ecodiseño - fernando tudela

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III. Las sensaciones del confort/ malestar térmicos 1. Detección oe las variables pertinentes La sensación subjetiva de calor Q frío depende de la intensidad con que estén funcionando los recursos de termorregulación, los cuales a su vez dependen de un limitado número de varia.bles microclimáti- cas. El conocimiento ciectífico de estas correlaciones es relativamen- te reciente. Hasta finales del siglo pasado, por ejemplo, se pensaba que el malestar térmico que los sujetos experimentaban cuando se aglomeraban en una habitación cerrada, se debía a una supuesta con- centración de gases tóxicos, producidos por los misqos individuos. La responsabilidad del malestar se atribuía pues exclusivamente a la composición química del aire inhalado, no a sus condiciones físicas. Esta concepción persiste, a nivel popular, incluso hasta nuestros días: en ese sentido, el lenguaje común utiliza la expresión “aire viciado”. Esta teoría de las “antropotoxinas” sufrió un golpe demoledor en 1914 cuando Sir Leonard Hill realizó un “experìmentum cruxis“: encerró a un grupo de estudiantes voluntarios y observó a la vez las modificaciones físicoqu imicas de las condiciones atmosféricas en el cuarto de experimentación y el correlativo incremento del malestar biotérmico de sus ocupantes. Dicho malestar, por cierto, se redujo considerablemente poniendo en funcionamiento un simple ventila- dor. Ese mismo aire “viciado” debidamente controlado en sus varia- bles físicas (refrescado v deshumidificado), se dio a respirar a otro grupo de voluntarios, quienes no experimentaron malestar alguno. La carencia de confort se presenta pues antes por el deterioro de las condiciones “físicas” del aire respirado que por la modificación de su composición. Pero también existen márgenes aceptables de va- riación de la cqmposición del aire fuera de los cuales se dificulta la respiraciõn y se compromete la salud de la persona que lo inhala. Ei r-3 29 ecodiseño FERNANDO TUDELA

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Introducción confort térmico

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  • III. Las sensaciones

    del confort/ malestar trmicos

    1. Deteccin oe las variables pertinentes

    La sensacin subjetiva de calor Q fro depende de la intensidad conque estn funcionando los recursos de termorregulacin, los cualesa su vez dependen de un limitado nmero de varia.bles microclimti-cas. El conocimiento ciectfico de estas correlaciones es relativamen-te reciente. Hasta finales del siglo pasado, por ejemplo, se pensabaque el malestar trmico que los sujetos experimentaban cuando seaglomeraban en una habitacin cerrada, se deba a una supuesta con-centracin de gases txicos, producidos por los misqos individuos.La responsabilidad del malestar se atribua pues exclusivamente a lacomposicin qumica del aire inhalado, no a sus condiciones fsicas.Esta concepcin persiste, a nivel popular, incluso hasta nuestrosdas: en ese sentido, el lenguaje comn utiliza la expresin aireviciado.

    Esta teora de las antropotoxinas sufri un golpe demoledor en1914 cuando Sir Leonard Hill realiz un expermentum cruxis:encerr a un grupo de estudiantes voluntarios y observ a la vez lasmodificaciones fsicoqu imicas de las condiciones atmosfricas en elcuarto de experimentacin y el correlativo incremento del malestarbiotrmico de sus ocupantes. Dicho malestar, por cierto, se redujoconsiderablemente poniendo en funcionamiento un simple ventila-dor. Ese mismo aire viciado debidamente controlado en sus varia-bles fsicas (refrescado v deshumidificado), se dio a respirar a otrogrupo de voluntarios, quienes no experimentaron malestar alguno.

    La carencia de confort se presenta pues antes por el deterioro delas condiciones fsicas del aire respirado que por la modificacinde su composicin. Pero tambin existen mrgenes aceptables de va-riacin de la cqmposicin del aire fuera de los cuales se dificulta larespiracin y se compromete la salud de la persona que lo inhala. Ei

    r-3

    2 9

    ecodiseo

    FERNANDO TUDELA

  • I estudio completo de los mximos umbrales aceptables de presenciade las distintas posibles sustancias en el aire se encuentra suficiente-

    : mente desarrollado en los textos especializados sobre contaminacindel aire.. Se mencionar aqu solamente la contaminacin debida a larespiracin humana. Imaginando la posible contnucin del experi-mento de Hill, el segundo grupo de voluntarios que recibe aire yarespirado pero corregido en sus variables fsicas, comenzar a sentirseincmodo antes de que el contenido de oxgeno descienda a nivelespeligrosos. El factor crtico en este caso, como ya lo haba vislum-brado Lavoisier en el Siglo XVIII, est constituido por la mximaconcentracin admisible del dixido de carbono, gas que exhalamoscorrientemente al respirar. Se considera que el mximo nivel acepta-ble de concentracin de este gas en el aire oscila alrededor del 0.5%en volumen (normal en aire puro: 0.03%). El ser humano adulto y enreposo produce unos4.7.10-6 m3 de dixido de carbono por segundo.

    Para evitar alcanzar el umbral de contaminacin por COZ se requeri-ra, pqr cada persona que se encuentre confinada en un espaciocerrado una ventilacin (renovacin de aire) de unos 10w3 r-n3 deaire puro por segundo. Dadas las implicaciones que estas considera-ciones tienen sobre el diseo de los espacios habitables se retornarms adelante el tema de la ventilacin, que solamente se Planteacomo problema grave en la construccin industrializada de alta her-meticidad.

    Volviendo a los factores fsicos del aire, que en condiciones nor-males son los primeros en afectar al confort, cabe recordar que fue-ron mdicos britnicos como Hill, los que a comienzos de nuestrosiglo sentaron las bases para su conocimiento efectivo. La relevanciade este campo de estudios obedeca a razones histricas: el esta-blishment britnico tena mucho inters en mejorar la productivi-dad de aquellos trabajadores sobre cuyos sufridos lomos descansabaen ltima instancia el podero del Imperio: mineros encerrados engaleras sofocantes, trabajadores textiles en fbricas cuya humedadatmosfrica se mantena artificialmente alta para reducir la fragilidadde las hilaturas, fogoneros de barcos surcando aguas tropicales, traba-jadores agrcolas recolectando algodn bajo un sol de justicia, etc.

    Se establecieron, a partir de experimentos algunos de los cualesse remontaban al siglo XVIII, /as tres variables microclimficas fun-damen tales:

    a) La temperatura del aire y de las superficies que configuran elentorno fsico.(incluimos en este rubro la radiacin).

    3 0

    Este factor condiciona los intercambios por conduccin, convec-cin y radiacin.

    b) La humedad relativa del aire, factor que condiciona la evapora-cin.

    c) El movimiento de/ aire, factor que permite la efectividad de losmecanismos anteriores.

