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EL CRIMEN ORGANIZADO EN LA TRIPLE FRONTERA DE CHILE, SITUACIÓN ACTUAL Y PROYECCIONES

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ISSN 0719-4110


CUADERNO DE TRABAJO N°3-2019

CUADERNOS DE TRABAJO es una publicación orientada a abordar temas vinculados a la Seguridad y Defensa a fin de contribuir a la formación de opinión en estas materias.

Los cuadernos están principalmente dirigidos a tomadores de decisiones y asesores del ámbito de la Defensa, altos oficiales de las Fuerzas Armadas, académicos y personas relacionadas con la comunidad de defensa en general.

Estos cuadernos son elaborados por investigadores del CIEE de la ANEPE, pero sus páginas se encuentran abiertas a todos quienes quieran contribuir al pensamiento y debate de estos temas.

CUADERNO DE TRABAJO DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS ESTRATÉGICOS es una publicación electrónica del Centro de Investigaciones y Estudios Estratégicos de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos y está registrada bajo el ISSN 0719-4110 Cuad. Trab., - Cent. Estud. Estratég.Dirección postal: Avda. Eliodoro Yáñez 2760, Providencia, Santiago, Chile.Sitio Web www.anepe.cl. Teléfonos (+56 2) 2598 1000, correo electrónico [email protected] los artículos son de responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de la Academia. Autorizada su reproducción mencionando el Cuaderno de Trabajo y el autor.


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Febrero, 2019Esteban Arratia Sandoval*

RESUMEN

El crimen organizado es considerado la principal amenaza a la seguridad en la triple frontera. La porosidad de este límite y la debilidad institucional han facilitado el desarrollo de diversas economías ilícitas desde Bolivia y Perú, que impactan a nuestro país, lo que implica una revalorización estratégica de esta área geográfica históricamente considerada bajo el paradigma clásico de la seguridad, debido básicamente a la persistencia de reivindicaciones territoriales.

PALABRAS CLAVE: Crimen organizado transnacional; narcotráfico; fronteras; economías Ilícitas; seguridad.

INTRODUCCIÓN

Al abordar el crimen organizado se asume que estamos analizando un fenómeno que, por sus características, complejidad y multidimensionalidad, no ha logrado consensos en cuanto a su conceptualización entre los académicos que lo estudian1. En tanto, en América Latina, el tráfico de drogas es la principal manifestación de la criminalidad coordinada. En esta región se produce el 100% de la cocaína

que se consume a nivel mundial y es a partir del narcotráfico que se potencian directa o indirectamente el comercio ilegal de armas pequeñas y livianas, la industria del secuestro, el contrabando, la corrupción y otros ilícitos3.

A pesar de nuestra cercanía a los países andinos productores de cocaína, Chile no ha sufrido los efectos negativos del crimen organizado como los han padecido otras naciones de la región. De

* Doctorando en Estudios Americanos y Magíster en Estudios Internacionales por la Universidad de Santiago. Investigador de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE). [email protected] 1 CAMPERO, José. Crimen Organizado: Una Aproximación a la Frontera Boliviano-Argentina. Nueva Sociedad, 263, 2016, p.1203 TRONCOSO, Valeska. Narcotráfico y el Desafío a la Seguridad en la Triple Frontera Andina. Revista de Relaciones Internacionales Estrategia y Seguridad. 11(2), 2017, p.105.

CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS ESTRATÉGICOS CUADERNO DE TRABAJO N° 3- 2019

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“La Organización de Estados Americanos, por su parte, ha advertido que la mayoría de los países del continente americano enfrentan un fenómeno de profundo impacto: el crimen organizado,

vinculado principalmente al tráfico de drogas, al lavado de activos, al tráfico de armas, a la

trata de personas, y a los secuestros, entre otros

delitos.”

hecho, es uno de los países más seguros de Latinoamérica3.

No obstante, esta ubicación hace de nuestro país un actor internacional vulnerable a la amenaza del narcotráfico, y otros delitos aludidos a asociaciones ilícitas, con más de un centenar de rutas terrestres para el tránsito de drogas, de las cuales más de un tercio provienen desde Bolivia, para posteriormente partir desde puertos chilenos hacia distintas localidades alrededor del mundo4.

En efecto, en materia de narcotráfico Bolivia y Perú se encuentran entre los tres principales productores de cocaína a nivel mundial, junto a Colombia, lo que supone un enorme desafío a sus capacidades estatales por la porosidad de sus fronteras y la debilidad de las instituciones. Los efectos del narcotráfico no solo se perciben en las naciones en cuestión, sino que también con las cuales comparten amplias extensiones de frontera.

En esta línea, Chile se ha convertido en un lugar de trasbordo para grandes cargamentos de droga que cruzan la frontera directamente desde estos países, en dirección a EE.UU. o Europa, lo cual ha generado una creciente preocupación ante la posibilidad de que el incremento de las redes de narcotráfico lleve a un aumento en la criminalidad y la violencia urbana5.

En cuanto al espacio geográfico, Chile limita al norte con Perú, al nordeste con Bolivia y al este con Argentina; acumulando un total de más de 7.500 km de fronteras terrestres. Es en ese extenso territorio que se distribuyen 34 complejos fronterizos formales, en su mayoría

dispuestos en la frontera oriental, puesto que es la más extensa de las tres.

