Recorridos por la música de cámara

ENRIQUE BAGARÍA, piano (España)

Miércoles 28 de agosto de 2013 • 7:30 p.m.Bogotá, Sala de Conciertos Biblioteca Luis Ángel Arango

Jueves 29 de agosto de 2013 • 7:00 p.m.Ibagué, Sala Alberto Castilla

Viernes 30 de agosto de 2013 • 7:00 p.m.Girardot, Auditorio Banco de la República

TOME NOTA• Los conciertos iniciarán exactamente a la hora indicada en

los avisos de prensa y en el programa de mano. Llegar con media hora de antelación le permitirá ingresar al concierto con tranquilidad y disfrutarlo en su totalidad.

• Si al momento de llegar al concierto éste ya ha iniciado, el personal del auditorio le indicará el momento adecuado para ingresar a la sala de acuerdo con las recomendaciones dadas por los artistas que están en escena.

• Agradecemos se abstenga de consumir comidas y bebidas, o

fumar durante el concierto, con el fin de garantizar un ambiente adecuado tanto para el público como para los artistas.

• Durante el transcurso del concierto por favor mantenga

apagados sus equipos electrónicos, incluyendo teléfonos celulares, buscapersonas y alarmas de reloj. Esto ayuda a crear un ambiente propicio para disfrutar la música.

• Por respeto a los derechos de autor de los compositores e

intérpretes, no está permitido realizar grabaciones de audio o video ni tomar fotografías durante el concierto.

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La admiración de la crítica especializada y la estima del público reafirman a Enrique Bagaría como uno de los nombres destacados del actual panorama pianístico. Inició sus estudios con Rosa Masferrer y Luiz de Moura Castro. Obtuvo el título superior en el Conservatorio Municipal de Barcelona. Realizó estudios en L'École Normale Alfred Cortot de París. Cursó sus estudios de posgrado en el Conservatorio Superior del Liceu con Stanislav Pochekin. Continuó con Dimitri Bashkirov, Claudio Martínez Mehner y Galina Eguiazarova en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid y finalizó con Vadim Suchanov en el Richard Strauss Konservatorium de

Múnich. Paralelamente ha recibido los consejos de maestros como Alicia de Larrocha, Josep Mª Colom, Elisso Virsaladze, Leon Fleisher, Andrzej Jasinski, Ralph Gothoni, Vitaly Margulis y Boris Petrushansky.

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos galardones en concursos pianísticos. Sin embargo, cabe destacar el primer premio en la edición 52 del Concurso Internacional Maria Canals (Barcelona 2006) -tras 40 años sin que ningún pianista español obtuviera tal galardón- y su participación en el XV Concurso Internacional de Santander Paloma O'Shea (2005) la cual supuso un giro importante en su carrera. Desde entonces su progresión ha sido constante y actualmente disfruta de una reconocida proyección nacional e internacional.

Ha participado en prestigiosos ciclos y festivales como el de la Fundación Scherzo, 28 Temporada de Ibercamera, el Festival de Música y Danza de Granada, el Festival de Santander, entre otros. Ha actuado en salas como el Palau de la Música y L'Auditori de Barcelona, el Auditorio Nacional de Madrid, el Auditorio de Zaragoza, la Sala Alfred Cortot de París, la Philharmonia de San Petersburgo, el Teatro dal Verme de Milán, la Academia de España en Roma, la Sala Bulgaria en Sofía, el Acropolium de Cartago en Túnez, el Oriental Art Center de Shanghai y en otras ciudades como Nueva York, Chicago, Múnich, Bruselas, San Salvador y Bogotá.

Como solista ha colaborado con la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky y Valery Gergiev, Orquesta de Cámara de Viena, Orquesta de Cámara de Salzburgo, Filarmónica de Bogotá (OFB), Sinfónica de Galicia (OSG), Orquesta de Valencia, Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) y Sinfónica de Castilla y León (OSCyL).

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En el ámbito de la música de cámara se destaca su dúo junto al prestigioso fagotista italiano Stefano Canuti. Ha colaborado con el violinista Erez Ofer, la violinista Latica Honda-Rosenberg, Elias String Quartet y Cuarteto Quiroga, entre otros.

Entre su discografía más reciente se destaca el disco Johann Sebastian Bach junto al fagotista Stefano Canuti para el sello italiano Velet Luna. Ha grabado para RNE (Radio Clásica) y para Catalunya Música como solista y en diferentes formaciones camerísticas.

Adicional a su actividad como concertistas, Enrique Bagaría es docente en el Conservatorio Superior de Música de Aragón y el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona.

