e. f. benson [=] la gata

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e. F. Benson La gata

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Cuento de horror

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e. F. Benson La gata [1] Mucha gente recordarsindudaaquella exposicinqueseexhibinohacemuchas temporadas en la Royal Academy, durante el quellegaserconocidocomoElaode Alingham, cuando Dick Alingham pas, de un solo salto, de estar entre la multitud que luchabaporhacersenotar,aocuparelms alto pinculo de la fama contempornea. All expusotresretratos,cadaunodeellosuna obramaestra,queanularoncompletamente cualquier otro cuadro que pudiera haber a su alrededor.Claroque,dadoqueaquelao, estuvieran o no a su alrededor, la gente no se interesporotraspinturasquenofueran aquellas tres, la ancdota no resulta tan des-tacable.Suaparicinresultunfenmeno tanrepentinocomounmeteoro,surgiendo delanadaydeslizndoseluminosoe impo-nente a lo largo del firmamento estrellado, y [2] taninexplicablecomoelnacimientodeun arroyoenmitad de unacolinariday roco-sa.Quizsuhadamadrina,podraconjetu-rar alguien, se haba acordado del largamen-te olvidado ahijado y haba agitado su varita mgicaotorgndoletantrascendenteregalo. Pero, como dicen los irlandeses, cogi la va-rita con la mano izquierda, ya que su regalo tenatambinunreverso.OquizseaJim Merwickquientengarazn,ylateoraque propone en su monografa Sobre ciertas lesi-onesdesconocidasdeloscentrosnerviosos diga la ltima palabra en todo este asunto. ElmismoDickAlinghamestaba,como eranatural,encantadotantoconsuhada madrinacomoconsulesindesconocida (cualquieraquefueselaresponsable),yle confesconfranquezaasuamigoMerwick (lamonografafueescritadespusdesu [3] muerte), que an estaba luchando por abrir-se paso entre la masa de jvenes practicantes mdicos,quetodoaquelloresultabatan inexplicable para l como para todos los de-ms. Todo lo que s al respecto dijo esqueelpasadootoopasdosmesescon unadepresintanhorrorosaquepensuna yotravezquedebadeestarperdiendola cabeza. Durante horas, cada da, me sentaba aqu, esperando a que algo en mi interior se rompieradefinitivamente;algoque,enlo queamrespecta,acabaradefinitivamente con todo. S, haba una causa; ya la conoces. Call unmomentopara derramarensu vasounaracinbastanteliberaldewhisky, rellen la otra mitad con sifn y encendi un cigarrillo.Nohacafalta,efectivamente,de-morarseenlacausa,yaqueMerwickrecor-[4] daba perfectamente cmo la chica con la que Dickestabaprometidolehabaabandonado de un da para otro al cruzarse en su camino uncandidato msaceptable. Este ltimo, de hecho,habaresultadounperfectopartido, con su buena planta, su ttulo y su milln en elbanco,yLadyMadingley(exfutura seora Alingham) estaba perfectamente satis-fecha de haber actuado como lo haba hecho. Era unadeesaschicas rubias,gilesysedo-sas que, afortunadamente para la paz mental deloshombres,resultanescasas,ycuyaca-racterstica principal es que le recuerda a uno a una especie de gata humanizada, celestial y bestial al mismo tiempo. No hace falta que te explique la causa continuDick,pero,comosuelode-cir,duranteaquellosdosmesespenssince-ramente que el nico final posible para todo [5] aquelloeralalocura.Entonces,unanoche, mientrasestabaaqusolosentado(siempre me sentaba solo) algo hizo clic en mi cere-bro. S que me pregunt, sin importarme en absoluto,siaquellorepresentabalallegada de la locura que haba estado esperando, o si setrataba(loquemehubieraparecidoms preferible) de alguna ruptura fatal. E incluso mientras me preguntaba todo aquello, me d cuenta de que ya no era infeliz ni estaba de-primido. Seinterrumpidurantetantotiempoen unasonrisarememoradoraqueMerwickle indic que tena un oyente. Y bien? dijo. De hecho, muy bien. No he vuelto a serinfelizdesdeentonces.Algndoctordi-vino,supongo,elimincompletamentede micerebroaquellamanchaquetantome [6] dola.Cielos,cmodola!Quieresuntra-go, por