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Miembro de la FEREDE e inscrita en el registro del Ministerio de Justicia de España con el Número 7081-SE/A

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IGLESIA CRISTIANA

EL TABERNACULO

DE MOISES

Y SU TIPOLOGÍA ESPIRITUAL

PARA LA IGLESIA DE HOY Iglesia Nueva Sión 2013

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ESQUEMA DE ESTUDIO DEL TABERNACULO: I. INTRODUCCIÓN. II. EL ATRIO. 1.- LA PUERTA DEL ATRIO.- 2.- LOS ATRIOS.- 3.- LOS POSTES.- 4.- EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO.- A) ORIGEN DE LOS SACRIFICIOS EXPIATORIOS.- B) TIPOS DE SACRIFICIOS ORDENADOS POR LA LEY.- a) Ofrendas Expiatorias, no voluntarias b) Ofrendas de Olor Grato, voluntarias C) JESUCRISTO: EL SACRIFICIO PERFECTO INIGUALABLE.- D) LOS CUERNOS DEL ALTAR: SIMBOLOGIA Y ENSEÑANZA.- E) CARÁCTER INCLUSIVO DE “El ALTAR”: EL CRISTO INCLUSIVO.- 5.- EL LAVACRO O FUENTE DE BRONCE.- 1º.- Representa la purificación por Cristo, la Palabra encarnada. 2º.- Representa a la Palabra de Dios para santificarnos en el día a día. III. EL LUGAR SANTO.- 1.- ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS.- A) EL VELO.- B) CORTINAS Y CUBIERTAS.- 2.- CONSIDERACIONES ESPIRITUALES.- 3.- ELEMENTOS CONSTITUTIVOS.-

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1) El Candelabro de Oro.- A) La revelación divina del Espíritu Santo. B) Muestra al Señor Jesucristo. C) Representa al Creyente labrado y siendo Luz. 2) La mesa de los panes de la proposición. 1.- Los panes de la proposición. 2.- Elaboración con Flor de Harina. 3.- Privilegio exclusivo de los sacerdotes, no los incrédulos. 4.- La Presencia de Dios. 5.- La Cornisa alrededor de la mesa. 6.- La representación del incienso. 3) El Altar del Incienso o de Oro (Éxodo 30.1-10). 1.- Intercesión de Cristo, y la nuestra. 2.- La adoración como camino hacia Dios. 3.- La corona de oro. 4.- El Altar del incienso en sí. a) No puede ser ofrecido por extraños. b) No incienso, holocausto, ofrenda o fuego extraño. c) El incienso. IV. EL LUGAR SANTÍSIMO.-

1.- EL VELO DEL LUGAR SANTÍSIMO.- 1.- Representa al mismo Cristo. 2.- La separación entre Dios (Santo) y el hombre (pecador). 3.- El significado del velo rasgado.

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a) Para vestirnos de Su Justicia con su “Piel Justa” b) Cristo nuestra sustitución. c) El fin del sistema religioso. d) Otras repercusiones y efectos. 4.- Los querubines. 5.- Elementos constructivos. 2.- EL ARCA DEL PACTO.- 1.- El Arca en la Biblia. A) El Arca de Noé. B) El Arca de Moisés. C) El Arca del Tabernáculo. 2.- Representación del Arca: Puntos importantes.- 3.- El Propiciatorio.- 4.- Triple contenido del Arca.- V. CONCLUSIÓN SINTETIZADA DE TODO EL ESTUDIO.-

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EL TABERNACULO.

I.- INTRODUCCIÓN.-

El Tabernáculo fue revelado a Moisés en todos los detalles de su construcción. Se trataba de una tienda de campaña, totalmente portátil.

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El Tabernáculo era la morada de Dios. Era uno de los métodos que Dios uso para enseñar a su pueblo en la antigüedad. Todo el tabernáculo señalaba al Hijo de Dios. El Tabernáculo era la morada de Jehová, Dios de Israel (Éxodo 25.8). Cuando este no estuvo más, Jehová habitó en el Templo de Salomón (2Cronicas 6.3-6).

El Tabernáculo es la revelación de la verdad. Fue hecho para enseñar la verdad espiritual. Contiene la historia de los Evangelios.

En su construcción, Dios mismo fue su arquitecto (Hebreos 8.2)

El Tabernáculo muestra a:

1) Cristo: En todas partes del Tabernáculo, se le veía, como vamos a demostrar a lo largo de este estudio.

2) La Iglesia: Se veía en el velo del Lugar Santo, pero también en la distribución de las basas, en los beneficiados de los sacrificios, etc.

3) El Creyente: Cada uno de nosotros somos un tabernáculo, y tenemos la misma naturaleza tripartita de nuestro Dios, así como Él es trino, también nosotros somos de una triple naturaleza: Los Atrios nos muestran la carne (el lugar de los gentiles), el lugar santo nos muestra el alma, y el lugar santísimo nos muestra nuestro espíritu, pues es la presencia de Dios, hechos a la misma imagen de Él (Jesucristo). 2ª Corintios 5.1-2.

4) Las cosas por venir.

5) El hombre en su triple naturaleza: Cuerpo, alma y espíritu. Símbolos del Tabernáculo:

Oro: Divinidad Plata: Redención Bronce: Sufrimiento

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Colores:

Carmesí (color rojo grana): Sangre redentora de Cristo. Azul: Hijo de Dios, venido del cielo. Purpura: Cristo como Rey Lino Fino Blanco: Cristo como Hombre perfecto, color blanco evidencia la santidad y limpieza del Señor. Escarlata (color rojo fuerte, vivo, pero menos que el color grana): Cristo como Salvador.

Materiales:

Pelo de cabra: Ministerio del Profeta. Pieles de carnero teñidas de rojo: Sangre derramada. Pieles de tejones: Fealdad del pecado. Madera de Acacia: Carne incorruptible Aceite para lámpara: Unción. Especias para el aceite de la unción: Adoración. Ónice y piedras de engaste: Iglesia, cuerpo de Cristo. Piedras preciosas: Iglesia.

Es muy importante retener estas tipologías y sus representaciones porque nos ayudarán a entender todo cuanto se va a exponer a continuación, y nos facilitarán la comprensión de la gran profundidad de la revelación que se contiene en cada parte del tabernáculo.

Consideremos por partes cada una de las tres partes que componen el tabernáculo, y sumerjámonos en las riquezas escondidas en la Palabra de Dios, y sobre todo tengamos ojos para ver a Cristo en cada parte del mismo.

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II.- EL ATRIO.-

ESQUEMA:

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1.- LA PUERTA del Atrio:

Texto: Éxodo 27.16, 17.

Medía 9 metros de larga, y 2,20 de alta.

Tenía 4 colores: Azul, carmesí, blanco y púrpura. Son 4 colores, y existen 4 evangelios. Cada Evangelio, presenta a Jesús en una manera distinta:

1) Mateo: Representa a Jesús como el Rey (color PURPURA) 2) Marcos: Nos representa a Jesús como el Hombre perfecto (BLANCO) 3) Lucas: Podemos ver a Jesús como el Salvador (color CARMESÍ) 4) Juan: Jesús aparece como el Hijo de Dios (color AZUL)

2.- LOS ATRIOS.-

Si Jesús es la puerta del Atrio, se supone que Él es el camino a Dios (Juan 14.6). No en vano la puerta de los Atrios se le denomina "El Camino". Jesús dijo, en Juan 14.6, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida..." (Juan 14.6).

En este pasaje Jesús les estaba diciendo a los judíos, y a todos, que Él era el único acceso a Dios, la única Puerta y acceso a Dios.

Hay una curiosidad importante en aplicación de este versículo y las tres partes del tabernáculo:

1.- Los Atrios, nos muestran EL CAMINO: Todo pecador tiene entrada al Reino de los Cielos si entra por la Puerta (Jesús), y por lo tanto la puerta de los Atrios nos muestran a Jesucristo.

Juan 10.9 nos declara: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” Aquí observamos que Jesús ES LA PUERTA, no hay otra forma de entrada o encuentro con Dios. El ladrón no entra por la puerta, es un salteador, pero todo creyente entra por Jesucristo, al Camino. No hay ninguna otra manera de llegar a Dios, solo hay una puerta de entrada. No es una religión, no es una filosofía, no es a través de nuestras obras, solamente por Cristo, es la única puerta. Veamos que nos dice 2 Timoteo 2.5: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. No hay mediaciones diferentes, no hay otras puertas. Solamente, únicamente podemos llegar a Dios a través de JESUCRISTO, es la entrada segura, es la que no fallará jamás, es la seguridad de vida eterna.

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Los atrios estaban siempre abiertos, porque Jesús está siempre a nuestra disposición, siempre quiere que todos sean salvados, Juan 6.37: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” Dios recibe a todo aquel que Cristo justifica, en que entra por Él. No importa raza, color de piel, no importa nada solamente la fe en Jesús, entrar por esa puerta. 2.- Lugar Santo: Nos muestra LA VERDAD, que es para todos los creyentes, la Palabra de Dios que nos santifica, por eso a través de la Verdad (Jesús mismo es la Verdad revelada, la Verdad) somos santificados: Juan 17.17: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” 3.- Lugar Santísimo: Nos muestra LA VIDA de DIOS, Jesús es la Resurrección y la Vida, y el que crea en él, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11.25). Todos aquellos que a través del Camino, encuentran la Verdad, son limpiados por ella, y acceden a la Vida (Lugar Santísimo), tendrá el acceso al Padre y a la Vida Eterna, ya que comió del árbol de la Vida. En Génesis 3.24 nos describe la Palabra de Dios que “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.” ¿Por qué Dios echó al hombre y la mujer del paraíso? Lo vemos un poquito antes, en el versículo 22 y 23, donde nos dice: “dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Gén. 3:23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.” Dios tuvo que quitar la eternidad, la misma naturaleza de Dios, al ser humano ya que podrían vivir eternamente y haciendo el mal. Todo lo que Dios creó era bueno, Génesis 1.31, pero ahora el hombre podría echarle a perder la creación. Por ello tuvo que tomar una determinación y fue sacarlos del Edén (del tabernáculo en figura de la presencia de Dios) y solamente ahora, al haber querubines con una espada encendida, solamente podemos entrar por Jesucristo(Puerta), y ser internados al lugar Santo, por la Palabra, esa espada encendida que controla el acceso, solo los santificados, solo los que aman a Dios y Su Palabra, solo los que reciben la santificación de Jesucristo, entrarán al árbol de la vida que ahora está guardado, y esa espada es la misma Palabra de Dios (Efesios 6.17). Dios quiere que entren solamente los que deben entrar, ya que muchos podrían entrar por interés. Dios nos hizo libres a los seres humanos, pero solo los que le aman, harán Su Voluntad (Juan 14.23). En una parábola entró alguien a la fiesta de las bodas pero no estaba vestido adecuadamente, no estaba vestido de boda, no estaba Justificado, revestido de la

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Justicia de Cristo, no estaba lavado en la Sangre del Cordero (Mateo 22.1-14). Fue echado a las tinieblas de afuera, y nos muestra cómo existe un gran celo de que nadie pueda entrar a la vida eterna sin pasar el examen de la Palabra de Dios, sin haber entrado por la Puerta(los atrios), sin haber sido santificado y vestido de boda en la sangre de Jesús (Lugar Santo), y solo así llegaremos a la misma Vida Eterna, presencia de Dios y el mismo paraíso, Jesucristo mismo (Lugar Santísimo).

3.- LOS POSTES (BASAS):

Veamos lo que establece la Palabra de Dios en Éxodo 38.10, y Éxodo 27.10.

El tabernáculo, estaba rodeado de 60 postes alrededor, que cubrían el

Tabernáculo.

Esto tiene un significado bíblico. El número 6 en la Biblia, habla del HOMBRE. El numero 10, siempre nos habla de RESPONSABILIDAD, por lo tanto nos habla de un hombre responsable, un hombre perfecto, Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre, pero perfecto.

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Podemos, en la imagen de arriba observar esas 60 basas o postes que componen el Tabernáculo, en forma de puntos redondos, no solo en su perímetro, sino también en los velos del lugar Santo y Santísimo.

Entonces, los postes muestran a un Hombre, que tomó la responsabilidad de todo hombre. La responsabilidad del hombre era ser como Dios, hasta que bajó su Hijo, en forma de carne, y se presentó ante Dios en santidad, tomando nuestro lugar. Jesús mismo se mostró por nosotros ante Dios, hablando de nosotros.

Estos postes tenían la mayor revelación: El Evangelio. Cada poste contenía la historia del Evangelio. He aquí como:

1) La carne incorruptible, Cristo Jesús bajó a la Tierra. (Madera de Acacia) La madera de Acacia fue la utilizada para todo el mobiliario del tabernáculo, no entró ninguna otra madera.

La elección de la acacia fue voluntad de Dios, y se entiende esta madera como una madera 1) Resistente y 2) de gran Durabilidad.

Se ha llegado a considerar una madera INCORRUPTIBLE. Según Josefo, un importante historiador, la consideraba así, incorruptible. Livingston ha determinado que la Acacia utilizada fue la variedad “Acacia giraffa”, que él denominaba acacia INDESTRUCTIBLE.

Según la organización E-Consumer, la madera de Acacia es la que mejor aguanta, sin tratamiento alguno, los cambios y picos de temperatura, el fuego, la humedad, los hongos y las termitas.

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Visto lo anterior la madera de Acacia en los postes del Tabernáculo nos habla de la carne INCORRUPTIBLE, y al ser revestida de oro nos habla de DIVINIDAD, por lo que obtenemos la figura de JESUCRISTO, hombre que venció a la muerte, incorruptible (Acacia), y también el Hijo de Dios, divinidad (oro).

2) Esa persona, era mi redentor. (Plata)

El capitel, cabeza, de plata nos habla de que Jesucristo es mi redentor, es nuestra cabeza, es hombre, Dios hecho hombre, pero es nuestro único redentor y debemos sujetarnos a Él.

3) Tuvo que sufrir para mi redención. (Base de Bronce)

Jesús sufrió para sostenernos y levantarnos, es la base, verá el fruto de la aflicción de Su Alma y quedará satisfecho (ver Isaías 53.11).

Jesús vino a la tierra sabiendo que iba a sufrir (base de bronce). No eludió su responsabilidad pero lo hizo por amor a nosotros, para nuestro bien.

4) El Profeta que se hizo pecado por mi (Pelo de Cabra)

Funciona a modo de un cable o tensor de sujeción, un elemento fundamental porque le da firmeza a toda la estructura del Tabernáculo sin el cual podría caer cada pilar. El profeta se hace pecado por nosotros pero también nos sujeta y mantiene firmes.

Detallemos un poco más este tensor:

A) Es el tensor que mantiene firme el pilar, es la Palabra misma que nos sostiene y levanta ya que nosotros también somos como esos pilares, somos como Jesús mismo, y ahora el tabernáculo somos nosotros.,

Proverbio 23.23 nos dice que compremos la Palabra de Dios y no la vendamos. Nos enseña que aunque hay tensión del poste (figura de la imagen de Jesús y por tanto también la nuestra) y a través de sujetarnos a la Palabra estaremos firmes, erguidos, derechos, en santidad, ello solo puede ser viable a través de la sujeción de nuestra voluntad a la Palabra de Dios, palabra profética.

En este sentido nos dice el proverbio 29.18 que el pueblo sin profecía se desenfrena (tuerce, cae, desvía). Estos postes se desviarían, caerían y torcerían de no ser por los tensores del pelo de cabra (profeta que vino, Jesús, a darnos la Palabra de Vida).

Lo vemos en Mateo 7.24 y siguientes, donde nos habla que el hombre prudente y sabio edifica su casa, vida, en la roca, oyendo el consejo de la misma pero también sujetándose a ella, de manera que cuando vengan las tormentas,

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lluvias y ataques no caerá sino que permanecerá firme. En el caso contrario vemos cuando se oye la Palabra pero no obedece, o lo que es lo mismo, cuando no hay una sujeción a ella, entonces no es suficiente el conocimiento de la Palabra y al no sujetarse a ella la construcción caerá y será grande su ruina (Mateo 7.27)

La tendencia del ser humano es el desvío. La carne no se sujeta a la voluntad de Dios ni puede (Romanos 8.7). Nuestra naturaleza caída, la carne, busca sus propios placeres y el mismo pecado. Pero gracias a Dios que nos ha sido dada la PALABRA de Dios. Ese pelo de cabra, el profeta hecho pecado, es nuestro sostén, nuestro apoyo, lo que nos permite mantenernos erguidos, derechos imitando, siguiendo las huellas, de nuestro maestro JESÚS.

En la misma línea vemos como en Efesios 6.14 que debemos estar ceñidos nuestros lomos con la verdad, y ello no gratuitamente sino para poder estar firmes contra toda acechanza del diablo, que nos querrá hacer caer (versículo 13). El enemigo siempre intentará que no nos sujetemos a la tensión de la Palabra del profeta Jesucristo. Pongamos un ejemplo que nos lo aclarará aún más: Cuando comemos más de la cuenta, la presión en la zona abdominal aumenta, resultando una incomodidad el cinturón que podamos llevar en nuestro pantalón o falda. En ese caso, tras haber alimentado en exceso la carne, nos veríamos obligados a quitar un punto del cinturón o quitarlo totalmente, e incluso también quitar un botón para no sentirnos “incómodos”. Esa incomodidad es placer a la carne, pero atenta contra nuestra salud. En esa misma línea nos podemos ver espiritualmente, el Señor quiere que nos mantengamos alertas, firmes, vestidos con el cinto de la Palabra de Dios, que en muchas ocasiones nos resultara incomodo tener que acatar Su Palabra. Por ejemplo no será fácil perdonar una ofensa grave, pero sin embargo Jesús lo hizo diciendo en el mismo momento de su injusta muerte, Padre perdónalos porque no saben lo que hacen (Lucas 23.34). Quizá a nosotros nos resulte difícil imitarlo, y la incomodidad que podamos sentir por obedecer a la Palabra de Dios y seguir el ejemplo de nuestro maestro, incomodara a nuestra carne, pero en el espíritu estaríamos totalmente, aún a pesar del sufrimiento de la carne, imitadores de Jesucristo, y por tanto estaríamos firmes, en victoria y poder, resistiendo toda provocación del enemigo y no cayendo, como a él le gustaría. Ahora entendemos mejor como esas basas deben estar firmes y solo pueden soportar las tormentas y tempestades si se encuentran asidas a los tirantes del pelo de cabra, como nosotros al cinto de la Verdad.

B) En el tensor, o la fijación a la Palabra profética, como lo hemos explicado, observamos que es muy fácil bajar la tensión, aflojar “la cuerda”, dejar de obedecer a la Palabra, y eso es lo que la mayoría hacen, construyendo una religión, filosofía o una particular opinión de la vida cristiana. Sin embargo lo difícil es mantenerse firmes, difícil aunque posible, pues Dios nos ha dado un Espíritu, el suyo, de Poder, Amor y Dominio Propio (2ª Timoteo 1.7), y con el mismo Espíritu que Jesús lo logró nosotros también podemos lograrlo. Esto tiene una importante trascendencia y podemos verlo en su aplicación en Mateo 7.14, donde nos habla de un camino estrecho y puerta angosta para ir a la Vida Eterna, mientras que lo fácil es

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irse a la perdición, donde encontramos un camino espacioso y puerta ancha, o lo que es lo mismo, donde no hay sujeción alguna a la Palabra de Dios, sino a nuestros deseos y muchos van entran ella.

C) Por último las basas y este tensor que las mantienen firmes nos muestran a la Iglesia, como nosotros somos los que la formamos, como si todos estamos firmes podemos sostener el tabernáculo conjuntamente, ya que la Iglesia es la columna y baluarte de la Verdad (1ª Timoteo 3.15). Entre todos hemos de mantener esa columna y ese baluarte, pero derechos, ya que no hay otra verdad. Hemos de ser luz del mundo y sal de la tierra. Además somos el cuerpo de Cristo (1ªCorintios 12.27), Su Iglesia, y por lo tanto hemos de ser como Él y el siempre estuvo firme, aun cuando fue tentado a soltarse del cinto de la verdad, de la sujeción a la Palabra del Padre. El dijo en Getsemaní, no se haga mi voluntad sino la Tuya (Lucas 22.42), es decir, no me dejaré caer o desviar, no me rebelaré sino que acepto la tensión, esfuerzo, esmero de ser obediente a Tu Palabra.

5) Quien Sufrió y murió, y a los 3 días resucitó conforme a las Escrituras (Estaca de Bronce enterrada hasta la mitad)

Vemos en la estaca de bronce el sufrimiento de Jesucristo el cual siendo en forma de Dios no se aferró a su condición sino que se hizo hombre. Bajó desde los cielos a la Tierra (Filipenses 2). Tan pequeño se hizo que acabó en el vientre de una mujer, María, en cuyo cuerpo fue encarnado en forma de cigoto, y como algo minúsculo y microscópico empezó, como cualquiera de nosotros, su vida carnal en este planeta. Por tanto vemos como cumplió las promesas de las profecías bíblicas, y observamos que no tuvo, por AMOR, ningún inconveniente de hacerse hombre, y todo ello para nuestro beneficio. Por eso vino a sufrir, pero Dios le exaltó por la Eternidad hasta lo sumo, si bien su vida en la Tierra fue de gran sufrimiento. Vemos la estaca que al estar clavada en la tierra nos habla de descenso, bajar, profundizar no solamente hasta la superficie de la tierra, sino bajar más profundo, y así lo dice la Palabra de Dios.

A nosotros nos enseña la humildad de nuestro maestro y como también nosotros hemos de imitarle, por lo que también hemos de estar dispuestos a sufrir (bronce), y echar raíces, pero conectados a la Palabra del profeta, la Palabra de Dios (pelo de Cabra), sabiendo que nuestro cuerpo irá a la sepultura, pero nuestro espíritu irá con el Señor.

