el liderazgo ético en organizaciones postmodernas
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Revista de Artes y Humanidades UNICA
ISSN: 1317-102X
Universidad Catlica Cecilio Acosta
Venezuela
Mendoza de Graterol, Eva; Mendoza de Lorbes, Mara Antonia
El liderazgo tico en organizaciones postmodernas
Revista de Artes y Humanidades UNICA, vol. 9, nm. 22, mayo-agosto, 2008, pp. 59-78
Universidad Catlica Cecilio Acosta
Maracaibo, Venezuela
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=170118859004
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Revista de Artes y Humanidades UNICAAo 9 N 22 / Mayo-Agosto 2008, pp. 59 - 78Universidad Catlica Cecilio Acosta ISSN: 1317-102X
El liderazgo tico en organizaciones postmodernas
MENDOZA DE GRATEROL, Eva*y MENDOZA DE LORBES, Mara Antonia**
*Universidad del [email protected]
**Universidad Catlica Cecilia [email protected] ve
Resumen
La presente investigacin tiene por objeto analizar las organizacio-nes desde una realidad postmoderna a fin de detectar la necesidad de unliderazgo tico se consideran dos diferentes acepciones de tica, la pri-mera, la discurre como ciencia del fin donde debe dirigirse la conductade los hombres y de los medios para lograr tal fin y derivan, tanto el fincomo los medios, de la naturaleza del hombre; y la segunda, la conside-ra como la ciencia de los motivos de la conducta humana con la inten-cin de disciplinar o dirigir la conducta misma. Se observa adems, quea lo largo de la historia los distintos pensadores se han inclinado por unade las posturas referidas. Inicialmente se denomin BIEN y con la con-temporaneidad VALR. La llamada es una vuelta al liderazgo tico enlas organizaciones donde los lderes sean formadores de valores a tra-vs del modelaje directivo.
Palabras clave: tica, liderazgo, organizaciones, postmodemidad
Ethicalleadership in postmodern organizations
Abstract
This objective ofthis investigation is to analyze organizations froma post-modern reality in order to detect the need for ethicalleadership.Two different meanings of ethics are considered. The first is known asthe science of the end, to which men's behavior and the means toachieve such an end ought to be directed; both the end as well as the
Recibido: Marzo 2008 Aceptado: Abril 2008
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MENDOZA DE GRATEROL, Eva y MENDOZA DE LORBES, Mara Antonia
means derive from man's nature. The second considers ethics as thescience of motives for human behavior with the intention of disciplin-ing or directing that behavior. It is also observed that throughout his-tory, different thinkers have leaned toward one or another ofthe afore-mentioned postures. Initial1y, it was cal1ed GOOD and in the contem-porary period, VALUE. The proposal is a turn toward ethicalleader-ship in organizations where the leaders are educators in values throughdirective modeling.
Key words: Ethics, leadership, organizations, post-modernity.
Introduccin
Las organizaciones del siglo XXI se hallan en el contexto dela postmodernidad, a tal efecto Prez (1999) seala que sta es unacritica a la modernidad y a los valores fundamentales; la postmo-dernidad surge como un profundo desencanto a los valores deshu-manizadores de la ciencia y el progreso ante los acontecimientoshistricos de las dos guerras mundiales, donde se producen cam-bios en todos los niveles; as desde el punto de vista cientfico seorigina el principio de incertidumbre de Heisenberg quien afirmaque es imposible determinar con grado de precisin, la existenciade cierto lmite en la velocidad y la posicin de una partcula (inde-terminacin); por lo cual lo permanente es mantenido en un esta-dio largamente sostenido dentro de una secuencia de cambios.
Igualmente, se provoca un ordenamiento de la episteme, elsaber cambia de naturaleza y de forma en su positividad (cienciasnaturales y sociales), se derrumban las bases de la fsica clsica.Segn Reyes (1988) en las ciencias sociales, se ocasiona crisis enel paradigma de la idea de progreso. As para finales del siglo XIXel filsofo Nietzsche retom el fin de los tiempos, estableciendo ladialctica y la antropologa. Indicando una crisis ideolgica en losgrandes relatos y en los sistemas filosficos.
A principios del siglo XX, surgieron las filosofas irraciona-les como contraparte a los racionalismos e idealismos. No cabeduda que las filosofas irracionales han sido la raz de la postmo-dernidad. Este movimiento ha mantenido una actitud contradicto-ria ms que autnticamente creadora. Los conflictos, los desencan-
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tos han sido ms frecuentes que las aperturas a la esperanza. Estaprdida de confianza en la razn nos conduce a un relativismo ysubjetivismo que afecta a todos los mbitos del ser, del conocer ydel vivir y en consecuencia, a un pluralismo o politesmo de valo-res, una diversidad, una fragmentacin, un pensamiento dbil, unadesorientacin, un escepticismo, una tolerancia, un mundo light(Cruz, 1997).
