LA CONQUISTA DE EGIPTO POR WOLSELEY

ediciones delprado BATALLAS DE LA HISTORIA • 30

MILlTARY

BATALIAS DE LA HISTORIA 30

TEL EL-KEBIR 1882 DONALD FEATHERSTONE

~ TG. sir Garnet Wolseley , comandante en jefe del Ejército en Egipto en 1882.

BATALLAS DE LA HISTORIA 30

TEL EL-KEBIR 1882 LA CONQUISTA DE

EGIPTO POR WOLSELEY

DONALD FEATHERSTONE

Dirección Ed itorial: Juan María Martínez. Dirección Técnica: Eduardo Peñalba. Coordinación Editorial: Juan Ramón Azaola. Supervisión y adaptación : Javier de Benito. Comité de Redacción: Manuel Baños, Bernardo Rincón, M. J. Ramírez. Edición: Luis Carda, lñigo Castro , Francisco Perales. Fotografla y Documentación Cráflca de la edición: José María Sáenz de A1meida, Marta Carranza, Nano Cañas, Joaquín Yerga.

Versión castellana: Javier de Benito. Título original: Tel El-Kebir 1882. Autor: Donald Featherstone

Publicado originalmente por Osprey, sello editorial de Reed Consumer Books Ltd. , Michelin House, 81 Fulham Road, London SW36RB.

© 1993 Reed Int. Books Ltd. © Mayo 1995, Ediciones del Prado , de la presente edición.

ISBN (obra completa): 84-7838-472-3 ISBN: 84-7838-534-7 DL.: M-9861-1995

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~ Kassassin, 9 de septiembre. Vista general de la acción, por un «artista especializado» del The Illustrated London N ews. La extensión del plano de fondo es de unas cuatro millas; al fondo, a la derecha, una granada enemiga explota en campo británico. En el centro del plano de fondo, nubes de humo indican la posición de los cañones británicos de 25 libras. En el centro se encuentra la Bía. de Borrodaile, de la RAM; tras ella, 4 Sqns. de Lanceros de Bengala avanzan hacia el enemigo, que se encuentra fuera de los límites del dibujo.

Claves de los símbolos de los mapas A.\ .\ .'\ x

Ejército ~ Brigada ~ Infantería ~ xxx

~ Cuerpo ~ Regimiento Caballería ~ -------xx-

~ División lZl Batallón Artillería 0

~

INDICE

Introducción - La historia se repite 6 Los jefes británicos ------------------------~~----------~

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28

30 30

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32

Obertura en Egipto 7 Los jefes egipcios ----------~~-------------------------La sublevación de Arabi 8 Ejércitos en confrontación ---------------------------------------El bombardeo de los fuertes de Alejandría 11 El Ejército británico en Egipto ----------------------------~---------La Fuerza expedicionaria británica 23 La primera puesta de caqui ----------~---------------------------Los jefes de las fuerzas en conflicto 25 La brigada naval --~-----------------------------------

El equipo de los soldados británicos 33

El armamento 33

La ametralladora Gatling 34

La Artillería 37

El Ejército egipcio en 1882 38

Los uniformes del Ejército egipcio 41

El armamento del Ejército egipcio 41

El despliegue de las fuerzas egipcias 42

De Alejandría a Tel El-Kebir 43

El avance hacia Magfar 49

El avance hacia la esclusa de Kassassin 52

La acción en Kassassin 54

Los refuerzos británicos 61

Reanudación de la acción en Kassassin 61

Llegan más tropas a Kassassin 65

Batalla de Tel EI-Kebir 68

El despI1egue de las tropas egipcias en Tel EI-Kebir 68

Preparativos británicos para la batalla 68

La orden de avance 69

La marcha nocturna a Tel EI-Kebir 73

El ataque de la Brigada Highland 73

El ataque de la Brigada de Graham 75

La Caballería y la Artillería en acción 77

La persecución y el avance hacia El Cairo 83

Colofón 89

Cronología 92

juegos de la guerra de Egipto de 1882 95

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INTRODUCCION - LA HISTORIA SE REPITE

Cuando, en 1882, el teniente general (TG) sir Garnet Wolseley realizó una expedición militar a Egipto, combatió y derrocó al dictador bajá Arabi y devolvió el país al jedive, se auguraban los acontecimientos que se produjeron exacta­mente cien años más tarde cuando una fuerza operativa británica se dirigió a las islas Malvinas, derrotó a las tropas de un dictador argentino

El delta del Nilo en 1882

-Galtieri- y devolvió las islas a la soberanía britá­nica. Separados por un siglo, ambos ejércitos partieron tras recibir despedidas emotivas en los muelles, y regresaron para desfilar victoriosos por Londres y recibir el homenaje público de sus respectivas reinas, todo en el mejor estilo victo­riano.

La guerra egipcia de 1882 y la campaña del

M a r Mediterráneo

N

t -O I O

6

Zona de cu ltivos

Ferrocarril de via doble

Ferrocarril de via única

Canal

10 20 Millas I

I

20 40 Km

Pirámides Á Á de Gizeh Á

Atlántico Sur de 1982 tienen mucho en común y presentan considerables similitudes, siendo una de ellas que, desde el momento del desembarco hasta el cese de hostilidades, ambas duraron exactamente cuatro semanas y media. Ambas for­zaron los recursos del Ejército (E.) británico, hasta el punto que cada expedición se tuvo que formar deshaciendo regimientos de línea no uti­lizados normalmente para tales fines.

Con algo de amargura y en un tono marcada­mente irónico, el periódico The London Illustrated News Uulio de 1882) comentaba en un artículo editorial:

«Inglaterra como gran potencia. Por supues­to, somos sin duda una de las grandes potencias y sin embargo es bien cierto que España -a la que hubiera gustado estar presente en la Conferencia de Constantinopla, pero no lo soli­citó por temor a ser rechazada- podría haber aportado un considerable contingente militar para servir en el exterior más fácilmente que nosotros. Por supuesto, somos una gran poten­cia y vamos a reforzar realmente la Flota del Mediterráneo enviando a un millar de marines. ¡Mil marines! ¡Piénsalo y tiembla, Arabi! También se habla de enviar cipayos de la India, si se considera probable que haya combates, y se han citado laboriosos precedentes que justi­fican tal posibilidad. Sí, Inglaterra es una gran potencia pero es un hecho, triste o feliz, según se mire desde el punto de vista de Jingo o de Wilfried Lawson, que Inglaterra tiene muy po­cos soldados de sobra. La mitad de los 190.000 hombres de nuestro E. regular está en la India y en las colonias y la mayor. parte del resto está en Irlanda. El periódico United Services Gazette afirmaba: "No podemos reunir, sin hacer el es­fuerzo improcedente de llamar a los reservistas, más de 16.500 hombres de todas las armas para el servicio activo, y de ellos será necesario un contingente adicional para impedir que Irlanda se aproveche de nuestras dificultades. Inglaterra no podría situar a más de 15.000 hombres so­bre el terreno sin descuidar sus colonias y dejar sus polvorines y arsenales sin protección contra los bandidos que trafican con dinamita." Nuestros coetáneos recomiendan que se aña­dan 10.000 hombres al Real Cuerpo de Policía Irlandesa, para disponer así de un número equivalente de soldados. En caso de conflicto, sería una suerte para nosotros, considerando que en lo que a poderío militar se refiere somos una gran potencia liliputiense, toda vez que los oficiales turcos - que tienen conocimiento prác­tico de las tropas egipcias, de la pasada guerra

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

con Rusia- no tienen una opinión muy elevada de ellas. »

Toca una fibra sensible actual, ¿no es verdad?

Obertura en Egipto

Comenzó en 1862, cuando el jedive Ismail acce­dió al trono de Egipto y acometió inmediata­mente un programa de obras públicas y mejoras, sin reparar en absoluto en el costo. Transformó Alejandría y El Cairo con la construcción de fe­rrocarriles, puertos, sistemas telegráficos y otras comodidades modernas, mejorando al mismo tiempo la agricultura y el comercio del país. Pero esos brillantes logros llevaron al estado a la ban­carrota y a la ruina, sometiendo al pueblo a una carga insoportable, hasta que los fiadores y acree­dores comenzaron a preocuparse por la capaci­dad de pago de los elevados intereses por parte del Tesoro. El dinero proporcionado por los ca­pitalistas europeos tenía que devolverse median­te cargos contra el erario público, que a su vez dependían de la dirección de las propias tran­sacciones del Gobierno egipcio. Los nacionalis­tas acusaron al jedive de empeñar el país, al ser obligados a aceptar la dirección europea de sus asuntos.

Como acreedora de una gran parte de las deu­das de Egipto y con unas relaciones comerciales muy superiores a las de otros países, Inglaterra jugaba inevitablemente un papel destacado en la dirección de los asuntos egipcios. Además, al considerar el Canal de Suez como una ruta esen­cial hacia la India, en 1875 Gran Bretaña acen­tuó su presencia, adquiriendo nueve vigésimas partes de las acciones de la vía navegable. Las posteriores concesiones del jedive en 1878 raya­ban casi en una entrega total, aumentando la creencia de que la influencia británica y francesa guiaría los dictámenes egipcios de forma que las finanzas implicadas del país marcharan como era debido.

Pero esta evidente dominación europea, apo­yada por el primer ministro egipcio, y el repenti­no despido de numerosos oficiales (Ofs.) del E. egipcio y empleados civiles, provocó manifesta­ciones y tumultos. El jedive, consciente de que su propio primer ministro y el ministro británico de Finanzas en Egipto estaban decididos a dejarle reducido a una mera figura decorativa, pasó a una oposición activa contra el gobierno que le había sido impuesto. En junio de 1879, los re­presentantes diplomáticos de Gran Bretaña y Francia aconsejaron al jedive que abdicara en fa­vor de su hijo Tewfik, con lo que el sultán de

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TEL EL-KEBIR 1882

.. El bajá Tewfik, jedive de Egipto durante la rebelión de Arabi, llegó al poder en 1879, cuando Gran Bretaña y Francia aconsejaron a su padre que abdicara en su favor, siendo incapaz de resistir

a Arabi y sus seguidores; pero los acontecimientos posteriores acaecidos en Egipto, incluida la Campaña de Kitchener en Omdurmán, 1896-98, le permitieron mantener su puesto en Egipto.

Turquía -que tenía soberanía sobre Egipto- de­puso a Ismail y lo sustituyó por Tewfik. El ante­rior jedive, con sus hijos Hussein y Hassan, su ha­rén y un gran séquito, embarcó hacia Nápoles, y su sucesor, de 27 años de edad, se hizo cargo del Gobierno.

La sublevación de Arabi

El nuevo jedive comenzó con honestidad de pro­pósitos y, en 1881, sus intentos genuinos de re­forma prometían progresos, pero careCÍa de de­terminación para atajar los innegables agravios existentes entre sus jefes militares. Impulsado por la ojeriza reinante entre los Ofs. árabes y cir­casianos, el E. se amotinó a mediados de 1881 ba­jo el liderazgo de Arabi Bey (Said Ahmed Arabi) , hombre de mediana edad, alta estatura, elo­cuencia excepcional e impresionante presencia. Se alistó en el E. siendo niño todavía, y era reco-

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nocido como líder por sus compañeros incluso antes de su ascenso de soldado a oficial. Fue de­gradado por sus continuas discusiones e insu­bordinación, pero fue pronto repuesto en el car­go por el jedive y ascendido a coronel (Cor.). Pronto se hizo evidente que Arabi tenía carisma para ser el líder natural de los empleos más ba­jos, al tiempo que representaba el carácter de la mayor parte de los Ofs. En septiembre de 1881, una revuelta militar dio origen a una confronta­ción ante el Palacio Real de El Cairo entre el je­dive y un grupo de Corso dirigidos por Arabi; posteriormente, sus demandas condujeron a la designación de Arabi como ministro de la guerra en 1882.

Desde el comienzo de los ejércitos organiza­dos, los soldados se han mostrado dispuestos a hacer cualquier cosa por un jefe que manifieste confianza en sí mismo, decisión y poder mental, y esas eran las cualidades que explican la gran influencia de Arabi sobre sus compatriotas. Perseguía sus objetivos sin vacilaciones, sin re­parar en absoluto en obstáculos, desafiando a las naciones europeas consideradas hasta enton­ces árbitros de los destinos de Egipto. Cuando estalló la guerra, Arabi había conseguido un éxi­to sin precedentes: había forzado al jedive a po­nerle a la cabeza de sus asuntos e hizo todo lo posible para arrebatar el poder interno a los eu­ropeos, hasta que las acciones ofensivas de la flo­ta británica restablecieron el equilibrio. Por en­tonces, el Sultán de Turquía -que era su jefe es­pi~itual y terrenal- no sólo le apoyaba, sino que le impuso una de las más altas condecoraciones otomanas, al mismo tiempo que los embajado­res de las grandes potencias europeas se reuní­an en Constantinopla para ver la mejor forma de derrocarlo.

La sublevación de Arabi alarmó a los gobier­nos británico y francés, que dirigieron conjun­tamente una nota al jedive en la que le infor­maban de la intención de esos países de «impe­dir, unificando esfuerzos, cualquier causa de complicaciones internas o externas que pudie­ran amenazar el régimen establecido en Egipto ». Eso significaba, por supuesto, que am­bos países intentaban mantener su control con­junto por el bien de Egipto, la paz de Europa y el beneficio de los fiadores y acreedores euro­peos. Ambos gobiernos se debatían en busca de un tipo eficaz de intervención en caso de que Egipto cayera en la anarquía; Inglaterra ponía serios reparos para ocupar Egipto por sí misma, ya que encontraría oposición en su propio país yen Turquía, además de provocar las sospechas

y los celos de las potencias europeas, lo que po­dría originar manifestaciones y complicaciones de consideración. Una ocupación conjunta no era una buena solución, por lo que el procedi­miento menos cuestionable podría ser una ocu­pación temporal turca, con las d ebidas garantí­as y controles.

Durante las semanas siguientes se aireó el asunto en la prensa británica y el público aguar­daba acontecimientos con interés. Durante este período, un entendimiento temporal entre elje­dive y su ministro de la Guerra pareció enfriar la situación y, en marzo de 1882 Arabi fue nombra­do bajá. Inmediatamente asumió el papel de dic­tador, mientras el jedive hacía intentos vanos de combatir sus actividades. Los periódicos londi­nenses hablaban de «las graves inquietudes polí­ticas .. . y la posición ambigua del gobierno del je­dive». A primeros de abril,se descubrió un aten­tado contra eljedive, planeado por Ofs. circasia­nos del E. Egipcio, que fueron arrestados y juz­gados en consejo de guerra, siendo condenados a las penas más severas. A primeros de mayo, los seguidores de Arabi se enfurecieron cuando el jedive conmutó esas penas por la de exilio. Los enardecidos seguidores de Arabi profirieron amenazas salvajes, incluyendo la de una matanza general de extranjeros en Egipto.

Sin embargo, una semana más tarde, la pren­sa británica manifestaba un optimismo sorpren­dente al decir: « ... la crisis de Egipto ha termi­nado. Las escuadras navales inglesa y francesa están preparadas en la bahía de Suda, en Creta, pero no hay intenc.ión inmediata de desembar­car tropas en Egipto». Pero una semana después se informaba que la escuadra naval inglesa se había desplazado a Alejandría, «ya que se consi­dera que la crisis se encuentra en el punto más crítico».

Circularon informes de que Arabi estaba em­plazando cañones en Alejandría y Damietta, y que había «sembrado torpedos». Durante las se­manas siguientes se informó que la población egipcia estaba agitada por la injerencia extranje­ra, y que se predicaba una cruzada contra los ex­tranjeros, especialmente contra los europeos. El 17 de junio la situación se desbordó y se informó que se había producido una revuelta en Alejandría, resultando muertos algunos europeos en ataques salvajes dirigidos contra extranjeros y sus propiedades. Posteriormente, tropas egipcias penetraron en la ciudad para sofocar la revuelta y restaurar el orden; se aconsejó a los extranjeros que se marcharan, pero había escasez de barcos para realizar una evacuación masiva.

INTRODUCCIÓN - LA HISTORIA SE REPITE

• El bajá Arabi, ministro de la Guerra egipcio, líder del Partido

Nacionalista, y jefe de las tropas egipcias durante la guerra de 1882.

En Gran Bretaña, la prensa informó que los nuevos líderes egipcios eran hostiles a Gran Bretaña y Francia, y que su nombramiento sim­plemente colocaba a Arabi en una posición más fuerte, capaz de provocar desórdenes que ame­nazaban a todos los europeos asentados en Egipto; Arabi era un conspirador molesto y no se podría restaurar el orden en Egipto hasta que no fuera depuesto de su cargo.

Los melodramas necesitan un villano y duran­te siglos las guerras británicas han conocido una selección notable de ellos -Hitler, el Kaiser, Napoleón, Cronje, el Mahdi y el Califa, Cetewayo, Tippoo Sahib, el Rani de ]hansi y, en 1982, el ar­gentino Galtieri y su homólogo de un siglo antes, el bajá Arabi, ministro de la Guerra egipcio. El The London Illustrated News dijo de él:

«De repente surge un militar aventurero, con la peculiar audacia y sagacidad que sólo pueden producir las razas orientales, que ha sido capaz de establecer sin obstáculos y por los medios más viles, paso a paso y ante un mundo sor­prendido, una dictadura militar que amenaza con derrocar al jedive y que desafía impune-

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TEL EL-KEBIR 1882

mente a las potencias occidentales y a sus flotas acorazadas. »

Gran Bretaña, comprendiendo que afrontaba una crisis, expresaba desconfianza, dudas y jus­tificaciones, tratando de buscar la protección de sus intereses en Egipto, y no se estimaba po­sible que quisiera o pudiera organizar una ex­pedición a Egipto. Se dieron todos los pasos po­sibles para conseguir un arreglo sin lucha; se produjo una actividad diplomática intensa y prolongada en busca de una solución pacífica, simultaneada con medidas de índole obviamen­te militar para obligar a los egipcios a cumplir­la. Cuando, posteriormente, comenzaron las operaciones militares, existían un antagonismo y una crítica extranjera fuertes, yl'rancia, única aliada de Gran Bretaña en Egipto, cambió su política de apoyo de manera repentina y dra­mática.

La guerra se produjo por una serie de causas. Los factores comunes fueron el orgullo, los inte­reses financieros y el mantenimiento de los inte­reses británicos en egipto, sin olvidar el Canal de Suez. La Guerra egipcia comenzó en realidad a primeros de 1882 con un fuego latente, alimen­tado por la prensa mediante continuas referen-

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cias a demandas, agravios, protestas y posturas de los antagonistas, provocando su combustión, aventada por continuas brisas artificiales, hasta que finalmente estalló en llamas. La opinión pú­blica británica jugó un papel importante, po­niendo de manifiesto los arquetípicos fervor y patriotismo victorianos, que indicaban que su es­tima necesitaba una victoria militar británica. Pero no todos estaban a favor de la guerra, como se demostró por la feroz oposición parlamenta­ria y las protestas pacíficas de organizaciones co­mo la Liga Antiagresión de sir Wilfred Lawson, la Sociedad por la Paz, y la Asociación de Trabaja­dores por la Paz.

Mientras tanto, las vehementes demandas de Arabi para expulsar de Egipto a los extranjeros, atrajeron miles de hombres a sus filas; como gran potencia, Gran Bretaña no podía doble­garse a su autoridad y a sus demandas. A prime­ros de junio de 1882, Gran Bretaña se vio en-

T La revuelta de Alejandría, domingo 11 de junio de 1882. Después de dos horas, a eso de las 17.00, aparecieron las tropas y cargaron contra

los revoltosos, que rápidamente se dieron a la fuga, quedando las calles bajo control militar.

~ Fortificaciones de Alejandría. Cañón Krupp, en un asentamiento recién construido. El centinela es egipcio, pero Zos oficiales pueden ser turcos, como lo fueron muchos oficiales de Artillería.

vuelta en una lucha en favor del jedive contra su propio ministro de la Guerra. Pese a la presen­cia de la Flota mediterránea, fondeada en Alejandría, en la ciudad continuaban las revuel­tas y la matanza de cristianos. Arabi, más osado cada día, alardeaba de que las fuerzas a su man­do podrían defender la ciudad contra las flotas de toda Europa. Sus experimentados ingenieros trabajaban frenéticamente para fortalecer los fuertes de la costa y preparar el terreno sobre el que emplazaron cañones pesados. Tan descara­das eran esas obras que, ellO de julio por la ma­ñana, el almirante (Al.) sir Beauchamp Paget Seymour dio un ultimátum para que se rindie­ran los fuertes o serían bombardeados. La con­testación de Arabi indicaba que escogía el bom­bardeo, y los buques británicos adoptaron zafa­rrancho de combate.

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

El bombardeo de los fuertes de Alejandría

Durante semanas, los marineros británicos a bor­do de los buques de la Flota mediterránea habían sufrido desengaños y frustraciones, situados a la sombra de los grandes fuertes, aguardando el ca­ñonazo que diera la señal de abrir fuego . Habían bautizado a su enemigo como «el bajá horrible» y difícilmente podían esperar a ir en su busca -ahora parecía que había llegado el momento, mientras permanecían en silencio, vestidos con sus jerseys de franela, esperando impacientes. Las seis y media, y los cañones permanecían en silencio; las siete menos cuarto y no se había da­do la orden; después, diez minutos más tarde, de forma sonora e inesperada, el acorazado Alexan­dra disparó un proyectil al Fuerte de Faros y co­menzó el bombardeo.

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TEL EL-KEBIR 1882

Este es el reportaje que leyeron nuestros abue­los en el The London Illustrated News de 15 de ju­lio de 1882:

«El martes 11 de julio por la mañana, tras va­rias semanas de angustiosa espera, los intentos de conseguir una solución pacífica para los pro­blemas de Egipto se han visto interrumpidos por un conflicto terrible entre los fuertes y las bate­rías (Bías.) de Alejandría del bajá Arabi, y la Escuadra Naval británica del Al. sir Beauchamp Seyrnour, conflicto provocado por la conducta egipcia de continuar con sus preparativos bélicos defensivos y ofensivos, a pesar de las reiteradas prohibiciones. El almirante descubrió el domin­go que había dos nuevos cañones emplazados en el lado oeste de la entrada del puerto, por lo que publicó un manifiesto acusando a las autoridades egipcias de alevosía y exigiendo la rendición de los fuertes en el plazo de doce horas. En caso contrario, abrirían fuego sobre ellos transcurri­das otras veinticuatro horas. Al no producirse se­ñal alguna de rendición por parte de Arabi, el martes a las seis de la mañana comenzó el bom­bardeo. Se dice que al amanecer llegó una lan­cha con una delegación que prometió que se pa­rarían los trabajos de fortificación y se desmon­tarían los cañones, pero el almirante dijo que era demasiado tarde. »

Alejandría tenía dos sistemas de defensa dife­rentes: uno protegía el Fuerte Nuevo y la Ciudad del Este; el otro, dominado por el Fuerte de Faros y el Fuerte de Ada, protegía los accesos al puerto occidental exterior. El Al. Seyrnour planeó el des­pliegue de su escuadra de tal manera, que podía bombardear todas las posiciones egipcias a la vez. La Escuadra francesa y otros barcos extranjeros abandonaron el puerto el día anterior. Todo es­taba listo para la acción.

La Flota británica constaba de ocho acoraza­dos, apoyados por cinco cañoneros. Todos los barcos estaban al completo de tripulación y, ade­más de su armamento pesado, la mayoría de

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.... Posiciones y asentamientos de baterías, a 600 yardas del buque de Su Majestad (BSM) Monarch, en el puerto de Alejandría; serían de escasa utilidad durante las hostilidades, porque sus hombres estuvieron expuestos a las ametralladoras Gatling y Nordenfeldt emplazadas en los buques.

