el noroeste como porción geográfica

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Region Noreste

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  • El Noroeste como porcin geogrfica del

    Norte Grande

    Albina L. Lara

    Introduccin

    El Noroeste Argentino (NOA) comprende un vasto espacio integrado por cinco provin-

    cias: Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumn. La Rioja , de acuerdo con la nue-

    va divisin regional, pertenece a la regin del Gran Cuyo.

    El NOA forma parte del Norte Grande, creado a part ir del tratado intcrprovi ncial suscrip-

    to en l a ciudad de Salta el 9 de abril de 1999 en tre l as provincias de Catamarca, Corri entes,

    Chaco, Fom1osa, Juju y, Misiones, Tucumn, Salta y Sant i ago del Estero. E l objeto primord ia l

    de este trat ado es l a creacin de l a regi n Norte Grande y la concrecin de la integracin de

    las provincias del NOA y el NEA, con el fin de lograr en la realidad un s istema efectivo de

    consenso y accin conjunta entre los estados partes. El Consejo Regional del Norte Grande es

    el mximo ente de gobierno regional, integrado por la Asamblea de Gobernadores, la Junta

    Ejecutiva y el Comit Coordinador, formado por un representante del NOA y otro del NEA, am-

    bos son adems miembro s de la Junta Ejecutiva.

    El NOA, en conjunto, cubre 470.184 km' de superficie y contiene una gran variedad de am-

    bientes naturales, sociales, po l ticos, econmicos y cul turales. H istricamente, l a regin se ha

    caracterizado por l a existencia de permanentes flujos de emigran tes relacionado s sobre todo con

    pobres logros econmicos de las provinc ias que componen la regin , por la incquidad en la

    distribucin de los recursos y por el crecimiento natural elevado que supera los lmites susten-

    tables en l as reas rurales, lo que contribuy a la concentracin de la pobl acin en l as reas

    urbanas, con el crecimiento desmedido de las grandes aglomeraciones urbanas de la regin (Ortz

    de D'Arteria, 1997; Pucci, 1997; Bolsi, 1997 a y b).

    La regin del Noro este Argentino (NOA), juntamente con la regin del Nordeste (NEA),

    se caracteriza por un m enor desa rrollo econm ico y social y muestra su propia dinmica de-

    mogrfica, diferente al promed io del pas.

    Desde el pu nto de vi sta estructura l, l a regin Noroeste (NOA) es la ms compl eja del

    pas (Oaus, 1971), ya ue en ella conviven diferentes unidades estructura les: la Puna y su bor-

    de oriental, o sea el sector de la cordi llera andina oriental; parte de las sierras subandin as; el sec-

    tor norte de las Sierras Pampea nas; un pequeo sector del borde norte de la precordillera y la

    planicie pedemontana tucumano-salto-jujea , que luego contina hacia el Este en la llanura san-

    tiaguea y chaco-formosea. En la planicie saltea, l a regin no posee un lmite claro sino que

    se va penetrand ntamente ef\r la regin Nord este. Por el sur, tampoco existe una dcfi nicin

    precisa , si no que el'NG V(} penetrand o en l a regin cuyana y del centro a travs de un rea

    de tran sicin o de tran sfiguracin .

    El desarrollo econmico, especialmente sustentado en cultivos industriales en algunas reas

    y ganaderas en otras, promovi la jerarqu izacin de algunos centros urbanos. En efecto, la ciu-

    dad de San Miguel de Tucum n se transform en una metrpoli regional, le sigu e en impor-

  • 590 ALBINA L. LARA

    ..

    tancia la ciudad de Salta; luego las ciudades de Santiago del Estero y de Jujuy. Tambin exis-

    ten otros centros de cuarto, quinto y sexto orden y, finalmente, aquellos ncleos locales cuya

    funcin organizat i va se refiere a pequeas reas.

    En el NOA existen algunas reas menos desarrolladas que presentan una organizacin di-

    fusa, po rqu e han conservado un carcter esencialmente agrcol a en su economa y, por lo tan-

    to, la urbanizacin es dbil y el gn ero de vida es tradicion al. Han conservado act i vidades agro-

    pecuari as de subsistencia, sin una estru cturacin regional y, much as veces, fuera de los circu i tos

    econmi cos ms importantes a los que se incorporan solo estacionalmente, a travs, por ejem-

    plo , de la recol eccin del tabaco o el poroto.

    Asimismo, presenta una rica diversidad cultural , product o de su historia y de su bagaj e et-

    nogrfi co. En esta regin culmina parte del Camino del Inca, nombre que se le da al extenso sis-

    tema de caminos construido durante el Imperio Inca para integrar todo el territorio del imperio.

    Algo ms de cuatro millones de habitantes habitaban alrededor de 450.000 km 2 del Noroeste

    Argentino, en esta regin que durante dcadas sufri un proceso emigratorio y u n proceso de

    migrac in hacia las grandes ciudades. Adems, caracterizan a la regin la pobreza y la deso-

    cupacin, la desnutrici n, especi almente infantil.

    Una de las caractersticas clave del N oroeste es la poco equilibrada distribucin de la po-

    blacin, ya que ex isten reas de altas densidades alred edor de las grandes ciudades, especia l-

    m ente Tucumn, donde se concentran ms de 4.000 habitantes por km2, reas con alrededor de

    400 habitantes por km 2 en las planicie s pedemonta n as del sistem a del Aconqu ija en Tucumn

    y de las sierras subandinas en terri torio salteo y jujeo, y reas con densidades menores a 50

    habitantes por km2 en los va lles flu viales de la zona montaosa , hasta densidades menores a 5

    habitantes por km 2 en la zona punea.

    A travs de los diferentes cen sos realizados en el pas, se puede comprobar la evolucin

    de la pob lacin de la regi n y sus connotaciones econmicas. En el ao 1895, el NOA repre-

    sentaba el 15,7% de la poblacin total del pa s, o sea, 635. 133 habitantes. En el ao 2001, la

    poblacin del NOA representaba el 11,5 % de la poblacin del pa s.

    Ecorregiones del NOA

    La diversid ad de ambi entes n atura l es del NOA es una de sus caracter sticas. Se pu eden

    distinguir espec ialmente las siguient es ccorregioncs:

    - Puna y altos Andes

    - Monte de sierras y bolson es

    Las sierras subandin as

    El valle de Jujuy

    El va lle de Lerm a

    La cuenca de Metn-Gemes

    Frente tropical pedemontano subandino

    Cu en cas y valles catamarqueos

    Va lle Calchaqu

    La selva de las yungas El Chaco seco )

    La Puna y altos Andes J Los altos Andes son aquellos que se encuentran , en general, por encim a de los 3.500 me-

    tros de altura, aun que a veces se confu nd en con la Pun a propiamente dicha, esa elevada alti-

    planici e. El factor ambiental clave es la altura, que cond iciona la s tempera turas y las precip i-

  • 591 EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ...

    taciones, escasas y generalmente en forma de nieve. El lm ite de las nieves permanentes se ha-

    lla alreded or de los 6.000 metros hacia el norte y desciende hacia el sur. Los suelos son po-

    bres, salvo en hondonadas, donde suele acumularse agua de deshielo que da lugar al crecimien -

    to de gramn eas. La vegetacin es escasa y adaptada a la altura y a las duras condiciones del rea.

    Debido a que es un ambiente difici l, se encuentra poco antropizado .

    En la cord illera oriental existen tres quebradas: la de Humahuaca (Jujuy), l a del Toro y la

    Calchaqu (Salta). Las tres tienen una caracterstica comn , se inician en abras desde la Puna,

    a unos 3.600 a 3.700 m de altitud y luego descienden a los va lles. Las recorren ros, que res-

    pectivament e son: el Grande, el del Toro y el Calchaqu, pertenecientes a la pendiente atlnti-

    ca. En sus valles se desarrollan oasis, gracias al agua de riego y a los altos ndices de heliofa -

    na que permite la producc in de vid y otros cultivos en terrazas . Las quebradas facilitan la

    circulacin en esta rea, son las que establecen la conexin entre la Puna y los valles interme-

    dios de Jujuy y de Lerma, que tienen mayor densid ad poblacional.

    La Puna est fonnada por u na sucesin de altip lanicies que incluye a los sistemas serra-

    nos, volcanes, lagunas de desage de cuencas endorreicas y salares. El clima, fro y seco pre-

    senta grand es amplitudes trmicas diarias. La altura media es de 3.500 metros, con un a super-

    ficie suavemente ondulada, donde sobresalen encadenamien tos montaosos y algunos volcanes

    hoy apagados.

    El clima no permite la formacin de una red hidrogrfica organizada, salvo los pequeos ros

    alimentados por aguas de deshielo. El rgimen hidro grfico es torrencia l solam ente en primave-

    ra y verano. Los pr in cipales poblados de l a Puna se encuentran a orillas de esos cursos de agua.

    Presenta una gran amplitud trmi ca, lo que provoca la desagregacin mecnica de las rocas. Las

    precipitaciones son escasas, el clima es sem irido con 200 mm y m s de precipitacin anual.

    La temperatura media anu al es menor a los 1OC, con un a amplitud trmica que puede llega r

    a los 20C. La irradiacin solar es elevada y los vientos intensos. Un viento local , el viento blan-

    co puede provocar tormentas de nieve y arena.

    La vegetacin dominante es la estepa arbusti va muy abierta, con races muy desarrolladas

    en profundid ad para poder captar el agua escasa. Crecen el card n , la queoa y el churqui en

    las quebradas y laderas. Los animales ms tpicos son los roedores, como la vizcacha serrana

    y la chinchill a real. En las lagunas, que son muchas veces temporaria s, salobres y de gran ex-

    tensin, como la de los Pozuelos, habita el flamen co. La Puna, asimismo, es el hbit at de los

    camlidos (guan aco, vicua y llama) y de los carnvoros como el puma.

    En aquellas partes donde el agua subterrnea se encu entra cerca de la superficie, la comuni-

    dad clmax est representada por los talares, estepa de arbustos bajos y con estructuras antiher-

    bvoros. Entre los 3.000 y 4.000 m de altura se encu entra una estepa arbustiva abierta de tola, to-

    lilla, atrampa y una estepa graminosa en los suelos ms desarrollados (Danicle y Natenzon, 1988).