As mismo, a nivel social la crisis se manifiesta en la estruc-tura social de los aos 60, crisis del estado de bienestar, desarticu-lacin de la sociedad civil, pluralidad y dbiles lazos de conexinsocial; causando ruptura en la teora clsica de las clases sociales,en las ideologas y sistemas filosficos. Esto trae como consecuen-cia el fin del pensamiento utpico y de los proyectos sociales co-lectivos, etapa de desencanto social, escepticismo y posicionesnihilistas. Adems, se introduce la configuracin de una nuevasubjetividad en lo social, donde no se contempla como lugar derealizacin y conformacin del yo; se produce una profunda trans-formacin entre individuos y sociedad, entre la subjetividad e in-tersubjetividad, el yo no es conformado y confirmado por el noso-tros, hay un desplazamiento radical en la dimensin referencial,nueva relacin entre la subjetividad e intersubjetividad, pluralidady fragmentacin. El individuo accede a su subjetividad mediante larelacin con el medio social a travs del signo, hay prdida de todacapacidad significante, el signo es el nico y ltimo referente (Re-yes, 1988).
Todo lo anterior evidencia que al final del segundo milenio,nos ha tocado vivir en una sociedad de constante crisis. Y en con-secuencia las organizaciones postmodernas son complejas, sor-prendentes, frustrantes, conflictivas, ambiguas y muchas veces ca-rentes de valores ticos, con posturas y caractersticas negativasque provocan problemas. Con jefes rgidos, subordinados indolen-tes, burcratas perezosos, sindicalistas insaciables o lites insensi-bles. Estos son indicadores de una organizacin dbil que entorpe-ce el logro de objetivos estratgicos establecidos (Bolman y Deal,1995).
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La presente investigacin documental tiene por objeto anali-zar las organizaciones desde una realidad postmoderna a fin de de-tectar la necesidad de un liderazgo tico. La metodologa a seguirfue la revisin bibliogrfica, anlisis reflexivo de las lecturas y sn-tesis del tema a tratar. Se justifica en la concepcin de tica de la fi-losofa antigua, propuesta por Aristteles que ha marcado a filso-fos como Kant, Scheler, Hartmann con posturas epistmicas de or-den idealista y empirista, y el enfoque del liderazgo tico, de Lus-sier, Achua (2002); los paradigmas del liderazgo de lvarez deMon y colaboradores (2001); el potencial tico de las organizacio-nes de Etkin, J (2005), Soto y Crdenas (2007) entre otros. Y esteobjetivo implica, al menos, los siguientes puntos que intentaremoscubrir: 1) Las organizaciones postmodernas; 2) la tica y los valo-res; 3) liderazgo tico; 4) conclusin.
1. Las organizaciones postmodernas
Como resultado de la realidad postmoderna, se observa queen la administracin pblica, con frecuencia se hacen denuncias ysometimientos a funcionarios involucrados en desfalcos y malver-sacin de fondos contra las instituciones bajo su administracin,una creencia comn parece motivar a las personas a actuar de esamanera. Se trata de un paradigma que se ha hecho cada vez mspopular y que al parecer se ha ido constituyendo en el nico medioposible para lograr el xito: hay que engaar para triunfar. Engaarpara triunfar est basado en la creencia de que tener xito significatenerlo todo en poco tiempo, acumulando fama, riqueza, prestigio,bienes, y hasta reputacin sin invertir el tiempo y esfuerzo legti-mos y necesarios para alcanzar los aludidos propsitos. Equivale auna carrera desenfrenada para lograr lo que uno quiere a toda cos-ta. Pero en la prctica, sta resulta una forma inefectiva de pensar yactuar. Revela una deficiencia de principios ticos y morales.
En tal sentido, tambin en el campo cientfico y tecnolgicose han producido estos procesos dialcticos de la relatividad delsaber. Manifestndose en los mbitos sociales, econmicos, cultu-rales y polticos. Como consecuencia, este popular paradigma pue-
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de y debe enfrentarse con el establecimiento y promocin de un s-lido cdigo de moralidad y conducta tica en las organizaciones, atravs de la educacin continua dirigida y modelada de maneracoherente desde las instancias de liderazgo de la sociedad toda.
Segn el anlisis que realiza Wolfgang Brezinka (2002), sontres las ideologas rectoras que han contribuido a la crisis de orien-tacin de valores. Estas son: el racionalismo, entendido como unasobreestimacin unilateral de la razn; el individualismo, concebi-do como una acentuacin parcialista de los intereses de cada hom-bre en concreto; y el hedonismo, en tanto que sobrevalora egosta-mente el placer, la satisfaccin y el deleite.
