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Gregorianum 77, 4 (1996) 637-657 E1 signo de Jonàs segun san Ireneo Merece la pena estudiar la noticia de Ireneo sobre el profeta Jonàs. He aqui su primera presentación: Fué por tanto Dios Magnànimo, a raiz de la caida del hombre,al ver de antemanola Victoria que iba a darle (al hombre)por medio del Verbo. Pues corno resplandeciera el poder en la debilidad (cf. 2 Cor 12,9), manifestaba Dios su benignidady poder magnifico1. El Obispo de Lión tiene el instinto de lo esencial. También ahora, a proposito de la historia de Jonàs, prescindirà de otras cosas para fijarse en el paralelo con la historia de Adàn; en la antitesis del hombre caido en Adàn, con el Hombre victorioso en el Verbo. Dios pudo haber abandonado al primer hombre a merced de su calda. Quiso levantarle interesando para elio al Verbo. Fué obra de la magnanimidad de Dios, que quiso resplandeciera su poder en la humana debilidad. Y lejos de desatender al hombre, manifestóse benigno y poderoso, otorgàndole mediante el Verbo la Victoria sobre el hombre caldo. No adoptó para tal Victoria el poder de Hijo de Dios. Adoptó el poder del Verbo hecho hombre. El de la naturaleza misma caida y débil, en manos del poderoso. La benignidad y manificentisima virtud de Dios resplandece asi en la débil naturaleza humana. Porque asi corno soportó(Dios) en paciencia que fueraJonàsdevorado por el pez (cf. Jonàs 2,ls.); no para que fuera (definitivamente) devorado y se perdiera del todo, sino para que, devuelto en vòmito, se sometiera màs a Dios, y glorificase màs a quien inesperadamente le salvaba, y moviese a firme penitencia a los Ninivitas (cf. Jonàs 3,ls.), de suerte que se 1 Iren III, 20,1, lss: «Magnanimis igitur fuit Deus, deficiente homine, eam quae per Verbum esset victoriam reddendam ei praevidens. Cum enim perficiebatur virtus in infirmitate, benignitatem Dei et magnificentissimam ostendebat virtutem».

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  • Gregorianum 77, 4 (1996) 637-657

    E1 signo de Jons segun san Ireneo

    Merece la pena estudiar la noticia de Ireneo sobre el profeta Jons. He aqui su primera presentacin:

    Fu por tanto Dios Magnnimo, a raiz de la caida del hombre, al ver de antemano la Victoria que iba a darle (al hombre) por medio del Verbo. Pues corno resplandeciera el poder en la debilidad (cf. 2 Cor 12,9), manifestaba Dios su benignidad y poder magnifico1.

    El Obispo de Lin tiene el instinto de lo esencial. Tambin ahora, a proposito de la historia de Jons, prescindir de otras cosas para fijarse en el paralelo con la historia de Adn; en la antitesis del hombre caido en Adn, con el Hombre victorioso en el Verbo. Dios pudo haber abandonado al primer hombre a merced de su calda. Quiso levantarle interesando para elio al Verbo.

    Fu obra de la magnanimidad de Dios, que quiso resplandeciera su poder en la humana debilidad. Y lejos de desatender al hombre, manifestse benigno y poderoso, otorgndole mediante el Verbo la Victoria sobre el hombre caldo.

    No adopt para tal Victoria el poder de Hijo de Dios. Adopt el poder del Verbo hecho hombre. El de la naturaleza misma caida y dbil, en manos del poderoso.

    La benignidad y manificentisima virtud de Dios resplandece asi en la dbil naturaleza humana.

    Porque asi corno soport (Dios) en paciencia que fuera Jons devorado por el pez (cf. Jons 2,ls.); no para que fuera (definitivamente) devorado y se perdiera del todo, sino para que, devuelto en vmito, se sometiera ms a

    Dios, y glorificase ms a quien inesperadamente le salvaba, y moviese a firme penitencia a los Ninivitas (cf. Jons 3,ls.), de suerte que se

    1 Iren III, 20,1, lss: Magnanimis igitur fuit Deus, deficiente homine, eam quae per Verbum esset victoriam reddendam ei praevidens. Cum enim perficiebatur virtus in infirmitate, benignitatem Dei et magnificentissimam ostendebat virtutem.

    35:28 PM

  • 638 ANTONIO ORBE, S.I.

    convirtieran al Senor para que los librase de la muerte, atemorizados por el

    prodigio verificado en Jons2.

    A primera vista, podria uno ver mal para Jons lo que le hizo el pez. No lo entendi asi Dios. Atento a los bienes que se le seguiran, soport Dios en paciencia que fuera devorado.

    El pensamiento de Ireneo vuela al pecado y muerte iniciales de Adn, devorado por el enemigo. Tambin entonces descubri Dios bienes, y soport en paciencia el aparente dominio del enemigo sobre el hombre.

    Ireneo mira al bien que en ambos casos en el de Jons, y en el de Adn se sigue del inicial triunfo del pez (resp. de lo figurado por l). Primeramente el bien personal de Jons (y de Adn). Y en segundo lugar el bien de los Ninivitas (y del gnero humano). Mayor sumisin u obediencia a Dios; mayor glorificacin de El; liberacin del pecado y de la muerte entre los Ninivitas, y en la familia de Adn.

    A no haber mediado el prodigio: a) habriase perdido Jons para siempre; b) habrian muerto los Ninivitas. Orden en cambio Dios el

    prodigio: a) por lo que hace personalmente a Jons, para que se sometiera ms a Dios, y para que, con la experiencia de tan inesperada salvacin, glorificase ms a Dios. Aprendi el profeta a ser ms dcil a Dios y mirar ms por su gloria que por la propia salvacin segn l la entendia. "Ut magis subiceretur Deo": antes del milagroso fenmeno querfa Jons llevar adelante sus designios, huyendo de los de Dios. A raiz del fenmeno

    vomitato y en salud aprendi a obedecer ms a Dios, findose de El. "Et

    plus glorificaret eum qui insperabilem salutem ei donasset": ante la

    inesperada salvacin, debida por completo a Dios, volvise a glorificar ms a El.

    b) Por lo que hace a los Ninivitas, para que atemorizados con tal senal, hiciesen penitencia y se convirtieran al Senor que les libraba de la muerte. Como si de otra suerte les aguardara segura perdicin.

    Ireneo acenta corno bien grandisimo de los Ninivitas (y podia haber agregado aismismo de Jons) el librarse de la muerte ('qui eos liberaret a morte'). Es la veniente sensible que no niega la invisible ('qui eos liberaret a peccato'). La penitencia de los Ninivitas trataba de evitar la muerte; pero entranaba el arrepentimiento de su vida de pecado.

    2 Iren III, 20,1, 5ss: Sicut enim patienter sustinuit absorbi Ionam a ceto, non ut absorberetur et in totum periret, sed ut evomitus magis subiceretur Deo et plus glorificaret eum qui insperabilem salutem ei donasset, et firmam paenitentiam faceret Ninivitis, ut converterentur ad Dominum qui eos liberaret a morte, conterritos ab eo signo quod factum erat circa Ionam.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONAS SEGN SAN IRENEO 639

    De ellos dice la Escritura (Jonas 3,8-9): se convirtieron cada cual de su mal camino y de la injusticia que habia en sus manos, diciendo: jQuin sabe si Dios se arrepentir y aparte su colera de nosotros, y no

    pereceremos!'3.

