el altar mayor y el de reyes de la catedral de valladolid morelia

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El altar mayor y el de Reyes de la Catedral de Valladolid Morelia* Oscar Mazín El Colegio de Michoacán Punto de partida Las catedrales mexicanas de la época novohispana han ido perdiendo gran parte de su configuración barroca original. Su historia, a partir de mediados del siglo pasado, es la de su desmantelamiento paulatino. Sólo conservan el coro en la nave central las de México, Puebla y Oaxaca; todas han perdido ya su altar mayor exento o ciprés barroco que se unía al coro por medio de una crujía o baranda y sólo México y Puebla conservan en el ábside, al fondo, un gran retablo que adornaba la capilla real. Morelia, a la que se ornamentara tardíamente, en la segunda mitad del siglo xvm, es hoy quizás la más desnuda del antiguo esplendor que aún contemplara en 1841 Madame Calderón de la Barca: Su riqueza es todavía maravillosa, no obstante de que durante las guerras civiles la han desposeído de unos 32 000 marcos de plata. Deslumbra el oro y la plata del altar mayor. La balaus- trada que le une con el coro y las columnas que la sostienen son de plata pura. El coro mismo es de una extraordinaria belleza, lo es también su reja, de madera tallada y una de las puertas es de plata maciza...1 * Este artículo y sus documentos anexos se desprenden de la historia de una gestión episcopal. Originalmente quise ver en uno de aquéllos —y así aparece en un apéndice de mi libro Entre dos majestades —, la des- cripción del retablo de los reyes. Muy oportunamente, sin embargo, el arquitecto Manuel González Galván examinó el testimonio y concluyó que se trata del tabernáculo o ciprés del altar mayor. El propio González Galván, a quien agradezco su fina observación, se hará cargo de la glo- sa del documento y reconstrucción ideal del ciprés en el número 59 de la revista Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

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Este artículo y sus documentos anexos se desprenden de la historia deuna gestión episcopal. Originalmente quise ver en uno de aquéllos —yasí aparece en un apéndice de mi libro Entre dos majestades—, la descripcióndel retablo de los reyes. Muy oportunamente, sin embargo, elarquitecto Manuel González Galván examinó el testimonio y concluyóque se trata del tabernáculo o ciprés del altar mayor. El propio GonzálezGalván, a quien agradezco su fina observación, se hará cargo de la glosadel documento y reconstrucción ideal del ciprés en el número 59 dela revista Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de laUNAM.

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  • El altar mayor y el de Reyes de la Catedral de Valladolid Morelia*

    Oscar Mazn El Colegio de Michoacn

    Punto de partida

    Las catedrales mexicanas de la poca novohispana han ido perdiendo gran parte de su configuracin barroca original. Su historia, a partir de mediados del siglo pasado, es la de su desmantelamiento paulatino. Slo conservan el coro en la nave central las de Mxico, Puebla y Oaxaca; todas han perdido ya su altar mayor exento o ciprs barroco que se una al coro por medio de una cruja o baranda y slo Mxico y Puebla conservan en el bside, al fondo, un gran retablo que adornaba la capilla real.

    Morelia, a la que se ornamentara tardamente, en la segunda mitad del siglo xvm, es hoy quizs la ms desnuda del antiguo esplendor que an contemplara en 1841 Madame Caldern de la Barca:

    Su riqueza es todava maravillosa, no obstante de que durante las guerras civiles la han desposedo de unos 32 000 marcos de plata. Deslumbra el oro y la plata del altar mayor. La balaustrada que le une con el coro y las columnas que la sostienen son de plata pura. El coro mismo es de una extraordinaria belleza, lo es tambin su reja, de madera tallada y una de las puertas es de plata maciza...1

    * Este artculo y sus documentos anexos se desprenden de la historia de una gestin episcopal. Originalmente quise ver en uno de aqullos y as aparece en un apndice de mi libro Entre dos m ajestades, la descripcin del retablo de los reyes. Muy oportunamente, sin embargo, el arquitecto Manuel Gonzlez Galvn examin el testimonio y concluy que se trata del tabernculo o ciprs del altar mayor. El propio Gonzlez Galvn, a quien agradezco su fina observacin, se har cargo de la glosa del documento y reconstruccin ideal del ciprs en el nmero 59 de la revista Anales del Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM.

  • Tan slo cuatro aos despus, el 6 de agosto de 1845, da de la transfiguracin, fue estrenado un altar mayor al parecer ya de gusto neoclsico2 y el 23 de septiembre de 1858, ante el fragor del radicalismo liberal, fue asaltada la iglesia por la tropa armada para despojarla de la cruja y toda la dems plata que tena,\ 3 Finalmente, en 1897 el arzobispo Arciga y Ruiz de Chvez, con asesora del italiano Claudio de Molina, determin renovar la decoracin interior trasladando el coro al espacio ocupado por el altar de reyes, en el bside.4

    Intento aqu contribuir al rescate de la tradicin reta- blstica novohispana en Morelia por lo que hace a los altares mayor y de reyes de su catedral, una de las ms bellas de Hispanoamrica. La ocasin de haber dado con escasos aunque ricos documentos en algunos archivos de esa ciudad se debi al estudio que realic de la gestin michoacana del obispo Pedro Anselmo Snchez de Tagle entre los aos 1758 y 1772. Ella, por tanto, constituye el ambiente histrico pertinente para hablar no slo del altar mayor y de reyes sino de otras realizaciones tales como el seminario tridentino, la escuela de infantes de catedral, la iglesia de San Jos y el difiri de la m itra, que engalanaran la capital episcopal michoacana durante aquel periodo dieciochesco.

    Tal florecimiento de las artes, la educacin y las instituciones ha de entenderse sin embargo, no slo como manifestacin de una honda vocacin pedaggica y humanstica propia del obispo, sino a la vez como tradicin de gobierno diocesano, orientada mucho ms a reforzar las formas de arraigo socio-cultural de los grupos locales, que a acatar incondicionalmente las disposiciones reformistas de una monarqua borbnica dispuesta a socavar la relativa autonoma fiscal y administrativa de las iglesias catedrales en las colonias.

    As, a la secularizacin de las doctrinas hasta entonces atendidas por frailes y a la expulsin de los jesutas educadores en 1767, correspondi un fortalecimiento de la presencia moral y material del clero diocesano notoria por la edificacin del seminario tridentino. A los frecuentes rumores sobre la expropiacin de los diezmos a las iglesias, la mitra vallisoletana reaccion desde 1766-1768 dando a sus caudales de fbrica un destino seguro: la ornamentacin de su catedral y

  • la reforma de sus instituciones litrgico-musicales. Todo ello con cierta premura, ...no sea que el seor visitador [Jos de Glvez] que se halla en Mxico como ms desptico, quiera... imponer y ejecutar sus condiciones.7

    El dramatismo prevaleci como tono en el perfil administrativo de la gestin de Snchez de Tagle y el barroco fue el espritu que anim la expresin de las diversas formas de vida social, henchidas de una religiosidad harto significativa, lo mismo para el hacendado y el jornalero que para el criollo y el mulato. Estas formas traducan el carcter y la dignidad regionales y, en ltima instancia, reflejaban afanes propios del catolicismo tridentino novohispano.