cierto? No, gracias dijo Merwick . Pe-ro qu tiene que ver todo esto con tu pintu-ra? Vaya, pues todo, ya que apenas haba asimiladoelhechodequevolvaaserfeliz cuando me di cuenta de que todo luca dife-rente. Los colores de todo lo que vea eran el dobledevvidosdeloquehastaentonces haban sido, las formas y los contornos tam-binsehabanintensificado.Viquehasta entonces haba percibido el mundo visible de unmodoborrosoydesenfocado,amedia luz. Pero ahora se haban encendido las luces y el resultado era un nuevo cielo y una nue-vatierra.Y,enunanuevarevelacin,supe que poda pintar las cosas tal y como las ve-a. Cosa que concluy he hecho. [7] Habaalgotirandoasublimeentodo aquello, y Merwick se ri. Megustaraquealgohicieraclic tambinenmicerebro,siesquedespierta laspercepcionesdeesamaneradijo, pero tambin es posible que esas alteraciones cerebralesnoproduzcannicamenteese efecto. Esposible.Adems,segntengoen-tendido, esas alteraciones no se dan a menos quehayasatravesadounperodotanhorro-rosocomoelqueatravesyo.Ytedircon todasinceridadquenovolveraapasarpor algoasniaunquemeaseguraranqueibaa adquirir la percepcin de un Tiziano. Cmo te sentiste en el momento de ese clic? pregunt Merwick. Dick se lo pens un momento. Comocuandotellegaunpaquete, [8] atadoconuncordel,ynoconsiguesencon-trar un cuchillo dijo , por lo que deci-des quemar el cordel mantenindolo tirante? Bueno,fuecomoeso:completamenteindo-loro,tanslonotcmoseibaaflojandola presin,aflojando,aflojandohastapartirse, suavemente,sinesfuerzo.Metemoqueno seaunadescripcinmuylcida,peroases exactamente como ocurri. Ya ves, haba es-tado ardiendo durante dos meses. Se gir y revolvi entre las cartas y pape-lesqueabarrotabansuescritorio,hastaque encontrunsobresellado.Seriparas mismo cuando lo cogi. Encomindame a Lady Madingley dijo,porunadescaradainsolenciaen comparacinconlacualellatnesms blandoquelaarcilla.Meescribiayer,pre-guntndome si acabara el retrato de ella que [9] habaempezadoelao pasado, y permitin-dome poner el precio. Entoncessupongoquetehabrses-cabullidoatodavelocidadremarcMer-wick . Supongo que ni la contestaras. Oh,s,slerespond.Porquno? Le dije que el precio seran dos mil libras, y queestabadispuestoacontinuarinmediata-mente.Haaceptadoyestamismatardeme ha enviado un cheque con las mil primeras. Merwicklecontemplcompletamente asombrado. Te has vuelto loco? pregunt. Esperoqueno,aunqueunonunca puede estar del todo seguro sobre cuestiones comosa.Inclusodoctorescomotnosa-bis exactamente en qu consiste la locura. Merwick se levant. Serposiblequenoveaselterrible [10] riesgo que corres? pregunt . Verla de nuevo,estarconelladeesamanera,tenien-doquecontemplarla(laviestatarde,por cierto,apenasparecehumana),nopodra revivir con facilidad todo aquello que sentis-te con anterioridad? Es demasiado peligroso. Excesivamente peligroso. Dick neg con la cabeza. Noexisteelmsmnimoriesgo dijo.Todomiyosemuestracompletay absolutamenteindiferentehaciaella.Nisi-quieralaodio.Silaodiarapodraexistirla posibilidaddevolveraamarla.Talycomo estn las cosas, pensar en ella no produce en m ningn tipo de emocin. Y realmente una calmatanfabulosamereceserrecompensa-da. Respeto cosas tan admirables como sa. Seterminsuwhiskymientrashablaba, e inmediatamente se sirvi otro vaso. [11] se es el cuarto dijo su amigo. Ah,s?Nuncaloscuento.Esode-muestraunsrdidointersporlosdetalles msintrascendentes.Curiosamente,elalco-hol ya no me afecta en lo ms mnimo. Por qu beber, entonces? Porque si lo dejo, esa fascinante vive-zadelcoloridoyesaclaridaddeloscontor-nos de las que te hablaba, disminuyen. No puede hacerte ningn bien di-jo el doctor. Dick se ri. Miqueridoamigo,mramedeteni-damentedijo,yluego,sipuedesafir-marconconviccinquedemuestroestar propasndomeconlosestimulantes,los abandonar al punto. Ciertamentehubierasidodifcilencon-trar un solo aspecto en el que Dick no pare-[12] ciera el vivo retrato de la