    Obedezcan no los Ninivitas al mandato del rey, los que aqui presenta el Obispo de Lin responden a la predicacin de Jons. Sus

    palabras dan forma a la penitencia del pueblo atemorizado ante el prodigio y vaticinios de Jons. No asoma por ningun lado la exgesis atribuida por S. Jeronimo (resp. Origenes) al rey de Ninive4. La benignidad de Dios, harto probada por su conducta con Jons y con los Ninivitas, ha de ir en armonia con otros lugares manifiestos de la Escritura. La penitencia y conversin de los Ninivitas, con el ejemplo de su rey, va en consonancia con la magnanimidad de Dios y con los sentimientos que los propios Ninivitas invocan: "Quin sabe si se arrepentir..."

    Dios no castiga en seguida el pecado; y da lugar a que los pecadores invoquen Su benignidad.

    Ireneo con todo urge ms la reaccin de Jons que la de los Ninivitas, atento en forma velada a su paralelo con el primer hombre.

    Asi tambin5 en el principio6 soport Dios con paciencia que el hombre fuera devorado por el gran pez, autor de la transgresin: no para que, devorado, pereciese del todo, sino corno quien ordena y prepara el camino

    de la salud, llevada a cabo por el Verbo mediante el signo de Jons (cf. Mt 12, 39-40), para quienes han tenido el mismo parecer de Jons sobre Dios, y lo han (abiertamente) profesado y dicho (Jonas 1,9): 'Siervo soy yo del

    Senor y doy culto al Senor del cielo, autor del mar y de la tierra'7.

    Al primer miembro de la comparacin sigue ahora el segundo. Asi corno Dios fu paciente en el caso de Jons, lo fu tambin en el caso del

    3 Iren III, 20,1, 11 ss: Quemadmodum Scriptura de his dicit: 'Et reversi sunt

    unusquisque a via sua mala et iniustitia quae erat in manibus eorum, dicentes: Quis scit si

    paenitebitur Deus et avertat iram suam a nobis, et non peribimus?' 4 Cf. S. Jeronimo, In Ionam 3,6/9: Scio plerosque regem Ninive... super diabolo

    interpretari qui in fine mundi, quia nulla rationabilis et quae a Deo facta sit, pereat creatura, descendens de sua superbia, acturus sit paenitentiam, et in locum pristinum restituendus. 5

    Igual que en el caso de Jons. 6 'Ab imtio', igual a 'in initio' 'initio'. Cf. mi Teologia de san Ireneo II6 46 67 107. 1 Iren III, 20,1,15ss: Sic et ab initio fuit patiens Deus hominem absorbi a magno ceto

    qui fuit auctor praevaricationis, non ut absortus in totum periret, sed praestruens et

    praeparans adinventionem salutis quae facta est a Verbo per signum Ionae his qui eandem cum Iona de Deo sententiam habuerunt et confessi fuerunt et dixerunt: 'Servus Domini ego sum et Dominum Deum caeli ego colo qui fecit mare et aridam'.

    35:28 PM

  • 640 ANTONIO ORBE, S.I.

    hombre. Ireneo evita el nombre de Adn; no vaya nadie a pensar que el caso afectaba nicamente a la persona de Adn.

    El caso interes al hombre, al linaje humano. El gran pez, autor de la humana transgresin, y que trat de devorar al hombre, es el diablo

    ('auctor praevaricationis')8 Dios llev en paciencia que el diablo tragase por un tiempo al hombre. Declara Ireneo la razn. Dios paso por elio: a) negativamente, no para que, devorado por el diablo, pereciese del todo; b) positivamente, corno quien dispone el modo de hallar la humana salud9, conservandole en vida y vomitandole a nueva Vida a los tres dias y tres noches10. No contento con mencionar la salvacin de Jons, senala Ireneo su relacin con la salud habida lugar por el Verbo mediante la senal de Jons. Este prodigio disponia el camino de la salud por el Verbo".

    Advirtase la clusula: "adinventio(nem) salutis quae facta est a Verbo per signum Ionae". Si el que devor al hombre fu el 'autor de la

    prevaricacin', el que salv al hombre, hallo su salvacin, fu el Verbo; mas no el Verbo, por Si solo, sino valindose del signo de Jons la muerte y resurreccin a los tres dias.

    La atribucin de la (humana) salud al Verbo lleva implicita la intervencin del Verbo hecho hombre. Pero acentua la eficacia

    indispensable del Hijo de Dios para asignar la Victoria sobre el enemigo al hombre sostenido por el Verbo12.

    El Verbo no hallo, mediante la senal de Jons, la salvacin para todos los hombres. La encontr "para los que profesan la misma fe de Jons" ("his qui eandem cum Iona de Deo sententiam habuerunt"). La salud

    ganada por el Verbo afecta slo a los que tienen la misma doctrina de Jons. Un mismo Dios salv a Jons de morir en el vientre del gran pez; y al Salvador de quedar para siempre en el vientre de la tierra. Y un mismo

    8 Ireneo se guarda de apurar perfiles. Segn Jons 2,1: 'Et praecepit Dominus ceto

    magno, et devoravit Ionam'. San Jernimo, que no aplica el verso al printer hombre devorado por el enemigo, tampoco ve reparo en que el Seflor ordenase al pez devorar a Jons.

    9 'Adinventio salutis' alude al hallazgo de la oveja perdida (cf. Le 15,4-7). Puede verse Iren I, 16; l,ls errorem ovis et adinventionem. El Obispo de Lin emplea a veces el vocablo 'adinventio' en mal sentido, corno invento arbitrario de los herejes: v. gr. en Iren I, 9,1,81. H. Ronsch, Itala und Vulgata 70. Ahora tiene buen sentido... 10 Cf. Iren V, 31,1, 22ss: Et ipse autem Dominus (Mt 12,40): 'Quemadmodum, ait, Jonas in ventre ceti tres dies et tres noctes mansit, sic erit Filius hominis in corde terrae'.

    " Cf. S. Jeronimo, In Ionam 2,1: Huius loci mysterium in evangelio Dominus exponit, et superfluum est, vel id ipsum, vel aliud dicere, quam exposuit ipse, qui passus est... 2,2 Si Ionas refertur ad Dominum, et ex eo quod tribus diebus ac noctibus in utero ceti fuit, passionem indicat Salvatoris, debet et oratio tllius typus esse orationis dominicae. 12 Cf. Iren III, 20,1,2s: Eam quae per Verbum esset victoriam reddendam ei (homini) praevidens.

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  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 641

    Dios salvar de morir para siempre a los que tienen la misma fe en E1 de Jons. No el Dios inventado por los herejes, por encima del Creador, sino el Senor Dios, Autor del cielo, del mar y de la tierra invocado por el

    profeta (Jons 1,9). El Obispo de Lin hace valer tambin aqui su tesis fundamental: la

    identidad del Dios de Jons y del Verbo hecho hombre. La fe en el Dios uno, Creador del cielo y de la tierra; Padre tambin del Verbo Salvador13.

    * * *

    De est suerte recibiendo de Dios el hombre una salvacin inesperada, resu citar de entre los muertos y glorificar a Dios y dir la voz proftica de Jons (2,3): mi tribulacin clam al Senor mi Dios, y me escuch del vientre del infierno'; y permanecer siempre glorificando a Dios y dando(le) sin cesar gracias por la salvacin obtenida de l (cf. 1 Thes 2,13)14.

    El prodigio de Jons no prefiguraba solamente el misterio de Cristo su resurreccin a los tres dias ; prefiguraba asimismo el misterio de su Iglesia la salvacin inesperada del hombre llamado de la muerte a la vida.