    Antes de ver los pormenores de la concepcin y forja del altar mayor y de reyes resulta preciso insistir, una vez ms, sobre el carcter de signo de estas obras, proyectadas por la jerarqua eclesistica entre otras cosas para defender sus propias tradiciones de gobierno y administracin. Pero ha de ponderarse tambin la importancia pblica y duradera de este tipo de realizaciones materiales en medio de aquella sociedad volcada hacia lo sagrado en expresin mgica y multicolor, crecientemente ornamental, donde construir el altar mayor significaba edificar el corazn del conjunto arquitectnico, la piedra fundamental, el trono de Cristo.6 Por otro lado, al esculpir el altar de los reyes evocando la autoridad del monarca y su patrocinio sobre las iglesias de Indias, en realidad se recordaba la misin de ste al servicio de la Majestad divina.Antecedentes del altar mayor y de reyes

    Nuestro relato se inicia en septiembre de 1764 con el viaje del tesorero del cabildo catedral de Valladolid, el poblano Ricardo Gutirrez Coronel, a las ciudades de Mxico y Puebla. El obispo enviaba al rey por su conducto unos memoriales que deba hacer llegar a Veracruz por la va reservada. Como ya se construa el seminario tridentino frente a catedral dedicada definitivamente apenas en 1745 y la escuela de infantes estaba a punto de abrirse, decidi Snchez de Tagle culminar la fbrica catedralicia mediante la construccin del altar mayor y el de reyes. En consecuencia, pidi a Gutirrez

  • Coronel poco antes de salir ste que tomase informacin, diseo o montea del altar mayor de la catedral de Mxico y razn del mejor oficial que pudiera hacer otro igual y que fuera del agrado del cabildo.7

    Luego de algunos das de descanso en Puebla, Gutirrez Coronel encarg al mayordomo del obispo Fabin y Fuero, don Miguel Ballejo (sic), un plano para el altar mayor. Cuando lo hubo obtenido, el tesorero de la mitra de Valladolid emprendi el viaje de regreso. En la ciudad de Mxico se entrevist con dos Isidoro Vicente de Balbs, maestro arquitecto, escultor y dorador,8 autor de los esplndidos retablos de Santa Prisca de Taxco donde al parecer haba vivido hasta aproximadamente 1758 al quedar terminada aquella iglesia. Gutirrez Coronel tambin le encarg un plano para el altar mayor que le sera enviado ms tarde a Valladolid.9 Balbs no poda viajar a Michoacn en el trmino de un mes, segn se le peda, pues hasta aquel momento el arzobispo Rubio y Salinas le tena ejecutando una obra en el sagrario metropolitano.10

    Y an habiendo terminado dicha obra... finalizaba yo algunascosas de poco monto de tiempo que su ilustrsima pretendahacer para ms adorno de su obra.11

    Cuando estuvo de vuelta en Valladolid, Gutirrez inform al captulo catedralicio que prefera no mostrar el plano del artfice de Puebla, hasta no recibir el que haba dejado haciendo en Mxico. Con todo, recomend, no sin cierto orgullo por su tierra, que para el altar mayor se hicieran gradas y ramilletes como se usan en la ciudad de Puebla y que dan mucho lucimiento en las funciones.12

    Vientos de borrasca

    1765 fue un ao difcil para la catedral de Michoacn, pues las presiones fiscales estuvieron a la orden del da. Hasta entonces la mitra administraba las dos novenas partes destinadas al rey del total de diezmos. Esta concesin para el cobro y administracin de los reales novenos haba contribuido a aumentar en un 10% las rentas del fondo de fbrica de catedral entre 1760 y 1765.13 Sin embargo, en este ltimo ao

  • venca el contrato y corran ya rumores de que en lo futuro la corona pondra sus propios administradores. Todo esfuerzo por mejorar la postura del arrendamiento de este ramo result intil y el 20 de agosto fue nombrado un administrador del rey.14

    La frecuencia e impopularidad de las presiones fiscales, ms las dificultades internas como la pasada epidemia de matlazhuatl y una primera leva para la formacin de milicias que result sumamente impopular, crearon un clima de franca desaprobacin, recelo y temor en la jerarqua michoa- cana. Por otra parte, se tomaron decisiones tendentes a reforzar el proyecto diocesano por lo que toca a su dimensin cultural.

    El obispo Snchez de Tagle dispuso que los caudales del ramo de fbrica se destinaran de inmediato a las siguientes obras en la catedral: la construccin de un edificio para nuevo bautisterio con pila bautismal y casa para el vicario de catedral que se pondra encima de la sacrista y del nuevo bautisterio,V5 es decir, el magnfico palacete de cpula elptica segn el estilo del seminario tridentino y que hoy conocemos como la m itra. En seguida, nuevo remate para la torre poniente de catedral que se hallaba derruida por un rayo desde 175416 y finalmente, el concurso de oposicin al que seran convocados diestros maestros de arte de varias dicesis para que presentaran sendos proyectos para altar mayor y altar de reyes.17

    Todo ello fue ordenado sin licencia real, pues se tema que el rey entrara en la administracin de los caudales de fbrica del cual son nicos administradores el obispo y su cabildo.18

    La torre del poniente

    El 29 de enero de 1766 el tesorero Gutirrez Coronel propuso al cabildo de parte del obispo, que se mandara componer la arruinada torre poniente de la catedral que poco antes destacara el viajero fray Francisco de Ajofrn asentndolo en su diario: la catedral vallisoletana domina todo el panorama, aunque una torre haba perdido dos de sus cuerpos a causa de un rayo.19

  • Durante la temporada de secas de 1766 fue el maestro Francisco Gudio, a quien Tovar de Teresa atribuye los arbotantes o botareles rococ de la iglesia de Santa Rosa de Quertaro,20 quien repar el segundo cuerpo y confeccion la linternilla y remate de la torre occidental o del reloj que hoy se distingue de la oriental o de las campanas. En la sesin del cabildo catedral del 15 de septiembre de 1766 dieron los peritos su informe sobre la conclusin de los trabajos:

    El maestro Gudio de Quertaro ha hecho la fbrica de dicho remiendo con todo magisterio... reforzando las cuarteaduras del segundo cuerpo de la torre occidental con las reflexiones del arte; que asimismo los remiendos de las cornisas con toda la uniformidad en la correspondencia de sus miembros, que la nueva construccin de su tercer cuerpo o linternilla guarda uniformidad con la torre de las campanas, sin que ni en sus ornamentos desdiga en nada la una de la otra, guardando igual simetra en todo hasta en su pilarejo, pinjante o remate, observando en lo ejecutado en dicha obra los preceptos del arte, por lo que se hallan se le debe recibir y aprobar dicha obra.21

    Hacia los altares mayor y de reyes

    Los meses siguientes vieron los preparativos para el concurso de oposicin. Tocante a la capilla real, el cabildo eclesistico propuso por lo pronto que el frontal del altar de reyes

  • se hiciera de plata y en cuanto al altar mayor la mayora de los cannigos se inclin por que ste fuera de madera. Adems, deban ponerse ya los edictos convocatorios para aquellos maestros que quisiesen hacer postura de la superintendencia de dicha fbrica.22 Consecuentemente, se recibirn los proyectos a lo largo de 1767 para que en los primeros meses del ao siguiente se otorgara la superintendencia al elegido.

