18 El Nuevo Periódico / Jueves, 16 de mayo de 2013 / www.elperiodicopr.com

Dando en el Punto

Por: Roberto Carrasquillo Ríos

¡Hablando Claro!

Por: José L. Dalmau Santiago, vicepresidente del Senado

OpinandoPor Orlando Parga Figueroa

orlandoparga@yahoo.com twitter@pargaorlando

El ESTADO 51, Y EL PROYECTO PIERLUISIEl comisionado residente y presidente del Partido

Nuevo Progresista, Pedro Pierluisi, le anunció al país la radicación de un proyecto de estatus (otro más) el cual convocaría un referéndum estadidad Sí o No. Al leer la noticia, me quedé de una pieza. Como es posible que se proponga dentro del marco estratégico la peor de las alternativas. Si tomamos como base el resultado de con-sulta fatula de noviembre pasado, donde el PNP alega su fórmula salió victoriosa, lo correcto sería un proyecto de admisión a la estadidad y no un referéndum estadidad Sí o NO.

El 54% del electorado expresó su rechazo “a la con-dición territorial actual”. Mientras, en la segunda pregun-ta, el 61% favoreció la estadidad frente al ELA soberano (libre asociación) que obtuvo 33.3% y la independencia con 5.5%. Sin olvidar que al sumar los votos en blanco depositados en la urna, según lo pidió García Padilla ese por ciento de la estadidad baja a un 45% de los votos. Como se puede apreciar el escenario político nos dice que el 55% de los puertorriqueños no son estadistas, ni favorecen esa fórmula. Esa radiografía del plebiscito fa-tulo, no dice claramente que en un referéndum estadidad Si o No la polarización del electorado está predestinada.

Las razones para esta estrategia, según el secretario del PNP, es para obligar al Congreso a tener que de-fi nir la estadidad, para luego Puerto Rico votar a favor de la estadidad nuevamente. Podemos entender que el referéndum Sí o No se quedará en el trámite legislativo, como en otras ocasiones ha sucedido con los proyectos

UN PUERTO RICO EN PAZEl pasado lunes despertamos ante la noticia positi-

va de que durante el fi n de semana no hubo ni un ase-sinato en el país. Para todos fue una grata sorpresa. Nos sorprendimos porque tuvimos un fi n de semana sin muertes violentas. Nos sorprendimos porque hace mucho tiempo que los lunes despertábamos a contar los asesinatos producto de la violencia que arropa nuestras calles.

Hoy, agradecemos a Dios por permitirnos experi-mentar lo que es un país sin asesinatos. Un país que se dedica a buscar sus fortalezas y exaltar sus virtudes. Un país que a pesar de la crisis económica, dedica su

Amigos míos:

ÉXODO PROFESIONAL — El éxodo de profesio-nales hacia las ciudades del Norte ha menguado signi-fi cativamente el caudal de médicos especialistas que practicaban su profesión en Puerto Rico. Se nos han ido en manadas buscando un mayor ingreso y una mejor calidad de vida. Lo mismo ocurre con los jóve-nes que se gradúan de nuestras universidades, quie-nes, antes de que el diploma esté en sus manos, ya tienen ofertas de empleo en algún estado de la Unión.

Hace ya más de una década que se percibía un cambio demográfi co signifi cativo en nuestro entorno comunitario. En la conversación social se oía cada vez con mayor frecuencia el tema del pariente que se marchó al Norte; de las vacaciones que se aprovecha-rían para visitar al hijo y ver los nietos relocalizados en los Estados Unidos Continentales. Recuerdo a fi nales del siglo pasado el comentario de un amigo que se quejaba diciendo: “el otro día fui al banco a renovar mi línea de crédito y encontré que mi banquero se había ido a trabajar a la sucursal de Miami; después, bus-

de estatus. La excusa de Pierluisi será, como han dicho en otras ocasiones, que el momento no está maduro. Si radican el proyecto de acta de admisión, con el escena-rio de los por cientos antes aquí mencionados, serían el hazme reír del Congreso, y el rechazo a la estadidad ale-jaría a esa fórmula a más de los 100 años luz de donde hoy se encuentra. ¿Por qué ese rechazo?, se pregunta-rán algunos. Me explico.