    En--retacin con los camlidos, se ahondar especialmente en la vicua, de acuerdo con el

    estudio reali \ por Yil (2006). La vicua es el camlido silvestre ms pequeo , endmico

    de la regin and na, que habita los sistemas puneos y altoandin os (a ms de 3.200 m/s.n.m.)

    en la Argentina, potiv ia, Chile y Per, y es el herbvoro silvestre que aporta mayor biomasa

    en las estepas tes, la caza con armas de fuego provoc un a disminucin significativa de las poblaciones, que

    llegaron al riesgo de extincin. Esta situacin fue revertida gracias a intensos esfuerzos inter-

    nacionales, nacionales y regionales de conservacin, entre los que se destacan el Convenio so-

    bre Conservacin de la Vicua fim13do en 1969, el listado de la especie en el ESA (End angered

    Species Act), que prohbe su comercializaci n en los Estados Unidos desde 1970, y el listad o de

    la espec ie en el Apndice I de CITES incluye todas las especies amenazadas de extincin que

    son o pueden ser afectadas por el comercio (Convention on lntemation al Trade in Endangered

    Species ofWild Flora and Fauna) en 1975. En la Argentin a se transfirieron al Apndice 11 de CI-

    TES, especies que, si bien en la actual idad no se encuentran necesariam ente en peligro de ex-

    tincin, podran llegar a esa situacin a menos que el comercio en especmenes de dichas es-

  • 592 A LBINA L. LARA

    pecies est sujeto a una reglamentaci n estricta o especies no afectadas por el comercio, como

    por ejemp lo, las poblac iones de vicu as de la provincia de Jujuy y las poblaciones que se en-

    cuentran en criaderos fundados con vicuas proceden tes del INTA, y luego, en el ao 2002, a

    las vicuas de la provincia de Catamarca. E l resto de las pobl aciones de vicua contina en el

    Apndice l. Cabe aclarar que la inclu sin de estas vicuas en el Apndice 11 se ha realizado

    con el exclusivo propsito de autorizar el comercio interna cional de lana esquilada de vicuas

    vivas, de lelas, de productos manufa cturad os derivados y de artesanas. En el revs de las te-

    las' aebe figurar el logotipo adoptado por l os Estados del rea de d istribu cin de la especie,

    signatarios del Convenio para l a Conservaci n y Manejo de la Vicu a, y en los orillos l a ex-

    presin "Vicua-Argentina ". Otros productos deben llevar un a etiqueta con el logotipo y l as

    palabras "Vicua-Argentin a-Artesan a". Todos los dems especmenes deben considerarse co-

    mo espec men es de especies incluid as en el Apnd ice 1 y su comercio deber reglamentarse

    en consecuen cia.

    Los grandes riesgos para la conservac in de la vicu a en l a Argent in a son la caza furtiva,

    el deterioro del hbitat y la competen cia con el ganado domst ico por pasturas (FWS, 2002). Las

    v icuas silvestres pueden ofrecer una alternativa interesante a los pobladores , si se manejan

    con pautas sostenibles. Eslo ha sido comprobado en el m anejo de vicu as silvestres realizado en

    Cienegu illas, pueblo de la pro vincia de Jujuy, ya que la poblacin no ha demostrado declinacin

    ni aumento de vu lnerabilid ad, las vicuas mantienen su rol eco lgico, y la actividad de la s v i-

    cuas se ha "integrado" a las actividades pastoriles (llamas y ovejas) del rea con la promo -

    cin de la economa local.

    En este ecosistema se en cuentran yac imientos de min erales meta lferos, como estao, oro,

    plata, cobre, pirita, estao, zinc y antimonio. Tambin se encuentran los sal ares de brax y las

    salinas de cloruro de sodio, aprovechados econmicament e. Las condiciones de vida son ex-

    tremas, la aridez es limitante y las activ idades econmicas redu cidas: agricul tura, principalmen-

    te de subsist encia, con la produccin de maz, papa, forrajes, trigo, poroto y quinoa. Tambin

    se practica la ganadera extensiva, con l a produccin de ovejas, cabras, llamas y vi cu as. La pro-

    duccin suele completarse con la caza de avestruces, zorros y chinchillas. Se genera un comer-

    cio rudimentari o de cueros y l anas. Este ecosistema es sumamente frgil amb i ental mente por

    lo que puede ser adversamente impactado po r l a construccin de obras de infraestructura , co-

    mo la construccin de gasoductos y caminos, especia l mente si no se consideran las pautas am-

    bi ental es, como sucedi con la construcci n de los gasod u ctos a Chile y la Ruta Nacio nal 52,

    hasta el Paso de Jama.

    Los habitant es de la Puna y los va lles aledaos del noroeste argentino viven en condicio-

    nes socio-econmi cas difieiles, debido a las pocas posibilidades de gen erar una act iv idad eco-

    nmica sust entable que en gen eral se limita , C,9ffiQdmos, a act i vidades agropecua rias de sub-

    sistencia. En la zon a sudoccid ental de la Puna existen 1y pocos asentamientos, especialmente

    en territorio catamarqueo. Esto condicion a la neces idad de emigrar en forma temporar i a para

    trabajar en reas agrcola s de ma yor rentabilid ad durante pocas especiales, como las de cose-

    ch a, por ejemplo. Por otra parte, la falla de fuent es convencionales de energa, ya sea local por

    falta de lea o, en general , por dificultades de transport onstituye una de las razones impor-

    tantes que llevan a esta situacin .

    Este ecosistema dispone de la energa solar como un recurso energtico de importancia,

    debido a los altos niveles de radiacin y a la poca frecuencia de das nubl ados. El !NENC O, per-

    teneciente a la Universidad Naciona l de Salta y al CONICET, ha llevado a cabo num erosos es-

    tudios sobre aplicaciones de la energa solar.A continuacin, de acuerdo con el trabajo de Judith

    Franco, 2006, se detallan algunas de ellas:

    J) Viviendas solares, construidas en zonas de altura, caracterizadas por muy bajas tempe-

    raturas nocturnas y muy buena radiacin , con materiales de la zona. Adems, el INENCO co-

    labora, en la actu alidad, con el diseo de dos edificios solares pbl i cos: el hospital malemo-

    in fantil de la poblacin de Susques, Jujuy, con 700 m1 de superficie, y el edificio de la Adu ana

  • 593 EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ...

    en el paso fronterizo con Chile, de 2.000 m? de su perficie. Ambos edificios se encontrarn a ms

    de 3.500 m de altura.

    2) Secado so lar, a travs de secadores sol are s semi-indu stri ales con colector es ca lenta-

    dores de aire de hasta 500 m ? de superficie para el secado de diversos productos agrarios, ta-

    les como ser el pimiento , los hongos , las hortalizas , et ctera. El primero de ellos, con un rea

    de 400 m\ secaba 3.000 kg de pimiento por semana.

    3) Pozas solares, piletas que se llenan con un grad ient e salino que permite la captacin y

    la acumu lacin de la radiacin sol ar. Con ellas se desarroll un proceso para la purificaci n

    industrial de sulfato del sod io y se instal una fbrica con una capacidad de 300 t mensuales.

    4) Cocinas sol ares, especialmente para escuelas-albergues con comedores esco lares, que

    pem1itcn la preparacin de ms de 100 kg de comida por sesin.

    5) Desalinizadores solares de agua, para potabilizar agua contaminada con sales; se han ins-

    tal ado en distintos parajes del Chaco sa lteo para proveer de agua potable a diversos grupos

    de pobladores.

    6) Pasteuri zador de leche,que permite pasteurizar hasta 40 1 de leche por da y se utiliza pa-

    ra la preparacin de quesos artesanales.

    De acuerdo con el Censo 2001, la pob lacin de la Puna apenas superaba l os 46.000 habi-

    tantes. Sin embargo, si se descu enta de esta poblacin a la que vive en los centros urbanos , se

    llegara a una ci fra de solamente 25.000 habitantes rurales. Y an estos se encu entran distri-

    buidos en forma irregular, dado que 14.000 viven en la parte norte, menos exten sa, y el resto,

    en el sur. Esto h ace que la densidad de la poblacin sea de apenas 0,2 hab ./km2 en este ltimo

    sector (Reboratti, 2006).

    E l asentami en to m s import ante de esta zona es la Quiaca , centro de frontera con gran

    actividad comercial de casi 14.000 habitantes con un Crecimiento Medio A nu al (CMA) de

    casi 18% entre 1991 y 2001, que concen traba gran parte de la poblacin de la Puna . Este cen-

    tro constituye tambin un atractivo turstico, donde se rea l iza la Fiesta de la Olla o Manca Fiesta,

    importante celebracin de Jujuy. Otros centros del rea son Cochinot a, Casabindo, Rinconada

    y Abra Pampa (nodo de confl uencia del mov imiento de l a Pun a, que se apoya en l a poblacin

    de Tres_Qy.c.e-s. Apa, con casi 7.500 habitantes en 2001 ha tenido un CMJ\ de ms del

    30% entre 1991 y el 200 1. Ms al sur, se encu entra San An tonio de los Cobres, que contaba

    en 2001 con alrededor dr.'.000 habitantes si se contabilizan los pobla dos de l os alrededores.

    Se localiza en la confluencia del ro Toro con el San Ant on io de los Cobres, en la parte ms

    baja de la Quebrada del Toro, acceso a la Puna de J\tacama por la Ruta Nac iona l N 5 1 y por

    el Tren de las Nu bes, el cual posee un gran atracti vo tur stico, especialment e el Viaducto La

    Polvorilla, un tramo con un paisaje espectacular. Adems, este centro es sede de l a Fiesta

    Nacional de la Pachamama.

    En 2005 se cre el Comit para el Desarrollo Sustentable de las Regiones de Monta a de

    la Repblica Argentina, conformado por once insti tuciones nacionales, cuya presidencia es ejer-

    cida por la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustent able y la vicepresidencia por la Secretaria

    de Agricultura, Ganadera, Pesca y A limentos. La A lianza Internacional de las Montaas es con-

    cebida por nuestro pas como un nuevo espacio de cooperac in internacional que a travs de

    la modalidad asociat iva vincu la a los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado en una si-

    nergia que facilita la concepcin, formu lacin y administracin de iniciativas y acciones, su-

    pliendo disfuncionalidades y carencias, sobre todo en los pases en vas de desarrollo

    (www.m edioambiente.gov.ar).

    Por ello, la preservacin y desarro llo sustentab le de los ecosistem as de montaas es de

    fundamental importancia para los pases andinos. Espec ialmente importante es la defensa de

    las nacientes de nuestros grandes ros, la proteccin de las altas cuencas y de las masas fores-

    tales asociadas, y su correla to en detener la erosin de las laderas y l os suelos, y evitar las inun-

    daciones que impacta n aguas abajo en las reas densamente pobladas, especi alment e en los cen-

    tros urbanos.

  • 594 ALBINA L. LARA

    Tambin se le ha dado especial importancia a los h umedales altoandinos, asociados hoy

    al sustento y reproduccin de camlidos y avifauna.

    Otro aspecto de relevanc ia especia l es el del respeto a l as cultu ras tradiciona les andinas, res-

    pet ando, preservand o y m ant eni endo sus conocimien tos, las innovacio nes y las prcticas de

    los pueblos originarios y locales que en traen estilos trad iciona les de vida pertinentes para la

    conservac in y l a utilizacin sostenible de la diversidad biolgica , siendo necesar i o defender

    y di tibuir equitativamente sus eventuales ben eficios. Esto se sustenta en la importanc ia del pa-

    trimonio cultura l , tambin amerita su conservac i n, salvaguard ia y puesta en valo r, como im-

    portan te componente de reafinnacin de la ident idad nacional.

    El Com it tambin considera el desarrollo de la minera , la hidroelectricidad y el turismo,

    de manera que su desarrollo sea sostenible.

    En septiembre de 2007 se desarroll la Primera Reunin Subregional Andina de la Iniciativa

    de los Andes pa ra elaborar el Plan de Accin para el Desarrollo Sost enible de l as Montaas

    Andinas, en Tucum n . En ella, en base a lo trabajado anteriom1ente, se definieron acciones prio-

    ritari as para los siguientes ejes (Iniciativa Andina, Alianza para las Mon t aas en

    www. medioambiente.gov.ar) :

    1. . Medios de vida sostenibl es en reas de montaa.

