el navegante (ecen)

123

Upload: rafael-mora

Post on 10-Dec-2015

178 views

Category:

Documents


11 download

DESCRIPTION

legado perdido de la saga de pitacus lore

TRANSCRIPT

Page 1: El Navegante (ECEN)
Page 2: El Navegante (ECEN)

Archivo Perdido #11:

El Navegante Pittacus Lore

Page 3: El Navegante (ECEN)

TRADUCCIÓN POR:

ELLOS CAMINAN ENTRE NOSOTROS.

https://www.facebook.com/ecenmexico

Page 4: El Navegante (ECEN)

Capítulo Uno.

Soy despertada por dos fuertes explosiones que reverberan a

través del suelo de mi apartamento Hay disparos en algún

lugar fuera en la calle. Un solo pensamiento se dispara en mi

cabeza. Ellos están aquí.

Mis instintos de supervivencia toman el control. Salgo de la

cama y empiezo a aventar cualquier maldita cosa fuera de mi

vista, escondiendo tabletas de información y dispositivos de

almacenamiento electrónico llenos con archivos robados en

cajones y compartimentos secretos que he construido dentro

de mis muebles. Mi corazón late con fuerza, pero me muevo

tranquila, metódicamente, zonificada en mi tarea. Siempre he

trabajado mejor bajo presión. Es una habilidad que viene

incluida cuando haces lo que yo hago.

Estoy inclinada sobre mi computadora principal cuando

unas pocas notas de una guitarra o sintetizador se filtran

desde fuera, seguidas por el sonido de una multitud animada.

Es entonces que mi cerebro empieza tontamente a entender

qué es lo que está pasando. Me detengo para hacer acopio de

la situación, mis dedos flotando sobre el teclado, listos para

enviar un duro archivo lleno de incriminatorios registros de

datos. Nadie sigue golpeando o tocando. No hay ningún oficial

del Concilio de Defensa de Lorien atravesando mi puerta. Solo

es música y los sonidos de gente… ¿riendo?

Page 5: El Navegante (ECEN)

Es entonces que recuerdo es el día de la celebración del

Cuarto de Luna.

La melodiosa música se detiene. Me detengo y escucho por

unos pocos segundos antes de cerrar mis dedos en un puño y

moverme hacia una de las ventanas cercanas al techo de mi

apartamento. Me subo a una silla y muevo una cortina solo un

poco para poder ver hacia afuera. Al otro lado de la calle, Eilon

Park está lleno de personas, su ubicación en las afueras de la

ciudad lo hacen el perfecto lugar para los que viven en áreas

rurales para congregarse en celebración. Un caleidoscopio de

luces brilla sobre la multitud danzante, pintándolos en colores

neón. En algún lugar se debió montar un escenario.

Hay dos estallidos más potentes que una vez más sacuden

mi apartamento —Un tambor, me doy cuenta esta vez — antes

de que la banda irrumpiera con algunas canciones de synth

pesado para el deleite de todo el mundo en el parque.

Una parte de mí se siente estúpida por estar asustada por un

tambor, pero sobre todo estoy enojada. No porque mi sueño se

truncó —está oscureciendo afuera, lo que significa que es hora

de despertar, de todos modos— pero porque este tipo de

celebración otorgada por el gobierno sancionador es sólo una

de las muchas maneras en que los Ancianos mantienen a las

masas Lorics apaciguadas. Ellos ponen en todas las noches de

fiesta rectos y altos monumentos llamativos y aparatos

luminosos que llaman Heraldos, y se supone que debemos

agradecerles —reconocer estos eventos como señales que todo

está bien en Lorien. Todo es perfecto.

Pero no lo es.

Page 6: El Navegante (ECEN)

Mi pie da un paso atrás hacia el suelo frio. Mi corazón sigue

palpitando en mi pecho, y trato de bajar la velocidad al

respirar profundamente y estirar mis extremidades. Las

puntas de mis dedos se arrastran a través del techo mientras

me estiro. En las calles de Ciudad Capital —en las raras

ocasiones en que estoy en público durante el día— soy más

alta que la mayor parte de la población, especialmente otras

mujeres. A pesar de mi altura rara vez me siento

claustrofóbica en mi apartamento, que es solo una gran

habitación. Si algún momento se siente muy apretado, yo solo

podría limpiar un poco, ya que la mayoría de las superficies

están abarrotados con libros y cosas electrónicas en varios

estados de reparación o modificación.

Me deslizo dentro de unos pantalones negros y una camiseta

antes de regresar a mi computador principal. Mi adrenalina

todavía está bombeando. Lo mejor es poner toda esta energía

en uso.

—Habla conmigo, —digo, iniciando sesión en mi terminal—.

¿Qué hoy tienes para Lexa?

Abro uno de los programas de recolección de datos que he

diseñado y encuentro un tesoro de mensajes interceptados,

alertas e inteligencia digital. El tipo más útil de moneda:

Información.

Hace unas semanas la Red, quien controla y monitorea

básicamente todas las comunicaciones y las funciones

municipales de Ciudad Capital, comenzó a funcionar mal en

varios lugares de mi barrio. Por lo general la Red es imposible

Page 7: El Navegante (ECEN)

de hackear —incluso para alguien tan experto como yo— pero

cuando mis propios escáneres me habían alertado sobre el

tema, vi una oportunidad. Una oportunidad para mí de

recoger las comunicaciones confidenciales —para mostrar al

pueblo de Lorien que hay focos de corrupción en nuestro

gobierno y secretos que los Ancianos y los funcionarios de alto

rango guardan de nosotros. Tuve la oportunidad de llegar a

una de las estaciones de trabajo de la Red antes de que los

lacayos municipales se decidieran a arreglarlo. Hice el trabajo

por ellos —añadiendo un poco de mi propio Hardware al

sistema. Desde entonces, la Red impenetrable ha sido mía

para examinarla.

Y he estado almacenando todo tipo de datos.

Esto se supone tiene que ser algo grande, feliz utopía. Al

menos eso es lo que los Ancianos —y por lo tanto todos los que

compren a ellos todopoderosos y todo-conocimiento— quieren

que pensemos. Para que Lorien sea perfecto, todos tenemos

que cumplir con ciertas reglas. Caemos en categorías, que nos

hacen más fáciles de clasificar y controlar. Garde y Cêpan. Si

tienes Legados, eres un soldado. Si no los tienes, eres un

Mentor o un municipal o burócrata. Les dicen que tienen que

seguir ciertas reglas, y si no lo hacen —o si también cuestionan

el sistema vocalmente, el resto de los Lorics no saben qué

hacer contigo. Si tú no estás trabajando en un papel que se

espera, eres defectuoso. Eres diferente, que no es una cosa

buena. Es lo mismo que estar trabajando activamente contra

el resto del planeta.

Por supuesto, eso es exactamente lo que estoy haciendo. No

por el bien de la anarquía sino que el bien de la libertad. Lo

que muchos no saben —o no quieren creer— es que hay

Page 8: El Navegante (ECEN)

algunos de nosotros que no están de acuerdo en cómo las

cosas funcionan. Nos hemos dado cuenta que, si bien esto

puede parecer un modelo de sociedad, el costo es nuestro libre

albedrío.

Algunos de nosotros hemos perdido demasiado a Lorien. He

perdido demasiado. Y quiero ver el cambio. Necesitamos una

reforma. Necesitamos revolución.

Los sonidos de la celebración en la calle son tan fuertes que

mi apartamento se ha convertido en una caja de resonancia de

gritos y música electrónica. Trato de concentrarme cómo

puedo ordenar a través de los diversos comunicados que mis

programas han interceptado durante todo el día. Mayormente

son inofensivas —pedidos de los trabajadores municipales,

notas de las escuelas sobre los estudiantes ausentes,

estadísticas de tráfico. Lo que me interesa son los archivos

cifrados. Esos son en los que se consiguen personales. Se

puede decir mucho sobre la gente en base a las palabras que

no quieren que tú leas. Me he encontrado con un montón de

datos interesantes —engaños a los cónyuges, estafó a socios de

negocios, profesores menos que escrupulosos en la Academia

de Defensa de Lorien. Hay muchas personas que me pagarían

bien por la información. O para evitar hacerlo público. Yo lo sé

porque, en tiempos de desesperación, la información me ha

mantenido alimentada y ha pagado el alquiler. Lo que estoy

realmente esperando por ahora, ansiosamente, es algo que va

a exponer la corrupción en el Consejo de Defensa de Lorien de

los Ancianos —algo que va a obligar a la gente de Lorien a

adoptar una mirada dura a la forma en que nuestro gobierno

se ejecuta.

Page 9: El Navegante (ECEN)

Sé que tiene que estar allí. Yo no he encontrado nada

suficiente atroz todavía. Pero lo haré. Tengo que tener fe en

eso. Esla meta que me mantiene viva, que me hace salir de la

cama. Además, no estoy haciendo esto por mí misma.

También lo estoy haciendo en su memoria.

Estoy haciendo esto para mi hermano.

Mi apartamento se sacude. Una pequeña corriente de polvo

se filtra desde el techo. Hay fuegos artificiales fuertes siendo

disparados en otro lugar en la ciudad.

Esta vez realmente van a todo lo alto con las celebraciones

de este año.

Una alerta aparece que mi software de descifrado está

teniendo problemas para decodificar un mensaje que ha sido

interceptado de un canal de comunicación que no sabía que

existía.

Estoy sorprendida de mis programas de monitoreo. Estoy

mejorando mucho en vigilar a Ciudad Capital o los de arriba

están muy descuidados.

Cualquiera que sea el caso, un mensaje cifrado transmitido

por un canal oculto está destinado a contener algo importante.

Inicio un programa de descifrado secundario, y un desorden

interminable de símbolos y letras comienza a formar palabras.

Mientras se ejecuta, trato de averiguar quién envió el mensaje

y a quién. El primero es un busto (representación artística de

la parte superior del cuerpo humano), que me lleva de vuelta

a una terminal de computador y a una dirección que no

reconozco, aunque me conecto para que pueda rastrearlo

después. Tengo más suerte con los receptores. Parece haber

sido transmitido a sólo nueve bandas de identificación— todos

Page 10: El Navegante (ECEN)

ellos pertenecientes a personas cuyos nombres no sé. No es un

problema. Dirijo una verificación cruzada en contra de la base

de datos de CDL de cada ciudadano inscrito —una base de

datos que realmente podría utilizar mejores cortafuegos— y

por supuesto, los nombres tienen una gran cosa en común:

Todos son Cêpans.

Curioso. ¿Por qué habría contactarse a nueve Cêpans a

través de un mensaje cifrado durante la celebración del Cuarto

de Luna, una noche en que la mayoría de la gente le gusta

fingir que no tienen ni una preocupación en el mundo? Me

pregunto si se trata de un asunto que concierne a ellos, o su

Garde —que riesgos innecesarios piden a aquellos dotados con

Legados para tomar ahora.

Cambio de nuevo al programa de descifrado. Este sigue

trabajando, pero puedo distinguir algunas palabras. "Pista de

aterrizaje." "Garde." "Loridas."

Todo mi cuerpo se congela.

Loridas

Esto tiene algo que ver con los Ancianos. He estado tratando

de localizar más información de su ubicación actual desde que

intercepte un mensaje de la Red desde hace unos días

mencionando que estaban todos fuera del planeta. ¿Por qué?

¿Qué estarán tramando?

Sonrío cuando me inclino hacia atrás, poniendo mis manos

detrás de mi cabeza y frotándolas sobre mi corte de cabello.

Independientemente del contenido del mensaje, algo como

esto —algo directamente de los Ancianos— sin duda será

valioso. La gente se obsesiona sobre los detalles directos de los

Ancianos. Podría haber interceptado la lista de compras de

Page 11: El Navegante (ECEN)

Pittacus Lore, y apuesto a que podría venderlo por suficiente

créditos para pagar el alquiler por un mes.

Hay un sonido a través del cuarto. Mi banda de identidad

modificada —que se parece más a un brazalete de plata ahora

que le integre un sistema de comunicación— vibra en la mesa.

El nombre de Zophie parpadea en la superficie. No contesto

pero me deslizo en brazalete en la muñeca. Preguntándome

porque ella se pone en contacto conmigo. Posiblemente para

otro trabajo de museo, supongo. Zophie es de los que otros

llamarían de una buena familia. Que realmente significa solo

que son ricos y gastan mucho dinero en galas benéficas y cosas

por el estilo. Estábamos en la Academia de Defensa de Lorien

al mismo tiempo, amable pero no exactamente amigable. Ella

siempre estaba con una manada de otros estudiantes, pero yo

prefería la soledad, incluso antes, antes de que todo cambiara

y me fuera de la Red. Después —años atrás del incidente— nos

encontramos de nuevo en un Kabarak en los territorios

exteriores, donde estaba reconfigurando una red de

computadoras. En ese momento se dirigía al Departamento de

Estudio de Otro Mundo en el museo Loric de Exploración. Ella

es la que me trajo de vuelta a Ciudad Capital para trabajar en

un proyecto de restauración del museo, la restauración de los

sistemas a bordo de una vieja nave espacial de combustibles

fósiles. Fue un buen dinero —suficiente para actualizar la

mayor parte de mi equipo de cómputo, que inevitablemente

condujo a que esté aquí ahora. Pero no hemos hablado nada

desde mi último día en el museo, y eso fue hace unos años.

Tal vez fue un error. Tal vez sólo tenía demasiadas ampollas

y que ría desear a todos sus contactos en un Feliz Cuarto de

Luna.

Page 12: El Navegante (ECEN)

El sonido de las multitudes crece al otro lado de la calle. Sigo

tratando de ignorarlos y tranquilamente voy a abrir una lata

de líquido estimulante y volver a tomar asiento de nuevo

frente al computador. Más del mensaje ha sido descifrado,

pero no tiene mucho sentido. Algo sobre una profecía que se

hace realidad y el fin de Lorien y...

—¿Evacuación? —Murmuro a mí misma.

Mi banda de identificación zumba. Es Zophie de nuevo.

Suspiro y estoy a punto de contestar cuando me doy cuenta de

que la música de la celebración se ha detenido. Las multitudes

siguen siendo ruidosas, pero sus gritos se están

transformando. Ya no suenan como de júbilo o de celebración,

sino de temor y alarma.

¿Qué demonios está pasando ahí fuera?

Voy corriendo a la ventana y tiro hacia atrás de la cortina.

Sólo puedo ver un poco del cielo.

Esta rojo.

Hay un aumento de los gritos de pánico desde el parque,

pero ya que las pequeñas ventanas están al nivel del suelo, las

personas corren en la acera en su mayoría bloqueando mi

línea de visión. Mi apartamento se sacude de nuevo, más

violentamente esta vez. Veo una luz unos segundos antes de

que me dé cuenta de lo que es. Fuego. Fuego que viene hacia

mí en una enorme ola, que envuelve a todos en su camino:

Hombre, mujeres, niños. Me las arreglo para dar unos pasos

de distancia de la ventana antes de que el cristal se rompa y la

mitad del techo caiga alrededor de mí.

Page 13: El Navegante (ECEN)

Capítulo Dos.

Me ahogo con el humo y el polvo. Me zumban los oídos. Puedo

escuchar el sonido de la gente gritando, pero sus voces están

lejos y son difusas. Al principio no puedo ni decir dónde estoy

—parece una pequeña habitación espesa, sin luz— hasta que

reconozco el brazo de un sofá que está en llamas a pocos

metros de mí. Todavía estoy en mi apartamento. Sola, el techo

en su mayoría se ha derrumbado y hay humeantes tablones de

madera donde solía estar mi equipo de cómputo, y estoy

medio enterrada en los escombros. Mi primer instinto es

tratar de recoger algunas de mis cosas personales, pero no

puedo dejar de toser y mi cabeza punza, y sé que lo que tengo

que hacer es levantarme, salir hacia un poco de aire fresco. Es

demasiado peligroso quedarme aquí. Entonces utilizo el sofá

llameante como punto de referencia y empiezo a ir hacia

donde debería estar mi ventana. Subo a cuatro patas por

arriba de un montón de escombros hasta que al fin respiro

aire fresco y colapso en el césped. Mis pulmones están en

llamas. Mi piel oscura está cubierta de ceniza y polvo.

Es hasta entonces cuando me doy cuenta que la mayor parte

de mi construcción ha sido volada, los departamentos

alrededor del mío han sido completamente obliterados.

Borrados junto con el resto de estructuras de mi cuadra.

Probablemente solo estoy viva porque me encontraba en mi

sótano. Todavía tosiendo, ruedo sobre mi estómago hacia el

parque dónde las multitudes estaban reunidas para la

celebración.

Page 14: El Navegante (ECEN)

Sólo, que ya no queda un parque. Los árboles se han ido.

Pequeños incendios salpican la hierba ya chamuscada,

espirales de humo ascienden al cielo carmesí. Hay marcas de

grupos ennegrecidos por todo el parque también. Me digo a mi

misma que son marcas de árboles de los restos del escenario

que nunca vi, cualquier cosa para mantener mi mente lejos de

la idea que esos montículos estaban recientemente bailando

alrededor con sus manos apuntando hacia el cielo mientras los

tambores y sintetizadores sonaban.

Mi estómago da un vuelco, mi mente se acelera, tratando de

que tenga sentido el mundo al que he escalado, el cual parece

tan distinto al que he estado viviendo. ¿Qué pasó? ¿Qué causó

esto? Me pregunto si ha sido un grave error en el cálculo de los

fuegos pirotécnicos de la celebración. O si es algún nuevo

poder de un Garde que lo haya abrumado, transformando a un

niño desprevenido en un indomable infierno destruyendo una

cuadra entera.

Las calles se llenan de personas, todas gritando,

agregándose a mi confusión. Chamuscados y sangrientos.

Algunos se apiñan sobre los cuerpos inmóviles en el suelo,

otros apenas tropiezan antes de colapsar.

Me doy cuenta que mi banda de identidad está vibrando, por

lo que sé ha estado apagado desde que me levanté. Es Zophie

otra vez. Sin saber que más hacer, acepto su llamada.

—¡Lexa! —Su voz se vierte a través de la bocina escondida

del lado del auricular—. ¿Hola? ¿Estás ahí?

—Zophie, —murmuro. Mis oídos están timbrando.

—¡Estás bien! Pensé que tú...todo está tan destruido.

Page 15: El Navegante (ECEN)

—¿Qué está pasando? —pregunto, poniéndome en pie. Es la

primera de un millón de preguntas que están amenazando con

derramarse de mis labios—. Mi vecindario... Eilon Park. Algo

pasó ahí.

—No. Está en todos lados. Estamos siendo atacados, y no

sólo la ciudad. El planeta. Nos están dando con todo, Lexa.

Sus blancos son estratégicos...pienso que Lorien está cayendo.

Todo sobre lo que hemos sido advertidos, se está haciendo

realidad.

La profecía. Mi mente regresa rápidamente al mensaje que

estaba descodificando antes de que todo se convirtiera en

fuego y cenizas. Por generaciones los Ancianos han estado

advirtiéndonos que un día Lorien se enfrentaría a destrucción

y muerte. Una especie de calamidad global. Todo el

razonamiento por el que nuestra sociedad está configurada,

con nuestros súper niños entrenados para ser soldados para

pelear contra un enemigo desconocido. Siempre había

pensado que era una táctica aterradora. Pero mientras me

tambaleaba lejos, pasando por los restos de un hombre vestido

con una túnica de colores de la celebración del Cuarto de

Luna, me di cuenta de que probablemente estaba equivocada.

—Lexa, —Zophie continúa antes que pueda preguntar algo

más—. Tienes que venir al museo. Ahora mismo. Es la única

manera en la que estarás a salvo. Te necesito. Tengo un plan.

—¿Qué? —pregunto. Mi cerebro no está funcionando con

todos los cilindros. No estoy segura si es shock o la rendición o

ambas—. ¿De qué estás hablando?

Page 16: El Navegante (ECEN)

—Sólo encuéntrame ahí. Estoy en camino ahora mismo. Lo

más rápido que puedas, Lex. Corre, no dejes que nada te

detenga.

Hay una especie de interferencia en su lado de la línea y

entonces la conexión cae. Miro hacia mi auricular, pensando a

quien debo contactar si en verdad el mundo se hará mierda. A

quién debería verificar. Es entonces cuando me doy cuenta

que no tengo a nadie a quien llamar. A través de los años he

estado sola, negándome a acercarme a alguien recluyéndome

en mí misma. Asegurándome de no tener cuerdas, alguien que

tirara de mi hacia abajo.

Nadie de quien preocuparme u ocuparme.

Miro el cielo. El humo proveniente de mi vecindario ha

creado una capa de niebla de humo lejos de mí, obstruyendo el

Cuarto de Luna y cualquier cosa que esté allá afuera causando

eso.

¿Quién está atacando Lorien? ¿Por qué? ¿Cómo podría...?

A mi lado, los escasos escombros de mi construcción se

derrumban llenando mi sótano de escombros y fuego. Me

tambaleo lejos, tosiendo a través del vapor, polvo y cenizas

que se levantan.

Esto agita algo en mí. Un conmutador es volteado y antes de

que lo sepa estoy corriendo. Por instinto. No es hasta que

estoy cansada de correr que me doy cuenta que mi cuerpo está

corriendo las órdenes de Zophie y que me dirijo al museo. Mi

hogar está destruido. Mi planeta, tan defectuoso como se

supone que es, está bajo ataque. No sé qué más se supone que

deba ser. Sólo tengo que concentrarme en seguir moviéndome,

dirigiéndome hacia el siguiente punto.