    Por la documentacin se advierte cierta premura de parte del captulo diocesano para llevar adelante el proyecto, pues teman que su majestad y el seor virrey trataran de echar mano de los caudales de las iglesias para socorrer las urgencias que le asisten a la corona y que antes que esto se verifique, sera bueno se pusiere por obra la fbrica del altar mayor de Valladolid que est pendiente de la determinacin de su seora ilustrsima.23

    Sin embargo, el obispo Snchez de Tagle inst a su cabildo a recobrar la serenidad. El concurso no se efectuara sino hasta muy entrado 1768 y como quedase vacante en aquel momento el cargo de contador mayor de catedral que se provea mediante remate de postura en arrendamientos celebrados en la ciudad de Mxico, el prelado orden que esta vez no se pusieran los edictos, sino que el nuevo contador se reclutase lo ms calladamente posible a fin de preservar los intereses de la mitra.24 Con todo, hasta la navidad de 1768 la catedral michoacana retuvo el aliento en espera de que el rey quitara definitivamente a la Iglesia de la administracin de los diezmos, encargando en adelante su cobranza y distribucin a oficiales reales, lo cual no lleg a ocurrir.

    Los artfices y el concursoLos proyectos de los que se conserva memoria histrica fueron tres. Todos incluyeron sendos planos o mapas para el altar mayor de Valladolid y slo dos se refirieron al altar de reyes en su correspondencia. Desafortunadamente, la planta y alzado de los proyectos se hallan extraviados en algn archivo o perdidos para siempre. Solamente nos queda el registro de las cartas ms el texto de una de ellas y la descripcin verbal que de su tabernculo o ciprs dirigiera a Valladolid el propio don Isidoro Vicente de Balbs.

  • Al primero de los artfices le hemos dejado en Puebla. Se trataba de don Miguel Ballejo, pariente y segundo mayordomo del obispo Fabin y Fuero. Haba delineado desde 1765 el mapa y condiciones para la obra del tabernculo o ciprs de la catedral de Valladolid y ahora, en 1768, peda al captulo diocesano honorarios por su trabajo. Sin embargo, en mayo de ese ao se le dieron 12 pesos por sus mapas, pues estaban errados y eran de baja calidad,25 en vista de lo cual el proyecto de Ballejo qued descalificado.

    El otro candidato era don Ignacio Mariano de las Casas, queretano, nacido en 1719.26 Las cartas e informes que le recomendaban en la capital episcopal del gran Michoacn27 tenan a de las Casas por artista de calidad y sus prendas queretanas le merecieron de los cannigos de Valladolid la siguiente opinin: All se ha distinguido por sus magnficas, nombradas y pulidas obras: su destreza est en lo extraordinario de sus estructuras tan fijas y niveladas al arte, que no parece sino que la naturaleza as las cri.28

    Segn acuerdo del 11 de enero de 1768, el captulo diocesano determin escribir a de las Casas as como a otros artistas de aquella ciudad y de la de Celaya y otras partes para que hagan sus mapas de la obra, en la inteligencia de que no se les ha de pagar, sino slo les sirva de oposicin.29 No les faltara razn a los capitulares para escribir a otros artfices si tomamos en cuenta que por aquel entonces el Bajo de Guanajuato y el Potos novohispano vivan momentos de gran esplendor artstico. Basta con mencionar la iglesia de La Compaa en Guanajuato, dedicada en 1765, y la del Carmen en San Luis Potos en la que se trabajaba ya en 1761.30

    Para el caso de Valladolid se dara un ao y medio de plazo al maestro que se contratara y se gastaran, slo para el altar mayor, de 11 a 12 500 pesos. Al parecer los planos o mapas de Ignacio de las Casas gozaron de aprecio y estimacin no slo entre los capitulares, sino hasta del mismo obispo. En junio de 1768, de las Casas dijo estar dispuesto a construir no slo el altar mayor y de reyes de esa iglesia, sino tambin la cruja, baptisterio y pila bautismal, todo por el mismo precio.31

    Del tercer artfice, don Isidoro Vicente de Balbs, volve

  • mos a tener noticias en 1768. Sus trabajos en la catedral de Mxico le haban impedido asistir antes a Valladolid pero ahora el nuevo tesorero del cabildo, don Agustn Francisco de Esquivel y Vargas, le peda tener listo su diseo y enviar, adems, una abreviada copia del tabernculo que don Isidoro Vicente confeccionara en la catedral de Mxico.32 Es decir, los nuevos patrones tomaban en cuenta como modelo la obra ms reciente construida por Balbs en la catedral metropolitana: un altar mayor con su tabernculo, seguramente el del sagrario.

    Por fin, en la sesin del cabildo catedral del 2 de mayo de 1768, se ley una carta que acompaaba al proyecto de Balbs para la catedral michoacana. Este consista en la construccin del altar mayor y del retablo de reyes. Por el primero peda 24 000 pesos y ejecutara el segundo por 14 000. Al no tener con quien enviar los planos o mapas, aseguraba que esta vez s podra traerlos l mismo hasta Valladolid, sirvindole el viaje a modo de paseo.33

    Aos de experiencia artstica en Taxco y la ciudad de Mxico,34 adems de una rica tradicin retablstica de origen andaluz perfeccionada por su padre en Nueva Espaa, confluiran seguramente en el proyecto michoacano de Isidoro Vicente para que expresara lo que sigue:

    En trmino de tres aos entregar las dos obras perfectamente acabadas, con el nuevo uso y facilidad en el trabajo que he discurrido y pocos das hace tengo practicado en la especie de obras de esta naturaleza en que le ser a esa santa Iglesia de mucho ahorro, grande lucimiento y poca dilacin.35

    Si el dominio tcnico hasta entonces alcanzado le permita garantizar plazos reducidos y a menor costo en la hechura de sus obras, esto no iba en detrimento de la calidad de su plstica:

