamente ayer, la seora de Longoria, como presumetanto de millones, le dio un terrn de azcar. (Con una sbita idea, vivamente,a RENDUELES.) Y a propsito de dar, don Epifann!HELIODORA.(Corrigindola.) Pif, Dionisa, Pif.DIONISIA.S, seora. Tiene ustez razn. Siempre me se olvida... (ARENDUELES.) Pues, a propsito de dar don Pif... (Extendiendo la mano ysonriente.) Que son tres duros: uno por persona...RENDUELES.Exacto, hija; exacto... (Saca los tres duros y se los da.)HELIODORA.Un duro por persona? No quedamos, Dionisia, en tres pesetas?DIONISIA.Ay, no, seora! Tres pesetas es slo por ensearlos y en pie. Perocon explicacin y sentndose es un duro.HELIODORA.S, eh? Pues no tengas cuidado, hijita, que de aqu no noslevantamos ni nos movemos en todo el rato. Vamos! Mira que cobrar elcapiton... (Por el foro, al indicarse, PEPITO y PEPITA, que son una pareja detrtolos de unos dieciocho, aos y MELANIA, dirigindose a DIONISIA, pero sinllegar a entrar en escena.)MELANIA.Dionisia! Dionisia!Los CUATRO.(Volvindose.) Eh?RENDUELES.(A DIONISIA.) Tu madre, Dionisia.DIONISIA.Anda! Pues s que es mi madre...MELANIA.Dionisia! Dos ms! (A PEPITO y PEPITA.) Pasen usts! (EntranPEPITO y PEPITA, que se quedan en pie, en el foro, en una actitud tmida. ADIONISIA.) Slo enserselos! Sin explicacin! En pie! Ya han pagao!DIONISIA.Muy bien, madre. No lo ven? Ah voy!MELANIA.(A los RENDUELES.) Y usts? Qu me dicen de la visita? Que lo estnpasando divinamente, no? Pues les prevengo a usts que esteespeztculo no es na comparaos con el espeztculo que est pallegar. Ea, y abur! Que me he dejao la portera abierta...DIONISIA.Adis, madre! Hasta luego...MELANIA.(Aparte, a DIONISIA.) Qu, na? No has averiguao na del nuevolaberinto que se ha armao hoy aqu?DIONISIA.Ni palabra, madre. (Hablan aparte.)

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    PEPITA.Oye, Pepito... No decan que los inmviles eran tres?...PEPITO.S; eso decan. Pero, por lo visto, son seis. Yo creo que aqu ha habidouna epidemia... (Contemplan a los RENDUELES tambin.)MELANIA.(A DIONISIA.) Y el seor Buitrago, no ha vuelto ms?DIONISIA.No, seora. Vino tres veces en la maana, con la lengua fuera, lospelos de punta y los ojos extraviaos; subi las escaleras a trompicones;estuvo aqu drentro un rato; baj la escalera rodando; se par en el portal;se sent en el suelo; se quit las botas; se golvi a poner las botas, y saliarreando calle arriba, hablando solo, tal como un demente.MELANIA.Bien. Pues ya reventar la bomba por un lao u otro... Y, tan ymientras, no olvides la consizna: Pupila, punto en boca y sin novedaz,seora baronesa.DIONISIA.Ya, ya. Descuide, madre.MELANIA.Pues hasta luego... (MELANIA se va por el foro.)DIONISIA.Adis! (A PEPITO y PEPITA, que siguen contemplando a los RENDUELES y alos otros tres.) Y usts, jvenes, tengan presente que se prohbe tocar losozjetos; pero vengan usts ac, que puen ver y desaminar inclusivela casa. (Los lleva al foro y les empuja hacia la derecha. Los jvenes se van porel foro derecha. A los RENDUELES.) Saben usts? Los echo pa dentro porquea estas parejas de esta pinta les ti sin cuidao el turismo, y lo nico quevienen buscando es un rincn ande poder darse un par de achuchones. Y lopropio que yo hace mi madre, que va a medias en esto de los inmviles, por serun asunto de tantismo porvenir...RENDUELES.Porvenir?HELIODORA.(Con misterio, sealando a ALBERTINA y BERNARDO.) Dionisia! Es que elmdico ha dicho que esos dos infelices no tienen cura?DIONISIA.Ay, no seora! Todo lo contrario... El mdico del nico que noresponde es del peluquero, que se ve que antes del golpe estaba ya pa unasubasta.HELIODORA.Entonces, dnde est el porvenir de...?DIONISIA.Ay, seora! Pues en seguir ensendoles a ellos hasta que se curen yen empezar a ensear al sabio de la jaula en cuanti que lo traigan hoy aqu...Pues no ve ust misma que es ahora, y ya en esta casa se entra y se salecomo en la Telefnica? Pues en cuanti que traigan al sabio cafre, que est alcaer, y lo haigan instalao en este despacho, y el sabio prencipie a treparpor los barrotes de la jaula, y a pegar alaridos disformes, y a comer cocos concscara, y a hacer to lo propio de la cafrez, ya ust me dir si no seresto una romera!...COSCOLLO.Po, po! (En este momento, COSCOLLO se levanta y, tranquilamente,hace mutis por el ventanal.)HELIODORA y PIFI.(Dando un grito.) Eh!DIONISIA.Qu pasa?HELIODORA.Que se va!DIONISIA.Si; todos los das da un garbeo por la cornisa del edificio...Los RENDUELES.Eh?DIONISIA.Porque est empeao en que tiene el nido en el tejao deldieciocho. Pero volver de seguida...HELIODORA.S!... Efectivamente, ya vuelve...

