el sentido múltiple de la aesthetica -...

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LA PRODUCCIÓN ESTÉTICA DEL SUJETO Marcelo Real El sentido múltiple de la aesthetica El término latino aesthetica, creado por Baumgarten en sus Reflexiones filosóficas acerca de la poesía (1735), proviene del griego aisthesis (sensación, sensibilidad) 1 . La define como: αἴσθητἁ ἐπιστήμες αἴσθητικής; scientia cognitionis sensitivae. La ciencia moderna de la estética surge así como un conocimiento sensible que llega a expresarse en la aprehensión de lo bello y la obra de arte y que se distingue de la lógica como ciencia del saber cognitivo o conocimiento racional. Se trata de un término equívoco 2 , pues conlleva tanto una teoría de lo sensible en general, como de la obra de arte en particular. En su obra inacabada, Aesthetica 3 , Baumgarten reconstituye, según la tradición escolástica, una especie de trivium 4 : la ciencia del modo de conocimiento y expresión sensible es la estética; si ella tiene por objetivo la menor perfección del pensamiento y del discurso sensible 5 , es la retórica; si tiene por objetivo su más grande perfección, es la poética universal. Luego abandonará esta división para llegar a una definición que atestigua la total autonomía de la estética: la ciencia del modo de conocimiento y de exposición sensible es la estética (lógica de la facultad del conocimiento inferior, filosofía de las gracias y las musas, gnoseología inferior, arte de la belleza del pensamiento, arte del análogo de la razón). Así la estética, surge como un campo polisémico y mal circunscrito al que los distintos pensadores concebirán de manera diferente. Kant, por ejemplo, entenderá por Ästhetik a la vez el estudio de las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) y la crítica del gusto, es decir, el estudio del sentimiento de placer y displacer ligado a la facultad de juzgar. Hegel, por su parte, no tomará la estética ni por la ciencia del sentido, ni por la de la sensación, o los sentimientos (como lo agradable o el miedo), sino por la filosofía del arte, en especial, del arte bello. 1 Cf. A. G. Baumgarten, Reflexiones filosóficas acerca de la poesía, Aguilar, Bs. As., 1975, pp. 89-90. (Meditationes philosophicae de Nunullis ad poema pertinentibus, CXVI-CXVII, 1735). Allí se traduce aistheta como “cosas percibidas”, pero en el original Baumgarten no traduce los términos en griego. 2 B. Cassin (dir.), Vocabulaire européen des philosophies : dictionnaire des intraduisibles, Le Seuil/Le Robert, Paris, 2004. Entrada: “Esthétique”. 3 Aesthetica (tomo I, 1750; tomo II, 1758). Sólo los prolegómenos de esa obra han sido traducidos al español: A. G. Baumgarten, Estética (prolegómenos), UBA, Bs. As., 1999. 4 En las universidades medievales, se trataba de la división inferior de las siete artes liberales (trívium + quadrivium) compuesto por la gramática, la lógica y la retórica. Etimológicamente, la palabra latina significa “el lugar donde se cruzan los tres caminos” (tri + via). 5 Discurso sensible el que contiene representaciones sensibles, oscuras y confusas, aportadas por los sentidos, que se diferencian de las representaciones intelectuales, claras y distintas.

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  • LA PRODUCCIN ESTTICA DEL SUJETO

    Marcelo Real

    El sentido mltiple de la aesthetica

    El trmino latino aesthetica, creado por Baumgarten en sus Reflexiones filosficas acerca de la poesa (1735), proviene del griego aisthesis (sensacin, sensibilidad)1. La define como: ; scientia cognitionis sensitivae. La ciencia moderna de la esttica surge as como un conocimiento sensible que llega a expresarse en la aprehensin de lo bello y la obra de arte y que se distingue de la lgica como ciencia del saber cognitivo o conocimiento racional. Se trata de un trmino equvoco2, pues conlleva tanto una teora de lo sensible en general, como de la obra de arte en particular.