    Conviene aclarar mejor el modo de actuacin de este ltimo fac- tor. Las capas de aire ms cercanas a la piel van adquiriendo tempera-turas cada vez ms prximas a la de la misma piel. A su vez, la humi-dificacin sudorpara produce en esas capas una humedad relativaque se va aproximando al 100%. Si esas capas de aire permanecieraninmviles, adheridas a la piel, se anularan por completo las posi-bilidades de termorregulacin por evaporacin cutnea, y por con-duccirkonveccin atmosfrica; de ah la importancia que tiene latasa de renovacin de esas capas de aire muy prximas a la piel yla probada efectividad de la ventilacin a efectos del confort biotr-mico.

    Una vez identificadas las tres variables fsicas fundamentales del mi-croclima, el problema se reducir a estudiar los mrgenes de variacinde cada una de ellas, y las correlaciones entre las mismas que, estads-ticamente suelen producir sensaciones de bienestar bioclimtico, enfuncin de que determinan un uso biolgicamente econmico de losrecursos de termorregulacin.

    2. Medida de las variables bioclimticas bsicas

    Resulta hoy posible y econmico cuantificar adecuadamente las va-riables fsicas ambiental& detectadas como fundamentales. Estopermite una prctica experimental, ms cientfica, superadora delempirismo con que tradicionalmente se ha venido manejando elproblema bioclimtico.

    a) Temperaturas y radiacini) Temperatura seca [TSl. Es la que mide un termmetro co-

    rriente, por ejemplo de mercurio (corresponde a la temperatura de lacolumna de mercurio).

    El termmetro ms usual, simple o con registro de mxima y m-nima, utiliza el principio de la dilatacin (del mercurio, del alcohol,de una espiral metlica o de un par bimetlico). Existen otros apara-

    3 1

  • tos, como los pares termoelctricos o los termistores que se basan enla transformacin de un potencial tkrmico en un potencial elctrico,fcilmente medible.

    El termgrafo registra grficamente, en forma continua, la varia-cin de las temperaturas.

    El hombre comn tiende a sobrevalorar el dato de la temperatura /seca y a considerarlo como el datonico que determina la sensacinde confort o malestar, olvidndose de que nuestra piel presenta una

    /

    superficie que es hmeda y que dista mucho de tener el ndice dereflexin de la del mercurio. I

    ii) Temperatura radiante (Tl?). Es la que registra un termme-tro de globo que no es sino un termmetro corriente cuyo bulbo seencuentra en el interior de una esfera de cobre hueca, de unos 15 cmde dimetro, pintada interior y exteriormente con pintura negra ma-te rugosa. Este instrumento mide la influencia conjunta de la tem-peratura seca del aire y de la radiacin incidente. Colocando el apara-to a pleno sol, o en proximidad de alguna fuente de radiacin trmica(una chimenea, o simplemente un muro recalentado), la temperaturaregistrada ser mayor que la que se obtendra mediante un termme-tro corriente. Si el aire est quieto, es decir, si no existe un sensibleintercambio de calor por conveccin entre el aire y la esfera de co-bre, la temperatura que indique un termmetro de globo correspon-der a la temperatura radiante media (TRM). Dos entornos fsicosque, en aire quieto, produzcan la misma lectura en el termmetrode globo, poseern la misma TRM, aunque la distribucin de los di-ferenciales de temperatura de sus superficies limitantes sea comple-tamente distinta. Cuando el conjunto de las superficies limitantesposea, en trmino medio, una temperatura superior (inferior) a la delaire, la TRM ser mayor (menor) que la TS:

    Belding (1967). propone la siguiente frmula correctiva para elcaso en que el aire que rodea al termmetro de globo se encuentre enmovimiento: TRM = TR i- 0.24 JV (TR-TS), en la que V es la velo-cidad del aire (m/s).

    iii) Temperatura hmeda (TH). Es la que indica un termme-tro corriente cuyo bulbo se mantuviera continuamente hmedo (ro-deado por un fieltro humedecido, por ejemplo) y en torno al cual semoviera Permanentemente el aire. Como se ve, la TH corresponde

    * El objetivo es conseguir un comportamiento fsico que se perezca lo masposible al teriC0 CUeWO negro. LO dal sera ennegrecer con humo.

    3 2

    exactamente al punto de roco del aire en cuestin, es decir, la tem-peratura a la cual se satura y deja de evaporar agua.

    Un psicrmetro es una combinacin de dos termmetros (unoseco y otro hmedo).

    Conociendo las TS y TH de una determinada porcin de aire, re-sulta fcil deducir su humedad relativa, consultando algn diagramapsicromtrico. (Vase la figura 1, o bien los cuadros que acompaanal psicrmetro.) Las TS, TR y TH se miden en grados Celsius o enKelvin. (0 OC E 273 Kelvin).

    Figura 1

    GRAFICO EN QUE SE RELACIONAN LOS VALORES DE LA

    TEMPERATURA SECA (COORDENADAS VERTICALES), HUMEDAD

    RELATIVA (CURVAS) Y LA TEMPERATURA HUMEDA

    (COORDENADAS OBLICUAS)

    TEMPERATURA tb+l

    3 3

  • iv) Radiacin solar. Las medidas ms precisas de radiacin solarno se realizan con un termmetro de globo, sino con un piranme-tro (solarmetro, o actinmetro) que mide la cantidad total de ra-diacin de onda corta que incide sobre una superficie horizontal, conun pirohelimetro o medidor selectivo que puede orientarse en ladireccin deseada o con un radimetro cuya medicin es omnidi-reccional (abarcando por tanto las ondas largas provenientes del te-rreno y de las construcciones).

    Desde 1956 existe un convenio para adoptar la llamada EscalaPiroheliomtrica Internacional, de acuerdo con la cual se viene cali-brando los instrumentos.

    La medicin de la radiacin instantnea que recibe una superfi-cie se expresa, en el sistema internacional, en watts por metro cua-drado (W/m*) o, lo que es lo mismo, en Joules por metro cuadradoy segundo (J/m .s). Esta unidad va progresivamente desplazando alas anteriores: Btu/ft* h, kCal/m* h, o Cal/cm* s (langley), que

    pueden aparecer en la literatura tcnica no muy reciente.

    b) HumedadLa humedad atmosfrica es la cantidad de vapor de agua que se

    encuentra en una porcin de aire.

    La cantidad mxima de vapor de agua que pueda contener un vo-

    lumen de aire depender solamente de su temperatura. Vara consi-

    derabiemente: por ejemplo, a -2OC el valor de saturacin expresado

    como humedad absoluta ser de 0.879 g/m3, mientras a 40C alcan-zaI 55.046 gim

    Recurdense los distintos ndlces que pueden expresar una misma

    humedad:1) Humedad absoluta: masa de agua por metro cbico de aire ana-

    lizado (se suele medir en g/m 3 ).

    2) Proporcin de mezcla: masa de vapor (generalmente en gra-

    mos) por kilogramo de aire seco;3) Humedad especfica: masa de vapor por kilogramo de aire h-

    medo;4) Presin de vapor (pv): componente de la presin total de la

    porcin de aire hmedo que corresponde a la presin ejercida por el

    vapor de agua. Se expresa en unidades de presin.