    Ireneo la llama 'insperabilem salutem', expresin repetida15. Aplicada al hombre caldo en pecado y muerto, denota un fenomeno contrario a toda expectacin. Es inesperado que un hombre muerto resucite. Como era ajeno a toda esperanza que el hombre devorado por el

    pez saliese vivo a los tres dias. Enumera Ireneo el contenido de la salvacin del hombre,

    prefigurada en Jons: a) resucitar de entre los muertos; b) glorificar a Dios segun la palabra proftica de Jons: 'Clam al Senor mi Dios en mi tribulacin y me escuch del vientre del infierno'; c) le glorificar siempre por la salvacin de El recibida, dndole de continuo gracias.

    Lo que cumpli Jons a raiz de su salvacin, ha de cumplir el gnero humano por la salvacin recibida mediante el Verbo del Creador del cielo

    y de la tierra. Y corno Jons no glorific por su salvacin a un Dios Padre, diverso y superior al Demiurgo; asi el hombre, a raiz de su resurreccin,

    13 Cf. Clem. Al., Strom V, 14,135,3-4. 14 Iren III, 20, 1, 23ss: ut insperabilem homo a Deo percipiens salutem resurgat a

    mortuis et clarificet Deum et eam quae a Iona prophetata est dicat vocem: 'Clamavi ad Dominum Deum meum in tribulatione mea et exaudivit me de ventre inferni', et semper permaneat glorificans Deum et sine intermissione gratias referens pr ea salute quam consecutus est.

    13 Vase lin. 8.

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  • 642 ANTONIO ORBE, S.I.

    glorificar al mismo Creador que Jons; y a l dar gracias por el don recibido mediante el Verbo, Hijo del Creador.

    "Sine intermissione gratias referens pr ea salute quam consecutus est". Vase 1 Thes 2,13: "Nos autem debemus gratias agere Deo sine intermissione". Apenas citado en la primera antigiiedad.

    * * *

    'Para que ninguna carne se glorie en el acatamiento del Senor' ( 1 Cor 1,29), ni dar jams cabida el hombre a sentimiento contrario sobre Dios, estimando corno debido a la propria naturaleza el don de la incorruptela, y sin atenerse a la verdad se jacte con vano orgullo corno si fuera por naturaleza semejante a Dios16.

    No pudo Jons gloriarse ante Dios de su vida fuera del pez. Lo naturai era haber quedado para siempre muerto.

    Igual el hombre, a raiz de la resurreccin de entre los muertos. Como Jons sinti rectamente del Dios Creador, a quien debia nueva Vida, debe el hombre el gnero humano sentir rectamente del Dios Creador, a

    quien debe la incorruptela. La conciencia en Jons de una Vida inmerecidamente regalada, le

    prohibe gloriarse, en carne, en el acatamiento del Senor. Le induce a sentir bien del Dios que le libr de la muerte, y a entregarse a Sus designios. Es la ensenanza primera dementai de Jons hombre ante su Creador. El contraste fuertemente experimentado de la propia muerte espontnea, frente a la incorruptela y vida recibida de su Creador en don.

    Ireneo piensa en los discipulos de Valentin. Segun estos, los hombres de naturaleza 'espiritual' son fisicamente incorruptibles, y corno tales semejantes a su Dios Padre superiores al Dios Creador. Estos

    herejes no sienten bien de Dios. Se creen semejantes en naturaleza a un Dios Ms alto, contrario al Creador, de propiedades contrarias; fisicamente incorruptibles e inmortales, contra el Demiurgo de indole

    corruptible y mortai. Jons, segn tales herejes, dificilmente podria prefigurar la

    Dispensacin del hombre 'espiritual'. El 'espiritual' se gobierna por una Dispensacin superior. En la hiptesis de que, segun ellos, Jons

    16 Iren III, 20, 1, 29ss: 'ut non glorietur in conspectu Domini omnis caro', nec umquam de Deo contrarium sensum accipiat homo, propriam naturaliter arbitrans eam quae circa se esset incorruptelam, et non tenens veritatem inani supercilio iactaretur quasi naturaliter similis esset Deo.

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  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 643

    prefigurara al hombre criptopneumtico, esto es al espiritual antes de iluminado: de su conducta, arrojado con vida por el gran pez, slo se

    seguirla la reaccin lgica del individuo bueno en rgimen todavia

    paleotestamentario. Harfa bien Jons en dar culto a su Dios, y agradecerle el don de la vida. Ignorante de la Dispensacin verdadera, podia muy bien en manos de Sofia y del Salvador obedecer inconscientemente a otro

    rgimen.

    * * *

    Pues al hacerle esto mas bien desagradecido para su Creador, entenebrecia

    el amor de Dios al hombre, y cegaba su mente para no sentir de Dios lo que es digno, comparndose y (aun) juzgndose igual a Dios17.

    Si corno estiman los valentinianos el hombre por su naturai similitud con Dios posee en propiedad la incorruptela, no tiene por qu agradecer al Creador su salvacin. Pues ha de salvarse a toda costa. Con lo cual: a) tocante a Dios, oscurece el amor Suyo del Creador al hombre; manifestado corno don indebido en la incorruptela; y b) tocante al hombre,

    ciega su mente para sentir corno es debido del Creador, pues se apropria corno cosa naturai la incorruptela peculiar a Dios, juzgndose igual a El.

    A esto conduce la antropologia valentiniana. Entenebrece las relaciones entre el Creador y el hombre: el amor del Creador al hombre, manifestado en la elevacin de la creatura a la incorruptela e inmortalidad de Dios; y la profesin, en el hombre, del Creador corno de Dios suyo y razn de su levantamiento gratuito a El. Solo un ingrato y de mente ofuscada puede apropiarse la incorruptela divina, comparndose y juzgndose igual a Creador.

    'Pues el poder culmina en la flaqueza' (2 Cor 12,9), y a quien, a travs de su

    propia flaqueza, reconoce el poder de Dios, le hace ms perfecto. ^,Cmo habrfa aprendido el hombre que, de su parte, era flaco y naturalmente

    mortai, y de la suya Dios inmortai y poderoso, a no haber pasado por la

    experiencia de ambas cosas? Tanto ms que aprender la propia flaqueza mediante el sufrimiento no es nada malo. Es hasta un bien no errar en la

    propia naturaleza. Alzarse en cambio el hombre contra Dios y presumir de la propia gloria, haciendo de l un hombre desagradecido, le acarrea mucho

    17 Iren III, 20,1,34ss: Ingratum enim magis eum hoc ei qui eum fecerat perficiens, et

    dilectionem quam habebat Deus in hominem obfuscabat et excaecabat sensum suum ad non sentiendum quod sit de Deo dignum, comparans et aequalem se iudicans Deo.

    35:28 PM

  • 644 ANTONIO ORBE, S.I.

    mal, pues le quita a la vez la verdad y la dileccin para su Hacedor. La experiencia de ambas cosas introduce en l la verdadera ciencia de Dios y del hombre, y acrecienta su amor para con Dios. Y donde crece el amor, alli el poder de Dios obtiene mayor gloria entre quienes le aman18.

    Cuesta poco aplicar las precedentes lineas al caso de Jons. Y por su medio al del protoplasto.

    Volvamos a las consideraciones de Ireneo, en torno a la salvacin inmerecida del hombre. En particular, a la gratitud con que ha de

    responder el hombre a su Creador; frente al desprecio de los herejes para la magnanimidad del Creador, y frente al culto arbitrario que otorgaban a un Dios mas alto, al que nada debian Jons ni hombre alguno.

    Tal fu por tanto la magnanimidad de Dios, que pasando el hombre por todo y tieniendo conocida la muerte, al venir despus a la resurreccin de entre los muertos y aprender por experiencia de dnde ha sido liberado, se siente agradecido al Senor corno quien ha logrado de l el don de la incorruptela para amarle mas. Pues a quien mas se perdona, mas ama19.

