educando con las parábolas de jesús

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  • 1

    PPaarrbboollaass ddee JJeessss

    Las parbolas de Jess son aquellas breves narraciones dichas por Jess de

    Nazaret que encierran una educacin moral y religiosa, revelando una

    verdad espiritual de forma comparativa. No son fbulas, pues en estas no

    intervienen personajes animales con caractersticas humanas, ni alegoras,

    pues se basan en hechos u observaciones crebles, teniendo la mayora de

    estas elementos de la vida cotidiana. Las parbolas se encuentran

    contenidas en los evangelios cannicos, aunque se pueden encontrar en los

    evangelios apcrifos, como el de Toms y de Santiago .

    La finalidad de las parbolas de Jess es ensear como debe actuar una

    persona para entrar al Reino de los Cielos y, en su mayora, revelan

    tambin sus misterios. En ocasiones Jess us las parbolas como armas

    dialcticas contra lderes religiosos y sociales, como por ejemplo la Parbola

    del fariseo y el publicano. El la biblia se encuentran los siguientes textos

    titulados Propsito de las parbolas: Mateo 13:10-17, Marcos 4:10-12 y

    Lucas 8:9-10 .

    Jess dice que ensea usando parbolas para que aquellos que comprendan

    su mensaje slo aquellos que han aceptado a Dios en su corazn y para

    que los que tiene "endurecidos sus corazones" y han "cerrado sus ojos" no

    puedan entender. Por lo tanto comprender el mensaje de Jess significara

    ser un verdadero discpulo suyo y no entenderlo supone que no se est

    realmente comprometido con l y por ende no podemos recibir su ayuda

  • 2

    ni la de su mensaje. Existen algunos debates sobre si este es el

    significado original del uso de las parbolas o si fue en realidad fue

    agregado por Marcos para reforzar la fe de sus lectores, tal vez cuando se

    vio perseguido. Esta explicacin parece ser esencial para comprender del

    todo el mensaje real de las parbolas de Jess, ya que deja claro que es

    necesario tener una fe en l para entenderlas, de otro modo se ven

    confusas.

    Parbola de la lmpara

    Esta corta parbola de Jess (dos versculos), viene a continuacin de la

    parbola de la semilla. As como la semilla est destinada a producir

    fruto, tambin la lmpara, cuando est encendida, est hecha para

    alumbrar.

    Nadie enciende una lmpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo

    de la cama, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren

    puedan ver la luz.

    Jess confa en la vida. Su palabra es un fermento de humanidad.

    Esta parbola de la lmpara se dirige a la multitud, puede ser

    comprendida como una invitacin para cada uno y cada una, a caminar en

    la luz, a vivir de manera autntica, en fidelidad con lo que Jess nos dijo.

    Es una llamada a vivir en verdad consigo mismo y en nuestras relaciones

    con los dems. Quien ama a su hermano permanece en la luz 1Jn 2,10

    Parbola del Demandado

    Por qu no juzgan por ustedes mismos lo que es justo?

  • 3

    Si tienes que ir con un adversario al magistrado, procura reconciliarte con

    l en el camino, no sea que te lleve por la fuerza ante el juez, y el juez

    te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la crcel.

    Te digo que no saldrs de all hasta que pagues el ltimo centavo

    El afn y la ansiedad

    Por tanto os digo: No os afanis por vuestra vida, qu habis de comer o

    qu habis de beber; ni por vuestro cuerpo, qu habis de vestir. No es

    la vida ms que el alimento, y el cuerpo ms que el vestido?

    Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en

    graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. No valis vosotros

    mucho ms que ellas?

    Y quin de vosotros podr, por mucho que se afane, aadir a su

    estatura un codo?

    Y por el vestido, por qu os afanis? Considerad los lirios del campo,

    cmo crecen: no trabajan ni hilan;

    pero os digo, que ni aun Salomn con toda su gloria se visti as como

    uno de ellos.

    Y si la hierba del campo que hoy es, y maana se echa en el horno, Dios

    la viste as, no har mucho ms a vosotros, hombres de poca fe?

    No os afanis, pues, diciendo: Qu comeremos, o qu beberemos, o qu

    vestiremos?

    Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial

    sabe que tenis necesidad de todas estas cosas.

    Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas

    cosas os sern aadidas.

  • 4

    As que, no os afanis por el da de maana, porque el da de maana

    traer su afn. Basta a cada da su propio mal.

    La confianza en la Providencia

    Despus dijo a sus discpulos: "Por eso les digo: No se inquieten por la

    vida, pensando qu van a comer, ni por el cuerpo, pensando con qu se

    van a vestir.

    Porque la vida vale ms que la comida, y el cuerpo ms que el vestido.

    Fjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni

    granero, y Dios los alimenta. Cunto ms valen ustedes que los pjaros!

    Y quin de ustedes, por mucho que se inquiete, puede aadir un

    instante al tiempo de su vida?

    Si aun las cosas ms pequeas superan sus fuerzas, por qu se inquietan

    por las otras?

    Fjense en los lirios: no hilan ni tejen; sin embargo, les aseguro que ni

    Salomn, en el esplendor de su gloria, se visti como uno de ellos.

    Si Dios viste as a la hierba, que hoy est en el campo y maana es

    echada al fuego, cunto ms har por ustedes, hombres de poca fe!

    Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se

    inquieten, porque son los paganos de este mundo los que van detrs de

    esas cosas. El Padre sabe que ustedes las necesitan.

    Busquen ms bien su Reino, y lo dems se les dar por aadidura.

    No temas, pequeo Rebao, porque el Padre de ustedes ha querido darles

    el Reino.

  • 5

    La viga y la paja

    El juzgar a los dems

    No juzguis, para que no seis juzgados.

    Porque con el juicio con que juzgis, seris juzgados, y con la medida con

    que meds, os ser medido.

    Y por qu miras la paja que est en el ojo de tu hermano, y no echas

    de ver la viga que est en tu propio ojo?

    O cmo dirs a tu hermano: Djame sacar la paja de tu ojo, y he aqu la

    viga en el ojo tuyo?

    Hipcrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces vers bien

    para sacar la paja del ojo de tu hermano.

    No deis lo santo a los perros, ni echis vuestras perlas delante de los

    cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

  • 6

    Por sus frutos los conoceris

    Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de

    ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

    Por sus frutos los conoceris. Acaso se recogen uvas de los espinos, o

    higos de los abrojos?

    As, todo buen rbol da buenos frutos, pero el rbol malo da frutos

    malos.

    No puede el buen rbol dar malos frutos, ni el rbol malo dar frutos

    buenos.

    Todo rbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

    As que, por sus frutos los conoceris.

    Los dos cimientos

    Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparar a

    un hombre prudente, que edific su casa sobre la roca.

    Descendi lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y golpearon contra

    aquella casa; y no cay, porque estaba fundada sobre la roca.

    Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le comparar a

    un hombre insensato, que edific su casa sobre la arena; y descendi

    lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y dieron con mpetu contra

    aquella casa; y cay, y fue grande su ruina.

    Y cuando termin Jess estas palabras, la gente se admiraba de su

    doctrina; porque les enseaba como quien tiene autoridad, y no como los

    escribas.

  • 7

    Vino nuevo y odre viejo

    Acaso pueden los que estn de bodas tener luto entre tanto que el

    esposo est con ellos? Pero vendrn das cuando el esposo les ser

    quitado, y entonces ayunarn.

    Nadie pone remiendo de pao nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo

    tira del vestido, y se hace peor la rotura.

    Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen,

    y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en

    odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.

    Hablemos primeramente del vestido:

    1Crnicas 15:27

    Y David iba vestido de lino fino, y tambin todos los levitas que llevaban

    el arca, y asimismo los cantores; y Quenanas era maestro de canto entre

    los cantores. Llevaba tambin David sobre s un efod de lino.

    Glatas 3:27

    Porque todos los que habis sido bautizados en Cristo, de Cristo estis

    revestidos.

    El vestido nuevo es la muerte y resurreccin de Cristo, es la obra de

    Cristo que nos cubre y nos presenta como justos delante de Dios.

    Apocalipsis 19:8

    Y a ella (a la esposa del cordero, a la iglesia) se le ha concedido que se

    vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las

    acciones justas de los santos.

  • 8

    Estas acciones justas que menciona Apocalipsis son la obra buena de

    Hebreos 13:20 que es la obra de Dios en nosotros por medio de

    Jesucristo.

    Hebreos 13:20

    Y el Dios de paz que resucit de los muertos a nuestro Seor Jesucristo,

    el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga

    aptos en toda obra buena para que hagis su voluntad, haciendo l en

    vosotros lo que es agradable delante de l por Jesucristo; al cual sea la

    gloria por los siglos de los siglos. Amn.

    Entonces son las obras de Dios por medio de Cristo, ya que como dijo

    Pablo a los Glatas:

    Glatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,

    mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe

    del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m.

    Esto significa que no podemos presentarnos delante de Dios por nuestras

    propias obras, con nuestra propia vida, ni por nuestros mritos. Tampoco

    podemos intentar mejorar un poco nuestra situacin con parches de

    bondad o con algunas buenas obras sobre nuestra vida natural, ya que

    esto hace vana la cruz de Cristo y no puede tapar o disimular nuestra

    condicin, ms bien la empeora.

    Mateo 9:16

    Nadie pone remiendo de pao nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo

    tira del vestido, y se hace peor la rotura.

    De este vestido nuevo podemos decir entonces que no slo son las obras

    en Cristo, tambin es Cristo mismo.

    1Corintios 15:53

  • 9

    Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupcin, y esto

    mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya

    vestido de incorrupcin, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,

    entonces se cumplir la palabra que est escrita: Sorbida es la muerte en

    victoria.

    El vestido viejo es lo que menciona Isaas, nosotros y nuestras obras.

    Isaas 64:6

    Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias

    como trapo de inmundicia; y camos todos nosotros como la hoja, y

    nuestras maldades nos llevaron como viento.