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INTERMEDIO

WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756 -1791)

FRANZ LISZT (1811-1886)

ISAAC ALBÉNIZ (1860-1909)

ROBERT SCHUMANN (1810-1856)

Sonata No. 8 en la menor, K. V. 310Allegro maestoso

Andante cantabile con espressione Presto

Soneto 123 Libro II, S. 161 del Petrarca de Años de peregrinación

Soneto 104 Libro II, S. 161 del Petrarca de Años de peregrinación

Corpus Christi en Sevilla de la suite Iberia

Carnaval, pequeñas escenas sobre cuatro notas, Op. 9

PreámbuloPierrot

ArlequínValse noble

EusebiusFlorestánCoqueta

Réplica – EsfingesPapillons (Mariposas)

ASCH – SCHA Letras danzantesChiarinaChopinEstrella

ReconocimientoPantaleón y Colombina

Vals alemánIntermezzo: Paganini

DeclaraciónPaseoPausa

Marcha de la Liga de David contra los Filisteos

CONCIERTO No. 54

PROGRAMA

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NOTAS AL PROGRAMA

Por Ellie Anne Duque

Mozart (1756 -1791)El éxito rotundo que cosechó Mozart como pianista durante los primeros años de su residencia definitiva en Viena, tiene como prueba el conjunto de conciertos para piano y orquesta creados entre 1782 y 1786. Diecisiete conciertos escritos y estrenados en un estrecho período de cuatro años confirman que Mozart era el pianista virtuoso por excelencia de la Viena del momento, que pronto sucumbiría ante las dotes de Beethoven y sus contemporáneos. Hay que recordar que gracias a las creaciones de Mozart tanto en el campo de la sonata para piano, como en el del concierto para piano y orquesta, estos dos géneros llegaron a convertirse en asunto de presentación pública, pues Mozart compuso pasajes de belleza y dificultad dignos de un espectáculo de concierto.

Hay pocos vestigios de las primeras sonatas para piano solo de Mozart, pues solía improvisar este tipo de composiciones frente al público con gran imaginación melódica y solidez técnica. Sólo hasta 1774 Mozart se decidió a preparar un conjunto de seis sonatas para piano con miras a su publicación para lograr así una mayor diseminación de su obra y reconocimiento a sus capacidades como compositor. A lo largo de sus obras para piano, Mozart fue ahondando en las posibilidades del instrumento mismo. A medida que fue dominando el teclado se hizo más frecuente el uso de una figuración activa en los acompañamientos más compleja, la presencia de pasajes en octavas el uso de manos cruzadas, entre otros gestos. Para sus viajes a Mannheim y París, entre 1777 y 1778, Mozart escribió tres sonatas. Entre ellas, la Sonata en la menor sobresale por su contenido dramático, a veces patético. Refleja mucho del mundo del compositor de 22 años, consciente de su genio, de su aislamiento y de su luto por la reciente muerte de su madre. Es el mejor ejemplo de la influencia del Sturm und Drang poético sobre la obra de Mozart, un impulso creativo feroz y atormentado que dominó sobre la música en Austria y Alemania en la década de 1770.

El espíritu expresivo y dramático del primer movimiento no cesa ni en la Coda, en donde aún persiste el impulso rítmico del inicio. En la sección de desarrollo hay un encadenamiento de secuencias ascendentes al estilo barroco, con fuertes disonancias.

El Andante cantabile constituye un experimento formal mozartiano en donde un tema airoso es variado sutilmente mediante ornamentaciones. Para resaltar el ambiente serio de la obra, Mozart emplea en el final una forma ternaria con un tema movido implacable y agitado. Hay un pequeño respiro

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en la sección media, pero dura poco y prontamente regresa la conmoción original.

Liszt (1811-1886)Entre 1839 y 1847 Liszt, nacido en Hungría, emprendió una serie asombrosa de giras de concierto que lo llevaron desde los Pirineos a los Urales, de Dublín a Moscú y de Lisboa a Constantinopla, con un número aproximado de 1000 presentaciones. De hecho, con esta actividad pública intensa, Liszt ayudó a forjar la figura del "músico concertista" del siglo XIX. Fue él quien usó por primera vez la palabra recital para sus presentaciones en Londres e instauró la costumbre de tocar piezas de diversas épocas y diferentes compositores en sus programas, pues combinaba en sus actuaciones como pianista, obras de su propia inspiración con piezas tomadas del repertorio europeo desde Bach a Chopin.