Estas corrientes se pueden encontrar en las organizaciones enun sentido amplio. Etkin (2005), circunscribe las entidades comolas escuelas, las fbricas, los hospitales, los comercios, las funda-ciones o los sindicatos, la familia, la comunidad pues todas ellasexisten en los marcos ticos y son susceptibles a los cambios quese presentan incluyendo las acciones y decisiones que tomen, lascuales afectan de manera directa o indirecta al medio que la rodea,es decir, las organizaciones se encuentran afectadas por las trans-formaciones sociales. El punto de partida es que en toda organiza-cin vivible deben respetarse y aplicarse los valores de libertad,justicia, equidad, transparencia, solidaridad, honestidad, igualdadde oportunidades y la dignidad del trabajo.
Para las autoras, las organizaciones pueden presentar las cri-sis de orientacin de valores sealadas por Wolfgang Brezinka(2002), donde el racionalismo se manifestara por el cumplimientode los objetivos para lograr el lucro, el valor supremo sera: la or-ganizacin econmica y los medios slo conducen al fin (las ga-nancias), omitiendo as la esencia social de toda organizacin a lointerno (empleados y obreros) y a lo externo (usuarios, comunidad,ecologa entre otros); en tanto que para el individualismo la orga-nizacin se convertira en parcialidad en unilateralidad, donde elegosmo privara sobre lo colectivo y lo social; por ltimo el hedo-nismo producto del logro de los objetivos, el aumento de la pro-duccin y las ganancias desmedidas provocara un deleite, un pla-
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cer o un goce amoral. En consecuencia, es imperioso que las orga-nizaciones retornen hacia la convivialidad tomando en considera-cin los valores ticos primordiales y universales de toda persona,que promuevan y practiquen la libertad, la justicia y la equidad enlas organizaciones hacindolas ms cercanas.
Para Fassin, en Soto y Crdenas (2007), existe una serie in-terminable de prcticas organizacionales que atentan contra losprincipios morales tales como: engaos y mentiras, rompimientode promesas, corrupcin pasiva y competencia desleal, ventajaspersonales para los directivos y manipulacin de informacin, ne-gociaciones cuestionables durante fusiones y adquisiciones.
De igual manera, se encuentra en las organizaciones otra rea-lidad del deber ser, enfocada en la racionalidad, que segn Bolmany Deal (1995), se fundamenta en los presupuestos siguientes: 1) lasorganizaciones se crean para cumplir ciertos objetivos; 2) los mis-mos sern ms eficaces cuando stos y las polticas sean claros;3) los trabajos estn bien definidos, pero no demasiado; 4) los sis-temas de control estn en su lugar, sin ser opresivos y 5) cuando losempleados se comporten como gente razonable y prudente, es de-cir, cuando se oriente en conductas ticas.
2. La tica y los valores
Desde la referencia de Abbagnano (1986) la tica en generales la ciencia de la conducta y seala dos concepciones fundamen-tales: la primera razonada como ciencia del fin donde debe dirigir-se la conducta de los hombres y de los medios para lograr tal fin yderivan, tanto el fin como los medios, de la naturaleza del hombre;y la segunda considerada como la ciencia de los motivos de la con-ducta humana con la intencin de disciplinar o dirigir la conductamisma.
Es decir, la primera acepcin significa la felicidad, es el finde la conducta humana, deducible de la naturaleza racional delhombre; en tanto que la segunda significa el placer, es el mvil ha-bitual y constante de la conducta humana; se habla entonces de unatica del fin y una tica del mvil, sino se tiene claro tal distincin
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se producen confusiones porque ambas concepciones se presentancomo definicin de bien, es entonces como a nivel especfico elbien se refiere al dominio de la moralidad o sea, de la conducta, delos comportamientos humanos intersubjetivos y designa, por lotanto, el valor especfico de tales comportamientos, es decir, elbien es objeto de la tica.
Posteriormente se sustituye la palabra bien por la nocin va-lor, es as que desde la edad contempornea el valor se sustrae a laalternativa propia de la nocin de bien que puede ser interpretadaen sentido objetivo (como realidad) o en sentido subjetivo (comotrmino de apetencia) (Ferrater, 2004). Para las autoras cuando sepresente la nocin de valor se estar refiriendo a la tica porque es-tn relacionadas.
En este sentido, el bien (valor) para Aristteles es teleolgi-co, porque considera la accin no en cuanto buena en s misma,sino en cuanto conduce al bien del hombre, pero si existe algn findeseado por l mismo y por el cual se desean los dems bienes su-bordinados, entonces ese bien ltimo ser el mejor bien de todos,es decir, el bien supremo que es perfecto y definitivo. El fin, por lotanto, se identifica con el bien. El bien pasa de las ideas a las mis-mas cosas, se confunde con la esencia del ente. Esa esencia es loque hace que algo sea valioso en tal o cual grado. Y la falta de valores entonces falta de bien, o de ser.
