el profeta como marido

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La fidelidad del Profeta SAAWS La equidad del Profeta entre sus esposas Cómo trataba el Mensajero de Al·lâh a sus mujeres? El Arte de forjar el amor La delicadeza y la galantería con sus esposas El Profeta como marido Versiones del sitio Rasoulallah.net 5 ¡Hermanos! ¿qué decir, pues, de nosotros? El Profeta como marido Versiones del sitio Rasoulallah.net 6

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El Profeta como marido

Cómo trataba el Mensajero de Al·lâh a sus mujeres?

La delicadeza y la galantería con sus esposas

El Arte de forjar el amor

El Mensajero de Allâh era muy agradable en su con-vivencia

La indulgencia del Profeta ante las ofensas de sus es-posas

La fidelidad del Profeta SAAWS

La equidad del Profeta entre sus esposas

El Profeta instó a los hombres a mantener una bue-na relación con sus esposas

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Todos nos preguntamos cómo trataba el Mensajero de Al·lâh a sus mu-jeres y cómo era de equitativo con ellas.

El Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, las hizo felices a todas ellas porque sabía cómo tratar a la mujer, pen-etrar en su alma sensible y tratarla con una cálida pasión ayudándola a trabajar para su religión y su vida.

¿Qué podemos decir de las esposas del Mensajero… nuestras creyentes madres?…Si ojeamos los libros de biografía profética que tratan de las mujeres del Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, encontraremos que la mayoría de estos libros tienen una de-scripción común para todas ellas: «las que ayunan mucho, rezan mucho de madrugada…». Por tanto, se caracterizaron por su acercamiento a Al·lâh y las plegarias que a Él le dirigían de noche, por eso merecieron este gran honor… merecieron ser las Madres de los Creyentes, las mu-jeres del Querido Mensajero de Al·lâh en la vida mundana y la última vida… ellas pusieron en orden su relación con Al·lâh y, de este modo, Al·lâh organizó los asuntos de todas ellas tanto en la vida mundana como en la otra vida.

¡Hermanos! ¿qué decir, pues, de nosotros?

Sé que muchos de los que están leyendo mi mensaje están casados, y si no lo están, puede observas al segundo las minuciosidades de la vida conyugal a través de sus padres, sus amigos, etc.… ¿Por qué escasea hoy día la felicidad conyugal? ¿Acaso es un defecto de nuestro tiempo? No… es un defecto nuestro, hombres y mujeres, es la felicidad que destruimos con esta civilización materialista olvidando nuestra religión y nuestra civilización islámica y alejándonos de las enseñanzas de nuestro querido Mensajero… alejándonos de nuestra religión… cometiendo los pecados en público y en secreto, nos escondemos de la gente cuando cometemos las infracciones, pero ni nuestros ojos ni nuestros corazones han tenido en cuenta ni siquiera por un momento la vigilancia del Creador.

Cómo trataba el Mensajero de Al·lâh a sus mujeres?

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Entonces, ¿Qué debemos hacer ahora si queremos restaurar el amor en nuestra vida conyugal?

Existe un solo camino… el camino de Al·lâh y su Mensajero… enton-ces, cada marido sentirá el amor de su esposa y percibirá el sentido de la felicidad conyugal que Al·lâh estableció, y de la que nosotros, por culpa de nuestra ignorancia, nos desviamos.

De allí, hermanos, me vino la idea de esta serie «En la Casa del Men-sajero» que dedico a todo marido y a toda esposa que se alejó, pero que aspira a recuperar el amor… Mi deseo es que sigáis esta serie… ¡y que Al·lâh os bendiga!

Que los Rezos de Al·lâh y Su Paz sean derramados copiosamente sobre nuestro Profeta Mohammad, sobre su familia y compañeros.

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La delicadeza y la galantería con sus esposas:

Uno de los actos de delicadeza y galantería, es llamar a la esposa con los nombres que ella prefiere, o llamarla con su nombre en diminutivo, para hacerlo más llano y harmonioso, o sea, más familiar y tierno. Y el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, estaba diciendo a ‘Âisha: «¡‘´esh!, Ÿibrîl (AS) (El Arcángel Gabriel) está aquí, y te da los saludos (te saluda)» Hadîz correcto con concor-dancia. Además, solía llamar a ‘Âisha «Homayrâ´». Y «Homairâ´»es el nombre diminutivo de Hamrâ´, con el que se suele significar «mujer blanca» como dijo [Ibn Kazîr] en «El Fin Último». Y Ad·Dahabiyy dijo: Al-Hamrâ´ en el dialecto / la lengua de la gente de Al-Hiÿâz significa la mujer blanca con rojez, lo que era raro entre ellos. Así pues, el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, mostraba su ternura a ‘Âisha llamándola con aquellos nombres diminutivos y har-moniosos. Y en Sahîh Muslim se recoge el Hadîz de ‘Âisha sobre el ayuno en el que cuenta: «El Mensajero de Al·lâh (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, besó a una de sus mujeres mien-tras estaba en ayuno, y ella se puso a reír, que Al·lâh esté complacido con ella.» También en el Hadîz de ‘Âisha en el que dijo: «el Mensajero de Al·lâh (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, cuenta: «…entonces mencionó unas palabras que significan que el más completo creyente, es el que tiene mejores virtudes morales y es más tierno con su familia / su esposa». A través de estos hadices queda de manifiesto cuán tierno era el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, con sus esposas y , concretamente, el delicado comportamiento que tenía con ella – es decir con ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella - y lo bien que la trataba.