    5) Humedad relativa (HR) es la relacin, expresada porcentual-mente, entre la presin de vapor existente en una porcin de aire y la

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    que se presentara en caso de que esa porcin se encontrara saturada

    a la misma temperatura. HR= PVpvs x 1 OO (siendo pvs: presin de

    vapor en saturacin).6) Temperatura del punto de roco: temperatura a la que se pro-

    duce la saturacin si se enfra el aire a presin constante sin aadir niquitar vapor.

    En meteorologa se usan, sobre todo, los ndces 2) y 6), en bio-climatologa los 4) y 5), y en ingeniera de acondicionamiento deaire: l), 2), 5) y 6).

    L3 medida directa es posible y cmoda slo para la humedad re-lativa, mediante la utilizacin de un higrmefro, entre los cuales elms comn se basa en la variacin de longitud de un cabello en fun-

    cin precisamente de, la humedad relativa. La precisin que se consi-

    gue con este higrmetro es bastante baja. Existen aparatos de medida

    directa ms precisos, como por ejemplo los higrmetros de rayos in-frarrojos, pero son delicados y costosos. Por ello resulta ms prctico

    hacer uso de medidas indirectas, por medio del psicrmetro.

    c) Movimiento del aire

    Se mide generalmente la velocidad del aire mediante anemme-tros, de los cuales exisren algunos modelos ligeros y porttiles. Tam-bin se utilizan katatermmetros, que miden la tasa de enfriamiento

    de UI! wetpo caliente, la cuai es uncin de la velcidad del aire en

    contacto con dicho cuerpo (puede ser un hilo llevado a la incandes-

    cencia por el paso de una corriente elctrica). Los katatermmetros

    son espzclalmente titiles pata medir velocidades pequecas del aire,il:rlii, J 1~s cuales el funcionamiento mecnico de los anemmetros

    co:r~entes resulta poco serwble. La unidad en que se expresa el movi-miento del aire es el m/s.

    Todava se encuentran a veces mediciones expresadas en los anti-guos grados Beaufort, que trataban de relacionar la fuerza del viento

    con los efectos que presumiblemente provocara.

    Considerando el vientocomo un factor aislable, se podran sealar

    las siguientes correlaciones entre magnitudes fsicas y efectos sensi-

    bles:

    Hasta 0.25 mls - no se percibe0.25 - 0.5 - comienza apenas a sentirse0.50 - 1.0 _ movimiento de aire muy suave,

    35

  • 1.65

    1 .65 - 3 . 30

    3.30 - 5.00

    5.00 - 10.00

    10.00 - 15.00

    M s de 15.00

    ,,

    I,

    efectivo y agradable en tiempo

    clido y hmedo

    - mxima velocidad agradable sin

    efectos indeseables en trabajo

    de oficina

    t,

    II

    - puede comenzar a resultar mo-

    lesto: los papeles comienzan a

    volar (3.30 m/s marca el tope

    deseable de velocidad en espa-

    cios interiores)

    - brisa

    _ v iento moderado

    - viento fuerte a muy fuerte

    - vendaval

    A partir de 25 m/s es posible el dao en edificaciones corrientes,

    no precarias. Las tormentas tropicales generan vientos cuya magni-

    tud oscila entre 17 y 32 m/s. Los huracanes determinan velocidades

    de ms de 32 mfs.

    3. La ropa como factor de mediacin

    Los estudios psicofisiolgicos de las condiciones de confort biotrmi-

    co han concedido, hasta hace poco, escasa atencin a la indunientaria

    como primer factor de mediacin entre el cuerpo humano y su medio

    ambiente. Hoy resulta ya absurdo subestimar los efectos de nuestra

    segunda piel. La ropa imolica un aislamiento trmico adicional

    que obstaculiza la dispersin del calor metablico que producimos, a

    la vez que protege contra una disipacin excesiva. Por una parte, el

    tejido en s supone un filtro ambiental que, adems de poseer algunas

    cualidades aislantes, controla el pasodel aire y de la humedad. Por otra,

    la disposicin de la ropa crea entre el tejido y la piel una cmara de

    aire ms o menos estable, cuyo efecto aislante se suma al del tejido

    en s. En todos los casos se reduce considerablemente el movimiento

    del aire en contacto con la piel. Por todo ello, la ropa constituye el

    recurso ms directo y eficaz contra la sensacin de fro. Cuanto ms

    fro haga deber ser la ropa ms gruesa, impermeable al aire y ceida

    al cuerpo; frente al fro convendra adems disponer la indumentaria

    en distintas capas, para crear varias cmaras de aire, y seleccionar tonos

    exteriores oscuros para absorber mejor la radiacin solar. Frente al

    36 37

    calor la estrategia ser la opuesta: disminucin de la ropa, ligereza y

    permeabilidad al aire del tejido, que deber ser muy absorbente, dis-

    posicin muy holgada de la indumentaria para permitir la circulacin

    interior del aire, y seleccin de tonos exteriores muy claros para

    aumentar la reflexin de la radiacin recibida.

    A efectos de los clculos termofisiolgicos se han establecido

    algunas cuantifiiaciones para el factor de arropamiento. El intento

    ms difundido es el publicado en Gagge, Burton y Gazatt (1941),

    que se sintetiza en el cuadro siguiente:

    Cuadro 2CUANTIFICACIONES PARA EL FACTOR DE ARROPAMIENTO

    Grado de Descripcin Resistencia Conductankiaarropamiento ejempl i f icator ia trmica en e n

    m2 OC/W W/m2 OC

    Ropa 0 Desnudez total 0 0 0

    Ropa 0.5 Ropa interior corta, panta- 0.08 12.50

    Iones ligeros de algodn,

    camisa de manga corta,

    cuello abierto

    Ropa 1.0 Ropa interior corta, traje 0.16 6.25

    tpico de oficina, con cha-

    leco

    Ropa 1.5 Ropa interior larga, traje 0.24 4.15

    con chaleco de lana, calce-

    tines de lana

    (El cuadro contina, pero los dems grados se salen del contexto

    en que se centra este trabajo.)

    El comportamiento trmico de la ropa se ve afectado por el movi-

    miento externo del aire. As, la IHVE Guide seala los siguientes

    factores de reduccin para el grado ropa l, en funcin de la veloci-

    dad del aire:

    V (m/s) grado de arropamiento

    0.0 1 .oo

    0.1 0.850.2 0.70

    0.5 0.50

    1.5 0.40

  • Se ve as que ropa 1 con movimiento de aire de 0.5 m/s equival-

    dra a ropa 0.5. La reduccin de resistencia trmica de la ropa

    cuando el aire est en movimiento obedece a varias determinaciones:

    a travs de sus poros consigue filtrarse el aire hacia la piel, renovando

    la capa en contacto con ella; adems la ropa, por efecto del viento,

    se puede aplastar contra la piel quitndole eficacia aislante a las

    capas de aire.

    Las consideraciones que anteceden no debieran hacer olvidar que

    la de intervenir en el control biotrmico no es la nica funcin de

    nuestra indumentaria; en muchos casos ni siquiera es la principal.