Tres cosas fundamentales observamos, en esta estaca de Jesús:

1º.- Jesús bajó y predicó a los espíritus encarcelados (1ª Pedro 3.18-20). Jesús en esos tres días antes de su resurrección, bajó, como esa estaca, a los lugares más bajos de la tierra y dio oportunidad de salvación a aquellos espíritus encarcelados que no habían conocido la Verdad, a los prediluvianos. A los que antes de Noé no tuvieron la oportunidad de conocer a Dios y Su Propósito. También nosotros hemos de aprender de Él, en el sentido de descender a la humanidad, a los

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presos, encarcelados y cautivos, y para ello hemos de humillarnos y estar dispuestos a sufrir. Su autoridad llega al punto que en el nombre de Jesús se dobla toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra y aún debajo de la tierra, por lo que nosotros hemos recibido ese nombre como fuente de poder y autoridad (Filipenses 2.10). Si nosotros estamos dispuestos a sufrir haciendo la voluntad de Dios, también nos revestirá de Su Autoridad tanto en esta tierra como en la Vida venidera.

2º.- Jesús subió a los cielos pero también primero descendió (Efesios 4.8-10), así que en su descenso Venció, y nos libertó. Él venció a la muerte y el poder del pecado, dio un paso histórico en beneficio de la humanidad (1ª Corintios 15.55), y con dicho paso, al bajar a la tierra y estar Su Cuerpo en el sepulcro aquellos tres días sin que la muerte pudiera retenerle:

Isaías 25.8: “Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho”

Juan 10:17-18 “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”

I Corintios 15:4 “...y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día según las Escrituras.”

Apocalipsis 1:18 “...y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”

3º.- Jesús es el único que estando en el cielo, descendió, y volvió a subir, (Proverbio 30.2-4). Nos plantea la interrogante en este proverbio ¿Cuál es su nombre y el nombre de su Hijo? Antes de la venida del Señor Jesús no había respuesta, ahora sí sabemos quien Fue, quien Es y Será. Su nombre es Jesús.

Ninguna otra criatura ha podido estar en la presencia de Dios, descender voluntariamente y en la voluntad de Dios a la Tierra en forma humana, y volver después por su propia Justicia (obediencia estricta a toda la ley de Dios) a ser resucitado y además galardonado y recompensado por el Padre, el cual le exaltó hasta lo sumo (Filipenses 2.9).

Este hecho es sumamente importante pues para estar conectado con el Padre, Jesús hombre estaba bien atado a la Palabra, y con ella pudo soportar toda prueba y vencer toda tentación y volver al lugar de su origen, el cielo o la presencia de Dios. Podemos ver la estaca clavada en la tierra, de bronce, pero unida a la parte superior de la basa, al capitel de plata, para ser el camino para subir a los cielos con la aprobación del Padre, pero nunca lo hizo desligado de

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la Voluntad de Dios. Así hemos de hacerlo nosotros, adheridos a la Palabra de Dios podremos sufrir, permanecer, perseverar y vencer, aun humildes, aun sufriendo (estaca de bronce clavada en la Tierra).

Por último es importante observar que si bien los no creyentes suelen decir que nadie ha bajado del cielo para decirnos lo que hay al otro lado, con estos versículos observamos que sí hubo alguien, que bajó desde allí para nuestro beneficio y por amor, y pese a que muchos deciden no creer pruebas más que objetivas existen de su existencia, la cual ningún científico ni historiador que se precie dudará jamás, si bien si podrá ser puesto en entredicho si era o no Dios, pero jamás su existencia e historia que está totalmente verificada avalando los evangelios. De este modo el creyente obtiene en esta figura y explicación una aseveración y respaldo de su fe, la cual vemos que antes de que Jesús hiciese su obra expiatoria ya la Palabra de Dios hablaba de la misma, lo cual contribuye a afianzar nuestra fe.

4. EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO. Éxodo 38.1-7

Era un altar, portátil, como todo objeto del Tabernáculo, hecho de madera de Acacia, cubierto de bronce (Por el sufrimiento de los corderos).

Sus medidas eran 2,20 metros de largo, 2,20 metros de ancho y 1,30 metros de alto.

Era lo primero que veían los sacerdotes al pasar la Puerta del Atrio. Y nos enseña que no podemos acercarnos a Dios si no es a través de un sacrificio, y por supuesto ahora a través del sacrificio de Jesús.

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En Jesús tenemos todo cuanto necesitamos, como también en el Altar cabían todos los muebles del tabernáculo, lo cual nos revela que en Cristo están todas las bendiciones que necesitamos los creyentes, y se encuentran garantizadas en la muerte de Jesucristo y el su sangre derramada.

Representa la CRUZ ya que vemos:

1.- La Bondad de Dios hacia nosotros (un sacrificio que nos beneficia y libera a nosotros)

2.- La severidad hacia la víctima que lleva nuestros pecados: JESÚS

A) NACIMIENTO DE LOS SACRIFICIOS EXPIATORIOS:

Expliquemos ahora el por qué de los sacrificios en la historia del Pueblo de Dios:

Dios dio al hombre TODO. Adán y Eva no valoraron totalmente lo que Dios les encomendó. Fueron hechos Señores de la Tierra, si bien ellos se dejaron tentar por la serpiente. Todo cuanto Dios creó fue bueno (Génesis 1.4, 1.12, 1.18, 1.21, 1.25)

En esta preciosa creación resultó que Dios encomendó toda responsabilidad de Autoridad al hombre. Génesis 1.26-31 nos relata la satisfacción de Dios al haber creado todo, incluyendo al ser humano, pero además le dio autoridad para:

1.- Señorear (Gen.1.26): Estaba llamado a ser Señor de la Tierra, tener toda autoridad.

2.- Fructificar (Gen.1.28) o lo que es lo mismo, como había sido creado con la identidad de Dios, a su imagen lo creó (Gen. 1.27) entonces se esperaba que el ser creado con esa misma naturaleza diera el fruto esperado, el Fruto del Espíritu.

3. Multiplicarse (Gen.1.28) más allá de entenderlo en sentido fisiológico o natural la orden era hacer igual que muchos este mismo ser que tenía la semejanza de Dios. Si multiplicamos un objeto, necesitamos un molde a través del cual haremos otros semejantes, eso es multiplicar. El ser humano debía engendrar otros de la mima semejanza, con el mismo parecido, y por tanto semejantes y parecidos a Dios.

Sin embargo todo el plan de Dios se estropeó cuando Eva, y después Adán, desobedecieron el mandato dado por Dios, y por lo tanto perdieron todas sus prerrogativas, véase Génesis 3, con muchas más consecuencias que han llegado hasta el día de hoy.

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Pero fue la causa del primer sacrificio, es decir, TODO CUANTO DIOS CREO ERA BUENO EN GRAN MANERA PERO AHORA, el hombre había roto el equilibrio de la perfección y había que restaurar al ser humano, y además había que ayudarle. La primera reacción tras haber pecado fue que el hombre se escondió de Dios y tuvo miedo (Gen.3.10) algo que nunca había sucedido antes, ya que Dios tenía una estrecha comunión con el hombre, pero ahora se vio desnudo, desprotegido y sin la autoridad que Dios le había dado. Dios en su infinita bondad y misericordia tuvo que verse obligado a efectuar el primer sacrificio: la muerte de un ANIMAL INOCENTE, para cubrir el pecado de Adán y Eva (Gen.3.21), y solo para tapar su desnudez y restaurar su posición. Pero había un problema añadido, ya ellos sabían que había posibilidad de desobedecer a Dios, que eran libres, y que desobedecer les producía interés, independencia, sí podrían venir malas consecuencias y perder todo cuanto Dios les dio, pero también era “emocionante”, serian “como Dios”(Gen. 3.5), por lo que Dios no solo tuvo que sacrificar un animal inocente sino que tuvo que sacarles del Edén, del árbol de la Vida Eterna, pues el mal no podría ser inmortal ya que serían destructivos para sí mismos como para el resto de la humanidad (Gen.3.22-24). Los echó del lugar que creó para ellos, y tuvo que poner una seguridad para que nadie pudiera entrar inadecuadamente y tomar del Árbol de la Vida, poniendo una espada encendida que se revolvía por todos lados para que guardase el camino del árbol de la Vida (Gen.3.24)

Dios mostro algo muy importante que se repetirá por toda la historia de la humanidad y queda recogido a lo largo de toda la Palabra de Dios, “sin derramamiento de sangre inocente no hay remisión de pecados” Hebreos 9.22.

¿Por qué era necesario este derramamiento de sangre y consiguiente sufrimiento para criaturas de Dios? Dios nos quería enseñar al ser humano lo doloroso que es y los fatales efectos que produce el pecado en el orden de Dios y todo lo que Él creó, que no podemos olvidar que era BUENO, y a través del pecado lo estropeamos y destruimos. Además es una ley bíblica y universal que la consecuencia del pecado es muerte, Romanos 6.23 y Romanos 5.12.

Así que la idea de Dios es que el ser humano entienda que somos pecadores pero para frenar el pecado, para valorar nuestro estado en equilibrio con todo lo creado evitando que nuestras vidas se inclinen a la maldad, estableció Dios leyes en las que al hombre le costase la restauración de su maldad un perjuicio, una pérdida de algo que amase, como un animal propio perfecto y sin mancha, o el coste que tal pérdida económica para sacrificarlo pudiera suponer... De este modo no morirían personas pero sí un animal inocente, que recordaría siempre al ser humano que nuestro pecado traer como consecuencia directa muerte y pérdida, y por ello seríamos frenados a cometer más atrocidades teniéndolo en mente

Así lo entendió Abraham, el cual daba todo cuanto Dios le pidiese, e incluso estuvo dispuesto a entregar a su propio hijo, Isaac, cuando Dios se lo pidió. Esos sacrificios, como el que hizo Noé nada más salir del arca, el que hacía Abel, dando lo mejor, eran de gratitud y ofrenda a Dios, pero ya se iban preparando los

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corazones para entender que a Dios debe dársele lo mejor y estar dispuestos para recibir las leyes de los sacrificios que se darían por medio de Moisés y que están recogidas en Levítico 4 y hasta el capítulo 7.

A raíz de las leyes de los sacrificios Dios da unas instrucciones a Su Pueblo para que en casos determinados, por pecados determinados, se sacrificasen animales tipificados en la forma indicada.

B) TIPOS DE SACRIFICIOS ORDENADOS POR LA LEY.-

Se establecieron, a modo de resumen, las siguientes ofrendas:

a) Holocausto (Lv. 1:1,17) Ganado vacuno u ovino, tórtolas o palomas. Estos fueron ofrendas de consagración.

b) Ofrendas de oblación ( Lv. 2) Flor de harina, aceite, incienso y sal pero sin levadura o miel

c) Ofrenda de paz (Lv. 3:1,17) Vacuno, ovejas, cabras. Fueron ofrecidas para mostrar acción de gracias.

d) Ofrenda por el pecado ( Lv. 4y 5)

A su vez era diferente cuando el pecado lo cometía una u otra persona, podemos verlo el Levítico 4.

1.- Si era cometido por un Sacerdote, se debía sacrificar un becerro (Lv. 4:3,4) 2.- Si era cometido por la Congregación, igualmente debía entregarse un becerro (Lv. 4:13,15) 3.- Si era cometido por un Jefe, debía sacrificarse entonces un macho cabrío (Lv. 4:22,24) 4.- Si el pecador había sido una persona común debería sacrificarse una cabra (Lv. 4:27,29)

e) Ofrenda por pecar contra el prójimo (Lv. 6:1,7), un carnero de los rebaños y tenía que restituir por entero lo que había robado o engañado mas la quinta parte.

f) Las ofrendas diarias ( Ex 29:38,39; Núm. 28:1,8) ofrendas mensuales y del día del reposo ( Núm. 28:9,15) ofrendas de las fiestas solemnes ( Núm. 28:16,31)

Exponemos un cuadro en el que se esquematizan todo estos sacrificios:

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Hacemos, ahora, un superficial pero concreto estudio de cada uno de los sacrificios y ofrendas que se dieron en el tabernáculo, para que entendamos, también, su repercusión para nosotros en este tiempo:

TIPOS DE OFRENDAS Y SACRIFICIOS Y SU TIPOLOGIA PARA LOS

CREYENTES EN CRISTO DE HOY:

Partimos de la base ya conocida de lo estipulado en Colosenses 1.14, donde se nos dice que tenemos redención y perdón de todo pecado por Su Sangre y además nos ha trasladado, v.13, al reino de Jesucristo, librándonos de las tinieblas. En base a ello, entendiendo el sacrificio que Jesús hizo, no podemos sino aprender de Él, imitarle como ejemplo a seguir, Ofrendas expiatorias, y proceder a realizar las ofrendas gratas, como agradecimiento y deuda de amor. Pasemos a verlas detalladamente:

A) OFRENDA DE OLOR NO- GRATO (Expiatorias, involuntarias) (Cristo llevando la pena de nuestros pecados)

1.- Ofrenda por el pecado (Levítico 4) (Por las debilidades)

La Palabra habla de “yerro” y se refiere a debilidades y pecados que cometemos en ignorancia, pecados ocultos que ante la Santidad de Dios sí son visibles, pero normalmente no a nuestros ojos pecadores. La ofrenda por el pecado

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reconoce el pecado. Es para la expiación por el pecado. En esta ofrenda el hombre es un pecador convicto. Dios nos hace responsables por el pecado. Somos como los criminales que han sido declarados culpables y condenados a muerte. "La paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23).

Esto tipifica a Cristo como portador del pecado. Cristo es "hecho pecado por nosotros". (Cf. 2 Corintios 5:21). El trata con los pecados en particular. Su muerte cubre todos los pecados (I Pedro 3:18; Isaías 53:6; 1 Juan 1:9). Todo pecado debe ser cubierto - los pecados abiertos de rebelión, así como la carne, actos no intencionales o por debilidad. Dios es Santo y no hay pecado sin cubrir (1 Juan 2:1, 2; Romanos 8:3; Gálatas 2:16; Hebreos 13:10-13).

2.- Ofrenda de expiación o culpa (Levítico 5) (Restauración)

La ofrenda de expiación de culpa limpia la conciencia y envía al pecador de nuevo a hacer la restitución (v. 5). Aquí no se comenten pecados en ignorancia sino a propósito y se requiere la restitución. Siembre se ofrece un carnero. Fue por los pecados específicos por las que una persona había contraído la culpa. Si alguien había quitado algo a su legítimo propietario debía devolverlo además con el quíntuplo de lo que se apropió. Para Dios lo que se le hace a su Pueblo, se le hace a él.

Esta ofrenda tipifica a Cristo haciendo la restitución por el daño causado por nuestros errores. Traemos nuestro pecado, Cristo trae la ofrenda y la expiación por el pecado. (Cf. 1 Corintios 15:3). Cristo es nuestra ofrenda por la culpa, la satisfacción, en nuestro nombre para Dios. La idea de la restitución o restauración de los derechos de los que habían sido violados, o alterados está en primer plano aquí (Cf. Zaqueo en Lucas 19:8; Isaías 53:8; 2 Corintios 5:19; Colosenses 2:13, 14).

LA OFRENDA DEL OLOR GRATO (Gratitud a Cristo por Sus Méritos) Son voluntarias y se basan en la Gratitud a Dios

1.- Holocaustos, Corban (Levítico 1) Romanos 12.1

(Dedicación total a Dios, ser un sacrificio vivo para él)

Los holocaustos se ofrecían todos los días como una ofrenda de dedicación. Es el sacrificio más común en el Tabernáculo y dibuja la idea de la consagración y entrega propia de todos los hombres con el Señor. A causa del pecado era necesario que el pecador muriera espiritualmente. La víctima se consumió en el altar por el fuego, en lugar del pecador/es. Nosotros cantamos alabanzas que exaltan nuestra entrega y consagración al Señor, lo cual es un holocausto, por gratitud.

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Esto tipifica a Cristo ofreciéndose a sí mismo sin mancha a Dios con el placer de hacer la voluntad de su Padre incluso en la muerte. No había ninguna reserva. Cristo se entregó por completo a Dios en nuestro nombre. (Juan 6:38; 4:34; Efesios 5:2; Hebreos 9:14; 10:7). Se trata de la "entrega" de Cristo.

Este sacrificio también es de aplicación en la consagración del creyente a Dios (Romanos 12:1; 1 Corintios 6:2e).

Nosotros ahora debemos, en gratitud a lo que Dios en Jesucristo ha hecho dedicarnos totalmente a Él.

2.- Oblación u Ofrenda de comida (Levítico 2) Romanos 12.2

(Buscar la perfección, santidad, limpieza de levadura)

La ofrenda de alimento es el sacrificio de dedicación diaria.

Esto tipifica la perfecta humanidad de Cristo. Por eso no podía contener levadura ni miel, debía ser perfecto sin contaminación alguna. Cristo es perfecto en pensamiento, palabra y acción. Vamos a entregar la ofrenda perfecta. Él es el Pan de Vida.

En primer lugar, debemos venir a Él con nuestra ofrenda de holocaustos y luego seguimos con nuestra ofrenda continua. Esto es nuestro mejor regalo de la vida. (cf. 1 Pedro 2:22) Cristo es el grano de trigo que cae en tierra y muere (Juan 12:24; 4:34; 6:27).

La ofrenda de comida es también una bella imagen de la santificación de los creyentes, el que se ha apropiado del holocausto de Cristo por la fe. No invertir el orden. Justificación debe ser lo primero, pero una vez que somos un holocausto hemos de desear fervientemente ser como Él (Romanos 12:2). Su aplicación espiritual es el servicio ofrecido por el creyente y el alimento espiritual recibido. El servicio es un privilegio, no una remuneración. Hechos 10:4; Filipenses 4:18

Ahora deberíamos amar ser como nuestro maestro, santos y sin mancha, limpios de toda levadura

3.- Ofrenda de paz (Levítico 3)

(Gratitud y comunión)

La ofrenda de paz representa el compañerismo y la comunión con Dios. Es una ofrenda de acción de gracias. El sacrificio transmite las bendiciones y por la salvación establecida y asegurada. El Hombre que es justificado debería, de forma espontánea y en gratitud a Cristo, dedicarse a la alabanza y ejercitar la comunión. Siempre es precedido por el diario holocausto. Acción de gracias a Dios para la

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salvación. La ofrenda de paz ocupa el último lugar en el orden en que ellos observaron.

"Paz" en la cultura judía significa prosperidad, bienestar, alegría, felicidad. Es una fiesta alegre incluyendo al sacerdote, la gente y Dios.

Esto tipifica a Cristo, nuestra paz (Efesios 2:14; Colosenses 1:20; Romanos 5:1; 2 Corintios 5:19; 1 Juan 1:3, 7). Cristo es nuestro mediador de la paz.

Ahora nosotros no deberíamos conformarnos con nuestra posición sino más bien amar cada día tener, a todas horas, comunión con Él, tiempos de calidad en Su Presencia, deleitarnos, con acción de gracias, en Él.

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En resumen, la persona ahora en el nuevo testamento, que entiende que Dios en Jesucristo le ha quitado toda acusación derivada de nuestro pecado (heredado en nuestra condición humana) y nuestra culpa, “yerro”, o pecados cometidos sabiendo que no debemos cometerlos, pero por nuestra debilidad o humanidad, ahora todo creyente debería ser una:

1.- Ofrenda de holocausto, ofrenda del todo quemada, que no quede nada sin entregar a nuestro Señor. (Rendir todo a Cristo, ser totalmente suyos/as)

2.- Ofrenda de Oblación, ser una ofrenda sin miel, ni levadura, o lo que es lo mismo, nuestra vida en santidad para Cristo, sin endulzarlo o suavizar el camino del cristiano, como también sin contaminación, levadura, de este mundo o del pecado. (Pacto de santidad y limpieza para ser ofrenda agradable a Él)

3.- Y por último debemos necesariamente, todo lo anterior vivido que desear venir cada día a tener comunión con Jesús, escucharle hablar, tener paz con Él, ser una Ofrenda de paz. (Desear que nos tome en sus brazos, tener comunión y comer de su mesa y de Él, la santa cena cuando el vuelva, etc.).

A continuación plasmamos un esquema resumen, gráfico descriptivo de estas ofrendas y sacrificios, por su gran importancia para nuestra vida diaria ahora, en su representación y aplicación en el nuevo pacto, de la gracia, pero con una aplicación indiscutible en nuestra vida como un sacrificio vivo para Dios:

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PROCEDIMIENTO DE LOS SACRIFICIOS DE ANIMALES:

El procedimiento lo podemos leer en Levítico 4, el sacerdote ponía las manos sobre la cabeza del animal ofrecido y se le imputaba, cuando era sacrificio por culpa o pecado, los pecados cometidos al animal. De este modo, como Dios estableció, el inocente tomaba el lugar del culpable/s y el culpable/s quedaba redimido, exonerado del pecado, limpiado del error, a través de la muerte del animal. (Levítico 4.4, 4.15, 4.24, entre otros muchos, en cada uno de los sacrificios se debía poner la mano sobre la cabeza del animal). Veamos una imagen ilustrativa:

Sin embargo estos ritos y sacrificios que pretendían poner freno al pecado y hacer al ser humano meditar acerca de las pérdidas que el mismo produce, acabaron siendo algo religioso que se hacía de cualquier forma, de modo que los que tenían riquezas y capacidad económica vieron en los sacrificios la forma de enmendar su pecado, pero sin arrepentimiento, sin un corazón dispuesto a obrar la voluntad de Dios. Podemos verlo en Isaías 1.10-20. En este pasaje citado podemos ver como Dios mismo reprende a Su pueblo por haber convertido los sacrificios en un rito religioso, en un derramamiento de sangre habitual y vano, pero el mismo Dios

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les reprende diciéndoles que están pisoteando sus atrios, y que él no pide eso(Isaías 1.12). Llega a tal punto esta deformación de una sana práctica exhortadora, que llega a calificarla, Dios, de “vana ofrenda” (v-13)

Practicaban el sacrificio de los animales, pero no había arrepentimiento, no había restauración, solo cumplían el rito y se quedaban ahí. Les pide en el versículo 17 que aprendan a hacer el bien, restituir, amparad, y después, solo después, entrarían en paz con Dios. Eso refleja que habían desvirtuado el espíritu, la razón, por las cuales Dios había enseñando las leyes de los sacrificios.