~ Superior. El Fuerte del Faro, situado a la entrada del puerto, albergaba un gran cuartel fortificado para 2.000 hombres. Los cañones de este fuerte eran armas de segunda categoría, en su mayoría de hierro colado, de ánima lisa, de 64 libras; algunos eran de ánima estriada. Se consideraba que un solo buque podría deshacerse de esa fortificación.

~ Vista panorámica de Alejandría, desde el exterior del puerto, en dirección este.

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

rA~ORA.lI tC nEW Ot' ALE:U:-DRIA PRO" OL:TSIDH TlH: HARBOl"il, LQOJnSG r\:'.T.

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TEL EL-KEBIR 1882

Alejandría estaba consíde!'ada como fortaleza marítima de primera clase, con cerca de 250 cañones, pero las defensas eran viejas y la Artillería tenía un valor desigual. Sin embargo, la munición británica hizo un pobre papel, fallando más de la mitad de las granadas, al exp lotar prematuramente o romperse al impactar. (La mayor parte de las granadas de los buques eran penetrantes e inadecuadas para un bombardeo a tierra.) y casi todos los buques sufrieron daños causados por sus propios cañones.

Fue rte de Ada

BSM ALEXANDRA 1877; 2 cO/iones de 11 pulgadas y 10 de 10. El buque más rápido de su éPoca ; el más exitoso buque de baterra central jamás construido. Capi tana de la Flota medi terrállea. Disparó 48 proyectiles de 11 pulgadas y 221 de 10.

BSM SULTAN 1871; 8 cO/iones de 10 pulgadas y 4 de 9. Procedente de laFlota del Canal, reforzó a la Flota mediten'állea.

BSM SUPERB

Alejandría

00 BSM INFLEXIBLE

Información técnica basada en la obra de Osear Parkes. British Batt/eships. /860,/950. Seeley. Serviee & Co. Londres. 1957.

Palacio de Gabbari

1880; 16 Ca/iones de 10 pulgadas. Tenía la mayor batería de cO/iones de 1/11 solo calibre jamás montada ell UII

acorazado b/'itállico, y disparó la andallada más gral1dejamás lal/zada por U/l acO/'azado britállico.

1881; 4 cO/iones de 16 pulgadas. Buque extraordinario COII torretas en esca lón , que llevaba los cO/lones más pesados de la Marilla Real. Hito en el dise/io de acorazados, precursor de los buques de reducto celltral y con coraza por debajo de la línea de flotación, en vez de coraza [Continúa en parte superior derecha]

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INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

Lago Mareotis

BSMMONARCH

1869; 4 cU/iones de 12 pulgadas, 2 de 9 y 1 de 7. Primer buque de ton'eta , y primer buque de guerra b"itánico que llevó cU/iones de 12 pulgadas.

vertical por el/ cima de ella. Proyectiles capaces de penetrar 23 pulgadas el/ hierro a 1.000 yardas; cadel/cia de un disparo cada 2 minutos.

Disparó 125 proyectiles de 12 pulgadas, 54 de 9 y 21 de 7.

(!l BSM INVINCIBLE

1870; 10 cU/iones de 9 pulgadas y 4 de 6. Este buque y sus tres buqu es hermanos se consideraban co mo las plataformas de ca ,iol/es más seguras de la Maril/a . En 1879 llevó las seis primeras Nordel/feldt entregadas a la Flota del

BOMBARDEO DE ALEJANDRíA

BSM TEMERAIRE 1877; 4 cU/iol/es de 11 pulgadas y 4 de 10. Primer buque de barb eta y bergantil/ más gral/de jamás COl/struido, de la Maril/a Real. Silenció el Fuerte de Mex y atacó al Fuerte de Faros CO I/ el Inflexible, disparando 136 proyectiles de 11 pulgadas y 84 de 10.

cañones)

Fuerte del Morabito (24 cañones) atacado por los buques Candor, Bittern, Cygnet y Beaeon

Mediterráneo. Disparó 140 proyectiles de 9 pulgadas, 131 de 6 y 5.000 de Nordenfeldt sobre el Fuerte de Mex. CaPitana provisional durante el bombardeo.

BSM PENELOPE

Corbeta acora zada, jinalizada en 1868; 8 cU/iones de 8 pulgadas y 3 de 5. Peque,io ca lado; hizo 231 disparos. Posteriormente, en la campU/ia, fue la capitana en el Ca nal de Suez.

I I de julio de 1882, visto desde el norte, fue la última acción en la que una Flota británica empleó cañones de avancarga, y la primera en que usó la protección de la coraza

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ellos disponía de torpedos y ametralladoras de ti­po de las modernas Nordenfelt y Gatling. La es­cuadra se encontraba al mando del vicealmiran­te sir Frederick Beauchamp Paget Seymour, Gran Cruz del Baño (GCB), jefe de la Guarnición del Mediterráneo. Izó su bandera en el Invincible que, junto con el Monarch y el Penelope (el Temeraire permanecía a mano fuera del puerto) tomó posiciones que dominaban la entrada del puerto, casi frente a Meks, y a unas

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l.000-l.300 yardas al noroeste del fuerte de Marsa el-Kanat, en la costa continental. Esos bu­ques se encargaron de estos fuertes, mientras los buques Superb, Sultan y Alexandra fuaron y des­truyeron los Fuertes del Faro y de Faros. El Inflexible cooperó con las dos formaciones desde su posición, que dominaba las Bías. del Faro y de Faros, y el Fuerte de Meks. A corta distancia, los cinco cañoneros dispararon sobre las Bías. del Morabito, a la entrada del puerto, y pronto las si-

~ Este dibujo del artista bélico Melton Prior representa a la dotación de una ametralladora Nordenfeldt, en la cubierta superior de un barco, protegida por un parapeto de coys, preparándose para abrir fuego sobre las troneras de las baterías de costa egipcias.

~ Dibujos de distintos aspectos de la acción, por artistas bélicos especializados del The London Illustrated News. De arriba abajo: Fuerte Ada, volado por el Superb, y el polvorín de detrás de Fuerte Barrack, volado por el Alexandra; el combate en su apogeo, al sur de la batería del Faro; reunión del Alexandra con otros buques tras la acción; daños infligidos a la Torre del Faro; y agujero producido por un proyectil en la chimenea del Alexandra.

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

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TEL EL-KEBIR 1882

lenciaron, tras lo cual abrieron fuego sobre el fuerte de Meks; el buque Bittern cubrió a un des­tacamento de desembarco del Invincible, que vo­ló los cañones pesados de ese fuerte. Los egip­cios defendieron sus baterías con mayor deci­sión de la prevista pero, a las cuatro de la tarde, todas habían callado; cuatro habían sido des-

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• Posiciones relativas de los buques de guerra frente al Fuerte del Faro, y de sus objetivos en tierra.

~ Este dibujo de Melton Prior, hecho a bordo del BSM Alexandra durante el ataque, muestra el

! manejo de los cañones de 10 pulgadas (costado de babor).

~ Otro dibujo, realizado por Melton Prior a bordo del Alexandra: un proyectil de una batería de costa alcanza al buque, cuyo casco recibió el impacto de 25 proyectiles. Durante la acción, un hombre resultó muerto y dos, heridos.

truidas y el palacio del jedive se encontraba en llamas.

El bombardeo cesó a las cinco y media, infor­mándose que cinco hombres habían muerto y 28 habían resultado heridos; la mayor parte de las heridas se habían producido por las esquirlas pro­ducidas cuando los proyectiles macizos impacta-

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ban a bordo, ya que al parecer los egipcios no te­nían granadas rompedoras. Las bajas entre los egipcios debieron ser cuantiosas, pero no pode­mos hacernos una idea de su número. Tan pron­to cesó el fuego, el Al. Seymour envió a tierra a do­ce Ofs. y soldados, que se dirigieron a los fuertes en ruinas y volaron los cañones con dinamita.

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El miércoles por la mañana, como estaba pla­neado, los fuertes de Napoleón y Gabarrie, y las baterías del interior del puerto fueron bombar­deadas por el Invincible, junto al Monarch y al Penelope, que habían penetrado en el interior del puerto la tarde anterior. El Invincible silenció las baterías, después envió un destacamento que

• El BSM Sultan, frente a Ras el-Tin, o Fuerte del Faro, Alejandría, julio de 1882.

~ El Inflexible (en primer Plano) en acción, con otros navíos al fondo. Sus cañones de 16 pulgadas jugaron un papel importante en la acción; uno de sus enormes proyectiles deshizo'un cañón de 10 pulgadas de una batería egipcia, volviéndolo del revés, y matando a toda su dotación.

clavó y explosionó nueve cañones. Hacia medio­día, el Inflexible y el Temeraire abrieron fuego so­bre la Bía. de Moncrieff, situada fuera del puer­to, que había sido reparada durante la noche. La Bía. no contestó al fuego. El palacio del jedive todavía ardía, y había otros incendios en la ciu­dad. El viento había aumentado, y había mar de

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

T Al mando de lord Charles Beresford, el BSM Condor acometió con energía contra los Fuertes del Morabito, en el extremo oeste de la bahía de Alejandría. Este buque de 774

toneladas estaba provisto de un cañón de 4 1/2 toneladas, uno de 7 1/2 pulgadas de calibre, y dos de 64 libras; su triPulación total era de 100 hombres.

T Interior del Fuerte del Faro después de la acción.

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.... Todavía con parte de la ciudad en llamas tras el bombardeo, el destacamento de desembarco británico se dirige a tierra. Al fondo, el palacio del jedive.

.... El destacamento de desembarco británico marcha por la Marina de Alejandría, arrastrando una Gardner.

T Dos dibujos de Melton Prior. A la izquierda: un pelotón de ejecución da muerte a un árabe incendiario, sorprendido in fraganti en las calles de Alejandría; a la derecha: arresto de un esPía de Arabi por la Real Policía Naval en la puerta de Moharrem Bey, en Alejandría.

fondo, que hacía difícil la maniobra en los lími­tes del puerto.

Pero a la una, más allá del rompeolas, en la na­ve capitana del almirante se izó la señal de alto el fuego. En la ciudad se había izado una bandera blanca, que significaba el deseo de tregua. El al­mirante envió un cañonero con una bandera blanca en la proa, desde el puerto interior al ar­senal, donde se encontraban las residencias de los ministros de la Guerra y de la Marina. «En el momento de escribir esto, miércoles por la tar­de, no se sabe nada más; pero podemos confiar que ya se haya acordado la suspensión de hostili­dades. »

La Fuerza expedicionaria británica

Se pensó que la acción naval de Alejandría sería suficiente para destruir a Arabi y restaurar la au­toridad del jedive, y durante algún tiempo El Cairo y el resto de Egipto permanecieron en cal­ma, a la espera de acontecimientos. Cuando se vio que los británicos se contentaban aparente­mente con permanecer inactivos en los límites de Alejandría, renació la creencia en la estrella de Arabi y la nación entera se puso de nuevo a su lado. Si el Gobierno de Londres hubiera enviado inmediatamente una fuerza contra Arabi, hay pocas dudas de que habría derrotado fácilmente a su desanimado ejército, pero la resistencia bri­tánica a comenzar una guerra abierta dio tiempo al líder egipcio para recuperar el prestigio per­dido. Retiró sus tropas a la que se convirtió en una posición fuertemente organizada, reunió ar­tillería pesada y aumentó el tamaño de su Ejército. Envalentonado, l<~nzó una proclama de­clarando que «entre los egipcios y los ingleses existía una guerra irreconciliable».

El Gobierno británico todavía estaba muy divi­dido en cuanto a la política a seguir en Egipto y, como otras potencias europeas no habían visto con buenos ojos el bombardeo de Alejandría, no estaban dispuestas a dar un mandato explícito a Gran Bretaña -Francia cooperaría con Gran Bretaña solamente en defensa del Canal de Suez y se mostraba cada vez más reacia a cualquier cla­se de intervención. Sin embargo, las potencias no se inmiscuyerbn y así la política británica, prácticamente sin trabas y con la opinión públi­ca y la prensa en plan jingoístico, dispuso el en­vío de una fuerza expedicionaria para asegurar los intereses británicos en Egipto. El ministerio de la Guerra y el Almirantazgo actuaron con una energía y rapidez inusuales, y el 25 de julio la Reina firmó el llamamiento de los reservistas.

INTRODUCCiÓN - LA HISTORIA SE REPITE

Dos días más tarde zarpaban de Portsmouth los primeros de ellos, incluidos los Marines Reales (MR). Antes de fin de mes, los guardias abando­naban Londres y el 15 de agosto se encontraban

Marinero de la Brigada Naval. El sombrero Sennet lleva el nombre de su barco en la cinta

correspondiente. El fusil es el Martini-Henry con cuchillo-bayoneta. (G.A. Embleton)

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Fuerza expedicionaria a Egipto

Desde Gréin Bretaña: Ordales Otros

Caballería 118 2. 174 Artillería 56 1.514 Ingenieros 30 876 Infantería 270 6.958 Sanidad, Transportes y Comisariado 38 1.384

Total 512 12.906

(Fuerza nominal, según lista oficial de llegada)

de camino dos divisiones (Divs.), formadas cada una por dos brigadas (Bris.) de Infantería (Inf.), con Caballería (Cab.) y Artillería (Art.). También se envió desde Gran Bretaña un Estado Mayor (EM) compuesto por tres escuadrones (Sqns.) de Cabo de la Defensa Operativa

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Desde Malta:

IBón. Rgto. Staffordshire Sur 111 Bón. CFR del Rey IBón. Rgto. Berkshire IBón. Highlanders de Gordon 11 Bón. Rgto. de Manchester 4 Cías. IBón. Rgto. Sussex

Desde Gibraltar a Malta y después a Egipto: 11 Bón. de la ILDC

Desde Gibraltar: IBón. Highlander de Cameron 11 Bón. Rgto. de Derbyshire

Desde Chipre: CG. y 4 Cías. IBón. Rgto. de Sussex

Desde Adén: IBón. Highlander de Seaforth

Desde Bombay: IBón. Rgto. de Manchester

Total: 40.560 0(5. Y soldados

..... Los Guardias Escoceses, al mando de su jefe de brigada, SAR duque de Connaught, marcharon desde el cuartel de Wellington hasta el muelle de Londres, el 28 de julio, para embarcar en tres vapores fluviales con destino al muelle de Albert.

Territorial (DOT), dos regimientos (Rgtos.) de Dragones, con Art. y un tren de asedio, comisa­riado, transportes y departamento de sanidad.

El total de las tropas llevadas desde Gran Bretaña, el Mediterráneo y la India fue de 40.560 entre Ofs. y soldados.

LOS JEFES DE LAS FUERZAS EN CONFLICTO

Los jefes británicos

El TG. sir Garnet Wolseley, GCB, Gran Cruz de San Miguel y San Jorge (GCMJ), jefe de las tropas

se le envió a Egipto al mando de la fuerza expe­dicionaria. Tras el feliz resultado de la guerra en Egipto, Wolseley mandó la expedición que se en­vió al Sudán en 1884 para evacuar a Gordon de

británicas, era un hom­bre muy conocido en la historia militar británica

Jefes británicos

y un destacado «apaga- Gral. Comandante TG. sir Garnet Wolseley, GCB, fuegos» de la época vic- en jefe GCMj toriana. Nacido cerca jefe de EM de Dublín en 1833, in- Div. de Cabo gresó en el Ejército co- I Bri. de Cabo mo alférez en 1852 y prestó servicio activo en 11 Bri. de Cabo la Guerra de Birmania de 1852- 53; se distin-guió en la Guerra de I Div. de Inf. Crimea y fue herido de I Bri. de Inf.

gravedad en Sebastopol. Más tarde, se distinguió 11 Bri. de Inf. notablemente durante el motín de la India y la 2 Div. de Inf. Guerra de China; en 1870 mandó la expedi- I Bri. de Inf. ción del río Rojo en Canadá, y encabezó la II Bri. de Inf.

TG. sir john Adye, KCB

GD. D.e. Drury lowe, CB

GB. sir Baker e. Russell ,

CCMj, CB GB. H.e. Wilkinson,

presbítero

TG. G.H.S. Willis, CB

GD. SAR. duque de Connaught,

Cl, CC, GCEI, GCMj

GD. Gerald Graham, CV, CB, IR

TG. sir Edward Hamley, CCMj,

CB, AR

GD. sir Archibald Alison,

CCB GD. sir Evelyn Wood, CV,

GCMj, CCB expedición para sofocar la rebelión de Ashanti Contingente indio GD. sir Herbert Macpherson, de 1873, por cuyo éxito CV, CCB, EMB fue nombrado GCMJ y Caballero Comendador Flota Mediterránea

del Baño (CCB), y reci­bió una recompensa de 25.000 libras esterlinas. Sección India Designado gobernador Oriental

Vicealmirante sir Frederick

Beauchamp Paget Seymour,

GCB

Contraalmirante sir William

Hewitt, CV, CCB de Natal en 1874, y pos- L--________________ ----'

Jartum. Tras mandar durante un tiempo las fuerzas británicas en Irlanda, fue ascendido a mariscal de campo en 1894. Soldado inteli­gente y sagaz, buscó constantemente mejo­rar la imagen del solda­do británico y convertir el Ejército en una he­rramienta eficaz para la guerra.

Jefe de EM y segundo en el mando en Egipto, el TG. sir John Adye, CCB, nació en 1819. Perteneciente al Arma de Artillería, estuvo pre­sente en muchas de las batallas m ás importan­tes de la Guerra de Crimea y participó acti­vamente durante el mo­tín de la India y después de él. Se distinguió en la campaña de la fronte­ra noroeste de la India y Afganistán en 1863-64, adquiriendo gran expe­riencia en las n ecesida­des de equipamiento de

teriormente alto comisionado en Chipre en 1878, al año siguiente se le envió a sustituir a lord Chelmsford como jefe de las fuerzas británicas implicadas en la guerra zulú, pero la guerra ter­minó antes de que tomara posesión de su cargo.

un ejército en servicio activo.

Ascendido a intendente general y después a ayudante general en 1880, sus planes de reorga­nización del E. se vieron interrumpidos cuando

El TG. G. H . S. Willys, comendador de la Orden del Baño (CB), nació en 1822. Sirvió en el 77º Rgto. (de Middlesex del Este) durante la fase inicial de la Guerra de Crimea. Tuvo nume­rosos destinos superiores, fue viceintendente ge­neral de la 4ª Div. y sirvió en Gibraltar, Malta y el Distrito Sur. En 1878 fue nombrado general de

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TEL EL-KEBIR 1882

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División (GD.) jefe del Distrito Norte, y fue as­cendido a TG. en 1880.

El TG. sir Edward Hamley, Caballero Comen­dador de San Miguel y San Jorge (CCMJ), CB, miembro de la Artillería Real (AR), jefe de la 2ª Div., intervino en las principales batallas de la Guerra de Crimea. Fue el autor de un trabajo de­finitivo, Operaciones de guerra.

El jefe de la Brigada de Guardias (BG) de la 1 ª Div. en Egipto era el GD., Su Alteza Real (SAR) Arturo, duque de Connaught, Caballero de la Liga (CL), Caballero del Cardo (CC) , Gran Comendador de la Estrella de la India (GCEI) y GCMJ. Nacido en 1850, era teniente (Tte.) de los Ingenieros (Ings.) Reales en 1868, Tte. de la AR en 1869 y tuvo el mismo empleo en la Bri. de Fusileros durante el mismo año. Tras numerosos destinos como mayor de brigada, en 1880 fue destinado como general de brigada (GB.) a Aldershot. No había participado en el servicio activo antes de ir a Egipto.

Al mando de la II Bri. estaba el GD. George Graham, CB, Cruz de Victoria (CV), del Cuerpo de Ingenieros Reales (IR) . Se alistó en los IR en 1850, y había ascendido a su empleo actual en 1881. Se le otorgó la CV por su comportamien­to en el asalto al Redan en Sebastopol, durante la guerra de Crimea, donde resultó herido dos veces. También fue herido durante la guerra china de 1860, cuando participó en el asalto de los Fuertes de Taku. Wolseley lo eligió como je­fe de Div. para la campaña de Sudán de 1884, donde combatió con la valentía y energía acos­tumbradas.

Al mando de la III Bri. estaba el GD. sir Archibald Alisan, CCB. Nacido en 1826, se alistó en el 72º Rgto. a pie (los propios soldados Highland -Highlanders- del duque de Albany) en 1853. Sirvió en la guerra de Crimea y perdió un brazo en la liberación de Lucknow durante el motín de la India; fue lugarteniente de Wolseley en la guerra de los ashanti.

El GD. sir Evelyn Wood, GCMJ, CCB y CV, mandaba la IV Bri. Nacido en 1838, ingresó en la Marina Real en 1852 y sirvió durante la gue­rra de Crimea. En 1855 fue destinado al E. y re­cibió la CV por su valor ,durante el motín de la India. Estuvo con Wolseley en la guerra de Ashanti, donde organizó el Rgto. de Nativos de

..".Jefes británicos. De izquierda a derecha, y de arriba abajo: Wolseley, Adye, Willis, Hamley, Wood, Alison, SAR

duque de Connaught, Graham, Goodenough, Earle, Dormer y Hanbury.

LOS JEFES DE LAS FUERZAS EN CONFLICTO

Wood. Sirvió en las Guerras Cafres de Sudáfrica en 1879, y mandó una columna de la Div. del ge­neral (Gral.) Newdigate durante toda la guerra zulú. Fue enviado de nuevo a Sudáfrica en 1881 al estallar la guerra del Transvaal y, a la muerte de sir George Pomeroy Colley, asumió el mando de las tropas británicas de Natal y el Transvaal. Wood mandó la 2ª . Div. a Egipto en 1883 y pos­teriormente fue comandante en jefe de un E. que reclutó personalmente. Fue nombrado ayu­dante general del E. británico en 1897 y ascen­dido a mariscal de campo en 1903. Evelyn Wood no fue un jefe brillante o dotado, pero fue un gran líder para sus hombres; su arrojo y su te­meridad le hicieron brillar en sus muchas gue­rras coloniales.

El GD. William Earle, Comendador de la Estrella de la India (CEI), estaba a cargo de las lí­neas de comunicación. Ingresó en el E. en 1851 y ascendió a Gral. en 1880. Sirvió con distinción en el 44º Rgto. (de Essex del Este) en todas las batallas de importancia de la guerra de Crimea. Al mando de la Columna del Río en la expedi­ción de Wolseley al Sudán, resultó muerto en la batalla de Kirbekan en febrero de 1885.

El GD. D. C. Drury Lowe, CB, mandó la Bri. de Cabo en Egipto. Tras alistarse en el E. en 1854, sirvió en el 17º Rgto. de Lanceros en Crimea y durante el motín de la India. Jefe del 17º de Lanceros en la guerra zulú de 1879, encabezó la carga de Ulundi.

Al mando de la AR en Egipto se encontraba el GB. W. H. Goodenough. Se alistó en el E. en 1849 y sirvió durante el motín de la India, donde fue gravemente herido.

Los IR en Egipto estuvieron al mando del GB. C. B. P. N. H. Nugent, CB, que se alistó en el Rgto. en 1845. Sirvió en la guerra de Crimea.

El inspector general James Arthur Hanbury, CB, era el Of. de Sanidad más caracterizado de Egipto, siendo seleccionado especialmente para ese puesto. Se distinguió durante la guerra afga­na de 1878-80 y fue jefe de Sanidad de las tropas del Gral. Roberts durante la famosa marcha des­de Kabul a Kandahar.

El Coro honorable J. C. Dormer, nacido en 1824, sirvió en Crimea y fue ayudante de campo de lord Clyde durante el motín de la India. Fue vice ayudante general de las fuerzas de Wolseley en Egipto.

El GD. sir Herbert Macpherson, CCB, CV, per­teneciente al Cuerpo de Estado Mayor bengalí (EMB), estaba al mando del contingente indio. Sirvió en la guerra de Crimea como ayudante del 78º Rgto . de Highlanders. Participó en la

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TEL EL-KEBIR 1882

• Vicealmirante sir Frederick Beauchamp Paget Seymour, jefe de las tropas británicas que bombardearon los fuertes de Alejandría el 11 de julio de 1882. Nacido en

1821, sirvió en la guerra de Birmania de 1852, y dirigió a las fuerzas asaltantes en la toma de Pegu. Sirvió en Crimea y Nueva Zelanda.