    En su obra inacabada, Aesthetica3, Baumgarten reconstituye, segn la tradicin escolstica, una especie de trivium4: la ciencia del modo de conocimiento y expresin sensible es la esttica; si ella tiene por objetivo la menor perfeccin del pensamiento y del discurso sensible5, es la retrica; si tiene por objetivo su ms grande perfeccin, es la potica universal. Luego abandonar esta divisin para llegar a una definicin que atestigua la total autonoma de la esttica: la ciencia del modo de conocimiento y de exposicin sensible es la esttica (lgica de la facultad del conocimiento inferior, filosofa de las gracias y las musas, gnoseologa inferior, arte de la belleza del pensamiento, arte del anlogo de la razn). As la esttica, surge como un campo polismico y mal circunscrito al que los distintos pensadores concebirn de manera diferente.

    Kant, por ejemplo, entender por sthetik a la vez el estudio de las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) y la crtica del gusto, es decir, el estudio del sentimiento de placer y displacer ligado a la facultad de juzgar. Hegel, por su parte, no tomar la esttica ni por la ciencia del sentido, ni por la de la sensacin, o los sentimientos (como lo agradable o el miedo), sino por la filosofa del arte, en especial, del arte bello.

    1 Cf. A. G. Baumgarten, Reflexiones filosficas acerca de la poesa, Aguilar, Bs. As., 1975, pp. 89-90. (Meditationes philosophicae de Nunullis ad poema pertinentibus, CXVI-CXVII, 1735). All se traduce aistheta como cosas percibidas, pero en el original Baumgarten no traduce los trminos en griego. 2 B. Cassin (dir.), Vocabulaire europen des philosophies : dictionnaire des intraduisibles, Le Seuil/Le Robert, Paris, 2004. Entrada: Esthtique. 3 Aesthetica (tomo I, 1750; tomo II, 1758). Slo los prolegmenos de esa obra han sido traducidos al espaol: A. G. Baumgarten, Esttica (prolegmenos), UBA, Bs. As., 1999. 4 En las universidades medievales, se trataba de la divisin inferior de las siete artes liberales (trvium + quadrivium) compuesto por la gramtica, la lgica y la retrica. Etimolgicamente, la palabra latina significa el lugar donde se cruzan los tres caminos (tri + via). 5 Discurso sensible el que contiene representaciones sensibles, oscuras y confusas, aportadas por los sentidos, que se diferencian de las representaciones intelectuales, claras y distintas.

  • La esttica en Freud

    No es de extraar que a lo largo de los textos freudianos, la esttica bascule entre estas distintas acepciones. En El Moiss de Miguel ngel, por ejemplo, o en El malestar en la cultura, el adjetivo esttico aparece vinculado al arte o a (la sensacin de) lo bello. A excepcin de algunos pocos como Lacan6, ser esta la acepcin que primar en psicoanlisis7.

    Sin embargo, El chiste y su relacin con lo inconsciente, no se dedica al anlisis del arte ni de la belleza. Es bsicamente desde el punto de vista de la ciencia de la sensibilidad o de las condiciones de la (produccin de) sensacin (de placer, bsicamente) que all es empleado el trmino esttica. En efecto, en el chiste hay un juego de sensaciones que Freud busca desentraar: efectivamente, el oyente de un chiste experimenta una sensacin de placer y re.

    Freud ubicar as al chiste en el campo de la ciencia de la aisthesis8. Una operacin similar se encuentra en Lo ominoso: Es muy raro que el psicoanalista se sienta proclive a indagaciones estticas, por ms que a la esttica no se la circunscriba a la ciencia de lo bello, sino que se la designe como doctrina de las cualidades de nuestro sentir. El psicoanalista trabaja en otros estratos de la vida anmica y tiene poco que ver con esas mociones de sentimiento amortiguadas, de meta inhibida, tributarias de muchsimas constelaciones concomitantes, que constituyen casi siempre el material de la esttica. Sin embargo, aqu y all sucede que deba interesarse por un mbito determinado de la esttica, pero en tal caso suele tratarse de uno marginal, descuidado por la bibliografa especializada en la materia.9.

