el inconsciente bipersonal

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El inconsciente bipersonal: el diálogo intersubjetivo, la representación relacional actuada y la emergencia de nuevas formas de organización relacional Publicado en la revista nº004 Autor: Lyons-Ruth, Karlen El trabajo de Karlen Lyons-Ruth “The two-person unconscious: Intersubjective dialogue, enactive relational representation, and the emergence of new forms of relational organization” fue originariamente publicado en Psychoanalytic Inquiry: A Topical Journal for Mental Health Professionals, vol. 19, No. 4, pp. 576- 617. Copyright © 1999 de Melvin Bornstein, Joseph Lichtenberg & Donald Silver. Traducido y publicado con autorización de The Analytic Press, Inc. Traducido por Manuel Esbert1 Nota de traducción: el término inglés "enact", según el diccionario Webster tiene, como uno de sus significados, actuar o representar un rol, como ocurre en una pieza teatral. En el presente trabajo "enact" se ha traducido como actuar, "enactive" como actuado/a, "enactment" como actuación, en el sentido de que una persona al relacionarse con otra actúa, o pone en acto, una cierta representación inconsciente o reglas procedimentales que regulan sus intercambios interpersonales. La teoría psicoanalítica más reciente se ha ido orientando cada vez más hacia una postura relacional, intersubjetiva y socio- constructivista. Desde ella se ve el encuentro psicoanalítico como co-construido de manera recíproca por dos participantes, donde ambas subjetividades, la del paciente y la del analista, contribuyen a la forma y al contenido del diálogo que emerge entre ellos (McLaughlin, 1991). El énfasis que los escritos analíticos actuales dedican a las actuaciones (enactments, ver nota al pie) en la situación analítica apunta a mantener la atención directamente puesta en el área de contacto entre los dos participantes de la situación analítica y en la forma de las transacciones implícitas que emergen entre ambos (véase, por

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Psicoanalisis relacional

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El inconsciente bipersonal: el dilogo intersubjetivo, la representacin relacional actuada y la emergencia de nuevas formas de organizacin relacionalPublicado en la revista n004Autor: Lyons-Ruth, KarlenEl trabajo de Karlen Lyons-Ruth The two-person unconscious: Intersubjective dialogue, enactive relational representation, and the emergence of new forms of relational organization fue originariamente publicado en Psychoanalytic Inquiry: A Topical Journal for Mental Health Professionals, vol. 19, No. 4, pp. 576-617. Copyright 1999 de Melvin Bornstein, Joseph Lichtenberg & Donald Silver. Traducido y publicado con autorizacin de The Analytic Press, Inc. Traducido por Manuel Esbert1Nota de traduccin: el trmino ingls "enact", segn el diccionario Webster tiene, como uno de sus significados, actuar o representar un rol, como ocurre en una pieza teatral. En el presente trabajo "enact" se ha traducido como actuar, "enactive" como actuado/a, "enactment" como actuacin, en el sentido de que una persona al relacionarse con otra acta, o pone en acto, una cierta representacin inconsciente o reglas procedimentales que regulan sus intercambios interpersonales.La teora psicoanaltica ms reciente se ha ido orientando cada vez ms hacia una postura relacional, intersubjetiva y socio-constructivista. Desde ella se ve el encuentro psicoanaltico como co-construido de manera recproca por dos participantes, donde ambas subjetividades, la del paciente y la del analista, contribuyen a la forma y al contenido del dilogo que emerge entre ellos (McLaughlin, 1991). El nfasis que los escritos analticos actuales dedican a las actuaciones (enactments, ver nota al pie) en la situacin analtica apunta a mantener la atencin directamente puesta en el rea de contacto entre los dos participantes de la situacin analtica y en la forma de las transacciones implcitas que emergen entre ambos (vase, por ejemplo, Ogden, 1994). Las descripciones clnicas dan cuenta de la contribucin activa de ambos miembros a la co-construccin de la actuacin, aun cuando el principal inters clnico se encuentre en esos rasgos de la actuacin que evocan los aspectos problemticos de las interacciones del paciente con otras personas importantes (Jacobs, 1991; Hoffman, 1992). Las actuaciones han sido vistas como oportunidades importantes para vislumbrar aquellas motivaciones y significaciones inconscientes del paciente que anteriormente no haban sido reconocidas o articuladas (McLaughlin, 1991).

En este giro hacia una captacin ms fluida y recproca del proceso teraputico, se ha cuestionado de manera creciente la necesidad de un modelo psicoanaltico del desarrollo (vase, por ejemplo, Mitchell, 1988). La presin convergente sobre las teoras psicoanalticas de la mente y el desarrollo procede del progresivo refinamiento de la investigacin, tanto comportamental como neurocientfica. Las nuevas observaciones sobre el desarrollo y organizacin de la mente, el cerebro y la conducta, han sobrepasado el ritmo de cambio de la teora psicoanaltica, socavando an ms la credibilidad de los viejos modelos evolutivos. En contraste con esos cambios que alimentan el escepticismo hacia el papel de la teora evolutiva, la investigacin longitudinal del apego ha aportado recientemente un apoyo coherente a la opinin de que hay aspectos importantes de la conducta relacional que se asientan en la historia relacional. Este creciente cuerpo de investigacin evolutiva defiende la relevancia permanente de la historia evolutiva para el proceso psicoanaltico y la necesidad concomitante de reformular una metateora psicoanaltica que sea coherente tanto con esa reciente investigacin como con una perspectiva ms fluida, recproca y constructivista del cambio relacional en la adultez.

Las cuestiones iniciales que han servido de base de inspiracin a las inquietudes que se describen en el presente artculo fueron suscitadas por el trabajo del Grupo Bostoniano de Estudio del Proceso de Cambio, a saber: cules son los mecanismos no interpretativos del cambio que operan en la situacin psicoanaltica, y cmo podra el estudio del desarrollo iluminar esos mecanismos de cambio? Dichas cuestiones son abordadas de manera ms directa en artculos relacionados (Grupo Bostoniano de Estudio del Proceso de Cambio, 1998; Stern y cols., 1998). En el debate en torno a ellas, sin embargo, se ha hecho patente que al considerar cmo los mecanismos no interpretativos conducen al cambio, hay tambin que abordar la cuestin de qu es lo que cambia.

El psicoanlisis siempre se ha preocupado por comprender cmo se origina la significacin, donde los afectos seran las guas directrices centrales de la misma. En la actualidad, las nuevas investigaciones presionan a los estudiosos de orientacin psicoanaltica en el sentido de hacerles reconocer cmo los sistemas de significacin se organizan de una manera que incluye formas procedimentales o implcitas de saber. El saber procedimental se refiere a saber cmo hacer algo y cmo comportarse de manera adaptativa, y no tanto a conocer informacin o imgenes que puedan ser recuperadas y relatadas de forma consciente (Cohen y Squire, 1980). La organizacin de la memoria y de la significacin el el mbito implcito o actuado tan slo se hace manifiesta en la accin. De acuerdo con el presente inters psicoanaltico por las actuaciones en el seno del propio tratamiento, me referir a saber cmo hacer como representacin actuada (vase tambin Bruner, Olver y Greenfield, 1966).

Estos sern los postulados principales en este artculo: (1) que gran parte de nuestra experiencia relacional es representada en una forma procedimental implcita o actuada que es de naturaleza inconsciente, si bien no necesariamente inconsciente en sentido dinmico; (2) que tanto en el desarrollo evolutivo como en el psicoanlisis, la integracin y articulacin crecientes de nuevos procedimientos actuados para estar con desestabilizan la organizacin actuada preexistente y funcionan como un motor elemental de cambio; y (3) que los procedimientos actuados se articulan e integran mejor a travs de la participacin en formas ms coherentes y colaboradoras de interaccin intersubjetiva. Dicho de otra forma, al nivel de los procedimientos actuados inconscientes, el medio es el mensaje; es decir, la organizacin de la significacin est implcita en la organizacin del dilogo relacional actuado y no requiere del pensamiento reflexivo o de la verbalizacin para ser, en algn sentido, conocida. De acuerdo con investigadores que observan a los bebs, tales como Beebe y Lachman (1994), la representacin actuada es vista aqu como el medio ms temprano por el cual la sombra del objeto se convierte en parte de lo sabido no pensado de la experiencia infantil temprana (Bollas, 1987).

