el arte de amar de erich fromm
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El arte de amarTRANSCRIPT
Análisis a El Arte de Amar de Erich Fromm
INTRODUCCIONEl presente es una opinión personal basada en la lectura del libro EL ARTE DE
AMAR, escrito por el psicólogo y filósofo social Erich Fromm. Mi propósito es
analizar el contenido del libro y compartir algunas opiniones que han surgido
mientras lo leía.
Es recomendable siempre tener una breve reseña del autor
del que se va a hablar. Erich Fromm nació en Frankfurt en
1900. Aparte de ser Psicoanalista, le interesaba realizar
críticas a las sociedades occidentales. Aunque realizo
estudios en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín, no compartió mucho con la
Asociación Internacional Freudiana. Vivió en New York y en Cuernavaca, México.
Dio vida a la Escuela Neo-Freudiana culturista, la cual fue rechazada por muchos
ortodoxos freudianos. Publica varios libros, entre los cuales
podemos citar: El miedo a la libertad (1941), luego Man for
himself: an Enquiry into the Psichology of Ethics (1947), su
best seller El arte de amar (1956), La misión de Sigmund
Freud (1959, Marx´s concept of Man (1961), Anatomia de la
destructividad humana (1975) y por ultimo ¿Tener o ser?
(1976). Muere en Muralto, Suiza en 1980.
1. ANÁLISISEn esta obra Fromm trata acerca del amor propio, amor a Dios, amor en las
sociedades occidentales y de la práctica del amor.
Es interesante hacerse la siguiente pregunta: ¿es el amor propio lo mismo que el
egoísmo? Erich Fromm hace referencia de la creencia ampliamente esparcida
que, mientras es virtuoso amar a otros, es un pecado amarse a sí mismo. La
creencia de que el auto-amor era egoísta ha sido considerado en el Oeste, tal
como Calvino, e inclusive Freud lo creían.
Fromm no está de acuerdo con esta postura ya que como dice que “el amor por mí
mismo esta inseparablemente conectado con el amor hacia cualquier otra
persona.” En vez de ser un efecto, el amor es una actitud y una acción. “El amor
de una persona sugiere amor del hombre como tal.” Cuando vemos al amor como
la habilidad para amar, la habilidad para dar, se vuelve obvio que esto es en gran
medida falto de egoísmo. Como de todos es bien sabido, la persona egoísta
solamente piensa en ella misma, no en los demás, quiere todo para sí, no siente
placer en dar, solamente en recibir. El egoísta ve al mundo exterior desde el punto
de vista de que provecho le puede sacar. Fromm luego concluye que el egoísmo y
el amor propio lejos de ser lo mismo, son en realidad opuestos el uno del otro.
Si bien es cierto que las personas egoístas no son capaces de amar a otros,
también es cierto que son incapaces de amarse a sí mismas. El círculo se cierra
cuando consideramos las similitudes entre las personas egoístas y las personas
no egoístas neuróticas. Ambos comparten una preocupación materialista hacia los
demás. Fromm da como ejemplo a la mama sobreprotectora. Mientras que su
consciente cree que ella es particularmente afectiva con su criatura, ella en
realidad tiene, en forma reprimida, una profunda hostilidad hacia el objeto de su
preocupación, siendo en este caso la criatura misma. Ella está sobre preocupada
no porque ella ama demasiado a su hijo, sino porque tiene que compensar su falta
de capacidad para amarlo.
Las personas que no son egoístas, tienen un menos obvio y más profundo auto-
centrado.
Fromm concluye que no hay nada más conductivo que dar a un niño la
experiencia de que es el amor, la alegría y la felicidad que ser amado por una
madre que se ama a sí misma. Ella se vuelve un buen modelo de auto-amor y le
enseña al niño a través de su ejemplo.
Para resumir estas ideas del auto-amor, Erich Fromm cita a Meister Eckhart: “Si te
amas a ti mismo, tu amas a los demás como a ti mismo. Mientras ames a otra
persona menos que a ti misma, no lograras en realidad triunfar en amarte a ti
mismo, pero si amasa todos por igual, incluyéndote a ti mismo, los amaras como a
una persona, y esa persona es ambos Dios y el hombre. Por consiguiente, es una
gran y recta persona quien, amándose a sí misma, ama a los demás
equitativamente. ”
Para Fromm, el amor religioso, el amor de Dios, surge de la necesidad de
sobreponerse de la separatidad y alcanzar la unión. Esto es logrado de maneras
similares al amor humano. Según el autor todas las religiones que creen en Dios,
independientemente de la cantidad de dioses en los cuales creen, Dios es el valor
más alto que hay, el bien más deseado. Por lo tanto, la definición específica de
Dios depende en cuál es el bien más deseable del hombre.
Observando el desarrollo de la raza humana, vemos que al inicio el hombre
encontró la unidad al ser uno con el mundo natural. En ese momento de la historia
se identificaba con los animales y los árboles, transformándolos en postes Tótem,
adoraban a los animales como un Dios. Luego adoraron objetos, hechos por el
hombre, de diversos materiales: barro, plata, oro, etc.
A medida que el hombre se torna más consciente de sí mismo, los dioses
adquieren formas más humanas, se habla de religiones centradas en el padre o la
madre. En la etapa matriarcal tenemos a la madre como el ser más elevado, ella
es la diosa, ella también es la autoridad en la familia y la sociedad. La esencia de
la religión matriarcal es similar a la esencia del amor maternal: incondicional, todo
protector, todo persistente y no puede ser controlado o adquirido.