En el caso específico del área geográfica en donde convergen las fronteras de Bolivia, Chile y Perú, tradicionalmente denominada Triple frontera andina, el desafío está vinculado al problema de la permeabilidad de dicho borde y las limitaciones a su control efectivo, posibilitado entre otras cosas por sus particularidades geográficas de baja altura.

La Organización de Estados Americanos, por su parte, ha advertido que la mayoría de

los países del continente americano enfrentan un fenómeno de profundo impacto: el crimen organizado, vinculado principalmente al tráfico de drogas, al lavado de activos, al tráfico de armas, a la trata de personas, y a los secuestros, entre otros delitos6. Su importancia y gravedad es tal que en algunas naciones de la región se han desarrollado zonas consideradas “reductos de impunidad”, en los que la presencia del Estado está siendo remplazada por el poder y la influencia de estos grupos criminales.

3 INSIGHT CRIME. Chile Profile. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 23 de abril 2018 [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/chile-organized-crime-news/chile/>4 CULLINAN, Jenna. Chile Plans to Crack Down on Trafficking Over Bolivia Border. InSight Crime – Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 5 de octubre 2011. [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/news/brief/chile-plans-to-crack-down-on-trafficking-over-bolivia-border/>5 TRONCOSO. Op. Cit, p.106.6 TRONCOSO. Op. Cit. p. 114.


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Frontera histórica

Es a partir de los procesos emancipatorios vividos en Hispanoamérica, en los inicios del siglo XIX, que los límites territoriales comenzaron a ser pensados desde los intereses de los Estados nacionales, no solo como los derechos sobre las tierras, sino respecto a la importancia de definir sus límites. Así, se formaliza la idea de soberanía y de dominio de los gobernantes sobre los nuevos países, sus pobladores y los territorios que los conformaban.

A modo de ejemplo, la frontera Chile-Bolivia-Perú, si bien surge en el año 1929, con el Tratado de Lima, después de una larga disputa diplomática que se extendió por 45 años (1884-1929), por la posesión efectiva de las provincias de Tacna y Arica, posee orígenes que se remontan al Tratado de Ancón de 1883. Por tanto, esta frontera está profundamente relacionada a la Guerra del Pacífico y los 45 años de postguerra que han generado un imaginario de conflicto en la población de los tres países.

En el mundo contemporáneo de principios del siglo XXI los pasos fronterizos se han convertido en un importante tema para los Estados-nación, debido a los constantes cambios y disfuncionalidades que tienen lugar en ellos. En algunos casos, incluso, las dinámicas de estos puntos de acceso van a contramano de los intereses de los gobiernos nacionales, regionales y locales7.

Desde el campo de las Relaciones Internacionales, las fronteras han sido abordadas principalmente en términos militares

7 CAMPERO. Op. Cit, p. 123.8 TRONCOSO. Op. Cit, p. 108.

y geopolíticos lo cual coincide con la tradición teórica realista en la política internacional en la cual la seguridad del Estado está estrechamente vinculada con la guerra.

En la actualidad, las transformaciones en las dinámicas mundiales han demostrado la

debilidad de este enfoque para la compresión de las relaciones entre actores en el sistema internacional y en rasgos generales, el tradicional concepto de frontera político-administrativa, definida por un límite fijo sobre el territorio ha sido rebasado8.

Sobre muchos de estos límites se encuentran los bordes, que se originan en acepciones sociales y económicas relacionadas con procesos de interacción, en una porción determinada de territorio, de unas dotaciones iniciales

de población e infraestructura y servicios que actúan de un lado y el otro de la demarcación. Mediante el constante intercambio de personas, bienes y servicios, estas relaciones terminan generando solidaridades e intereses que dibujan o perfilan lo fronterizo.

Para Campero, desde el punto de vista histórico, la evolución de los contornos como importantes centros de integración regional ha sido influida por un conjunto de factores. Estos han determinado características generales de estas áreas, entre ellas: a) se trata de zonas aisladas o apartadas de los centros activos y dinámicos de los países; b) mantienen economías regionales propias; c) tienen un desarrollo deprimido, escaso y desigual en relación con otras regiones de los mismos países; d) tienen poca posibilidad de

“En la actualidad, las transformaciones en las

dinámicas mundiales han demostrado la debilidad

de este enfoque para la compresión de las

relaciones entre actores en el sistema internacional

y en rasgos generales, el tradicional concepto

de frontera político-administrativa, definida

por un límite fijo sobre el territorio ha sido rebasado”


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tomar decisiones para volverse más dinámicas y e) carecen de instituciones idóneas para impulsar las actividades locales9.

Situación actual

Perú, es una región importante para el negocio de la cocaína gracias a sus condiciones para el cultivo de coca, con vastas zonas sin presencia gubernamental que permiten el florecimiento de grupos como Sendero Luminoso y clanes narcotraficantes. Su ubicación estratégica en la frontera con Brasil y Bolivia le da acceso al creciente mercado interno de cocaína en el gigante sudamericano, y a rutas internacionales de despacho10.