    Respecto a la ropa, como respecto a la arquitectura, las determina-

    ciones culturales son mucho ms poderosas de lo que generalmente

    se cree. La ropa es signo, no slo artilugio trmico. Estamos acostum-

    brados a obtener, casi inconscientemente, una enorme cantidad de

    informacin del atuendo de nuestros interlocutores: pertenencia a

    una clase social, actitud, gustos, aspiraciones, etc. La configuracin

    de la indumentaria (as como la forma urbano-arquitectnica del

    entoko construido) no remite a una ideologa, sino que es ideologa.

    Cumple unas funciones sociales concretas, como la de servir de factor

    de Identificacin de sujetos que ocupan un lugar semejante en la

    organizacin social. Este campo ideolgico en el que, queramos o no,

    estamos inmersos determina en cada caso los mrgenes de variacin

    de nuestro discurso indumentario.

    Con demasiada frecuencia, esta presin simblica implica una

    considerable servidumbre bioclimtica, una sensible reduccin de la

    calidad de vida de los individuos. Ir correctamente vestido quiere

    decir, en general, pasar calor. Curiosamente, esa presin simblica a

    la que se alude se ejerce en forma mucho ms implacable sobre la

    pequesa burguesa urbana que sobre la alta burguesa o sobre el pro-

    letariado urbano o rural,

    4. El proceso de aclimatacin

    Las adaptaciones a largo plazo que experimenta cada organismo cuan-

    do se encuentra en un medio bioclimtico bsicamente estable

    constituyen lo que se denomina aclimatacin. Los recursos biotr-

    micos no permanecen constantes para cada individuo.

    El proceso de aclimatacin se encuentra todava hoy mal estudiado

    experimentalmente. Con demasiada frecuencia se supone inexistente

    38

    y se realizan estudios biotCrmicos basados en la falsa asuncin de un

    comportamiento estndar, universal, de la fisiologa humana. Se ha

    comprobado que el metabolismo basal aumenta considerablemente

    por aclimatacin al fro. Cuando un individuo habituado a un clima

    templado se somete en forma continua a condiciones calurosas,

    su organismo comienza tambin, paradjicamente, por aumentar su

    metabolismo basal, para acabar reducindolo a largo plazo. Los esca-

    sos datos de que se dispone para el estudio del confort trmico suelen

    provenir de trabajos experimentales realizados sobre sujetos aclima-

    tados a entornos temDlados, correspondientes a los pases industriali-

    zados. tn el contexto tropical, se debern manejar estos datos con

    bastante cautela.

    Desde un enfoque racista, se ha intentado tambin identificar,

    alguna correlacin entre la conducta biotrmica de un individuo y la

    raza a la que pertenece. Histricamente, se presentaron manipula-

    ciones pseudocientficas que pretendan demostrar que la raza negra

    resultaba mucho ms apropiada para trabajar en los trpicos que las

    razas europeas. Los estudios ms serios tuvieron que reconocer que,

    en la escassima medida en que el concepto de raza tiene un preciso

    valor cientfico, los individuos de las distintas razas son capaces

    de alcanzar una misma productividad tanto en el esfuerzo fsico como

    en el intelectual. Las diferencias, en caso de existir, seran atribuibles

    a factores educativos v de aclimatacin.

    5. intereses y tendencias en los estudios bioclimticos

    La actitud bsicamente anal tica que se ha venido asumiendo ha per-

    mitido identificar y abordar, aun aisladamente, algunas variables

    fundamentales que pudieran intervenir en el problema del control

    bioclimtico. Para poder hacer operativos los conocimientos adquiri-

    dos, se hace necesario ahora tratar de sintetizar los datos y relacionar

    las variables. Las problemticas de partida y las finalidades explcitas

    o Implcitas de este tipo de investigaciones han variado histricamente,

    pero se pueden detectar dos grandes tendencias. La primera se centra

    en el concepto de confort trmico, tratando de definirlo estadsti-

    camente en funcin de los mrgenes de oscilacin de las variables

    bsicas y de sus correlaciones. Los trabajos adscribibles a esta tenden-

    cia suelen referirse a las necesidades de los individuos vestidos

    ligeramente v en reposo, o realizando un trabajo sedentario. Las

    39

  • aproximaciones cuantitativas al concepto de confort trmico se

    caracterizan en general por su sencillez de expresin. No es difcil

    imaginarse que la prctica que subyace a este conocimiento es sobre

    todo la de los ingenieros climatizadores del aire y que el problema-tipo

    que se trata de resolver es el de garantizar, al menos en sus variables

    fcilmente cuantificables, un entorno climtico aceptable para un

    conjunto de trabajadores del sector terciario.

    La segunda tendencia se centra en el concepto de stress o males-

    tar trmico, el cual traa de definir y cuantificar objetivamente

    relacionando los hechos fisiolgicos con las variables bsicas mediante

    frmulas empricas que admitan una verificacin experimental. La

    expresin de estas frmulas no siempre adopta formas simples y

    fciles de manejar; todas ellas aspiran a constituir modelos del funcio-

    namiento fisiolgico objetivo que permitan emitir predicciones.

    Los individuos cuyo comportamiento biotrmico desea estudiar

    esta ltima tendencia se hallan frecuentemente en situaciones clim-

    ticas lmite, ya sea por la intensidad de la actividad que desarrollan o

    por Ia- de las variables climticas del entorno. La prctica social que

    determina esta orientacin es bsicamente la de los ergnomos y

    admite variantes segn que los fines sean civiles o militares.

    El problema-tipo que tratan de resolver es el de predecir las condi-

    ciones de resistencia y productividad de un individuo sometido a

    circunstancias climticas adversas.

    Mientras la primera tendencia enfatiza el aspecto subjetivo del

    C O ,tc ata de predecir cmo se sentirn determinadas personas),

    l a a .,~fa insiste en la objetividad de los hechos fisiolgicos (trata

    de predecir aquello que fisiolgicamente suceder, al margen de los

    contenidos de conciencia).

    Ambas corrientes se han abocado en general al estudio de los

    mecanismos de defensa frente al calor. La lucha contra el fro no

    parece preocupar mucho a los investigadores en la medida en que

    existen para ello recursos obvios, eficaces y fcilmente aplicables:

    incrementar el ejercicio fsico, logrando as niveles ms altos de pro-

    duccin de calor metablico, aumentar el grado de arropamiento,

    limitando as la dispersin trmica. Adems el hombre sabe desde

    tiempos inmemoriales que cualquier combustin cede calor. Un

    simple fuego puede as modificar a su favor las condiciones microcli-

    mticas adversas, mientras que la produccin deliberada de fro es

    una conquista muy tarda -y todava hoy muy costosa- de la huma-

    nidad.

    4 0

    Nuestro conocimiento de los hechos bioclimticos se encuentra,

    todava hoy, bastante incompleto y mal integrado. Se necesitar

    aprovechar los conocimientos objetivos alcanzados por las dos corrien-

    tes de investigacin antes referidas, pero sin renunciar auna superacin

    de las prcticas sociales en que se basan. Nuestra problemtica no se

    limita a la de climatizar un edificio convencional de oficinas ni a la

    de evaluar las posibilidades de operacin de un batalln en el desierto,

    se centra en la consecucin de un entorno global cada vez ms huma-

    no, que potencie las capacidades del hombre en vez de limitarlas.