El presente artculo tratar de explicitar mejor un modelo del desarrollo y del cambio de los procedimientos relacionales actuados que sea coherente tanto con la literatura psicoanaltica reciente como con los ltimos hallazgos de la investigacin sobre el apego, la interaccin temprana entre la figura parental y el nio, la neurociencia cognitiva y la teora de sistemas dinmicos no lineales. El estudio del apego se ha concentrado en describir y validar una variedad de estrategias organizadas de la interaccin cuidador-beb en torno a a las necesidades de apego de las que el beb tiene representacin hacia el final de su primer ao de vida. Un trabajo ms reciente ha ampliado esas descripciones de las representaciones actuadas que el beb tiene de las necesidades de apego, para incluir las correspondientes estrategias actuadas parentales mediante el recurso de responder a una entrevista sobre sus propias experiencias tempranas referidas al apego. Si bien los detalles que presentan esos patrones de representacin relacional actuada en el mbito de las experiencias del apego tienen importancia en s mismos, ya han sido descritos adecuadamente en la literatura y no sern revisados aqu (vase Bretherton, 1988; Main, 1993; Lyons-Ruth y Jacobvitz, 1999). De lo que s tratar este artculo es de las implicaciones que tienen esos procedimientos relacionales actuados, perdurables y orientados al apego, para una teora psicoanaltica evolutiva del proceso relacional y de la representacin actuada. Los estudios sobre el apego proporcionan la base ms slida para realizar esta sntesis, aunque tambin contribuyen a la emergencia del modelo el trabajo sobre la interaccin temprana cara a cara, el realizado sobre los modelos, sensibles a lo contextual, del desarrollo cerebral y del desarrollo cognitivo, y la investigacin sobre la cognicin del adulto. Debido a que resulta prematuro concretar un grupo de trminos para describir este territorio conceptual nuevo, me referir indistintamente a representaciones actuadas, procedimientos relacionales, o sistemas de control relacional implcito. Empleo el trmino representacin en relacin al saber actuado porque, en concordancia con hallazgos psicoanalticos previos, esta forma de representacin preserva el saber sobre las contingencias afectivo-perceptivas y espacio temporales en el ambiente. Usar aqu tambin implcito e inconsciente de manera intercambiable para referirme al inconsciente procedimental no dinmico. El presente artculo sostiene como posicin central que el saber actuado evoluciona y cambia por procesos que son intrnsecos a este sistema de representacin, y que no se basan en la traduccin de los procedimientos a un conocimiento reflexivo (simbolizado). Lo que no significa que la traduccin del saber actuado a palabras no sea una herramienta teraputica de peso o no constituya una etapa evolutiva importante. Lo que s significa es que el desarrollo no se produce nica o primariamente por un movimiento que va desde la codificacin procedimental hasta la codificacin simblica (o desde el proceso primario hasta el proceso secundario, o desde las formas de pensamiento preverbales a las verbales). Las formas procedimentales de representacin no son infantiles, sino que son intrnsecas a la cognicin humana en todas las edades, y subyacen a muchas formas de accin cualificada, incluyendo la interaccin social en la intimidad. La elaboracin de formas simblicas de pensamiento, con inclusin de imgenes y palabras, contiene la capacidad potencial de contribuir a la reorganizacin del saber actuado. Sin embargo, yo sostendra que la retranscripcin del saber relacional implcito al conocimiento simblico es laboriosa, no es intrnseca al sistema relacional que se basa en el afecto, no se alcanza nunca de forma plena, y no constituye el modo general en que se logran los cambios evolutivos del saber relacional implcito. Por el contrario, yo argumentara que los sistemas procedimentales del saber relacional se desarrollan en paralelo a los sistemas simblicos, y como sistemas separados que son gobernados por principios que les son propios. Los sistemas procedimentales influyen y son influidos por los sistemas simblicos mediante mltiples conexiones trans-sistmicas, pero esas influencias son necesariamente incompletas. Es ms, el saber relacional actuado se fundamenta en acciones orientadas a fines, igual que las evaluaciones afectivas que guan dichas acciones, con lo que probablemente ejerza una gran o incluso una mayor influencia sobre cmo los sistemas simblicos se elaboren, que la influencia que los sistemas simblicos ejercen de hecho sobre la elaboracin de los sistemas relacionales (vase Anderson, 1982; Schachter y Moscovitz, 1984; Damasio, 1994). Bosquejar a grandes lneas una teora del cambio psicoanaltico y evolutivo que se basa en la representacin actuada implcita o inconsciente y en las transacciones paciente-terapeuta ms que en el conocimiento simbolizado y en la interpretacin. Este centrar la atencin en el proceso bipersonal apunta a establecer un marco terico que permita que los antiguos insights sobre el interjuego del afecto, el conflicto, la defensa y la resistencia, puedan ser ampliados hasta los territorios de lo bipersonal y adquieran una base evolutiva cientficamente sostenible. Aunque aqu no se considere de manera exahustiva el constructo de la motivacin, y en cierta medida el del afecto, ambos estn implcitos en cualquier teora de la representacin actuada y el presente marco referencial pretende incrementar, y no reemplazar, la extensa literatura existente sobre motivacin y afecto en el tratamiento analtico. De manera similar, aqu no se explicitarn los mltiples puntos de confluencia en los que el modelo que este artculo describe podra converger con, o complementar a, los modelos de la psicologa del self o de la organizacin intrapsquica. En cambio, el artculo se centra en ampliar nuestra conceptualizacin del espacio transaccional y sus formas de representacin en el desarrollo evolutivo y en el tratamiento de orientacin psicoanaltica. El artculo se divide en dos partes. La primera seccin aborda el dilogo bipersonal en el desarrollo temprano. Se destacan tres implicaciones centrales de la investigacin actual sobre el apego. En primer lugar, de las formas ms colaboradoras del dilogo padres-nio emergen las representaciones actuadas ms flexibles y abarcativas. En segundo lugar, la neurociencia de adultos coincide con la investigacin infantil en confirmar a lo largo de la vida el estatuto separado y disociable del conocimiento simbolizado consciente y el saber implcito o procedimental no simbolizado. Por ltimo, con anterioridad al comienzo del uso de smbolos, los procedimientos relacionales implcitos del nio presentan seales de conflicto y defensa que estn ligadas a restricciones particulares o distorsiones del dilogo afectivo infanto-parental. La segunda seccin del artculo explora los mecanismos no interpretativos del cambio en los sistemas de control relacionales. Se revisan los modelos evolutivos de Fischer (1980) y Case (1991), que ponen de relieve la naturaleza fraccionaria y dependiente del contexto del desarrollo de las conductas de destreza que aparecen en los mbitos relacionales y en los no relacionales. Sobre todo, Fischer y Case presentan modelos evolutivos de cmo los sistemas ms complejos de control se elaboran desde la infancia hasta la edad adulta mediante la coordinacin de unos procedimientos actuados con otros, lo que va generando destrezas cada vez ms flexibles y globales. Un punto fuerte de estos modelos consiste en el nfasis que ponen en el anlisis de la complejidad de la tarea, una complejidad que no depende de si la tarea exige conocimiento verbal o una capacidad de solucin de problemas de tipo ms procedimental implcito. La creciente articulacin y coordinacin de los distintos componentes que integran la tarea en estos modelos permite observar cmo los procedimientos actuados pueden llegar a ser ms coordinados, articulados, flexibles y globales, segn van siendo aplicados de forma repetida, sin que medie articulacin verbal alguna de los procedimientos en s mismos. Estos modelos tambin consideran algunos rasgos especficos de los procedimientos actuados para hacer cosas con los otros, rasgos que resultan cruciales para la sensibilidad del psicoanlisis pero que no haban sido explicitados en la literatura sobre la cognicin. Finalmente, en el presente artculo se mencionan algunos principios de los sistemas dinmicos no lineales que dan cuenta de cmo el lento proceso transaccional que suponen los repetidos encuentros que implica la situacin psicoanaltica pueden dar lugar al incremento de la complejidad y del grado de articulacin de los procedimientos relacionales del paciente (y del analista). Desde la perspectiva de los sistemas auto-organizados, esta articulacin creciente desestabiliza las formas de organizacin antiguas y puede provocar un vuelco hacia una nueva forma emergente de organizacin procedimental que ser ms compleja y coherente. Parte I: Orgenes evolutivos de los procedimientos relacionales actuadosDilogo colaborador y coherencia en las representaciones actuadas La relacin analista-paciente y la relacin figura parental-nio comparten su insistencia en facilitar el cambio evolutivo, que de cara al objetivo que nos interesa es un cambio en el rea de la construccin de nuevas posibilidades de regulacin adaptativa de la experiencia intersubjetiva. Por su parte, el analista debe asumir el cometido mucho ms difcil de promover la desconstruccin de los modos establecidos pero insatisfactorios de estar con, a la vez que facilitar el surgimiento de otros nuevos. Este inters por la comprensin y desconstruccin de lo viejo ha capturado la atencin de los autores psicoanalticos del pasado. Los clnicos del psicoanlisis han heredado un lenguaje bien articulado y descriptivo de la psicopatologa individual. Un efecto concomitante ha sido una valiosa capacidad de entender ciertas intrincadas y creativas maniobras defensivas de adaptacin a los ambientes dolorosos y limitantes. Sin embargo, y hasta cierto punto, los tericos del psicoanlisis se han dedicado a explorar las representaciones patolgicas internalizadas y su emergencia transferencial, descuidando la comprensin de los requisitos evolutivos de la co-construccin de maneras de estar en relacin con otros que sean ms flexibles, coherentes y adaptativas. La investigacin sobre el apego ha demostrado que la aparicin de modelos de apego internos operativos, o procedimientos implcitos relacionales, que posean coherencia, est en funcin de haber participado en formas coherentes de dilogo padres-nio (vase van Ijzendoorn, 1994, metaanlisis; Main y Goldwyn, 1994). El trmino dilogo aqu se usa en su sentido ms amplio, abarcando todas las vas de la comunicacin interpersonal, lo que incluye las comunicaciones afectivas inherentes al movimiento, a la sincronizacin temporal del comportamiento y a la forma o estructura general del habla, as como a las seales gestuales y afectivas. Coherencia se emplea aqu de acuerdo con la definicin de Main y Goldwyn (1994), siguiendo al filsofo Grice (1975), en relacin con las representaciones adultas del apego. Segn Grice (1975), la coherencia en la comunicacin se alcanza mediante el cumplimiento de principios que gobiernan la cantidad, la calidad, la relacin y el modo, es decir, siendo sincero, claro, pertinente y sucinto aunque tambin completo. Estas cualidades sirven para maximizar el principio primordial de cooperacin entre participantes. De ah que un dilogo coherente sea veraz y colaborador. Esta definicin tambin podra servir como modelo operativo de primer nivel para capturar los atributos esenciales del dilogo clnico coherente, tal como lo definen los modelos bipersonales actuales. La literatura de investigacin sobre el apego ofrece una perspectiva sobre lo que podra ser denominado como algunas caractersticas esenciales del dilogo colaborador. El estudio