La violencia en Perú se ha mantenido en niveles relativamente bajos desde el final de su conflicto civil a finales de la década de 1990. Aunque sigue siendo el mayor productor mundial de coca, después de Colombia, los cultivos ilícitos se están reduciendo en el país. Las ganancias del narcotráfico y la tala ilegal han suscitado un pequeño resurgimiento del grupo guerrillero maoísta, que ya no supone una amenaza importante para la estabilidad del Estado peruano, pero que continúa los ataques contra las fuerzas de seguridad y empresas extranjeras en la remota región del valle del Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).

El negocio de la cocaína presentó un leve aumento entre comienzos y mediados de la década de 2010. En ese momento, ambos países se alternaban el primer lugar como mayores sembradores y productores pero, para 2015, la nación cafetalera había recuperado el

título luego de una reducción de 14% en los cultivos en Perú en 201411.

Aunque el narcotráfico sigue en el centro de las preocupaciones de seguridad, las ganancias que genera se ven eclipsadas por las de la minería ilegal que, según estimativos del gobierno, ascienden a US$3 mil millones anuales12. Las regiones mineras son también epicentro

de la trata de personas, tanto para el trabajo forzado como para la explotación sexual13.

Por otro lado, Perú también ha sido sacudido por los escándalos de corrupción que se han extendido por América Latina en los últimos años. Cuatro expresidentes y un alto político enfrentan denuncias de lavado de dinero. A comienzos de 2018, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski se convirtió en el primer jefe de Estado en funciones en nuestro continente que deja su cargo por acusaciones relacionadas con la mayor investigación por corrupción de la región, el caso Odebrecht14.

9 CAMPERO. Loc. Cit.10 INSIGHT CRIME. Peru Profile. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea] 6 de abril 2018 [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/peru-organized-crime-news/peru/>11 INSIGHT CRIME. Perfil de Perú. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 20 de julio 2016 [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://es.insightcrime.org/peru-crimen-organizado/peru/>12 GAGNE, David. How Much is Peru’s Illegal Mining Worth? InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 5 de septiembre 2014. [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/news/brief/how-much-is-perus-illegal-mining-worth/>13 CLAVEL, Tristan. Illegal Gold Mining Fueling Crime, Violence in Peru. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 10 de octubre 2016. [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/news/brief/illegal-gold-mining-fuels-crime-violence-in-peru/>14 RISQUEZ, Ronna. Odebrecht Scandal Takes Political Elites by Storm in Peru. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 23 de marzo 2018. [Fecha de consulta: 11 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/news/analysis/odebrecht-scandal-takes-political-elites-storm-peru/>

“... ambos países se alternaban el primer lugar como mayores

sembradores y productores pero, para 2015, la nación

cafetalera había recuperado el título luego de una

reducción de 14% en los cultivos en Perú en 2014”


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Bolivia, uno de los países más pobres de este lado del globo, es el tercer productor mundial de coca después de Colombia y Perú, y es un punto clave para el tránsito de drogas. Además de servir como puente aéreo para la cocaína peruana, en la nación altiplánica coexisten organizaciones criminales extranjeras, sobre todo grupos colombianos15.

Junto con su vecino Paraguay, Bolivia es uno de los dos países suramericanos que no tienen costas; cuenta con 6.000 kilómetros de frontera, que comparte con Argentina, Brasil, Chile, y Perú. Los dos primeros, tienen los dos mercados de drogas internos más grandes de la región, mientras que Lima y Asunción son, respectivamente, el segundo mayor productor de coca y el primer productor de marihuana en Suramérica, lo que convierte al territorio administrado desde La Paz en un corredor clave para el tráfico de drogas.

En el país ha existido, históricamente, un ambiente de agitación política, la cual se origina en una construcción estatal híbrida desde la Colonia y en su desarrollo republicano que ha decantado en una democracia también mixta, en la que si las demandas ciudadanas no llegan a la élite por vía institucional, lo harán en las calles, reforzando una dialéctica Estado-sociedad basada en relaciones rentistas, clientelares y corporativas que exigen y arrancan rentas extraordinarias al Gobierno a cambio del espacio o la flexibilidad necesarias para el desarrollo de la gestión16.

Empero, la actual presidencia de Evo Morales ha logrado cierta estabilidad desde el año

2006, aunque puso al país en desacuerdo con Estados Unidos en cuanto a la estrategia antinarcóticos. Como ex cocalero, Morales ha defendido el cultivo de la coca. El país permite actualmente que se siembren de manera legal 12.000 hectáreas de la planta, aunque en 2015 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) estimó que había 20.200 cultivadas17.

Bolivia, al ser uno de los principales productores de cocaína, junto con Colombia y Perú, adquiere relevancia a la hora de entender la importancia que tiene esta amenaza para la seguridad regional. Tres son los elementos que considera tener en cuenta para comprender que el país altiplánico sea uno de los centros de preocupación mundial: la fragilidad del Estado y su consecuente dificultad en lo que hace al control territorial; la porosidad de las fronteras, incrementada por la debilidad de las instituciones estatales; y la arraigada tradición en lo referente al consumo de la hoja de coca18.

Relaciones fronterizas y crimen organizado. Narcotráfico y violencia

En América del Sur la importancia estratégica de los puntos limítrofes no es novedosa. En el caso de la triple frontera de Chile, su actual importancia radica en que es una zona crucial, especialmente por los fenómenos de la migración ilegal, el contrabando y el narcotráfico, lo cual es posibilitado entre otras cosas por sus particularidades geográficas, que finalmente permiten la existencia de unos doscientos pasos no habilitados, en los que, incluso, se puede transitar con un vehículo que no tenga tracción en las cuatro ruedas19.