Campaña persa de 1856 y se le concedió la CV en la acción con los Highlanders en Lucknow, du­rante el motín de la India. Mandó una Bri. de Inf. de las fuerzas de Roberts durante la guerra afgana, y se encontraba en el EMB cuando fue elegido para mandar al Contingente indio a Egipto, donde llegó a Suez con su EM. el 21 de agosto.

La Marina Real también jugó su papel en Egipto desde un principio, cuando la Flota britá­nica ancló en Alejandría el 20 de mayo de 1882, bajo el mando del vicealmirante sir Frederick Beauchamp Paget Seymour, (GCB) . Nacido en 1821, ingresó en la Marina en 1833. Sirvió en la segunda guerra de Birmania de 1852-53, donde condujo a los Fusileros al asalto y ocupación de la pagoda de Pegu. Mandó la Flota del canal en­tre 1873 y 1877, Y en 1879 fue designado jefe de la Flota mediterránea que bombardeó los fuertes de Alejandría el 11 de julio de 1882.

El contraalmirante sir William Hewitt, CCB,

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CV, comandante en jefe del Departamento de la India Oriental, mandó un Sqn. que tuvo un pa­pel más que activo en las operaciones; más ade­lante, tomó posesión de Suez. Jugó un papel más importante en Suakim durante la guerra de Sudán de 1884-45.

Los jefes egipcios

El bajá Arabi, líder del Partido Nacionalista Egipcio y jefe de sus tropas durante la guerra de 1882, nació en 1836 en la provincia de Sharkiyeh en el Bajo Egipto. Su nombre com­pleto era Saiad Ahmad Bey Arabi, y pretendía ser descendiente por línea masculina de Husseyn, el nieto mayor del profeta Mahoma, lo que le daba derecho a ser considerado como perteneciente a una familia santa para los mu­sulmanes -aunque su madre era egipcia- y «ára­be entre los árabes». Estos hechos son la razón del respeto que le dispensaban sus compañe­ros-soldados.

Siendo todavía niño, se alistó en el E. como soldado raso pero siendo de mente y educación superiores, ascendió rápidamente a teniente co­ronel (Tcol.) en los tiempos del bajá Said. Durante el reinado de Ismail fue acusado de un crimen, pero fue una acusación falsa, yamplia­mente desmentida; sin embargo, Ismail le de­gradó yeso sirvió para reforzar la convicción de Arabi de la injusticia que afligía a su país nativo, y le convirtió en enemigo decidido de los turcos y de todo poder despótico. En 1873 fue repues­to en su empleo y, considerado como un mártir, se convirtió en el hombre más popular del Ejército. En la primavera de 1881, por tomar parte en una protesta por el pago de atrasos, fue arrestado pero fue puesto en libertad tras un alboroto y, conocedor de que el país le re­conocía como campeón de los derechos del pueblo, condujo a la guarnición de El Cairo hasta el palacio de Abdin. Accediendo a sus de­mandas, el Gobierno le nombró bajá y le desig­nó ministro de la Guerra, lo que le convirtió en uno de los hombres más importantes del país. Pero ni siquiera sus partidarios más acérrimos podrían prever que en el espacio de unos meses se atrevería a desafiar a toda Europa y a realizar sus actividades corrosivas bajo los mismos caño­nes de una flota enemiga, enviada para atemo­rizarle.

Mahmoud Fehmy, del que se decía era el lu­garteniente de Arabi, fue capturado en Kassassin, antes de la batalla, cuando deambula­ba dentro de la zona de operaciones británica. El

status del bajá Ali Rubi, al mando en Tel el-Kebir, puede deducirse del hecho de que se decía que «dormía en la tienda de Arabi». El supuesta­mente «mano derecha», bajá Mahmoud Sami, era de origen turco; otro Of. importante en Tel el-Kebir era Raschid Bey. En Damietta, el bajá

~ El bajá Arabi, de 46 años, jefe del Ejército Egipcio. Fue nombrado ministro de la Guerra por el jedive (que también le nombró bajá) tras llevar a la guarnición de El Cairo al Palacio de Abdin en 1881, en señal de protesta, en relación con el pago de unos atrasos.

LOS JEFES DE LAS FUERZAS EN CONFLICTO

Abdullah mandó 6.000 soldados negros; y el ba­já Toulba, del que se decía que era un «feroz lu­garteniente» de Arabi, ostentó el mando en Kafr ed-Dauar. Otros líderes famosos fueron Yacoub Pasha Samy; Ali Fehmi; y el jefe beduíno Abou Hassam.

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LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

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Sargento del 1 Bón. de la Guardia Negra. El casco, el equiPo regimental y la valise, se han

teñido con té. (Pi erre Turner)

El Ejército británico en Egipto

Existe cierta confusión acerca de los uniformes usados por las tropas británicas en Egipto en 1882. Se ha confirmado que fue la única campa­ña en la que algunos soldados llevaron uniforme gris durante el servicio activo, recibiéndose en Egipto túnicas de sarga en septiembre de 1882. (Se enviaron 30.000 uniformes de sarga gris.) Para esta campaña se designó como modelo la le­vita y pantalón grises. Las únicas tropas británi­cas vestidas totalmente de caqui (a excepción de las del Contingente indio) fueron las del I Bata­llón (Bón.) de Fusileros Irlandeses Reales -un comentarista mencionó a «los Irlandeses Reales, con sus uniformes de un odioso color caqui». Se dijo que levantaron comentarios desfavorables al desembarcar en Plymouth, así vestidos, en sep­tiembre de 1885.

Antes de la entrega de las guerreras grises, la Inf. británica debió llevar las guerreras escarlata tradicionales de servicio en campaña, algunas con perfiles en la bocamanga. Las Ordenanzas del Ejército de 1881 simplificaron los colores del forro de la Inf. de línea: azul para los Rgtos. Reales, amarillo para los Highland, blanco para los Rgtos. de línea británicos y verde para los Rgtos. irlandeses. Pero es dudoso que muchas unidades cambiaran sus antiguos colores del fo­rro antes de partir para Egipto; por ejemplo, se sabe que el Rgto. de Berkshire llevaba el tradi­cional forro verde claro en lugar del nuevo.

La Inf. británica de línea de ultramar y los des­tacamentos del Mediterráneo llevaban el casco blanco de Wolseley, con un pagri (especie de pa­ñuelo colocado en el casco por encima de la vise­ra), sin punta y con barboquejo de cadena. La Inf. Ligera de Highland llevaba casco caqui o la prenda de cabeza de diario en su país. La Cabo británica vestía igual que en su país, aunque al­gunos Rgtos. llevaban polainas azules en vez de botas de montar; llevaban un casco blanco, sin punta, pagri y barboquejo de cadena; parece que la mayor parte de los pagris eran blancos, si bien con frecuencia se representa a fa Cabo DOT con pagri carmesí, y al 19º de Húsares con pagri azul oscuro. Al parecer, ninguna unidad de Cabo llevó

~ Grabado de la época, mostrando el uniforme de los Guardias en 1882, en Egipto. Estos oficiales y soldados del 1 Q de Guardias de Escolta y Guardias de Granaderos, procedentes de Inglaterra, se encuentran provistos de equiPo para servicio en el extranjero.

cascos teñidos en Tel el-Kebir; pero se llevó a ca­bo el teñido local de cascos, cinturones y cartu­cheras con material colorante marrón,jugo de ta­baco o té. A la Cabo se le suministró gafas azules de cristal y velos verdes, correas portacarabina y flecos mosquiteros para los ojos de los caballos.

La Inf. Montada llevaba su propio uniforme regimental, con casco blanco -algunas veces con la chapa del Rgto; llevaban pantalones de sarga o calzones de montar de lona con polainas altas de lona o cuero; no llevaban espuelas; llevaban el equipo normal de Inf. y una bandolera de cuero marrón en el hombro izquierdo, y el fusil Martini-Henry. Los sargentos (Sgtos.) llevaban sable de Cabo de acero con cazoleta de tres pie-

LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

zas, en una vaina de acero suspendida del cintu­rón por una correa de cuero marrón.

Los artilleros de la Real Artillería Montada lleva­ban cazadoras de color azul sólido con cuellos bor­dados en rojo y bocamangas lisas; pantalones de montar azules con franjas rojas y botas de montar con espuelas curvas; casco blanco con pagri blan­co, barboquejo de cadena y adornos en la punta; cinturones y cartucheras blancos, pistola con fun­da blanca sobre la cadera izquierda y cartucheras blancas sobre la derecha. Los cascos de los Ofs. lle­vaban un adorno esférico. La Real Artillería de Campaña llevaba prácticamente lo mismo; en am­bas armas, algunos Ofs. y soldados llevaban panta­lones de montar ·de color caqui rosáceo.

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TEL EL-KEBIR 1882

La Inf. Ligera de los MR llevaba una levita es­carlata de sarga con cuello, bocamangas y hom­breras azules; pantalones azules con franja roja (posteriormente en El Cairo, en un desfile, lleva­ron pantalones de dril) , casco con pagri blanco; equipo de color blanco con cananas en bandole­ra (que probablemente tiñeron más adelante).

La primera puesta de caqui

Las unidades de Inf., tanto británica como india, del Contingente indio llevaban el uniforme ca­qui aunque no fue adoptado como uniforme ofi­cial (de dril y de sarga) hasta mayo de 1885. Algunos mandos llevaban un casco caqui, los Ofs. un casco terminado en punta. Los Highlan­ders de Seaforth del contingente llevaban jubón caqui, pantalones regimentales con polainas de lona hasta las caderas (los Ofs. llevaban polainas de tartán). Para otros mandos era reglamentario llevar cartuchera en bandolera sobre un hom-

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bro, bayoneta al cinto y una ristra diagonal de siete hebillas a cada lado del pecho, para cartu­chos de fusil. La Inf. india llevaba uniforme ca­qui con hebillas para cartuchos, polainas caqui, pantalones de montar de color y fusiles Snider. La Cabo india llevaba su uniforme habitual, con polainas azules.

La brigada naval

En Alejandría, la brigada naval llevaba zamarra y pantalones azules, polainas blancas y gorra azul; un equipo estilo valise modificada, con cartuche­ras en un cinturón y tirantes de hombro. Había algunas variaciones; algunos hombres llevaban gorra blanca, otros llevaban el sombrero Sennet de cordoncillo, con una zamarra azul, cuello azul, camisola negra y pantalones acampanados azules. Una fotografía de la época muestra a una dotación de un cañón de nueve libras con elásti­ca blanca y camisola negra y pantalones blancos

... Marineros del destacamento de desembarco enviado a tierra el 13 de julio para vigilar las calles de Alejandría, al mando de lord Charles Beresford, de la Marina Real, disparan contra los revoltosos con una ametralladora Gatling.

con polainas altas de lona y botas de media ca­ña. El equipo era de cuero marrón, estilo naval; el fusil era el Martin-Henry, con una gran bayo­neta curva en un tahalí, a la izquierda. Algunos marineros llevaban un revólver con un cordel blanco para sujeción al cinturón en distintas po­siciones. Algunos marineros y contramaestres llevaban una manta blanca enrollada sobre el hombro.

Los Ofs. llevaban un chaquetón azul, pantalo­nes azules y gorra blanca; algunos llevaban un casco caqui o teñido, con pagri blanco; levita de una sola fila de botones con cuello bajo; las divi­sas se llevaban en la manga, a la manera usual. Bajo el cuello de la levita se veía un cuello alto de camisa, blanco, que a veces se bajaba para dejar ver cuello y corbata. En la mayoría de los casos se llevaron pantalones blancos, con botas altas de cuero, o polainas de lona y botas de media caña como los marineros. El sable reglamentario de los Ofs. se llevaba en un tahalí a la izquierda de un modelo de cinturón Sam Browne con un so­lo tirante; los Ofs. llevaban pistolera y cartuche­ras en el cinturón, y un cordón blanco. En esa época todavía no se habían distribuido unifor­mes a los Ofs., que parecían disfrutar de cierta permisividad en asuntos de vestir. Muchos Ofs. llegaron a Alejandría sin ten.er uniforme de ma­rio, o de ningún tipo, pudiendo verse una gran variedad de prendas exóticas (un Of. de los Guardias llegó con abrigo y sombrero de copa) y tuvieron que ser equipados de arriba abajo.

El equipo de los soldados británicos

Se llevaba el equipo tipo valise, pero en Egipto no se empleó la valise. Introducido en el Ejército en 1871, el equipo tipo valise sustituyó al viejo macuto, con una bolsa de lona impermeable ne­gra (valise) en la parte inferior de la espalda y su­jeta a los hombros por correas divididas en tres partes a la altura del tercer botón de la guerrera. Esas correas se sujetaban a un ceñidor que por­taba dos cartucheras, una a cada lado de la hebi­lla, que contenían 20 disparos cada una, con 30 disparos más en una «bolsa de balas» situada ba­jo la cartuchera derecha. Cuando estaban llenas, las cartucheras equilibraban parcialmente la vali­se, que llevaba la capa enrollada y los utensilios de comer a la altura del cuello del portador. La bayoneta, más larga que anteriormente, se lleva­ba en el lado izquierdo del ceñidor con la mo­chila, provocando que al correr se cruzara entre las piernas. Cuando se disparaba tendido, la mu­nición tendía a salirse de las cartucheras, lo que

LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN ·

constituía un inconveniente de importancia, ya que la introducción del fusil de cierre de carga rápida significó hacer gran número de disparos en esa posición. Cuando se disparaba desde una cubierta de poca altura, el codo derecho queda­ba expuesto, al levantar la mano para sacar un cartucho de la cartuchera derecha. Al incorpo­rarse rápidamente para avanzar a la carrera, el soldado tenía que ajustarse la cartuchera, sujetar la bayoneta para que no se cruzara entre las pier­nas y calarse la prenda de cabeza para evitar que se cayera, al tiempo que tenía que llevar el fusil.

El armamento

El arma individual de Inf. de la Campaña de Egipto fue el fusil Martini-Henry modelo III de 1879 que, de ánima más pequeña, mayor alcan­ce, trayectoria más tensa y mayor precisión, más fácil de manejar y de mayor rapidez de carga, era la más avanzada de las armas portátiles jamás su­ministradas a los soldados británicos. La sencillez y eficacia del Martini-Henry justificaron la pre­tensión de ser una de las mejores armas indivi­duales jamás diseñadas, aunque adolecía de de­fectos graves. Se interrumpía si se introducía are­na en sus mecanismos, lo que ocurrió en repeti­das ocasiones durante toda la campaña, y la su­ciedad se alojaba en las profundas estrías cua­dradas del ánima. El culatazo también era mo­lesto, especialmepte si el ánima estaba sucia; tras unos cuantos disparos, los hombros quedaban magullados y no eran raras las hemorragias na­sales, y, pese a la protección de un guardamanos de madera, el fuego prolongado calentaba el ca­ñón demasiado para poder tocarlo. El calibre era de 0,450 pulgadas; disparaba un cartucho Boxer del mismo calibre, de percusión central, de latón de poco espesor, con una posta de plomo de una onza de peso, envuelta en papel por su base pa­ra impedir que se deshiciera durante su paso por el ánima. El bloque del cierre se articulaba por la parte trasera y se abatía para dejar la recámara al descubierto cuando se bajaba una palanca, situa­da tras el arco guardamonte, para expulsar la vai­na. Después se introducía un cartucho nuevo por la parte superior del bloque y se empujaba con el pulgar hasta la recámara, y se alzaba la pa­lanca para montar el arma. No había seguro de cierre. El fusil tenía elementos de puntería para disparar hasta 500 yardas, a cuya distancia la fle­cha era de 8,1 pies, mucho menor que la de cual­quier fusil británico anterior. Pesaba 9 libras y medía 71 ,5 pulgadas, 49,5 sin bayoneta.

Manejado por personal instruido, el fusil era

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TEL EL-KEBIR 1882

preciso a 1.000 yardas y aún más; las descargas de Bón. contra objetivos masivos se iniciaban a unas 600-800 yardas e incluso un buen tirador medio podía hacer blanco a 300-400 yardas. La posta de plomo blando paraba en seco a los hombres, des-

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Teniente coronel del 2 · de Guardias de Escolta. Lleva una red mosquitero alrededor del casco. Normalmente, llevaría pistola en

el ceñidor "Sam Browne». (Pierre Turner)

truyendo huesos y cartílagos, causando heridas horrorosas, y el enemigo era literalmente barrido por el fuego -tal fue el destino de innumerables tribu de afganos, afridis, derviches, egipcios, zu­lús y otras tribus nativas en varias de las guerras coloniales victorianas. Pero el Martini-Henry era un arma de disparo único y su vida tenía que ser corta inevitablemente, por la demanda de fusiles de repetición con cargador. Entres las últimas unidades que lo usaron en combate figuran los Bóns. sudaneses de Kitchener y el E. egipcio du­rante la campaña de Omdurmán de 1896

De las bayonetas, de 21 ,5 pulgadas de longitud, se dijo que fallaban, y parece que hay pocas du­das de que no eran muy buenas. Importadas en su mayor parte, y endurecidas con una capa su­perficial, los afilados posteriores, e incluso un pu­lido a fondo, levantaban la capa dura, quedando una hoja que se doblaba o torcía fácilmente.

El sable de la Cabo británica fue criticado de forma parecida. Medía 35 pulgadas, era ligera­mente curvo para mejorar la parte afilada y tenía un guardamanos semiesférico. La campaña de Egipto sacó a relucir los fallos del sable, queján­dose amargamente los usuarios de que el arma era demasiado recta y carecía de filo, por lo que había que herir al enemigo con la punta.

En 1880, la Fábrica de Armas Individuales de Enfield diseñó y fabricó un revólver para uso mi­litar que, aunque no demasiado bueno, se con­virtió en reglamentario en el Ejército y la Marina. Fue el primer revólver que se distribuyó a las soldados de Cabo El modelo I de 1880 tenía un calibre de 0,422 pulgadas, considerado insu­ficiente para detener a un hombre al asalto a po­ca distancia.

La ametralladora Gatling

La Bía. Naval de Ametralladoras empleada du­rante la campaña se formó en Ismailia. Incluía 15 Ofs. y 197 marineros que servían seis ametra­lladoras Gatling, cada una con una dotación de 2 Ofs. y 18 soldados. Para sustituir a las bajas y custodiar las ametralladoras en movimiento, una compañía (Cía.) de 3 Ofs. y unos 45 soldados es­coltaba a la Bía.

Puesta en servicio en 1871 como la primera ametralladora de verdad, la Gatling tenía diez ca­ñones de fusil de cierre de carga de 0,45 pulga­das agrupados y un alimentador de cartuchos fi­jado a una tolva-cargador; los cartuchos caían por gravedad en los cierres de los cañones, que giraban mediante una manivela, una vez por ca­da vuelta. Disparaba balas pesadas a más de 600

~ Ametralladora Gatling en posición en Port Said, dos o tres días después de que los británicos ocuparan la ciudad y expulsaran a la guarnición egipcia. Los marineros y los marines

organizaron una pequeña posición para proteger la ciudad del ataque de las tropas enemigas, al acecho a escasas millas de distancia, y la llamaron Fuerte Real.

disparos por minuto, una concentración de fue­go elevada y terrible, que la convirtió en arma ideal para las campañas coloniales de la época. Manejadas al principio por marineros, las Gatling montadas en carros móviles fueron llevadas a tie­rra por destacamentos de desembarco, con avan­trenes, afustes y atalajes. Hacia 1875, se habían distribuido a la AR, que fue instruida para ma­nejarlas como si fueran cañones de Art. de Campaña. Un poema de Newbolt hablaba de una Gatling que se interrumpía, fallo común de­bido a que el extractor destrozaba el culote de los cartuchos normales de fusil, quedando el me­tal atorado en la recámara; eso se evitaba usando cartuchos especiales de tipo americano.

En el bombardeo naval de los fuertes de Alejandría, que precedió a la campaña, se afirmó

LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

que las Gatling que dispararon desde las cofas de los barcos jugaron un papel importante en el éxi­to de la operación. Es cierto que en el informe de la acción el Al. Seyrnour declaró que la des­moralización de los artilleros egipcios se debió principalmente a la lluvia de balas que, desde po­ca distancia, cayó sobre ellos desde la cofa del pe­queño Condor; pero parece que la Gatling se ano­tó méritos ajenos.

Se sabe que lord Charles Beresford, capitán del Condor; pidió permiso para obtener y empla­zar una ametralladora en la cofa de su barco. Posteriormente, se instaló una Nordenfelt en la cofa mayor, que realizó fuego continuado duran­te todo el bombardeo, efectuando entre 30.000 y 40.000 disparos a corta distancia sobre las trone­ras, desmoralizando en gran medida a los arti:lle­ros. Sin embargo, en 1917, A. Hilliard Atteridge y F. V. Longstaff en su Libro de la Ametralladora (Hugh Rees, Londres, 1917) vituperaba el valor de esas armas de esta manera: «En el bombardeo de Alejandría del verano de 1822, las ametralla­doras se emplazaron en la parte superior de los barcos para disparar sobre las Bías. egipcias, pe­ro los resultados fueron decepcionantes, debido

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TEL EL-KEBIR 1882

probablemente al humo que dificultaba la vi­sión; la determinación de distancias era mala, y un examen de las Bías. tras el bombardeo mostró pocas señales de balas de ametralladora. Durante el ataque, los artilleros de la parte supe­rior de los barcos estuvieron envueltos en una nube de humo de la pólvora de los grandes ca­ñones situados debajo, y las propias ametrallado­ras produjeron otra densa nube alrededor de la parte superior. Se puede decir que la pólvora sin humo es casi una necesidad para el funciona­miento eficaz de cualquier arma de tiro rápido, ya sea cañón o ametralladora.»

Sin embargo, las Gatling recuperaron su fama tres días más tarde, cuando un destacamento de

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casacas azules y marines desembarcó en Alejandría. Lord Charles Beresford relató el uso real de sus ametralladoras, como se informaba en The Army and Navy Gazette de 4 de noviembre de 1882:

"Cuando las ametralladoras Gatling desembar­caron en Alejandría, tras el bombardeo, el efec­to de su fuego sobre la chusma salvaje de fanáti­cos incendiarios y saqueadores fue extraordina­rio. Las ametralladoras no disparaban contra la gente, sino por encima de sus cabezas, pues ha­bría ocurrido una matanza si hubieran dispara­do sobre las turbas. La lluvia de balas que oían silbar por encima de sus cabezas, produjo un efecto moral difícil de describir. Le pregunté a

.... Un cañón de 40 libras entra en posición contra los egipcios al sur de Ramleh. La presencia británica en Ramleh, al

.este de Alejandría, mantuvo ocupadas a las fuerzas de Arabi mientras el grueso de las tropas británicas marchaba hacia Ismailia para penetrar en el teatro de operaciones por una dirección completamente distinta. Los egiPcios se encontraban en posiciones fuertemente organizadas, y muchas piezas de artillería entraron en posición frente a ellas.

un Of. egipcio, unas semanas después, por qué Arabi y sus 9.000 soldados regulares, que se en­contraban a cinco millas de distancia, no se diri­gieron a la ciudad en los primeros cuatro días posteriores al bombardeo, cuando Arabi sabía que la Bri. Naval del comandante Fisher, que mantenía la guarnición, contaba con menos de 400 hombres. El Of. egipcio contestó, "que no conocía a ningún ejército que pudiera hacer frente a máquinas que 'escupían plomo', y que todas las puertas estaban defendidas por tales máquinas y que había torpedos bajo los puentes; no podían afrontar tales defensas". Y así era. Creo que el Of. egipcio dijo la verdad, y que el efecto moral que produjo la Gatling en la gente durante el primer desembarco evitó que el ejér­cito egipcio atacara a la pequeña fuerza que mantuvo la guarnición a partir de entonces. »

En el discurso de réplica durante una cena con miembros de la Compañía Cutler, lord Charles Beresford dijo, en nombre de la Marina: «Se ha demostrado el gran valor de las ametra­lladoras. Con las Gatling, los destacamentos de desembarco han despejado las calles de Alejan­dría e impedido la vuelta de Arabi y, si se les hu­biera permitido desembarcar inmediatamente después del bombardeo, habrían dispersado a la chusma de saqueadores, capturado a Arabi, al bajá Toalba y a otros líderes, y salvado la ciudad; pero el Gobierno había prometido que nadie desembarcaría, y estaba obligado a cumplir su promesa. En mi opinión, las ametralladoras po­drían decidir la suerte de una campaña, si se em­plearan debidamente, siendo igualmente útiles en tierra o a bordo.»