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    RENDUELES.Vaya un caso! (Y es cierto, porque en el ventanal surge COSCOLLOnuevamente.)DIONISIA.Chist! Pero cllense! A ver! (Escucha.)Los RENDUELES.Eh?DIONISIA.Cllense usts, que me parece que...! (Va hacia el foro y mirahacia dentro, a la izquierda.)Los RENDUELES.(Intrigados y alarmados.) Que?DIONISIA.(Dando un grito.) Justo! (Alarmadsima.) El seor Buitrago es! Elseor Buitrago, que abre la puerta! Y que entra! Y que viene pa ac!(Yendo hacia los RENDUELES, corriendo.) Y viene igual que ha venido antes!Viene que es un peligro pa el que pilla por delante! Cuidao! Pronto!Mtanse en un rincn! (Empujando a los RENDUELES hasta colocarlos detrs de lamesa-despacho.) Aqu! Detrs de la mesa! Refgiensen! Paraptensen!(Corren todos a meterse debajo de la mesa, y COSCOLLO, de una carrera, cruza laescena y se sienta encima de la mesa, apoyado en la librera.)COSCOLLO.Po, po! Po, po! (BUITRAGO entra por el foro derecha, con los pelosde punta y los ojos extraviados; viene jadeante, sudoroso, anhelante, bufando.Y corriendo a tal velocidad y dominado por tal nerviosismo, que a la legua secomprende que le pasa algo muy gordo. Se precipita como una tromba,hablando solo, sin ver a nadie ms, ansiosamente, hacia ALBERTINA primero,hacia BERNARDO despus y, a lo ltimo, hacia COSCOLLO.)BUITRAGO.A ver!... A ver si puede ser que ahora...! A ver si puede ser que alfin...! A ver si Dios quiere que ya...! (Contemplando muy de cerca a ALBERTINA,desesperado.) Nada! Sigue inmvil! Ella sigue inmvil an!... (Examinando aBERNARDO, y ms desesperado.) Y l, lo mismo! l sigue inmvil tambintodava! (Examinando a COSCOLLO.) Y ste, igual, claro; no hay que decir!...(Yendo de un lado a otro, tirndose de los pelos, mordindose los puos, enpleno delirio de desesperada impotencia.) Inmviles los dos todava!Inmviles los dos an! Y ha dado ya la una de la tarde! Y los dems de lacasa no aparecen! Y van a venir con la jaula! Y estos desgraciados no sabennada de la espantosa novedad, ni se les puede advertir de ella! Y, no estandoadvertidos, en cuanto lo sepan, surgir la dbacle! La hecatombe! Elsacrificio de cien bueyes! (Dejndose caer, rendido, en el silln.) Y yo nopuedo ms, que no paro desde las nueve y media! Y me falla la cabeza,porque esto es demasiado para un hombre solo!... Y me fallan los pies, porqueme he puesto las botas de los domingos! Aunque, si bien se mira, la cabeza nopuedo quitrmela, pero las botas s me las puedo quitar otra vez... Y me lasquito otra vez, maldita sea! (Se descalza y se sienta a respirar a gusto.) Porqueestoy muerto y ya es hora de que yo viva... (Pegando un respingo.) Pero cmovoy a vivir yo, si de aqu a un rato aqu no va a vivir nadie?... Si esto va a serel Guadalete! Sagunto! Los ltimos das de Pompeya! Y yo lo tengo que evitarhaciendo algo, yendo a algn sitio... Conque venga! Otra vez las botas... (Secalza.) Una en cada pie, y cuidando de no ponrmelas cambiadas, como haocurrido cuando me las he quitado en la calle del Barquillo... El pie derecho enla izquierda, y el izquierdo en la derecha... Eso es! Ya est! Listo! (Se poneen pie y ve las estrellas.) Ay! (Sobreponindose.) Y ahora voy a hacer eso queno s lo que es, pero que urge muchsimo hacerlo. Y me marcho no sadnde, pero de prisa, porque el sitio est lejos! Que, despus de todo, lo

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    nico malo de este caso es cmo me las arreglo para hacer una cosa de la queno tengo idea y qu camino tomo para ir a un sitio que no s cul es!... (Se va,cojeando, por el foro. DIONISIA le sigue y queda en el foro, vindole marchar.)DIONISIA.Ya se va..., sin ver por dnde anda y con las botas cambis de pie.(Volviendo, a los RENDUELES, que abandonan la mesa.) Y as toda la maana!HELIODORA.Toda la maana?DIONISIA.Ya lo han odo: desde las nueve y media. Y ello prueba que algo muygordo ha debido de pasar en la estacin al llegar el tren de la jaula...RENDUELES.Al llegar el tren de la jaula?DIONISIA.S, seor. Porque la radio estaba transmitiendo el azto, que tenaa la gente peg a los altavoces en todas las casas, y el locutor iba mentandolo que vea: el pblico que abarrotaba los andenes, y el personal del Museo, ylos catedrticos, y las autoridades. Y se oan las interviuses que les hacan, ylas respuestas de ellos, diciendo que, cafre y to, el seor Marab era unagloria de la Cencia, y que por