Los animales, además, debían ser perfectos y sin mancha en muestra de respeto a Dios y acreditación de que Él es lo primero y más importante de nuestra vida. Así en Levítico 1.3, 1.10 se establece, entre otros muchos más versículos, pues así debía ser, que el animal debía ser “sin defecto”.

Pero dado este peligro de caer en religiosidad, como cayó el pueblo de Israel, ahora vemos otro de los desvíos en Malaquías 1.8, consistente en el hecho de que en lugar de dar Su pueblo lo mejor a Dios, lo más honorable, lo que más nos cueste al Señor, ahora resulta que acabaron dando ofrenda de animal cojo, ciego o enfermo, esto es, con defecto, pues solamente acabaron con el hecho de cumplir con lo determinado, pero no hacerlo en la forma idónea y esperada por Dios.

Aprendamos nosotros aquí, seamos cautos para que no caigamos en semejantes errores, ahora en este tiempo, bajo la Gracia, tampoco queramos nosotros ser de los que dan al Señor lo cómodo o fácil, ofrenda coja, ciega o defectuosa, ofrenda que aprueba la carne pero no agrada a Dios. Seamos como David, en 1ª Crónicas 21.24, que cuando Ornán le dijo que entregaba todo para Jehová, sin embargo también el rey David dijo que no podía aceptarlo, ya que no daría nada a Jehová que no le costase.

C) JESUCRISTO: EL SACRIFICIO PERFECTO INIGUALABLE.-

Dios merece lo mejor de nosotros, ya que ahora el sacrificio que Dios ha hecho es entregar a Su Hijo por nosotros, para tomar nuestro lugar, Juan 3.16, para regalarnos la salvación. Ningún sacrificio animal podía acabar con el pecado, por eso Cristo, tuvo que tomar semejanza de hombre y en forma humana llevar una vida sin defecto para ser sacrificado y así quitado nuestro pecado para siempre.

Veamos en la Palabra este sacrificio perfecto hecho una vez y para SIEMPRE, para quitar el pecado de la humanidad. Recordemos que ya Juan el Bautista describió a Jesús como el cordero de Dios que iba a quitar el pecado del mundo (Juan 1.29).

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Estudiemos los siguientes pasajes para comprender mejor lo que llevó a cabo nuestro Señor Jesucristo en nuestro favor. Vamos a transcribir los versículos, subrayar en negrita lo más destacado en el tema que tratamos y después unificaremos lo que queda subrayado y nos es de máxima enseñanza:

Hebreros 9.11-15: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

12) y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,

14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”

Hebreos 9.22-28: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin

derramamiento de sangre no se hace remisión. 23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas

así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,

sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el

Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el

principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. …. 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos….”

Hebreos 10.1-7: “… nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen

continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios

una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los

pecados. 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para

hacer tu voluntad”

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Hebreos 10.10:” En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”

Heb. 10:14 “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los

santificados.” Heb. 10:17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por

la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su

carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los

corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hemos transcrito estos versículos con el fin de facilitar su comprensión, pero ahora vamos a extraer la enseñanza en el hilo conductor de cuanto estábamos exponiendo. Para ello voy a componer un texto en base a todo cuanto ha sido subrayado, previamente, en negrita, y obtendríamos lo siguiente, lo cual llama especialmente nuestra atención de forma impactante, veamos: Cristo, no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. La sangre de los toros y de los machos cabríos santifican para la purificación de la carne, ¿Cuánto más la sangre de Cristo se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios? …..por eso es mediador de un nuevo pacto… interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones los llamados reciban la promesa de la herencia eterna… Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión….no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena… se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos…. nunca puede… sacrificios… hacer perfectos a los que se acercan… cesarían de ofrecerse…. la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados… Mas me preparaste cuerpo para hacer tu voluntad …somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre… hizo perfectos para siempre a los santificados…. nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones… donde hay

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remisión… no hay más ofrenda por el pecado… teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo. Es impactante la gran enseñanza que dimana de estos versículos, así entresacados y con la que podemos dar por más que explicado que el sacrificio de Jesús fue perfecto en nuestro favor, y que fue también necesario, pues el pecado no era quitado con los sacrificios animales, pero sí con el de Cristo, y esa es la base de nuestra seguridad de salvación y fe. Por eso justificados por la fe, y en los méritos de Jesucristo, tenemos paz para con Dios (Romanos 5.1) En apoyo bíblico de todo lo expuesto, nos remitimos a lo determinado en 1ª de Juan 1.7, donde nos dice que la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, así como en 1ª Juan 2.2 en el cual se estipula que Él es la PROPICIACIÓN por todos nuestros pecados. No obstante sí debemos ver algo concreto que ha de ser valorado como un fruto del nuevo pacto, el cual debemos disfrutar cada día. No relata un versículo un tanto enigmático el libro de Hebreos, en su capítulo 13, donde se dice: Heb. 13:10: “Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que

sirven al tabernáculo.”

En este sentido hemos de aclarar que estaba establecido en el ritual de los sacrificios que los sacerdotes, en algunos de ellos, debían comer del animal sacrificado, debían comer de la víctima. Véase en Levítico 7.6 y Números 18.9-10.

¿Qué quiere decir, entonces ese derecho a comer del altar que no tienen los que sirven al tabernáculo?

Bien, establecido el principio en el que los sacerdotes, como una bendición, viven del altar, y comen del altar, participan del altar, ahora los sacerdotes judíos que siguen la ley, el antiguo pacto, no tienen el privilegio de comer del nuevo Altar del Holocausto, el cual es Cristo, ya que no le han reconocido como su Señor ni sacrificio redentor ni perfecto. Sin embargo los que somos redimidos, los que realmente si tenemos a Cristo como nuestro cordero sin mancha, que quita el pecado del mundo, los que somos nacidos en el pacto de la gracia, sí que podemos comer del Altar, ¡ Qué maravilla amigo/a, nosotros nos alimentamos del mismo que nos salvó! En Juan 6.48-58. Allí en esta misma línea nos habla Jesús mismo que Él es verdadera comida, y reta a los oyentes a comer de Él. ¡Ahora sí que podemos entender bien el comer del animal sacrificado! Comamos cada día de Cristo, sea nuestro alimento, nuestro maná, nuestro sustento, Él es todo cuanto necesitamos.

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D) LOS CUERNOS DEL ALTAR, SU SIMBOLOGIA Y ENSEÑANZA.-

Los cuernos del Altar eran parte del mismo, no estaban adheridos, sino eran el mismo Altar: Éxodo 38.2.

En este sentido, el altar es lugar de sacrificio, sí, pero también símbolo de poder, fuerza y misericordia de Dios con el hombre. Eran símbolo de misericordia y perdón.

El hecho de que sean cuatro los cuernos del altar nos revela:

1.- Dicho importante elemento nos habla de PODER y FUERZA. Los cuernos, en la Palabra de Dios representan y son tipología de dicha fuerza y poder, y lo podemos encontrar, entre otros muchos versículos, en Apocalipsis 17.12, Daniel 8.3-4, donde cada figura nos suele referir, para su interpretación bíblica, algo concreto que Dios nos quiere mostrar.

2.- Los cuatro evangelios en los que vemos el Poder de Cristo y por lo tanto del evangelio que nos narra Su Vida perfecta. Sabemos que el evangelio, de la vida de Jesús, es Poder. Así lo determina Romanos 1.16 y 1ª Corintios 1.18. El evangelio, como también Cristo mismo es Poder en nosotros: Filipenses 4.13, todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

3.- Los cuatro puntos cardinales, Norte , Sur, Este y Oeste, por cuanto la sangre de Jesucristo se derramó para TODOS, sean de donde sean, no importando raza, color de piel, ni ninguna otra condición, es un Amor sin condición. Es la salvación gratuita y completa para toda criatura.

Ya sabemos que el altar, el sacrificio de Jesucristo, es un lugar de misericordia y REFUGIO PARA EL PECADOR. Veamos esto a través de una enseñanza bíblica:

Nos trasladamos ahora a 1ª de Reyes 1 y 2. Recomiendo su lectura pormenorizada pero procedo a resumir lo que aconteció:

David, el Rey de Israel, era ya anciano. Propusieron sus siervos de Palacio buscar una mujer virgen y joven para que le diera calor en cama. La finalidad era solamente hacerle entrar en calor por su deficiente circulación. Buscaron una joven, Abisag la sunamita (1ª Reyes 1.3). Al mismo tiempo Adonías, hijo de David estaba intentando ser Rey, pues muerto Absalón, el primogénito, le correspondía a Él ser el sucesor del reinado, pero Adonías sabía que el designado era Salomón. Así que Adonías, junto con Joab, general del ejército, prepararon todo para hacer, por su cuenta y en total rebeldía, rey a Adonías. Así que mataron animales e hicieron, escondidamente, rey a Adonías, no invitando a los profetas reconocidos por el pueblo, como Natán, Benaía entre otros, y el propio Salomón (1ª Reyes 1.5-9). Así

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las cosas Natán se presentó frente a Betsabé comunicando la rebelión. Esta lo hizo saber a David, en cuyo instante compareció también Natán (1ª Reyes 1.11-27). David acordó que sería Salomón el siguiente Rey (v.30). Así que dio las instrucciones (v.32-35) y se acataron rápidamente, ungiendo a Salomón como Rey (v. 39). Cuando Adonías y sus seguidores fueron informados, después de haber comido en la fiesta en que se encontraban (v.41, 43-48). Después de esto se estremecieron todos los que por su cuenta habían levantado como Rey a Adonías, ya que se percataron de que su actitud había sido totalmente rebelde y no respaldada por las autoridades impuestas por Dios, de modo que cada uno se fue por su camino (v.49), conscientes de que todo había sido un fracaso. ¿Qué hizo Adonías en ese momento sabiendo que el precio de su descaro era la muerte? ¿A dónde fue o se refugió? Pues estimado lector, Adonías se refugió en los cuernos del Altar (v.50). Él sabía que el precio de su rebelión era la muerte, y de entre todas las posibilidades que tenía para llevar a cabo optó por buscar el refugio del Altar, en el que se agarró y del que no iba a soltarse pues pendía su vida de un hilo, un hilo de misericordia, pues por sus obras era digno de muerte. Cuando Salomón tiene noticia de este hecho (v.51-52) dejó pasar por alto la ofensa, con la condición y apercibimiento de que si se hallare mal en él moriría.

Así vemos que los cuernos del Altar y el Altar mismo, son un lugar de refugio para el pecador para buscar y alcanzar misericordia.

Pero no acaba aquí esta historia, observemos. Cuando David durmió, 1ª Reyes 2.10 y siguientes, Adonías fue a Betsabé a reclamar a la mujer de David, Abisag. Adonías se encontraba totalmente gobernado por un espíritu usurpador, rebelde, contra Salomón. En esta estrategia de reclamar lo que Salomón tenía empieza con el atrevimiento de exigirle a Abisag. Betsabé aceptó hablar con el Rey (1ª Reyes 2.19-21) si bien Salomón vio bien amenazado, también, el reino por lo que entendió que era momento de acabar con su vida (v.23-24), lo cual ejecutó y Adonías fue matado por orden de Salomón (v.25).

Sin embargo hubo alguien que temía por su vida, Joab el general del ejército, quien se apresuró para ir al tabernáculo y asirse a los cuernos del Altar (v.28). Estaba buscando, al igual que Adonías, en su día, la misericordia y refugio que ahora él necesitaba para sí. También él sabía que la paga de su rebelión y haber apoyado a Adonías era la muerte, por lo cual fue directamente al lugar de refugio. Solamente allí podía, si Salomón lo aceptaba, salvar la vida. Pero Salomón tenía algo muy claro y era que la semilla maligna estaba allí, ese espíritu de rebelión estaba en Joab y por lo tanto también había de morir. Por ese motivo agarrado a los cuernos del Altar. Cuando Benaía entró al tabernáculo para matarle, como él no quería salir y había un gran respeto por el lugar, ya que era un lugar santo y de refugio para el pecador, por ese motivo intentó Benaía hacerle salir, pero se negó Joab, en actitud de petición de clemencia y misericordia (v.30). Al no salir del tabernáculo ni apartarse del Altar volvió, Benaía, a Salomón y le contó la situación, en acto de sometimiento total al Rey, y finalmente volvió al tabernáculo y Benaía mató a Joab (v.34), siguiendo las instrucciones de Salomón.

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Queda claro, pues, ahora para nosotros que el Altar es un lugar de refugio para el pecador.

Misericordia viene del griego “eleos”, y nos indica el carácter Compasivo de Dios, Su Amor. Dicho término implica dos premisas:

1.- La necesidad en quien recibe algo, de quien practicará la misericordia.

2.- La disponibilidad de lo necesario, los recursos, para poder darlo a quien lo necesita.

Dios es rico en misericordia, por lo que el Altar es representación de que todo cuanto necesita el ser humano se encuentra en Cristo, ya que en su sacrificio nos ha dado todo, nos ha enriquecido. Recomendamos la lectura de Efesios 2.4-7, donde se nos enseña que nosotros estábamos muertos, pero Dios en Su rica (infinita) Misericordia y por su gran Amor:

1.- Nos dio vida en Cristo Jesús, una nueva oportunidad, futuro, perspectivas... La Vida eterna y la liberación de este mundo. (Efesios 2.5)

2.- Nos resucitó, y nos hizo sentar en lugares celestiales con Cristo, por lo que ya estamos con Él y Él con nosotros. Ahora tenemos el gran privilegio de tener a Cristo con nosotros, constantemente, siempre a nuestro lado, aunque no le sintamos o notemos (v. 6).

3.- También nos ha dado Su Naturaleza, de toda su Riqueza y Frutos en abundancia para una MISION: Mostrar en este tiempo (siglos venideros) las abundantes riquezas de Su Gracia (v.7), lo cual es una de las cosas más maravillosas que puedan acontecer a cualquier persona, ya que ahora somos instrumentos para salvar a otros, de parte de Dios.

E) CARÁCTER INCLUSIVO DE “El ALTAR”: EL CRISTO INCLUSIVO.-

Estamos acabando con el Altar del Holocausto, pero no podemos hacerlo sin antes ver el gran privilegio que existe a través de Jesucristo para la humanidad, pues como ya estudiamos anteriormente el altar es un lugar de refugio, no siéndolo al menos efectivo ni medicaciones para depresión, sí son necesarias pero no sanan, y todo tipo de antídotos que el ser humano suele buscar para solucionar sus problemas.

Para ello vamos a estudiar tres características de este Altar, ahora Jesucristo, que hemos de conocer bien para poder ofrecerlas a la humanidad no creyente, ya que somos los escogidos por Dios para ese menester:

1.- El Altar es lo primero que se encontraba al entrar en el Tabernáculo.-

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El altar estaba ubicado en la misma entrada al Tabernáculo, era un lugar de pública concurrencia, donde la puerta se encontraba abierta durante todo el día y casi las 24 horas, ya que los sacrificios eran continuos.

Se encontraba junto a la puerta, y simboliza un lugar de muerte por el pecado, al igual que Jesús murió por nuestro pecado, pero con la bendición de que es el primer paso para acercarse a Dios. De hecho no hay otro camino para llegar a Dios, solamente Jesucristo Es el Camino (Juan 14.6), y por ningún otro medio ni camino podemos llegar a Dios. Es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo. 2.5).

Además no se encontraba escondido para unos pocos, ni mucho menos, estaba a la vista, a la entrada, imposible no verlo, y así debe ser Cristo a los que se acerquen a nosotros que somos el Tabernáculo de esta era. Además era accesible para TODOS los hombres. Veamos 1ª Timoteo 2.4. “el cual (Jesús) quiere que todos los hombres (seres humanos) sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” En el versículo 6 dice además que “se dio a sí mismo en rescate por todos.”

Choca esta característica con el mandato que Jesús enseñó en Mateo 5.13-16, en cuyos pasajes se habla de que los creyentes deben ser la sal de la tierra y luz del mundo, y no podemos escondernos, ya que somos para dar luz y que otros vean nuestras buenas obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos. Es este mismo sentido se encontraba, a la vista de todos, el Altar, lo cual nos revela de forma aún más clara que se trata de la representación de Jesucristo.

2.- No había gradas (escaleras) para subir al altar (Éxodo 20.26).

Nos enseña que el ser humano no puede presentarse ante Dios en su propia justicia, a través de sus obras, sino que es a través del propio sacrificio que Dios puso a beneficio del hombre la forma en la que nos podemos acercar a Él, de lo contrario el ser humano se expondría a un juicio del que sería imposible salir inmune e intacto.

Veamos Romanos 8.1-3, donde aprendemos que no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, y que fue Él (v.3) quien ante la imposibilidad del ser humano cumpliendo la ley, fue Jesús quien tuvo que hacerse semejante al hombre y condenar el pecado en la carne. En resumen, todo mérito es de Cristo, ninguno de los seres humanos podría permanecer por sí, por sus obras, delante de Dios.

3.- El sacrificio se realizaba (Éxodo 29.38-39):

a) Cada día (v.38)

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Cada día se sacrificaban dos corderos, diarios, los 365 días del año, de forma diaria había remisión de pecados, había misericordia a través de ese establecido sacrificio.

Así es la misericordia de nuestro Señor, es nueva cada día, y esto es una maravillosa garantía para el pecador. Veámoslo en Lamentaciones 3.22: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias (23). Nuevas son cada mañana.” (Aconsejamos ver también el salmo 136).

b) Continuamente (v.38).-

En el Tabernáculo no hay horarios, no hay vacaciones, no hay excusas, no hay ventanillas cerradas, porque continuamente era accesible ese Altar, como lo es Jesucristo hoy para con nosotros y los pecadores que se le acerquen. A cualquier hora del día, en cualquier momento, nunca es tarde, como aquel ladrón que estaba junto a Jesús en el momento de la crucifixión, siempre la misericordia del Señor está disponible para TODOS.

En el versículo 42 nos matiza que este sacrificio será un holocausto continuo por las generaciones venideras, y se hace a la puerta, como ya hemos indicado antes en el apartado 1.

c) Un cordero en la mañana y otro en la tarde (v.39).-

Se estableció por Dios un sacrificio de un cordero en la mañana y otro en la tarde, todos los días, continuamente, y es algo increíble, sin antecedentes, ya que nos habla de la gran disponibilidad de la misericordia de Dios en favor del ser humano. Imaginemos un cordero de un año en la mañana y otro en la tarde, y sin cesar cada día, los 365 días del año, lo cual evidencia un incesante cubrimiento de los pecados de aquellos que se acerquen buscando el perdón.

Ese Altar no podía apagarse, ya que a la mañana del día siguiente esas brasas eran las mismas que debían encender el altar de los sacrificios del día siguiente, así que obtenemos un Altar que siempre estaba encendido, recordándonos hoy que Dios siempre está en nuestro favor e intercesión. Hebreos 7.25, nos dice que Jesús vive para interceder por nosotros para “salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Observemos algunos versículos más, que nos indican y recuerdan a ese Altar en la persona de Jesús: Marcos 16.15-16: Quien crea (incluye a todos) y sea bautizado será salvo.

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Hebreos 4.16: Nos podemos acercar confiadamente al Trono de la Gracia, a Dios, para recibir conforme a nuestra necesidad, la ayuda necesitada. Jeremías 33.3: Podemos clamar a Dios, y Él mismo nos va a responder, en cualquier situación, en cualquier momento, a cualquier hora, sin interferencias ni dificultades. Mateo 28.20: Jesús prometió estar todos los días con nosotros hasta el fin. Juan 6.37: Cualquiera (Todos) que venga a Jesús no será echado afuera. En conclusión, al igual que el Altar de Bronce estaba continuamente encendido recordando que Dios amaba a la humanidad y por ese motivo se sacrificaban animales, que era una sombra y anticipo de que un día Jesucristo moriría una vez y para siempre, ahora Jesús está a la diestra del Padre para ayudarnos, podemos venir al Trono de la Gracia por Jesús, por Sus Méritos, no los nuestros. Ahora podemos ver a un Jesús inclusivo, que quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Es el primer paso, luego vendrá otro camino, pero hasta aquí vemos como empezamos la vida cristiana.

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4. EL LAVACRO (o fuente de bronce). Éxodo 30.17-21

Su base era de bronce. Estaba hecho para que los sacerdotes se laven los pies y las manos.

Los sacerdotes debían de lavarse después de hacer el sacrificio. Este lavamiento limpiaba o purificaba al sacerdote para poder entrar al Tabernáculo, al lugar santo para adorar, o morirían (v.20).

TIPOS que representa el LAVACRO: 1º.- El lavacro nos habla de Cristo, la Palabra viviente. El agua en el lavacro nos habla de la palabra escrita. 2º.- La verdad espiritual que este vaso enseña, es la de la Santificación por la Palabra de Dios. Ef. 5:25-27. 3º.- Llegamos al lavacro después de pasar por el altar, el altar es para pecadores, el lavacro era para los sacerdotes y tenían que ver con su

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separación para entrar en el santuario con el fin de adorar. (Ver)Ex: 30:18. Veamos ahora, detenidamente, cada uno de estos tipos, desarrollándolos y viendo su interrelación con Jesús y su provisión en el nuevo testamento: 1º.- El Lavacro como Cristo: Palabra encarnada.- Aquí vemos que Cristo es la Palabra encarnada, es el verbo que se hizo carne, se hizo hombre y vino a habitar entre nosotros. Juan 1.1-2, y v.14. El descendió y se nos presentó como medicina. El espíritu de la Palabra de Dios se hizo visible, se hizo hombre, y su nombre fue Jesús. Dios en Génesis 1 creó todas las cosas con la Palabra, dijo “sea la luz” (v.3), “haya expansión”(v.6); “júntense”(v.9), entre otros muchos y cuando llegó a la creación del hombre dijo (v.26) “hagamos al hombre a nuestra imagen”, la misma trinidad(Padre, Hijo y Espíritu Santo) se coordina y unifica para crear al hombre, y vemos esa unidad, “hagamos”, por lo que la imagen tomada como referencia para hacer al ser humano fue Jesucristo. Él fue el modelo, así que el Verbo, Juan 1.1, estaba con Dios, y era Dios, y ahí vemos a Jesús, la máxima expresión visible de Dios, por lo que se hizo hombre, se encarnó, se manifestó a la humanidad, a todos nosotros, para purificarnos. Él, como el Lavacro, resplandece, porque es Santo, es Santidad. Es Puro, y así como el Lavacro resplandecía, así vemos a Jesús, en lo espiritual. Hebreos 1.3: “siendo el resplandor se su gloria, y la imagen misma de sus sustancia, y quien sustenta todas las cosas por la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas…” Jesús es el resplandor de la Gloria de Dios y Su Imagen visible, y aquél que nos purificó a los ojos del Padre. Nadie ha visto a Dios jamás (Juan 1.18; 1ª Juan 4.12) y cualquiera que le viera moriría (Éxodo 33.20), pero su imagen visible es Jesús. Así también ahora nosotros somos purificados en Él, en Jesucristo, quien ya nos ha justificado ante el Padre, nos purificado, nos ha lavado de nuestros pecados, ahora podemos ser como Jesús al habernos dado Su Espíritu y haber hecho nacer de nuevo el nuestro, y todo ello es lo que representa el Lavacro, en el que los sacerdotes, ahora nosotros, nos hemos de lavar, para poder entrar al santuario. Es el recordatorio de que Jesucristo es nuestro purificador y la entrada al santuario es a través de Él. 2º.- El Lavacro representa la Palabra Purificadora de Dios.- Vemos en Efesios 5.25-27 una preciosa enseñanza no solamente para los matrimonios sino lo que ocurre respecto de Cristo y de la Iglesia, y la purificación que se da a través de la Palabra.

