encuentros ovni

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  • IKER JIMNEZ

  • ENCUENTROSLa historia de los ovnis en Espaa

    MUNDO MGICO Y HETERODOXO

  • ISBN de su edicin en papel: 978-84-414-1103-6 2002. Iker JimnezDiseo de la cubierta: Miguel y Bernardo Rivavelarde 2002 - 2011 Editorial EDAF, S.L.U., Jorge Juan 68. 28009 Madrid (Espaa)www.edaf.netPrimera edicin en libro electrnico (epub): noviembre de 2011 Conversin a libro electrnico: Digital Books, S. L.ISBN Digital: 978-84-414-3064-8

    No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su incorporacin a un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrnico, mecnico, por fotocopia, por grabacin u otros mtodos, sin elpermiso previo y por escrito del editor. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Cdigo Penal)

  • A Juan Jos Bentez, persona clave que un da fundi el periodismo de investigacin con la solitariabsqueda del enigma ovni. Amigo que me ayud hasta en los peores momentos y culpable de mis

    ilusiones y andanzas desde nio. Por todo lo que te debo.

    A todos los que, sea cual fuere su teora, biografa y poca han sentido en su interior la llamada deeste misterio.

    A quienes los han visto.

  • Agradecimientos

    Esta labor hubiese sido del todo imposible sin la participacin de:

    David Cobo Castilla Sykonexus, quien compuso msica ex profeso para el CD que acompaaesta obra y me ense algunos trucos del cool edit.

    Carlos Cala Barroso, amigo y compaero de madrugada en Cadena SER, que explic magnficamentealgunos informes para este proyecto.

    Jos Manuel Garca Bautistam, por su apoyo, informaciones y asesoramiento informtico constante.

    Mis buenos amigos Jos Antonio Fossati y Sebastin Vzquez, que en ese lugar mgico llamadoSigenza escucharon mi idea y la apoyaron de inmediato.

    Miguel Lzaro, de VMG, y Jos Mara Jimnez Montes, por darme va libre para utilizar susmagnficas composiciones.

    Roberto Snchez y su equipo, por permitirme reivindicar cada madrugada del domingo dignidad parahistorias como sta.

    Y sin la aportacin de:

    Francisco Jos Romero, Javier Sierra, Carmen Porter, Miguel y Bernardo Rivavelarde, FranciscoContreras, Lorenzo Fernndez, Fernando Jimnez del Oso, Moiss Garrido, Ignacio Darnaude,Gonzalo Prez Sarr, Enrique Echazarra, Luis lvarez, Marcelino Requejo, Joaqun MateosNogales, Mariano Fernndez Urresti, Enrique Muro, Julio Barroso, Pablo Torres, FranciscoMinaya, Pedro Redn, Jos Antonio Caravaca, Fernando Bustamante, Antonio Moya, JulioMarvizn, Vicente J. Ballester Olmos, Bruno Cardeosa, Roberto Prez, Alfredo Resa, Pedro MaraFernndez, Saturnino Mendoza, Jos Manuel Durn, Jos Lesta, Miguel Pedrero, Jordi Oliveres yFlix Barroso.

    Gracias a todos

  • Contenido

    Portadilla Crditos Dedicatoria Agradecimientos Introduccin: La historia de un nio Captulo 1. 1947-1953 Ya estn aqu Captulo 2. 1954-1956 Materiales de otros mundos Captulo 3. 1958-1965 Algo flota sobre Espaa Captulo 4. 1966-1967 Seres de pesadilla Captulo 5. 1968-1969 Los ovnis toman tierra Captulo 6. 1969-1970 La ley del silencio Captulo 7. 1971-1972 Qu ocurri en el Aljarafe? Captulo 8. 1972-1973 Exploradores en la oscuridad Captulo 9. Marzo de 1974 Dos noches que cambiaron la historia Captulo 10. Abril-diciembre de 1974 El componente absurdo Captulo 11. Enero 1975 El Ejrcito, testigo de excepcin Captulo 12. Marzo-julio 1975 El efecto electromagntico Captulo 13. Julio-diciembre 1975 Qu pretenden? Captulo 14. Enero-junio 1976 El ao de los humanoides Captulo 15. Julio-diciembre 1976 Criaturas gigantescas Captulo 16. Enero-septiembre 1977 Entre dos mundos Captulo 17. Noviembre-diciembre 1977 Un otoo histrico Captulo 18. Enero-junio 1978 Naves fantsticas en el sur Captulo 19. Julio-diciembre 1978 Seres que dejaron huella Captulo 20. Enero-agosto 1979 Protagonista: la radio Captulo 21. Agosto-diciembre 1979 El fin de una era Captulo 22. 1979-1980 Luces sobre la capital Captulo 23. 1981 Criaturas inslitas Captulo 24. 1982 Nueva oleada sobre Andaluca Captulo 25. 1983 Miedo un un pueblo extremeo Captulo 26. Mayo-diciembre 1983 La gran oleada catalana Captulo 27. 1984 Sequa ufolgica Captulo 28. 1985 Un ao diferente Captulo 29. 1986-1987 Un halo fantasmal Captulo 30. 1988-1989 El da en que regresaron los ovnis Captulo 31. 1990-1991 Encuentros demasiado cercanos Captulo 32. 1992 Desclasificacin ovni Captulo 33. 1993-1994 Confusin en el cielo Captulo 34. 1995 Reactivacin definitiva Captulo 35. 1996 El ao rcord

  • Captulo 36. 1997 El retorno de los gigantes Captulo 37. Estadstica final Captulo 38. 2001 As viv el primer gran caso del milenio Prehistoria. Ovnis antes de los ovnis Los ovnis y la prensa. De la dignidad al desencanto Once investigadores que hicieron historia Nota final

  • INTRODUCCIN

  • La historia de un nio

    CADA UNO de los que investigamos y perseguimos a los ovnis ya sea por pasin, duda existencial odirecto masoquismo tenemos una historia oculta. Una vivencia o cmulo de ellas que nos empujaron allaberinto de la bsqueda de respuestas y que a algunos, como al que esto suscribe, le hicieron echarse alas carreteras con bastante inconsciencia y desde muy temprano. Quizs esas historias que cada unollevamos dentro sean tan o ms importantes que todos los casos que luego hemos investigado. A veces lopienso. Yo, de momento, quiero despojarme de ese pequeo secreto y compartirlo con ustedes. Porque sque ms de uno se sentir tremendamente identificado, como yo lo estuve en su da con lo que escribieronotros. Como si en algunos escritos hubiese oculto un resorte, una verdadera y enigmtica cadena queviene de muy lejos y cuyo significado desconozco.

    Quin sabe a veces me lo pregunto ante el ordenador o en la soledad del automvil en el regresotras el viaje si el verdadero misterio, lejos de medidas y huellas, de fotos y expedientes que en elfondo no llegan a un fin concreto, es precisamente tan sencillo como ste. Como la pasin y el ansia delibertad y bsqueda que pueden imprimir a un nio en un determinado momento. Como el chispazo de luzque se enciende en algunas almas en determinados instantes cobrando forma de inquietud y de preguntas.De dudas y, en muchos casos, de ansias irrefrenables de contar una verdad. Una verdad que, dicho sea depaso y despus de tantos miles de kilmetros, de entrevistas y de lecturas, no tengo del todo clara. No squ se esconde tras el teln del ovni. Solo estoy seguro de una cosa: existen y se recrean eninterpretaciones de lo ms absurdo con algn sentido que, al menos a este humilde mortal, se le escapa.No s si son extraterrestres. No s si son imgenes de otro mundo que pudieran estar en ste. Aunquelo sospecho.

    Con el tiempo y el peregrinar, uno, por fuerza, se vuelve cada vez ms escptico. Se reducen lasevidencias que antes se daban por inquebrantables. Se frunce el ceo y las interrogantes internas comouna pelea a muerte entre quien descubre o pierde una fe se recrudecen cada da. Y, sin embargo, en losmomentos ms difciles, donde incluso se bordea la negacin de todo este absurdo incomprensible,aparece un destello de luz en forma de caso, de vivencia que tambin el reportero palpa muy de cerca alllegar al lugar de los hechos. Entonces, en algn punto, en algn lugar al que vas rpido y con el coraznsalindote del pecho, ves esos documentos que te estremecen. Ves esos ojos de personas que te estndiciendo una verdad imposible. Y hablas contigo mismo. Y sientes en lo ms profundo, con el latigazo deun escalofro, que es absolutamente cierto lo que dicen y lo que vieron.

    Y as, solitario cada da ms y errante, uno se va adentrando poco a poco y sin atajos en el mayorde todos los enigmas. Y a veces sospechas, libre de verdades absolutas y sumergido hasta el cuello en eldesconocimiento ms profundo, que esto es un juego cruel. O el ms maravilloso de los juegosimaginables.

    Apuntillando esta obra, en los ltimos das he vuelto a contemplar las viejas fotografas y los titularesde aquellos peridicos. Las caras y voces grabadas de tantos casos clsicos. Me he quedado sentado, concierta aoranza, con la msica en los cascos y con el archivo y el corazn abiertos de par en par. Y hevuelto a sentirme como aquel nio. Con la misma carne de gallina. Con el mismo miedo que te sobrepasa.Con la eterna pregunta de por qu demonios haces lo que haces con el convencimiento y la tozudez de quealgn da sabrs algo mientras el mundo ordinario y funcional rueda ajeno y burln.

    S que para los ortodoxos del ovni es curioso que los haya en todas las materias heterodoxas pornaturaleza empezar un libro sobre un siglo de misterio de este modo puede ser poco menos que unahereja anticientfica. Y as es.

  • Aqu est mi historia. La que tanto he recordado componiendo este libro. Quiz tambin la de muchosotros que ahora me estn leyendo.LA ESPANTOSA VIVENCIA DE JEAN CLAUDE S.

    El 5 de enero de 1976, hacia las 18 horas, un chico de diez aos, Jean Claude S., jugaba con suscompaeros al lado de su casa.

    De repente oy un largo silbido. Dirigiendo su atencin hacia el lugar de donde proceda el ruido,vio posado en el suelo un aparato inslito, muy luminoso y en forma de cono, emitiendoregularmente resplandores multicolores. Este objeto se serva de cinco pies para apoyarse. Sinembargo, apenas el joven muchacho se dio cuenta de su presencia, cuando una portezuela se abri enun lado del aparato y de ella sali un hombre de gran tamao. Dicho hombre iba vestido con unaespecie de mono brillante y sus largos cabellos rubios caan sobre sus espaldas. Descendi delaparato y se dirigi al muchacho con los brazos extendidos. Lleno de pnico, Jean Claude S. marchcorriendo, sin osar volverse, hasta su casa. De esta manera la observacin qued interrumpida eneste punto.

    Foto 1.Este es el descampado donde el ser se aproxim a Jean Claude S. Muy lejos de Domen, enVitoria, otro nio, tambin de diez aos, se aterrorizaba con solo ver esta foto. (Comisin Ouranos.)

    No pude dormir. Oficialmente aquel da de finales de octubre de 1983, a travs de esas lneas escritasen un libro de un francs llamado Pierre Delval, descubr el asunto que nos ocupa. Y fue traumtico. Mepas, pens, por leer lo que no deba.

    Para ms inri, el desgraciado Jean Claude al da siguiente volvi a ver al ser, que se le acerc delmismo modo, con los brazos extendidos. So unas cuantas noches, imaginando el rostro de aquel hombresurgido de un cono de luz. Imaginando el terror en aquel nio que no haba sido tan rpido como susamigos y se haba quedado all paralizado por el miedo.