salud. Se interrum-pi y permaneci inmvil un momento, con elvasoenunamanoylabotelladewhisky enlaotra,negraencontrasteconelfrontal desucamisa,ynosepercibaniunsolo movimientootemblor.Sucara,completa-mente teida por el moreno del sol, no esta-banihinchadanidemacrada,sinoquela carne se presentaba firme y la piel maravillo-samentelimpia.Igualdelmpidosaparecan sus ojos, con unos prpados ni hinchados ni arrugados;pareca,dehecho,unmodelode condicin fsica, en forma y a punto, como si seestuvieraentrenandoparaalgnevento atltico. Tambin su figura se presentaba gil yactiva,susmovimientoseranrpidosy precisos,einclusoMerwick,consuojode mdicoentrenadoparadetectarcualquier sntoma, por muy ligero que fuese, que trai-[13] cionara una condicin debebedor,tuvo que confesarque no habaninguno presente.Su apariencialocontradecaconautoridad,y tambinsucomportamiento.Sedirigaasu interlocutordefrente,sinmiradasdereojo; nodemostrabasntomas,porpequeosque fueran, de cualquier tipo de afeccin nervio-sa. Pero,aunas,Dickera,evidentemente, unpersonajenadanormal.Lahistoriaque acababadecontarnoloera;aquellassema-nasdedepresin,seguidasporunaaltera-cin cerebralquehabaeliminado, como un trapohmedoeliminaunamancha,todo recuerdo de su amor y de la cruel amargura resultante,tampoco.Tambinresultaba anormal su inesperado salto al xito artstico trasunpasadodetrabajosmsquemedio-cres.Porqunodeberaexistirunaanor-[14] malidad semejante tambin en este aspecto? S, confieso que no demuestras signos dehabertomadoexcesivosestimulantes dijo Merwick . Pero si yo te atendiera pro-fesionalmente (ah, no estoy tratando de ven-derme)teobligaraadejartodotipodees-timulantesyaguardarcamaduranteun mes. Peroenelnombredelcielo,por qu? pregunt Dick. Porque, tericamente, es lo mejor que podrashacer.Hastenidounshock,cuya gravedadtelaindicalassemanasdedepre-sinquehasatravesado.Bueno,elsentido comndice:Tmateloconcalmadespus desufrirun shock;recuprate. T,sinem-bargo,vasatodavelocidad.Admitirque parecesentartebien;tambinhas pasadode lanochealamaanaaconvertirteenal-[15] guiencapazdeconseguirlogrosque...oh, djalo, es absurdo. El qu es absurdo? T eres absurdo. Profesionalmente, te detesto,porqueparecesserlaexcepcina una teora de la que estoy convencido que ha desercorrecta.Porlotanto,tengoqueen-contrarunaexplicacinparatucaso,yde momento no puedo. Culesesateora?pregunt Dick. Bueno, en primer lugar el tratamien-to de shock. Y en segundo, que para realizar un buen trabajo, uno debera comer y beber poco,ydormirmucho.Cuntosuelesdor-mir, por cierto? Dick lo pens. Oh, me suelo ir a la cama a eso de las tresdijo.Supongoquedormirunas [16] cuatro horas. Yvivesabasedewhisky,comesco-mo un ganso de Estrasburgo, y ests en for-macomoparaparticiparmaanaenuna carrera.Aprtatedem,oporlomenosya me marcho yo. Pero ten en cuenta que quiz acabesporderrumbarte.Esomesatisfara. Pero incluso aunque eso no suceda, seguirs siendo un caso bastante interesante. Dehecho,Merwickloconsiderms queinteresante,yencuantollegasucasa aquella noche busc en sus estanteras cierto volumenpolvorientoenelcualaparecaun captulotituladoShock.Ellibroerauntra-tadosobreenfermedadesdesconocidasy condicionesanormalesdelsistemanervioso. Lo haba ledo a menudo antes, ya que en su profesinerauninvestigadorespecialmente interesado en lo raro y lo curioso. Y el sigui-[17] entepargrafo,queyalehaballamadola atencin con anterioridad, le interes much-simo ms aquella noche. Elsistemanerviosopuedeactuarde maneras que, incluso para el estudiante ms avanzado,puedenresultarcompletamente inesperadas.Seconocencasosbiendocu-mentadosdeparalticosquehansaltadode la cama al grito de Fuego. Tambin se co-nocen casos en los que un gran shock, de los queproducenunadepresintanprofunda que casi la podramos calificar de letargo, se ha visto seguido a continuacin de un ndice deactividadanormalydeunusodehabili-dadespreviamentedesconocidas,oporlo