Page 17: El Navegante (ECEN)

El caos está por todos lados, desperdigado. La mayoría de

las personas por las que paso están preocupas por su propia

sobrevivencia o tratando de encontrar o ayudar a sus seres

queridos. Gritan, preguntando sin dirigirse a nadie en

particular, qué está pasando. Escucho un corto chillido en

algún lugar a mi derecha, ¿cuadras lejos?, ¿cerca?, seguido de

una explosión, retumbando bajo mis pies que casi hace que

caiga al suelo. Ciudad Capital está bajo ataque. Y después de

que hicimos todos para prepararnos, no estábamos listos.

Fuimos atrapados con la guardia baja.

El museo. No está lejos ahora. Diez cuadras al menos, solo

tengo que mantener mis piernas moviéndose y concentrarme

en el sonido de mis pies golpeando el suelo y...

Lejos del humo, en frente de mí, hay doce figuras como nada

que haya visto antes. Son pálidos, vestidos de negro y

cargando vaporizadores y espadas que parecen brillar con luz

propia. Obscuros anillos circulan sus ojos negros. Sus bocas

abiertas están llenas de afilados y dentados dientes. El que

está al frente es enorme, más alto que yo, y tres veces más

robusto. Tiene una larga y negra cola de caballo, pero los lados

de su cabeza están rapados, tatuajes adornan el alrededor de

su cráneo.

Estos monstruos definitivamente no son Lorics.

Me detengo demasiado rápido y al hacerlo tropiezo con una

rama de un árbol, golpeando el pavimento duramente.

Estoy tratando de recuperar el aliento que se desprendió de

mí cuando uno de los hombres –no, criaturas– levanta una

pistola y dispara a una mujer llorando sobre un cuerpo sin

vida al otro lado de la calle. Ella cae hacia adelante.

Page 18: El Navegante (ECEN)

Mi corazón va a toda marcha que peleo con las ganas de

vomitar.

Sofoco un grito y me medio arrastro a un arbusto cercano

para tratar de conseguir estar fuera de vista. Las criaturas

siguen adelante. Miro a mi alrededor para encontrar algo para

protegerme a mí misma, pero no hay nada. Estoy sola –ni

siquiera tengo un cuchillo o algo conmigo, solo la ropa que

llevo puesta. Siempre me he imaginado que no hay ninguna

situación que no podía manejar por mí misma; Voy a estar

equivocada acerca de eso al ser asesinada en las calles de

Ciudad Capital.

Aprieto los puños. No me iré sin una pelea, por lo menos.

De repente una luz cegadora parpadea a través de la plaza.

Parpadeo y me tambaleo de nuevo. La explosión parece

desorientar completamente a las criaturas de negro, quienes

toman la peor parte de su fuerza. Y entonces los hombres

desconocidos vuelan por el aire, golpeando uno contra otro y

golpeando repentinamente contra el suelo.

Telequinesis. Eso significa que la Garde está aquí en alguna

parte.

Quien parece ser el líder es arrojado lejos –fuera de mi

alcance de vista. Otro de los bastardos que lleva una espada es

empalado en una reja de poste rota. Ruge, y su cuerpo

comienza a desintegrarse, convirtiéndose en polvo. Una chica

que parece demasiado joven para estar frente a tales criaturas

más allá del montón de cenizas. Con una mano ella utiliza sus

poderes para aplastar a otro de los atacantes. Sus pantalones

metálicos rojos reflejan las llamas de un club cercano llamado

La Fosa, que arde, amenazante a la altura de su nombre. Otros

Page 19: El Navegante (ECEN)

dos Garde la flanquean, sus brazos extendidos con los cuerpos

de sus enemigos chocando unos contra otros, convirtiéndose

finalmente en polvo también.

—Por aquí, —La chica le grita a ellos, volteando hacia atrás

su cabello blanco artificial. —Veo a los sobrevivientes a la

distancia.

Ella señala hacia adelante y hay otro destello de luz. Luego

se han ido. Quienes fueran esos Garde, creo que pueden

haberme salvado la vida.

Page 20: El Navegante (ECEN)

Capítulo Tres.

El museo Loric de Exploración está construido con ladrillo

blanco que luce, en su mayor parte intacto. Quien sea que nos

esté atacando debe estar pensando que no es un blanco que

valga la pena. Mientras corro hacia los escalones de piedra, me

pregunto qué haré si Zophie no está ahí. ¿Qué si ella corrió

hacia uno de esos monstruos y no logró pasarlos?

Pensar en Zophie tirada, herida en la calle me hace

encogerme de una manera que jamás habría esperado. No

somos cercanas, pero ella era amable conmigo cuando yo

evitaba a todo mundo en Ciudad Capital, y por eso, supongo,

tengo cierto apego sentimental hacia ella. Hago una mueca,

robándome a mí misma. No es el momento para dejarse

atrapar por emociones. Necesito permanecer fuerte y

concentrada.

Una de las altas puertas de cristal del museo se abre cuando

me acerco, pero es sólo cuando estoy dentro y Zophie está

cerrando detrás de mí que me doy cuenta que es porque ella

estaba ahí, esperándome.

Suelto un suspiro de alivio.

—Lexa, —dice dando un paso cerca, luce como si quisiera

abrazarme, pero tiendo una mano en su lugar. Ella se detiene

y después la toma cerrando sus dedos alrededor de ella. Su

Page 21: El Navegante (ECEN)

cabello rojo rizado está recogido hacia atrás en un apretado

moño con un mechón cayendo por su cara.

—¿Qué demonios está pasando? —Pregunto.

—Una invasión, —dice—. En escala global.

—¿Quién? Vi algunos… —me debato en encontrar la palabra

correcta—. Monstruos, asesinaron a una mujer, pero la Garde

apareció y se encargó de ellos.

Zophie asiente, sus ojos lucen distantes.

—Esos Garde fueron afortunados entonces, vi a algunos

peleando en mi camino hacia aquí también, pero eran

demasiados invasores. Ejércitos de ellos, con bestias y armas

como nunca había visto. La Garde estaba tratando de defender

algunos niños y…

No termina.

—¿Por qué estamos aquí? —Pregunto—. ¿Hay algún bunker?

¿Alguna clase de refugio dónde nos podamos esconder?

—¿Bunker? —Pregunta Zophie, sus cejas forman una línea

de confusión a través de su frente—. No hay un Bunker, sólo

hay una nave, tú nos llevarás volando de aquí.

Mi boca cuelga abierta mientras trato de darle vueltas en mi

mente a todo esto.

—¿Qué? —Pregunto.

La idea es insondable para mí. La nave de la que Zophie está

hablando es en la que me contrató para trabajar en ella,

reformando el buque al estado en el que se encontraba

generaciones atrás. Pero nunca había estado destinado

Page 22: El Navegante (ECEN)

realmente a volar. Enciende con combustible a base de fósil,

algo que nuestra sociedad no ha usado en años.

—Imposible —digo.

—No es imposible, —sacude su cabeza—. Es nuestra única

manera de salir de aquí. Los Ancianos… no esperan que los

Lorics puedan sobrevivir a esto, inclusive si lo hiciéramos, tu

viste esos invasores Lexa, ¿Quisieras estar bajo su mandato?

—¿Adónde esperas que vayamos?

—La Tierra, —dice—. Es el planeta habitable más cercano.

Sé acerca de este planeta. Cuando estaba en la Academia,

estaba en un equipo especializado en modificar y mejorar

tecnologías para la Tierra, un lugar al que hemos estado

ayudando por siglos a avanzar y evolucionar. Ellos tendrían

que agradecernos por algunos de “sus” avances a través de los

siglos. No puedo creer que Zophie me esté diciendo que este

planeta que está tan lejos de nosotros es nuestra única

esperanza de sobrevivir.

—No hay manera, —digo—. ¿Qué usaríamos de todas

maneras como combustible?

—¿Recuerdas a Raylan, el hombre comisionado en la

restauración de la nave? —Zophie da unos pasos hacia la

puerta de cristal, mirando cautelosamente—. Bueno, en orden

de recibir financiamiento, el museo tuvo que seguir cada

instrucción específica, parte de eso significaba almacenar una

jarra de combustible sintético de fósil en la sala de

demostraciones. Todos pensábamos que estaba loco, quiero

decir la mayor parte del tiempo ha estado viviendo como

ermitaño en ese enorme recinto. Pero tal vez estaba pensando

más allá de lo que nosotros podríamos. He escuchado que es

Page 23: El Navegante (ECEN)

un descendiente de los Ancianos, quien sabe, tal vez sabía que

esto podría pasar.

Zophie empieza a estrujar sus manos, yo trato de procesar

todo lo que está pasando.

—Pero hay un truco, —dice dándose la vuelta hacia mí—. Por

instrucciones de Raylan, para acceder a la bomba del

combustible es necesario un código de acceso que solo él sabe.

Se contactó conmigo justo antes de que las comunicaciones

cayeran pidiéndome que revisara los preparativos. Ha estado

teniendo problemas para ponerse en contacto con el piloto del

CDL. Le dije que tenía a alguien que volara el cohete pero que

quería un lugar en la nave y él aceptó. Está en camino ahora

mismo. Una vez que esté aquí podemos cargar el combustible

e irnos.

Me vuelvo para mirarla, sigo sin creer todo lo que estoy

escuchando.

—Por favor —dice—. No puedo volar esta cosa. Eres la única

en la que confío para sacarnos de aquí vivas, conoces esta

nave, incluso si no hubieras estado en el equipo de

reformación, sé que solías programar simuladores de vuelo en

la Academia que incluían modelos viejos como este, ¿verdad?

—Eso fue años atrás, —digo—. No soy una piloto, llama a tu

hermano.

—Lo hice, ha sido llamado a una mis…

—Entonces llama a la CDL o la ADL, llama… —trato de

pensar en otra opción viable.

—No hay nadie más, —dice, su voz es firme pero sus manos

están temblando—. Hablé con mi hermano, —suspira fuerte—.

Page 24: El Navegante (ECEN)

Él dice que estos ataques fueron estratégicos. Han tomado

nuestras armas, naves, cualquier cosa que quede para pelear.

Nos han dado fuerte. Los puertos, la Academia…este es como

la única nave piloteable en toda Ciudad Capital, si no nos

vamos…

Ella se sale del sendero, pero entiendo el punto. Es fácil de

ver nuestra situación. Ella no cree que este mundo vaya a

sobrevivir. Lorien, perfecto Lorien, con sus bosques verdes,

sus rojas montañas, los Ancianos que siempre sabían lo que

era mejor para nosotros, esta falsa utopía está a punto de

quemarse.

—Además, te he visto volar una vez.

Hago una mueca.

—Eso era diferente —digo—. Un accidente, además la única

razón por la que aterricé fue porque la nave tenía casi cada

función automática. No como esta pieza antigua de mierda

que estás sugiriendo que usemos.

—Lex…

Me quedo observando sus grandes y suplicantes ojos verdes

por lo que parece un largo tiempo, pero no digo nada. Mi

mente está demasiado abrumada con imágenes de lo que vi

desde mi apartamento hasta el museo. Todo lo que Lorien ya

ha perdido, todo lo que he perdido. Mi hogar, mi trabajo, mi

hermano. Y ahora estoy de pie, en frente de la única persona

que podría considerar mi amiga y ella me está pidiendo que

dejemos nuestro mundo atrás. Lorien, el cual he estado

peleando por cambiar.

Pero ha cambiado ahora. Nunca podrá ser el mismo. Y me

doy cuenta que si voy con ella, todo lo que estaría dejando es

Page 25: El Navegante (ECEN)

un planeta, no un hogar o una familia. Mis opciones son

intentar escapar o morir peleando por un lugar que ya había

empezado a odiar.

—Hay más, —dice Zophie suavemente—. Hay otros que irán.

Hay otra nave yéndose, podría haberse ido ya. Tenemos que

unírnosle, Janus la está piloteando.

Las puertas estallan antes de que pueda responder. Un

pequeño carro flotante con una alta pila de cajas, mochilas y

velas en ellas. Una docena de Chimæras la siguen por detrás y

al final por un hombre. Es alto, con un cabello negro y rizado,

con gruesas cejas, su pálida camisa azul está manchada de

sudor.

—¡Crayton! —Zophie exclama, apresurándose a cerrar las

puertas detrás de él—. ¿Dónde están Raylan y Erina? ¿Están

ellos…?

—Ellos se quedan, —dice Crayton—. Son de la Garde, van a

pelear.

La boca de Zophie se queda abierta por unos momentos.

Luego ella solo niega con la cabeza.

— ¿Quién es? —Pregunta el hombre mirándome.

—Nuestra piloto, —dice Zophie mirándome de una manera

obvia en la que quiere que mantenga mi boca callada y que la

siga a ella—. Lexa este es Crayton, es el vigilante del estado de

Raylan. Tal vez lo recuerdes haciendo entregas al museo

cuando estabas aquí. Él ha sido nuestro contacto con Raylan

por años.

—¿Qué es todo esto? —Pregunto.

Page 26: El Navegante (ECEN)

—Provisiones, —dice él meneando las cajas—. Comida,

armas, agua, medicina, incluso algunas joyas y cosas de valor

para intercambiar. Raylan tenía todo cargado y listo para irse

en el momento de una amenaza. Pienso que estaba

anticipando algo como esto.

—Me refería a las Chimæras.

—Vienen con nosotros, —su voz se vuelve cautelosa—. Había

más de ellas cuando dejamos el estado, lucharon

valientemente para asegurarse de que llegáramos aquí.

Estoy a punto de protestar ante la idea de llevar una horda

de animales a bordo de una nave pequeña, sin mencionar el

hecho de que ni si quiera sé cómo volarla siquiera, cuando

Zophie da un paso al frente.

—Necesitamos el código de acceso para el combustible —

dice—. ¿Él te lo dio?

—Sí, —Crayton asiente—. Es su nombre.

Mi cabeza zumba de confusión. Crayton cambia su peso,

girándose ligeramente, y ahí es cuando me doy cuenta que está

cargando sólo una mochila. Hay algo moviéndose dentro de la

mochila que lleva colgada, extendiéndose por debajo de la

capa de polvo que recubre la tela de ésta, empezando a

quejarse como si apenas despertara.

Un bebé.

Debo lucir sorprendida porque Crayton señala atrás, hacia la

mochila que lleva en sus hombros.

—Su nombre es Ella. Ese es el código de acceso. He visto a

Raylan cambiarlo en su tableta de datos antes de irme. Algo

simple, así podría recordarlo.

Page 27: El Navegante (ECEN)

Zophie tira del paño que recubre al bebé. Ella es pequeña,

rosada y arrugada. No tengo mucha experiencia en bebés, pero

ella luce muy pequeña, como una muñeca.

—Es tan pequeña —dice Zophie susurrando, casi como un

arrullo.

—Todo pasó muy rápido —explica Crayton—. Erina no se

sentía bien y de repente estaba en trabajo de parto. No hubo

tiempo de ir a la ciudad, pero todo estuvo bien. Erina y Raylan

lucían muy felices. Después el cielo se puso rojo y todo fue

muy mal. Ellos me la confiaron a mí. Yo no pienso…yo no

pienso que crean que esto sea algo a lo que vayan a sobrevivir.

Tengo que asegurarme que esté a salvo. Es malo allá afuera,

Zophie, si ellos no lo logran, su sacrificio no puede ser en

vano.

Hay una explosión afuera, cerca. Muy cerca. Polvo y

escombros del techo caen alrededor nuestro.

—Tenemos que movernos, —dice Crayton.

—Por aquí, —dice Zophie, jalando la manga de él—. ¡Dense

prisa!

Page 28: El Navegante (ECEN)

Capítulo Cuatro.

Nos metemos en unos —muy mal ajustados— trajes espaciales

sacados de una exhibición; deslizándolos sobre nuestra ropa

sucia. Se supone que deben ser de ayuda con las presiones

cambiantes mientras estemos fuera, en la atmosfera, pero

estoy más preocupada por que la nave restaurada se mantenga

junta durante todo el despegue. Además, si llegamos al

extremo de que solo un traje espacial nos mantenga con vida,

probablemente ya estemos muertos.

La nave está alojada dentro de la cúpula de una caverna de

exhibición, sola en el centro del piso de piedra. Zophie y yo

entramos en la habitación primero, seguidas por el rebaño de

Chimæras y finalmente Crayton, quien arrastra los

suministros de Raylan en el ascensor flotante. Los tres

empezamos a gritar órdenes al mismo tiempo, tratando de

averiguar qué hacer. Atrapados en la locura y el miedo de lo

que está sucediendo. Me deslizo en un estupor híper

productivo, abriendo la escotilla principal de carga de la nave

y agarrando la primera de muchas cajas.

Paneles interactivos se alinean en las paredes de la

habitación, que detalla la naturaleza primitiva de naves

antiguas como la nuestra. Como los ineficientes y venenosos

combustibles fósiles usados antes de que cambiáramos a los

sintéticos y eventualmente, a los cristales que ahora usamos.

Zophie golpea sobre una de las pantallas un par de veces y esta

Page 29: El Navegante (ECEN)

se desliza lejos revelando una bomba de combustible. La

conecta a la nave y entonces Crayton y yo nos unimos

cargando los suministros tan rápido como podemos.

—¿No pueden las malditas Chimæras ayudar en algo? —

Pregunto.

—Siéntete libre de pedírselos —dice Crayton—. No es como

si fueran a entenderte. Además, están asustadas.

—Yo estoy asustada, —dice Zophie, con su aliento agitado

mientras se las arregla de alguna manera para levantar una

caja que debe pesar tanto como ella para mí dentro de la nave.

—Nunca he deseado tener telequinesis más de lo que lo hago

ahora.

Cuando hemos terminado con los suministros, las Chimæras

inundan el lugar, convirtiéndose en animales pequeños. Ellos

rodean los lados de la bodega de carga mientras me precipito

por el estrecho pasillo que conduce a la cabina, más allá de las

pequeñas habitaciones individuales, la cocina y la zona

común. En el asiento del piloto me detengo por un breve

momento mientras trato de recordar las incontables horas que

pasé dentro de esta nave ayudando a reparar sus sistemas —

pero he acumulado una gran cantidad de información en mi

cerebro desde ese entonces. Rememorizo todas las guías viejas

y libros que he leído y las simulaciones que he programado.

Mis dedos empiezan a pulsar botones y a mover interruptores.

Por algún milagro me las arreglo para encender la máquina.

—Estamos listos —dice Zophie apareciendo a mi lado,

tomando asiento en la silla del copiloto y abrochándose a sí

misma en él. Crayton se deja caer en el asiento detrás de ella,

girando la pañalera para que el bebé este frente a él.

Page 30: El Navegante (ECEN)

—Sosténgase todo el mundo, —presiono unos cuantos

botones más.

La puerta de carga se cierra, y la nave se inclina hacia arriba,

empujándonos hacia atrás en nuestros asientos. Desde la

cabina, observamos el techo de la cúpula, la cual está solo a un

pie de distancia del frente de la nave.

—Supongo que esta cosa no es reclinable —digo.

Zophie sacude la cabeza, extiende su mano y agarra mi

brazo. Una gota de sudor corre por mi frente, deslizándose por

un lado de mi nariz, escosando mi ojo.

—Creo que estamos a punto de descubrir qué tan bien

hicimos el trabajo de reconstruir esta cosa —Zophie aprieta mi

brazo—. Hagámoslo.

Tiro de un interruptor y se siente como si hubiera acabado

de detonar una bomba. Fuego llena la habitación. La nave se

sacude con tanta fuerza que estoy segura de que va a

desmoronarse, finalizando nuestro viaje antes de empezar

incluso. Pero milagrosamente no lo hace. En vez de eso, nos

impulsamos a través del techo. El grueso cristal de la cúpula se

rompe, explotando hacia el cielo rojo nocturno, brillando

mientras refleja la luz de las llamas que nos rodean.

Estamos en el aire.

La cabina ofrece una vista panorámica de Ciudad Capital y

aunque estoy enfocada en los paneles de control y monitores a

bordo, puedo ver cuán extenso es el daño a Lorien. Fuego y

humo llena el horizonte. A nuestra derecha, un haz de luz

púrpura se dispara desde el cielo más allá de las afueras de la

ciudad. No sé si es un Heraldo o algo mucho más siniestro.

Desde el aire, varias partes de la ciudad son irreconocibles,

Page 31: El Navegante (ECEN)

humeantes cicatrices donde antes vibrantes vecindarios

alguna vez estuvieron. Hay algo extraño sobre el horizonte

también, pero no descifro lo que es hasta que me doy cuenta

de que deberíamos estar volando más allá de las Agujas de

Elkin. Pero han desaparecido. Las estructuras que sostenían

un tercio de las personas de nuestra ciudad han sido

destruidas.

Entro en shock. No puedo mirarlo más. Cambio mi enfoque

a los instrumentos en frente de mí.

—Se ha ido —Zophie susurra—. Nuestro planeta. Nuestro

hogar.

Nuestra trayectoria tiene más curvas de lo que debería y me

adentro en el yugo volando, desesperadamente, tratando de

mantener el frente de la nave arriba. El cielo está demasiado

oscuro, lleno del humo de nuestra ciudad en llamas. Pero la

nave se empuja hacia adelante, pasamos a través de la bruma.

Es solo entonces cuando podemos ver las naves de guerra del

enemigo. Dentadas y grises. Incontables en número.

Disparando a nuestro planeta. Naves más pequeñas

descienden a la superficie. En el centro está una esfera

nacarada, flotando como una tenue luna, alrededor de la cual

las otras orbitan.

—¿Cómo puede esto estar pasando?

Volamos pasando la flota, por suerte nuestro curso nos

dirige a través de un espacio en la formación. A pesar de la

naturaleza primitiva de la nave, tengo que admitir que es

rápida. Al menos en el despegue.

Y así –en el transcurso de algunos minutos– lo hemos

logrado.