    Lo que ms me asust, sin embargo, fue que la propia gendarmera francesa haba investigado el caso yadjuntaba las fotografas de un paraje de Domen para m era el enclave ms terrorfico del mundo en

  • aquel momento por donde el misterioso individuo se haba acercado a aquel pobre chaval de mi edad.Pero haba algo extrao. Aunque jams me haba interesado este tema, empezaba a recordar, como en

    flashazos, otras historias que se entrelazaban en mi memoria. Era como si aquella lectura hubiesedescerrajado la caja de Pandora oculta en mi cabeza de diez aos. AQ UELLAS NOCHES EN EL MONTE

    Por motivos de los viajes de negocio de mis padres pasaba temporadas en casas de familiares. Estaera una de ellas. Mi to Roberto guardaba con celo, en el desvn, una pequea biblioteca de temasocultos. Ocultos en el sentido metafrico y fsico por lo intrincado del escondrijo donde se ubicaban. Yaquella tarde en la que no haba ido al colegio por unas dcimas de fiebre, oteaba un patio amplio que sedivisaba desde la ventana. Miraba al cielo. Y lo vi claro y misterioso. Ahora mientras escribo, puedo verese cielo otra vez. Como si un horizonte grandioso, a pesar del hormign que lo rodeaba, se hubieseabierto repentinamente. Y sent al mismo tiempo un vaco inmenso de dudas que casi hacan dao y quesaba ya no me iban a abandonar.

    Haba algo que poda con el terror. Era la necesidad de saber. Una curiosidad que notaba subir porcada poro. Algo que, gracias a Dios, sigo sintiendo cada vez que inicio una nueva aventura.

    No me atreva ni a salir de la habitacin. Y era pleno da.Por la noche, bajo el edredn, volv a pensar en Jean Claude S., el nio de mi edad. Qu habra sido

    de l? Vivira? Se sentira an tan aterrorizado como yo al saber de su historia? Habra superadoaquel trauma o se convirti en alguien huidizo, solitario, marcado?

    Demasiadas preguntas para aquel embrin de periodista que daba vueltas en la cama sin ser conscientede que los ovnis se estaban mostrando por toda la regin como nunca antes lo haban hecho. Al mismotiempo me venan a la mente en rfagas, a las puertas del sueo, algunas aventuras de haca unos aos.Experiencias de un tiempo lmite en el que el cerebro infantil selecciona fragmentos y desestima otros.Ahora los comprenda mejor. Haba uno de ellos que resurga con fuerza y claridad. Y me inquietabacomprobar cmo se haca cada vez ms claro. Ms difano. Como si entre aquella oscuridad del cuartose fuese desempolvando el archivo de todos mis recuerdos.

    Vea a mi propio to, aficionado desde siempre a estas temticas, y vea a mis padres y otros amigos.Tena cara de preocupacin y, entre las sombras, sealaba a un lugar concreto. Eran finales de los setentay yo deba contar con unos seis aos. En el norte, sin duda por la influencia de los reportajesperiodsticos de J. J. Bentez, haba un clima de curiosidad generalizada por el misterio ovni que calabamuy hondo en todas las capas sociales. Luego supe que hubo casos que motivaron la idea de salir almonte simplemente con la idea de escrutar aquellos cielos fros y estrellados. De hacer guardia por lassolitarias poblaciones de Zumelzu, Trespuentes, Santa Cruz de Campezo o Armentia, con los focos de loscoches abriendo poco a poco los caminos dormidos. Eran experiencias que yo haba vivido all, casicomo un polizn que no se enteraba de nada y al que, inconsciente, le diverta todo aquel movimiento.

    Pero en algunas de esas rondas parte de mi familia se llev un susto inolvidable. Algo que solo muy decuando en cuando hemos vuelto a recordar. Unos pasos en el monte, unas luces formando un tringulo...,ecos de un tiempo que siempre he intentado vislumbrar de nuevo exprimiendo la memoria y sinconseguirlo del todo.

    Solo hay una imagen clara: en plena oscuridad mi primo Roberto Prez, mi hermano mayor, me cogapor la espalda y me tiraba al suelo. En el cielo se vea algo. Y todos decan: Mirad all!

    Eso no se olvida nunca.Siempre he maldecido no haber vivido todos esos acontecimientos con algo ms de edad y cordura. El

    disco duro de mi cabeza falla, y en lo ms profundo del sistema, sin duda alguna, residen todo un racimode vivencias que noto que han influido en mis pasos posteriores.

    Quizs algn da sepa por qu.

  • UNA REVELACIN

    Mi to Javier tena un tico muy luminoso desde el que se vea el cielo. El peridico estaba sobre lamesa de su despacho. Estaba solo y entr. Le el titular. Entonces volv a sentir aquello con la fuerza deun puetazo en la boca del estmago. Me qued sin aire.

    Ayer cientos de vitorianos observaron un OVNI sobre la ciudad.

    No s si llor en el balcn. Creo que s. Senta una extraa soledad. Acto seguido, como en un impulso

    que nada en el mundo podra frenar, arranqu las hojas cuadriculadas de mi viejo cuaderno Centauro enel que haca los deberes. Y convert aquellos folios de redacciones y sumas de fracciones en un limpio,ufano y voluntarioso cuaderno de campo. El primer lugar donde anotar lo que haba ocurrido en mipropia ciudad. Y escrib y escrib durante toda la tarde hasta que se puso el sol. Pens que aquello nopoda ser una simple casualidad.

    Pocos das despus Roberto Prez hijo me alargaba con una sonrisa otra pieza clave para la vida deeste reportero. Unos fascculos azules titulados El mundo de los ovnis y un librito marrn con algoparecido a un dos caballos, siendo perseguido por un impresionante disco volante. Se titulaba 100.000kilmetros tras los ovnis.

    Durante semanas creo que apenas habl con nadie. Me encerr en aquella informacin hertica. Eracomo si definitivamente otro mundo se abriese ante mis ojos. No haba cumplido diez aos y estabaseguro, completamente seguro, de que esa sensacin no me iba a abandonar nunca. Luego, con el tiempo,he conocido cientos de investigadores y divulgadores del misterio. Y cientos de aficionados. Vea enellos diferentes motivaciones ms o menos explicables. Afn de notoriedad, afn de ttulos inexistentes,afn de hacer algo distinto. Algunos, muy buenos profesionales y buenos amigos. Excelentes personasmuchas de ellas. Pero ninguna tena el espritu del hombre que haba firmado aquel libro. Yo no saba silos extraterrestres existan o no, si todos aquellos casos eran reales o no. Solo saba que aquel hombre ysus sentimientos eran verdad. Eran una verdad tan rotunda que haca dao. Aquel reportero se llamabaJuan Jos Bentez y persegua a los ovnis a lo largo y ancho de la Pennsula a pecho descubierto y sinred.

  • Foto 2.Oleada ovni sobre lava. Los ovnis se ven con frecuencia en lava. Los ltimos seis das hansido razn de ello. Ovnis, apagones, destrozos magnticos, etc. As comenzaba mi primer escrito sobre

    los ovnis que se estaban dejando ver en mi regin.

    Descubr entre aquellas lneas que lo que ms me emocionaba no eran los casos en s. Haba algo ms;un latido, un impulso que era el del propio, solitario, errante y algo atormentado Juanjo. Y esa actitud noera pose como en otros. No era estrategia como otros los que no llegaban a esa verdad le achacaban.Era algo que iba ms all. Que solo muy adentro poda saberse en su esencia. Y aquel nio la senta tanfuerte que temblaba.

    A los pocos das coga una bicicleta de carreras y una libreta que an guardo y me iba a entrevistar alos diversos testigos de los casos que casualmente se estaban produciendo por la zona. Cuandopedaleaba me senta como crea deba sentirse aquel Quijote con su Seat 124 azul que persegua a losovnis a travs de sus reportajes en La Gaceta del Norte.

    Y resoplaba y me senta tremendamente feliz. Y libre.En aquellos momentos soaba con conocerle algn da. Y con tener coche para poder reventarlo a

    kilmetros en las carreteras en busca de tantas preguntas para las que nadie tena respuesta.Recuerdo ahora y no puedo evitar sonrer la cara de algunos testigos de casos que se incluyen en

    esta extensa obra. Es decir, incidentes que ya han pasado a nuestra historia de la ufologa. Se quedabancon la boca abierta al comprobar que el entrevistador era un nio que casi no llegaba al silln.

    Hice mi primera investigacin y volv a sentir lo mismo que el da que descubr la historia de Jean

  • Claude S. Exactamente lo mismo. Saba que aquella no iba a ser la ltima. Y que nadie se interpondra enel deseo supremo se saber algo ms de este misterio. Y en poder contarlo.

    Casi han pasado veinte aos y ahora ese nio se dirige a todos ustedes para mostrarles en este extenso

    dossier un trabajo titnico que cost aos aquellos casos que, por derecho propio, han construidonuestra apasionante, inimitable y genuina historia ufolgica. Incidentes que son fechas, datos, nombres ypersonas, pero tambin miedos, alegras, gritos y emociones inolvidables. En muchos de ellos huboaventuras vividas en primera persona y experiencias imposibles de borrar. En otros bast con mirar unavieja foto. Con adivinar un paraje o una expresin. Esa expresin de los que de verdad han visto elmisterio.

    No s si por fortuna o desgracia, a estas alturas de trayecto, las dudas de aquel primer da continantan vivas como entonces. Pero a cambio de seguir con esa falta de evidencias, la investigacin decorazn me ha premiado con creces. Mi rincn del alma donde se guardan los momentos dignos estrepleto por haber conocido a tanta gente limpia de espritu y tantas sensaciones. Por tantos lugares en losque contemplar el entorno, tantas letras maravillosas y tantos silencios en el camino.

    Ese es el verdadero y nico tesoro de el que busca[*]. Ese que nadie puede comprar ni vender. Elque nunca te podrn arrebatar.

    Ojal entre alguno de estos doscientos cincuenta sucesos, entre alguna de estas centenas de fotografas,otra persona encuentre a su Jean Claude S. particular y llegue a sentir algo parecido que le impulsehacia delante. Sin rumbo fijo y con pocas evidencias en su faltriquera, pero siempre hacia delante a labusca de su propia esencia.

    Entonces, inexorablemente, la historia, esta maravillosa historia, se repetir..., porque as parece estarescrito en algn lugar.

    En Madrid, amaneciendo a las 7:32 del 6 de marzo de 2002.

    * Iker significa en euskera el que busca; su raz proviene de ikertzen, investigar o el queinvestiga. Conste que Pedro y Mara, cuando un 10 de enero de 1973 me lo pusieron, lo ignoraban porcompleto. La noticia me la dio por telfono hace aos un buen amigo del Diario Vasco. Entonces recordcmo un japons, sobrevolando los desiertos de Per en un viaje infernal, me confes que en su idiomatambin significaba algo as como ir a por ello, una accin decidida. Y me gust.

  • CAPTULO 11947-1953

  • Ya estn aqu

    EL 24 DE JUNIO DE 1947 el norteamericano Kenneth Arnold avista desde su avioneta nueve discos voladores sobreel monte Rainer, en el estado de Washington. A partir de esta fecha, el trmino platillo volante se haceuniversal. Hasta entonces, en la Espaa de la posguerra las noticias sobre objetos volantes desconocidospasan inadvertidas para los medios de comunicacin. Sin embargo, en julio de 1947 dos peridicosregionales ofrecen una sensacional noticia: extraos artefactos han sobrevolado la Pennsula, dejando asu paso miles de interrogantes. Tras este informe llegaron otros casos sorprendentes que causaran ungran impacto social.