    An en esta condicin hay personas que desean vestir bien para lo cual

    apelan a s mismos

    Proverbios 30:12

    Hay generacin limpia en su propia opinin, Si bien no se ha limpiado de

    su inmundicia.

    Entonces no existe una forma de presentarnos sin mancha, slo una

    persona, en Cristo podemos ser considerados sin mancha.

    Hebreos 9:14

    cunto ms la sangre de Cristo, el cual mediante el Espritu eterno se

    ofreci a s mismo sin mancha a Dios, limpiar vuestras conciencias de

    obras muertas para que sirvis al Dios vivo? As que, por eso es mediador

    de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisin de las

    transgresiones que haba bajo el primer pacto, los llamados reciban la

    promesa de la herencia eterna.

    Interviniendo muerte, llegamos finalmente al centro de la parbola,

    interviniendo muerte. La vida perfecta de Cristo, su muerte y

    resurreccin nos son necesarias para heredar la vida eterna por la fe. Su

  • 10

    vida perfecta nos es necesaria porque l cumpli el requisito de Dios, un

    cordero perfecto, sin mancha. Su muerte nos es necesaria porque l pag

    el precio de nuestros delitos y transgresiones, y su resurreccin nos es

    necesaria porque ahora vive l y no mas yo, y su vida es la que se

    manifiesta en nosostros.

    Hasta aqu la parbola habla del aspecto sustitutivo de la vida, muerte y

    resurreccin de Cristo. Este es el lado representativo de Cristo, l vivi

    una vida perfecta, muri y resucit en nuestro lugar para que seamos

    "considerados" justificados y justos delante de Dios.

    Ahora viene el lado inclusivo de Cristo. Es decir no solo estoy

    representado por Cristo, tambin estoy en l y experimento en l lo que

    l experiment.

    2Corintios 5:14

    Porque el amor de Cristo nos constrie, pensando esto: que si uno muri

    por todos, luego todos murieron; y por todos muri, para que los que

    viven, ya no vivan para s, sino para aquel que muri y resucit por ellos.

    Romanos 6:3

    O no sabis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jess,

    hemos sido bautizados en su muerte? (sumergidos en Cristo Jess,

    includos en su muerte)

    Romanos 6:11

    As tambin vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios

    en Cristo Jess, Seor nuestro. (Ahora no slo incluidos en su muerte,

    muertos al pecado, tambin incluidos en su vida)

    1Corintios 15:22

  • 11

    Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern

    vivificados. (y no solo incluidos en su vida y en su muerte, tambin en su

    resurreccin)

    2Corintios 5:17

    De modo que si alguno est en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas

    pasaron; he aqu todas son hechas nuevas. (el vestido viejo pas, la

    creacin natural, ahora somos creacin celestial en Cristo).

    Efesios 2:10

    Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras,

    las cuales Dios prepar de antemano para que anduvisemos en ellas.

    (ahora habla de la creacin celestial, creados en Cristo Jess, ya no

    creados en Adn, en la carne)

    Una vez que entendimos la muerte y resurreccin espiritual del cristiano

    en Cristo con su aspecto sustitutivo e inclusivo, podemos hablar de los

    odres. El vino nuevo es la sangre de Cristo, el nuevo pacto, es la vida de

    Cristo, la vida nueva y eterna. El vino nuevo tiene que respirar, es decir,

    permitir al Espritu, la vida de Cristo, dirigir el crecimiento de Cristo en

    el creyente y en la Iglesia, y los odres somos nosotros.

    Juan 6:56

    El que come mi carne y bebe mi sangre, en m permanece, y yo en l.

    Juan 6:63

    El espritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras

    que yo os he hablado son espritu y son vida.

    Cuando Job profetiz sobre Cristo, l utiliz el concepto del odre nuevo

    que se rompe y el vino que se derrama que podemos interpretar como

    siendo la imagen del sacrificio de Cristo en la cruz. Cristo es el odre

    nuevo que derrama su sangre (su vida).

  • 12

    Job 32:19

    De cierto mi corazn est como el vino que no tiene respiradero, Y se

    rompe como odres nuevos.

    Lucas 22:20

    De igual manera, despus que hubo cenado, tom la copa, diciendo: Esta

    copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

    En la profeca de Job, Cristo es el odre nuevo que se rompe de la manera

    que Cristo explic, este rompimiento voluntario era necesario por

    nosostros, para nuestra salvacin.

    Juan 10:17

    Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a

    tomar. Nadie me la quita, sino que yo de m mismo la pongo. Tengo

    poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este

    mandamiento recib de mi Padre.

    En nuestro caso nosotros somos los odres nuevos en los que hay que

    echar el vino nuevo. El odre viejo (viejo hombre) no puede recibir la vida

    de Cristo, primeramente debe ser crucificado juntamente con l, y

    entonces siendo un odre nuevo, recibir la vida de Cristo y la llenura del

    Espritu.

    Romanos 6:6

    sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con

    l, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos

    ms al pecado.

    De esta forma, la vida de Cristo conserva al odre (lo preserva de la

    destruccin venidera, le d vida nueva, lo hace una nueva creacin, le da

    vida eterna) y el odre contiene la vida de Cristo dentro de s. Tambin

    comienza un proceso de maduracin, de or la voz del Espritu, de ser

  • 13

    instruidos y guiados por la palabra de Dios, de crecer en la fe del hijo de

    Dios conforme vemos en Efesios:

    Efesios 4:12

    A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la

    edificacin del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de

    la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la

    medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

    As el cuerpo de Cristo se edifica, madura, crece, no slo el cristiano

    individual, sino la Iglesia, el Cristo corporativo, "hasta que todos

    lleguemos" a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, el

    odre se va distendiendo, hinchando, realizando un intercambio entre el

    aire, el vino y el odre hasta llegar a su plenitud, a la medida de la

    estatura de la plenitud de Cristo.

    Ahora s, Dios puede probar y aprobar el resultado final, el vino aejo, el

    mejor. Esto nos muestra el primer milagro de Jess en las bodas en Can

    de Galilea:

    Juan 2:9

    Cuando el maestresala prob el agua hecha vino, sin saber l de dnde

    era, aunque lo saban los sirvientes que haban sacado el agua, llam al

    esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya

    han bebido mucho, entonces el inferior; mas t has reservado el buen vino

    hasta ahora.

  • 14

    Parbola del Hombre con las Manos Atadas

    rase una vez un hombre que viva como todos los dems. Un hombre

    normal. Tena Cualidades positivas y negativas. No era diferente.

    Un da, llamaron repentinamente a su puerta, cuando sali se encontr

    con sus amigos. Eran varios y haban venido juntos. Sus amigos despus de

    mantener una larga y amistosa charla con l, le ataron los pies y las

    manos para que no pudiera hacer nada malo (pero se olvidaron de decirle

    que as tampoco podra hacer nada bueno). Y se fueron dejando un

    guardin a la puerta para que nadie pudiera desatarle.

    Al principio se desesper y trat de romper las ataduras. Cuando se

    convenci de lo intil de sus esfuerzos, intent, poco a poco,

    acostumbrarse a su nueva situacin.

    Poco a poco consigui valerse para seguir subsistiendo con las manos

    atadas. Inicialmente le costaba hasta quitarse los zapatos. Hubo un da en

    que consigui liar y encenderse un cigarrillo, y empez a olvidarse de que

    antes tena las manos libres.

    Pasaron muchos aos, y el hombre comenz a acostumbrarse a sus manos

    atadas. Mientras tanto su guardin le comunicaba, da tras da, las cosas

    malas que se hacan en el exterior los hombres con las manos libres (pero

    se le olvidaba decirle las cosas buenas que tambin hacan los hombres con

    las manos libres)

    Siguieron pasando los aos y el hombre lleg a acostumbrarse a sus manos

    atadas, y cuando, el guardin le sealaba que gracias a aquella noche en

    que entraron a atarle, l, el hombre de las manos atadas no poda hacer

    nada malo. ( pero se le olvidaba sealarle que tampoco poda hacer nada

    bueno).

    El hombre comenz a creer que era mejor vivir con las manos atadas.

    Adems, Estaba tan acostumbrado a las ligaduras...!

  • 15

    Pasaron muchos aos, muchsimos aos ms..., un da sus amigos

    sorprendieron al guardin, entraron en la casa y rompieron las ligaduras

    que ataban las manos del hombre.

    Ya eres libre!, le dijeron.

    Pero haban llegado demasiado tarde, las manos del hombre estaban

    totalmente atrofiadas y, aunque as, con las manos libres ya no poda

    hacer cosas malas, tampoco podra ya hacer cosas buenas.

    Las verdades de Jesus

    Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedndose afuera, lo

    mandaron llamar.

    La multitud estaba sentada alrededor de Jess, y le dijeron: "Tu madre y

    tus hermanos te buscan ah afuera".

    l les respondi: "Quin es mi madre y quines son mis hermanos?"

    Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de l,

    dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos.

    Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana

    y mi madre".

    Parbola del sembrador

    La parbola del sembrador es una de las parbolas de Jess encontrada en

    los tres Evangelios sinpticos, Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-

    8, adems en el evangelio apcrifo de Toms (9).

    El texto de la parbola segn el evangelio de Marcos es le siguiente:

  • 16

    Aquel da sali Jess de la casa y se sent junto al mar. Y se le junt

    mucha gente; y entrando l en la barca, se sent, y toda la gente estaba

    en la playa. Y les habl muchas cosas por parbolas, diciendo: He aqu, el

    sembrador sali a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cay

    junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cay en

    pedregales, donde no haba mucha tierra; y brot pronto, porque no tena

    profundidad de tierra; pero salido el sol, se quem; y porque no tena

    raz, se sec. Y parte cay entre espinos; y los espinos crecieron, y la

    ahogaron. Pero parte cay en buena tierra, y dio fruto, cul a ciento,

    cul a sesenta, y cul a treinta por uno. El que tiene odos para or,

    oiga.