Page 32: El Navegante (ECEN)

Pulso sobre la pantalla de radares, tratando de asegurarme

que no hay nadie siguiéndonos, pero no veo nada. Una vez que

he descubierto como configurar la gravedad artificial y el

piloto automático, me permito respirar finalmente.

Crayton mece al bebé en sus brazos y le susurra temblorosas

palabras reconfortantes, pero sus ojos están abiertos y

llorosos.

—Por los Ancianos… —Zophie susurra. Se inclina hacia

delante en su asiento, mirando hacia el espacio—. ¿Dónde está

la otra nave? ¿Puedes encontrarla?

Toma un poco de tiempo navegar por los controles, pero

eventualmente descubro como ampliar la señal del radar.

—Estoy recibiendo la señal Loric de una nave que parece

haberse detenido a cierta distancia del planeta. Pero es muy

débil. Estamos demasiado lejos de ella, de todas formas.

—Da la vuelta —indica con un asentimiento—. Dirígete hacia

ella. Viajaremos a la Tierra juntos.

Después de rebuscar entre algunos mapas galácticos,

encuentro la Tierra. Varias figuras empiezan a aparecer en la

pantalla del monitor.

—No creo que podamos, —observo los paneles de comando

en frente de mí, haciendo cálculos en mi cabeza.

—Está demasiado lejos de nosotros ahora, y apenas tenemos

suficiente combustible para llegar a la Tierra así.

—Entonces ponte en contacto con la otra nave, —dice

Zophie con un hilo en la voz—. Deben tener operando un canal

de emergencias. O quizás el canal del Consejo oficial. Yo no…

—No podemos —digo.

Page 33: El Navegante (ECEN)

—¿De qué hablas?

—Las otras naves pueden interceptar la transmisión —dice

Crayton—. ¿Y si la usan para encontrarnos?

—¡Estamos en una nave gigante blanca que acabamos de

lanzar al cielo! —Zophie grita—. ¡No hicimos exactamente una

salida sutil!

—¡No podemos! —Digo más alto.

El bebé en los brazos de Crayton despierta.

—No podemos contactarnos con ellos porque esta nave fue

reconstruida para ser una réplica exacta de los modelos más

antiguos, lo que significa que sus sistemas de comunicaciones

nunca se actualizaron. La nave de ellos maneja un sistema de

comunicaciones completamente distinto.

Zophie trata decir algo, pero en vez se le escapa un gemido.

El bebé comienza a gritar. Crayton mira hacia atrás y adelante

entre nosotras, confundido.

—¿Y eso qué significa? —Pregunta.

Me giro hacia una de las ventanas. En la distancia, Lorien

arde. Nuestro mundo está destilando fuego y humo y muerte,

y por unos instantes recuerdos vuelan en mi cabeza. Tiempos

lejanos más felices aparecen –persiguiendo a mi hermano a

través de exuberantes campos verdes. Riendo sobre comida

casera, el rostro de personas que no he pensado en años. Es

tan abrumador que tengo que resistir el impulso de llorar o

sentirme mal, o gritar.

En todos mis años de odiar Lorien y la manera en la que

funcionaba, nunca espere ver algo como esto. Quería que el

planeta cambiara, no verlo destruido.

Page 34: El Navegante (ECEN)

—Significa que estamos solos —digo.

Crayton mira hacia el piso.

—Los abandonamos —dice en voz baja—. Dejamos a todos

morir.

Él empieza a murmurar nombres y a disculparse. Las

lágrimas descienden por sus mejillas. Zophie no está llorando,

al menos eso parece. Sus ojos miran hacia el espacio,

buscando algo pero encontrando sólo las estrellas y los

planetas, y otros cuerpos celestes a años luz de distancia, y una

fría, negra extensión de vacío.

Presiono los controles otra vez, confirmando nuestro curso

—soltando un suspiro de alivio al encontrar que el sistema de

navegación que ayudé a instalar está trabajando.

Pero esa es la última buena noticia.

—Debes estar bromeando —susurro.

—¿Qué sucede? —Zophie pregunta.

—Hicimos un escape rápido, pero nos costó mucho

combustible.

—Y bueno… —dice Zophie, preparándose para las malas

noticias.

—Lo que significa que será un largo viaje, —le respondo.

—¿Por cuánto tiempo? —Crayton pregunta.

Me vuelvo hacia el panel de control, mirando el número en

la pantalla delante de mí.

—Alrededor de un año y medio.

Page 35: El Navegante (ECEN)

Capítulo Cinco.

Crayton encuentra algunas almohadas y pone a Ella a dormir

una siesta en un cajón sacado de una las habitaciones.

Después, nos sentamos en los bancos de la pequeña zona

común al lado de la cocina y repasamos los acontecimientos

de la última hora tantas veces que comienzan a sentirse

irreales, como una vieja historia de miedo que se les dice a los

niños para que hagan sus tareas. Tengo que recordarme a mí

misma que cada palabra dicha es cierta. Creo que estamos

todos en estado de shock.

Sé que yo lo estoy.

—Todas esas naves, —dice Crayton—. Esos bastardos.

—¿Quiénes eran ellos? —Pregunto.

—¿Qué eran ellos? Cuando eran atacados, solo se

desintegraban.

Zophie entrecierra los ojos, mirando al suelo. Reconozco esa

mirada de los días en el museo, cuando ella trataba de resolver

problemas complicados en su cabeza o de averiguar cómo

íbamos a obtener el cableado vintage y los accesorios para la

remodelación. Antes, cuando la nave fue sólo un proyecto en

el que estaba trabajando por un poco de dinero y no lo único

que me mantiene viva.

—¿Qué sucede? —pregunto.

Page 36: El Navegante (ECEN)

—Bueno… —Su nariz se arruga un poco—. Siempre

existieron rumores en el museo de un viejo conflicto entre

nosotros y otro planeta. Narradores de archivos e

historiadores lo comentaban cuando las bebidas habían dado

demasiadas vueltas en las fiestas. No había pruebas

contundentes para fundamentar estas historias, pero había

indicios de que existía algo de verdad en las líneas borrosas de

esos cuentos en nuestro registro histórico y alusiones terribles

bajas y seres de otro mundo crueles que se encontraban en los

diarios y cartas. No podíamos hacer algo más que especular.

—Estás hablando de los Mogadorianos —dice Crayton.

Zophie parece un poco sorprendida de que él conozca la

palabra. No significa nada para mí, y sin embargo, siento

como si la he oído o visto antes. En los mensajes cifrados, no

pensé que fuera importante, o susurrada en los pasillos de la

ADL cuando estuve allí tiempo atrás.

—Raylan hablaba de ellos con frecuencia —dice Crayton—.

Tenía todas estas teorías sobre guerras secretas justo como lo

describiste. Estaba seguro de que su padre había sido, no sólo

una figura clave en el conflicto entre nosotros y los

Mogadorianos, sino un Anciano, y que había una especie de

conspiración que llevó a que el número de Ancianos se

redujera a nueve.

Crayton niega con la cabeza.

—Las afirmaciones de Raylan cambiaban todo el tiempo,

pero él estaba obsesionado con tratar de probarlas. Siempre

creí que estaba un poco loco, pero… esto es una locura.

Zophie continúa asintiendo.

Page 37: El Navegante (ECEN)

—Habían… rumores de que el padre de Raylan había sido

un traidor Loric —dice ella.

—Una vez más, no hay evidencias concretas de que existiera

incluso era una ‘guerra secreta’, pero Raylan probablemente

hubiera escuchado esos rumores en algún punto u otro. Creo

que es una de las razones por las que estaba tan interesado en

donar dinero al museo y que esta nave fuera reconstruida.

Quería demostrar que su familia estaba haciendo algo positivo

por el pueblo de Lorien.

—Todo eso es muy bueno, —le digo—. Pero ¿qué más

sabemos acerca de estos… Mogadorianos?

Zophie expresa para nosotros todo lo que ha escuchado en

su tiempo en el museo. De acuerdo a los rumores y leyendas,

generaciones atrás los Lorics llegaron a Mogadore, tratando

de formar vínculos diplomáticos con el planeta. Pero su

civilizaciones eran barbarás y no estaban listas para el

contacto con una más avanzada. Algo sucedido allí —los

detalles son vagos y contradictorios, dependiendo de quién

contara la historia— pero de lo que Zophie podía recordar,

muchos Lorics perdieron sus vidas durante la expedición, y

posteriormente todo el contacto con aquella civilización y su

gente fue olvidado.

Tratamos de digerir esto. Finalmente nos quedamos

sentados en silencio, sin saber que decir. Ninguno sabe cómo

reaccionar al hecho que nuestro planeta pudo ser

completamente arrasado por estos monstruos.

Mis pensamientos se atropellan mientras trato de darle

sentido a todo esto, armar un panorama más amplio de lo que

Page 38: El Navegante (ECEN)

ha ocurrido. Vuelvo a pensar en el mensaje que había

interceptado antes. Sobre la pista de aterrizaje. La profecía.

—La evacuación —digo—. ¿Saben quién está en la otra nave?

—No se suponía que Janus debía decir algo —dice Zophie—.

Era altamente confidencial. Él estaba rompiendo su juramento

más grande diciéndomelo.

—Entiendo —le digo.

—Pero no es como si de todas formas la información fuera a

salir de este cohete.

Sus hombros caen. Ella cede.

—No sé mucho. Algo sobre nueve Garde elegidos. Los

Ancianos los reunieron. O Loridas lo hizo, no estoy segura.

Ellos, junto con sus Cêpans son los que están en la otra nave.

Son la última esperanza.

—¿Para qué? —Pregunta Crayton.

—Para la supervivencia de nuestro pueblo —Zophie sonríe

tristemente—. Bueno, otros como nosotros, supongo. No sé

porque fueron escogidos, pero fue lo que Janus dijo. Ellos van

a ser… bendecidos, con algo. Quizás ya lo fueron. Algún

hechizo para protegerlos. Suena loco, lo sé. ¿Por qué los

Ancianos tratan de salvar a un puñado de nosotros mientras el

resto es sacrificado?

Aprieto la mandíbula. Por supuesto, así como enfrentan la

destrucción del planeta. Usándonos. Tratándonos como

peones, como lo han hecho siempre.

—Eso no puede ser cierto —dice Crayton.

—Lo es —digo—. Justo antes de la primera ola de ataques,

intercepté un mensaje enviado a nueve mentores, Cêpans,

Page 39: El Navegante (ECEN)

informándoles algo sobre reunirse en una pista de aterrizaje,

que la profecía estaba a punto de volverse real. Los Ancianos

abandonaron al resto, a nosotros.

—Eso es una locura —dice Crayton.

—¿Qué se supone que estos nueve deben hacer en la Tierra?

Todo lo que sé sobre ese planeta suena como si fuera por

mucho inferior a Lorien.

—Podría ser peor —dice Zophie—. Podríamos estar

dirigiéndonos a Mogadore.

Crayton abre la boca para decir algo, pero el bebé empieza a

llorar de nuevo. Él se excusa y se dirige por el pasillo para

atenderla.

—Creo que tenemos que acostumbrarnos a ese sonido —dice

Zophie.

Ella está de pie.

—Voy a empezar a hacer un balance de nuestros

suministros. Tendremos que guardar raciones. Y necesito

hacer algo con mis manos ahora mismo. Cualquier cosa.

Una pregunta ha estado rodando por mi mente.

—¿Por qué me pediste que viniera contigo?

Todavía estoy tratando de poner las piezas juntas.

—Seguramente había alguien más. Alguien en el

departamento que estudió esta maldita reliquia. ¿Por qué yo?

—Tú nos trajiste aquí, ¿no?

—Será un largo vuelo si mantenemos secretos todo el

tiempo, Zophie.

Page 40: El Navegante (ECEN)

—Porque sabía que no ibas a querer quedarte y luchar —dice

finalmente—. No hubo tiempo para discutir con nadie más

acerca de nuestras obligaciones. No sé exactamente qué has

estado haciendo en los últimos años, pero supe, incluso

cuando estabas trabajando en el museo, lo infeliz que te hacia

Lorien y sus líderes. No es como si te culpara después de lo

que ha pasado.

Miro hacia ella, sin decir nada durante un rato. No sé cómo

se supone que debo sentirme sobre esto.

—¿Y tú? —Pregunto—. ¿Por qué no te quedaste a luchar?

Ella se gira lejos de mí, observando por una de las

ventanillas.

—Mis padres murieron el año pasado. Janus es la única

familia que tengo. Pensé que seríamos capaces de hablar con

la otra nave. Pensé… —Se seca una lágrima de un ojo—. Fui

una estúpida. Todo ocurrió tan rápido. Tan pronto como me

desconecté de Raylan, llamé a Janus y le dije que me

encontrara en el museo, pero él ya estaba camino a la pista de

aterrizaje. Me dijo que buscara refugio. Iba a la Tierra. No lo

entendí. Fue ahí cuando me habló de Loridas y de la Garde. Y

de pronto todo estaba en llamas, no podía encontrarlo. Ni

siquiera sabía dónde estaba su nave. Al principio pensé que

estaba rompiendo todos sus juramentos como un miembro del

CDL por decirme esa información clasificada, pero ahora me

doy cuenta de que sólo lo dijo porque se suponía que no

sobreviviría. Él estaba despidiéndose.

—¿Por qué no te llevo con él? —Pregunto.

Zophie niega con la cabeza.

Page 41: El Navegante (ECEN)

—Loridas estaba allí. El CDL estaba involucrado. Ya sabes lo

estrictos que se hubieran puesto sobre quienes podrían estar

en esa nave. Además, si se lo permitían a una persona,

tendrían que empezar a dejarlos a todos.

—El cielo les prohíbe proteger a su gente —murmuro.

—Tenía que venir —dice—. Tenía que ir. Tenía que seguir a

Janus.

—Y necesitabas un piloto que fuera una mierda de

ciudadano y no tuviera nada que dejar atrás.

—Él es mi familia, Lex —dice sin mirarme—. Es todo lo que

tengo. Tú mejor que nadie sabes cuán importante es para mí.

Y con una sola frase, la de por sí pequeña sala común,

parece encogerse a mí alrededor mientras pienso en mi propio

hermano. Mi pecho vibra y mi garganta se tensa —después de

todos estos años, él aún puede tomarme por sorpresa,

provocando que mi corazón se apriete y arrastrándome en una

profunda, palpable herida.

Zophie sonríe débilmente. Inconvincente.

—La Tierra es diez veces más grande que Lorien, Lex. Y tan

diferente. ¿Cómo se supone que voy a encontrarlo ahí?

Me quedo mirando el piso metálico de la nave, tratando de

pensar en algo que decir. Una especie de consuelo.

—No puedes perder la fe —le digo—. Aun cuando el sentido

común te diga que debes hacerlo.

Debe saber que no creo lo que digo, pero me hace el favor de

no señalarlo.

Page 42: El Navegante (ECEN)

Capítulo Seis.

Exploro cada pulgada de la nave recordándome a mí misma su

disposición. No toma mucho tiempo, ya que el cohete es

básicamente sólo un largo pasillo. Hay cuatro habitaciones

personales pequeñas. Las Chimæras permanecen en la parte

posterior de la nave, anidadas alrededor de las cajas y

materiales de construcción que hemos traído a bordo.

Tenemos suerte que como parte de la remodelación y

exhibición, los armarios están llenos de ropa, y la cocina

cuenta con algunas herramientas y aparatos útiles. Para el

próximo año y medio, estaremos viviendo en una casa modelo,

sobreviviendo de los suministros de Raylan.

Encuentro una plataforma de datos antiguos en la cabina,

que esboza las funciones y capacidades de la nave y la muestro

a Zophie y Crayton. Yo les digo que es mi deber como su piloto

conocer esta nave lo mejor posible y me excuso por unas

horas, eligiendo una de las pequeñas habitaciones privadas

para llamarla como mía. Es pequeña y escasamente

amueblada con una cobija, una silla y una cama que es de seis

pulgadas, demasiado corta para mí. Lanzo la tableta de datos

sobre la cama sin encenderla y me siento en la silla, mirando

por el cristal denso de la ventana de ojo de buey. Y pienso en

él. No es lo que quiero hacer, pero es imposible no hacerlo,

estando aquí, volando a través del espacio.

Zane. Mi hermano menor.

Page 43: El Navegante (ECEN)

Hubo un tiempo cuando Zane era una constante, una figura

soleada en mi vida. Era un Garde que iba a hacer que de mi

abuelo el Loric más orgulloso en el planeta. Al menos eso es lo

que siempre dijo. Recuerdo una mañana cuando tenía ocho o

nueve años, sentados alrededor de la mesa del desayuno. De

repente, dejó de comer, dejó su tenedor y se volvió a nuestro

abuelo.

—Papá, —dijo con la voz tan grave que jamás había oído—.

Cuando crezca, Yo voy a ser un Anciano. Y si ya hay nueve

Ancianos, me van a ver a mí y me hacen el décimo. Voy a hacer

de nuestra familia un orgullo.

Yo había sofocado una risa, pero mi abuelo solo asintió y

sonrió.

—Creo en ti, Z —dijo—. Pero si vas a hacer eso, tendrás que

empezar por comer el resto de tu desayuno.

Cuando pienso en mi vida, el punto luminoso fue cuando los

dos estábamos en la Academia de Defensa de Lorien. Él no era

más que un niño —trece años— pero yo ya estaba en mi

segundo año como especialista en tecnología de la ADL.

Mucho más joven que mis compañeros de clase. Había tenido

un don para la electrónica que me hizo subir en las categorías,

permitiéndome trabajar en proyectos que otras personas de

mi edad no habrían soñado. Cosas como simulaciones de

programación y navegación por satélite. Incluso ayudé a

retocar algunas de nuestras tecnologías Lorics para ser

tomadas en la Tierra. Pensé que había encontrado mi

vocación. No tenía ningún deseo de ser un Mentor Cêpan.

Aparte de Zane, nunca había sentido la necesidad de entrenar

o supervisar a un niño con Legados.

Page 44: El Navegante (ECEN)

Pero los números y los programas informáticos tenían

sentido para mí. Me sentí como en casa, en la ADL, trabajaba

más horas al día de las que probablemente eran saludables.

Veía a Zane a menudo. Sobre todo durante las comidas o

cuando aparecía en los laboratorios de tecnología para

presumir de lo bien que lo había hecho en los entrenamientos.

Estudiaba en la esquina mientras yo trabajaba. A veces tenía

que despertarlo y arrastrarlo de vuelta a su habitación cuando

se había quedado dormido sobre un libro. Parecíamos los

hermanos perfectos. Los dos sobresaliendo. Ambos con

futuros prometedores por delante.

Zane se asoció con un Cêpan nombrado Dalus, cuyas

calificaciones he cuestionado desde el principio. Él era

demasiado nuevo, demasiado verde para estar entrenando a

alguien como Zane, que era testarudo y con ganas de

demostrar de lo que estaba hecho. No pensé que Dalus

pudiera manejarlo. El hombre era manso, con una voz

tranquila que tenías que acercarte para escuchar. Había

pasado bastante tiempo persiguiendo a Zane alrededor de la

casa de nuestro abuelo como para saber que necesitaba una

figura autoritaria que lo mantuviera en pista.

Incluso me quejé a los cargos más altos de la Academia.

Todo lo que dijeron fue que el vínculo entre Garde y Cêpan ya

se había establecido y que sería perjudicial para ambos si

estaban separados. Así eran las normas de Lorien. La ADL

habló en nombre de los Ancianos y lo que los sabios decían

era, no había lugar para la queja. Así que traté de aceptar que

el sistema sabía lo que era mejor para Zane. Que como su

hermana mayor estaba tal vez exagerando. Demasiado sobre

protectora. Cuidándolo demasiado.

Page 45: El Navegante (ECEN)

Después de que Zane desarrolló el Legado de vuelo durante

su segundo año en la Academia, casi nunca lo vi con los pies

en el suelo. Varios de la Garde podían volar, pero Zane volaba

con tanta gracia y velocidad. Era como si se estuviera

teletransportando, lanzándose desde un extremo del campus

al otro en un abrir y cerrar de ojos.

Él estaba cumpliendo las promesas que le había hecho a

nuestra familia. Se estaba convirtiendo en algo

innegablemente especial.

Dalus vio en él una promesa también. No sólo como un

alumno, sino como algo que podía explotar. Si Zane

terminaría siendo el volador más rápido en todo el planeta,

había un cierto nivel de respeto que se le daría a su Cêpan, así

Dalus lo mereciera o no. La gente miraría a Dalus y diría: "Ah,

mira lo bien que entrenó este magnífico Garde." Y había otros

beneficios también. Incluso en mi puesto en la rama de

ingeniería, había oído historias de mayores, miembros ricos

del CDL que apostaban en carreras de Garde y en otras

pruebas. Si jugaba bien sus cartas, Dalus podría hacer un

fuerte beneficio de mi hermano. Así que empujó a Zane al

borde, siempre insistiendo en que él podía volar más rápido,

más lejos, por períodos de tiempo más largos.

Y entonces sucedió.

Yo había estado en una de las pistas de aterrizaje del consejo

trabajando en la mejora de los sistemas de navegación de los

modelos más recientes de la nave cuando me enteré. Un

superior del CDL que nunca había visto antes fue el que me

dijo. Recuerdo haber visto su túnica color canela mientras

salía de su transporte y supe que algo malo había pasado. Que

él estaba allí para verme.

Page 46: El Navegante (ECEN)

—Fue un accidente —dijo—. Zane estaba realizando un

entrenamiento de larga distancia estaba volando a velocidades

increíbles, mucho más rápido de lo que debería haber sido

permitido. Había un barco de suministro Kabarak entrando en

la ciudad. Y creemos que Zane no lo vio hasta que fue

demasiado tarde.