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En este sentido sabemos que Cristo se entregó por nosotros, V.25, pero en el v.26 nos añade la finalidad, que la vemos también en este elemento del Tabernáculo, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, es decir, la finalidad o meta por la que Jesús se entrega es para hacernos a nosotros puros, santos, por Sus Méritos pero en nuestro beneficio. De este modo nos ha santificado y purificado a través del agua, de la Palabra de Dios, y tanto los sacerdotes en el Tabernáculo, como los cristianos de hoy, hemos de lavarnos en la Palabra de Dios para poder entrar en el Santuario, en el lugar donde Dios se va a revelar a Sus hijos. Vemos el mismo principio de la Palabra de Dios con este efecto purificador en Juan 15.3, donde dice Jesús: “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”. Se nos reitera que la Palabra dada por Jesús tiene capacidad de limpiarnos, capacidad de santificarnos, purificarnos. Ese es el milagro, el Poder de la Palabra de Dios. Invitamos, en este orden y para entender bien este Poder de la Palabra de Dios los siguientes versículos: - Proverbios 3.8, 4.22, 16.24, 24.14 acerca de la Palabra como medicina para nosotros. - Proverbio 30.5: Toda Palabra de Dios es limpia, y por tanto es útil para limpiar en relación con 2ª Timoteo 3.16: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (17) a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Salmo 119.9: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” En definitiva es la Palabra de Dios limpia y útil para limpiarnos a nosotros, para que seamos como el modelo Jesús, de manera que estemos preparados para Su Obra, para llevar Su Imagen, para ser luz del mundo, sal de la tierra, llevar Su Carácter. Terminamos con el Salmo 51.2-4, y v.7: Encontramos aquí el reconocimiento de David de que había sido formado en maldad, había herede dado de sus padres la tendencia al pecado, la concupiscencia, pero David pide ser lavado de dicha maldad y limpiado de su pecado, y clama a Dios. Reconoce tener siempre delante de él sus propios pecados, y no quiere que estén ahí (v.3). Concluye en su petición desesperada (v.7) para que Dios lo purifique con hisopo, para ser limpio, que sea lavado, y será más blanco que la nieve. David conoce el Poder de Dios para perdonar, para lavar, para santificar, y ello a través de Su Palabra.

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3º.- Llegamos al Lavacro tras pasar por el Altar.- Solo los sacerdotes, solo los adoradores, podían entrar en el santuario, y para ello debían de dar un paso más que los que sí podían llegar al Altar. Todos tenían acceso al Altar, pero solamente los que iban a adorar, a ministrar al santuario, los sacerdotes, tenían que lavar sus pies y manos en el Lavacro, de lo contario morirían, como vimos más arriba. Solo los adoradores eran un sacrificio vivo, para Dios, solo ahora los que hemos sido hechos reyes y sacerdotes para nuestro Dios, voluntariamente nos lavamos a diario en la Palabra de Dios. Además este elemento, y para esta misma función de autoexamen y corrección de las faltas, estaba elaborado con espejos de bronce que habían donado las mujeres que velaban a la puerta del Tabernáculo de reunión (Ex.38:8), y su superficie pudo haber sido especialmente brillante y espejada, que ayudaría al sacerdote a lavarse a conciencia y a recordarle que Dios mira el corazón, más allá de la apariencia exterior. También la misma Palabra de Dios nos muestra como somos realmente, es un espejo en el que vemos realmente como somos. LOS ESPEJOS: Nos indicaban sacrificio y entrega, pues para ellas eran de gran valor, la ley es simbolizada por un espejo (Sant. 1:23-25), y a su vez no fue nada fácil en la carne que las mujeres donaran voluntariamente ese elemento tan codiciable y precioso para su acicalamiento y arreglos, lo cual nos muestra que hay que amar al Señor y tenerle a Él lo primero para poder usar el Lavacro antes de adorar. En esta entrega, primero las mujeres que los donaron murieron a lo personal para que otros recibieran y tuvieran. Del mismo modo los sacerdotes mueren a su propia vida para vivir para los demás. Así lo establece en 2ª Corintios 5.15 donde establece que los que ahora vivimos, gracias al milagro de haber nacido de nuevo por los méritos de Jesús, debemos ahora no vivir para nosotros, sino para Él. También vemos aquí como el espejo refleja la persona, muestra sus bellezas o deformidades; así la palabra de Dios es como un espejo que revela quienes somos. Decíamos que en Santiago1.23 se hace un símil en el que se nos relata a la persona que se mira al espejo pero descuidadamente, sin mejorar su aspecto, sin darle importancia, y así seria quien se acerca al lavacro y no se lava. Hemos de lavarnos cada día en la Palabra de Dios, examinarnos y mejorar cada día, cada día morir, por amor a Dios. Santiago 1:22: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. (23) Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. (24) Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. (25) Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la

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libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” Hebreos 10:22: “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”. Al igual que los sacerdotes tenían que lavarse obligatoriamente antes y después de entrar al lugar santo, porque sino morirían. Ex: 30:20, ahora los creyentes (los hijos de Dios) habiendo sido constituidos como sacerdotes (Ap: 1:5-6; 1° Pedro. 2:5-9) debemos lavarnos con la Palabra de Dios antes de acercarnos al santuario (todo lo que tenga que ver con ser representantes, ministros, del nuevo pacto). Vemos la importancia para Dios de que los que somos suyos estemos limpios en el Salmo 24.3-4: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? (4) El limpio de manos y puro de corazón;”

El creyente de ahora, solamente debe lavarse los pies (que es el andar diario) y no las manos (que son las obras). Pero ¿Por qué no las manos? Romanos 6.11 dice que la gracia de Cristo reemplazó todas las obras del hombre, así que hagamos lo que hagamos, no vamos a ir, o dejar de ir, al cielo, sino que vamos a ir por gracia. La forma de lavarse los pies era con el agua, que simboliza la Palabra de Dios (Efesios 5.26). La Palabra de Dios es lo que nos lava diariamente en nuestro andar diario.

En resumen: Dentro del Lavacro había agua, con la cual se debían lavar, el agua es símbolo de Cristo y también de la Palabra de Dios (Juan 15:2-3).

Para ir a la presencia de Dios el hombre necesita vivir apartado del pecado, bajo la autoridad de Dios siguiendo su Ley; esto solo lo puede lograr por medio del Espíritu santo y el estudio de la palabra santa.

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III. EL LUGAR SANTO.-

1. ELEMENTOS CONSTRUCTIVOS:

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A) VELO DEL LUGAR SANTO.-…………………………………

Antes de ingresar al Lugar Santo, había un velo. El velo estaba dividido en 5 partes, con los mismos colores que la Puerta del Atrio (blanco, carmesí, púrpura y azul). Este velo no habla de Cristo, sino de su cuerpo, la Iglesia. Habla de los 5 ministerios de la Iglesia (Efesios 4.11).

1.- El Apóstol: Se suele representar como el dedo pulgar. Así como el dedo pulgar toca los demás dedos (figura de cada ministerio), el Apóstol es el que pasó por todos los demás ministerios. El Apóstol supervisa el resto de ministerios de la iglesia.

2.- El Profeta: Lo representa el dedo índice. Así como el dedo índice sirve para indicar, el profeta es el que indica las cosas de Dios, da la dirección de Dios para que el pueblo no se desenfrene. (Prov.29.18).

3.- El Evangelista: Representado por el dedo mayor. Así como el dedo mayor alcanza cosas que los demás no llegan, el Evangelista es el que alcanza personas para Cristo, por lejos que se encuentren de Él y a pesar de que los otros ministerios no puedan de ningún modo lograrlo.

4.- El Pastor: Queda representado por el dedo gentil/anular, ligado a pacto de filiaridad, compromiso con el pueblo de Dios.

5.-El Maestro: Es el ministerio representado por el dedo meñique. Es un dedo/ministerio que llega a lados donde no llegan otros dedos/ministerios, entra más profundo a lugares donde es casi imposible acceder.

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Estos 5 dedos forman la mano del Cuerpo de Cristo que Dios usa en el mundo. En Efesios 4.14-16 nos da los resultados de los ministerios:

1) MADURACION. 2) ESTABLECIMIENTO EN LA FE. 3) AFIANZADOS EN LO ESPIRITUAL. 4) LIBERACION 5) AMOR 6) CRECIMIENTO EN CRISTO 7) ARMONIA

LA PUERTA AL LUGAR SANTO.-

Ex. 36:37-38 “Hizo también el velo para la puerta de tabernáculo, de

azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador; y sus cinco

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columnas con sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e

hizo de bronce sus cinco basas.”

La puerta de la tienda estaba constituida por una cortina de azul, púrpura,

carmesí y lino retorcido, colgada sobre cinco pilares de madera de acacia cubiertos

y coronados de oro, apoyados éstos en cinco basas de bronce.

Era la única entrada al Lugar Santo. Es interesante notar que esta puerta

tenía igual superficie que la puerta del atrio, pero sus medidas eran el doble

de la altura de aquella y la mitad del ancho. Este detalle no es casual, y encierra,

en figura, una significativa enseñanza respecto del orden de Dios: La puerta de

afuera, más ancha, era para todos, pero la del Lugar Santo, más angosta y de

mayor altura, era sólo para los sacerdotes. Consideremos el siguiente ejemplo:

El Evangelio de la gracia de Dios es para toda la humanidad, y la puerta es lo

suficientemente ancha para todos, pero los privilegios y las bendiciones de la casa

de Dios son exclusivamente para los santos (los creyentes en Cristo). Por lo tanto,

en la predicación del evangelio es preciso demarcar una clara línea divisoria

entre los hijos de Dios y los inconversos, y usar bien la palabra de verdad (2ª

Timoteo 2:15). Esta fue hecha de cinco columnas de madera de acacia recubierta

en oro con sus basas de bronce.

Esta puerta es figura de Cristo quien nos da entrada a la presencia de

Dios, sus basas nos habla de sufrimiento y juicio, Cristo llevó el juicio del pecado

por nosotros y ahora podemos entrar a su presencia.

Las cinco columnas representan a los cinco escritores de las epístolas,

Pedro, Pablo, Santiago, Judas y Juan; también representan los cinco ministerios

que nos relata Ef. 2:20 Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.

La puerta al lugar santo a diferencia de la del atrio era angosta, esto es porque

entraban solamente los sacerdotes, de esto se desprende que:

1º El atrio es para muchos, pero

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2º Las bendiciones de una comunión intima con Dios son

sólo para aquellos consagrados para Él.

B) CORTINAS Y CUBIERTAS.-

Éxodo 36:8 -19. Básicamente el techo del tabernáculo se componía de dos

partes.

1.- La primera parte era la cubierta EXTERIOR que a su vez tenía dos

elementos;

1º.- El primer elemento era la cubierta de cueros de tejones.

2º.- El segundo elemento era la cubierta de cueros de carneros teñidos

de rojo.

2.- La otra parte del techo era la parte INTERIOR, esta también tenía dos

elementos;

1º.- (3) Las cortinas de pelo de cabra,

2º.- (4) Las Cortinas de lino torcido.

1- Cubierta de cueros de tejones: Esta era la cubierta de más afuera y

visible, protegía los rayos de sol y era impermeable, (los tejones abundaban a

orillas del mar rojo). No tenía hermosura ni belleza, hablándonos así de la

humillación de Cristo, ésta cubierta nos enseña también de la separación de las

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cosas del mundo con lo santo, el cuero del tejón también se utilizó en las

sandalias (Ez. 16:10) mostrando así la separación con el suelo de esta tierra.

2- La cubierta de cueros de carneros teñidos de rojo: Ésta era

siguiente cubierta, que seguía a la de los cueros de tejones. Esta cubierta nos

recuerda la historia de Abraham e Isaac cuando Dios le proveyó de un carnero

(Gen.22:19) para sacrificio en lugar de su hijo Isaac. El profeta Isaías predice este

sacrificio en la persona de nuestro Señor. Isaías 53:5: “Mas él herido fue por

nuestras rebeliones, molidos por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz

fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados.”

3- Las cortinas de pelo de cabra: Ésta era la segunda gran cortina que la

formaban once lienzos de 30 codos de largo por cuatro de ancho estas cortinas

fueron unidas entre sí para formar una gran cortina de 30 x 44 codos (Ex 26:7-13).

Simboliza el sacrificio de Cristo por el pecado (Rom.5:9). Esta cortina tenía un

tramo más que la anterior y caía sobre la puerta del tabernáculo recordando así

cada vez que el sacerdote entraba el sacrificio de Cristo que iba a venir.

4- Las cortinas de lino torcido: Estas cortinas son las que se veían

desde adentro del tabernáculo y solamente las podían ver los sacerdotes. Estas

eran dos grupos de cinco cortinas de 28 x 4 codos, lo que sumaban entre sí una

superficie de 28 x 40 codos unidas entre sí por unos corchetes de oro, a lo largo de

los 28 codos. Dios ordenó que se pusieran cincuenta lazadas, estas lazadas

deberían hacerse de cárdeno. Esta hermosa cortina fue hecha de lino fino torcido,

adornado con colores, cárdeno, púrpura y carmesí, y con figuras celestiales,

querubines de obra delicada. Estas cortinas simbolizaban a Cristo glorificado.

Ap. 22:16:“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la

mañana”

2.- CONSIDERACIONES ESPIRITUALES.-

El Tabernáculo estaba dividido en dos compartimientos, uno, el de mayor dimensión, denominado el Lugar Santo, y el otro el Lugar Santísimo”.

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En el lugar santo había tres elementos distintivos: 1) El candelero de oro. 2) La mesa de los panes de la proposición. 3) El altar de oro. El Lugar Santo era un recinto sagrado al que podían acceder exclusivamente los sacerdotes. Para hacerlo debían sujetarse a rigurosas instrucciones establecidas por la ley de Dios. En Israel había una sola familia, la de Aarón, de la tribu de Leví, que estaba investida para el sacerdocio. El oficio de sacerdote en el antiguo orden era hereditario, y por consiguiente ese ministerio se transmitía de padres a hijos, sin posibilidad de que alguien ajeno pudiera tomar parte en el oficio sacerdotal. Entonces, para participar de tal privilegio era imprescindible haber nacido dentro del seno de la familia de Aarón.

Hoy, en este período de gracia en el que vivimos, aunque ya no estamos subordinados al viejo pacto, en cierto modo se reitera aquella condición: Sólo puede ser sacerdote quien espiritualmente ha nacido de nuevo en la familia de Dios (Ef.2:19) Pero a diferencia de lo que establecía el antiguo régimen de la ley como un privilegio para unos pocos, al presente todo hijo de Dios es constituido sacerdote (1ª P.2:5) empero de ningún modo como una prerrogativa hereditaria, sino porque Dios lo hizo nacer por la Palabra de Verdad (Stg. 1:18) Ahora, en la genuina familia de Dios, nacida de lo alto, no se reconocen distinciones entre “sacerdotes” y “laicos” pues todos los santos de Dios son “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios...” (1ª P.2:9). Desde el más flaco y débil de los redimidos del Señor, hasta el más maduro y desarrollado, cada uno puede apropiarse de estas verdades, y gozar de los privilegios que significan.

Las capacidades individuales o los dones dados a cada creyente por la gracia de Dios, importantes en otras esferas del servicio cristiano, no guardan relación con la competencia para el ejercicio del sacerdocio, pues éste es, en esencia, el derecho que les corresponde a todos los redimidos en virtud de su nacimiento espiritual, al margen de las habilidades de cada cual.

Es preciso no olvidar que hemos sido hechos cercanos por la sangre preciosa de Cristo, quien descendió hasta lo más bajo para levantarnos de nuestra ruina, y no solamente nos recató sino que nos elevó al rango de un “sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales, aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1ª P.2:5).

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El sacerdote de Israel, admitido por medio de los sacrificios ofrecidos en el altar, limpiado por el agua de la fuente, y ungido con el aceite santo, es figura del creyente acepto en el Amado, limpiado por el lavamiento de la regeneración y por la Palabra de Dios, y ungido del Espíritu Santo; hecho así apto para acercarse digna y confiadamente a Dios.

La sangre del Señor Jesucristo nos otorga el derecho de hacerlo con libertad. La purificación continua por la Palabra de Dios es la condición imprescindible, y el Espíritu de Dios el poder eficaz para que desempeñemos las funciones de nuestra vocación sacerdotal (Ver He.10:19-22 y Ef.2:18)

3.- ELEMENTOS CONSTITUTIVOS.-

Era un parte de la tienda del Tabernáculo, compuesta por:

1) El candelero de oro.- (Éxodo 25:31-40; 37:17-24; Números 8:1-4)

Éxodo 25:31 “Harás también un candelero de oro puro; labrado a

martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus

flores, serán de lo mismo.”

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Era totalmente de oro, labrado (tallado) a martillo (a mano). Pesaba entre 34-57 Kg, equivalente a un talento de oro (éxodo 37:24). Consistía en un pie y su caña, y de sus lados salían seis brazos tres para cada lado, en cada brazo había tres copas en forma de flor de almendro, una manzana y una flor. En la caña central del candelabro cuatro copas en forma de flor de almendro sus manzanas y sus flores. En el extremo de cada uno de los siete brazos tenía copas que contenían el aceite de oliva donde iban colocadas unas despabiladeras (mechas) que luego se encendían. Las tres copas de los seis brazos nos muestran que en toda la historia bíblica ha estado pendiente la plenitud de Dios, la trinidad, para mantener la Luz encendida en favor de la humanidad. Podemos ver tres brazos, tres milenios, antes de Cristo, la caña central, y tres después, a la derecha de la caña central. La caña central tiene, a diferencia, cuatro copas. ¿Por qué? El número 4 nos habla de cosmos, centro, inicio, nueva etapa, lugar de inicio o parte de algo, obra creadora, donde algo nace o parte, como los cuatro puntos cardinales, y nos representan esas cuatro copas el nuevo inicio para la humanidad, la nueva oportunidad, la BUENA NUEVA que trajo Cristo, para reconciliar a la humanidad con el Padre.

El combustible para el alumbrado era de aceite puro de olivas machacadas (Ex. 27:20-21; Lev.24:1-4). A diferencia del Altar del incienso, y de la mesa de los panes de la proposición, hechos de madera de acacia y revestidos de oro, el candelero fue forjado íntegramente de oro puro.

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Enseñanza espiritual:

A) La revelación divina del Espíritu Santo (1 Corintios 2.14).-

En el Lugar Santo no había luz natural, solo iluminaba la luz del candelero, esto es figura de la Luz de Dios, él único que puede alumbra en las tinieblas, siendo lo primero que Dios creó, una vez hechos los cielos y la tierra, como vemos en Génesis 1.3. . Del mismo modo nosotros no podemos ver el Reino de Dios si no nacemos de nuevo, como dijo Jesús a Nicodemo en Juan 3.3. Solo los nacidos de nuevo pueden ser iluminados por la Luz de la sabiduría de Dios. Si en un televisor antiguo, sin receptor TDT, aunque se esté emitiendo una gran película de la vida de Jesús y seamos informados del canal por el que puede verse, sin embargo no vamos a poder visualizarla, porque nos falta la capacidad de procesar esa señal. Así acontece con todos aquellos que no han nacido de nuevo, no pueden ver, entender, discernir la Luz, la emisión, la voz, de Dios. En 1ª Corintios 2.14-16 nos dice que el hombre natural, el ser humano no nacido de nuevo, no puede entender, no tiene capacidad de ver las cosas de Dios, y aún le son locura. En este sentido vemos el Candelabro de Oro como la Luz de Dios, el Espíritu Santo siempre emitiendo a los creyentes. Dando Luz, emitiendo la verdad.

Las Escrituras describen el candelero como constituido por una base o pie, del que salían una caña vertical, en el centro, y seis brazos orientados hacia los lados (tres para la derecha y tres para la izquierda) que sostenían sendas lámparas. Es decir, que el candelero estaba compuesto por un conjunto de siete lámparas en total, las que funcionaban por combustión de aceite puro de olivas machacadas.

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Vemos un pasaje en Zacarías 4, enigmático, en el que observamos dos olivos, frente a un candelabro semejante a este, y que nos habla del pueblo de Israel y los gentiles, uno a cada lado, representados por dos olivos, y un depósito de aceite para mantener el candelabro encendido (el Espíritu Santo), y con la enseñanza de que no es con fuerza sino con el Espíritu de Dios. El depósito es uno, similar para ambos olivos, la unción es la misma, el Espíritu es el mismo. El Espíritu Santo es quien tiene y da el Poder A TODOS. Con 7 lámparas iluminando, podemos ver claramente la obra iluminadora del Espíritu santo. “Juan a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, de parte del que es, del que era y que ha de venir; de parte de los siete Espíritus que están ante su trono;” (Apoc. 1:4); “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová (Presencia de Dios, Carácter). Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de poder, Espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.” (Isaías 11:2). Vemos también estos mismos siete Espíritus en Apocalipsis 4.5: “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.” Apocalipsis 1.4 y 5.6. El Espíritu Santo, en definitiva, es el que alumbra el sendero del cristiano, iluminando su vida, y por ende el de la Iglesia.