15 INSIGHT CRIME. Bolivia Profile. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 26 de julio 2016 [Fecha de consulta: 13 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/bolivia-organized-crime-news/bolivia/>16 CAMPERO, José. Actores y Dinámicas del Conflicto en Bolivia. Bogotá 2017. Friedrich Ebert Stiftung (FES). Análisis, 52 pp. 17 BONELLO, Deborah. UN Reports Small Decrease in Bolivia Coca Cultivation. InSight Crime - Investigation & Analysis of Organized Crime [En línea]. 6 de julio 2016. [Fecha de consulta: 13 de octubre 2018] Disponible en: <https://www.insightcrime.org/news/analysis/bolivia-coca-cultivation-drops-closer-to-legal-crop-allowance/>18 TRONCOSO. Op. cit, p. 12019 Ibíd. p. 108.


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20 Ibíd. p. 110.21 TRONCOSO. Loc.Cit.

La dinámica de la zona es innegable, estando muy presente en el imaginario no solo de las regiones involucradas, sino que también en las naciones en su conjunto. En este sentido, hay que precisar que si bien estas áreas poseen límites bien definidos, que atienden lo físico y que se expresan en el territorio con la demarcación político-administrativa entre los Estados, estos no necesariamente coinciden con la línea de frontera que se expresa en el espacio.

Los fenómenos que se producen en esta región colindante tienen al mismo tiempo una dimensión local y regional, configurándose como un espacio interméstico, es decir, un espacio en donde se entrecruzan factores internacionales, regionales e internos que se superponen o interactúan, y que trascienden la tradicional noción de soberanía estatal. Para Troncoso, los procesos de globalización se han expresado con mayor fuerza y crudeza en los espacios alejados de los grandes centros urbanos, donde el alcance del Estado parece más débil y precario, y estas zonas no son excepción20.

Las regiones fronterizas presentan escasa densidad poblacional y baja presencia estatal. Las tres naciones presentan un sobrepoblamiento alrededor de la zona metropolitana, en donde se encuentran las mejores condiciones climáticas y la localización de los centros urbanos e industriales más relevantes; lo que se ha traducido en que se encuentre la presencia de espacios vacíos, principalmente por el desierto. En el caso chileno, lo que se produce no es un espacio donde no exista imperio de la ley por dominio de organizaciones no gubernamentales, sino que la presencia del Estado es mediatizada por

los factores de acceso y calidad de los servicios. Por tanto, se advierte una baja presencia de la institucionalidad administrativa, pero que no es foco de ingobernabilidad21.

Las fronteras se caracterizan también por tener un alto índice de pobreza. En nuestro país, tres de las comunas más pobres son fronterizas.

En el altiplano boliviano y las comunidades de frontera con Chile y Perú en particular, son las áreas de mayor escasez en el país, con estrechos vínculos con el Alto La Paz. En cuanto al vecino del norte, tanto Puno, Tarata como Tacna, han sido siempre zonas de atraso sin ser las más deprimidas del país, pero es la región de

mayor presencia indígena aimara.

Estas fronteras, y principalmente la andina, presenta particulares procesos de flujos migratorios y una historia de relaciones comerciales formales e informales. Con respecto a lo primero, el paso terrestre entre el límite peruano, Santa Rosa, y el chileno, Chacalluta, es el segundo cruce internacional más transitado de Sudamérica y es la ruta de migración peruana para trasladarse por tierra a otros países sudamericanos, como Argentina y otras regiones chilenas, y también itinerario preferente de la migración de bolivianos que viajan desde la capital hacia las regiones chilenas de Tarapacá y Antofagasta.

Por otra parte, si bien las ciudades limítrofes, desde una perspectiva macroeconómica, excluyendo la minería y combustibles, tienen una importancia menor respecto de las economías nacionales. Esta situación contrasta con la situación de la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, donde se mueven flujos de

“Estas fronteras, y principalmente la andina,

presenta particulares procesos de flujos

migratorios y una historia de relaciones comerciales

formales e informales.”


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dinero de relevancia, sobre todo para el mercado paraguayo, marcado también por la debilidad estatal para controlar las irregularidades e ilegalidades que se producen en la frontera, a vista y paciencia de la autoridad22.

En nuestra zona, en cambio, se presentan regiones claves desde una perspectiva microeconómica y también como plataformas de exportación o reexpedición de productos, sin mencionar su relevancia sociopolítica y su importancia cultural (étnica).

Las normas de las relaciones internacionales entre países funcionan para regular los límites, pero no lo hacen del mismo modo cuando se trata de ciudades fronterizas, debido a que la interacción social, política y económica en ellas es constante y difusa. Si las trabas a la transitabilidad cotidiana de personas, bienes y servicios se tratan como en cualquier otra demarcación territorial, como lo establecen los tratados y las convenciones, son mayores los incentivos para formalizar la ilegalidad en un entorno que desde ya se encuentra permeado por ella23.