Al principio yo no entendía, hasta que el hombre comenzó a

decirme algo acerca de cómo la banda de formación de Zane —

la que rastreó su velocidad y ubicación—, estaba muerto, y que

algo tuvo que haber derribado la nave. Ellos aún estaban

tratando de excavar en el sitio donde se estrelló, pero ellos

querían que yo lo supiera lo más pronto posible. Ellos querían

decirme que mi hermano estaba muerto.

—Una vez más —dijo el hombre—. Sentimos su pérdida. Fue

un terrible accidente.

Los minutos que siguieron fueron un borrón. Seguí

pensando que había habido algún tipo de error. Zane no se

había ido él sólo abandonó su banda de formación y se

escondía en las nubes en alguna parte. Era una broma. Mi

hermoso, inteligente, talentoso, amoroso hermano bebé

todavía estaba flotando arriba allí en el cielo en algún lugar.

Zophie que había estado en la pista de aterrizaje por algún

otro asunto de la ADL me trató de calmar, pero no recuerdo lo

que dijo. Yo no podía oír nada, más que mis propios

pensamientos, gritándome una y otra vez: Sólo tienes que

encontrarlo.

Quería correr, gritar, pelear y llorar. Lo que terminé

haciendo fue subir a la cabina de una nave en la que no tenía

permiso de estar y despegar. Era la primera vez que había

Page 47: El Navegante (ECEN)

volado sola, pero el sistema era avanzado e hizo casi todo el

trabajo para mí. Sabía cómo despegar y activar el piloto

automático porque yo había ayudado en los cambios de diseño

para el sistema de navegación. Y antes de que me diera cuenta

estaba surcando el aire, en busca de Zane.

No tenía idea de dónde había estado entrenando, pero no

importaba. No podría vivir conmigo misma si no intentaba

encontrarle.

Finalmente, agotada, aterricé en algún lugar del país.

Funcionarios de la ADL rastrearon la nave robada y me

trajeron de vuelta a la escuela. Por ese tiempo, ellos

finalmente encontraron la banda de capacitación de Zane en el

lugar del accidente. Y sus restos. Quería ver a Dalus —

destrozarlo— pero no me dejaron acercarme. Finalmente, fue

enviado a un remoto Kabarak —nadie me diría dónde. Debe de

haber desaparecido por completo de la Red. Nunca lo

encontré. Traté de aguantar hasta el final en la Academia, pero

parecía sin sentido ahora. La gente seguía usando esa palabra

—‘accidente’— como si supusieran que haría las cosas mejor.

Entonces, por primera vez, me puse a pensar en el

verdaderamente mal estado de Lorien. Cómo nuestras

libertades eran de tenues y cómo nuestros líderes nunca

fueron considerados responsables de nada, no realmente.

¿Qué pasaría si Zane no se hubiera visto obligado a ir a la

ADL? Para ser entrenado para luchar y proteger. ¿Y si sólo se

le hubiera permitido ser un niño normal? ¿Qué si hubiera

tenido con otra elección? O si la ADL me hubiera escuchado

cuando les había dicho que Dalus no era un buen partido para

él.

"Accidente".

Page 48: El Navegante (ECEN)

Esa palabra me golpeaba como un golpe bajo cada vez que la

escuchaba. Porque lo que le pasó a mi hermano no fue un

accidente. Había gente que culpar. Dalus era el más obvio.

Pero a la ADL también. Y yo no podía olvidar a los Ancianos,

que habían dictaminado que los niños más dotados de nuestra

sociedad deben ser entrenados como soldados basados en una

profecía que yo ni siquiera creía que fuera cierta. No en ese

momento.

Y yo también. Yo era la culpable de creer en todo esto, en la

idea de que la ADL y el CDL mantendrían a Zane seguro. Que

tenían nuestros intereses individuales en mente, en lugar de

los suyos.

No podía manejar más el oír la palabra "accidente". Salí de

la Academia. Nunca regresé.

En mi habitación minúscula en la nave, No puedo conseguir

sacar a Zane de mi cabeza. Han pasado cinco años desde que

voló demasiado rápido por el cielo, y aunque sé que se ha ido,

todavía hay una parte de mí que espera en la suerte y en volver

a retomar mi vida.

Perder a Zane dejó un agujero en mí. Es por esta razón por

encima de todas las otras que he tratado de permanecer libre

de demasiadas muchas responsabilidades en estos últimos

años. Las personas incluidas. No pude acercarme a cualquiera,

no podía incluso decir adiós a nuestro abuelo. Me negué a ser

herida de nuevo como lo estuve por la muerte de Zane. Si eso

significaba que estaré sola por el resto de mi vida, que así sea.

Ahora sólo me doy cuenta de que algunas de mis

suposiciones sobre Lorien y la forma en que fue ejecutado

eran incorrectas. La profecía era real. Necesitábamos

Page 49: El Navegante (ECEN)

soldados, algunos de la Garde incluso me salvaron la vida.

Pero, ¿a qué costo? Lorien probablemente se ha ido.

Quemado. Y si la inteligencia de Zophie es correcta, los sabios

sólo salvaron dieciocho ciudadanos. Diecinueve si contamos a

Janus.

¿Por qué ellos? ¿Qué los hace tan especiales? ¿Qué los hace

más dignos de la salvación que yo? ¿O Zophie o Crayton o

Ella? ¿O Zane?

Page 50: El Navegante (ECEN)

Capítulo Siete.

Las semanas transcurren.

Las Chimæras se adaptan más rápido que nosotros.

Supongo que esa es la historia de sus vidas, sin embargo,

cambian para adaptarse a la situación actual; ahora en su

mayoría son pequeños animales peludos. Los roedores que

invernan en los contenedores de almacenamiento parecen

saber que no hay suficiente comida a bordo, ni para nosotros y

que deben sobrevivir así que duermen por días. Crayton pasa

demasiado tiempo mirando por encima de ellas,

acariciándoles la espalda cuando Ella está durmiendo la siesta.

Cada pocos días les despierta uno por uno y les incita a beber

un poco de lodo a base de proteínas presionado una pequeña

bolsa de oro. Espero que podamos llegar a la Tierra antes de

que yo tenga que conocer el sabor de las manchas grises que

caen de ese paquete.

Al principio hablamos mucho de Lorien, sobre teorías de

posicionamiento y hacemos las mismas preguntas sin

respuesta que habíamos tenido cuando aún podíamos ver la

superficie quemada del planeta a través de la portilla.

Pasamos horas tratando de encontrar respuestas que no

podemos confirmar. Todo son hipótesis, conjeturas. Ni

siquiera sabemos el estado del planeta mismo.

Page 51: El Navegante (ECEN)

No se necesita mucho tiempo para que nos demos cuenta de

que estamos teniendo la misma conversación una y otra vez, y

sin que ninguno de nosotros tenga que decirlo, hacemos un

esfuerzo consciente para mantener nuestro enfoque en el

futuro. El tiempo para las respuestas vendrá cuando estemos

en la Tierra, cuando podamos localizar a Janus, a la Garde y a

los Cêpans evacuados. Ellos estarían tomando un rumbo

diferente que nosotros, dada la capacidad de su nave. Van a

estar en la Tierra meses antes que nosotros.

Zophie no aceptará la idea de que nada le va a pasar a la

nave de Janus en su viaje o que los Mogadorianos los rastreen

o los intercepten. Crayton parece tan decidido a creer que los

otros estarán en la Tierra también. Creo que no se siente

preparado para criar a Ella, es algo por lo que no puedo

culparlo. Si Ella es un Garde como sus padres, necesitará un

Mentor Cêpan que la entrene, y es probable que solo haya

nueve en el universo.

Trato de mantener el optimismo de que la otra nave escapó

con éxito de los Mogs y los dejara en la Tierra sanos y salvos.

Tengo tantas preguntas que sólo los sobrevivientes elegidos

pueden contestar. Quizás Loridas mismo está con ellos, y

puedo derribarlo y preguntarle por qué. ¿Por qué, después de

todo nuestro entrenamiento no estaban listos? ¿Por qué los

Mogs vinieron por nosotros? ¿Por qué muchos tuvieron que

ser sacrificados?

Encontrar a los demás una vez que estemos en la Tierra, va a

ser el verdadero reto.

Zophie tuvo suficiente previsión de traer una tableta de

datos del museo con ella, y así a lo largo de nuestros meses en

el espacio nos da un curso intensivo sobre la Tierra, tratando

Page 52: El Navegante (ECEN)

de aclimatarnos para que cuando lleguemos allí no

destaquemos demasiado. El planeta no se ha puesto en

contacto con cualquier vida extraterrestre —al menos no que

sepan— y Zophie no está segura de cómo podrían reaccionar

ante el descubrimiento de que no están solos en el universo.

Tal vez con hostilidad.

Pero mezclarse termina sonando mucho más difícil de lo

que esperaba que fuera. En Lorien, las costumbres y culturas

en realidad no cambian mucho si estuvieras en el medio de la

Ciudad Capital o paleando estiércol de una chimæra en un

Kabarak. Pero la Tierra no parece ser nada de eso. Es mucho

más grande y dividida en diferentes secciones que son tan

diferentes la una de la otra. No hay cuerpo gobernante para

dirigir a todas las personas del planeta, o "seres humanos",

como los llama Zophie. Ese tipo de diversidad suena muy bien

en teoría, —suena como el tipo de mundo que siempre

imaginé en el que Lorien podría convertirse si acabáramos de

abrir nuestros ojos— pero como alguien de otro planeta, hace

que tratar de obtener un control sobre los seres humanos

suene bastante difícil. Afortunadamente, tenemos un montón

de tiempo libre, así que aprender acerca de la Tierra es una

distracción de la monotonía de nuestro viaje.

Por no hablar de la ansiedad de ver que nuestras reservas de

alimentos disminuyen lentamente. Según los cálculos de

Zophie debemos llegar a la Tierra muy bien, pero todos

empezamos a comer cantidades más pequeñas de alimentos

con el progreso meses. Sobrevivimos con frutas secas y

proteínas masticables.

Zophie insiste en tener un conocimiento rudimentario de

varios idiomas antes de llegar— suficiente para hacer

Page 53: El Navegante (ECEN)

preguntas simples y sonar como turistas o viajeros de otros

países en lugar de tres personas que no pueden hablar un solo

dialecto terrestre. Una vez más, estoy asombrada por lo

diferente que la gente que habita el mismo planeta puede ser.

Qué extraño que estos miles de millones de personas no

puedan ni siquiera comunicarse todos entre sí. Empezamos

con un lenguaje llamado Francés, porque sus vocales son más

como nuestra lengua nativa Lorica, luego cambiamos a otros,

de los que nunca he oído hablar: Español, luego Inglés y

Mandarín. Crayton y Zophie sobresalen en las lenguas, y en

poco tiempo se están riendo de chistes en uno conocido como

Alemán, mientras que todavía estoy tropezando con "Ich heiße

Lexa" [mi nombre es Lexa]. Esto es probablemente porque me

paso la mayor parte de mi tiempo libre escribiendo todo lo que

recuerdo de mis días de trabajo en los sistemas de

comunicaciones de la Tierra en vez de estudiar nuevos

idiomas. Estoy más a gusto con el vocabulario de la electrónica

—unos y ceros y líneas cuidadosas con formato de código.

Basada en mi tiempo en la ADL, asumo que la Tierra ha

llegado a un punto en su evolución tecnológica que significa

que está interconectada por máquinas y confinada en ellas de

la misma manera que estábamos en Lorien. El Internet fue

uno de los muchos regalos que Lorien trajo a los seres

humanos a través de los siglos. No es que lo sepan o que sepan

que alguno de sus otros tesoros en realidad procede de

nosotros.

O incluso que algunas de sus mentes más brillantes no eran

de su planeta en absoluto, sino Lorics. Solía preguntarme por

qué les pasamos cualquier recurso de ayuda a un planeta tan

lejano cuando no había nada en él para nosotros. Ni siquiera

Page 54: El Navegante (ECEN)

el reconocimiento de nuestras contribuciones. Pero ahora

estoy empezando a preguntarme hace cuánto tiempo los

Ancianos sabían de los Mogadorianos. Qué parte de la "guerra

secreta" era real.

¿Si habrían estado preparando una migración Lorica a este

nuevo mundo todo este tiempo?

Seis meses después del viaje, me parece que Crayton

hiperventila, sentado en el suelo junto a la cuna improvisada

que hemos reunido para Ella, un recipiente de plástico de gran

tamaño fijado a una mesa auxiliar y lleno de mantas. El rostro

de Crayton es blanco, y su frente es brillante por el sudor.

—¿Que está mal? —Le pregunto, tomando unos pasos

rápidos hacia el lado del bebé. Pero Ella está bien, durmiendo

sin cuidado del universo.

—¿Qué se supone que debo hacer con ella? —Pregunta—.

Conozco sobre los animales. Eso es todo. Acabo de

asegurarme de que tienen comida y agua y no están enfermos.

No sé cómo criar a un niño.

Miro hacia abajo a él. No estoy segura de si realmente quiere

una respuesta o si él está hablando sólo para sí mismo. Él

continúa.

—Incluso después de todos nuestros estudios, siento que

casi no sé nada de la Tierra. ¿Cómo se supone que voy a

asegurarme de que esté bien? ¿En qué idioma se supone que

hable con ella, Loric? ¿Y si ella pregunta acerca de sus padres?

¿Qué se supone que voy a decir?

Page 55: El Navegante (ECEN)

Echo un vistazo hacia la cabina del piloto, donde Zophie está

perdida entre las estrellas, mirando todo y nada a la vez.

Supongo que esto es algo que tendré que manejar por mi

cuenta.

—Le dirás lo que quieras —le digo.

—Esa es una gran historia para dormir —se burla—. Que su

mamá y papá están probablemente muertos y que me

enviaron con ella en una nave con un montón de animales

para asegurarse de que estaba a salvo. ¿Cómo se le explica eso

a una niña?

No sé qué decirle. ¿Qué le diría a Ella? ¿Qué le diría a Zane?

Mi primer instinto es la verdad, sin duda. Pero, ¿y si la verdad

es aterradora? ¿Cómo se encuentra el término medio? ¿Y si la

verdad la pone en peligro?

—Tal vez no se lo expliques —le sugiero—. Tal vez le dices

algo que les ayudará a mantenerse sanos y salvos. Incluso si

eso significa mentirle. Vas a tener que preguntarte si es más

importante que sepa la verdad o su poder de conciliar el

sueño sin el temor de que todo el mundo que la conoce fue

destruido en una lluvia de fuego en medio de la noche.

Crayton me mira. Sus ojos están enrojecidos.

—No voy a mentirle —dice.

Ella comienza a despertar, estirándose y con arrullos.

Crayton está de pie en un instante, se inclina sobre ella. Niego

con la cabeza.

—Cuando llegue el momento —digo—. Harás lo que tengas

que hacer con el fin de protegerla.

Lo dejo con el bebé y me retiro a mi habitación.

Page 56: El Navegante (ECEN)

Capítulo Ocho.

Para el momento en el que podemos ver la Tierra, el cabello de

Ella es completamente castaño. El resto de nosotros nos

vemos desaliñados.

Crayton luce una espesa barba que le cuelga casi a la mitad

del pecho. Hay una nube de cabello negro un poco más espesa

en mi propia cabeza. Zophie mantiene el suyo largo, rojos

rizos recogidos con un pedazo de tela.

En realidad la vista de nuestro destino tranquiliza mientras

comenzamos a quedarnos sin suministros. Sin siquiera hablar

al respecto, todos estábamos rebajando nuestras raciones y el

resultado era tres demacrados Lorics con círculos oscuros bajo

sus ojos. Ella es la parte aislada. Ella está prácticamente

regordeta, lo que me lleva a creer que Crayton le ha estado

dando parte de su propia comida. No es que me importe. La

niña se puede mantener de pie ahora y correría un poco si no

fuéramos cuidadosos; la nave no fue realmente hecha con

niños en mente, está llena de esquinas afiladas. Ella incluso

puede decir un par palabras. Tal vez un poco más de un par.

Es un poco complicado mantener un seguimiento de los

sonidos que balbucea o si está tratando de formar palabras de

los lenguajes que practica.

Ella definitivamente sabe nuestros nombres al menos,

incluso si batalla con algunas de las consonantes. Nos hemos

Page 57: El Navegante (ECEN)

convertido en “Ex” “Zoey” y “Ray-un” para ella, el último de

estos es extraño de oír viniendo de su boca, desde lo que

podría ser fácilmente Ella tratando de pronunciar el nombre

de su padre. Pero no hay negación de que es Crayton a quien

llama cuando se despierta; sus ojos se iluminan donde sea que

lo vea.

Y por esa parte, la manera en que él la mira ha comenzado a

cambiar. Ya no es solo con preocupación, como si fuera una

frágil burbuja al que le hubieran mandado a proteger. Eso

sigue ahí, pero debajo de una gruesa capa de afecto.

Cuando los llamo a la cabina de piloto para ver la Tierra,

aunque solo sea un punto azul a la distancia, Crayton trae a

Ella con él.

—¿Ves eso? —Él le pregunta, apuntando al espacio—. Ese es

muestro nuevo hogar. Ahí es donde tú vas a crecer.

Ella solo balbucea y gira de su barba con sus pequeños y

regordetes puños.

Son tan solo unos días más antes que los largos telares de la

Tierra estén delante de nosotros y podremos discutir dónde y

cómo vamos a aterrizar. Nosotros no tenemos exactamente el

lujo del tiempo o viajar, mientras estamos escasos de

combustibles fósiles sintéticos para estas fechas. Basándonos

en nuestro ángulo de aproximación y en la rotación del

planeta, tenemos una pequeña y estrecha ventana de donde,

geográficamente, podríamos aterrizar. Estamos tan bajos en

reservas de poder que tendremos que confiar en que la fuerza

gravitacional de la Tierra nos jale para atraernos al suelo tal

como es.

Page 58: El Navegante (ECEN)

Zophie estudia minuciosamente escaneos de la superficie de

la Tierra, sentada en la silla del copiloto. Finalmente apunta a

un lugar en el mapa digital que jala hacia uno de los monitores

de la cabina de piloto.

—Ahí —dice ella—. Es un desierto.

—Así que, ¿un montón de arena? —Pregunto. Me tomo unos

segundos para entender que significaba desde que los

desiertos no eran exactamente abundantes en Lorien.

—Cierto. Y más importante, está en gran parte inhabitado,

así que no tendremos que explicar de dónde venimos a un

montón de espectadores. Seremos capaces de aterrizar la nave

y viajar un día o más a un área metropolitana más grande, una

ciudad llamada Cairo.

Pongo las coordenadas en el panel de navegación.

—Parece viable —digo—. Dile a Crayton que necesitará

sujetarse bien con Ella. Cuando entremos en la atmósfera de la

Tierra las cosas empezaran a ponerse agitadas.

Los tres nos mantenemos en silencio mientras comenzamos

nuestro acercamiento final hacia el planeta. Incluso Ella está

en silencio, como si se diera cuenta que esto es importante.

Mantengo mis ojos fijos en el panel de instrumentos,

monitorizando el incremento de calor afuera, mientras

atravesamos la burbuja de la atmósfera.

—Esto no es tan malo —susurra finalmente Crayton—. Al

menos no hay una flota de naves revoloteando alrededor...

La nave comienza a agitarse violentamente, lanzándolo

hacia arriba.

—Es todo… —Zophie comienza.

Page 59: El Navegante (ECEN)

—Estamos bien —mantengo mis ojos moviéndose de

adelante hacia atrás entre los instrumentos y la rápida

aproximación a la superficie del planeta frente a nosotros.

La nave continúa empujando hacia atrás y delante, como si

tratara de romperse a sí misma en el cielo. Pero se mantiene

junta mientras nos dirigimos directamente a una expansión

dorada de tierra.

Una lectura de uno de los monitores suena. Es momento de

desplegar nuestras medidas de reinserción: una docena de

propulsores fuera de borda que rápidamente disminuirán

nuestro descenso hasta que aterricemos en la arena.

—¡Esperen! —grito y giro el interruptor. Nada sucede.

Giro el interruptor una y otra vez, sin ninguna respuesta.

—¡Mierda! —susurro. Mi corazón y cerebro comienzan una

carrera—. Mierda, mierda, mierda.

—¿Qué pasa? —Pregunta Crayton.

—Los propulsores de reinserción no funcionan.

Estamos viajando muy rápido. Estamos prácticamente sin

combustible. No hay manera en que podamos expulsarnos a

nosotros mismos a esta velocidad. Alarmas y advertencias

comienzan a encenderse alrededor de la cabina. Golpeo los

controles hasta que recibo una lectura que me ayuda a explicar

qué sucede —nunca reconstruimos apropiadamente los

propulsores durante la restauración. Tengo dos propulsores

frontales que puedo enganchar, pero es una única

oportunidad, y solo cambiará ligeramente la dirección de

nuestro muy rápido descenso.

Vamos a estrellarnos.

Page 60: El Navegante (ECEN)

En algún lugar detrás de mí las Chimæras y Ella lloran

mientras los instrumentos de la cabina hacen un terrible

sonido que parece decir: ‘Es muy tarde; están muertos.’

Trato de mantener la calma, yendo a través de opciones en

mi cabeza. No hay nada que podamos hacer, ni si quiera un

paracaídas que podamos desplegar.

Y entonces, una imagen viene a mí. Zane.

Su forma favorita de asustarme después de desarrollar el

vuelo era dirigirse hacia el suelo hasta que yo estaba gritando

para que bajara la velocidad, siempre aseguré que se iba a

terminar estrellando en el césped o la calle. Él esperaba hasta

el último segundo concebible y entonces finalmente se

levantaba, disparado pasando por delante de mí

horizontalmente. Un tornado en forma de un niño pequeño.

—Todos estén listos —digo—. Voy a intentar algo.