    6 Cf. sesiones de sus seminarios La angustia y RSI, del 09 de enero de 1963 y del 18 de marzo de 1975, respectivamente. Disponibles en: http://www.revistanacate.com/lacan/francais/seminaires/ Cf. tambin Jean-Paul Abribat, Una esthtique non transcendantale, Revue Littoral, no 22: De S. I. R., abril 1987, Ers, Paris. 7 En este sentido, a principios de la dcada del 40, apoyndose en Freud, Ernst Kris defina la esttica como el rol especial que juega el arte en la sociedad, y las reacciones que el arte provoca en la sociedad. Para Kris, la esttica se encargaba de examinar los impulsos creativos del artista desde una perspectiva histrica y sociolgica. Kris, E. (1941). Probleme der sthetik. Internationale Zeitung fr Psychoanalyse und Imago, 26, 142-178. Cf. Joan M. Wolk, Ernst Kris: An annotated bibliography, https://ernstkris.wordpress.com/1940-1949/ En esta lnea, a mediados de los 50, el filsofo y escritor alemn Ludwig Marcuse construy una esttica a partir de los escritos freudianos que se dedicaban al anlisis de ciertas categoras estticas, a la interpretacin de obras de arte y de los acontecimientos de la vida de los artistas. Entre ellos cita en orden cronolgico ms de quince textos freudianos : El chiste y su relacin con lo inconsciente, El delirio y los sueos en la "Gradiva" de W. Jensen , El creador literario y el fantaseo, La novela familiar del neurtico, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, Materiales del cuento tradicional en los sueos , El motivo de la eleccin del cofre, El Moiss de Miguel ngel, Un recuerdo de infancia en Poesa y verdad , Lo ominoso, Humor, Dostoievski y el parricidio, Premio Goethe, Carta a Romain Rolland (Una perturbacin del recuerdo en la Acrpolis), Carta a Thomas Mann, en su 60 cumpleaos, Prlogo a Marie Bonaparte : "Edgar Poe, tude psychoanalytique". Cf. Ludwig Marcuse, Freud's Aesthetics, The Journal of Aesthetics and Art Criticism, Vol. 17, No. 1 (Sep., 1958), pp. 1-21. http://www.jstor.org/stable/428006 8 Quien haya tenido ocasin de compulsar textos de esttica y psicologa para buscar algn posible esclarecimiento sobre la esencia y los nexos del chiste, tal vez deba admitir que el empeo filosfico no se ha dedicado a este, ni de lejos, en la cabal medida a que lo hara acreedor su papel dentro de nuestra vida espiritual.S. Freud, El chiste y su relacin con lo inconsciente (1905), Obras completas, tomo VIII, Amorrortu, Bs. As., 1992, p. 11. 9 Sigmund Freud, Lo ominoso (1919), Obras completas, tomo XVII, Amorrortu, Bs. As., 1992, p. 219.

  • Se interesa as por ese terreno de la sensacin de lo ominoso10, marginal, descuidado por los estetas que en general prefieren ocuparse de las variedades del sentimiento ante lo bello, grandioso, atractivo, de sus condiciones y los asuntos que lo provocan, y no de lo contrastante, repulsivo, penoso. Seala as una falta que no slo atae al campo de la esttica filosfica, sino tambin al de la esttica experimental, tal como era promovida por las investigaciones psicofsicas de Gustav T. Fechner, quien haba llegado a formular ciertas leyes de la sensacin (como la de la mnima diferencia perceptible), as como el tan mentado principio de placer11.

    No puedo detenerme en el comentario de esos textos. Prefiero retroceder al anlisis de Ccilie M., a quien Freud llam su prima donna, su profesora12, abordndolo desde esta ltima acepcin de la esttica freudiana.

    Letra y sensacin

    Ella sufre de una violentsima neuralgia facial que le viene de repente dos o tres veces por ao, durando de cinco a diez das y desafiando cualquier terapia. Cuando cesa, siente como si la hubieran amputado.