eso estaba all la Banda Municipal tocandoLuisa Fernanda. Hasta que, a las nueve en punto, el locutor anunci, muyemocionao, que ya entraba el tren en agujas, y que el gento y lasautoridades y dems salan tos arreando pa hacia el vagn, ande venala jaula. Y, de pronto, en ese mismo instante, zas!, se call de eso paponerse a dar recetas de cocina. Y a la media hora fue cuando el seorBuitrago vino la primera vez, y cuando la seorita Tula, su novio y las doscriadas se fueron tambin, salvo que ellas, mientras bajaban la escalera, ibanrezando el credo.PIFIEl credo?HELIODORA.Rezando el credo, Pif!DIONISIA.Y salvo el que, en lugar de irse a la calle, se metieron en el stano delas Sederas Machuca...RENDUELES.En el stano de las Sederas Machuca?DIONISIA.Cabalmente! Y de all ya no han vuelto a salir ms.RENDUELES.Rarsimo!PIFI.Incomprensible!HELIODORA.No hay duda! A estos dos infelices les ha ocurrido hoy un dramaan peor que el tener que separarse por el regreso del primer marido.RENDUELES.As es! Y, considerada la misteriosa gravedad, lo que yo dara porhallarme presente al llegar aqu la jaula! Lo que yo dara, Dionisia!DIONISIA.Pues, hombre, don Pif, si lo que usted dara es dinero, no se quedeusted con las ganas, que de cosas asn es de lo que se hace migas elhgado...RENDUELES.Cmo? Pero es que t podras arreglar el estar yo presente? Esque por treinta duros lo podras arreglar?DIONISIA.Por treinta duros? Ay, don Pif! Por treinta duros arreglo yo eledificio del Teatro Real, que no ha habido quin! (Quedan ambos aparte,dando y cogiendo el dinero. Por el foro MELANIA, como las otras veces, peroemocionadsima.)MELANIA.Donisia! Donisia! Otros tres ms! Extranjeros! Sloenserselos! Pero partindose el pecho de amabilidaz, que han pagao endolares!RENDUELES.Eh? En dolares?...

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    DIONISIA.En dolares, madre?MELANIA.En dolares, Donisia! En dolares fetn! En dolares con unretrato de Vasintn! (Se va.)HELIODORA.Pero qu dice esa mujer?DIONISIA.Ay, madre, en dolares! En dolares na menos! En dolares,seora! En dolares, don Pif! Ay, que ya empiezan! Ay, que vienenextranjeros, y pagando en dolares!... (MELANIA vuelve a entrar,emocionadsima, por el foro.)MELANIA.(Hablando hacia dentro, hecha una jalea.) Entren sus excelencias!Entren sus ilustrsimas! (Les pasa el plumero a ALBERTINA y a BERNARDO. En el foroaparecen LILIANA, GIPSY y SIDNEY JNIOR. La primera es una dama elegantsima,ataviada con una suntuosidad deslumbrante y principescamente distinguida. Lasegunda es una nia de unos doce aos, aplomada, fra y despectiva, que vistede highlander. SIDNEY es un mocetn de casi un metro noventa, que llevacuatro cuchillos, en sus vainas, colgados al cinto, grandes guantes de cuero yun traje parecido al de los cowboys norteamericanos, pero con botas altas ysombrero pavero de alas rectas, como los individuos de la Polica Montadacanadiense. Luce melena larga y espesas cejas, las tres de color panochamadura. La desenvoltura, dinamismo y gran tensin de LILIANA contrastan con lafrialdad helada de GIPSY y con la timidez de animal salvaje de SIDNEY. ste, alentrar, se queda inmvil en el foro. GIPSY y LILIANA avanzan unos pasos, ante laadmiracin y el estupor de los RENDUELES y DIONISIA, que ya no tienen ojos msque para los tres extraos personajes, despus de las exclamaciones desorpresa del primer instante.)DIONISIA.Eh? Toma! (Se queda boquiabierta.)HELIODORA.Dios mo!PIFI.Huy!RENDUELES.Ah va eso!DIONISIA.Madre, si parecen de cine!LILIANA.(Con acento extranjero al hablar el espaol.) Hello! Good morning.Bon giorno... Boenos das...RENDUELES.Buenos das, seora...HELIODORA.Buenos das!PIFI.Muy buenos das...DIONISIA.Muy buenos... (LILIANA y GIPSY quedan juntas un momento, a dos pasosde la puerta.)GIPSY.(A LILIANA, refirindose a los RENDUELES y a DIONISIA.) Gente vulgar!LILIANA.Yes. Gente vulgar, Gipsy. Asoliment. (GIPSY va hacia el ventanal,en el que se sienta, con los pies en el divn, y queda all contemplndolo todo,y a todos, con una expresin fra. LILIANA mira a los otros personajes y sedecide.) Va bne. I go. (Avanzando.) Monsieur et dames... Please medisculpare si yo hago mi presentacin toda sola. lo soy et io me llamoLiliana Trebizonda.RENDUELES.Ah! Mucho gusto, seora.HELIODORA.Mucho gusto.PIFI.Muchsimo gusto!RENDUELES.Conocerles es para nosotros tres un honor...DIONISIA.Y mi madre y yo nos suscribimos...