Los escucho gritarme cosas, pero no hago caso. Tengo que

estar completamente concentrada. Vamos acercándonos y

acercándonos a la Tierra, pero espero. Tengo solo una

oportunidad en esto. Tenemos solo una oportunidad.

La arena está casi encima de nosotros. Zophie grita. Crayton

abriga con sus brazos a Ella.

Golpeo los propulsores frontales.

Nos enderezamos por un segundo, hasta que estamos

paralelos a la Tierra. Es cuando gasto lo último de nuestro

combustible en un gran impulso hacia adelante. Funciona, por

algún milagro, no nos estrellamos. La superficie del desierto es

un borrón mientras atravesamos rozándola. Comenzamos a

girar. Estoy segura que en algún momento la nave se va a

Page 61: El Navegante (ECEN)

romper a la mitad y nos va a mandar fuera, nuestros cuerpos

se romperían contra la arena. Pero se mantiene unida el

tiempo suficiente para golpear contra una duna gigante. La

arena nos cubre, bloqueando la cabina de piloto excepto por el

aún prendido sonido de las luces de emergencia.

Todo está en calma excepto por el aullido de los animales y

Ella que llora.

Estoy casi asustada de mirar más allá de los controles o

soltar el yugo de vuelo, entonces escucho a Zophie jadeando

por aire y a Crayton hablando con Ella, y sé que estamos vivos.

Miro hacia ellos. Brillan con el sudor y sus ojos se ven salvajes,

pero están bien.

No me había dado cuenta que estaba manteniendo la

respiración, pero finalmente exhalo, apartando mis manos

temblorosas fuera de los controles.

—Lo hiciste —dice Zophie.

Y no puedo evitar una risa histérica, una risa confundida

mientras trato de tragar aire.

Page 62: El Navegante (ECEN)

Capítulo Nueve.

Salir de la nave prueba ser un desafío.

La única manera en la que somos capaces de escapar es

gracias a la caja de armas de Raylan —una de las pocas que no

habíamos tocado durante el año y medio de nuestro viaje. Mi

aterrizaje pudo haber evitado que nos estrelláramos contra la

tierra, pero aun así nos enterró profundamente en una

montaña de arena. La puerta de carga está bloqueada, y sin

combustible para iniciar los propulsores o el motor, es

imposible que nos desenterremos a nosotros mismos de la

arena. Después de una lluvia de ideas, encuentro una granada

incendiaria en una de las cajas de Lorien y hago un hueco en el

costado del compartimiento de carga, mientras nosotros nos

acurrucamos en el cuarto de Crayton junto con las Chimæras.

Por un lado, es perfecto que nos estrelláramos en medio de

la nada, sin humanos que pudieran habernos visto. Por el otro,

ver nada más que arena y montañas rodeándonos no es

precisamente la vista más acogedora que pudiera imaginar.

—¿Cómo está el radar en la Tierra? —pregunto, mientras

bajo brincando a la arena caliente, usando la playera y

pantalones negros que tenía puestos la noche que todo cambió

en Lorien. Me queda un poco grande ahora, pero a penas lo

noto. Es tan bueno estar respirando aire que no ha sido

reciclado y sentir la luz del sol sobre mi piel. No me molesta el

Page 63: El Navegante (ECEN)

calor. Le doy la bienvenida, justo como se la di al suelo sólido

y estable bajo mis pies.

—Sus sistemas no son exactamente insofisticados, —dice

Zophie, trepando a través del hueco humeante—. Es posible

que alguien haya detectado nuestra entrada. Estamos en el

norte de África. Egipto. Estamos suficientemente cerca de su

capital, podrían tener ojos en el cielo.

—¿Puede alguien tomarla? —Pregunta Crayton y le entrega

Ella a Zophie.

Pronto los tres estamos en la cima de la montaña en la que

se estrelló nuestra nave. Hay arena hasta donde alcanza la

vista.

—¿Hacia dónde vamos ahora? —Pregunta Crayton. Ahora él

tiene a Ella sujetada a su pecho, con su mano sobre su cabeza

para protegerla del sol.

—No estoy segura —Zophie muerde su labio—. Planeaba

trazarnos visualmente desde el espacio una vez que

estuviéramos suficientemente cerca.

—¿No hay algo en la nave que nos señale donde hay

civilización?

—Nuestra tecnología no está hecha para los satélites de aquí,

—digo—. Podría reconfigurar algo, pero no tengo idea de

cuánto tardará.

—Si los humanos rastrearon nuestra entrada, podrían ya

estar en camino —Zophie se lleva la mano a los ojos,

entrecerrándolos.

—Entonces deberíamos movernos —digo—. Tratar de

encontrar un área habitada y mezclarnos.

Page 64: El Navegante (ECEN)

Hay un tipo de conmoción debajo de nosotros y me doy

cuenta de que las Chimæras han salido volando de la nave y

están estirando sus cuerpos, cambiando de formas y luchando

entre ellas en la arena. Parecen igual de felices que yo de estar

fuera de nuevo. Algunas de ellas toman formas de aves y

planean por los aires.

—Nunca los había visto tan desquiciados —murmura

Crayton.

—Estar aquí debió haberlos sacado de sus sistemas —digo—.

Mientras seguimos fuera de vista.

No puedo evitar preguntarme: ¿Qué vamos a hacer con

todas estas bestias ahora que estamos en la Tierra?

Una de ellas —un ave azul gigante— vuela más alto que

todas, sus ojos dorados brillando como un faro en el cielo.

Suelta un chillido y baja, acechando a nuestro alrededor en

dos círculos apretados. Está volando tan cerca de mí que

puedo sentir su mirada en mi cara. Después el animal está

nuevamente en el aire, agitando sus alas contra el viento, pero

mirándonos a nosotros.

—¿Me volví completamente loca en el espacio, o está esa

Chimæra señalándonos que la sigamos? —Pregunta Zophie.

—Probablemente las dos —digo yo.

—Su nombre es Olivia —dice Crayton—. Siempre ha sido la

más brillante —se voltea para vernos—. Creo que debemos

seguirla.

Zophie y yo intercambiamos miradas. Ella se encoge de

hombros.

—Esa dirección se ve tan bien como cualquier otra.

Page 65: El Navegante (ECEN)

Antes de irnos, observo más de cerca nuestra nave. O a lo

que queda de ella. Incluso sin la parte de la nave que hicimos

explotar en la carrocería, parece que las unidades de

propulsión fueron freídas en nuestra reentrada. Sin las partes

y materiales necesarios no hay manera de que esa

embarcación se vuelva a mover.

—Creo que esta nave ha visto su último viaje —digo,

sintiéndome repentinamente muy atrapada en este planeta.

—¿Sencillamente la vamos a dejar, o qué? —pregunta

Crayton.

Zophie sugiere que la volemos, si no queremos que los

humanos la encuentren y lleguen bruscamente a la realización

de que no son la única vida inteligente en el universo. No

puedo decir si está bromeando o no, pero de igual manera

argumento que es una mala idea –no estoy precisamente

entusiasmada de destruir lo que podría ser una de los pocos

sistemas Lorics en el universo. A demás, la nave está casi

completamente enterrada en la arena, escondida. Después de

unos días, lo más seguro es que desaparezca debajo de la

arena completamente. Así que reunimos las pocas municiones

que aún conservábamos y las distribuimos entre las maletas

para cargar el mismo peso. Hay poca comida y solo un manojo

de armas –cuchillos, granadas de golpe y algunos explosivos.

Raylan tampoco escatimó en otros recursos. Nos dividimos la

joyería –anillos, brazaletes, collares– y piedras preciosas.

Caminamos. Es, tal vez, la primera vez que he comprendido

la importancia de nuestra situación. Ahora somos refugiados.

Cuatro seres sin planeta. Somos una especie al borde de la

Page 66: El Navegante (ECEN)

extinción. Confiando el instinto de un animal porque no

tenemos un mejor plan u opción. Incluso, aunque la Tierra ha

sido nuestro destino desde hace meses, estar en su suelo

arenoso se siente irreal. Se siente tan ajeno.

Ha sido tan monótono en la nave, que he dejado que algunos

fuegos se enfríen, pero ahora que estamos en la Tierra,

recuerdo todo el odio que tenía por la manera en que las cosas

se manejaban en Lorien. Y como se sentía. Silenciosamente

maldigo los nombres de cada Anciano. Es algo que he hecho

incontables veces, usualmente pensando en Zane. O en los

Lorics que murieron en el ataque Mog –incluso aquellos que

fueron parte del sistema, así lo supieran o no. Pero, en este

momento, con la niña llorando y nuestros pies hundiéndose

en la arena, maldigo a los Ancianos, por Zophie, Ella, Crayton

y yo. Por todo lo que nos ocultaron. Por ponernos en esta

situación.

Por pensar que no valía la pena salvarnos.

Seguimos a Olivia. El resto de las Chimæras vienen detrás de

nosotros. Eventualmente, cuando nuestro paso se vuelve más

lento, se transforman en bestias de cuatro patas y nos cargan a

nosotros ya nuestras municiones. Caminamos hasta que

también ellas se cansan. Y entonces acampamos.

La noche llega. Zophie asume que debe ser verano o

invierno, o de otra manera las temperaturas en este clima

serían extremas. Hace frío, pero nos las arreglamos. Una de

las Chimæras se morfa en un gran animal con pelaje suave y

largo, después de dudar un poco me recargo en él. Me duermo

rápido, mi mente deriva a otros tiempos. Zane y yo jugando en

la casa de nuestros abuelos. Nuestra emoción mutua en su

primera mañana en la Academia. Tardes perfectas en Lorien.

Page 67: El Navegante (ECEN)

Es la mitad del segundo día cuando por fin encontramos

estructuras en la distancia. Triángulos altos, color arena,

sobresaliendo del horizonte. Cuando Zophie las ve, chilla,

corriendo unos pasos hacia adelante.

—Las grandes Pirámides, —dice ella—. Son construcciones

antiguas, uno de los primeros proyectos que los Lorics

dirigieron aquí en la Tierra hace eras cuando aún tratábamos

de evaluar las habilidades de las formas de vida aquí. Es aquí.

Las Chimæras nos guiaron en la dirección correcta.

Y así seguimos adelante con vigor renovado.

Unas pocas horas más tarde, comenzamos a pasar pequeñas

edificaciones y finalmente llegamos a los caminos. Las

Chimæras se encogen de tamaño. Algunas se deslizan por los

caminos como lagartos. Otras se cuelgan en techos, con forma

de aves. Juro que veo un pequeño roedor escurrirse en el

bolsillo de Crayton.

Destacamos con nuestras maletas y expresiones huecas.

Unos pocos hombres que están congregados frente a lo que

parece un pequeño mercado nos hacen preguntas en un

idioma que me es desconocido. Pero Zophie lo conoce. Debe

ser alguno de los que estudió por su cuenta. Conversa con ellos

unos minutos, finalmente riendo un poco.

—¿Qué sucede? —pregunta Crayton en Loric.

Le lanzo una mirada.

—Ese ya no es nuestro idioma —digo en francés.

Zophie hace una mueca.

—Dicen que parece que acabamos de caminar a través del

desierto. Dicen que ese sería realmente un viaje largo.

Page 68: El Navegante (ECEN)

—Pregúntales donde podemos encontrar un lugar para

dormir.

Vuelve a hablar. Las palabras vienen y van rápidamente y

parece que las cosas se están calentando.

—Estamos en Giza, —dice ella—. Les dije que necesitamos

un lugar para quedarnos, pero intentan vendernos un tour por

sus paisajes locales. Piensan que estamos visitando desde otro

lugar en la Tierra.

Doy unos pasos al frente, frunciendo el ceño. Soy

centímetros más alta que ellos y cuando mis botas se plantan

en frente de ellos puedo sentir su aprehensión. Alcanzo mi

bolsillo y saco de él un pequeño y brillante anillo de la

colección de Raylan, sosteniéndolo frente a ellos en mi palma.

—Diles que es suyo si nos consiguen camas cómodas, —digo.

Zophie habla. Los hombres sonríen.

Page 69: El Navegante (ECEN)

Capítulo Diez.

Intercambiamos cosas. Nos bañamos. Dormimos por un largo

rato.

Tratamos de adaptarnos.

Nos registramos en tres cuartos en lo que parecen ser unas

cabañas, Zophie nos asigna los cuartos. Nos dividimos las

Chimæras, dejándolas dormir a nuestros pies en nuestras

grandes camas. Tratamos de acurrucarnos para sentirnos algo

normales. Después de estar atascados en un tubo por un año y

medio, el andar por las calles de la ciudad por una hora —sólo

mover las piernas y sentir el aire en la cara— parece como una

bendición.

Cuando me entero de lo que es una casa de empeño,

comienzo a vender varias cosas de Raylan a las tiendas de

empeño alrededor del pueblo. Las mejores cosas las guardo

para las que se especializan en joyería. El dueño de la tienda

me mira de forma muy sospechosa cuando le digo que fueron

una herencia de los antepasados de mi familia, en lo que estoy

segura es un inglés muy cortado. Ellos me las compran de

todos modos, y juntamos una montaña de dinero usada en

Giza —para ser honesta, los fajos de dinero y las monedas son

algo sin sentido para mí, alguien que no tiene el contexto de lo

que cuesta el sobrevivir en este planeta. Pero Zophie es la

Page 70: El Navegante (ECEN)

encargada de las fianzas, y dice que tengo el suficiente dinero

para vivir por ahora.

La ciudad parece lo suficientemente segura, pero debo de

llevar una de las pistolas de Rylan en mi bolsillo cuando salgo

del hotel. He aprendido perfectamente cómo todo puede

cambiar en un instante. La Tierra, también, no tiene buena

fama cuando se habla de violencia y guerra.

Tomo algo de dinero para comprar una laptop, que en este

planeta es considerada una obra de arte, pero para mí es una

maquina vieja que seguramente mis abuelos bien pudieron

haber usado. Es algo antigua, pero parte de su hardware está

basado en los sistemas de Lorien que conozco muy bien.

Desarmo la computadora que debe de pesar más que Ella y la

vuelvo a armar, agregando componentes de los paneles que

obtuvimos en la nave. Y como resultado la mejoro un poco.

Los sistemas de comunicación de este planeta son tan

rudimentarios como las computadoras, pero servirán. Tengo

que trabajar en busca de datos, investigando en el internet,

por alguna información de la otra nave, algo que pueda estar

relacionado con Lorien al menos. Pero este planeta es muy

grande, con tantos lugares para esconderse, y con demasiados

lenguajes. Mi progreso es lento. Me siento en casa, al menos,

de vuelta en el mundo de los unos y ceros1.

Pero cada día Zophie está más cansada. Cada hora que pasa

sin alguna idea de donde podría estar su hermano, le duele

más. Algo que es muy inquietante de ver. En la nave,

estábamos tan frustradas porque estábamos atrapadas,

incapaces de hacer algo. Pero ahora en la tierra, donde

Page 71: El Navegante (ECEN)

podemos realmente hacer algo, nuestra incapacidad de

encontrar alguna pista le pesa más a ella. No ayuda el hecho

de que, — aunque ella es la especialista en las culturas de otros

mundos y sus asuntos — yo soy la que está conectada. La única

en quien tiene que confiar. Ella puede ser capaz de escribir

algo y buscarlo en internet, pero soy yo la que sabe navegar

muy bien en éste internet. Sé saltarme sistemas de seguridad

mediante códigos y reconocer las cosas que están escondidas a

plena vista. Ella se siente inútil. Cada día que pasa, sus ojeras

van aumentando.

Han pasado algunas semanas desde que comenzamos

nuestra indefinida estancia en el hotel, cuando por fin

encuentro una pista solida hacia Janus y los demás. Reviso

rápidamente un foro donde algunas personas han posteado

“evidencia” de encuentros cercanos con alienígenas. La

mayoría de las fotos están muy grises y borrosas. Puedo ver los

cables que cuelgan de algunos platillos voladores, los cuales

los usuarios del foro tratan de hacerlos pasar por naves

extraterrestres legítimas — que cosa tan extraña debe de ser el

vivir en un planeta que no conoce nada acerca de las culturas y

las especies que existen en el universo. Sin embargo, me

parece que una de las fotos es de hace un par semanas, y tiene

capturada la silueta de algo inconfundible. Una nave de

Lorien.

Volando en los Estados Unidos.

Zophie y Crayton han salido a comprar comida. Ella duerme

detrás de mí, en una cama cerca del cuarto de Crayton. Estoy

sola, y puedo concentrarme en la tarea que me dieron. Mis

dedos se mueven sobre el teclado.

Page 72: El Navegante (ECEN)

Con un poco de esfuerzo, rastreo la dirección IP del usuario

que publicó la foto. Me lleva hacia un pequeño pueblo en el

norte de un estado llamado Nueva York. Un mapa de la zona

me da a entender que el lugar esta apartado, poco habitado —

el lugar perfecto para esconder una nave. Continúo

investigando, intentando buscar más información del usuario

que subió la foto. Él no ha respondido a los comentarios de la

foto — la mayoría de los cuales son tontos e inútiles. De hecho,

su presencia en el foro pareció desaparecer completamente

días después de que subió la foto, lo cual es extraño, ya que

según su registro, el usuario era muy activo en el foro. Cuando

le mando un correo electrónico a la dirección que tenía

vinculada con su nombre de usuario, obtengo una respuesta

automática diciendo que el mensaje “no fue enviado”.

Empiezo a sacar pistas de la identidad de la persona

mediante los datos personales que deja en los comentarios de

los foros y busco su nombre de usuario en otras páginas web.

No tardo mucho en encontrar su verdadera identidad: Eric

Bird. Después de una pequeña búsqueda, busco en los

registros del estado de Nueva York su nombre. Una dirección

de su casa. No es mucho, pero es algo con que entretenernos.

Hay un teléfono junto con la dirección de la casa, pero

cuando llamo, suena ocupado. Sigo intentando, cada diez

minutos, por la siguiente hora. Eventualmente Zophie y

Crayton regresan. Cuando les digo lo que encontré, Zophie

deja caer el mandado y corre hacia mí. Ella me abraza antes de

que pueda pararme de la silla.

—Sabía que lo harías —me susurra—. Oh, gracias, muchas

gracias.

Page 73: El Navegante (ECEN)

No sé qué decir, más que sonreír. Zophie necesita noticias

tan desesperadamente. Y se siente muy bien el poder dárselas.

—Necesitamos papeles de algún tipo para ir a otros países,

¿verdad? —Crayton pregunta—. ¿Identificaciones?

—Pasaportes —le contesto—. Necesitamos pasaportes, pero

yo me haré cargo de eso.

—¿Cómo? —Pregunta.

—La Tierra no es tan diferente de Lorien, hay personas

dispuestas a hacer lo que sea por el precio justo. He estado

investigando en una parte de internet, que la mayoría de los

humanos ni siquiera saben que existe. Es usada comúnmente

por los criminales en este planeta. Allí encontré gente cerca

del Cairo que nos ayudarán —Le respondo.

—Tenemos que ir —dice Zophie—. Tenemos que encontrar a

Janus y a los demás.

—No sabemos si siguen en los Estados Unidos —dice

Crayton, con una voz llena de escepticismo—. Además, no me

siento bien dejando a Ella en manos de… que, ¿unos

falsificadores? Ellos son criminales de un planeta que apenas

conocemos.

—Es la mejor pista que hemos tenido —Zophie deja caer la

mano sobre el escritorio, mientras su voz aumenta.

Crayton se la queda mirando por unos segundos antes de

girarse para poder verme.

—¿Cuándo fue tomada la foto? —Crayton pregunta.

Dudo un poco, mientras veo de reojo a Zophie.

—Hace unas semanas.

Page 74: El Navegante (ECEN)

—Ellos podrían estar en cualquier parte ahora mismo —dice

Crayton—. Miren, no quiero parecer como si no estuviera

emocionado por esto, porque si lo estoy. Sólo estoy tratando

de ser práctico.

—Janus es listo como para saber que estar cerca de la nave

es una mala idea —dice Zophie—. Ésta imagen, es

probablemente del aterrizaje. Janus dijo que tenían un

contacto aquí, alguien que Pittacus les dejó. Ellos estarán de

incognito, justo como nosotros lo hacemos. Mezclándonos.

Creo que la mejor pista que vamos a tener de ellos es ésta foto.

Y mientras más esperemos para seguirlos, más les perderemos

la pista.

Crayton me mira, sus cejas están levantadas, esperando una

respuesta mía. Me muerdo los cachetes por dentro, viendo el

pasto en el fondo de la foto.

—Tomémonos un día para pensarlo —Menciono, aun

cuando sé qué decisión se tomará. Claro que rastrearemos esta

pista. Zophie quiere encontrar a su hermano. Y yo quiero

respuestas—. Sólo hay un problema. Será demasiado caro

obtener los documentos falsos. —Lo digo, aun cuando no estoy

acostumbrada al costo de las cosas en este planeta, sé que el

precio de arreglar los pasaportes falsos nos quitará una gran

parte del dinero que tenemos—. Tenemos un par de opciones.

Puedo buscar en los sistemas bancarios de este planeta y sacar

unos fondos a una cuenta para nosotros de algunas empresas

y corporaciones. Me he concentrado tanto en encontrar pistas

que no había pensado en esas opciones. No sabría decirles

cuanto me tardaría en hacer eso.

—¿Cuál es la otra opción? —Zophie pregunta.

Page 75: El Navegante (ECEN)

Camino por el vestidor del hotel y saco una pequeña caja. Se

la doy a Zophie, que la abre y encuentra un anillo de oro con

un pedazo de Loralita en el centro. Una de las piezas más

ostentosas de la colección de Raylan.

—Hay una joyería en la que me dijeron que me pagarían una

buena cantidad de dinero por cualquier artículo que tuviera

esta “piedra extraña” en ellos. Emir, creo que ese era su

nombre. Probablemente podría obtener buen dinero para

pagar la mayoría de los documentos de esa manera. Tal vez

para mañana.