    6. Indices termofisiolgicos de stress trmico

    a) Intercambio seco y evaporacin requeridaEl punto de partiaa es la ecuacin del balance trmico humano y

    se trata de cuantificar las variables en funcin de las condiciones

    microclimticas.

    La produccin de calor metablico, M, es un dato que depende de

    la actividad que desarrolle el sujeto; puede tomarse del cuadro 1,

    Sesuelen agrupar los factores Cd, CV y R para constituir lo que se

    denomina intercambio seco (IS), es decir, el intercambio trmico

    que se produce exclusivamente por conduccin, conveccin y radia-

    cin, sin intervencin de la evaporacin de sudor. El IS puede ser posi-

    tivo (absorcin trmica por parte del cuerpo, en condiciones muy

    calurosas) o negativo (dispersin normal, seca, de calor metablico).

    Se puede calcular el IS realIzando una estimacin de sus compo-

    nentes y sumndolas. Para ello existen frmulas experimentales que

    relacionan Cd + CV con la TS y V del alre (Haines y Hatch (1952)),

    otras que incluso tienen en cuenta el grado de arropamiento (Givoni

    y Berner-Nir (1967)), y otras, finalmente, que cuantifican R en fun-

    cin de la TRM (o de la TR y V).

    Como nicamente se trata de comprender el razonamiento global

    de este enfoque, no se entra a exponer en detalle estas frmulas; se

    suministrar tan slo una indicacin aproximada del calor de IS a

    travs de la expresin: IS = (11.6 + 15 JV) (TR-35) (TR en OC, V

    en m/s, IS en Watts). Esta ltima frmula emprica puede considerar-

    se adecuada cuando el objeto est muy ligeramente vestido y se

    encuentre a la sombra (poca diferencia entre TR, TS y TRM.2 Se

    2 Una aproximacin para el IS en condiciones ms fras podr hallarse enBurton (1944).

    4 1

  • podr observar que cuando la temperatura radiante coincida con latemperatura media de la piel (35OC), el intercambio seco ser nulo.

    Una vez conocidos M e IS, ser fcil cuantificar la evaporacinrequerida: E = M + IS; esta ser la potencia trmica que deber

    suministrar la evaporacin del sudor.

    b) Capacidad evaporativaHar falta pues que el sujeto sea capaz de producir sudor suficiente

    como para permitir la evaporacin requerida. Se cuantificar este

    factor ms adelante. Pero adems se tendr que verificar con qu

    facilidad o dificultad las circunstancias microclimticas concretas

    permiten o impiden la evaporacin que se requiere para mantener

    el balance trmico. Es preciso pues evaluar ia capacidad evaporati-

    va (CE) que corresponde a cada conjunto de condiciones concretaspara poder determinar el grado de esfuerzo trmico frente al calor

    que experimenta el sujeto.

    La capacidad evaporativa (CE) puede obtenerse a partir de lasfrmuls empricas siguientes:

    CE = 25.2 V.4(42-pv) (Belding y Hatch (1955), para un hombremedio prcticamente desnudo)

    yCE=k.V o3-(42-pv) (GIvoni y Bel-ner-NII (1967), que Introdu-ce tambin la variable a!-r-opamiento)

    En estas frmulas V representa, como slemple, la velocidad delaire en m/s, pv la presin de vapot- en mm dr Hg y k (en la segundafrmula), un coeficiente que depende del at.ropamlento y que puede

    extraerse de la siguiente tabla:

    1) Semidesnudez: traje de bao, sornbl et o: k = 27.2

    2) Traje ligero de verano, tropa interlol

    corta, camisa de manga corta, pantaln

    largo de algodn, sombrelo: k = 17.6

    3) Pants sobre pantalones cortos: k = 11.2Como se ve, en ambas ft mulas Id capacrdad evdpot-atlva se anula

    cuando la presin de vapor existente t-esulta igual a la pl-esin de

    vapor del aire en contacto con una piel a 35O empapada de sudor (42

    mm de Hg). Tambin se anula CE cuando el aire permanece absoluta-

    mente estancado, pero en la prctica esto no sucede (a menos queutilicemos ropa impermeable muy ceida), siempre existe un cierto

    4 2

    movimiento de aire, aunque sea imperceptible. En una oficina sinventilacin alguna, por ejemplo, se puede considerar una velocidadpromedio de 0.1 m/s. Las frmulas de clculo de CE requier&n eluso de tablas logartmicas o de calculadoras que contengan la funcinlogartmica. Para evitarse esta molestia, resulta ms sencillo recurrira bacos como los que aparecen en Belding y Hatch (1955).

    c) lndice de esfuerzo frente al calorUna vez que se ha establecido la capacidad evaporativa, se puede

    comparar con la evaporacin requerida. El ndice de esfuerzo frenteal calor (lEC), (Beldng y Hatch (1955)), consiste precisamente en

    la expresin como porcentaje de la relacin entre E y CE.

    IEC= cE X 100, donde CE vara de 0 a 700 W.

    Como promedio, el IEC no puede superar el 100%; sin embargo,en periodos cortos de muy intenso esfuerzo trmico puede el IEC

    subir por encima del 100% siempre que a ese periodo suceda otro de

    reposo. Se adjunta, extrado de Belding y Hatch (1955), un cuadrode interpretacin del IEC en funcin de sus implicaciones prcticas.

    El IEC constituye un ndice til para evaluar las condiciones derespuesta biotrmica frente a esfuerzos desarrollados en espacios cerra-

    dos, en el contexto pues del anlisis de la productividad industrial.

    d) EjemplificacinUn ejemplo permitir visualizar ms concretamente el mtodo.

    Imagnese un minero semidesnudo trabajando en las siguientes

    condiciones:

    Cuadro 3

    IMPLICACIONES FISIOLOGICAS E HIGIENICAS DE UNA EXPOSICIONDE OCHO HORAS DE DURACION A DIFERENTES INDICES

    DE ESFUERZO TERMICO

    IEC (en %) I m p l i c a c i o n e s

    - 2 0 , - 1 0 Enfriamiento ligero. Situacin corriente enaquellos lugares donde los trabajadores se re-