del proceso de la comunicacin padres-nio proporciona un laboratorio desde el que observar cmo distintas organizaciones del dilogo afectan a las etapas del desarrollo. Los estudios longitudinales sobre el apego proporcionan ciertos insights en relacin a los tipos de dilogo padres-nio que ataen al desarrollo infantil de patrones procedimentales actuados, coherentes y flexibles, para tramitar las relaciones. Los dilogos padres-nio que son colaborativos y flexibles han sido denominados comunicacin abierta en la literatura de investigacin sobre el apego, pero este trmino es susceptible de ser malinterpretado. Un dilogo coherente o abierto no se caracteriza por una supuesta apertura parental en el sentido de que los padres se manifiesten descontroladamente desinhibidos ante el nio, sino por la apertura parental ante los estados mentales del nio, incluyendo toda la amplitud de las comunicaciones de ste, de manera que sus estados afectivos particulares y sus motivaciones (rabia, pasin, malestar) no resulten excluidos de una intersubjetividad regulada y compartida. Los estudios sobre el apego suelen evaluar la sensibilidad parental como el aspecto de la conducta parental que se asocia a la seguridad del apego infantil (van Ijzendoorn, 1994). Sin embargo, en nuestro propio trabajo sobre las interacciones tempranas result evidente que lo que se requiere por parte de los padres para hacerse acreedores de esta caracterstica es su inters constante por aprehender la realidad subjetiva infantil de cada momento (estado afectivo, deseos vigentes y capacidad de comprensin), y su esfuerzo por generar respuestas que reconozcan y comenten o elaboren dicha realidad infantil (Quieres este vaso?, pues no puedes cogerlo porque se puede romper; toma esta taza. Este cubo podra ser una casa, quieres que sea una casa? y qu tipo de casa quieres que hagamos con l?) (Lyons-Ruth, Bronfman y Atwood, 1999; Lyons-Ruth, Bronfman y Parsons, 1999). Es decir, dilogo colaborativo se refiere a conocer la mente del otro y a tenerla en cuenta al generar y regular las interacciones. El proceso de alcanzar un reconocimiento intersubjetivo adecuado a lo largo del desarrollo exige una atencin inmediata a las iniciativas infantiles que se producen en la interaccin, porque mediante esas iniciativas el nio comunica sus propsitos particulares y generales (motivaciones) junto con las estructuras de significacin que esos propsitos llevan asociadas. Sin el reconocimiento por parte de una persona de las iniciativas o comunicaciones de otra no cabe intersubjetividad ni regulacin didica. Adems, los vdeos realizados a padres y nios durante el primer ao muestran que los padres arman el andamiaje que sostendr la capacidad del nio de articular y comunicar sus estados mentales antes de que ste la logre y la pueda practicar por s mismo. As, el progenitor induce al nio a adoptar un papel de compaero de comunicacin (basndose en la capacidad preadaptativa infantil de participar como compaero social), por medio de responder cuidadosamente a cada iniciativa infantil no lingstica con intencin comunicativa, y adoptando el papel infantil en la comunicacin hasta que el nio sea capaz de ocupar su propio lugar. Por ejemplo, con un beb de dos meses: Ese ruidito significa que tienes hambre? A lo mejor tienes hambre, vamos a ver si quieres un poco de agua, no?, agua no?, y qu tal zumo? Ah, eso s que te gusta. La bondad del ajuste de la actividad parental de sostn depende de la habilidad de los padres para captar cabalmente las capacidades cognitivas, las preferencias y aversiones y el reconocimiento de las experiencias del pasado que se encuentran presentes en el nio. El hecho de que este conocimiento sea de ardua adquisicin, slo aproximado en el mejor de los casos, erizado de dificultades y sujeto a revisin constante, lo convierte en todo un reto, susceptible de sufrir distorsiones y falsas atribuciones por parte de los padres. Es imposible conocer completamente la mente de otro. La dificultad inherente a ese conocimiento implica necesariamente que la comunicacin est cuajada de errores y necesite mltiples procedimientos para deshacer la ambigedad de ciertos mensajes, para detectar y corregir los malentendidos que surjan, y para corregir los fallos importantes de comunicacin: qu pasa?, no quieres el osito?, quieres la manta?, tampoco?, te duele el diente que te est saliendo? A lo mejor es que ests cansado.... De manera que la empata no debe entenderse simplemente como la captacin que una persona tiene del estado mental de otra, sino como el resultado complejo de una serie de habilidades comunicativas para indagar y decodificar la realidad subjetiva del otro. El trabajo de investigacin evolutiva, pues, por primera vez nos est proporcionando acceso sistemtico a los detalles de los procesos interactivos entre los progenitores y el nio, ya sean colaborativos y flexibles o incoherentes y rgidos. La investigacin evolutiva sobre las relaciones de apego tambin ha permitido observar las caractersticas del dilogo con el nio que se asocian con la flexibilidad y la elasticidad en el curso del desarrollo posterior infantil. Hay una abrumadora coincidencia a lo largo de los trabajos de investigacin y de las diversas tradiciones investigadoras. Los sistemas de comunicacin evolutiva se asocian con resultados positivos del desarrollo infantil en estos casos: cuando se abren a la gama completa de comunicaciones afectivas (vase, por ej., Ainsworth y cols., 1978); cuando incluyen las iniciativas de ambos participantes en un dilogo equilibrado y recprocamente regulado (Baldwin, Cole y Baldwin, 1982); cuando se caracterizan por transacciones activas con correccin de fallos, malentendidos y conflictos de intereses (Tronick, 1989; Crockenberg y Litman, 1990); y cuando el miembro ms evolucionado consolida el sistema de comunicacin hacia formas ms flexibles e inclusivas (por ej., Wood, Bruner y Ross, 1976). Dichos resultados positivos incluyen relaciones interpersonales cargadas con un tono emocional positivo, as como modelos procedimentales actuados que son vlidos para llevar a cabo relaciones coherentes, integradas, flexibles y abiertas a la informacin nueva (para una revisin de esta literatura, vase Bretherton, 1988). En base a estos trabajos recientes sobre los procesos de comunicacin en el desarrollo temprano, la comunicacin coherente en una relacin relacionada con el desarrollo se describe como poseyendo las siguientes caractersticas: 1. Estructuracin activa del dilogo con la finalidad de poner de relieve las carencias, necesidades, puntos de vista y preferencias del nio, tanto actuales como emergentes: se admite de manera explcita la dificultad y la importancia de conocer la mente del otro. 2. Bsqueda activa de reparacin de los malentendidos: se hace evidente la necesidad de una mutua contribucin a la regulacin del dilogo y a la reparacin de los equvocos. 3. Elevacin activa del dilogo a nuevos niveles de conciencia por parte del interlocutor ms desarrollado: aparece la paradoja de que la relacin est regulada de manera recproca a pesar de la asimetra evolutiva. 4. Compromiso y lucha activos junto al nio en los periodos de reorganizacin y cambio de la percepcin propia y de los otros, con atenta reevaluacin del peso de las iniciativas y de la capacidad de dirigir la relacin por parte del nio: aparece la paradoja de que las iniciativas de la relacin estn equilibradas a pesar de la asimetra de poder. La investigacin sobre el apego ha venido a dejar patente que los encuentros que tienen que ver con el apego y se dan en relaciones de intimidad social son regulados por modelos internos operativos o representaciones procedimentales actuadas sobre cmo hacer cosas con otros (vase una revisin en van Ijzendoorn, 1995). En el nivel del adulto, estos modelos se aprecian en el discurso verbal del adulto, tal como lo describe la Entrevista de Apego para el Adulto (Adult Attachment Interview, Main, 1993). Sin embargo, el hecho de que se observen en el dilogo verbal no significa que el sujeto tenga una representacin simblica de los modelos en s mismos, aun a pesar de que puedan ser representados simblicamente por el investigador que observa o por el psicoanalista. Adems, esta investigacin ha dejado sentado que esos modelos se pueden observar en su funcionamiento en las transacciones cuidador-nio, que comienzan a tener representacin al principio de la vida en forma implcita procedimental, y que se accede mentalmente de nuevo a ellos en los encuentros sociales nuevos (para revisiones, vase Bretherton, 1988, y Lyons-Ruth, 1991). En ausencia de cambios importantes en las relaciones de proximidad, estos modelos tienden a persistir en la adolescencia y en la vida adulta (vase Main, 1993). Este trabajo est empezando a poner de manifiesto el isomorfismo parcial entre proceso y estructura, entre medio y mensaje, entre las caractersticas del dilogo relacional y las caractersticas del procedimiento relacional actuado resultante. De ese modo, la investigacin sobre el apego proporciona un soporte emprico general al constructo psicoanaltico de objetos internalizados, a la vez que recalca el origen temprano de estos modelos en las transacciones relacionales que se producen. Sin embargo, la internalizacin ocurre en un nivel presimblico, con anterioridad a la capacidad de evocar imgenes o representaciones verbales del objeto. Por lo tanto, la forma primaria de la representacin tiene que ser, no de palabras o imgenes, sino de procedimientos relacionales actuados, que gobiernan el cmo hacer, o lo que Stern y cols. (1998) han denominado saber implcito relacional (vase tambin Lyons-Ruth, 1998). La representacin actuada y el inconsciente implcito procedimental Si los objetos son internalizados ya desde los primeros meses de la vida, no simplemente como una manera de manejar los objetos malvolos, tal como Fairbairn (1952) haba propuesto, sino dentro del proceso de desarrollo normal, entonces se necesita un lenguaje y un conjunto de cosntructos para aprehender cmo se representan estos objetos y cmo cambian sus representaciones en el curso del desarrollo. Una teora vlida tambin tendr que admitir una perspectiva de la naturaleza individual e idiosincrsica de la experiencia vital y las elaboraciones personales de las estrategias actuadas, de la fantasa interna y de los significados simblicos que marcan al individuo. Puede la ciencia cognitiva del desarrollo converger con el pensamiento psicoanaltico para crear una teora general de la representacin relacional actuada segn se despliega desde los primeros meses de la vida? La teora psicoanaltica y la ciencia cognitiva coinciden en afirmar que los sistemas de significacin incluyen elementos tanto de experiencia consciente (por ejemplo, verbalizables o susceptibles de recibir atencin) como inconsciente o procesada de forma implcita. En la ciencia cognitiva moderna, procesamiento implcito se dice de la actividad mental que es repetitiva y automtica, que permite hacer clasificaciones y tomas de decisin rpidas, y que opera fuera del campo de la atencin focalizada y de la experiencia verbalizada (vase, por ejemplo, Marcel, 1983; Rumelhart y McClelland, 1986; Kihlstrom, 1987). Aunque no se mencione en la literatura cognitiva, el procesamiento implcito puede ser de gran relevancia para el manejo rpido y automtico de las claves emocionales no verbales, las cuales son reconocidas y representadas en la temprana infancia en proto-dilogos sociales complejos (Trevarthen, 1980), y como tales encuentran sus orgenes antes de que la la comunicacin simblica est disponible. Los investigadores cognitivo-evolutivos tambin consideran que el pensamiento incluye procedimientos tanto conscientes como inconscientes o implcitos (Fischer y Pipp, 1984). Ahora bien, los investigadores del desarrollo no equiparan tan fcilmente procesamiento implcito y tomas de decisin ms repetitivas y superficiales (1984). Por ejemplo, Fischer y Pipp (1984) se declaran especficamente en contra de igualar el procesamiento inconsciente al inconsciente evolutivamente primitivo de Freud, argumentando en contra que el pensamiento inconsciente no permanece esttico durante la infancia, sino que muestra desarrollos sistemticos que corren estructuralmente en paralelo con los desarrollos del pensamiento consciente (pg. 89). La literatura neuropsicolgica aborda la cuestin de las formas diferentes y paralelas del procesamiento mental desde el estudio de adultos con dao cerebral, y llega a una conclusin coincidente. Schachter y Moscovitch (1984) sealan que la realidad psicolgica y neurobiolgica de mltiples sistemas de memoria es... consistente con una gran amplitud de datos procedentes de la la psicologa cognitiva, la neuropsicologa, la psicologa fisiolgica, y nosotros sostenemos que tambin de la psicologa del desarrollo (pg. 175). Sostienen que existen al menos dos formas distintas y diferenciables de memoria (pg. 174), una memoria procedimental, con varias denominaciones, y una memoria declarativa (Cohen y Squire, 1980), un saber cmo es algo frente a un saber que algo es (Cohen y Squire, 1980), una memoria perceptiva frente a una memoria autobiogrfica (Jacoby y Dallas, 1981), una memoria en sentido amplio frente a una memoria en sentido restringido (Piaget e Inhelder, 1973), o una memoria implcita frente a una memoria explcita (Schacter y Buckner, 1998). La forma implcita de memoria, que se describe como un saber cmo es algo, se refiere a la adquisicin de habilidades, mapas y respuestas adaptativas reglamentadas, todos los cuales se evidencian en la conducta, pero permanecen inconscientes porque no estn representados en forma simblica y raramente son plenamente traducidos al lenguaje verbal; la forma explcita de memoria, descrita como un saber que algo es, supone un conocimiento simblico o de imgenes que permite que los hechos vividos o experiencias sean convocados a la luz de la conciencia, en ausencia de las cosas a las que se refieren. No es ninguna sorpresa para los psicoanalistas que la esfera de conocimiento que resulta accesible a la conciencia a travs de la representacin consciente apenas constituya ms que una pequea parte de la base de conocimientos adaptativos que el individuo adquiere. Si bien por un lado es cierto que las formas de conocimiento procedimental y declarativo explcito se interpenetran mutuamente en el funcionamiento adulto normal, los estudios de adultos que sufren de amnesia por una variedad de etiologas neurolgicas, al igual que los trabajos sobre nios normales, demuestran la disociabilidad potencial de ambas formas de conocimiento. Por ejemplo, el rendimiento de los sujetos amnsicos al tener que completar palabras fragmentarias mejora por la exposicin previa a la lista de palabras tanto como mejora el rendimiento de los sujetos normales. Sin embargo, se ve gravemente daada la capacidad de los sujetos amnsicos para decir si han visto una palabra especfica antes de realizar la tarea o, incluso, para decir si han visto antes la lista de palabras. El saber implcito procedimental se acumula en ausencia de todo recuerdo consciente (conocimiento declarativo) de la experiencia misma de aprendizaje. Efectos similares de aprendizaje se producen en ausencia del recuerdo consciente a la hora de realizar tareas an ms complejas, como el ensamblaje de un rompecabezas, aprender a aplicar una regla matemtica complicada (la regla de Fibonacci), o aprender a solucionar el puzzle de la Torre de Hanoi (Schachter y Moscovitch, 1984). Schachter y Moscovitch (1984) mencionan ejemplos ms prximos al mbito de inters de los psicoanalistas, como la paciente de Claparde (1911) que rehus estrecharle la mano sin saber por qu lo haca. Fue incapaz de recordar que el da anterior se haba pinchado con un alfiler que Claparde esconda en la mano que le tendi. En otro caso, a un sujeto amnsico se le contaron historias inslitas en referencia a una serie de dibujos que tena delante. Al da siguiente el sujeto fue incapaz de recordar que se le haban contado las historias, pero con toda coherencia les puso a los dibujos unos ttulos que reflejaban fielmente los temas de esas historias. Los psiclogos cognitivos siguen luchando con las numerosas cuestiones implicadas en lograr una especificacin mayor de estos sistemas disociables de la memoria (vase Anderson, 1982; Schachter y Buckner, 1998). Sin embargo, por lo que atae a este artculo, estos datos dejan claro que el saber implcito, operando por fuera de la conciencia, juega un papel fundamental en el funcionamiento tanto del adulto como del nio. Es ms, se producen en la vida adulta aprendizajes complejos a travs de mecanismos implcitos procedimentales, aprendizajes que no estn mediados por la traduccin de saber implcito a formas simbolizadas o conscientes, aun cuando pueda haber palabras o imgenes formando parte del proceso de memoria procedimental. Resulta particularmente relevante para nuestro inters actual el hecho de que algunos procesos que ejercen influencia sobre el saber procedimental tengan escaso efecto sobre la memoria declarativa (por ejemplo la modalidad del aprendizaje inicial), al igual que algunos procesos que influyen sobre la memoria declarativa apenas afecten al aprendizaje implcito (como el intervalo de demora despus del aprendizaje inicial y el nivel de procesamiento implicado en el aprendizaje inicial). Basndose en todos estos datos, Schachter y Moscovitch (1984) sostienen que existe una relativa independencia entre los dos sistemas de memoria. La consecuencia para nuestro presente debate es que es posible que el cambio en las formas procedimentales implcitas de saber relacional se produzca a travs de mecanismos relativamente diferentes que el cambio en las formas declarativas de conocimiento. La literatura psicoanaltica reciente aboga por una participacin creciente del analista, en parte debido a la creciente impresin de que accedemos mucho mejor a estos saberes implcitos actuados, ya sean los propios como los del paciente, en un marco ms participativo. Esta atencin emergente que recibe el inconsciente procedimental implcito es congruente con la investigacin cognitiva moderna, pero todava no se han elaborado sus implicaciones para los modelos previos del inconsciente. Esos procedimientos implcitos actuados para estar en relacin con otros son cruciales para el trabajo teraputico, pero no resultan bien aprehendidos por las antiguas divisiones entre proceso primario y secundario, entre yo y ello, entre verbal y no verbal, e incluso por el constructo del inconsciente dinmico. Con frecuencia los procedimientos implcitos relacionales no son ni conscientes y verbalizables, ni tampoco reprimidos en sentido dinmico. No se los puede reducir a pulsiones o impulsos inaceptables, como tampoco encuentran sus orgenes o su esencia en la fantasa. Sin embargo, el saber implcito relacional es susceptible de ser visto en la estructura de las interacciones fantaseadas y, tambin, en la estructura actuada de las interacciones reales. Seligman (1995) seala que el preconsciente de Freud bien puede haber prefigurado este aspecto del inconsciente. Stolorow, citado por Seligman (1995), ha adelantado la nocin de inconsciente pre-reflexivo, y Sandler y Sandler (1994) diferencian entre el inconsciente pasado y el inconsciente presente. Adems, los Sandler hacen una cuidadosa presentacin de los usos que Freud da a los trminos inconsciente y preconsciente. Una excelente sntesis de la literatura sobre memoria procedimental desde una perspectiva psicoanaltica se encuentra en Clyman (1991).

La investigacin infantil, en particular, nos muestra que, mucho antes de que las palabras adquieran su relevancia, se adquieren procedimientos para estar en relacin con otros que varan notablemente en una serie de dimensiones, como la probabilidad de implicar a otros en intercambios positivos, o las emociones que se exhiben o no se exhiben ante los dems, o la informacin social y afectiva que se recoge de los otros, o la efectividad de los medios empleados para obtener de los otros ayuda o bienestar. Son procedimientos que se desarrollan por adaptacin a cuidadores particulares, y no son necesariamente igual de eficaces para regular la excitacin fisiolgica interna (Spangler y Grossman, 1993; Hertsgaard y cols., 1995; Gunnar y cols., en prensa), para garantizar las actividades de exploracin y dominio (Cassidy y Berlin, 1994), para adaptarse a la variedad de ambientes de los grupos de iguales (Lyons-Ruth, Alpern y Repacholi, 1993), o para relacionarse con los otros en la adolescencia (Kobak y Sceery, 1988). En el trabajo psicoanaltico se presta una cuidadosa atencin a todas las transacciones que se dan en la sesin, por la necesidad de comprender los mltiples mapas procedimentales implcitos del paciente, con su tono particular, su flexibilidad y amplitud de aplicacin, o con sus discontinuidades y rigideces. Sin embargo, si el desarrollo no consiste primordialmente en traducir el proceso primario a formas simbolizadas, sino en desarrollar procedimientos adaptativos implcitos para estar en relacin con otros en una gran amplitud de situaciones cargadas de afecto, entonces hacer consciente lo inconsciente no constituye una descripcin adecuada del cambio evolutivo o psicoanaltico.Dilogo y defensa Como han demostrado claramente Ainsworth, Main y otros, los modelos procedimentales que guan el dilogo afectivo temprano entre los padres y el nio muestran varios tipos de supresiones y distorsiones o incoherencias, distorsiones que los analistas han entendido desde hace tiempo, aplicando un modelo unipersonal e intrapsquico, como defensivas (Ainsworth y cols., 1978; para una revisin, vase Bretherton, 1988). Estos trabajos dejan claro que los procesos implcitos bipersonales son vitales para los orgenes evolutivos de ciertas defensas. Este trabajo evolutivo, ligando el discurso afectivo no verbal a la estructura defensiva, refleja el inters actual analtico en seguir muy de cerca el proceso del dilogo bipersonal en el seno de la sesin, por su capacidad para hacer presente las supresiones y distorsiones de los modelos implcitos relacionales de ambos participantes. En el caso de dilogos progenitor-nio menos coherentes, las investigaciones sobre el apego han observado que una posicin caracterial particular, o una determinada estrategia defensiva, pueden constituir un componente de un esquema interpersonal mucho ms amplio que ha perdurado en la vida del paciente durante un prolongado periodo. De ah que a ciertas estrategias defensivas no se las describa de la mejor forma si se las considera como resultado de un conflicto intrapsquico particular o como una determinada perturbacin interpersonal procedente de un momento especfico del desarrollo. Por ejemplo, la investigacin sobre el desarrollo ha puesto de manifiesto que la tendencia que puede presentar un nio a suprimir sus sentimientos de vulnerabilidad procedentes de la rabia o el malestar y a desplazar su atencin, alejndola del mbito relacional y dirigindola al mundo inanimado de los objetos, no debera ser entendida como un estilo obsesivo procedente de los intentos de control en la temprana infancia; en cambio, para un considerable nmero de nios (van Ijzendoorn, 1994), esta posicin es ciertamente evidente en la conducta infantil a los 12 meses de edad, y tiene relacin con determinadas formas del dilogo afectivo con los padres que se despliega durante el primer ao de vida, incluyendo la supresin parental de la rabia y el malestar ante el contacto fsico cercano (Main, Tomasini y Tolan, 1979), y las expresiones de falsa sorpresa parental ante la rabia del nio (Malatesta y cols., 1989). Estas restricciones del dilogo entre los padres y el nio ya aparecen prefiguradas en el estilo discursivo parental durante las entrevistas en torno al apego anteriores al nacimiento de su hijo (para una revisin metaanaltica, vase van Ijzendoorn, 1994).

