el estar y el bienestar

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EL ESTAR Y EL BIENESTAR .LA NECESIDAD DE LA EMBRIAGUEZ.LO SUPERFLUO COMO NECESARIO.RELATIV1DAD DE LATECNICA. Los actos tcnicos no son aquellos en que el hombre procura satisfacer directamente las necesidades que la circunstancia o naturaleza le hace sentir, sino precisamente aquellos que llevan a reformar esa circunstancia eliminando en lo posible de ella esas necesidaddes, Suprimiendo o menguando el azar y el esfuerzo que exige satisfacerlas. Mientras animal, por ser atcnico, tiene que arreglrselas con lo que encuentra dado ah y fastidiarse o morir cuando no encuentra lo que necesita, el hombre, merced a su don tcnico, hace que se encuentre siempre en su derredor lo que ha menester crea pues, una circunstancia nueva ms favorable, segrega, por decirlo as, una sobrenaturaleza adaptando la naturaleza a sus necesidades. La tcnica es todo lo contrario de la adaptacin del sujeto al medio, puesto que es la adaptacin del medio al sujeto. Ya esto bastara para hacernos sospechar que se trata de un movimiento en direccin inversa a todos los biolgicos. Esta reaccin contra su contorno, este no resignarse contentndose con lo que el mundo es, es lo especifico del hombre. Por eso, aun estudiado zoolgicamente, se reconoce su presencia cuando se encuentra la naturaleza deformada: Por ejemplo, se encuentran piedras labradas, con pulimento o sin l, es decir, utensilios. Un hombre sin tcnica, es decir, sin reaccin contra el medio, no es un hombre. Pero hasta ahora se nos presentaba la tcnica como una reaccin a las necesidades orgnicas o biolgicas. Precisemos sobre el concepto de necesidad: Alimentarse es necesidad porque es condicin sine qua non de la vida, es decir, del poder estar en el mundo. Y el hombre tiene, por lo visto, un gran empeo en estar en el mundo. Vivir, perdurar, que es la necesidad de las necesidades. Pero es el caso que la tcnica no se reduce a facilitar la satisfaccin de necesidades de ese gnero. Tan antiguos como los inventos de utensilios y procedimientos para calentarse, alimentarse, etc., son muchos otros cuya finalidad consiste en proporcionar al hombre cosas y situaciones innecesarias en ese sentido. Por ejemplo, tan viejo y tan extendido como hacer fuego es el embriagarse-quiero decir, el uso de procedimientos o sustancias que ponen al hombre en estado psicofisiolgico de exaltacin deliciosa o bien de delicioso estupor. La droga, el estupefaciente es un invento tan primitivo como el que ms. Tanto que no es cosa clara, por ejemplo, si el fuego se utiliz primero para evitar el fuego-necesidad orgnica y condicin sine qua non- o ms bien para embriagarse. Los pueblos ms primitivos usan las cuevas para encender en ellas fuego y ponerse a sudar en forma tal que entre el humo y el exceso de temperatura caen en trance de cuasi embriaguez. Es lo que se ha llamado las casas de sudar. Resulta inacabable la lista de procedimientos hipnticos, fantsticos, es decir, productores de imgenes deliciosas, de excitantes que dan placer al ejercitar el esfuerzo. As, entre estos ltimos, el kat de Yemen y Etiopa, que hace grato el andar cuando ms se anda por los efectos de aquella sustancia en la prstata. Entre los fantstica recurdese la coca del Per, el beleo, el estramonio o datura, etc. Parejamente discuten los etnlogos si es el arco de caza y guerra o el arco musical la forma primitiva del arco. La solucin al debate no es