En el periodo de tiempo anteriormente mencionado, Liszt perfeccionó su estilo pianístico rutilante marcado por un virtuosismo innovador, inspirado en las hazañas realizadas al violín por el célebre Paganini. Para recrear al público, Liszt ofrecía no sólo sus piezas originales, sino que transcribía y parafraseaba óperas y sinfonías de otros compositores. Por esta época se interesó en la música tradicional húngara e incursionó en la composición de marchas y rapsodias inspiradas en temas húngaros. Autor de unas setecientas composiciones (más de la mitad de ellas para piano) Liszt no fue un simple exponente del virtuosismo romántico, sino también un compositor innovador cuyas obras más atrevidas preconizan sonoridades características del modernismo. La vida de Liszt fue larga (murió de 76 años de edad) y llena de etapas cambiantes. Su presencia en el siglo XIX fue constante e influyó a una tras otra generación de compositores que buscaron inspiración en su virtuosismo musical, sus ideas innovadoras acerca de la composición y su figura artística pública. Liszt recibió “órdenes menores” y fue tonsurado en 1865.

Liszt agrupó un buen número de piezas para el piano de índole evocadora y descriptiva en tres volúmenes titulados Años de peregrinación, espejo de sus propios viajes y vivencias. El primer volumen está dedicado a Suiza, el segundo a Italia y el tercero a experiencias personales de carácter prácticamente religioso. Los Sonetos números 123 y 124 forman parte del conjunto de seis piezas del segundo libro de Años de peregrinación. El conjunto de sonetos de Petrarca está rodeado de piezas con imágenes pictóricas y literarias: el Sposalizio de Rafael, el Penseroso de Miguel Ángel, una canción escrita por el pintor Rosa y al final después de los sonetos, la fantasía, casi una sonata Aprés une lecture du Dante (Luego de una lectura de Dante).

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Los tres Sonetos del Petrarca existen en diversas versiones. Fueron escritos originalmente entre 1838 y 1839 como canciones para tenor y piano, probablemente las primeras canciones escritas por Liszt. Las versiones para piano solo datan de 1846. Luego en 1858 alteró estas versiones para incluirlas en la colección de Años de peregrinación. Son ejemplos tangibles de la influencia que tuvo el bel canto sobre el estilo de Liszt para producir obras inspiradas y de gran refinación. El Soneto 104 en mi mayor, se inicia con unos compases a manera de preludio que desembocan en un recitativo que expresa el texto, Pace non trovo (No encuentro paz,) que se diluye en melodías lánguidas, dulces y a veces, dolorosas. El Soneto 123 (En la tierra se revelaron facciones angelicales) es un “sueño de amor” pleno de suspiros y dulzura, con delicada ornamentación que explota plenamente el registro del piano.

Albéniz (1860-1909)Isaac Albéniz, junto con otros destacadísimos compositores españoles, como Manuel de Falla, Enrique Granados y Joaquín Turina, puso la música de su península en un primer lugar dentro del panorama mundial. Su estilo contemporizante y el gran dominio del piano lo salvaron de ser un compositor de simples apuntes folclóricos. De origen catalán, se formó musicalmente en Leipzig, Bruselas y Weimar en donde recibió la influencia de Liszt. En París fue acogido por D'Indy y Dukas. La obra más original e inspirada de Albéniz fue concebida para el piano. Tomó la guitarra como su modelo instrumental e inspirado en la tradición musical de Andalucía, Albéniz logró una estilización espontánea de la música española. Tal es el caso de obras tempranas como las populares Seguidillas, Córdoba, Granada, Sevilla, Cádiz y el Tango en re.

Con su gran obra para piano, Isaac Albéniz contribuyó al renacimiento de la música española en el siglo XX. Su obra está llena de evocaciones de los paisajes y las gentes de España y sus músicas, si bien en ocasiones, aparecen como gestos apenas sugeridos. Se inició en el mundo musical como concertista precoz y a lo largo de su vida mantuvo una actividad incansable en los escenarios. La suite Iberia se basa en obras originales para piano que Albéniz escribió entre 1905 y 1909 y que agrupó en tres libros, cada uno con cuatro piezas evocadoras y descriptivas sobre España. En el Corpus Christi se escuchan tonadas tradicionales, como la célere Tarara, que se mezclan con ecos de bandas estrepitosas y una saeta lamentosa.

Estas obras de índole nacionalista se pliegan de singular manera a la noción de la “pieza de carácter” y tanto en Europa como en el continente americano hay un repertorio rico y vistoso de este tipo de pieza que surgió a mediados del siglo XIX y se desbordó en el XX. La pieza de carácter predomina en nuestro repertorio para piano y figura también en el de guitarra, canto y algunas combinaciones de cámara. Entre las características generales de

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estas obras, se debe mencionar: el alejamiento de la forma sonata - allegro y empleo de formas seccionales que se adaptan a intenciones descriptivas; el deseo intenso de expresar sentimientos, emociones y estados de ánimo; la utilización de títulos descriptivos e indicaciones de tiempo precisas para transmitir estos sentimientos; la búsqueda de efectos poéticos y dramáticos; las tendencias pictóricas y la estilización de danzas regionales.