La siguiente etapa que sigue es la etapa patriarcal. Aquí es el padre que se torna
el ser supremo, tanto a nivel de la religión como a nivel de la sociedad. Se hacen
demandas, se establecen principios y leyes, la sociedad se organiza de una
manera jerárquica. Lo que se pide es obediencia y fe.
Posteriormente Dios es transformado desde una figura patriarcal hacia un símbolo
de sus principios: de justicia, verdad y amor. Esto se observa en la manera en que
Dios está representado y descrito, de la figura de un padre benevolente a
principios y conceptos más abstractos.
Fromm relaciona el proceso de las diferentes etapas con relación a Dios con el
desarrollo del amor maduro. Es en este momento que Fromm expresa que nuestro
pensamiento de Dios, de la fe, del ser divino que me protege, no es más que una
fijación de la etapa infantil la cual aún no hemos superado, una ilusión infantil.
Erich hace una comparación de los pensamientos religiosos entre el Este y el
Oeste. Refiere que el pensamiento del Oeste es basado en la lógica aristoteliana
donde A no puede ser no A, el pensamiento Oriental dice que si puede ser A y no
A al mismo tiempo como lo confirma Chuang-tsu.
La principal línea de pensamiento occidental va hacia la búsqueda de la Verdad
definitiva, creando múltiples dogmas, así como el rechazo del no-creyente. Para el
sistema religioso dominante del occidente, el amor de Dios es básicamente lo
mismo que creer en Dios.
Si lo analizamos correctamente observaremos que existe un aspecto paralelo
entre el amor hacia los padres y el amor hacia Dios., entre el crecimiento del
individuo y la humanidad en su totalidad. El autor cuestiona si el amor y la cultura
occidental son conductivas. En nuestra sociedad capitalista, según él, el hombre
moderno se aísla de sí mismo, de sus congéneres y de la naturaleza. Ha sido
transformado en un producto, experimenta sus fuerzas de la vida como una
inversión la cual debe de darle el máximo de ganancia posible bajo las
condiciones de mercado existente. Las relaciones son consumidas como
productos, y la experiencia de la felicidad está en “divertirse”
Una de las concepciones erróneas acerca del amor radica en que no existiría
conflicto donde existe el amor, que el dolor y la tristeza deben de ser evitadas bajo
todas las circunstancia. Considero personalmente que son estas circunstancias las
que fortalecen al amor, que lo solidifican. Lo que si es cierto que el mor solo puede
existir cuando hay comunicación entre las personas, principalmente desde lo más
profundo de su ser.
Por último, Fromm se enfoca en la práctica del amor. Estoy de acuerdo con el
autor en que el amor es un continuo reto, que no es estático. Definitivamente no
es una disciplina reforzada, más bien diríamos que es una auto-disciplina.
Además de la práctica del amor existe la concentración, según él es raro en
nuestra cultura ya que estamos expuestos a una sobre-estimulación del ambiente
que nos rodea. Como él lo expresa: “Para estar concentrado significa vivir
completamente en el presente” y transformarse “sensible a uno mismo.”
El tercer factor que explora es la paciencia. Para aprender hay que tener
paciencia, no debe de esperarse rápidos resultados - aunque eso es lo que la
sociedad moderna nos demanda actualmente – para poder aprender el arte.
Fromm lo compara con el niño que está aprendiendo a caminar: se cae varias
veces, pero lo sigue intentando hasta que lo logra hacer, mejorando día a día en
esa proeza.
El cuarto requerimiento es la suprema preocupación con el dominio del arte. Esto
describe la actividad, que no necesariamente significa hacer algo, más bien una
actividad interna, el uso productivo de sus propios poderes.
Por último, el autor expresa que la habilidad de amar depende de la ausencia
relativa del narcisismo y el desarrollo de la humildad, objetividad y razón; depende
de nuestra capacidad en crecer desde una fijación incestuosa hacia la madre y el
clan, y nos lleva a la práctica de la fe.
Al final Fromm emite una crítica hacia la sociedad occidental. Refiere que la
sociedad esta manejada por una gerencia burocrática, por políticos profesionales.
Que las personas son motivadas por la sugestión en masa, su objetivo es producir
y consumir más, como propósitos para sí mismos. Según el, y en parte si estoy de
acuerdo, toda la actividad de la sociedad va encaminada y está subordinada por
las metas económicas, los medios se han transformado en los fines. El hombre es
un autómata: bien alimentado, bien vestido, pero sin preocupaciones finales para
lo que es su peculiar cualidad y función humana.
CONCLUSIONES
1. Fromm nos ha expuesto una serie de consideraciones importantes las cuales, aun
después de tantos años son válidas.
2. Personalmente creo que el ser humano ha perdido en primer lugar la capacidad de
amarse a sí mismo, a pararse en el camino a oler las flores. Nos hemos dejado
esclavizar por los factores menos importantes de nuestra sociedad, pero que sin
ellos la misma colapsaría como tal.
3. Si nos amasemos a nosotros mismos, no desde el aspecto narcisista, sino desde
el aspecto de que fuimos creados por Dios, como seres especiales, solo así
podríamos amar verdaderamente a los demás, como Dios nos pide que lo
hagamos, amar hasta que duela.
BIBLIOGRAFÍA1. FROMM, Erich, El arte de amar. Una investigación acerca de la naturaleza
del amor, Paidós, México 1994, 128 p.
2. http://escribeya.com/TINTA_SUELTA/Libros/El-arte-de-amar%3B-(Erick- Fromm)-278
3. http://www.enlightened-spirituality.org/Meister_Eckhart.html
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