También, otra muestra de galantería y delicadeza era ofrecer alimento, pues el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, dijo: «Ciertamente, cualquier cantidad que gastes de tu dinero, se considera una limosna, incluso el trozo de comida que pones en la boca de tu mujer.» Ese trozo de comida que llegas a introducir en la boca de tu mujer con tus manos, no es sólo algo con el que te ganas su corazón,

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y una forma de cooperación con la esposa, sino también, se considera una limosna con la que te ganas la recompensa de Al·lâh, Alabado y Ensalzado Sea. Entonces, ofrecer alimento a la esposa es una forma de galantería y un gesto tierno. Y esto tiene un buen efecto psicológico en la esposa.Y voy a preguntarte, hermano... y a cualquier hombre… ¿qué requiere de ti semejante trato? Nada, solo un buen talante, un buen referente, una demanda de recompensa, una cooperación buena, y una construc-ción del alma. Y es que la ley islámica te ordena ser galante y tierno, dado el papel que ello desempeña en unir los corazones y estrechar los vínculos.

Es muchísimo lo que hemos leído sobre la biografía del amado Moham-mad (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, en el campo de la educación, la fe, la política, lo militar, o sobre la economía... pero hay pocos libros y ediciones sobre la biografía del Profeta (SAA-WS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, que hablen de su hogar y cómo era su relación con sus esposas.

Todo aquel que se fije con rigor en el campo de las relaciones familiares en la vida del bienamado Mohammad (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, observará que hay muchas cosas que necesita-mos de una manera imperiosa en nuestra realidad actual, y que si las lleváramos a la práctica, conducirían a estabilizar nuestros hogares, y a fortalecer nuestras relaciones matrimoniales. Y vamos a dar algunos ejemplos en este trabajo acerca del respeto del Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, a los sentimientos de la esposa y su apreciación, y cómo manifestaba su amor a sus mujeres. Y así, la señora ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, preguntó al Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ¿cómo es tu amor hacia mi? Entonces dijo, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean so-bre él, «como el trenzado de una cuerda» entonces le preguntó: «¿como es el trenzado de una cuerda?» le dijo: «es invariable»... es decir, no se altera. Y el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean so

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bre él, describió a ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, describió su amor como el trenzado de la cuerda, es decir, el amor seguía estando entrelazado en su corazón, y aquellas palabras, sin duda, han hecho que la esposa sintiera felicidad al saber los sentimientos de su marido, con la descripción mencionada. E imaginamos los sentimientos de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, y la felicidad que sintió cuando oyó aquellas palabras, a pesar de que ella supiera de antemano que para el amado Mohammad (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ella era su amor preferido. También, ella le oyó muchas veces diciendo que ella es la favorita entre todas las mujeres, como la preferencia de las gachas de avena sobre las otras comidas.

El hombre tiene una manera especial de expresar sus sentimientos, que es diferente a la de la mujer dada su particular naturaleza, ya que la mu-jer cuando quiere expresar sus sentimientos, los manifiesta verbalmente diciendo «te amo»… «te hecho de menos».... «te necesito», y repite es-tas palabras muchas veces a su marido. En cambio, cuando el hom-bre quiere expresar sus sentimientos, entonces lo hace con el trabajo y produciendo algo, y rara vez lo expresa con palabras. Por ejemplo, si el hombre quiere hacer llegar a su esposa que él la quiere, le compra lo que necesita, o comprando ciertas comidas o bebidas para la casa, o muebles... Esto es, para el hombre, una forma de expresar su amor.

Por supuesto, éste es un hábito negativo en el hombre del que el noble Mensajero se desmarcó. El hecho de que el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, describiera su amor y sus sen-timientos a ‘Âisha, significa que él se mostraba tierno con ella, que se mostraba galante y le hacía llegar a su esposa lo que ella esperaba oír de su esposo y amado, y esta es una manera maravillosa en el trato entre parejas. En relación con esto, «Ibn ‘Asâker» narró de la señora ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, que el Mensajero, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, le dijo: «no me importa la muerte, después de saber que tu serás mi esposa en Al-Ÿanna (El Paraíso)»... ¿Cómo debió ser el ánimo de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con

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ella, y sus sentimientos al oír esas palabras que le hicieron sentir segu-ridad y esperanza en el amor y en el afecto, tanto en la Vida Mundana, como en la Última?