    En lo que dice a adornos, proporcin y vista comenta Balbs refirindose a su ciprs tiene tanta y tan bien determinada, que junto lo uno con lo otro lo singularizan: las estatuas que tiene son muchos triunfos de ngeles, reinos y serafines; los adornos con que est vestido son de bastante capricho. Sus estpites logran una fantasa especial sin ningn desagrado y

  • la travesura de sus miembros carece de toda corrupcin que ofusque o entorpezca su buena arquitectura.36

    De la presentacin de Balbs se desprende que el proyecto que apenas concibiera para Valladolid de Michoacn fuese tal vez el ms ambicioso de su trayectoria artstica, segn expres el propio artfice al cabildo catedral al hacerle patente su trabajo:

    Que aunque parezca pasin o vanidad, es digna de todo aprecio y en lignea de tabernculo ay tanta diferencia del dibujo que tengo hecho a lo que practicamos en esta metropolitana, que ser el que tengo deligneado para esa iglesia, puesto en ejecucin, una de las cosas ms apreciables que tenga este reyno y sin ninguna duda se llevar el aplauso y clamacin entre todos los de las catedrales y tomndome alguna ms licencia podr asegurar podra competir con el de ms estimacin que haya en las catedrales de Europa.37

    Al final de la sesin del 2 de mayo de 1768, el captulo diocesano decidi hacer venir tanto a Ignacio de las Casas como a Isidoro Vicente de Balbs para que, viendo l iglesia catedral, hicieran las ltimas propuestas del precio calculado respectivamente para el altar mayor y el de reyes. El 14 de junio algunos cannigos estimaron que sera prudente contar con la licencia del virrey marqus de Croix para iniciar las obras, pues haba confusin en la clavera entre los caudales de fbrica y los de espolios de los obispos. Sin embargo, la mayora de los capitulares opin que la autorizacin del virrey no era necesaria.38

    Entonces se procedi a la votacin del maestro o artfice para la fbrica de los altares. Se manejaron por igual ambos nombres, Ignacio de las Casas e Isodoro de Balbs, pero ante la diversidad de pareceres se acord poner el negocio directamente en manos del obispo Snchez de Tagle.39 Das despus, ste mand noticia a su cabildo de no poder resolver tan pronto tocante a esta materia. En diciembre de 1768 el prelado, que al parecer se inclinaba ms por el proyecto de de las Casas, mand que sus cartas e informes fueran nuevamente ledas en sesin del cabildo.40 A sugerencia de algn prebendado, el proyecto delascasiano deba envirsele a Mxico a don Isidoro Vicente de Balbs para or su dictamen, antes

  • de saberse el veredicto del concurso, el cual hubo de esperar todava cuatro aos.

    La obra se retrasa.

    No constan explcitamente en la documentacin las razones para haber diferido la fecha del veredicto. Sin embargo, estamos en posibilidad de aducir algunas.

    La tirantez de las relaciones entre el gobierno central novohispano y la mitra michoacana en materia fiscal y poltica lleg a su punto de mayor tensin en agosto de 1768. El cabildo eclesistico vena oponindose al pago de ciertas pensiones que sobre cada fanega de grano recolectado por concepto del diezmo ordenara el visitador Jos de Glvez en las alhndigas de San Luis Potos, Guanajuato y Celaya.41

    Tras una enrgica representacin dirigida al marqus de Croix en la que el cabildo se opona a efectuar los pagos y que avalaba con su firma el obispo, el virrey reprendi duramente a Snchez de Tagle y al captulo llamndoles ultramontanos y subversivos por entorpecer el cumplimiento de la legislacin real.42 Pocos meses despus, el virrey orden al venerable den y cabildo no slo de Valladolid sino de las dems catedrales, le enviasen ao con ao relacin minuciosa de los ingresos y egresos del ramo de fbrica catedralicia, pues deban reducirse a toda costa, segn adverta Croix, el dispendio y los gastos superfluos cuando, por ejemplo, se reciba festivamente a los prelados entrantes.43 Aos ms tarde esta poltica fue confirmada desde la pennsula: CarlosIII prohibira que los grandes retablos de las iglesias de Amrica se contruyeran utilizando maderas doradas.44

    El panorama poltico no poda ser ms claro: los criterios del despotismo ilustrado estaban en desacuerdo con las formas y actitudes de la cultura novohispana. Sus atrevimientos barrocos seran abruptamente coartados en un futuro no muy lejano.

    Tocante a la orden del virrey sobre cuentas de fbrica se esperaba de la mitra michoacana el ms estricto acatamiento sin que por parte de ese cabildo se d lugar a la menor falta.45 En consecuencia, los planes para ornamentar la catedral deben haberse suspendido temporalmente de mane

  • ra forzosa. Casos similares sin duda ocurrieron a lo largo de la construccin de otras catedrales del virreinato. Estos procesos abarcaban varios siglos y no debe extraar que la jerarqua priorizara en todo momento los caudales para el adorno de sus iglesias.

    El veredicto

    A pesar de las circunstancias que retrasaron el dictamen, no decay el nimo. Ms an, el cabildo catedral acord que las cuentas del ramo de fbrica que exiga el virrey se le remitieran, aunque disimulando en ellas la importancia concedida a la ornamentacin catedralicia. En todo caso, el gasto por este concepto aparecera minimizado. Por lo tanto, se formaron las cuentas con el cargo y data de lo que se recibe y expende en gastos forzosos, cuyo sobrante a favor de la fbrica se diga tenerse destinado para las obras pendientes de colaterales, cruja y dems.46

    Por otra parte, en febrero de 1770 haban llegado ya a manos de Balbs los planos de Ignacio de las Casas para que diera su opinin. Don Isidoro Vicente expuso menudamente los defectos de que adoleca el proyecto. Consecuentemente,

    . el cabildo eclesistico estim conveniente que los planos de- lascasianos pasaran cuanto antes a la calificacin de sujetos peritos.47

    Las noticias sobre don Ignacio Mariano de las Casas escasean, pero segn Tovar de Teresa el artfice muri en 1772,48 dejando tal vez trunca la posibilidad de haber confeccionado una obra de tanta importancia y lucimiento en Valladolid.