    A la magnanimidad de Dios, manifestada prefiguradamente en el caso de Jons, ha de responder el hombre con gratitud continua al Senor. Gratitud

    que ha de darse a entender, en primer lugar, con mayor amor de Dios. No evita Dios la humana calda, con lo que trae ella consigo. La

    experiencia de la propia miseria, y de sus secuelas singularmente la muerte por si sola seria fatai, si no la remediase Dios con la Victoria sobre ellas. Si a la caida y muerte sigue la resurreccin, entiende el hombre la benignidad de Dios, y el abismo de donde benignamente, sin mrito alguno, ha sido liberado.

    18 Iren V, 3,1, 12ss: 'Virtus enim in infirmitate perficitur', meliorem efFiciens hunc qui per suam infirmitatem cognoscit virtutem Dei. Quemadmodum enim didicisset homo quoniam ipse quidem infirmus et natura mortalis, Deus autem immortalis et potens, nisi id quod est in utroque didicisset experimento? Suam enim infirmitatem discere per sustinentiam nihil est malum; magis autem et bonum est non aberrare in natura sua. Extolli autem adversus Deum et praesumptionem gloriae assumere, ingratum reddens hominem, multum mali inferebat ei; ut veritatem simul et dilectionem auferret ab eo eam quae est ad eum qui fecit eum. Utrorumque autem experientia veram quae est de Deo et homine

    agnitionem indidit ei et auxit ejus erga Deum dilectionem. Ubi autem augmentum est dilectionis, ibi major gloria Dei virtute perficitur his qui diligunt eum. Vase mi comento ad loc. en Teologia de San Ireneo I, Madrid-Toledo 1985 p. 170ss. " Iren III, 20,2,39ss: Haec ergo fuit magnanimitas Dei, ut per omnia transiens homo et mortis agnitionem percipiens, dehinc veniens ad resurrectionem quae est a mortuis et ex perimento discens unde liberatus est, semper gratus existat Domino, munus incorruptelae consecutus ab eo, ut plus diligeret eum, cui enim plus dimittitur plus diligit (cf. Le 7,42-43).

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 645

    Mucho mas aprendi Jons, cuando fu arrojado por el pez que cuando fu tragado por l. No se le ocurri apropiarse por naturaleza la

    incorruptela que le regalaba el Senor. Si primero no supo amar al Creador, corno debia, mas tarde liberado ya creyse obligado por gratitud a

    mayor amor para su Dios. Pues a quien mas se le perdona, mas ama. Y a

    quien mas le dan, mayor motivo le otorgan de agradecer. La gratitud del hombre a Dios ha de ser continua, corno el regalo que

    de Dios recibe es y sera siempre continuo; en armonia con la miseria y mortalidad de que es para siempre liberado20.

    * * *

    Y para conocer de si que es mortai y dbil, y entender de Dios que tan inmortai y poderoso es corno para dar la inmortalidad a lo mortai (cf. 1 Cor 15,53) y la eternidad a lo temporal, y para que el hombre comprenda asimismo todas las dems maravillas de Dios hechas en si manifiestas. Instruido por ellas vendr a sentir de Dios cunto es grande21.

    La gratitud del hombre a la benignidad de Dios se ha de traducir en amarle mas. No slo. Se ha de manifestar en un mayor conocimiento de si

    mortai y dbil con mayor desprecio de si; y juntamente, por contraste, en un mayor conocimiento de Dios inmortai y eterno; autor de inmortalidad para el hombre mortai y de eternidad para el hombre

    temporal y de todas las dems perfecciones y maravillas de Dios reveladas en el hombre. Instruido con ellas vendr a sentir ste cun

    grande es Dios. Si antes del signo amaba Jons a Dios, la gratitud le obligaba a

    amarle luego mucho ms. Juntamente creci en l el conocimiento propio frente al de Dios. Se vi mortai y dbil frente a la inmortalidad y poder del

    Creador; y comprendi, adoctrinado mediante las dems perfecciones reveladas en l, cun grande es Dios22.

    20 Cf. Iren IV, 11,2, 29ss: Quamadmodum enim Deus semper idem est, sic et homo in Deo inventus semper proficiet ad Deum. Neque enim Deus cessat aliquando in benefaciendo et locupletando hominem, neque homo cessat beneficium accipere et ditari a Deo. Exceptorium enim bonitatis et organum clarificationis ejus homo gratus ei qui se fecit, et iterum exceptorium justi judicii ejus homo ingratus et spernens plasmatorem et non

    subjectus Verbo ejus. 21 Iren III, 20, 2, 45ss: Cognoscat autem semetipsum quoniam mortalis et infirmus

    est, intellegat autem et Deum quoniam in tantum immortalis et potens est uti et mortali immortalitatem et temporali aeternitatem donet, intellegat autem et reliquas virtutes Dei omnes in semetipsum ostensas, per quas edoctus sentiat de Deo quantus est Deus. 22 Cf. Iren IV, 37,7,166ss: Pro nobis igitur omnia haec sustinuit Deus, uti per omnia eruditi in omnibus in futurum simus cauti et perseveremus in omni ejus dilectione,

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  • 646 ANTONIO ORBE, S.I.

    Igual hubo de sentir el hombre, a raiz de su caida, liberado de la muerte y del pecado. Entendi mejor la grandeza de Dios y la propia miseria; se crey obligado para siempre por gratitud a Dios, al sentir sobre su experimentada condicin mortai el don inesperado de la inmortalidad, y sobre su naturaleza corruptible el vestido de la incorrupcin.

    Se comprende asi la magnanimidad de Dios con el hombre. (,Qu habra logrado Dios abandonando al hombre a su condicin mortai? Dios nada habra conseguido, y el hombre se habra perdido. Merced en cambio a la longanimidad del Creador, todo lo ganaba el hombre, agradecido para siempre a Dios.

    La gloria del hombre

    Porque la gloria del hombre es Dios. Las obras en cambio son de Dios. Y receptculo de toda Su sabidurfa y poder es el hombre. As corno el mdico se pone a prueba entre los que estn enfermos, as tambin se manifiesta

    Dios entre los hombres. Por eso dice tambin Pablo (Rom 11,32): 'Porque encerr Dios todas las cosas en la rebelda para usar con todos la

    misericordia'. Esto lo dice no de los Eones espirituales, sino del hombre que fu desobediente a Dios y arrojado de la inmortalidad, y consigui despus misericordia (cf. 1 Pe 2,10) mediante el Hijo de Dios, al recibir la adopcin que viene por Su medio (cf. Gal 4,4-5)23.

    La gloria del hombre, corno la de Jons, no es el hombre. Devorado por el

    magno pez, hubiera perecido, dominado por la muerte. La gloria del hombre, corno la de Jons, est en que resplandezca Dios en l; en que revista las propiedades de Dios, y pase a ser inmortai e incorruptible y eterno corno Dios. A esa gloria miraba Dios, cuando le salvo

    inesperadamente.

    rationabiliter edocti diligere Deum, Deo quidem magnanimitatem praestante in apostasia hominis, homine autem erudito per eam, quemadmodum et propheta ait (Jer 2,19): 'Emendabit te abscessio tua', praefiniente Deo omnia ad hominis perfectionem et ad efficaciam et manifestationem dispositionum, uti et bonitas ostendatur et justitia perficiatur et Ecclesia 'ad figuram imaginis Filii ejus' (Rom 8,29) coaptetur, et tandem aliquando maturus fiat homo, in tantum maturescens ad videndum et capiendum Deum. 23 Iren III, 20, 2, 51 ss: Gloria enim hominis Deus, operationes vero Dei, et omnis sapientiae eius et virtutis receptaculum homo. Quemadmodum medicus in his qui aegrotant probatur, sic et Deus in hominibus manifestatur. Quapropter et Paulus ait: 'Conclusit autem Deus omnia in incredulitate ut omnium misereatur', non de spiritalibus Aeonibus dicens hoc, sed de homine qui fuit inobaudiens Deo et projectus de immortalitate, dehinc misericordiam consecutus est per Filium Dei, eam quae est per ipsum percipiens adoptionem.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONAS SEGN SAN IRENEO 647

    "Gloria enim hominis Deus". No que el hombre haya de glorificar a Dios, sino al revs: Dios ha de ser glorificado en el hombre.