La única diferencia en el comportamiento de las bandas criminales organizadas estará dada por el nivel de desarrollo del capital social preexistente en el borde; es decir, cuán antiguas son las relaciones sociales, económicas y políticas en las ciudades fronterizas. Cuanto mayor sean la antigüedad, el desarrollo, la densificación y el fortalecimiento de la sociedad de una ciudad límite, menores serán las posibilidades del crimen organizado de tener un rol protagónico

y, por el contrario, deberá adaptarse y utilizar, como el resto de los actores informales, las redes y los servicios ilícitos locales ya desarrollados y en funcionamiento.

Sin embargo, si se trata de ciudades de reciente creación, donde el capital social aún se encuentra en formación, las bandas criminales tienen la posibilidad de constituirse rápidamente en intérpretes centrales, establecer las reglas del juego y moldear así la forma en que la sociedad se desarrollará para su beneficio.

El caso del narcotráfico en la frontera analizada ha cobrado importancia en los últimos años debido a que, entre otras razones, por situarnos tan cerca de los países productores como

Perú y Bolivia, lugares en los cuales el negocio se hace más rentable y menos riesgoso que aquel orientado a los mercados del Norte, donde Colombia cuenta prácticamente con un monopolio en la provisión de estas sustancias ilegales.

Entendiendo la importancia del narcotráfico como amenaza a la seguridad en estos países y que este no reconoce limitaciones geográficas, es que la frontera se muestra como un espacio propicio para la proliferación de actividades delictivas ya que históricamente amplias áreas del territorio presentan una baja presencia estatal. Advirtiendo acerca de la debilidad del Estado boliviano para sentar presencia y ejercer control fronterizo efectivo en un vasto territorio que colinda con Argentina, Chile y Perú, se ha transformado en una ventana de oportunidad

22 BELLO, Daniel. La triple frontera como polo de atracción de actividades ilícitas: condiciones endógenas, institucionales e ilegalidad. Atenea 508, 2013, 20pp.25 CAMPERO, Crimen Organizado: Una Aproximación a la Frontera Boliviano-Argentina, Op.cit., p. 124.

“Entendiendo la importancia del

narcotráfico como amenaza a la seguridad en estos

países y que este no reconoce limitaciones geográficas, es que la

frontera se muestra como un espacio propicio

para la proliferación de actividades delictivas ya que históricamente

amplias áreas del territorio presentan una baja presencia estatal. ”


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24 TRONCOSO. Op. Cit. p. 119.25 CAMPERO. 2016. Op. Cit. 126. 26 TRONCOSO. Op. Cit. p. 123.27 BARTOLOMÉ, Mariano. El Crimen Organizado y la Estructura de Clanes Familiares en Bolivia y Perú. Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de La Plata, 4pp.(AÑO?)28 TRONCOSO. Loc. Cit.

para que las organizaciones criminales evadan el principio de control limítrofe, lo que pone en entredicho la práctica de la noción de soberanía24.

Si bien en la zona analizada existen organizaciones criminales locales, estas han estado y están dedicadas a sus propios negocios centrados básicamente en el contrabando. Sin embargo, muchas de estas asociaciones locales son subcontratadas por las bandas delictuales internacionales para ejecutar diversas actividades por su menor costo y riesgo. Por ejemplo, la cocaína, que es introducida en Argentina a través de medios de transporte terrestre o fluvial, es un producto más en la masa de mercancías que de forma diaria son traficadas en las ciudades de la frontera.

Sin embargo, el negocio del narcotráfico se encuentra en manos de organizaciones criminales transnacionales, principalmente colombianas o mexicanas, aunque también se cuenta con presencia brasileña y peruana. Se ha evidenciado la existencia de bandas vinculadas al trasiego de drogas, trata y tráfico de personas en las fronteras bolivianas y peruanas25. En este marco, los pasos fronterizos suponen la convivencia de una población con elevados índices de informalidad en la economía y en general en todos los aspectos de su vida cotidiana.

En Perú, coexisten formas estructuradas tradicionales como las bandas y organizaciones criminales más desarrolladas que poseen una estructura de jerarquía estándar, y que están

dedicadas a la comisión de delitos violentos o al tráfico ilícito de drogas.

Existen también grupos pequeños y poco articulados entre sí, que actúan contratados por estructuras extranjeras más poderosas, como son los carteles mexicanos que se ubican en los barrios residenciales de Lima y que detentan un poder económico significativo y controlan

los más altos niveles de los grupos delictuales, relegando a un segundo plano a las asociaciones colombianas, las cuales tienen a su cargo el acopio, traslado y comercialización de droga26.

En Bolivia, el narcotráfico vinculado a mercados internacionales y controlados casi en su totalidad por carteles extranjeros coexisten con organizaciones de menor

tamaño, compuestos por bolivianos, orientados únicamente al mercado interno. Las grandes estructuras son propias de países como México o Colombia, mientras en el espacio sur andino predominan los formatos de clanes familiares, como es el caso de Perú y Bolivia27.

Lo anterior confirmaría la tesis de las policías de que en Chile la estructura que maneja el tránsito de la droga por esta zona se sustentaría en organizaciones familiares con capacidad limitada para mover grandes volúmenes de droga. Así, la mayoría de los detenidos por narcotráfico en esas regiones corresponden a correos humanos o “burreros”, que son sorprendidos al ingresar a territorio chileno por pasos no habilitados con Perú y Bolivia o, en tránsito hacia Calama y hacia los puertos de Arica, Iquique y Antofagasta28.