menosexistentesaunnivelmuchomsor-dinario.Unestadotanhipersensibleexige grandes cantidades de estimulantes en forma decomidaybebida.Pareceevidentequeel [18] pacientequesufraestascuriosasconsecuen-cias de un shock, acabar por sufrir, antes o despus,uncompletoderrumbe.Esimposi-ble,entodocaso,conjeturarquformato-mar.Elsistemadigestivo,porejemplo,po-draatrofiarserepentinamente,eldelirium tremens podra sobrevenir sin aviso, o el pa-cientepodra,sencillamente,perderlacabe-za... Perolassemanaspasaron,lossolesde julio hicieron a Londres danzar en un torbel-linodecalor,ysinembargoAlinghamcon-tinu igual de ocupado, de brillante y de ge-nial.Merwick,aescondidas,levigilabade cerca,yparaaquelentoncesestabacomple-tamente desconcertado. Le hizo a Dick man-tener su palabra de que si detectaba la menor seal de un abuso de estimulantes, los aban-donaratodosalinstante,peronopudo [19] comprobarabsolutamenteninguno.Lady Madingley,mientrastanto,habaposado paralenvariasocasiones,ydenuevoen estesentidohabaestadoMerwickcomple-tamenteequivocadoensupuntodevista expresadoaDicksobrelosriesgosqueste corra.Yesque,porextraoquepareciese, losdossehabanconvertidoengrandes amigos. Y aun as, Dick haba vuelto a acer-tar; toda emocin por su parte respecto a ella habamuerto,loqueestabapintandobien hubiera podido ser una naturaleza muerta, y no el retrato de la mujer a la que haba ado-rado salvajemente. Unamaanaamediadosdejulio,ella haba estado posando para l en su estudio, y al contrario que lo habitual, l haba perma-necidoensilencio,mordiendolosextremos de sus pinceles, frunciendo el ceo en direc-[20] cin al lienzo, y frunciendo el ceo tambin en direccin a ella. Derepenteexclamconundejedeim-paciencia. Es tan parecido a ti... dijo , pero a la vez no lo es. Hay muchsima diferencia! No puedo evitar que parezca como si estuvi-erasescuchandounhimno,unodeesosen cuatrosostenidos,yasabes,escritoporun organista probablemente despus de haberse comidounospastelillos.Yesonoesalgo caracterstico de ti! Ella se ri. Debesdesermuyhbilparapoder reproducir todo eso ah dijo ella. Lo soy. Y dnde lo ves? Dick suspir. Oh, en tus ojos, por supuesto dijo [21] . Lo revelas todo a travs de tus ojos, sa-bes? Es algo completamente caracterstico de tupersona.Erescomounaregresin.No recuerdasquehaceyaalgntiempoleatri-buimosesacaractersticaalmundoanimal, en el que de igual manera todo se comunica a travs de la mirada? Oh, y yo que pensaba que los perros ladran y que los gatos araan. Eso son medidas prcticas, pero apar-te de eso t y los animales usis nicamente los ojos, mientras que la gente usa sus bocas, sus frentes y otras cosas. Un perro agradeci-do, un perro expectante, un perro hambrien-to, un perro celoso, un perro decepcionado... unopuedepercibirtodasesassensacionesa travsdesusojos.Susbocassonrelativa-menteinmviles,yenelcasodelosgatos esto resulta an ms evidente. [22] T me decas a menudo que pertene-caalgnerofelinodijoLadyMadingley con completa compostura. PorJpiter,s!dijol.Quiz mirndolelosojosaungatopuedaverqu esloquemefaltaaqu.Muchasgraciaspor la idea. Dej su paleta y se acerc a una mesa en laquereposabanvariasbotellas,hieloysi-fn. Noquieresbeberalgoenestama-ana sahariana? pregunt. No, gracias. Cundo realizaremos la ltima sesin? Me dijiste que te bastaba con una ms. Dick se sirvi. Bueno, he de ir con esto al campo dijo para pintar el fondo del que te habl. Con suerte, me llevar tres das de duro tra-[23] bajo.Sinella,tardarunasemanaoms. Oh,semehacelabocaaguapensandoen esefondo.Digamos,entonces,unasemana a partir de maana? Lady Madingley lo apunt en una dimi-nuta agenda engarzada con oro y joyas. Y he de prepararme a ver sustituidos misojosporlosdeungatolaprximavez quelovea?preguntpasandofrenteal lienzo. Dick se ri. Oh,apenasnotarsladiferencia dijo.Escuriosoquesiemprehayadetes-tado tanto a los gatos, de hecho llegan a ha-cerme sentir dbil, y que sin embargo t me recordases