    Interpretaciones

    Jess les dijo: "No entienden esta parbola? Cmo comprendern

    entonces todas las dems?

    El sembrador siembra la Palabra.

    Los que estn al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la

    Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satans y se lleva la semilla

    sembrada en ellos.

    Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al

    escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegra; pero no tienen

    races, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulacin o

    la persecucin a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.

    Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado

    la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seduccin de las riquezas

    y los dems deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta

    infructuosa. Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que

  • 17

    escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al

    ciento por uno".

    Muchos eruditos piensan que la parbola era originalmente optimista en

    perspectiva, ya que a pesar de los fracasos, finalmente la siembra de la

    "semilla" ser exitosa, echar races y producir muchos "frutos". Acorde a

    la fuente Q, que establece que el libro de Marcos fue el primero de los

    evangelios sinpticos en ser escrito, la parbola del sembrador vendra a

    ser tambin la primera parbola en ser escrita, pues es la primera

    parbola de este libro. Marcos usa esto para resaltar la reaccin que las

    anteriores enseanzas de Cristo han tenido sobre las personas, como

    tambin la reaccin que el mensaje cristiano ha tenido en el mundo

    durante las tres dcadas desde el ministerio de Cristo hasta la escritura

    del Evangelio. La parbola a dado a entender algunas veces que hay (al

    menos) tres "niveles" del divino progreso y la salvacin.

    De la Iglesia Mormona

    Segn varias interpretaciones de los miembros y los lderes de la Iglesia de

    Jesucristo de los Santos de los ltimos Das (o Iglesia SUD), no

    cualquiera puede aceptar el Evangelio con el mismo grado de compromiso.

    La parbola ensea claramente donde la responsabilidad recae con

    respecto al Reino de Dios y la recepcin del Evangelio. No estaba en la

    siembra y no estaba en la semilla - estaba en el 'suelo', el corazn del

    hombre.

    E. Keith Howick, Las parbolas de Jess el Mesas (pg. 30)

    Joseph Smith, Jr el fundador de la Iglesia SUD sugiere que la parbola

    del sembrador demuestra los efectos que se han producido por la

    predicacin de la Palabra, y l cree que esta parbola era una directa

    alusin a la apertura / la fundacin del Reino en aquella poca.4 En el

  • 18

    siglo 19, el Presidente Heber C. Kimball habl acerca de una condicin que

    ilustra la necesidad de un arraigue profundo, viviendo una fe capaz de

    soportar los retos; esta declaracin es considerado por muchos de los

    Santos de los ltimos Das como un cada vez ms importante mensaje la

    Iglesia SUD de los tiempos modernos.5

    Joseph B. Wirthlin en la Conferencia General de octubre del 2004

    interpret la parbola del sembrador como una enseanza de la doctrina

    de la paciencia (durando hasta el final). y reinterpret el significasdo de

    cada uno de los destinas de la semilla. Wirthlin consider que cada uno de

    los tres primeros destinos negativos de la semilla son obstculos a

    enfrentar:

    Las preocupaciones del mundo, el ser orgullosos. Wirthlin argument que

    nunca se debera dejar que el intelecto tome prioridad o precedencia sobre

    el espritu de uno. l expuso que Nuestro intelecto puede alimentar

    nuestro espritu y nuestro espritu puede alimentar nuestro intelecto...

    [pero] debemos ser y no dejar a un lado nuestra fe en el proceso, porque

    la fe actualmente aumenta nuestra habilidad de aprender.

    Los engaos de los ricos, el ser obsesivo por las riquezas. Wirthlin

    argument que las riquezas eran un medio para un fin , pero el

    materialismo no debera ser capaz de tomar precedencia sobre los asuntos

    espirituales.

    El deseo de lo dems, de la pornografa. Wirthlin dijo que, como las

    arenas movedizas, la pornografa puede atrapar fcilmente a los personas,

    y es mejor nunca buscar dar un paso en esto, que la necesidad de buscar

    ayuda una vez se a cado.

    Anlisis del Jesus Seminar

    El Jesus Seminar ha valorado la parbola como probablemente autntica.

    Al igual que los dichos autnticos de Jess, en la parbola se utiliza una

  • 19

    imagen simple y un estilo oral (en lugar de escrito). Ellos, sin embargo,

    rechazaron la interpretacin alegrica escrita como una elaboracin original

    sin nexo con Jess, a pesar de ser reformulada en Mateo.

    Parbola del trigo y la cizaa

    La parbola del trigo y la cizaa, tambin conocida como parbola de la

    cizaa o parbola de la mala hierba, es una de las parbolas de Jess de

    Nazaret recogida en el Nuevo Testamento, tambin encontrada en el

    evangelio apcrifo de Toms.

    El texto de la parbola, segn aparece en la Biblia cristiana, es el

    siguiente:

    Les refiri otra parbola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a

    un hombre que sembr buena semilla en su campo; pero mientras dorman

    los hombres, vino su enemigo y sembr cizaa entre el trigo, y se fue. Y

    cuando sali la hierba y dio fruto, entonces apareci tambin la cizaa.

    Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Seor, no

    sembraste buena semilla en tu campo? De dnde, pues, tiene cizaa? El

    les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: Quieres,

    pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al

    arrancar la cizaa, arranquis tambin con ella el trigo. Dejad crecer

    juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo

    dir a los segadores: Recoged primero la cizaa, y atadla en manojos para

    quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

    Mateo 13, 24-30 (Reina-Valera 1960).

    La explicacin de esta parbola la da tambin Jess, segn aparece en la

    Biblia cristiana:

    Respondiendo l, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del

    Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y

  • 20

    la cizaa son los hijos del malo. El enemigo que la sembr es el diablo; la

    siega es el fin del siglo; y los segadores son los ngeles. De manera que

    como se arranca la cizaa, y se quema en el fuego, as ser en el fin de

    este siglo. Enviar el Hijo del Hombre a sus ngeles, y recogern de su

    reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y

    los echarn en el horno de fuego; all ser el lloro y el crujir de dientes.

    Entonces los justos resplandecern como el sol en el reino de su Padre. El

    que tiene odos para or, oiga.

    Mateo 13, 37-43 (Reina-Valera1960).

    La versin de esta parbola segn el evangelio apcrifo de Toms es la

    siguiente:

    Dijo Jess: "El Reino del Padre se parece a un hombre que tena una

    buena semilla. Vino de noche su enemigo y sembr cizaa entre la buena

    semilla. Este hombre no consinti que ellos, los jornaleros, arrancasen la

    cizaa, sino que les dijo: No sea que vayis a escardar la cizaa y con ella

    arranquis el trigo; ya aparecern las matas de cizaa el da de la siega,

    entonces se las arrancar y se las quemar".

    La semilla de mostaza

    A partir del contenido de esta parbola de Jess, veamos como se podra

    aplicar a nuestra realidad:

  • 21

    Jess compara el Reino de los cielos con un grano de mostaza.

    Primeramente, debemos entender que el Reino de los cielos o el Reino de

    Dios, es la misma cosa, y bsicamente significa el GOBIERNO de Dios.

    El Reino de los cielos es la voluntad de Dios puesta en accin.

    1 La voluntad de Dios para este mundo es la salvacin de los hombres

    (Jn. 3: 16); y la destruccin de las obras del diablo (1 Jn. 3: 8) (1 Timoteo 2: 4)

    2 La voluntad de Dios para los creyentes es la santificacin

    (1 Tesalonicenses 4:

    3)

    Por qu compara Jess la magnitud del gobierno de Dios con una simple

    semilla, y adems siendo sta la ms pequea de todas?

    La semilla

    La semilla contiene todo lo que luego ser la planta. Todos los

    ingredientes genticos estn en la semilla; as que todo lo que ser la

    planta est previamente especificado en la semilla, y slo requiere de

    tiempo y de las circunstancias ambientales correctas (lluvia, calor, luz,

    etc.), para que esa semilla fructifique y de a luz la planta.

    Cada planta tiene su semilla respectiva.

    La semilla o grano de mostaza

    Jess mismo ya nos dice que la semilla de mostaza es la ms pequea de

    las semillas, y sin embargo, da la ms grande de las plantas, hasta

    convertirse en un rbol.

  • 22

    As pues, el TAMAO inicial no es lo que importa, sino el POTENCIAL

    acumulado en ese grano.

    Cmo podramos trasladar esto a lo espiritual?:

    Si Jess compara el Reino de Dios con la semilla ms pequea que existe,

    significa esto que el Reino puede ser contenido en una semilla as de

    pequea (no de mostaza, obviamente), sino espiritual.

    Para Dios, el tamao de las cosas no es un problema. Tenemos el ejemplo

    de la sangre de Cristo, Su Hijo: Cunta cantidad de sangre derram

    Jess en la Cruz? Quizs lo podramos medir en unos pocos litros, si

    cabe, y sin embargo, Cul es el beneficio y potencial de esa poca sangre

    derramada, la cual era de un solo hombre?:

    El declarado y dispuesto para la salvacin, regeneracin y santificacin de

    todos y cada uno de los hombres de este planeta. Por tanto, no es el

    tamao de las cosas lo que es importante, sino el contenido que existe en

    ellas.

    EL REINO DE LOS CIELOS PUEDE CABER EN LA MS PEQUEA DE

    LAS SEMILLAS ESPIRITUALES EXISTENTES.

    T y yo podemos ser como una semilla de mostaza espiritual. T y yo, si

    somos fieles, contenemos el Reino de los cielos en cada uno de nosotros.

    La levadura

    A la idea de crecimiento se aade ahora la de cambio por dentro. La

    levadura forma parte del pan, pero est en ms avanzado estado de

    desarrollo y pueda operar el cambio de toda la masa que le rodea.