Zophie sonríe.

Page 76: El Navegante (ECEN)

Capítulo Once.

Una de las piezas que le vendí a Emir, el joyero —un collar

plateado con un pequeño pendiente de Loralita— está en

exhibición en la ventana frontal. Crayton se detiene a mirarlo

antes de entrar. Ella toca el vidrio con su regordete puño.

—Debería haberle guardado uno de estos a ella —dice él

tranquilamente, quitando el cabello de Ella fuera de sus ojos—

. Creo que fueron de su abuela.

—Ella estará mejor mediante la seguridad y las respuestas

que por chucherías —digo.

Él frunce el ceño un poco. Se ve un poco intranquilo —

inseguro— desde que le di la noticia de la fotografía anoche.

Zophie ha tenido la reacción contraria, por supuesto. Mientras

Crayton y yo estamos afuera vendiendo las pertenencias de un

hombre, el cual estamos casi seguros que está muerto, ella está

empacando nuestras cosas en el hotel.

—Vamos —digo, sosteniendo la puerta de la tienda para él.

Hemos venido temprano, y Emir es la única persona en la

tienda, detrás de un mostrador en la parte trasera. Se congela

cuando me ve, claramente reconociéndome como la mujer que

le trajo el collar con la piedra que él nunca había visto. Su

expresión no es tan alegre como esperaba que fuera, y me

Page 77: El Navegante (ECEN)

preocupo de que tal vez no consigamos lo que esperamos por

el anillo de Raylan.

—Estas aquí —dice él mientras cruzo la tienda.

—Dijiste que estarías interesado en otras... piezas especiales

que tenía —digo. Me quito la mochila y empiezo a buscar el

anillo.

Crayton se detiene en uno de los grandes exhibidores de

joyas que señala para mostrarle las brillantes joyas a Ella,

quien se ríe mirando todos los elementos brillantes.

Los ojos de Emir se agrandan a la vista de la niña. El

empieza a decir algunas cosas diferentes pero tartamudea,

nunca sacando una palabra completa. Algo acerca de ver a

Ella, parece haberlo intranquilizado.

—¿Está todo bien? —Pregunto, entrecerrando mis ojos.

Emir sacude su cabeza. Yo deslizo mi mano en el bolsillo de

mi abrigo, poniendo mis dedos alrededor de la empuñadura

de mi arma.

Él se toma unos segundos para componerse mientras mira

una foto pegada a un lado de su computadora. Es de él y una

niña, quien se ve más grande que Ella. Su hija, asumo.

Una gota de su sudor baja sobre su sien, la cual, él ignora.

Ahí es cuando me doy cuenta de los moretones —saliendo de

la línea de su cabello y por el cuello de su camisa.

Todo, súbitamente, parece estar muy mal.

—Oh, sí, la pieza de la ventana —él dice como si yo hubiera

preguntado. Vuelve a la vida otra vez, sonriendo, la primera

vez desde que entré, pero de una manera forzada y ansiosa—.

Page 78: El Navegante (ECEN)

Tienes razón. El collar es hermoso. Pero me temo que no está

a la venta. Hemos tenido un interés particular en esta pieza.

Los compradores parecen estar muy interesados en saber de

dónde es esta pieza. Me temo que no podre dejártela probar.

Nos quedamos mirando. Sus ojos se mueven hacia la

derecha, mirando nerviosamente a algo en la tienda. Sigo su

línea de visión para encontrar una cámara montada en la

pared.

Se convierte en algo muy obvio, que no deberíamos estar

aquí, alguien ha estado preguntando acerca de la joya Lorica

—alguien que obviamente lo ha asustado. Alguien está

mirándonos, y no quiero saber quién. Al menos, no de esta

manera. Sin preparación y con la niña aquí.

—Que lastima —digo, con una mano en el arma mientras me

alejo de Emir—. Buen día.

Alcanzo la mano de Crayton y lo jalo fuera de la tienda. Él

empieza a protestar, pero lo miro provocándole quedarse

quieto. Él me sigue, agarrando a Ella contra su pecho.

Estamos casi en la entrada cuando una Van grande y blanca

se parquea al frente de la tienda. Figuras salen de la parte

trasera. Los reconozco, incluso si están de negro, con ropa de

humanos en vez de la armadura que usaban en Lorien.

Mogadorianos.

—¡Corre! —Grito, Crayton y yo volteamos -tiene que haber

una salida trasera de la tienda.

Emir está diciendo algo sobre cuanto lo lamenta, de que él

ya me había descrito a ‘los monstruos’ y que no sabía que

habría un bebe. Él es parado a la mitad de la frase por una

Page 79: El Navegante (ECEN)

bola de energía que lo tira al suelo detrás del mostrador

principal.

—¿Yendo a algún lado, basura Loric? —Pregunta un gran

Mog parado en la puerta trasera. Él es calvo, pero su cabeza

está completamente cubierta por tatuajes similares a los que vi

de un invasor la noche que Lorien se quemó.

Hay un arma en las manos del bastardo.

Disparo hacia él, a través de mi abrigo, pero fallo. Al mismo

tiempo, la ventana detrás de nosotros se rompe, mientras los

Mogs de afuera empiezan a entrar.

Saltamos detrás de un estante de joyas. El vidrio, de un

bombardeo de disparos, nos cae encima. Crayton se acurruca

con Ella, protegiéndola y gritando desesperadamente

plegarias en Loric. Espío a través de la esquina. Hay seis Mogs

avanzando hacia nosotros y uno —el hombre grande con

tatuajes— bloqueando nuestra salida por la parte trasera.

No son exactamente las mejores probabilidades.

Disparo desde el mostrador. Los bastardos sueltan gruñidos

mientras se esconden detrás de los mostradores. Tenemos que

hacer algo —somos superados por número, todas nuestras

salidas están bloqueadas y la única cosa para defendernos, es

esta arma que casi no sé utilizar.

En realidad, eso no es cierto. Tenemos otra cosa.

Busco en mi mochila y saco una de las granadas que Raylan

incluyó en sus suministros. Es un cilindro pequeño, cubierto

con marcas que lo identifican como una bomba híbrida

electromagnética de corto alcance que causa conmoción

cerebral —en otras palabras, no es precisamente un arma pero

Page 80: El Navegante (ECEN)

sí una que debería ser suficiente para derribar a casi todos

nuestros asaltantes. Realmente, nunca he usado una, por eso

no puedo estar segura. Crayton mira entre la bomba y yo.

—No puedes estar pensando... —empieza, pero otro

bombardeo de los Mogs, causa que trozos de nuestra cubierta

de mala calidad sea destrozada a nuestro alrededor. Devuelvo

el disparo, ni cerca de donde nuestros enemigos están. El

hombre grande se mueve y de acerca a nosotros rápido.

No tenemos tiempo para planear o discutir. Veo sólo una

forma para que nosotros —o Ella— salgamos de aquí.

—Es nuestra única oportunidad. —Digo—. Ve hasta la puerta

trasera antes de que explote, yo voy a defenderme de cualquier

sobreviviente.

—¿Qué pasará contigo? —Pregunta él.

—Los veré en el hotel.

Antes de que pueda protestar, oprimo la parte de arriba de

la granada y la lanzo por encima del mostrador. Hay algunos

sonidos mientras me arrastro por el suelo, colocando a

Crayton y a Ella abajo, conmigo. Y luego una ola de fuerza

explota desde el centro de la tienda, aplastándonos. Las joyas,

vidrios y piezas de los mostradores, se estrellan contra las

paredes. Se apagan las luces. Los Mogs gruñen, y no puedo

hacer más que sonreír cuando veo a un Mog estrellarse contra

la pared de bloques de hormigón de la tienda y desintegrarse.

Sin embargo, no todos están muertos. Hay algunos que

fueron lanzados hacia afuera y se están colocando de nuevo en

pie cuando reviso. El hombre grande que estaba en la parte

Page 81: El Navegante (ECEN)

trasera de la tienda está tendido en el suelo, luciendo

inconsciente.

—¡Salgan! —Grito, empujando a Crayton.

Él se resiste por un momento antes de correr hacia la puerta

trasera, con Ella en sus brazos. Trato de disparar hacia los

Mogs que están afuera, pero mi arma se ha descargado debido

al EMP. Mierda.

Afortunadamente, parece que las armas de los Mogs no

funcionan tampoco.

Crayton está casi llegando a la puerta trasera cuando veo al

gran Mog moverse. Veo algo reluciente volar a través de la

tienda y caer en la pantorrilla de Crayton. Él cae hacia su

costado, con Ella todavía en sus brazos y un gran pedazo de

vidrio saliendo de su pierna. El monstruo atraviesa la

habitación en unos pocos pasos, mientras Crayton lucha por

ponerse de pie. Ella empieza a balbucear. Crayton me mira y

luego al gran Mog, el cual está ahora a unos cuantos pasos de

él. Veo a través de sus ojos algún tipo de cálculo que hace. Él

sabe que no hay manera que se escape del gran hombre. No

ahora.

Hace una mueca de dolor mientras me grita.

—¡Atrápala! ¡No dejes que se la lleven!

Ella vuela a través de la tienda. No llora. De hecho, creo que

escucho su risa tonta. La atrapo con un brazo, colocándola

contra mí, tratando de protegerla. Cuando vuelvo a mirar, el

gran Mog está sujetando a Crayton sobre el piso, una mano

nervuda alrededor de su cuello. Los ojos negros del monstruo

están furiosos mientras gruñe. La criatura saca una pequeña

Page 82: El Navegante (ECEN)

daga de su cinturón y la levanta hacia atrás, listo para hundirla

en el pecho de Crayton.

—¡No! —Grito. Pero es demasiado tarde.

Hay un disparo y el Mog se detiene. Su brazo cae al piso.

Otro disparo suena, el Mog se empieza a desintegrar. Crayton

cae al suelo, jadeando.

Es cuando me doy cuenta que Emir está de pie otra vez, con

sangre derramando por una herida en su hombro mientras

que recarga algo que la gente del planeta Tierra llama una

pistola.

—Saca a la niña fuera de aquí —me dice.

Los Mogs restantes están tan sorprendidos de que su líder se

ha ido, que Emir solo tiene el tiempo suficiente para disparar

unas cuantas balas y tomarlos por sorpresa. Se convierten en

cenizas mientras Crayton se levanta él mismo del suelo y se

mueve con dificultad hacia mí. Emir balbucea en un lenguaje

que no entiendo, sacudiendo su cabeza.

Sus ojos miran entre una y otra pila de cenizas tratando de

comprender lo que acaba de suceder.

Hay sirenas viniendo desde la calle, y no podemos estar aquí

cuando ellos lleguen. Sujeto a Crayton, y nos dirigimos hacia

la Van blanca que trajeron los Mogs, nuestros enemigos, para

nosotros. Subimos al interior de la Van.

El motor parece estar encendido, entonces muevo varias

palancas y presiono botones hasta que el vehículo se mueve.

Los controles no son muy diferentes a un tractor que manejé

una o dos veces en un Kabarak.

Page 83: El Navegante (ECEN)

Crayton y yo apenas nos hemos hablado mientras

intentamos salir de la conmoción de lo que pasó. Los carros

pitan mientras los paso, a veces chillando para parar —

probablemente estoy violando docenas de leyes de tránsito.

Pero sigo andando. Eventualmente parqueamos el vehículo

lejos, muy lejos del hotel. Desde un pequeño mercado, compro

agua, alcohol y gasa para que Crayton limpie su herida en la

pantorrilla, en un callejón. Cuando termina, subimos en un

taxi para volver a donde está Zophie.

Ahí es cuando, mientras vamos a Giza, que Ella empieza a

llorar y Crayton se voltea hacia mí, con su cara llena de

desesperación.

—No estamos seguros en este planeta —es todo lo que dice.

Page 84: El Navegante (ECEN)

Capítulo Doce.

La sangre se escapa de la cara de Zophie cuando le contamos

qué pasó, y ella empieza a temblar. Decidimos partir.

Inmediatamente. Ninguno de nosotros se siente seguro en

Giza ahora. Afortunadamente, Zophie ya había empacado la

mayoría de nuestras cosas con anticipación para nuestro viaje

a los Estados Unidos. Las Chimæras se encogen, las tomamos

y llevamos nuestras bolsas al vestíbulo. Después, ya estamos

en un taxi camino a Cairo, que es una ciudad que no se siente

lo suficientemente lejos, aunque es un lugar grande y lleno de

millones de personas y es el tipo de lugar donde debería ser

fácil desaparecer. Pero sin pasaportes, no podemos dejar el

país, aun así nuestras opciones son limitadas. Además, aquí

es donde nuestros documentos –nuestros tickets fuera de

aquí– serán hechos.

Los Mogs están en la Tierra. Ellos están buscando a los

Lorics aquí– ellos debrm estarlo, si el collar de loralita es la

razón de que ellos nos hayan encontrado en la joyería.

¿Por qué? ¿Qué es lo que quieren hacer? Ya tomaron

nuestro planeta. ¿Qué más les tenemos que dar?

En el Cairo, nos registramos en otro hotel. Es similar al de

Giza, pero se siente diferente. Todo se siente diferente. La

ilusión de seguridad que este planeta nos ofrecía fue

destruida. Nadie lo dice, pero sé lo que todos estamos

Page 85: El Navegante (ECEN)

pensando: ¿Qué si los Mogs han atrapado a Janus y a los otros

ya? Y si no, ¿Estarán conscientes de que serán cazados?

Mientras Zophie y Crayton desempacan en sus habitaciones

centro mis fuerzas en tratar de encontrar pistas de la Garde y

los Cêpan en línea, cualquiera que pueda estar conectado con

ellos. No deberíamos encontrarlos ahora sólo para reunir a

Janus y Zophie y conseguir respuestas, pero también para

advertirles. Después de esa noche, voy al restaurante en el

primer piso del hotel para agarrar comida y dejar que mis ojos

tomen un descanso. Encuentro a Crayton en el bar, apiñado

sobre un vaso con un líquido marrón.

—¿Te importa? —Pregunto, moviéndome hacia el asiento a

su lado. Él sacude su cabeza.

—¿Ella? —Pregunto. A él no le gusta dejarla sola.

—Zophie está con ella ahora —dice—. Ella quería

alimentarla por una vez, y no pude decirle que no a una noche

en la que no termina oliendo como puré de guisantes.

Asiento y ordeno algo de comida para llevar de vuelta a mi

habitación. Nos sentamos en silencio hasta que finalmente

hablo de nuevo.

—¿Cómo está tu pierna?

Él se encoge de hombros.

—Estoy vivo. No pienso mucho en eso. Correré mucho las

siguientes semanas, pero es el último de mis problemas ahora.

Yo asiento. Nos sentamos en silencio otra vez.

—Mañana en la mañana necesitamos tener las fotos ya

tomadas —digo—. Para los pasaportes. De todos nosotros,

incluso Ella.

Page 86: El Navegante (ECEN)

Él sacude su cabeza, no es desacuerdo pero si en

desesperación.

—¿Aún no estás seguro de que debamos irnos después de

esta iniciativa, verdad? —Pregunto.

—Pienso que eso suena peligroso. —Él mira fijamente el piso

del bar por unos segundos—. Yo sé que es lo que siempre

intentamos, pero ahora estamos en la Tier… —Hace una

mueca y baja su voz—. Ahora estamos aquí, la idea de viajar

alrededor del mundo buscando a Janus y a los otros parece

loca. Especialmente porque sabemos que los Mogs están aquí.

Y buscándonos. O a los Lorics en general. Por perseguir a la

Garde, nosotros corremos el riesgo de ser perseguidos por los

Mogs también.

—Tú estás preocupado por Ella —digo.

—Obviamente —me da una débil sonrisa—. Estuve pensando

mucho acerca de lo que me dijiste en la nave. Sobre como yo

hago y digo lo que sea por mantenerla a salvo. No creo que me

haya dado cuenta de lo que significaba hasta que llegamos

aquí, donde todo es nuevo. Yo sólo quiero estar seguro de que

estoy tomando las decisiones correctas. ¿Cómo voy a saber?

¿Cómo saben los padres normales?

Pienso en Zane, aunque no era su madre, fui sobre

protectora con él.

Y mira donde terminó.

—Me imagino que sólo tienes que averiguarlo a medida que

avanzas.

Él asiente, moviéndose hacia el barman para que le sirva

otro trago.

Page 87: El Navegante (ECEN)

—Sé cuidadoso —digo—. No creo que los tragos aquí sean

igual a las ampollas de casa.

Crayton ríe un poco por esto, pero después su cara se vuelve

seria. Alcanza su bolsillo y seguido desliza una llave hacia mí.

—¿Qué es esto? —Pregunto.

—De mi habitación —Él alcanza su vaso, sacudiéndolo de

aquí a allá antes de beber el resto de su contenido—. Sólo en

caso de que me quede sumamente dormido y por eso no me

pueda levantar para estar listo para ser fotografiado. Una de

las dos tendrá que sacarme de la cama.

Mi comida llega, y le digo buenas noches a Crayton. Él se

inclina sobre mí y me abraza inesperadamente. Yo me quedo

ahí, una mano a mi costado y la otra en el contenedor de

polietileno. Yo espero que sólo tenga demasiados tragos

encima, o que sea solo una muestra de cariño salida por el

hecho de que estuvimos muy cerca de ser atrapados o

asesinados por los Mogs anteriormente.

—Yo la mantendré a salvo —dice silenciosamente—. Todo

estará bien.

Page 88: El Navegante (ECEN)

Capítulo Trece.

Cuando nos despertamos, Crayton y Ella han desaparecido.

Hay una carta sobre la cama, escrita en la libreta del hotel.

Zophie y Lexa

No soy bueno en las despedidas, pero tuvimos que irnos.

Ahora mismo, mi objetivo principal es asegurarme de la vida de

Ella, y sé que no puedo hacerlo si estoy viajando por el mundo

en busca de Janus y los demás.

Es muy peligroso, pronto, Ella podrá hablar bien y antes de

que me dé cuenta, tendré que explicarle todo. No sé ni cómo voy

a empezar a describirle como era nuestro planeta, pero sé que

será más fácil si estamos seguros en algún otro lado, escondidos.

Quizás, estaré dispuesto a encontrar al resto de la Garde

después, pero por ahora, no puedo ir a los Estados Unidos con

ustedes. Sé que tienen que hacer este viaje, así como yo tengo

que proteger a Ella.

Me llevaré a Olivia con nosotros — A Ella parece gustarle el

tenerla a su lado, y puedo usar un par de ojos y de dientes

extras. Les dejaré el resto de las Chimæras. Me duele tener que

hacer esto. Pero no podría viajar con tantas. Ellas son buenas,

bestias gentiles, y las protegerán hasta con su último aliento.

Los Mogs están en la tierra buscándonos. Hay muchas

probabilidades de que estén siguiendo la misma pista que

ustedes. Hay muy pocos de nosotros por ahí, por favor sean

cuidadosas.

Page 89: El Navegante (ECEN)

Y por favor, espero lo entiendan.

—Crayton.

Las cejas de Zophie se juntan dibujando su confusión

mientras ella lee la carta una y otra vez, pero yo sólo puedo

pensar en mi conversación con Crayton la noche anterior. En

cómo me había dado su llave. Él ya había decidido que nos iba

a dejar, y no me había dicho ni una sola palabra sobre eso.

Sólo me había abrazado. Si yo hubiera visto las cosas más

claramente, a lo mejor, me habría dado cuenta de lo que

estaba pasando. Pero en lugar de ello, lo dejé en el bar y

regresé a mi cuarto, sólo para poder poner mis ojos sobre la

pantalla de mi computadora, otra vez.

Agarro la carta de las manos de Zophie, busco unos cerillos

del hotel y me despido de Crayton con fuego.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta Zophie.

—No dejaremos ninguna huella detrás de nosotras, —le

respondo, mientras camino hacia el baño y tiro la carta en el

escusado.

—¿Cómo pudo…? —Sacude la cabeza varias veces.

—Él está haciendo lo que cree que es mejor para Ella —

respondo, teniendo muy presente que las conversaciones que

tuve con Crayton acerca del futuro de Ella lo habían motivado

a irse—. Es su guardián. Es su decisión.

—Quizás no haya recorrido tanta distancia —Zophie empieza

a caminar hacia la puerta—. Podríamos alcanzarlo.

—Aún si lo alcanzáramos —le digo—. ¿Qué haríamos? ¿Lo

llevamos al otro lado del mundo en contra de su voluntad?

Page 90: El Navegante (ECEN)

Ella se detiene y me mira fijamente por un rato, después

baja su cabeza lentamente. Finalmente, susurra.

—Ese bastardo nos abandonó.

—Sí —concuerdo—. Pero no estamos solas.

Seguimos con el plan. Zophie compra los boletos de avión. Dos

pasaportes son más baratos que cuatro. Yo los había mandado

a hacer con personas que también nos quisieron vender

pistolas, las cuales, por supuesto, rechacé, sólo porque había

leído lo suficiente sobre aeropuertos, como para saber que

sería muy difícil meterlas en el avión. En vez de eso, empaco

las armas de Raylan y las dejo en el escritorio principal de

hotel, junto con varias notas. Cuando estemos instaladas en

los Estados Unidos, llamaré y haré que nos envíen las armas

de Lorien.

Reviso nuestros cuartos, asegurándome que no dejamos

nada atrás. Y después, nos despedimos de Egipto, nuestra

primera casa en la Tierra.

Mantener a las Chimæras durante todo nuestro viaje

atravesando el océano es complicado, pero nos las arreglamos

para encontrar formas de hacerlo. Se convierten en pequeñas

lagartijas e insectos, y se esconden en nuestros bolsillos y

equipajes. Eso es algo un poco incómodo pero necesario, y

Page 91: El Navegante (ECEN)

cuando estamos dentro del primitivo avión, estoy más

preocupada de que nos caigamos y nos estrellemos con las

Chimæras dentro de mi abrigo.