Cada sustancia tiene una funcin propia que viene determi-nada por su naturaleza; actuar en contra de esa funcin equivale aactuar en contra de la propia naturaleza. Del mismo modo el hom-bre ha de tener un destino propio: si acta conforme a ese destinoser un buen hombre; en caso contrario ser un mal hombre. La fe-licidad consistir por lo tanto en actuar en conformidad con su fun-cin inherente. Si sus actos le conducen a realizar esa funcin, se-rn virtuosos; en el caso contrario sern viciosos que les alejarnde su propia naturaleza, de lo que en ella hay de caracterstico o ex-celente y, con ello, de la felicidad (Aristteles, 1918).
Ahora bien, el hombre es una sustancia compuesta de alma ycuerpo, por lo que junto a las tendencias apetitivas propias de su
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naturaleza animal encontraremos tendencias intelectivas propiasde su naturaleza racional. Habr, pues, dos formas propias de com-portamiento y, por lo tanto, dos tipos de virtudes: las virtudes ti-cas (propias de la parte apetitiva y volitiva de la naturaleza huma-na) y las virtudes dianoticas (propias de la dinoia, del pensa-miento, de las funciones intelectivas del alma).
Es decir, para Aristteles, la virtud moral sera un modo deser del alma en cuanto referido al decidir, pero como la decisinhumana debe nacer de la deliberacin, tanto el razonamiento fun-damental de tal decisin como el deseo de lograr sus fines deberntambin ser, el razonamiento, verdadero y el deseo, correcto; si esque se quiere que la eleccin sea tambin buena. Pero propiamen-te, para Aristteles, el intelecto es una potencia terica, contempla-tiva, no orientada a la praxis o produccin de algo. La verdad ybondad de una decisin se encuentran, sin embargo, en la dimen-sin prctica. Por ello, el ser humano slo ser feliz si vive comociudadano libre y responsable (tica a Nicmaco, libro 2, 1).
Para las autoras segn lo planteado por Aristteles cuandolas organizaciones actan en contra de la propia naturaleza por lacuale fueron creadas se convierten en un antivalor, es decir, caren-tes de ser y del bien; por el contrario, cuando ejercen su ser enton-ces sern virtuosas y ticamente aceptables. En cuanto a las deci-siones del lder tico stas deben nacer de las deliberaciones de unrazonamiento verdadero y un deseo correcto.
En cuanto a los valores ticos, Delgado (1996), asevera queel mundo est impregnado por el obrar del hombre, es decir, por supoder creador en libertad (valor); afirma que la tica en cuantociencia normativa, versa sobre normas, pero no da normas, por loque la tica no puede ser sino descriptiva, pero como las normas noson hechos empricos, la tica tiene que describirlas comprensiva-mente con alcance teortico.
Asimismo, el aludido autor indica que la progresiva correc-cin del orden concreto de la conducta humana se expresa en tr-minos valorativos, la categora de progreso tiene una dimensinaxiolgica ineludible y es la nica que puede aclarar el sentido de
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la vida humana. Todo el universo de valores est enraizado en lavida del hombre, sobre la base de un esclarecimiento pragmticode la realidad natural. El problema teleolgico implica, por lo tan-to, otro problema: la cuestin prctica de la accin. Se trata de ave-riguar las normas a las cuales se ha de ajustar la conducta por loque es preciso saber distinguir previamente lo bueno de lo malo, lobello de lo feo, lo justo de lo injusto, lo verdadero de lo falso. Perodistinguir lo bueno de lo malo, como lo bello de lo feo, no es otracosa que formular apreciaciones acerca de los objetos, expresadasen juicios de valor. As se establecen jerarquas entre los distintosvalores, ya sean ticos, estticos y otros, porque el ser humano tra-ta de realizar aquello que estima ms valioso. Con esto se crea unaverdadera Doctrina o Teora de los valores.
La teora de los valores, a la cual se reduce en ltimo trminoel problema teleolgico, constituye la axiologa. Consecuente-mente, el problema teleolgico da origen a la tica, que busca la fi-nalidad de la vida humana y estudia las normas a las que debemosajustar nuestra conducta para lograr esos fines. Es decir, la esenciade la tica consiste, pues, en la investigacin de la naturaleza de lomoralmente bueno y de lo moralmente malo, y en la determinacinde los principios y leyes a que debemos ajustar nuestra conductapara que sea universalmente vlida.
En consonancia con lo expresado por Delgado, cada organi-zacin tiene una misin, una visin, los objetivos, las polticas, uncuerpo de normas, los valores organizacionales, es decir, un telos.
Histricamente se presentan dos concepciones opuestas de latica de los valores: la formal y la material. Para la tica formal,cuyo fundador es Kant, una accin es moral cuando, haciendo abs-traccin de todo contenido concreto, se obra siempre de igual ma-nera en una situacin idntica, de acuerdo con la ley moral, deno-minado imperativo categrico, porque no est sujeta a ningunacondicin. Kant intentar reencontrar la objetividad del valor en elsujeto normativo. Pero ese valor no es lo valioso de la misma cosa,sino lo que debe ser segn la norma absoluta, y slo hay un valor
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absoluto en la buena voluntad. En este contexto el trmino tica esusado por Kant (1980) como valor moral.