    "El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que toma una mujer y

    mezcla con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta"(Mt).

  • 23

    El que acepta el reino no debe separarse del resto de los hombres, por

    inmaduros que estn. Pero debe tener fuerza interior, entonces, se obrar

    el prodigio de cambiar la masa amorfa en buen pan de buen trigo.

    El tesoro escondido

    El valor del Reino es supremo; todo lo dems carece de valor ante l,

    pero se encuentra de improviso y hay que estar preparado y dispuesto a

    todo para conseguirlo.

    "El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo

    que, al encontrarlo un hombre, lo oculta y, gozoso del hallazgo, va y

    vende todo cuanto tiene y compra aquel campo"(Mt)

    Toda renuncia es un buen negocio ante un hallazgo que llena el alma de

    gozo y alegra. El agricultor no buscaba el tesoro, pero al encontrarlo

    pone todos los medios para tenerlo.

    La perla

    Es muy semejante a la anterior, pero introduce la pequea diferencia de

    que el mercader s busca una perla preciosa en el mercado, slo el

    entendido se da cuenta de su valor, muy superior al de cualquier riqueza

    y sabidura humana. Y al encontrarla se alegra grandemente de su suerte

    y su sagacidad.

    "El Reino de los Cielos es semejante a un comerciante que busca perlas

    finas y, cuando encuentra una perla de gran valor, va y vende todo

    cuanto tiene y la compra"(Mt)

    La red

  • 24

    En aquel tiempo dijo Jess a la gente: El Reino de los Cielos se parece

    tambin a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces:

    cuando est llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y renen los buenos

    en cestos y a los malos los tiran. Lo mismo suceder al final del tiempo:

    saldrn los ngeles, separarn a los malos de los buenos y los echarn al

    horno encendido. All ser el llanto y el rechinar de dientes. Entendis

    bien todo esto? Ellos contestaron: S. l les dijo: Ya veis, un letrado que

    entiende del Reino de los Cielos es como un Padre de familia que va

    sacando del arca lo nuevo y lo antiguo. Cuando Jess acab estas

    parbolas, parti de all.

    Reflexin

    Ni es bueno ser un rancio anquilosado en lo antiguo, ni ser una veleta que

    se deja llevar por la ltima moda. Como el dueo de la casa, de quien

    Cristo nos habla, debemos sacar de las arcas lo nuevo y lo viejo. Para ello

    se requiere la virtud humana y cristiana del discernimiento. Es decir, la

    persona sabia es la que, de lo antiguo, sabe quedarse con lo bueno y, de

    lo actual, escoge nada ms aquello que es bueno.

    Dos pasos se deben dar. Si es antiguo o si es nuevo no es el criterio de

    eleccin, sino el distinguir lo bueno de lo malo, como el pescador que

    distingue el buen pescado de aquel que no rene las cualidades para ser

    vendido. Pero no es suficiente hacer la distincin. Una vez que se sabe

    qu es lo bueno debemos optar por ello desechando lo malo. Como el

    pescador que habiendo diferenciado los peces, separa los malos de los

    buenos para que estos no queden contagiados por aquellos.

    Por otro lado, nuestra mayor garanta es saber que Jesucristo es un

    pescador experimentado. Y por ello, cuando nos presentemos ante l,

    sabr valorar nuestras buenas obras e invitarnos a su Reino. Pero tambin

    puede ocurrir lo contrario... Eso depende de cada uno.

  • 25

    El padre de familia y el ladrn

    Velad, pues, porque no sabis a qu hora ha de venir vuestro Seor.

    Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a qu hora el ladrn

    habra de venir, velara y no lo dejara entrar en su casa.

    Por tanto, tambin vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre

    vendr a la hora que no pensis.

    El Pequeo Nio (La verdadera grandeza)

    Entonces se les ocurri preguntarse quin sera el ms grande. Pero Jess,

    conociendo sus pensamientos, tom a un nio y acercndolo, les dijo: "El

    que recibe a este nio en mi Nombre, me recibe a m, y el que me recibe

    a m, recibe a aquel que me envi; porque el ms pequeo de ustedes, ese

    es el ms grande".

    La oveja perdida

    Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para orle. Pero los

    fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este recibe a los pecadores y

    come con ellos. Entonces les propuso esta parbola: Quin de vosotros, si

    tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y

    va en busca de la que se perdi hasta encontrarla? Y, cuando la

    encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca

    a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado

    la oveja que se me perdi. Os digo que, del mismo modo, habr en el

    Cielo mayor alegra por un pecador que hace penitencia que por noventa y

    nueve justos que no la necesitan(Lc)

  • 26

    La alegra que le producen los noventa y nueve justos -la mayora- no

    parece suficiente al buen pastor, que piensa en el que est perdido, y

    despus de dejar seguros a los fieles- busca al extraviado. Nadie es

    indiferente al Seor; cada uno vale mucho a sus ojos; le duele la situacin

    del perdido; sufre y quiere salvarle y se alegra con todos cuando lo ha

    recuperado. El perdn tiene el rostro de la alegra por los que vuelven al

    redil seguro y reconfortante.

    El Funcionario que no Quiso Perdonar

    "Por esto , sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso

    hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando hacerlas cuando le

    presentaron a uno que que le deba muchos millones. Como aquel

    funcionario no tena con que pagar, el rey orden que lo vendieran como

    esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tena, para que

    quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodill delante del rey, y le

    rog: 'Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagar todo.' Y el rey tuvo

    compasin de l; as que lo perdon la deuda y lo puso en libertad. "Pero

    al salir, aquel funcionario se encontr, con un compaero suyo que le

    deba una pequea cantidad. Lo agarr del cuello y comenz a

    estrangularlo, dicindole: 'Pgame lo que me debes!' El compaero

    arrodillndose delante de l, le rog: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagar

    todo. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter a la crcel hasta que

    le pagara la deuda. Esto doli mucho a los otros funcionarios, que fueron

    a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mand llamar, y le

    dijo: 'Malvado! Yo te perdon toda aquella deuda porque me lo rogaste.

    Pues t tambin debiste tener compasin de tu compaero, del mismo

    modo que yo tuve compasin e ti. Y tanto se enoj el rey, que orden

    castigarlo hasta que pagara todo lo que deba."

  • 27

    Jess aadi: -As har tambin con ustedes mi Padre celestial, si cada

    uno de ustedes no perdona de corazn a su hermano.

  • 28

    Los trabajadores de la via

    En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos esta parbola: El Reino de los

    Cielos se parece a un propietario que al amanecer sali a contratar

    jornaleros para su via. Despus de ajustarse con ellos en un denario por

    jornada, los mand a la via. Sali otra vez a media maana, vio a otros

    que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id tambin vosotros a mi

    via y os pagar lo debido. Ellos fueron. Sali al caer la tarde y encontr

    a otros, parados, y les dijo: Cmo es que estis aqu el da entero sin

    trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. l les dijo: Id

    tambin vosotros a mi via. Cuando oscureci, el dueo dijo al capataz:

    Llama a los jornaleros y pgales el jornal, empezando por los ltimos y

    acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un

    denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibiran

    ms, pero ellos tambin recibieron un denario cada uno. Entonces se

    pusieron a protestar contra el amo: Estos ltimos han trabajado slo una

    hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso

    del da y el bochorno. l replic a uno de ellos: Amigo, no te hago

    ninguna injusticia. No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y

    vete. Quiero darle a este ltimo igual que a ti. Es que no tengo libertad

    para hacer lo que quiera en mis asuntos? O vas a tener t envidia

    porque yo soy bueno? As, los ltimos sern los primeros y los primeros

    los ltimos.

    Reflexin

    Quin dice que ya no hay trabajo? Jesucristo, en esta parbola, viene a

    ofrecernos uno: el trabajo por su via, por su Iglesia. Y con qu moneda

    nos pagar? Con la vida eterna.

    Es necesario ver cunta necesidad hay en el mundo. No slo en las

    misiones; tambin en nuestra ciudad, en nuestra parroquia, quizs

  • 29

    tambin en nuestra propia familia. Porque a unos les falta el pan y a

    otros el alimento espiritual, que es la palabra de Dios. Qu importa la

    edad o los medios que tengamos! Cada uno tiene una vocacin muy

    concreta que Dios le ha regalado, una misin insustituible. Cul es la

    ma? Mi primera misin es la de ser cristiano, por algo estoy bautizado.

    Y un cristiano lo es en la medida que da testimonio con su vida.

    Hay otras maneras de trabajar en la via del Seor? Desde luego: la

    oracin, el consejo acertado, la ayuda econmica, etc. Hay que echarle un

    poco de imaginacin, y seguro que encontraremos un apostolado que nos

    venga a la medida. Y si no, pregntale a tu prroco.

    Cristo te necesita. Necesita tus manos, tu inteligencia, tu servicio para

    hacer algo por los dems. Decdete a ser un apstol y preprate para el

    premio de la vida eterna.

    Los dos hijos

    Pero qu os parece? Un hombre tena dos hijos. Llegndose al primero,

    le dijo: Hijo, vete hoy a trabajar en la via. Y l respondi: No quiero,

    pero despus se arrepinti y fue. Llegndose al segundo, le dijo lo mismo.

    Y l respondi: Voy, Seor, y no fue. Cul de los dos hizo la voluntad

    del padre? - El primero - le dicen.

    Dceles Jess: En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan

    antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por

    camino de justicia, y no cresteis en l, mientras que los publicanos y las

    rameras creyeron en l. Y vosotros, ni vindolo, os arrepentisteis

    despus, para creer en l.

    Reflexin

    Seguramente nos es bastante familiar este refrn: Obras son amores,

    que no buenas razones. Es probable que nosotros mismos lo hayamos

  • 30

    pronunciado miles de veces. Y, sin embargo, parece que en muchas

    ocasiones nos olvidamos fcilmente de l....