    Freud, est en un tiempo de desarrollo del psicoanlisis en el que busca la causalidad psquica de esta neuralgia en una escena traumtica. Ante sus preguntas, la enferma se vio trasladada a una poca de gran susceptibilidad anmica hacia su marido; cont sobre una pltica que tuvo con l, sobre una observacin que l le hizo y que ella concibi como grave afrenta (mortificacin); luego se tom de pronto la mejilla, grit de dolor y dijo: 'Para m eso fue como una bofetada'.13 Freud no duda de que se haba tratado de una simbolizacin: con esas palabras insultantes u ofensivas, haba sentido como si efectivamente recibiera una bofetada. Resulta inslito que la sensacin de una bofetada se haya podido parecer en lo externo a una neuralgia del trigmino que se acrecentaba al abrir la boca y masticar.

    Toda una serie de sensaciones corporales, que de ordinario se miraran como de mediacin orgnica, eran en ella de origen psquico o, al menos, estaban provistas de una interpretacin psquica. Una serie de vivencias iba acompaada en ella por la sensacin de una punzada en la zona del corazn. ('Eso me dej clavada una espina en el corazn'.) El dolor de cabeza puntiforme de la histeria se resolva en ella inequvocamente como un dolor de pensamiento. ('Se me ha metido en la cabeza'.) Y el dolor aflojaba cuando se resolva el problema respectivo.14 As estas sensaciones

    10 Freud alude as a los mbitos de la esttica, a ciertos terrenos. Retrospectivamente, podramos circunscribir en los primeros trabajos de Freud terrenos de la sensacin como el de la cocana, la histeria o el sueo. 11 Cf. Gustav Theodor Fechner, Elements of Psychophysics (1860), Sections VII and XVI, Translated by Herbert Sidney Langfeld. Disponible en: http://psychclassics.yorku.ca/Fechner/ y Henri Ellenberger, Fechner y Freud, Boletn de la Clnica Menninger, 20, no. 4 (julio de 1956), pp. 201-14. Disponible en: http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Ellemberger_Fechner_Freud.htm 12 Se trata, en realidad, de Anna von Lieben, cuada de la esposa del filsofo Franz Brentano, a cuyas clases asisti Freud por un tiempo. Cf. Mayette Viltard, Wunsch ! Du symptme comme nud de signes, L'Unebvue, 7, Paris, 1996, p. 42. 13 Cf. J. Breuer, S. Freud, Estudios sobre la histeria, op. cit., p. 190. 14 Ibd., p. 192.

  • parasitarias de dolor, aparecen como productos de cierta combinacin de letras, es decir, del lenguaje -lenguaje de rgano, dir Freud en otro momento15.

    Pero las relaciones entre la sensacin y la letra no responden a una operacin unidireccional. La sensacin del aura histrica en el cuello iba paralela a este pensamiento: 'Me lo tengo que tragar', cuando esta sensacin emerga a raz de una afrenta. Haba una ntegra serie de sensaciones y representaciones que corran paralelas, y en la cual ora la sensacin haba despertado a la representacin como interpretacin de ella, ora la representacin haba creado a la sensacin por va de simbolizacin; y no pocas veces era por fuerza dudoso cul de los dos elementos haba sido el primario.16

    Ntese que aqu la representacin est ligada al uso lingstico, es decir, a la lengua. Las sensaciones y las representaciones forman entonces lneas paralelas que obedecen a por lo menos dos operaciones: de un lado, la interpretacin, en la cual la sensacin despierta una representacin que, a su vez, supone llammosle una lectura de sensacin. Del otro, la simbolizacin, en la cual la representacin literalmente fabrica sensacin.