“Lo anterior confirmaría la tesis de las policías de que en Chile la estructura

que maneja el tránsito de la droga por esta

zona se sustentaría en organizaciones familiares

con capacidad limitada para mover grandes volúmenes

de droga.”


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En cuanto a la violencia de estas zonas, a diferencia de lo que sucede con la venta al menudeo en las grandes ciudades, los niveles de violencia en el tráfico de drogas en la frontera son casi inexistentes. Una de las características del comportamiento de las bandas criminales es que han aprendido que “más violencia es menos negocio” y, por lo tanto, quienes se terminan matando son los microtraficantes de las ciudades, que casi nada ya tienen que ver con el gran negocio de las grupos delictivos, centrados hoy por hoy en gestionar eficazmente el proceso más complejo de su negocio: la logística de transporte.

Esta estrategia se ha visto beneficiada en este campo por la globalización del comercio y la explosión de la oferta de servicios de transporte de mercancías a escala global. Las agrupaciones ilícitas utilizan esta gran red de servicios para incorporar en ella sus productos ilegales, tercerizando el trabajo en actores que no son parte de su organización y, por lo tanto, reduciendo el riesgo de ser capturados29. Las cárceles se encuentran así llenas de personas condenadas por delitos de narcotráfico que nada tienen que ver con las organizaciones criminales transnacionales.

A pesar de la presencia de carteles internacionales, una de las características que parece sobresalir como particularidad del fenómeno en el nuestro país es la ausencia de violencia extrema y deliberada, como sí ocurre en México o Colombia. Por su parte, la trata de personas muchas veces se constituye en una de las manifestaciones del crimen organizado, que complementa otras actividades como el narcotráfico.

29 CAMPERO. 2016. Op. cit. p. 128.30 Ibíd. p. 281.

Las ganancias extraordinarias que genera están vinculadas a la posibilidad de vender a una persona más de una vez, con diferentes fines, hecho con el cual la despojan de toda su humanidad y la convierten en una mera mercancía30. Este tipo de delito se da con fines de explotación sexual o laboral, en su mayoría,

aunque hay casos que culminan con tráfico de órganos también.

Condiciones para el crimen organizado

Si bien se sostiene que el fenómeno no puede ser entendido a partir de un solo paradigma, ya que el avance del crimen organizado es multicausal; sin embargo,

la existencia de algunas precondiciones ha facilitado el desarrollo de manifestaciones puntuales como el narcotráfico y la trata de personas.

Estas, a partir de lo expuesto en párrafos anteriores, se pueden identificar coincidiendo con Sampó como: El emplazamiento territorial de nuestro país; es decir, la proximidad con los países productores de sustancias ilícitas, así como también los vínculos socioculturales y los flujos migratorios históricos provenientes de Bolivia y Perú, puesto que al igual que nuestro país no es el destino final de la droga, a pesar de que el consumo interno ha aumentado en los últimos años.

La porosidad de fronteras que se extienden por miles de kilómetros, con características geográficas complejas (cordillera y desierto principalmente) vuelve dificultoso el control de flujos provenientes de países vecinos. Es decir, con falencias en el ejercicio de soberanía

“La porosidad de fronteras que se extienden por

miles de kilómetros, con características geográficas

complejas (cordillera y desierto principalmente)

vuelve dificultoso el control de flujos provenientes de

países vecinos. ”


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31Ibíd. p. 272.32 Ibíd. p. 273.33 CAMPERO. Op. Cit. p. 127.34 Ibíd. p. 124.

“... las bandas criminales que actúan en las fronteras han desarrollado relaciones

clientelares con diversos actores, como funcionarios

públicos (de aduana, migración, policía, alcaldías,

juzgados, fiscalías, etc.); sociedad civil (organizaciones

sindicales, gremios comerciales, gremios de transporte, asociaciones vecinales, deportivas y

otros...”

interna; concretamente, la falta de control en los movimientos de la circulación de personas y mercancías que se producen en el interior del territorio nacional.

En tercer lugar, la debilidad del Estado nacional que muestra serias dificultades para hacer cumplir la ley e incluso para castigar a quienes no la obedecen, y rompen con el orden social vigente. Los mecanismos de trasparencia y control no funcionan en dichos países, lo cual posibilita la complicidad con organizaciones criminales que cuentan con garantía de impunidad, debido a su relación con algunos actores estatales. Y, por último, la corrupción31.

Corrupción

La corrupción constituye una trasgresión del sistema normativo de un país. Es importante destacar que se habla de un acto corrupto, no necesariamente ilegal, cuando una acción es reprobada por los valores y las normas que la sociedad civil reconoce como válidos. En este sentido, la búsqueda de la materialización de intereses individuales por sobre los colectivos es uno de los criterios definitorios a la hora de condenar como corruptas determinadas acciones, tanto en el ámbito público como privado32.

Para el desarrollo de sus actividades las bandas criminales que actúan en las fronteras han desarrollado relaciones clientelares con diversos actores, como funcionarios públicos (de aduana, migración, policía, alcaldías, juzgados, fiscalías,

etc.); sociedad civil (organizaciones sindicales, gremios comerciales, gremios de transporte, asociaciones vecinales, deportivas y otros) y demás organizaciones presentes en el territorio (ONG, organizaciones caritativas, agencias de empleo, etc.), sin las cuales se tendrían que asumir elevados costos de transacción financieros, logísticos y de riesgo ligados a la ilegalidad de las actividades33.