    En el Evangelio de hoy nuestro Seor nos cuenta la historia de dos hijos.

    Su padre les pide que vayan a trabajar a la via. El primero responde de

    un modo muy poco corts y un tanto violento: No quiero! le dice al

    padre. En cambio, el otro, con palabras muy atentas y comedidas, dignas

    incluso de un caballero: Voy, seor le contesta, pero no va. En

    cambio, el hijo rebelde y rezongn se arrepiente y va a trabajar. Y

    Cristo pregunta a sus oyentes: Cul de los dos hizo lo que quera el

    padre?. La respuesta era obvia: el primero. Sus obras lo demostraron.

    Y, despus del cuentito, el Seor dirige unas palabras muy duras a los

    sumos sacerdotes y jefes del pueblo que le oan: Yo os aseguro que los

    publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino

    de Dios. Un juicio duro, pero muy certero! Por qu? Porque los

    pecadores y las prostitutas son como el primer hijo de la parbola: a

    pesar de que sus palabras no eran las ms bonitas y adecuadas, ellos

    hicieron la voluntad del Padre: creyeron en Cristo y se convirtieron ante

    su predicacin. Mientras que los fariseos y los dirigentes del pueblo judo,

    que se consideraban muy justos y observantes, y se sentan muy seguros

    de s mismos, sos son como el segundo hijo: sus pose externo es muy

    respetuoso y comedido, pero NO obedecen a Dios. Y lo que Cristo quera

    era que hicieran la voluntad del Padre.

    Yo creo que lo que nuestro Seor quiere decirnos con esta parbola es, en

    definitiva, que lo que verdaderamente importa para salvarse no son las

    palabras, sino las obras. O, mejor: que las palabras y las promesas que

    hacemos a Dios y a los dems cuentan en la medida en que stas van

    tambin respaldadas por nuestras obras y comportamientos. stas son las

    que mejor hablan: las obras, no los bonitos discursos; las obras, no los

    bellos propsitos o los nobles sentimientos nada ms.

  • 31

    Se cuenta que en una ocasin, la hermana pequea de santo Toms de

    Aquino le pregunt: Toms, qu tengo yo que hacer para ser santa?

    . Ella esperaba una respuesta muy profunda y complicada, pero el santo le

    respondi: Hermanita, para ser santa basta querer. S!, querer. Pero

    querer con todas las fuerzas y con toda la voluntad. Es decir, que no es

    suficiente con un quisiera. La persona que quiere puede hacer

    maravillas; pero el que se queda con el quisiera es slo un soador o un

    idealista incoherente. ste es el caso del segundo hijo: l hubiese

    querido obedecer, pero nunca lo hizo. Aqu el refrn popular vuelve a

    tener la razn: del dicho al hecho hay mucho trecho.

    Por eso, nuestro Seor nos dijo un da que no todo el que me dice

    Seor, Seor! se salvar, sino el que hace la voluntad de mi Padre del

    cielo. Palabras muy sencillas y escuetas, pero muy claras y exigentes.

    Y nosotros, cul de estos dos hijos somos?

    Los labradores malvados

    Y se puso a hablarles en parbolas: Un hombre plant una via, la rode

    de una cerca, cav un lagar y edific una torre; la arrend a unos

    labradores, y se ausent.

    Envi un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos

    una parte de los frutos de la via.

    Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacas. De

    nuevo les envi a otro siervo; tambin a ste le descalabraron y le

    insultaron.

  • 32

    Y envi a otro y a ste le mataron; y tambin a otros muchos, hiriendo

    a unos, matando a otros.

    Todava le quedaba un hijo querido; les envi a ste, el ltimo, diciendo:

    "A mi hijo le respetarn".

    Pero aquellos labradores dijeron entre s: "Este es el heredero. Vamos,

    matmosle, y ser nuestra la herencia." Le agarraron, le mataron y le

    echaron fuera de la via.

    Qu har el dueo de la via? Vendr y dar muerte a los labradores y

    entregar la via a otros.

    No habis ledo esta Escritura: La piedra que los constructores

    desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Seor quien hizo

    esto y es maravilloso a nuestros ojos?

    Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque haban

    comprendido que la parbola la haba dicho por ellos. Y dejndole, se

    fueron

  • 33

    El banquete nupcial

    Tomando Jess de nuevo la palabra les habl en parbolas, diciendo: El

    Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebr el banquete de

    bodas de su hijo. Envi sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero

    no quisieron venir. Envi todava otros siervos, con este encargo: Decid a

    los invitados: "Mirad, mi banquete est preparado, se han matado ya mis

    novillos y animales cebados, y todo est a punto; venid a la boda." Pero

    ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y

    los dems agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se air

    el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendi

    fuego a su ciudad. Entonces dice a sus siervos: "La boda est preparada,

    pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y,

    a cuantos encontris, invitadlos a la boda." Los siervos salieron a los

    caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala

    de bodas se llen de comensales. Entr el rey a ver a los comensales, y

    al notar que haba all uno que no tena traje de boda, le dice: "Amigo,

    cmo has entrado aqu sin traje de boda?" El se qued callado. Entonces

    el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las

    tinieblas de fuera; all ser el llanto y el rechinar de dientes." Porque

    muchos son llamados, mas pocos escogidos.

    Reflexin

    Podra sonar demasiado extrao este evangelio porque, cmo es posible

    que alguien rechace la invitacin a una boda donde habr vino, msica y

    buen ambiente? Al menos hoy da son pocos los que rechazaran esta

    oferta tan especial. Pero es claro que esta parbola Cristo nos la dibuj

    as para que comprendisemos que todos estamos invitados a participar

    del gran banquete que celebrar en el cielo.

    Slo nos hace falta cumplir un requisito que el evangelio lo pone como

    algo externo pero que en realidad en las bodas se le da demasiada

  • 34

    importancia y es el vestido. Es necesario e indispensable entrar con el

    ajuar apropiado al gran banquete que Cristo nos invitar, este ajuar es la

    vida de gracia. Por eso expulsaron de la boda al hombre que no llevaba el

    traje apropiado, porque no estaba en vida de gracia. Y la gracia, como la

    llama santo Toms de Aquino, es nitior animae es decir, esplendor del

    alma, presencia de Dios en nuestra alma.

    Es claro que Jess no puede habitar en un lugar en donde no tiene

    amigos, y tampoco nosotros nos deberamos atrever a presentarnos a la

    boda que l organiza cuando no le tenemos por amigo. Esto es la vida de

    gracia, conservar su amistad y por tanto rechazar enrgicamente todo lo

    que pudiese ofenderle: revistas indecentes, pelculas deshonestas,

    compaas perjudiciales, ofensas a nuestros padres o hermanos, crticas

    etc.

    Es difcil conservar esta amistad con Cristo, pero si realmente lo tenemos

    por amigo no nos atreveremos a ofenderle, sino que al contrario nos

    esforzaremos por ser cada da mejores amigos de l.

    La higuera

    Aprendan esta comparacin, tomada de la higuera: cuando sus ramas se

    hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca

    el verano.

    As tambin, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin

    est cerca, a la puerta.

    Les aseguro que no pasar esta generacin, sin que suceda todo esto.

    El cielo y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn.

    En cuanto a ese da y a la hora, nadie los conoce, ni los ngeles del cielo,

    ni el Hijo, nadie sino el Padre.

  • 35

    Exhortacin a la vigilancia y a la fidelidad

    Estn preparados, ceidos y con las lmparas encendidas.

    Sean como los hombres que esperan el regreso de su seor, que fue a una

    boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.

    Felices los servidores a quienes el seor encuentra velando a su llegada!

    Les aseguro que l mismo recoger su tnica, los har sentar a la mesa y

    se pondr a servirlos.

    Felices ellos, si el seor llega a medianoche o antes del alba y los

    encuentra as!

    Entindanlo bien: si el dueo de casa supiera a qu hora va a llegar el

    ladrn, no dejara perforar las paredes de su casa.

    Ustedes tambin estn preparados, porque el Hijo del hombre llegar a la

    hora menos pensada".

    Entonces Pedro le dijo: Seor, dices esta parbola a nosotros, o tambin

    a todos?

    Y dijo el Seor: Quin es el mayordomo fiel y prudente al cual su seor

    pondr sobre su casa, para que a tiempo les d su racin?

    Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su seor venga, le halle

    haciendo as. En verdad os digo que le pondr sobre todos sus bienes.

    Mas si aquel siervo dijere en su corazn: Mi seor tarda en venir; y

    comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y

    embriagarse, vendr el seor de aquel siervo en da que ste no espera, y

    a la hora que no sabe, y le castigar duramente, y le pondr con los

    infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su seor, no se

    prepar, ni hizo conforme a su voluntad, recibir muchos azotes. Mas el

  • 36

    que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, ser azotado poco; porque a

    todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandar; y al que

    mucho se le haya confiado, ms se le pedir.

    Las diez vrgenes

    La parbola de las diez vrgenes o parbola de las diez muchachas es una

    de las parbolas de Jess, forma parte de sus enseanzas. Su texto segn

    la biblia cristiana es el siguiente:

    "Entonces el Reino de los Cielos ser semejante a diez vrgenes que

    tomando sus lmparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran

    prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lmparas, no

    tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas,

    juntamente con sus lmparas. Y tardndose el esposo, cabecearon todas y

    se durmieron. Y a la medianoche se oy un clamor: !Aqu viene el esposo;

    salid a recibirle! Entonces todas aquellas vrgenes se levantaron, y

    arreglaron sus lmparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos

    de vuestro aceite; porque nuestras lmparas se apagan. Mas las prudentes

    respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id

    ms bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero

    mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas

    entraron con l a la boda; y se cerr la puerta. Despus vinieron tambin

    las otras vrgenes, diciendo:!!Seor, seor, brenos! Mas l, respondiendo,

    dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabis

    el da ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".