    2. Conservacin de los ecosistemas y preservacin de la biodiversidad y del patr imon io cul-

    tural y nacion al.

    3. Consolidacin de la capacidad institucional en la temtic a de montaas.

    4. Cambio clim tico y su inciden cia en las reas de montaa .

    5. Ejes transversales (educacin , sensibilizae-in-y ac itacin, gnero, ju ventud y terce-

    ra edad, articul acin de redes y parti cipacin local). \

    Con el apoyo del Programa de Naciones Un idas para el Desarrollo (PN U D) y del Fondo

    Mundia l para el Amb iente (GEF, por sus siglas en ingls) se desarrolla el Programa de Accin

    Subregional (PAS), denomin ado Desarrollo sosten ible de la puna americana, cuyo objetivo ge-

    neral es "Contribuir a mejorar la calidad de vida de los habit antes de la Puna, propendiendo al

    desarro llo su stentable en un marco participat i vo y cont inuo"

    (http://www.ambient e.gov.ar/?idarticulo=3474) .

    Sus objetivos especficos son:

    Construir una estrategia para promover los procesos de integracin Subregional.

    Contribuir al desarrollo l ocal sustentable medi ante el pastoreo y la ganadera camlida, el cco-

    etno-turismo y el desarrollo de la prod uccin y comercializacin de los productos ori- ginarios.

    Promover la gestin integrada de recursos hdri cos.

    Promover el manejo sostenibl e de la tierra.

    Impulsar el apoyo de Ja min era a un efectivo desarrollo local de la Puna .

    Desarro llar sistem as de apoyo para fortalecer el PAS Puna.

    Quebrada de Humahuaca

    La Quebrada de Humahuaca, un extenso va lle montaoso de perfil asimtri co de 1 55 ki-

    lm etros de longitud, fue declarada Patrimoni o Cultura l y Natu ral de la Human idad el 2 de ju-

    de 2003. Es un amplio valle tectnico recorrido por el ro consecuente, ro Grande, perte -

    nec iente a la cuenca del ro Bermejo. Presenta quebradas laterales, recorrida s por afluentes del

    ro Grande.

    Esta quebrada h a funcionado como permanente v a de int eraccin, longitudina l y trans-

    versa l, vincu lando territorios y cultu ras distantes y diferen tes. Ha sido camino de arr ieros y ca-

    ravanas en poca temprana, ruta de los I ncas antes de la llegada de los espaoles, va del co-

  • EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGR FICA ... 595

    mercio entre el Ro de la Plata y el Potos a travs del Camino Real , vnculo contemporneo

    entre diferent es pases de la regin.

    Segn puede leerse en http://www.jujuy.gov.ar/quebrada/principal. htm: La multiplicidad de

    elementos culturales que la constituyen y que la convierten al mismo tiempo en un espacio pa -

    trimonial nico ha dejado innumerables testimonios tangibles de la historia cultural regional.

    La lnea de recintos pr ehispnicos fortificados, su asociacin con una vegetacin endmica

    peculiar y el contacto visual existen te entre la gra n mayora de ellos, en una lnea ininterrum-

    pida que se prolonga por ms de un centenar de kilmetros, no se registran en otros contex-

    tos del espacio andino. La gran cant idad de abrigos y cavernas prehistricas , complejos sis-

    temas arquitectnicos, ceremonia les y agrcolas precolombi nos, pueblos y construcciones post

    hispanas, histricas y contemporneas, ilustran no solo un periodo significativo de la historia

    humana, sino que han dado lugar a un conjunto de hechos culturales surgidos del cauce del pro -

    ceso civilizador, caracterizados por su movilidad y po r su dinmica espacial. Las creencias, ce-

    lebraciones, los usos y costumbres, la msica, las adaptaciones del lenguaje, las manifesta-

    ciones religiosas y tradicionales, los modos de vida y hasta los s istemas productivos

    caractersticos, son parte de los evidentes legados inmateriales de este itinerario cultural co-

    mo resultado de la ji-uctfera colaboracin entre pueblos y culturas diversas. Con tales carac-

    tersticas, I uebrada de H umahuaca constituye, a manera de un verdad ero sistema, un iti-

    nerario cultural xtenso recorrido histrico que ha influido notablemente en el desarrollo

    y la configura cin cultural de su propio espa cio, dando lugar a un rico sincretismo que, con

    per sonalidad propia ) se refleja en sus testimonios patrimoniales materiales y en otros valores

    de carcter intangible.

    El Est!._do Nacional, a travs de sus organismos especficos (Comisin Nacional de Museos

    y de Monumetos y Lugares Histricos y Direccin Nacional de Patrimonio, Museos y Arte),

    ha implementado polticas y programas , entre los que se encuentran:

    Plan Federa l de Artesanas (comprende actividades de asistencia tcnica, capacitacin y par-

    ticipacin en ferias artesanales).

    Encuentros y foros, como el Foro Internacional sobre Patrimonio, noviembre de 200 l.

    Coleccin de publicaciones sobre Patrimon io Argentino.

    Programa Grandes Maestros del Arte Popular Argentino.

    Registro de bienes culturales.

    Asimismo, en la Quebrada se real iza el Carnaval de Humahuaca, uno de los ms famosos

    del pas, que dura ocho das.

    Monte de sierras y bolsones

    Esta ecorregin agrupa la comunidad tpica de la prepuna, considerada por algunos estudio-

    sos como una pro vincia fitogeogrfica diferente , y el monte, donde se encuen tran serranas,

    cerros, quebradas y valles. La prepuna se extiend e por l as laderas y quebradas secas de las

    montaa s del noroeste de Argentina, desde Jujuy hasta La Rioja. En Jujuy y Salta ocupa por

    lo general las reas localizadas entre las provincias de las yu ngas y la Pun a, y en Tucumn y

    Catamarca desciende hasta menos de 1.000 m/s .n.m., extendindose entre la prov i ncia del Chaco

    y la Puna. Los factores condicionantes son la altura, pero tambin , y especialmente, la dispo-

    sicin y orientacin de las quebradas. El relieve es de laderas de cerros, con conos de deyec-

    cin y quebradas. Los tipos de vegetacin predominante son las estepas arbustivas, cardon -."t

    les, bosquecillos de churqui (Prosopisferox), de arca (Acacia visco), y cojines de bromelicea

    La estepa arbustiva parece ser la comunidad climax de la prepuna, variando su composicin

    segn los puntos estudiados (Cabrera, 1976).

    En los valles intermo ntan os locali zados por debajo de los 300 mm de precipitaciones , la ve-

    getacin est dominada por arbu stos de leguminosas , zigofilc eas, y cactceas . En zonas de-

  • 596 ALBINA L. LAR A

    primicias salinas se desarrollan comunidades hallitas similares a las del Chaco, y en zonas

    con napa frctica alta se encuentran bosques de Prosop is y pajonales . Donde hay ms altura y

    ms pendi ente, tienen mayor importancia relativa de cact ceas, compuestas y bromeliceas

    epi lticas, y el u so antrpico es el pastoreo, especialmente con caprinos que se desarrolla de

    manera extensiva; la extraccin de lea es generalizada, la agricultura se concentra en va lles con

    ri ego y la exploraci n forestal se restringe a los bosques de Prosop is. Dentro de la prepuna ca-

    t a aquea, la vegetac i n ms caracterstica correspon de a cardona les y chaguarales, que t-

    picamente ocupan los fa ldeos de los cordones montaosos y la loma de cerros ms bajos de la

    regin centro-oeste de la provincia , por encima de las comunidades del monte.

    E l rea de monte se exti ende por el oeste de Argentina desde el va lle de Santa Mara en Salta,

    por el centro de Catamarca. Desde el punto de vista de la vegetacin predominan en el monte las

    estepas arbustivas xerfilas, sammfilas o halfilas. Las comunidades climxicas son el Jarillal

    y la estepa espinosa (Cabrera, 1976). Se pract ica agricultura en los valles de los ros y en las zo-

    nas prximas de la cordillera sometid as a riego, mientras que la ganadera es precaria e incluye

    a vacunos rsticos, ovinos y caprinos. En los va lles secos se observa una expansin de la agri-

    cultura bajo riego, por ejemplo vid, frutales y hortalizas, asociada con la incorporacin de tecno-

    loga de riego y con la redu ccin de los campos de forrae debido a la disminucin del ganado.

    Los principales problemas de conservac in de sta ecor in son la disminucin de la co-

    bertura vegetal, l a prdida de la diversidad biolgica, la degradacin del suelo y la alt eraci n

    de las cuencas. Las principales causas de estos problem as son: la explot acin irraciona l de los

    bosques na tivos, la gan adera extensiva realizada sobre la base de pasturas n aturales con una car-

    ga excesi va en relacin a la oferta del recurso, la extraccin y consumo de especies arbustivas

    all donde no hay rbo les y l as hierbas son escasas, Ja malas -prcticas agrcolas y la expansin

    de la frontera agropecuaria .

    En relacin con la explotacin ganadera, esta actividad siempre tuvo un exceso de pasto-

    reo obligando con el transcurso del tiempo a los ganaderos a pasar de gan ado vacuno a anima-

    les menores, corno ovejas y cabras, que continan el proceso de degradacin , en este caso tam-

    bin el deterioro se manifiesta en la prdi da de cobertura vegetal, fundamentalmente del estrato

    herbceo y la degradacin de los suelos que sufren de mayor manera la incidencia de los agen-

    tes atmosfricos, produciendo su desecacin y erosin. Por otra parte, l a agricultura realizada

    con tcnicas no apropiadas, en general de zonas hmedas, afect estos ecosist emas al produ-

    cir el desmonte total y l a decapitacin de los suelos, prod u ci endo una fuerte alteracin de las

    prop iedades fisicas y qumicas y su vulnerabi lid ad a la erosi n .

    Selva de las yungas

    Las yungas se distribuyen en el pedemontc y laderas orientales hmedas de los cordones mon-

    taosos. Incluyen las mximas precipitaciones del NOA, y en consecuencia la mxima biodiver-

    sidad. Tienen suelos levemente cidos y con mucha materia orgnica, y se distinguen diversos

    pisos de altitud. De acuerdo con Ricardo Grau (Ecologa del paisaje, tema 5, Un iversidad Nac ional

    de Tucumn, http://ecologiadelpaisaje.googlepages.com), consultado en septiembre de 2007:

    Selva pedemontana , localizada en llanuras, muy transformada al uso agrcola, con produc-

    cin de ctricos, caa de azcar y horticultura y semejanzas florsticas con bosques estaciona-

    les del trpico (por ejemplo con el Cerrado de Brasil). La estructura es dominada por rboles

    de los gneros Anandenanthera, Phyllostillon, Ca/licophylum, Astronium. Los suelos son muy

    frtiles y es el sector menos conservado y ms amen azado de las yungas.

    Bosque mont ano inferior, se extiende en las laderas hmeda s oriental es de las sierras pam-

    peanas y la cordillera oriental , aproximadamente entre los 600 y los 1.600 m. Es la zona con ma-

    yores precipitaciones de m s de 2.000 mm anuales. Tiene fuertes afinidades lorsticas con los

    bosque s de los Andes tropicales, destacndose entre los rboles las laurceas, mirtceas, legu-

    minosa s, meliceas y en el sotobosqu e las rubiceas, m elastomatceas y piperceas. Los desli-

  • ElNO R OESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ... 597

    zamientos de ladera , floracin de bambes y cada de rboles caracterizan el rgimen de dis-

    turbios. El uso antrpico es rel ativamente menor, con algo de ganadera y exploracin forestal

    selectiva sobre pocas especies.