    El mapa o dibujo para el altar de reyes de la catedral michoacana fue aprobado en la junta de obras pendientes del cabildo el 4 de agosto de 1773, a poco ms de un ao de haber fallecido el obispo Snchez de Tagle. Se construira segn el modelo de Isidoro Vicente de Balbs y su ejecutor sera el artfice Francisco Gudio.49

    Tocante al altar mayor, slo se habl en aquella junta del tabernculo de plata que ostentara el nuevo ciprs. Exista ya un tabernculo viejo, tambin de plata, que se enviara a un orfebre de Mxico para que lo reformara, pues

  • no est tan hermoso como corresponde a la nueva fbrica, ni se puede acomodar a los tamaos y medidas de ella.50 Por esta noticia, que posiblemente se refiera al manifestador dieciochesco que an conserva la catedral de Morelia, podemos suponer que el proyecto para altar mayor se aprobara con anterioridad. Sin embargo, no sabemos todava a cul de los dos proyectos obedecera su construccin, si tambin al de Balbs o al de Ignacio de las Casas. Lo cierto es que en septiembre de 1776 el doctor Mariano Antonio de la Vega, cannigo, tena listas las cuentas de las obras nuevamente hechas de altar mayor y Reyes y tabernculo del Divinsimo. Todo ascenda a 87 882 pesos, 1 real.51

    El ciprs de Isidoro Vicente de Balbs

    Al final de este artculo aparecen dos documentos escritos por Isidoro Vicente de Balbs. El primero es la carta dirigida al cabildo catedral de Valladolid, de fecha incierta, en que el artfice hace un recuento de las ocasiones en que fuera requerido para presentar su proyecto. Luego de hablar del impedimento para ir personalmente a Michoacn, pasa a ponderar las virtudes de sus propios planos y tambin nos informa que haba visto ya los del proyecto de de las Casas. Dicha carta fue discutida en la sesin de cabildo del 1Q de febrero de 1770, por lo cual debe ser poco anterior a esa fecha.

    El segundo testimonio es una descripcin muy somera hecha por el propio Balbs de su diseo para el tabernculo o ciprs de la catedral y tambin ocup la agenda del captulo diocesano durante el acuerdo del 1Q de febrero de 1770. Segn vimos, no ha sido posible determinar si finalmente se escogi este modelo. Pero tres aos despus, al aprobarse en cabildo el mapa balbasiano para el altar de reyes, se hizo constar por escrito qu el tabernculo de plata antiguo resultaba inadecuado para la nueva fbrica del altar mayor.

    Esta referencia, que aunque nada nos aclara sobre la obra de Balbs, s permite considerar que uno de los usos del ciprs fue el de albergar el tabernculo de plata para el Santsimo. En su artculo sobre el altar mayor de la catedral de Mxico,52 Elena Estrada de Gerlero inscribe los altares mayores exentos sobre el presbiterio, en la tradicin de las enor

  • mes custodias procesionales labradas en forma de templetes. Las hace remontar hasta los das de Eugenio VI (1443) en que ste confirmara el carcter triunfal y alegre de la fiesta de Corpus.53 Y as sostiene que fueron precisamente las custodias procesionales las que inspiraran estos altares exentos, como si hubieran echado races y hubieran crecido en el presbiterio formando el ciprs que, con su anhelo ascencional, expresa el smbolo asociado al altar que es la nin entre la tierra y el cielo.54

    El ciprs que proyectara Isidoro Vicente de Balbs para la catedral de Valladolid tom en cuenta no slo aquel que recientemente fabricara para el sagrario de la catedral metropolitana, sino tal vez muy principalmente el que su padre adoptivo, don Gernimo de Balbs, construyera entre 1742 y 1743 para el altar mayor de aquella iglesia. Este contempl no slo el empleo de las columnas estpites que ya lucieran desde 1737 en su esplndido retablo de reyes, sino tambin el tabernculo de plata maciza que mandara hacer el arzobispo Vizarrn y Eguiarreta con el metal de sus vajillas.55

    Veinticinco aos despus, Isidoro Vicente delineaba para Valladolid de Michoacn un ciprs de base cuadrangular de unos quince metros de alto, con cuatro frentes, dos cuerpos y un remate. Seguan apareciendo en los ngulos, cuatro pilastras estpites monumentales, tal vez en virtud de la notable influencia que debieron ejercer, como smbolos de gran prestigio, el altar mayor y de reyes de la catedral metropolitana. Recurdese que desde un principio el obispo Snchez de Tagle recomend tomar diseo del altar mayor de la catedral de Mxico. As que, no obstante la sobria unidad estilstica de Valladolid, el estpite metropolitano, como gran signo formal del barroco, penetraba en la catedral michoacana.

    Por lo que hace a la insistencia del artfice en el nmero cuatro, en ello quedaba implcito el respeto a la tradicin que asocia el cuadrado perfecto a la prefigura de la iglesia, la Jerusaln celeste a la que hace referencia el libro del Apocalipsis:

    Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusaln, que descenda delcielo al lado de Dios, ataviada como una esposa que se engala-

  • na para el esposo. O una voz grande que del trono deca: he aqu el tabernculo de Dios entre los hombres, y erigir su tabernculo entre ellos, y sern su pueblo y el mismo Dios ser con ellos, y enjugar las lgrimas de sus ojos y la muerte no existir ms ni habr duelo... me mostr la ciudad santa, Jerusaln, que descenda del cielo... la ciudad estaba asentada sobre una base cuadrangular y su longitud era tan grande como su anchura...56

    Coronando cada uno de los estpites colosales iran los cuatro doctores de la Iglesia latina: san Agustn, san Gernimo, san Ambrosio y san Gregorio Magno, o bien los santos que el cabildo eligiese. En el primer camarn, especie de nicho formado por cuatro arcos, cuyas impostas se desprenden de ocho estpites menores, no sabemos qu imagen o imgenes iran, excepto que adornaban los cornisamientos numerosos reinos, es decir angelillos, con insignias de los patriarcas que prefiguraron al Mesas prometido.

    Sobre el segundo cuerpo y en ascensin cada vez ms disminuida y delicada, ocho medios estpites flanquearan el siguiente camarn. Les adornaban medallones con serafines de caprichosa idea y al pie de cada uno de los dichos medios estpites aparecan dos mancebos con espigas de trigo alusivas al misterio de la Eucarista que Jesucristo dejara instituido como signo de la nueva alianza. Este segundo camarn, por tanto, debi ostentar alguna imagen de Jess Salvador, advocacin principal de la catedral de Morelia hasta hoy en da, o de la Transfiguracin, misterio en el cual se manifest Jess como salvador de los hombres. Se conformara as una correspondencia iconogrfica con la fachada de la catedral, cuyos relieves invitan a contemplar el misterio salvfico cristocntrico. Semejante paralelismo se advierte tambin en la catedral metropolitana, aunque en el retablo de reyes, donde un gran lienzo reproduce el tema central de la fachada: la Asuncin de la virgen Mara.

    Coronaban los medios estpites del altar vallisoletano los siete prncipes de la luz o categora anglica de la cual el calendario germnico registra ocho nombres: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Malthiel, Zadkiel, Peliel y Raziel.57 Para completar el nmero de ocho estpites, sugera Balbs poner

  • al santo ngel custodio, fiel protector as de individuos como de pueblos.

    Vena por ltimo el remate adornado por los cuatro lados con ngeles y serafines, de gusto muy balbasiano, formando una graciosa tarjeta en la que estn las armas de san Pedro58 y sobre sta, el triunfo de la fe, virtud teologal representada muy posiblemente por una imagen vendada como verdadero coronamiento al misterio de Jess Salvador, tema central, como hemos visto, de este ciprs de Valladolid de Michoacn.

