el poder de la cultura

7/25/2019 El Poder de La Cultura

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Montiel, Edgar

El Poder de la Cultura

Recurso estratgico del desarrollo durable y la gobernanza democrtica

FCE, Lima, 344 p.

Rafael Cerpa

Aquellos que creen que la cultura es dbil y neutra se equivocan. La cultura parece dbil slo

porque se la observa a travs de los ojos de las bellas artes, pero sus miras son estrechas y

superficiales. En realidad, los alcances de la cultura son ms amplios y profundos, y su presencia se

puede percibir en todo los dominios de la realidad: desde los trgicos sucesos del 11 de septiembre

hasta el nuevo mundo de la era Internet. En vez de posicionarse mediante un gran despliegue de

fuerza y podero, la cultura acerca a su rbita sutilmente todo lo que toca de forma que, una vez

reciben su impronta, ya no vuelven a ser los de antes.

Con El Poder de la cultura1, el brillante ensayista Edgar Montiel plantea un reto: concebir la

cultura no como un discurso acadmico de prestigio, sino como un recurso esencial para el desarrollo

y la gobernabilidad de un pas. A travs del examen de la creciente importancia de la cultura en el

escenario mundial, de su potencial y, sobre todo, de su futuro, el escrito presenta un relato lcido de

cmo la cultura dar forma a un orden mundial diferente trocando en fuerza la aparente debilidad

que de ella se percibe.

Tradicionalmente, se ha enfocado la cultura como un conjunto ms o menos organizado de

saberes, de cdigos o de valores, los cuales cristalizan prcticas y usos sociales relativamente

estables. Sin embargo, existe en nuestros das una creciente revalorizacin de la cultura como un

elemento fundamental para los programas de desarrollo de un pas, en el que el respeto y la

comprensin de las diferentes culturas son claves para su xito. Otro tanto se puede apreciar en el

1 Montiel, Edgar. El Poder de la Cultura, Recurso estratgico del desarrollo durable y la gobernanza

democrtica. FCE, Lima, 233 p. Es autor de otros estudios, como El humanismo americano (2001), El nuevoorden simblico (2002), Hacia una mundializacin humanista (2003), Gobernar es Saber (2006).


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mbito de las relaciones internacionales, en el cual la cultura es equiparable a otros tipos de poder

como el econmico o el militar.

El libro se divide en cinco partes, las cuales deben leerse como ensayos tendientes a analizar el

papel de la cultura en nuestra sociedad. En la primera parte, Montiel intenta resolver una pregunta

previa: cul es el impacto de la globalizacin en la cultura en nuestros das? Para responder a esta

interrogante, se analizar primero el impacto de las nuevas tecnologa de la informacin en las

representaciones e instituciones culturales. Si bien las nuevas tecnologas de la informacin han

conectado, como nunca antes, comunidades y organizaciones ms all de las fronteras nacionales,

tambin han dado lugar a un acelerado proceso de desterritorializacin que divorcian al individuo de

su contexto inmediato.

Un ejemplo ilustrativo de este fenmeno lo constituye cualquier puesto callejero de venta de

revistas. All podemos encontrar todo tipo de referencias culturales, desde el ltimo ejemplar de la

revista National Geographic o Vanidades hasta el Ulises de James Joyce, la coleccin de Discos

Compactos de Ricky Martn, un pster de Pokemono un vdeo de las obras de Goya expuestas en el

Museo del Prado. Pareciera que viviramos en un mundo desbordante de cultura, donde las

realizaciones del espritu humano estn dispuestas en un gran escaparate para ser consumidas por

cualquiera, en cualquier momento.

Este proceso conlleva ciertas consecuencias desfavorables: la rpida disolucin de algunos

signos de identidad que hasta el momento se consideraban permanentes, la fragmentacin de los

espacios sociales y la virtualizacin acelerada de la cultura.

Existen, adems, grandes asimetras en los intercambios de bienes culturales entre los pases

desarrollados y los pases en vas de desarrollo. La apropiacin del poder simblicopor unos pocos

grupos que controlan prcticamente todos los sectores de la comunicacin en el mundo, desde la

produccin a la distribucin, evidencia uno de los riesgos mayores de la globalizacin, que se

manifiesta sobre todo en la tendencia generalizada a la uniformizacin de la cultura.

Segn el Informe del Instituto de Estadstica de la UNESCO, el volumen de bienes culturales

exportados por los pases desarrollados, que slo representan el 23 % de la poblacin mundial,

correspondi a 122.5 billones de dlares en 1998 contra 51.8 billones de dlares para los pases en

vas de desarrollo que representan el 77% de la poblacin mundial. Por otro lado, la oferta de

pelculas en los videoclubes latinoamericanos est compuesta en un 70% a 90% por cine

norteamericano, y el 70% de las pginas de Internet son igualmente de origen estadounidense.