    Bosque montano superior, se va simplificando y se hace ms rido y fro, con mayor in-

    fluencia del fuego y el pastoreo. Tienen fuerte incidencia de neblinas por lo que es muy rico

    en cpfitas. Se ext iende entre los 1.600 y los 2.700 m, como un mosaico de bosques simples

    de Alnus ac11minata y Podocarpu s p arlatorei y comunidades boscosas ms diversas, con va-

    rias myrtceas.

    Pastizales de neblina, en este nivel altitudinal,pero en reas ms secas, dominados por gra-

    mneas (c.g Fest11ca, Deyeuxia), tienen afinidades florsticas con los pastizales de las sierras

    de Crdoba y Bueno con los pramos de los Andes tropicales. Tienen mucha inci-

    dencia de neblinas,y el rgim de disturbios es dominado por fuego, pastoreo y deslizamien-

    tos de ladera.

    De acuerdo con A l anfo Brown y Lucio Malizial, 2004, la sel va pedemontana, es de-

    cir, la franja altitudinal de bosque ms baja, ti ene un papel ecosistmico clave por su elevada

    biodiversidad de las yungas, ya que no solo presenta una alta diversidad biolgica , sino que ade-

    ms sirve de refugio a especies de otros pisos altitud inalcs de la selva de montaa.

    Estacionalmente numerosas especies de vertebrados descienden por la montaa hacia la selva

    pedemontana durante la poca invernal. El clima es tropical con estacin seca, con tempera-

    turas elevadas durante gran parte del ao, lluvias concentradas durante la poca estival (noviem-

    bre a marzo) y el dficit hdrico ms marcado de las yungas (junio a noviembre). Por ello, la

    selva pedemontana representa el piso altitudinal con mayor riesgo de incendio, lo que ocurre

    generalmente entre agosto y octubre. La situacin geogrfica de las selvas pedemontanas en-

    tre dos grandes ecosistemas regionales de caractersticas contrastantes, como l as yungas h-

    meda s y el Chaco seco, posiblemente fue un factor relevante en el desarrollo de importantes

    culturas prehispnicas. Actualmente , esta franja es el eje del desarrollo de la regi n y del cre-

    cimiento de importantes centros urbanos, como por ejemplo Tucumn, Rosario de la Frontera,

    Metn, Gi.iemcs, Libertador Gral. San Martn, San Pedro, Orn, Tartagal, Embarcacin, etc-

    tera, donde viven alrededor de dos millones de personas.

    En esta rea se ha producido la transformacin de selvas en tierras agrcolas, la cual avan-

    za a una tasa de mi l es de hectreas por ao, amenazando con reemplazar la totalidad de las

    selvas de tierras llanas. Adems, se ha producido la simplificacin estructura l como producto de

    la explotacin foresta l intensa y no sustentable, sin pautas de ordenamiento territoria l. En re-

    lacin con su estado de conservacin, la selva pedcmontana presenta una situacin actual fr-

    gil e insuficiente a pesar de esfuerzos recient es para revertir esta tendencia, como la creacin del

    Parque Provincial Laguna Pintascayo de 12.000 has, y la implementacin de la Reserva

    Acambuco de 8.000 has, ambas en la provincia de Salta, que no son suficientes . Los parques na-

    cionales de la regin no incluyen sectores de selva pcdemontana, como el Parque Nacional Barit

    en Salta, o solo incluyen pequeas superficies, como el Parque Calilegua en Jujuy, con un 10%

    de sus 76.000 has ocupadas por pcdemonte.

    Las yungas han sido durante dcadas proveedoras de maderas de alta calidad, como ce-

    dro, el lapacho y la quina. Asimismo, otras especies menos conocidas com ienzan a desem-

    pear un papel importante sustituyendo a las tradicionales. Sin embargo, actu almente la i n -

    dustria maderera local enfrenta costos de aprovechamiento ms altos dado que las

    explotaciones se encuentra n en lu gares ms remotos y menos accesib les. El desafio para el

    desarrollo de modelos de explotacin econmica de la selva pedemontana est no sol o en con-

    centrar los aprovechamientos forestales en las especies de mayor va lor comercia l , s ino en, me-

    diante l a investigacin y el mercadeo, poder introducir espec i es que h an sido subuti lizadas

    y que tienen un gran potencial tanto en el mercado domstico como en el intern acional. Un

    ejemplo de esto es el cebil colorado, que representa un 20-30% del volumen comercial a l

    pie de los bosques secundarios, con volmenes medios que van de 3 a 8m3/ ha. Estas reas

  • 598 ALBINA L. LARA

    degradad as son posibles de restaurar mediante un a combin acin de manejo de la regeneracin

    y enriquecimient o con especies nativas, lo que permitira tener una reserva forestal de jin:--

    portancia en el mediano plazo y hacer de esta selva un recurso estratgico de gran valor

    (Rom ero, Miguel, 2004).

    De acuerdo con Ignacio Gasparri y Jorge Menndez (2004), en 1998 la superfi cie de pe-

    dcmonte de yun gas cubierta por bosques nativos en todos los estados de conservacin era de

    480.93 has, de las cuales 112.452 has eran de bosques ribereos o de arbustales por su ext re-

    ma degradac in y otras 23.452 has correspondan a bosques fragmentados. Una parte impor-

    tante de esta superficie rem anente se encuentra en la alta cuenca del ro Bermejo, en l as proxi-

    midad es de San Ramn de la Nueva Orn, Tar tagal, General Moscn y Ro Seco, que son l as

    zonas con mayor t asa de deforestacin actual.

    La selva pedemontana es uno de los ambientes ms particulares de las yungas, es part e

    de una de las 200 regiones ecolgicas clave para el p l an eta, seg n el Fondo Mund i al para la

    Natura l eza (WWF). Sin embargo, ya se perdieron -para siempre- ms de 130 mil hectreas

    de selva pedemontana, debido al avance de monocultivos , como los de caa de azcar, ban a-

    na, soja. "Si sigue este camino, a Salta le espera un futuro cercano con ms inundaciones y me-

    nos recursos natu ra les para sus habitantes", sentenci Corcuera, el Director de Vida Silvestre.

    "Como la soja no necesita riego, algunos productores estn acelerand o la elim inacin de sel-

    va en zon as por encim a de la lnea de riego, para h abilitarlas con ese fin . De las selvas que

    haba a pr incipios de siglo hoy queda el 30%. Hasta h ace poco, l a selva pedemontana estaba

    siendo elimin ada a un ritmo aproximado a 1.000 hectreas por ao. La actual velocidad de des-

    monte no tien e otro final posible que la extincin de esta selva en la Argentina antes de 20 l O,

    a menos que la provin cia de Salta l o impida'', dijo Corcuera (Fund acin Vida Silvestre,

    http://www.vidasilvestre.org .ar, consultada en septiembre de 2007).

    Ecorregin del Chaco seco

    El Chaco seco es bsicament e un a gran llanura sedimentaria, modelada principa lmente

    por l a accin de los ros que la atraviesan en sentido noroeste-sudeste, principalmente el

    Juramento-Salado, el Berm ejo y el Pilcomayo. Las divagac iones de estos ros fonnaron con el

    tiempo verdaderos abanicos (o paleo abanicos) fluviales, caracterizados por la presencia de pa-

    leoa lbardones con una cobertura vegetal (muchas veces en desequilibrio con el rgimen h dri-

    co actual) y paleocauces de suelos arenosos, generalmente cubiertos por pastizales de aibe que

    atravi esan el bosque tpico de la regi n .

    En el Chaco seco se pueden distinguir tres subregi ones, segn sus condi ciones climticas,

    cuya descripcin se realiza en base a Torrella y Admo li, 2006:

    Chaco semirido, la ms extensa, que ocupa en el NOA, casi la totalidad de San tiago del

    Estero, el este de Salta y Tucumn. Est representado por bosque xer filo y semicaducifo lio; an-

    tes de la interven cin del hombre contaba con un estrato super ior dom inado por el quebracho

    colorado santiagueo y el quebracho blanco, que superaba los 20 m. En el centro u oeste del

    Chaco seco aparece tambi n el palo santo, aunque generalmente en suelos deprimidos. El que-

    bracho colorado santi agueo, que delimita tradi cionalmente el Chaco semirido con su distribu-

    cin, es, sin duda, una de las especi es ms emblemticas de la regin y, tal vez, una de las ms

    imponentes de la flora argentina. Se destaca por su robustez y por la dureza de su madera (su

    nombre deriva de "quiebra hacha"), su tronco puede al canzar el metro y medio de dimetro a

    la altura del pecho y no se ramifica en su parte baja. Se hace referencia a l en num erosas can-

    ciones de la m sica popul ar de la regin. Es, adems, una de las especies que fue ms afecta -

    da por la accin del hombre, a travs de la explotacin forestal de carcter minero , lo que lle-

    v a un a drstica reduccin de sus poblaciones. Integran el bosque chaqueo tambin otros

    rboles ms bajos como el mistol, de frutos comestibles, el palo cruz, una gran variedad rbo-

    les y arbustos, con una important e presencia de algarrobos que se ven favorec idos po r la ex-

    traccin forestal y l a ganadera, y la earandill a.

  • ElNOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ... 599

    El Chaco serrano forma la mayor parte del lmite oeste de la regin, que en este tramo li-

    mita con las yungas y el monte, y ocupa, en el NOA, sectores de las provincias de Salta, Tucumn

    y Catamarca. Est formado por elementos de las sierras pampea n as y la s reas m s baja s de

    las sierras subandinas . En el extremo occidental del Chaco semirido , las sierras constituyen una

    barrera orogrfica para los vientos hmedos del este, lo que provoca m ayores precipitaciones en

    las laderas orientales y climas ms secos hacia el oeste. Este factor y la varia ci n trmica aso-

    ciada a la altura establecen pa rticulares condiciones climticas que determin an el d esa rroll o

    de la veget acin. En gen era l, el bosque serrano est dominado po r el horco-quebracho, junto con

    el molle de beber, especialmente en el sur, y por gran cantidad de cactceas y leguminosas es-

    pinosas en el norte. En el estrato arbustivo y h erbceo aparecen va ria s especies de otros distri-

    tos biogeogrficos. A mayor altitud, el bosque es reemplazado por pastizales o estepas grami-

    nosas con predominio de especies de los gneros Sti pa y Festuca .

    El Chaco rido ocupa en el NOA, el este de Catamarca y el sudoeste de Santiago del

    Estero. Est prcticamente rodeado por sierras, lo que le confiere caractersticas particu la-

    res ya que, al actuar como barrera, restringe fuertemente las precipitaciones en est a subregin.