siempre a uno. Deberaspreguntarleatuamigoel seorMerwicksobreestosmisteriosmetaf-sicos dijo ella. [24] Enaquelmomento,elfondodelcuadro tan slo estaba indicado por un par de vagas ybrillantespinceladasdeverdeyprpura situadascercadelacabeza,yalartistabien poda hacrsele la boca agua pensando en los dasquelequedabanpordelanteparadedi-carlosalapintura.Yesquedetrsdelafi-gura, en el gran lienzo alargado, iba a pintar unavallaverde,sobrelacual,cubriendolas maderascasiporcompleto,seextendera unagranclemtideprpuraentodasuos-tentosagloriadehojasbarnizadasyflores estrelladas. En la parte superior slo pintara unafranjadeunclarocieloveraniego,ya sus pies tan slo una tira de hierba verdigri-scea.Elrestodelfondosera,osadamente, aquellacombinacindeverdeyprpura. Con el propsito de llevar a cabo el trabajo, ibaatrasladarseaunapequeagranjaque [25] tenacercadeGodalming,encuyojardn habaconstruidounaespeciedeestudioal aire libre: una curiosa mezcla entre habitaci-n y refugio, con el flanco que daba al norte completamentedescubiertoylimitadopor aquellavallaverdequesehabaconvertido enunainmensaconstelacindeestrellas purpreas.lsababiencmoibaabrillar sobreellienzolaplidabellezadesuretra-tadaalverseenmarcadadeaquellamanera; cmodestacarasobreelfondo,consu enormesombrerogrisysudeslumbrante vestidotambingris,ysupelorubio,ysu pielblancacomoelmarfil,ysusplidos ojos,oraazules,oragrises,oraverdes.Esto era,dehecho,algoquelecreabaunatre-mendaexpectacin,puesprobablementeno haya para los hombres otro xtasis tan poco adulterado como la creacin. No era por tan-[26] toparamaravillarsequeelhumordeDick, mientrassedirigahaciaGodalming,fuese tan optimista y efervescente. Porque iba, por decirlo de alguna manera, a culminar su cre-acin:cadaestrellaprpuradeclemtide, cada hoja verde o fragmento del maderamen delavallaquepintara,haraqueloquel habapintadocobraravidayesplendor,al igual que las progresivas capas de crepsculo quecaensobreelcieloalanochecerhacen que las estrellas brillen en l como joyas. Su objetivoestabaasegurado:habacolgadosu constelacin(lafiguradeLadyMadingley) en el cielo, y ahora tena que rodearla de una noche prpura y verde para que pudiese bril-lar. Su jardn no era sino una parcela delimi-tada por paredes de ladrillo viejo, cuyo espa-ciodisponiblehabasabidoaprovecharcon [27] cierta originalidad. Nunca haba sido aquella cuadrculadehierba,queapenasmerecael calificativo de csped, excesivamente espacio-sa.Ahora,elestudioalairelibre,sietepor nueve metros, haba ocupado la mayor parte del mismo. A un lado tena una pared de madera s-lida,ydosvallasmirandohaciaelsuryel este,quevariasplantastrepadorasestaban empezandoarevestir,cubiertasenlaparte interiorporcolgantessiriosyorientales. Aqu,durantelosveranos,pasabalamayor parte de los das, pintando u holgazaneando, y viviendo una existencia al aire libre. El sue-lo, que en una ocasin haba sido de hierba, la cual se haba marchitado al quedar cubier-ta por un techo, estaba tapado por alfombras persas;tambinhabaunescritorioyuna mesadecomedor,unaestanterarepletade [28] amigos cercanos y media docena de sillas de mimbre. Una esquina haba sido cedida a los asuntosdeljardn,y all reposaban una cor-tadoradecsped,unamanguerapararegar, tijerasdepodaryunapala.Yesque,como muchaspersonasnerviosas,Dickdescubri que en la jardinera, ese incesante proceso de planear y disear a la medida de las plantas, hacindolasesplndidasencolor,alturay crecimiento,habaunmaravillososremanso de paz, un refugio para el cerebro que haba sidosacudidoporelmardelasemociones. Las plantas, adems, se mostraban totalmen-te receptivas a la amabilidad; el tiempo dedi-cado a ellas nunca era tiempo perdido, y re-gresarahora,trasunmesdeausenciaen Londres,eraasegurarseunasorpresayun placer en cada centmetro de jardn. All estaba la clemtide prpura para re-[29] compensarleconregiagenerosidadloscui-dadosdedicados.Cadaflordemostrarasu