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Una consecuencia notable de este proceso es el impacto que tiene en la preservacin del

patrimonio intangible. Segn diversos estudios, alrededor del 90% de las lenguas habladas hoy en da

dejarn de existir en este nuevo siglo2. Los grandes productores de bienes culturales estimulan esta

tendencia porque la homogenizacin de cdigos resulta ms provechosa para alcanzar audiencias de

consumidores ms amplias.

En la segunda parte del libro, el autor analiza el papel de la cultura en el contexto de las

relaciones internacionales. La cultura es poder, pero cabe preguntarse qu tipo de poder. En esencia,

el poder no es otra cosa que la habilidad para influir en otros para obtener lo que uno quiere, y para

eso se precisa de una serie de instrumentos. En algunos casos, el instrumento son la habilidad de los

diplomticos, la solidez financiera e incluso los grandes portaaviones, es decir las reservas de poder

duro (coercitivo militar y econmico) que dispone un pas. En otros casos, los instrumentos son la

capacidad atraccin, que constituyen el poder blando. Si para los individuos, el carisma (atractivo

emocional), la visin y la comunicacin son destrezas claves del poder blando; para las naciones, el

poder blando est plasmado en su cultura, valores y polticas legtimas3.

En general, lapoltica exteriorha estado inspirada en una lgica sustentada principalmente en el

poder coercitivo y econmico. De esta manera, la capacidad de influencia de un pas en el mbito

internacional es proporcional a su podero material. Sin embargo, los Estados hacen uso cada vez

ms delpoderintangiblede que disponen para ejercer influencia en el escenario internacional. Y en

primer lugar, se encuentra la cultura, pues mediante ella un pas o de una regin puede ejercer

influencia sobre otros espacios geopolticos.

El poder intangible de un pas puede incrementarse, o debido a la poltica exterior

desacertada, disminuir. Un claro ejemplo es la poltica exterior de G.W. Bush. Despus del 11 de

septiembre del 2001, al focalizar sus estrategias internacionales en trminos exclusivamente

militares, EEUU vio una importante parte de su poder intangible fuertemente menoscabado, Si bien

esto es verdad, se avizoran importantes cambios con la llegada del primer presidente afroamericano

de los EE UU, Barack Obama, a la escena poltica mundial. El ms trascendente quizs se produzca en

el mbito de la poltica exterior, con el paso de una poltica unilateral a otra de carcter consensual.

Esto conllevara tambin a repensar el capital de poder intangible del que dispone la primera

2Revista Fuentes, UNESCO, N 122, Abril, 2000.

3El poder inteligente, Los grandes lderes saben cundo el poder duro no es suficiente (Una conversacin con

el experto en liderazgo Joseph S. Nye), en: Harvard Business Review 41, Noviembre 2008. Los trminos poder

duro y poder blando son empleados por J. Nye en sus libros. El autor del libro emplea el trmino poder

intangible en lugar de poder blando.


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potencia mundial: del estado de declive y descrdito que dej a su paso la administracin de los

neoconservadores, nos hallamos ahora frente a un entusiasmo sin precedentes por la nueva Pax

Americana.

En esta misma perspectiva, el autor realiza un balance del importante poder intangible del que

dispone Amrica Latina. Los escritores latinoamericanos han contribuido a levantar un universo

simblico que los distingue en el mundo. Semejante atraccin ejercen hoy la msica, la pintura y las

comidas de la regin. A lo cual se suma su ingente patrimonio cultural. Se puede decir que Amrica

Latina es un continente con un enorme potencial en poder intangible.

Qu ha sucedido en otras partes del mundo que poseen tambin un importante potencial

cultural? El autor responde a esta pregunta haciendo un recuento de los diversos enfoques y

experiencias de diplomacia cultural puestas en prctica por diferentes Estados. Ejemplo de ello es la

poltica cultural china. La nueva diplomacia cultural china est guiada por la necesidad de proyectar

una imagen amistosa y atrayente sobre la escena mundial que le permita alejar los posibles recelos

ante una hegemona amenazadora4. Es la poltica llamada El sendero del ascenso pacfico.

En la otrora aislacionista Repblica Popular, en la ltima dcada se llev a cabo un vasto

programa de diplomacia cultural, cuyos esfuerzos ms evidentes fueron la organizacin de los Juegos

Olmpicos en Beijing o la creacin de los Institutos Confucio concebidos para difundir ampliamente la

cultura y la lengua china. Dentro de este proceso de expansin, las industrias culturales tienen una

gran importancia estratgica. En 2005, China fue el cuarto pas del mundo en turismo receptivo, y

fue el sptimo en turismo emisor, superando a EEUU en nmero de usuarios de Internet,

suscriptores de TV por cable y terminales de telfono. Segn fuentes del Ministerio de Educacin

chino, hay en China ms nios aprendiendo ingls que en EEUU. Y el nmero de estudiantes

extranjeros en China subi de 30.000 en 1995 a ms de 100.000 en 2004, la mayor parte de ellos

procedentes de otros pases asiticos5.