    Haba comenzado la era moderna de los ovnis en Espaa.DISCOS VOLANTES SOBRE LA PENNSULABalazote (Albacete) y Azpeitia (Guipzcoa), julio de 1947

    El peridico Albacete fue el primero en ofrecer informacin sobre un grupo de vecinos que haban

    sido testigos del paso de un platillo volante. Los hechos ocurrieron en los primeros das de julio de1947 en la comarca manchega de Balazote (Albacete). Varios campesinos se dirigieron al diario trasobservar el vuelo lento y silencioso de un aparato oscuro, parecido a un sombrero hongo, queatraves a las siete de la tarde varias localidades cercanas. La noticia caus gran expectacin en toda laprovincia, aunque jams salieron a la luz los nombres de los implicados en la extraa historia.

    Foto 1.1.Paraje de Balazote (Albacete) donde se produjo el primer avistamiento en Espaa de unplatillo volante. (L. Fernndez.)

    El ovni de Balazote era opaco y sin brillo, muy diferente al observado el da 15 en Azpeitia(Guipzcoa). All fueron seis los testigos del paso de un disco muy brillante que dej una estela trasdescender rpidamente hacia unos montes cercanos. Cuando pareca que el objeto iba a tomar tierra,volvi a elevarse a gran velocidad hacia el firmamento. Segn aclararon las pesquisas efectuadas

  • dcadas despus por jvenes y entusiastas uflogos del lugar, el platillo de Azpeitia emiti variosflashazos que hicieron que todos los valles se iluminaran como si fuera pleno da. Varios pescadoresde Fuenterraba tambin vieron esa noche una especie de disco volante que atravesaba el cielo a granvelocidad. Manchegos y vascos fueron los primeros en denunciar la presencia de platillos volantes ennuestros cielos, pero el fenmeno se iba a extender por todo el pas. Los sucesos ms sorprendentes anestaban por llegar.

    Foto 1.2.Varios rotativos publicaron la noticia del platillo de Albacete.

    LO VIO UN ESTUDIANTEMontequinto (Sevilla), julio de 1947, 18:00 horas

    Jos Villalobos Cuadra, joven estudiante de medicina, se encaminaba como cada tarde a un campo de

    olivos cercano a la barriada de Montequinto, en el trmino municipal de Dos Hermanas (Sevilla). Latranquilidad all reinante converta el lugar en un rincn de estudio ideal para universitarios como Josque, inmerso en sus tareas, se aislaba del exterior.

    Sin embargo, aquella calurosa tarde de verano algo cambi. Al alzar la vista pudo observar frente a l,al otro lado de la carretera Sevilla-Utrera, un misterioso objeto esfrico de aspecto metlico rodeado deun anillo que sobrevolaba los olivos emitiendo un insistente zumbido. El artefacto se encontraba atrescientos metros del estudiante, realizando en su ascenso giros similares a los de un sacacorchos, ensentido contrario a las agujas del reloj.

  • Foto 1.3.El ovni de Montequinto (Sevilla) ascendi hacia los cielos en espiral. (Ruesga.)

    Al cabo de unos segundos, desapareci en direccin sureste sin dejar rastro alguno en el lugar delavistamiento.

    Aos ms tarde, Jos Villalobos declarara: Despus de mirarlo, continu estudiando normalmente,pues me dije: Otro platillo de los que habla la prensa!.

    EL SUSTO LO LLEV A LA TUMBAGarganta la Olla (Cceres), noviembre de 1947

    Las gentes de la comarca de La Vera, en Garganta la Olla (Cceres) se vieron asediadas en los ltimos

    das del ao por una serie de fenmenos inexplicables que les llenaron de inquietud y temor. Las visionesde luces surcando los cielos venan repitindose desde haca meses, pero fueron las experiencias de dospastores, Teodosio Gmez y Jos Pancho Campo, las ms sorprendentes.

    El primero de ellos asegur haberse topado con un gigantesco ser cubierto por negros ropajes en unsolitario paraje conocido como La Tortiosa. El presunto humanoide avanzaba y se detena al mismotiempo que el testigo, actitud que provoc el pnico del campesino extremeo, que finalmente opt porhuir hacia el pueblo para contar su tenebrosa vivencia y alertar a sus convecinos. La extraa figuracomo de mujer sobrepasaba largamente los dos metros de altura.

  • Foto 1.4.Tena patas como los chivos, dijo Jos Pancho Campo al referirse al ser que lesorprendi en su cobertizo de Garganta la Olla (Cceres) en noviembre de 1947. (Iker Jimnez.)

    Das despus, Jos Pancho Campo se top con un ser muy similar en la entrada de un cobertizoexistente en los montes que circundan el pueblo. Tras observar durante unos instantes a la enigmticafigura, comprob que sta tena unas extremidades parecidas a las patas de un chivo. El cabrero comenza chillar hasta que la extraa aparicin huy del lugar con gran rapidez. El testigo enferm tras elencuentro; perdi la vitalidad y falleci quince aos despus de haber padecido durante todo ese tiempodolencias crnicas. Otros muchos vecinos de la localidad, como Francisca Gmez, aseguraron habervisto tambin en aquella poca luces esfricas. Opina, como todos en el pueblo, que Jos muri tras suencuentro con el personaje de negro.

    IBA A 1.800 POR HORAAerdromo de Villafra (Burgos), 29 de marzo de 1950, 12:00 horas

    La torre de mando no haba recibido la comunicacin de la llegada de un trfico a esa hora, algo que

    extra visiblemente al sargento de transmisiones Ruiz Gmez y a sus acompaantes, el capitn jefe delos servicios meteorolgicos y el oficial de teletipos. En el exterior se poda escuchar un fuerte silbidometlico que, a medida que transcurran los segundos, fue aumentando en intensidad. Todo parecaindicar que un avin estaba iniciando la maniobra de aterrizaje.

    Instantes ms tarde, la sorpresa fue mayscula. Frente a ellos se haba situado un objeto desconocido,de caractersticas semejantes a las modernas alas volantes. El artefacto continu acercndose a la torrede mando hasta situarse sobre la vertical de la misma. Tras realizar esta operacin, vir en direccin estea una velocidad vertiginosa. De hecho, los instrumentos del aerdromo pudieron registrar que el objetose desplazaba a casi 1.800 km/h., tres veces ms rpido que los cazas de la poca, y a una altitudcomprendida entre los 500 y los 1.000 m.

  • Fig. 1.5.Los instrumentos del aerdromo registraron que el artefacto se desplazaba a una velocidadde 1.800 km/h.

    De este modo, qued de manifiesto que lo observado aquel da de marzo en el aerdromo de Villafra(Burgos) no haba sido ningn aparato convencional conocido. Este fue uno de los primeros informes quedieron lugar a la oleada de avistamientos en todo el territorio espaol durante marzo y abril de 1950.

    LOS TIETES CSMICOSVillares del Saz (Cuenca), 1 de julio de 1953, 14:00 horas

    Mximo Muoz Herniz, pastor analfabeto de trece aos, se encontraba en un paraje a las afueras delpueblo conocido como La Islilla al cuidado de un grupo de vacas. Un silbido muy agudo, semejante alruido de un globo grande al desinflarse alert al muchacho. Tras darse la vuelta, descubri algoparecido a una tinaja con cuatro patas que haba tomado tierra a un metro escaso del lugar donde seencontraba. El artefacto, cuya superficie era griscea, o tal vez metalizada, tena una altura aproximadade un metro y medio y una anchura de unos treinta centmetros.

    Mximo, realmente intrigado, se aproxim decidido al aparato, pero segn confes a Jess Sotos,redactor del diario conquense Ofensiva, tuvo que retroceder porque de la tinajeta se abri una puerta enla parte de arriba y comenzaron a salir tietes (hombrecillos o enanos).

  • Foto 1.6.As vio el ilustrador del diario Ofensiva, Luis Roibal, el encuentro de Villares del Saz(Cuenca).

    Tres seres, de unos setenta centmetros de estatura, tez cetrina y ojos rasgados, haban rodeado alpastorcillo. Segn confes el testigo, los tres humanoides se comunicaban en un lenguaje extrao eincomprensible. Iban vestidos con un mono azulado y llevaban una especie de visera chata. Uno de lostietes se acerc hasta Mximo y le propin una bofetada en la cara. Fue un toque leve pero que lesirvi al testigo para comprobar que el ser tena la mano helada y reluciente.

    Tras permanecer unos segundos observando el paraje, los tres tietes se agarraron a una cosa que latinaja llevaba arriba y, dando un saltete, se metieron dentro. En ese instante, el testigo comprob quellevaban una chapa redonda en el brazo. A los pocos segundos, el ovni comenz de nuevo a emitir elextrao silbido. Presa del pnico, Mximo huy hacia su domicilio viendo cmo la tinaja se elevaba agran velocidad, sin dejar ningn tipo de estela, hasta convertirse en un minsculo punto en el cielo.

    HUELLAS Y FOTOGRAFAS

    Segn confesaron los padres del testigo, Amalia Herniz y Felipe Muoz Olivares, el muchacho lleg asu casa llorando y presa del histerismo. El padre se present en La Islilla acompaado del jefe de puestode la Guardia Civil. Ambos pudieron comprobar que all haban quedado grabadas varias pisadas comode nios y cuatro huellas cuadradas de cinco centmetros de profundidad por dos y medio de ancho.

    Foto 1.7.Los integrantes del campamento Cardenal Cisneros descubrieron pequeas pisadas ycuatro huellas en el lugar del aterrizaje.

    Investigaciones posteriores revelaron un curioso dato. Ese mismo da, el guardia civil CrescencioAtienza Martnez vio un objeto ovoidal y plateado volando en las cercanas de Villares del Saz (Cuenca)a gran velocidad. Unos das antes, concretamente el 26 de junio, varios testigos de la aldea de ElProvencio, a cincuenta kilmetros de Villares del Saz, observaron las evoluciones de un objeto ovoidalcon los bordes plateados que se desplazaba a gran velocidad hacia el norte, en direccin a Villares. Uno

  • de ellos, Manuel Carlos Ruiz Schick, logr obtener dos fotografas del misterioso aparato.

    Foto 1.8.Manuel Carlos Ruiz Schick tom dos fotografas de un objeto resplandeciente y ovoidalque se diriga en direccin a Villares del Saz (Cuenca). Era la tinaja que despus aterriz en La

    Islilla?

    Aos despus se ha podido saber que Fernando Garca Aragn y el reverendo Antonio Burnes,directores del campamento de flechas Cardenal Cisneros, ubicado en las cercanas, comprobaron laexistencia de pequeas pisadas y marcas profundas en el terreno donde el pastor asegur haberpresenciado el desembarco de los que bien podramos denominar tietes csmicos.

  • CAPTULO 21954-1956

  • Materiales de otros mundos

    LOS PLATILLOS VOLANTES comenzaban a ser tema de tertulia en los atardeceres de ciudades y pueblos espaoles. Eneste perodo aflorar la primigenia literatura sobre ovnis, que mezclaba las ms extravagantes teoras. Afinales de 1954, la extraa odisea del enfermero Alberto Sanmartn y el hallazgo de lo que pareca ser unobjeto de otro mundo en plena Ciudad Universitaria de Madrid constituiran autnticos acontecimientossociales. El posterior descubrimiento de extraos restos metlicos en Irn, tras la visin de un ovni y elencuentro con tripulantes en diversos puntos del pas, aportaron dosis de intriga para convertir aquellustro en un perodo especialmente convulso en nuestra ufologa. AUDAZ DESPEGUE EN LA CURVA DEL OBISPOrdenes (A Corua), 1 de noviembre de 1954, 22:45 horas

    Una inoportuna avera de la caja de cambios hizo que Gonzalo Rubinos Ramos, chfer de la Jefatura

    Provincial del Movimiento, dejara el vehculo oficial a un lado del sinuoso camino entre Santiago deCompostela y A Corua conocido como la Curva del Obispo. Comenz a pasear por la cuneta esperandola llegada de algn vehculo cuando percibi a los pocos segundos la presencia de una luminosidadapagada que surga de una vaguada a unos cuatrocientos metros de distancia. Repentinamente, oy unfortsimo zumbido al tiempo que la luz se haca ms intensa. Los perros de algunas casas de campocercanas empezaron a ladrar inquietos, y el testigo decidi desandar su camino.