gratituddeunaformaprcticasirviendode modelo para el fondo de su cuadro. Latardefuemuyclida;noclidacon esebochornoquepresagiatormenta,sino con el calor limpio y despejado del verano, y Dickcenasolasensurefugio,sirvindose delasllamaradasdelcrepsculoamodode lmpara. stas se desvanecieron lentamente en un cielo de azul aterciopelado, pero l se demo-rcon el caf,mirandohacia elnorte atra-vs del jardn, hacia la hilera de rboles que leimpedanverlacasaquehabadetrs. Eranacacias,lamsfemeninaygrcilde todaslascosasquecrecen,exhibiendosu follajeveraniegoperoconservandoanal-gunashojasfrescas.Bajoellascorraunpe-[30] queo bancal de csped y, ms cercanos, los lechos del amado jardn; las matas de guisan-tes proporcionaban una inimitable fragancia, yloslechosderosasaparecanrepletosde losmaticesrojizosquemostrabanlasBaro-nessRothschildyLaFranceydeloscobri-zospropiosdelasBeautinconstanteylas Richardson. Ms cerca an, se encontraba la valla verde, espumeante de prpura. Seguaallsentado,apenasmirandocon atencin,peroinconscientementeempapn-dose deaquelgranfestivaldecolor,cuando su ojo se vio arrastrado por una forma oscu-raysigilosaquesurgideentrelasrosas dirigindolesbitamentedosorbeslumino-sos y brillantes. Dick se levant bruscamente sin causar la ms mnima perturbacin en el animal, el cual avanz hacia l ronroneando, arqueando el lomo y estirando el rabo, como [31] siesperaraunacaricia.Amedidaquese acercaba,Dicknotqueleasaltabaaquella debilidadtemblorosaqueamenudoleafec-tabaalencontrarseenpresenciadealgn felino, por lo que empez a palmear con las manos y a pisar con fuerza el suelo. El gato sevolvirpidamente,seabalanzporen-cimadelapareddeljardnconvertidoen una sombra oscura y desapareci. Su presen-cialehabaarruinadoeldulcehechizodel anochecer, de modo que entr en la casa. La siguientemaanafueautnticamente veraniega:soplabaundbilvientodelnorte yunsoldignodeiluminarlasislasgriegas inundaba el cielo. Un sueo largo (segn sus parmetros)yreparadorhabaeliminadode lamentedeDickeldesagradableincidente con el gato, de modo que procedi a colocar el lienzo frente a la valla y la clemtide pr-[32] puraconunapoderosasensacindextasis inminente.Tambineljardn,quehastael momento slo haba contemplado a la mgi-caluzdelapuestadelsol,resultabaglorio-samentegratificanteybrillabaconcolorido. Y aunque la vida (era la primera vez en me-sesquepensabaenesto)nolehabasido demasiado propicia, encarnndose su desgra-cia en la forma de Lady Madingley, se dijo a s mismo que un hombre debera ser de muy pobrecarctersi,manteniendounapasin por las plantas y por el arte, fuera incapaz de imaginarseunavidarepletadealegra.De modoque,unavezhuboterminadosude-sayunoyconsumodelopreparadayres-plandecientedebelleza,abocet conrapidez las flores y el follaje y empez a pintar. Prpura y verde, verde y prpura: hubo alguna vez un festn semejante para la vista? [33] Comosideungourmetsetratase,yconla mismaavaricia,sehallabacompletamente absortoenl.Adems,tenarazn:tan prontocomopusoelprimerbrochazode colorsupoquetenarazn.Eranaquellos divinos y violentos colores los que consegui-ranquelafigurasurgieradelcuadro;era aquellaplidafranjadecielolaqueatraera lamiradasobreella,eraaquellatiradecs-ped verde y gris bajo sus pies la que impedi-ra, o eso parecera, que se saliese del lienzo. Yconrpidosyansiososmovimientosdel pincel, sin prisa pero sin pausa, se sumergi en su trabajo. Al rato se detuvo posedo por el sentimi-entodehallarsesinaliento,sintindoseco-mosiderepentehubiera sidollamado a re-gresardesdeunalargusimaylejanadistan-cia. Deba de llevar trabajando unas tres ho-[34] ras, ya que su criado estaba sirviendo la me-saparaelalmuerzo,peroleparecaquela maanahabatranscurridoenuninstante. Elprogresoquehabaconseguidoeraextra-ordinario,loquelellevacontemplarsu cuadrodurantelargotiempo.Despus,sus ojos resbalaron de la brillantez del lienzo a la brillantezdeljardn.All,justoenfrentede