Kant (1978), distingue un uso terico y un uso prctico de larazn. En su uso terico, la razn constituye o configura el objetoque se da en la intuicin, mediante la aplicacin de las categoras;en su uso prctico, se ilustra en la Fundamentacin de la metafsi-ca de las costumbres Kant (1980) y en la Crtica de la razn prc-tica, la razn es la fuente de sus objetos: la produccin de eleccio-nes o decisiones morales de acuerdo con la ley que procede de ellamisma (Kant, 1975).
Kant critica a los sistemas ticos anteriores porque habanpartido de una determinada concepcin del bien, como objeto de lamoralidad, creyendo que ese bien determinaba la moralidad, lo quedeba ser. Sin embargo, del mismo modo que el conocimiento te-rico no est determinado por el objeto, sino que ste se encuentradeterminado por las condiciones a priori de la sensibilidad y delentendimiento, el conocimiento moral tampoco estar determina-do por el objeto, sino ms bien el objeto de la moralidad determina-do por ciertas condiciones a priori de la moralidad. En consecuen-cia, las leyes de la moralidad han de tener un carcter universal ynecesario. De ah la crtica de Kant a los sistemas morales funda-dos en contenidos empricos, a los que llamaremos ticas materia-les. En primer lugar, todas ellas son a posteriori: de alguna maneratodas ellas identifican el bien con la felicidad, y consideran buenoel objeto hacia el que tiende la naturaleza humana considerada em-pricamente, aceptando la determinacin de la voluntad por obje-tos ofrecidos al deseo.
Adems, de proponer distintos bienes, entre los que no hayposibilidad de ponerse de acuerdo, lo que pone de manifiesto sufalta de universalidad, al estar basadas en la experiencia carecen dela necesidad y universalidad necesaria de la que deben gozar las le-yes morales. En segundo lugar las normas que proponen tienen uncarcter hipottico, condicional: si quieres alcanzar la felicidad(algo distinto para cada sistema) has de comportarte de acuerdocon esta norma.
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Al estar sometida la norma a una condicin slo tiene valor sise acepta dicha condicin, lo que, adems de significar que se ac-ta por un inters, implica que la validez de la norma para conse-guir el fin que se propone slo puede ser comprobada experimen-talmente, por lo que tampoco puede tener carcter universal y ne-cesario.
Por lo dems, y en tercer lugar, esos sistemas ticos son hete-rnomos: el hombre recibe la ley moral desde fuera de la razn, porlo que en realidad no est actuando libremente, perdiendo la capa-cidad de autodeterminacin de su conducta, la autonoma de la vo-luntad. Que valor puede tener una norma moral que no es univer-sal y necesaria, cuyo cumplimiento est sometido a la consecucinde un objetivo, un inters, y que propone al hombre renunciar a lalibertad, a la autonoma de su voluntad?
Es imposible imaginar nada en el mundo o fuera de l quepueda ser llamado absolutamente bueno, excepto la buena volun-tad. Con esta frase comienza la Fundamentacin de la metafsicade las costumbres (Kant, 1980). Una voluntad que obra por deber,obrar por reverencia o respeto a la ley moral que la voluntad se da as misma es decir, no por inters, o por inclinacin o por deseo.Kant distingue aqu entre obrar por deber y obrar conforme al de-ber: puede ocurrir que acte por algn inters particular y esa ac-tuacin coincida con la ley moral; en ese caso estoy actuando con-forme al deber.
Obro por deber, sin embargo, cuando mi actuacin no persi-gue ningn inters particular, ni es el resultado de una inclinacino un deseo, sino que est motivada solamente por reverencia o res-peto a la ley moral, independientemente de que mi actuacin puedatener consecuencias positivas o negativas para mi persona. La leymoral se basa en la nocin de deber; y en la medida en que la leymoral pretende regular nuestra conducta ha de contener alguna or-den o algn mandato. Pero como la ley moral es universal y nece-saria la orden o mandato que contengan ha de ser categrico, es de-cir, no puede estar sometido a ninguna condicin.
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A la frmula en la que se expresa ese mandato u orden de laley moral la llamar Kant imperativo categrico que es slo la for-ma pura de la moralidad. En la Fundamentacin Kant nos da tresdefiniciones distintas del imperativo categrico: 1.-"Obra slo se-gn una mxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se tor-ne en ley universal". 2.-"Obra como si la mxima de accin hu-biera de convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturale-za". 3.-"Obra de tal manera que uses la humanidad, tanto en tu per-sona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin ynunca como un medio".