Tenemos el caso de Al-’Âs Ibn Ar·rabî‘, el marido de Zaynab la hija del Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, cuando salió de La Meca huyendo del Islam, ella le envió un mensaje instándole a volver a Makka y entrar en el Islam. Entonces él le envió un mensaje en el que le dijo: «Te juro por Al·lâh que para mi, tu padre no es culpable y no hay mayor deseo para mí, mi querida, que recorrer un mismo camino contigo. Sin embargo, odio que digan de ti que tu marido decepcionó a su gente, por eso espero que perdonesy comprendas.» Es evidente que el mensaje viene a decir que él, Al-’Âs, quería a Zaynab, y la prueba de esto es que quería recorrer con ella el mismo camino, no importa cuál fuera ese camino, y que además él odiaba oír a la gente decirle aquello que fuera a entristecerla, y al final le pide que le perdonara y le comprendiese. Por ese amor, Zaynab pudo ir en su busca, y traerlo con ella convertido al Islam.

Algunos escritores argumentan que occidente respeta a la mujer, po-niendo como ejemplo el hecho de que el marido abra la puerta del coche a su mujer, a pesar de que eso aparentemente pueda serlo, sin embargo, pero una persona madura descubrirá fácilmente que en muchas otras vertientes, dan un trato humillante a la mujer y le faltan al respeto. Y nosotros los musulmanes, no nos planteamos la cuestión de la lucha entre el hombre y la mujer, sino que cada uno de ellos completa al otro, y en consecuencia, decimos que el respeto debe producirse por ambas partes. Y tenemos un ejemplo sobre esto, en nuestro amado Moham-mad (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, cuando su esposa, la señora Safía, lo visitó durante su devoción nocturna en la mezquita en los últimos diez días de Ramadán, y habló con él por una hora y después, cuando se incorporó para irse, el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, se incorporó y la acompaño hasta la puerta en su despedirla. Y existe otra narración en la que le dijo: «espera a que te acompañe», y su casa estaba en Dâr Osâma, y entonces

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salió en su compañía. Nuestra aspiración, con estos ejemplos, es que el respeto reine en la pareja, porque el respeto es el secreto de la continu-ación del amor matrimonial, y la continuación de la estabilidad famil--iar.

¡Cuán bonita sería la vida matrimonial, si la pareja se tratase de esta manera! ¡Y cuán necesitados estamos de abrir las páginas de la historia profética e islámica para descubrir las teorías más hermosas en las artes matrimoniales!

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El Arte de forjar el amor

Algunas de las artes de forjar el amor por parte del Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él:

La elegancia y el embellecimiento ante la esposa:

Fue preguntada ‘Âisha: «¿Con qué empezaba primero el Mensajero de Al·lâh al entrar en casa?», respondió: «Con el Siwak (una rama que se utiliza para limpiar los dientes)». Relatado por Muslim.

Algunos sabios argumentaron «Quizá el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, hiciera esto para recibir a sus esposas con besos».

El imam Al- Bujârî relata que ‘Âisha dijo: «Yo perfumaba al Mensajero de Al·lâh con el mejor perfume que tenía hasta que encontraba las go-tas del perfume en su cabeza y su barba». Al- Bujârî también relata que ‘Âisha dijo: «Yo peinaba al Mensajero de Al·lâh estando con la regla»

Todos estos dichos y otros indican el interés del Mensajero de Al·lâh por el embellecimiento y el engalanamiento conforme a la norma que Al·lâh quiere, al contrario de lo que hacen los hombres actualmente con la exageración en el ornato así como con la exageración en el atavío

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y embellecimiento de las mujeres. Sin embargo, a pesar de esta exager-ación en el embellecimiento, observamos, por ejemplo, las contradic-ciones que viven los hombres; pues tienen un mal olor que viene del tabaco que fuman, ¿entonces, cómo puedes considerarte bien ataviado? Y por otro lado, encontramos a otros hombres que tratan el asunto del adorno con toda desatención descuidándose en su ropa, cabello, uñas, bigotes, barba y axila y oliendo muy mal, sin embargo, lo mejor es seguir la tradición profética en lo relacionado con el embellecimiento y la preocupación por la forma exterior, lo que se considera un derecho legítimo para la mujer y una razón indiscutible para ganar su amor, pues, Al·lâh creó el alma con una inclinación hacia lo más puro y lo más bello. Escuchemos ahora el comportamiento de nuestros antecesores, que Al·lâh esté complacido con ellos, en este sentido.

Dijo Ibn ‘Abbâs: «Yo me atavío para mi mujer como ella lo hace para mí y no me gusta excederme en conseguir los derechos que yo tengo para que ella tampoco lo haga con respecto a mí. Dice Al·lâh, Enaltecido sea: [Y ellas tiene tantos derechos como deberes]». Un día vino al Califa ‘Omar, que Al·lâh esté complacido con él, un hombre con una aparien-cia muy sucia y muy desordenada, con su mujer que le dijo: «¡No quiero quedarme con él!». Omar supo que la mujer no aguantaba a su marido. Entonces mandó al hombre para que se duchara y se cortara el pelo y las uñas. Y cuando regresó el hombre, su mujer se quedo sorprendida y no lo reconoció al principio, pero tras asegurarse de que era su marido, se acercó a él, lo besó y cambió de opinión. Anuló su petición de di-vorcio. Entonces, dijo Omar: «¡Hombres! Engalanaos para las mujeres, pues juro que a ellas les gusta que os engalanéis tanto como os gusta a vosotros verlas engalanadas.»