    Las cuencas que se forman son autctonas y endorreicas (no desagotan agua fuera de la re-

    gin), y la evado transpiracin es superior al aporte de agua. Esto origina un fuerte proceso

    de evaporacin, que saliniza los suelos y llega a formar salinas. De hecho, las Salinas Grandes,

    que ocupan 8.400 km' en Catama rca, Crdoba, La Rioja y Santiago del Estero, son l as mayo-

    res del pas. La salinidad de l os sucios condiciona la vegetaci n y, segn las condiciones par-

    ticul ares, se encuentran distintos t ipos de arbu stales, muchas veces dominados por el jume, con

    presencia de elementos ms tpicos de la ecorrcgin del Monte, tales como las j arilla s . En los

    suelos altos menos salinos aparece el bosque xerfilo caracter stico de la regin, inclu so con

    el quebracho colorado san t iagueo.

    La fauna del Chaco seco es muy diversa, aunque muchos de sus compon ent es han sufrido

    una fuerte reduccin en sus poblaciones, provocada por la intervenc in antrpi ca. Los princi-

    pales factores con los que el hombre ha amenazado y amenaza a la conservacin de la fauna

    de la regin son: la reduccin y la fragmentacin de h bitat , espec ialmente en las zonas aptas

    para l a agricultura , y la caza, pr in ci pa l mente de a lgunos mamferos mayores. Entre l os mam -

    feros que h abitan la regin, se destaca sin dudas el yagu arct, que presenta una situacin crti-

    ca. Tambin se encuentra el tat carreta, el mayor de los armadillos vivientes, muy persegu ido

    por el hombre. Tambi n hay tres espec ies de pecarcs o chanchos salvaje s: el labiado, el de co-

    llar y el quim ilero, de m ayor tamao y el n ico endm ico d e la regin .

    Argentina, j unto con Bolivia y Paraguay, formul el Programa de Acc in Subregion al del

    Gran Chaco Americano, PAS Chaco, como soporte de las futuras acciones de lucha contra la de-

    sert ificacin y de los mecanismos de art iculacin interin stitucional entre los pases. Este proyec-

    to sirvi de base para la consolidacin de las relaciones interinsti tu cion ales entre los pa ses in-

    volucrados y para la elaboracin del Documento Base del PAS Chaco Americano a partir del

    cual se establecieron los objetivos y acciones concretas para su cumpl imiento.

    Un a de las cuest iones a resolve r en esta rea es la preocupante situacin de los campes i-

    nos y los pueblos origina r ios, que presentan elevados nive les de pob reza. En muchos casos,

    los campesinos son antiguos puesteros de explotaciones forestales abandonadas que se asenta-

    ron en los obrajes y d esarrollan una economa fami l iar de subsistencia sobre la base de la cra

    de cabras y la produccin de carbn, lea , algodn o miel. Casi el 75% de las familias campe-

    sinas de San t iago del Estero son poseedoras vein teaa lcs de las tierras que habitan, pero en su

    mayor parte carecen de ttulos que les aseguren la propiedad formal. Por otra parte, la presin

    sobre estas t ierras que se viene produ ciendo en los ltimos aos por la expansin de la fronte-

    ra agropecuaria, puso de manifiesto un problema social ya existente junto con la fragilidad del

    medio. En general , la expansin ha excluido a los pequeos productores, por lo que se produ-

    ce la emigracin de poblacin rural a las ciudades. Esta situacin empeora la situacin de lasco-

    mu nidades campesinas que, adems, muchas veces pertenecen a pueblos originarios, como los

    tobas, los pilags, los chiriguanos y los wich is (Torrella, Admoli, 2006).

  • 600 ALBINA L. LARA

    Principales cuencas hidrogrficas Hidrologa superficial

    . En el NOA, de las principales cuencas hidrogrficas existentes, se destacan por su impor-

    tancia socio-econmi ca la cuenca cndorreica del Sal-Dulce, del Bcn11ejo y la alta cuenca del

    Juramento. En ambas cuen cas, la casi totalidad de los ros son util izados de forma intensiva

    para riego, consumo humano y generacin de energa elctrica e industrial.

    Cuenca del ro Sal-Dulce

    La cuenca endorrcica, sin derrame al mar, del Sal-Dulce tiene una zona de aportes bien di-

    ferenciada, constituida por afluentes que en su mayora bajan de las cumbres Calchaques y del

    Aconq uija, fluyendo hacia el ro Sal que es el colector principal, que con direccin norte-sur cons-

    titu ye el eje hi drogrfico de la cuenca. En su mayor pa rte se desarrolla en las provincias de

    Tucumn y Santiago del Estero. Su cuenca alta se desa rrolla a lo largo de 225 km, hasta el em-

    bal se de Ro Hondo. Desde all continuar escurriendo a lo largo de una extensa llanura , atra-

    vesand o diagon alment e a la provincia de Santiago del Estero dispersando sus aguas de crecidas

    entre aguas y bajos naturales, hasta su desembocadura en l a laguna de Mar Chiquita, provincia

    de Crdoba , determi nando el sector de cuenca inferior a travs de un recorri do de 454 km, y ya

    con el nombre de ro Dulce.

    El dique Cadillal (o Dr. Celestino Gelsi) se sita a 26 km al norte de la ciudad de San Miguel

    de Tucumn. Los tributario s de ro a l valle configura n una red compleja, porque al llegar al

    nivel de base se expanden sobre amplios lechos de inundacin y depositan gran cantidad de

    material slido, formand o verdaderas barras que modifican el rumbo de sus cursos inferiores,

    obligndolos a desviarse o unirse, corriendo -en ocasiones- para lelos a l curso principal antes de

    desaguar en este.

    El rgimen de escurrimi ento y alimenta cin de los ros de la cuenca del ro Sal-Dulce en

    tod a su extensin se caracteriza por ser estival con aportes que superan el 65% del tota l en la

    poca lluviosa comprendid a entre diciembre y abril del ao hidrolgico.

    En relacin con las crecidas, se observan crecidas importantes con efectos destructores so-

    bre todo en el curso medio del ro, frente a la ciudad de Sant iago del Estero y al sur de esta. Existen

    antecedentes de vieja data que han sido resumidos en distintas monografias del lng. M ichaud, don-

    de se hace referencia especialmente a las crecidas e inundaciones de la cuenca media y baja.

    El ro actualmente se encuentra parcialmente regulado , con diferentes fines de aprovecha-

    miento, solo en la cuenca superior, y utilizndose para ta l fin los embalses de El Cadilla l, Escaba,

    Angostura y R o Hondo. En el lt imo de los aprovecham ient os debe tenerse presen te que es

    un embalse que permite con su adecuado manejo acumul ar grandes volmenes de agua para

    satisfacer la demanda de riego hacia aguas abajo, no siendo el fin primordial la regulacin de

    crecidas.

    El embalse Ro Hondo se ubica en el lmite de las provincias de Tucumn y Santi ago del

    Estero, entr en ser vicio en 1968, siendo sus principales aprovechamientos los que se detallan

    a continuacin:

    Regulacin del sistema: a travs de un importante embalse de 1.155 hm3 de capacidad.

    Aprovechamiento hidroenergti co: con una central a pie de presa que permite el desarrollo

    de una potencia instalada de 15.200 kw.

    Riego de 118.888 has, lo que se concreta a partir de Los Quirogas.

    Pesca, turismo y recreacin.

  • EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ... 601

    El dique ele Los Quirogas, habi litado a partir de 1950, constituye actualmente el punto de par-

    tida del sistema de riego del ro Dulce, entrega agua en un rea de riego de ms de 60.000 has.

    La cuenca inferior del ro Dulce comprende los baados, que en la provincia de Santiago

    del Estero tienen la particularidad de ser de origen fluvial con baja participacin de lluvias di-

    rectas, por lo que al producirse en una regin semi r ida con marcado dficit hdrico modifi-

    can el balance y dan lu gar a la form ac in de ambientes hmedos, con caracterst icas ecolgi-

    cas diferenciales de acuerdo a las condiciones topogrficas del medio, la magnitud , intensidad,

    frecuencia y pennanencia de los derrames.

    La regin en general es afectada por un severo cuadro de deter i oro pa isajstico debido a

    l a erosin hdrica, tipos de suelos, remocin en masa, deforestacin , sa lini zacin, prdida de

    l as condicio nes fiscas del suelo tales como la permeabilidad y porosidad con las consecu en-

    tes degradaciones en el medio.

    Cuenca del ro Bermejo

    El ro Bermejo forma parte de Ja hoya hidrogrfica del Plata y es junto con el ro Pilcomayo

    el principal alucnte del ro Paraguay. Su cuenca se desarrolla en Bolivia y Argentina ocupan-

    do parte de las provincias de Formosa, Chaco, Salta y Jujuy.

    La descripcin que se presenta se basa en el Atlas digital de los Recursos Hdricos de la

    Argentina (SSRH, 2004) y en el PEA, Bermejo.

    El ro Bem1ejo se fomrn en la conluenca de Jos ros Condado y Bermejo Chico, de cuya

    unin resulta el alto Bermejo al unirse con el ro Grande de Tar ja , constituyendo ambos l a

    frontera internacional. Toma el nombre de Bermejo que conserva en todo su recorrido h acia el

    sudeste de aproximadamente 1.450 km hasta que vuelca sus aguas en el ro Paraguay. En el

    km 1.343 del ro Bermejo vuelca sus aguas el ro San Francisco, su pr i ncipa l tributario .

    El Berm ejo es sin duda el ro ms grande del NOA y el tercero en importancia en el pas,

    de acuerdo a los caudales medios anuales que vierte en su desembocadura. Las nacientes del

    ro Bem1ejo muestran inmensas cuencas de captacin ubicadas en la regin andin a del sur de

    Boli via y noroeste de Argentina , donde predomina un c lim a seco. Debido a ello, en este sec-

    tor, el principal problema es la gran cantidad de sed imentos que se aportan a los cauces de agua

    debido a la intensa meteorizacin, remocin en masa y erosin hdrica superficial , algo natu-

    ral tratndose de un relieve joven (terciario) con pendientes muy fuertes.

    La cuenca del ro Bermejo posee un rea alargada en sentid o NO-SE de 123.162 km', com-

    partida por Argent ina y Bolivia . Las provincia s argentinas que integran esta cuenca son Jujuy, Salta,

    Chaco y Formosa, adems del departamento boliviano de Tarija. Por sus caractersticas se dividi en

    alta cuenca o superior, que abarca Tarija (Bolivia) y parte de Salta, hasta la juma de San Francisco ,

    y baja cuenca o inferior, en territorio argentino, desde esta junta o Umbral del Chaco hasta el ro

    Paraguay. La cuenca superior comprende la subcucnca norte Tarija-Benncjo y la subcuenca sur

    San Francisco. La subcuenca none contiene a los ros Bermejo y Grande de Tarija que confluyen

    en la junta de San Antonio y son sus colectores principales, constituyendo ambos el lmite natural

    entre Argentina y Bolivia. En territorio salteo escurre como ro Bermejo. La subcuenca sur se ubi-

    ca en las provincias de Salta y Jujuy, siendo su colector principal el ro San Francisco.