El pasaporte falso funciona y llegamos a este nuevo país.

Cambiamos nuestro dinero a dólares y rentamos una

camioneta usando una licencia de conducir falsa, que las

personas que nos hicieron los pasaportes también nos dieron.

Ponemos a las Chimæras en los asientos traseros y partimos.

Me tardo un poco en acostumbrarme al volante de la

camioneta y al control de tráfico en los Estados Unidos. Los

conductores de los taxis amarillos me gritan mientras cambio

de carriles o voy muy lento o demasiado rápido para su gusto.

Aun así me acostumbro. Zophie está en el asiento del copiloto

dándome direcciones de un gran mapa de Nueva York que

compró en el camino.

Llegamos al pueblo de Newton Falls en un área conocida

como Adirondacks, en la tarde. Este es el lugar hasta donde he

rastreado a la persona que había publicado en el foro. Grandes

árboles verdes bordean la carretera, que a veces, es cambiada

por puentes de madera estrechos que cruzan ríos. Ayer

estábamos rodeadas del desierto. El cambio de escenario pudo

haber sido drástico si no hubiera sido por el hecho de que no

hace mucho estábamos en una nave, y antes de eso en otro

planeta.

Comento que deberíamos buscar otro hotel para dejar

nuestras cosas y dejar a las Chimæras ahí, pero Zophie no

quiere.

—Ya que estamos aquí, —ella comenta—. Deberíamos

averiguar qué es lo que el hombre sabe, ahora mismo.

Page 92: El Navegante (ECEN)

Y por eso localizamos la casa ubicada a las orillas del

pequeño pueblo donde, se supone, vive Eric Bird. Hay una

camioneta estacionada fuera de su casa. Nos estacionamos

detrás de ella.

Toco la puerta tres veces antes de que alguien por fin abra, y

aun así apenas abre la puerta. Sólo puedo reconocer la forma

de la cara de un hombre detrás de la oscura puerta.

—Hola, —hablo con mi inglés improvisado. —Estoy

buscando a…

—Lárguense. —La voz del hombre es ruda, e intenta cerrar la

puerta, pero pongo mi pie en el camino.

—Sólo tengo unas preguntas Sr. Bird.

—No tengo nada que decir.

Él empuja más fuerte la puerta, pero solo logra que empuje

mi pie un poco más adentro. Estoy a punto de gritar y

posiblemente tirar la puerta cuando Zophie camina hacia

delante.

—Por favor —dice ella, sus ojos están llorosos—. Se trata de

mi hermano. Él está desaparecido. Es nuestra única

esperanza.

Su voz se escucha un poco desesperada. Eric quita un poco

de peso de sobre mi pie. Dejando la puerta apenas lo suficiente

abierta como para que el seguro con cadena pueda ser visto.

—No sé nada de eso, —dice él, calmado.

—Usted subió una foto de una nave espacial —le digo—. La

estamos buscando.

Eric posa su cabeza sobre la puerta. Al fin puedo ver parte

de su cara. Círculos oscuros se han formado sobre sus ojos.

Page 93: El Navegante (ECEN)

Tiene una barba pelirroja muy despeinada y su cabello va

hacia todas las direcciones, como si no se hubiera bañado o

lavado en varios días. Sus pies están pálidos.

—Ya les dije a ellos todo lo que sé —él dice—. Vi la nave. Le

tomé una foto. Parecía que se dirigía hacia las montañas, pero

no la seguí. ¿Qué más quieren de mí?

—¿A quiénes? —le pregunto.

—¿Qué?

—¿A quiénes les dijo todo? —me inclino un poco y él se

aleja.

—A los hombres que vinieron —Eric titubea un poco—. Eran

muy grandes. Sus ojos eran negros. Como demonios.

Mis dedos forman un puño a mi costado.

—¿Tenían tatuajes en la cabeza? —le pregunto, recordando

cosas sobre los Mogs que he visto.

Eric inclina la cabeza, su cuerpo empieza a temblar.

—¿Cómo lo sabes?

Zophie empieza a llorar a mi lado mientras mi estómago se

retuerce y se aprieta.

Page 94: El Navegante (ECEN)

Capítulo Catorce.

Los Mogadorianos también están buscando a Janus. ¿Desde

hace cuánto están en la Tierra? Estos monstruos que

aniquilaron nuestro planeta están algunos pasos por delante

de nosotros —¿Es posible que ya hayan rastreado no solo a

Janus, sino que también a los Garde y a los Cêpans? Y si ya lo

han hecho, ¿por qué? ¿Con qué propósito?

Más preguntas sin respuesta. Más conocimiento que no

tenemos.

Zophie está rota. Puedo decirlo por la mirada apagada de

sus ojos. Todas sus esperanzas estaban en encontrar a Janus

fácilmente en cuanto llegáramos a este país, sin importar lo

ciegamente optimista que eso parecía. Ahora ella parece estar

a un suspiro de estallar en lágrimas. Al principio me pregunto

si Crayton tenía la idea correcta — si deberíamos escondernos

en lugar de buscar a los otros. Pero debo decirme a mí misma

que hemos hecho lo correcto. Tenemos una mejor idea de lo

que ésta sucediendo en la Tierra ahora. Tenemos que seguir

adelante. Tenemos que ser más inteligentes que los

Mogadorianos y alertar a los otros, teniendo fe que siguen allí

afuera, libres.

Hago mi mejor esfuerzo para mantenernos avanzando. Un

día después de haber hablado con Eric Bird, encuentro una

Page 95: El Navegante (ECEN)

cabaña a treinta millas, en las montañas a las que él dijo que la

nave se dirigía. Llegamos y ponemos nuestro campamento.

Compro más equipo de cómputo y un carro barato que

consigo de segunda mano de alguien en un pueblo cercano que

no pide firma ni identificación, solo me entrega las llaves.

Hago que me envíen las armas de Egipto por correo a una

oficina dos pueblos más lejos. La cabaña tiene pocos cuartos y

ya está amueblada con muebles de madera hechos a mano.

Convierto un cuarto en una oficina y coloco cámaras y

micrófonos de seguridad en todo el alrededor de la casa, solo

en caso de que alguien este husmeando. Las Chimæras dividen

su tiempo entre vigilar el perímetro y los alrededores y

acurrucarse en el garaje del patio. Por un tiempo, despertamos

temprano y los llevamos a las montañas, buscando la nave.

Zophie nos hace quedarnos más de lo que deberíamos, hasta

que la noche ha caído y ella es a penas capaz de mantenerse en

pie.

No tenemos suerte.

Empieza a hacer frío. Volvemos al mundo de buscar por

internet, yo ya estoy familiarizada, pero Zophie apenas está

aprendiendo. Después de un mes en la cabaña, encuentro a

Zophie en la sala de estar, inclinada sobre la computadora que

le compré. Pasa la mayor parte de su tiempo libre en ella,

visitando distintos sitios y leyendo artículos nuevos, tratando

de encontrar algo relacionado con Lorien. Le he advertido

miles de veces a cerca de ser cuidadosa, acerca de no revelar

información personal con nadie o mencionar nada relacionado

directamente con Lorien. La mayoría del tiempo está en sitios

de noticias, así que no me preocupo mucho. De todas maneras

Page 96: El Navegante (ECEN)

he bloqueado la dirección IP y la localización de la

computadora.

—Lexa, —dice cuando entro—. Tengo algunos artículos que

parecen prometedores. ¿Tal vez podrías revisarlos? Uno es de

un hombre en Vermont que jura que una joven causo que su

auto levitara después de haberle gritado que saliera de su

jardín. ¿Acaso no suena eso como…?

—¿Es de Noticias Diarias Ocultas? —pregunto.

—Bueno, sí, pero eso no significa…

—Chequé esa pista ayer en la noche. En el último año ese

hombre también ha reportado que su pueblo está infectado

con criaturas que sobreviven con la sangre de vírgenes, que un

restaurante servía carne humana y que un gobierno

desconocido estaba preparando un dragón antiguo para la

guerra. Y eso no es ni siquiera lo más loco.

—Oh —dice Zophie, desalentada.

Sus ojos se llenan de lágrimas, y me siento terrible. Las

verdades difíciles siempre funcionaban cuando hablaba con

Crayton —eran el único tipo de consejo que me sentía capaz de

dar. Pero no como para hablar con Zophie ahora que se ha

vuelto tan frágil. Puedo sentir empatía, pero no sé cómo

arreglarlo. Como arreglarla a ella. Solo conocía a su hermano

por nombre y reputación. Para mí, él es el medio para llegar a

un fin —una manera de conseguir respuestas a todas mis

preguntas y el poder resolver para qué era necesario todo esto.

Algunas veces olvido que para ella, él es todo.

—Lo lamento —digo con calma—. Lo checaré de nuevo. Tal

vez puedo acceder a los reportes policiacos del área. Vale la

pena intentarlo de nuevo.

Page 97: El Navegante (ECEN)

—No —sacude su cabeza—. No te molestes. Los

Mogadorianos están rastreando este tipo de cosas también,

¿no? Probablemente ya torturaron al hombre y obtuvieron

toda la información que podían de él. O una confesión de que

inventó la historia. —Pasa sus manos por su cabello, jalándolo

hacia atrás—. ¿Dónde estás Janus? ¿Dónde estás?

Me quedo inmóvil, de forma incomoda, sin saber qué hacer

o decir. Una de las Chimæras ha tomado la forma de un gato y

se frota contra la pierna de Zophie, tratando de confortarla.

Alza la mirada hacia a mí.

—¿Crees qué…? —comienza—. ¿Crees que lo tienen los

Mogs?

—No —digo—. Estoy segura que no.

Ella está lo suficientemente desesperada como para

creerme, incluso aunque sabe que no tengo evidencias.

Me duele verla de esta manera —tan perdida y sin

esperanza. Si no fuera por ella, yo hubiera muerto en Lorien,

asesinada por los Mogadorianos. Le debo la vida.

Tengo que encontrar a los otros. No importa el costo.

Dejo a Zophie en la sala de estar y me retiro a mi oficina. He

sido extremadamente cuidadosa cuando se trata de buscar

información en internet. No he escrito “Lorien” en ninguna

búsqueda por miedo a que esto suene alguna alarma Mog en

algún lugar —que a pesar de todos mis esfuerzos y mi disfraz

digital pudieran usar algo como eso para ser capaces de

encontrarnos. Pero no podemos seguir viviendo de esta

manera, esperando a que uno de los Garde lo arruine y su cara

aparezca por todo el internet por usar sus legados en público.

Page 98: El Navegante (ECEN)

No tenemos ninguna pista que seguir. Estamos perdidos y

Zophie necesita una razón para sentir esperanza de nuevo. Las

dos la necesitamos.

Así que tomo una ruta más directa en mi búsqueda.

En un foro particularmente ocupado de encuentros aliens,

creo mi propia cuenta. Encripto mi dirección IP. Y hago que

mi localización reboté en docenas de satélites. Con eso debería

ser imposible de rastrear. Un fantasma.

Muerdo mi labio y observo la pantalla, escribiendo unas

palabras. Finalmente, oprimo PUBLICAR.

La publicación aparece, escrita en nuestro idioma nativo.

¿Dónde están?

Es un acto desesperado, pero si por alguna razón Janus o los

otros Lorics o incluso el contacto que Zophie dijo que nos

encontraríamos en este planeta ve este mensaje, reconocerían

que hay más de nosotros aquí. Que no están solos en este

planeta. Que los estamos buscando.

No hay más que hacer más que esperar. Abro mi correo y

encuentro una docena de historias que Zophie me envió. Las

reviso rápidamente reconociendo los obvios problemas que

ella no notó o rehusó a reconocer. Vistas de naves espaciales

que no describen a lo que sería una nave de Lorien. El

adolescente que asegura tener telequinesis pero que también

tiene una cuenta desde hace años, antes de que Lorien cayera.

—¡Lex! —Grita Zophie desde la sala de estar—. ¡Revisa lo

que acabo de enviarte, creo que podría ser importante!

Page 99: El Navegante (ECEN)

Encuentro un mensaje más de ella en mi bandeja de

entrada. Reportes de dos sitios diferentes de noticias en

Montreal acerca de un grupo de hombres con tatuajes en sus

cabezas que fueron vistos persiguiendo a un chico hacia el

bosque en las afueras de la cuidad —aunque ninguno de los

hombres o el niño han sido encontrados.

Ahora eso sí que suena prometedor. Y potencialmente

peligroso.

Estoy a punto de decirle a Zophie que ha encontrado la

primera pista real desde Eric Bird cuando mi computadora

suena de nuevo. Esta vez notificándome de un comentario en

mi publicación.

La respuesta está escrita en Loric.

Anónimo: estoy aquí.

Page 100: El Navegante (ECEN)

Capítulo Quince.

Mis dedos repasaban el teclado inseguros de cómo proceder.

Tengo que ser cuidadosa —Si los Mogs encontraron a Eric

Bird, es completamente posible que estén vigilando este foro

también.

Trato de ser inteligente al responder, aun usando nuestro

lenguaje:

¿Quién eres?

Mientras espero por una respuesta, trato de rastrear la base

de datos del usuario, pero parece que está completamente

bloqueada. Si no lo está, esta encriptado y oculta tan bien que

va más allá de mis capacidades. Espero que eso signifique que

uno de los Lorics que venían en la nave de Janus resulte ser un

prodigio en tecnología.

Una respuesta llega:

Anónimo: Un amigo.

¿Eres de Lorien?

Anónimo: Si.

Page 101: El Navegante (ECEN)

¿De dónde?

Anónimo: La Capital.

¿Cuándo llegaste a la Tierra?

Anónimo: Haces demasiadas preguntas.

Tengo que ser precavida.

Anónimo: Pues, yo también.

Mi corazón golpea mi pecho amenazando con salirse de él.

Ordeno mi cerebro, tratando de encontrar una manera de

probar que esta persona no es un truco. Ahora las respuestas

están llegando más rápido, y yo quiero que la interacción se

mantenga.

Necesito saber —tengo que saber— si estoy hablando con

alguien proveniente de la otra nave.

Me concentro.

Extraño nuestro hogar. Extraño las Agujas rojas de

Elkin.

Anónimo: Al igual que yo.

Page 102: El Navegante (ECEN)

Las Agujas de Elkin eran verdes. Antes de que los Mogs las

destruyeran.

Mis mejillas se calientan con el golpe de mi pulso. Este no es

uno de los Cêpan o los Garde —ciertamente no es Janus. No es

nadie que tenga algún conocimiento real acerca de cómo es la

cultura Loric.

Pero es alguien que conoce nuestro lenguaje.

Sigo presionando, aferrándome a la más remota posibilidad

de que esta persona es un aliado. Tal vez sea un embajador

Loric, alguien que mandamos a este planeta hace mucho

tiempo. Tengo que saber más.

Estoy aquí con uno de los embajadores Lorics. ¿Lo

estás tú?

Anónimo: Claro, un embajador Loric.

Tal cosa no existe.

¿Has escuchado acerca de nuestro hogar

últimamente? No he recibido un mensaje al menos en

dos años.

Anónimo: Tengo nuevas órdenes, pero no puedo

compartirlas por este medio. ¿Dónde estás?

Esto es una trampa.

Page 103: El Navegante (ECEN)

Mi mente retrocede a la destrucción de Elion Park cuando

comenzó a llover fuego. Recuerdo a aquella mujer que los

Mogs asesinaron delante de mí y todas esas terribles visiones y

los sonidos y los olores de aquella noche de la cual he estado

tratando de no pensar.

Escribo cada palabra con una rabia furiosa.

Muere. Basura Mogadoriana.

Esta vez no recibo una respuesta inmediata. Solo me siento

y me quedo mirando la pantalla por lo que parece un largo

rato, esperando a que mi aliento regrese. Asumo que nuestra

interacción ha acabado cuando un nuevo mensaje llega.

Anónimo: Tratemos esto de una manera diferente.

Antes de que pueda formular una pregunta coherente, llega

un nuevo mensaje privado de Anónimo. Tiene un archivo

adjunto —un video en formato MPEG.

Mis manos empiezan a temblar con duda, pero de alguna

manera logro calmarlas. Descargo el video en una carpeta

segura —una que está ubicada fuera de todo el resto de mi

hard drive— y lo someto a toda prueba que puedo imaginar.

Pero parece limpio. No virus. Un simple video.

Miro por encima de mi hombro. Zophie sigue aun en la sala

de estar. Pienso en llamarla, pero estoy tan insegura acerca de

lo que estoy a punto de ver, que lo pienso mejor. Y en su lugar,

Page 104: El Navegante (ECEN)

cierro la puerta silenciosamente, me siento y me pongo los

auriculares.

Entonces reproduzco el video.

La primera imagen que aparece me llena de alivio. No puedo

evitarlo —el ver a Janus después de haberlo buscado por tanto

tiempo inmediatamente desata la felicidad en mí. Esta

sensación desaparece al instante al recordar quien mando el

video y darme cuenta de lo terrible que luce. Tiene golpes

alrededor de sus ojos verdes. Su cabellera roja —de la misma

tonalidad del cabello de su hermana— ha sido afeitada

aparentemente sin razón.

Él está sin camiseta, demacrado y atado a una silla. Tiene

bandas azules alrededor de sus brazos y su cuello, con una

cuerda saliendo de ellas que va hacia alguna parte que la

cámara no enfoca.

Quedo boquiabierta del horror, cubriendo mi boca con una

mano, tratando de no llorar.

Hay una voz áspera fuera del enfoque de la cámara.

—Háblale a los tuyos —dice en acento Loric.

Janus se estremece. Después empieza a hablar.

—Yo…. Lo siento —dice. Su voz es temblorosa y débil—.

Trate de ocultar nuestra nave. Yo estaba en las montañas por

un rato. Pensé que había sido cuidadoso... —Se queda mirando

hacia la cámara. Las lágrimas llenan sus ojos—. Ellos

destruyeron nuestro planeta y cuando ellos me encontraron…

Las cosas que me hicieron…. Perdónenme, pero no pude

soportar más. Les he dicho todo. Todo lo que se sobre los

niños Garde. Lo siento mucho…

Page 105: El Navegante (ECEN)

De repente tiene una mirada furiosa en sus ojos. Sus fosas

nasales se ensanchan mientras voltea hacia alguien fuera del

enfoque de la cámara y grita.

—¡En este momento ellos están esparcidos en cada rincón

del planeta! ¡Nunca los vas a encontrar! Y pronto emplearan

los poderes de nuestros Ancianos y destruirán a to…

Alguna especie de electroshock se manifesta en su cuerpo.

Después de un rato deja de gritar. Momentos después, dejo de

respirar. El vídeo termina.

Aprieto mis puños. Sin darme cuenta estoy de pie, mi silla

en el suelo, y estoy haciendo un desorden de la oficina,

lanzando cada marco de fotografía y florero que decoran mi

cuarto rentado.

Alguien toca a mi puerta.

—¿Lexa? —pregunta Zophie.

Cierro el archivo. Quiero eliminarlo de mi hard drive y de mi

memoria, pero para lo único que tengo tiempo es para abrir

una página de noticias de Montreal que Zophie me mandó

antes de que ella entrara.

—¿Está todo bien?

—Sí —miento—. Yo solo estaba…

Pero no tengo más palabras. La miro. Todo lo que ella ha

hecho desde que el primer misil cayó ha sido con el fin de

reunirse con su hermano. Pero él se fue. Los Mogs lo mataron,

como mataron a nuestro planeta y a nuestra gente. Miro a

Zophie y me pregunto cómo es que ella podría manejar esta

noticia. Nunca le debo mostrar este video, eso lo sé. Pero,

¿cómo encontraré las palabras para explicarle esto a ella?

Page 106: El Navegante (ECEN)

¿Cómo voy a lidiar con las consecuencias de este conocimiento

si apenas puedo lidiar conmigo misma?

Porque la captura de Janus significa que hemos fallado. Que

yo falle. No pudimos salvarlo, lo que significa que podríamos

perder a otro Garde también. Al igual que perdimos a Zane.

—¿Qué es? —Zophie pregunta—. Lexa, me estas asustando

un poco.

Había habido una pequeña ventana de esperanza después de

que me dijeran acerca de Zane —cuando estaba sobre volando

el cielo Loric, buscándolo, buscando evidencia de que los

oficiales cometieron alguna especie de error. Pero luego ellos

lo encontraron en medio de la destrucción. Estaba muerto. No

podía pretender que él podría regresar. Él estaba aquí y un

momento después él se había ido.

Sin embargo, Zophie aún tiene fe. Y sabiendo eso, puedo

tomar una decisión con la que espero poder vivir.

La dejaré que continúe soñando.

—Nada —digo—. No es nada. Solo me estoy sintiendo un

poco claustrofóbica e impotente.

Me sonríe tristemente, y es como una daga en el pecho. No

puedo mirarla.

—Pero quiero decirte que deberíamos indagar más en el caso

de Montreal que me enviaste. Esta solo a unas horas de aquí

en auto. Puedo ir mañana.

Ella se ve emocional por esto —la primera vez que la veo

alegrarse desde que hablábamos con Eric.

Page 107: El Navegante (ECEN)

—El aire fresco puede que nos haga bien —digo, y trato de

no afligirme por la palabra “nos” porque sé que no puedo estar

a su lado todo el día sabiendo lo que sé.

—Pareces estresada —continúa—. Hare un poco de té para

nosotras.

Ella se va. Me doy cuenta de que mis puños aún están

apretados, y mis dedos duelen. Los estiro en lo que regreso a

mi ordenador, haciendo clic otra vez en el foro.