    Explicacin

    La enseanza encerrada en esta parbola es de estar siempre preparados

    para la segunda venida de Jesucristo, el cual es representado en la

  • 37

    parbola como el novio, siendo as las diez vrgenes los creyentes que

    esperan a Cristo y la boda, el gozoso evento de su regreso.

    En los tiempos de Jess, la tradicin juda en las bodas era que; un grupo

    de amigas de la novia esperaran al novio cerca del lugar en el que se

    llevara a cabo la fiesta nupcial, para iluminarle el camino con lmparas

    cuando este llegase, esto es lo que trata la parbola, y no, como se cree

    usualmente, que el novio contraer matrimonio con las diez vrgenes, en

    un acto de poliginia.

  • 38

    Parbola de los talentos

    En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos esta parbola: Un hombre que

    se iba al extranjero llam a sus siervos y les encomend su hacienda: a

    uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual segn su

    capacidad; y se ausent.

    Enseguida, el que haba recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos

    y gan otros cinco. Igualmente el que haba recibido dos gan otros dos.

    En cambio el que haba recibido uno se fue, cav un hoyo en tierra y

    escondi el dinero de su seor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el seor

    de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegndose el que haba

    recibido cinco talentos, present otros cinco, diciendo: Seor, cinco

    talentos me entregaste; aqu tienes otros cinco que he ganado. Su seor

    le dijo: Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo

    mucho te pondr; entra en el gozo de tu seor. Llegndose tambin el de

    los dos talentos dijo: Seor, dos talentos me entregaste; aqu tienes

    otros dos que he ganado. Su seor le dijo: Bien, siervo bueno y fiel!; en

    lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondr; entra en el gozo

    de tu seor. Llegndose tambin el que haba recibido un talento dijo:

    Seor, s que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y

    recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escond en

    tierra tu talento. Mira, aqu tienes lo que es tuyo. Mas su seor le

    respondi: Siervo malo y perezoso, sabas que yo cosecho donde no sembr

    y recojo donde no esparc; debas, pues, haber entregado mi dinero a los

    banqueros, y as, al volver yo, habra cobrado lo mo con los intereses.

    Quitadle, por tanto, su talento y ddselo al que tiene los diez talentos.

    Porque a todo el que tiene, se le dar y le sobrar; pero al que no tiene,

    aun lo que tiene se le quitar. Y a ese siervo intil, echadle a las

    tinieblas de fuera. All ser el llanto y el rechinar de dientes.

  • 39

    Reflexin

    Los talentos no slo representan las pertenencias materiales. Los talentos

    son tambin las cualidades que Dios nos ha dado a cada uno.

    Vamos a reflexionar sobre las dos enseanzas del evangelio de hoy. La

    primera alude al que recibi cinco monedas y a su compaero, que negoci

    con dos. Cada uno debe producir al mximo segn lo que ha recibido de su

    seor. Por eso, en la parbola se felicita al que ha ganado dos talentos,

    porque ha obtenido unos frutos en proporcin a lo que tena. Su seor no

    le exige como al primero, ya que esperaba de l otro rendimiento.

    Igualmente se aplica a nosotros, segn las posibilidades reales de cada

    individuo. Hay personas que tienen gran influencia sobre los dems, otras

    son muy serviciales, otras, en cambio, son capaces de entregarse con

    herosmo al cuidado de personas enfermas, los hay con una profesin, con

    un trabajo, con unos estudios, con una responsabilidad concreta en la

    sociedad...

    Pero puede darse el caso del tercer siervo del evangelio: no produjo nada

    con su talento. A Cristo le duele enormemente esa actitud. Se encuentra

    ante alguien llamado a hacer un bien, aunque fuera pequeo, y resulta que

    no ha hecho nada. Eso es un pecado de omisin, que tanto daa al

    corazn de Cristo, porque es una manifestacin de pereza, dejadez, falta

    de inters y desprecio a quien le ha regalado el talento.

    Analiza tu jornada. Qu has hecho hoy? Qu cualidades han dado su

    fruto? Cuntas veces has dejado sin hacer lo que debas?

    El que ama de verdad no deja escapar ninguna ocasin para aprovechar sus

    dones y hacerlos fructificar en bien de los dems.

  • 40

    Las Ovejas y las Cabras

    En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos:

    -Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre y todos los ngeles con l,

    se sentar en el trono de su gloria y sern reunidas ante l todas las

    naciones.

    l separar a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las

    cabras.

    Y pondr las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

    Entonces dir el rey a los de su derecha:

    Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para

    vosotros desde la creacin del mundo.

    Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de

    beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis,

    enfermo y me visitasteis, en la crcel y vinisteis a verme.

    Entonces los justos le contestarn:

    Seor, cundo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te

    dimos de beber?; cundo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo

    y te vestimos?; cundo te vimos enfermo o en la crcel y fuimos a

    verte?

    Y el rey les dir:

    Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de stos mis humildes

    hermanos, conmigo lo hicisteis.

    Y entonces dir a los de su izquierda:

    Apartaos de m, malditos; id al fuego eterno preparado para el diablo y

    sus ngeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y

  • 41

    no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve

    desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la crcel y no me visitasteis.

    Entonces, tambin stos contestarn:

    Seor, cundo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo,

    o enfermo o en la crcel y no te asistimos?

    Y l replicar:

    Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de stos, los

    humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.

    Y stos irn al castigo eterno y los justos a la vida eterna.

    Orientaciones para la lectura y la meditacin

    El famoso texto del juicio final de Mateo se sita precisamente al final

    del discurso escatolgico (Mt 24-25), tras las parbolas de la vigilancia

    que nos han acompaado en los domingos precedentes (la de las vrgenes

    necias y prudentes, Mt 25,1-13, y la de los talentos, Mt 25,14-30).

    Todos estos textos tienen como protagonistas a Dios y a nosotros,

    nuestras obras y su juicio para vida o para perdicin. Fijmonos en el

    siguiente esquema:

    NOSOTROS DIOS OBRAS JUICIO

    Parbola de

    las vrgenes

    (Mt 25,1-

    13)

    Vrgenes

    prudentes o

    necias?

    Es el novio,

    Jesucristo

    Esperanza

    previsora

    o

    descuido?

    - "Entra al

    banquete..."

    - "No os

    conozco"

  • 42

    Parbola de

    los talentos

    (Mt 25,14--

    30)

    Siervos fieles o

    siervos

    perezosos?

    Es el

    propietario de

    la hacienda

    Negociar

    o enterrar

    el

    talento?

    - "Entra en

    el gozo de

    tu Seor"

    - "Quitadle

    el talento...

    Echadle a

    las tinieblas

    de fuera"

    Juicio final

    (Mt 25,31-

    46)

    Justos o

    injustos?

    Es el Hijo del

    hombre

    Dar de

    comer, de

    beber,

    acoger,

    vestir,

    visitar... o

    dejar de

    hacerlo?

    - "Venid a

    m,

    benditos de

    mi Padre"

    - "Apartaos

    de m,

    malditos"

    El esquema es el mismo en las tres narraciones, y su mensaje se centra

    en que, al final de nuestra vida, seremos juzgados segn el amor: no un

    amor platnico, hecho de fervorosos y "espirituales" sentimientos, sino un

    amor que toma cuerpo en gestos concretos hacia los pequeos.

    El evangelio de hoy nos sita en un momento futuro en el que, segn la

    fe juda, vendra el Hijo del hombre de forma extraordinaria, sobre las

    nubes del cielo, para juzgar con poder a todas las naciones (cf. v. 31).

  • 43

    Es indudable que Jess se identific con esa figura veterotestamentaria

    del Hijo del hombre, quiz ms que con ninguna otra. Sin embargo, l la

    entenda de una forma un poco distinta a como la entendan los judos de

    su tiempo (cf. Hijo del hombre). Nuestro pasaje habla de esta figura

    como un pastor (v.32) y como un rey, sentado en su trono de gloria (v.

    31 y 34). S, Jess es el buen Pastor que conoce a sus ovejas, las llama

    por el nombre y las ama hasta el extremo de dar su vida por ellas (Jn

    10). Tambin es Rey, no al estilo de los reyes y jefes del mundo, que

    oprimen a su pueblo, sino segn su personal estilo: sirviendo a los pies de

    los suyos.

    Pues bien, este rey y pastor se dispone a juzgar, y los criterios de su

    juicio estn en la lnea de las palabras de los grandes profetas antiguos,

    como Isaas (58,6-7):

    No ser ste el ayuno que yo quiero: deshacer los nudos de la maldad

    soltar las coyundas del yugo, dejar libres a los maltratados y arrancar

    todo yugo?

    No ser partir al hambriento tu pan y a los pobres sin hogar recibir en

    casa?

    Que cuando veas a un desnudo le cubras y no te cierres a tu propia

    carne?

    Dar de comer, dar de beber, no cerrarse al prjimo que, segn Isaas, es

    carne de mi carne, son los criterios de juicio de Jess.

    Es sorprendente, en el texto, que los criterios del juicio son totalmente

    seculares. No se dice: "Porque has orado da y noche, has ayunado, has

    ofrecido sacrificios y votos a tu Dios, has hecho peregrinaciones a lugares

    santos...". No. El "justo" de Mateo no saba cundo haba obrado la

  • 44

    misericordia con Dios, porque lo hizo en la persona de "los pequeos" y en

    el mbito de lo "mundano".

    Del mismo modo, los injustos no cayeron en la cuenta de las ofensas a

    Dios porque, probablemente, ellos ponan ms su amor en las palabras que

    en las obras: "Seor, Seor!" (cf. v. 44; Mt 7,21; 25,11).

    El mensaje de Mateo coincide con el de Juan: no podemos amar a Dios a

    quien no vemos si no amamos al hermano a quien vemos (1 Jn 4,12.20).