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    LILIANA.(Sealando a GIPSY.) And questa bambina set petite girl, de nombreGipsy, es ma figlia...RENDUELES.Dice que la nia es su hija.HELIODORA.Ah! Su hija... Pues repetimos el gusto.PIFI.Los tres repetimos el gusto, seora...DIONISIA.Y mi madre y yo seguimos suscribindonos...GIPSY.Bien, merci...LILIANA.(Sealando a SIDNEY.) En cuanto al boy, qui es in la porta c'est monfratello!RENDUELES.Su hermano? El seor que est en la puerta es su hermano?LILIANA.Yes! Oui. C'est a... Mon fratello. Mon fratellino... Because l est mihermano el pequeo...RENDUELES.El pequeo?HELIODORA.El pequeo!PIFI.Ese es el pequeo?MELANIA.Pues me gustara conocer al mayor!LILIANA.(Enfurecindose de pronto.) II maggiore, eh!TODOS.(Dando un respingo.) Eh?LILIANA.Al maggiore set imposible de le conoser, seora! Ello est unaimposibilit absoluta, mesi!TODOS.Eh?LILIANA.Parce qu'il mo hermano mayor is morto!RENDUELES.Muerto?LILIANA.Ya! Oui! S! Muerto, seor! Muerto horrorosamente hace veintede! In frica! Dans la selva virgen, signore! Y la sa muerte estbeaucoup muy mucho relasionada con questa famiglia de questacasa!TODOS.(Turulatos.) Cmo?HELIODORA.Qu dice?LILIANA.La sua morte susedi en sirconstansias tan espantosas, que nonposso recordarlas, monsieur. (Con brusca transicin, casi llorando.) Mypoverelo! Le malheureux! Pretoria! El pobre Mignon!GIPSY.(Con un grito enrgico.) Lilin! Lilin!LILIANA.(Asustada, mirndole tmidamente.) Eh? Oh, s, s..., Gipsy! (Se secalas lgrimas y recobra de un golpe su energa y su dureza anteriores.)GIPSY.(Mordiendo las palabras de rabia.) What are you talking about? C'estpas le moment de sanglioter, je suposse... Are you silly? Are you cracy?LILIANA.No, no...GIPSY.Sie mussen starker sein!LILIANA.Yes, Gipsy. (Sonre, logrando del todo su propio dominio.)MELANIA.Ay Donisia! Pero esto, qu es?DIONISIA.Metro Golduin puro, madre!HELIODORA.Pues..., seora Trebizonda..., sepa usted que, ahora que tambinconocemos a su hermano pequeo, nosotros repetimos el gusto.RENDUELES.Exacto...MELANIA.Eso es...DIONISIA.Y mi madre y yo renovamos la suscripcin.RENDUELES.Pero, adems de repetir el gusto, seora, le damos la bienvenida,

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    aunque no estemos en nuestra casa, pues nosotros somos...LILIANA.(Cortndole bruscamente.) No interesa!RENDUELES.Eh?PIFI.Huy!MELANIA.Arrea!LILIANA.Ustedes, ahora, no interesan niente!DIONISIA.Ah va!HELIODORA.Qu grosera!LILIANA.Porque lo que interesa soltanto ahora es lo de se ocupar desinmviles...RENDUELES.De los inmviles? Ah, s! Claro, claroLILIANA.Donc!... Veamos!... Voyons! Andiamo... (Va hacia COSCOLLO, haciaBERNARDO y, luego, hacia ALBERTINA, y echa una ojeada sobre ellos. Hablando paras.) Pas de mensonge. Ello est sierto. All is true. Tout est vrai. Los tresson extraamente paralisatos... C'est incroyable! Y, efectimn, esta cosal est dolorosa an dramtico. Mas, per nosotros, la chose est bue-na! La chose est exselan! Per nosotros est very, very good.GIPSY.But is necessary, Lilin, de constatar par youself son immobilit.LILIANA.E vero. Tu as toujours raison. Fain! (Dando empujoncitos a COSCOLLO,BERNARDO y ALBERTINA, sin ningn resultado prctico.) Nada!... Nothing! Niente!Rien du tout! No despiertan... (Volvindose a GIPSY.) Gipsy!GIPSY.Ya!LILIANA.