    Fig. 2.1.Croquis de lo sucedido en la Curva del Obispo, muy cerca de rdenes (A Corua). (Dibujode Rey Brea.)

    Segn confes el asustado conductor al investigador gallego scar Rey, dentro de aquella luz habaalgo parecido a un gran blido, algo como un quiosco gigantesco que se elevaba emitiendo un sonidoparecido al de un potentsimo cohete. El objeto, de unos diez metros de dimetro, pareca flotar a ras de

  • suelo y, segn confes Rubinos, su luminosidad plateada lo ceg todo hasta que se elev rpidamentehacia el cielo. El testigo, lleno de inquietud y sin apenas poder sostenerse, corri hacia el coche y cogiel rosario como eventual proteccin ante lo que haba visto. Fue encontrado por sus compaeros RafaelCarollo y Juan Pardo, que acudan a remolcar el automvil tras tener noticias de la avera. Posteriorespesquisas de scar Rey descartaron la posibilidad de que lo observado por Gonzalo Rubinos fueseprovocado por algn cortocircuito en el tendido elctrico o en algn transformador cercano, tal como sesostuvo en un principio.

    LA PIEDRA DE SANMARTNMadrid, 17 de noviembre de 1954, 4:10 horas

    Un repentino dolor de muelas despert aquella madrugada a Alberto Sanmartn Comes, enfermero de

    treinta y siete aos que ejerca como ayudante en el sanatorio madrileo de Las Flores. El extrao sistemautilizado por este hombre para aliviar su molestia consista en andar por las solitarias calles de la capitalde Espaa. Era un remedio que ya haba utilizado en otras ocasiones.

    La larga caminata le fue llevando hasta los amplios descampados que bordeaban la CiudadUniversitaria. Cuando ya se senta mejor y se dispona a regresar, vio a alguien que se encontrabainmvil junto a la barandilla de un viejo puente. Algo en aquel hombre sobrecogi a Sanmartn. Quiz suextrao atuendo, una especie de uniforme como el mono utilizado por los aviadores, de un color grisoscuro, de una sola pieza y sin aberturas. Sus facciones eran finas, meda aproximadamente 1,63 m deestatura y su lacio cabello rubio, casi albino, estaba peinado a lo paje.

    Fig. 2.2.El hombre del mono gris esper a Sanmartn junto a un puente en los descampados de laCiudad Universitaria de Madrid.

    El asustado enfermero comenz a aproximarse a grandes pasos hacia aquel ser que le contemplaba conenigmtica sonrisa. Sanmartn, como si no fuera dueo de su voluntad, se aproxim hasta situarse frente al. En un rpido giro, el humanoide fue resbalando por el terrapln que se encontraba bajo el puente paraacercarse a un pequeo artefacto oscuro de unos tres metros de dimetro que estaba posado en la

  • vaguada. Era un objeto metlico con forma de disco. A los pocos segundos, el hombrecillo del monoascendi con facilidad por el pequeo barranco y volvi a situarse ante Sanmartn, que continuabaenmudecido ante el espectculo del que estaba siendo testigo.

    Foto 2.3.Sanmartn muestra la piedra del espacio al reportero Arcadio Baquero.

    El misterioso ser extendi su mano, que era muy plida pero de apariencia normal, para entregarle unapequea piedra rectangular de doce centmetros de longitud y cuatro de ancho. Seguidamente, volvi adescender hacia la hondonada para introducirse en el disco. En un instante, aquel artefacto silenciosocruzaba el firmamento en diagonal.

    DE MARTE A MADRID

    Marte coloca en Madrid su primera piedra, titul el rotativo madrileo El Alczar, en su edicin del5 de febrero de 1955, la extraa aventura del enfermero. Con la piedra del espacio entre las manos,Sanmartn explicaba al avezado reportero Arcadio Baquero cmo el rostro de aquel hombre irradiababondad, serenidad y firmeza.

    Durante varios das, la sensacional noticia acapar grandes titulares en la prensa de la poca, y fueBaquero, el descubridor de la primicia, quien finalmente se hizo con el preciado obsequio de otromundo con el fin de que fuese analizado por los ms prestigiosos especialistas.

    La piedra de Sanmartn era porosa, de color rosado y, a primera vista, semejante a la piedra pmez deorigen volcnico. En una de sus caras aparecan grabadas nueve enigmticas inscripciones, smbolos enlos que muchos vieron el deseado mensaje de un lejano planeta a la Tierra.

  • Foto 2.4.Primera noticia del contactismo espaol, reproducida en la edicin del 5 de febrero de1955 del rotativo El Alczar.

    Mucho ms pragmtico, Arcadio Baquero se apresur a dejar aquel material en disposicin delafamado especialista en mineraloga y profesor de la Universidad de Madrid Pedro Bayn GarcaCampomanes, quien tras hacer un primer anlisis al extrao hallazgo en las dependencias del Museo deCiencias Naturales dictamin que la piedra era un bloque de carbonato clcico teido por algo parecidoal permanganato potsico. Tras realizar las primeras pruebas, Bayn dijo que es rara la piedra, desdeluego. Parte de ella es soluble y otras zonas no lo son; por otra parte, tiene un sabor salado sin quecontenga sales. Qu cosa ms extraa! [...] De qu estar hecho esto?

    Ante las interrogantes sobre la composicin de la piedra, el reportero, intentando averiguar el lenguajeque expresan los dibujos grabados en ella, decide entregrsela a Joaqun Mara de Navascus,catedrtico de epigrafa de la Universidad de Madrid y director del Museo Arqueolgico. Tras unconcienzudo examen de la presunta escritura aliengena, el doctor afirm que ...hay signos que recuerdana los griegos y a los egipcios, pero muchos de ellos son desconocidos. El ms claro es el que representaal planeta Saturno geometrizado, el de la esfera atravesada por una lnea oblicua. Hay otro con tres rayasque se asemeja a la representacin del agua en el Antiguo Egipto. Otro podra identificarse en la culturagriega como el que simboliza la barca de Caronte, aquella que transportaba a los muertos.

  • Foto 2.5.El prestigioso minerlogo Pedro Bayn efectuando las diferentes pruebas con el extraomaterial.

    Tras estos anlisis previos, la piedra volvi a manos de Alberto Sanmartn, convencido de que nadiepoda hallar el significado y procedencia de su regalo ultraterreno. Poco a poco, la noticia fueolvidndose, y tan slo algunos entusiastas de los temas ocultos, como el empleado de telgrafosFernando Sesma, fundador de la Sociedad de Amigos del Espacio BURU, o el sacerdote SeverinoMachado creyeron ver en ella un mensaje que guardaba el conocimiento de las civilizacionesinterplanetarias.

    Foto 2.6.Una copia exacta de la piedra de Sanmartn realizada por el investigador David Guerrero.

    Tras fragmentar algunas partes de la piedra, Sanmartn desapareci con su preciado obsequioponiendo rumbo a Brasil. No se volvi a saber de l hasta 1977, cuando escribi un libro titulado Elembajador de las estrellas, donde el enfermero daba su versin de lo sucedido y aportaba un nuevo ydetallado anlisis en el cual se demostraba que la piedra estaba compuesta de corindn, calcita,magnesita deshidratada, carbonato de aluminio, silicato de calcio y plata, entre otros.

  • Datos que apenas nada descifraban en torno a esta misteriosa historia, la primera que se difundi enEspaa sobre un supuesto contacto con extraterrestres.

    INVENTARIO DE OTRO MUNDOAltos de Gainchurizqueta (Guipzcoa), 6 de diciembre de 1954, 7:25 horas

    Juan Martnez Portols, un obrero de la construccin de veintisis aos, se diriga en bicicleta a su

    trabajo en la localidad guipuzcoana de Rentera. Era una madrugada lluviosa y fra, razn por la cualviajaba cerca de la cuneta con la luz encendida. En una de las curvas de ascenso al puerto de Altos deChainchurizqueta enfoc algo voluminoso que se desplazaba a gran velocidad por el centro de la calzaday en su misma direccin. El objeto despeda una luminosidad amarillenta que se fue apagando hastadesvanecerse en la oscuridad. Muy intrigado, el testigo continu pedaleando hasta una curva cerrada,donde se top de frente con el ovni. Tena la forma de un paraleleppedo rectangular, de unos cuatrometros de base por tres de altura. En una de sus caras era visible un foco tenue que iluminaba el cercanocasero Loidi-Berri. Ante la extraa visin, Portols opt por huir a gran velocidad. A los pocos minutos,el capataz de la obra inspeccionaba el terreno y encontraba un rea extensa de vegetacin aplastada yvarias pisadas hechas por un pie de gran talla (aproximadamente, un 52). En el lugar exacto del aterrizajetambin se hallaron unas pequeas piezas metlicas de cinco centmetros de longitud semejantes alaluminio, de forma curva, y seis milmetros de espesor. Junto a ellas haba un muelle engrasado, de unosveinte centmetros, que se estiraba con facilidad hasta alcanzar ms de dos metros y que, como el restodel lote, se encuentra actualmente en paradero desconocido. Varios meses despus, el camionero FlixGalarraga, acompaado de los vecinos Miguel Irazusta y Martn y Miguel Arraspio, observ en el mismolugar, y muy cerca de una cantera de pizarra, el descenso de un objeto rojizo de tres metros de dimetroque, tras permanecer unos segundos en tierra, desapareci del lugar elevndose en vertical a granvelocidad.

  • Foto 2.7.Juan Martnez examina los restos hallados en el lugar donde se encontr con una extraanave.

    LOS HOMBRECILLOS QUE SALUDABANGranja de Torrehermosa (Badajoz), agosto de 1956,14:00 horas

    Quince muchachos de entre cinco y nueve aos de edad, que se encontraban jugando al ftbol en un

    descampado al este de la localidad pacense de Granja de Torrehermosa, detuvieron su actividad al or unestruendoso zumbido que provena del cielo. Al levantar la vista, pudieron comprobar cmo un objetocon forma de obs sobrevolaba el lugar a una velocidad impresionante. A unos quinientos metros, el ovnirealiz una maniobra y fren bruscamente para descender hasta quedar esttico a unos tres metros delsuelo. Era un artefacto de unos cuatro metros de largo que se estrechaba en su parte delantera formandouna carlinga acristalada semejante a las de los aviones militares. Buena parte de la pandilla de jvenescorri presurosa hacia el pueblo para avisar a los adultos, mientras los ms aventureros permanecan enel lugar observando el fenmeno. Al llegar el grupo principal, al que se haban unido varias personasmayores, decidieron aproximarse an ms a la nave. Cuando se encontraban a unos cincuenta metros,vieron moverse en el interior de la cabina de mando dos siluetas verdosas que parecan tener unaprotuberancia en forma de antena sobre sus cabezas. Al unsono, los adultos comenzaron a saludar a losvisitantes, tras lo cual los pequeos humanoides respondieron con extraos ademanes. La emocin delgrupo hizo que decidieran acercarse, pero el ovni, como adivinando sus intenciones, emprendi el vuelocon una fantstica aceleracin que le hizo perderse de vista en apenas un segundo, como an recuerdaCarlos S., uno de los nios que por entonces tena cinco aos y que fue testigo de aquella inslita einolvidable visita.

    Foto 2.8.El encuentro de Granja de Torrehermosa se hizo popular y se difundi en variaspublicaciones, incluido un cmic para nios.