Incluso en aquellos casos en los que un acontecimiento traumtico ocurrido en un determinado perodo evolutivo desempea un papel patognico crucial, sus efectos fisiolgicos e intrapsquicos prolongados tienen que ver con la calidad del dilogo postraumtico que surge entre los padres y el nio en relacin con el acontecimiento doloroso. Por ejemplo, observaciones recientes relacionan una reactividad excesiva y prolongada del sistema adreno-hipotalmico-pituitario de respuesta al estrs con una capacidad colaborativa mermada en el dilogo entre los padres y el nio (Sprangler y Grossmann, 1993; Hertsgaard y cols., 1995; para una revisin de la literatura, vase Lyons-Ruth y Jacobitz, 1999). La modalidad y calidad de la colaboracin presente en el dilogo con los padres, por lo tanto, emerger como un potente mediador que va a determinar si aspectos particulares de la experiencia traumtica van a quedar excluidos de ser regulados por dicho dilogo. Esta literatura de investigacin seala que los procesos implcitos bipersonales deben estar incorporados a cualquier teora del desarrollo de las defensas. Sin embargo, la mayor parte de la teorizacin ha permanecido con una orientacin intrapsquica. Los tericos del apego proponen que los procesos defensivos sean comprendidos como resultantes de la distorsin, la exclusin o la insuficiente integracin de la informacin y la experiencia emocional, y ponen un nfasis particular en la gnesis y la persistencia de mltiples modelos de experiencia relacional que son inconsistentes. Desde una perspectiva del apego, Bretherton (1991) cita a Stern (1985), a Tulving (1972), a Craik (1943) y a otros que sealan la existencia de un potencial de mltiples modelos inherente a los sistemas representacionales y de memoria que almacenan la experiencia humana. Otros enfoques de esta cuestin por parte de los tericos, tanto del psicoanlisis como del apego, enfatizan el papel del conflicto y de la intensidad emocional ms que la disponibilidad de modos diferentes de representacin mental a la hora de entender la presencia de mltiples modelos incompatibles. Por ejemplo, Main y Hesse (1990), en su discusin de las conductas del apego desorganizado/desorientado, ponen el acento en el miedo y el conflicto, en la medida en que el miedo que suscita la figura de apego lleva al nio, cuando siente estrs, a activar y a la vez inhibir las conductas de acercamiento a la figura de apego. El hecho de que se den la activacin y la inhibicin simultneas proviene de la naturaleza del propio sistema conductual de apego, que se activa normalmente en presencia del miedo o la amenaza, pero que debe ser a la vez inhibido en el caso de que la figura de apego sea la fuente de la amenaza. Es previsible que aparezca en la vida adulta un proceso similar a nivel representacional, en el que el acceso mental a los pensamientos y sentimientos relacionados con el apego continen siendo a la vez activados e inhibidos. Fonagy (1991) propone una teora intrapsquica de modelos mltiples algo diferente, derivada de la teora clnica de las relaciones objetales. En la teora de las relaciones objetales se han entendido los modelos no integrados de idealizacin y devaluacin del self y del otro en base a la defensa de escisin, una defensa vinculada a la presencia de representaciones particularmente malignas de los otros significativos (Kernberg, 1976). En opinin de Fonagy, la conciencia que el nio tiene de la malignidad del cuidador es excesiva para ser tolerada, y hace que se inhiba la capacidad de reflexionar sobre los estados mentales del self y del otro, lo que dar lugar a representaciones no integradas e inconsistentes de las relaciones esenciales. Fonagy (1991), de manera ms explcita que otros, tambin seala la regresin evolutiva de las representaciones mentales resultantes de ese proceso. Ahora bien, la investigacin reciente del apego sostiene una opinin ms radical de las defensas, desde una perspectiva socio-constructivista, incluyendo la escisin. Los investigadores del apego han mostrado, de manera ms patente que quienes trabajan desde los dems enfoques, la base interactiva que subyace a las eliminaciones y distorsiones que destacan en numerosas estrategias relacionales implcitas. Si por parte del progenitor hay afectos negativos, sobre todo de odio, que produzcan ataques hostiles, devaluacin intensa, vergenza o retraimiento, pueden quedar excluidos del discurso en el futuro. Al excluir de la interaccin los afectos negativos, stos tambin quedan fuera de la elaboracin y la comprensin, evolutivas e integradas, de las conductas, las emociones y las experiencias relacionadas con la rabia, elaboracin y comprensin que podran darse a partir de una aceptacin e inclusin ms equilibrada en la interaccin y el discurso. La investigacin del apego ha basado sistemticamente las maniobras defensivas de la infancia, como por ejemplo la evitacin infantil, en las respuestas conductuales y afectivas de los cuidadores, cuyos modelos implcitos relacionales generan a su vez dichas respuestas. Estas maniobras defensivas interpersonales son entendidas como interactivas y adpatativas en su origen ms que originadas simplemente en la esfera intrapsquica. Investigaciones recientes en nios con conducta de apego desorganizado tambin han conectado estas formas conflictivas de conducta infantil con respuestas atemorizadas y dubitativas, o atemorizantes y hostiles, del cuidador (vase Lyons-Ruth, Bronfman y Atwood, 1999; Lyons-Ruth, Bronfman y Parsons, 1999). Estas conductas de apego desorganizado en la infancia tambin son precursoras de que se inviertan los papeles con el progenitor ms tarde en la etapa preescolar (Main, Kaplan y Cassidy, 1985). Estas observaciones apuntan a la dificultad parental de recoger y balancear las iniciativas del nio con las suyas propias, resultando de ello un colapso del espacio intersubjetivo en donde solamente prevalecer y ser reconocida la realidad subjetiva de una de las partes. Dicho colapso del espacio intersubjetivo de las interacciones entre el nio y sus progenitores puede tambin ser la causa de la capacidad mermada que los pacientes borderline tienen para integrar las representaciones en conflicto y para reflexionar adecuadamente sobre los estados subjetivos, propios y de los otros, como Fonagy ha sealado (1991).

La comprensin de las defensas como parcialmente enraizadas en la estructura de los intercambios con los otros significativos resulta, adems, congruente con el creciente reconocimiento por parte de los analistas de que las interacciones paciente-analista ponen en juego las exclusiones o contradicciones defensivas del saber implcito procedimental del paciente. Actualmente se piensa que la reflexin compartida sobre las actuaciones (enactments) en el seno de la terapia constituye una rica fuente de insight sobre este saber implcito procedimental, incluyendo el recurso a las distorsiones defensivas y a la exclusin de informacin. La investigacin del desarrollo ha llegado a demostrar que muchas de las supresiones y distorsiones que se evidencian en las actuaciones tienen un origen bipersonal. Parte II: La representacin relacional actuada y el proceso de cambio Debido a que son los cambios en la organizacin de los sistemas de significacin a lo que en general nos referimos cuando hablamos de cambio en el desarrollo y de cambio psicoanaltico, resultar crucial tanto para la teora evolutiva como para la teora psicoanaltica el dar cuenta de esos cambios en los sistemas de significacin. Desde la teora del desarrollo, en particular, el cambio no puede describirse adecuadamente como simplemente hacer consciente lo inconsciente. Por el contrario, se adquieren nuevos modos de estar en relacin con los otros. An no existe literatura que entre en pormenores al abordar la tarea de determinar cmo los modelos operativos, los objetos internalizados, o los significados implcitos procedimentales llegan a ser ms articulados y complejos a lo largo del desarrollo, o reelaborados durante el tratamiento psicoanaltico. Un modelo suficientemente potente de cmo se produce el cambio en el saber relacional implcito probablemente requerir de una sntesis de insights procedentes tanto de la ciencia del desarrollo como de la teora psicoanaltica. Un modelo de la mente basado en sistemas de control Qu puede la actual ciencia cognitivo-evolutiva ofrecer a la teora psicoanaltica de la significacin? Las observaciones de la investigacin cognitivo-evolutiva recogidas desde hace treinta aos vienen a coincidir con resultados similares procedentes de las neurociencias y de los estudios sobre la cognicin del adulto en la produccin de los siguientes insights generales sobre la construccin de los sistemas de significacin, unos insights que tambin son concurrentes con la experiencia clnica de la mente y la significacin. 1. La mente est naturalmente fraccionada, conteniendo sistemas de significacin a menudo no integrados entre s (vase, por ejemplo, Fisher y Granott, 1995). 2. El procesamiento mental se produce en varios niveles en paralelo, a la vez que de manera secuencial (Marcel, 1983; Fisher y Granott, 1995). 3. Toda actividad adaptada expresa estructura mental (Fisher, 1980). 4. Todo conocimiento es en esencia reconocimiento, en la medida en que el aprendizaje nuevo reorganiza automticamente y hasta cierto punto el aprendizaje antiguo (Edelman, 1987; Freeman, 1990). 5. Los significados son co-construidos en interaccin con las mentes y los dispositivos de una cultura dada (Vygotsky, 1962; Bruner, Olver y Greenfield, 1966). 6. En los mbitos de significacin con una investidura cultural rica (la aportacin de muchas mentes y dispositivos contribuyendo a la articulacin mental del mbito) los sistemas de significacin se desarrollarn creando niveles superiores de organizacin, es decir, llegarn a articularse e integrarse en coordinaciones de rango superior y sern procedimentalizadas a fin de permitir la presencia de ms elementos en la memoria operativa, todo ello de una manera ms rpida y completa que en los mbitos que no cuenten con ese respaldo (Bruner, Olver y Greenfield, 1966; Fisher, 1980; Anderson, 1982). 7. Evolutivamente, las limitaciones de la memoria operativa y de la velocidad de procesamiento marcan el lmite superior al grado alcanzable de organizacin de la accin adaptativa, pero a partir de este lmite superior, el nivel de la organizacin llevada a cabo variar ampliamente entre los diferentes mbitos, en funcin del grado de respaldo que tenga la elaboracin representacional de cada mbito (Case, 1991; Fisher, 1980). 8. Aun cuando se pueda demostrar la existencia de un grado ptimo de complejidad de pensamiento en un mbito dado, la utilizacin de ese grado ptimo puede sufrir notables variaciones, dependientes del contexto (Fisher y Granott, 1995).