Hay otro mensaje nuevo de Anónimo. De un Mog.

Anónimo: Él no es el único que tenemos. Hay muchos

otros. Lorics y humanos. Colabora con nosotros, y así

los puedes salvar. Entrégate y no sufrirás el mismo

destino que sufrió este.

Aprieto los dientes. El Mog puede estar mintiendo. Por el

modo en que Janus habló, suena como si ellos no tuvieran

capturado a ninguno de los pasajeros de su nave.

Y aun si este bastardo estuviera diciendo la verdad, no hay

posibilidad que los Mogadorianos vayan a liberar a sus

prisioneros. No después de lo que le hicieron a Janus.

No después de que sacrificaran a nuestra gente y que

arrasaran con nuestras ciudades.

Cada gramo de ira que he tenido hacia los Ancianos Lorics o

hacia cualquier otra cosa de Lorien parece intrascendente

comparado con la rabia que ahora está hirviendo en mí hacia

los Mogadorianos. Y finalmente me doy cuenta que ellos

también son culpables de la muerte de Zane. Los Ancianos

Page 108: El Navegante (ECEN)

hicieron que los Garde entrenaran como soldados, Sí. Pero

solo porque ellos sabían que había una amenaza en el

horizonte. Que la profecía era real.

Si no fuera por esos malditos Mogs, nosotros podríamos

vivir nuestras vidas en paz. No hubiera habido motivo alguno

para tales entrenamientos tan severos.

Zane podría haber vivido para tener un decimocuarto

cumpleaños.

Relleno con odio un último mensaje antes de borrar mi

perfil y mi publicación, mis dedos parecen martillos en el

teclado:

Los destruiré.

Page 109: El Navegante (ECEN)

Capítulo Dieciséis.

Evito a Zophie por el resto de la noche, e intento una vez más

localizar el origen del video. Pero los Mogs han cubierto sus

pisadas muy bien. No hay nada en que pueda aferrarme. Soy

buena, pero nuestro enemigo es aparentemente mejor. Y así

hago lo único que puedo hacer: Miro el video de Janus una y

otra vez, cuadro por cuadro, tratando de encontrar cualquier

indicio de donde estaban filmando los Mogs. Pero es solo un

cuarto de ladrillo. Podría ser en cualquier lugar.

Apenas duermo. Cuando lo hago, este es turbulento. Me

levanto con el sol y este traza una ruta a Montreal.

Tengo que salir de esta cabina. Necesito tiempo para pensar

en cómo voy a darle esta noticia a Zophie. ¿Cómo formas las

palabras que sabes que van a destruir a alguien? No tengo

idea. Lo que sí sé es que no puedo pasar el día con ella —no

puedo pasar tiempo con ella— porque sabiendo lo que sé y ver

el rayo de esperanza que sigue vivo dentro de ella es una

tortura. Pienso en enviarla a Montreal en vez de mí, pero esto

es una buena pista. No muy buena ya que podría haber Mogs

todavía corriendo y aunque no soy un soldado, soy

probablemente más luchadora que ella. No la puedo enviar al

peligro.

Así que decido ir sola.

Page 110: El Navegante (ECEN)

Tratar de escabullirme y formular una excusa para darle

más tarde: “Quería dejarte dormir y sorprenderte por si había

alguna noticia.” Pero ella sale de su habitación justo cuando

me dirijo hacia la puerta.

—Lexa, qué estás… —Ella comienza. Sus ojos están pesados

por el sueño.

—Sólo quería comenzar temprano el viaje —digo.

—Pensé que iríamos juntas. Si hay algo que puede llevarnos

a Janus o a la otra…

—No —la corto un poco con demasiada dureza. Ella parece

desconcertada. Suspiro y trato de pensar en una excusa

válida—. Quiero decir… tengo que hacer esto por mi cuenta.

Estoy tan contenta de que estemos juntas en esto, pero… Estoy

mucho más acostumbrada a estar sola. Es como vivía en

Lorien. Solo necesito un poco de espacio.

Soy dolorosamente consciente de lo terriblemente razonable

que es esto, teniendo en cuenta que me he pasado la mayor

parte de los últimos dos años en una pequeña nave con otras

dos personas y un bebe. Así que yo sigo hablando.

—Solo serán un par de horas. Estaré de regreso antes del

anochecer, al menos que descubra algo.

Ella se queda en silencio un par de segundos.

—Voy a hacer la cena entonces —dice finalmente. Me

entrega uno de los teléfonos prepago que he comprado para

nosotras—. Llámame tan pronto llegues. Y si encuentras algo.

Solo mantente en contacto, ¿de acuerdo? Voy a estar aquí en

búsqueda de más clientes potenciales.

—Estupendo —digo.

Page 111: El Navegante (ECEN)

Empiezo a salir, pero ella se adelanta y me abraza.

—Gracias por comprobar esta vez —dice en voz baja. —

Vamos a encontrarlo.

Espero que no se dé cuenta que me tenso en sus brazos, o

que no puedo mirarla a los ojos cuando ella me deja ir.

—Ten cuidado —dice ella.

—Te veré en un rato —le llamo por encima de mi hombro.

En el carro, lanzo una bolsa que contiene mi portátil trucado

y algunas de las armas de Raylan en el asiento del pasajero.

Zophie agita el brazo desde el porche y entonces estoy en

camino.

El camino es pintoresco. Tranquilo, incluso. Las hojas están

cambiando a brillantes tonos naranja y rojo. Me gustaría

disfrutar de ellas si tan solo pudiera conseguir sacar a Janus y

Zophie fuera de mi mente. Cada vez que pienso en ella

esperándome en casa, sigue creyendo que su hermano está ahí

afuera, me siento mal del estómago. Empiezo a preguntarme

si he tomado una mala decisión —que el conocimiento de que

algo terrible ha sucedido a Janus es mejor que no saber dónde

está o si está aún con vida. Eventualmente ella tendrá que

descubrirlo, o podría volverla loca.

Cuando regrese, se lo diré. Tal vez no sea la verdad exacta,

pero voy a decirle que Janus se ha ido. Solo tengo que

encontrar la manera.

Una hora después de cruzar la frontera con Canadá, tomo el

teléfono para comprobar con Zophie, pero este no tiene señal.

Es entonces cuando me doy cuenta que el móvil solo funciona

dentro de las torres de celulares de Estados Unidos. Echo un

Page 112: El Navegante (ECEN)

vistazo a mi mapa —estoy a sólo media hora de Montreal. Me

decido ser un soldado.

En una estación de gas fuera de la ciudad, compro una

tarjeta para llamar y avanzo hasta un teléfono público. Llamo

desde el teléfono fijo de la cabina, pero en respuesta sale con

rapidez un pitido repetitivo —el tipo de ruido que sólo he

escuchado una vez antes cuando perseguía una pista potencial

sobre Janus, cuando llamé a un número que se desconectó. Lo

intento de nuevo y sale el mismo sonido.

Cuando Zophie no recoge el otro móvil, empiezo a sentir

pánico. Trato dos veces más pero no obtengo respuesta. Me

digo a mi misma que solo ha ido a la tienda, o que ella ha

dejado accidentalmente el teléfono descolgado —cualquier

cantidad de excusas que podrían resultar en que ella no

responda.

Llamo a mi número móvil por lo que puedo comprobar mi

correo de voz de forma remota. Tengo un mensaje. Por

supuesto es de ella, dejado desde hace una hora.

—Lexa —grita ella—. Tienes que volver ahora. Tan pronto

como puedas. —Está muy emocionada—. Me encontré con este

grupo de personas que se hacen llamar “anfitriones” que dicen

que fueron reclutados por un Anciano. He publicado de

manera anónima y alguien ya ha contactado conmigo. Sé que

tú me dijiste que tuviera cuidado con estas cosas, pero es que

no podía esperar. Y además, le hice probar que él era uno de

nosotros. Él sabe de Loridas y la Garde. Él estaba en otra nave.

Él es uno de los Cêpan.

Mi corazón da un salto a mi garganta.

Page 113: El Navegante (ECEN)

—Le pregunte a la persona cual era el nombre del piloto. Él

dijo Janus. Él sabía todo acerca de mi hermano.

Hay una pausa en el mensaje. Puedo oír a Zophie

sollozando, conteniendo las lágrimas.

—Lexa —dice ella—. Él dice que Janus está con ellos. Mi

hermano está de camino aquí. Todo va a estar bien.

Mi corazón se hunde y antes de que me dé cuenta, ya estoy

de regreso en el auto con mi portátil abierto frente a mí,

conectándome a un enlace ascendente por satélite. No es

demasiado tarde. Todavía puedo contactarme con ella. Si ella

todavía está en su computador, puedo enviarle un mensaje…

Levanto la vigilancia en directo de la cabina en mi portátil y

me ahogo. Hay docenas de Mogs en el césped. Luchando con

las Chimæras, que arañan con sus garras a los intrusos, pero

los animales están siendo dominados —hay horribles y

rechinantes bestias junto a los Mogadorianos y se aproximan a

las Chimæras con una aterradora ferocidad. Algunos de

nuestros animales ya están siendo embolsados y cargados en

un camión. Algunos caen y no se levantan.

Y en medio de todo esta Zophie. Grito cuando la veo,

docenas de cosas que ella no puede oír. Le digo que corra. Le

digo que luche. Le pido disculpas. Ella lucha valientemente

junto a las Chimæras, escapando de las garras de un

Mogadoriano, solo para ser agarrada por otro. Ella tiene algún

tipo de herramienta en la mano que balancea hacia él. Un

martillo o llave —es difícil de decir. Ella debió haber sido

atrapada con la guardia baja, sin un arma real. Observo con

horror como ella finalmente se escapa, corriendo por el porche

hasta la puerta principal.

Page 114: El Navegante (ECEN)

Desintegradores abriendo fuego, su desesperación, creando

agujeros humeantes en la pared de la cabaña de madera.

Ella es interceptada por una bestia Mog del tamaño de

nuestro carro de la estación —todo cuernos y dientes,

corriendo hacia ella a cuatro patas. La atrapa entre sus fauces,

pero ella no deja de luchar. Balancea la herramienta en su

mano hacia abajo directamente al ojo del monstruo. Grita de

dolor, dejándola caer y veo que subestimé completamente sus

habilidades de lucha.

Pero esto ha terminado.

La bestia Mog deja escapar un rugido y balancea su cabeza

hacia Zophie. El hocico cornudo de la criatura la empala. Se

tropieza hasta la puerta principal, un punto oscuro aparece y

luego se hace cada vez más grande en su estómago donde la

criatura la golpeó. Y entonces ella cae. Algunos de las

Chimæras la rodean, convirtiéndose en monstruos con

colmillos con el fin de protegerla. Pero ellos no pueden

ayudarla ahora.

Los segundos pasan. Su pecho deja de subir.

Ella se une a su hermano.

Las Chimæras deben saber esto, porque la dejan de lado,

tratando de salvarse a sí mismos. No sirve de nada, sin

embargo. Son dominados. Capturados. Los Mogs parecen

furiosos con su criatura con cuernos —el que acaba de asesinar

a mi amiga— y comienzan a golpearlo. Las llamas comienzan a

arder en ambos lados de la cabaña, la multitud de disparos de

los desintegradores arrebatando algo del fuego.

Poco después, la imagen de video se corta.

Page 115: El Navegante (ECEN)

Empiezo a temblar. Un poco al principio y luego

violentamente. Por primera vez en todo el tiempo que puedo

recordar, lagrimas calientes empiezan a rodar por mi cara, en

un rio húmedo. No puedo detenerlos. Mi olfato comienza a

funcionar y cuando abro la boca para respirar, un sonido que

no es Loric viene —es animal.

Enciendo el auto, lista para acelerar por la autopista, para

volar de regreso a nuestra cabaña.

Pero sería inútil. Zophie se ha ido. Las Chimæras se habrían

ido ya para el tiempo que yo llegue. La cabaña está quemada y

es probable que aún esté siendo observada por los Mogs.

No puedo luchar con esos bastardos Mogadorianos y ganar.

No mano a mano o cara a cara. No con mucho de ellos.

El ruido viene de mi boca de nuevo, cruda y llena de rabia.

Y luego estoy conduciendo, tan rápido como puedo. Cae la

noche y sigo, sin rumbo, sin ningún destino, hasta que el auto

se queda sin gasolina al lado de la carretera. Entonces me

levanto y corro. Nadie está aquí para encontrarme esta vez.

Ningún escuadrón de la ADL siguiendo la nave que había

robado para llevarme a casa. Solo soy yo. Corro hasta que

estoy tan cansada que me siento como que no puedo dar un

paso más.

Y luego sigo adelante.

Page 116: El Navegante (ECEN)

Capítulo Diecisiete.

Dos semanas después de que los Mogadorianos mataran a

Zophie, una historia aparentemente sin relación es publicada

en el diario en línea de alguien. Es una corta cuenta de un

incidente en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia. Un

hombre se niega a dejar pasar una pieza de equipaje por el

escáner del aeropuerto. Él y su acompañante, un niño, con un

itinerario para volar a África. Hay una foto de los dos, un

hombre mayor y nervioso, el chico, de cuatro, tal vez cinco

años y pecoso. El hombre se sujeta uno de los lados de un

Cofre que está cubierto de símbolos Lorics. Un miembro de la

seguridad del aeropuerto sostiene el otro lado. No sé quienes

sean, pero son ciertamente casi como uno de la Garde y su

Cêpan. Quiero alcanzarlo a través de la foto y sacudir al

hombre adulto por ser tan tonto, pero desafortunadamente no

tengo ese Legado. Solo espero que aprenda. Que él puede

hacerlo mejor.

Destruyo cada línea del código del diario y sobrecargo el

servidor del sitio por buenas medidas. Entonces, sobre el

curso del almuerzo en un comedor de Carolina del Sur, rastreo

el correo de la escritora y fotógrafa y le mando un mensaje que

contiene un virus de computadora bajo el aspecto de ser un

fan de su diario. Para el momento en que termino el postre,

ella descarga mi gusano, que rápidamente se come su disco

Page 117: El Navegante (ECEN)

duro. Le pago a mi mesera y me voy, continuando

deambulando sin rumbo.

Zane está muerto. Igual que Zophie. Y Janus.

Estoy sola otra vez, justo como estaba en Lorien.

Bueno, no técnicamente. Supongo. Asumiendo que los otros

Garde y Cêpans sobrevivieran y Ella y Crayton sigan

escondidos, hay otros veinte Lorics que están en la Tierra.

Considero volar de vuelta a Egipto, tratar de rastrear a

Crayton y Ella. Pero para este momento ya deberían de

haberse ido. E incluso si los encuentro, ¿Y si sin querer guío a

los Mogs hacia ellos? ¿Qué si de alguna manera mi presencia

arruina las cosas?

Estoy mejor por mi cuenta, de todas formas. Sentada detrás

de una pantalla de computadora. Juntando información.

Reconstruyendo piezas juntas.

Cuando pienso en lo que le pasó a Zophie, tengo que tragar

la urgencia a vomitar. Me culpo a mí misma. Debí decirle

sobre Janus tan pronto como supe que estaba muerto. Me doy

cuenta de eso ahora, pero no hay nada que pueda hacer. Ella

se ha ido.

Mi sangre se llena de rabia y fuego cuando pienso en los

Mogadorianos. Sigo sin estar segura el porqué de la elección

de los Ancianos de enviar tan pequeño número de nuestra

gente a la Tierra, pero sé que debe ser importante. Porque

entonces los Mogs estarían aquí, ¿yendo tras ellos? Janus dijo

que estaban dispersos. No sé si eso era verdad o una mentira

final que él fue capaz de mantener de sus captores, pero ir por

caminos separados tiene más sentido. La foto del dúo

dirigiéndose a África parece corroborar su aclamación.

Page 118: El Navegante (ECEN)

Y además, lo que Zophie y yo tratábamos de hacer, de

encontrarlos a todos, era realmente peligroso para todos. Para

los Lorics restantes. Me doy cuenta de eso ahora. Sería mucho

mejor para ellos que se mantengan escondidos. Al menos

hasta que la Garde sea lo suficientemente fuerte para pelear.

Aun puedo ayudar, sin embargo, y al hacerlo heriré a los

Mogs. Desde lejos. Porque entre más cerca esté de la gente, es

más probable que terminen lastimados. Y no puedo soportar

perder a alguien más. Yo solo no creo que lo tenga en mí.

Lo que puedo hacer es trabajar detrás de escena. Puedo ser

un fantasma. Anónimo. El espíritu en la máquina. Justo como

lo hice en el blog. Puedo mirar por mi gente en el mundo

digital. Cubriendo su rastro cuando pueda. Ayudándolos a

asegurar su misión, cualquiera que sea ésta, está decidido.

Encontrar cualquier información que pudiera ayudarles en su

camino. Entrenándome a mí misma con la tecnología de este

planeta hasta que pueda controlarla completamente.

Puedo intentar ayudar a proteger a mi gente.

Tal vez no soy un fantasma. Tal vez soy algo más. Algo más,

como un guardián.

Puedo juntar recursos para ellos hasta el día cuando estén

listos y se levanten contra los Mogs. Hay demasiadas,

peligrosas y poderosas armas en la Tierra. Y algunas no de

este mundo también. Aún hay una nave Loric que puede volar.

La nave de Janus. Tal vez los Mogs la tengan. Tal vez siga

escondida en algún lugar.

Me pregunto qué tan difícil sería para mí encontrarla.

Page 119: El Navegante (ECEN)

Agradecimientos Como todo lo que me ha gustado llevar conmigo en

mi vida seré claro y conciso. Esta es la primera

traducción exitosa que coordino (ya lo había

intentado antes y no había salido para nada bien),

pero no lo hubiera sido sin la ayuda de todos y

cada uno de nuestros colaboradores, desde el más

antiguo en el grupo hasta el más reciente. Gracias

por soportarme estos pasados días y no haberme

mandado a la mierda incluso cuando tal vez lo

merecía. Es enserio.

Y especialmente quiero agradecer a Cith que estuvo

desde el principio, siempre dispuesta a ayudar y

bromear un poco. A Mayra y Amairani que estuvieron

ahí cuando más lo necesitaba, cuando sentía que ya

no podía con la presión y el estrés que conlleva

esto y sobre todo a Samuel que me dio la

oportunidad de hacerlo y que me estuvo guiando a

través de todo esto, gracias.

Tal vez no sea perfecto, pero estoy orgulloso de

este trabajo, hecho con mucho esfuerzo de todos

los que estuvimos involucrados, hecho de fans para

fans. Les guste a algunas personas o no.

—Isaac Crespo (IsaaCr)

Page 120: El Navegante (ECEN)

Hola. Yo aquí la voz detrás de ECEN, detrás de las

voces de ECEN.

Afortunadamente esta traducción ha concluido. Me

parece gratificante el hecho de saber que puedo

contar con muchas personas que están dispuestas a

apoyar a nuestra página y raro Equipo de

Traducción.

Hemos avanzado con pasos enormes y con retrocesos

catastróficos, pero no somos perfectos, Lorien no

era perfecto, así que no nos juzguen tan duro.

Desde que iniciamos a traducir hemos recibido y

escuchado decenas de críticas acerca de lo que

hacemos. Algunas de ellas han sido malas y otras

han sido lo suficientemente buenas para sacarnos

una sonrisa.

No me queda más que agradecerle a Isaac por

ofrecerse (en realidad creo que lo obligué en

cierto sentido), a dirigir esta traducción. Y

también un agradecimiento general a todos y todas

las chic@s del Equipo que pusieron su empeño en

esto, porque sin el cuerpo la cabeza no

funcionaría y la cabeza no podría hacer nada sin

el cuerpo. Ya saben, recuerden sus clases de

anatomía y esas cosas (aunque las cucarachas

pueden vivir hasta quince días sin cabeza y los

pollos también…).

Page 121: El Navegante (ECEN)

En fin. Como sea. Nos veremos en el que sigue. Eso

espero.

Nos leemos, Lorics.

—Samuel Maldonado (Samuu.)

PD. Son las 3:38 a.m. y no he dormido desde ayer.

Así que no digan que uno no los quiere porque me

estuve chingando seis p****es horas para terminar

el Archivo Perdido. Los Hamo.

Page 122: El Navegante (ECEN)

TAMBIÉN PUEDES LEER:

THE REVENGE OF SEVEN: NOMBRE EN ESPAÑOL: LA VENGANZA DE SIETE. FECHA DE PUBLICACIÓN: 26 AGOSTO 2014. PUBLICACIÓN DE TRADUCCIÓN: 3 SEPTIEMBRE 2014. PDF:DROPBOX.COM/S/1TQU79HZRB0FO64/LA%20VENGANZA%20DE%20SIETE%20%20%28ECEN%29.PDF OPCIÓN 2: HTTPS://WWW.SENDSPACE.COM/FILE/H6MX3F

EPUB:DROPBOX.COM/S/3WBWDP67PO5EW8M/LA%20VENGANZA%20DE%20SIETE%20%28ECEN%29.EPUB

Page 123: El Navegante (ECEN)

THE LOST FILES #10: THE FUGITIVE:

NOMBRE EN ESPAÑOL: LOS ARCHIVOS PERDIDOS: EL FUGITIVO. FECHA DE PUBLICACIÓN: 23 DICIEMBRE 2014 PUBLICACIÓN DE TRADUCCIÓN: 25 DICIEMBRE 2014 PDF:DROPBOX.COM/S/YK9G69SWMKZGZQH/EL%20FUGITIVO%20%28ECEN%29.PDF?DL=0 OPCIÓN 2: HTTPS://WWW.SENDSPACE.COM/FILE/MXOLN3 EPUB: DROPBOX.COM/S/9ONM15FFHEGE66M/EL%20FUGITIVO%20%28ECEN%29.EPUB?DL=0