  • CAPTULO 31958-1965

  • Algo flota sobre Espaa

    LOS PROGRESOS CIENTFICOS en el mbito de la investigacin espacial, encarnados en los primeros satlites y sondasespaciales de soviticos y estadounidenses, haban hecho que todo el mundo mirara hacia el cosmos conintriga y expectacin. Espaa no era una excepcin, y a travs de los principales medios de comunicacinse seguan con inters las primeras exploraciones del espacio. Al mismo tiempo, como reclamando partedel protagonismo popular, los objetos voladores no identificados, e incluso sus presuntos tripulantes,iban a mostrarse en pleno da y de un modo rotundo. Los habitantes de ciudades y regiones enteras seconvertan en asombrados testigos del gran enigma.EL OVNI EN LLAMASSant Jordi Desvalls-Cervi de Ter (Girona), octubre de 1958, 19:00 horas

    La jornada laboral haba sido dura para Jos Luis Angel. El da tocaba a su fin y se diriga animadohacia su casa, en la capital gerundense. A la altura del ro Ter, fren en seco. Algo anormal estabasucediendo en el cielo. Como surgido de la nada, un potente foco blanco se aproximaba al pinar cercanoa la carretera, descendiendo a gran velocidad. Tras alcanzar la espesa arboleda, los destellos quedesprenda el misterioso artilugio desaparecieron. Las caractersticas que presentaba el objeto hicieronpensar a Jos Luis en la posibilidad de que un avin en llamas se hubiera estrellado, a pesar de nohaberse escuchado el sonido del impacto. La curiosidad hizo que el testigo se adentrara en el bosque a labsqueda de los supuestos restos del siniestro. Lo que encontr le dejara estupefacto. Frente a l, unobjeto ovoidal de color semejante al aluminio apareca suspendido a cuatro metros del suelo. Tena undimetro aproximado de ocho metros y una altura de dos y medio. En la parte superior, una pequeacpula transparente dejaba a la vista formas semejantes a nervios metlicos y emita un sonidosemejante a un zumbido, como si fueran toberas que lanzasen un fortsimo chorro de aire.

    Foto 3.1.Representacin del encuentro de Jos Luis Angel en Cervi de Ter.

  • La sorpresa ms impactante an estaba por llegar. A poca distancia del ovni, dos seres antropomorfosde gran cabeza parecan observar a Jos Luis. Su estatura no era superior a los cien centmetros, y vestanunos trajes oscuros de un material semejante al cuero. Pareca como si estuvieran recogiendo muestrasdel suelo, ante la atenta mirada de un tercer ser que se haba asomado a la cpula del artefacto. Lainquietante escena se alarg por espacio de quince minutos, tras los cuales el ovni y los visitantesdesaparecieron elevndose sobre la negra bveda celeste.ALGO SE POS EN LA TERRAZA...Torroja del Priorato (Tarragona), 6 de enero de 1961, 3:00 horas

    Luis Ferr Casas, tcnico administrativo de treinta y tres aos, se encontraba charlando animadamente

    con sus familiares en la casa de campo que stos posean en la poblacin tarraconense de Torroja delPriorato. El da de Reyes haba transcurrido tranquilo y sin incidentes, pero la noche an guardaba unltimo regalo sorpresa. La voz de alarma surgira en la cocina. Los gritos de la madre de Ferr habanroto la tertulia del saln. Rpidamente, parte de la familia se dirigi a dicha estancia, comprobando elestado histrico de la buena seora que, con su dedo ndice, sealaba hacia la terraza que dominaba esaparte de la casa. En el terreno que se extenda bajo la balconada, y que llegaba hasta un pequeomontculo, haba aterrizado algo. El pavor y la inquietud se apoderaron de los testigos cuandocomprobaron cmo un objeto parecido a una media luna, de aspecto slido y con un borde perfilado ensu centro, se encontraba posado en el lugar emitiendo una luz pulsante muy tenue. El aparato, quepermaneca estacionado en el ms absoluto silencio, tena seis metros de largo por dos de alto. Pasadosunos minutos, Luis Ferr opt por salir al prtico de la casa para aproximarse al misterioso visitante,pero los histricos gritos de su madre impidieron que se aventurara en la noche. Finalmente, traspermanecer durante un tiempo en el balcn, la familia decidi acostarse mientras el ovni permaneca enaquel lugar. A la maana siguiente, el objeto semiesfrico haba desaparecido. No quedaron seales deningn tipo: tan slo la negativa de los perros pointer de caza a atravesar la zona donde el merodeadornocturno haba estado posado.

    Foto 3.2.Aspecto del aparato que aterriz frente a la casa de campo de Jos Luis Ferr.

    UN GIGANTE EN EL ASFALTOArcos de la Frontera-Prado del Rey (Cdiz), 12 de mayo de 1961, 13:00 horas

    El maestro Miguel Timmermans Ceballos viajaba tranquilo en su vieja moto Lambretta aprovechando

  • el excelente tiempo que reinaba en toda la costa gaditana. Al llegar a un cambio de rasante, vio aparecerrepentinamente a un hombre gigantesco que se encontraba en mitad del camino, enfundado en lo quepareca ser un traje hinchado y rojizo compuesto por decenas de anillos que silueteaban su figura.

    Aquel ser se iba aproximando a pequeos pasos por el borde derecho de la carretera hacia el asustadotestigo, que ya haba detenido su motocicleta. El pnico se apoder de Timmermans cuando, tras elprimer ser, surgi un segundo personaje de idnticas caractersticas pero de un tamao mucho msreducido. Los dos humanoides caminaban muy lentamente, como si tuvieran grandes dificultades, y le fueimposible al observador distinguir rasgos faciales u otros detalles de las extraordinarias criaturas.

    Aferrado a los mandos de su motocicleta, Timmermans qued prcticamente paralizado por el miedo.Los dos gigantes enllantados, tras efectuar una docena de pasos en lnea recta, cruzaron el asfalto endiagonal y desaparecieron entre la maleza.

    El testigo asegur que se esfumaron en la nada. Ninguna huella ni marca apareca en el lugar delincidente, donde el aterrorizado maestro huy raudo, convencido de haberse topado con algo que no erade este mundo.

    Foto 3.3.Aspecto del gigantesco ser que sali al paso de Miguel Timmermans en Arcos de laFrontera (Cdiz).

    EL GUARDIA CIVIL QUE TOC UN OVNIBaracaldo (Vizcaya), 20 de mayo de 1964, 7:00 horas

    A mediados de los aos sesenta, el fenmeno ovni no pasaba de ser una curiosidad carente de inters

    para la inmensa mayora. De hecho, la posibilidad de que la Guardia Civil redactara un informe alusivo aeste tipo de fenmenos era un claro referente de la importancia que poda encerrar el caso. Y estosucedi.

  • Foto 3.4.Antoln Fernndez, el guardia civil que toc un ovni. (J. J. Bentez.)

    Marcelino Zurrutuza, agente de la Polica Municipal de Baracaldo, regresaba al hogar dando suhabitual paseo diario. Viva en un viejo casero situado en el camino de la colonia de San Vicente, avarios kilmetros de la ciudad vizcana. Poco antes de llegar, observ la cada a tierra de un artefactoblanco luminoso. Aquel da no pudo entrar en la casa. Junto a sta, un extrao objeto con forma decilindro permaneca esttico sobre el fro asfalto cortndole el paso: era un aparato de aproximadamenteun metro y medio de alto por setenta centmetros de dimetro. Presa del pnico, acudi al cuartel de laBenemrita ms prximo, el de San Vicente. Cincuenta minutos ms tarde, el guardia civil AntolnFernndez Gutirrez se person en el lugar de los hechos junto al primer testigo de los mismos. Lareaccin del nmero fue coger un palo del terreno y golpear levemente el enigmtico aparato, quemostraba a su alrededor una espesa materia espumosa. A cada roce de la madera, la masa que formaba elovni se contraa, como si tuviera algn tipo de sensibilidad. Minutos ms tarde, el artefactodesaparecera sin dejar otro rastro de su presencia en el lugar que los rostros anonadados de los dossorprendidos testigos. Al da siguiente, la Comandancia de la Guardia Civil redactaba uno de losprimeros informes ovni en este pas.

    Foto 3.5.Extracto del informe Baracaldo.

    EL OVNI DE CASTILLA

  • Valladolid-Palencia, 16 de septiembre de 1965, 17:30 horas En la Plaza Mayor de Valladolid haban comenzado a reunirse numerosas personas que fijaban su vista

    en los cielos. A una altura aproximada de 9.000 pies (2.740 m) pareca evolucionar un artefactogigantesco de forma triangular que era totalmente desconocido para las miles de personas que tambin lovislumbraban desde otros rincones de Castilla.

    En ese mismo instante, el piloto civil Heliodoro Carrin sobrevolaba Tordesillas. Eran las 17:35horas cuando, en su pequea radio, sonaban las palabras nerviosas de los controladores del cercanoaeropuerto de Villanubla. Hemos detectado un artefacto brillante y triangular entre las poblaciones deVillanueva de los Infantes y Tudela de Duero..., repetan una y otra vez.

    Con gran arrojo, el piloto se situ a la altura indicada y emprendi rumbo hacia el ovni para vivir unainolvidable experiencia. Me situ debajo del aparato. Era blanquecino y pareca oscilar lentamente,como un pndulo, girando en ocasiones sobre s mismo. Posteriormente, observ la presencia de unreactor DC-8, posiblemente de la lnea Lisboa-Pars, que pasaba muy cerca del tringulo. Era increble[...]; aquello tena una envergadura tres veces superior a la del avin.

    En esos mismos instantes, el padre Antonio Felices, experto en astronoma y sacerdote del monasteriovallisoletano de Arcas Reales, sala al patio central avisado por varios testigos que, atropelladamente,requeran su presencia. Mont de inmediato su potente telescopio con la ayuda de un compaero y sedispuso a mirar por el visor: all apareca un impresionante aparato metlico y triangular que estababambolendose ligeramente de un lado a otro. Calculamos que deba medir un kilmetro cuadrado desuperficie.

    Tefilo lvarez y Francisco Rodrguez, profesores del seminario de Valladolid, que viajaban enmotocicleta hacia la poblacin de Trapa de Dueas (Palencia), tambin fueron acompaados por elmisterioso artefacto. Lo mismo ocurra en poblaciones distantes como Noriaga o Boecillo, dondecentenares de personas salieron intrigadas a las calles y caminos para contemplar el inusual fenmeno.Algunas de ellas, como Nemesio Platn, de setenta y tres aos, o Severiano Gmez, de setenta y cinco, nodudaron en afirmar a la prensa: Sentimos inquietud, pero no miedo [...]. Nos estn acostumbrando acosas tan raras los cientficos!.

    Segn coincidieron todos los testimonios, el objeto desapareci de un modo fulgurante, como si seapagara repentinamente, sumiendo a toda la regin en una comprensible duda: Qu haban tenidosobre sus cabezas durante ms de hora y media? Cmo fue capaz de esfumarse de aquel modo?

  • Foto 3.6.El padre Antonio Felices, en el patio de Arcas Reales (Valladolid), mismo escenario desdedonde se observ el tringulo de Castilla. (Iker Jimnez.)

    La aparicin del ovni triangular produjo un fuerte impacto en la prensa nacional. El corresponsal de larevista Semana, desbordado ante la cantidad de testigos, realiz un clculo sorprendente: trescientas milpersonas haban sido testigos del paso de un artefacto triangular sobre los cielos de la vieja Castilla. Unacifra rcord que volva a colocar el asunto de los ovnis en lo ms alto de la palestra informativaespaola.

    Foto 3.7.Antonio Felices dibuj as lo que pudo observar a travs del objetivo de su telescopioaquel 16 de septiembre de 1965.