Dice Yahyâ Ibnu ‘Abd Ar·Rahmân Al-Handhalî: «Fui al encuentro de Mohammad Al-Hanafî y salió a mí en una capa roja, con la barba gote-ando de alghâliyya (una mezcla de los mejores perfumes). Cuenta Ya-hyâ: «Le dije: ¿Qué es eso» Me contestó Mohammad: esta capa la arrojó sobre mí mi mujer y me ha untado con perfume, pues a ellas les place

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de nosotros lo que a nosotros nos place de ellas».Esto lo relató Al-Qurtubî en su interpretación «Compendio de las sabi-durías del Qor´ân»

Entonces, la mujer quiere que te adornes y te embellezcas para ella tal como te gusta que lo haga para ti. ¡Aprendamos las artes en el forja-miento del amor de nuestro querido Mensajero, de sus mujeres, de sus compañeros y seguidores!

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El Mensajero de Allâh era muy agradable en su convivencia

El Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, era muy agradable en su convivencia

No ha conocido ninguna mujer una convivencia tan agradable como la del Profeta Mohammad, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean con él, quien reflejaba el Corán en todas sus situaciones, en sus dichos y en sus actos. Pues, era muy amable en su trato con ellas, siempre era agrad-able, bromeaba con su familia, incluso una vez compitió en una carrera con ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, en el campo, dijo ella: «Compitió conmigo el Mensajero de Al·lâh y le gané, y eso fue antes de quedarme embarazada, luego después de quedarme embarazada me ganó y me dijo: esta es por la otra vez».

El Profeta reunía a sus mujeres en la casa de la cual iba a dormir la noche, cenaban juntos y cada una regresaba a su casa. Y después de la oración de la noche (Al ‘Ishâ´) se quedaba con su familia antes de dormir para hacerles pasar un buen rato. (Lo relató Al Hâfedh Ibnu Kazîr)

Además el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, dejó sentado que el mejor prototipo de hombre es aquel que mejor sabe con-vivir con su esposa. Dijo: «El mejor de vosotros es quien mejor se com

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porta con su esposa, y yo soy el mejor de vosotros con mis esposas». Lo relató At·Tirmidî.

Ello es debido a que la persona que simula tener buen comportamiento y ser amable, cuando siente que tiene poder sobre alguien, este buen comportamiento se debilita o desaparece, mientras que la persona que realmente tiene un buen comportamiento y buenos modales y edu-cación siempre permanecerá estable en su relación con los demás.

Y si el Profeta es el mejor en su relación con su familia y esposas, su convivencia con ellas por fuerza debe ser ejemplar, con todo el alcance de esta palabra en cuanto a esmero en los comportamientos

y en las relaciones morales; en su relación de amor, cortejo, justicia, misericordia y fidelidad, y todo lo necesariopara establecer la relación matrimonial en todas las situaciones, en el tiempo y en el espacio, tal y como demuestran los libros de Tradición del Profeta, de Biografía con un estudio pormenorizado de sus cuali-dades y comportamiento en los que se resalta un trato exquisito con sus mujeres.

En cuanto al amor del Profeta hacia sus esposas, cuenta Anas Ibnu Mâ-lik – que Al·lâh esté complacido con él:

Dice el Mensajero (SAAWS): «Han sido engalanadas para mí de este mundo las mujeres y el perfume; y se ha hecho que la oración sea para mí el mejor motivo de sosiego» Relatado por Ahmad y otros.

‘Amr Ibn Al Âs preguntó al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, diciendo: «¡Mensajero de Al·lâh! ¿Cual es la persona a la que más quieres?», respondió el Profeta: «‘Âisha», dijo ‘Amr: «¿Y de los hombres?», entonces respondió: «Al padre de ella (Abû Bakr)». Re-latado por At·Tirmidî.

En cuanto a su galantería con sus esposas, Relató ‘Âisha, que Al·lâh esté

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complacido con ella:«A veces jugaba con las chicas, en casa del Profeta (SAAWS), y eran unas amigas con las que solía jugar, y cuando entraba él (SAAWS) se apartaban ante su presencia, y entonces las instaba a permanecer y se quedaban a jugar conmigo» Narrado por Al·Bujârî en «La ética».

Y cuenta ‘Âisha: «El Mensajero de Al·lâh estuvo conmigo observando desde la puerta de mi casa a los Abisinios que estaban realizando una danza en la Mezquita del Mensajero y permaneció ahí conmigo ocul-tándome con su indumentaria para que yo pudiese verlos, y les gritó ‘Omar- que Al·lâh esté complacido con él – y el Profeta (SAAWS) le replicó: déjalos que ellos son hijos de Arfida». Narrado por Albujârî.

Y en otra versión: «He visto al Profeta (SAAWS) de pie a lapuerta de mi habitación, mientras los Abisinios danzaban con espadas en mano, en la Mezquita del Profeta (SAAWS), y él (SAAWS) me ocul-taba con su indumentaria a fin deque pudiera contemplar su danza, y así permaneció hasta que yo misma decidí marcharme, y fue considerada mi conducta como propia de mi edad, interesada por el entretenimiento» Narrado por Muslim.