B) Muestra al Señor Jesucristo (Juan 8.2).-

El candelero, totalmente de oro puro, era el mueble más precioso. Expresa la divinidad de Jesús. Él es el deseado de las naciones Hageo 2.7, y también en Isaías 53.2, sin atractivo para que le deseemos.

Labrado a golpes de martillo, nos recuerda primordialmente al Señor Jesús, quien sufrió la cruz, menospreciando el oprobio. (He.12:2) para poder llamarnos de las tinieblas su Luz admirable. (1ª P.2:9). Esos golpes de martillo se expresan, contra la persona de Jesús, en Isaías 53, donde fue golpeado por nuestros pecados, herido, abatido…y en Hebreos 5.8, donde se nos dice que por lo que Cristo padeció aprendió obediencia.

Aquí encontraremos, en figura, profundas verdades que nos llevarán, como siempre, a la consideración de la bendita persona de nuestro Señor Jesucristo. Obviamente, el candelero fue emplazado en el Lugar Santo con la finalidad esencial de alumbrar ese recinto. El Señor expresó: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas” (Juan.12:46). Y en 2ª Corintios4:6 leemos que Dios es el que “resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” (2ª Co.4:6). En conclusión Solo Cristo puede guiar a la iglesia, sólo Él puede guiar la Iglesia, es el esposo, y nosotros la esposa, nos hemos de someter solamente a Él.

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Los siete brazos muestran la perfección de Dios, en Jesús. Las copas, con forma de flor de almendro, que había en cada brazo del candelabro, nos recuerdan la resurrección de Jesús, la vara de Aarón que reverdeció, produciendo flores y almendras (Nm.17:8). Sabemos que el almendro es el primer árbol que brota al acercarse la primavera. Es el primero en despertar, reviviendo al final del invierno. Por consiguiente, las flores de almendro en el candelero nos llevan a pensar en la resurrección de Cristo, “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1ª Co.15:20). Jesús resucitó (floreció) y vino a ser coronado en Gloria (fructificó), después de tanto sufrimiento (invierno).

El candelero es tipo del Señor Jesucristo en lo que a ser Luz se refiere,

veamos a Jesús en el evangelio de Juan:

El es la Luz: (Juan 1:7-9)

El es la Luz de los hombres: (Juan 1:4)

El es la Luz del mundo: (Juan 8:12)

El conjunto formado por el candelero, el aceite y las siete lámparas ardiendo en el Lugar Santo también alude a Cristo alumbrando a través de su Iglesia, (tipificada en su plenitud por las siete lámparas) por el poder del Espíritu Santo (simbolizado por el aceite) “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor” (Ef.5:8). Además la luz se producía a partir de aceite de olivas machacadas (Ex. 27:20-21; Lev.24:1-4) siendo Jesús machacado en el Getsemaní, en el griego, arameo y todos los idiomas del su tiempo lugar de prensa de aceitunas. ( Griego Γεθσημανἰ, Gethsēmani hebreo: שמנים גת, arameo: שמני גת, Gath-Šmânê, siriaco

ܢ ("Gat Šmānê, literal: "prensa de aceite ,ܓܕܣܡ

C) Al creyente labrado y siendo luz por el Espíritu Santo.-

Ahora, también nosotros, los creyentes debemos de ser labrados a martillo, es decir, para ser luz del mundo nuestra vida debe ser golpeada, transformada, por la Palabra de Dios, para formarnos a la imagen de Jesús: Jeremías 23.29 nos dice que la Palabra de Dios es como un fuego y martillo que golpea la roca. Golpea nuestros corazones endurecidos, nuestra carne, para ser moldeada. 1ª Reyes 6.7 dice que “cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro instrumento de hierro”. Así que todo creyente que debe anhelar estar en el santuario como luz, en la presencia del Señor,

http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_griego

http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_hebreo

http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_arameo

http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_siriaco

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debe comprender primero que, antes de ocuparnos en las cosas santas, debemos ser, como estas rocas, formados fuera del santuario (el servicio a Dios), debemos ser moldeados antes de causar ruidos, molestias o daños para los demás hermanos. El pueblo judío por el respeto del Lugar Santo, tallaba las piedras (nosotros somos también piedras vivas (1ª Pedro 2.5)) lejos del Lugar Santo, lejos del lugar donde hemos de dar lo mejor a Dios y entrar lavados, así que necesitamos ser transformados en las pruebas y tratos afuera para, en el santuario o en el servicio a Dios, no incomodar ni ser incomodados, ni dañar o ser dañados.

También somos la Luz del Mundo (Mateo 5.14)

El candelabro estaba puesto en la tierra para alumbrar en la oscuridad. Jesús dice que nosotros somos la luz del mundo, la luz de Jesús que brilla a través de los suyos es aquella que brilla para alumbrar al mundo. El combustible para el alumbrado era de aceite puro de olivas machacadas (Ex. 27:20-21; Lev.24:1-4). Cada lámpara estaba llena de aceite esto es figura de la unción del Espíritu Santo en nosotros, si estamos llenos de Él. El creyente que esté lleno del Espíritu Santo pondrá su vista solamente en Jesús, sufriendo todo por Él, y eso mismo le hará ser más luz.

En el anterior pasaje de Zacarías 4 aprendemos ahora que al igual que Israel no se nutrió de la unción del Espíritu Santo, no podemos nosotros hacer lo mismo, sino más bien llenarnos de ese aceite, machacando nuestra carne, para ser la Luz del mundo, y seremos la esposa ungida de Cristo, que le agradaremos en todo, y otros glorificaran a Dios por ello (Mateo 5.16)

Había copas en forma de flor de almendro y manzanas, el hombre iluminado por el Espíritu santo fructifica para la honra de Dios (Gal. 5:22); es necesario el Espíritu Santo en la vida del creyente, iluminándolo con la combustión del aceite santo, calentándonos con su llama sagrada (tomada del Altar del Sacrificio) y formándolo para que refleje sus frutos en por la causa de Cristo, y aprendiendo de Él, con una motivación sana: Gratitud al Señor por Su Sacrificio.

El ser todo de oro, habla de su valor, y así es el Espíritu Santo, lo que nos revela hasta qué punto puede llegar a ser codiciable, por las personas, su posesión por el gran valor que puede suponer. Veamos la historia de alguien que quiso comprar el don del Espíritu Santo: Hechos 8.17-25. Aquí un tal Simón, mago y que engañaba a muchos, vio el poder del Espíritu Santo y quiso comprarlo por dinero. Se enamoró, lo codició, quiso obtenerlo. Sin embargo, como vemos, no está al alcance de cualquiera con dinero, sino de los que son nacidos de Dios, labrados con martillo.

Llenos del Espíritu de Dios viviremos llenos de gozo, estando en el mundo pero no siendo del mundo (Juan 17.16), y convirtiéndose ellos a nosotros y no al contrario (Jeremías 15.19).

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2) LA MESA Y LOS PANES DE LA PROPOSICION.- (Éxodo 25.23-30; Levítico 24.5-9)

Ex.25:23 “Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud

será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.”

La mesa era de madera de acacia recubierta en oro tenía 0,90 mts. de largo x 0,45mts. de ancho, x 0,68mts. de altura. Tenía también una cornisa de oro alrededor y cuatro anillos por donde pasaban las barras para su traslado.

Sobre esta mesa se colocaban doce panes de flor de harina (la harina más fina) puestos en dos hileras como figura en el dibujo (figura también de las doce tribus de Israel) sobre estos panes se colocaba incienso puro. Estos panes eran cambiados cada sábado por el sacerdote, el día de reposo (Lev.24:5-9). Los

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sacerdotes se comían el pan de la semana en el lugar santo y mientras lo comían el incienso era quemado en el altar de incienso. También debía ser restituido por nuevo pan. Además del pan también había bandejas y vasijas donde se colocaba vino, y los sacerdotes cada sábado bebían de ese vino.

ENSEÑANZAS ESPIRITUALES:

1.- LOS PANES DE LA PROPOSICIÓN.- (Levítico 24.5-9)

Los panes se denominaban “de la proposición”, o más propiamente “de la presencia”, en razón de que permanecían continuamente en la presencia de Jehová, y bajo Su mirada. (Ex.25:23-30) "Y pondrás sobre la mesa el pan de la Presencia ante mí continuamente". Vemos a Cristo llevando a los suyos, continuamente, a la presencia de Dios, proponiendo su justificación. Dijo Jesús, en Juan 6:55-56, “mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come de mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en el.”

Juan 6.35: Yo soy el pan de vida…

Este elemento dentro del Lugar Santo representa a Jesús como el Pan de Vida del cual todo hombre debería alimentarse. (Juan 6:58) “Este es el pan que descendió del cielo....el que come de este pan vivirá eternamente.”

Jesús es el verdadero Pan de Vida (Juan 6.35), y lo Es para todo Su Pueblo, las doce tribus, representadas por los doce panes. Es el único que da vida, Juan 6.33, incluso puede dar vida al mundo.

Nos indica también UN PACTO, ENTRE DIOS Y SU PUEBLO. El Pan y el Vino, en la mesa, nos recuerda a la Pascua que Cristo tomó con sus discípulos, el pacto que ya en el Antiguo Testamento nos habla proféticamente de Cristo, quien es el Pan de Vida, es quien nos trae la provisión material y espiritual.

Ya en Génesis 14.18-19 vemos a Melquisedeq, la misma presencia de Cristo, en su encuentro con Abraham donde sacó pan y vino. Y lo ofreció a Abraham, en señal de pacto, y BENDIJO A ABRAHAM. Nos recuerda a la última cena de Jesús con sus discípulos. También allí fuimos todos bendecidos.

Vemos también en Lucas 22.15 como Jesús les expresa a sus discípulos cuanto había deseado tomar esa pascua con ellos, compartir el pan y el vino, revelarles el nuevo pacto (así llamado, entre otros, en Mateo 26.18). La Pascua fue establecida antes de salir de Egipto. Estudiemos Éxodo 12. Debían comer un

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cordero sin mancha, de un año (v.5), y con su sangre untar los dinteles de las puertas, con dicha sangre (v.7). Ahí vemos el Pan (carne comida del cordero) junto al Vino, su sangre, como un pacto para que no murieran como lo harían los primogénitos egipcios. Aquellos panes debían ser sin levadura (Éxodo 12.8), como los estudiados ahora de harina fina y además se comerían con hierbas amargas, como los de la proposición eran rociados de incienso (amargo). Cuando Cristo celebra la Pascua llama nuestra atención que habían, con Él, doce discípulos, como doce panes sobre la mesa (dicho elemento, la mesa, representa a Cristo que nos sostiene) también habían doce panes, representando no solo a las doce tribus de Israel, sino también a esos doce primeros apóstoles. Sorprende la gran profundidad de la sabiduría de Dios en la que vemos que todo está minuciosamente anunciado. Así que Pascua, Pan y Vino, representan Pacto de bendición de Dios para el hombre.

Necesitamos a Cristo (la Palabra) que alimenta (Pan) a Su pueblo (representado por el número 12, el gobierno de Dios). La mesa representa tanto a Cristo (Juan 6:35) y también la palabra de Dios, pues Cristo es la Palabra (Juan 1:1) necesaria para llegar a Dios. La Palabra de Dios da entendimiento a las personas sencillas, a los que no han aprendido la sabiduría del mundo. El Espíritu Santo (Candelabro de oro, ubicado justo enfrente de la mesa) hace comprender las verdades salvadoras de las Escrituras a todos los que desean conocer y realizar la voluntad de Dios, por ello el candelabro está enfrente de la mesa de la proposición:

2.- ELABORACIÓN CON LA FLOR DE HARINA:

Levítico 24.5: “Y tomarás flor de harina y cocerás de ella doce tortas…” Este pan era de flor de harina, o harina fina. Nos refiere una harina procesada, trigo molido, sin terrones, grumos, y tras el proceso normal que lleva desde que germina el grano de trigo hasta ser molido. Así que vemos a Jesucristo, el cual nació, como nace el grano de trigo, creció, fue cortado, murió, pero resucitó. Fue trillado, molido, abatido, amasado, horneado pero PERFECTO, sin impureza alguna. Además Él es nuestro modelo a seguir, debemos de vivir una vida buscando dejar toda impureza, todo terrón, toda dureza, para ser como nuestro maestro, parte del pan de Vida. Por tanto nos habla del proceso de Cristo y el de todo cristiano, que somos elaborados, formados a Su Imagen y semejanza.

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3.- PRIVILEGIO EXCLUSIVO DE LOS SACERDOTES, NO LOS INCREDULOS:

Dios había dispuesto que “el pan de la presencia” fuera también alimento para los sacerdotes (Levítico 24.9). Ellos comían los panes en la presencia de Jehová, y así cada uno recibía su parte de aquello que era la delicia del Todopoderoso, apreciando por sí mismos sus virtudes.

Igualmente nosotros, como linaje escogido y real sacerdocio (1ª P.2:9) somos llamados a participar del gozo de Dios en Cristo, alimentándonos del pan de Dios. “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1ª Co.1:9).

Aquí vemos que lo que se expresa es la figura es la comunión. Es interesante notar que en el Altar del Sacrificio se producía el holocausto( Del modo que Cristo se entregó en holocausto, así nosotros también nos entregamos, como ofrenda quemada del todo), en el Lavacro se limpiaba el sacerdote de la levadura y de toda impureza, y somos, por tanto, una ofrenda de oblación; y ahora en el Lugar Santo podemos tener comunión, como tenían los sacerdotes, con el Señor, sentarnos a la mesa y comer de Su Pan, y beneficiarnos de Su Vino, Su Pacto Nuevo. Hay comunión en la mesa.

En relación con los que eran convidados a comer del pan de la proposición, observemos algunos aspectos importantes, ya que Dios no dejó nada al arbitrio del hombre: Primeramente, Dios estableció quiénes no debían participar; después, quiénes podían participar, y por último, cuántas veces debían participar. En Lv. 22:10 leemos: “Ningún extraño comerá cosa sagrada; el huésped del sacerdote, y el jornalero, no comerán cosa sagrada”. Aquí hay tres tipos de personas a quienes les fue prohibido participar de la comida del sacerdote, y representan a los inconversos.

“Ningún extraño”, alude al hombre en su estado natural, no regenerado, a quien no se le debe permitir ninguna participación activa en la actividad de la Iglesia, en una función de servicio, ni en la Cena del Señor.

“El huésped del sacerdote” Puede referirse a la visita de un amigo íntimo, o familiar, que en razón de esos lazos con el creyente tiende a ser considerado con mayores privilegios que otros incrédulos.

Es verdad que los miembros de la familia sacerdotal, como tales, podían comer del pan, pero eso no significa que hoy los hijos de padres creyentes deban ser tratados automáticamente como creyentes, en la suposición de que hayan recibido la condición de hijos de Dios “por herencia”. Se cumple el dicho conocido de que Dios no tiene nietos, sino hijos.

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“El jornalero”, tampoco los que son asalariados o trabajan contratados o por un beneficio económico, pueden participar de lo santo. Sí podemos como Pueblo de Dios requerir los servicios de profesionales, a los cuales le les debe un respeto, pero no pueden participar o actuar de lo que es santo para Dios, de lo que está reservado a los creyentes. Cualquiera que trabaje para un cristiano en su casa, negocio o empresa solamente tiene una relación laboral, pero no por ello puede llegar a trabajar en la iglesia por esa amistad o relación. Cuando hablamos de trabajar en la iglesia nos referimos en las actividades o áreas reservadas a los sacerdotes, no en otras en las que quizá quieran participar o apoyar y que pueda serles de puerta de entrada al evangelio, pero nunca la ministración, la adoración, la dirección del pueblo, etc.

Los inconversos siempre serán bienvenidos a la sede de la iglesia o lugar de reunión, para que reciban el testimonio del Evangelio, pero no están habilitados para participar activamente en lo que es responsabilidad y privilegio exclusivo de los creyentes.

Consideremos ahora la frecuencia de la participación de los sacerdotes en los panes de la proposición. Como vimos, Dios había ordenado que cada día de reposo debían renovarse esos panes (Levítico 24.8), e instruido sobre quiénes podían comerlos y quiénes no debían hacerlo. Los sacerdotes habilitados tenían plena libertad de participar del pan. Pero, ¿Sería posible que alguno de ellos se negara a comer del alimento de Dios? Como redimidos, los creyentes-sacerdotes también tenemos la libertad y el privilegio de comer juntos del alimento espiritual. Pero se denota el interés de Dios para que Su Pueblo coma, de Él, todos juntos y también compartan unidos el tiempo de la comida, tanto espiritual como natural. Tiempo de comunión con Dios y tiempo de comida o alimento, en soledad como también con los demás sacerdotes, comunión en definitiva, son vitales para la vida saludable del creyente. No solo es buscar comunión con Dios sino también con los hermanos, sacerdotes, lo que llamamos Koinonía (“κοινωνία” significa en su traducción literal: participación, o interacción (social), o beneficio ayuda, compañerismo, comunión, contribución, dispensación, ofrenda, participación, participar, unirse varios). Este mismo término es utilizado en Hechos 2.42, donde se nos dice que los primeros cristianos perseveraban en la Palabra, pero también en la comunión unos con otros, y en el partimento del pan…,

Respecto del Señor, ya hemos experimentado que “Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan vivirá eternamente.” (Jn.6:58). Sin embargo, también necesitamos renovar constantemente nuestro entendimiento a través de la Palabra de Dios, no debiendo desechar el privilegio de nutrirnos del “alimento sólido”. (He.5:14)

4.- LA PRESENCIA DE DIOS.-

Sobre esta mesa fue colocado el pan de la proposición (Cristo nos propone continuamente ante el Padre, nos justifica y constantemente nos sostiene en Su

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Justicia), o de la “presencia”, llamado así porque estaba delante de él (Ex. 25:30, Levítico 24.8). La mesa en sí señala a Cristo llevando a Su pueblo ante la presencia de Dios. ¡Qué privilegio para los redimidos del Señor! Hemos sido hechos aceptos en el Amado (Ef.1:6) y estamos continuamente en la presencia del Padre, presentados y cubiertos del incienso fragante del Nombre que es sobre todo nombre. Necesitamos sobre todo otro conocimiento, el conocimiento proporcionado por la Palabra de Dios.

El Señor Jesucristo, en quien “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col.2:9) “estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.2:8) ya resucitado y glorificado, “se sentó a la diestra del Trono de la Majestad en los cielos.” (He.8:1). Y allí vemos a la derecha del candelabro, de la Luz de Dios, y del Lugar Santísimo, la mesa con los panes, la representación de Jesús, pero también nosotros estamos sobre Jesús, en la palma de Su Mano. Sobre la mesa había doce panes, prefigurando a las doce tribus de Israel en su unidad, como Dios desea que seamos todos uno. Todas estaban representadas allí, tanto la grande como la pequeña, y cuando la mirada de Dios contemplaba aquella mesa, también reconocía a Su Pueblo, UNIDO, todos en el mismo lugar. La figura resulta evidente, ¡Qué gozo intenso el del Padre al contemplar ahora a Su Hijo glorificado en los cielos, y a quienes nos dio vida juntamente con Cristo! y “juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.” (Ef. 2:5 y 6) 5.- LA CORNISA ALREDEDOR DE LA MESA.- (Éxodo 25.24-25 y Éxodo 37.12) A) SEGURIDAD DE SALVACIÓN.- La moldura, corona o cornisa de oro alrededor de la mesa del ancho de una mano alrededor de la mesa, servía para que los panes no se cayeran accidentalmente de la mesa (Ex.25.24-25; Ex.37:12). Podemos ver espiritualmente aquí la seguridad de todos los que confían

en Cristo (Rom.5.1 y Rom. 5. 10); (Juan 10.28: “y yo les doy vida eterna; y no

perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”)

El Señor Jesucristo no solamente nos trae a la presencia del Padre, sino que nos guarda allí. Es cierto que muchas veces tropezamos, pero cada hijo de Dios puede confiar en “Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de Su gloria con gran alegría.” (Judas vs.24). El Señor le confirmó al Padre: “De los que me diste, no perdí ninguno” (Jn.18:9). Y qué garantía tenemos cuando Él asegura: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Jn.10:28)

B) CORONA DE JUSTICIA Y GLORIA.- Esta cornisa ya descrita también significaba, por ser una corona, la exaltación de Jesús como Rey de Reyes y Señor de Señores, coronado y exaltado después de Sus padecimientos.

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Hebreos 2.9: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.”. Así que nos habla de coronas, ya que primero fue el grano que cayó a tierra y murió, pero ahora recibió su corona. Nosotros también debemos, como Pablo, trabajar por la nuestra. 2ª Timoteo 4.8: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”

Dicha corona está reservada para TODOS, ¿La tiene usted preparada…? ¿Tiene la certeza de que Dios se la va a conceder?

6.- LA REPRESENTACIÓN DEL INCIENSO:

El incienso puro que se colocaba sobre los panes significaba la devoción de Jesús a su Padre, y nos muestra también como el Padre había aceptado satisfactoriamente su sacrificio en la cruz, “como ofrenda encendida a Jehová” También los panes eran rociados con incienso puro lo que nos muestra tres cosas (Lev.24:7): 1.- A Cristo el cual, ya desde que fue visitado por los sabios de oriente, se le ofreció incienso, como muestra de que era un Rey, y donde ahora el incienso nos recuerda a la misma fragancia de Cristo, en cuanto a sacrificio acepto y perfecto aceptado por Dios, y beneficioso para nosotros. También a Cristo intercediendo por sus santos. Hebreos 7.25, Cristo viviendo siempre para interceder por nosotros. Romanos 8.34 donde se nos dice que Cristo intercede por nosotros. 2.- Los Sufrimientos de Cristo, pues los panes estaban mezclados con el amargo sabor a incienso, y nos muestra su sufrimiento por amor a Su Iglesia. Podemos ver este sufrimiento en todo el evangelio, pero sobre todo en Isaías 53.3-11.