    Eplogo

    Resulta importante insistir, a manera de recapitulacin, en que las realizaciones artsticas aqu relatadas correspondieron al aspecto litrgico-cultural de un proyecto diocesano ms amplio, en crisis de convivencia con la potestad temporal debido sobre todo a un endurecimiento de la poltica colonial respecto de la Iglesia.

    Expresado en trminos de una constante presin fiscal, tal endurecimiento amenaz en momentos con vulnerar la relativa autonoma administrativa de la mitra michoacana, as como seguramente la de otras catedrales. A contracorriente, el obispo y su cabildo optaron por una poltica de gasto echando mano de los fondos del ramo de fbrica catedralicia. Para aquella sociedad la ereccin de un altar mayor o la introduccin de alguna reforma litrgica no eran meras cuestiones de forma sino hechos sociales de relevancia. En todo caso, las realizaciones artsticas contribuiran a reforzar las tradiciones religiosas locales.

    Hemos tenido en cuenta la reparacin de la torre poniente de la catedral de Valladolid y el concurso de oposicin para construirle altar mayor y de reyes a la misma iglesia. Lo primero no presenta problema alguno, pues el artfice Francisco Gudio llev a buen trmino el ltimo cuerpo y remate de la torre en septiembre de 1766.

    En cambio, por lo que hace al altar mayor la escasa documentacin da lugar a diversas suposiciones no siempre factibles. El cabildo eclesistico favoreci dos proyectos, el de Balbs y el de de las Casas. Sin embargo, reconoci la

  • superioridad de aqul, no slo pidindole que enviara los planos de la obra que apenas realizara en el sagrario metropolitano, sino sometiendo a juicio el proyecto del maestro queretano. No aparece documento fehaciente del veredicto sobre el altar mayor en ninguno de los archivos pertinentes.59 Las actas capitulares permiten suponer que las obras se iniciaron en diciembre de 1768 a instancias del obispo y que estaran por terminarse en 1770 cuando se mand el antiguo tabernculo de plata a Mxico para ser reformado, tal vez ya segn el modelo del ciprs. En cuanto al altar de reyes resulta claro, en cambio, que fue elegido en agosto de 1773 el diseo propuesto por Isidoro Vicente de Balbs y que deba ejecutar Francisco Gudio.60 Segn Isidoro Vicente el altar mayor y el de reyes quedaran terminados en tres aos. Justamente para el mes de septiembre de 1776, es decir, tres aos despus, el cannigo Mariano Antonio de la Vega se dispona a rendir las cuentas de lo que haba importado la construccin no slo del altar de reyes sino del altar mayor, de la cruja y del tabernculo de plata.

    Resulta pertinente, por lo tanto, atribuir en definitiva a la inspiracin de Balbs el altar de reyes que adorn el bside de la catedral de Valladolid por lo menos hasta 1845. Es probable que en ese ao se estrenara otro ya de gusto neoclsico, junto con el nuevo altar mayor, del cual s consta evidencia documental.

    No volvemos a tener noticias referentes al bside hasta 1898, cuando el arzobispo Arciga y Ruiz de Chvez reformaba la decoracin interior de la catedral. El prelado consult el parecer del cabildo para que se quitara el altar de reyes, ya que afeaba la vista del nuevo ciprs (es decir, el que hoy apreciamos) construido por el superintendente de las reformas en catedral, don Claudio de Molina. He aqu el contenido de dicha argumentacin:

    Bastar una simple vista de ojos desde el centro de la nave principal para palpar desde luego el malsimo efecto que producen las pilastras y cornisas que quedan del altar de los reyes, sirviendo de fondo al magnfico y elegante panten que se ha levantado en el presbiterio.61

    Ya antes se haba puesto un enorme cortinaje para fon-

  • do del ciprs precedente (estrenado en 1845). Este era pesado y contaba con 20 columnas tan slo en su primer cuerpo.62 El nuevo ciprs de ocho columnas, ms esbelto, dejaba un mayor campo visual hacia el fondo, sobre los restos del altar de reyes. Dichos restos, segn Arciga, producen el ptico desconcierto y deslustran la unidad arquitectnica del conjunto.63 Prometa el prelado, por ltimo, utilizar aquellos restos para modificar el altar del sagrario, dedicndolo al Sagrado Corazn de Jess que hasta entonces no tena colocacin alguna en la catedral.

    Las razones de Arciga, encaminadas a lograr un sentido de unidad y armona estilsticas, por fin se impusieron al cabildo diocesano, que retir su oposicin inicial y acept que los muros del bside quedaran libres, ya sin el altar de reyes.

    DOCUMENTOS

    1Muy ilustre venerable seor den y cabildo

    Don Isidoro Vicente de Balvs, vecino de Mxico y maestro de la santa iglesia metropolitana. Puesto a los pis de vuestra seora en la mejor forma que haya lugar, digo que habiendo tenido noticia de que vuestras seoras han resuelto principiar el tabernculo y altar de reyes, para lo que mandaron disponer taller previnindose de maderas y otros necesarios para esta construccin.

    A la que siendo uno de sus pretendientes y teniendo ejecutado mapa por expreso orden de el seor doctor Njera (aos hace) y el ao de sesenta y cinco por el seor doctor don Ricardo Gutirrez Coronel al mismo fin, aunque con ms expresiva prevencin, precisndome a que me transportase a esa ciudad en trmino de un mes, para que en conjuncin de otros artfices asimismo pretensores se definiese eleccin.

    Y no habindome permitido el ilustrsimo seor arzobispo doctor don Manuel Rubio y Salinas viajase, an tenindole finalizada la obra que a su ilustrsima hice en el sagrario de la catedral. [Djome] cuando tom su venia para partirme a esa ciudad, el que escribira sobre el particular y que vuestras seoras no le negaran la espera nterin finalizaba yo algunas cosas de poco monto de tiempo que su ilustrsima pretenda hacer para ms adorno de su obra; y que asimismo insinuara a vuestras seoras el desempeo de mi obligacin una vez que librasen en m sus confianzas.

  • Por carta del seor doctor don Agustn Francisco Esquivel y Vargas con fecha de diez y siete de febrero del ao de sesenta y ocho, me instruye dicho seor la intencin de vuestras seoras en la construccin del ciprs y altar de reyes para su debido efecto y como pretensor me previene apronte diseo, encargndome una abreviada copia del tabernculo que tenemos hecho en esta santa iglesia.

    Por otra carta no s si de orden de vuestras seoras o encargo que se hara a algn seor capitular de esa santa iglesia escrita a don Manuel Cano, apoderado de vuestras seoras, en la que se le encarga diese yo respuesta a los puntos que dicho sujeto me hizo saber. Y tambin a que diese mi parecer sobre un mapa que vino delineado por don Ignacio de Casas, vecino de Quertaro (tambin pretensor) a que respond por dicho apoderado, como constar en ese archivo y secretara.