    Como en la cuenca el rgimen hidrolgico es de control principalmente de origen pluvial,

    tanto el consumo humano como el uso de agua para actividades agrcola-ganaderas son depen-

    dientes, en especial los periodos de sequa, de las fluctuaciones n aturales de las lluvias esta-

    ciona les y la dispon ibilidad de la oferta hdrica del ro Bermejo, con "infraestructura hdri ca

    insuficiente", que no permite compensar o amortiguar las restricciones climticas. En la cuen-

    ca del ro Bermejo, la "estacionalidad marcada de las precipitaciones de este a oeste hasta su

    concen tracin en pocos meses del ao" provoca la '"escasez general de agua en los periodos

    secos". En la cuenca se produce una importante degradacin del suelo gracias a la erosin, po-

    tenciada por la torrcnci al idad de las precipitaciones, eliminacin de la cobertura vegeta l y una

    topograf a con importantes pendientes e inest abilidad geomorfolgica.

  • 602 ALBINA L. LARA

    Los fenmenos de sequas y crecidas son naturales tanto como las de heladas y graniza-

    das, estas ltimas ocasionan serios daos a la infraestructura rural y urbana: pueden destruir re-

    as de cultivo y prdidas ganaderas en l a zona rural y provocar serios perjuicios a la salud p-

    bl ica en general.

    La act ividad econmica es tpicamente agropecuaria y la produccin industrial se relacio-

    na principalmente con la produccin primaria. El principal uso que se le da al Bem1ejo es en

    la !:Ona rica al godonera al este, aunque gran parte de sus aguas se pierden en baados y este-

    ros o desaguando directamente en el Paraguay.

    En la zona de influencia del ro Bermejo se destacan los siguientes recursos naturales y eco-

    nmicos:

    Una valiosa zona de regado en la parte occidental , en la provincia de Jujuy y Sa lt a con im-

    portant es cultivos de caa de azcar.

    Una extensa zona ganadera a lo largo de todo el ro y a ambos costados, con ms de un mi-

    lln de cabezas vacunas y lanares.

    Una gran extensin de campos cubiertos de bosques naturales con vegetacin tropical salte-

    a tpica que va intensificando su densidad boscosa a medida que el cauce del Bermejo avan-

    za hacia su desembocadura.

    Una gran riqueza en los yacim ientos pretrogasfcros de Sal ta y mineros de Jujuy.

    Fuentes energtica s en las cadas de agua en la zona montaosa del oeste.

    Una extraordinaria zona algodonera y potencialmente agrcola y ganadera en la parte oriental.

    En 1982 se cre l a Comisin Regional de la Cuenca del ro Bermejo que nuclea a las pro-

    v incias integrantes de di cha cuenca con el fin de desarrollar proyectos conjuntos que mejo-

    ren la problemtica del ro y la de sus habitantes. Asimismo, en 1995 se cre, mediante un

    Tratado entre l a Repblica Argentina y la de Bolivia, la Comisin Binacional para el

    Desarrollo de la Alta Cuenca del ro Bermejo y el ro Grande de Tarija, con el fin de im-

    pulsar el desarrollo sostenible de la alta cuenca de los ros Bermejo y Grande de Tarija, op-

    timizando el aprovechamiento de los recursos naturales de l a zona y promov iendo l a ges-

    tin racional y equitativa de los recursos hdricos. Desde entonces dicha comisin ha trabajado

    con una visin ms amplia en distintos proyectos. Entre su s programas el ms abarcativo y

    de amplio impacto en la regin es el Programa Estratgico de Accin Bermejo (PEA), que

    se realiza con l a participacin del Fondo Mundial del Medio Amb iente (FMAM), el Programa

    de Naciones Un idas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organizacin de los Estados

    Americanos (OEA).

    El PEA tiene por objetivo promover el desarrollo sostenibl e de la cuenca binacional in-

    tcrjurisdiccional del ro Bcnnejo. Para ello busc a:

    Incorporar las preocupaciones ambientales en l as polticas, planes y programas de desarrollo

    de las distinta s jurisdiccion es.

    Instaurar una visin de cuenca y de manejo integrado de los recu rsos naturales.

    Dentro de dicho marco, se inscribe el Programa de Educacin Ambienta l para la Cuenca del

    ro Bermejo, que a partir del respeto de los va lores de las culturas involucradas y de valorizar

    el rol de educacin, de la escuela, del docente, y de su accin cotid iana para llegar a los nios

    y por ellos a su s familias y la comun idad toda; se propone contribui r en la tarea de crear espa-

    cios part icipat ivos dentro y a partir de las instituciones educati vas que pennitan imaginar nue-

    vos escenarios para las relaciones entre los individuos y el hbit at.

    Algunos problemas de la cuenca son:

    Susceptibilidad a la erosin: en la cu enca superi or del ro Bermejo, las prdidas estimadas

    de suelo oscil aran entre 20 y 175 tn/ha/ao para el suelo cubierto por la vegetacin natu-

  • EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ... 603

    ral, mientras que la erosin potencial para el suelo labrado desnudo se ha calculado que

    vara entre 390 y 2.000 tn/ha/ao.

    Escasez genera l de agua en los periodos secos, tanto para consumo humano como para uso

    agrcola y ganadero.

    Degradacin de la calidad del agua: l a contaminacin en la cuen ca de l ro Bermejo afecta

    tramos de los cursos de agua a partir del rea de influencia de las actividades rurales y se

    agudiza a su paso por los pueblos y ciudades importantes. Entre las causas directas se pue-

    den mencionar la afectacin de la calidad del agua por el transporte de sedimentos, la sa-

    linizacin del sucio, el vertido de aguas residuales crudas o scmitratadas de los centros

    poblados, la contaminaci n industrial en algunos puntos de la cuenca, la contam in acin por

    manejo inadecuado de la ganadera, el incumplimiento de las normas ambientales vigen -

    tes, la falta de normas ambientales, la infraestructura sanitaria insuficiente y la debilidad

    (principalmente financiera) de las instituciones responsables de la administracin de los sis-

    temas de dicha infraestructura, la inadecuada educacin sanitaria y concicntizac in de la

    comunidad y el deficiente sistema de infomrncin sobre la calidad de las aguas, entre otros.

    Destruccin de hbitats, prdida de biodive rsidad, y deterioro de los recursos biticos: las

    manifestaciones ms comunes de este problema son la interrupci n de corredores bio lgi-

    cos y de las rutas m igratorias, la fragmentacin del hbitat y mayor vulnerabilidad de las

    poblaciones silvestres, la reduccin del rea de distribucin y la prdida o incremento del

    riesgo de conservacin de las especies.

    Conflict os por inundaciones y otros desastres naturales: este problema es tambin u n nuevo

    factor promotor de migraciones.

    Dete rioro de las condiciones de vida de la poblacin y prdida de recursos culturales: en-

    tre las causas directas que se pueden mencionar tenemos el desempleo y subcmplco es-

    tacional, los insuficientes nive l es de ingresos, el acceso restringido a bienes y servic ios,

    como v ivienda, saneamiento, salud y educacin para la poblac in ms pobre ; la insufi-

    ciente infraestructura de apoyo a la producci n (riego, caminos, el ectricidad , etctera)

    y provisi n de agua potable; el manejo no sustentable de los recursos naturales deterio-

    rando la base productiva e incrementando los costos de produccin, disminuyendo la ren-

    tabil i dad de los agrosistemas y acentuando el deterioro de las condiciones de vida de la

    poblacin.

    Alta cuenca del ro Juramento

    La parte alta de la cuenca del ro Juramento abarca 32.885,35 k1112 y se desarrolla en el no-

    roeste de la provincia de Salta, noreste de Catamarca, noroeste de Tucumn y una porcin me-

    nor del sur de Jujuy. El ro Juramento comprende junto con el Salado un importante sistema

    fluvial que presenta una longitud de 1.500 km. En sus nacientes el ro Juramento recibe el ma-

    yor porcentaje de aportes en lo que hace al total de la cuenca Juramento-Salado. Estos son im-

    prescindibles para la vida de buena parte de la poblacin saltea, incluyendo la capita l , emple-

    ndose las aguas para consumo y riego (CFl, 1962) (http://hid ricos.obraspubl icas.gov.ar).

    Perspectiva poblacional-social:

    Introduccin

    De acuerdo con el gegrafo Alfredo Bolsi (2004), la poblacin del Noroeste Argentino pue-

    de definirse por su transicin demogrfica inconclusa, por la tasa de mortalidad infantil toda-

    va elevada y por el tardo y desequilibrado proceso de urbanizacin. Tambin existen reas don-

    de existen vacos poblacionales relacionados con la pobreza y la expulsin de poblacin. La

    muerte de nios por desnutricin pas a ser una realidad.

  • 604 ALBINA L. LARA

    La regin se encuentra, enton ces, en una etapa de transicin demogrfica rezagada en re-

    lacin con el promedio del pas. Todava es importante la proporcin de poblacin infantil, por

    encima de la media del pas; aunque tambin se observa una tendencia marcada al envejecimien-

    to de la poblacin, especialmente en provinc ias como Catamarca, Santiago del Estero y Tucumn.

    La cobertura de salud es una cuestin preocupante en la regin, donde el 60% de la po-

    blacin infantil , O a 14 aos, no tiene cobertura. Existe una mayor proporcin de la poblacin

    qu solo tien e asistencia de salud a travs del sector pblico , lo que sugiere la necesidad de

    fortalecer al sector pblico de la salud, para preservar y mantener los logros de las ltimas d-

    cadas en la esperanza de vida de la poblacin. Este deterioro de la cobertura de salud se rela-

    ciona con el aumento del desempleo y la generalizacin del trabajo informal, lo que ha dado

    lugar al detrimento de la atencin de la salud de la poblacin (Ccvallos y Jarma, 2004).

    Dinmica demogrfica

    A comienzos del siglo XlX, el Noroeste argentino era un a de las regiones ms poblad as

    del pas. A partir de la mit ad de dicho siglo comenz a declinar como consecuencia del impor-

    tante lujo de migrantes de ultramar que llegaron al pas y se asentaron bsicamente en la re-

    gin pampeana y el litoral del pas. Entonces, desde fines del siglo XIX hasta la dcada del se-

    tenta, la poblacin de la regin creci a tasas menores que el resto del pas. De tal manera , la

    participacin relativa de su pob l acin con respecto al total nacional pas del 15,7% en 1895

    al 9,6% en 1970, como se puede ver en la siguiente tabla .

    Esto se produjo por dos razones:

    Las otras regiones se hallaban en la etapa de transicin demogrfica, por lo que sus tasas de

    crecimiento natural estaban por debajo de las de la regin del Noroeste.

    Dentro de la regin, la fecundidad era toda va elevada y la mortalidad comenz a descender.

    Asimismo, la emigracin fue descendiendo (tradicionalmente la regin era expulsora de po-

    blacin) hasta llegar a tener un saldo migratorio con valores cercanos a cero en la dcada de 1990.

    TABLAN 1: POBLACIN Y CRECIMIBNTO 1895-2001. ARGENTINA - NOA

    Ao Argentina

    TCMAI#

    NOA

    Poblacin

    % de poblacin del NOA

    con respecto al pas

    NOA

    TCMAI#

    1895 - 635.133 15,7 - 1914 35,9 915.047 11,6 19,4

    1947 21,4 1.677.583 10,6 18,5

    1960 17,9 2.073.022 10,4 16,4

    1970 15,6 2.245.943 9,6 8,0

    1980 18,1 2.848.170 10,2 24,0

    1991 14,1 3.456.809 10,6 17,8

    2001 10,5 4.167.578 11,5 18,9

    Fuente: Ol'tiz de D'Arterio y Paolasso, 2003.