(Sealando a COSCOLLO.) Qeste il primero!... Ready?GIPSY.Oui (Salta al suelo y se une a SIDNEY, que le entrega los cuatrocuchillos que lleva al cinto.)MELANIA.Ah va! Si coge cuatro cuchillos!DIONISIA.Qu irn a hacer, madre?MELANIA.Pues me da en la nariz que algo gordo...LILIANA.No muy gordo, cara amica; no muy gordo... Pour nosotros,c'est cuestin de vida o muerte que despierten los inmviles...DIONISIA.Y empiezan por el pobre pjaro, tirndole la nia los cuchillos,madre! (GIPSY ha ido hasta la mesa y de espaldas al pblico, se dispone a tirarlelos cuchillos a COSCOLLO.)MELANIA.No me digas!GIPSY.Hap?LILIANA.Hap! (GIPSY tira un cuchillo, que, como los siguientes, se clavaalrededor de la cabeza de COSCOLLO.)TODOS.Ay!PIFI.Jess! (GIPSY tira el segundo.)TODOS.Ay!HELIODORA.No puedo verlo! (GIPSY tira el tercero.)TODOS.Ay!RENDUELES.Qu horror! (GIPSY tira el cuarto.)TODOS.Ay!DIONISIA.De milagro no lo ha mondao!GIPSY.Tout inutile, Liliana. Il dort cet idiot... (Vuelve a sentarse en elventanal.)DIONISIA.Y encima le llama idiota!

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    MELANIA.Rediez con la nia!LILIANA.. Well!... lo voy probare! Vite... Presto! Gipsy! Cu revolver!GIPSY.O Kay! J'aime a... Tiens! (Le tira un revlver del cinto a LILIANA; locaza, cogindolo en el aire.)RENDUELES.Un revlver!PIFI.Ahora un revlver!HELIODORA.Virgen santa!DIONISIA.Le ha dao un revlver que llevaba al cinto, madre!MELANIA.Rediez con la nia del gorrito!LILIANA.Et ahora io voy a intentare despertar a todos los tres...MELANIA.Despertarlos ust ahora?RENDUELES.Pero despertarlos con el revlver?LILIANA.Yes, mesi. Avec le revolver. A tiros!HELIODORA.A tiros!PIFI.Huy!DIONISIA.Madre!LILIANA.Voyons le signore... (Dispara, y COSCOLLO, al or el tiro, se tira de lamesa y sale corriendo, haciendo el pjaro.) (Tiro.)COSCOLLO.Po, po! Po, po! Po, po! (Mutis por el ventanal.)MELANIA.Claro! Estaba visto! Con el tiro ha espantao al pjaro... (La fugade COSCOLLO produce en LILIANA y en el inconmovible SIDNEY una tremendaimpresin. Los dos se lanzan hacia el ventanal, dando sendos gritos de alarma.)GIPSY.(Que lo ve irse la primera.) Help!SIDNEY.Acr!LILIANA.Au secours! (Corren ambos hacia el ventanal, donde est GIPSY, tanfra y tranquila como siempre, en pie, en el divn, mirando hacia fuera.)GIPSY.(Volvindose y dominando y deteniendo a LILIANA y a SIDNEY con suenrgica tranquilidad.) Stop! Quiet! Presto cazaremos al hombre. (A SIDNEY.)Jnior! Psame qella corda...SIDNEY.(A LILIANA.) And you, came again! Disprales cerca del odo! Biencerca!DIONISIA.La aconseja que les dispare cerca del odo!MELANIA.S. Es un consejo de lo ms infantil...GIPSY.(Haciendo mutis por el ventanal, llevndose el cordn del estor delventanal, que le ha dado SIDNEY, despus de arrancarlo de un tirn.) Quantoal hombre fugitivo, te lo portar amarrado tout de suite! (Se va.)PIFI.Huy! Tambin ella se va por la cornisa!...HELIODORA.S, hija; y se piensa traer amarrado al seor Coscollo...MELANIA.Pero esa nia es un antitanque!LILIANA.(Que ha pasado al lado de ALBERTINA.) Y veamos la madame... (Disparael revlver, de nuevo, junto a ella.)ALBERTINA.(Despertando.) Adelante!TODOS.(Estupefactos.) Eeeh!BERNARDO.(Despertando.) Entre el que sea!ALBERTINA.(Como antes tambin.) Pasa, amor mo! Pasa!... (Ponindose enpie detrs de la mesa, en actitud pattica y mirando al vaco, como si flotandoen el aire hubiera una persona.) Pero no hables!TODOS.Eh?