    De manera que el juicio est en nuestras manos, en el presente: nosotros

    mismos nos salvamos desde la libertad que Dios nos ha regalado para

    poder elegir vida o muerte, bendicin o maldicin. Es verdad que no

    podemos estar seguros de quin se condenar o quin se salvar, pero s

    podemos estar seguros de la fidelidad de Dios, que no falta a sus palabras

    y que ha prometido su Reino a los bienaventurados que se entregan a la

    tarea de amar.

    - El servidor fiel

    Pedro pregunt entonces: "Seor, esta parbola la dices para nosotros o

    para todos?"

    El Seor le dijo: "Cul es el administrador fiel y previsor, a quien el

    Seor pondr al frente de su personal para distribuirle la racin de trigo

    en el momento oportuno?

    Feliz aquel a quien su seor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!

    Les aseguro que lo har administrador de todos sus bienes.

    Pero si este servidor piensa: "Mi seor tardar en llegar", y se dedica a

    golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a

    emborracharse, su seor llegar el da y la hora menos pensada, lo

    castigar y le har correr la misma suerte que los infieles.

  • 45

    El servidor que, conociendo la voluntad de su seor, no tuvo las cosas

    preparadas y no obr conforme a lo que l haba dispuesto, recibir un

    castigo severo.

    Pero aquel que sin saberlo, se hizo tambin culpable, ser castigado menos

    severamente. Al que se le dio mucho, se le pedir mucho; y al que se le

    confi mucho, se le reclamar mucho ms.

  • 46

    El crecimiento de la semilla

    "Deca adems: As es el reino de Dios, como cuando un hombre echa

    semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de da, y la

    semilla brota y crece sin que el sepa como.

    Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, despus

    grano lleno en la espiga:

    Y cuando el fruto esta maduro, en seguida se mete la hoz, porque la

    siega ha llegado"

    Los dos deudores.

    Uno de los fariseos rog a Jess que comiera con l. Y habiendo entrado

    en casa del fariseo, se sent a la mesa.

    Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jess

    estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con

    perfume; y estando detrs de l a sus pies, llorando, comenz a regar con

    lgrimas sus pies, y los secaba con sus cabellos; y besaba sus pies y los

    unga con el perfume.

    Cuando vio esto el fariseo que lo haba convidado, dijo para s: Si este

    fuera profeta, conocera quin y qu clase de mujer es la que lo toca,

    porque es pecadora.

    Entonces, respondiendo Jess, le dijo:

    Simn, una cosa tengo que decirte.

    Y l le dijo:

    Di, Maestro.

  • 47

    Un acreedor tena dos deudores: uno le deba quinientos denarios y el

    otro, cincuenta.

    No teniendo ellos con qu pagar, perdon a ambos. Di, pues, cul de

    ellos lo amar ms?

    Respondiendo Simn, dijo:

    Pienso que aquel a quien perdon ms.

    l le dijo:

    Rectamente has juzgado.

    Entonces, mirando a la mujer, dijo a Simn:

    Ves esta mujer? Entr en tu casa y no me diste agua para mis pies;

    pero ella ha regado mis pies con lgrimas y los ha secado con sus cabellos.

    No me diste beso; pero ella, desde que entr, no ha cesado de besar mis

    pies.

    No ungiste mi cabeza con aceite; pero ella ha ungido con perfume mis

    pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados,

    porque am mucho; pero aquel a quien se le perdona poco, poco ama.

    Y a ella le dijo:

    Tus pecados te son perdonados.

    Los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir

    entre s:

    Quin es este, que tambin perdona pecados?

    Pero l dijo a la mujer:

    Tu fe te ha salvado; ve en paz.

  • 48

    Buen Samaritano

    La Parbola del Buen Samaritano es una de las ms importantes parbolas

    de Jess, relatada en el evangelio segn San Lucas, captulo 10, versculos

    del 25 al 37. La parbola es narrada por Jess a fin de ilustrar que la

    caridad y la misericordia son las virtudes que guiarn a los hombres a la

    piedad y la santidad. Ensea tambin que cumplir el espritu de la ley, el

    amor, es mucho ms importante que cumplir la letra de la ley. En esta

    parbola, Jess ampla la definicin de prjimo. La eleccin de la figura de

    un samaritano, considerado un hertico para los sectores ms ortodoxos

    de la religin hebrea, sirve para redefinir el concepto de prjimo que se

    manejaba entonces. Jess, mediante esta parbola muestra que la fe debe

    manifestarse a travs de las obras, revolucionando el concepto de fe en la

    vida religiosa juda, entre los cuales resaltaban grupos como el de los

    fariseos a quienes Jess en numerosas ocasiones llama hipcritas por su

    excesivo apego a la letra de la ley y su olvido por cumplir el espritu de la

    ley. El contraste establecido entre los prominentes lderes religiosos

    inmisericordes y el samaritano misericordioso, es un recordatorio a los

    maestros de la ley (como es el caso del interlocutor de Jess) de que

    estaban olvidando el principio de la verdadera religin y Jess emplea un

    personaje despreciado por ellos para mostrarles su error.

    La narracin comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jess qu

    se necesita para obtener la vida eterna, con la intencin de meterlo en

    dificultades. Jess, en respuesta, le pregunta al doctor qu es lo que dice

    la ley de Moiss al respecto. Cuando el doctor cita la Biblia, y

    precisamente: "amars al Seor tu Dios con todo el corazn, con toda el

    alma y con toda la fuerza" (Deuteronomio 6,5) y la ley paralela "amars

    a tu prjimo como a ti mismo" (Levtico 19,18), Jess dice que ha

    respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En

    ese punto, el doctor le pide a Jess que explique a qu se refiere el

  • 49

    prjimo. Jess le responde con la prabola. Un hombre, mientras viajaba

    de Jerusaln hacia Jeric, fue asaltado, robado y abandonado medio

    muerto al lado del camino. Un sacerdote lo evita pasando por el otro lado

    de la acera. De modo similar, un levita lo ignora. Solamente un

    samaritano inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana

    para que pudiera restablecerse completamente. Al dueo de la posada le

    da dos denarios por el servicio.

    Al trmino de la parbola, Jess le pregunta al doctor de la ley cul de

    los tres se haba comportado como prjimo del hombre robado. l no

    responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el

    que tuvo compasin de l".

    Contexto de la Parbola

    La Parbola surge, como la mayora de estas, como respuesta a un

    experto en la Ley mosaica, muy probablemente un fariseo. Es de notar

    que la pregunta que este le formula a Jess no es exclusiva de esta

    pgina evanglica la misma esta formulada en el evangelio segn San

    Mateo, captulo 22, versculos del 34 al 40, y es de notar tambin que

    la respuesta que da Jess es exactamente la misma que la que ofrece el

    doctor en esta ocasin, por lo que si se analiza un poco la doctrina de

    Jess, basada en el amor por sobre todo formalismo, y la doctrina juda

    de la poca, 613 preceptos religiosos que obligan a los judos, lo ms

    probable es que la respuesta que da el maestro de la Ley sea tomada del

    propio Jess. Luego ante la pregunta del doctor de quien es mi prjimo,

    Cristo en lugar de dar una definicin convencional, tras narrar la parbola,

    responde con otra pregunta: quin actu como prjimo?, sealando as

    que prjimo no atiende a las cualidades de la otra persona sino a la

    misericordia de cada uno.

    Personajes de la Parbola

    El sacerdote y el levita

  • 50

    El sacerdote y el levita son los dos personajes que primero pasan

    por delante del judo apaleado y lo ignoran siguiendo su camino a

    Jerusaln. Normalmente pensamos que esa actitud se deba a una

    pobre compasin y a una indiferencia al dolor, pero el significado va

    ms all. Es muy probable que ambos clrigos fueran rumbo a

    Jerusaln a oficiar en el Templo, por su parte la ley estableca que

    quien tocara un cadver ensangrentado quedara impuro hasta la

    noche y obviamente alguien impuro no poda participar de los

    rituales religiosos. Es por eso que el simbolismo del sacerdote y el

    levita no es de impiedad ni de crueldad sino de anteponer

    formalismos rituales a la misericordia y el perdn. Esta imagen de la

    balanza entre el espritu de la ley y la letra de la ley es uno de los

    pilares de la enseanza de Jess y tambin del Antiguo

    Testamento: misericordia quiero y no sacrificios (Os: 6,6).

    El samaritano

    La imagen del samaritano como el piadoso salvador del judo

    apaleado constituye toda una fragua al concepto de prjimo. Los

    samaritanos y los judos constituan rivales irreconciliables. Unos a

    otros se consideraban herejes, los judos fundamentaban sus razones

    en que los samaritanos hacan su culto en el monte Garizim o

    Gerizim en lugar del Templo de Jerusaln, solamente aceptaban a

    Moiss como nico profeta y no reconocan la tradicin oral del

    Talmud, al libro de los Profetas ni al de los Escritos. Por su parte

    los samaritanos odiaban a los judos por las veces que estos haban

    destruido y profanado el santuario de Garizim. Es por eso que la

    carga emocional de la parbola es mucho mayor. El samaritano

    olvida su odio e incluso sus prcticas religiosas por la piedad que le

    inspira ese hombre apaleado.

    Enseanza fundamental

  • 51

    Jess no hace distinciones entre los hombres, todos son hermanos no

    importa nacionalidad, religin, ni ideas polticas. Porque Prjimo es

    sinnimo de misericordia

    Importancia

    Esta parbola es una de las ms famosas del Nuevo Testamento, y su

    influencia es tal que el significado actual de samaritano en la cultura

    occidental es el de una persona generosa y dispuesta a ofrecer ayuda a

    quien sea que lo requiera.

    El amigo inoportuno

    Les dijo tambin:

    Quin de vosotros que tenga un amigo, va a l a medianoche y le dice:

    Amigo, prstame tres panes, porque un amigo mo ha venido a m de

    viaje y no tengo qu ofrecerle; y aquel, respondiendo desde adentro, le

    dice: No me molestes; la puerta ya est cerrada y mis nios estn

    conmigo en cama. No puedo levantarme y drtelos?