    Supuestas todas estas prevenciones que llevo relacionadas, ocurro a vuestras seoras deseoso de servirles, por lo-que hago patente el trabajo que he tenido en delinear y discurrir una cosa que aunque parezca pasin o vanidad , es digna de todo aprecio. Y en lnea de tabernculo hay tanta distancia y diferencia del dibujo que tengo hecho a lo que practicamos en esta metropolitana, que ser el que tengo delineado para esa iglesia, puesto en ejecucin, una de las cosas ms apreciables que tenga este reino y sin ninguna duda se llevar el aplauso y clamacin entre todos los de las catedrales. Y tomndome alguna licencia, podr asegurar podra competir con el de ms estimacin que haya en las catedrales de la Europa.

    Me he excedido mucho en ponderarlo si me remito a las obras bajo el supuesto de ser humilde y faltarme mucho qu saber. Me he excusado de remitirlo atento a haber aguardado orden de vuestras seoras y estar esperndola para ponerme en camino y concurrir con los artfices pretensores, de quienes espero ver acertadas delincaciones.

    El diseo que yo presentar tiene las conveniencias que se solicitan para su manejo, que es una de las ms apreciables. Y entre las ms que tiene se le agregan su acomodo en el poco mbito de su presbiterio y libre desembarazo, sin perjuicio a la nave frontera al altar de los santos reyes, dejando libre amplitud para poder celebrar misa. En lo que dice a adornos, proporcin y vista, tiene tanta y tan bien determinada, que junto lo uno con lo otro lo singularizan: las estatuas que tiene son muchas; muchos triunfos de ngeles, reinos y serafines. Los adornos con que est vestido son de bastante capricho, sus estpites logran una fantasa especial sin ningn desagrado. La travesura de sus miembros carece de toda corrupcin que ofusque o entorpezca su buena arquitectura.

    Y hacindome cargo de todas estas calidades referidas puedan

  • ser a vuestras seoras de incentivo para que yo en servicio de esa santa iglesia tome el camino y se las manifieste una vez que vuestras seoras me lo manden, obedecer con la ciega voluntad con que apetezco servirlos, sin el mayor inters que pudiera sobrevenirme.

    Y habindoseme proporcionado poner en manos de vuestras seoras este escrito por don Jorge Anastasio de Ziga quien intenta regresarse a esa ciudad, asimismo podr decir a vuestras seoras sobre el particular lo que tiene visto; y con la inteligencia que tiene, relacionar lo que yo omito por no cansar ms la atencin de vuestras seoras, si digo que en trmino de tres aos entregar las dos obras perfectamente acabadas, con el nuevo uso y facilidad en el trabajo que he discurrido y pocos das hace tengo practicado en la especie de obras de esta naturaleza en que le ser a esa santa iglesia de mucho ahorro, grande lucimiento y poca dilacin.

    A vuestras seoras pido se sirvan mandar lo que en este asunto fuere de su mayor complacencia, que ser de mi mayor aprecio.

    Isidoro Vicente de Balvs [rbrica]

    2D esc r ip c i n d e l c ip r s o ta b e rn c u lo

    El presente mapa hecho por don Isidoro Vicente de Balvs tiene de alto diez y seis varas y su ancho por todos sus cuatro lados es el de cuatro varas en cuadro. Contiene muchas estatuas de santos reinos y serafines. Logra una especial colocacin y determinacin de sus miembros, como lo manifiesta su alzado.

    Lleva cuatro puertas, la una puede servir de entrada para el manejo del primero camarn y para el segundo, como asimismo para su remate. Las otras tres podrn servir de alacenas con el mediano campo que ofrece el espacio de la regular distribucin de los seguros para su firmeza. Tiene en sus ngulos determinada subida para su uso, la que se puede regular y ver por su planta. Esta es sin ningn peralte de escalones, que si los llevara sera dilatar ms el espacio en que se halla determinada y embarazara lo interno del primero y segundo camarn que no es necesario.

    Lleva en las cuatro frentes de su primero y segundo cuerpo los pabellones que ofrecen su diseo, que en caso de oscurecer sus interiores podrn omitirse o elevarse para estorbar esta reflexin.

  • Tiene cuatro estpites grandes en sus ngulos, sobre los que rematan encima de su coronacin los cuatro doctores o los santos que el venerable seor den y cabildo tuvieren por conveniente.

    En el primer camarn reciben sus cuatro arcos, sirvindoles de impostas las ocho coronaciones de los estpites que guarnecen el empilastrado de sus muros, sobre las que se ven figurados ocho frontis que tienen su arranque de la corona que cubre el banquillo de dichas cornisas, sobre los que se miran adornados cada uno con dos reinos con atributos o insignias de cada uno de los santos patriarcas que en dicho lugar se ven figurados, los cuales van opuestos a los arbotantes que se gozan por sus lados.

    De bastante follaje y gustosa talla, sguense correlativamente los mismos miembros disminuidos, especialmente en la formacin de sus ocho medios estpites que se hallan inmediatos al segundo camarn de el Salvador. Estos estn adornados con medallas, serafines y cortejos de caprichosa idea. Al pi de los dichos estn en cada uno de ellos dos mancebos con espigas de trigo alusivas al divino sacramento. Sobre las coronaciones de los dichos se dejan ver los siete prncipes y para completar los ocho lugares se podr colocar el santo ngel custodio.

    Sguese el remate adornado con la misma fachada que muestra su delineacin en sus cuatro lados de ngeles, serafines y adornos de talla caprichosa formando una graciosa tarjeta en la que estn las armas de san Pedro. En las tres de su mismo tenor se puede diferenciar con las armas de la Iglesia o con las que parezca ms del agrado del venerable seor den y cabildo. Remata sobre dicha tarjeta el triunfo de la fe, con el acompaado de ocho ngeles con palmas y ramos de oliva.

    Los cuatro depsitos omito relacionarlos, por lo muy patente que se dejan ver en su delineacin, pues en l se muestra lo claro, vistoso y agradable de su construccin.

    En lo que dice aprecio, me remito a la exposicin que tengo presentada al muy ilustre venerable seor den y cabildo, dudando el manejo que pueda haber en esa ciudad con los operarios y costos de maderas, el que una vez informado de todo, har lo que sea del agrado de dichos seores sin ningn perjuicio mo. Por tanto lo firm.

    Isidoro Vicente de Balvs [rbrica]

  • NOTAS

    1. Madame Caldern de la Barca, Recorrido por Michoacn, La vida en Mxico. Mxico, SEP/Conasupo, 1982, p. 38.

    2. Archivo del Cabildo Catedral de Morelia (en adelante, ACCM), Actas capitulares. Libro 52. Sesiones del 3 y 20 de junio de 1845.