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    ALBERTINA.No me digas nada, Bernardo!LILIANA.Bernardo? Qui est Bernardo?RENDUELES.Bernardo es este seor.DIONISIA.El de las maletas.HELIODORA.El marido saliente...DIONISIA.Ms claro, seora. Porque aqu (Por BERNARDO) era el marido aztual,pero ti que darse el piro con rumbo iznoto al volver otra vez el maridoantiguo.ALBERTINA.(Saliendo de la mesa y avanzando hacia BERNARDO.) No me digasnada, Bernardo, que, sin decrmelo, s que has sido t quien ha interrumpidomi sueo, llamando a la puerta, suave y tmidamente!DIONISIA.(A MELANIA.) Se da cuenta, madre, de que les han parecido golpecitossuaves los dos tiros que les han arreao junto al bigote?ALBERTINA.(Pattica.) Lo que debes de estar sufriendo por el drama que teamenaza, ex marido mo! Ex adorado mo!BERNARDO.S! Pero ms debes de estar sufriendo t, mi ex Albertina, exidolatrada. Y se me saltan las lgrimas pensando en que a los quince aos dehallarte libre de un marido, del cual incluso ya hablabas bien, por creerlemuerto, tienes que volver a aguantarle desde el da de hoy, y, encima, hechoun cafre y metido en una jaula!ALBERTINA.S; pero yo, dentro de mi tragedia, llevo la ventaja de que a esemarido me lo traen en una jaula, Bernardo! Que ninguna mujer del mundo haconseguido nunca tener al marido as!HELIODORA.Y buena verdad que es sa!RENDUELES.(A HELIODORA, algo mosca.) Eh?ALBERTINA.Y, sin embargo, es una cosa que deba ponerse de moda, porquems de un disgusto se evitara en los matrimonios estando el marido metido enuna jaula todo el ao!HELIODORA.Ya lo creo! Ya lo creo que s!...RENDUELES.Heliodora!ALBERTINA.Y, respecto a lo otro, no olvides, Bernardo, que, trayndomelometido en una jaula, el que l vuelva hecho un cafre es lo de menos, sobretodo considerando las muchsimas mujeres que tienen un cafre por marido y notienen, en cambio, jaula donde meterlo.HELIODORA.Qu verdad ms grande! Ay, qu verdad ms grande, Dios mo!RENDUELES.(De lo ms mosca ya.) Pero Heliodora!MELANIA.Donisia... Has odo eso de que los maridos deban estarenjaulaos?DIONISIA.S, madre. Y buena suerte es pa padre el que se fuera hace quinceaos a afeitarse y no haiga vuelto todava, porque si llega a volver!...MELANIA.Hombre! Si tu padre llega a volver, estaras t desde entoncesdedicando las maanas a cambiarle el agua y a sacarle a colgar al patio...BERNARDO.Vamos, Albertina! (Se abrazan.)HELIODORA.Vlgame Dios!PIFI.Jess, qu pobrecillos!ALBERTINA.Y lloro de verte rodeado de maletas y maletines, como un mozo deandn!... Y lloro de saberte convertido, ya para siempre, en un marido parado!RENDUELES.Realmente, la cosa es fuerte, verdad?

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    MELANIA.Muy fuerte, seor Rendueles...ALBERTINA.Y lloro, sobre todo, en fin, de contemplarte dispuesto a marcharte, aseguir pintando flores, frutas y pjaros, por la sola razn de que aqu ya nopintas nada! (Dolorosamente.) Bernardo! (Dentro se oye un gran gritero, muylejano, y aplausos, voces y vtores. Todos reaccionan, menos ALBERTINA yBERNARDO, que quedan abrazados y ensimismados; ella, arrodillada delante del.)TODOS.Eh?HELIODORA.Ya viene! (Echa a correr con PIFI.)PIFI.Eso es que llegan!DIONISIA.Llegan! Llegan!RENDUELES.Que vienen!PIFI.Vamos!DIONISIA.Madre, vamos, que llegan! (Corren todos al ventanal, donde seagolpan, subindose al divn las mujeres y quedando en el suelo RENDUELES ySIDNEY. En la derecha, ajenos a todo, quedan solos ALBERTINA y BERNARDO.)HELIODORA.Pero si no llega nadie ni viene nadie!RENDUELES.Cmo? Qu raro! A ver? (Por el foro izquierda, corriendo y muyagitados, PEPITA y PEPITO, ansiosos de dar noticias.)PEPITA.Se han enterado ustedes?TODOS.