3.- Cristo en forma Corporativa, que es Su IGLESIA, es decir, a nosotros los integrantes del cuerpo de Cristo, quienes somos grato olor, perfume, a Cristo (2Corintios 2.14-15). En Cristo somos grato olor a Dios padre.

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3) ALTAR DEL INCIENSO O DE ORO. (Éxodo 30.1-10)

Éxodo 30:1 “Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de

acacia lo harás. Su longitud será de un codo y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. Y los cubrirás de oro puro, su

cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro”

El altar de incienso llamado también el altar de oro, a diferencia del altar del holocausto que era de bronce. La construcción de este altar era sencilla, medía 1 codo x 1 codo, y dos codos de altura, en medidas actuales, 45 cm X 45 cm y 90 cm de alto.

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Tenía en la parte superior una corona que evitaba que se cayera el incienso allí depositado, también tenía cuatro cuernos uno en cada esquina, cuatro anillos de oro estaban debajo de la cornisa o corona que servían para meter dos varas de madera de acacia recubiertas de oro para poder transportar el altar. El altar de incienso estaba ubicado frente a la puerta del lugar santísimo, y el humo del incienso quemado llenaba los dos lugares.

Enseñanza espiritual: 1.- Intercesión de Cristo, y la nuestra. El simbolismo principal de este elemento era la intercesión de Cristo a favor nuestro y también nuestra intercesión en el nombre de Cristo. La vida de Jesús fue una vida de oración permanente. Él siempre se retiraba a solas para hablar con el Padre, y ahora Él está sentado a la diestra del padre intercediendo por nosotros (Hebreos 7.25). Este altar es un altar de adoración donde el sacerdote quemaba el incienso y éste elevaba un perfume grato delante de Jehová. Debemos entender también que nuestro altar de oro es el Señor Jesucristo, tipificando las funciones que lleva a cabo nuestro abogado y haciendo la intercesión por nuestra causa. Él es nuestro único pontífice y sumo sacerdote (Heb. 9:11y24). El término “pontífice”, dicho sea de paso, utilizado para referirse a la figura humana del “Papa” está formado por las palabras Pons, "puente" + Facere, "hacer", con un significado real de "constructor de puentes". Pero nosotros sabemos que solo hay un Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1Tim. 2.5).

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Dijo Dios a Moisés que el incienso quemado sobre el altar debía ser perpetuamente, esto nos simboliza a Jesús mismo que perpetuamente aboga por nosotros y que en “en Él habita toda la plenitud” (Col. 1:19). Pero de alguna manera también nosotros, la Iglesia, somos la sal de la tierra, preservamos a la Tierra de la destrucción y hemos de aprender de la intercesión de Abraham por Sodoma, en cuya enseñanza vemos que Dios busca un pueblo que se ponga en la brecha, como también nos enseña en Ezequiel 22.30: “Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé.” . Al igual que Dios busca en su pueblo quien se ponga en la brecha, también busca adoradores: 2.- La adoración como camino hacia Dios.- Este elemento representa también la adoración de los verdaderos adoradores, Juan 4:23,24, que Dios busca, para que le adoren en Espíritu y Verdad, como también busca intercesores (ver punto anterior). ¿Qué es ser, entonces, un adorador? ¿Es una persona que adora? Ese es uno de los errores más frecuentes en este tiempo. Dios no quiere nuestra adoración o que le demos cosas, sino más bien nos quiere a nosotros, y más concretamente lo que Él desea fervientemente es que seamos adoradores, personas que habiendo reconocido el sacrificio de Cristo, en nuestro favor, y en gratitud a ese maravilloso regalo de la salvación, ahora viven para ser sacerdotes (servidores) de Dios, y que le adoran en Espíritu (candelabro) y Verdad (la Palabra, representada por los panes de la proposición) implicando la muerte al “YO”, que la vemos en el altar del sacrificio, de donde todo adorador saca el combustible, o sería fuego extraño, previo paso por el Lavacro, para ser santificados. Es por tanto un adorador/a: Una persona redimida por Cristo que vive en gratitud continua para su Señor, a) sirviéndole a la Luz del Espíritu Santo (Candelabro de oro) y de su dirección y revelación diaria b) sostenido por Cristo, de Su Mano (Mesa de los panes), c) y alimentándose de la Palabra de Dios, el Pan de Vida (Los panes de la proposición), imitando a Jesús como modelo. Eso es adorar y ser Dios agradado.

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Salmos 5:7: “Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.”.

En resumen y de cara al acercamiento de todo cristiano/a a Dios, es el quinto paso o elemento a alcanzar. Como quinto paso encontramos que es necesaria la oración y adoración sincera en la vida del creyente para poder ir ante la presencia de Dios, con Él agradado, y siempre en los méritos de Jesús.

Los muebles del Atrio y el Lugar Santo nos muestran los 5 pasos para ir ante Dios (Lugar Santísimo). Estos son necesarios e imprescindibles.

El número 5 representa la responsabilidad del hombre frente a Dios, veamos: El número cinco aparece 318 veces en la Biblia. Tanto en la purificación del leproso (Lev. 14:1-32), como en la consagración del sacerdote (Ex. 29.20), la sangre es colocada sobre tres partes del hombre, las cuales, en conjunto, manifiestan lo que él es: La punta de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo grande del pie derecho. La sangre en la oreja representa la santificación y apartamiento del sacerdote para recibir la Palabra de Dios; en la mano para hacer el trabajo asignado; en el pie, para andar en Sus Caminos benditos.

Según la aceptación que Cristo tiene delante de Dios, la responsabilidad del hombre es total. Cada una de estas partes está sellada con el número cinco: la punta de la oreja derecha, representa los cinco sentidos; el pulgar, los cinco dedos de la mano; y el dedo grande, los dedos del pie. Esto indica que el hombre fue separado para ser hecho responsable delante de Dios. «Cinco» es, por lo tanto, el número de responsabilidad del hombre bajo el gobierno de Dios.

Por eso observamos ese ascenso escalonado para tener el gobierno de Dios en nuestras vidas y ser realmente responsables ante Dios y los hombres, y sobre todo, para agradar a Dios quien nos apartó del mundo para servirle a Él:

1.- Aceptar a Jesús como su salvador (Altar del sacrificio)

2.- Vivir santamente (Palabra) con el poder del Espíritu santo (el Lavacro)

3.- Ser iluminado por el Espíritu Santo (Candelabro).

4.- Ser alimentado por la palabra de Dios (los panes de la mesa) y dependiendo de Cristo (Mesa de los panes).

5.- La oración y adoración constante y sincera (altar del incienso).

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Es curioso cómo podemos ver aquí vemos la misma Trinidad de Dios. Observamos el Candelabro (Espíritu Santo), la Mesa de los Panes (Jesús), el Altar del Incienso (Jesús), y el mismo Dios en el Lugar Santísimo.

3.- La Corona de oro.- El Altar tenía alrededor una corona de oro; Esto nos simboliza a Jesús coronado en gloria y en honra, (Heb. 2:9). En el Altar de Sacrificio, que era de bronce (sufrimiento) no había corona. Esto nos tipifica a Jesús crucificado pero en este altar nos simboliza a Jesús resucitado. 4.- EL ALTAR DEL INCIENSO, EN SÍ.- Cada vez que se quemaba el incienso se llenaba de olor grato todo el Tabernáculo, (Lugar Santo y Santísimo), siendo quemado en la mañana y en la tarde, por Aarón y los sacerdotes designados. Debemos también destacar que Aarón quemaba incienso aromático sobre el cada mañana y no debía ofrecer sobre el incienso extraño, (Ex. 30:7-10). El castigo en caso de saltarse las reglas dadas por Dios: a) No puede ser ofrecido por extraños (Números 16.1-40): A la hora de ofrecer incienso aromático y encender el fuego del Altar de Oro era terrible, como lo vemos ejemplificado en los atrevidos hijos de Coré y todos sus séquitos (Núm. 16:1-40). En este caso se levantaron 250 hombres que querían ser igual que los sacerdotes, sin haber sido escogidos por Dios para ello. Se opusieron a Moisés y el fuego de Jehová los consumió y abrió la tierra y los tragó. En el versículo 40 se resume toda la enseñanza en que no cualquiera, ningún extraño, puede ofrecer incienso. Debemos tener respeto a la hora de ponernos a hacer las cosas que Dios ha establecido para hacerlas correctamente, si nos pertenecen y si somos aptos para ello. Jamás rebelarnos contra Dios o sus representantes para imponer nuestro servicio, si Dios no lo ha mandado. Otro ejemplo es el del rey Uzías. Fue coronado rey de Judá a los 16 años de edad. Durante muchos años, buscó al Señor; y mientras lo hizo, Él le dio grandes victorias (2 Crónicas 26:4-5). Pero las cosas cambiaron cuando “su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso. Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina…» (vv. 15-16). Cuando su corazón se enalteció hasta corromperse y se atrevió a entrar en el templo para quemar incienso extraño en el altar de perfume, a causa de esto

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vemos que le apareció al instante una terrible lepra (2Cr.26:16-23). Desafió abiertamente la orden divina. Quizá su orgullo lo convenció de que las reglas de Dios se aplicaban a todos, menos a él. Cuando se enfureció contra los sacerdotes que le dijeron que estaba equivocado, el Señor lo castigó y se volvió leproso (vv. 18-20). Esta lepra, disciplina de Jehová, le mantuvo aislado para su vergüenza y no poder cumplir con el propósito de Dios, como Rey. Esa lepra “Le excluyó de la casa de Jehová” (v.21). Un triste y nefasto final para un Rey, vivir y morir como un leproso, proscrito para la sociedad. Su soberbia y presunción, su orgullo y altivez, impidieron el propósito de Dios con él. Aprendamos, por tanto, a ser humildes y aceptar la voluntad de Dios para con nosotros, sin pretender nada más. b) No se puede ofrecer incienso, holocausto ni ofrenda, o fuego extraño (Éxodo 30.9): Aarón quemaba incienso aromático sobre él cada mañana y no debía ofrecer sobre el incienso extraño, (Ex. 30:7-10). Nótese que nos habla de incienso, holocausto y ofrendas que no pueden ser extrañas. No pueden ser diferentes a lo que Dios ha establecido, por lo que se requiere estudiar el incienso, el cual debía ser de una composición dada por Dios, y no podía alterarse en la misma.

Pero también el holocausto debía preceder, al ofrecimiento del incienso, del cuyo Altar de bronce debía tomar sus brasas, o fuego, y de ningún otro lugar ya que inmediatamente después de los sacrificios del Altar del Holocausto, y con sus brasas o fuego, Lev. 16.12: “Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo.” se encendía tanto el Altar de Oro como los incensarios.

También en este apartado vemos una disciplina muy dura, de parte de Dios, cuando los hijos de Arón, Nadad y Abiú, se saltaron estas reglas dadas por Dios y no ignorándolas, sino conociéndolas, no tomaron el fuego del Altar del Sacrificio, lugar designado por Dios, sino de otro lugar, precipitadamente. Levítico 10.1: “Nabab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. (2) Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová” No se trata de darle a Dios porque hay que darle adoración, sino ser adoradores, darle lo que merece y espera, y en la forma ordenada o establecida por él.

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En la aplicación para nosotros vemos que la única motivación, esperanza, y combustible que el cristiano debe tener a la hora de hacer algo para Dios, ha de ser la gratitud y Amor para con Jesucristo por habernos salvado, redimido, liberado. Nuestra única expectativa debe ser (brasas del Altar del Sacrificio) vivir para Él y como a Él le agrada. No debemos buscarle, presentarnos delante de Él, a nuestra manera, sin pasar previamente por la limpieza que Cristo representa. Hemos de recordar que si somos justificados es por Él, y que en gratitud deben fluir las demás cosas. Ningún otro anhelo o motivación deben ocupar el lugar de la gratitud a Cristo en nuestro servicio y el mismo Amor (brasas) que Él puso en su sacrificio, debe impulsar el nuestro. Solo la obra de Amor será recompensada por el Padre (Hebreos 6.10) c) EL INCIENSO.- Sabemos que el incienso por sí mismo, en su tipología bíblica, representa las oraciones de los santos (Salmo 141:2; Apoc. 8:3-4)

Pero había una formula especial para hacer el incienso (Ex. 30:34-38) y no podía ofrecerse fuego extraño, pues el que hiciera lo contrario sería cortado del pueblo. Indicándonos que, solo las oraciones sinceras, la alabanza pura, la adoración genuina y las ofrendas nacidas del corazón son aceptadas ante el Trono de Dios. Los ingredientes del incienso (Ex 30:34,38)

a) Estacte: Esta especie era obtenida un árbol en los montes de Gilead y corría del árbol sin traspasarlo. Es un tipo de la oración espontanea y alabanzas continuas a Dios. La necesidad extrema impulsa la oración voluntaria (Hechos 12:5). La plenitud del espíritu produce la oración y alabanzas espontaneas (Efe 5:18,19)

b) Uña aromática (Onycha): Según algunos escritores esta especie fue tomada del interior de un cangrejo del mar rojo, muy peculiar, ya que emitía perfume. La oración verdadera tiene que ser eficaz y ferviente (de la profundidad del corazón)

c) Gálbano aromático: Era obtenido de una zarza que crecía en las montanas de Siria. Llegaba a una altura de casi tres metros y tenia hojas en cada nudillo, de las cuales si eran quebradas emitía un jugo de color crema que era grasoso y resistente. La oración viene de un corazón quebrantado y contrito y es inspirada por la potencia de Dios mediante su Santo Espíritu (Sal 51:17; Ro 8:26,27).

d) Incienso puro: Estos tres ingredientes anteriores hablan de la oración y la adoración y el incienso habla del Espíritu. Los estudiosos del tema afirman que fue obtenido al hacer pequeños cortes en un cierto arbolito en la tarde y la goma salía durante la noche. Nuestro Señor Jesús al ser inmolado ahora nos ayuda en la oración entendiendo nuestro sufrimiento con gemidos indecibles, mediante su Santo Espíritu (Romanos 8:26).

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De todas estas sustancias se tomaban todas en igual peso (Ex 30:34) y se molían en polvo fino (v. 36). Este balanceado, equilibrio, nos habla de las porciones perfectas de todas las perfecciones de nuestro Señor Jesucristo.

Aunque la fórmula no era secreta, Dios había prohibido expresamente reproducir la composición del incienso santo para un uso distinto del establecido. Cualquiera que hiciera un perfume semejante sería cortado de su pueblo. La razón era que el incienso, ofrecido en el Altar de Oro, simbolizaba la santa fragancia de las perfecciones de Cristo, ascendiendo continuamente a Dios.

Nuestras oraciones (Ap.5:8), con alabanzas (He.13:15), acciones de gracias (Filip. 4.6; Col.2:7), adoración (Sal.29:2 y Jn.4:23-24) y peticiones (Fil.4:6 y 1ª Jn.5:15) componen un perfume que resulta “agradable delante de Dios nuestro Salvador” (1ª Tim.2:3). Muchos impíos encubiertos “que convierten en libertinaje la gracia de Dios” (Jud. 4) intentan copiar el “perfume santo” para aplicarlo en usos viles.

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III.- LUGAR SANTISIMO.-

En este estadio veremos elementos que solamente, el sumo sacerdote, una vez al año (en el día de la expiación) podía divisar pero que hoy, tras la muerte y resurrección de Cristo somos privilegiados hasta el punto que el acceso es constantemente posible en todo momento y para siempre. Este hecho no debe provocar en nosotros un libertinaje espiritual en el que como el acceso es libre podamos no respetar la Santidad de Dios, porque si así lo hiciéramos estaríamos errados y habrían consecuencias de nuestra temeraria actitud.

1.- VELO DEL LUGAR SANTISIMO.-

La puerta al lugar Santísimo o llamado también “el velo”. Éxodo 26:31-33 “También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata”. Tenía unas dimensiones de 4,5 metros de alto por 4,5 metros de ancho y 10 cm de grueso. Posteriormente, en el templo de mayores dimensiones, llegó a ser de 18 metros de altura. El historiador Josefo también nos dice que el velo tenía 10 centímetros de espesor, y que aún dos caballos atados a cada uno de sus extremos, les sería imposible rasgarlo. La tradición judía establecía que ni aún dos bueyes a cada extremo eran suficientes para romperlo en dos. El velo fue hecho del mismo material como la puerta del lugar santo (Éxodo 26:31,36) y la puerta del atrio (Ex 38:18), con la excepción que tenia labrado querubines sobre su superficie.

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La descripción en el libro de Éxodo, enseña que este grueso velo fue confeccionado con material azul, púrpura, carmesí y fino lino torcido. El sacerdote entraba una sola vez al año y siempre llevaba en su mano la sangre de la expiación. 1.- El Velo es Cristo mismo.- En un sentido, el velo era un simbolismo de Cristo mismo, como el único camino hacia el Padre (Juan 14:6). Esto está representado en el hecho de que el sumo sacerdote tenía que entrar en el Lugar Santísimo a través del velo. Este velo era de una sola pieza y llama nuestra atención que así lo era también la túnica de Jesús (Juan 19.23), viendo que nos lo representa literalmente en cuanto a esta tela. Aunque en los dibujos aportados no se aprecia bien, pues pareciera que el sacerdote entrara por el centro del velo, el sacerdote una vez al año entraba en el Lugar Santísimo por el extremo del velo, ya que era de una sola pieza. Ahora Cristo es nuestro mayor y supremo Sumo Sacerdote, y como creyentes en Su obra terminada, nosotros tomamos parte de Su mejor sacerdocio. Nosotros podemos entrar ahora en el Lugar Santísimo por Él. Hebreos 10:19-20 dice que los fieles entran confiadamente al santuario “… teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” Aquí vemos la imagen de la carne de Jesús siendo rasgada por nosotros así como Él rasgó el velo por nosotros, se desgarró en la cruz por nosotros. Él entregó su propia vida en una muerte voluntaria para que obtengamos eterna redención (Juan 10:17, 18) Cristo estuvo oculto desde el principio, pero siempre presente: El velo como figura en hebreos 10:20 es figura de la humanidad de Cristo (1Tim. 3:16; Juan 1:14), de aquí entendemos que como el velo ocultó la presencia de Dios de los hombres, así el cuerpo físico de Jesús ocultó del ojo carnal, natural (1Corintios 2.14), la plena manifestación de Dios: Juan 14.9. “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” En este sentido recordamos lo expresado en 2ª Corintios 2.14 acerca de que el hombre natural, no nacido de nuevo, no pude discernir, recibir las cosas que son del Espíritu de Dios, así que están ocultas como estuvo oculto al pueblo judío y lo está aún hoy, oculto a pesar de que no cesaban de mirar a ese velo, que lo representaba. En este mismo orden observamos cualquier religión, que quiere enseñar un camino para llegar a Dios, cómo nos deja ante el velo, que es Cristo, pero sin revelación alguna de acercarnos a Dios a través de Él. Antes de poder acceder a la presencia de Dios, con todas Sus bendiciones, ha de ser quitado el velo puesto sobre los incrédulos (2 Corintios 4.3-4: Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden

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está encubierto;(4) en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.) , y solamente Jesús puede libertarnos y darnos vista a los que hemos sido ciegos espirituales y lo son aún. Él vino para dar vista a los ciegos (Lucas 4.18). También sabemos que según se establece en 2 Corintios 3.14-16, el pueblo judío y cualquier otra religión, ve oscuramente y a través de un velo que le impide poder ver a Dios, pero nos dice la Palabra de Dios que “cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” (2Corintios 3.16). Cristo nos adentra ante el Arca, la misma presencia de Dios. La premisa para quitar el velo, la ceguera espiritual, como vemos es la conversión de nuestro corazón totalmente a Dios, conforme a Su Palabra. Dios entonces quitará los velos. Observemos que el centurión fue, en este sentido, una primicia por la conversión total de Cristo cuando rogó al Padre que pasara de Él esa copa, pero se convirtió aceptando la Voluntad del Padre (Lucas 22.42). En este mismo sentido llama nuestra atención lo establecido en Jeremías 15.9, donde Dios le dice al profeta que si se convirtiera, Dios le restauraría, y sería como Su Boca, para hacer caer los velos. A la hora que Jesús fue crucificado el velo del templo se rasgo desde arriba hacia abajo (Mt.27:51), esto quiere decir que fue roto por Dios, y no por los hombres. El velo roto significa el libre acceso a Dios por la fe en Cristo (Heb.10:19 y 20; 4:16) y ahora se revela a la humanidad y a los gentiles que Cristo era Dios, y lo vemos con el mismo centurión, y los que guardaban a Jesús con él a los pies de la cruz, cuando tras ser rasgado el velo, Mateo 27.54, y los efectos que se produjeron tras la muerte de Jesús manifestó: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”. Muchos velos cayeron a la muerte de Jesús, a la vista está la cristiandad al día de hoy, pero aún falta y es nuestra responsabilidad. Es muy llamativo ver aquí la aseveración bíblica de que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2.5), y lo podemos observar ya en el Tabernáculo, mirando la función del velo interpuesto como pared intermedia entre ambos. De este modo este velo daba a dos partes, por una lo veían y estaba presente para los sacerdotes, pero por el otro lado estaba en la misma presencia de Dios. Los sacerdotes ofrecían incienso ante el velo en el Lugar Santo, pero el velo mismo tenía contacto, mediaba, con el Lugar Santísimo donde estaba la presencia de Dios. Rasgado el velo Cristo fue hecho mediador de un mejor pacto, se rompió lo viejo, y en Su Sangre tenemos el acceso al Padre (Hebreos 8.6). Este velo tenía querubines que guardaban los lugares inaccesibles como está escrito en Gn.3:24: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y una espada encendida, que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”. Ahora nos toca, como cuerpo de Cristo, estar en la presencia de Dios a diario, como lo estuvo Jesús (ese velo entre el Arca y lo humano), de manera que podamos reflejar a Dios como Moisés lo reflejaba en su rostro, para que el mundo siga viendo y conociendo a Jesús a través de la Iglesia, pero para ello así como el velo estaba entre Dios y los hombres, nosotros tenemos el Ministerio de reconciliación pero hemos de estar constantemente en la presencia de Dios.