    3 Heat Stress Index, HSI, en ingl6s.

    .43

  • Continuach Cuadro 3

    IEC (en %) Implicaciones

    0+10, +20, +30

    +40, +50, +60

    +70, +80, +90

    4 4

    cobran de una exposicin al calor anteriorNingn esfuerzo trmicoEsfuerzo ligero a moderado. Cuando eltrabajo requiere funciones intelectuales mselevadas, destreza o el estar alerta, puedeapreciarse una disminucin sustancial en elrendimiento. Poca disminucin en el caso detrabajo fsico pesado, con tal de que la habi-lidad del individuo influya en el rendimientoslo marginalmente.Esfuerzo severo; con riesgo para la salud detrabajadores que no estn fsicamente capa-citados. Periodos de recuperacin necesariosen el caso de trabajadores que an no sehayan aclimatado. Cabe esperar disminucinen el rendimiento del mismo trabajo fsico.Deseable seleccin mdica del personal, por-que tales condiciones de trabajo no resultanadecuadas en el caso de personas con afeccio-nes cardiovasculares o respiratorias o condermatitis crnica. Tampoco resultan adecua-das en actividades que requieran un esfuerzomental continuado.Esfuerzo muy severo. Slo un pequeo por-centaje de la poblacin est capacitada pararesistirlo. Hay que seleccionar al personal,a) por examen mdico y, b) a prueba (des-pus de aclimatacin). Medidas especiales sehacen necesarias para asegurar la ingestin deagua y sales. La mejora, en lo posible, de lascondiciones de trabajo, es altamente deseabley, con ello, tal vez disminuyan los riesgos enla salud y aumente el rendimiento. Pequeasindisposiciones que, en otras condiciones, nollegaran a afectar el rendimiento, en stas,pueden llegara incapacitar al trabajador,

    Continuacin Cuadro 3

    IEC (en % )

    t100

    Implicaciones

    El mximo esfuerzo tolerable diariamentepor trabajadores jvenes y de buena salud.

    Fuente: Belding y Hatch, lc155.

    TS = 31OC; TR + 34OC; TH = 31C (TS = TH implica HR = lOO%,V = 1 m/s (como resultado de una ventilacin mecnica en la mina).

    Este minero, que controla una mquina, desarrolla un trabajoligero, de pie, con algn desplazamiento. Se puede suponer unaproduccin de calor metablico de 205 W

    IS=(ll.6+15JV)(TR-35) =-27WLa evaporacin requerida ser:E = 205 - 27 = 178 WCalculemos ahora la capacidad de evaporacinCE = 25.2 VO.4 (42 - pv) = 200 W(pv = 34 mm de Hg, dato extrado de cuadros a partir de los datossuministrados)

    IEC=1 7 8

    - X 100=89%2 0 0

    Este minero, pues, a pesar de que su trabajo es fisicamente ligero,est sometido a un esfuerzo trmico muy severo y desgastante. Nues-tro minero, aprovechando la ausencia temporal del vigilante, se que-da dormido. Su produccin de calor metablico baja a 75 W. Laevaporacin requerida se reduce considerablemente: 48 W.

    El I EC ser ahora de4 8

    ---100=24%2 0 0

    El esfuerzo trmico se reduce hasta resultar muv llevadero, perode todos modos, nuestro mrnero no se despertar por fro.

    En este momento falla el sistema mecnico de ventilacibn de lamina. Por tiro natural se consigue una velocidad del aire de slo 0.3m/s. El intercambio seco IS valdr entonces: 20 W y la evaporacinrequerida 55 W. Log CE = log (25.2) x (42 - 34) + 0.4 log 0.3

    4 5

  • Efectuando las operaciones y tomando antilogaritmos se obtiene

    CE = 124.5 W.El ndice IEC aumenta hasta 44%.

    Aunque nuestro minero despertara, no podra realizar su trabajo

    normal: slo podra dispersar una produccin metablica de unos

    145 W, (equivalente a un trabajo ligero de oficinista) y ello llevando

    al lmite su esfuerzo trmico. (IEC = 100%).

    En similar situacin se encontraria, una vez restablecida la ventila-cin normal, si pretendiera trabajar vestido, aun con ropa muy lige-

    ra: (La capacidad evaporativa estara alrededor de 140 W, por lo que

    su produccin metablica no podra pasar de 160 W).

    La administracin tcnica de la mina podra decidir, suponiendo

    que fuera econmicamente factible, no restablecer la ventilacin for-

    zada (es decir, quedarse con un tiro natural), pero poner en funcio-namiento dispositivos de deshumidificacin que consiguieran, por

    ejemplo, una reduccin de la pv de 34 a 29 mm Hg, sin variar las

    condiciones de temperatura. En este caso el ndice IEC del minerosemidekudo sera aproximadamente el mismo que en la situacin

    inicial, es decir, cercano al 90%.

    e) lndice de sudoracinEl sudor al evaporarse consume calor efectivo, que se transtorma

    en calor latente, pero este caior no proviene solamente de la piel

    humana, tambin se toma del aire o de la ropa. Por ello slo se apro-

    vecha una parte del calor que se consume en la evaporacin.

    Givoni y Berner-Nir (1967) propusieron el llamado ndice de

    sudoracin (S); es la potencia trmica que se requerira para evapo-

    rar todo el sudor que se produce en un segundo.

    La eficiencia de la sudoracin (f) se define como la fraccin deS efectivamente utilizada en la dispersin del calor metablico del

    cuerpo.

    0 S=L. Ef

    Segn los referidos autores, += e OX (ECE - .12), donde e es la

    base de los logaritmos neperianos o naturales. Los mrgenes de osci-lacin de E/CE se considerarn limitados: 0.12 < E/CE

  • que los provocan. Estos trabajos se han o:ientado de hecho hacia la

    determinacin emprica-experimental de aquellas condiciones bio-

    climticas que un sujeto vestido con ropa corriente y dedicado a unaactividad ligera calificara de confortables. El objetivo implcito

    de estas investigaciones, como se anunciaba en el punto 5, parece ha-

    berse ido precisando como el de conseguir, para los trabajadores del

    sector terciario en las zonas templadas, el mnimo esfuerzo trmico

    posible. Quedan eliminadas as las variables arropamiento (se su-

    pone un vestido estndar), y produccin de calor metablico (re

    supone un trabajo ligero de oficina).

    a ) Tempera tura efec tivaEl primer intento ms o menos vlido de establecer un ndice que

    conjugara los efectos de las distintas variables sobre la sensacin de

    confort trmico tuvo lugar a comienzos de la dcada de los aos

    veinte en los laboratorios de investigacin que la Amerizan Society

    of Heating and Ventilating Engineers (la actual ASHRAE) operaba

    en Pittsburgh (Estados Unidos). F. C. Houghton y C. P. Yaglou, en-

    cargados del programa, propusieron el ndice de la temperatura efec-

    tiva (TE), que, en principio, es la temperatura de un aireestacionario

    y saturado que producira segn la opinin promediada de un gran

    nmero de observadores, una sensacin trmica semejante a la que

    efectivamente produce la situacin bioclimatica concreta que se ana-

    liza.

    En un principio, el ndice TE no tomaba en consideracin ms

    que la temperatura seca y la hmeda. Posteriormente se multiplica-

    ron las comprobaciones experimentales y se incluyeron los factores

    del movimiento del aire y de la radiacin: surgi as la temperatura

    efectiva corregida (TEC), que constituy, durante varias dcadas, el

    ndice ms confiable a efectos de la determinacin del confort tr-

    mico, y, por consiguiente, el de ms amplia aceptacin en la prctica

    mundial del acondicionamiento de aire. Adems de confiable resulta-

    ba prctico: el clculo de la TEC se realiza fcilmente conociendo

    TR (0, en su defecto, TS), 5 TH (HR) i V, mediante la utilizacin

    del nomograma de la pgina siguiente. adaptado de Yaglou/Miller

    5 Sustituir TR por TS es vlido en interiores, cuando las temperaturas delas superficies envolventes no difieren mucho de la temperatura del aire, noas cuando existe una fuente intensa de radiacin.