    #TCMAI: Tasa de Crecimiento Total Medio Anual Intercensal.

    En Argentina , hay tres tipos de reas con relac in al crecimien to total de la pobla cin: a) l as

    que capt an o atraen poblacin; b) l as de crecimiento equilibrado, y c) las que pierden pobl a-

    cin. En las primeras, el aumento se da principa lmente por los flujos de poblacin desde otras

    jurisdicciones (del campo a l a ciud ad, de una ciudad menor a ot ra ma yor, etct era) y son las

    que tienen un crecimiento superior al promedio nacional. Las reas de crecimiento equilibra-

    do son las que aumentan por debajo del promedio nacional y esos incrementos se han produ-

    cido fundamentalmente por el crec imiento vegeta ti vo. Las provincias del NOA se encuentran

    entre las juri sd icciones que ganan pob lacin.

    Como puede verse en el cuadro anterior, el porcentaje de poblacin de NOA con respecto al

    total nacional y la tasa de crecimiento de la poblacin son similares a las que tena la regin en 19 14.

  • Provincia 1980-9 1 TC TCTMAI TCNMAI

    TCTMAI -TC Cata.marca 21,77 18,13 3,64 23 Jujuy 20,17 23,48 -3,31 1

    Salta 24,17 25,95 -1,78 21

    Santiago del E. 11,06 20,20 -9,14 1

    Tucumn 14,56 18,64 -4,07 1

    NO A 17,55 18,95 -1,40 18

    EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRAFICA ... 605

    Sin embargo, "el hecho sin lugar a dudas sobresaliente ha sido la reversin del patrn emigratorio

    caracterstico a lo largo del siglo XX" (Ortz de D'Arterio y Pablo Cristian Paolasso , 2003). EntTc

    1980 y 2001 se ha producido un descenso de las tasas de creci miento natural de la mayor parte de

    los depa rtam entos de las prov incias que componen el NOA, excepto de aquellos que forman par-

    le de a lgun a aglomeracin urbana importante (Ver tabla N 2). Por ello, fu e el crecim iento migra-

    torio el que influy significativamente en el crecimiento de la poblacin.

    TABLA N 2: CRECIMIENTO DE LA POBLACIN POR PROVINCIAS: TOTAL, NATURAL Y

    MIGRATORIO. 1980-2001

    MMAI

    NMAI

    1991-2001

    TCMMAI

    ,22 19,86 3,37

    7,65 19,73 -2,09

    ,92 20,14 1,79

    8,18

    5,70

    19,80 -1,62

    17,33 -1,64

    Fuen te: Ortiz de D'Arterio y Paolasso, 2003.

    TCTMAI : Tasa de crecimiento total medio anual intercensal en %o

    TCNMAI:Tasa de crecimiento natural medio anual intercensal en %o

    TCMMAI: Tasa de crecimiento migratorio medio anual intercensal en %o

    Crecimiento poblacional por departamentos

    ,64 19,08 0,43

    Los aut ores citados, Ortiz de D'Arterio y Pablo Cristian Paolasso (2003), han elaborado, de

    acuerdo con el comportamiento de la tasa de crecimiento tot a l y de sus componen tes, cinco

    modelos de crecimiento para el Noroeste Argent i no comparando los periodos 1980-1991 y 1991-

    200 l. Dichos modelos de crecimien to son:

    1. reas con crecimiento alto y sostenido: este modelo se divide, a su vez en dos grupos:

    - Aq uellos con un crecim i ento constant emente alto (Bclgra no, El Carmen y Su squ es en

    Jujuy, Capital, Sant a Mara y Valle Viejo en Catamarca; Capital y General San Ma rtn en Salta

    y Taf Viejo y Yerba Buena en Tucumn). Estos corresponden a las aglomerac iones urba nas, que

    presentan tasas de migracin positi vas en el periodo 1991-200l.

    - Los que pasaron de un crecimiento mod erado a alto (Fray Mamerto Esqu i, La Paz y

    Pomn en Catamarca; Cafayate, Cerrillos, Rivadavia y Rosario de Lerma en Salta; Bcl grano

    en Santiago del Estero y Lulcs en Tucumn).

    2. reas con crecimiento en ascenso:

    - Aquellos departamentos con un crecimiento pujan te y vert iginoso que entre 1980-9 1 tu -

    v ieron tasas de crecimiento tota l bajas o inclusive negativas y que en tre 1991-2001 alcanza-

    ron tasas con valores superiores a 23%0 (San Antonio en Jujuy;Ambato y Antofagasta de la Sierra

    en Catamarca; Anta y La Caldera en Salta; Alberdi , Copo, Moreno y General Taboada en

    Santiago del Estero y Tran cas en Tucumn).

    - Depar tamentos con ritmo de recuperacin poblacional moderada, es decir que entre

    1980-199 1 y 1991-2001 cambian de un crecim iento negativo a bajo; bajo a mod erado o

    negati vo a moderado: Santa Brbara , Tumbaya y Va lle Grande en Jujuy; Ancast i , E l Alto,

    Pacln y Tinogasta en Catamarca; Aguirre, Juan Felipe !barra, Figueroa, Loreto, Pellegrini,

    Quebrachos y Salavina en Santiago del Estero; Cachi, Chicoana, Guachipas y La Poma en

    Salta y Chicligasta y Fama ill en Tucumn.

  • 606 ALBINA L. LARA

    ,

    3. reas con crecimiento en retroceso: caracterizadas por disminuir sus tasas de crecimien-

    t o tota l , con un a gran variedad de situaciones. Por ejemplo, entre los departamentos que dis-

    minu yen el ritm o de crecimiento pero que mantienen tasas posi t ivas se encuentran Cochinoca,

    lruya y Ya vi en Jujuy; La Candelaria, Los Andes, Rosario de la Frontera , Orn y Santa Victoria

    en Salta; Banda en Sant iago del Estero y Juan Bautista Alberdi, San Miguel de Tucumn y Taf

    del Valle en Tucumn, mientras que los departamentos involucrados en un pasaje de tasas po-

    sili as a negativas -Hum ahuaca y Santa Catalina- se encuentran exclusi vamente en la provin -

    cia de Jujuy.

    4. reas con creci miento estacionario : dentro de este modelo, la situacin ms comn es-

    t representada por aquellos departamentos que mantuvieron un crecimiento estacion ario, ya sea

    moderad o (Ti lcara en Jujuy; Andalgal, Beln, Capayn y Santa Rosa en Catamarca; General

    Gemes en Salta; Capital y Robles en Santiago del Estero y Cruz Alta y La Cocha en Tucumn)

    o, principalmente, bajo (Ledesma y San Pedro en Jujuy; La Via, Metn, Molinos y San Carlos

    en Salta; Atam isqui, Avellaneda, Choya, Gusayn,Jimnez, Ojo de Agua, Ro Hondo, Rivadavia ,

    Sarmiento y Si lipica en Santiago del Estero y la mayora de los departamentos tucumanos:

    Burruyacu, Graneros, Lea les, Monteros y Ro Chico).

    5. reas con crecimiento negat ivo constante: incluye aquellos departam entos que en ambos

    per iodos registraron tasas negati vas de crecimiento total, con una fuerte incidencia del com-

    pon ent e emigratorio. Es el que incluye un a m enor cantidad de depar tamentos: Simoca en

    Tucumn; Mi tre en Santiago del Estero y Rinconada en Jujuy.

    Densidad de poblacin

    La densidad demogrfica de la poblacin permite anal izar su distribucin. La densidad de

    poblac i n media de la Argentina en 2001 fue de 13 hab/km2 Es interesante resaltar que desde

    1947 ese va lor se ha cu adrupl icado. Se consideran densidades altas a las que superan los l 00 ha-

    bitantes por km2 que corresponden, en general, a las reas urbanizadas. Se consideran densi -

    dades medi as entre 5 y 99,9 habitantes por km 2; en estas zonas se desarrollan activ idades agr-

    colas con carcter pem1anente , por ejemplo, en los val les centrales del Noroeste y densidades

    bajas a las que poseen menos de 5 habitantes por km1 en ambientes dificiles.

    TABLA N 3: DENSIDAD MEDIA DE POBLACIN POR PROVINCIA

    Provincia Densidad media de poblacin en hab/km

    Salta

    Jujuy

    Tucumn

    Santiago del Estero

    Catamarca

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos del Censo 2001.

    6,94

    11,50

    59,42

    5,90

    3,26

    Como se puede ver en la tabla anterior, todas las provincias del NOA tienen densidad me-

    dia, excepto Catamarca que presenta densidad baja menor a 5 habi tantes por km2 A continua-

    cin se analiza especialmente el caso de la provincia de Tucumn, que es la provinc i a con ma-

    yor densidad de poblaci n de todo el pas, sin con siderar a la Ciudad de Buenos Aires ni los

    parti dos qu e conform an la aglomerac in del Gran Buenos Aires.

    Asimismo, casi el 80% de la poblacin de la provinc ia de Tucumn en el ao 2001 era ur-

    ba na y el resto era ru ra l , con un porcen taje de casi el 85% de esa pobl acin rural , l ocalizada

    en form a dispersa en el territor io. La alta densidad relati va de ocupacin del territorio fue una

    caracterst ica histri ca de Tucumn y se identifica notablemente con la expansi n de la indus-

    tria azucarera a partir de 1876. La poblacin de la provincia en 1869 es de 108.953 hab., se

    dupli ca para 1895 con sus 2 15.742 hab. y se tripli ca para 1914 llegand o a 332.933 habitantes.

  • EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ... 607

    Con las sucesivas crisis de la industria azucarera se fue acentuando la tendencia a la concen-

    tracin de la poblac in en la ciudad de San Miguel de Tucumn y localidades cercanas, fenme-

    no ya notable en 1947 cuando el 33% de la poblacin provincia l resida en la capital. Este pro-

    ceso de concentracin ha seguido hasta el presente y en 1991 el 54% de la poblacin resida

    en San Miguel de Tucumn. Es as como grandes sectores de campesinos sin tierra , que de-

    pendan econmicamente de la actividad azucarera, se vieron obl igados a trasladarse a la ciudad

    en busca de trabajo, y se insta laron en zonas suburbanas.

    La poblacin est distribuida en el territorio provincial de manera h eterognea, ya que

    el 92% de esta se concentra en 5.000 km 2 de la llanura central y princ ipalmente a lo largo

    de un eje urbanizado de 100 km de longitud dond e se encuentran las seis principa les ciu-

    dades del interior, cuyas poblaciones varan entre 14.000 y 38.000 habitantes, que culm i-

    na en San Miguel de Tucumn con 527.637 hab., que con su rea metropolitana llega apro-

    ximadamente a 700.000 hab.

    Los departamentos de Capital (42%) y Cruz Alta (12%) concentran ms de la mitad de la

    poblacin. Alrededor de los ingenios, que eran la principal fuente de trabajo, se formaron co-

    lonias, villas y c iudades. Al cerrarse aquellos, se produjo una gran migracin de pob ladores

    hacia los centros urbanos ms importantes en busca de trabajo. As se formaron los barrios pe-

    rifricos y marginales del Gran San Miguel de Tucumn.