    TRES DAS DE AVISTAMIENTOSHuesca, 21, 22 y 23 de diciembre de 1965, 17:15 horas

    El ao 1965 se despidi, ufolgicamente hablando, con un avistamiento mltiple de carcter

    excepcional. Al caer la tarde, centenares de oscenses comprobaron atnitos cmo a no mucha alturaapareca una especie de tringulo equiltero con un potentsimo foco en su centro. El 21 y 22 dediciembre, el mismo aparato se pase por el cielo pirenaico dejando miles de interrogantes a su paso.Confiando que el ovni volviese a aparecer al da siguiente, un equipo de personas compuesto por ngelGari Lacruz, Emilio Gutirrez, Vctor Garcs, Csar Valero y Ramn Abada prepararon un completoequipo fotogrfico a la espera del visitante volador. Y el encuentro se produjo. Un tringulo perfecto,dotado de una gran luminosidad, se pase de nuevo a las 17:15 horas por los cielos de Huesca. Lacmara fotogrfica de ngel Gari y su equipo logr retratar para siempre el paso del ovni, que ya novolvera jams. En las imgenes, apenas es perceptible la forma del artefacto, ensombrecida totalmentepor un poderoso chorro de luz.

  • Foto 3.8.Grupo de imgenes del ovni luminoso que apareci tres das sobre Huesca.

  • CAPTULO 41966-1967

  • Seres de pesadilla

    ALGO CAMBI en aquel lejano 1966. Durante los primeros das de febrero, un supuesto aterrizaje en Madridconvertira el tema de los ovnis en una inquietud y, en ocasiones, en un temor mucho ms cercano alciudadano espaol. A raz de este controvertido incidente, comenzaron a observarse en diversos puntosde la Pennsula extraas entidades que deambulaban en solitario por carreteras y caminos. Adems,ocurrieron sucesos escalofriantes que fueron protagonizados por humanoides de fisonoma monstruosa yactitudes ciertamente inquietantes para todos aquellos que luego contaron su inslita experiencia.EL ATERRIZAJE DE ALUCHE (MADRID)Madrid, 6 de febrero de 1966, 20:00 horas

    Que un objeto volante no identificado aterrice en una gran ciudad es un hecho que se produce en

    contadas ocasiones. La humilde y por aquel entonces solitaria barriada madrilea de Aluche era hace tresdcadas poco ms que unos racimos de edificios diseminados entre inmensos descampados. En una deestas viviendas, la correspondiente al nmero 12 de la calle Rafael Finat, se aseaba tras llegar de sutrabajo el joven Vicente Ortuo. Desde la pequea ventana que daba al exterior de su sexto piso observalgo incomprensible que le llam la atencin de manera inmediata. Un gran disco anaranjado que parecadescender lentamente sobre un solar prximo haba hecho acto de presencia aquella fra tarde en la queya reinaba la oscuridad. El objeto tena diez metros de dimetro y llevaba impreso algo en su parteinferior. Ortuo no pudo identificar los trazos del presunto smbolo, identificando tan solo una manchaentre gris y negra.

    Foto 4.1.Detalle de una de las patas del supuesto ovni que se pos en El Regajal.

    Al mismo tiempo, desde el polgono C de Aluche el guarda Juan Jimnez Daz observ la llegada delmisterioso artefacto que comenzaba a bajar en vertical sobre los terrenos de la finca El Regajal,convencido de que aquello pareca algo de otro mundo. Tambin Mara Teresa Ruiz Torres, un ama decasa que preparaba la cena en un bloque de edificios prximo al lugar, vio ntidamente el ovni. Era

  • semejante a un ojo gigante, declar a los medios informativos al da siguiente.

    Foto 4.2.Varios vecinos sealan las tres huellas del descampado de Aluche.

    Foto 4.3.Jos Luis Jordn Pea afirm un cuarto de siglo despus haber realizado las falsas huellasdel ovni de Aluche. Dice la verdad?

    Pero la persona que tuvo ms cerca este artefacto fue, sin duda, el psiclogo industrial Jos LuisJordn Pea. Aquella tarde-noche regresaba en su Seat 600 desde la colonia cercana de Casilda deBustos tras visitar a unos familiares. Al internarse por las callejuelas sin asfaltar que delimitan elpolgono C de Aluche, observ cmo el aparato discoidal se posaba en el terreno en el ms absolutosilencio. Jordn abri la portezuela intrigado, pensando en un principio que lo que all haba estacionado

  • era algn prototipo procedente del cercano aerdromo de Cuatro Vientos. Al aproximarse hacia elobjeto, ste reemprendi el vuelo elevndose en vertical y mostrando un enigmtico smbolo en su panzasemejante a una lnea recta situada entre dos parntesis abiertos hacia afuera. Ya en el aire, a unos cienmetros de altura, aquel gigantesco disco incandescente desapareci; segn Jordn Pea, como si sehubiera apagado repentinamente.

    A las 20:05 horas, cuatro soldados de un cuartel prximo entraban en el viejo bar Palencia, propiedadde Mariano de las Heras, comentando lo sucedido y presos de una gran excitacin. La alarma en el barriocorri como la plvora y, a primeras horas de la maana del da 7, eran ya varios los grupos de vecinosque se arremolinaban en el solar de El Regajal para comprobar tres extraas marcas impresas en elsuelo: tres huellas con una especie de signo en forma de aspa en su interior que formaban un tringuloequiltero de seis metros de lado. Algo de origen desconocido se haba posado la noche anterior en unsuburbio madrileo; con esa noticia en portada, salieron a la calle varios rotativos de la capital causandoun revuelo difcil de olvidar.EL EXTRAO PASEANTEPunta Carnero (Cdiz), 26 de agosto de 1966, 16:30 horas

    El doctor Jos Juan Rivera haba puesto en marcha la vieja Lambretta. El cielo estaba completamente

    despejado y el calor asfixiante invitaba a salir de la ciudad de Algeciras para recorrer la costa enmotocicleta y fotografiar el estrecho de Gibraltar desde algn lugar estratgico. Con la cmara al cuello,el doctor emprendi la huida de la urbe con direccin a Punta Carnero, a siete kilmetros de su hogar.

    El silencio se apoderaba del lugar conforme continuaba la ascensin a su meta, sin percibir elcaracterstico canto de las chicharras veraniegas ni tan siquiera el murmullo del mar. Inquieto por laextraa situacin, detuvo la Lambretta. Aquello no era normal. El temor comenz a apoderarse de Rivera,que decidi dar la vuelta para regresar a casa. En esos mismos instantes, frente a l y a poco ms decuatro metros de distancia, cruz la carretera un ser de baja estatura que caminaba a grandes zancadas.Ante la posibilidad de que se tratara de un mono, el doctor apoy la moto en un rbol y comenz aperseguir al misterioso paseante. ste continuaba su enigmtica marcha entre la espesa vegetacin. El seriba completamente embutido en un traje negro y caminaba dando botes, con unos brazos extraamentealargados que mantena ceidos al cuerpo. Al cabo de unos minutos, el humanoide desapareci sin dejarrastro. La curiosa aventura pareca haber tocado a su fin. Sin embargo, no fue as. A pocos metros dedonde se encontraba el testigo, en una pequea vaguada, una mquina con forma ovoidal, deaproximadamente quince metros de longitud y tonos grisceos, apareca junto al borde de la hondonada.Raudo, el doctor Rivera dispar su cmara y emprendi una veloz carrera presa del pnico. Atraves lapuerta de su hogar y esper hasta el anochecer observando desde la ventana el punto en cuestin dondesupuestamente permaneca posada la nave. Si haba aterrizado, ms tarde o ms temprano deberadespegar, pero el enigmtico objeto no volvi a ser visto.

  • Foto 4.4.Un misterioso simio cruz impunemente el camino de Punta Carnero.

    LOS DIABLOS VOLANTESCrdoba, 16 de mayo de 1966, 7:30 horas

    El agricultor Manuel Hernndez regresaba de labrar en su pequea finca, prxima a la capital

    cordobesa, caminando por el arcn de la carretera comarcal de Los Morales cuando, a unos cien metrosde distancia, observ la presencia de un objeto discoidal. Era algo metlico, con una fina banda salienteque centelleaba al reflejarse sobre l los primeros rayos solares. Con gran prudencia, el testigo fueaproximndose por un lado del camino hasta situarse casi frente a aquel silencioso artefacto plateado quepareca tener unos tres metros de dimetro. De pronto, sin que se hubiera visto abrirse ningunaportezuela, varios seres de extraas caractersticas comenzaron a revolotear en torno al ovni trazandocrculos a su alrededor. Hernndez comenz a apresurar su marcha al comprobar que aquellas figuras deno muy elevada estatura posean algo parecido a unas alas de pjaro y una piel de un tono gris-verdoso.No distingui sus rasgos faciales, ya que los diablos volantes parecan estar tocados por unaescafandra o casco de aspecto cristalino. El veterano agricultor corri a su domicilio, situado a la mismaentrada de Crdoba. All narr su inslita experiencia a su familia sin atreverse siquiera a regresar a losterrenos donde haban aparecido los dantescos personajes.

  • Foto 4.5.Detalle de un ser volador como los que observ Manuel Hernndez.

    EL CILINDRO VOLADORPuerto de Navacerrada (Madrid), junio de 1967, 7:00 horas

    Estaba en la parte frontal y lo vi. Aunque deba estar muy lejos, su tamao era como el de un coche.

    Estaba quieto y situado en la vertical sobre las montaas, entre el albergue del club Pealara y laresidencia de Educacin y Descanso. Consuelo Oliver se refera a un extrao objeto que se situ frenteal desaparecido albergue del Frente de Juventudes Francisco Franco, lugar donde ella se encontraba.Estaba sorprendida. El artefacto presentaba dos grandes patas con luces rojas y verdes unidas entre s,con una amplia oquedad en medio de las luminosidades. Al cabo de diez minutos, el ovni despeg a granvelocidad dejando un rastro de fuego a lo largo del recorrido, que sigui hasta perderse en la lejana. Enesos tensos instantes, Consuelo intent moverse, avisar a alguien para que fuera partcipe del asombrosoencuentro y pudiera fotografiar la misteriosa aparicin mecnica que no se asemejaba a ningn objetoconvencional conocido. Fue imposible; no pudo mover un msculo. Aquello la haba dejado paralizada,sin capacidad de reaccin. Pese a todo, en el momento en que el artefacto iniciaba el despegue, la parteque anteriormente se mostraba vaca a los ojos de la testigo apareca ahora ocupada por un gran tuboterminado en punta, adornado con luces en su parte superior, dando la sensacin de que el cilindro y laspatas fueran completamente independientes. Un objeto invisible del que jams se volvi a saber nada.

  • Foto 4.6.El extrao aparato de Navacerrada (Madrid) acapar pginas en los diarios madrileos,reproducindose el dibujo de la principal testigo.

    EL MISTERIOSO CAMINANTESant Feli de Codines (Barcelona), septiembre de 1967, 21:30 horas

    La noche caa sobre la vieja comarcal 1413. Mauricio Wiesenthal y su prometida, Mara Rosa Font,

    circulaban en su viejo automvil ajenos a lo que ocurra en el exterior. Repentinamente, el miedo, lasorpresa ante lo desconocido y unas dcimas de segundo fueron ms que suficientes para romper la calmade la pareja. De frente, a una distancia aproximada de unos ciento veinte metros, apareca la silueta de unextrao ser, una figura de pequeo tamao que haba surgido de la nada.

    El humanoide caminaba con paso firme por el interior de la cuneta, a la derecha de la carretera;posteriormente, cruz la maltrecha va, mostrndose siempre de perfil. Pese a ello, la cercana a l deMauricio y Mara Rosa fue tal que incluso llegaron a considerar la posibilidad de que, en el momento derebasarlo, hubiera sido arrollado por su vehculo.