The Army and Navy Gazette de 14 de octubre de 1882 informó del éxito de las Gatling en la bata­lla final de la campaña, en Tel el-Kebir, el 12 de septiembre de 1882:

«La Bía. Naval de Ametralladoras, compuesta por seis Gatling manejadas por treinta marine­ros, llegó a las posiciones asignadas dentro de las líneas inglesas ellO de septiembre y, el martes 12 de septiembre, recibió orden de avanzar. Se situó a distancia de alcance eficaz de las organizacio­nes defensivas de Tel el-Kebir y vio cañones al frente, a la derecha y a la izquierda, al tiempo que recibía una descarga de fuego. Sin dejarse impresionar, se dio la orden de atención al fren­te , recibida con júbilo por todas las dotaciones. Las Gatling tabletearon con el ruido infernal que tanto detesta el soldado en combate, no tan­to por lo que ha hecho, como por lo que puede hacer. El tableteo de las ametralladoras se distin­gue claramente en el aire de la mañana. Se ba-

· LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

rren los parapetos. Las troneras se cubren lite­ralmente de balas y cesan los fogonazos proce­dentes de ellas. Con un grito de júbilo, los casa­cas azules cruzan el dique y se lanzan con tra el parapeto, encontrándose con un enemigo en completa retirada. La ametralladora fue dema­siado para él. Escondidos entre el parapeto se encontraban unos pobres diablos, demasiado asustados para retirarse, aunque dispuestos toda­vía a apuñalar a un cristiano si se encontraba he­rido y desamparado. Las trincheras estaban lle­nas de muertos, pero se encontraron pocos heri­dos. El capitán Fitz Roy dirigió a sus hombres con gallardía, y persiguió al enemigo en retirada hasta llegar al campamento principal. Allí se or­denó alto. Luego llegó el Al. sir Beauchamp Seymour con su EM y se dirigió a la batería, feli­citando a sus oficiales y soldados por su valentía. »

La Artillería

En Egipto, en 1882, las piezas de la AR eran de áni­ma estriada y avancarga, distribuidas como sigue:

La Art. de Camp~ña estaba equipada con ca­ñones de 13 y 16 libras; la Art. Montada, con ca­ñones de 9 ó 13 libras; el Tren de Asedio, con ca­ñones de 25 y 40 libras y obuses de 6,3 pulgadas; la Art. de Montaña, con el «cañón a rosca» de 7 libras.

En la batalla de Tel el-Kebir, las Bías. Al 1, Dl 1, 1/2 y N/ 2 tenían piezas de 16 libras. Las Bías. C/ 3 y]/3 las tenían de 13 libras y la H / 1, de 9. La Bía. C de la III Bri. tenía cañones de 13 libras, de mástil largo, con carromatos de patente espe­cial para la munición, que llevaban los proyecti­les en posición vertical, en cajas de apertura su­perior.

Los cañones de ánima rayada y avancarga de 9 y 16 libras se consideraban inferiores a los de otros países y en 1878 se sustituyeron por caño­nes de ánima rayada y avancarga de 13 libras, provistos de asientos de árbol, para la Art. Montada y la de Campaña. Sobre el papel, este cañón representaba un gran avance, permitien­do el empleo de tubos más largos al usar pólvora de combustión lenta; pero su excesivo retroceso lo hizo impopular entre sus sirvientes.

También se introdujo el cañón de avancarga, de ánima rayada de 2,5 pulgadas para la Art. de Montaña; era el famoso «cañón a rosca», cuyo tu­bo se dividía en dos partes que se unían a rosca. Diseñado en 1880 por el Coro C. B. le Mesurier, de la AR, y hecho de acero, era un cañón de 7 li­bras, de ánima estriada y avancarga, de 400 libras de peso, debiéndose su gran longitud y peso a

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TEL EL-KEBIR 1882

que el tubo con el cierre estaba dividido en dos partes, unidas por un zuncho. Desmontado en dos partes separadas, constituyendo cada una de ellas una carga única para una mula, este peque­ño gran cañón se transportaba por senderos de montaña y pasos prohibitivos para los cañones normales. Disparó sus proyectiles de 7 libras con gran eficacia durante muchas campañas.

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Fellah, Ejército egipcio, 1882. Lleva en la espalda un gran macuto con mantas y capote

enrollados. El fusil es el Remington con rodillos de cierre, con sable-bayoneta de

empuñadura de latón. (Michael Roffe)

Cada Bía. constaba de seis cañones y carroma­tos, con avantrenes y carromatos de munición; un carromato de almacén de munición; un ar­món; un carromato de forja; una carreta de agua y un carreta de Cab., dotada de suspensión.

Cada Bía. de Art. Montada y las Bías. de 13 li­bras de Art. de Campaña llevaban 180 proyecti­les ordinarios, 648 rompedores, 24 de metralla y una reserva de 2.000 proyectiles ordinarios, 720 rompedores y 28 de metralla, arrojando un total de 300 granadas por cañón.

Cada Bía. de 16 libras llevaba 144 proyectiles ordinarios, 432 rompedores y 24 de metralla" con una reserva de 288 ordinarios, 864 rompe­dores y 48 de metralla, totalizando 300 granadas por cañón.

Además, cada Bía. llevaba 800 granadas incen­diarias de calibre apropiado para los cañones de 13 y 16 libras.

El tren de asedio llevaba 200 proyectiles por cañón, más 100 granadas incendiarias de mode­lo nuevo para los obuses. También llevaba dos te­lémetros Nolan y diez eclímetros de nuevo dise­ño. El número de proyectiles empleados duran­te la campaña fue el siguiente: 280 en Magfar el 24 de agosto, 250 en Mahsama el 25 de agosto, 154 en Kassassin el 29 de agosto, 278 en Kassassin el 9 de septiembre y 75 en Tel el-Kebir el 13 de septiembre; total, l437 granadas.

El Ejército egipcio en 1882

Durante el siglo XIX, el E. egipcio experimentó diversas vicisitudes; su derrota a manos de los etíopes a finales de la década de los años 70, lo dejó reducido a un estado deplorable a prime­ros de los 80. Parece que las mejores tropas eran los Bóns. sudaneses reclutados de los africanos del sur;' los mejores Bóns. nativos egipcios se en­contraban en Egipto; los que se enviaban al Sudán, lo eran normalmente como castigo. En aquel entonces, un Bón. constaba de cuatro Cías. (buluks), cada una de unos 200 hombres.

El sistema militar egipcio estaba concebido pa­ra asegurar el máximo de efectivos en época de guerra, o el mínimo en tiempo de paz; cada sol­dado, una vez licenciado, podía ser llamado de nuevo a filas y si era necesario se podía reunir a gran parte de la población masculina. Se hacían levas por los pueblos para conseguir nuevos sol­dados, que recibían armas y municiones, pero no uniformes, y poca instrucción. Se trasladaban Cías. enteras de un Bón. a otro en caso de sos­pecha de deslealtad. En el momento de la rebe­lión del bajá Arabi, el E. era más débil que en

• Superior. El bajá Arabi conduce a sus tropas a la guerra por las calles de Alejandría, julio de 1882. En su mayor parte procedentes de la recluta, y normalmente poco dispuestos, los soldados egipcios, sin . embargo, cumPlieron dignamente durante el bombardeo de Alejandría y, aunque fueron derrotados rápidamente, actuaron debidamente en Kassassin y Tel el-Kebir, en ocasiones.

~ Recluta del Ejército egiPcio: destacamento de reclutas forzosos de camino a las guarniciones de El Cairo o Alejandría. Contrarios en extremo al servicio militar, con frecuencia fueron esposados como delincuentes.

LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

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cualquier otra época de su historia, siendo sus efectivos de solamente seis Rgtos. de Inf. (9.000 hombres); dos Rgtos. de Cabo (l.000); un Rgto. de Art. de Campaña (600) y un Rgto. de Art. de Costa (700), totalizando 1l.300 hombres, todos ellos viejos soldados. Hubo que llamar a filas a

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gran cantidad de veteranos, y numerosos fellahin (campesinos egipcios) fueron arrancados de sus hogares y agrupados en Rgtos. que podían tener poca cohesión o confianza entre sí.

El bajá Arabi disponía de unos 60.000 comba­tientes, dispuestos en lugares idóneos por todo el

.... Superior. Desfile de tropas egipcias en El Cairo, durante la guerra de 1882 .

... Inferior. Infantería egipcia en campaña. Parte de un ejército compuesto por diferentes razas y grupos étnicos, como árabes de distintas tribus, negros del Sudán y beduinos; pero había un gran número de campesinos (feUahin) reclutados a la fuerza por Arabi. Este grupo podría pertenecer a tales tropas.

delta del Nilo, en las proximidades de Alejandría, en El Cairo y en Tel el-Kebir, punto dominante del ferrocarril entre Ismailia y la capital. Era un E. compuesto por diferentes razas y grupos étnicos -negros del Sudán, árabes de tribus diversas y nu­merosos beduínos; los Jellahin, reclutados por Arabi, constituían una gran proporción. Un co­rresponsal de guerra de The Globe escribió que en Tel el-Maskhuta había muchos muertos que lleva­ban sombreros de campesino, de fieltro marrón, además de cestos tejidos de hoja de palma, usados para llevar provisiones. Wolseley no lo considera­ba un ejército formidable, pero temía que Arabi provocara el fanatismo mahometano hasta un punto que pudiera cambiar las dimensiones y el alcance de la lucha.

Aunque Arabi contaba con una base de hom­bres bien instruidos y disponía de muchos caño­nes, fusiles, y almacenes, carecía de Ofs. y subo­ficiales (Subs.) eficaces, aunque tenía un núme­ro limitado de excelentes trabajadores para rea­lizar obras militares. El énfasis por la fortifica­ción en Kafr ed-Dauar, Tel el-Kebir y otros luga­res, surgió indudablemente de su inhibición ló­gica de enfrentarse a los británicos en acción abierta y general; se creía que si resistía hasta que el Nilo subiera lo suficiente, podría causar infinitas molestias.

Los uniformes del Ejército egipcio

La Inf. rebelde egipcia llevaba el pequeño fez ro­jo (tarboosh) con una borla negra que colgaba de la parte superior, guerrera negra y pantalones blancos de un rústico paño de algodón; la gue­rrera tenía un cuello bajo, redondeado por de­lante, y una sola línea de seis botones, con dis­tintivos y hebillas de latón que llevaban la estre­lla y la media luna. Se llevaban pantalones blan­cos, amplios, y polainas de lona blanca por enci­ma de zapatos negros de cuero; todo el equipo era de cuero negro, incluidas las correas de la mochila que era marrón o negra y tenía una marmita sujeta, y una manta gris enrollada a su alrededor, o terciada sobre el hombro izquierdo y enrollada alrededor del cuerpo. Se llevaba una espada-bayoneta de hoja ondulante, con empu­ñadura de latón, en una vaina de acero revestida de latón. Los Ofs. llevaban una guerrera corta, hasta las caderas, de color azul muy oscuro, con pechera de abotonadura lateral, de falda volumi­nosa y una hilera de ocho botones amarillos de metal, a la que acompañaba una camisa blanca con alzacuello negro. Sobre los hombros lleva­ban hombreras orladas de oro, variando con el

LOS EJÉRCITOS EN CONFRONTACiÓN

empleo. Los pantalones, del mismo color que la guerrera, eran largos y se estrechaban por los to­billos. La prenda de cabeza era el tarboosh, con una borla negra colgando de la parte super ior. El ceñidor de cuero negro llevaba una hebilla cua­drada de metal con la estrella y la media luna; los sables eran, o bien de acero con cazoleta de tres partes y vaina lisa de acero, o bien de tipo mame­luco, con empuñadura blanca y vaina de cuero negro con metal amarillo. La Cabo vestía de la misma forma que la Inf., con una correa porta­cartucheras sobre el hombro izquierdo, y un ce­ñidor negro y tirantes del mismo color que suje­taban un sable de acero, de cazoleta de tres par­tes, y una vaina de acero. En lugar de polainas, llevaban botas bajas, negras y sin espuelas.

El armamento del Ejército egipcio

La Inf. estaba provista del fusil de repetición Remington de 11 mm (0,433 pulgadas) con ro­dillos de bloqueo, capaz de disparar 17 disparos por minuto; fabricado en los EE.UU. por contra­to, en 1876 se habían entregado unos 60.000. También se disponía de una carabina para la Cabo y un mosquetón para la Art.; la espada-ba­yoneta se calaba al lado derecho del cañón. En vista de los problemas producidos por la arena, que llegaba a bloquear el mecanismo de cierre y seguridad, no se usó nunca aceite con los fusiles Remington que, debido a la limpieza exhaustiva de sus usuarios, parecían de plata. La fusilería egipcia dejó mucho que desear y fue siempre mejor a distancias largas que a cortas; en Tel el-

Material de guerra capturado en Tel el-Kebir

Cañones N° de Calibre N°de Peso de la piezas (cm) estrías granada

capturadas ánima (Lb. Onz.)

La Hitte, 7 9 6 8 6 bronce, avancarga

Krupp, Essen, 47 9 16 14 10 1871 , acero, retrocarga

Krupp, Essen, 10 8 12 9 14 1871 , acero, retrocarga

Ocho de los cañones mencionados, con cuatro cañones de bronce de 7 libras, de ánima estriada, los capturaron las tropas del Gral. Macpherson en sus asentamientos, situa­dos en el lado sur del campo de batalla.

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TEL EL-KEBIR 1882

Kebir, 18 Bóns. de Inf., situados en posICIOnes aventajadas, dispararon una lluvia de fuego, pero sólo mataron a dos hombres. Los soldados iban armados con los viejos mosquetones de latón, de avancarga.

La Art. egipcia se componía principalmente de cañones Krupp, del modelo empleado por los

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Soldado de Fusileros del Cuerpo de Correos. Estas tropas, en su mayoría

emPleados de Correos, proporcionaron un destacamento de Telégrafos a la Fuerza

Expedicionaria. (Michael Roffe)

prusianos en la guerra de 1870 contra los fran­ceses, y eran ligeramente inferiores a los cañones británicos ordinarios de avancarga. Ochenta de esas piezas fueron divididas a partes iguales entre sus líneas en Kafr ed-Dauar y Tel el-Kebir, con dos Bías. de Art. de Campaña; en ambos lugares hubo también Bías. de mitrailleuses (ametrallado­ras primitivas) y de cohetes.

Además, el Ejército de Arabi disponía de unas ametralladoras Gardner de un modelo raro de cañón único, con recámara para uso de los mis­mos cartuchos de 11 mm. (0,433 pulgadas) de los fusiles Remington, y de unas cuantas ametra­lladoras Gatling, presumiblemente del mismo calibre.

El despliegue de las fuerzas egipcias

En tiempos del bombardeo de Alejandría, el E. egipcio constaba de unos 9.000 hombres y 48 Bías. de seis piezas cada una, con un total de 288 cañones, pero con sólo 750 caballos de arrastre. En Alejandría se encontraban 5.000 de esos hombres, estando el resto distribuido por todo el país. Diez días después del bombardeo, las fuer­zas a disposición de Arabi en Kafr ed-Dauar eran de sólo 6.500 hombres, más o menos; los bedui­nos no comenzaron a llegar hasta quince días después. En ese momento se movilizó a los re­servistas, algunos con más de 50 años, alcanzán­dose unos efectivos de cerca de 60.000 hombres.

En el momento de la toma de Ismailia por Wolseley, el ejército estaba distribuido como si­gue: 15.000 hombres en Kafr ed-Dauar; 15.000 entre Aboukir, Rosetta y Burlus; 7.000 en Damietta; 12.000 en Tel el-Kebir y lado oriental del Delta; y 11.000 en El Cairo.

Además, de los beduinos que comenzaron a llegar, cerca de 3.000 se dirigieron a Kafr ed­Dauar y otros 3.000 a Tel el-Kebir.

Tan pronto como el Consejo de El Cairo co­noció la toma de Ismailia, decidió aumentar am­pliamente los efectivos del E. y, alistando a reclu­tas completamente carentes de instrucción, ele­vó su número a 100.000 hombres; tras unos días de ejercicios, se destinó a esos desgraciados a las unidades, con el resto de los soldados instruidos. Había fusiles suficientes para todos ellos, aunque al principio sólo hubo vestuario y equipo para 40.000; pero con un esfuerzo agotador, se consi­guierbn los suficientes para todo el ejército. Gracias a la «buena voluntad de la gente» se con­siguieron 11.000 animales de transporte; de la misma forma se consiguieron caballos de arras­tre para la Art., aunque todos sin instruir.

, DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

El GD. sir Archibald Alison llegó de Inglaterra el 17 de julio de 1882 para mantener el orden en Alejandría. Sus pequeñas fuerzas se componían del Cuerpo de Fusileros Reales (CFR) del Rey, Rgto. de Staffordshire del Sur, un Bón. de Infantería Ligera de MR y un número apreciable de marineros de los barcos del puerto. Los efec­tivos totales eran de 3.755 hombres, más siete ca­ñones de 9 libras, dos de 7 libras, seis Gatling y cuatro tubos lanzacohetes. Más adelante, duran­te la campaña, el Gral. Alison mandó la Bri. Highland de la 2ª Div. de Inf. del Gral. Hamley.

Alison destacó patrullas de reconocimiento en todas las direcciones para determinar la localiza­ción y entidad de las fuerzas enemigas; se em­pleó ampliamente un tren acorazado, diseñado por el comandante Fisher, de los IR, y manejado

por marineros, que se desplazaba por las vías de ferrocarril, que constituían el único camino práctico hacia el este. Allí se encontró posterior­mente a Arabi, atrincherado en Kafr ed-Dauar donde, según declaraciones de prisioneros, ha­bía 12.000 hombres del E. regular y 4.000 bedui­nos; también se descubrió que en el canal de Sweetwater, cerca de Ismailia, se encontraban atrincheradas unas fuerzas de 5.000 hombres de

... Las operaciones iniciales de 1882 tuvieron lugar en la zona de Ramleh, donde los británicos se atrincheraron frente a las posiciones enemigas. Los egiPcios destacaron

patrullas, por lo que hubo ocasionalmente algunos «incidentes en los puestos avanzados ». La escaramuza ar¡uí representada lmPlicó a la Infantería Montada.

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TEL EL-KEBIR 1882

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.... La posición británica en Ramleh, al este de Alejandría. Al trasladarse el grueso a Ismailia, permanecieron unos efectivos considerables para mantener la posición. El duque de Gonnaught inspecciona los cañones de 40 libras.

.... Las posiciones de Arabi atravesaban la franja de terreno entre el lago Aboukir y el lago Marcotis, donde el ferrocarril y el canal discurrían próximos. Los

DE ALEJANDRíA A TEL EL-KEBIR

infantes y artilleros británicos mejoraron sus posiciones, situadas frente a las del enemigo.

A..La Brigada Naval, explorando el terreno a vanguardia del tren acorazado, como parte del reconocimiento en profundidad del 5 de agosto, hacia Kindj Osman, punto más cercano de la posición fortificada de Arabi.

Inf. regular, 5.000 beduinos, 1.000 hombres de Cabo y doce cañones Krupp.

Diariamente se produjeron escaramuzas cuan­do los británicos se dirigían a tomar Ramleh, que fue fortificada rápidamente, emplazándose pie­zas de Art. en las alturas desde donde podían ver­se claramente las líneas egipcias. El tren acoraza­do se vio implicado en duras acciones, fuando

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Alejandría - Kafr ed-Dauar

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2 Miles

4 Km

Ma r Mediterráneo

(Apenas queda agua¡

(Arena moderalftJTríenté dura. apta para el movimiento de Infanlería y Caballeria)

El tren acorazado naval, armado con un cañón de 60 libras y dos ametralladoras Gatling. Esta '1ortaleza locomotriz» constaba de seis vagones protegidos por planchas de hierro, con la locomotora en el medio; los hombres de los vagones se protegían con sacos terreros. Su dotación era de tres compañías de marineros de las tripulaciones de los buques del puerto de Alejandría.

...----

DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

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TEL EL-KEBIR 1882

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~ La estrategia de Wolseley imPlicó el embarque del grueso de sus tropas hacia Ismailia, a la entrada del Canal de Suez, donde desembarcaron en el transcurso de unos días de la manera que muestra este dibujo .

.... La Brigada de Guardias, con el duque de Connaught a la cabeza, marcha hacia Ismailia.

sus cañones a los cañones egipcios, mientras la Inf. se apeaba y combatía. Marines, marineros, soldados de Staffordshire del Sur y la Inf. Ligera del duque de Cornualles (ILDC) participaron en esos minicombates contra la Inf. egipcia, que no se distinguió en especial.

A partir del 8 de agosto, comenzaron a llegar las unidades de la fuerza expedicionaria a Alejandría y el 17 la mayor parte se encontraba en tierra. El comandante en jefe, sir Garnet Wolseley, llegó el 15 de agosto y, con su EM y otros altos mandos, reconoció las posiciones egipcias y el terreno en que los hombres del Gral. Alisan habían explorado y combatido des­de mediados de junio.

El día 17 se anunció que la fuerza tenía que embarcar para realizar un desembarco en la ba­hía de Aboukir y bordear el lago de Aboukir pa­ra dirigirse a retaguardia de la posición de Arabi, mientras d~sde Ramleh se lanzaba un ataque frontal. Fue un ardid y tuvo un éxito formidable; la flota pasó de verdad por Aboukir, hacia el este por la costa a Port Said y descendió por el Canal de Suez a Ismailia.

El 23 de agosto por la tarde, cuatro días des­pués de dejar Alejandría, la mayor parte de las fuerzas de Wolseley se encontraban en tierra en Ismailia. La profundidad necesaria de las aguas en ese tramo del canal de Sweetwater descendía rápidamente y, como se sabía que los egipcios habían construido un dique sobre el canal en Magfar, a unas diez millas de Ismailia, pasado Nefisha (ocupado por el 11 Bón., soldados de York y Lancaster y algunos de la Art. de los MR), Wolseley decidió enviar tropas hacia el oeste pa­ra ocupar el canal hasta Magfar. Las tropas esta­ban al mando del Gral. Graham, en aquel tiem­po en Nefisha; el Gral. Wolseley con su EM las acompañó.

El 23 de agosto se dieron las órdenes que de­tallaban los movimientos:

"Se realizarán los movimientos siguientes: los tres Sqns. de Cabo DOT, dos cañones de la Bía. "M", Bri. "A", de la Real Art. Montada (RAM), el destacamento del 19º de Húsares y la InE. Montada partirán independientemente hacia Nefisha y se colocarán a la órdenes del GD Graham.

»Tran pronto como las tropas mencionadas se unan al GD Graham, éste se dirigirá con las tro­pas ya bajo su mando a Magfar, y allí establecerá una posición. La ILDC se dirigirá al mismo tiem­po hacia Nefisha, permaneciendo allí para pro­teger la estación, el puente y el canal, enviando el equipo de castrametación por ferrocarril» .