Kant con su teora de la tica formal aporta a las organizacio-nes segn las autoras, el valor absoluto en la buena voluntad quedebe ser de carcter universal y necesario en cualquier institucin.Donde la voluntad, obra por deber, reverencia o respeto a la leymoral, es decir, no obra por inters, o inclinacin o deseo. El lderha de considerar este valor absoluto de la ley moral y por ello debeactuar de manera que su proceder se torne en ley universal de la na-turaleza y su comportamiento sea humano consigo mismo y con elotro, o sea, el lder debe poseer una exaltada conviccin moral.
Frente a esta concepcin formalista se encuentra la tica ma-terial de los valores, que ve la esencia de la moral en los bienes, quese consideran como fines ideales que se persiguen o como valores,objeto de estimacin o aspiracin. Representantes de esta concep-cin son los filsofos Max Scheler y Nicolai Hartmann; quienesdistinguen los valores: instrumentales-bienes; de placer, como loagradable; morales, como lo bueno, justo y otros.; vitales; estticoscomo lo bello; de conocimiento, como la verdad.
Adems, utiliza el mtodo y el enfoque fenomenolgico paraestudiar los valores, en controversia con la concepcin Kantiana.Para Scheler (1942) los valores son objetivos, no se les puede deri-var de otros entes o esencias, son independientes de que se les cap-te o no, y tienen el carcter de objetos ideales. Los valores se cap-tan en un a priori valoral, en una evidencia o intuicin segn el pri-mado del amor (en la dimensin de lo volitivo, no de lo cognitivo).
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Tambin conoce una evidencia intuitiva de tipo no-deductivoque se muestra ya en la ordenacin jerrquica de los valores vita-les. La relatividad de los valores se dara slo en referencia a la li-mitacin (ceguera al valor) del sujeto. En lo humano hay valorespersonales, en lo material hay valores de bienes. Scheler clasificlas teoras del valor:
a. Teoras de tipo platnico: donde el valor es consideradocomo algo independiente de las cosas, las cuales son valiosaspor participar de tal propiedad superior y absoluta. Donde elespritu humano slo debera descubrir lo que realmentevale, es decir, lo que realmente es. La mayor dificultad deesta interpretacin, a nivel filosfico, es la que plantea el malo el disvalor, que deben ser considerados entonces como no-ser, como reduccin del ser.
b. Teoras nominalistas: afirman que el valor es slo relativo alhombre, se basa en su subjetividad, su agrado, su deseo, suatraccin o en sus contrarios. As los valores superiores que-dan reducidos a los de orden inferior, en que el valor coincidecon el agrado y el disvalor con el desagrado.
c. La teora de la apreciacin, unida al nominalismo tico al ne-gar la independencia de los fenmenos ticos estimativos,pero difiriendo de l en cuanto que afirma que la apreciacindel querer, planificar, obrar y otros, no implica un valor pues-to por s mismo en ellos, sino que el valor moral se constituyeprecisamente en dicho acto apreciativo (Scheler, 1942). Enresumen para el precitado autor los valores no se justifican enlas aludidas teoras, porque, no es posible confundir la axio-loga como sistema de valores con un sistema de preferenciasestimativas.Es decir, Scheler rechaza cualquier tipo de constructivismo
valorativo o tico y considera los valores como fenmenos objeti-vos, es decir, dados al sujeto valorante de una forma apririca, perono en el sentido formal kantiano (vaco de contenido), sino concontenidos concretos: lo agradable, es el valor que se realiza en elnivel de lo sensible, lo noble se realiza en la vitalidad y energa hu-
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mana, lo bello, bueno y verdadero se cumplen en la actividad espi-ritual, y lo sagrado se percibe en una especie de super-amor.
Asimismo, Scheler refiere que, el bien moral consiste en ele-gir el valor objetivo ms elevado percibido. En esta tica del valor,la respuesta moral se dirige no a cosas, sino a otras personas antelas que se debe realizar un valor ms elevado: fidelidad, sentido delsacrificio, amor.
Una concepcin prctica de los valores se asume de Scheleradaptado por las autoras a las organizaciones y al liderazgo tico,donde el valor se orienta hacia la persona misma y no a la cosa. Elbien moral consistir en elegir el valor supremo. Los lderes debenconsiderar a los otros miembros de la organizacin tanto los inter-nos como los externos por su dignidad humana, ese ser el valorsuperior.
Igualmente, Hartmann (1959) consider los valores comoobjetividades independientes del sujeto, y el sujeto puede descu-brir nuevos valores pero no inventarlos. El sujeto los percibe me-diante el sentimiento de valor, pero este tipo de capacidad de per-cepcin valorativa es algo no innato, sino que debe ser formado enel ser humano. En el momento, los valores se sienten de forma muycontingente, por ello hay tantas diferentes concepciones morales.Hay objetividad, pero tambin hay ceguera ante los valores. Ahorabien, para Hartmann la diferencia jerrquica de los valores no es elnico principio que rige sobre la eleccin humana, para l es impo-sible esa ordenacin unidimensional, porque l la concibe pluridi-mensional.