Ya hemos relatado cuando compitió el Profeta con ‘Âisha. Todo esto demuestra la gran gentileza y amabilidad del Profeta en su relación con sus esposas, luciendo siempre un trato afable, gracias a su generosidad, buen talante y trato misericordioso en su convivencia.

Y otra prueba de su buena convivencia y su delicado trato, nos lo hace llegar también ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella: «Cuando yo estaba en mi periodo de menstruación, cuando terminaba yo de beber, el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean con él, bebía del mis-mo lugar del vaso del que yo había bebido, colocando su boca sobre el mismo lugar en el que yo había colocado mi boca, y eso a pesar de que sudaba mucho estando en periodo». Narrado por Muslim.

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En otra versión: «Sudaba mucho estando en mi periodo de menstru-ación y cuando le daba de beber al Profeta (SAAWS) de mi vaso, co-locando su boca sobre el mismo lugar en el que yo había colocado mi boca». Narrado por Abû Dâwûd.

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La indulgencia del Profeta ante las ofensas de sus esposas

La indulgencia del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ante las ofensas de sus esposas:

En cuanto a la paciencia del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ante las ofensas de sus esposas, es el más majestuoso ejem-plo humano, de tal modo que no se conoce de nadie que haya sido más indulgente con sus esposas como lo fue él, los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, siendo como era, de una grandiosa personalidad, una altísima valía y de un elevadísimo estatus ante Al·lâh y la gente, y ya hemos mencionado bastantes pruebas de ello hablando sobre su pa-ciencia y su afabilidad, pero me gustaría añadir a continuación pruebas más ilustrativas y contundentes:

1- Relatado de ‘Omar Ibn Al-Jattâb - que Al·lâh esté complacido con él- quien cuenta: «Cuando estábamos en Qoraysh teníamos dominio sobre nuestras mujeres y cuando emigramos a la tierra de los ansâr (los auxiliadores) en Medina, he aquí que encontramos gente a quienes sus

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mujeres les dominaban, y empezaron nuestras mujeres a contagiarse de sus modales». Y sigue: «Un día alcé mi voz sobre mi mujer y ella me replicó. Entonces me opuse a que ella me replicase. Me dijo: ¿Por qué te opones a que te conteste? Por Al·lâh, que las mujeres del Profeta, los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, le contestan, y algunas de ellas incluso lo ha ignorado el día entero hasta la noche». Continúa: «Enton-ces, me escandalizó eso y le dije: con seguridad está perdida la que de ellas haga eso» Y sigue: «Así que, me rodeé con mi atuendo, me dirigí a Hafsa y le dije: Eh Hafsa, ¿alguna de vosotras se enfada con el Profeta (SAAWS) el día entero hasta la noche? Dijo: si. Entonces le repliqué: Estás perdida y acabada, pues, ¿acaso crees estar a salvo de que Al·lâh se enoje debido al enojo de Su Mensajero (SAAWS) y termines fracasa-ndo?» Hadîz relatado por Al-Bujârî.

2- Y lo más sorprendente de todo esto es que, los Rezos y la Paz de Al·lâhsean sobre él, a pesar de todo eso las cortejaba con dulces palabras, como si de ellas no se originase nada digno de resaltar. ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, dijo: «Me dijo el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: Yo sé cuándo estás satisfecha conmigo, y cuándo estás enfadada, y yo le dije: ¿y cómo lo sabes?, Y el respondió: Si estás satisfecha, cuando vas a jurar dices: Juro por el Dios de Mohammad, y si estás enfadada de mí dices: Juro por el Dios de Ibrâhîm (Abraham). Entonces le dije: Sí, pero sólo abandono la pronunciación de tu nombre (No tu propia persona)» Relatado por Al Bujârî.

3- Relata Anas, que Al·lâh esté complacido con él, quien dijo: «el Pro-feta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, estaba en casa de una de sus esposas, y otra esposa envió una bandeja de comida, entonces la mujer en cuya casa estaba el Profeta empujó la mano del criado que llevaba la bandeja, y ésta cayó al suelo y se rompió. Entonces el Profeta, que los Rezos y la Paz sean sobre él, reunió las partes rotas de la bandeja y puso en ellas la comida que estaba en la bandeja, y dijo a sus compa-ñeros que estaban presentes: «Un simple ataque de celos de vuestra

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madre», después pidió al sirviente que trajera una buen estado para bandeja en entregársela a su otra esposa y dejó la bandeja rota en la casa de la que rompió la bandeja». Relatado por Al Bujârî.

Fijaos hasta qué punto llega la paciencia del Profeta con sus esposas, hasta el punto de que alguna de sus esposas deja de hablarle durante todo el día, o deja de mencionar su honrado nombre, y a pesar de todo ello, él perdona, se muestra paciente y todo esto, teniendo la posibilidad de separarse de ellas, siendo que Al·lâh se las habría reemplazado por otras mejores… ((musulmanas, creyentes, devotas, obedientes, de fácil arrepentimiento, adoradoras fervientes y ayunantes, ya hubieran es-tado casadas antes o fueran vírgenes)) tal y como se lo prometió Al·lâh, Glorificado y Enaltecido sea, pero el Profeta era piadoso y misericor-dioso, perdonaba y exculpaba y cuanto mayor era el daño que la gente le producía, él era aún más afable.