Si estas caractersticas generales del pensamiento son aplicadas a los modelos operativos e implcitos de relacin, cabe esperar que la organizacin flexible e integrada de la experiencia implcita relacional sea especialmente dependiente de la calidad y amplitud de la participacin de un compaero relacional. Esta dependencia de la calidad de la participacin del compaero tambin da a entender que el saber implcito relacional ser particularmente vulnerable al fraccionamiento y a una insuficiente integracin, si se lo compara con los dems sistemas de significacin implcita que gobiernan la conducta relacional. Es decir, la falta de integracin mental puede deberse no solamente a la existencia de procesos defensivos intrapsquicos sino, tambin, a la ausencia de relaciones colaborativas en el seno de las cuales poder articular e integrar la comprensin relacional y los modos de ser. Puede haber reas de saber actuado potencialmente conflictivo que permanezcan no integradas entre s, tal como sucede en la escisin, y tambin puede haber elementos de saber actuado y de conocimiento simblico que sean potencialmente conflictivos y que operen en paralelo y sin integracin conjunta en los diferentes modos de representacin. La ms reciente teora del desarrollo (Fisher, 1980; case, 1991; Fisher y Granott, 1995) presenta el modelo actual ms potente para explicar cmo cambian en el curso del desarrollo los sistemas de significacin, con sus correspondientes habilidades adaptativas asociadas que sirven para hacer cosas en el mundo. La moderna teora cognitivo-evolutiva contempla el desarrollo como un proceso que incluye la construccin de sistemas de control (o de significacin) cada vez ms complejos. Estos sistemas de control emergen como propiedades tanto de la persona como del contexto ambiental en el que se desarrollan. La cognicin, la accin y las emociones son productos interrelacionados de esos sistemas de control. La mejor descripcin actual del cambio que se produce en un sistema actuado de control pone de relieve los microprocesos graduales mediante los cuales determinadas habilidades simples del desarrollo, o procedimientos relacionales actuados, se coordinan con otras habilidades simples, o procedimientos, para formar estructuras de pensamiento coordinadas de segundo nivel, las cuales, a su vez, se coordinarn entre s. Uno tiene que aprender a conseguir ciertos resultados fiables de cada procedimiento, y en toda una serie de diferentes situaciones ambientales, para despus coordinarlo con algn otro procedimiento relacional. Por ejemplo, despus de tener un conflicto con su madre, un nio de dos aos puede aprender a calmar su malestar, que puede alcanzar variados grados posibles de intensidad, recurriendo a una serie de ayudas (pulgar, manta, abrazo parental, cambio de atencin), para despus coordinar este procedimiento actuado con un segundo conjunto de procedimientos que le permitan establecer relaciones ldicas con el progenitor, lo que generar un conjunto de estructuras compensatorias de control de segundo nivel, que le llevarn del malestar en la relacin con el progenitor a un estado de calma y, finalmente, a restablecer la relacin positiva y el juego. Este procedimiento relacional actuado podra despus coordinarse con procedimientos que sirven ms para interactuar con compaeros de juego que con los padres, de manera que de un conflicto inicial con los padres termine desarrollndose un sistema de control procedimental coordinado para manejar las relaciones con los compaeros de juego.

Es importante sealar que aunque se empiecen a usar las palabras en la primera infancia al servico de los procedimientos relacionales actuados, la insercin de las palabras en el interior de los procedimientos no hace que la organizacin del propio procedimiento sea accesible al pensamiento reflexivo ni a la representacin verbal. Puede ser que el nio de tres aos sea capaz de verbalizar el significado de bueno o malo, pero ser incapaz de representar consciente o verbalmente que inhibe el impulso de dirigirse a su padre en busca de consuelo cuando el retraimiento fsico o la frialdad del tono de voz paternos le transmiten desaprobacin de esa bsqueda de consuelo. La estructura organizativa de la mayor parte de los comportamientos relacionales permanecer inconsciente e implcita an cuando el nio incorpore a dichos procedimientos implcitos palabras y comprensiones nuevas. Fisher (1980) y Case (1991) presentan en detalle este proceso evolutivo de una coordinacin gradual de procedimientos ms complejos, integrados y globales, o estructuras de control, a lo largo de la serie de los niveles del desarrollo. El lector debe consultar en los trabajos de Fisher (1980) y Case (1991) sus detalladas exposiciones de cmo mbitos particulares de saber procedimental se ensamblan, componente a componente, durante los aos que transcurren desde la infancia hasta la vida adulta. Sus teorizaciones han ampliado el viejo marco de referencia piagetiano en varias direcciones, restando valor a sus estructuras monolticas y jerrquicas al reemplazarlas por conjuntos de habilidades ms variadas y sensibles al contexto, o sistemas de significacin modular. Estos sistemas de significacin modular precisan del apoyo del entorno, pero operan dentro de los lmites generales que imponen la capacidad de memoria y la velocidad de procesamiento disponibles en cada nivel de edad. En contra de las antiguas concepciones, no hay una progresin simple y uniforme que recorra una serie de etapas, ni la gente opera en la realizacin de sus tareas en un nivel determinado. Los conjuntos de niveles y subniveles que Fisher (1980) y Case (1991) describen no corresponden a pocas del desarrollo, sino que presentan un anlisis de la complejidad de la tarea, del grado de articulacin mental implcita necesaria para cumplir un conjunto de acciones adaptativas. El grado de complejidad de los sistemas de control que utiliza un determinado nio o adulto es muy variable segn sean las tareas a cumplir. Se entiende que el desarrollo es un proceso en el que se despliegan simultneamente una serie de diferentes vas, las cuales pueden estar coordinadas tan solo vagamente o no estarlo en absoluto en el grado de articulacin que logran. Es ms, el grado de complejidad del pensamiento y la accin a lo largo de una va determinada variar con los factores contextuales de da en da. Para citar a Fisher: Las personas carecemos de una mente integrada y bsicamente lgica. Por el contrario, disponemos de mltiples sistemas de control que operan espontneamente por separado, aunque potencialmente podamos conseguir que en un momento dado muchos de ellos se coordinen y se integren (pg. 153). Esta opinin coincide sin duda con la experiencia clnica, ya que el repertorio relacional con que cuenta un sujeto para hacer cosas con los otros puede ser muy discrepante de sus habilidades en otras reas.

Esta incipiente concepcin del desarrollo de la significacin, modular y sensible al contexto, est en armona con muchos insights clnicos del psicoanlisis. Se trata de insights que enfatizan las relaciones integrales entre los sistemas de significacin y la conducta adaptativa, la naturaleza fraccionaria y atinente al contexto de los sistemas de significacin tanto simblicos como procedimentales, la importancia de los compaeros culturales en el sostenimiento o reedificacin de los sistemas representacionales hacia formas ms flexibles e inclusivas, y el proceso gradual y repetitivo, aunque con especificidad individual, por medio del cual los sistemas de significacin llegan a hacerse ms articulados, integrados y abarcativos. Los investigadores de este rea, con mayor especificidad de la que aparece en la literatura del desarrollo, bosquejan las limitaciones del proceso de elaboracin de los sistemas de significacin simblica y procedimental en momentos particulares del desarrollo, y delinean el proceso gradual mediante el cual los componentes de una tarea o de un mbito de significacin se van diferenciando y coordinando de forma sistematizada en otros sistemas ms flexibles e inclusivos. Aunque el lenguaje de la ciencia cognitiva les suele resultar poco acogedor a los clnicos, un modelo que recoja la lenta articulacin de un campo de significacin dentro de un conjunto de limitaciones evolutivas, probablemente describir bien ciertos aspectos de la elaboracin del conocimiento relacional explcito e implcito, no solo durante el desarrollo sino tambin en el curso de la terapia analtica. Tambin la neurociencia contempornea concibe la organizacin mental como un avance a travs de la acumulacin gradual de complejidad de las conexiones neuronales, hasta alcanzar un punto crtico en el que emerge espontneamente un nivel ms elevado de organizacin (Edelman, 1987). La literatura sobre la neurociencia tambin pone de relieve la naturaleza idiosincrsica individual de las crecientes organizaciones neuronales y, a la vez, la convergencia aparentemente paradjica de esas vas idiosincrsicas en resultados conductuales tpicos de la especie. Por lo que hace al desarrollo, terminamos arrivando a un mismo lugar por caminos que pueden correr muy distantes entre s. Estos modelos de una creciente articulacin y organizacin de los sistemas neuronales y de los procedimientos relacionales son susceptibles de proporcionar fundamento a una empresa psicoanaltica que est enfocada a la significacin y que parta de perspectivas cientficas actuales, y de crear un suelo frtil para un dilogo de entendimiento entre las disciplinas psicoanalticas y del desarrollo. Procesamiento mental paralelo La reciente conciencia del funcionamiento en paralelo de gran parte de la actividad cognitiva, y las fuertes restricciones que sufre lo que puede ser en cada momento el objeto de la atencin sostenida (en la conciencia), ha llevado a la conclusin general de que el pensamiento progresa hacia modos formales de elevada complejidad mediante el desarrollo de procedimientos actuados cuya traduccin no es fcil, y nunca de forma completa, a un medio verbal recuperable de forma explcita (vase, por ejemplo, Fisher y Granott, 1995; Marcel, 1983). La dimensin actuada es ms evidente en territorios que no se prestan fcilmente a la expresin verbal, tales como la composicin o la interpretacin musical, las habilidades complejas en arte o atletismo y la pericia espacial o arquitectnica. Sin embargo, tambin es propia de los campos cargados al mximo de simbolismo una creciente complejidad de saber implcito que se adquiere con la repeticin de la exposicin a la tarea o con el quehacer continuado, como sucede con la escritura de artculos cientficos o con el anlisis literario. Otro campo en el que el conocimiento complejo se construye fuera de un medio predominantemente verbal lo constituye el saber cmo comportarse en las relaciones de intimidad, donde los procedimientos para lograr una hbil interaccin, incorporando una variedad de sutiles claves afectivas, se desarrollan mediante una serie de coordinaciones notablemente articuladas e integradas, casi todas por fuera del conocimiento verbalizable y la conciencia. Es evidente que en tanto especie poseemos todava una comprensin muy escasa de cmo funciona la interaccin humana, an cuando la estemos actuando a diario en grados muy refinados. Incluso en la literatura analtica existe con frecuencia un gran abismo entre la sistematizacin de los insights mencionados en los trabajos y las sutilezas y complejidades de lo que los analistas saben y llevan a cabo de manera implcita en la clnica. Es decir, el saber clnico implcito tambin opera a elevados niveles de complejidad fuera del medio de las palabras, a pesar de lo mucho que se valora en este campo el conocimiento sistematizado y verbalizable. Para enfatizar que la estructura del pensamiento es inherente a la accin, Fisher (1980) se refiere a su teora cognitivo-evolutiva como teora del desarrollo de habilidad. Desde su perspectiva, la cognicin en cada nivel consiste fundamentalmente en aprender a controlar un abanico de acciones, ya sean fsicas o mentales, con el objetivo de