DE ALEJANDRíA A TEL EL-KEBIR

El avance hacia Magfar

Siguiendo la línea de ferrocarril, la columna bri­tánica avanzó hasta cerca de Ramsés, a ocho mi­llas de Ismailia; podía verse al enemigo en las co­linas arenosas que rodeaban la estación, y sus ca­ñones emplazados en batería, abrieron fuego so­bre la columna. Avanzando en orden de comba­te, la Inf. tomó posesión del dique sobre el canal entre los pueblos de Magfar y Tel el-Maskhuta, donde los marines y los soldados de York y Staffordshire cavaron trincheras bajo el fuego ar­tillero. Los cañones británicos se emplazaron en un montículo y la Cabo DOT, tras expulsar a unos soldados enemigos, se situó tras unas colinas are­nosas, preparada para cargar en caso de ataque enemigo. El Gral. Wolseley solicitó inmediata­mente a Nefisha la ILDC y a Ismailia la Bri. de Cuardias y una Bía. de Art.

Durante todo el día se mantuvo un duelo arti­llero entre los dos bandos; el enemigo recibía constantemente refuerzos de Tel el-Kebir, pro­duciéndose una rápida sucesión de llegada de trenes con tropas; y, en una ocasión, dos Rgtos. de Cabo egipcios merodearon por el flanco de­recho británico, pero no lo bastante cerca como para que la Cabo DOT cargara sobre ellos. Bajo el fuego de seis cañones enemigos, los dos ca­ñones de la RAM realizaron un fuego preciso, que disuadió un avance egipcio; el fuego ene­migo de respuesta, aunque efectuado desde ca­ñones bien servidos, hizo poco daño, porque las granadas con espoletas de percusión se hundían profundamente en la arena antes de explotar, mientras que las de espoletas a tiempos explota­ban en el aire. A eso del mediodía, dos Gatling manejadas por marineros del Orion, y una Nor­denfeldt de una lancha de vapor que ascendía por el canal reforzaron a las tropas y desempe­ñaron un papel útil desde sus asentamientos, en especial con los soldados de York y Staffordshire, situados en el flanco derecho, entre el canal y el ferrocarril. Se produjo un intento enemigo de atacar de revés la posición principal mantenida por la InE. y los dos cañones; sobre las 13.00 ho­ras, la ILDC salió de Nefisha y ocupó una posi­ción en reserva.

El calor era intenso y había poca agua; la Bri. de Guardias, marchando desde Ismailia durante las horas de más calor, sufrió muchas bajas por el camino, antes de llegar a las 18.20, cuando el sol se puso y la disminuyó la actividad. Con ella lle­garon los cuatro cañones restantes de la Bía. N / A de RAM y algunos de la Art. de los Marines. Anteriormente había llegado sir Baker Russell

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TEL EL-KEBIR 1882

Ismailia - Kassassin

~ Meseta de grava arenosa dura Lugar de

la carga de Caballería, 28 Ago. 1882

Lugar de la acción :Asentamiento de cañones 9 Sep. 1882 ~alsa de:: ~ agua de lluvia

o 2 Millas f o 2 3 Km

50

Desierto de piedra

Estación de Mahsama, ocupada por los británicos,

5 Ago. 1882 # Fuerte Lunette, ocupado por los británicos

25 Ago. 1882

TEL EL-KEBIR 1882

Mahsama, capturándose siete cañones Krupp, al­macenes, material de castrametación, gran canti­dad de fusiles Remington y mucha munición, más un tren de provisiones de 75 vagones de fe­rrocarril. Un tren se escapó cuando la Cabo car­gó contra la estación, lanzándose los Dragones en su ardiente persecución, disparando desde las sillas al maquinista, que se agazapó en su cabina y se libró de ser herido; el tren se alejó paulati­namente y los sacrificados jinetes dejaron des­cansar a sus sudorosos caballos, levantando el puño hacia el tren que se alejaba.

El pueblo de Tel el-Maskhuta estaba desierto y la Inf. acampó allí, continuando hacia Mahsama un Bón. de Guardias. Ese día, 25 de agosto, los Lanceros de Bengala, el 19º de Húsares y la Art. del Contingente indio, que venían de Suez, de­sembarcaron en Ismailia.

Al mando del bajá Raschid, las fuerzas egipcias de la zona de Mahsama- Tel el-Maskhuta consta­ban de diez Bóns. de Inf., con un total de 8.000

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hombres, seis Sqns. de Cab., 20 cañones y un gran número de beduinos.

El avance hacia la esclusa de Kassassin

El 25 de agosto, a las 20.00 horas, el cuartel ge­neral (CG.) envió la orden, que recibió el Gral. Willis a la 01.30 del 26 de agosto, de que la Bri. del Gral. Graham ocupara la esclusa de Kassassin y organizara una posición. El Gral. Willis remitió la orden al Gral. Graham, que ya había abandonado el campamento con los MR y su Art. Al mismo tiempo, se le enviaron los otros dos Rgtos. de su Bri. y, al amanecer del 26 de agosto, el Gral. Graham, acompañado por los soldados de York y Lancaster, la ILDC y los MR se dirigieron al campamento de Cabo en Mahsama. Tras reconocer la esclusa de Kassassin y descubrir que estaba abandonada, fue ocupa­da por un destacamento del 4º de Dragones el día 26 de agosto, a la luz del día; más tarde, el

.... La Infantería Montada, reconociendo a vanguardia del grueso en la zona de Kassassin.

~Superior. Operaciones en Kassassin, 25-28 de agosto de 1882. Una patrulla de reconocimiento se mueve

a lo largo del terraplén del ferrocarril.

~ Inferior. Mahmoud Fehmy, jefe de EM de Arabi, capturado en Kassassin el 25 de agosto de 1882, cuando el tren de reconocimiento regresó a Tel el-Kebir sin él.

mismo día, la Bri. del Gral. Graham avanzó y ocupó el área de la esclusa.

El 25 de agosto, mientras el Gral. Drury Lowe reconocía el pueblo de Kassassin, un egipcio de buena presencia entabló conversación con él, en francés. Un Of. egipcio, prisionero, que pasaba en aquel momento, bajo custodia, gritó: «¡Ese hombre es Mahmoud Fehmy -lugarteniente de Arabi!» El desconocido reconoció que era efecti­vamente Fehmy y fue arrestado inmediatamente. Figura militar de importancia, el bajá Fehmy ha­bía diseñado las líneas de trincheras en Kafr ed­Dauar y Tel el-Kebir, donde era asesor teórico de Raschid Bey, que mandaba las tropas allí situa­das, aunque de hecho Fehmy era el que manda­ba. Explorando la zona, Fehmy se quedó en tie­rra cuando el tren partió sin él a Tel el-Kebir, y habló con sus captores voluntariamente, revelan­do que había cinco Bías. de cañones Krupp y otras tres Bías. en posición en Tel el-Kebir.

Considerando la escala y el alcance de las re­friegas del 24-25 de agosto, las bajas británicas de 6 muertos y 27 heridos fueron notablemente bajas, pero un gran número de hombres yacían abatidos por la insolación y agotados por el ca-

Despliegue británico el 26 de agosto

En Kassassin: Rgto. de York y Lancaster; ILDC; Marina Real; Art. de los MR; dos cañones de la RAM.

En Mahsama: Cabo DOT; 4.° Y 7.° de Dragones; 3.° de Cabo de Bengala; 30 de Lanceros de Bengala; la Inf. Montada.

En Tel el-Maskhuta: Tres Rgtos. de Guardias; CFR; una C ía. de IR; ocho cañones de la AR.

En Nefisha: Rgto. Real de Kent del Oeste.

En Ismailia: Tres Cías. de IR; siet e cañones

DE ALEJANDRiA A TEL EL-KEBIR

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TEL EL-KEBIR 1882

lor: la Cabo DOT sufrió un muerto y doce heri­dos; la RAM, tres muertos y un herido; el Rgto. de York y Lancaster, un muerto y seis heridos; la Artillería de los MR, un muerto; la Inf. Montada, dos Ofs. heridos, y el 7Q de Guardias de Dragones, un Of. y cinco soldados heridos.

Cuando Wolseley trasladó a la fuerza expedi­cionaria desde Alejandría a Ismailia, dejó una fuerza para custodiar la ciudad y las líneas en Ramleh, al mando del Gral. sir Edward Hamley.

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Oficial de los Guardias de Coldstream a su llegada a Egipto. Los cascos se tiñeron de marrón posteriormente. Lleva el ceñidor

"Sam Browne» con pistolera, bolsa, tahalí de sable y trinchas. (Michael Roffe)

Esta fuerza se dedicó a hacer sentir su presencia, implicándose en numerosas acciones de poca importancia, encaminadas a mantener ocupado al enemigo.

La acción de Kassassin

La posición del Gral. Graham en la esclusa de Kassassin no era idónea para una fuerza defensi­va pequeña, pero era vital, para el paso de barcos

Fuerzas de Hamley en Ramleh

I Brigada Gral. sir Archibald Alison un Bón. de Highlanders Reales dos Bóns. de Inf. Ligera Highland dos Bóns. de Highlanders de Gordon dos Bóns. de Highlanders de Cameron

11 Brigada Gral. sir Evelyn Wood un Bón. del Rgto. de Sussex un Bón. del Rgto. de Berkshire un Bón. del Rgto. de Staffordshire del Sur un Bón. del Rey (Inf. Ligera de Shropshire)

Más tropas divisionarias (Cab .• Art .• IR y unidades auxiliares)

y la seguridad del canal, asegurar la esclusa. Ellu­nes 28 de agosto, tras unos movimientos y fuego enemigos, incluida la aparición de la Cabo sobre las colinas situadas en la parte derecha del fren­te, Graham llamó a su Cabo de Mahsama, que apareció y esperó para avanzar, montada en sus caballos durante todo el día, muy caluroso, sin una sombra donde guarecerse. Finalmente, co­mo el enemigo parecía haber abandonado la idea de atacar, desmontó a media tarde, desensi­lló sus caballos y regresó al campamento donde preparó una comida. Pero alrededor de las 16.30 horas, la Art. egipcia abrió un intenso fuego y se vieron líneas de soldados enemigos avanzando por un frente de cerca de una milla, evidente­mente con la intención de envolver el costado iz­quierdo de Graham, cuyo despliegue era el que se indica a continuación.

A la izquierda, en el lado sur del canal, donde el terreno bajo disuadía un ataque egipcio, se en­contraba la Art. de los marines, que podía pro te- . ger el norte y oeste de su posición con fuego ra­sante y de flanco; a unas 800 yardas al este y en ángulo recto se encontraba la ILDC, tres Cías. destacadas al frente con apoyos y reservas, cu­biertas por el talud del ferrocarril; a la derecha, a retaguardia, se encontr¡¡.ba escalonado el Rgto. de York y Lancaster, con 2 Cías. y media destaca­das al frente en orden de combate, apoyadas por

el resto del Bón. ; la Inf. Montada y una pequeña fuerza a pie del 4º de Guardias de Dragones ocu­paron las 800 yardas de intervalo existente entre la Ar.t. de los marines y la ILDC; en el extremo derecho había un Sqn. del 7º de Guardias de Dragones, con dos piezas de 13 libras más otras dos que se destacaron de retaguardia.

Con el costado izquierdo perfectamente pro­tegido por la naturaleza de la posición y el des­pliegue de las unidades, se podría cubrir el de­recho con el avance de la Cabo desde Mahsama, adonde Graham envió un mensaje de alerta pa­ra que pudiera atajar al enemigo que avanzara en terreno abierto, en caso de que éste intentara envolver la derecha.

Durante el rápido avance de los días anterio­res, la dificultad de movimiento de los cañones por las profundas arenas había hecho necesario el uso de caballos de los carromatos para apoyar a los de piezas, por lo que los carromatos de mu­niciones se habían dejado atrás y por entonces los cañones de 13 libras, tras realizar un buen trabajo contra los atacantes egipcios, se queda­ron sin munición. Sólo un cañón continuó dis­parando, siendo descrita la acción en un despa­cho del Gral. Graham:

«Cerca de la derecha de nuestra posición, en la línea de ferrocarril, se había montado sobre la vía férrea un cañón Krupp tomado al enemigo, manejado por un destacamento de la Art. de los Marines, al mando del capitán (Cap.) Tucker. El cañón tenía una dotación excelente y causó es­tragos en el enemigo. Como nuestros otros ca­ñones habían cesado el fuego por falta de muni­ción, el cañón del Cap. Tucker se convirtió en objetivo de la Art. enemiga, y yo conté disparos procedentes de cuatro cañones que dispararon contra él granadas rompedores y de metralla; pe­ro aunque todo a su alrededor se encontraba ba­tido, ni un solo hombre del destacamento fue herido y, así, el cañón siguió disparando hasta el final, gastando 93 proyectiles.»

Cerca de las 17.30, Graham envió a su ayudan­te de campo, teniente Pirie, del 4º de Guardias de Dragones, con una orden para el Gral. Drury Lowe: «Mueva a la Cabo por nuestra derecha, a cubierto de la colina, y ataque el flanco izquier­do de los atacantes enemigos.»

Pero Pirie tuvo dificultades para encontrar a la Cab., que se había retirado al campamento tras un día agotador, y posteriormente tuvo que con­seguir un caballo de una Bía. de Art., cuando el suyo cayó exhausto. Sabiendo que los planes del Gral. Graham giraban en torno a una carga de Cabo por la derecha, Pirie dio al Gral. Lowe un

DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

mensaje diferente, diciendo que Graham «sólo podía mantener su propia posición, y quería que la Cabo atacara la izquierda de la Inf. atacante».

A las 19.15 horas, con la izquierda y el frente protegidos con la llegada de un Bón. de MR y seis cañones, y confiando en que la derecha es­taría protegida por la carga de Cabo que había ordenado, Graham ordenó a sus tropas avance general, moviéndose uniformemente escalona­das a la izquierda, disparando constantes descar­gas por compañías sucesivas. De esta forma, las tropas avanzaron 2 ó 3 millas, mientras el ene­migo retrocedía ante ellas, tras realizar sólo un intento de resistir. Para entonces era ya de noche y se podían producir errores debido a la oscuri­dad, por lo que a las 20.45 las tropas regresaron al campamento.

Se había puesto el sol y la luna brillaba cuando los cansados caballos avanzaron lo más rápida­mente que permitía el terreno, guiados por los destellos de los cañonazos de la izquierda de su frente, aunque posteriormente el 7º de Guardias de Dragones dijera que se había guiado por ellu­cero vespertino. Por las arenas grises, con la luna difuminada por las nubes de polvo y la bruma del desierto, Drury Lowe describió un amplio ar­co con su cansáda Cabo para caer sobre el flanco

Despliegue británico el 28 de agosto

En Kassassin, con el Gral. Graham 4.0 de Guardias de Dragones 7.0 de Guardias de Dragones ILDC Inf. Montada Art. de los MR Bía. N/A de la RAM

En Mahsama, con el Gral. Drury Lowe

15 hombres 42 hombres 611 hombres 70 hombres 427 hombres 2 cañones y 40 hombres

I Bri. de Cab., al mando de sir Baker Russell Cabo DOT 3 Sqns. 7.0 de Guardias de Dragones Bía. N/A de la RAM Bía. G/B de la RAM Inf. Ligera de los MR

En Tel el-Maskhuta 4. 0 de Guardias de Dragones 19.0 de Húsares Bía. D/I de la AR Brigada de Guardias 111 Bón. del CFR del Rey

Llegadas posteriores Rgto. Real de Kent del Oeste Bías. 1/2 y N/2 de la AR

4 cañones 2 cañones

2 Sqns. 4 cañones

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Tres ilustraciones de la época describen la carga de la Caballería DOT (un Sqn. del 1 Q de Guardias de Escolta, un Sqn. del2 Q

de Guardias de Escolta, y un Sqn. de Guardias Reales aCaballo) en Kassassin, el 28 de agosto de 1882. Dirigida por el GB. Baher Russell

y el Coro Ewart, y flanqueada por los Dragones, destruyó a la Infantería enemiga, pero es dudoso que llegara a los cañones; fuentes autorizadas aseguran que no los encontraron con la luz del crepúsculo.

izquierdo enemigo, manteniéndose tras una ele­vación arenosa hasta que llegara el momento de cargar. De repente, se encontró expuesto a un fe­roz fuego de artillero, la mayor parte del cual pa­só demasiado alto como para causar daño y, mo­viéndose hacia la derecha, frustró la finalidad del enemigo. El Gral. Drury Lowe ordenó al 7º de Dragones, en vanguardia, que se desplazara hacia afuera, dejando así libre el frente para que los cañones de la RAM abrieran fuego; después, los dragones volvieron a formar a retaguardia de los cañones y de la Cabo DOT. Drury Lowe dio la orden de cargar; el general de Brigada (GB.)

DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

Baker Russell, al frente de los jinetes de élite montados en sus grandes caballos negros, gritó: «¡Al trote!, ¡al galope!, ¡a la carga! ». Flanqueada por los dragones, la Cabo DOT cayó sobre la Inf. enemiga, cogiéndola en parte de frente y de flan­co, para destruirla. En su informe oficial, Drury Lowe dijo:

«La Inf. enemiga fue disgregada totalmente, y nuestra Cabo prosiguió su avance hacia una Bía. de siete o nueve cañones, que debería haberse capturado a la luz del día, pero cuya posición, desgraciadamente, no pudo localizarse después, y que sin duda cambió de posición durante la no­che, tras nuestra retirada. Las pérdidas enemigas fueron cuantiosas, quedando el terreno sembra­do de sus muertos, municiones, etc.»

En la parte izquierda de la retaguardia de la Inf. egipcia había una unidad de Cabo que no cargó, sino que retrocedió cuando la Cabo britá­nica se acercó, aunque hay informes egipcios que dicen lo contrario. Es interesante señalar que, aunque se dijo mucho de la carga de la Cabo DOT contra los cañones, el libro definitivo sobre esa guerra, del Coro J. F. Maurice, declara

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TEL EL-KEBIR 1882

La izquierda egipcia cambia el desPliegue para afrontar el ataque de la Caballería británica ~

Avance egipcio inicial, a las 16.30 horas aproximadamente __ _ I

A T el el-Kebir, Zagazig y El Cairo

A

B

e

D

E

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Canal de Sweetwater

Ferrocarril

Artillería de los Marines Reales Infantería Montada y destacamento del 4 " de Dragones Infantería Ligera del duque de Cornualles Cañón Krupp sobre vagón de ferrocarril Rgto. de York y Lancaster

•

F Escuadrón del 7' de Dragones y cañones

G Infantería Ligera de los Marines Reales más Artillería procedente de Mahsama

H Caballería DOT I 7" de Guardias de

Dragones

111

IJ

DE ALEJANDRíA A TEL EL-KEBIR

Tras una tortuosa marcha de aproximación desde Mahsama, la Brigada de Caballería de Drury Lowe (3 Sqns. de la Caballería DOT más el 7' de Guardias de Dragones) ataca la izquierda egipcia

A Mahsama, T el el-Maskhuta e Ismailia

y campamento británico avanzado

Asentamiento de cañones

x

BR~VAN GRAHAM

LA ACCiÓN DE KASSASSIN 28 de agosto de 1882: situación al término del avance británico, vista desde el sureste

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TEL EL-KEBIR 1882

... Después de la batalla de Kassassin, buscando y ayudando a los muertos y heridos de ambos bandos.

Bajas británicas el 28 de agosto

Muertos Heridos

Ofs· Subs. y tropa O(s. Su bs. y tropa

Fuerzas de Graham: 4.° de Guardias de Dragones I Inf. Montada 2 5 Art. de los MR 6 3 21 ILDC 4 14 111 Bón. CFR del Rey I 11 Bón. York y Lancaster 9 Depósito de Sanidad Militar Cuerpo de Hospitales Militares I Total 7 10 51

Fuerzas de Mahsama 1.° de Guardias de Escolta 6 5 2.° de Guardias de Escolta I Guardias Reales a caballo 7 7.° de Guardias de Dragones 3 Cuerpo de transportes y Comisariado I Total 8 17

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de forma conduyente que todas las evidencias, tanto británicas como egipcias, indican que la Cabo nunca alcanzó los cañones, porque no los encontró en la oscuridad. Sin embargo, la carga de la Cabo terminó felizmente las acciones del día, y el enemigo abandonó el campo a los bri­tánicos.

El Gral. Graham estimó que las fuerzas enemi­gas en acción durante el día 28 de agosto, fueron de cerca de 8.000 jinetes, 1.000 infantes y doce cañones. Existen pocos datos de las bajas egip­cias, aunque un corresponsal presente en la ba­talla creía que hubo cerca de 400 muertos y nu­merosos heridos.

El comandante en jefe, sir Garnet Wolseley, llegó a Kassassin poco después del combate, recibiendo enseguida importantes refuerzos -el grueso de la 1 ª Div. y el Contingente indio­para la marcha tierra adentro. En Ismailia se desembarcaban abastecimientos y equipos de forma febril; el ferrocarril trabajaba conforme a horario, y el servicio de barcos de vapor por el canal llevaba todo lo necesario para la ofen­siva.

Los refuerzos británicos

El 29 de agosto se recibió en Alejandría una or­den de Wolseley, que decía que la I Bri. de Highland del Gral. sir Archibald Alisan tenía que embarcar para Ismailia para unirse al grue­so, con vistas a futuras batallas de importancia. El Gral. sir Edward Harnley, con su EM, también de­bía ir; el Gral. sir Evelyn Wood y su 11 Bri. se que­darían protegiendo la ciudad y las líneas en Ramleh. Las tropas embarcaron en los transpor­tes Lusitania, Iberia y British Prince, llegando a Ismailia el1 de septiembre. Los hombres perma­necían a bordo, desembarcando sólo durante el día para realizar servicios mecánicos y trabajos; no desembarcaron finalmente hasta el 9 de sep­tiembre.

Los Highlanders, con uniformes de combate compuestos de falda, zamarra de sarga roja, casco marrón, ceñidor, tres bolsas de bola, can­timplora, mochila y 100 disparos por hombre, iniciaron la marcha de 21 millas a Kassassin. En cabeza iban las tropas de Gordon, seguidas por las de Cameron; a continuación la Inf. Ligera Highland y, finalmente, la Guardia Negra - marchando todas en masas de colum­nas a un paso de distancia, con la Cabo a un flanco y la Art. al otro. Fue una marcha muy dura, por un desierto de arena, bajo un sol de justicia; pese a realizarse en cuatro días, hubo

DE ALEJANDRíA A TEL EL-KEBIR

muchas bajas, registrándose al menos una muer­te por insolación.

El 28 de agosto llegó a Ismailia el Contingente indio, del Gral. MacPherson, y se reorganizó el Ejército, siendo distribuidas las unidades como se indica en la tabla de la página siguiente.

Reanudación de la acción en Kassassin

En los días siguientes al combate del 28 de agos­to, las tropas avanzaron lo más rápidamente que pudieron, para concentrarse en Kassassin antes de avanzar sobre las líneas de Tel el-Kebir. Durante ese período, merodearon las partidas aisladas de beduinos quienes, buscando con sus actividades el favor de Arabi, le dieron a entender no sólo que Kassassin se encontraba escasamente defendido, sino que habían cortado todas las co­municaciones entre ese lugar e Ismailia. Poste­riormente, Arabi decidió lanzar un ataque com­binado con fuerzas de Tel el-Kebir y Salahieh y, a primeras horas del 9 de septiembre, se pudo ver una larga línea de soldados egipcios en dirección a Kassassin desde el oeste y noroeste, distinguién­dose claramente sus uniformes blancos a la luz de los rayos horizontales del sol naciente.

Hacia el norte, las alturas estaban pobladas de ellos, pudiendo verse masas densas en la orilla sur del canal. The Army and Navy Gazette informó que el propio Arabi se encontraba a la cabeza de 13.000 soldados de lnf., además de Cabo regular, beduinos y gran cantidad de Art., procedentes de Tel el-Kebir, mientras desde Salahieh avanza­ba otra fuerte columna de efectivos variables, se­gún informaciones, desde 1.500 hasta 5.000 hombres. El corresponsal del periódico The Times estimó que eljefe egipcio se encontraba al frente de 8.000 hombres y 24 cañones.