(Volvindose.) Cmo?PEPITO.Se han enterado? Se han dado ustedes cuenta?RENDUELES, HELIODORA y PIFI.De qu?PEPITO.De que los vecinos de casi todo el barrio se han estacionado ahenfrente y estn venga de gritar y de ovacionar! Porque, haciendo equilibrios yllevando a un individuo a cuestas, por la cornisa de atrs del edificio, avanzatranquilamente un soldado escocs.DIONISIA, MELANIA y RENDUELES.Un soldado escocs!HELIODORA.La nia del gorrito!PIFI.Pero si dice que lleva a un individuo a cuestas!...DIONISIA.Claro! El seor Coscollo!HELIODORA.No es posible!PEPITO.S, seora! Si quiere verlos, ahora estarn llegando al ventanal de lasala (Se va.)PIFI.Ay, pues s! Pues s! Vamos!DIONISIA.S, s; vamos!RENDUELES, HELIODORA y PEPITA.Vamos! Vamos! i Vamos!MELANIA.Yo no me pierdo eso! (Corren todos al foro, armando bastantebarullo, y se van por el foro izquierda PEPITA, PIFI, HELIODORA y MELANIA. PEPITO yRENDUELES se paran un instante a hablar.)PEPITO.Pero, oiga usted, caballero, acaban de decir que el soldado escocs esuna nia, o es que yo estoy ms borracho de lo que suelo estar los dems dasa estas horas?RENDUELES.Usted est de lo ms sereno, joven, pues eso es lo que acaban dedecir, en efecto. Pero, en mi opinin, aunque se trate realmente de una nia, elescocs no slo es soldado, sino que es muchsimo ms que soldado!PEPITO .Cmo ?RENDUELES.Por la sencilla razn de que a la nia lo menos que se le puede

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    calcular que sea es coronel! (Se van. Pero no todos se han ido, pues LILIANA ySIDNEY se han hecho los remolones, han quedado junto al ventanal y, en elmomento en que desaparecen PEPITO y RENDUELES, se ponen en accin, ymientras SIDNEY queda en el centro del foro, espiando el pasillo por donde sehan ido los dems, LILIANA va en puntillas hacia el grupo ausente y dolorido queforman ALBERTINA y BERNARDO y deja caer un papel doblado en el regazo deBERNARDO, hecho lo cual se va rpidamente, seguida de SIDNEY, por el foroizquierda, sin que ALBERTINA se d cuenta de la operacin, por lo que reanudansu dilogo en el punto en que lo dejaron.)BERNARDO.Y ahora todo es humo para nosotros, Albertina, porque ya estamosen el da de hoy. Y porque es ya la una de la tarde!ALBERTINA. (Alzando la cabeza, sobresaltada.) La una de la tarde? La una dela tarde ya! Dios santo! Entonces..., entonces, est al llegar..., y no tardar enocurrir el..., la..., lo...BERNARDO.Justamente! Eso es! El, la y lo. El, que yo traduzco poreliminado. La, que interpreto por lamento y por lgrima. Y lo, quepara m podra ser locura, pero que ser losa y Logroo, porque all meir a morir y all me enterrarn...ALBERTINA.(Emocionadsima.) Bernardo! (Durante el dilogo de ALBERTINA yBERNARDO, y en seguida de haber desaparecido LILIANA y SIDNEY, andando a gatas,por el ventanal, procedente del foro, ha aparecido PEPITO, el cual ha miradodentro y, enterado de un vistazo de la situacin de los personajes, se haapresurado a saltar a escena; se ha acercado, agachndose y sigilosamente, aALBERTINA y BERNARDO; se ha apoderado del papel doblado, lo ha ledorpidamente, ha vuelto a dejarlo en el regazo de BERNARDO y se ha ido por elforo izquierda a paso de lobo. ALBERTINA hace una transicin.) Eh! Y esto, ques?BERNARDO.El qu?ALBERTINA.Este papel aparecido aqu de pronto...BERNARDO.Pues no s..., y es extrao..., porque poda suponerse que, estandodistrados, te hubiera dado el papel otra persona; pero es que aqu no haentrado nadie en toda la maana...ALBERTINA.Nadie..., excepto t, claro, cuando llamaste con los nudillos en lapuerta y... (Dando un gran grito sbito.) Eh!BERNARDO.Qu?ALBERTINA.Que no hay puertas! Que las hicimos tirar ayer para que hoypudieran entrar la jaula de...!BERNARDO.Pues es verdad!ALBERTINA.(Abrazndose a l, con miedo.) Bernardo! (Por el foro derecha, enese instante, surge BUITRAGO.)BERNARDO.Y yo no he llamado con los nudillos entonces...ALBERTINA.Claro que no!BERNARDO.Lo que significa que acabamos de sufrir los dos una de esasausencias que ahora nos atacan y que... (Con decisin.) A ver el papel ese! (Lecoge el papel nerviosamente y lo desdobla. Leyendo.) A doa AlbertinaIrigaray. Reservado y urgentsimo.ALBERTINA.(Con ansia.) Y quin firma?BERNARDO.(Revisando el papel por los dos lados.) Nadie. No firma nadie.