    La sensacin es, entonces, susceptible de lectura, de interpretacin. Cmo habramos dado en decir, respecto del afrentado, que eso le clav una espina en el corazn, si la afrenta no fuese acompaada de hecho por una sensacin precordial interpretable de ese modo, y se la reconociera en esta? Y no es de todo punto verosmil que el giro tragarse algo, aplicado a un ultraje al que no se replica, se deba de hecho a las sensaciones de inervacin que sobrevienen en la garganta cuando uno se deniega el decir, se impide la reaccin frente al ultraje?17. Se experimenta, en primer lugar, una sensacin en el pecho o la garganta. A continuacin, se la lee, es decir, se le acopla un enunciado, en este caso provisto de un verbo (clavar una espina en el corazn, tragarse algo).

    Pero al lado de esta operacin Freud descubre toda una potica de la sensacin a travs de la cual se crea mediante simbolizacin una expresin somtica para la representacin de tinte afectivo: al tomar literalmente la expresin lingstica, al sentir la 'espina en el corazn' o la 'bofetada' a raz de un apstrofe hiriente como un episodio real, ella no

    15 Aunque remitir dicho lenguaje a la psicosis. Cf. S. Freud, Lo inconsciente, (1915), Obras completas, vol. XIV, Amorrortu, Bs. As., 1992, p. 195. Quisiera aclarar que, por mi parte, estoy lejos de ese afn clasificador de Freud que reduce todo fenmeno a un signo psicopatolgico y que sigue en plena vigencia en el campo psi. Slo me interesa tomar este anlisis por su valor heurstico respecto a las relaciones entre las letras y las sensaciones. 16 Cf. J. Breuer, S. Freud, Estudios sobre la histeria, op. cit., p. 193. Lejos de ser determinante en este punto -como lo ser luego Lacan-, Freud vacila: Y hasta puede ser incorrecto decir que se crea esas sensaciones mediante simbolizacin; quiz no haya tomado al uso lingstico como arquetipo, sino que se alimenta junto con l de una fuente comn. Cul? No sabe, no contesta. 17 dem.

  • incurre en abuso de ingenio, sino que vuelve a animar las sensaciones a que la expresin lingstica debe su justificacin18. Se ve cmo asoma la lgica del chiste. En estados de alteracin psquica profunda se produce tambin a todas luces una expresin simblica, en imgenes sensoriales y sensaciones, del ms artificial giro lingstico. Ccilie M. tuvo una poca en la cual cada pensamiento se le traspona en una alucinacin, para solucionar la cual haca falta a menudo mucho ingenio.19.

    Esttica y produccin subjetiva

    El anlisis anterior plantea una doble direccin respecto a la esttica: por un lado, qu-hacer con las letras; por otro, qu-hacer con las sensaciones. Es cierto que la sensacin no es una entrada en los diccionarios de psicoanlisis20, no goza de definicin conceptual ni metapsicolgica en este campo. Ahora bien, no se trata de denunciar un olvido ni un desvo doctrinal respecto al tratamiento freudiano de la esttica y la sensacin. Se trata, en cambio, de estudiar bajo qu condiciones particulares se ha presentado, se presenta, la cuestin de la sensacin en el ejercicio analtico -que implica pero tambin desborda la cuestin de la literalidad-, y cul es el matiz que introduce al distinguirse de otras temticas ms trilladas como la del afecto.

    Qu puede sentir un cuerpo en anlisis? Cmo funcionan las sensaciones en esa experiencia? Se trata de eliminarlas, dominarlas, simbolizarlas? Una sensacin, muchas veces inslita como la de Ccilie, puede constituir el punto de arranque. Y son incontables los anlisis que comienzan por una sensacin que se vuelve insoportable: dolor, duelo, angustia, incluso cierto placer, o ausencia de sensacin, vaco de sensacin y hasta sensacin de vaco. Adems, no es extrao que haya un desplazamiento de estas sensaciones en el curso de un anlisis, incluso desde los comienzos: se llega con una sensacin, surge otra, y en ocasiones casi de forma inmediata.

