el52 nº4

PATROCINA

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJÓN

24 NOVIEMBRE 2014 // nº 4

ORGANIZA COLABORA


OFICIAL

Por: JESÚS PALACIOS

52 FICXixón3

Por: ADRIÁN SÁNCHEZ


ANIMAFICX - DOCUFICX

La sesión de hoy irá precedida del corto La marcha negra

(Guillermo Toledo y Álex Zapico, 2014, 15 min.)

Ambas sesiones precedidas del corto A Blue Room (Tomasz Siwiski, Francia, Polonia, 2014, 14 min.)

HOY • 22:15 h. // Cines Centro sala 1

29 NOV • 19:45 h. // Cines Centro sala 1

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OTRAS SECCIONES RELLUMES - ANIMAFICX

600 NOVIEMBRE 2013 // nº 0 624 NOVIEMBRE 2014 // nº 4

BRILLANTE MENDOZA

HOY • 22:30 h. // Cines Centro sala 4

26 NOV • 17:00 h. // Cines Centro sala 4

CORRIENTES CIRCULARES

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ENTREVISTA

Por :

JESÚS PALACIOS

PUEDE QUE TERRY GILLIAM NO SEA DIOS –DE HECHO, SI NO RECUERDO MAL, DIOS ERA SIR RALPH RI-

CHARDSON Y NO ESTABA PARA CHISTES-, PERO SI NO EXISTIERA, HABRÍAMOS TENIDO QUE INVENTAR-

LO. CON SU PRESENCIA ESTOS DÍAS EN EL FICX, NO NOS QUEDA DUDA DE QUE AÚN HAY ESPERANZA

PARA LA FANTASÍA, AUNQUE EL TEOREMA QUE LO DEMUESTRA LE VA A DAR GUERRA PARA RATO. POR

SUERTE PARA NOSOTROS.

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Creemos que cuanta más información poseemos más control tenemos

sobre nuestras vidas, pero no es verdad. Es exactamente lo contrario.

HOY • 17:00 h. // Teatro Jovellanos (Encuentro) MAÑANA • 20:30 h. // Cines Centro sala 2


ENTREVISTA

Por :

CARMEN DÍAZ-FAES

Lo peor que puede pasar es que no te guste, pero esto no es una pistola

cargada, es una película.

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FIRMA INVITADA

Por :

EMILIO BUESO Escritor. Su novela más reciente es Extraños eones (Valdemar)

Haz la prueba, anda: ponte el Nosferatu de F.W. Murnau y luego como docena y media de la infinidad de películas de vampiros que se han rodado después del clásico de 1922. Será como si te soltaran un lobo de ochocientos kilos por Gran Vía y, tras él, la cabalgata del orgullo gay.

Porque ni el Drácula de Coppola le aguanta el tipo a lo que ahora bien podría ser arqueología del cine de terror. Las generaciones más jóvenes ven el cine mudo como lo que tal vez sea, como un formato obsoleto y un tostón para abuelos, pero lo cierto es que con toda la industria moderna trabajando el subgénero año tras año hay cotas de calidad que siguen imbatibles tras el Orlok de Max Schreck. La figura del vampiro se ha ido humanizando y hasta erotizando, ad nauseam. Nadie, o casi nadie, ha sabido retratarla como lo que más

bien debería de ser a la hora de trabajar el miedo: la imagen viva y muerta de un parásito, de una alimaña, de un horrible tipejo. Tiene cojones que una obra cumbre del expresionismo alemán no haya perdido vigencia ni fuste, con toda esa formidable imaginería y esa estremecedora monstruosidad, conque algo parece estar fallando en el cine de terror moderno.

Y es que tampoco es un caso aislado; a ver, te pongo más deberes: revisita El Exorcista de William Friedkin y luego haz otro tanto con toda la montaña de largometrajes que ha dado el tópico de la posesión diabólica desde 1972, que también serán más de cien películas, y seguro que coincidirás conmigo en que ninguna de ellas aguanta el tipo frente al clásico original. ¿Cómo puede ser que nadie haya conseguido igualar el ritmo, esa forma de clavar cada plano al milímetro, esa verosimilitud y esa progresión dramática? ¡Pero si cada año nos premian con un nuevo intento de recuperar aquello, y el resultado nunca es digno ni de compartir el nicho que abrió Friedkin en su día!

Más cánones imbatibles y otro de los setenta: Al final de la escalera, de Medak. Yo sigo sin saber de una cinta sobre casas encantadas de semejante calibre, pese a la constante insistencia que tienen los cultores modernos en darle al mismo tema. No ha habido pelotas a dejar atrás a esa escena de la pelota cayendo por las escaleras, con toda su potencia y todo lo que trajo consigo. Y más de lo mismo si medimos Psicosis (sí, Hithcock) con toda la miríada de producciones que ha dado el argumento de los asesinos en serie. No hay color. Llevamos, también, desde los tiempos del abuelo sin acercarnos mucho a esa cima.

Pero el colmo viene si ahora nos ponemos con el tópico por excelencia que ha dado la industria del entretenimiento del miedo: las historias de fantasmas, que no es que tengan su larga tradición (con todo eso de la ghost story inglesa que ya era un género en sí mismo antes de que naciera el celuloide), es que sus raíces son más viejas que el cagar, es que seguro que se remontan a los tiempos en los que se contaban historias sobre almas en pena a la luz de las fogatas, en el interior de las cavernas.

Así el percal… ¿Cuál es la mejor película de fantasmas que se ha rodado jamás? Pues lo cierto es que ahí ya hay algunas piezas modernas a considerar seriamente, pero se me hace terrible que ninguna de ellas haya aportado tanto al cine de terror actual como El resplandor, de Kubrick, que resulta que ni siquiera es, en puridad, una mera historia de fantasmas. Y resulta que tampoco es que sea una obra maestra a todas luces, porque muchos todavía le reprochan su falta de fidelidad a la novela de Stephen King o señalan a Nicholson y a su cara de loco desde la primera toma como un grave error de casting. Vamos, que ni tomando a un clásico sujeto a discusión en un nicho en el que sí hay buena producción moderna conseguimos que un largometraje de 1980 luzca decrépito a la hora de pasar miedo en la butaca. Da que pensar.

Igual es que yo estoy siendo un nostálgico, o que no entiendo de esto, o que me he perdido alguna peli, o que estoy chapado a la antigua, pero el caso es que me las he ingeniado para vender razonablemente bien cinco novelas de terror en plena crisis del libro, y la crítica me tacha de intrépido, o hasta de vanguardista, así que me vas a perdonar el atrevimiento si te digo que de todo esto yo algo sabré, y lo que sé a ciencia cierta antes de haber cumplido los cuarenta años de edad es que cuando dicen que ya no se hace cine como el de antes es, por lo menos en mi campo, la puta verdad.

Está claro que las obras maestras no se dejan atrás fácilmente, y que el que pega primero pega dos veces, pero con el cine de terror en constante ebullición el caso es que no se explica cómo es que hay cosas que no se han superado tras más de un relevo generacional. Ya va siendo hora. Nos toca. Y nos lo merecemos, porque nunca hemos dejado de apostar por el género y probablemente no lo hagamos jamás.


24 VIÑETAS POR SEGUNDO

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