En consecuencia, se pueden evidenciar también elevados índices de tolerancia respecto de actividades ilícitas a las cuales la población está acostumbrada. Esta situación se constituye en la vida misma en las ciudades limítrofes y la mayor parte de las actividades sociales, económicas y políticas se encuentran de alguna forma atravesadas por esta realidad. Es así como las principales problemáticas de frontera se derivan de

las trabas existentes a la libre transitabilidad de personas, bienes y servicios, que no pueden ser analizadas ni resueltas desde una óptica no fronteriza34.

De acuerdo con el último Índice de Percepción de la Corrupción, desarrollado por Transparencia Internacional, Chile se encuentra en el puesto 26, entre 180 países. Donde 100 significa ausencia de corrupción y cero percepción de muy corrupto, nuestro país detenta 67 puntos,solo por detrás de Uruguay en la región sudamericana. A pesar de este logro, se presenta 6 puntos por debajo de lo alcanzado en la medición de 2014. En el caso de nuestros


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35 TRONCOSO. Op. Cit. p. 117.36 Ibíd.37 Ibíd.

vecinos fronterizo, Perú en la posición 96 y Bolivia en la posición 112; ambos bajo los 40 puntos. Esto nos muestra preocupantes niveles de percepción de transparencia que impactan en la vida cotidiana.

Esta falta dificulta la gobernabilidad al debilitar las estructuras estatales y profundizar la deslegitimación de las élites políticas, al tiempo que les abre la puerta a organizaciones criminales que, sea a través de la intimidación o a partir del uso del dinero como medio para acceder a lo que buscan, penetran a la sociedad en su conjunto y se enriquecen a partir del desarrollo de sus negocios ilícitos. No puede decirse que el crimen organizado viva al margen del Estado, sino que necesita de él para reproducirse y sobrevivir, ya que es en complicidad con este cómo se le garantiza impunidad, al tiempo que puede maximizar las ganancias provenientes de actividades ilícitas.

Agenda(s) de seguridad

En estas fronteras se superponen las agendas de seguridad, que implica que se topen los programas de cada uno de los países con los cuales compartimos límites, y que se condensen las tensiones y dinámicas entre la visión tradicional, caracterizada principalmente por disputas de territorios y/o marítimos, y la nueva estrategia de seguridad donde las prioridades son las nuevas amenazas. Esto ha derivado en que éstas sean amplias, variadas y heterogéneas entre los países.

En cuanto a la criminalidad organizada, Perú y Bolivia se encuentran insertos en los esquemas globales de esta amenaza transnacional, siendo las manifestaciones predominantes el narcotráfico, la corrupción y el lavado de dinero. Como se ha indicado en páginas anteriores, estos dos países junto a Colombia elaboran, sin considerar los volúmenes de cannabis y heroína,

la totalidad de la cocaína que se produce a nivel mundial, lo cual se configura como un negocio muy lucrativo y que se expande por toda la región, utilizando complejas rutas transfronterizas entre Bolivia, Chile y Perú, entre otros35.

El lavado de dinero, como consecuencia de la producción de droga, constituye una economía en paralelo. Los negocios ilegales, producto de la comercialización de drogas, propicia la expansión de la economía ilegal, la cual se caracteriza por la versatilidad y flexibilidad de su organización, rasgos que le permiten eludir las regulaciones nacionales y los rígidos procedimientos de la colaboración policial internacional.

En este sentido, en algunos países andinos la actividad criminal del narcotráfico se ha vuelto parte principal de la economía nacional, en términos de exportaciones, entrada de divisas, importaciones, mejoramiento de la balanza de pagos, reducción del endeudamiento, inversiones, consumos, empleo, producto bruto interno y contribución al crecimiento36.

Además, en aquellos países en donde las instituciones públicas son débiles, existe mayor probabilidad que estas sean corrompidas, con el propósito de erosionar las capacidades del Estado y aumentar la impunidad de las acciones delictivas. La corrupción concede así la posibilidad de evitar el aparato legislativo comprando inmunidad y/o dirigiendo las agencias de seguridad contra la competencia.

En Perú, además, una amenaza latente es el terrorismo vinculado a la organización insurgente de Sendero Luminoso que en los últimos años ha sufrido un proceso de transformación organizacional a través del cual abandonaron en forma parcial sus objetivos políticos para conseguir sus metas más asociadas con la obtención del lucro37.


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Las referencias a los “problemas de seguridad” en la frontera norte chilena evidencian que esta comienza a ser percibida bajo la amenaza no convencional del narcotráfico, identificando que esto se encuentra en relación de la proximidad a dos de los principales centros productores de cocaína a nivel mundial y la oportunidad para la penetración de organizaciones criminales extranjeras en el territorio nacional.

Esto se plasma en el establecimiento en 2011 de una estrategia de control de fronteras denominada “Plan Frontera Norte” con el objetivo de evitar el ingreso y salida de droga y contrabando del país a través de puertos, sectores costeros no habilitados, complejos fronterizos y pasos no habilitados en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, al norte de nuestro país.