    4 8

    Figura 2A

    GRAFICO PARA EL CALCULO DIRECTO DE LA TEC,

    A PARTIR DE TS, TH y V

    V o velocidad del aire en metros por segundo

    -35

    -30

    -25

    -

    -20.-

    -15

    --10

    -5

    ou

    e

    -0 E

    4 9

  • Figura 2B

    GRAFICO QUE INDICA LA TEC CONSIDERADA COMO CONFORTABLEEN FUNCION DEL NIVEL DE ACTIVIDAD FISICA

    QUE SE DESARROLLE

    Fuente: Pilkington Environmental Advisory Service, Windows and Environ-ment, 1969. Su base estadstica corresponde a individuos aclimata-dos a reg iones temp ladas .

    50

    (1925). 6 Hacia la dcada de los sesenta comenz a ser cuestionado elprincipio de la temperatura efectiva y a los pocos aos, la institu-

    cin profesional que haba promovido y perfeccionado dicho ndice

    para la prctica general lo sustituy por otro que trata de combinar

    la fundamentacin psicolgica con la fisiologica.Las crticas a la TEC se centraban en el hecho de que el ndice

    en cuestin, en determinadas circunstancias, tenda a ponderar exce-sivamente el factor de la humedad, dando lugar a algunas distorsio-nes cuando se aplicaba en regiones fras y secas. A pesar de todo, la

    temperatura efectiva corregida contina hoy siendo un ndice su-mamente til, especialmente en las reas climticas que tiendan a ser

    algo clidas y hmedas; por ello se seguir haciendo uso del mismoen el contexto de este trabajo para determinar las zonas de conforttrmico, Se podran citar otros ndices termopsicolgicos de con-fort trmico como los desarrollados por Bedford (la escala de calor

    equivalente), por Winslow, Herrington y Gagge (la temperatura

    operativa), Webb (el ndice de confort ecuatorial), Missenard(la temperatura resultante), y otros. Todos ellos poseen un campo

    de aplicabilidad aparentemente ms restringido que el del ndice

    TEC. Adems su difusin y aceptacin han sido ms limitadas; portodo ello se considera preferible atenerse al probado ndice TEC co-

    mo escala bsica de referencia.

    b) Zona de confortEn el planteamiento original, los nomogramas que ayudaban a ob-

    tener grficamente la TEC incluan una zona de confort fija, sobre

    cuya ubicacin discrepaban notoriamente los distintos reportes deinvestigacin. Este margen de confort, al presentarse como universal,

    no tomaba en consideracin el factor de aclimatacin que, como la

    6 Este nomograma se refiere, como es usual, a personas bien vestidas con

    ropa ligera (Ropa 1); se ha propuesto tambi& un nomograma similar para per-sonas desnudas de cintura para arriba. (Vid Koanigsberger et al 1977. que se

    basa en los grficos de los trabajos de T. Bedfordb.7 Vase el ASHRAE Guide, 1977. El nuevo ndice es la TS que para una

    HR de 50% har a sudar a l su je to con la m isma in tens idad .8 Vid Koenigsberger eral (1977) sugieren como margen de confort vlido

    para la mayor parte de las regiones tropicales el que se extiende desde los 22TEC

    a los 27OTEC, con un ptimo de 25OTEC. Por otra parte, quedaran fuera delmargen de confor t las ve loc idades de l a i re que superaran los 1 .5 m/s.

    5 1

  • prctica cotidiana indica, puede modificar considerablemente la ubi-

    cacin de la zona de confort.

    Se realizaron posteriormente esfuerzos por ajustar dicha zona de

    confort en funcin de algn parmetro climtico que fuera determi-

    nante a efectos de la aclimatacin. El intento ms completo en este

    sentido es el que se describe en P. Wakely (1979), y que relaciona la

    ubicacin de la zona de confort con la temperatura media anual del

    lugar de que se trate. La gente que vive habitualmente en una zona

    calurosa encuentra confortable una TEC ms alta que aquella que sa-

    tisfarla las exigencias de confort biotrmico de gente aclimatada a

    condiciones ms frescas. Es detectable tambin una aclimatacin

    a los mrgenes de oscilacin anual de la temperatura. Es decir que

    no slo la ubicacin media, sino tambin la amplitud de la zona de

    confort se ver determinada por el factor de aclimatacin. El mtodo

    de Wakely se basa en la consideracin emprica de que, en zonas

    templadas y clidas, por cada OC que suba la temperatura media anualaumentar 0.25O TEC al nivel medio de la zona de confort, medida

    en la escala de temperaturas efectivas corregidas. El procedimiento

    prctico que prescribe Wakely es el siguiente:

    1) Conseguir los datos climatolgicos siguientes: Temperatura m-

    xima media mensual ms alta del ao; temperatura mnima media

    mensual ms baja del ao, temperatura media anual. En caso de que

    no se conozca este ltimo dato, puede calcularse con buena apro-

    ximacin promediando los dos primeros datos. Lo mejor desde luego

    sera conseguir de alguna estacin meteorolgica que corresponda a

    la zona geogrfica que se est estudiando, un grfico en el que cons-

    ten las temperaturas mnimas, medias y mximas mensuales.

    2) Calcular la posicim del centro de la zona de confort: Tcc.

    a) si la temperatura media anual (Tma) es menor que 1 lo C,

    Tcc=20TEC,

    b) si Tma es mayor que 1 lo C, entonces Tcc = + + 17.2.

    3) Calcular la amplitud dc la zona de confort. Para ello se comien-

    za por determinar la osciiacin media anual de la temperatura del

    aire; bastar hallar la diferencia entre los dos primeros datos climato-

    lgicos sealados: mxima media mensual, ms alta y mnima media

    mensual, ms baja.

    La amplitud de la zona de confort, en TEC, se determina enton-

    ces mediante el cuadro siguiente:

    5 2

    Oscilacin media anual de la Amplitud de la zona

    temperatura del aire en OC de confort en TEC

    Menos de 13 2.5

    13 - 15 3.0

    16 - 18 3.5

    1 9 - 2 3 4.0

    24 - 27 4.5

    28 - 32 5.0

    33 - 37 5.5

    38 - 44 6.0

    45 - 51 6.5

    ms de 51 7.0

    Esta amplitud, centrada en torno a Tcc, determina los lmites de

    la zona de confort.

    c) EjemplificacinSe propone determinar la zona de confort de la localidad de

    Chinandega, en la zona del Pacfico de Nicaragua, siguiendo el pro-

    cedimiento propuesto por Wakely.

    En la figura 3 se representa la evolucin anual de las temperatu-

    ras. 9

    Promediando las medias mensuales se obtiene una media anual de

    26.6C.

