El fin de la ley es Cristo¿La Ley de Dios quedó abolida en la cruz del Calvario?

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La ley mosaica, ¿abolida?

Hay quién sostiene que la ley de Dios, los Diez Mandamientos

dados en Sinaí (Éxodo 20, Deuteronómio 5), que fueron repetidos por Josué en Ebal

(Josué 8:32), fueron abolidos por Jesús en la cruz del Calvario. Tal

afirmación se basa en el siguiente pasaje:

“porque el fin de la ley es Cristo, para justicia de todo

aquél que cree.” Romanos 10:4

Es innegable que en primera instancia, el texto es bien claro. No obstante, hay que recalcar dos puntos que deben

tenerse siempre en cuenta. Éstos son:

1.- Armonía bíblica —>Ésta no puede contradecirse. (Juan 10:35)

2.- El lenguaje original (griego) en el que el texto fue escrito —> La traducción no puede contradecir la Biblia, ya que en ese caso se estaría

violando el principio de armonía bíblica.

Armonía bíblica

Es de extrema importancia para la fiabilidad de la propia Biblia, así como para la causa de Cristo, que se pueda hallar una armonía conceptual a lo largo de toda la Escritura (Juan 10:35). De este modo, evitaremos interpretaciones personales a

la vez que nos colocamos en posición de apreciar las verdades bíblicas.

Vamos pues, a comprobar si verdaderamente este concepto de abolición de la ley mosaica se sustenta por las Escrituras. Para ello, utilizaremos cuatro textos,

que son:

1Juan 4:31Pedro 1:9Mateo 5:17Mateo 15:11

La inmutabilidad de la Ley

Es importante, antes de tratar el tema, entender la importancia que la Ley tiene ante los ojos de Dios.

Ello nos permitirá empezar a vislumbrar la conclusión a la que llegaremos al finalizar el estudio.

La inmutabilidad de la Ley

Son muchos los que consideran la Ley de Dios como un asunto de poca relevancia. No obstante, la perfección de Ella impide que pueda ser modificada y/o abolida.

Pensemos con lógica. ¿No le hubiera sido mas fácil a Dios cambiar su Ley, o pasarla por alto, antes de dar en humillación y sacrificio expiatorio a su propio

Hijo? El por qué no lo hizo es una instancia a reflexionar sobre la invariabilidad y santidad de la Ley.

La inmutabilidad de la LeyEn el plano humano, varias constituciones, decretos y leyes son enmendadas

regularmente al presentarse circunstancias no planeadas o simplemente derivadas de cambios sociales.

Estos cambios hacen ver que las leyes establecidas por lo mas ilustres hombres, están sujetas a errores y no garantizan el bien del pueblo sobre el cual tienen

jurisdicción.

No es este el caso de la Torah.

Un ejemplo puede ser la proclamación de emancipación firmada por Abraham Lincoln en el XIX. ¿Hubiese sido necesario ejecutar tal enmienda si la

constitución vigente ofreciera bienestar a todo el pueblo norte americano?

Veamos pues, si Jesús era guardador de la Torah

Mateo 15:11 Mateo 5:17

Mateo 5:17 “No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas; no he venido para

abrogar, sino para cumplir.” Mateo 5:17

En tiempos de Jesús ¿se había escrito el Nuevo Testamento, o estaba por escribirse? Ciertamente, éste se empezó a escribir años después de su muerte.

Jesús era descendiente de la tribu de Judá (Mateo 1). Por consiguiente, era guardador de la ley mosaica, así como de las profecías del Antiguo Testamento

(Lucas 4:16-20).

Mateo 15:11“No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca,

esto contamina al hombre”. Mateo 15:11

Los rabinos judíos deseaban dar muerte a Jesús, pero no hallaron motivo alguno (Mateo 26:60). Eso da a entender que no hubo en él fallo alguno en relación a la Ley mosaica, la cual era observada por los judíos. De ser así, al dar a entender que el hombre podía comer de todo,

hubiese merecido ser apedreado.Cuando decimos a nuestros hijos que se lo coman todo, ¿les decimos que se coman la comida, el

plato, los cubiertos y el mantel? ¿O simplemente usamos una expresión para que ellos coman todo aquello que consideramos comestible y favorable a la salud?

Jesús, como guardador de la Ley, habló en el contexto de Levítico 11. Los fariseos y escribas lo sabían, y por eso no pudieron apedrearlo legalmente.