Schumann (1810-1856)Sobre Schumann pesó enormemente la herencia de Beethoven, en todo sentido (formal y técnico) y edificó, desde la gran tradición germana, una escuela de técnica imponente y contenido novedoso. Su ilustre antecesor, había sentado las bases para construir grandes formas musicales (de extensa duración) con base en variaciones, a la vez que daba toques finales y lapidarios a la evolución de la sonata clásica. Por su parte, Franz Schubert había plasmado el carácter efímero y etéreo de la pieza romántica, y había trazado el rumbo de la pieza de carácter, descriptiva y de ejecución virtuosística. Correspondió a Schumann enmarcar esta herencia dentro de las fuertes tendencias literarias y poéticas del siglo, junto con las demandas de un nuevo público de las ciudades, ávido de asistir a conciertos públicos. Mientras que las piezas descriptivas de los maestros mencionados eran de carácter evocador (Bagatelas, Impromptus, Momentos musicales, etc.), Schumann las llevó a planos concretos y armó piezas contundentes a partir de la suma de miniaturas descriptivas. Muchas de sus obras breves ofrecen una oportunidad única de expresión, a menudo más exitosa que la contenida en las grandes formas clásicas como la sonata, el concierto y la sinfonía. Sus ciclos de canciones y piezas para piano resultaron ser un tejido fascinante de instantes sorprendentes. En esta gran variedad anímica radica el éxito de muchas de sus obras para piano, tales como las Variaciones Abegg, Álbum de la juventud, Hojas de álbum, Carnaval, Escenas infantiles, Kreisleriana, Papillons, Noveletten, y Davidsbündlertänze, entre otras.

En medio de las más difíciles piruetas pianísticas, Schumann logra captar un instante preciso del sentimiento humano. A veces lo describe literariamente (como en Carnaval), otras veces es un ejercicio desprovisto de imágenes reales, pero siempre cercanas al poder evocador de la música. La experiencia de Schumann con la composición de Lieder (canciones) tuvo mucho que ver con esta forma de componer y con las ansias de asociar el mundo real con el mundo sonoro intangible. Y en esta forma de ver la música radica uno de los grandes aportes de Schumann al estilo musical romántico. Schumann dirigió importantes entidades musicales, fue director orquestal, crítico y fundador de una revista musical Neue Zeitschrift que aún sobrevive.

En Carnaval, Schumann muestra su faceta personal, enigmática e historicista. Cada uno de los veinte trozos que componen la obra es un

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documento autobiográfico que reseña sus pensamientos, sentimientos y elucubraciones musicales. Las piezas de Carnaval acusan gran vivacidad rítmica, con predominio de los ritmos de marcha y los ritmos ternarios de danza. Firmemente tonal, salpica las partituras con un cromatismo de colorido intenso al servicio de la gran expresividad de las piezas. Carnaval es una gran obra de piano romántico, difícil en lo técnico y aparentemente fácil en lo formal.

Luego de un Preámbulo, o introducción, Schumann presenta personajes carnavalescos de la comedia del arte (Pierrot, Arlequín, Pantaleón y Colombina). A esta feria asiste el compositor con sus dos personalidades: Eusebio y Florestán. Aparecen dos de sus compositores admirados, Chopin y Paganini, dos de sus grandes amores, Ernestine von Fricken (Estrella) y Clara Wieck, esta última su compañera, colega, esposa y mejor intérprete. La lucha de la Liga de David contra los Filisteos, uno de sus temas literarios es el cierre para toda la obra, en donde el compositor describe los sentimientos de rechazo que despertaban en él los gustos musicales de la burguesía creciente de su época.

Para unificar las veinte piezas de Carnaval, Schumann recurre a las notas representadas por Asch, nombre del pueblo de origen de Estrella (y letras componentes de su apellido). Son ellas, en alemán, As (la bemol), S (Es, o mi bemol), C (do), y H (si). Aparecen tratados con gran claridad en el trozo titulado Asch, Letras danzantes y Esfinges, pero sirven de material para la unidad temática (en lo melódico y armónico ) de toda la obra. El estilo pianístico de Carnaval es a la vez denso y brillante. La variedad de acompañamientos resulta asombrosa al igual que su riqueza armónica. El título original de la obra fue: Carnaval, anécdotas sobre cuatro notas para el piano por Florestán.

Los conciertos realizados en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango están autorizados por la Dirección Administrativa de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, mediante la Resolución 051

del 15 de febrero de 2013

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