lograr un determinado resultado en el mundo y ms all de la variedad especfica de los efectos ambientales. Por ejemplo, en el nivel sensoriomotor, entre los 9 y los 12 meses, el nio aprende a coordinar su foco de atencin con el de la cuidadora mediante el empleo de una serie de sonidos vocales y gestos, para redirigir el foco de atencin de ella y que coincida con el de l, sin importarle la posicin fsica o el motivo actual de atencin que ella tenga (vase Bretherton, McNew y Beeghly-Smith, 1981). Una habilidad relacionada, pero mucho ms compleja en cuanto al grado de abstraccin del pensamiento, consistir en coordinar a lo largo del tiempo las identidades parental y profesional propias con las identidades parental y profesional del cnyuge, por medio de negociaciones conjuntas y tomas de decisiones (vase Fisher, 1980). Estos ejemplos recalcan la estructura mentalmente organizada de unas conductas que estn a la vez imbuidas de afectividad y al servicio de las necesidades bsicas de supervivencia. Tanto la literatura cognitivo-evolutiva, entonces, como la relacionada con la investigacin del apego, convergen en la nocin de que el saber implcito relacional es un rea en la que el saber actuado organizado o procedimental implcito se desarrolla desde los primeros meses de la vida principalmente fuera del territorio del conocimiento simblico o verbalizado. Melvin Lewis (1995), discutiendo un caso relacionado con esta cuestin sobre amnesia y transferencia, tambin observa una diferencia entre memoria procedimental y la declarativa, y propone la hiptesis de un cambio evolutivo para explicar la amnesia infantil. De acuerdo con su hiptesis, ciertas estructuras tempranas, tales como el proceso primario y el pensamiento sensoriomotor, permaneceran como tales a lo largo del desarrollo y se manifiestaran en pautas preverbales, afectivas, sensoriales y motricas. Por el contrario, las funciones posteriores de la memoria, especialmente las que implican el empleo del lenguaje, cambiaran masivamente con el desarrollo. Lewis postula que el concepto de amnesia infantil como resultado de la represin podra ser inviable, dado que se pueden recuperar formas no verbales de los recuerdos desde la infancia en adelante. Llega a la conclusin de que: La aparente inaccesibilidad verbal podra no tener nada en absoluto que ver con la represin; podra simplemente tratarse de que los recuerdos tempranos estn codificados en forma prelingstica y hemos estado buscando la representacin equivocada de esos recuerdos muy tempranos, buscando palabras en vez de respuestas fisiolgicas, conductas y emociones (pg. 410). Si bien su argumentacin coincide con las opiniones aqu sostenidas en el sentido de que las representaciones relacionales implcitas se forjan desde los primeros meses de vida, el modelo que aqu se propone difiere de esa nocin de un supuesto cambio evolutivo. En la concepcin del cambio evolutivo, los sistemas representacionales afectivos y conductuales que no se complejizan con el desarrollo se oponen a los sistemas verbales que emergen durante el segundo ao y que s se complejizan. Hay un modelo ms potente y general que el modelo del cambio evolutivo, y es el de sistemas paralelos. En un modelo de sistemas paralelos, las representaciones afectivas y conductuales que guan las interacciones con los otros se continan complejizando y hacindose ms articuladas con el desarrollo, donde la capacidad verbal que se va adquiriendo queda incorporada a las estrategias interactivas, sin que esas estrategias en s mismas dependan de dicha articulacin verbal. Esto est claramente en consonancia con la complejidad de los fenmenos transferenciales que se observan en la clnica. En este modelo, las representaciones afectivas y conductuales no son pre-verbales: simplemente no son primariamente verbales. Siguiendo a Bretherton (1991), Stern (1995) y otros, estos procedimientos implcitos relacionales pueden ser descritos como organizndose alrededor de una serie de metas locales y supraordinadas y como incluyendo tanto los procedimientos interactivos como las redes asociadas de significaciones cognitivas y afectivas que conllevan. Estos esquemas relacionales multivalentes incluiran no solo significados cognitivos verbales o verbalizables si estuvieran disponibles, sino tambin un rico entramado de fantasas en forma de imgenes, sensaciones fisiolgicas cargadas de afecto y el saber relacional implcito sobre cmo esos significados y fantasas se relacionan con las acciones sociales. Las conexiones integrales entre la cognicin y la valoracin o sentimiento que este modelo requiere, tambin las han sealado Damasio (1994) y Edelman (1987) sobre la base de la ltima investigacin en neurociencia. Tambin Stern (1995) ha delineado recientemente la naturaleza multidimensional de los esquemas relacionales tempranos segn aparecen en la psicoterapia infanto-parental. Si las representaciones de cmo hacer cosas con los otros integran significaciones semnticas y afectivas con procedimientos conductuales/interactivos, en ese caso se podr acceder a un determinado procedimiento implcito relacional por mltiples rutas, y el cambio representacional podr ponerse en marcha a partir de cambios ocurridos en la experiencia afectiva, en la comprensin cognitiva o en los encuentros interactivos, sin que haya necesariamente que asignar un estatuto privilegiado a ninguna dimensin particular, como por ejemplo la interpretacin. Stern (1995) ha sealado algo relacionado con esto al referirse a la psicoterapia infanto-parental, donde la intervencin del terapeuta puede dirigirse a la representacin que los padres tienen de su propia experiencia, a la relacin transferencial de los padres con el terapeuta, o a la propia interaccin entre los padres y el nio. Se espera que la movilizacin del cambio por medio de ms aspectos simultneos de este espectro multidimensional de esquemas de pensamiento, emocin y accin mejorar la efectividad del proceso de cambio, siempre que se respeten los ritmos y los momentos adecuados para no sobrecargar al paciente. Estructura de la tarea en el rea relacional: un elemento comn al cambio evolutivo y al cambio psicoanaltico Como resultado de la creciente influencia de la investigacin sobre la infancia, los tericos del psicoanlisis se cuestionan en qu medida la dada padres-beb, o ms tarde padres-nio, proporciona una analoga vlida para la dada teraputica (por ejemplo, Mitchell, 1988; Wolff, 1996). En concordancia con los trabajos de Fisher y Case, sugiero que un elemento estructurante esencial y comn al cambio en el desarrollo y al cambio en el tratamiento psicoanaltico consiste en la estructura de la tarea intrnseca al proceso de llegar a conocer la mente de otro. Ambos cambios, el inherente al desarrollo y el psicoanaltico, referidos a cmo se comporta uno en las relaciones de intimidad, se producen dentro de los lmites de una serie de diferenciaciones e integraciones necesarias para la construccin de los procedimientos colaborativos que rigen las conductas en las relaciones. Las entidades mentales en continua construccin evolutiva y que se organizan en rangos superiores, descritas por Fisher y Case en trminos abstractos, han sido estudiadas en relacin a la habilidad progresivamente ms compleja que el nio va adquiriendo para conceptualizar la actividad de otras mentes (vase Hobson, 1993; Selman, 1980). La literatura existente sobre las teoras de la mente que el nio desarrolla, ilustra la capacidad que el nio despliega para pensar sobre el pensamiento, incluido el propio. La funcin de auto-reflexin, que Fonagy (1991) en particular ha puesto de relieve, se relaciona estrechamente, aunque habitualmente con un cierto retraso evolutivo, con la capacidad para reflexionar sobre la subjetividad de los otros (Landry y Lyons-Ruth, 1980). Las discusiones psicoanalticas sobre la representacin suelen incluir la representacin de los diferentes estados de la subjetividad, de manera que la emergencia evolutiva de grados sucesivos de pensar sobre el pensamiento implanta una serie de niveles potenciales de representacin de los acontecimientos intersubjetivos. El estudio de la conciencia intersubjetiva, entonces, no es abordable de la manera ms adecuada posible en trminos de si se ha adquirido conciencia o representacin simblica propiamente dichas. En su lugar, tendremos que considerar qu nivel de pensamiento sobre el pensamiento se ha alcanzado con fluidez y se ha integrado a nivel procedimental con qu tipos de contextos afectivos y relacionales. Ya sea en la temprana infancia o en la vida adulta, uno tendr que empezar por discernir en qu medida su vida mental es similar o difiere de las de los dems, para llegar despus a comprender la manera de hacer esas similitudes y diferencias explcitas en el dilogo y elaborar procedimientos para negociar con el otro a la luz de las diferencias. El nio en crecimiento debe elaborar esas mismas comprensiones. En las literaturas del desarrollo, cognitiva y psicoanaltica, todava son pobremente descritas y comprendidas las caractersticas esenciales de los sistemas de significacin, tanto el verbal como el implcito procedimental, que constituyen el mbito de los conocimientos relacionales. Los trabajos evolutivos sobre las teoras de la mente que el nio genera (vase, por ejemplo, Carpenter, Nagell y Tomasello, 1998; Hobson, 1993), los estudios sobre los dficits relacionales que caracterizan a los autistas (por ejemplo, Hobson, 1993) y la investigacin sobre la comprensin social de los nios (Selman, 1980), aportan ciertos detalles desde la literatura de investigacin. El rico acervo de trabajo descriptivo psicoanaltico sobre los trastornos graves del carcter tambin contiene en potencia una teora de cmo se elabora el mbito del conocimiento intersubjetivo o permanece sin elaborar, bajo condiciones normales o anormales (por ejemplo, Fonagy, 1991). Sin embargo, esta recopilacin de de trabajos debe ser antes depurada de supuestos evolutivos hoy insostenibles (por ejemplo, Westen, 1990; Lyons-Ruth, 1991). El trabajo psicoanaltico sobre la organizacin de los mundos intersubjetivos de los pacientes infantiles y adultos, y la investigacin evolutiva sobre la construccin de la comprensin intersubjetiva, constituyen focos complementarios que iluminan un territorio subyacente comn de conocimiento. Desde la perspectiva de esa estructura comn que aqu es presentada, la relacin progenitor-nio no es una metfora de de la relacin adulto-paciente, ni viceversa. En cambio, ambas ofrecen vas nicas, aunque convergentes, para describir cmo los seres humanos co-construyen un conjunto de procedimientos y comprensiones para conciliar el mbito intersubjetivo. La comprensin de cmo la mente construye el mbito intersubjetivo, ya sea en la infancia o en la adultez, les resulta crucial tanto al psicoanlisis como a la ciencia evolutiva. En esta perspectiva, el cambio psicoanaltico y el evolutivo se producen a partir del interjuego dinmico de las mltiples restricciones impuestas por la estructura de las tareas intersubjetivas, por la capacidad de la memoria operativa, y por la calidad y amplitud de la participacin de los miembros de la interaccin. Este enfoque constructivista y complejo nos permite alejarnos de una visin monoltica, secuencial y evolutiva. Adems, nos permite percibir las similitudes de los procesos de cambio evolutivo y psicoanaltico, no en trminos de regresin del adulto o fijacin a etapas de la primera o segunda infancia, sino en trminos de las condiciones, comunes a los seres humanos de cualquier edad, que han de darse a la hora de abordar y progresar hacia el dominio de las tareas complejas implicadas en la negociacin con otras mentes. Rasgos especficos de los sistemas de control relacional Ahora bien, los tericos del psicoanlisis y los investigadores de la infancia pediran la inclusin de varios aadidos a estos modelos cognitivos de la construccin de significacin. Tanto los tericos del anlisis como los investigadores de la infancia llamaran la atencin sobre los problemas especiales que supone la necesidad