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La fidelidad del Profeta SAAWS

En cuanto a su fidelidad con ellas, probablemente ya se dio a conocer por lo mencionado anteriormente sobre la virtud moral de la fidelidad y su aplicación práctica por parte del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, especialmente con su esposa Jadîÿa, que Al·lâh esté complacido con ella. Esta fidelidad llegó a tal punto que provocó los celos de ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, sin que haya coincidido con ella en su vida, incluso dijo ‘Âisha lo siguiente: «Nunca tuve celos de ninguna esposa del Mensajero de Al·lâh como los tuve de Jadîÿa, por la multitud de veces que fue aludida y elogiada por el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él». Relatado por Al Bujârî.

Y otra de las formas de fidelidad con ellas fue cuando fue revelado sobre el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, el versículo coránico de la elección: [¡Profeta! Di a tus esposas: «Si deseáis la vida mundana y su ornato, ¡venid, que os proveeré y os dejaré en libertad decorosamente!] (La Coalición: 28). Entonces el Profeta empezó con ‘Âisha y le dijo: «Te voy a mencionar un asunto, pero no te precipites en tu decisión hasta pedir autorización a tus padres…» (Al Bujârî). Por temor a que eligiera el ornato de la vida por su corta edad, y perder así grandes beneficios en esta vida y en la última, pero ella era más cauta en relación a su propio bien que sus propios padres, y contestó al Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: «¡¿En esto debo consultar a mis padres?! Pues yo quiero a Al·lâh, a su Profeta y a la última vida.»

Seguidamente iba preguntando por las casas e informando a sus mu-jeres: «‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, respondió: esto y esto», y entonces ellas dijeron: «Nosotras contestamos lo mismo que contestó ‘Âisha». ¡Que Al-lâh esté complacido con ellas!

Y ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, le había dicho después de haber elegido a Al·lâh y a su Mensajero: «Te pido que no digas a ningu

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na de tus otras esposas lo que he elegido», a lo cual el Profeta contestó: «Al·lâh no me envió para ser severo ni obstinado, sino que me envió para ser un maestro que facilita, lo diré a cualquiera de ellas que me pregunte por ello».

De esta manera optaron por Al·lâh y su Mensajero y la última vida, lo que demuestra que ellas, que Al·lâh esté complacido con ellas, se habían proveído de las virtudes morales del Profeta (SAAWS), eligiendo así aquello que había elegido el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, que consiste en el ascetismo en la vida mundana, y en el deseo de la última vida, gracias al gran influjo que sobre ellas ejercieron las virtudes morales del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, que alcanzaron tanta grandeza y perfección.

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La equidad del Profeta entre sus esposas

a equidad del Profeta entre sus esposas sigue el mismo patrón que el de su buen comportamiento, generosidad y amabilidad. Su equidad provi-ene de un sentimiento de responsabilidad y de su naturaleza innata con la que Al·lâh le creó dotándolo de amor a la verdad y a la justicia.

Cuenta ‘Âisha que el Profeta «Nunca daba preferencia a ninguna de nosotras en cuanto a la compañía, y casi todos los días nos visitaba a todas pero sin tocarnos y luego terminaba durmiendo en casa de la que le correspondía el turno». Narrado por Abû Dâwûd.

Y esta justicia del Profeta (SAAWS) no cambiaba en ninguna situación, tanto cuando se iba de viaje como cuando tocaba permanecer; como cuenta ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella: «Cuando el Profeta (SAAWS) tenía que viajar le acompañaba una de ellas tras realizar un sorteo entre ellas: la que acertaba viajaba con él». Cuenta: «Asignaba a cada una de sus mujeres su día y su noche, salvo Sawda, que había ofrecido su turno de día y de noche a favor de ‘Âisha – que Al·lâh esté complacido con ellas – aspirando con eso a la complacencia del Profeta (SAAWS)». Narrado por Albûjârî. (Eso sucedió cuando Sawda se hizo mayor y perdió interés por los hombres)

Otro gesto de la equidad del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean con él, es que cuando se casaba de nuevo, permanecía con la nueva esposa tres noches para acompañarla en su nueva casa, y luego le asign-aba un turno como al resto. Cuenta Ummu Salma, que Al·lâh esté com-placido con ella que el Profeta (SAAWS) permaneció con ella tres días, y entonces le dijo: «…Si quieres permanezco siete días, y si lo hago lo tendré que hacer con las restantes». Le dijo: «basta con tres días». Nar-rado por Muslim.