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    (Leyendo.) Apresrese usted...BERNARDO y ALBERTINA.Cmo?BERNARDO.(Leyendo.) Apresrese, y ahora mismo, sin perder un segundo,huya usted lo ms lejos que le sea posible. (Dejando de leer.) Qu dice? Peroes que...?ALBERTINA.(Cortndole, impaciente.) Sigue, Bernardo!BERNARDO.Mrchese sin esperar a que suban la jaula del profesor, que desdehace ya muchas horas est abajo, instalada en el stano de las SederasMachuca...ALBERTINA.Cmo?BERNARDO.(Leyendo.) ...donde qued, de modo provisional, anoche, cuando,no atrevindose, por fin, a hacerlo en el tren, la trajeron de Barcelona en unacamioneta cerrada y con todo el secreto y la precaucin que exigan lascondiciones inauditas en que regresa a Espaa el profesor Marab...ALBERTINA.Ay, Jess mo!BERNARDO.Y no pone ms. (Dejando de leer.) Pero yo, por mi parte, no creonada de esto, Albertina.BUITRAGO.Pues craselo, don Bernardo.BERNARDO.(Volvindose.) Buitrago!ALBERTINA.(Volvindose.) Buitrago! (Y es que BUITRAGO, que entr cuando seindic, despeinado, jadeante, en las cuerdas, mucho ms hecho cisco que ensu anterior escena, y que ya al entrar se derrumb en el divn del ventanal,descalzndose en el acto y quedando all como un animal agotado, hareaccionado ya un poco en este instante y ha logrado tener nimos paraintervenir.)BERNARDO.(Yendo hacia l con ALBERTINA.) Pero estaba usted ah?BUITRAGO.S, seor. Entr hace ya rato; slo que hasta ahora no he lograoms que descalzarme y tomar alientos, porque los ltimos seis kilmetrostambin los he hecho con las botas cambiadas de pie.BERNARDO.Cmo?ALBERTINA.Qu dice?BUITRAGO.As es que, con el permiso de ustedes... (Se calza de nuevo.) Y noperdamos comba, que ya han llegado todos y ya se han metido en el stano delas Sederas, porque lo que dice ese annimo es fetn...ALBERTINA.Que ya han llegado todos?BERNARDO.Quines, Buitrago?BUITRAGO.La panda oficial. El comit de recepcin de don Ulises, el decanode la Facultad, el conservador del Museo, sabios, catedrticos, gente gorda delMinisterio y de la Academia, docenas de periodistas, dos equipos del No-Do yGarca Sanchiz.ALBERTINA.(Que se haba acercado al ventanal al or lo de los coches.) Escierto! Se pierden de vista los coches... Y hay guardias en las esquinas...BUITRAGO.(Hablando entrecortadamente por el jaleo.) S. Han tenido queacordonar la calle... Y eso que lo ms gordo no lo saben ni ustedes, pues,aunque yo no he parao desde las nueve y media pa prevenirles, pues hasido intil, y ahora van ya a subir la jaula y urge enterarles del desastre. Y, siacaso, ya ira yo los jueves a visitarles a ustedes a casa Esquerdo!ALBERTINA.Eh?

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    BERNARDO.Buitrago!BUITRAGO.Conque... no aguardo ms. Y lanzo el esdrjulo que resume lacatstrofe. Y el esdrjulo es que don Ulises no viene enjaulao porque estconvertido en cafre, sino porque est convertido en antropfago! Y ya helanzado el esdrjulo! i En antropfago, don Bernardo!ALBERTINA.En antropfago!BERNARDO.Pero, Buitrago, qu dice usted?BUITRAGO.La verdaz, seor Bustamante... Que en los quince aos de selvadon Ulises se volvi antropfago! Y que antropfago es actualmente! Y queantropfago ser Dios sabe hasta cundo!ALBERTINA.Jess! (Queda en el sof, donde se haba sentado, absorta ysilenciosa, mirando al suelo.)BERNARDO.(Muy serio.) Pero, bueno, vamos a ver... Buitrago..., usted seencuentra en su juicio?BUITRAGO.(Cortndole.) Seor Bustamante, tengo yo cara de tarata? No hesido yo, en cambio, en medio de los recientes laberintos, igual que una rocaherida en vano por los zarpazos del mar, como dice don Obdulio en todos susdiscursos?BERNARDO.S; realmente...BUITRAGO.Pues los hechos son los que mandan. Los hechos! Y entonces, porqu, en su caso, se resiste ust a azmitir que el profesor vuelveantropfago?BERNARDO.(Indignado.) Porque eso no es natural, ni en su caso ni en ninguno!Porque eso es un desatino, Buitrago! Y por tales razones es por lo que nosresistimos a admitirlo la seora y yo!ALBERTINA.Perdona, Bernardo... Pero yo no he dicho que me resista a admitirlo.BERNARDO y BUITRAGO.(Volvindose, rpidos.) Eh?BERNARDO.(Avanzando hacia ella.) Que t no te resistes a admitirlo, Albertina?ALBERTINA.No. Yo, no. (Se asoma al ventanal. En ese instante, en el foroderecha, se oyen varias voces de varios que hablan a un tiempo y con un grannerviosismo.)BERNARDO y BUITRAGO. (Volvindose hacia dentro.) Eh?BERNARDO.Qu pasa? (Por donde se han odo las voces surgen OBDULIO, MARA yLUCA, que es otra doncella, tambin de uniforme, trayendo en medio a MARTA, lacual va en un estado de gran excitacin, del que lo consuela MARA con palabrasllenas de afecto.)OBDULIO.(Intentando poner orden con ademanes tribunicios.) Silencio! Calma!Tranquilidad! Ruego, pido y, si es preciso, exijo tranquilidad, calma y silencio!MARTA.S,