de conocer a otra mente y ofrecerse a ser conocido por ella, una condicin que constituye un prerrequisito para la construccin de los sistemas de significacin relativos a cmo estar con los otros. La elaboracin de las nociones de intersubjetividad, o cmo dos mentes interactan entre s, constituye un proceso de colaboracin intrnseca que depende de que una mente sea razonablemente capaz de conocer por lo menos a otra mente ms. Esta colaboracin intersubjetiva necesariamente ampliada es susceptible de crear contextos singulares e idiosincrsicos en el seno de los cuales se elaboren los sistemas de significacin interpersonal, en contraste con los mltiples ejemplos de regularidad estable que caracterizan a las transacciones con el mundo fsico. De manera que la disponibilidad de un contexto de aprendizaje en el que se elaboren las significaciones intersubjetivas se encuentra fuertemente condicionada por la frecuencia y calidad particular de la participacin del otro integrante de la comunicacin, en lo que Tronick (1998) ha denominado la expansin didica de la conciencia (cf. tambin Sander, 1995). Los tericos del psicoanlisis tambin sealaran en particular los potentes sistemas de motivacin, acompaados de sus intensos afectos concomitantes, que afectan a la elaboracin de las significaciones intersubjetivas con mayor fuerza que a la elaboracin de de la conceptualizacin del mundo fsico. La segregacin de las significaciones asociadas con intensos afectos negativos ha recibido el inters de la observacin psicoanaltica desde sus comienzos. Hasta el da de hoy, los investigadores cognitivos no han intentado desarrollar un anlisis detallado de los sistemas de significacin que guan las relaciones de intimidad. El propio trmino cognitivo inteligencia sensoriomotriz es desacertado para reconocer la existencia temprana en la infancia de un sistema de comunicacin afectiva generado por la elaborada y expresiva musculatura facial que aparece nicamente en la especie humana (Izard, 1978). Adems de las coordinaciones sensoriomotrices, de complejidad creciente, que se ensamblan a lo largo de los dos primeros aos de la vida, se dan tambin coordinaciones emocionales e interpersonales, de progresiva complejidad, que se van co-construyendo despus, como seala en particular la literatura del apego, al igual que los estudios relacionados de Tronick, Sander y Stern. Lo ms probable es que estas coordinaciones, progresivamente ms complejas, entre accin interpersonal y conciencia intersubjetiva, sigan las etapas microevolutivas de la articulacin de los sistemas de significacin que describen Fisher y Case. El hecho de que las primeras lecciones prolongadas en conciencia intersubjetiva se reciban generalmente junto a una figura de apego, cuya presencia y participacin son necesarias para la supervivencia del nio, hace que esos intercambios estn imbuidos de intensa emocionalidad. La literatura cognitiva an no ha contemplado con ninguna profundidad cmo el desarrollo de los sistemas de significacin resulta organizado, fragmentado o distorsionado por estos sistemas emocionales (pero vase Damasio, 1994). Sin embargo, es probable que las caractersticas afectivas, al igual que las caractersticas cognitivas, resulten de importancia central en la psicopatologa. La complejidad del razonamiento verbalizable sobre los dems que uno posea, y quizs tambin la de su saber implcito procedimental, no mantiene una relacin directa con la psicopatologa. El razonamiento verbal sobre los otros puede estar altamente desarrollado y coexistir junto a aspectos caracteriales graves y conductas desadaptativas (vase el trabajo de Selman, 1980). La labor teraputica parece consistir en la identificacin de las modalidades de proceder, o de las suposiciones sobre los otros, que son desadaptativas fuera de un contexto inicial de aprendizaje pero que pueden ser o no menos complejas. En cambio, pueden estar ms impregnadas de rabia o miedo, menos integradas con otros saberes procedimentales, pueden ser menos eficaces en la modulacin de las respuestas al estrs fisiolgico interno, y es probable que impliquen interpretaciones atemorizadas u hostiles de la conducta de los otros. La desconstruccin de los modos complejos pero desadaptativos de estar con los otros, junto a la co-construccin simultnea de nuevos modos de estar en compaa que sean ms adaptativos pero igualmente complejos, seguramente incluir un lento periplo compartido, realizado a base de una serie de encuentros intersubjetivos que vayan catalizando la construccin de nuevos sistemas de control. Se hace necesario un modelo que integre los procesos motivacionales y afectivos con la articulacin creciente y la organizacin de las estructuras de control relacional. Contemplado desde la perspectiva evolutiva, el mbito del saber relacional se complejiza a lo largo del desarrollo evolutivo, en mayor medida por procesos de aprendizaje y observacin participativa que a travs de la instruccin oral. Queda por explorar a fondo si el proceso gradual de diferenciacin y coordinacin de los componentes de significacin (y accin) que son descritos en la literatura evolutiva va a resultar til para comprender la construccin evolutiva o la reconstruccin teraputica del saber implcito relacional. Ahora bien, tanto los tericos del desarrollo como los del psicoanlisis tendrn que vrselas con la cuestin de cmo evolucionan y cambian los sistemas de significacin comprendidos en el territorio del saber implcito relacional. Conflicto, afecto negativo y procedimientos actuados fragmentados o disociados Los modelos procedimentales para estar con los otros se organizan al principio de acuerdo con el nivel evolutivo de comprensin que est disponible en los momentos en que toman forma y, pueden o no, sufrir reorganizaciones posteriores en concordancia con los niveles posteriores de comprensin. De ah que un procedimiento relacional implcito, junto con los significados y valores que conlleva asociados, pueda permanecer a un nivel inicial de representacin o pueda ser solamente actualizado parcialmente de vez en cuando, generndose una serie de variaciones coexistentes en los diferentes niveles subsiguientes (probablemente sta sea la norma en la mayora de las reas de la experiencia), o finalmente pueda ser repetidamente abordado y sea reconstruido cada vez con el paso del tiempo, de manera que las versiones evolutivamente anteriores resulten en gran parte renovadas (vase Edelman, 1987). Muchos procedimientos implcitos de este tipo sobre cmo negociar intercambios cargados de afecto con los otros constituyen una parte importante del material que se lleva al psicoanalista. Desde la perspectiva del desarrollo normal, la carencia de articulacin e integracin de los sistemas representacionales, tanto implcitos como explcitos, puede tener muchos orgenes, entre los que se encuentran las limitaciones evolutivas en la generacin de significacin en determinadas edades, las reglas implcitas familiares de vinculacin que excluyen formas particulares de relacin, las reglas implcitas que incluyen acciones procedimentales pero evitan su reconocimiento verbal, las experiencias traumticas con consecuencias que resultan amenazantes para otras formas de estar con los otros que son necesarias para sobrevivir, y finalmente los frecuentes dislocamientos de la vida humana, en la que pueden aparecer procedimientos implcitos en cierto modo contradictorios y regir, por ejemplo, la vida privada frente a la pblica, las relaciones con los hermanos frente a las relaciones con los amigos o las interacciones entre los gneros. En la tensin que se establece entre las metas y necesidades del nio y las respuestas de los diferentes ambientes que le prodigan cuidados a lo largo del desarrollo surgen conflictos a nivel de las representaciones implcitas procedimentales. Ciertamente, pueden existir otras formas de discontinuidad o limitacin de los procedimientos, pero las ms relevantes para la teora psicoanaltica son las que se asocian con las interacciones interpersonales desequilibradas, con la frustracin de necesidades y con los afectos negativos. Las respuestas inadecuadas a las metas y necesidades centrales del nio generan afectos negativos y reas de intercambio que resultarn excluidas en el futuro de ser negociadas, articuladas e integradas. As, los trastornos y los desequilibrios en las transacciones interpersonales son inicialmente isomrficos con las discontinuidades e inadecuaciones en los procedimientos relacionales y se asocian con experiencias de conflicto en torno a la frustracin de las metas principales. No es probable que los conflictos que surjan entre las metas personales que el nio tiene por s mismo (tales como preservar una buena relacin con la figura parental o por el contrario salirse con la suya, o pasar del padre o por el contrario amarlo) terminen convirtindose en dificultades duraderas, a no ser que aparezcan conflictos comparables entre las metas parentales e infantiles que interfieran con su resolucin en el curso del desarrollo (Fisher y Watson, 1981). Si ha sido posible tener un acceso flexible, tanto mental como emocional, a casi todos los niveles de la experiencia en el seno de un dilogo que promueva el crecimiento, los sistemas de control relacional resultantes estarn razonablemente bien integrados, con los asuntos interpersonales resueltos y planteadas y solucionadas en grado suficiente las metas y significaciones interpersonales que pudieran ser contradictorias, como para poder negociar razonablemente bien la vida en el mundo. Pero si muchas metas del paciente fueron anuladas y quedaron excluidas de la interaccin posterior, los afectos negativos relacionados con la frsutracin de dichas metas permanecern sin resolver, adems de que habr representacin de la afectividad negativa del cuidador hacia dichas metas. Estos puntos de conflictividad irresuelta sern internalizados como discontinuidades en los procedimientos implcitos, discontinuidades que estarn frecuentemente marcadas por las fuertes emociones en conflicto. De igual manera, si en las relaciones se han actuado las metas relacionales de tal manera que entren en conflicto con su reconocimiento, o se han actuado en formas que sean entre s contradictorias y esas contradicciones no han sido nunca confrontadas, de ello resultarn representaciones implcitas procedimentales segregadas, fragmentadas o contradictorias, con escasas posibilidades de actualizar, articular e integrar formas implcitas de estar con los otros cuando haya oportunidad de que aparezcan nuevas capacidades evolutivas (vase Bretherton, 1988). El trabajo teraputico, entonces, tendr que realizarse alrededor de las lneas defectuosas que marcan las negociaciones interactivas fracasadas, alrededor de las metas que permanezcan abortadas, los afectos negativos sin resolver, los conflictos experimentados y las representaciones implcitas procedimentales que se encuentren desarticuladas entre s. El contemplar los objetos internalizados o las transferencias como sistemas de control relacional que estn regidos por modelos procedimentales implcitos permite ver con mayor claridad que los mapas procedimentales implcitos segregados o fragmentados no solamente estarn imbuidos de emociones conflictivas, sino que con toda probabilidad estarn subdesarrollados en varias formas al compararlos con otros procedimientos que se hayan desarrollado dentro de relaciones caracterizadas por una comunicacin ms coherente. Por otra parte, se pueden observar procedimientos que han sido desarrollado bajo las condiciones de una comunicacin ms restrictiva, para entenderlos no como subdesarrollados, sino como evolucionados de una manera diferente, en condiciones en las que se ha dado importancia y se han impuesto barreras a la expresin libre, con la resultante segregacin y fragmentacin de los procedimientos de control relacional. Ahora bien, la eliminacin de las barreras afectivas ante los nuevos modos de estar con los otros constituye solamente un aspecto del proceso de cambio; deben desarrollarse nuevos pr