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La rotura del velo de arriba a abajo, es un hecho históricamente demostrado pero sobrenatural y nos enseña que fue roto por Dios y no por los hombres. El profundo significado de este evento es explicado en gloriosos detalles en el libro de Hebreos. Estas cosas eran sombra de las cosas por venir, y a última instancia, todas ellas nos guiaban hacia Jesucristo. Él era el velo hacia el Lugar Santísimo, y a través de Su muerte el creyente tiene ahora un libre acceso a Dios.

2.- La separación entre la Santidad de Dios y el pecado del hombre.- Por esas cualidades y características queda más que claro que está representando una separación de lo santísimo, de la presencia de Dios, a la que el ser humano no puede acceder de cualquier manera.

En el hebreo velo es "paroketh" y significa separar. Marca una línea o división entre dos lugares. El velo escondió la presencia de Dios de todos menos del sumo sacerdote, una vez al año, y con ciertos rituales y requisitos previos muy estrictos.

El velo es una barrera a todos con los que no cumplen los mandamientos, la Ley de Dios. Las obras de la Ley (Antiguo Testamento) y todas las buenas obras (Nuevo Testamento) no pueden dar al hombre acceso a Dios (Ro 3:20, Tito 3:5; He 7:18; 9:8). El velo en el Templo era un recordatorio constante de que el pecado mantiene a la humanidad apartada de la presencia de Dios. El hecho de que la ofrenda por el pecado fuera ofrecida anualmente y otros innumerables sacrificios repetidos diariamente, tenían como propósito demostrar gráficamente que el pecado no podía verdadera y permanentemente ser expiado o borrado por meros sacrificios de animales. Jesucristo, a través de Su muerte, quitó las barreras entre Dios y

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el hombre, y ahora podemos aproximarnos a Él confiadamente (Hebreos 4:14-16).

Nadie con defecto físico podía pasar detrás del velo (Lv. 21:16,23). Nuestro Sumo sacerdote, nuestro Señor Jesús, es perfecto en todas maneras, Perfecto como creador del universo, perfecto como Hijo. Las cuatro columnas (representando a los cuatro evangelios) que sostenían

el velo (como los evangelios levantan y sostienen a Cristo en la Tierra) tenían sus capiteles de oro y sus basas de plata: Las basas de plata le daban el derecho de pasar bajo la sombra del velo por la seguridad obtenida en la redención por el cordero de Dios. Los redimidos tienen acceso a Dios, aunque aún no se ha manifestado lo que han de ser (1 Juan 3.2), si bien los méritos para ello son de Cristo.

El número cuatro, en las columnas junto al velo, podemos verlo como los

requisitos o fases, que el creyente debe alcanzar para poder tener el privilegio de experimentar la dimensión de Dios Ef. 4:13:

1) Unidad de fe. 2) Conocimiento pleno del Hijo de Dios. 3) Condición de varón perfecto, o en otras palabras hombre maduro. 4) Medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

En el versículo 16 se nos habla de un cuerpo bien concertado y unido por

todas sus coyunturas (sin costura, de una pieza, como el velo y la túnica de Jesús) representando a la Iglesia, la cual si es como Cristo 1) crece y 2) va edificándose en amor.

* Las columnas representan al creyente que ha permanecido de pie, que

ha resistido y aguantado la prueba y la tentación. Cuando resistimos, teniendo todo por basura, somos semejantes a Cristo, y somos un ejemplo, columna y baluarte de la verdad 1Timoteo 3.15.

3.- El significado del velo rasgado.-

El tamaño y el grueso de este velo, hacen aún mucho más trascendentales los eventos descritos como ocurridos al momento exacto de la muerte de Jesús en la cruz. “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo…” (Mateo 27:50-51).

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¿Así que, qué hacemos con esto? ¿Qué significado tiene este velo rasgado para nosotros en la actualidad? Ante todo, el hecho de que el velo se haya rasgado, dramáticamente al momento de la muerte de Jesús, simboliza que Su Sacrificio, el derramamiento de Su propia Sangre, fue una expiación suficiente por los pecados para siempre. Ahora significa que el camino para el Lugar Santísimo fue abierto para todas las personas y de todos los tiempos, tanto judíos como gentiles: A) El primero en entrar fue Jesús: Pero podemos traspasar nosotros la barrera: Hebreos 6:17-20: "Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;… para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (19) La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, (20) donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedeq.". Llámese la atención que la palabra “precursor” es definida por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española como: El que precede, el que va delante. B) Nosotros le seguimos: Hebreos 10:19: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, (20) por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, (21) y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, (22) acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” Aquí vemos varios elementos: - La sangre de Jesús, que nos justifica y redime (Juan 1.29, Marcos 14.24, Mateo 26.28, Romanos 5.9, Hebreos 9.14, 1Pedro 1.18-20, 1 Juan 1.7, Apocalipsis 7.14) a los ojos del Padre, y podemos acceder ahora con total

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confianza a Él, no por nuestra justicia propia sino por la suya, la de Jesucristo, en cuya sangre somos justificados. En los versículos anteriores vemos desde el reconocimiento de que era el cordero que quitaría el pecado del mundo, pasando por el pacto de derramar Su sangre por dicho pecado, hasta el propio libro de Apocalipsis donde se nos sigue diciendo que aún tras la gran tribulación seguiremos siendo, los cristianos que estén en ese momento, limpiados por la sangre del Cordero, Jesucristo claro. - La carne de Jesús, que sustituyó la nuestra reemplazando el lugar que merecíamos respecto de la Ley de Dios, al ser crucificada, desgarrada, magullada, molida por nuestros pecados y transgresiones para justificar a muchos, y darnos entrada al Padre. (Isaías 53.4-6 y v.8 fin y v 11-12). Podemos diferenciar varias connotaciones bien diferenciadas el desgarro del velo: a) Fue desgarrado para vestirnos de Su Justicia (con Su piel Justa): * Podemos observar que Jesús fue desgarrado y desnudado, para que con su piel desgarrada (velo rasgado), piel santa y justa, o sea, manto de justicia, nosotros que somos pecadores fuéremos revestidos de Su Santidad, revestidos de Cristo, y aceptados por Dios a estar vestidos de Él (Efesios 1.6), así que ahora debemos voluntariamente dejar el viejo vestido (hombre) y revestirnos de Cristo, ya que desgarrada fue para ello Su carne: Colosenses 3.9-10 y 12. Los antecedentes se encuentran en Génesis 3.21 donde Dios realizó el primer sacrificio para vestir la desnudez de Adán y Eva, haciéndoles vestidos de pieles para cubrir su culpa y vergüenza, ya que las hojas de higuera (tipo de religión) nunca cubrirían correctamente al ser humano. También podemos observar como Jacob hizo una túnica de colores a su hijo José, a quien amaba, para distinguirle. En Génesis 37.3 nos detalla que era de varios colores (no es de extrañar que nos esté representando al mismo Jesús). Poco después en los versículos 31-33 nos habla de que sus hermanos le vendieron y querían matarle, pero le quitaron de en medio, en definitiva, y se apoderaron de su túnica, o distintivo, matando un cabrito y derramando sangre sobre ella para entregarla a su padre. De una forma muy similar ocurrió con Jesús, que entregó su manto de justicia, su vida, y la entregó al Padre, siendo vendido y quitado de en medio por sus hermanos, de manera que observamos un similar comportamiento, y ambos, tanto José, como Jesús, vivieron después para dar vida a los mismos que les entregaron y vendieron y desearon su muerte. Aprendemos también que deberíamos mantenernos en esa vestidura obtenida a través del desgarro de Jesús, y por tanto voluntariamente es de esperar que dejemos el viejo vestido(hombre pecador) y revestirnos de Cristo, toda vez que fue desgarrada Su carne para tal menester: Colosenses 3.9-10 y 12 y 14.

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“habiéndoos despojado del viejo hombre…y revestido del nuevo…vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados…Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” En Isaías 61.10 se resalta que es Dios quien nos viste de justicia. En Isaías 64.6 vemos que “todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”. Podemos ver algo muy semejante en cuanto al funcionamiento de nuestra vil humanidad (vestidura) frente a la perfecta de Jesucristo en Zacarías 3.2-4, donde vemos las “vestiduras viles” de Josué, frente a las “vestiduras de gala” que le son puestas por pura gracia, ante la acusación del mismo satanás, el cual quiere acusar pero no vence ante la misma presencia del Señor y de Su ángel. Aún más ahora, en el nuevo pacto, la conclusión en Cristo es maravillosa, y para ello leamos Romanos 3.23-26: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” b) Desgarrado “en sustitución”, ocupando nuestro lugar. En Lucas 22.19 vemos a Jesús diciéndonos que Su cuerpo, representado por el pan, fue entregado por nosotros, en sustitución. Él tuvo que ponerse en nuestro lugar, el Cordero Santo y perfecto, para abrirnos el camino al Padre ya que ningún sacrificio podía quitar el pecado, solo Cristo, Dios hecho hombre, quitando el pecado pero para siempre. Vemos en Hebreos 10.1-10, cómo todo apuntaba a que Cristo era el que había de venir y todo el Antiguo Testamento a Él apunta y constantemente se está refiriendo. En el versículo 10 nos subraya que por la ofrenda de su cuerpo somos santificados para siempre. En otras palabras, Dios nos ve sin pecado, a través de lo que Jesucristo hizo en sustitución, habiendo llevado nuestro pecado en Su Cuerpo, y nos libró de la maldición del pecado por la Ley, anulando la pena capital, las maldiciones y “acta de decretos” que nos era contraria, al clavarla en la cruz (Colosenses 2.14). En Efesios 1.3-6 entendemos, con más claridad y énfasis, que Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo y cuan grande forma en la que hemos sido bendecidos, con grandes bendiciones espirituales, siendo aceptos en el amado (aceptados por Dios en Jesús), pero para que también ahora nosotros andemos de forma santa y sin mancha, y alabándole por Su gracia, por Su entrega por nosotros.

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c) El fin del sistema religioso. Cuando Jesús murió, el velo se rasgó en dos, y Dios se retiró de ese lugar para no volver a morar en un templo hecho por manos humanas (Hechos 17:24). En 1 Corintios 3.16 se nos dice que somos templo del Espíritu Santo. Dios terminó con ese Templo, su adoración y su sistema religioso, y el Templo y Jerusalén fueron dejados “desolados” (destruidos por los romanos) en el 70 d.C. justo como Jesús había profetizado que sucedería en Lucas 13:35. En tanto que el Templo permaneció, significó la continuación del Antiguo Pacto. Hebreos 9:8-9 se refiere a la era que aún estaba por desaparecer, mientras el Nuevo Pacto estaba siendo establecido (Hebreos 8:13).

El velo siempre cubrió el arca aun durante sus viajes (Núm. 4:5). Era imposible acercarse al arca sin pasar por el velo (Jesús) Juan 14:6; 10:9.

d) Otras repercusiones espirituales del velo rasgado:

Hay, además, otras repercusiones o connotaciones derivadas de la rotura del Velo, para con el pueblo Judío como para los demás, los gentiles:

1.- Abrió el acceso a la presencia de Dios mediante el sacrifico de nuestro Señor Jesús, (Hebreos 10:19,20). Nuestro Señor Jesús lo dijo (Yo soy el camino, Juan 14:6) indicando que solo a través del velo y del sacrificio de nuestro Dios podemos entrar en Su presencia, y esto es por la Sangre.

2.- El velo rasgado indica el fin de la ley para justicia ( Rom. 10:4).

3.- El nuevo método de justificar al pecador es por el nombre de Jesucristo (Romanos 5.1) que nos da la paz con Dios, y a través de su nombre y su Espíritu ( 1 Cor. 6:11; Jn. 3:5; Hechos 2:38).

Poner un santo o un pecador de nuevo bajo la ley, regresando a la religión y procedimientos de cubrir el pecado temporalmente, y no a través del sacrificio de Jesucristo, es un grave error denunciado por la Palabra: Hebreos 10.29 con 10.20 y 2 Pedro 2.21.

Es desechar a nuestro Señor Jesucristo y es un evangelio pervertido (Gal 1:6,9)

4.- El velo rasgado indica la terminación de las ordenanzas judaicas ( Col 2:14,17). En la muerte de nuestro Señor Jesús llevo el juicio de las ordenanzas quebrantadas de la ley, y la ley misma, redimiéndonos así de ella (Gal 3:13) El creyente, unido a nuestro Señor Jesús resucitado, es libre de todo reclamo de la ley ( Ro 7:4)

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5.- El velo rasgado quitó toda distinción de raza o clase social en cuanto a la salvación ( Efésios 2:14,18). Todos somos bautizados ahora por un mismo Espíritu y en un solo Cuerpo (Efe 2:14,18). Durante esta dispensación el evangelio del reino es universal es sus privilegios y bendiciones ( Lc. 24:46,48; Hecho 1:8; 15,14; Apocalipsis 5:9,10). 6.- Un pacto de sangre, con rúbrica y sello de permanencia de fidelidad eterna, fue hecho, al igual que una mujer entrega su cuerpo y vida a un hombre en el matrimonio, ahora la Iglesia es ganada por el Amor de Jesucristo, y se rompió el velo que separaba a Cristo de Su Pueblo. Ahora como en lo natural, la esposa pertenece a Cristo y Cristo es para la Esposa. Se ha sellado con un pacto en la sangre de Jesús, y la pared intermedia ha sido abolida. Efesios 2.11-19. Es muy recomendable su lectura pues entre líneas nos dice: “….. en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, …estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo….. de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación….aboliendo en su carne( con la ruptura del velo) las enemistades, la ley … para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo…” 4.- Los querubines.- Este velo era parecido al del Lugar Santo, con sus mismos colores, y como se había también realizado la puerta de entrada a los Atrios, colores que representaban los aspectos de nuestro Señor como ya vimos y a cuya explicación nos remitimos. Sin embargo ahora aparece algo nuevo, este velo incorpora querubines que guardaban los lugares inaccesibles como está escrito en Génesis 3:24: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y una espada encendida, que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”. Los querubines guardaban, con celo, la santidad de Dios que había sido ultrajada por el pecado.

5.- Elementos constructivos.-

Éxodo 26.31: “También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines;”

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Recordamos que al principio de este estudio vimos el significado de los colores y que ahora repasamos, recordando que vemos en cada puerta del Tabernáculo a Cristo: Carmesí (color rojo grana): Sangre redentora de Cristo. (Isaías 53.3-4, Juan 1.29, 1Pedro 1.19-20, Génesis 22.8) Azul: Hijo de Dios, venido del cielo. Purpura: Cristo como Rey. (Apocalipsis 17.14, 1Timoteo 6.15) El estar presente en las tres partes del Tabernáculo, nos habla también de la trinidad de Dios, en su triple manifestación, Jesús manifestado a la humanidad, en los atrios, el Espíritu Santo a los creyentes, en el Lugar Santo, y Dios y su Presencia para los redimidos y por la Eternidad.

LINO FINO: Fue hecho de lino fino torcido (v. 31) un tipo de la Justicia de Cristo, de Su Perfección y satisfacción de la Justicia divina, manifestada también ahora en Su Iglesia Apocalipsis 19:7,8 " las acciones justas de los santos"

2.- ARCA DEL PACTO Ó DE LA ALIANZA. (Éxodo 25.10-22)

Tenía varios nombres:

1) Arca del Pacto, pues daba testimonio del pacto de Dios con su pueblo. 2) Arca del Testimonio, pues demostraba la existencia de Dios.

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3) Arca de la Alianza, pues daba testimonio de la Alianza de Dios con Israel. 4) De la Presencia de Dios.

El Arca, estaba hecha de madera de acacia, cubierta de oro por dentro y por fuera. Medía 1,15 metros de largo, 70 cm de alto y 70 de ancho.

El único mueble en el lugar Santísimo era el arca con su cubierta, llamada el propiciatorio, que era una sola pieza de oro con dos querubines alados enfrentados el uno al otro. El Lugar Santísimo era un lugar en donde sólo una vez al año podía entrar el sacerdote, de acuerdo a como Dios lo había ordenado. Es el elemento más importante ya que todo el tabernáculo se construyó para albergar el Arca del Pacto. Del mismo modo somos nosotros aún más importantes para Dios que ha determinado poner en nuestro interior Su Presencia, a través ahora del Espíritu Santo que mora en nosotros (1ª Corintios 3.16). El arca desapareció en el año 586 a.c., cuando Nabucodonosor tomó Jerusalén por su falta de obediencia a Dios, donde fueron llevados cautivos. Muchas teorías existen, y muchos investigadores la siguen hoy buscando. Unos dicen encontrarse en Etiopía (Askum), otros que en Egipto, otros creen que se ha guardado, para evitar su robo, en un bunker construido con pasillos de acceso muy estrechos, de modo que pueda verse pero no sustraerse del lugar donde se encuentra. Es tan importante este elemento del tabernáculo que existe un protocolo de actuación en E.E.U.U por si aparece el arca para evitar que se pueda producir la tercera guerra mundial, dada la importancia histórica de este elemento para el pueblo judío. También, de aparecer, puede ser la base para un tratado de paz entre judíos y musulmanes. Este mueble nos representa la Gloria de Dios: La presencia de Dios manifestada, sobre este mueble estaba la columna de fuego de noche y la nube de día. Dios se manifestaba allí al hombre, como ahora lo hace a través de nuestro espíritu. Dentro del arca se encontraban: 1) Las tablas de la ley (Deuteronomio 10:1-5); 2) la vara de Aarón que reverdeció (Num.17:7) y 3) el maná (Ex.16:33-34). Moisés era el único que podía entran libremente en el tabernáculo sin necesidad de sacrificio cuantas veces quería, porque Dios allí hablaba con él y le daba instrucciones para el pueblo (Ex.25:22). En Levítico 17:7-9 vemos que Moisés entró en diferentes días dentro del tabernáculo; salvo cuando Dios erigió el tabernáculo (Ex.40:34) Moisés no pudo entrar a causa de la Gloria de Dios. Moisés era tipo de Cristo como mediador entre Dios y los hombres (1°Tim. 2:5) (Is. 61:1) El lugar santísimo no tenia luz artificial, así que si había luz era solo la luz divina y allí en medio de este cuarto estaba el Arca del Pacto que representaba a Dios aquí en la tierra.

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1.- El Arca en la Biblia.- La palabra “arca” viene del Hebreo “'arôn” y quiere decir cofre, caja, baúl. La palabra arca se usaba para conservar y preservar. Hay tres arcas de las cuales nos habla la Biblia que se usaban para preservar. A) El Arca de Noé: Génesis” 6:11-14. “11 Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. 12 Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.13 Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. 14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.” Observamos que hubo seguridad y salvación en el arca, en el plan de Dios para el hombre. Cada vez que Dios quiere hacer algo aquí en la tierra busca a un hombre y le dice: Quiero hacer algo en la tierra, ¿Me ayudas? Cuando el hombre contesta: Heme aquí Señor, entonces se lleva a cabo la Voluntad de Dios. Dios da el plano a los hombres para que se construya, pero Él es el Arquitecto. Dios da al ser humano el liderazgo y autoridad en múltiples áreas de la vida para que tome responsabilidad y haga lo que Cristo hace por la iglesia. Nosotros tenemos que tomar nuestra responsabilidad como sacerdotes y buscar la dirección de Dios. De no hacerlo la lluvia vendrá y el barco, nuestra responsabilidad, llamado, propósito, perecerá y se hundirá. Ejemplos de ello, aparte de lo analizado, Jonás en el barco en el que huía hacia Tarsis cuando la instrucción de Dios fue “levántate y ve a Nínive” (Jonás 1.2). Sin embargo desobedeció, sí se levantó pero fue hacia Tarsis (v.2). Luego vemos que atrajo una gran tormenta y acabó siendo arrojado al mar, momento en el que cesó la tormenta (Jonás 1.12 y 15). Esto nos enseña que los siervos y siervas del Señor no podemos jugar o tomar en poco y a la ligera las instrucciones del señor para con nuestra vida. Lo vemos también en la vida de Saúl, y estos principios los encontramos también en el nuevo testamento, como por ejemplo en Mateo 7.24 y siguientes. B) El Arca de Moisés.-

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Éxodo 2:3. “Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un cañizal a la orilla del río.” Aquí vemos que el arca también es para conservar la vida. El niño (Moisés) fue puesto en el rió en medio de cocodrilos y otros animales pero la seguridad del niño (Moisés) no estaba en Moisés sino en el arca que su madre había hecho para él. Nosotros también somos salvos y hemos sido puestos en un arca. Así como Moisés, seguros en el arca podremos pasar en medio de satanás y en medio de cocodrilos. La Palabra nos dice que no nos puede hacer nada a nosotros, los cristianos, porque la fuerza no está en la carne o en lo humano, sino que está en el arca de la salvación, LA IGLESIA, como vemos en Mateo 16.18 donde se nos dice que Cristo edifica Su Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. También vemos en Mateo 18.20, que donde dos o más se reúnen en el nombre del Señor, allí está Él. 3.- Arca del Pacto.-

Dios quiere que pasemos por la salvación (Altar del Holocausto), el bautismo en el Atrio, por el Lugar Santo, al Lugar Santísimo, al Arca del Pacto donde está Su Presencia. Hoy nosotros podemos venir al arca que es Cristo Jesús para recibir la salvación. El Arca del Pacto es un retrato de Cristo Jesús: Los 4 añillos del arca representaban los 4 puntos de la tierra, a los cuales hay que llevar la Palabra de Dios (Mateo 28.19 nos insta a haced discípulos en todas las naciones y Marcos 16.15 a ir por todo el mundo y predicar a toda criatura) y los 4 evangelios, que sostienen la Verdad. También las varas que estaban siempre en el arca, y nunca podrían quitarse de su lugar (Éxodo 25.15) hasta llegar al templo de Salomón, reflejan la peregrinación del arca por el desierto. También un día nuestras varas serán