unlechodeguisantes,apenasadosmetros de l, haba una enorme gata gris, observn-dole. Lapresenciadeunfelinoeraalgoque habitualmenteproducaenDickunasensa-cindemortaldebilidad.Sinembargo,en aquel momento, mientras miraba a la gata y lagatalemirabaal,nofueconscientede ella,yatribuysuausenciaalhechodeque se encontraba al aire libre y no en la cargada atmsferadeunahabitacincerrada.Sin [35] embargo,lanocheanterior,lagatalehaba hecho sentirse dbil. Perolapenaspenseneso,yaquelo queocupabasumenteeraqueacababade verenlaamistosaycuriosamiradadelani-mallamismaexpresinquetantolehaba desconcertadoalretrataraLadyMadingley. De modo que, lentamente, y sin realizar mo-vimientosbruscosquepudieranasustarala gata, alcanz con la mano la paleta que aca-babadedejary,enunaesquinadellienzo que an no estaba pintada, abocet en media docenadetrazosrpidoseintuitivosloque quera.Inclusoalaluzdiurnabajolaque estaba el animal, sus ojos parecan iluminar-sedesdeelinterioraligualquelohacan desdeelexterior:eraexactamenteascomo lo hacan los de Lady Madingley. Tendraqueponerelcolormuydiluido [36] sobre el blanco... Durantemsomenoscincominutos pintconbrochazosimpacientes,colocando el color muy difuso sobre un fondo blanco, y despus mir durante un buen rato el boceto delojoparaversihabaconseguidoloque quera. Entoncesvolviamiraralagata,que tanencantadoramentehabaposadoparal. Pero all no haba ninguna gata. Aquello, en todocaso,ydadoquelosdetestabayque aquellaenparticularyahabaservidoasu propsito,noeramotivodelamentaciones, demodoquesencillamenteseasombrpor losbitodesudesaparicin.Peroellegado quehabadejadosobreellienzonopoda desvanecerse,pueserasuyo: su posesin, su logro.Realmenteaquelibaaserunretrato quesuperaraclaramentetodoloquehaba [37] realizadoanteriormente.Unamujer,real, viva, mostrando su alma a travs de los ojos, permaneceraall,rodeadaparasiemprede un estallido estival. Disfrutdeunaextraordinariaclaridad de visin a lo largo de todo el da, y tambin deunabotelladewhiskyqueestabavaca hacialapuestadesol.Peroaquelatardecer fueconscienteporprimeravezdedossen-timientos,unofsico,otromental,comple-tamente ajenos a l: el primero era la impre-sindequehababebidotodoloqueera posibleantesdeempezaraperjudicarse;el segundo era una especie de eco en su mente deaquellastorturasquehabapadecidodu-rante el otoo, cuando haba sido abandona-do,comounguanteviejo,porlajovenala que haba entregado su alma. Elatardecer,adems,contradijolabril-[38] lantez del da y, a eso de las seis, espesas nu-beshabanempezadoaoscurecerelcielo,a la vez que el cristalino calor veraniego haba dado paso a un calor no menos intenso pero repleto de amenazas de tormenta. Un par de gruesasyclidasgotasdelluviatambin contribuyeronaadvertirle,porloqueDick puso el caballete a cubierto y dio rdenes de quecenaraenelinteriordelacasa.Como solaserhabitualcuandoestabatrabajando enalgo,rehualainfluenciadistractorade cualquiertipodecompaa,demodoque cenasolas.Unavezcenado,seretiral saln dispuesto a disfrutar de una noche so-litaria.Elcriadoletrajounabandejayse retir,demodoquenadielevolveraamo-lestar hasta que se fuera a acostar. Enelexteriorlatormentaseacercaba cadavezms,lareverberacindeltrueno, [39] aunqueannoeracercana,mantenaun crecimiento continuo: en cualquier momento poda aparecer y estallar en un torbellino de ruido y fuego. Dick ley un libro durante un rato, pero sus pensamientos divagaban. El patetismo de susproblemasduranteelotoo,loscuales pensaba haber superado para siempre, reapa-recieron de manera sbita y extraa, acentu-ados. Tambinnotabalacabezaembotada, quizporlatormenta,peromsprobable-mente debido a lo que haba bebido. De mo-doque,pretendiendoirsealacamapara dormir su inquietud, cerr el libro y se diri-gi a la ventana con la intencin de cerrarla tambin. Pero a mitad de camino se detuvo: sobre el sof situado bajo sta se sentaba una enormegatagrisdeojosamarillosyllame-[40] antes.Entresusfaucessedebataunjoven