    A los ojos de la pareja, la criatura era de color verde y vesta un traje semejante al de lossubmarinistas, tan ceido que fcilmente habra podido ser confundido con la piel. No tena cuello nirasgos faciales, y su altura era aproximadamente de unos setenta centmetros. Segn los testigos, sucrneo tena forma de huevo. En el tronco era claramente apreciable la voluminosa barriga y unaspoderosas nalgas. Los brazos eran desproporcionadamente largos con respecto al resto del cuerpo. Elextrao ente fue observado durante unos ocho segundos, tiempo que transcurri desde la deceleracin delcoche causada por la misteriosa aparicin hasta la huida precipitada por el estrecho camino. Asustada, lapareja decidi alejarse de aquel lugar lo antes posible.

  • Foto 4.7.As era el caminante que se cruz en la comarcal 1413.

    Los aos pasaron y, pese a los intentos de familiares y amigos por buscar una explicacin a lamisteriosa experiencia, Mauricio Wiesenthal y Mara Rosa Font siempre defendieron que lo que habanvisto aquella noche de septiembre fue algo fuera de lo comn; en definitiva, algo inexplicable.

    TERROR EN EL REFUGIOComa de Vaca (Girona), 16 de noviembre de 1967, 2:00 horas

    El pequeo refugio de Coma de Vaca era una destartalada instalacin perdida en el Pirineo cataln que

    en esas fechas acoga a algunos excursionistas desorientados, aunque la mayora optaban por instalarseen el ms confortable y moderno refugio de Uli de Ter. El alpinista Antony Pujador Estany y el jovensacerdote J. M. A. hicieron parada en la vieja casona. Los dos amigos descansaban en sendas literas, queabandonaron de un brinco al ser invadidos por una inexplicable sensacin de temor y angustia. Salieronal exterior y all, reflejndose en la nieve, haba aparecido un extrao tringulo rojizo que se balanceabaen silencio a pocos metros del refugio.

  • Foto 4.8.La pareja que protagoniz el sobrecogedor incidente de Sant Feli de Codines.

    Al regresar al dormitorio, ambos experimentaron unos deseos irrefrenables de agredirse brutalmente,actitud incomprensible dada su gran amistad. Sin pensarlo dos veces optaron por huir, convencidos dehaber sido cobayas de algn efecto inexplicable. Mes y medio antes, y en el mismo lugar, Ana MaraBrunet, Carmen Martn y Ramona C. sufrieron una experiencia similar. A las cinco de la madrugada sedespertarn heladas de espanto al or las pisadas de lo que pareca ser un nio, que incluso intentempujar la puerta de entrada, tras de la cual se haba apoyado un gran pedrusco a modo de cerradura.Despus comenz a escucharse cmo las pisadas escalaban la pared y se paseaban por el techo. Lo msincreble era que no exista acceso al empinado tejado.

  • Foto 4.9.Los refugios situados entre Nuria y Uli de Ter (Girona) han sido escenario de incidentesque mezclan ufologa y parapsicologa.

    Al amanecer, las testigos huyeron espantadas del lugar; ms tarde supieron que en Uli de Ter otromisterioso tringulo rojizo se haba posado en las inmediaciones del viejo refugio.

  • CAPTULO 51968-1969

  • Los ovnis toman tierra

    ESPAA SUFRIRA durante este bienio una oleada de objetos volantes no identificados que no haba tenidoprecedentes hasta aquellas fechas. El enigma de los platos voladores se haba convertido pormerecimiento propio en algo ms que una simple serpiente de verano. Los casos se incrementaban da ada y todos ellos tenan un inquietante denominador comn: cada vez eran ms quienes decan haber vistoestas naves y a sus tripulantes tomando tierra en los campos de la geografa espaola. Esta dinmicasorprendente continuara durante ms de una dcada sembrando incertidumbre en nuestro pas.UNA LUZ Y TRES BULTOSUcero (Soria), 28 de agosto de 1968, 19:30 horas

    El guardia civil retirado Pedro Aylagas se encontraba dispuesto a merendar tras realizar las labores

    del campo en la localidad soriana de Ucero. Unos destellos de gran potencia le hicieron mirar hacia unfoco rojizo que se desplazaba desde el otro lado girando e iluminando los campos; as avanzaba por elpronunciado valle hacia el testigo. Un aparato semejante a dos platos muy cncavos puestos en vertical,con un foco que lanzaba haces de luz de la parte superior, estaba descendiendo hacia la planicie. Elovni hizo un extrao giro y lanz un chorro de luz rojiza sobre el testigo. Aturdido, Pedro Aylagas notrepentinamente una especie de picor y un calor dentro de m. Me dio la impresin de que los pelos seme ponan de punta y que una terrible fuerza me empujaba hacia el aparato, hasta tal punto que se me cayuna botella al suelo y sent verdadero miedo. Aquel aparato pareca girar sobre s mismo lanzandodesde su parte superior un sinfn de chispazos que caan a tierra. En el suelo, y nada ms habersedetenido el ovni, aparecieron tres bultos oscuros que permanecan unidos al fuselaje por una especie degruesos cordeles. El testigo crey incluso que podra tratarse de seres muy pequeos y deformes queevolucionaban junto a la nave. En apenas un par de minutos, aquellos objetos animados regresaron alinterior del embudo volante; ste comenz a elevarse hacia el cielo en el ms absoluto silencio.Muchos vecinos de Ucero relacionaron el extrao suceso con los apagones que estaban afectando a lalocalidad soriana.

  • Foto 5.1.El embudo volador que ceg con su luz a Pedro Aylagas.

    QUIN ESPERABA EN LA CUNETA?Zafra (Badajoz), 14 de noviembre de 1968, 2:50 horas

    Manuel Trejo no podr olvidar jams aquel viaje. Soldador de profesin, aquella noche se dispona a

    viajar con su viejo Citron hasta la localidad pacense de Burguillos del Cerro para cargar unos cuantossacos de carbn picn. Al regresar hacia Zafra, y con la baca llena de mercanca, penetr en unapronunciada curva. La fina lluvia y el mal estado del asfalto le hicieron poner las luces largas. En esemomento, descubri al individuo. Los focos del coche le dieron de lleno y una figura apareci entre laoscuridad reinante. A la derecha, y a unos trescientos metros, haba surgido un ser de 1,80 m de estaturaque en un principio el testigo confundi con un miembro de la Guardia Civil de Trfico. Al irseaproximando al punto donde le esperaba el humanoide, Manuel Trejo not que el automvil comenzaba afallar; el motor empez a dar tirones, y la velocidad del vehculo descenda a ojos vista. El automvilsegua perdiendo fuerza y su marcha se redujo hasta casi detenerse. As, lentamente, el Citron se fueaproximando al solitario ser. Sus piernas permanecan juntas y los brazos pegados al cuerpo; tena unasmanos grandes y finsimos dedos que parecan estar enfundados en guantes oscuros. Su cuerpo estabacubierto por un ceido mono que destellaba con reflejos luminosos de varias tonalidades.

  • Foto 5.2.El extrao ser de Zafra (Badajoz) avistado por Manuel Trejo en 1968. (Archivo CEI.)

    El temor de Trejo se acrecentaba segn se iba cerciorando de que aquel ser de la cuneta era pococomn. Las facciones eran oscuras, casi negras, con un pelo muy lacio y opaco que le caa por detrs dela cabeza. El conjunto, indudablemente sobrecogedor, haba hecho palidecer a Trejo, que poco a pocorebas la posicin del humanoide. Justamente llegaba a su altura cuando el testigo not que el ser hacaintencin de dirigirse al vehculo. En ese preciso instante, el automvil volvi a recuperarse y el motorde nuevo funcion correctamente. Esa circunstancia fue aprovechada por el extremeo para poner tierrade por medio. Tras haber recorrido unos metros, Trejo instintivamente detuvo el vehculo y mir haciaatrs, comprobando asombrado que aquel hombre se haba esfumado en cuestin de segundos. Dada laimposibilidad de que simplemente caminando el ser hubiera dejado de ser visible en tan corto espacio detiempo, el testigo pis a fondo el acelerador hasta llegar a Zafra. Dos das despus, y muy cerca delmismo lugar, un aparato volador semejante a un limn partido por la mitad, de seis metros de dimetroy rodeado de multitud de toberas, sobrevolaba la zona ante la perplejidad del asombrado soldador.

    EL ATERRIZAJE DE LOS MONEGROSBujaraloz (Zaragoza), 2 de noviembre de 1968, 4:35 horas

    El Seat 1500 conducido por el soldado Francisco Mart Cuartero iba cargado hasta los topes. Los tres

    soldados que le acompaaban regresaban a Zaragoza tras el permiso de la festividad de Todos losSantos, 1 de noviembre. La larga carretera de Los Monegros apareca vaca, silenciosa y llena de oscuras

  • brumas. A unos cuarenta y cinco kilmetros de Zaragoza, cuando las planicies desrticas eran el nicopaisaje a contemplar, los cuatro jvenes observaron algo que llam rpidamente su atencin. Era unenorme disco anaranjado. En un principio pensaron que se trataba de la salida del sol. El gran sustovendra cuando, minutos despus, descubriran estupefactos que el astro rey haca acto de presencia alotro lado del camino.

    El artefacto comenz a adquirir un tono rojizo y acab posndose silenciosamente en los terrenosadyacentes a la carretera. No se poda apreciar si la estructura tocaba realmente el suelo o se mantena aunos centmetros de l. La presencia cercana de tan gigantesco aparato, que los testigos compararon porsu tamao con una plaza de toros, hizo que la intranquilidad aflorara de repente. Durante cinco largosminutos, dadas las caractersticas del terreno de Los Monegros, los soldados pudieron observar desdelas ventanillas del automvil el luminoso objeto.

    Foto 5.3.Segn los cuatro soldados, el ovni de Los Monegros (Zaragoza) tena un dimetrosemejante al de una plaza de toros.

    Despus, el ovni se elev unos metros y aceler increblemente su velocidad en sentido contrario aldesplazamiento del 1500, convirtindose a los pocos segundos tan solo en un punto naranja que volabasobre las llanuras del desierto aragons hasta perderse de vista.

    Cuando los nerviosos ocupantes del vehculo llegaron al cuartel de la capital maa narraron losucedido a sus superiores, convencidos de haber avistado algo realmente asombroso. Al da siguiente seprocedi al interrogatorio de los cuatro jvenes, y su experiencia pas a formar parte de los informes queaparecan en el Mando Operativo Areo bajo el epgrafe de materia reservada.