Como complemento al anlisis de la cultura como recurso estratgico, una parte del libro est

consagrada a la identidad y alteridad culturales. En ella, el autor se esfuerza en mostrarnos que la

identidad cultural siempre es concreta, producto de mestizajes y mutuas influencias. De all, la

importancia de comprender la interculturalidad como dilogo. Convencido de que, como dice

textualmente, la dialctica entre culturas no sera posible sin la comprensinde la cultura con la que

se intenta establecer el dilogo, el autor emprende diversas travesas interculturales que dan cuenta

4

Jaime Otero Roth China descubre la diplomacia pblica, Anuario Asia Pacfico 2007, CIDOB-RIE.

5Los ejemplos mencionados han sido extrados de la obra de Otero Roth antes citada.


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ntidamente del establecimiento de este dilogo. En primer lugar, la papa, pues ella ha sido uno de

los primeros objetos globalizados. Montiel analiza despus el agua y los rituales en torno a este

elemento. El final de la travesa se da con el estudio de la brillante civilizacin magreb-judeo-

cristiana de Andaluca, al-Andalus, en la cual se da una convivencia fecunda de tres modos de vida,

de tres sabiduras, de tres civilizaciones.

La ltima parte, quiz la de mayor contenido tcnico, es de gran importancia para la puesta en

prctica de lo desarrollado anteriormente. A travs de sus pginas el autor plasma su amplia

experiencia en el establecimiento de polticas culturales6. Durante las ltimas dcadas hemos

presenciado mltiples debates acerca de cmo encontrar un modelo eficaz de desarrollo. Cada vez

ms, se consideran los aspectos culturales decisivos en la definicin de modelos para lograr objetivos

de desarrollo humano. De all la importancia de la creacin de las polticas culturales e indicadores

culturales. Como bien afirma el autor, La cultura es un recurso esencial para el desarrollo, pues es

un factor clave de lucha contra la pobreza. Se parte del principio de que nadie es absolutamente

pobre: toda persona o comunidad sufre de alguna carencia, pero que stas siempre dotadas de

algn recurso, sea de un componente cultural, de un saber prctico o de una habilidad determinada.

En consecuencia estos conocimientos, estas destrezas pueden ser movilizadas para salir de la

condicin de pobreza.

Otros temas tratados en el libro incluyen la posible creacin de un Ministerio de Cultura, la

creacin de una Ley Orgnica de Cultura, y un incremento del aporte gubernamental a las artes de al

menos 3% del PIB sugerido por la UNESCO, as como la creacin de una Ley de Mecenazgo.

Sobre esto ltimo, conocemos la experiencia de Espaa, Brasil, y Chile. Por ejemplo, la Ley de

Mecenazgo de Brasil, aprobada en 1993, ha convertido las industrias culturales brasileas en el

segundo producto de exportacin en el Mercosur. De igual manera, ha cuadruplicado la inversin

privada en cultura en los ltimos tres aos. Estados Unidos y Canad invierten 2% de su PIB en

cultura, mientras que Chile y Mxico invierten 0,6%. Per invierte menos 0,3%, uno de los

porcentajes ms bajos en toda Sudamrica.

El Poder de la Cultura es, al mismo tiempo, un texto lcido, provocador, enriquecido por la

propia experiencia del autor en los mbitos de la diplomacia multilateral y de gobierno. El carcter

ensaystico de la obra permite que el lector se adentre con relativa facilidad a diversas

problemticas que de otra manera seran arduas. El texto est orientado tanto a un pblico general

6Desde 1993 en su calidad de funcionario de la UNESCO, Edgar Montiel ha trabajado con los gobiernos de

Amrica Latina en la formulacin de estrategias de desarrollo durable y la ejecucin de polticas culturales. Es elactual jefe de la Seccin Cultura y Desarrollo, de la UNESCO, Pars.


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como a otro ms especializado, entre los que se cuentan operadores culturales, promotores del

turismo, diplomticos, comunicadores sociales y universitarios.

A lo largo de estas pginas, Montiel nos convence de que la fuerza de la cultura est

precisamente en lo que a veces se presenta como su debilidad: su naturaleza intangible en

contraposicin a un poder material, concreto. El poder en el siglo XXI no se va a ejercer como en el

pasado. El poder de imponerse por la fuerza cada vez tiene menos aceptacin. Ahora el poder est

basado en la cultura, los valores y las polticas legtimas.

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