Se tuvo conocimiento del ataque alrededor de las 5.00, por las patrullas del 13º de Lanceros de Bengala que, tras enviar jinetes para advertir al campamento, realizaron una acción retardatriz. Pronto se avistó al enemigo sobre las colinas are­nosas, rodeando el flanco derecho de Graham; unas columnas de vapor que se elevaban en el ca­liginoso aire, anunciaron la llegada de trenes procedentes de Tel el-Kebir. A las 6.45 sonó la alarma y a las 7.10 desplegaron las unidades en orden de combate, mientras en el campamento y sus alrededores' comenzaron a caer granadas, que estallaban entre las tiendas y levantaban nu­bes de polvo, provocando que los caballos y el ga­nado rompieran sus ronzales y galoparan desen­frenados por entre las calles que formaban las tiendas.

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TEL EL-KEBIR 1882

Organización de la fuet"Za expedicionaria británica después del 28 de agosto

I Brigada 11 Bón. de Guardias de Granaderos 11 Bón. de Guardias de Coldstream IBón. de Guardias Escoceses Brigada Naval 11 Brigada 11 Bón. de Fusileros Reales Irlandeses IBón. Rgto. de Kent del Oeste Inf. Ligera de los MR 11 Bón. Rgto. de York y Lancaster IBón. de Fusileros Reales Irlandeses Tropas divisionarias 19° de Húsares (2 Sqns.)

11 Bón. de la ILDC AlI de la AR D/I de la AR 24: Sección de IR 12: Sec., Comisariado y Transportes 112 de la 1: Cía. de Camilleros Hospital de campaña N.O 3

111 Brigada IBón. Highlanders Reales IBón. Highlanders de Gordon IBón. Highlanders de Cameron 11 Bón. de Inf. Ligera Highland Contingente indio (agregado) Bía. de Montaña 7/1 IBón. Rgto. de Manchester IBón. Highlanders de Seaforth 7.° de Inf. de Bengala

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20.° de Inf. de Punjab 29.° del Beluchistán Dep. de Sanidad, ambulancias, etc. Transportes Comisariado Parque de Campaña de los IR Departamento de Material de Guerra Tropas divisionarias 19.° de Húsares (2 Sqns.)

111 Bón. CFR del Rey 1/2 de la AR N/2 26: Sección de IR I 1" Sección, Comisariado y Transporte 112 de la 2" Cía. de Camilleros Hospitales de campaña N.O 4 Y 5 Hospital de campaña N.O 2 (agregado)

I Brigada Cabo DOT (3 Sqns.) 4.° de Guardias de Dragones 7.° de Guardias de Dragones 17: Cía., Comisariado y Transportes

(parte) 112 de la 1" Cía. de Camilleros 11 Brigada 2.° de Cabo de Bengala 6.° de Cabo de Bengala 13.° de Lanceros de Bengala Tropas divisionarias N/A de la RAM Inf. Montada Destacamento de IR

17.° Sec., Comisariado y Transportes (parte)

Hospital de Campaña N.O 6

Art. de Cuerpo de Ejército G/B de la RAM H/I de la AR C/3 de la AR j/3 de la AR F/I de la AR (columna de

municionamiento) Art. de los MR Tren de asedio IBón. Rgto. de Londres V Bón. Rgto. Escocés VI Bón. Rgto. Escocés

Ingenieros de Cuerpo de Ejército Sqn. «A» de Barcazas Sqn. «C» de Barcazas Parque de Art. Secciones a: , 17: y la: EM de Ferrocarriles Zapadores y Minadores de la Reina

(Cías. «A» e «1») Comisariado y Transportes

(Secciones a ."y 15: ) 2" Cía. de Camilleros Hospitales de campaña N.O' 1, 7 Y a

En la orilla sur del canal, Graham desplegó la Art. de los MR y cinco Cías. del Rgto. Real de Kent del Oeste, con dos cañones de 25 libras, ser­vidos por la 5ª Bía. de AR de la Div. escocesa. En la orilla norte, el CFR tenía la izquierda apoyada en el canal: los MR se alinearon con ellos, con los soldados de York y Lancaster a la derecha de los marines, con su derecha algo retrasada. Dos Bías. de cañones de 16 libras, de AR, la «A» y la «D» de la I Bri., se emplazaron en asentamientos construidos anteriormente en el norte del cam­pamento, haciendo frente al ataque enemigo por el oeste; a las 7.00 estaban en posición. A su derecha se encontraban los Irlandeses Reales, con su costado derecho retrasado para constituir un frente de Inf. contra las fuerzas de Salahieh; nada más comenzar la acción, fueron reforzados por la ILDC desde la orilla sur.

A las 6.45, Drury Lowe ordenó a la Bri. de Cabo India que acudiera y retardara la progresión del enemigo; a las 7.10, la I Bri. de Cab., al mando de sir Baker Russell, también emprendió la marcha. La Bía. G/ B de la RAM acompañaba a la Bri. India, y la NI A, a la I Bri. de Cabo Las fuerzas de Cabo cabalgaron hasta situarse lejos y a la dere­cha del campamento y, amenazando a la izquier­da egipcia, estorbaron sus movimientos de flan­queo. Al mismo tiempo, la Cabo enemiga cabal­gaba paralela a las tropas de Drury Lowe, inten­tando mutuamente envolverse por el flanco, y deteniéndose ocasionalmente cuando la Art. en­traba en acción.

Mientras tanto, la Art. británica había comen­zado su acción y, aunque inferior en efectivos,

~ Campamento británico en Kassassin durante los últimos días de agosto y primeros de septiembre de 1882. El artista ha destacado: 1. Centinelas enemigos en la distancia; 2. Las líneas distantes de Tel el-Kebir; 3 . Centinelas enemigos; 4. Canal de agua dulce; 5. Ferrocarril; 6. Caballos que van a abrevar; 7. Centinela enemigo; 8.

DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

Campamento del 60· de Fusileros (CFR); 9. Puente levadizo y esclusa; 10. Campamento de los Húsares, con el humo de la locomotora del ferrocarril, a retaguardia; 11. Centinelas británicos. El área del fondo de esta ilustración es el verdadero campo de batalla en el que se desarrollaron las acciones de Kassassin.

Cabo de Caballeria de los Guardias de Escolta . Lleva el modelo especial de sable de la

Caballería DOT; la mochila y la cantimplora se llevaban en correas cruzadas sobre el pecho.

(Michael Roffe)

63

TEL EL-KEBIR 1882

obtenía gradualmente la superioridad. La Inf. enemiga había avanzado por los dos lados del ca­nal y del ferrocarril y por las laderas de las coli­nas arenosas, y mantenían un fuego continuado de fusilería desde 800 yardas. A las 7.45 se orde­nó avance general contra ella. Los marines y el CFR avanzaron siguiendo la línea del canal y fe­rrocarril, y los de York y Lancaster se dirigieron contra las tropas egipcias que avanzaban por las laderas y, apoyados por el resto de la Inf., los tres Bóns. entraron en acción contra dieciocho Rgtos. de Inf. egipcios. El crepitar de los fusiles era continuo y denso, pero el enemigo, superior en número, no pudo soportar el fuego británico, ahora efectuado por seis Rgtos. con la llegada de refuerzos.

Las tropas de Graham continuaron el avance hasta las 10.30; para entonces, los egipcios se en­contraban en franca retirada, dejando tras de sí tres cañones, dos capturados por los MR y uno por los Fusileros Reales, llegando las tropas bri­tánicas a 5.000 yardas de las posiciones de Tel el­Kebir. Se dijo que el Gral. Buller, que acompa-

64

~ Caballería india. Lanceros de Bengala de la II Brigada de la División de Caballería del Gral. Drury Lowe. Un destacamento de hombres de esa brigada partió con el Coro Pennignton (13 ~ de Lanceros de Bengala) el9 de septiembre para situar centinelas y, al observar que tres Sqns. de Caballería enemigos, con Infantería, avanzaban hacia el campamento, los hicieron frente.

~ Vista general de la acción de Kassassin el 9 de septiembre de 1882.

ñaba a la Cab., estaba considerando con el Gral. Drury Lowe la conveniencia de destacar una fuerza a Zagazig, cuando se recibió una orden de sir Garnet Wolseley prohibiendo tal movimiento.

No se conoce el número de bajas enemigas, aunque se informó que la RAM, con la fuerza de Cabo de su flanco, mató o hirió alrededor de 70 hombres. La mayoría de los informes dicen que se hicieron numerosos prisioneros.

llegan más tropas a Kassassin

La Brí. de Guardias había salido de Tel el-Maskhuta por la mañana temprano, con la orden del Gral. Willis de caer sobre el flanco izquierdo de las fuerzas enemigas de Salahieh; pero la rapidez con que se produjeron los acontecimientos no lo permitieron y, tras una penosa marcha, la Bri. llegó al campamento a las 16.00. Los cuatro Rgtos. de la Bri. de Highland partieron al día si­guiente; continuaron llegando tropas, siendo las últimas en llegar los Fusileros Irlandeses Reales, el 12 de septiembre por la tarde.

DE ALEJANDRIA A TEL EL-KEBIR

Bajas británicas el 9 de septiembre

Muertos Heridos

O(s. Otros O(s. Otros

Bía. «G», Bri. «B», de la RAM I

2.0 Cabo de Bengala 2 I 30 de Lanceros I Bía. «N», Bri. «A»

de la RAM 2 2.0 Rgto. Irlandeses Reales 2 Inf. Ligera de los MR 25 2.0 Rgto. de York y

Lancaster 6 EM, Artillería Real Bía. «A», I Bri., AR 3 Bía. «O», I Bri., AR 5 3.0 de Fusileros Reales 2 25 EM Marina Real

Total O 3 2 75

65

TEL EL-KEBIR 1882

Batalla de Tel el-Kebir, 9 de septiembre de 1882

Desierto de piedra

~ I ::J ~ j '0/\

Posiciones fortificadas de Tel el-Kebir, asaltadas por los británicos al mando de sir Garnet Wolseley, 13 Sep. 1882

Meseta de superficie dura de grava y arena

Aquí cruzó la RAM

c?SJEG BAJÁ ARABI

Z : " .... _ _ _ _ '" Parapetos El ------ _ "

Cañones de Brancker en acción: f----2 hacia el norte, 3 hacia el sur

¡;g : '- Emplazamíento del g, " , campamento de Arabi

-;; :, ........ ----------'O( ]: ~

I I \ \ \

\

" ... ... , , , , ,

\ , ,

Asentamiento _ de cañones

1

ALlSON

5

6

~ Batería del Norte

(asentamientos a medio fínalizar

x 2

"$. GUA RDI AS "$.

"$. "$. X

"$. "$. • RA

.:- GOODENOUGH

x 15 Reducto 4 avanzado

ASHBURNHAM

--\------------, Wady rUmí/

,~~R-IfIIR ti/ /

66

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- ... _- 21' ---_ ~.. X 11 (? --... "'--',

-_ L '~IA Teles-Saghlr', MACPHERSO:' , /

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Abu HaJHa , .. ,,' t-Y .ID V GeZira

~~------------~~~----~

AntiguO Canal de Wady ~

8

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W'dy Tumll,t

DE ALEJANDR(A A TEL EL-KEBIR

Clave para las tropas británicas: 1 Rgto. de Irlandeses Reales 2 Rgto. de York y Lancaster 3 Fusileros Irlandeses Reales 4 Marines Reales 5 Highlanders Reales 6 Highlanders de Gordon 7 Highlanders de Camero n B Infantería Ligera Highland 9 Guardias de Granaderos

10 Guardias Escoceses 11 Guardias de Coldstream 12 Cía. de Fusileros Reales del Rey 13 Inf. Ligera del duque de Cornualles 14 Artillería de los Marines Reales 15 192 de Húsares 16 Rgto . Real de Kent del Oeste 17 Columna de reserva de municiones 1 B Highlanders de Seaforth 19 Infantería Nativa 20 Caballería de Bengala 21 Cañones de montaña 22 Brigada Naval 23 Ingenieros Reales y barcazas 24 . Guardias 25. 11 Brigada de Infantería India 26. Infantería Montada

O 1 Milla rl --------~----J· O 1 Km

67

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

Sir Garnet Wolseley y su EM llegaron a última hora de la tarde del día 11, comenzando el reco­nocimiento de las posiciones enemigas al día si­guiente, al amanecer.

Wolseley y su EM vieron ante ellos una línea de trincheras de unas cuatro millas de longitud, que se extendía desde el canal hasta el Karain, en el desierto; y en la otra orilla el terreno se encon­traba ligeramente organizado, con parapetos de zarzas. Estas obras, en las que habían trabajado durante semanas miles de fellahin, tenían un frente de unas 6.600 yardas, pero no parece que fuera Arabi el que intentó inundarlas. A lo largo de la línea había unos reductos con cañones unidos por trincheras, con campo de tiro a van­guardia y retaguardia. En apoyo de la línea del frente había otros reductos, particularmente fuertes en la parte central derecha de la posi­ción, gracias a su altura y a que se habían cons­truido con considerable destreza. Otras obras si­milares protegían los flancos con una línea de trincheras y reductos con armas; éstos se consi­deraban inaccesibles para la Caballería.

El despliegue de las tropas egipcias en Tel el-Kebir

De acuerdo con las declaraciones posteriores que hizo el bajá Arabi desde su exilio en Ceilán, las fuerzas que mantenían las líneas de Tel el­Kebir -20.000 hombres y 75 cañones- se distri­buían como sigue:

Un Bón. de Inf. y cuatro cañones, en un pun­to situado entre Tel el-Kebir y Kassassin, a unas 2.300 yardas al este de las obras de Tel el-Kebir; más al sur, en Abu Nishaba, en las colinas areno­sas del borde del desierto, a 4 millas y media de Kassassin, dos Bóns. de Inf., 2.000 beduinos, 300 jinetes y dos cañones; en el dique inmediata­mente a retaguardia del punto más meridional de las trincheras, tres Bóns. de Inf. y seis caño­nes; en las organizaciones avanzadas a vanguar­dia de las trincheras, un Bón. de Inf. y cuatro ca­ñones; cincuenta y cuatro cañones y diez Bóns. de Inf. ocupando la línea de trincheras -seis a lo largo del sector sur del frente, tres a su izquier­da, es decir en el norte, y uno más a la izquierda,

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en el extremo norte-, y tres Bóns. de Inf., cinco cañones y el resto de la Cabo (1.700 hombres) en reserva. (La cifra total declarada por Arabi no coincide con la de los Servicios de Inteligencia Británicos, que la estimaban en 25.000 hombres, o 30.000 incluyendo a los beduinos.) También declaró Arabi que todos los mandos regimenta­les se encontraban con sus tropas; los Ofs. supe­riores dormían en sus proximidades y el jefe, el bajá Ali Rubi, dormía en la tienda de Arabi.

Preparativos británicos para la batalla

Durante la tarde del 12, se dio la orden de que esa noche avanzara la fuerza para atacar al ene­migo situado en Tel el-Kebir. A las 6.30 tenía que estar el campamento totalmente desmontado, colocándose la impedimenta a lo largo de la vía férrea, frente al campamento de sus propieta­rios, para ser transportada a retaguardia. Las tro­pas debían marchar a zonas ftiadas de antemano, detenerse y vivaquear hasta recibir la orden de formar para el avance. Cada soldado debía llevar 100 cartuchos y raciones de campaña para dos días; las cantimploras debían llenarse de té. Los trenes regimentales llevarían raciones de previ­sión para dos días y 30 disparos por hombre, en reserva.

El cañón de 40 libras emplazado sobre el va­gón de ferrocarril, que prestó tan buen servicio el 9 de septiembre, tenía que agregarse a la Bri. Naval; las siete Bías. de la AR debían formar una Bri. de Art., al mando del Gral. Goodenough; las dos Bías. montadas debían agregarse a la Cab., con la que se planeaba envolver la posición ene­miga por retaguardia.

En su informe del día 13 de septiembre, desde Ismailia, tras la batalla, sir Garnet Wolseley ma­nifestaba sus intenciones:

«Levanté el campamento de la esclusa de Kassassin ayer por la tarde. Tras vivaquear en las alturas de los alrededores hasta las 1.30 de esta mañana, avancé sobre la posición de Arabi, muy extensa y fuertemente organizada. Mis efectivos eran unos 11.000 fusileros, 2.009 jinetes y 60 ca­ñones.

»Atacar tal posición a la luz del día con las tro-

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

Orden de batalla británico en Tel el-Kebir

Jefe: GD. D. C. Drury Lowe, CB

I Brigada GB sir Baker Russell , CCMJ, CB Tres Sqns. de la Cabo DOT Un Sqn. del 1.° de Guardias de Escolta Un Sqn. del 2.° de Guardias de Escolta Un Sqn. de los Reales Guardias a caballo 4.° de Guardias de Dragones 7.° de Guardias de Dragones 17: Sección del Cuerpo de Comisariado y Transportes 1/2 Cía. de Camilleros 1.590 hombres, 1.350 caballos

11 Brigada GB. H. C. Wilkinson 13.° de Lanceros de Bengala 2.° de Cabo de Bengala 6.° de Cabo de Bengala 1.497 hombres, 1.590 caballos

Tropas divisionarias N/A Bía. de la RAM Inf. Montada

•

TG. G.H.S Willis, CB

I Brigada GB. SAR duque de Connaught, CC, caballero de San Patricio, CGEI, GCNMJ 11 Bón. de Guardias de Granaderos 11 Bón. de Guardias de Coldstream IBón. de Guardias Escoceses

11 Brigada GD. Gerald Graham, CV, CB, IR Inf. Ligera de los MR IBón. Rgto. Real de Kent del Oeste

11 Bón. Rgto. de York y Lancaster IBón. Fusileros Irlandeses Reales

Tropas divisionarias 19.° de Húsares (dos Sqns.) Bía. «A», I Bri. de la AR Bía. «D», I Bri. de la AR 24: Sección de IR I 1: Sección de Comisariados y Transportes 1/2 Cía. de Camilleros Dos hospitales de campaña Departamento Postal

TG. sir Edward Hamley, CCMJ, CB, AR

I Brigada GD. sir Archibald Alison, CCB IBón, de Highlanders Reales 11 Bón. de Inf. Ligera de Highland IBón. de Highlanders de Gordon IBón. de Highlanders de Cameron

IV Brigada Coro C. Ashburnham 11 Bón. de la ILDC 111 Bón. del CFR del Rey

Tropas divisionarias 19.° de Húsares (dos Sqns.) Bía. «1», 11 Bri. de la AR Bía. «N», 11 Bri. de la AR 26: Sección de IR Departamento de Veterinaria 12: Sección de Comisariado y Transportes 1/2 Cía. de Camilleros Dos hospitales de campaña Departamento Postal

Artillería de Cuerpo de Ejército Bía. «G», Bri. «B», RAM Bía. «C», 111 Bri., AR Bía. «T», 111 Bri., AR Reserva de Municionamiento, AR Bía. «F», I Bri., AR

Tren de asedio Bías., 4: y 5: de la Div. de Londres de laAR Bías., 5: y 6: de la Div. Escocesa de la AR

GD. sir Herbert Macpherson, CV, CCB, EMB

Brigada de Infantería GB. O. V. Tanner, CB IBón. de Highlanders de Seaforth (Búfalos de Rosshire; del duque de Albany) 7.° de Inf. Nativa de Bengala 20.° de Inf. Nativa de Bengala (Punjab) 29: Cía. (del r de Beluchistán) de Inf. Nativa

Artillería Bía. «H», I Bri., AR 7' Bía., I Bri., Div. del Norte, AR (Bía. de Montaña)

Ingenieros Cías., «A» e «h> de Zapadores y Minadores de Madrás (de la propia Reina)

Bón. adicional de Inf. IBón. Rgto. de Manchester

pas de que disponía, hubiera entrañado grandes pérdidas. Por tanto, decidí atacar antes del ama­necer, recorriendo en la oscuridad la seis millas que separaban mi campamento y la posición enemiga.»

próximo al canal, iban el 11 Bón. de Inf. Ligera de Highland, el IBón. de Highlanders de Cameron y el IBón. de Highlanders de Gordon; y en el flanco derecho de la Bri. se encontraba la Guardia Negra. En su apoyo, l.000 yardas detrás, marchaba la I Bri. de Ashburnham, formada por el CFR y la ILDC. La orden de avance

A la izquierda estaba la 2º Div. del Gral. Hamley; la Bri. de Alisan iba en cabeza, en columnas de medio Bón. de dos Cías. ; en el flanco derecho,

A la izquierda estaba la 1 ª Div. de Willis, con la Bri. del Gral. Graham en cabeza, en columnas de medio Bón., con las Cías. desplegadas a interva­los y los Fusileros Irlandeses Reales en el flanco

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TEL EL-KEBIR 1882

A Zagazig

~Icairo

Brigada

70

de Ashburnham

Wolseley y el EM del CG, seguidos por la Artillería de los Marines Reales, 19" de Húsares y telégrafos de campaña

Brigada de Alison: 1 Infantería Ligera

Highland 2 Highlanders de Cameron 3 Highlanders de Gordon 4 Highlanders Reales 5 Destacamento de

Ingenieros de Blood

Brigada de Ashburnham: 6 ILDC 7 CFR 8 Una Cia. de los de Kent

del Oeste

Brigada de Graham: 9 Marines Reales

10 Fusileros Irlandeses Reales

EGI8I 4 cañones en BAJÁ ARABI

11 Tropas de York y Lancaster

12 Regimiento Irlandeses Reales

Brigada del duque de Connaught:

13 Guardias de Coldstream 14 Guardias Escoceses 1 5 Guardias de Granaderos 16 La Caballería de Drury

Lowe ataca por el extremo norte de la línea egipcia

5 cañones en un reducto

Columna de reserva de municiones y transportes

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

4 caño nes en un reducto

Brigada de Graham

Brigada del duque de Connaught

xxxx

GB l:8J WOLSELEY

BATALLA DE TEL EL-KEBIR Vista desde el sureste, mostrando el ala derecha y el centro británicos, el 13 de septiembre de 1882, en disposición de ataque, tras la marcha de aproximación nocturna

71

TEL EL-KEBIR 1882

izquierdo de la Bri.; luego iban las tropas de York y Lancaster, y la Inf. Ligera de los MR; y en el flanco derecho, el II Bón. del Rgto. de Irlandeses Reales. Tras ellos, en su apoyo, marchaba la Bri. de Guardias del duque de Connaught, con la si­guiente disposición, de izquierda a derecha: II Bón. de Guardias de Coldstream, 1 Bón. de Guardias Escoceses y II Bón. de Guardias de Granaderos.

Entre la Bri. de Guardias y la IV Bri. se encon­traban siete Bías. (42 cañones) de la AR; y a la derecha de la Bri. de Guardias había doce caño­nes de la RAM (dos Bías.); y en el lejano flanco derecho de todo el Ejército se encontraba la Div. de Cabo del Gral. Drury Lowe.

En el lado sur del canal estaba el Contingente indio del Gral. Macpherson, con un total de l.678 Ofs. y soldados; estaba formado por el 1 Bón. de Highlanders de Seaforth, el 7º de Inf. Nativa de Bengala, el 20º de Inf. Nativa de Punjab; el 29º de Inf. Nativa de Beluchistán; un Sqn. del 6º de Cabo de Bengala; la Bía. de Montaña 711 de la AR, y una sección de Zapado­res (siete Ofs. y 248 hombres).

72

Agregada al Contingente se encontraba la Bri. Naval del comandante Fitzroy, 210 casacas azules con seis Gatling, que marchó sobre la orilla nor­te del canal, mientras la Inf. de Macpherson avanzaba a lo largo de la orilla sur, manteniendo el contacto entre ambas por medio de barcazas de los Ingenieros Reales, que se movían por el canal manteniendo el paso de las tropas indias y las fuerzas navales.