    Por supuesto, hay mdicos, psiquiatras, psiclogos y hasta psicoanalistas que construyen una normativa de la sensacin: por ejemplo, a nivel del tiempo estndar (lo normal son seis meses mximo de sensacin de tristeza por un duelo), a nivel del lugar adecuado (cuidado con tener demasiadas sensaciones en el pene, en el cltoris o en el trasero!), a nivel de la cualidad esperada (ante tal cosa debera sentirse esto y no aquello) o de la intensidad apropiada (fjese usted, no es bueno demasiado placer ni demasiado dolor). No es la va que me convoca. En lugar de intentar rpidamente

    18 dem, 19 J. Breuer, S. Freud, Estudios sobre la histeria, op. cit., pp. 193-194 (nota 20). 20 Cf. Jean Laplanche y. Jean-Bertrand Pontalis: bajo la direccin de Daniel. Lagache, Diccionario de psicoanlisis, Bs. As., Paids, 2004. Cf. tambin Elisabeth Roudinesco y Michel Plon, Diccionario de Psicoanlisis, Paids, Bs. As., 1996.

  • sofocar esa sensacin, normalizarla, un anlisis puede crear las condiciones para problematizarla de otro modo.

    Ahora bien, no basta con que haya una sensacin, para que pueda hablarse inmediatamente de esttica. No alcanza con que alguien tenga dolor de muelas o sienta un dolor cualquiera para calificar de esttica su vivencia. Se trata, empero, de una sensacin peculiar de dolor, por ejemplo, que bien puede irrumpir en un anlisis o fuera del mismo, a travs de la cual algo de la existencia de quien siente eso est en juego.

    Las sensaciones de Ccilie no son sensaciones cualesquiera, sino que suponen una experiencia vital del cuerpo y el lenguaje, por lo cual vale calificar de esttica su experiencia. Ella no slo siente, sino que en su anlisis eso que experimenta se abre a otra dimensin. Es all cuando podra decirse que se produce lo esttico: algo que est en la sensacin pero que no se confunde con ella. La apertura a la experiencia esttica se da de momento que emerge el sentimiento de una diferencia que seala dnde se est en la diversidad de los sensibles, indicando de este modo la modificacin de un estado.

    La esttica es una dimensin que surge en el anlisis de momento que la sensacin se dobla, se pliega, por decirlo as, sobre s misma, cuando deja de ser un simple sentir para volverse sobre s y producir en ese movimiento una diferencia. Desde este punto de vista, la esttica comienza cuando algo pasa con la sensacin, algo que conmociona una vida, alterando el rumbo de los acontecimientos. A partir de cierto momento, ya no se siente como uno estaba acostumbrado, algo diferente se produce: un matiz, algo nimio, o algo enorme, un cambio radical que ya no se reduce a una simple alteracin sino que supone una transformacin en las condiciones mismas de la sensibilidad. De momento que a eso no se lo deja pasar, que no se lo puede pasar por alto, estamos ante la esttica, al menos la que puede concernir a un anlisis.

    Se trata, en fin, de una conmocin ante la ineluctable modalidad de lo sensible al tiempo que se toma nota de ella. De forma concomitante, uno es creado en tal conmocin. Pues el sujeto no preexiste a la sensacin: es resultado, y no condicin, de dicha experiencia sensible. No es un substrato sobre el que se dan las cualidades sensibles, ni algo ya constituido. De este modo, no hay que presuponer un sujeto portador de la sensacin (yo siento), al que se le adjudicara una cierta permanencia. En cada sensacin hay un efecto de sujeto diferente. En el anlisis eso se hace sensible: no es el mismo quien llega a una sesin angustiado y a la siguiente alegre o apaciguado.

    Sin embargo, la sensacin no se padece simplemente de forma pasiva. De abrirse a la dimensin esttica, el sintiente deja que algo pase all con lo sentido, con la forma en que lo siente. Aunque tal sensacin pueda ser intolerable por momentos o de forma continua, un anlisis no buscar desembarazarse sin ms de la misma. Pues en la esttica analtica se trata ms bien de una problematizacin de la sensacin tomada en cuanto tal. Y es en virtud de esta problematizacin que puede sobrevenir una singular produccin esttica de s mismo.