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quitadas cuando estemos en la eternidad con el Señor porque somos peregrinos y extranjeros (1ª Pedro 2.11) en esta tierra mientras vamos caminando llevando el arca, que es Cristo con nosotros, hasta estar con Él por la eternidad. El punto clave del arca es que Cristo conserva a cada cristiano que viene a Él. Él nos lleva en sus manos (varas). Todo lo podemos en Cristo, solo en Él (Filipenses 4.13)

2.- Representación espiritual del Arca: Puntos Importantes.- 1. El Lugar Santísimo estaba lleno de la Luz divina de Dios, aquí se encontraba el Arca del Pacto que representaba a Dios aquí en la Tierra. El término “arca” viene del Hebreo de donde sacamos los sinónimos: Cofre, caja y baúl. Cada una de estas palabras se usa como sinónimos de: Preservar, proteger, conservar, cuidar, asegurar, amparar, etc. 2. Debemos ver que cada vez que Dios quiere hacer algo en la tierra pide la colaboración del hombre. Dios da el plan y el hombre obedece. Dios busca a hombres que obedecen y hacen la voluntad de Él aquí en la tierra, como en el cielo. Dios es el arquitecto y nosotros los constructores. Todo lo que tenemos que hacer es obedecer su plan a diferencia de lo que sucedió en Ezequiel 22.30 donde Dios no halló a nadie…. Ahora hemos de construir, cada día, la iglesia conforme a las instrucciones dadas, en la Palabra, por el Señor, quien sabe cómo debe ser construida. 3. Nosotros no podemos confiar en nosotros mismos, en nuestra moralidad, testimonio, circunstancias, obras o propia fuerza. Somos preservados porque Dios nos ha puesto en una arca llamada Iglesia, por el bautismo del Espíritu Santo, en Él vivimos, y en Él nos movemos y somos (Hechos 17.28). El diablo no puede hacernos nada porque nuestra vida está escondida en Él, en Cristo (Colosenses 3.3). Somos la sal de la tierra, pero un grano solo no sirve para nada. 4. El Sumo Sacerdote no podía entrar en el Lugar Santísimo sin un sacrificio de sangre. Es la sangre la que cambia el Trono de Justicia por un Trono de Gracia y es por fe en la sangre de Cristo Jesús, que somos aceptados por Dios. 5. El Arca del Pacto era la pieza más importante del tabernáculo, que representa un retrato completo de Jesucristo: El Arca del Pacto tenía una corona de oro. La corona es para reyes y representa el poder soberano. El arca nos muestra a Jesús como Rey. De hecho, Él nos ha constituido Reyes y Sacerdotes, por lo tanto somos pasajeros en tránsito, pues no somos de

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este mundo, como aconteció con Jesús y ahora nos toca a nosotros. Lo vemos en el arca, que iba en tránsito, y vemos que su destino sería el templo como el nuestro será la vida eterna junto a Jesucristo. 6. Sabemos que el arca representa la presencia de Dios. Hemos visto a través de la Biblia que mientras cargaban el arca en las batallas sabían que ganarían la batalla. Cuando se pararon frente a las aguas del rio Jordán, las aguas se dividieron. Lo significante de la presencia de Dios es que no importa donde vayamos, Él va con nosotros y abrirá camino donde no hay camino y ganará las batallas que parecen imposibles de ganar por nosotros mismos (Josué 1.9). 7. El lugar de adoración más alto es el Lugar Santísimo donde se encuentra la presencia de Dios. Este es un lugar de íntima comunión con Dios. No se permitía entrar a dos personas al mismo tiempo, solo el Sumo Sacerdote una vez al año podía entrar en la presencia de Dios.

8. El arca en sus movimientos: Cuando Israel estaba acampado un tiempo, El arca estaba en el lugar Santísimo y las tribus hacían su campamento alrededor en orden (Núm. 2.2). Nuestro Señor, creador del universo, es el Centro de todas nuestras reuniones (Mt 18:20).

Cuando Israel estaba marchando el arca estaba en medio de ellos.

Era un guía para ellos (Núm. 10:28,33). Jesús es nuestro guía, está con nosotros ( He 13:5; Mt 28:20)

Cuando Israel cruzo el río Jordán, el arca fue adelante (Josué 3:3,4). Cuando nosotros llegamos a nuestro Jordán ya sabemos que nuestro Señor va delante de nosotros.

Cuando Israel estaba en la guerra, el arca estaba en medio (Josué 6:6; 11:13). Nuestro Señor Jesús estaba con nosotros en toda nuestras batallas para darnos la victoria ( 2 Cor. 2:14)

ENSEÑANZA ESPIRITUAL EN CONJUNTO TODO EL TABERNÁCULO: Todas las personas tienen acceso a los atrios, todos pueden ver el sacrificio. Todos los habitantes actuales de la tierra saben de Jesús y ven películas acerca de su muerte y resurrección. Pero no podemos tener comunión con la iglesia hasta que pasemos por el altar de bronce y la fuente. Después que la salvación y la separación han sido tratadas, entramos a un nuevo nivel de espiritualidad, el cual es la comunión con los hermanos. Sin embargo, si no tenemos una correcta relación con la iglesia, no podemos disfrutar de una comunión personal con Dios. Este es el objetivo de cada creyente, pero antes de que podamos tener una correcta relación con Dios, debemos pasar por el altar de bronce, fuente, candelero, la mesa y el altar del incienso.

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El problema con muchísimos cristianos es que se han parado en un lugar entre el Calvario y el Pentecostés. Ellos saben que son salvos pero viven vidas derrotadas, sin gozo y carentes de una cercana comunión con Dios. No podemos disfrutar la comunión de Dios hasta que estemos correctamente con Él, integrados en el cuerpo (atrio exterior) y mente (Lugar Santo). Entonces y sólo entonces puedes verdaderamente adorarlo en espíritu (Lugar Santísimo).

El lugar Santísimo es oscuro en sí mismo, representa a nuestro espíritu, aquí solo cobra vida por la luz de nuestro Padre Celestial. Ningún hombre puede alumbrar este lugar por si mismo, aquí nos unimos con Dios. Como no se ve, se hace todo por fe, no por vista (2ª Corintios 5.7). Observamos que en el patio exterior, los Atrios, hay luz del día, en el lugar Santo, hay luz de candelabro, pero en el lugar Santísimo, ya no hay luz propia, sino solo la luz de Dios.

En el lugar santísimo es necesario estar, donde no hacemos nada y solo recibimos, porque aquí todo es oscuro para nosotros, desconocido, aquí solo nos tenemos que dirigir por la Luz de Dios. Después salimos al lugar Santo con instrucciones, y luego a los atrios con nuestro cuerpo, para manifestar lo recibido en el lugar Santísimo.

Lo cierto es que para la mayoría de los habitantes de la tierra, que no tienen lugar Santísimo, es el alma es quien gobierna y maneja sus vidas. Pero para los hijos de Dios el alma solo hace lo que recibió y vio hacer al Padre en el lugar Santísimo: Someterse a Dios y al espíritu. Solamente así se es efectivo en el Reino de Dios.

Entonces el lugar donde nos comunicamos con Dios es en nuestro espíritu, aquí está el lugar Santísimo, por eso debemos reconocer que tenemos espíritu y ya no estamos limitados al mundo exterior y a la circunstancias sino a la relación con nuestro Padre Celestial.

Nosotros caminamos de acuerdo a las órdenes recibidas en el espíritu, en el lugar Santísimo, y no de acuerdo a las circunstancias que se nos presentan a menudo en nuestro diario vivir, caminamos ¡viendo al invisible! (Hebreos 11.27) y ¡llamamos a las cosas que no son como si fueran! (Romanos 4.17).

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3.- El Propiciatorio:

Hebreos 9:3-5 “3 Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4 el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, 5 y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.” Cubriendo el arca, recubierta de oro, había una tapa llamada Propiciatorio. Éste fue hecho de oro puro (Ex. 25:17-22) recordando así la Divinidad y Deidad de Cristo, labrado a martillo recordándonos los sufrimientos de Jesús en la cruz. El propiciatorio nos habla de la misericordia de Dios manifestada hacia el hombre, en Cristo. La sangre rociada sobre el propiciatorio nos recuerda que la misericordia está basada sobre la justicia y muerte de Jesús en la cruz. A cada extremo del propiciatorio, había una figura de un querubín, labrado a martillo, cubierto de oro. (Texto: Éxodo 37.7-9). Cada uno tenía sus alas extendidas por encima del arca, cubriendo sus rostros, que estaban enfrentados La palabra hebrea “kappóreth” fue la empleada para propiciatorio y quiere decir “cubrir”. Es necesario que Dios nos cubra para poder estar ante su presencia, ¿Como hace Dios esto? Por medio de Jesucristo (Juan 3:16), la única propiciación del pacto eterno “hilasterion”, en hebreo (Romanos 3:25). 1ª Juan 2.2: Él es la propiciación por todos nuestros pecados, y no solo los nuestros sino los de todo el mundo. Lo que era el Arca del Pacto para el pueblo de Israel, Cristo es hoy para todos aquellos que lo han recibido. Nadie puede venir al Padre, a la presencia de Dios, si no es a través de Él (Juan 14.6)

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Éxodo 25:21-22 “21 Pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.”. El propiciatorio representa el Trono de Dios. La palabra propiciatorio quiere decir satisfacción agradable, aceptación. Cuando el sacerdote ponía en el propiciatorio la sangre del animal inocente que había sacrificado, los pecados del pueblo eran perdonados por un año. Dios es amor, pero también es un Dios de justicia. El pecado merece ser castigado de alguna forma. Romanos 3:24 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” El sacerdote hoy no pone sangre de ningún animal inocente sino que Cristo puso la sangre que vertió en la cruz del calvario para ponerla en el propiciatorio celestial donde Él esta intercediendo por nosotros los santos. Éxodo 25:22 La sangre rociada en el propiciatorio, convertía el Trono de Dios, en un tribunal de misericordia. Podemos ahora acercarnos pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16

Los querubines: Sobre el propiciatorio y en una sola pieza estaban hechos dos querubines de oro con sus alas extendidas uno en frente de otro cubriendo todo el propiciatorio. Representaban la vigilancia de los ángeles, servidores de Dios, para evitar la profanación del Lugar Santísimo, y el lugar celestial. Así como el huerto del Edén fue guardado, por encontrarse el árbol de la vida, así también se guarda este lugar santísimo. Dios moraba entre los querubines y desde allí se comunicaba con los sacerdotes: Ex.25:22, Núm. 7:89, 1°Sam.4:4, 2°Reyes 19:15, Isaías 37:16. En el Lugar Santísimo no había luz, pero la gloria de Dios, que moraba entre los querubines, llamada la Shekinah iluminaba todo el lugar.

4.- Triple contenido del Arca. Hebreos 9.4

Los tres elementos incluidos en el interior del arca nos hablan de Dios en cuanto a la trinidad, y por encima de todo de Cristo. En Colosenses 2.9 nos dice que en Él habita corporalmente la Plenitud de la deidad, así que en Cristo podemos ver la misma trinidad reflejada, por lo tanto el arca contiene, como Cristo, esa plenitud que ahora veremos.

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Hemos de aclarar que cuando el arca se depositó en el Templo que construyó Salomón solo contendría las tablas de la Ley (1ª Reyes 8.9) Por lo tanto vemos aquí la Trinidad de Dios de forma muy clara: - Las tablas de la Ley representan a Dios Padre, quien las dio, su recto corazón. - La vara de almendro, representan el Poder de Dios, el Espíritu Santo. - El maná representa al Señor Jesucristo, el Pan de Vida que descendió del cielo (Juan 6.41). 1º.- Las Tablas de la Ley.- Éxodo 25.16 y Deuteronomio 10.5

Estas tablas fueron las segundas que Dios le mandó a Moisés preparar (Éxodo 34.1 y 27-28) las cuales no rompió (aprendiendo el valor de las cosas al haberlas ahora tenido que elaborar él, en 40 días y 40 noches), las Tablas de la Ley que Moisés trajo dadas por Dios. Estudiemos un poco lo que pasó con las tablas de la ley y su enseñanza espiritual para nosotros. Dios reveló su voluntad a Moisés en primer lugar de forma oral, verbalmente, en Éxodo 20. Posteriormente, en Éxodo 24.12 hace subir al monte a Moisés. Le anuncia que le iba a dar tablas de piedra y la ley y mandamientos. Para ello tenía que esperar allí, en el monte, y nos muestra como Dios quiere que Moisés (y nosotros) hemos de ser pacientes para esperar las instrucciones de Dios. Observamos la historia, y en el v.15 Moisés subió al monte y esperó en la nube siete días, hasta que Dios lo llamó (v.16). En el versículo 18 se nos dice que estuvo Moisés 40 días en el monte. Después de revelar Dios a Moisés toda la ley, y su proyecto del tabernáculo como los utensilios y mobiliario, descendió con las tablas primeras que Dios le

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había dado, Éxodo 31.18, las tablas del testimonio escritas con el dedo de Dios. Sin embargo lo que parecía ser algo de gran gozo se tornó en un drama, ya que al bajar con las tablas Moisés se encontró, Éxodo 32.19, un becerro de oro y a pueblo danzando , por lo que “ardió en ira y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.” Moisés hizo añicos las tablas que Dios le había dado, porque ardió en ira. Es cierto que Dios no le castigó por ello, porque Dios también estaba disgustado con el pueblo, pero Moisés iba a ser disciplinado ya que no valoró el trabajo hecho por Dios y que él recibió de forma fácil, pero no supo guardar algo que Dios le había dado. Además Moisés estaba llamado a tener el título del hombre más manso de la tierra, Números 12.3, y Dios tenía que tratar en él, como en cada uno de nosotros, y vamos a ver como lo hizo. Habla Dios a Moisés en Éxodo 34.1 y le dice: “Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”. Las primeras fueron dadas por Dios a Moisés, pero ahora tiene Moisés que buscarlas, prepararlas. Quien no valoró lo que Dios le dio, y lo perdió, ahora debe trabajar por ello para reconstruirlo. También le ordena subir (v.2) a la cumbre del monte. Estando ya arriba, en la cumbre y en la presencia de Dios, en Éxodo 34.27-28 le dice Dios a Moisés “escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. 28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta día y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos”

¿Que vemos en todo esto? Moisés que recibió un trabajo hecho, acabado y perfecto, con la firma de Dios, pero sin apenas esfuerzo, habiéndose deleitado con Dios, ahora va a trabajar duro para poder tener lo mismo. Lo que recibió con facilidad la primera vez, lo obtendrá con esfuerzo y trabajo en la segunda. Dios es justo y ante la ira de Moisés tiene que disciplinarle para corregirle y hacerle el hombre más manso de la tierra, ya que en su ira y falta de mansedumbre rompió el trabajo de Dios. ¿Manso? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua

Española: (Del lat. vulg. mansus, por lat. mansuētus).

1. adj. De condición benigna y suave.

2. adj. Dicho de un animal: Que no es bravo.

3. adj. Dicho de una cosa insensible: Apacible, sosegada, tranquila. Aire manso. Corriente mansa.

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4. m. En el ganado lanar, cabrío o vacuno, carnero, macho o buey que sirve de guía a los demás.

Por tanto manso/a es una persona que moderada que tiene control de sí mismo/a, de sus apetitos y pasiones, e iras. Moisés tenía que ser disciplinado y corregido por Dios. La ley nos perjudicaba a nosotros, nadie podía salvarse por su cumplimiento. La ley expone nuestra suciedad y nuestra necesidad de un Salvador. La ley vino para proteger al hombre al ver nuestra condición Romanos 3.20: “por medio de la ley es el conocimiento del pecado”. La ley es el corazón moral de Dios. La ley es como una bicicleta para principiantes, que tiene dos rueditas en ambos lados como ayuda para que el aprendiz no se caiga o se golpee. Véase Gálatas 3.22, 4.1-7 y 5.13, donde vemos que hasta que tenemos revelación o madurez no podemos ser libres de la ley, pero una vez que el aprendiz se instruya, como el ejemplo de manejar la bicicleta, entonces ya no tiene necesidad de las rueditas para sostenerlo. Una vez que maduramos al tener una buena relación con Dios, la ley se cumple automáticamente, pero mientras vamos creciendo, necesitamos estas rueditas (la ley) para guiarnos mejor. 1ª Juan 4.18: El perfecto amor echa fuera el temor, donde el que teme(al castigo y anda agarrado a la ley) no ha sido perfeccionado en el temor. 2º.- La Urna de Mana ó el testimonio.- Éxodo 16.33 Éxodo 16:14-15: “14 Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra. 15 Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.”. El pan sirve para dar vida a nuestro cuerpo físico pero Cristo es el pan que nos dará vida para siempre. Si guardaban el pan para el siguiente (prohibido en Éxodo 16.19) se agusanaba (v.20) pero había una muestra que no se arruinaba, el maná que estaba dentro del Arca del Pacto, que representa a Jesús. El testimonio era una urna de oro donde se puso el maná, esto nos recuerda que Jesús es el pan de vida y el que come de este pan vivirá eternamente (Juan 6.35 y 48), es símbolo del pan que descendió del cielo (Juan 6.49-51 y 58). También nos recuerda la provisión milagrosa de Dios durante cuarenta años en el desierto. El maná representa a Jesús, quien es el Pan de Vida. El mana era la provisión de Dios para su pueblo. Cristo es como el pan que da vida a nuestro cuerpo físico pero también Él da vida a nuestro espíritu. El mana sostenía no solo el cuerpo físico, sino que también sus ropas y zapatos que nunca se gastaban, tampoco había enfermos en medio de ellos.

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Apocalipsis 2:17 “17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” 3º.- La Vara de Aarón.- Números 17-10 Números 17:1-5 “1 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y toma de ellos una vara por cada casa de los padres, de todos los príncipes de ellos, doce varas conforme a las casas de sus padres; y escribirás el nombre de cada uno sobre su vara. 3 Y escribirás el nombre de Aarón sobre la vara de Leví; porque cada jefe de familia de sus padres tendrá una vara. 4 Y las pondrás en el tabernáculo de reunión delante del testimonio, donde yo me manifestaré a vosotros. 5 Y florecerá la vara del varón que yo escoja, y haré cesar de delante de mí las quejas de los hijos de Israel con que murmuran contra vosotros.”

En el versículo 10 da Dios la instrucción de guardarla en el arca para testimonio.

Una vara muerta recobra vida rebrotando, después nace la flor y el fruto. Aquí podemos ver al Hijo, al Padre y al Espíritu Santo: Dios diciendo que aquel que resucité de entre los muertos es el Sumo Sacerdote: Cristo Jesús, y vemos el trabajo del Espíritu Santo con su poder obrando.

La vara de almendro nos recuerda la resurrección de Jesús, ya que aquella vara reverdeció, produciendo flores y almendras (Nm.17:8). Sabemos que el almendro es el primer árbol que brota al acercarse la primavera. Es el primero en despertar, reviviendo al final del invierno. Por consiguiente nos lleva a pensar en la resurrección de Cristo, “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho” (1ª Co.15:20). Jesús resucitó (reverdeció) y vino a ser coronado en Gloria (floreció), después de tanto sufrimiento (invierno) tuvo el precioso fruto de levantar a la iglesia (fructificó).

Representa al Espíritu Santo de Dios porque en la vara de Aarón vemos frutos y resurrección. La vara de Aarón florecida, aprobó que Dios había llamado a Aarón como elegido, ungido y Sumo Sacerdote para el pueblo. La Vida floreció, resurgió, de una vara muerta y Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, también resucitó de entre los muertos para ser el mediador entre Dios y el hombre Solo en Cristo se manifiesta toda la vida (el brote), la belleza y corona de Dios (la flor) y la fructificación (El fruto). Para nosotros: Solo los que nacen de nuevo pueden entrar a la presencia de Dios, pueden entrar y ver el Reino de los cielos.

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V. CONCLUSION SINTETIZADA DE TODO EL ESTUDIO:

En la puerta del Atrio, somos salvos.

En el Altar del Holocausto, la sangre del Cordero de Dios es derramada a favor de nosotros, y en consecuencia nuestra carne muere. En el Lavacro, la Palabra de Dios lava nuestro andar diario. En el Velo del Lugar Santo, tomamos una función sacerdotal, don, o ministerio. En el Candelero, somos iluminados por el Espíritu Santo. En la Mesa de los panes de la Proposición, nuestra vida es sostenida y alimentada por Cristo, y participamos de Su Cuerpo, en comunión los unos con los otros. En el Altar del Incienso le adoramos.

Y en el Lugar Santísimo, lo estamos tocando y somos iluminados por la gloria de Dios de forma sobrenatural. Por tanto el Tabernáculo nos muestra cual es el camino a la unción y presencia de Dios. Vemos también a Cristo en todos los elementos y en las diferentes partes:

1) A Cristo en la Puerta del Atrio, Él es la Puerta.

2) La Sangre de Jesús derramada en el Altar del Holocausto.

3) la Palabra de Cristo, La Verdad, para limpiarnos en el Lavacro.

4) Los ministerios de la Iglesia en el Velo del Lugar Santo.

5) El Espíritu Santo iluminándonos en nuestro llamado sacerdotal

diario, a través del Candelero de oro. 6) Como Cristo nos sostiene, la Mesa de los panes, y nos alimenta de

Su Palabra, haciéndonos parte de Su Cuerpo.

7) La Adoración a Cristo, el que Venció a la muerte y nos da vida, en el Altar del Incienso.

NUEVA SION



IGLESIA CRISTIANA

8) El desgarro de Cristo en el velo rasgado, para poder hoy en un camino nuevo acercarnos al Dios Padre, gracias a su sacrificio. 9) A Dios mismo en el Arca del Testimonio, que a su vez nos anuncia la divinidad de Cristo, su Reinado, y su resurrección y vida.

Esperamos que este estudio pueda haber sido de bendición y edificación para su vida. Dios le bendiga. Para su autor ha sido una gran sorpresa encontrar a Cristo en cada paso de este caminar por la casa provisional, Tabernáculo, del Dios del Antiguo Testamento, y somos privilegiados por ver cosas que otros muchos quisieron ver y no pudieron. Dios le bendiga a través de Su Palabra. En Murcia, el mes de Julio de 2.013 Iglesia Nueva Sión de Jesucristo.

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