Los efectivos de Wolseley eran:

CABALLERÍA: 1250fs. 2.660 Subs. y soldados 1 FANTERÍA: 422 Ofs. 11.702 Subs. y soldados ARTILLERÍA: 87 Ofs. 2.405 Subs. y soldados TOTAL: 643 Ofs. 16.767 Subs. y soldados

más 61 cañones y 6 Gatling.

La marcha nocturna a Tel el-Kebir

Como el canal y la línea de ferrocarril corrían pa­ralelos por la posición británica hasta las trinche­ras de Arabi y a través de ellas, constituyeron las direcciones de avance de Wolseley, que comenzó

a la l.30. A las "tropas de Macpherson se las orde­nó partir una hora más tarde y marchar directa­mente por la orilla del canal, que, por permitir un avance más fácil y rápido que por el desierto, garantizaba la llegada después del comienzo del ataque, sin previo aviso de su aproximación.

La noche era muy oscura y el movimiento se ri­gió por las estrellas, encabezado por Ofs. de Inteligencia con brújulas; todos los que partici­paron en la marcha recordaban más tarde el pro­fundo silencio reinante, roto solamente por el ruido de los pasos y de las ruedas sobre la arena plagada de guijarros y el sonido de los arneses; se mantuvo el contacto realizando altos frecuentes. Comenzaba a romper el día cuando las tropas llegaron a l.000 yardas de distancia de los para­petos enemigos; un breve alto permitió a las uni­dades cerrar filas y realizar los últimos preparati­vos; las Bris. de apoyo se aproximaron a las Bris. de vanguardia. Reinaba el silencio y era difícil percibir que 14.000 hombres se encontraban preparados para arrojarse sobre un enemigo aparentemente desprevenido y probablemente medio dormido.

La Cabo de Drury Lowe no salió al mismo tiempo que el grueso, ni en la misma dirección, siendo su finalidad envolver la retaguardia ene­miga al amanecer; al principio avanzó en direc­ción norte, en columna de Sqns. y más tarde avanzó en dirección noroeste, haciendo alto dos horas después, dando frente al oeste, espe­rando el cañonazo que sería la señal de avanzar. La Div. avanzó en el orden siguiente: 13º de Lanceros de Bengala, seguido por el 2º de Cabo de Bengala y el 6º de Cabo de Bengala; Bías. N I A Y G/ B, de la RAM; la Bri. Pesada (Cab. DOT, Dragones e Inf .Montada) formaba la re­taguardia de la columna.

La Inf. había avanzado hacia el enemigo con los fusiles sin montar y las bayonetas sin calar, y se había advertido que sólo se darían dos señales: la orden «bayoneta calada» y, al llegar a la posi­ción defensiva, el toque de corneta «al asalto». Primero se escuchó el ruido de las bayonetas al calarse en los fusiles, sin in terrumpir las suaves pisadas sobre la arena. Pero después, cuando se encontraban a 300 yardas de las líneas enemigas, un disparo de fusil rompió el silencio, seguido

.... Dibujo in situ del el terreno descubierto artista bélico Melton entre las trincheras Prior, de la Brigada enemigas. Highland atacando por la mitad derecha de la línea británica, avanzando por

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

casi inmediatamente por un torrente de fuego salvaje procedente de los parapetos, enviando una tormenta de balas, que pasaron en su mayor parte por encima de los atacantes. En ese mo­mento, ni la Bri. Highland, ni la Bri. de Graham conocían la situación exacta de la otra, sin saber que el frente del E. estaba escalonado irregular­mente con la Bri. Highland adelantada a la iz­quierda, de manera que cuando se encontraba a distancia de asalto, la Bri. de Graham se encon­traba todavía a unas 800-900 yardas de los para­petos. Eso significó que la 11 Bri. tuvo que reali­zar un recorrido más largo bajo el fuego, que la retrasó hasta el extremo que la historia de la to­ma de las organizaciones enemigas durante los primeros diez minutos de la batalla, fue la histo­ria del avance de la Bri. Highland.

El ataque de la Brigada Highland

Los cornetas tocaron la señal de avanzar y hubo una cascada de gritos de ánimo de los Highlanders, que se lanzaron hacia el frente en dos oleadas, acercándose entre sí las dobles co­lumnas de medio Bón., de forma que la Bri. re­sultó desplegada en dos líneas casi continuas. El Gral. Hamley, situado entre las dos, comprobaba el avance de las Cías. de retaguardia de los Highlanders de Cameron y de Gordon, para mantenerlas de refuerzo. Sufriendo bajas por el denso fuego a corta distancia, los hombres avan­zaban afanosamente por la arena suelta de la es­carpada pendiente de los parapetos, formando grupos de apoyo mutuo en la cresta, en puntos dispersos. Durante algún tiempo, el fuego ene­migo fue tan denso, manteniendo los defensores sus posiciones, que en la parte izquierda de los dos Rgtos. centrales -de Gordon y de Cameron­los atacantes fueron rechazados, pero en otros puntos algunos grupos saltaron al terraplén, pa­ra establecer una base en las organizaciones de­fensivas . Aun así, esos grupos, expuestos al fuego desde tres lugares, comenzaron a ceder; enton­ces el Gral. Hamley adelan tó los refuerzos que había mantenido a mano y reunió a las tropas dispersas con ellos, dirigiéndolas personalmente hacia adelante para reforzar a las que avanzaban por la parte más alejada de las trincheras situa­das al frente. Grupos mixtos de soldados de Cameron, de Gordon y de la Guardia Negra, al mando de cualquier Of. que los guiara, se lanza­ron hacia el frente, atacando primero a un gru­po de egipcios, y luego a otro, hasta conquistar el muro entre las dos Bías. situadas en la parte superior.

73

TEL EL-KEBIR 1882

Entre tanto, a su izquierda, la lnf. Ligera Highland, había intentado en vano cruzar la for­midable zanja que tenía al frente , más profunda que en otras partes de la línea y defendida por tropas nubias que combatían con gran coraje. Al parecer, no hicieron fuego hasta que los atacan­tes formaron grupos en sus intentos de remontar el escarpado; después hicieron descargas de fue­go a corta distancia antes de lanzarse a la carga, rechazando sus ordenadas filas a los grupos dis­persos de la lnf. Ligera de Highland. A la dere­cha, la Guardia Negra también se encontró fren­te a una posici~n fuertemente organizada, que le impidió establecer una base tan rápidamente co­mo a los Rgtos. del centro, que se encontraban entonces asaltando el muro, en medio de un du­ro fuego de lnf. y Art.

De esa manera, el ataque de la Bri. Highland tomó una forma de cuña, con los flancos atrasa­dos, y el centro avanzando hacia las líneas inte­riores de las trincheras, desde cuyo extremo sur un fuego intenso hacía imposible avanzar por el terreno descubierto; solamente se podía progre-

7A

.. InsPirado dibujo de la carga de la Brigada Highland en la batalla de Tel el-Kebir. El dibujo la muestra acercándose a las líneas egipcias, antes de afrontar la zanja y los parapetos.

~ Titulado "Primeros en la refriega», este dibujo, realizado por un artista bélico especializado, adornó la portada de The Illustrated London News del 7 de octubre de 1882. Representa el asalto del parapeto y los asentamientos de los cañones egiPcios por los hombres de la Brigada Highland de Alison.

sar por la parte ·interior norte, yeso frente a una obstinada oposición.

El ataque de la Brigada de Graham

A la derecha, diez minutos después de la hora de ataque de los Highlanders, las 5.20, el Gral. Graham mandó personalmente su Bri. hacia la

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

Soldado de la Guardia Negra. Lleva el equiPo tipo valise con macuto y cantimplora.

(Michael Roffe)

zanja y el parapeto situados ante ella. En el flan­co derecho de la Bri., los Irlandeses Reales, ocu­pando posiciones sucesivas, se lanzaron contra un parapeto algo más bajo que en otras partes, pero del que salía un denso fuego. Los soldados de York y Lancaster avanzaron de un solo salto contra la organización defensiva que tenían al frente, ejecutándolo inmediatamente antes de que los Fusileros Irlandeses Reales penetraran en la parte sur. Los MR, que no hicieron un so­lo disparo hasta llegar a 100 yardas del parape­to, lo tomaron y mantuvieron, retirándose el enemigo con gesto hosco, defendiendo obstina­damente el terreno a unos cincuenta pies a re-

15

TEL EL-KEBIR 1882

.. La Brigada de Graham de la 1 ª División de Willis atacando una posición de las líneas egipcias, a la derecha del ataque británico. Este dibujo lo realizó in situ el eminente artista de guerras victorianas R . Caton Woodville .

~ Moviéndose alrededor de los flancos y la retaguardia del enemigo, la Div. de Caballería hizo numerosos prisioneros de la forma que indica este dibujo de R. Caton Woodville, mostrando a un soldado de la Cab o DOT capturando a un infante egiPcio muy asustado.

76

taguardia, como hizo a lo largo de todo el frente de la Bri. Pero con el paso del tiempo y la llega­da del día, llegaron refuerzos a las dos Bris. de Inf. atacantes.

La Caballería y la Artillería en acción

A las 4.40 horas, en el extremo derecho, la Cabo avanzaba al paso, después se puso al trote y, a las 4.55, cuando se encontraba a 2.000 yardas de las posiciones enemigas, escuchó los primeros disparos e incrementó el ritmo, hasta llegar ba­jo el fuego de un reducto de la izquierda egip­cia. La RAM se lanzó al galope y silenció el re­ducto y también una Bía. situada en el terreno descubierto a retaguardia del parapeto. Con la Bri. india en cabeza, en línea de columnas de Sqns., la Cabo atravesó la línea de trincheras y comenzó a envolver la parte izquierda de la re­taguardia enemiga, casi al mismo tiempo que las Bris. de Inf. comenzaban a desalojar de sus posiciones a los infantes egipcios que todavía resistían.

En aquel momento una patrulla de la Guardia Negra penetró a retaguardia de un asentamien­to artillero situado en el extremo derecho, des-

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

de donde los cañones disparaban sobre la reta­guardia de la Inf. de Graham, y abatió a los arti­lleros. Esto permitió que una Bía. de la Art. de Wolseley se emplazara sobre el parapeto, al sur de aquel asentamiento, y entrara en acción. Al mismo tiempo entraron en acción otros cañones británicos, situados directamente delante del parapeto. Durante la marcha de aproximación, efectuada por escalones de Bri.-Div., la Art. se había detenido a las 4.50, al ver que los Highlan­ders avanzaban para situarse a su altura; enton­ces, la Art. enemiga abrió fuego y los cañones británicos, muy expuestos sobre la línea del ho­rizonte, se dejaron sin dotación, detenidos, has­ta que mejoró la visibilidad. A eso de las 5.20, tres cañones habían penetrado las líneas enemi­gas y disparaban a su izquierda, sobre el enemi­go situado frente a los Highlanders, y dos caño­nes más hacían fuego de enfilada sobre los egip­cios del sur de la posición. También al mismo tiempo, entraban en acción las Bías. británicas de la derecha, fuera de la zanja, contra las líneas enemigas situadas al norte, que no habían sido asaltadas por la Inf.

Desde las 5.30 hasta las 6.00, la Bri. de Graham avanzó continuamente contra el enemigo agru-

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TEL EL-KEBIR 1882

Artillero de la Batería N/2 de la Artillería Real, con escobillón. (Pi erre Turner)

pado más allá del parapeto capturado, enemigo que se encontraba bajo el fuego de la RAM por la izquierda, dos cañones por la derecha, más ca­ñones por la parte derecha del frente, yamena­zado a retaguardia por la Cabo No fue, pues, sor­prendente que pronto cedieran y se convirtieran en una multitud de fugitivos, que retardaban el avance de la Cabo hacia el puente de Tel el-Kebir.

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La Bri. de Guardias, tras avanzar constantemen­te hacia el parapeto, maniobró a la izquierda y si­guió a los hombres de Graham, que se encontra­ban entonces atacando las líneas enemigas de delante del puente. Durante este tiempo cesó to­da resistencia en la mitad norte de la posición enemiga.

A las 5.20, en la derecha británica, la Bri. de Highland, sometida a un fuego feroz desde mu­chas direcciones, se dividió en destacamentos se­parados de 60 a 300 hombres, mandados por Ofs. de todos los Rgtos., para avarizar por saltos sobre el terreno situado entre la primera y la se-

gunda línea de trincheras y por la zanja. La lnf. egipcia defendió con decisión cada parapeto, tronera y tramo de trinchera. Los Highlanders tuvieron la gran ayuda de los tres cañones que llevaban con ellos, siendo muy efectivo el fuego de metralla a 1.000 yardas de distancia para si­lenciar el fuego de las trincheras interiores. En el extremo izquierdo del ataque, la lnf. Ligera Highland, reforzada por parte de la IV Bri., ata­có y barrió nuevamente las defensas situadas frente a ella, y después se dirigió al sur, hacia el canal, barriendo el resto de las obras defensivas de ese lado.

A Al no poder penetrar la posición egipcia, la Infantería Ligera Highland (en la izquierda británica) atacó de nuevo y tomó las posiciones; continuando hacia el sur,

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

hacia el canal, tomó el resto de las posiciones de esa parte.

A las 6.00, la derecha egipcia se encontraba to­davía luchando aunque retrocedía constante­mente; pero a su izquierda (el flanco norte) una masa de fugitivos retrocedía perseguida por la Cabo y la RAM. En ese momento, los elementos avanzados de la Bri. de Highland -unos 200

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~ Artilleros británicos se abren camino por el parapeto de las líneas egiPcias de Tel el-Kebir. En este dibujo se puede ver a los Highlanders; por lo tanto, éstos deben ser los cañones puestos en acción contra el enemigo en la izquierda británica, donde la Guardia Negra acalló una batería enemiga, permitiendo que los cañones británicos entraran en acción contra el enemigo situado frente a los Highlanders y,

también, coger de enfilada a las fuerzas egiPcias de la otra mitad de las líneas. (De un cuadro deJohn Charlton)

~ La Infantería Ligera Highland lo pasó mal para cruzar la zanja y escalar el parapeto, pero posteriormente tuvo éxito, y aquí se la representa abriéndose camino por el terreno descubierto del interior.

hombres de los tres Rgtos.- aparecieron por en­cima del campamento enemigo, contemplando los esfuerzos de los numerosos fugitivos y de las reservas por escapar. Hamley ordenó a Alison avanzar sobre el campamento, que fue captura­do, y seguir hacia el puente y la estación de fe­rrocarril. Al llegar al tramo de sirga del canal, pa­sada la estación de ferrocarril, ordenó alto. Sir Garnet Wolseley, que se había unido anterior­mente a las líneas con su EM, avanzó y llegó al puente de Tel el-Kebir al mismo tiempo que los Highlanders.

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El Contingen"te indio del Gral. Macpherson marchaba de a cuatro en frente por el restrictivo terreno del sur del canal, con la Cabo a retaguar­dia. Había cubierto tres millas cuando escuchó el ruido de la batalla. La Bri. Naval avanzaba por la orilla norte; ambas fuerzas usaban el tramo de sirga, cuyas orillas servían de protección; las co­municaciones se mantenían mediante barcazas de los IR que iban a vanguardia. Cuando reci­bieron fuego de los cañones enemigos situados a su frente , los Highlanders de Seaforth se lanza­ron contra ellos y contra unos 400 infantes atrin­cherados; simultáneamente la Bía. de Montaña entró en acción desde la parte superior de las orillas del canal, disparando contra los lugares de procedencia de los fogonazos. Los de Seaforth avanzaron por saltos, disparando des­cargas a intervalos, bien apoyados por las Gatling de la Bri. Naval de la orilla norte; después, cala­ron bayonetas y se lanzaron al asalto, mientras el 20º de lnf. ativa tomaba la Bía. del flanco; am­bas unidades fueron apoyadas por los otros dos Rgtos. indios.

Alrededor de las 6.00, el enemigo fue expulsa­do de sus posiciones, y se capturaron cuatro ca­ñones; se tomó un pueblo y avanzó toda la línea,

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

capturando los cañones del enemigo derrotado, en retirada.

Considerando la batalla tras su captura, Arabi alegó que la derrota se debió a la precipitada huida de su flanco izquierdo, viéndose envuelto en la confusión general el sector de la derecha, atacado por los Highlanders, cuando los fugiti­vos irrumpieron en su posición. En su opinión, la retirada de sus reservas, intactas, y los intentos generales de huir a la estación, comenzaron sin duda antes de la llegada de los Highlanders y se debieron al avance de la Cabo y a la aparición de la 1 Div. británica.

Se dijo que la lnf. egipcia en Tel el-Kebir afrontó el inesperado ataque en la oscuridad, con la disciplina y la desesperación propias de las tropas de primera clase. Los Highlanders, que tuvieron 243 de las 339 bajas sufridas por las fuerzas de Wolseley, encontraron una fuerte re­sistencia por parte del Rgto. de la Guardia Egip­cio, que retrocedió ante ellos en silencio y con gesto hosco. El jefe de la Bri. de Highland, sir Archibald Alison, dijo: «Debo hacer justicia a esos denostados soldados egipcios. Nunca he vis­to hombres que combatan con tanto denuedo. Retrocedían a una línea de fortificaciones inte-

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..... Bía. N/A de la RAM, provista de cañones de 9 ó 13 libras, salvando la zanja y el parapeto durante las fases finales de la acción .

... Infantes egiPcios rindiéndose al 13' de Lanceros de Bengala, en cabeza del movimiento envolvente de la Cabo británica a la izquierda de la retaguardia egipcia en Tel el-Kebir. Dibujado por R. Caton Woodville, a partir de un diseño efectuado por un artista bélico in situ.

~ Inmediatamente después de la carga de los Highlanders, se generalizó el ataque, y el enemigo se vio obligado a abandonar sus trincheras. Mientras tanto, la Cabo británica se había desplazado a la izquierda egipcia, y el Contingente indio había llegado al puente del canal, a retaguardia, preparado para cortar la retirada a los fugitivos. Como resultado, a las seis de la mañana se había ganado la batalla.

riores, que habíamos cogido de flanco, y en cada entrante, en cada Bía. yen cada reducto, se reu­nían y volvían a luchar. Cinco o seis veces tuvi­mos que atacar a la bayoneta, y yo vi cómo esos pobres hombres luchaban duramente mientras sus Ofs. huían». La mayor parte de esos buenos combatientes pertenecían a la Inf. de los negros nubios; destinados hasta entonces en Damietta, de donde llegaron para reforzar Tel el-Kebir; muchos las consideraban las mejores tropas que tenía Arabi, de mejor constitución física que los f ellahin y mejores tiradores que ellos, no pade­ciendo sus ojos la oftalmía crónica de los egip­cios. Tel el-Kebir demostró que si bien los solda­dos egipcios fueron incapaces de enfrentarse a los hombres de Wolseley en campo abierto, no eran de despreciar en absoluto combatiendo desde posiciones defensivas.

La persecución y el avance hacia El Cairo

Directamente desde el campo de batalla, sin de­tenerse, el contingente indio emprendió la per­secución y esa tarde ocupó Zagazig, para romper las comunicaciones entre los distintos elementos del E. egipcio dispersos por todo el delta del Nilo. Atravesando las líneas del enemigo en reti­rada, el grueso de la Div. de Cabo y la lnf. Montada llegaron a Belbeis a media tarde, ocu­pando la plaza. _

El 14 de septiembre las 4.30 horas, comenzó el avance de la Cabo hacia El Cairo. Se detuvo a unas millas de distancia del cuartel de Abbassiyeh, en la zona este de la ciudad, y el Tco!. Herbert Stewart avanzó con unos 50 jine-

BATALLA DE TEL EL-KEBIR

Soldado de la In! Ligera de los Marines Reales.

(Michael Roffe)

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.... Superior. En eSte campamento de Tel el­Kebir, el bajá Arabi, jefe supremo egipcio, tenía una tienda-palacio en la que dormía cuando se produjo el ataque británico, siendo despertado por el sonido de los disparos. Cuando se vistió, su ejército se encontraba en franca retirada, por lo que escapó con él. Al ocupar el campamento, el jefe de la 1 ª División, Gral. Willis, y su EM se instalaron en esa tienda.

.... Inferior. Escena de los alrededores del hospital de campaña de Tel el­Kebir. Este dibujo de Melton Prior dice algo de la difícil situación en la que se encontraron los soldados en las guerras coloniales, expuestos al

sol durante horas, hasta ser llevados al interior de las agobiantes tiendas de cirugía, donde pasarían probablemente las horas más dolorosas de sus vidas.

T La Infantería Ligera Highland custodiando a los prisioneros de guerra egipcios, capturados en la zona del extremo derecho de su línea. Dibujado por F. F. Weedon, artista bélico especializado del Tbe Illustrated London News.

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tes. Cuando llegaron a las proximidades del cuartel, una patrulla de Cabo egipcia con bande­ras blancas en las bocas de fuego de las carabinas salió a su encuentro. Al saber que Arabi había dejado el campo de batalla, montado en un ca­ballo ligero, y se encontraba en su casa de El Cairo, se enviaron tropas a la ciudad, donde lle­garon a las 16.30 horas. La ciudadela se rindió con su guarnición de 6.000 hombres; poco des­pués, el bajá Arabi y el bajá Toulba se rendían in­condicionalmen te.

Parece ser que no se hicieron cálculos de las bajas egipcias, pero testigos presenciales dijeron que fueron considerables, siendo sorprendente que hubiera tantos muertos en tan poco tiempo. Se dijo que hubo centenares de muertos por donde los Highlanders penetraron en las posi­ciones, y se encontraron muchos muertos dise­minados a lo largo de la línea de retirada. El co­rresponsal de The Standard calculó el número de muertos entre 2.500 y 3.000; otra fuente lo esti­mó entre 1.500 y 2.000. También se destacaron los sufrimientos de muchos heridos, a pesar de

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los esfuerzos que realizaron los servicios sanita­rios británicos.

Al día siguiente, a las 10.00 horas, sir Garnet Wolseley y su EM, con una escolta de Guardias, llegó a El Cairo por tren; la ciudad fue ocupada

Pérdidas británicas en Tel el-Kebir

Muertos

O(s. Otros

EM 19.° de Húsares AR Guardias de Granaderos Guardias de Coldstream Guardias Escoceses Highlanders Reales 2 7 Highlanders de Gordon I 5 Highlanders de Cameron 13 Inf. Ligera Highland 3 14 2.° de Irlandeses Reales I I York y Lancaster 1.° de Fusileros Irlandeses Reales 2 Inf. Ligera de los MR 2 3 ILDC Cuerpo Montado de Reales del Rey Contingente indio Highlanders de Seaforth Capellanes Total 9 48

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rápidamente por una gran fuerza británica. Las posiciones y fuerzas militares egipcias de Kafr ed­Dauar y de todo el delta del Nilo se rindieron sin ofrecer resistencia.

La guerra había acabado.

Heridos Desaparecidos

O(s. Otros O(s. Otros

2 I 2 17 I 9 I 7

4 6 39 2 I 29 4 3 45 5 52 2 17

12 34 3 53 21 5 20 9 3

I 27 356 30

... La ciudad de Zagazig, a medio camino entre Tel el-Kebir y El Cairo, fue ocupada al princiPio por el Contingente indio la tarde de la batalla. Este atravesó directamente el campo de batalla para tomar la ciudad. Más tarde, como puede verse en el dibujo, parece que todo el Ejército la usó de punto intermedio de camino hacia El Cairo .

.A Bajas de la Brigada Highland en Tel el-Kebir, esperando en la estación de ferrocarril para su traslado al hospital.

~ La ciudadela de El Cairo se rindió a las Fuerzas británicas el 14 de septiembre.

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.... Habitación del cuartel de Abbassiyeh en El Cairo, donde estuvieron presos el bajá Arabi y su subordinado, el bajá Toulba, tras su rendición a los británicos el 14 de septiembre de 1882, al día siguiente a la batalla de Tel el-Kebir.