Jesús era guardador de la TorahSi Jesús era guardián de la Torah, ¿en qué posición nos coloca eso a

nosotros?“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”

1Corintios 11:1“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”

1Juan 2:6“porque escrito está: sed santos, porque yo soy santo”.

1Pedro 1:16 - Levítico 11:44 - Levítico 20:7

IMITAR A JESÚS, guardián de la Torah

¿Qué sentido tiene imitar a Jesús si la Ley ya fue abolida?

Es un razonamiento obvio que si debemos ser imitadores de Jesús, y debemos andar com el anduvo (1Juan 2:6), en santidad delante de Dios, debemos regirnos

por la Torah en cuanto a norma de carácter y conducta, porque así es el testimonio que Jesús nos dejó.

Los apóstoles Juan, Pedro y Pablo, de quienes hemos leído en la anterior diapositiva, ¿escribieron antes o después de la muerte de Jesús? La respuesta es

después.

Si los apóstoles nos instan, después de la muerte de Jesús, a andar en santidad, es porque después de la muerte de Jesús, la Torah sigue vigente.

Jesús, portador de nuestros pecados

Hemos visto como Jesús era guardador de la Ley de Dios. Veamos ahora los textos que definen qué es el pecado.

Al comprender lo que es el pecado, podremos entender de un modo mas amplio la importancia de la Ley de Dios y, consecuentemente, podremos

evaluar si ésta puede ser abolida o no puede serlo.

1Pedro 1:91Juan 4:3

1Juan 4:3“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es la

infracción de la ley.” 1Juan 4:3

Vemos pues, qué es el pecado.

Esto significa que la ley existía en época de Adán, Moisés, David y Jesús. ¿Pero después de la muerte de Jesús, sigue habiendo Ley?

El simple hecho de que los apóstoles hagan referencia a los pecadores (infractores de la Ley que, en consecuencia, debe ser vigente; de lo contrario no serian

infractores) en sus epístolas, indica que mas allá de la muerte de Jesús, la Torah sigue en vigencia.

1Pedro 1:9

“Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas” 1Pedro 1:9

Siendo consecuentes, si la Ley acabó con Jesús, la fe debe acabar con la salvación. Eso significa que una vez seamos salvos, no hará falta confiar

mas en Dios.

“porque el fin de la ley es Cristo, para justicia de todo aquél que cree.” Romanos 10:4

En este caso, se daría en el Cielo una falta notable de armonía entre Dios y su pueblo, la cual no es apoyada por las Escrituras.

IMITAR A JESÚS, guardian de la Torah (1Corintios 11:1)

¿Qué sentido tiene que guardemos la Torah si ésta fue abolida y clavada en la cruz?

“Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro

nombre. Y de mes en mes y de Sábado en Sábado vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová”.

Isaías 66:22-23El sentido que tiene, es que ésta era, es y será eternamente el fundamento

del gobierno de Dios.

1 .- Armonia bíblica

El hecho de que la Ley de Dios fue clavada en la cruz y que, por ende, no es requerido seguirla como norma de carácter y conducta, no es sustentado

por las Sagradas Escrituras.

Comprobémoslo, no obstante, desde el punto de vista lingüístico.

El lenguaje original

“porque el fin de la ley es Cristo, para justicia de todo aquél que cree.” Romanos 10:4

“Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1Pedro 1:9

FIN —>Télos: fijar fuera por un punto definido o meta. Propiamente el punto que se apunta como límite. Por implicación la conclusión de un

acto o estado (terminación) - extremo, fin, finalmente, impuesto, propósito.

Ejemplos prácticos

“El fin del estudio es el crecimiento intelectual.”

“El fin del entrenamiento es la adquisición de forma física.”

“El fin de mis vacaciones es el relax.”

“El fin de la ley es Cristo.”

“El fin de la labor es el salario.”

Queda bien claro que, a la luz de la Biblia y a la luz de las traducciones, la Ley de Dios no fue abolida por Jesús, quien vino a cumplirla y no a

abrogarla (Mateo 5:17).

Del mismo modo, si debemos ser imitadores de Aquel que vino a cumplir la Torah, debemos también guardarla.

Así mismo, la misma pureza e inmutabilidad de la Torah exige la muerte del pecador, pero “de tal modo amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas

tenga vida eterna” (Juan 3:16).