    El hombre no glorifica a Dios. Al contrario, es glorificado por Dios. Considera sin duda el Obispo de Lin, entre otras razones, la

    omniperfeccin y riqueza y noindigencia de Dios. Pero en pugna con marcionitas y valentinianos, tiene tambin en cuenta otro elemento de consideracin.

    El Creador Demiurgo de los herejes, corno Dios del Antiguo Testamento, buscaba en el hombre su propio culto y gloria24. Dio la Ley a los descendientes de Abrahn, por medio de Moiss, para asegurarse el

    seguimiento del pueblo judio en sus manifestaciones singularmente religiosas.

    El Dios de Israel constituia el centro de su existencia. Buscaba ser clarificado de continuo por su pueblo, en respuesta a lo que hacia El a su favor. Entendia asi el lenguaje de la gratitud israelita.

    Tal era la indole del Demiurgo, lo mismo entre marcionitas que entre valentinianos. La gloria del hombre (israelita) era el Dios de Israel. Y ste la reclamaba de los descendientes todos de Abrahn, sujetos a la Ley de Moiss. No asi segn el Obispo de Lin.

    Dios de nada ha menester, mientras el hombre necesita la comunin con

    Dios. Tal es en efecto la gloria del hombre: perseverar y permanecer en el servicio de Dios. Por eso decia el Seftor a los discipulos (Joh 15,16): 'No vosotros me elegisteis, sino yo os elegi'. Daba a entender que no le glorifi caban ellos con su seguimiento, sino que, por seguirle al Hijo de Dios, eran glorificados por l... hechos participes de la gloria del Senor, que nos form

    y dispuso para que, mientras estamos con l, participemos de su gloria25.

    24 Cfr. Tert., adv. Marc. II, 18,3: Sacrificiorum quoque onera et operationum et oblationum negotiosas scrupulositates nemo reprehendat, quasi deus talia sibi proprie desideraverit, qui tam manifeste exclamat (Is 1,11.12): Quo mihi multitudinem sacrificiorum vestrorum? et: Quis exquisivit ista de manibus vestris? Sed illam dei industriam sentiat, qua populum pronum in idolatriam et transgressionem eiusmodi officiis

    religioni suae voluit adstringere, quibus superstitio saeculi agebatur, ut ab ea avocaret illos, sibi iubens fieri, quasi desideranti, ne simulacris faciendo delinquerei; adv. Marc. V, 5,10:

    Quid stultius, quid infirmius, quam sacrificiorum cruentorum et holocaustomatum nidorosorum exactio? quid infirmius, quam vasculorum et grabbatorum purgatio?... ne

    glorietur omnis caro, ut quemadmodum scriptum est: qui gloriatur, in deo glorietur. In quo? Utique in eo qui hoc praecepit. Nisi creator praecepit, ut in deo Marcionis gloriemur. VaseA. Von Harnack, Marcion1 p. 106 y 277". 25 Iren IV, 14, 1, 24ss: In quantum enim Deus nullius indigens, in tantum homo

    indiget Dei communione. Haec enim gloria hominis, perseverare ac permanere in Dei

    servitute. Et propter hoc dicebat discipulis Dominus: 'Non vos me elegistis, sed ego elegi vos', significans quoniam non ipsi glorificabant eum, sequentes eum, sed in eo quod sequerentur Filium Dei glorificabantur ab eo... participantes gloriae Domini: qui et formavit et ad hoc praeparavit nos, ut dum sumus cum eo participemus gloriae ejus.

    35:28 PM

  • 648 ANTONIO ORBE, S.I.

    En la Dispensacin elegida por Dios, todo se orienta a la deificacin del hombre; a la glorificacin del hombre por Dios. No abandona Dios al hombre, a merced de su limitacin. Le quiere para Si, y desea hacerle

    participe de la propia gloria. Si buscara ser glorificado por el hombre, no seria verdadero Dios26. En cambio, si la gloria del hombre es permanecer en el servicio de Dios, aunque el hombre falte, negndose a seguir a Dios, asi corno pierde el hombre, y por cuenta propia es incapaz de glorificar a Dios, asi queda Dios libre para hacer valer Su benignidad, habilitando al hombre por nuevos caminos para vestirle de Su gloria. El camino por donde se perdio el hombre, desvindose de Dios, le servir a El para enmendarle y hacer brillar mejor Su gloria.

    Es el rgimen que adopt con Jons (resp. con el protoplasto), llevndole a la experiencia de su miseria, en contraste con la grandeza de Dios, sin enmendar Su primera Dispensacin sobre el hombre. Dios no abandona a su creatura. La dispone, no obstante la humana apostasia, por caminos de perdn con nuevos favores para la gloria a que le destin.

    Por eso hizose el Verbo dispensador de la gracia (y gloria) del Padre para utilidad de los hombres, por quienes adopt tamanas disposiciones, dando a conocer a los hombres a Dios, y presentando el hombre a Dios...

    no fuera que apartndose por entero de Dios dejase el hombre de ser;

    pues la gloria de Dios es el hombre viviente; la vida empero del hombre

    es la vision de Dios21.

    A primera vista emplea Ireneo dos frmulas no fciles de concertar. De un lado (III, 20, 2,51); "Gloria enim hominis Deus". De otro (IV, 20, 7,180): "Gloria enim Dei vivens homo". La primera frmula habla de 'la

    gloria del hombre'; la segunda, de 'la gloria de Dios'. ^Cmo compaginarlas?

    "Gloria hominis Deus" indica, por el contexto, que Dios glorifica al hombre, levantndole de su naturaleza mortai y corruptible a la propia In mortal e Incorruptible. Por eso salv a Jons y al hombre caldo, en virtud de Su magnanimidad. No indica que el hombre haya de glorificar, por su

    propia virtud a Dios; y si que ha de glorificar, por obra de Dios, a Dios. Gloria Dei vivens homo" denota en cambio, que Dios hace

    participe de Su propia gloria al hombre, hecho viviente con la Vida de

    26 Cf. E. Norden, Agnostos Theos2, Leipzig 1929 . 13ss. 27 Iren IV, 20, 7,172ss: Et propterea Verbum dispensator paternae gratiae factus est ad utilitatem hominum, propter quos fecit tantas dispositiones, hominibus quidem ostendens Deum, Deo autem exhibens hominem... ne in totum deficiens a Deo homo cessaret esse: gloria enim Dei vivens homo, vita autem hominis visio Dei.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 649

    Dios, por vista de El. La verdadera gloria de Dios, en la actual economia, se identifica con la gloria que Dios comunica al hombre, en su naturaleza mortai y corruptible, levantndole a la propia Vida.

    La 'gloria hominis' se traduce por la 'gloria Dei in homine'. No la

    gloria de Dios que busca el hombre, sino la gloria que en el hombre busca Dios. No 'a la mayor gloria de Dios en Dios', sino a la mayor gloria de Dios en el hombre. Pudo bien S. Ireneo substituir las dos frmulas por otras equivalentes: 'vita hominis' y 'vita Dei'. Es la Vida propia de Dios, con sus propiedades todas, comunicada a la naturaleza carnai del hombre, la que constituye, en la presente economia, la Gloria del hombre.