    CINCO SERES EN LA NOCHEPontejos (Cantabria), 8 de enero de 1969, 1:00 horas

    Qu hace ese hombre ah fuera?, pregunt extraada Felicidad Fernndez a su madre, Meren

    Merino, mientras preparaban la comida para los escasos clientes que a esas horas llegaban al bar. Ambasse quedaron mirando fijamente al ventanal cerrado de la cocina del establecimiento. Alguien estabafuera, en el campo. La noche era muy fra y al mirar al exterior recordaron que unos minutos antes sehaban sentido extraadas por una luminosidad fugaz a la que no le dieron excesiva importancia. Pero allfuera, elevado a una altura de unos tres metros sobre la campia, haba algo. Algo lo suficientementeextrao como para que las dos mujeres alertaran a otra empleada, Paquita R., y las tres se dirigieran de

  • nuevo al ventanal para abrirlo y observar al merodeador. Soplaba un viento glido. A unos treinta metrosde distancia se alzaba un rectngulo o pantalla luminosa de casi cinco metros de lado. Tenues destellosblanco-anaranjados llenaban de luz a intervalos las inmediaciones del solitario bar. Cuando las tresaterradas mujeres se daban la vuelta ya para avisar a los comensales, apareci un hombre: un ser deunos dos metros de altura, con un cuerpo rgido como mecnico, que iba enfundado en un mono grisoscuro. Sus brazos eran desproporcionadamente largos y su tez pareca muy plida, tanto que su lividezdestacaba entre la oscuridad reinante. Las exclamaciones de las tres testigos hicieron que rpidamente seuniera al grupo el camarero del mostrador, Antonio H., de treinta y cinco aos. En un corto intervalo detiempo, otros cuatro seres haban aparecido en el interior del rectngulo de luz. Todos ellos con la mismaapariencia y movindose muy torpemente entre los lmites que marcaba aquella luminosa pantallaflotante. Tras cinco minutos de cautelosa observacin desde la ventana del bar, Antonio H. decidi saliral exterior y encaramarse a una tapia cercana para observar mejor el inusual fenmeno. Fue entoncescuando el cuadrado se desmaterializ en un abrir y cerrar de ojos, como un televisor al apagarse.Los testigos quedaron estupefactos. Segundos despus, una esfera luminosa y muy pequea pareci caeral suelo. En ese preciso instante surgi en la lejana un inmenso aparato oscuro con forma de sombrerohongo en el mismo lugar donde instantes antes se produca aquel extrao fenmeno luminoso. Sin dartiempo a reaccionar a los cuatro testigos, el ovni ascendi a gran velocidad hacia la bveda celeste,perdindose de vista en un instante.

    Foto 5.4.Cinco seres caminaban dentro de un rectngulo de luz en Pontejos (Cantabria).

    Segn se supo posteriormente, un pescador que se encontraba recogiendo sus aparejos a doskilmetros del lugar del incidente haba visto tambin cmo el gigantesco sombrero volante gris sedetena durante unos segundos sobre la vertical del lugar donde se encontraba el testigo, acelerandodespus bruscamente en direccin a Pontejos.

  • Foto 5.5.El investigador Manuel Pedrajo, autor del primer libro de ovnis en nuestro pas, dio aconocer la noticia del extraordinario incidente.

    DEJ PROFUNDAS MARCAS SOBRE EL TERRENOMatadepera (Barcelona), 29 de enero de 1969, 10:00 horas

    Hasta aquella maana, la vida de una afable mujer de casi ochenta aos de edad llamada Antonia Soler

    Rius haba sido muy tranquila. En su casa de campo poda disfrutar de largos paseos durante los cualesse detena para recoger plantas y observar el paisaje. Con una memoria y unas facultades excepcionales apesar de su veterana, la anciana recordar siempre aquel momento en el que apareci sbitamente unenigmtico objeto luminoso con forma de pez aplanado que caa en picado sobre los terrenos anexos asu vivienda. El ovni tena en sus flancos unas marcas ovales y luca un crculo o corona interior de lacual surgan resplandores verdes y amarillos. La seora Rius se qued helada al comprobar que elartefacto variaba su ruta y, tras describir un ngulo de casi 90 grados, se balanceaba para tomar tierrasorteando el cable de alta tensin de 5.000 voltios suspendido entre los postes que all se alzaban.

    En la parte delantera de aquel artilugio podan distinguirse con nitidez varias protuberancias esfricas,y aunque la anciana intent buscar con la mirada algn tipo de puerta o ventanas en el fuselaje delextrao avin, no encontr el menor rastro de ellos. A los pocos segundos, la nave ascendasilenciosamente en diagonal mostrando una masa de 2,5 m de longitud por 1,5 de ancho que se alejaba endireccin a la ciudad de Terrassa.

  • Foto 5.6.Huellas extraas aparecidas en el lugar del aterrizaje.

    El investigador del CEI (Centro de Estudios Interplanetarios) Joan Fonolleda fue el primero en acudiral lugar en compaa de la nica testigo. La sorpresa que surgi en esa primera inspeccin fue mayscula.A unos treinta metros de la posicin que ocupaba la seora Rius, casi en el mismo lugar donde el ovnihaba hecho ademn de tomar tierra, aparecan una serie de inquietantes marcas perfectamente visibles enel duro terreno. Las huellas del presunto ovni eran alargadas, como pequeos surcos a los que loslugareos no encontraron explicacin. Haban aparecido de repente, tras la visin del extrao aparato, ypoda descartarse que hubieran sido impresas por animales o cualquier tipo de mquina agrcola. Unmisterio que permaneci en aquel lugar sumiendo a los habitantes de la zona en un mar de dudas. Qules haba visitado realmente aquella maana de enero?

    Foto 5.7.Croquis de lo observado en Matadepera (Barcelona) el 29 de enero de 1969.

  • CAPTULO 61969-1970

  • La ley del silencio

    ALGO SEGUA FLOTANDO sobre nuestros campos causando extraeza y temor entre testigos de la ms diversacondicin social. Pilotos civiles y militares tambin se toparon de bruces con el enigma durante aquellosaos. La presencia de los no identificados, que llevaban a cabo constantes violaciones del espacio areo,puso en marcha unas maniobras de silencio y ocultacin de informacin sin precedentes en nuestra cortahistoria de los ovnis. Incidentes como el ocurrido al comandante Ordovs demuestran el oscuro papelque el Ejrcito iba a jugar a partir de entonces cada vez que reciba la noticia de que un piloto haba sidotestigo de la aparicin de un objeto volador no identificado.OBLIGADO A MENTIRVuelo Palma-Madrid, 25 de febrero de 1969, 21:19 horas

    El vuelo 435 de la compaa Iberia despegaba del aeropuerto de Son San Joan, en la isla de Mallorca,

    para cubrir la lnea Palma-Madrid sin el menor incidente. A la hora establecida, el comandante JaimeOrdovs Artieda y el copiloto Agustn Carvajal se percataron de que un cuerpo extrao haba aparecido aunos 20 grados a la derecha del morro del avin.

    Era una luz blanca, esfrica y muy potente que les haba sorprendido cuando volaban a unos 26.000pies de altura (8.600 m aproximadamente). Ante la posibilidad de que el intruso fuera otro trfico,conectaron con la torre de control de Barcelona, donde se comprob que no haba ningn otro vuelo enaquellas coordenadas. El nerviosismo domin a los dos experimentados pilotos cuando comprobaron quela coloracin de aquella misteriosa luz viraba al rojo. Durante diecinueve largos minutos y en completosilencio, el ovni realiz diversos movimientos ante la cabina del vuelo de Iberia para iniciar pocodespus un vertiginoso descenso. En principio pareci que el artefacto iba a llegar hasta el suelo, pero alos tres segundos volvi a reaparecer en la misma posicin. El ovni se alej cambiando de color otra vezy se acerc de nuevo a gran velocidad. Esta maniobra fue contemplada tambin por el mecnico de vueloJos Cuenca. La luz se aproxim tanto que pudieron apreciar perfectamente en su interior una formacinslida de aspecto triangular. A los pocos segundos volvi a acelerar y desapareci en la noche.

  • Foto 6.1.Y el ovni se aproxim al vuelo IB 435...

    Catorce das despus de aquel suceso, la singular experiencia es filtrada a los medios decomunicacin. Las prensa acos a Ordovs y a Carvajal, quienes se limitaron a describir fielmente elobjeto que tuvieron a pocos metros de distancia. Dadas las proporciones que estaba alcanzando ladifusin del suceso, el Ministerio del Aire design un juez instructor para analizar el caso y dar unveredicto a lo sucedido. A los largos interrogatorios acudieron altas personalidades de las FuerzasAreas muy interesadas por el relato del vuelo 435.

    Foto 6.2.El comandante Ordovs, testigo de un caso que conmocion a la opinin pblica.

  • Apenas unos das ms tarde, se recibi una nota de prensa en todas las redacciones del pas. En ella, eljuez instructor conclua que lo observado por los tripulantes del Caravelle de Iberia haba sido,simplemente, el planeta Venus.

    En una entrevista concedida a J. J. Bentez, el comandante Ordovs declar que jams olvidaraaquellos interrogatorios en los que el general Pombo Somoza, visiblemente alterado, le extendi undocumento pidindole que lo firmara. En aquel papel estaba escrito que el comandante Ordovs aceptabay reconoca que el ovni era realmente Venus.

    Ordovs se neg en redondo a rubricar aquel falso informe. Segn declar a J. J. Bentez, se neg ahacerlo porque no era verdad. Adems, proclamar semejante desfachatez habra perjudicado sureconocido prestigio como piloto avalado por ms de 9.000 horas de vuelo. A pesar de todo, la notainformativa en la cual se ratificaba la hiptesis de que aquel objeto era en realidad el planeta Venus fueampliamente recogida por toda la prensa nacional.

    Pesquisas posteriores confirmaron lo que se sospechaba desde un principio: a la hora en que se iniciel incidente del vuelo 435, y segn el Observatorio Astronmico de Madrid, el planeta estaba a unaaltura exacta de 1 grado y 46 minutos sobre el horizonte. Es decir, que no se encontraba a 8.600 m dealtura, ni tampoco junto a la cabina del avin. Adems, el Ejrcito del Aire afirmaba en su peculiar notainformativa que la situacin anteriormente descrita se prolong durante quince minutos, cuando enrealidad a las 21:34 horas Venus no era visible, ya que se encontraba por debajo del horizonte,exactamente a 3 grados y 18 minutos.

    NOCHE DE MIEDO EN LA SIERRAAracena (Huelva), 6 de julio de 1969, 10:30 horas

    Tres seoras de la alta sociedad sevillana y sus respectivas empleadas de hogar se encontraban

    descansando en dos chals, separados por una distancia de unos setenta metros en plena serranaonubense. Los receptores de televisin de ambas casas comenzaron a fallar al mismo tiempo: rayas einterferencias extraas invadieron las pantallas de los televisores. A los pocos segundos, todo el pueblode Aracena y sus alrededores se quedaran repentinamente sin fluido elctrico. Sobre los campos y a nomucha altura apareci rasgando las nubes un extrao aparato que empez a descender del cielo. Las cincotestigos salieron a los patios de sus respectivas viviendas para ver lo que en un principio creyeron podraser un fenmeno atmosfrico. El ovni permaneca en absoluto silencio sobre la vertical de ambos chals.A los pocos segundos apareci una segunda esfera luminosa que se desliz a lo largo de la carreteracomarcal que pasaba frente a las dos casas. Sin previo aviso, este segundo objeto emiti un cegador hazde luz que cay directamente sobre tres de las asustadas testigos, las cuales corrieron a refugiarse en elinterior de las viviendas. A travs de las ventanas, desde donde seguan observando toda la escena,pudieron percibir la inusitada aparicin de un enorme rectngulo rojizo que se balanceaba en elhorizonte. Estas imgenes de aspecto etreo horrorizaron a las cinco mujeres, que creyeron servctimas de una atroz pesadilla. Hasta las cinco de la maana, y tras surgir junto a un rbol cercano otroobjeto esfrico que permaneci esttico, los ovnis mantuvieron el cerco sobre los dos chals y susangustiadas moradoras; un asedio que finaliz al llegar las primeras luces del alba.

  • Foto 6.3.Las testigos vieron desde sus chals de la serrana de Aracena, en Huelva, un enormerectngulo rojizo.

    UN HUMANOIDE EN EL PATIOPuente de Herrera (Valladolid), 16 de agosto de 1970, 0:15 horas

    La seorita C. R. trabajaba como empleada de hogar en la finca vallisoletana de Luis de Diego. Haba

    terminado sus labores y estaba viendo la pelcula que aquel sbado de verano emita la televisin.Pasada la medianoche, el aparato comenz a fallar. Unas gruesas lneas invadieron la pantalla y elvolumen del sonido empez a disminuir. Ante esos extraos fallos, C. R. intent verificar l