zorzal, todava vivo. Entonces el horror se despert en su in-terior:sesintiinvadidoporaquelsentimi-entodedesmayoymareo,yodi,alavez que se sinti aterrorizado por l, a aquel es-pantoso felino que se regocijaba en la tortura de su presa: un regocijo tal que prefera pos-ponerelmomentodesualimentacinantes que reducir el presente. Pero, por encima de todo,lasemejanzaentrelosojosdeaquella gataylos delretratosele revelde repente comoalgoinfernal.Duranteunmomento todoestoleinmoviliz,comosisufrierade parlisis. Al siguiente no pudo seguir sopor-tandolosescalofrosylearrojalagatael vasoquellevabaentrelasmanos,fallando. Duranteunsegundoelanimalsedetuvo contemplndole con una intensa y atroz hos-[41] tilidad; despus sali de un salto por la ven-tana abierta. Dick la cerr con un golpe tan violento que se asust a s mismo, y despus registr el sof y el suelo en busca del pjaro, pensando que el gato lo habra soltado. Enunaodosocasionesinclusolepare-ci orlo aleteando dbilmente, pero debi de tratarsedeunailusin,yaquenopudoen-contrarlo. Todo aquello le haba puesto francamen-tenervioso,demodoqueantesdeirseala camaintentcalmarseconunltimotrago. Afuerahabancesadolostruenos,perola lluviahabacomenzadoagolpearsibilante sobre la hierba. Entoncesotrosonidovinoaentre-mezclarse con el anterior, el del maullido de ungato;noesoschillidosylloros,arrastra-dosymantenidos,quelessonhabitualesa [42] losfelinos,sinolallamadalastimeradel animal que quiere ser admitido en su propia casa. La persiana estaba echada, pero tras un rato no pudo resistirse ms y ech un vista-zo.All,sobreelalfizardelaventana,se sentaba la enorme gata gris. Aunqueestaballoviendoacntaros,su pielparecamantenerse seca,yaque perma-neca esponjosa y sin apelmazarse al cuerpo. Cuandoleviolebuf,araandoconirael cristal antes de desaparecer. Lady Madingley... Cielos... Cmo la ha-baamado!Y,pesealoinfernalmentemal que le haba tratado, cmo volva a desearla apasionadamente!Entonces,ibanacomen-zardenuevosusproblemas?Habavuelto aquella pesadilla a amanecer? Era culpa de la gata: eran los ojos de la gata quienes lo hab-anprovocado.Sinembargo,enaquelmo-[43] mento,sudeseoseveaadormecidoporla pesadezdesucerebro,queresultabatan inexplicablecomoelresurgirdesudeseo. Durantemeseshabaestadobebiendomu-cho ms de lo que haba bebido a lo largo de aquel da, y la tarde le haba recibido con la cabezacompletamentedespejada,aguda,en plenocontroldesusfacultades,gozandode lalibertadquehabaconseguidoydela tranquilidaddesuvisincreativa.Aquella noche, sin embargo, tropezaba y se tambale-aba alrededor de la habitacin. La luz neutra del amanecer le despert, y Dickselevantdeinmediato,sintindose anbastantesooliento,perocomosires-pondieraaunasilenciosaeimperativalla-mada.Latormentayahabapasado,yuna joyadeestrelladela maanacolgaba deun cielo despejado. [44] Suhabitacinleparecaextraamente ajena,inclusosussensacionesleparecan ajenas.Habaunaimprecisinsobrelasco-sas,unabarreraentrelyelmundo.Tan slo un deseo le dominaba: terminar el retra-to.Todolodems,oaslosenta,poda quedaralazaroacualesquieraquefuesen lasleyesqueregulabanelmundo:aquellas leyesquepermitanqueundeterminado zorzalfueseatrapadoporunadeterminada gata y que escogan una cabeza de turco en-tremil,permitiendoqueelrestoquedaran libres. Doshorasmstarde,sucriadofuea llamarleydescubriqueyanoestabaenla habitacin. Dadoloavanzadodelamaana,fuea llevarleeldesayunoasuestudio.Elretrato estabaall,habavueltoasercolocadoen [45] posicinfrentealasclemtides,peroapare-cacubiertodeextraosaraazos,comosi lasgarrasdeunanimalfurioso,oquizlas uasdeunhombre,sehubieranensaado conl.DickAlinghamtambinestabaall, completamenteinmvilfrenteallienzodes-figurado.Tambinhabasidoatacadopor garrasouas,sugargantaestabahorrible-mente destrozada. Sus manos, por otra parte, aparecan cubiertas de pintura. Lasuasdesusdedostambinestaban empapadas con ella. A PEDEUTEKAGUI NEFORT, 2015