Conclusiones

La principal manifestación de la criminalidad organizada en las fronteras chilenas es el narcotráfico y es a partir de este que se potencian directa o indirectamente el contrabando, la corrupción y otros ilícitos. Por consiguiente, las vulnerabilidades que presenta este límite ya no sólo están vinculadas a la persistencia de disputas territoriales de origen decimonónico, sino también por la presencia de amenazas no convencionales, de naturaleza no militar y de alcance transnacional, que se ven posibilitados por la permeabilidad de esta frontera y las limitaciones a su control efectivo.

Dos de los países con los cuales compartimos coto se sitúan entre los principales productores

de cocaína a nivel mundial y sufren el impacto del narcotráfico, lo que supone un enorme desafío a las capacidades estatales por la porosidad de sus bordes y la debilidad de las instituciones estatales. Los efectos del crimen organizado no sólo se perciben en los países en cuestión, sino también con los cuales comparten amplias extensiones de división, como es el caso de

Chile.

La debilidad de los Estados para sentar presencia y ejercer un control fronterizo efectivo en una vasta geografía se constituye en una ventana de oportunidad para que las organizaciones criminales organizadas evadan el principio de control territorial, poniendo en entredicho la práctica de la noción política de soberanía.

En los últimos años, Chile ha pasado de ser un país de tránsito a ser también un país consumidor de drogas. Este proceso ha sido paulatino, pero se ha

acelerado recientemente debido al incremento del consumo de estupefacientes, en conjunto con el desembarco de carteles transnacionales de drogas y su asociación tanto con redes locales, como con funcionarios del Estado. En este sentido, es importante decir que más allá de la porosidad de las fronteras y de las dificultades tanto para controlar los flujos que las traspasan, como para aquellos que se mueven dentro del territorio nacional, la corrupción adquiere un rol central.

A pesar de la buena imagen de Chile frente a la corrupción, podemos decir que, sin la complicidad de funcionarios públicos, los facilitadores estructurales del crimen

“Las referencias a los “problemas de seguridad” en la frontera norte chilena

evidencian que esta comienza a ser percibida bajo la

amenaza no convencional del narcotráfico, identificando que esto se encuentra en

relación de la proximidad a dos de los principales centros

productores de cocaína a nivel mundial y la oportunidad

para la penetración de organizaciones criminales extranjeras en el territorio

nacional”


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organizado, como el emplazamiento geográfico, los vínculos socioculturales desarrollados con los países vecinos y la debilidad del Estado, no serían suficientes para el desarrollo de negocios como el narcotráfico, la trata de personas y el lavado de dinero.

Adicionalmente, cabe destacar que los niveles de violencia se han incrementado en los últimos tiempos en los países fronterizos, hecho que se refleja especialmente en un aumento de los homicidios dolosos, especialmente en zonas marginales de áreas urbanas como las villas en argentinas, pero también en la aparición de casos que involucran a sicarios en plena vía pública, algo que en Chile no se aprecia y se mantiene como el más seguro de la región. Pero es un elemento para tener en cuenta si queremos medir, en algún momento, el avance de la criminalidad organizada.

Finalmente, este trabajo permite establecer que la zona fronteriza que Chile comparte con Bolivia y Perú, presenta un enorme desafío para los países que la componen, puesto que al ser un espacio interméstico, los fenómenos

que se producen tienen al mismo tiempo una dimensión local y regional, lo que traduce desde el ámbito de la seguridad, en la coexistencia de las agendas de seguridad

de cada uno de los tres países en donde se entrecruzan las competencias de los gobiernos nacionales y las compartidas con las autoridades locales. Esta compleja situación, además, se ve agravada por la constatación de ausencia de una agenda de seguridad en común entre los tres Estados.

“En los últimos años, Chile ha pasado de ser un país de

tránsito a ser también un país consumidor de drogas”


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DIRECCIÓN DE LA REVISTA

DIRECTOR

Luis Farías Gallardo

Magíster en Ciencias Militares por la Academia de Guerra del Ejército, Magíster en Gerencia y Políticas Públicas por la Universidad Adolfo Ibáñez. Profesor Militar de Academia en la asignatura de Historia Militar y Estrategia. Cuenta con diversas publicaciones en revistas y libros. Se ha desempeñado como Observador de Naciones Unidas en Medio Oriente y Agregado de Defensa en Estados Unidos.

CONSEJO EDITORIAL

Bernardita Alarcón Carvajal

Magíster en Ciencia Política, Seguridad y Defensa de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, Historiadora y Cientista Política de la Universidad Gabriela Mistral, Bachiller en Ciencias Sociales en la misma casa de estudios, Diplomado en Estudios Políticos y Estratégicos ANEPE

Fulvio Queirolo Pellerano

Magíster en Ciencias Militares con mención en Planificación Estratégica de la Academia de Guerra del Ejército; Magíster en Ciencia Política, Seguridad y Defensa en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos; Profesor Militar de Academia en la asignatura de Historia Militar y Estrategia; Diplomado en Estudios de Seguridad y Defensa, y Operaciones de Paz de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos.

Carlos Ojeda Bennett

Magíster en Ciencias Militares con mención en Planificación Estratégica de la Academia de Guerra del Ejército; Magíster en Prospectiva en Asuntos Internacionales de la Universidad de Paris V; Profesor Militar de Academia en las asignaturas de Historia Militar y Estrategia, y de Geopolítica; Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Paris V.

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