    Con semejante perspectiva se comprende que sea siempre Dios

    quien trabaje Su gloria en el hombre. El mismo Dios que inici con la humana plasis el dinamismo deifico, que terminar con el hombre hecho Dios, vestido de la Gloria de Dios.

    "Operationes vero Dei". Leo con la mayoria de los cdices. Ireneo define sobriamente con "Deus" la gloria del hombre. Y agrega el medio

    para llegar ahi. No las acciones de la humana natura. Es la actividad

    mltiple del propio Dios, con Sus dos manos Verbo y Espiritu la

    que lleva al hombre a su glorificacin divina. La misma ideologia aparece en la inicial plasis del hombre y en las operaciones del Salvador

    para la curacin del ciego nato. El hombre no puede llegar a Dios por caminos puramente humanos. Hecho a imagen y semejanza de Dios, slo puede llegar a El por caminos que le asemejen a El, a merced del

    Espiritu de Dios.

    A los discipulos que le interrogaban por qu causa habia nacido ciego, por su culpa por la de sus padres, dice (el Senor en Joh 9,3): 'No pec ste ni sus padres, sino para que en l se manifiesten las obras de Dios'. Las obras

    empero de Dios son la plasmacin del hombre. La cual la hizo mediante

    una obra, corno dice la Escritura (Gen 2,7): ' Y tomo Dios barro de la tierra

    y plasmo al hombre'. Por eso tambin escupi el Senor en tierra e hizo lodo y humedeci con l los ojos (cf. Joh 9,6), dando a entender crno habia sido la antigua plasmacin, y revelando a los capaces de entender(lo) la mano de

    Dios con que habia sido el hombre modelado del barro. Pues lo que el Verbo artifice dej de plasmar en el vientre, lo llev a cumplimiento abiertamente (Joh 9,3) 'para que se manifiesten en l las obras de Dios'28.

    La curacin del ciego de nacimiento le da pie a Ireneo para declarar las obras de Dios. Las obras de Dios, por excelencia, son la formacin del hombre. Las indica Gen 1,26: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y

    8 Iren V, 15,2,63ss.

    35:28 PM

  • 650 ANTONIO ORBE, S.I.

    semejanza" y Gen 2,7: "Y tomo Dios barro de la tierra y model al hombre". Lo comenzado en el protoplasto lo contina Dios, mediante sus dos manos, Verbo y Espiritu santo, conformando al hombre a imagen y semejanza de Dios. Solamente el Verbo y el Espiritu son capaces de

    trabajar divinamente al hombre, conducindole, corno a trmino, a su

    perfecta deificacin. Es lo que en frase concisa decia Ireneo (III, 20, 2,52): "operationes

    vero Dei". Las obras trabajos calificados, en la humana dispensacin, pertenecen a Dios. Solo El es capaz de trabajar el humano barro 'a imagen y semejanza de Dios'. Para que el hombre sea divinamente glorificado, es

    preciso que tome Dios las riendas de la humana natura, y la trabaje mediante Sus dos manos Verbo y Sofia, con actos divinos hasta sacar de ella al hombre vestido de Dios, inmortai, incorrupto y eterno29.

    "Et omnis sapientiae eius et virtutis receptaculum homo". Dios es la

    gloria y resplandor del hombre. Las operaciones y acciones que conducen ahi al hombre son las acciones de Dios, prolongacin de la plasis inicial de Gen 2,7. Y asi corno Dios es la gloria peculiar al hombre, asi el hombre es el vaso de la Sabiduria y Poder de Dios, el plasma del Verbo y del Poder corno hecho a su semejanza. En el hombre se echan de ver la Sabiduria y el Poder de Dios. Entindase, en el hombre dcil a las operaciones de Dios, vestido clarificado segn Dios.

    El hombre es a Dios lo que el enfermo al mdico. El hombre en manos de Dios, lo que el enfermo en manos del mdico. Como el mdico se pone a prueba entre los enfermos, asi Dios entre los hombres. Como los enfermos son el receptculo de la sabiduria y virtud del mdico, asi el hombre receptculo de la Sabiduria y Poder de Dios.

    La analogia del mdico se cumple mejor en Dios, que adems de

    comprobar la enfermedad del hombre, sabe y puede acabar con ella. Si las

    perfecciones de Dios resplandecen en el hombre no enfermo, segun se

    presenta en el Paraiso, mejor resplandecen en el hombre enfermo, segn se dej ver a raiz de su caida. Porque mejor resplandece Dios en contraste con la humana pobreza, que frente al hombre vestido de Dios.

    Por eso dice tambin Pablo (Rotti 11,32): 'Encerr empero Dios todas las cosas en la rebeldia para usar con todos de misericordia'30. No dice esto de

    29 Cf. Iren III, 20, 3, 80ss: Propter hoc Paulus infirmitatem hominis adnuntians ait (Rom 7,18): 'Scio enim quoniam non inhabitat in carne mea bonum', significans quoniam non a nobis sed a Deo est bonum salutis nostrae... hoc autem et Esaias (35,3-4): ...'ipse veniet et salvabit nos', hoc quoniam non a nobis sed a Dei adiumento habuimus salvali. 30 Cf. Iren I, 10, 3, 66ss: Et quare 'conclusit omnia (panta) in incredulitatem Deus ut universis misereatur', exquirere.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONAS SEGN SAN IRENEO 651

    los eones espirituales, sino del hombre que fu rebelde a Dios, y, arrojado de la inmortalidad, obtuvo luego misericordia mediante el Hijo de Dios, al recibir por Su medio la adopcin (cf. Gal 4,4-5)31.

    Dios resplandece entre los hombres, corno el mdico entre los enfermos, porque cayeron todos ellos en rebeldia, y salieron de la inmortalidad incurriendo en rgimen mortai. Dios paso por elio, magnnimo, para usar con todos de misericordia, y levantarlos de mortales e hijos de currupcin a inmortales e incorruptibles.

    Da la impresin de que los discipulos de Valentin aplicaban el verso

    paulino (Rom 11,32) al pecado de los Eones del Pleroma: corno si Dios hubiera encerrado a solos Eones en desobediencia32 para compadecerse de ellos, y dar lugar a la concepcin y generacin divina del Salvador.

    Ireneo impugna semejante exgesis. El Apstol se refiere al pecado del hombre. Pecado de transgresin desobediencia, por el que fu

    arrojado del rgimen de inmortalidad al rgimen de rebeldia y mortalidad. "Encerr Dios a todos los hombres en rebeldia", mas no porque les

    empujase El a la rebeldia. Permiti transgrediese el hombre e incurriese en desobediencia, para dar lugar a Su magnanimidad y misericordia33, y sanar corno divino Mdico al hombre, capaz de enfermar, pero no de curar

    por si solo.