    Os digo que, si no se levanta a drselos por ser su amigo, al menos por

    su importunidad se levantar y le dar todo lo que necesite.

    Por eso os digo: Pedid, y se os dar; buscad, y hallaris; llamad, y se os

    abrir, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que

    llama, se le abrir.

    Qu padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dar una piedra? O si

    le pide pescado, en lugar de pescado le dar una serpiente?

    O si le pide un huevo, le dar un escorpin?

  • 52

    Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a vuestros hijos,

    cunto ms vuestro Padre celestial dar el Espritu Santo a los que se lo

    pidan.

    El rico necio

    Tambin les refiri una parbola, diciendo:

    La heredad de un hombre rico haba producido mucho.

    Y l pensaba dentro de s, diciendo: Qu har, porque no tengo donde

    guardar mis frutos?

    Y dijo: Esto har: derribar mis graneros y los edificar ms grandes, y

    all guardar todos mis frutos y mis bienes; y dir a mi alma: Alma,

    muchos bienes tienes guardados para muchos aos; descansa, come, bebe y

    regocjate.

    Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que

    has guardado, de quin ser?.

    As es el que hace para s tesoro y no es rico para con Dios.

    La higuera seca

    Por la maana, al volver Jess a la ciudad tuvo hambre. Y viendo una

    higuera al lado del camino, a ella se aproxim, y no encontr en ella sino

    hojas; y le dijo: Nunca jams nazca de ti frutos, en el mismo instante se

    sec la higuera. Y viendo esto sus discpulos se maravillaron y le

    preguntaron: Cmo es qu repentinamente se seco la higuera? Les

    respondi Jess: En verdad os digo que si tuvieseis fe y no dudarais,

    harais no slo lo he hecho a la higuera, sino hasta dejar desierto el

  • 53

    monte: levntate y lnzate al mar, y esto ser hecho; y todo lo que, con

    fe, pidis en vuestras oraciones, habris de recibir.

  • 54

    La moneda perdida

    O qu mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende

    la lmpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?

    Y cuando la encuentra, rene a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos

    conmigo, porque he encontrado la dracma que haba perdido.

    As os digo que hay gozo delante de los ngeles de Dios por un pecador

    que se arrepiente.

    El hijo prdigo

    La parbola del hijo prdigo es el trmino popular que describe a una de

    las parbolas de Jess de Nazareth recogida en el Nuevo Testamento,

    especficamente en el evangelio segn San Lucas, captulo 15, versculos del

    11 al 32.

    Sentido de la Parbola

    Esta parbola, como muchas otras de Jess (Vase: Parbola del fariseo y

    el publicano) se enmarca como respuesta a una crtica de los fariseos y los

    escribas, expertos judos en la Ley mosaica, que estos le propinaban por

    andar y compartir en presencia de pecadores. La parbola

    fundamentalmente recalca la misericordia de Dios hacia los pecadores

    arrepentidos y su alegra ante la conversin de los descarriados, esto ha

    llevado a muchos telogos y expertos bblicos que el nombre de la parbola

    debera ser, en lugar de el hijo prodigo, el padre misericordioso. En

    efecto el enfoque de la parbola no es el hijo joven, rebelde y luego

    arrepentido, sino el padre que espera y corre para dar la bienvenida al

    hogar a su hijo. El mensaje teolgico que brinda esta parbola constituye

    la cimentacin de la predica de Cristo, siempre guiada a la conversin de

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    los pecadores, al perdn de los pecados y al rechazo a los formalismos que

    aparten al creyente de la verdadera fe y misericordia.

    Personajes de la Parbola

    Hijo prdigo

    Este personaje es de cierta forma sobre quien gira la historia

    aparente, pues es quien hila las tres escenas de esta, el pecado, el

    arrepentimiento y el perdn. Representa a la humanidad pecadora y

    descarriada que se ha olvidado de Dios. Su entrada comienza

    informndonos de que es el menor de dos hermanos y que le pide al

    padre su parte de la herencia. Teolgicamente podra interpretarse

    a dicha herencia como los dones y gracias que Dios pone en cada

    uno de nosotros, por lo que la escena rememora el Jardn de Edn

    en el momento de la cada en el pecado, el hijo exige su libertad

    para usarla fuera de la voluntad de su padre. Posteriormente se

    seala que malgasta esa herencia (libertad y racionalidad) viviendo

    como un libertino, o sea su pecado no est tanto en la reclamacin

    de su libertad como en la utilizacin descarriada de la misma que lo

    lleva al fracaso. La parbola describe posteriormente la escena del

    arrepentimiento. Tras la vida de derroche y libertinaje, el hijo cae

    en la miseria y reflexiona acerca de su provecho personal y cae en

    cuenta que le traer mayor bienestar regresar donde el padre que

    seguir por su cuenta. Aqu hay varios aspectos muy interesantes

    desde una perspectiva teolgica, en primer lugar refleja que las

    desgracias que provoca el pecado no son castigos divinos sino

    resultado de las malas acciones que siempre acaban mal, por otro

    lado refleja una actitud interesada en la conversin, es decir se

    arrepiente racionalmente y no sentimentalmente, va buscando un

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    provecho personal y no la santidad en si, de ah que prepare una

    disculpa para el padre en la que le pida que lo acepte como

    trabajador . El clmax de su historia sucede cuando parte de regreso

    a casa de su padre y encuentra en este un perdn incondicional. Se

    puede decir que su verdadera conversin, el arrepentimiento real,

    ocurre en este momento pues ve en la actitud del padre desinters

    y amor, principales caractersticas de una verdadera conversin.

    Padre misericordioso

    Este es verdaderamente el personaje central de la parbola.

    Representa a Dios Padre y fundamentalmente su atributo de

    misericordia. Desde el comienzo de la parbola se nos lanza una

    enseanza, el padre tena dos hijos. Aqu los dos hijos representan a

    la humanidad entera, uno a los pecadores que se alejan de la

    voluntad del Padre y el otro a los que se someten a esta, pero

    ambos son merecedores de la herencia paterna. El padre respeta y

    acepta la determinacin que su hijo toma por su libre albedrio, le

    reparte su herencia y lo deja marcharse. Esta imagen nos presenta

    a un Dios que no es ni dictador, ni prepotente, que nos muestra el

    camino nos da su heredad pero nos deja libres para que escojamos

    nuestro destino.

    La otra aparicin del padre es la manifestacin de su plena

    misericordia. Al ver a su hijo que regresa sale a buscarlo corriendo y

    antes de que diga palabra alguna lo abrasa y lo besa. En esta

    imagen se explica como Dios, incluso sabiendo que la conversin no

    es completa y que puede haber un trasfondo, sale en busca de aquel

    que lo necesita y lo llama, aceptndolo sin reprocharle su descarro

    ni su indiferencia anterior. Por otra parte en su dialogo con su

    primognito se transluce como Dios no descuida a aquellos que lo

    han seguido justamente y como ante el pecado de los justos su

    reclamo es tierno pero firme.

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    Primognito

    El primognito es el personaje que menos participa en la parbola.

    Representa a los justos y fieles hijos de Dios, que se someten a la

    voluntad del Padre. El verdadero sentido de este personaje es

    mostrarnos como los fieles de Dios tambin caen en el pecado, en este

    caso la soberbia, y representa muy bien a los fariseos y escribas a los

    que Jess le hablaba. Al reprocharle al padre lo que le hace a su

    hermano en comparacin con lo que ha hecho por l se muestra que

    tambin en su fe su obediencia exista un mvil interesado.

    Enseanza fundamental

    Esta parbola transmite una enseanza tanto para lo fariseos y escribas

    como para los pecadores y publicanos. Hoy en da puede decirse que sirve

    de enseanza para los fieles cristianos y para el resto de las personas. A

    los primeros les muestra su debilidad ante la tentacin. Indica que el

    pecado de soberbia puede alojarse fcilmente en ellos si se creen mejores

    que los dems por profesar una fe, al mismo tiempo transluce que la fe

    cristiana no consiste solamente en participar de ritos y liturgias sino en

    practicar la misericordia y no juzgar a los dems. En relacin a los

    segundos consiste en una invitacin a la conversin. As se les muestra las

    terribles consecuencias del pecado y las malas acciones, la importancia de

    un verdadero arrepentimiento y la misericordia de Dios que todo lo

    perdona.

    Texto bblico

    El texto de la parbola, segn aparece en la Biblia cristiana, es el

    siguiente:

    En aquel tiempo, se acercaban a Jess todos los publicanos y los

    pecadores para orle. Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo:

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    ste acoge a los pecadores y come con ellos. Jess les dijo esta parbola:

    Un hombre tena dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre,

    dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y l les reparti la

    hacienda. Pocos das despus el hijo menor lo reuni todo y se march a

    un pas lejano donde malgast su hacienda viviendo como un libertino.

    Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel pas,

    y comenz a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajust con uno de los

    ciudadanos de aquel pas, que le envi a sus fincas a apacentar puercos. Y

    deseaba llenar su vientre con las algarrobas que coman los puercos, pero

    nadie se las daba. Y entrando en s mismo, dijo: "Cuntos jornaleros de

    mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aqu me muero de

    hambre! Me levantar, ir a mi padre y le dir: Padre, pequ contra el

    cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trtame como a

    uno de tus jornaleros." Y, levantndose, parti hacia su padre. Estando

    l todava lejos, le vio su padre y, conmovido, corri, se ech a su cuello

    y le bes efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequ contra el cielo y

    ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus

    siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su

    mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y

    comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mo estaba muerto y

    ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado". Y comenzaron la

    fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acerc a

    la casa, oy la msica y las danzas; y llamando a uno de los criados, le

    pregunt qu era aquello. l le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre

    ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano." El se irrit y