Está claro que lo que nos dice el PNP sobre los benefi -cios de la estadidad, no es lo que allá ofrecerían si fueran a ofrecer algo. Lo que no dicen los líderes estadistas es qué les vamos a ofrecer nosotros como atractivo a cam-bio de la estadidad. Hagámonos la siguiente pregunta en el campo de lo hipotético. Un senador norteamericano que fuera a votar por la admisión de Puerto Rico, que explicación tendría para sus constituyentes al favorecer la admisión de un nuevo estado que tendría alto índice de desempleo, criminalidad, deserción escolar, pobreza, con un ingreso per cápita que es la mitad del ingreso per

cápita del estado más pobre y, como si lo anterior fuera poco, más del 90% no son anglohablantes, y ni hablar de la elevada deuda pública de sus agencias gubernamen-tales, a lo que suma una califi cación de “chatarra” en sus bonos.

Es obvio que en la “elite” del Senado estadounidense, muchos de ellos multimillonarios de sus estados, están allí porque saben la lógica de la matemática política en un sistema capitalista. Lo que también sabe el liderato del PNP, pero no le dicen la verdad al pueblo para seguir con el juego de controlar y estar en la nómina pública. Voy más lejos, en un chat cibernético le pregunté a un seguidor estadista sobre los 10 atributos que Puerto Rico le ofrece a EEUU para hacer apetecible la estadidad ante el Congreso. Luego de una larga espera su contestación además de risible fue mencionar y cito “que tenemos un sistema educativo bueno a todos los niveles”.

Alguien puede imaginarse a Pedro Pierluisi defender la estadidad en una vista congresional haciendo alardes de “un sistema educativo bueno a todos los niveles”. La contestación de lógica de cualquier congresista sería re-cordarle la estafa de fondos federales del secretario del PNP Víctor Fajardo y el recién tumbe de fondos en la UPR a la National Science Fundation, sin hablar de la de-serción escolar y los bajos niveles de aprovechamiento.

En síntesis, ante la radicación de un proyecto sobre estadidad en el Congreso por parte de Pedro Pierluisi, tendríamos que cuestionarla igual que hice con el ami-go estadista de chat cibernético, hay que decirle… es en serio.

cando el regalo de aniversario de bodas, descubrí que mi joyero se había marchado a Houston; y cuando qui-se hacer una cita con el contable para llenar la planilla, me contestó desde Atlanta”.

A pesar de que cotidianamente esa realidad nos golpeaba, el último Censo fue motivo de sorpresa para muchos. Cuando esperábamos haber fi nalmente al-canzado una población de cuatro millones de habitan-tes, el Censo nos dijo que nuestra población se redujo a 3.5 millones. Ahora la realidad demográfi ca es que son más los puertorriqueños viviendo en algún Estado de la Unión, que los que nos quedamos acá… ellos

allá, sí que son más de cuatro millones.El éxodo se manifi esta como un problema agudo al

profundizar quiénes son los que se han ido: los jóve-nes egresados universitarios con mejor promedio; los profesionales especializados con experiencia; los que han capitalizado e invierten su dinero afuera. ¿Qué nos queda?

Lo que nos queda es un país en bancarrota con un modelo político colonial desprovisto de poder para le-vantar la economía, con el deterioro social que provo-ca la insatisfacción colectiva que nos ensombrece el futuro.

En medio de esa triste realidad, lo más trágico es que nuestro liderazgo político no quiere admitirla y que ahora mismo nos gobierna un partido que está anqui-losado en el siglo pasado.

INVITACIÓN — A sintonizar el programa “El 4to Bate”, de lunes a viernes, de 2:00 a 3:00 PM, por NO-TIUNO630.

PREGUNTO — ¿Estás preparado para coger un avión a ver tu especialista médico que se te fue para el Norte?

tiempo a resolver sus problemas de manera creativa. El pasado lunes, en lugar de contar cuantas muer-

tes de manera violenta hubo, nos dedicamos a bus-carle alternativas al costo del agua y la luz; a buscar

empleos para nuestra gente; a darles más y mejores servicios médicos a los ciudadanos y mejorar nuestro sistema educativo.

Este pasado fi n de semana descubrimos la grande-za de un pueblo que busca y quiere la paz. Un Puer-to Rico con calles más seguras donde nuestros hijos puedan salir a la calle y disfrutar sin temor. Un País lleno de oportunidades. La paz debe ser la norma y no la excepción.

Estoy seguro de que llegará el día en que en Puerto Rico una muerte violenta sea una sorpresa. Mientras ese día llega, prefi ero que nos sorprendan más fi nes de semana como este, en el que celebramos la paz.