    Arrojado del rgimen inmortai por desobediencia a Dios, no sera el hombre abandonado. Dios se apiadar de l, y le devolver a su condicin

    31 Iren III, 20,2,55ss. 32 Cf. Iren 1,2,2-4. 33 Cf. Iren I, 10, 3, 57ss: Et quoniam magnanimus exstitit Deus et in transgressorum

    angelorum apostasia et in inobaudientia hominum edisserere. Vase Origenes, In ep. ad Romanos, lib. Vili, 13 (PG 14,1199 Css): Quia sicut vos gentes quondam non credebatis Deo, nec tamen idcirco penitus reliquit vos Deus, sed aliquando ad uitimum misericordiam consecuti estis: occasio tamen conferendae in vos misericordiae, populi Israel incredulitas exstitit: ita etiam hi qui nunc de populo Israel non crediderunt, et pr incredulitate sua derelicti sunt, ut ad vos Dei misericordia flecteretur, non usquequaque relinquentur in incredulitate sua; sed posteaquam plenitudinis gentium fuerit impleta dispensatio, etiam

    ipsi misericordiam consequentur. In quo volens Apostolus bonitatem Dei ostendere, qua incredulitate aliorum, aliorum salutem facit: 'Conclusit, inquit, Deus omnes in

    incredulitate, ut omnium misereatur'; non quo ipse eis injecerit incredulitatis propositum, sed ipsorum incredulitatis proposito credendi aditum aliis qui et ipsi prius increduli fuerant,

    patefecit... Considerans igitur sanctus Apostolus tantas esse bonitatis Dei divitias, et tantum divinae sapientiae opus erga rationabiles agi naturas, et quia tantum Deus dives est in

    misericordia, et dives in omnes qui invocant eum, et tanta est bonitatis ejus et patientiae et

    longanimitatis magnitudo, repente interioribus eas cordis oculis intuens, immensitatemque earum perspiciens, stupore simul et pavore perculsus exclamat et dicit: altitudo divitiarum sapientiae et scientiae Dei, quam inscrutabilia sunt judicia ejus, et investigabiles viae ejus!. Ireneo aplica Rom 11,32 al pecado de origen. Origenes al de los dos pueblos, Israel y gentil.

    35:28 PM

  • 652 ANTONIO ORBE, S.I.

    primera. Si se perdio el hombre, le ganar Dios tambin por el hombre. No mediante un puro hombre, sino mediante Su Hijo hecho hombre, por quien entrar el hombre en la familia adoptiva de Dios. Una vez mas

    apunta Ireneo la eficacia salvifica del Hijo de Dios hecho hombre. No salva Dios al hombre devorado por la ballena, arrojndole sin mas de su vientre. Dios le salva a los tres dias, por la eficacia del Salvador resucitado al tercer dia.

    $ 3fS *

    Porque ste atenindose sin hinchazn y jactancia a la verdadera estimacin sobre las creaturas y sobre el Creador el poderosisimo Dios de todo y que a todo le dio el ser y perseverando en su amor y sumisin y accin de gracias, recibir de El mayor gloria, mejorando segun se asemeja a Quien muri por l34.

    El que ha conseguido, por misericordia de Dios, la filiacin adoptiva, sabr atenerse a la verdadera estimacin de si propio corno creatura

    y del Creador, a quien debe el ser. Perseverando en Su amor, sumisin y accin de gracias, recibir de El mayor gloria, asemejndose gradualmente a Quien muri por l. Y responder corno Jons, liberado de la muerte a los tres dias, al prefgurado por l.

    La ballena no vomit al profeta para sola existencia. Le arroj a nueva Vida. Como la muerte habia de arrojar al Salvador a nueva Vida, corno primicias de la Vida que habia de coronar la similitud del hombre con Dios. Consciente el hombre de tal don, resucitado a nueva Vida, progresarfa a imagen y semejanza del Senor redivivo.

    Ireneo piensa en los discipulos de Valentin, que corno 'espirituales' se creian superiores al Creador; y no se tenian por creaturas de El, sino por simientes de Sophia, no sujetos a la muerte vulgar. Probablemente, segn ellos, el cetaceo hubo de vomitar con vida a Jons, porque corno simbolo del Creador no tenia poder sobre la Iglesia 'espirituaf simbolizada por Jons. Asi concebida la salvacin de Jons, no tuvo ste que agradecer al Creador su salvacin, ni amarle ni sometrsele por ella. jSt salvaba acaso

    por don del Creador, y no ms bien en virtud de su naturaleza 'pneumtica', libre de corrupcin muerte?

    34 Iren III, 20,2,60ss: Hic enim tenens sine inflatione et iactantia veram gloriarti de his quae facta sunt et de eo qui fecit, qui est potentissimus omnium Deus quique omnibus ut sint praestitit, et manens in dilectione eius (cf.Joh 15,9-10) et subjectione et gratiarum actione, maiorem ab eo gloriam percipiet, provectus accipiens, dum consimilis fiat eius qui pr eo mortuus est.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 653

    Los valentinianos alardeaban de poseer la verdadera estimacin, asi de las creaturas corno del propio Creador. Era ste puro instrumento de una Dispensacin mas alta. Llenos de hinchazn y jactancia los 'espirituales' valentinianos se creian salvos por necesidad y libres de los accidentes todos gobernados por el Demiurgo; no por favor del

    potentisimo Dios que a todos les da el ser. Amarfan al Padre y Dios Bueno

    (resp. a Sophia) de quien reciben el ser. No se creerfan tampoco obligados a recibir gradualmente mayor gloria, por asemejarse en Espiritu al Salvador. Los 'espirituales' no estn sometidos a progreso en la Gnosis, comunin con Dios. Y por lo mismo, tampoco progresan en gloria. Son

    gloriflcados de golpe por el Dios Bueno, mediante la iluminacin que les

    otorga el Hijo.

    * * *

    Ya que tambin l (=el Salvador) vino a tener similitud de carne de pecado para condenar al pecado, y corno ya condenado arrojarlo fuera de la carne35,

    y para invitar al hombre a que se Le asemeje, recomendndole a Dios para imitador (de Jesus: cf: /5,l)36, y levantndole a la regia del Padre37 para que vea a Dios, y otorgndole la comprensin del Padre, corno Verbo de Dios que hizo morada en el hombre (cf. Joh 1,14); y se hizo hombre para acostumbrar al hombre a que capte a Dios, y acostumbrar a Dios a que habite en el hombre, segun el beneplcito del Padre38.

    Jons prefigura al Hijo de Dios, que muri por el hombre y resucit de entre los muertos a los tres dias.

    El prodigio de Jons supone falta en l. Mas no porque el profeta prefigurase al Hijo de Dios, hubo falta en el Hijo de Dios para que muriese.

    35 Cf. Rom 8,3 (vulg.): Deus filium suum mittens in similitudinem carnis peccati, et de peccato damnavit peccatum in carne. 36 Jesus (Verbo hecho hombre) recomienda a Dios (Creador) al hombre para su imitacin, corno paradigma que es del hombre. Cf. 1 Cor 11,1: Imitatores mei estote, sicut et ego Christi. Dios tendr en cuenta la recomendacin que del hombre le hace su Hijo para sacar de l un imitador perfecto de Cristo. 37 La 'paterna regula' seria la norma rgimen que, mediante la imitacin del Hijo, levanta al hombre hasta el Padre. Cf. Mt 11,27.

    38 Iren III, 20,2,67ss: Quoniam et ipse in similitudinem carnis peccati factus est, uti condemnaret peccatum et iam quasi condemnatum proieceret tllud extra carnem, provocaret autem in similitudinem suam hominem, imitatorem eum adsignans Deo et in

    paternam imponens regulam ad videndum Deum et capere Patrem donans. Verbum Dei

    quod habitavit in homine et Filius hominis factus est, ut adsuesceret hominem percipere Deum et adsuesceret Deum habitare in homine secundum placitum Patris.

    35:28 PM

  • 654 ANTONIO ORBE, S.I.

    Declara Ireneo la razn de tal muerte. Ya que el hombre pec, y por el pecado mereci la muerte, ha

    querido el Hijo, por beneplcito del Padre, pasar por la muerte y acabar con el pecado.

    Dos aspectos acentua Ireneo, con el Apstol, en la Encarnacin del

    Hijo de Dios: 1. Uno, la Victoria sobre el pecado. Hecho semejante a la carne

    pecadora para condenar al pecado y arrojarlo de la especie humana: "et

    ipse in similitudinem carnis peccati factus est, uti condemnaret peccatum et iam quasi condemnatum proieceret illud extra carnem".