    La poblacin se encuentra concentrada en l a llanura central frti l , donde se concent ra lama-

    yor parle de la poblacin de la provincia, especialmente a lo largo de las rutas 38 y 301. Por

    otra parte, se pueden observar zonas despobladas, como el rea de Taf del Va lle, o muy poco

    pobladas, como en Burruyac u , Espritu Santo (Ranch ill os), San Joaqun (Trancas), donde la

    poblacin se localiza en los oasis fluviales o en reas de la llanura frtil, que les pcnnite dedi-

    carse a las actividades productivas.

    San Miguel de Tucumn siempre mantuvo su supremaca como centro de intercambio co-

    mercial y concentracin de autoridades administra ti vas; pero el crecimiento de pueblos cerca-

    nos que luego se converti ran en ciudades (Banda del ro Sal, Yerba Buena, A lderctes, Las

    Tal itas, Lules, Taf Viejo) fonnan parte del Gran San Miguel de Tucumn, que abarca cinco

    municipios y varias comunas. Su poblacin en 2001 era de casi 750.000 habitantes.

    E l Gran San Miguel de Tucumn se fue configurando desde 1970; aunque recin en la d-

    cada del noventa se produjo la ocupacin real de su superficie. El proceso de urbanizacin de

    San Miguel de Tucumn, que se vena dando de modo gradual desde 1940, sufri una acelera-

    cin, cuyas etapas pueden resum irse de la siguien te manera:

    Loteo por subdivisin de terrenos de gran extensin en reas contiguas a la planta urbana , sin

    redes de infraestructura bsica, debido a la ausencia de un cdigo que regule tales lotcos.

    Adquisicin individual, por compra o por invasin, de una fraccin de terreno.

    Autoconstrucc in de l a vivienda .

    Lento proceso de incorporacin a la red de servicios bsicos .

    Incorporacin a la est ructura urbana por consolidacin de los barrios.

    La disminucin del poder adquisitivo de grandes grupos sociales, la incapacidad operati-

    va de las gestiones municipales, la pol tica empresarial de las grandes constructoras e inmobi-

    liarias, las nuevas polticas de crditos hipotecarios, as como el crecimiento vegetativo di fe-

    rencial de la poblacin urbana se pueden sealar como causas fundamentales de tal mod ificacin.

    Por lo cual, entre 1990 y 1998, se produjo una gran expansin de la construccin en el Gran

    San Miguel de Tucumn que afect fundamentalmente a los municipios del conurba no. Tal ex-

    pansin est destinada fndamentalmcnte al uso residencial intensivo, y se est acentuando el

    proceso de segregacin social residenc ial.

    A continuacin , se analiza tambin con mayor detalle el caso de la provincia de Catamarca,

    por tratarse de la que tiene menor densidad poblacional. Analizaremos con mayor detalle la s i-

    tuacin en la provincia de Catamarca, donde la poblacin de la provincia se encu entra actual-

  • 608 ALB INA L. LARA

    mente en un fuerte pro ceso de expansin , con un increm ento del 61, l % entre Jos censos de 1980-

    2001, mientras que el pas en promedio creci el 3 1%. Los crecimientos pob lacionales entre

    los censos 1980-1991 y 1991-2001 son de similares magnitudes, pero se diferen cian fuerte-

    mente si uno observa la evolucin poblaciona l en los departamentos.

    La prov incia se puede divid ir en tres zona s: Este, Centro y Oeste, (separadas por las ca-

    denas montao sas del Ancasti y de Amba to).

    Una de las reas con mayor crecimiento es la aglomeracin urbana del Gran Catama rca, que

    abarca l os departament os Capital, Va lle Viejo y Fray Mamerto Esqu i. La partic ipacin del Gran

    Catamarca en la poblaci n provincial asciende de 47 ,1% en 1980 al 52,5% en 2001. Med ido

    en trmin os de poblacin urban a y rural, la pobl acin rural desciende su participac in relativa

    del 30,2% (1991) al 26% (2001). No obstante, la pob lacin rura l en Catamarca todav a resu lta

    de un a magnitud importante, especialmente si la comparamos con la nacional ( l l % al 200 l ).

    La pirmide poblacional provincia l asume la fonna triangular, con un descenso leve entre la

    base y el vrtice, por l o que no seala una fuerte emi gracin hacia otras localidades en la edad la-

    boral. Pero si observamos la correspondiente a la poblaci n rura l, vemos que esta conserva las ca-

    ractersticas sealadas anteri om1ente, pero con una fuerte reduccin de la poblacin comprendida

    entre los 25 aos y los 54 aos de edad. Luego comienza a incrementar su participacin relativa

    con respecto a la poblacin tota l. Esto implica un a menor disponibilidad de mano de obra local, aun-

    que se puede relativiza r en funcin de la cercan a a centros urbanos y a l a presencia de mano de obra

    transit oria proveniente de prov inci as vecinas. Otro fenmeno destacable es el alto ndice de mas-

    culinidad en la poblacin rural, l o que indicara que las mujeres resultaran, aparentemente, ms pro-

    pensas a emigrar a los centros urbanos de mayor j erarq u a en l a edad producti va.

    Una situacin distintiva es la de la Punajujea, segn un estudio realizado por Alfredo Bolsi

    (2005). Dicho trabaj o muestra qu e la "ruralia" de la Puna jujea, que es el sector ms tradicio-

    nal de Jujuy, tena en 2001 casi 600 habitantes menos que una dcada atrs, segn se puede

    ver en la siguiente tabla.

    TABLAN 4: EVOLUCIN DE LA POBLACIN EN LA PUNA JUJEA. 1991-2001

    Pob. 1991 Pob.2001 CMA/1000 La Quiaca 11.499 13.761 17,9%

    Abra Pampa 5.398 7.496 32,5%

    Susques 1.093 1.146 4,7%

    Poblac. Urbana 17.990 22.403 21,8%

    Rural 17.500 16.934 -3,3%

    Tutal Puna 35.490 39.337 10,3%

    % urbana

    Prov. de Jujuy

    50,7% 57,0% 17,7%

    Fuen te: Bolsi, (2005) en base a Censos Nacionales de Poblacin 1991 y 2001.

    El rea pu ede percibirse como un territorio vaco y dbilmente estructu rado, donde una

    sociedad pobre ocupa un medio dificil en el que se ha acentuado la desertificacin. El estud io

    constat que el sector productivo agrario es tradicional, que realiza transfonnac i ones en forma

    mu y l enta . La pob lacin presenta elevados ni veles de crecimi ento natura l por su elevada t asa

    de fecundidad. Sin embargo, l a pob lacin no crece deb ido a la fuerte tendencia a l a emigra -

    cin , explicada tanto por el tradicionalismo, que no fue mod ificado po r las in vers iones en mi-

    nera como por la m arginali dad , evidenciada po r ndice de sobremorta li dad in fantil y la alla pro-

    porcin de poblacin sin educac in (Bolsi, 2005).

    Cuestiones sociodemogrficas

    A continuacin, se analiza la estructura por edades, ind icadores de salud, de empleo y de

    calidad de vida.

  • 609 EL NOROESTE COMO PORCIN GEOGRFICA ...

    Estructura por edades

    La composicin por edad es un atributo fundamenta l de la poblacin, que tiene inluencia

    sobre sus caractersticas y comportamiento. Se ha elegido estudiar la representatividad de al-

    gunos grupos etarios con relacin al total de los habitantes, nonnalmentc expresado en por-

    centajes para facilitar la comparacin entre distintas unidades de rea o diferentes momentos

    de la evo luci n de una poblacin. El anlisis de la distribucin espacial de la poblacin por

    estructura de edades permite afirmar que este fenmeno presenta situaciones diferenciadas en el

    territorio, tanto en distritos que pierden como en los que ganan poblacin.

    Tambin la estructura por edades es importan te para definir la poblacin econmicamente

    activa, PEA, personas entre 15 y 64 aos. La PEA es la poblacin que se incorpora a la eco-

    nom a de un pas para producir bienes o prestar servicios. El lNDEC la define como aquella

    integrada por las personas que.tienen una ocupacin, o que sin tenerla, la estn buscando acti-

    vamente y est compuesta por la poblacin ocupada y la poblacin desocupada.

    En la tabla N S se observa.la estructura de la poblacin para 2001 por grandes grupos de

    edad para el NOA.

    TABLAN 5: DISTRIBUCIN DE POBLACIN POR GRANDES GRUPOS DE EDADES. 2001

    Unidad Geogrfica 0-14 aos 15 -64 65 y ms

    Argentina 28,3 61,9 9,9

    NOA 34,1 59,1 6,7

    Catamarca 33,9 58,9 7,2

    Jujuy 34,6 59,5 5,9

    Salta 35,9 58,l 6,0

    Santiago del Estero 35,7 57,3 7,1

    Tucumn 31,8 60,7 7,5

    Fuei1t.e: Censo de Poblacin y Vivienda, 2001.

    En la regin, todava existe un porcentaje alto (que supera el 30%) de poblacin entre O y

    14 aos (pasivo transitorio). En cambio, el porcentaje de poblacin de 65 y ms (pasivo defi-

    nitivo) es menor que la m edia nacional , y la provinc ia de Jujuy es la que tiene el porcentaje

    ms elevado.

    En relacin con la tasa de crecimiento intercensal, 1991 y 2001, por grandes grupos de

    edades, en el NOA, la provincia de Jujuy es la de menor tasa de crecimiento intercen sal en el

    grupo de O a 14 aos y es la que presenta una mayor tasa en el grupo de 65 aos y ms. La po-

    blacin no activa, especialmente la transitoria (0-14 aos), es la de mayor vuln erabilidad por

    cuanto no se puede hacer cargo de su propio sostn.

    La relacin entre el grupo de nios y el grupo de ancianos, definida como el cociente en-

    tre la poblacin de O a 14 aos en relacin a la poblacin de 65 aos y ms indica el nmero

    de nios por cada anciano.

    La relacin entre adultos y ancianos, definida corno el cociente entre la poblacin de 15

    a 64 y l a poblacin de 65 aos y ms indica la cant idad de personas en edad de trabajar y de

    aportar al sistema previsional por cada persona de 65 aos y ms . Se considera que es un in-

    dicador terico ya que no todas las personas en ese grupo trabajan , ni todos los que trabajan

    aportan al sistema previsional , ni tampoco todas las personas de 65 aos y ms estn jubila-

    das. No obstante, muestra el nmero de personas potencialmente activas que sostiene a una

    persona potencialmente pasiva. Para el ao 2001, el promedio de provincias del NOA pre-

    senta 69,2 personas dependientes por cada 100 personas activas, cuando en la Argentina la re-

    lacin es de 61,7. La provincia que presenta el mayor nmero de perso n as dependientes por

    personas potencialmente activas es Santiago de Estero, con 74,6; mientras que la que pre-

    senta el nmero menor es Tucum n, con 64,7. La relacin de personas de 65 y ms con res-

    pecto a las de 15 a 64 oscila entre 1O y 12 personas de 65 aos y ms por cada 100 perso-

    na s de 15 a 64 aos.

  • 610 ALBINA L. LARA

    En la relacin nios-anci anos, en el promedio de Argentina la relacin es de 2,9 nios

    por cada anc iano y en el NOA se encuentra entre 4 y 6 nios por cada anciano. En la rela-

    cin adultos-anc ianos, las provincias del NOA presentan valores de aproximadamente 9 adul-

    tos por an ciano.

    A continuacin, se ahonda