    Si slo se hubiera contado con el dato de la temperatura mxima

    media mensual ms alta (febrero, 33.8C) y el de la mnima media

    mensual mis baja (enero, 19C) promedindolos se obtendra una

    media anuai, bastante aproximada de 26.4C.

    El centro de la zona de confort queda fijado por la ecuacin:

    Tcc =26.6

    4= 17.2 = 24C

    La oscilacin media anual es dc 33.8 - 19 = 15. Por lo tanto, se

    puede contar con una amplitud de la zona de confort de 3TEC; el

    margen de confort se extender pues, en Chinandega, de 22.5TEC a

    25.5TEC. Se supondr ahora que se desea determinar las condicio-

    nes de confort de un empleado que trabaje en Chinandega, con una

    glnstituto Nacional de Estadstica y Censos, Anuario Esfadisrico 1978,Repblica de Nicaragua (correspondientes al promedio de los aos 1974-1978).

    53

  • TS de 30 y una HR, muy comn en el lugar, de 80%. El uso del no-mograma de las TEC, una vez ubicada la zona de confort que se acabade delimitar, indica inmediatamente que para que se encontrara agusto el empleado, el aire de su oficina necesitara moverse a la velo-cidad mnima de 2.5 m/s, lo cual podr conseguirse con un ventila-dor. Si ste se descompusiera y el movimiento del aire se tornara casiimperceptible, el empleado tendra que conseguir que la TS bajara a27C (TH = 24C) para encontrarse otra vez en la zona de confort.

    d ) Cartas bioclimticasOlgyay (1963) propuso una forma de expresin de la zona de

    confort que presenta ventajas por la inmediatez de su consulta: s e

    Figura 30

    UTILIZACION DE NOMOGRAMA TEC

    UTILIZACION DE NOWXXWA TEC.,

    Figura 3A

    REGIMEN ANUAL DE TEMPERATURAS ENCHINANDEGA, NICARAGUA

    ZC

    40

    5 4

    A AG

  • trata de la carta bioclimtica, que utiliza la HR como abscisa y la

    TS como ordenada.

    Se seala sobre la misma una zona de confort correspondiente a

    una situacin estacionaria del aire y auna TRM = TS. Adems, y es-

    to es lo que la hace interesante, la carta bioclimtica de Olgyay sea-la, para los puntos que se apartan de la zona de confort, aquella

    medida correctiva (incremento de la velocidad del aire, de la hume-

    dad o de la radiacin) que restablecera la sensacin de confort.En la figura 4, se muestra una adaptacin mtrica de la carta bio-

    climtica de Olgyay. Este instrumento fue diseado para latitudesmedias (prximas a los 40) e individuos vestidos normalmente, que

    se encuentren realizando un trabajo sedentario. No se ha establecido

    un procedimiento claro para adaptarlo a las zonas tropicales. Io

    8. Crtica de la bioclimatologa poltica

    No se debiera cerrar el tema sin someter a crtica las opciones de par-

    tida i los cauces por los que se ha venido desarrollando hasta ahora

    la investigacin bioclimtica. Algo se ha mencionado ya cuando se

    identificaba a la psicologa industrial, en sentido amplio, y a la mer-

    cadotecnia del hardware del acondicionamiento mecanice del aire

    como los sustratos operativos que daban sentido a las dos principales

    corrientes de investigacin bioclimtica. Ambas, en definitiva, se han

    desentendido prcticamente del nexo que el conocimiento bioclimati-

    co pudiera y debiera mantener con la prctica del diseo de los asen:?

    mientos humanos. El problema del confot-t o del sfress tlrnicos se

    ha abordado en forma aislada y abstracta. Todo aquello que contri-

    buira a concretar dicha problemtica: esquemas culturales, not-masde indumentaria, variacin de la actividad desart-ollada, factores de

    aclimatacin, etc., ha sido -con algunas excepctones ya reseadas-

    sistemticamente evitado y subestimado en favot- de un clculo

    formal , abs t rac to , es tndar , que parece suponer neces idades

    eternas en el hombre. Esta investigacin bioclimtica aislada ha

    consumido una enorme cantidad de recursos par-a afirmar su base

    10 La posibilidad que sugiere Olgyay (1963), de elevar la base de la zona deconfort 0.76OF por cada 60 de latitud hacia el Ecuador conduce a resultados

    desproporcionados. Ms adelante, en 1966, con ocasin de un viaje a Colom-bia, investigb el mismo autor la posibilidad de considerar la temperatura pro-medio de los tres meses ms clidos como ndice para una correccin de acli-matacibn .

    56

    Figura 4

    CARTA BIOCLIMATICA (ADAPTADA DE OLGYAY 1963)

    25

    HUMEDAD REl.ATtVA%

    experimental; ha conseguido as juntar un maremgnum de datos

    -algunos contradictorios entre s- y sintetizar buen nmero de mo-

    delos predictivos, cuya precisin resulta en general mas ficticia que

    real. No se olvide que se detectan normalmente mrgenes de varia-

    cin de 4C y ms en la determinacin de zonas de confort que ob-

    tengan consenso de ms del 50% de los encuestados, incluso una vez

    operada la consabida reduccin de variables (individuos medios, ves-

    tidos ligeramente, etc.). La problemtica que parece hallarse en el

    origen de tantas investigaciones presentes pudiera formularse en lasiguiente forma:

    57

  • Si se tuviera que ofrecer a una determinada poblacin unas condi-ciones bioclimticas absolutamente fijas, constantes, icules seranesas condiciones para que pudieran satisfacer las exigencias de con-fort trmico de la mayora? La experiencia cotidiana previene contrasemejantes reducciones, y demuestra que la consecucin de unascondiciones bioclimticas fijas y constantes, as sean ellas estadsti.camente confortables, no constituye una respuesta a nuestrasnecesidades vitales concretas, sino a las del sector ms conservadorde los ingenieros climatizadores.

    Lo que los usuarios requieren es una variedad estimulante de si,tuaciones climticas, una posibilidad de control individual y, sobretodo, una reduccin drstica de los costos, directos e indirectos.

    Parece haber llegado el momento de reorientar las inversiones dcinvestigacin, l1 sin detener por ello valiosos programas de slidzbase cientfica, como por ejemplo el del profesor B. Givoni y colaboradores.

    Se sabe lo suficiente, en lo que respecta al confort trmico, comepara tratar de establecer directrices de diseo que eviten las grave:calamidades ambientales que todos padecemos especialmente ernuestras reas urbanas. Carece de sentido seguir buscando las condiciones bioclimticas ptimas, de validez universal, sencillamenteporque no existen. Evitar los desastres, en este contexto, parece mrsensato que perseguir, fetichistamente, unos ptimos inexistentes.

    *

    11 Podran as aparecer prograqas nuevos, hasta ahora tabs como el de i rdagar la influencia negativa que sobre la salud ejercen los sistemas mecnicos d

    acondicionamiento.

    .

  • FltrtNANDO TUDELA

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