Incluso cuando estuvo enfermo antes de morir, el Profeta pedía que le llevaran a la casa de la que correspondía el turno, y dice ‘Âisha: «Cu

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ando empeoró su enfermedad pidió permiso a sus esposas para ser trat-ado en mi casa, y ellas se lo permitieron». Narrado por Al-Bujârî.En otra narración cuenta: «El Profeta (SAAWS) solía preguntar durante la enfermedad que antecedió a su fallecimiento: dónde me toca mañana esperando el turno con ‘Àisha. Dice ‘Àisha: «Entonces le autorizaron sus esposas a permanecer donde prefiriese, y estuvo en mi casa hasta que falleció, y eso sucedió un día en que lo tenía en la habitación acur-rucado en mi regazo, y Al·lâh se llevó su alma teniendo su cabeza entre mi cuello y mi pecho, con su saliva mezclada con la mía». Narrado por al-Bujârî.

Y a pesar de la gran justicia del Profeta con sus esposas en todo lo que él poseía (gastando, como compañero, conviviendo,…), siempre pedía el perdón de Al·lâh, Alabado y Enaltecido sea, por todo lo que no poseía. Dijo ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella: «El Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, repartía con justicia y decía: ¡Al·lâh! Este es mi reparto en lo que poseo, no me reprendas en lo que Tú posees y no poseo» (Relató Abû Dâwûd). Y el Profeta se refería al corazón tal y como lo interpretó Abû Dâwûd, o al amor según la inter-pretación de At·Tirmidî. Pues el Profeta actuaba con total justicia en el sentido material porque está en sus manos, pero los corazones y los sentimientos solamente Al·lâh posee su control, y este amor era mayor hacia ‘Âisha y esto es algo sobre lo que no tenía dominio. Y a pesar de ello siempre rogaba a Al·lâh que le perdonase el hecho de amar a unas más que a otras, lo cual concuerda con lo que dice Al·lâh, Alabado y Enaltecido sea: […Y los que realizan sus buenos actos pero siguen con temor porque saben que ellos regresarán a su Señor] La Sura de Al Múminún (Los creyentes) 60.

Lo que indica que el asunto de la justicia entre las esposas es muy im-portante tal como lo expresa en otro dicho el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: «Quien esté casado con dos mujeres y no actúa con justicia con ellas, vendrá el día del juicio final con la mitad de su cuerpo caída o inclinada». Narrado por Abû Dâwûd.

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Y en la convivencia del Profeta con sus esposas tenemos todos nosotros un ejemplo a seguir, dice Al·lâh, Alabado y Enaltecido sea: [Realmente tenéis en el Mensajero de Al·lâh un hermoso ejemplo para quien tenga esperanza en Al·lâh y en el Último Día y recuerde mucho a Al·lâh.] (La Sura de Al Ahzâb, 21), puesto que el comportamiento del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean conél, sus actos y sus dichos, honran a sus seguidores, son una guía para todos los creyentes, y deben seguirlo siempre, salvo en las cuestiones específicas para el Profeta.

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El Profeta instó a los hombres a mantener una buena relación con sus esposas

El Profeta instó a los hombres a mantener una buena relación con sus esposas. El Profeta (la paz sea con él) mostró a su nación cómo debía ser la vida en común entre los cónyuges, por sus discursos, así como por sus accio-nes. Han sido citados muchos Hadices de nuestro Profeta Muhammad (la paz sea con él) sobre este asunto, y hemos seleccionado algunos, como sigue: 1- Al Bujari y Muslim narraron que Abu Huraira (Allah esté complacido con él) dijo que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: “Traten a las mujeres amablemente, ellas fueron creadas de una costilla, y la parte más curvada de la costilla es su parte superior; entonces, si ustedes tratan de rectificarla, se romperá, y si la dejan tal cual es, permanecerá curvada; y las mujeres son así.” Y en otra narración de Muslim leemos: “La mujer fue creada de una costilla, si usted trata de rectificarla, se romperá, y su rotura es su di-vorcio.” El Profeta (la paz sea con él) hizo el vínculo entre la recomendación que hizo para las mujeres y la muestra de su verdadera naturaleza, a fin de fortalecer y de aceptar su recomendación. En efecto, si el carácter de la mujer muestra alguna distorsión, el hombre tiene la obligación de ejercitar la paciencia hacia ella, y no esperar que sea derecha de forma espontánea porque está actuando por su propia naturaleza. Por lo tanto, insistir a la mujer de ser recta al nivel ideal es un punto de sorpresa y de asombro para los poetas, y uno de ellos dijo: “La mujer es como una costilla torcida que no puede ser rectificada, por lo que de otro modo la rectificación de las costillas es su rotura.”

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2- El Profeta Muhammad (la paz sea con él) repetía esta recomendación en cada oportunidad que se presentaba. En la última peregrinación: Peregrinación dedespedida (Hiyyat Al Waddaa), nuestro Profeta (la paz sea con él) ha dedicado una parte esencial de su gran sermón a esta

recomendación diciendo: “Traten con amabilidad a las mujeres, son cautivos en sus casas, no hay manera, salvo en tratar con amabilidad a menos que cometan una clara abominación, en cuyo caso, abandono en la cama; si no fuera posible, golpearlas suavemente, pero no les causen ningún daño; entonces, si ustedes no obedecen son injustos con ellas. Ellas tienen derechos sobre ustedes, y ustedes tienen derechos sobre ellas. Sus derechos sobre ellas es que deben mantener su honor y no permitir que cualquier persona entre en su casa si no les gusta que en-tre, y sus derechos es que sean tratadas con amabilidad y que les pro-porcionen ropa y alimentos.” Narrado por Muslim.