Hartmann (1959), considera, adems, exclusivamente la per-sona particular y rechaza el concepto de persona colectiva o divi-na. Los valores morales constituyen un reino axiolgico indepen-diente; la persona humana es mediadora entre el orden de los valo-res y el de la realidad. No hay una prioridad del deber respecto delos valores, sino que el valor precede al deber y lo condiciona. Losvalores poseen el carcter de esencias originales, independientesde la representacin y del deseo. Son objetos ideales, aprehensi-
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bles en una visin intuitiva a priori, independiente de toda expe-riencia.
El valor es aquello que saca al sujeto de su indiferencia frenteal objeto; por eso, el valor se funda en la preferibilidad. El valor esno indiferencia. Es precisamente esta caracterstica del valor loque va a plantear el problema central de la axiologa. El valor escaptado sentimentalmente. No se percibe el valor (la bondad, laamistad, la generosidad, la belleza) por la va de un silogismo de-ductivo, sino de una manera inmediata en la que la capacidad desentir de la persona se ve afectada. Los actos emotivos tropiezancon algo que nos insta irresistiblemente. No es que lo deseable ten-ga valor, sino que es deseable lo valioso. Para el autor antes men-cionado los valores son esencias eternas e inmensas, son absolutase inmutables, no estn condicionados por ningn hecho de natura-leza histrica, social, biolgica o individual.
Para Hartmann y adaptado por las autoras, el lder debe serformado en valores donde la toma de decisiones este ordenada enforma pluridimensional y adems, que permita sustraerlo de su in-diferencia frente al otro. Aprobando de esta manera el xito en lasorganizaciones y el trato justo, tico, solidario tanto con los usua-rios internos y externos.
Frente a estas consideraciones cabe el planteamiento del es-tudio de los valores como posiciones existenciales y filosficasque caracterizan los modos de conducta. sta dimensin del valorcomo caracterstica propia de los rasgos de la personalidad, impli-ca la permanencia del valor como distintivo del comportamientode la persona, y por otra parte, la referencia al valor como aquellasformas de comportamiento deseables de existencia.
3. Liderazgo tico
La gerencia de las personas y de las tareas incluye: coordina-cin, toma de decisiones, liderazgo influencia, planificacin y or-ganizacin, as como el manejo de conflictos. La situacin actualde la economa y el desarrollo del mercado global, hacen imperio-sa la actualizacin permanente y crecimiento de una fuerza laboral
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altamente calificada y motivada. Para el logro de esto, las organi-zaciones estn descubriendo que las competencias de supervisoresy gerentes deben cambiar hacia una prctica tica.
A este respecto debe notarse que aunque en el campo de lasactividades humanas en organizaciones quiz el valor tico sea elms relevante en una observacin integral atendiendo a la dignidadde la persona que nunca puede ser rebajada al rango de mero recur-so o de inversin en capital, en la praxis es lgico que las decisio-nes humanas en tales contextos atienden tambin a otros tipos devalor que podran ms bien verse como condicionantes externali-dades respecto a la consecucin de los objetivos de valor humano.Pero para muchos, en la visin neoliberal, esas externalidades sonprecisamente las consideraciones de valor tico. Gonzlez (2005)considera necesario ubicar el valor en el marco filosfico del sub-jetivismo y el objetivismo axiolgico, donde Frondizi (1981) lodefine como una realidad subjetiva que debe su existencia, sentidoo validez a reacciones fisiolgicas o psicolgicas de la persona quevalora. Por su parte en el objetivismo axiolgico, el valor es unarealidad objetiva, independiente de la persona o de una concienciavalorativa. Ambas tendencias filosficas llevan a suponer y aaceptar a los valores como una realidad objetiva ubicada fuera dela persona, quien la capta.
La precitada autora en relacin con la dimensin del valorcomo exclusiva, propia de los rasgos de la personalidad, (subjeti-vismo), los investigadores han deseado identificar aquellas carac-tersticas propias de los buenos lderes y parece haber algunos atri-butos que diferencian a los lderes de los dems, por tanto la teorade los rasgos tiene cierto derecho a la universalidad (Lussier yAchua, 2003).
Aseveran adems, que la universalidad de la teora implicaque todos los lderes deberan contar con los mismos rasgos, noobstante, no hay una lista de rasgos aceptada por la mayora de losestudiosos, porque no todos los lderes poseen estos atributos a sa-ber:
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(a) Dominio, los lderes desean ser directivos y asumir res-ponsabilidades; (b) gran energa, los lderes tienen empujen y tra-bajan arduamente para lograr los objetivos; (c) confianza en smismo, en sus propios juicios, en sus decisiones; (d) locus de con-trol, consiste en atribuir el dominio del propio destino a razonesexternas o internas; (e) estabilidad; se asocia con la eficacia y elavance administrativo; (f) integridad; comportamiento regido porla honestidad y los valores ticos lo que hace a una persona dignade confianza; (g) inteligencia; cuentan con una inteligencia supe-rior al promedio, capacidad cognoscitiva de razonar en forma crti-ca, resolver problemas y tomar decisiones; (h) flexibilidad; capaci-dad para ajustarse a diferentes situaciones; (i) sensibilidad hacialos dems, consiste en considerar a los integrantes del equipocomo personas, entender su posicin en los problemas y la mejormanera de comunicarse e influir en ellos.