T Tras finalizar la guerra de Egipto, hubo un gran desfile {le los vencedores por El Cairo, ante el jedive. En el dibujo, soldados de Beluchistán desfilando.

;

COLOFON

En aquel tiempo se dijo que raras veces una cam­paña fue tan afortunada o rentable para un jefe y sus tropas. En tono familiar, un escritor dijo que «la guerra se pareció más a un juego de KriegssPiel que a una dura realidad, -tan precisos y cuidadosos fueron los planes y cálculos de sir Garnet Wolseley y tan puntualmente llevó a cabo el proyecto que había madurado antes de dejar Londres». Otro corresponsal militar de la época dijo: «También acertó hasta casi la fecha en que la campaña debería finalizar. No sólo terminó la

T Escenas finales del juicio del bajá Arabi -jefe derrotado de las tropas egipcias y antiguo ministro de la Guerra- en El Cairo, 3 de diciembre de 1882. Fue condenado a la pena de muerte, que fue

inmediatamente conmutada por la de exilio perpetuo en Ceilán, conforme a un acuerdo anterior con sus captores.

guerra con un triunfo, sino que no dejó ningún cabo suelto. No se limitó solamente a derrotar a los insurrectos, sino que destruyó la insurrección de raíz, sin dejar heces fétidas y molestas tras de sí. Su estrategia y su táctica han sido válidas y maestras. En vez de intentar un avance obre Alejandría, tras capturar previamente los puertos de Aboukir y Kafr ed-Dauar -como hubiera he­cho un general normal- confundió al enemigo frente a Alejandría y después, engañando a to­dos, incluso a sus Grals., mediante una serie de acciones en combinación con la Marina, con­quistó el canal y trasladó su base a Ismailia. Allí, en lugar de asestar un golpe rápido y vistoso, que hubiera podido tener éxito, pero habría implica­do un riesgo grande y la pérdida de muchas vidas para obtener una sola victoria a la que habría se­guido un campaña larga, decidió esperar hasta que maduró sus preparativos para asestar un

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TEL EL-KEBIR 1882

golpe decisivo, que pusiera fin a la campaña» . Habrá que consultar la historia para determi­

nar si Arabi fue un patriota genuino, que trabajó por el nacionalismo de su país, un rebelde ambi­cioso y sin escrúpulos decidido a tomar el poder del jedive, o un mero instrumento del sultán de Turquía, en su intento de restaurar el poder ab­soluto de Turquía en Egipto. Cualquiera que sea la verdad, no se puede negar que Arabi fue un hombre de gran decisión, como lo demuestra lo que consiguió en su país en muy poco tiempo; su relativamente rápida caída se debió al intenso es-

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fuerzo de reclutamiento de una gran fuerza ex­pedicionaria por parte de la única potencia no dispuesta a consentir que la ascensión del dicta­dor pudiera afectar a sus intereses.

Tras la derrota en Tel el-Kebir, el bajá Arabi y sus más próximos colaboradores fueron juzgados e13 de diciembre de 1882. Tras llegar a un acuer­do, fueron condenados a pena de muerte, con­mutada por la de exilio perpetuo en Ceilán. Arabi pasó allí 18 años, hasta que fue perdonado en 1903 y se le permitió regresar a Egipto, don­de murió de cáncer en 1911.

.... La reina Victoria condecora a los soldados de la expedición a Egipto en el Castillo de Windsor; del Tbe Illustrated London News del 2 de diciembre de 1882.

Distintivos y Condecoraciones otorgados

Por OG 32/1883, se autorizó a los si­guientes Rgtos. a llevar en sus banderas el distintivo «EGIPTO 1882»:

Ejército británico 1.° de Guardias de Escolta 2.° de Guardias de Escolta Guardias Reales a Caballo 4.° de Guardias de Dragones 7.° de Guardias de Dragones Guardias de Granaderos Guardias de Coldstream Guardias Escoceses Rgto. de Irlandeses Reales ILDC Rgto. Real de Sussex Rgto. de Staffordshire del Sur Montañeros de Sherwood Rgto. de Reales de Berkshire Rgto. de Reales de Kent del Oeste (el

propio de la Reina) Inf. Ligera de Shropshire (del Rey) Rgto. de Manchester Rgto. de Inf. Highland Highlanders de Seaforth Highlanders de la propia Reina, de

Cameron VIII Bón. (Ciudad de Londres), del Rgto.

de Londres (Fusileros de Correos) 19.° de Húsares La Guardia Negra CFR del Rey Rgto. de York y Lancaster Highlanders de Gordon Fusileros Irlandeses Reales

Ejército indio 2.° Rgto. de Cabo de Bengala 6.° Rgto. de Cabo de Bengala 13.° de Lanceros de Bengala Cuerpo de Zapadores y Minadores de

la propia Reina 7.° Rgto.de Inf. Nativa de Bengala 20.° Rgto. (de Punjab) de Inf. Nativa de

Bengala 29.° Rgto. de Inf. Nativa de Bombay o

11 Bón. de Beluchistán

Se autorizó a los siguientes Rgtos. a lle­var «TEL EL-KEBIR» como distintivo:

Ejército británico 1.° de Guardias de Escolta 2.° de Guardias de Escolta Guardias Reales a caballo 4.° de Guardias de Dragones 7.° de Guardias de Dragones 19.° de Húsares

Guardias de Granaderos Guardias de Coldstream Guardias Escoceses Rgto. de Irlandeses Reales ILDC La Guardia Negra CFR del Rey Rgto. de York y Lancaster Inf. Ligera Highland Highlanders de Seaforth Highlanders de Gordon Highlanders de la propia Reina, de

Cameron Fusileros Irlandeses Reales

Ejército indio 2.° Rgto. de Cabo de Bengala 6.° Rgto. de Cabo de Bengala 13.° Rgto. de Lanceros de Bengala Cuerpo de Zapadores y Minadores de

la propia Reina 7.° Rgto. de Inf. Nativa de Bengala 20.° Rgto. (de Punjab) de Inf.

Nativa de Bengala 29.° Rgto. de Inf. Nativa de Bombay o

11 Bón. de Beluchistán

El distintivo citado conmemora la pri­mera acción en que intervino la Cabo DOT desde Waterloo, sesenta y siete años antes.

Tomaron parte en la campaña un total de cuarenta y tres unidades, pero sólo un número pequeño de ellas recibió la medalla «EGIPTO» con la barra «TEL EL-KEBIR»; no se conoce con exacti­tud el número de tales medallas y ba­rras concedidas al personal del Ejército indio. Por ejemplo, el 2.° Rgto. de Manchester estuvo presente en Egipto, pero no se le autorizó a llevar la barra. Sólo recibió la barra una Cía. del Rgto. Real de Kent del Oeste; y recibieron la medalla sin barras: 1.° Rgto. de Reales de Sussex; l ." Rgto. de Staffordshire del sur; l." Rgto. de Berkshire; l." del Rey (Inf. Ligera de Shropshire); y los Montañeros de Sherwood.

Además de los regimientos a los que se les concedió el distintivo de «TEL EL­KEBIR», incluidos tres Sqns. de los 1.° y 2.° de Guardias de Escoltas, de Guardias Reales a Caballo, 4.° de Guardias de Dragones, y un Sqn. del 19.° de Húsares, las siguientes unidades recibieron la medalla de «EGIPTO»:

COLOFÓN

Bías. «A», «C», «D», «F», «G», «H», «1», «J» y «N» de la AR; 7: Bía. de Montaña, de la AR; 4/1 Y 5/1 de AR de la Div. de Londres y 5/1 y 6/1 de AR de la Div. Escocesa.

Art. de los MR; 26 Cía. de IR; Real Brigada Naval; Cuerpo de Hospita­les del Ejército; Servicio de Trans­portes Auxiliares de Malta.

Todos los Ofs. y soldados que toma­ron parte en la campaña, recibieron la Estrella de Bronce conmemorativa del jedive de Egipto.

Durante la guerra de Crimea, se auto­rizó a los Ofs. y soldados británicos llevar condecoraciones y medallas concedidas por nuestros aliados; con tal precedente, la reina Victoria san­cionó la aceptación de la Orden de Osmanieh y la de Medjidieh, del sultán de Turquía, distribuidas como sigue:

Ofs. Grals. Ofs. de EM 1.0 de Guardias

Osmanieh 4

51

de Escolta (1 Sqn.) 2.° de Guardias de Escolta (1 Sqn.) Guardias Reales a caballo (1 Sqn.) 4.° de Guardias

Medjidieh 6

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de Dragones 3 7.° de Guardias de Dragones 2

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~

CRONOLOGIA

1879 26 de junio. Tewfik se convierte en jedive de Egipto. 1881 1 de febrero. motín del Ejército egipcio. 9 de septiembre. Confrontación en palacio entre el jedive y Arabi. Dimiten los ministros. 1882 ' Enero. Arabi es nombrado ministro de la Guerra. Marzo. Arabi es nombrado bajá. Abril. Los oficiales circasianos confabulados para matar a Arabi, son arrestados y procesados. Juzgados por un Consejo de Guerra, sus conde­nas fueron reducidas drásticamente por el jedive. 5 de mayo. Los franceses proponen que se enVÍen a Alejandría seis barcos de guerra ingleses y seis franceses. 15 de mayo. La flota combinada sale de Suda, en Creta. 20 de mayo. La flota llega a Alejandría. Los mi­nistros egipcios dimiten en un comunicado, pro­testando por la intromisión extranjera. 21 de mayo. El bajá Arabi organiza una manifes­tación, exigiendo ser nombrado nuevamente mi­nistro de la Guerra. 26-27 de mayo. Soldados egipcios atacan a ciu­dadanos europeos y amenazan con tomar Alejandría. 28 de mayo. El bajá Arabi se convierte en virtual dictador. Ordena que los fuertes de Alejandría se pongan en estado de alerta defensiva, en con­tra de las órdenes del jedive y del almirante bri­tánico. 11 de junio. Matanza de europeos en Alejandría. 7 de julio. El Al. Seyrnour amenaza con bombar­dear si no cesan los trabajos defensivos. 10 de julio. El Al. Seyrnour envía un ultimátum de 24 horas. Salen de Alejandría los últimos eu­ropeos. Los franceses retiran sus barcos de gue­rra. 11 de julio. La Flota británica bombardea los fuertes de Alejandría. 12 de julio. Soldados egipcios y beduinos saquean Alejandría. 13 de julio. Arde Alejandría. Arabi y sus tropas se retiran de la ciudad.

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14 de julio. Desembarcan unos destacamentos navales. Rescatan al jedive, amenazado por solda­dos armados. 15 de julio. Marineros y marines recorren la ciu­dad eliminando a los merodeadores. 17 de julio. Llegan los buques Tamar (con los Marines Reales) , Agincourt y Northumberland, con el Rgto. de Staffordshire del Sur y el CFR del Rey. Llega de Inglaterra el Gral. sir Archibald Alison, y asume el mando de esas tropas. 22 de julio. Se descubre a las fuerzas de Arabi aa:incheradas en Kafr ed-Dauar. Se producen las pnmeras escaramuzas. 23 de julio. Llega el Malabar con la ILDC y parte del 38º. Se unen a las tropas de Alison y avanzan para tomar Ramleh. 24 de julio. Se establece contacto con Arabi y se enfrentan los dos bandos, dentro del alcance de la Art., en posiciones fortificadas rápidamente. 25 de julio. En Inglaterra se llama a los reservistas. 30 de julio. La Bri. de Guardias parte de Inglaterra. 2 de agosto. El Gral. sir Garnet Wolseley aban­dona Inglaterra. 3 de agosto. Los marines de la flota ocupan Suez. 5 de agosto. Una fuerza de reconocimiento, in­cluido un tren acorazado, se mueve por la zona de Ramleh-Kafr ed-Dauar, se enfrenta y vence al enemigo en Mahalla. 6 de agosto. El Gral. Graham asume el mando de la posición británica de Ramleh. 8 de agosto. Llegan a Suez tropas de la India; du­rante las dos semanas siguientes llegan más, tam­bién de Gran Bretaña. 10 de agosto. Llegan a Alejandría el duque de Connaught y eljefe de EM, sir John Adye. 12 de agosto. Llega a Alejandría la Bri. de Guardias. 15 de agosto. Llega a Alejandría sir Garnet Wolseley. Dos Divs. de Inf. , más Cab., Art. y EM, abandonan Gran Bretaña. La Inf. Montada, al mando del Cap. Parr, reconoce las posiciones enemigas; se producen pequeñas escaramuzas. 16 de agosto. El Gral. Wolseley, sir Evelyn Wood y sir Edward Hamley, acompañados por el duque de Connaught y otros generales, inspeccionan

las posiciones británicas y observan las formida­bles trincheras de Arabi. 17 de agosto. Se ordena que las tropas se prepa­ren para embarcar. Vuelven a embarcar unida­des de la 1 ª Div. que habían desembarcado. 18 de agosto. Continúan los trabajos de embar­que. 19 de agosto. Los buques zarpan de Alejandría hacia Ismailia. Se produce una gran actividad enemiga, fuego incluido, delante de la posición británica en Ramleh. 20 de agosto. El Gral. sir Evelyn Wood envía al Rgto. de Berkshire en misión de reconocimien­to. Se ocupa Port Said. 21 de agosto. El Gral. sir Edward Hamley destaca la Guardia Negra en misión de reconocimiento hacia Kafr ed-Dauar. Comienza el embarque en Ismailia. Llegan a Alejandría las últimas unida­des de la fuerza expedicionaria británica. Sir Garnet Wolseley y el Al. Seymour llegan a Ismailia. El Gral. Graham ocupa Nefisha. El Gral. Macpherson, al mando del Contingente indio, llega a Suez con su EM. 22 de agosto. Graham conduce una gran fuerza a Ramsés, Magfar y Tel el-Maskhuta; combate al enemigo todo el día. 23 de agosto. Continúa el avance. 25 de agosto. Comienza el avance general sobre Tel el-Maskhuta; se descubre que está desocupa­do. Drury Lowe, con la Cab., se desplaza y ocupa Mahsama. Las tropas acampan en ambos lugares. 26 de agosto. El Gral. Graham conquista y ocupa Kassassin. 27 de agosto. Mahmoud Pasha Fehmy, jefe de EM de Arabi, cae en manos de los británicos. 28 de agosto. Batalla de Kassassin. La Inf. de la Div. India, con Art. y el Comisariado, desembar­ca en Ismailia entre el 28 y 31 de agosto. 29 de agosto. En Alejandría se recibe la orden de embarcar a la Bri. Highland, al mando del Gral. Alison, y al Gral. Sir Edward Hamley con el EM, con destino a Ismailia. sir Evelyn Wood queda al mando de la ciudad y las líneas de Ramleh. 30 de agosto. Embarca la fuerza; zarpa el 31 y lle­ga elIde septiembre a Port Said. Permanece embarcada en Ismailia hasta el 9 de septiembre, después desembarca y marcha hacia Kassassin , donde llega el 13 de septiembre. 5 de septiembre. El ministerio de la Guerra bri­tánico da orden de enviar a 4.000 soldados más de Gran Bretaña. 6 de septiembre. Las fuerzas egipcias reconocen las posiciones británicas en Kassassin. 7 de septiembre. La Cabo India y la Inf. Montada reconocen de cerca las líneas egipcias de Tel el-

CRONOLOGíA

Kebir. El Gral. Willis llega a Kassassin , al igual que el Gral. Drury Lowe y la Cabo Los Guardias se encuentran de camino. 8 de septiembre. Se lleva a cabo un reconoci­miento británico en profundidad de la orilla sur del canal y zona adyacente. 9 de septiembre. Arabi participa personalmente en un reconocimiento en profundidad de la po­sición británica en Kassassin. Es rechazado el ata­que egipcio a Kassassin. 11-12 de septiembre. El Gral. sir Garnet Wolseley y otros Ofs. superiores reconocen los dos lados de la posición enemiga. Llegan al cam­pamento los Fusileros Irlandeses Reales (87) yel tren de barcazas. 13 de septiembre. Batalla de Tel el-Kebir. Derrotado, Arabi huye a El Cairo. La Cabo India y la Cabo DOT persiguen al E. egipcio, llegando a Belbeis al caer la tarde. 14 de septiembre. Por la tarde, estas fuerzas de Cabo llegan al cuartel de Abbassiyeh, a las afueras de El Cairo. La ciudad y la guarnición de El Cairo se rinden. Los egipcios de Kafr ed-Dauar hacen propuestas de rendición de la posición. 15 de septiembre. Al encontrar abandonadas las líneas de Kafr ed-Dauar, las tropas británicas de Ramleh las ocupan. A través de las comunicacio­nes telegráficas, restablecidas, Arabi y sus Ofs. ofrecen obediencia aljedive, que no la acepta. El Gral. sir Garnet Wolseley entra en El Cairo. 17 de septiembre. El Gral. sir Evelyn Wood y el EM llegan a Kafr ed-Dauar. Arabi es hecho pri­sionero en El Cairo. 18 de septiembre. La guarnición egipcia de los fuertes de Aboukir marcha a Kafr ed-Dauar y se rinde. Las tropas egipcias de Tantah se rinden a los Highlanders de Seaforth. 20 de septiembre. El jedive, escoltado por lance­ros de Bengala, parte para Alejandría. 25 de septiembre. El jedive parte para El Cairo. 27 de septiembre. El jedive nombra una comi­sión especial para analizar las acciones realizadas por civiles y militares durante la rebelión. Arabi y sus seguidores son puestos a disposición de un Consejo de Guerra. 30 de septiembre. Gran parada y desfile de tro­pas británicas en El Cairo. 2 de octubre. El bajá Valentine Baker llega a El Cairo desde Constantinopla; es recibido en au­diencia por el jedive para tratar la reorganiza­ción del E. egipcio. 5 de octubre. El bajá Arabi y el bajá Toulba son entregados al Gobierno egipcio, juzgados y acu­sados de traición. 20 de octubre. Los Guardias a caballo regresan a

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TEL EL-KEBIR 1882

Londres, desembarcando en el muelle de las Indias Occidentales. 21 de octubre. Desfile por las calles hasta el Cuar­tel de Albany. Los Guardias de Escolta llegan a casa y desfilan por la ciudad al día siguiente. Los Marines Reales llegan a Portsmouth. En Windsor,

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cuatrocientos Ofs. y soldados reciben de manos de la Reina la medalla de Egipto, concedida por Orden General de 17 de octubre de 1882. 18 de noviembre. Gran parada de las tropas, que desfilan por Londres ante la Reina.

JUEGOS DE LA GUERRA DE EGIPTO DE 1 882

Al ser hombres ambiciosos y de visión amplia, los aficionados a los juegos de guerra sueñan con re­memorar famosas batallas de la historia, con re­producir Waterloo de manera realista sobre un tablero de ocho por seis pies; el resultado puede tener ese nombre y un ligero parecido, pero po­co más valor. Porque Waterloo, aunque fue una batalla relativamente pequeña en cuanto al nú­mero de efectivos, se desarrolló en un frente de unas cuatro millas e implicó aproximadamente a 200.000 franceses, británicos, prusianos, holan­deses, belgas, etc., lo que significa una gran can­tidad de reducciones a escala, de hombres y te­rreno. Sin embargo, la Historia Militar es pródi­ga en batallas y campañas más pequeñas y ade­cuadas, donde el tamaño de los ejércitos permi­te una reducción realista a escala -esencial, por­que si la batalla debe tener un parecido más que teórico con la real, los ejércitos del juego deben mantener la necesaria proporción de fuerzas im­plicadas, en número y en clase.

Así, el jugador sensato busca las «guerras pe­queñas» apropiadas, que estén bien documenta­das, con mapas disponibles, que impliquen efec­tivos relativamente pequeños y de objetivos limi­tados, y cuyos campos de batalla se presten a la reproducción en miniatura. Muchas «guerras pe­queñas» fueron también guerras cortas, lo que significa que se puede reproducir toda la campa­ña, usando planos de zona, en los que los prota­gonistas planean sus movimientos -y puede que no haya una ocasión en la que jugador se sienta más identificado con el jefe real, que al estudiar un plano desplegado, consciente de que tiene el poder de mover ejércitos enteros dentro de sus límites, para destruir al enemigo situado en un plano similar en poder de su oponente.

En su contexto general, las operaciones de Egipto en 1882 podrían representar una verda­dera «guerra pequeña», dispuesta y esperando a que la jueguen; y, ciertamente, merece la pena aunque tenga algunos inconvenientes. Por ejem­plo, sobre el papel, fue un conflicto entre dos ejércitos instruidos y disciplinados, organizados en Bóns., Sqns. y Bías., que emplearon armas pa-

recidas de la época, pero en el que las tropas egipcias de Arabi rivalizaron en vano, excepto en valor, con los sistemas y métodos bien expe­rimentados que los británicos empleaban en guerra regular. Para los británicos, fue un estilo de combatir no desdeñable y más fácil que el ne­cesario en ocasiones recientes contra los feroces ashantis en sus espesas selvas, los militaristas zu­lúes en Suráfrica, o los guerreros montañeses en la frontera noroeste de la India y en Mganistán. En el presente conflicto de Egipto, ambos ban­dos «sabían lo que podían esperar» respecto a unidades y tácticas, lo que la convertía en una guerra más o menos «civilizada», en la que los británicos tenían más experiencia que sus opo­nentes Jellahin.

Por tanto, aunque puede constituir un <~uego organizado», esta desigualdad indudable requie­re reglas y condiciones que se reflejen en el ta­blero; el otro factor necesario es el desequilibrio de fuerzas , con mayor número de soldados egip­cios para compensar sus fallos tácticos y de mo­ral. Sin embargo, eso se consigue con la repre­sentación de los efectivos de ambos bandos pre­sentes en la batalla real (en Tel el-Kebir, los egip­cios, con cañones modernos emplazados en for­tificaciones bien preparadas, superaban a los ata­cantes británicos, con 25.000-30.000 hombres y 75 cañones contra 17.400 hombres, 61 cañones y 6 Gatling); por la clase de batalla, esta desigual­dad podría haber sido invertida.

Desde un punto de vista de campaña, quien asuma el papel de Arabi no debe estar tan ciego, desde una visión retrospectiva, como para dejar su ejército en una parte del país, mientras Wolseley se dirige a su retaguardia -y esa es la clave de todo-o Por ello, puede ser preferible co­menzar la guerra egipcia en el momento que Wolseley parte de Ismailia hacia Kassassin. y, francamente, se pueden mejorar las batallas -no va a ser fácil hacer que un ejército de un juego de guerra marche sin ser visto durante toda la noche para atacar a un Arabi históricamente confiado, si el que asume su papel sabe perfecta­mente lo que sucedió el 12-13 de septiembre de

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TEL EL-KEBIR 1882

1882. De cualquier manera, en un juego de gue­rra, los ataques que lancen ejércitos inferiores en número contra efectivos superiores situados en organizaciones defensivas fuertemente organiza­das, no parece que fomenten la amistad y buena voluntad que constituyen la gracia del juego. La acción de Kassassin del 28 de agosto presenta as­pectos prometedores, si los dos jugadores se ci­ñen a un horario acordado de antemano, pero luego se convierte más en una demostración de lo que ocurrió, que en un juego de competición en el que gana el mejor táctico, con un poco de suerte con los dados.

Probablemente, las operaciones de Graham en la zona de Tel el-Maskhuta el 26 de agosto serán

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el mejor juego y, en definitiva, vale la pena inten­tarlo; primero, hay que leerlas con el mayor deta­lle posible, digamos en el libro del Coro Maurice, y después, suficientemente motivados, reprodu­cirlas en el tablero.

Finalmente , volviendo a las dificultades que presenta reproducir Tel el-Kebir en un juego de guerra, un hombre que lo consiguió con gran estilo fue el artista americano Robert Andrew, quien en la edición de noviembre de 1963 de nada menos que la revista Esquire, pu­blicó una selección de fotografías de la batalla, empleando modelos de soldados británicos de 54 mm, al estilo de H. G. Wells en su inmortal libro Little Wars.

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