El Profeta (la paz sea con él) reiteró su recomendación para la mujer porque él conocía bien su naturaleza. Esta naturaleza no puede ser tol-erada por algunos de los hombres que no tienen control sobre sí mismos cuando se enfadan, por lo que su intolerancia sobre la tortuosidad de las mujeres les lleva a ellos al divorcio y, por consiguiente, pierden a sus esposas y dispersan a sus familiares.

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Otro poeta dijo: “El que intenta utilizar las cosas más allá de su natura-leza es como el que quiere una antorcha de fuego en el agua.” Por lo tanto, en otro Hadiz, el Profeta (la paz sea con él) ha dirigido a las parejas a lo que es beneficioso para sus familias, diciendo: 3 - “El creyente no debe odiar a su mujer creyente, porque si él odia de-terminada manera de su personalidad, entonces él no debe olvidar los otros buenos modales en su carácter.” Narrado por Muslim.

- El Profeta (la paz sea con él) dijo también: “El creyente que tenga la más perfecta fe es el que tiene la mejor moral y el que es más amable hacia su familia.” Narrada por Al Tirmidhi y otros. 5 - El Profeta (la paz sea con él) dijo también: “El mejor de ustedes es el que es mejor con su familia, y yo soy el mejor de ustedes con mi fa-milia.” 6 - El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Todo lo que no impli-que la alabanza a Allah, es vanidad o negligencia, salvo cuatro cosas: el ejercicio de tiro, entrenar con el caballo, jugar con su familia y el aprendizaje de la natación.” Narrado por Al Nasai. Hay muchas tradiciones instando a los musulmanes a tener buenos mo-dales con sus familias y parientes.

Muhammad (la paz sea con él) disciplina a sus esposas si es necesario.Sin embargo, a pesar de las buenas relaciones, aprobada por el Profeta (la paz sea con él) con sus esposas, Madres de los creyentes (Allah esté complacido con ellas) y la conmiseración, misericordia, ternura y deli-cadeza, el querido Profeta no era siempre de este estilo en todas las cir-cunstancias, porque el Profeta (la paz sea con él) fue sabio y prudente, puso cada acto en el lugar que le corresponde y tomó la actitud correcta

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en las circunstancias adecuadas. La amabilidad y las buenas relaciones son más apropiadas a su paso. Pero si la disciplina, el castigo y el aban-dono se requerían, él las elegía.

Un poeta dijo sobre este tema:La paciencia y la benevolencia no serán viables ni útiles si no hay de-terminación y rigor. Las mujeres son, por naturaleza, curvadas, tienden a sus sentimientos y siempre necesitan ser educadas, cultivadas y disciplinadas; por lo que Allah Todopoderoso les ha asignado esa responsabilidad a los hombres diciendo: “Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Allah ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Allah manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se revelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Sios obedecen, no os metáis más con ellas. Allah es excelso, grande.” Sura An Nisa (de las Mujeres): 34.

El Profeta (la paz sea con él) ha aplicado esta forma con su familia para enseñar a los musulmanes la manera correcta de la educación y discip-lina como él les enseñó a ser amables y benevolentes con sus familias. Cuando las esposas del Profeta (la paz sea con él) le pidieron que gastara en ellas más que los límites normales, y querían que disfrutara de más placeres y deliciasen esta vida transitoria más allá de lo que el Profeta (la paz sea con él) determinó y eligió para él mismo, las dejó por un mes hasta que Allah Todopoderoso Reveló esta Aleya: “¡Profeta! Di a tus esposas: ‘Si deseáis la vida de acá y su ornato, ¡venid, que os proveeré y os dejaré en liber-tad decorosamente! Pero, si buscáis a Allah, a Su Enviado y la Morada Postrera, entonces, Allah ha preparado una recompensa magnífica para aquéllas de vosotras que hagan el bien.’” Sura Al Ahzab (de los Coliga-dos): 28 – 29.

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Por lo tanto, el Profeta (la paz sea con él) les dio la opción tanto de estarcon él con lo mínimo necesario para vivir, o separarse; entonces, ellas eligieron obedecer a Allah Todopoderoso y a Su Profeta (la paz sea con él) como fue mencionado antes en la narración de Anas, Um Salama y Abdullah Bin Abbas en Al Bujari y Muslim. El Profeta (la paz sea con él) era de esta manera si el asunto requería determinación en el trato con sus esposas, como en el caso de cometer cualquier error religioso que no pudiese ser ignorado. En tal caso, el Profeta (la paz sea con él) denunciaba tales errores sin tener ninguna consideración con nada, excepto el placer de Allah Todopoderoso; más aún, el utilizaba varios métodos como la predicación, dirección, atemo-rización, y el enojo según las circunstancias de cada caso. Todo esto demuestra la moral sublime, los modales y la sabiduría del Profeta (la paz sea con él) como fue el tomar las acciones correctas en las circunstancias correctas.

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