    2. Otro, la ensenanza magisterio del hombre. Para adoctrinar al hombre con Su obediencia corno hombre a Dios, y ensenarle el camino que ha de seguir imitandole para llegar a la vista de Dios:

    "provocaret autem in similitudinem suam hominem, imitatorem eum

    adsignans Deo et in paternam imponens regulam ad videndum Deum et

    capere Pattern donans". La conducta del Hijo de Dios corno hombre, en todo obediente a Dios, es la norma que ha de seguir el hombre, si ha de

    llegar a la vista de Dios. No es que el Hijo de Dios necesite hacerse hombre para ver a Dios y captar al Padre. Se hace hombre para solicitar al hombre que se Le asemeje y Le imite ante Dios. Si asi lo hacen los hombres, imitandole en su docilidad y obediencia continua a Dios, el Hijo de Dios les levantar a las alturas de la Dispensacin paterna, dndoles a conocer en su dia al Padre.

    "Ya que tambin l (el Hijo de Dios) vino a tener similitud de carne de pecado para condenar al pecado, y corno ya condenado arrojarlo fuera de la

    carne".

    Encarnado el Hijo de Dios dotado de una carne semejante a la del

    pecado pudo condenar, en Su carne inocente, con la propia muerte el

    pecado y arrojarlo fuera de la humana carne. Hizo asi, en la propia carne, de la carne de pecado (y muerte) una inocente y gloriosa, semejante a la del Hijo de Dios.

    "Para invitar al hombre a Su (propia) semejanza, encomendndole corno imitador Suyo a Dios".

    Clusula dificil. Piensa uno en la parbola del buen Samaritano. Cristo encomienda a Dios (esto es, al Espiritu santo) al hombre mortalmente herido para que imite a Su propio Hombre. La imitacin del malherido a

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 655

    Cristo tiene lugar en el hombre, que en el malherido es pecador y mortai, y en Cristo inocente y principio de nueva Vida. El Espiritu santo, corno 'similitud perfecta' de Dios, parece el mas indicado para asemejar la humana carne a la carne de Cristo.

    "Y levantndole a la regia del Padre para que vea a Dios, y otorgndole la comprensin del Padre".

    Gracias a la mediacin del Salvador hecho hombre sube el hombre, no obstante su simplicidad, a la regia del Padre (formulada en Mt 11,25-27)39, hasta la vista de Dios y captacin del Padre.

    Sin olvidar el prodigio de Jons, arrojado a nueva vida, urge Ireneo la dignacin de Dios que, lejos de comprometer la Dispensacin primera con el pecado y la muerte, envia a su Hijo, en semejanza de carne de

    pecado, para que pase a ser el modelo del hombre llamado a deificarse y subir a la norma formulada (en Mt 11,27)".

    La clusula "in paternas imponens regulam et videndum Deum et

    capere Patrem donans" recuerda a su anloga "ad Deum... rursus

    imponente homines per suam incarnationem", que declara la elevacin del hombre a las alturas del Hijo en virtud de la Encarnacin. Y se completa con el dinamismo deifico que produce en el hombre la accin del Espiritu de Dios venido, en uncin bautismal, sobre Jess, y que termina en la vista de Dios por captacin y comunin perfecta con el Espiritu del Padre.

    Gramaticalmente difieren las dos frases: 1 - "et in paternam imponens regulam ad videndum Deum", y 2 - "et capere Patrem donans".

    ^Difieren por su contenido? Salvo meliori la solucin est a merced de las lineas precedentes;

    y ms en particular en la asimilacin divina del hombre con el Espiritu de Dios.

    Es el Espiritu de Dios el que levanta con su dinamismo al hombre al nivel regia del Padre asemejndole a Dios y orientndole hacia la vista de Dios. Es el dinamismo, a lo largo de la dispensacin.

    39 Cf. Iren 1,20,3,39ss: Ostensionem autem superiorum et velut finem regulae suae adferunthaec: 'Confitebortibi...'

    40 Cf. Iren V, 1,1,33ss: Suo igitur sanguine redimente nos Domino, et dante animam suam pr nostra anima et carnem suam pr nostris carnibus, et effundente Spiritum Patris in adunitionem et comunionem Dei et hominum, ad homines deponente Deum per Spiritum, ad Deum autem rursus imponente hominem per suam incarnationem, et firme et vere in adventu suo donante nobis incorruptelam per comunionem quae est ad eum, perierunt omnes haereticorum doctrinae.

    35:28 PM

  • 656 ANTONIO ORBE, S.I.

    "Et capere Patrem donans" denota el trmino de la dispensacin. Gracias al Espiritu de Dios, principio de similitud divina para el hombre, acabar ste captando, corno el Hijo, al Padre.

    El sujeto de las dos frases es el Hijo encarnado, el Verbo de Dios que habit entre los hombres. Mientras el Verbo Hijo de Dios no se haga Hijo del hombre, no podr acostumbrar al hombre a captar a Dios, con eficacia de hombre a hombre. Ni podr acostumbrar a Dios a habitar segun el

    beneplcito del Padre en el hombre. En virtud de la Encarnacin, el Verbo de Dios a) habita en el hombre

    y entre los hombres, Hombre con hombres; b) es hecho Hijo del hombre; se hace personalmente hombre Hijo del hombre.

    Por lo primevo acostumbra al hombre a captar segn el beneplcito del Padre de Dios. Vase Mt 11,25-27; y en particular aquellas clusulas: "Ita Pater meus, quoniam in conspectu tuo placitum factum est... Nemo

    cognovit Patrem nisi Filius... et cuicumque Filius revelaverit"41. Slo el Verbo hecho hombre es capaz de dar a conocer al hombre Su conocimiento de Dios, segun el beneplcito del Padre. El mediador entre Dios y el hombre no es el puro Verbo, sino el Verbo hecho hombre, para actuar de Hombre a hombre, de Carne a carne.

    El hombre en el Verbo de Dios no es titulo de ignominia sino de

    magnanimidad, por levantar al gnero humano al conocimiento vista de Dios, peculiar al Hijo: "Ut adsuesceret hominem percipere Deum... secundum placitum Patris".

    Por lo segando, acostumbra a Dios a habitar entre los hombres, corno verdadero hombre pasible y mortai, y adoctrinar corno Hombre ideal al gnero humano, en rgimen de obediencia al Padre. En contraste con el protoplasto que no supo ser hombre y habitar en obediencia al Crea dor ('secundum placitum Patris'), hubo de venir el Segundo Adn el Verbo hombre para habitar entre los hombres, en obediencia al Padre.

    Por lo primero, el Verbo hombre da a conocer a sus hermanos a Dios. Por lo segundo, les ensena el camino de la obediencia, habitando entre los

    hombres, siempre segun el beneplcito del Padre.

    La gloria del hombre

    Son breves las pginas consagradas por S. Ireneo al signo de Jons

    (adv.haer. Ili, 20,1-2). Como todo lo del Obispo de Lin, tambin stas se

    prestan al estudio, singularmente por las interferencias con dos temas: el

    1 Cf. Iren 1,20,3,42ss.

    35:28 PM

  • EL SIGNO DE JONS SEGN SAN IRENEO 657

    signo de Jons y la calda del (primer) hombre; la clarificacin de Dios por el hombre agradecido. Paciente Dios en el caso del profeta, lo fu

    igualmente en la caida del (primer) hombre. La magnanimidad del Dios

    longividente miraba a la muerte y resurreccin de su Hijo. Hubo que acudir al anlisis para descubrir los perfiles que apunta el santo. De inters

    singular el tema de la gloria compendiado en la siguiente frase: "Gloria enim hominis Deus, operationes vero Dei, et omnis sapientiae eius et virtutis receptaculum homo".