cosa que ahora nos importe, el simple hacho de quepa discutirlo demuestra que, sea o no el musical el arco originario, aparece entre los instrumentos ms primitivos. Y esto nos basta. Porque aquello nos revela que el primitivo no senta menos como necesidad el proporcionarse ciertos estados placenteros que el satisfacer sus necesidades mnimas para no morir; por lo tanto desde el principio el concepto de necesidad humana abarca indiferentemente lo objetivamente necesario y lo superfluo. Si nosotros nos comprometisemos a distinguir entre cuales de nuestras necesidades son rigurosamente necesarias, ineludibles, y cules superfluas, nos veramos en el mayor aprieto, pues nos encontraramos: 1 Con que ante las necesidades que pensando a priori parecen ms elementales-alimento, calor, por ejemplo-, tiene el hombre una elasticidad increble. No solo por fuerza, sino hasta por gusto reduce a lmites increbles la cantidad de alimento y se adiestra a sufrir fros de una intensidad superlativa. 2 En cambio le cuesta mucho o , sencillamente, no logra prescindir de ciertas cosas superfluas y cuando le faltan prefiere morir. 3 de donde se deduce que el empeo del hombre por vivir, por estar en el mundo, es inseparable de su empeo por estar bien. Ms aun,: que vida significa para l no simple estar, sino bienestar, y que solo siente como necesidades las condiciones objetivas del estar, porque ste, a su vez, es supuesto del bienestar. El hombre que se convence a fondo y por completo de que no puede lograr lo que l llama bienestar, por lo menos una aproximacin a ello, y que tendra que contentarse con el simple y nudo estar, se suicida. El bienestar y no el estar es la necesidad fundamental para el hombre, la necesidad de las necesidades. Con lo cual llegamos a un concepto de necesidades humanas completamente distinto al que, por insuficientes anlisis y descuidada meditacin, suele adoptarse. Precisemos antes de proseguir, la situacin a que hemos llegado: considerbamos antes el calentarse y el alimentarse como necesidades humanas, por ser condiciones objetivas del vivir, en el sentido de mero existir y simple estar en el mundo. Son, pues, necesarias en la medida en sea al hombre necesario vivir. Y , notbamos que, en efecto, el hombre mostraba un raro y obstinado empeo por vivir. Pero esta expresin, ahora lo advertimos, era equivoca. El hombre no tiene empeo alguno por estar en el mundo. En lo que tiene empeo es en estar bien, solo esto le parece necesario y todo lo dems es necesidad solo en la medida en que haga posible el bienestar. Por lo tanto, para el hombre slo es necesario lo objetivamente superfluo. Esto se juzgar paradjico, pero es la pura verdad. Las necesidades biolgicamente objetivas no son, por s, necesidades para l. Cuando se encuentra atenido a ellas se niega a satisfacerlas y prefiere sucumbir. Solo se convierten en necesidades cuando aparecen como condiciones del estar en el mundo, que, a su vez, solo es necesario en forma subjetiva; a saber, porque hace posible el bienestar en el mundo y la superfluidad. De donde resulta que hasta lo que es objetivamente necesario slo lo es para el hombre cuando es referido a la superfluidad. No tiene duda: El hombre es un animal para el cual slo lo superfluo es necesario. Al pronto parecer esto un poco extrao y sin ms valor que el de una frase, pero si repiensan la cuestin vern cmo por s mismos, inevitablemente, llegan a ella. Y esto es lo esencial para entender la tcnica, pues la tcnica es la produccin de lo superfluo: hoy y en la poca paleoltica. Es, ciertamente, el medio para satisfacer las necesidades humanas; ahora podemos aceptar Esta frmula que antes rechazbamos, porque ahora sabemos que las necesidades humanas son objetivamente superfluas y que solo se convierten en necesidades para quien necesita el

bienestar y para quien vivir es, esencialmente, vivir bien. He aqu porqu el animal es atcnico: se contenta con vivir y con lo objetivamente necesario para el simple existir. Desde el punto de vista del simple existir el animal es insuperable y no necesita la tcnica. Pero el hombre es hombre porque para l existir significa desde luego y siempre bienestar; por eso es a nativitate tcnico, creador de lo superfluo. Hombre, tcnica y bienestar son, en ltima instancia, sinnimos. Otra cosa lleva a desconocer el tremendo sentido de la tcnica: su significacin como hecho absoluto en el universo. Si la tcnica consiste en slo una de sus partes-en resolver ms cmodamente las mismas necesidades que integran la vida animal y en el mismo sentido que puedan serlo para este- , tendramos un doblete extrao en el universo: tendramos dos sistemas de actos, los instintivos del animal y los tcnicos del hombre, que siendo tan heterogneos serviran, no obstante, la misma finalidad: sostener en el mundo al ser orgnico. Porque el caso es que el animal se las arregla perfectamente con su sistema, esto es, que no se trata de un sistema defectuoso, en principio. No es ni ms ni menos defectuoso que el del hombre. Todo se aclara en cambio si se advierte que las finalidades son distintas: de un lado servir a la vida orgnica, que es la adaptacin del sujeto al medio, simple estar en la naturaleza. De otro, servir a la buena vida, al bienestar, que implica la adaptacin del medio a la voluntad del sujeto. Quedamos pues, en que las necesidades humanas lo son slo en funcin del bienestar. Solo podremos entonces averiguar cules son aquellas si averiguamos qu es lo que el hombre entiende por su bienestar .Y esto complica formidablemente las cosas. Porque vaya usted a saber todo lo que el hombre ha entendido, entiende y entender por bienestar, por necesidad de las necesidades, pues podemos pensar en el faquir, el asceta por un lado; y en el sensual, el glotn, por otro. Tenemos pues, que el simple vivir, el vivir en sentido biolgico, es una magnitud fija que para cada especie est definida de una vez para siempre, eso que el hombre llama vivir, el buen vivir o bienestar, es un trmino siempre mvil, ilimitadamente variable. Y como el repertorio de necesidades humanas es funcin de l, resultan stas no menos variables; y como la tcnica es el repertorio de actos provocados, suscitados por e inspirados en el sistema de esas necesidades, ser tambin una realidad proteiforme, en constante mutacin. De aqu que sea en vano querer estudiar la tcnica como una entidad independiente o como si estuviera dirigida por un vector nico y de antemano conocido. La idea del progreso, funesta en todos los rdenes cuando se la emple sin crtica, ha sido tambin fatal. Supone ella que el hombre ha querido, quiere y querr siempre lo mismo, que los anhelos vitales han sido siempre idnticos y la nica variacin a travs de los tiempos ha consistido en el avance progresivo hacia el logro de aquel nico desidertum. Pero la verdad es todo lo contrario.