    3. ACCM, A ctas capitulares. Libro 58. Sesiones del 17 de septiembre y 11 de noviembre de 1858.

    4. ACCM, Actas capitulares. Libro 70. Sesin del 8 de abril de 1897.5. Oscar Mazn Gmez, Entre dos majestades. El obispo y la Iglesia del

    gran Michoacn ante las reformas borbnicas. Zamora, El Colegio de Michoacn, 1987. Captulo quinto. Apud. en ACCM. Libro 26. Sesin del 5 de diciembre de 1765.

    6. Elena Estrada de Gerlero, Altar mayor en Catedral de Mxico, pa tr i monio artstico y cultural. Mxico, SEDUE, 1986, pp. 453-465.

    7. ACCM, Actas capitulares. Libro 26. Sesin del 20 de septiembre de 1764.8. Guillermo Tovar de Teresa, Mxico barroco. Mxico, SEDUE, 1981,

    p. 88. Vase tambin el artculo de Ma. Concepcin Amerlinck, Jernimo de Balbs, artista de vanguardia y el retablo de la Concepcin de la ciudad de Mxico, en Boletn del Instituto de Investigaciones Est ticas , No. 7, 1982.

    9. ACCM, Actas capitulares. Libro 26. Sesin del 16 de enero de 1765.10. Se trataba muy probablemente del altar mayor hoy desaparecido. Isi

    doro de Balbs al cabildo catedral de Valladolid. Carta sin fecha. ACCM, Asuntos de actas capitulares. Legajo de 1770.

    11. Ibidem.12. ACCM, A ctas capitulares. Libro 26. Sesin del 16 de enero de 1765.13. Oscar Mazn, op. cit., captulo tercero. Apud. en Claude Morin, Michoa

    cn en la Nueva E spaa del siglo XVIII. Mxico, 1979.14. Ibid.15. ACCM, Actas capitulares. Libro 28. Sesin del 17 de mayo de 1768.16. Oscar Mazn, op. cit., Apud. en ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Se

    sin del 15 de septiembre de 1766.17. Ibid, Apud. en Ibid. Libro 28. Sesin del 11 de enero de 1768.18. Ibid. Captulo tercero. Apud. en Ibid. Sesin del 26 de agosto de 1768.19. Francisco de Ajofrn. Diario del viaje a 1l Nueva Espaa. Mxico, SEP,

    1986, p. 93.20. Tovar de Teresa, op. cit., pp. 166 y 171.21. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 15 de septiembre de 1766.22. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 25 de noviembre de 1766.23. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 10 de marzo de 1767.24. Oscar Mazn, op. cit., captulo quinto. Apud. en ACCM, A ctas capitula

    res. Libro 26. Sesin del 5 de diciembre de 1766.25. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 17 de mayo de 1768.

  • 26. Tovar de Teresa, op. cit., p. 166.27. El antiguo obispado de Michoacn se extenda sobre los actuales esta

    dos de Michoacn, Guanajuato y partes de San Luis Potos, Tamauli- pas, Jalisco, Colima y Guerrero. Cfr. El gran Michoacn. Cuatro informes del obispado de Michoacn 1759-1769. Zamora, El Colegio de Michoacn, 1986.

    28. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 11 de enero de 1768.29. Ibidem.30. Cfr. E l gran Michoacn , p. 36.31. ACCM, Actas capitulares. Libro 27. Sesin del 7 de junio de 1768.32. Isidoro de Balbs al cabildo catedral de Valladolid en el documento

    citado.33. ACCM, A ctas capitulares. Libro 27. Sesin del 2 de mayo de 1768.34. Segn Tovar de Teresa, Isidoro Vicente de Balbs fue tambin autor del

    retablo mayor de la capilla del Rosario del convento de Santo Domingo de Mxico y de los retablos de la capilla de San Eligi de la catedral de Mxico (1765). Consta adems que present proyecto para los remates de la fachada de esta ltima (Tovar de Teresa,op. cit., p.88). Sin embargo, ya antes Concepcin Amerlinck seal que Balbs slo se haba obligado a ejecutar la obra en Santo Domingo de Mxico por encargo de la archicofrada de Nuestra Seora del Rosario, pero que el contrato no haba pasado. (Amerlinck, op. cit.). Tovar de Teresa me ha enviado constancia documental de otras obras asimismo ejecutadas por Isidoro Vicente de Balbs:retablo mayor y colaterales de la capilla del Seor de Contreras en el

    Carmen de San Angel.un colateral en la iglesia de la Santsima Trinidad de la ciudad de Mxico.

    35. Isidoro de Balbs al cabildo catedral de Valladolid.36. Ibidem.37. Ibidem.38. ACCM, Actas capitulares. Libro 28. Sesin del 14 de junio de 1768.39. Ibidem. Tambin en Oscar Mazn, op. cit., captulo tercero.40. ACCM, Actas capitulares. Libro 28. Sesin del 14 de junio de 1768.41. Oscar,Mazn, op. cit., captulo cuarto.42. Ibid. Apud. en Carta del marqus de Croix al obispo y den y cabildo

    de Michoacn. 13 de agosto de 1768. ACCM, Actas capitulares. Libro 28. Sesin del 26 de agosto de 1768.

    43. Ibid. Captulo quinto.44. Gonzalo Obregn, Barroco estpite en Artes de Mxico No. 106, ao

    XV, 1968, pp. 40-42.45. ACCM, A ctas capitulares. Libro 28. Sesin del 16 de nobiembre de 1768.46. ACCM, A ctas capitulares. Libro 29. Sesin del 29 de mayo de 1770.47. ACCM, Actas capitulares. Libro 28. Sesin del 1Q de febrero de 1770.

  • 48. Tovar de Teresa, op. cit., p. 248.49. ACCM, Actas capitulares. Libro 30. Sesin del 4 de agosto de 1773.50. Ibidem.51. ACCM, Actas capitulares. Libro 32. Sesin del 6 de octubre de 1777.52. Gerlero, op. cit.53. Ibid. p. 454.54. Ibid. p. 456.55. Ibid. p. 460.56. Ibid. p. 457.57. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. Madrid, Espa-

    sa-Calpe, 1980. Tomo V. Vid. Angel.58. Descripcin del ciprs para la catedral de Valladolid de Michoacn.

    ACCM, AsuTitos de actas capitulares. Libro de 1770.59. Archivo Histrico Manuel Castaeda Ramrez (AHMCR-Casa de Mo-

    relos) correspondiente al del antiguo obispado de Michoacn. Archivo del Cabildo-Catedral de Morelia (ACCM). Archivo de Notaras de Morelia (ANM).

    60. En cualquier caso, no se puede desconocer el predominio de Balbs en la ornamentacin catedralicia de estos aos, semejante al que su padre gozara, esplendorosamente, treinta aos atrs en la catedral de Mxico.

    61. ACCM, Actas capitulares. Libro 71. Sesin del 1Q de julio de 1898.62. Ibidem.63. Ibidem.