Por lo tanto, los planteamientos de Mc Clelland afirmadospor Lussier y Achua (2003) sobre los rasgos en la teora de la moti-vacin de logro y su teora sobre el perfil de motivacin del lder,cuentan con un fuerte sustento emprico y son de gran relevanciaen la prctica de un liderazgo tico. La primera, teora de la moti-vacin del logro, trata de explicar y predecir el comportamiento yel desempeo con base en la necesidad de la persona de logro, po-der y afiliacin. Mc Clelland estableci la teora en los aos cua-renta, l plante que tenemos necesidades y stas nos mueven a sa-tisfacerlas, y las necesidades tienen su origen en la personalidad yse desarrollan a medida que interactuamos con el entorno. La se-gunda, teora sobre el perfil de motivacin del lder intenta expo-ner y predecir el xito en el liderazgo con base en la necesidad delogro, poder, y afiliacin, marcada necesidad de poder que se so-cializa, lo cual significa que es mayor que su necesidad de afilia-cin y que la necesidad de logro es moderada, el poder resultaesencial para los lderes, pues sirve para influir en los dems, estepoder puede ser utilizado para beneficio propio o colectivo.
En consecuencia, Lussier; Achua (2003) definen el liderazgocomo la presencia de los cinco elementos clave del liderazgo tico,ellos consideran la influencia y la relacin entre lderes y seguido-
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res (poder), as como la armona interpersonal (poder social), com-prende adems los objetivos organizacionales y el cambio al queestn abiertos.
Entre las caractersticas y los rasgos del liderazgo se puedeidentificar una respuesta tica porque las acciones y el comporta-miento correcto (integridad) son la parte medular de las funcionesdesempeadas, donde el xito de la organizacin se funda en losvalores morales y en la responsabilidad social de sus lderes, segnlo asevera Welch citado por McFarland, Senn, y Chidress (1997)es necesario vivir segn nuestros valores, para potenciar todas lasmentes y comprometerlas para triunfar en este entorno globalmen-te competitivo. Adems, el autor anteriormente mencionado indi-ca, que las organizaciones no pueden competir con empowermentde alto desempeo sin desarrollar a travs de un liderazgo tico,una cultura sana de valores para el xito ampliamente compartidospor todos.
En consonancia con el liderazgo coaching de lvarez deMon, y col (2002) el liderazgo tico, es importante para las organi-zaciones: porque facilita que las personas se adapten a los cambiosde manera eficiente y eficaz; moviliza los valores ticos centralesy los compromisos del ser humano; estimula a las personas hacia laproduccin de resultados sin precedentes; renueva las relaciones yhace eficaz la comunicacin en los sistemas humanos; predisponea las personas para la colaboracin, el trabajo en equipo y la crea-cin de consenso; desarrolla la potencialidad de las personas per-mitindoles alcanzar objetivos que de otra manera son considera-dos inalcanzables.
Por lo tanto, en la medida en que comprendamos y actuemoscon base en el bien comn, seremos entonces ms respetuosos y to-lerantes unos con otros. De modo que los valores ticos contribu-yen por una parte al automejoramiento, y por la otra al bienestar dela comunidad. En consecuencia, para ser un lder tico, efectivo serequiere de los ms elevados estndares ticos, y ser un modelo yun creador de una atmsfera de comportamiento tico en toda laorganizacin. Por ende, lvarez de Mon, y col (2002) afirman la
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necesidad de una vigencia efectiva de los valores ticos en el mun-do organizacional, en este sentido, quienes hablan de valores ti-cos se estn refiriendo a todo el conjunto de valores extraeconmi-cos incluyndose tanto valores sociales como estticos para tenercalidad de vida, ahora bien la vigencia operativa de unos autnti-cos valores ticos depende no tan slo que las organizaciones post-modernas funcionen bien o no, sino tambin la propia superviven-cia de la sociedad presente.
Conclusin
De todo lo anterior podemos deducir, que las organizacionespostmodernas, estn sumergidas en constantes cambios y crisis atodos los niveles, donde el poder de la subjetividad, el hedonismo,el politesmo de los valores, la relatividad y el relativismo de lascostumbres se encuentran presentes en todos los mbitos de la so-ciedad, por lo tanto se hace necesario, una vuelta a la gerencia ti-ca, donde el liderazgo se oriente hacia los fines y medios para al-canzar el bien comn, al mismo tiempo, se convierta en modelajepara los seguidores. Es decir, se respete la dignidad de las personaspara que de esta manera se logren los objetivos tanto personalescomo institucionales.
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